Ignacio Colmenares: El Crecimiento Verde

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E l debate a principios del pasado mes de marzo sobre la conveniencia o no de aumentar la fiscalidad ambiental a las empresas tras la presentación del infor- me de la OCDE sobre la evaluación del de- sempeño ambiental de España, posiblemen- te ensombreció algunas importantes conclu- siones de este trabajo. El mundo que estamos construyendo afronta re- tos ambientales y sociales de primer orden. Cada uno de nosotros, y también nuestras empresas, somos fundamentales para la con- secución de un modelo económico sostenible, que nos proporcione algo que España reclama a gritos: empleo y calidad de vida. Y creo que nuestro país tiene importantes oportunidades de impulsar lo que podría- mos denominar el crecimiento verde: un mo- delo basado en la bioeconomía, que aprove- che nuestros recursos naturales y renovables de manera sostenible para crear empleo, fun- damentalmente rural. Por eso merece la pe- na volver sobre algunos datos que nos apor- ta el estudio. En su tercera edición de la Evaluación del Desempeño Ambiental de España, la OCDE pone de manifiesto que mejoramos los indi- cadores de muchos de nuestros socios euro- Vicepresidente y Consejero Delegado de Ence Ignacio de Colmenares EL CRECIMIENTO VERDE, NUESTRA MEJOR OPORTUNIDAD DE CREACIÓN DE EMPLEO peos, pero también nos indica que existen importantes oportunidades de mejora. Con un PIB superior en cerca de un 30 por ciento al de finales de los años 90, las emi- siones de Gases Efecto Invernadero (GEI) de España se han reducido a las de aquella época. “España genera un 20 por ciento me- nos de CO2 por unidad de PIB que en 2000”, concluye el estudio de la OCDE. En buena parte, tal y como apunta el mismo informe, se debe a la apuesta por las renovables. La industria española ha acompañado, en buena medida, este esfuerzo. En 2012, nues- tra industria generaba des- graciadamente sólo el mis- mo valor añadido que en 2000. Pero, por lo menos, sus emisiones atmosféri- cas habían alcanzado re- ducciones de entre un 20 por ciento y un 40 por ciento en casi todos sus principales indicadores. En el deber de la industria está la reducción de emi- siones de carbono: sólo es- tán un 5 por ciento por debajo de las del año 2000. Una de las medidas que deberíamos im- pulsar es, sin duda, la recuperación de la apuesta por la industria verde, especialmen- te aquella que genere más empleo y benefi- cie más a nuestro medio ambiente, como es el caso de la generación eléctrica con bioma- sa, sabiendo que esta industria es fundamen- tal para nuestro futuro, el de nuestro plane- ta y para nuestro modelo económico. En efecto, el informe de la OCDE destaca la importancia de la apuesta por las renova- bles en los avances ambientales de España. Apostar por un mix energético que minimi- ce su incidencia en el ciclo natural y que dis- minuya nuestra dependencia de las impor- taciones es fundamental. Esa apuesta sería, además, una excelente herramienta de crea- ción de empleo y de desarrollo de empresas especializadas. Considero también que no podemos per- der de vista que una parte de la reducción de emisiones se debe al proceso de destrucción industrial al que ha estado sometido nues- tro país. Algo que tenemos y podemos cam- biar, por ejemplo, con po- líticas industriales que in- centiven una nueva eco- nomía basada en nuestros importantes recursos fo- restales que, como desta- ca la OCDE, ocupan un tercio de nuestro país, y aumentaron un 8 por cien- to entre 2000 y 2011. Empresas como Ence –una más entre muchas– pueden aportar mucho en este campo. Y permítanme que me detenga en el caso. Las instalaciones industriales de Ence generan más energía renovable de la que consumen –, que constituye un magní- fico ejemplo de la bioeconomía. Para ello em- plean la madera de árboles cultivados para su uso industrial en nuestro país por dece- nas de miles de personas que trabajan en el monte y que forman parte de la cadena mon- te-industria, gran generadora de empleo ru- ral en algunas partes de España. Pero la última reforma eléctrica descono- ció el potencial energético y las bondades de la madera como fuente renovable de energía al penalizar duramente la cogeneración que la usa como combustible. Una decisión, creo que totalmente equivocada, contraria preci- samente al impulso de nuestros recursos na- turales para crear riqueza, especialmente en el monte. La medida, inevitablemente ha te- nido un pernicioso impacto en el precio de la madera, afectando a la generación de em- pleo forestal, esto es, de empleo rural. Que no afecten a nuestro empeño, en to- do caso, los tropiezos en el camino. Desde España hemos demostrado que podemos ha- cer de la economía verde un motor de desarrollo económico y de mejora ambiental. Sigamos traba- jando; es muy necesario en una época en la que afrontamos importantes retos ambientales y socia- les. Es responsabilidad de la ciudadanía, las adminis- traciones y las empresas. En muchas de ellas, co- menzando por la que ten- go el honor de dirigir, estamos logrando im- portantes mejoras en el respeto al medio na- tural. Y sabemos que podemos, y debemos, seguir mejorando. En una época en la que la sostenibilidad es un valor global irrenunciable, España debe- ría plantearse convertirse en uno de los líde- res mundiales de la economía verde. Como motor de desarrollo. Como motor de empleo. Como apuesta por nuestro entorno y nues- tra calidad de vida. Y como herramienta fun- damental para aportarle nuevos y necesarios valores a la Marca España. Nuestro país redujo la emisión de CO2 en buena parte por su apuesta por las energías renovables España reclama un modelo basado en la bioeconomía que aproveche nuestros recursos naturales

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Artículo de Ignacio Colmenares, vicepresidente y consejero delegado de Ence.

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VIERNES, 10 DE ABRIL DE 2015 EL ECONOMISTA4

Opinión

E l debate a principios del pasado mesde marzo sobre la conveniencia o node aumentar la fiscalidad ambiental

a las empresas tras la presentación del infor-me de la OCDE sobre la evaluación del de-sempeño ambiental de España, posiblemen-te ensombreció algunas importantes conclu-siones de este trabajo.

El mundo que estamosconstruyendo afronta re-tos ambientales y socialesde primer orden. Cada unode nosotros, y tambiénnuestras empresas, somosfundamentales para la con-secución de un modeloeconómico sostenible, quenos proporcione algo queEspaña reclama a gritos:empleo y calidad de vida.Y creo que nuestro país tiene importantesoportunidades de impulsar lo que podría-mos denominar el crecimiento verde: un mo-delo basado en la bioeconomía, que aprove-che nuestros recursos naturales y renovablesde manera sostenible para crear empleo, fun-damentalmente rural. Por eso merece la pe-na volver sobre algunos datos que nos apor-ta el estudio.

En su tercera edición de la Evaluación delDesempeño Ambiental de España, la OCDEpone de manifiesto que mejoramos los indi-cadores de muchos de nuestros socios euro-

Vicepresidente y Consejero Delegado de Ence

Ignacio deColmenares

EL CRECIMIENTO VERDE, NUESTRA MEJOROPORTUNIDAD DE CREACIÓN DE EMPLEO

peos, pero también nos indica que existenimportantes oportunidades de mejora.

Con un PIB superior en cerca de un 30 porciento al de finales de los años 90, las emi-siones de Gases Efecto Invernadero (GEI)de España se han reducido a las de aquellaépoca. “España genera un 20 por ciento me-nos de CO2 por unidad de PIB que en 2000”,concluye el estudio de la OCDE. En buenaparte, tal y como apunta el mismo informe,se debe a la apuesta por las renovables.

La industria española ha acompañado, enbuena medida, este esfuerzo. En 2012, nues-

tra industria generaba des-graciadamente sólo el mis-mo valor añadido que en2000. Pero, por lo menos,sus emisiones atmosféri-cas habían alcanzado re-ducciones de entre un 20por ciento y un 40 porciento en casi todos susprincipales indicadores.En el deber de la industriaestá la reducción de emi-siones de carbono: sólo es-

tán un 5 por ciento por debajo de las del año2000.

Una de las medidas que deberíamos im-pulsar es, sin duda, la recuperación de laapuesta por la industria verde, especialmen-te aquella que genere más empleo y benefi-cie más a nuestro medio ambiente, como esel caso de la generación eléctrica con bioma-sa, sabiendo que esta industria es fundamen-tal para nuestro futuro, el de nuestro plane-ta y para nuestro modelo económico.

En efecto, el informe de la OCDE destacala importancia de la apuesta por las renova-

bles en los avances ambientales de España.Apostar por un mix energético que minimi-ce su incidencia en el ciclo natural y que dis-minuya nuestra dependencia de las impor-taciones es fundamental. Esa apuesta sería,además, una excelente herramienta de crea-ción de empleo y de desarrollo de empresasespecializadas.

Considero también que no podemos per-der de vista que una parte de la reducción deemisiones se debe al proceso de destrucciónindustrial al que ha estado sometido nues-tro país. Algo que tenemos y podemos cam-biar, por ejemplo, con po-líticas industriales que in-centiven una nueva eco-nomía basada en nuestrosimportantes recursos fo-restales que, como desta-ca la OCDE, ocupan untercio de nuestro país, yaumentaron un 8 por cien-to entre 2000 y 2011.

Empresas como Ence–una más entre muchas–pueden aportar mucho eneste campo. Y permítanme que me detengaen el caso. Las instalaciones industriales deEnce generan más energía renovable de laque consumen –, que constituye un magní-fico ejemplo de la bioeconomía. Para ello em-plean la madera de árboles cultivados parasu uso industrial en nuestro país por dece-nas de miles de personas que trabajan en elmonte y que forman parte de la cadena mon-te-industria, gran generadora de empleo ru-ral en algunas partes de España.

Pero la última reforma eléctrica descono-ció el potencial energético y las bondades de

la madera como fuente renovable de energíaal penalizar duramente la cogeneración quela usa como combustible. Una decisión, creoque totalmente equivocada, contraria preci-samente al impulso de nuestros recursos na-turales para crear riqueza, especialmente enel monte. La medida, inevitablemente ha te-nido un pernicioso impacto en el precio dela madera, afectando a la generación de em-pleo forestal, esto es, de empleo rural.

Que no afecten a nuestro empeño, en to-do caso, los tropiezos en el camino. DesdeEspaña hemos demostrado que podemos ha-

cer de la economía verdeun motor de desarrolloeconómico y de mejoraambiental. Sigamos traba-jando; es muy necesarioen una época en la queafrontamos importantesretos ambientales y socia-les. Es responsabilidad dela ciudadanía, las adminis-traciones y las empresas.En muchas de ellas, co-menzando por la que ten-

go el honor de dirigir, estamos logrando im-portantes mejoras en el respeto al medio na-tural. Y sabemos que podemos, y debemos,seguir mejorando.

En una época en la que la sostenibilidad esun valor global irrenunciable, España debe-ría plantearse convertirse en uno de los líde-res mundiales de la economía verde. Comomotor de desarrollo. Como motor de empleo.Como apuesta por nuestro entorno y nues-tra calidad de vida. Y como herramienta fun-damental para aportarle nuevos y necesariosvalores a la Marca España.

Nuestro país redujola emisión de CO2en buena parte porsu apuesta por lasenergías renovables

España reclama unmodelo basado enla bioeconomía queaproveche nuestrosrecursos naturales

L as soluciones monetarias tradicionalesnohansidoefectivasenestacrisisdere-cesión de balances, así que los bancos

centrales han tenido que introducir medidasno convencionales. Algunos pensaban que lacarreradelaexpansiónmonetariahabíaalcan-zado su paroxismo con los programas de ex-pansión cuantitativa. Pero, contra todo pro-nóstico, se ha iniciado una nueva etapa, con ti-posdeinterésdereferencianegativosenlazo-na euro, Dinamarca, Suecia y Suiza. Ya amediadosdefebrero,8porcientodelosbonosdel universo de renta fija de Bloomberg, 7,2 bi-llones de 89 billones, se negociaba con renta-bilidades a vencimiento negativas. La propor-cióndebonosafectadoshallegadoaser19porciento en euros, 51 por ciento en coronas da-nesas, 33 por ciento en suecas y al menos 43porcientoenfrancossuizos(entornoaunter-ciodeladeudapúblicaeuropeacotizaconren-tabilidad a vencimiento negativa, según RBS).

Director de inversiones de Pictet WM

YvesBonzon

La tendencia se ha extendido incluso al mer-cado de deuda empresarial.

Esta situación sin precedente suscita mu-chas incógnitas respecto a los efectos a me-dio plazo para el sistema financiero. Para losahorradores e inversores diversificados pre-senta dilemas muy delicados. Los ahorrado-res pueden tener la tenta-ción de acumular billetesbancarios en lugar de sal-dos representados por ano-taciones en cuentas ban-carias. Sin embargo, la te-nencia de billetes tiene cos-tes y no está exenta deriesgo. Además, los Gobier-nos pueden gravar los bi-lletes, estableciendo, porejemplo, un sistema de se-llos para prolongar su va-lidez, como recomendaba Irving Fisher en1933 en EEUU. Pero, la capacidad de los ban-cos centrales para bajar los tipos de interéspor debajo de cero se ve limitada por la dis-posición del público de mantener dinero enmetálico o en divisas alternativas.

En cualquier caso, en esta situación, el in-

versor puede tener que elegir entre una pér-dida segura en renta fija o un beneficio/pér-dida hipotético en activos de mayor riesgo.Pero en una cartera diversificada el coste deun activo de rentabilidad esperada negativaes sumamente disuasorio, sobre todo des-pués de impuestos. Además, casi la mitad de

la cartera de los inverso-res está en bonos. De he-cho la política monetariadel BCE empuja a tomarcada vez más riesgo, asíque en el primer trimes-tre las cotizaciones en ren-ta variable europea hanaumentado significativa-mente y no están baratashistóricamente. Ademássu valor puede fluctuar no-tablemente a corto plazo.

De manera que se requieren soluciones in-novadoras. En EEUU los inversores invier-ten de media 50 por ciento en acciones, sibien en Europa de 25 a 27 por ciento y me-nos en varios países. En cualquier caso losinversores pueden no estar preparados pa-ra invertir todos sus activos líquidos en ac-

ciones. Frente a esta situación vemos al me-nos dos pistas que conviene explorar.

Una de las alternativas frente a una pérdi-da segura por rentabilidades negativas es sus-tituir parte de la cartera de renta fija con es-trategias alternativas diversificadas de sen-sibilidad neutral respecto a variaciones delmercado, atractiva teniendo en cuenta la es-tructura de rentabilidades a vencimiento delos bonos. Además, a partir de una cartera100 por ciento en renta variable, se puedecrear un perfil de riesgo equilibrado con unaestrategia de cobertura dinámica de una par-te del mismo. Hemos puesto en práctica conéxito este enfoque en renta variable estadou-nidense desde 2006. Se trata de construirsintéticamente una cartera equilibrada. Pa-ra ello se parte de una estrategia de accionesque previsiblemente bata al mercado en 2 a3 por ciento a lo largo de ciclo y a medio pla-zo. Parte de tal exposición se puede cubrir,típicamente la mitad -con variaciones a cor-to plazo según las previsiones-. El resultadoes una cartera con aproximadamente la mi-tad del riesgo que el mercado pero con el po-tencial de generar exceso de rentabilidad almenos en la mitad de los activos.

Conviene sustituirparte de la carterade renta fija porestrategias másdiversificadas

TRATAR LA RENTABILIDAD NEGATIVA DE LA DEUDA