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Inundación e improvisación Inundación e improvisación Revista de reflexión y diálogo de los Jesuitas del Paraguay 91 años ISSN 0001-4605 Junio 2014 - Nº 345 - G. 25.000.-

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Inundación e improvisaciónInundación e improvisación

Revista de reflexión y diálogo de los Jesuitas del Paraguay 91 años

ISSN 0001-4605

Junio 2014 - Nº 345 - G. 25.000.-

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Índice

Vice-Presidente Sánchez 612 c/AzaraCasilla de Correo 1072Tel/Fax: (595-21) 233 541/[email protected] www.cepag.org.py

Tercera ÉpocaAño XLV. Fundada en mayo de 1923 por Monseñor Aníbal Mena PortaLa Revista Acción es editada por el CEPAG (Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch) de los Jesuitas del Paraguay. El CEPAG es un centro de investigación y acción social inspirado en la misión de los Jesuitas: proponer, en medio de la cultura y la sociedad en la que vivimos, la fe cristiana y la lucha por la justicia en un diálogo abierto a todos y todas

DirectorJosé María Blanch, sj

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Consejo de RedacciónMelquíades Alonso, Galo Bogarín, Margot Bremer, José L. Caravias, Magalí Casartelli, Fides Gauto, Gabriel Insaurralde, Oscar Martín, Bartomeu Melià, José Nicolás Morínigo, Luis Ortiz Sandoval, Francisco de Paula Oliva, Gloria Scappini, Milda Rivarola, Luis Rojas Villagra, Estela Ruiz Díaz

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Acción no se responsabiliza por los juicios y opiniones de los artículos firmados.

Nº 345 - Junio 2014

Foto de tapa: Serpaj Paraguay / Magali Casartelli

Editorial Visibilizados por la inundación 2

Actualidad Los bañados se inundan 4 José Miguel Ortega, sj

Discriminación e Intolerancia 7 José L. Caravias, sj Adriana Irún

Marina kue, un problema más político 10 que legal Francisco de Paula Oliva, sj

Tema del mes Politicas públicas en debate

Hipótesis sobre la pobreza en Paraguay 16 Verónica Serafini Geoghegan

Stroessner vive 21 Luis Rojas Villagra

El marco institucional de la Ley APP 26 (2a parte) Lila Molinier

Pensar y creer “La alegría del Evangelio” (Nos 50-60) 32 Papa Francisco

Arte y letras El Monstruo Amable - ¿El mundo se 37 vuelve de derechas? Raffaele Simone

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Visibilizados por la inundación

La inundación que se repite este año pone a la población afectada ante una situación, aunque conocida para ellos, no por eso menos penosa. El hecho de tener que salir de la casa de la noche a la mañana, sin contar con los recursos para enfrentar las necesidades que se profundizan ante la necesidad de abandonar sus casas, dejando o perdiendo sus pocos en-seres, sus animales, que en muchas ocasiones son fuente de ingreso o de manutención, perdiendo incluso sus fuentes de trabajo, circunstancia que los vuelve aún más vulnerables.

La situación así planteada pone de manifiesto un hecho insoslaya-ble: actualmente existe mayor cantidad de personas asentadas en la ri-bera de los diferentes ríos, principalmente en las zonas urbanas, debido a la importante migración del campo a la ciudad; afecta a más lugares y distritos y, al mismo tiempo, existen menos predios donde pueden ser reasentados.

Ante esta situación se ha tenido una reacción lenta, tardía y desor-denada para encarar un plan de emergencia, de parte de las autoridades tanto a nivel nacional, de las gobernaciones como de las municipalidades.

Las alternativas que tienen los damnificados son refugios muy preca-rios, les llegan menos ayuda, lo que pone al descubierto las necesidades básicas de agua, luz, saneamiento. En contrapartida, en muchos sectores se da un vínculo solidario entre los afectados que los lleva a organizarse y así poder comer juntos a través de iniciativas como las ollas populares, o la mano de obra que prestan a los ancianos que viven solos o que tienen niños a su cuidado o a la gran cantidad de madres solteras que no tienen muchos recursos para volver a levantar sus techos.

En contraste, de parte de las autoridades se ven una improvisada ac-ción, falta de coordinación en la asistencia y un sesgo partidario en la atención a los damnificados, poniendo en evidencia problemas crónicos en el manejo de la cosa pública. Esta modalidad convierte a la asistencia en un caldo de cultivo para los políticos que en este acuciante cuadro de necesidades y urgencias buscan rédito para sus proyecciones, apelando a la vieja práctica clientelar, sellando lealtades, principalmente cuando de votos se trata. Es por ello que las acciones desde el Gobierno se evalúan como una forma prematura de campaña electoral, de cara a las elecciones municipales y a las internas coloradas.

La población asentada en los lechos de los ríos y en zonas aledañas seguirá existiendo y la relocalización en zonas alejadas no surge como una alternativa razonable para la mayoría de esta. Esto nos remite al co-razón del problema de los ribereños, que es el acceso a su medio de vida.

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editorial

A la pobreza, al problema laboral y al trabajo precario que hoy de manera descarnada se nos presentan cada día, se impone un replanteamiento de fondo.

En el caso de los bañadenses reclaman soluciones que los tengan en cuenta en esos mismos lugares donde llevan varias décadas asentados, y reclaman la creación de fuentes de trabajo que les permitan una vida más digna, atendiendo a sus características poblacionales particulares. Rechazan planes que están en marcha y denuncian que en realidad se trata de iniciativas de sectores poderosos que buscan aprovechar esta cir-cunstancia para sacarlos de estos sitios. Ya sea para la implementación de planes de carácter industrial o para la especulación inmobiliaria, por la revalorización de la tierra, especialmente por los planes de expansión de la zona de la capital, que incorpora inclusive el otro lado del río.

Esta inundación se encargó de mostrarnos, ante una situación con-creta, el conjunto de dificultades con las que atraviesa la ciudadanía de nuestro país: la desigualdad social, el privilegio para unos pocos, la vulnerabilidad de la población en situación de pobreza, la dificultad de acceso a las necesidades básicas de salud, saneamiento; y, en el plano político, el manejo improvisado de los organismos competentes, la falta de coordinación entre ellos, la gestión clientelista y prebendaría de los organismos públicos y, sobre todo, el oportunismo y la falta de interés hacia la población, que es vista más bien como un potencial votante que un conciudadano.

Si a todo esto sumamos la gran inseguridad reinante en el país, po-demos imaginar que el Gobierno no está dimensionando lo que implica que un grupo importante de compatriotas esté pasando estas alarmantes necesidades… donde no hay qué comer ni dónde trabajar, donde todo les resulta más caro a estos pobladores y al mismo tiempo sufren todo tipo de discriminación por provenir del bajo. Ellos no resultan fiables, les incrementan los costos de alquileres y enseres para rearmar sus precarias viviendas y sus hijos se manejan simplemente a la intemperie, sin poder mantener hábitos elementales de higiene, salud, alimentación. A esto se agregan la dificultad para la participación en el sistema educativo y el aprendizaje en medio de tantas penurias.

El desplazamiento de tanta gente y la reubicación en improvisados campamentos contando con elementos tan rudimentarios para mante-nerse hacen que se tornen sectores visibles para muchos que no tienen conciencia del drama humano de compatriotas que viven en condiciones infrahumanas y actualmente pelean por tener aunque más no sea un te-cho para dormir.

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Actualidad

Los bañados se inundanJosé Miguel Ortega, sj*

Es la primera vez que vivo tan cerca una situación como esta, de avance de las aguas del río Paraguay, llevándose por delante las casas de los más pobres en los terrenos bajos que rodean la ciudad de Asunción (Bañado Norte y Bañado Sur). Yo escribo estas líneas desde el Bañado Sur, donde resido, hace ya dos años y medio.

La esperanza que todos tenemos, sobre todo los que han tenido que salir de sus viviendas, es la de ver llegar a su tope la subida de las aguas, ver cómo van descendiendo y después poder regresar a sus precarias viviendas, pero al fin y al cabo a sus casas, donde muchos de ellos han crecido: es su hogar.

Lo que está sucediendo es una tragedia, es algo muy doloroso y desesperante. El agua sube lentamente, todos lo vemos y lo pode-mos medir, pero no podemos frenar su subida, y la vemos entrar en el patio, y en la letrina del fondo, y en el corralito de los chanchos, en la precaria cocina (el que la tiene, porque muchos cocinan en un brasero al aire libre fuera de la única pieza que sirve de dormitorio), hasta que se mete en la pieza. A don Miguel le sucedió que al poner los pies en el suelo, al levantarse por la mañana, los metió en el agua, que ya había invadido su pequeña habitación. Normalmente se acuesta bien borracho y no se da cuenta de nada. Vive solo. Jóve-nes voluntarios de uno de los grupos juveniles del barrio lo sacaron de su casa y en unas pocas horas desarmaron lo poco útil de su cho-za para hacerle otra, pegada a la pared de atrás de la capilla Virgen de Luján, que está en un lugar más amplio y alto.

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*Párroco Cristo Solidario, Bañado Sur. Email: [email protected]

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Desde estas letras quiero denunciar la indiferencia de las autori-dades locales. Quieren hacer política con el dolor de la gente pobre; si no eres “de ellos”, no recibes nada. Las seccionales coloradas aca-paran las ayudas: si estás inundado, te dan más de lo que necesitas, y si no estás inundado, igualmente te dan, por si te llega el agua. Mientras que la mayoría tiene que vérselas por su cuenta. La Mu-nicipalidad de Asunción está en números rojos, nos dicen, cuando se trata de ayudar a los damnificados. La gente pobre, una vez más, se siente abandonada de aquellos que deberían velar por ellos. La gente está sacando las cosas a puro pulso y con la ayuda de algunos voluntarios jóvenes, ellos y ellas, que están dándonos un magnífi-co ejemplo de solidaridad, de servicio generoso, de su tiempo, sus fuerzas y escasos recursos.

En nuestro Bañado, el de San Cayé, el de la Parroquia Cristo Solidario, el de las siete capillas, se ha organizado una coordinadora con diversas organizaciones y grupos del barrio. Ellos son los que visitan a los damnificados, buscan medios y recursos para sacarlos del agua y llevarlos a uno de los tres lugares ofrecidos como refugio, por ahora, mientras las aguas del río Paraguay no pasen los seis metros de altura.

Con esos voluntarios de los grupos de jóvenes se desarman las precarias casitas de la gente y se les ayuda a levantarlas en uno de esos lugares más altos ofrecidos en la capilla de Luján, en el Centro Comunitario Cristo Solidario y al fondo del patio de la escuela y colegio de San Cayetano de Fe y Alegría. Con los acampados se reúnen una vez al día para organizarse y resolver los pequeños pro-blemas que puedan surgir de una convivencia forzada y provocada por la creciente: la “olla popular”, es el primer tema, cómo llenarla, cómo colaborar entre todos, a quién le toca cocinar, quiénes tienen que traer la leña, quiénes tienen que lavar las ollas, etc. Después se mira quién necesita más chapas para el techo, o planchas y tablas para sus paredes. Y así se van repasando normas elementales para una convivencia pacífica y constructiva.

Los pobres responden con eficacia a las propuestas y sugerencias que se hacen. Tienen muy buena disposición a la organización, y consiguen un muy buen nivel de respeto por el otro. En la necesi-dad se muestran muy solidarios, un gran valor, que nuestro pueblo no perdió.

En una semana todo ha corrido muy rápido, y ahora ya hay mu-chos campamentos en los espacios libres y plazas de la ciudad, que están más cercanos de los bañados. Salen del agua y ya se les lleva directo a esos lugares públicos, a veces en las simples veredas de calles y avenidas. No siempre la acogida de los vecinos es agradable y de bienvenida. De una plaza fueron echados por los vecinos en el primer intento que hicieron para ocuparla. Los damnificados salie-ron, pero ante la necesidad se organizaron y se unieron con mucha

A don Miguel le sucedió que al poner los pies en el suelo, al levantarse por la mañana, los metió en el agua, que ya había invadido su pequeña habitación.

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más gente, y en la noche volvieron a ocupar la pla-za vacía. Y ahí están hasta ahora.

Un hecho a tener en cuenta: el número de damnificados es mayor que el del año pasado y las aguas no llegan aún a niveles que justifiquen tantos desalojos. Nos hacemos la pregunta: ¿de dónde salen tantos damnificados? Entiendo que hay dos motivos: uno, es la gran cantidad de gente que se ha ubicado en los últimos años en nuestros bañados. Son gentes venidos directamente del in-terior o desplazados internos que, por necesidad, se trasladaron más hacia el río, a espacios libres, después de vender sus mejoras en su primera y antigua ubicación. Los que vinieron del interior son campesinos expulsados del campo a la gran ciudad, por la ausencia del Estado en sus asenta-mientos, por la pobreza grande en que vivían y por los latifundios de estancias y sojales. Estos dos grupos de personas se han ido ubicando en terrenos que son más bajos, son terrenos natura-les del agua, y la gente se los ha quitado; ahora el agua se toma su venganza. Los viejos pobladores les avisan que ahí es lugar del agua, pero igual se quedan en esos lugares; su pobreza no les permite irse a otro sitio.

El segundo motivo, por lo menos en nues-tro Bañado, es que los desagües naturales de los arroyos y riachuelos que bajan de la gran ciudad

cada día están más y más colmados por las ba-suras que la gente va arrojando en ellos; así las aguas de lluvia no pueden llegar al río Paraguay y quedan taponadas en los esterales y lagunas de la zona. Existe un compromiso de la Municipalidad –parece que transferido a la empresa que regenta el Basural de Cateura– de limpiar esos canales y arroyos, pero solo se limpian cuando ya han suce-dido las catástrofes y tragedias.

Me decía, hace cuatro días, un viejo luchador por la vida, que ha recorrido el Paraguay, siem-pre trabajando duramente, que al llegar a su casa cada noche solo buscaba dos cosas: darse un buen baño en su moderno servicio higiénico y acostar-se en una cama grande, cómoda y limpia.

Y yo me pregunto: ¿será que estos, hermanas y hermanos paraguayos, podrán un día tener una vivienda digna, donde no haya cuatro camas en una sola pieza, donde hombres y mujeres tengan que dormir juntos con niños y jóvenes en la mis-ma habitación? ¿Casas de las que no tengan que salir corriendo cada año por la crecida del río? No pierdo la esperanza. Sueño con un Paraguay donde cada ciudadano tenga una vivienda digna. Donde las calles de nuestros barrios no tengan co-rriendo por ellas las aguas servidas de la gran ciu-dad. Donde… amanezca un nuevo Paraguay.

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Discriminación e Intolerancia

José L. Caravias, sj*Adriana Irún

* Email: [email protected]

¿Saben ustedes lo que es sentir alipori? Lo hemos sentido en los primeros días del mes de junio. Se trata de la vergüenza que se sien-te cuando alguien de los tuyos dice o hace disparates.

Fue durante las manifestaciones arreadas en contra de dos do-cumentos presentados a la 44ª Asamblea General de la OEA reuni-da en los alrededores de Asunción. El lema era excelente. ¿Quién puede estar en contra de la vida y la familia? “Despierta América. Manifestación ciudadana en defensa del derecho a la vida y la pro-tección de la familia”…

En el volante de convocación se anotaban dos documentos que había que combatir. Y como era natural, al menos para nosotros, lo primero que hicimos fue buscar en internet los documentos. Fue cosa fácil. Ahí estaban: “Convención Interamericana contra toda forma de Discriminación e Intolerancia” y “Convención Intera-mericana de los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos”. Lentamente me leímos los dos, subrayándolos.

El primero es una defensa muy aterrizada de los derechos hu-manos, en contra de toda forma de discriminación e intolerancia. No encontramos algo que corregir. Y soñamos con que ojalá los Es-tados, y especialmente nuestro querido Paraguay, firmaran y cum-plieran todo lo que ahí se exige.

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Nuestro país está repleto de discriminaciones e intolerancias, faltas graves contra la dignidad de nuestros ciudadanos. Pululan las corrupciones impunes. Gran productor de alimentos, pero más de un millón de compatriotas hambrientos. Horrenda atención de sa-lud. Sistema de educación alienante. Indígenas y grupos especiales altamente despreciados. Millares de familias viviendo en míseras viviendas en zonas inundables. Gobernantes corruptos que tragan casi todo el presupuesto. Por eso, claro, no están dispuestos a cum-plir una declaración en contra de toda forma de discriminación. ¡Se acabarían sus altos privilegios!

Qué horror que las Iglesias Cristianas del Paraguay hayan pro-movido manifestaciones en contra de un documento que insiste en la defensa de los derechos humanos.

Pensamos que las manifestaciones de los “creyentes” en Jesucris-to pudieran haber sido a favor de la firma y cumplimiento de este documento. Pero no. Se pusieron en contra porque podría ser mal interpretado y dar pie a la aprobación de uniones de homosexuales y aun a aprobar el aborto. Pero que conste que el documento no dice nada de eso… Y hay muchas cosas interesantes. ¿Cuántos de los que fueron a las manifestaciones había leído el documento? Aun dudo de que los organizadores lo conocieran completo y sin prejuicios.

El problema creemos que reside en que se habla de “género” y “orientación sexual”. Son términos que pueden tener varias inter-pretaciones. En el documento no se habla de ellas.

¿Acaso los homosexuales no son personas, hijos queridos por Dios? ¿Solo hay que defender la vida de los heterosexuales? ¿Por qué tanta violencia? ¿Por qué oponerse a que dos hombres o dos mujeres quieran legalizar su unión civil?

Habría que matizar mucho. Lo que no se puede hacer es despre-ciar en bloque. Y al rechazar el documento, en el fondo, estamos co-laborando con multitud de graves discriminaciones que presionan a nuestro pueblo.

El punto clave de las manifestaciones es el rechazo radical contra la homosexualidad. En nuestra sociedad hay homosexuales y los ha habido siempre. Están ahí. Son personas reales, con sus bondades, sus limitaciones y sus defectos, como todo el mundo. No podemos discriminarlos. Hay entre ellos gente muy honrada y muy compe-tente. Gente que, a pesar de la maraña de desprecios eclesiales, bus-ca con sinceridad a Dios. Personas dolidas y aun resentidas por los muchos desprecios que les llueven sin cesar, especialmente de personas “religiosas”.

Es muy cruel despreciarlos y peor aun exigirles que se “corrijan”. Todos son seres humanos, dignos de respeto y de ayuda, de amis-tad, de colaboración.

En nuestra sociedad hay homosexuales y los ha habido siempre. Están ahí. Son personas reales, con sus bondades, sus limitaciones y sus defectos, como todo el mundo. No podemos discriminarlos. Hay entre ellos gente muy honrada y muy competente. Gente que, a pesar de la maraña de desprecios eclesiales, busca con sinceridad a Dios.

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Si Jesús optó en su tiempo por los despreciados, sin duda al-guna hoy opta por los homosexuales también. Y nos crea graves interrogantes a sus seguidores. ¿Habrá caminado Jesús junto a los manifestantes de estos días?

Se suele argüir que son violentos y corruptos. Quizás la violencia se genera al sentirse altamente incomprendidos y rechazados. Po-cos se preocupan de ayudarles a aceptar y enfocar positivamente su realidad. Violentos y corruptos los hay también en todas las esferas, incluido el clero. Pero ello no es motivo para despreciarlos a todos.

En diversos países está en marcha la “pastoral de la diversidad sexual”, difícil pero eficiente. En Paraguay se mueven tímidos escar-ceos. En esta nuestra sociedad, altamente discriminatoria, necesita-mos mucho más humanismo y una fe en Jesús mucho más madura.

Cosa distinta es el segundo documento, el de los derechos sexuales y los derechos reproductivos. Acá encontramos puntos en desacuerdo. Hay muchas afirmaciones positivas. Pero el artículo 18 afirma: “Las mujeres tienen derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, sin poner en riesgo su vida o su salud como consecuencia de ello”. ¿Y el respeto a la vida del hijo? ¿Qué hace la sociedad para proteger la vida de la madre? ¿Dónde queda la responsabilidad del padre?

Se discute entre teólogos si hay vida humana desde el momento mismo de la fecundación o un poquito después. Pero no hay duda de que muy pronto ya está determinada toda la biología de la nueva criatura. Lo que se denomina “interrupción del embarazo” puede ser asesinato de un ser humano totalmente indefenso. Sin embargo hay otros muchos factores que se deberían tener en cuenta.

Hay en el documento otros temas discutibles. Pero para realizar una manifestación en contra habría que haber concretado los temas no aceptables y cuáles pueden ser discutibles. Y apoyar los enfoques positivos del documento sobre educación sexual, que mucha falta nos hace. El Estado debería asumir su responsabilidad implemen-tando una política pública de educación integral de la sexualidad. Y las Iglesias tendríamos que tomarnos con mucha más seriedad el tema.

Estamos contra el fanatismo, tan ciego y discriminador, expre-sado en las manifestaciones y redes sociales últimamente. La “obe-diencia ciega” a la larga hace mucho daño. No podemos actuar en la Iglesia sin saber por qué. Y menos, manipulados.

“El que esté sin pecado que tire la primera piedra” Estos días se ha constatado que ni los obispos pueden tirar la primera piedra.

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Marina kue, un problema más político que legal

Francisco de Paula Oliva, sj*

Se cumple un año de la masacre de Marina Kue. La línea de actuación en jueces y fiscales ha sido la de acusar como únicos culpables a un grupo de campesinos cuyos nombres estaban en un cuadernito, hoy desaparecido.

Las pruebas presentadas por el fiscal Rachid han sido ridícu-las. Pero Marina Kue sirvió para ser usada de excusa principal para romper la Democracia legal y legítima de Lugo, instaurar a un Vice ahíto de ser Presidente y hacer todo un plan que llevaría al poder de nuevo a la ANR.

Y el hecho más llamativo y esperado en lo referente a Marina Kue ha sido que, por fin, el Indert se ha atrevido y ha podido ma-nifestar declarando que son fiscales las tierras de Marina Kue, cosa que durante muchos meses se le ha pedido y en lo que estaba en silencio por dos recursos de amparo antepuestos por Campos Mo-

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* Email: [email protected]

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rombí, la empresa de los Riquelme, dueños de más de 50.00 hectá-reas en la zona.

El primer recurso fue aceptado por la Corte Suprema de Justicia y luego anulado. El segundo, ante la presión del Pueblo por la pri-mera parcialidad de la Corte Suprema hacia los Riquelme, esta se apresuró a negar.

Un comunicado muy esperado

“En razón de la visita de representantes de la sociedad civil, de la Iglesia Católica y de familiares de Víctimas del caso Curuguaty, en fecha del 13 de mayo del corriente, y de la solicitud realizada por los mismos, el Instituto Nacional de Desarrollo Rural, Indert, comunica cuanto sigue:

El instituto reivindica su derecho en cada una de sus presentaciones judiciales y en tal sen-tido afirma categóricamente que las tierras ubicadas en el distrito de Curuguaty, departamento de Canindeyú, conocidas como Marina Kue, pertenecen al Estado Paraguayo. Esta afirmación se encuentra fundamentada en el Decreto N° 29.394 del 9 de octubre de 1967 por el cual se aceptaba la donación a favor del Estado Paraguayo de 2.000 hectáreas de tierras ofrecida por la Industrial Paraguaya S.A., así como también por el Decreto N° 3.532 de fecha de 4 de octubre de 2004, que declaraba el inmueble de interés social y disponía su transferencia en forma gratuita a favor del Indert, a efectos de ser aplicado a los fines sociales establecidos en el Estatuto Agrario.

En cuanto al proceso en los tribunales, recordemos que la Corte Suprema de Justicia resolvió a favor del Indert, mediante el Acuerdo y Sentencia N° 234 de fecha 23 de abril de este año, otorgán-donos el derecho de seguir litigando en esta causa. Nuestros representantes legales continuarán sus esfuerzos en defensa de los derechos del Estado Paraguayo sobre las 2.000 hectáreas.

No obstante a ello, el Indert busca afanosamente una solución integral a la problemática de Marina Kue, que debe abordar indefectiblemente tres aspectos fundamentales: a) la propiedad del inmueble a favor del Estado, b) la cuestión social de los pobladores de la zona y c) las acciones ju-diciales que pesan contra los compatriotas afectados en el caso Curuguaty. Por de pronto el único ámbito responsable de dirimir estas diferencias es el Poder Judicial.

Creemos que una solución consensuada podría proporcionarnos resultados más auspiciosos y expeditivos, es por ello que seguimos manteniendo sucesivas reuniones con todas las partes.

Finalmente, debemos destacar en ese mismo sentido la apertura y la buena voluntad demostra-da por los diversos sectores, que fortalece el acercamiento y el diálogo.

Justo Pastor Cárdenas Presidente del Indert

Añadimos que con este comunicado del presidente del Indert se abre el camino para que cesen dos o tres de las tres carátulas de las acusaciones contra los campesinos en la masacre de Marina Kue. La primera, ser acusados de invadir una propiedad privada. Tam-bién, la segunda: acusación de asociación criminal para realizar la invasión.

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Triunfo incompleto de la presión popular

Antes de este comunicado y por el empantanamiento del proce-so, los cinco imputados iniciaron una huelga de hambre pidiendo la prisión domiciliaria hasta el juicio en el mes de junio.

Aumentó la presión popular con manifestaciones, cuando pa-saron más de 55 días, y ante el peligro de que sufrieran daños irre-versibles en su salud, que rápidamente se iba deteriorando, y por lo que fue necesario internarlos en el Hospital Militar, los abogados solicitaron una sesión del tribunal de Saltos de Guairá que los juzga para que fueran a prisión domiciliaria bajo fianza.

Se consiguió y marcharon los cinco a Curuguaty con la alegría de ellos y de toda la ciudadanía que durante meses los acompañaba, se manifestaba por ellos o los visitaba.

Lamentablemente al llegar a Curuguaty por mandato de la jueza Yanine Ríos fue enviado de nuevo al Penal de Tacumbú Rubén Vi-llalba, acusado, en otra causa en la localidad de Pindó, de impedir que un brasileño se quedara con las derecheras que le vendieron ile-galmente varios campesinos. Esta causa llevaba cinco años inactiva por parte de la Justicia.

Comenzó en Asunción la audiencia preliminar y, ante su mane-ra de actuar ofensiva para el acusado, fue recusada la jueza Yanine Ríos, quien a los pocos días renunciaba para evitar la verguenza de la recusación.

Ante un dilema difícil de resolver

Hacia el final de mayo el presidente del Indert con el senador Wiens citaron a los familiares de las víctimas y presos, juntamente con representantes de la Iglesia y de la sociedad, a una importante reunión.

Si los presos y familiares de las víctima aceptaban 2.000 hectá-teas que ofrecía la empresa Campos Morombí fuera de Marina Kue, presumiblemente podrían quedar libres de culpa y en libertad los presos e imputados por la masacre de Curuguaty. Con ello quedaba solucionado todo este diferendo con la Justicia. Algo sumamente nuevo, que demostraba que Marina Kue, más que un caso legal, para el Gobierno era político.

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MASACRE de Marina Kue en Curuguaty

Ahora, cuando se cumplen dos años de la masacre de Marina Kue el 15 de junio del 2012 en Curuguaty, queremos insistir hoy en este tema.

Lo más trágico ha sido la muerte de 17 paraguayos pobres, poli-cías y campesinos, y la secuela de sufrimientos en sus familias. Toda vida humana es sagrada y su defensa es para la Iglesia un deber y una tarea impostergable.

CARTA DE MARINA KUE

LOS CRISTIANOS SE MANIFIESTAN

Leída el 15 de junio de 2014 en la misa celebrada en Marina Kue, Curuguaty. Y lleva la firma de tres obispos, sacerdotes, reli-giosas y de 243 campesinos y campesinas presentes en el acto. 

A TODOS NUESTROS COMPATRIOTAS

Somos un grupo de obispos, Mons. Melanio Medina, Mons. Cárdenas, Mons. Oscar Páez, sacerdotes, religiosos/as y laicos/as campesinos/as.

Como cristianos queremos comprometernos por vivir en una Patria donde quepamos todos, disfrutando de una vida digna.

El motivo que nos mueve es únicamente el deseo de contribuir al bien común de todo nuestro pueblo. Nos impulsa a ello la fi-delidad al Cristo que puso su casa entre nosotros para que todos tengamos vida en abundancia.

Muchas son las heridas que nuestro pueblo soporta desde hace tiempos inmemoriales. Especialmente nuestros hermanos indíge-nas y campesinos, en los que se concentra la mayor parte de la po-breza de nuestra nación.

Para una conciencia cristiana, esta situación es absolutamente inaceptable y para una conciencia ciudadana, patriota y sana, es intolerable.

Paraguay es bendecido por Dios con riquezas naturales inva-lorables como el agua, la tierra y la producción abundante de ali-mentos.

Esa riqueza, la conciencia patriota y cristiana, el sufrimiento de los pobres y el justo deseo de construir una sociedad verdadera-mente pacífica y fraterna nos llevan a escribir esta carta.

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También nos golpean muy fuerte las injusticias que han soportado los compañeros campe-sinos presos en Marina Kue, las dos huelgas de hambre de casi 60 días de algunos de ellos para lograr la prisión domiciliaria, la renovación de otro juicio para Rubén Villalba.

Lo que ocurrió en Curuguaty no fue un hecho aislado o producido por un grupo que apa-recieran de pronto.

Las ocupaciones campesinas se suceden ininterrumpidamente desde hace décadas. La po-breza en el campo, especialmente en algunos departamentos, es agobiante e intolerable (falta de vías de comunicación, mala o casi nula presencia de instituciones de salud, de educación, de vivienda, escaso socorro a la población más vulnerable: ancianos, niños, madres abandonadas, falta de una verdadera Reforma Agraria). Y todos estos problemas están en la base de hechos luctuosos como el ocurrido en Curuguaty.

La Conferencia Episcopal se ha ocupado numerosas veces de este problema campesino.

En 1963 en la carta “EL PROBLEMA SOCIAL PARAGUAYO” declaró: “Somos un pueblo de agricultores y es precisamente el sector agrícola el que ha sido golpeado con mayor crueldad por el desequilibrio social que estamos padeciendo”. (n° 6).

 En el año 1983 emitió un documento sobre “EL CAMPESINO PARAGUAYO Y LA TIER-RA” donde señalaba como principales problemas: “el empobrecimiento del campesino, la es-peculación sobre la tierra, la concentración en grandes propiedades, la apropiación de campos comunales, los desalojos, la desconfianza en la actuación de los jueces”.

En ese mismo documento ya proponía como tareas a largo plazo (han pasado ya 31 años) “la necesidad de revisar cuidadosamente la existencia de latifundios, especialmente los im-productivos y asentados en terrenos aptos para la agricultura, en cuyas proximidades existen numerosos campesinos sin tierra, o sin tierra suficiente para un digno desarrollo de la persona humana”.

Por su parte, el Consejo Pontifico “Justicia y Paz” de la Santa Sede elaboró en el año 1997 el documento “Para una mejor distribución de la tierra” en el que dice: “Para la Doctrina Social de la Iglesia el latifundio está en neto contraste con el principio de que ‘la tierra ha sido dada para todo el mundo y no solamente para los ricos’, de modo que ‘no hay ninguna razón para reservarse en uso exclusivo lo que supera la propia necesidad cuando a los demás les falta lo necesario’”.  (n° 32).

El Papa Francisco en la exhortación apostólica sobre “EL ANUNCIO DEL EVANGELIO EN EL MUNDO ACTUAL” nos insta a trabajar, como parte de la evangelización, en la inclu-sión de los pobres y en la construcción de una sociedad justa y pacífica, porque “son partes del anuncio gozoso de la buena notica comunicada por Cristo”.

Además Curuguaty, por el uso que después hicieron de él los políticos, no pensamos que haya sido un hecho casual. Más bien sospechamos que fue una excusa bien pensada para meter miedo al campesinado que invade tierras y dar un golpe parlamentario a la Democracia.

Por todo ello, los firmantes de esta deseamos exponer al pueblo cristiano en particular, y a todas las personas de buena voluntad, las siguientes reflexiones y propuestas:

-   Lamentamos la muerte violenta y en circunstancias todavía no aclaradas de 17 compatriotas y hermanos nuestros. Cada una de esas vidas es para nosotros sagrada y pedimos que se

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actualidad

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haga justicia cuanto antes y se esclarezca la muerte de las 17 personas sin discriminación ni exclusión ninguna. Añadimos el asesinato posterior de Vidal Vega, que nos parece fue una verdadera quema de archivo.

-   Exigimos que el juicio de los campesino se presos se realice en Asunción y que no comience hasta que se esclarezca oficialmente que las tierras en la que entraron eran fiscales, según el documento emitido por el Indert.

- Exigimos, antes o en el juicio, la liberación de todos los presos de Marina Kue, que todos son inocentes, y la liberación de todas las impugnaciones dadas sin causa a los campesinos de Marina Kue.

-  Queremos que la tierra de Marina Kue, tierras fiscales, sean dadas a los campesinos y fami-liares víctimas de la masacre con las ayudas necesarias para su pleno rendimiento. Esto lo exige además una campaña internacional actualmente con éxito en marcha.

- Deseamos la pacificación y la seguridad en nuestra sociedad ya que ellas son elementos im-prescindibles para el desarrollo integral que todos buscamos sobre todo para nuestro pueblo campesino pobre, por tanto tiempo explotado y postergado.

Pero, a la vez y con todo respeto, queremos señalar al Gobierno que la paz y la seguridad verdaderamente humanas son imposibles si no van acompañadas de la justicia, la equidad, el amor y la búsqueda del bien común.

Que este hecho de la masacre de Marina Kue en Curuguaty sea la ocasión para toda la so-ciedad paraguaya de revisar la situación de los campesinos, de los indígenas y de los casi tres millones que padecen pobreza en el Paraguay.

El Papa Francisco nos ilumina con absoluta claridad a este respecto: “La necesidad de re-solver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar… los planes asistenciales, que atienden ciertas emergencias, sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras. Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres… atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema. La dignidad de cada persona humana y el bien común son cuestiones que deberían estructurar toda política económica” (EG 202, 203).

En nuestro país esas reformas estructurales pasan por una reforma agraria seria y sostenida, por una reforma fiscal imprescindible, por la inversión en los derechos sociales: trabajo, salud, educación, vivienda, seguridad social y por una política transparente y honesta.

Los firmantes de esta carta ofrecemos estas reflexiones, nuestra mediación y compromiso, con un sentimiento sincero de servicio a todos los paraguayos sin excepción, a los más pobres de un modo especial y por fidelidad al gozoso mensaje de Jesucristo, un mensaje de alegría, de paz, de justicia, de amor, de libertad e igualdad que estamos seguros encontrará su plenitud en el cielo, pero que Cristo ya lo quiere iniciado y realizándose aquí en la tierra.

Nos solidarizamos también con todas las víctimas de muertes violentas y de extorsiones inhumanas como el secuestro de Arlan. Denunciamos estos hechos como contrarios al plan de Dios y contrarios a nuestra conciencia y valores humanos y cristianos.

Firman: Mons. Melanio Medina, Mons. Cándido Cárdenas, Mons Oscar Páez, además de sacerdotes, religiosos/a y doscientos cuarenta y tres campesinos y campesinas de Marina Kue, Curuguaty.

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Tema del mes: Politicas públicas en debate

Hipótesis sobre la pobreza en Paraguay*El coyuntural aumento del gasto público no significa de ninguna manera mayor bienestar o mejor calidad de vida.

Verónica Serafini Geoghegan**

Los recientes datos de pobreza dados a conocer por el gobierno generan dudas y suspicacias acerca de la calidad de los mismos. Durante los últimos años en que hubo tasas positivas de crecimiento del PIB la pobreza extrema se había mantenido casi inalterable, incluso con años en que la misma creció junto con el PIB. El resultado era claro: el crecimiento económico beneficia mucho a unos pocos ubicados en la cúspide de la pirámide socioeconómica, mientras que el resto ve pasar sus beneficios sin mayores cambios en su calidad de vida.

Más allá de las críticas a las que se pueda someter un indicador tan poco representativo del bienestar como lo es el de la pobreza ex-trema –que mide los ingresos necesarios para adquirir una canasta de alimentos–, la medición de la pobreza utilizando el ingreso no deja de ser importante. ¿Quién puede negar la importancia de tener

* Publicado por Viento Sur, el 30/04/2014. http://www.vientofuerte.com/news/2014/04/30/hipotesis-sobre-la-pobreza-extrema-en-paraguay/

** Economista. Magister en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericano de Ciencias Sociales (FLACSO) y Doctora en Economía por la Universidad Autónoma de México (UNAM). La autora agradece los comentarios de Victor Ímas.

Email: veró[email protected]

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un ingreso viviendo en economías capitalistas? Para los jóvenes y mujeres, contar con un ingreso es central para su autonomía.

Tampoco deja de ser cierto que tal como está calculada la línea de pobreza, asume que con muy pocos recursos una familia puede adquirir una canasta de alimentos. A continuación se presentan las líneas de pobreza para todos los dominios de las encuestas.

Costo mensual por persona de una canasta básica (línea de pobreza)

Año

Area Metropolitana Resto Urbano Rural

Línea de Pobreza Extrema

Línea de Pobreza Total

Línea de Pobreza Extrema

Línea de Pobreza Total

Línea de Pobreza Extrema

Línea de Pobreza Total

1997-98 94.648 185.968 72.634 130.940 67.211 111.124

1999 104.293 211.175 80.036 148.278 74.060 125.457

2000-01 120.068 242.632 92.142 170.397 85.262 144.200

2002 140.023 288.358 107.456 202.165 99.433 170.763

2003 160.217 311.654 122.953 219.642 113.773 186.594

2004 166.251 322.823 127.583 227.552 118.058 193.349

2005 187.680 358.992 144.028 253.408 133.275 215.654

2006 232.438 409.334 178.376 291.321 165.059 250.123

2007 268.406 450.839 205.978 322.458 190.600 278.326

2008 277.766 474.703 213.162 338.902 197.247 291.948

2009 288.433 489.045 221.348 349.435 204.822 301.290

2010 317.510 525.960 243.662 376.753 225.470 325.707

2011 343.212 562.925 263.386 403.669 243.721 349.375

2012 336.202 573.128 258.006 409.279 238.744 352.674

2013 364.241 607.855 279.524 435.067 258.654 375.801

Fuente: DGEEC. Boletín de pobreza e ingresos. Fernando de la Mora, 2014.

A continuación, este artículo describe el comportamiento de la pobreza en las tres últimas encuestas de hogares (2011, 2012, 2013), ya que la misma presenta una drástica reducción, lo cual llama la atención teniendo en cuenta que el modelo económico no ha ve-rificado cambios estructurales que permitan señalar la ampliación de las oportunidades económicas en el campo y sobre todo para los más pobres.

No obstante la disminución de la pobreza, no habría que espe-rar aumentos significativos en el bienestar teniendo en cuenta el incremento de ingreso que fue necesario para que las familias que estuvieran en el límite de la pobreza extrema salieran de ella. En este sentido, la ciudadanía tiene razón cuando señala sus dudas y desconfianza hacia las estadísticas oficiales.

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La pobreza medida por el ingreso es apenas un indicador que debe ser incorporado a una serie de indicadores de educación, sa-lud, seguridad social, vivienda y saneamiento, entre otros, que per-mitan en conjunto valorar los cambios sustanciales de la población paraguaya y especialmente de las de menores ingresos1.

El primer factor que explica la reducción de la pobreza extrema fue la desaceleración del ritmo de crecimiento de los precios (infla-ción), especialmente del de los alimentos. El aumento de la oferta de carne en el mercado interno, derivado del cierre de algunos mer-cados internacionales con motivo del brote de aftosa, disminuyó el precio interno de algunos cortes de carne. Dicha disminución contribuyó a desacelerar el ritmo de la inflación que el país venía afrontando en los últimos años.

El precio de los alimentos siempre fue un factor determinante del nivel de pobreza. En 2006, el aumento de la pobreza fue expli-cada en un 40% por la inflación de alimentos, según un estudio del proyecto Invertir en la gente de UNICEF/UNFPA/PNUD. De ahí la importancia de implementar políticas que garanticen la seguridad alimentaria de la población.

El segundo factor que influyó en la reducción de la pobreza fueron los programas de transferencias pertenecientes a la política de protección social, tales como Tekoporá y la pensión alimenta-ria para adultos mayores. El primero de ellos no busca reducir la pobreza extrema, ya que el monto entregado está por debajo de la línea de pobreza extrema, por lo tanto, solo en el caso de las fa-milias que estén muy cerca de la misma pueden lograr superarla. Lastimosamente, las encuestas no permiten conocer otros tipos de transferencias, por lo cual no se puede conocer el efecto de las transferencias realizadas por el MAG, el INDERT, las gobernacio-nes, municipios y binacionales.

Evolución de la ejecución presupuestaria de instituciones seleccionadas

Ministerios/programas 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

MAG 213.490 299.695 381.655 382.389 351.063 355.327 589.907 570.203 702.929 916.960

Apoyo a la agric. Familiar (rubro 800)

6.273 5.048 6.573 35.694 90.876 77.463 134.954 103.804 161.947 352.516

MOPC 671.538 846.010 783.137 807.013 809.309 692.726 1.123.821 1.220.259 1.240.277 1.754.805

JUSTICIA ELECTORAL 105.382 99.765 135.480 192.663 158.590 246.548 263.155 421.783 539.478 581.715

Aporte a partidos políticos (rubro 800)

20.500 19.700 23.594 35.507 28.127 69.644 35.150 66.282 131.653 33.072

Fuente: Elaboración propia con información proveniente del sistema Boost del Ministerio de Hacienda.

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Al respecto, cabe señalar que en 2012, el MAG triplicó las trans-ferencias otorgadas a través del rubro 800, pasando de Gs. 161.000 millones a Gs. 352.000 millones. Este incremento se agrega al que venía ocurriendo desde 2009.

Esta cifra es equivalente a los programas Tekoporá y pensión ali-mentaria para adultos mayores juntos. Estas transferencias tienen como objetivo generar mejores condiciones productivas, es decir, proveer capital operativo a las fincas para aumentar la producción. A estos recursos hay que agregarles los demás ya citados y cono-cidos, como los derivados de las binacionales y de los gobiernos locales y departamentales.

El tercer factor fueron “otros ingresos”, en donde entran recur-sos como los provenientes de las remesas. Esta es una categoría residual, que habría que estudiar mejor, ya que tiene un peso im-portante en los ingresos familiares, aun con la crisis europea y la devaluación en la Argentina.

El cuarto factor, y el más relevante por su aumento, fue el de los ingresos laborales y el número de perceptores en las familias. Es decir, aumentó el número de trabajadores y los ingresos percibidos. Según las encuestas, entre 2011 y 2013 se incrementaron en alrede-dor del 40% los ingresos totales del 20% de la población ocupada de menores ingresos. Entre 2011 y 2012 se ocuparon 202.000 personas más, lo cual resulta llamativo dado el decrecimiento del PIB.

Este fenómeno requiere ser analizado con profundidad, por ejemplo en qué ramas y ocupaciones, cuál fue el impacto de las obras públicas en el nivel de empleo y la calidad de los empleos ge-nerados. Esto, entre otros aspectos que permitirán abordar no sólo la relación entre el crecimiento y la reducción de la pobreza, sino fundamentalmente la calidad del crecimiento y su potencialidad para generar ingresos permanentes en la población adulta trabaja-dora y en condiciones de trabajo decente (seguridad social, sindi-calización, etc).

Otra de las implicancias de esta drástica reducción de la pobreza por la vía de los ingresos laborales que debe ser profundizado es su efecto en la niñez y adolescencia, ya que una parte importante de la población en pobreza extrema, sobre todo rural, son niños, niñas y adolescentes. No debería verse como exitosa una reducción de la pobreza extrema a costa de mayor trabajo infantil y adolescente. Una de las causas de deserción escolar es la necesidad de trabajar.

Una pregunta importante a plantear es el rol que tuvo la expan-sión del gasto público en el crecimiento económico y, por esa vía, en la reducción de la pobreza. El gasto ejecutado del MOPC aumentó en Gs. 500.000 millones entre 2011 y 2012, recursos que se agregan a la duplicación de la ejecución presupuestaria ocurrida entre 2008 y 2009. Una parte importante de la mano de obra utilizada en las construcciones proviene de los sectores de menores ingresos, cuyo

No debería verse como exitosa una reducción de la pobreza extrema a costa de mayor trabajo infantil y adolescente. Una de las causas de deserción escolar es la necesidad de trabajar.

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impacto a nivel local pudo haber sido importante dada la obligación de utilizar mano de obra local por parte de los contratistas. Esta obligación fue establecida por decreto como parte del Plan de Reactivación Económica implementado en 2009 para enfrentar la crisis financiera internacional desatada a partir de 2008.

Por otro lado, al revisar datos provenientes del MAG se verifican aumentos en 2012 en la pro-ducción de rubros importantes para la agricultu-ra familiar y el trabajo en el sector rural como el de maíz (33,8%), algodón en rama (71,9%), man-dioca (66,1%), poroto (111,8%), la caña de azú-car (32,5%). En 2013 estos aumentos fueron de 16,7%, 56,2%, 115,4% y 42,9%, respectivamente, lo que podría haber impactado positivamente en el aumento de los ingresos laborales en el sector de la agricultura familiar. Estos buenos resultados deben ser analizados también con mayor profun-didad de manera a determinar sus causas princi-pales: buen clima, rol de la política agropecuaria, aumento de los precios, entre otros factores. El mejor conocimiento de los factores que determi-naron estos resultados permitirá no solo conocer la sostenibilidad de los mismos en los años si-guientes sino fundamentalmente proporcionará pistas para mejorar las políticas públicas.

__________________1 Actualmente se está discutiendo y midiendo a nivel interna-

cional el concepto de pobreza multidimensional, inspirado en los aportes de Amartya Sen, Mahbub ul Haq, Sabine Al-kire y Joseph Stiglitzentre otros renombrados intelectuales (http://www.ophi.org.uk/recuento-y-medicion-multidimen-sional-de-la-pobreza). Al igual que este indicador, otros como el Índice de Desarrollo Humano (www.undp.org), el Índice de Oportunidad Humana (http://siteresources.worldbank.org/LACINSPANISHEXT/Resources/Book_IOH.pdf ), el Índice de capacidades Humanas (http://www.so-cialwatch.org/es/informe2012), Índice de Progreso Social ( http://www.socialprogressimperative.org/es/data/spi)

Según el gobierno, el crecimiento económico fue determinante en la reducción de la pobreza extrema; sin embargo, los datos provenientes del gasto público indican que la importante expan-sión del gasto público podría haber impulsado la producción agrícola y el empleo en varias ramas, como en el de la construcción. Por lo tanto, es ne-cesario tomar con precaución el vínculo directo entre el crecimiento económico producido por el dinamismo del mercado y la reducción de la pobreza extrema. Al parecer, parte de este creci-miento económico se debió al aumento del gasto público, situación que ya fue revertida en 2013.

En definitiva, los recientes resultados en la reducción de la pobreza extrema requieren ser estudiados a profundidad teniendo en cuenta la tendencia inflexible de la misma en la última dé-cada. Hasta 2011, el vínculo entre crecimiento y reducción de la pobreza había sido sumamente débil, por lo cual suponer que esta relación cam-bió para beneficiar a los más pobres resulta poco convincente.

Por otro lado, una visión exitista tampoco cabe teniendo en cuenta el mínimo nivel de ingresos que se requiere para dejar de ser pobre extremo, el coyuntural aumento del gasto público que pudo haber afectado al indicador, el buen clima –tam-bién coyuntural- que permitió una buena produc-ción agrícola y el aumento del trabajo infantil y adolescente que pudiera estar involucrado en este fenómeno.

Demás está señalar que salir de la pobreza extrema en estas condiciones no significa de nin-guna manera mayor bienestar o mejor calidad de vida.

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Stroessner vive*Luis Rojas Villagra

Luego del golpe que derrocó en febrero de 1989 a Alfredo Stroessner, el dictador ya en el Brasil, observando una fotografía en la prensa de las nuevas autoridades que le sucedieron, manifestó que el único que allí faltaba era él. Los que quedaron al mando del país, encabezados por su consuegro Andrés Rodríguez, eran sus hasta pocos días antes fieles colaboradores y cómplices. Stroessner se fue del país, pero el stronismo se quedó en varios aspectos fundamentales, hasta nuestros días.

La corrupción descarada, las actividades ilícitas como atajo ha-cia el enriquecimiento, la impunidad garantizada por el sometido Poder Judicial, la deteriorada calidad de vida de la población mayo-ritaria, la elevadísima concentración de la tierra fruto de la trampa y la violencia, la entrega de los intereses nacionales y la soberanía a favor de gobiernos y empresas extranjeras, el endeudamiento creciente del Estado, han sido rasgos fuertemente marcados por la dictadura a lo largo de sus 34 años, y que han quedado como una lapidaria herencia que se proyecta hasta el presente, profundamente arraigada en nuestra economía actual (oligárquica, mafiosa y exclu-yente), en nuestro sistema democrático (que de democrático solo

* Elaborado a partir del libro La eco-nomía durante el stronismo, Luis Rojas Villagra, El Lector, 2014.

Email: [email protected]

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Con la colonización de los años sesenta y setenta se descomprimió la tensión existente entre terratenientes y campesinos de lazona central de la Región Oriental, mediante el traslado de miles de familias minifundiarias hacia territorios vírgenes e inhóspitos del este y norte de dicha región.

tiene el nombre) y en las conductas sociales devenidas en cultura (autoritarismo, prebendarismo, servilismo, etc.). Veamos algunos aspectos del stronismo como proceso histórico.

El régimen stronista representó un largo y complejo periodo de la historia paraguaya, donde muchos hicieron su acumulación originaria de riquezas (y otros ampliaron su anterior acumulación) bajo el brazo protector del dictador, pero muchos más sufrieron los rigores de un régimen político y económico injusto y represivo.

La larga duración de la dictadura fue posible por varios factores, internos y externos. Uno de los principales fue la inexistencia en el Paraguay de una élite económica de base nacional, que cumpla el papel de clase dirigente, que conduzca el proceso de desarrollo del país. El lugar de ese empresariado ausente fue ocupado por el Esta-do autoritario en manos de los militares, cuya cabeza fue Stroessner. A esto se agregó la habilidad del dictador de gobernar utilizando discrecionalmente el aparato estatal para beneficiar o emplear a un sector de la población, convirtiéndolos en cómplices del Gobier-no mediante la corrupción y la permisividad (e incluso protección) con las actividades económicas ilegales. También fue determinante la represión, desproporcionada y ejemplificadora, hacia los sectores que se mantenían críticos con el régimen, sean estos campesinos, obreros, estudiantes, políticos o religiosos.

Esta forma de gestión del poder le granjeó al Gobierno el apo-yo de los principales cuadros militares, los dirigentes partidarios, la emergente burguesía fraudulenta, viejos y nuevos terratenientes, comerciantes, contrabandistas y traficantes, la mayor parte del fun-cionariado público, las empresas y los colonos extranjeros, entre otros, al tiempo de cortar de raíz la mayoría de los procesos demo-cráticos y contestatarios en gestación.

Este control interno, prácticamente absoluto, fue posible gracias a la estratégica subordinación del país a los intereses y las orien-taciones de los EE.UU. y el Brasil, para quienes Stroessner fue un leal aliado en la defensa de la democracia sin comunismo y en la apertura incondicional a los capitales internacionales, expresado en parte en el alineamiento del Paraguay a las necesidades de la burguesía industrial brasileña. Esta sumisión externa le garantizó al dictador un abundante torrente de financiamiento externo, que llegó al país desde fines de los años cincuenta hasta el ocaso del stronismo, en los últimos años de la década del ochenta. Al mismo tiempo, en esos años el endeudamiento de nuestros países era una política geopolítica de los EE.UU., para imponer sus intereses en los países deudores. Un agente financiero norteamericano ya reti-rado describía esto cuando relataba los detalles de la capacitación que recibía en la década del sesenta para sus labores en los países a donde iría: “tu trabajo consistirá en estimular a líderes de todos los países para que entren a formar parte de la extensa red que promo-

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ciona los intereses comerciales de Estados Unidos en todo el mundo. En último término esos líderes acaban atrapados en la telaraña del endeudamiento, lo que nos garantiza su lealtad. Podemos recurrir a ellos siempre que los necesitemos para satisfacer nuestras necesidades políticas, económicas o militares”1.

La deuda externa del Paraguay en los inicios del stronismo era de alrededor de 10 millones de dólares; a la caída de la dictadu-ra esta deuda había llegado a casi 2.500 millones, sin contar con las deudas que el país asumió en los entes binacionales de Itaipú y Yacyretá, que superaban entonces los 10.000 millones de dólares, monto que con los años ha seguido incrementándose y que sigue siendo pagado por quienes habitamos este país hasta la actualidad.

La crisis de los enclaves forestales (yerbateros, tanineros y ma-dereros) a partir de la década del cincuenta fue hábilmente aprove-chada por el gobierno de Stroessner, en sintonía con los intereses de los latifundistas y los capitales externos, para desarrollar un amplio programa de colonización agraria, que redistribuyó tierras pero sin eliminar la concentración de la estructura fundiaria, utilizando en el proceso las tierras fiscales que el país disponía y partes de los en-claves, en proceso de fragmentación con fines inmobiliarios.

Con la colonización de los años sesenta y setenta se descom-primió la tensión existente entre terratenientes y campesinos de la zona central de la Región Oriental, mediante el traslado de miles de familias minifundiarias hacia territorios vírgenes e inhóspitos del este y norte de dicha región. La colonización stronista también dotó de tierras a militares, dirigentes políticos y empresarios ami-gos, quienes mediante el régimen pasaron a formar parte de la clase terrateniente, históricamente liberal, desde entonces en gran por-centaje coloradizada.

Fueron más de 6 millones de hectáreas de tierras malhabidas arrebatadas al pueblo paraguayo, al campesinado y a los pueblos indígenas, que permanecen hasta nuestros días en manos de pro-pietarios ilegales e ilegítimos, por el origen espurio de los títulos de miles de propiedades. Según el informe de la Comisión Verdad y Justicia, algunos de los beneficiarios fueron:

Gral. Alfredo Stroessner 1.305 hectáreas Alto Paraná

Gral. Andrés Rodríguez 8.055 has Alto Paraná y Cordillera

Blas N. Riquelme 4.078 has Curuguaty

Humberto Domínguez Dibb 7.990 has Ñacunday y Villa Hayes

Conrado Pappalardo 4.000 has Chaco

Gral. Alcibiades Brítez Borges 10.000 has Canindeyú

Pastor Coronel 4.476 has ---

Fahd Yamil 524 has Amambay

Gral. Roberto Knopfelmacher 8.244 has Concepción y Chaco

Gral. Galo Escobar 1.630 has Alto Paraná

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El gobierno stronista realizó múltiples obras de infraestructura a lo largo de las tres décadas y media que duró, como rutas asfaltadas, puentes, hospitales y escuelas, represas hidroeléctricas, ae-ropuertos, fábricas de acero, cemento y alcohol, edificios imponentes como el Palacio Municipal de Asunción, entre muchos otros, pero a un costo muy elevado para el país: el creciente endeuda-miento externo y la corrupción generalizada en que se realizaron.

Todas estas obras pudieron haberse hecho con prácticamente la mitad del dinero que el país tomó en préstamo para su realización de no ha-ber sido por las enormes sobrefacturaciones, las

comisiones de por medio, el desvío de fondos, el pago de intereses usurarios, las condiciones en-treguistas de los tratados binacionales, etc. Las obras públicas del stronismo fueron cargadas fi-nancieramente en las espaldas de las generacio-nes de paraguayos y paraguayas que soportaron y sucedieron al régimen dictatorial y que las vienen pagando con su trabajo, sus impuestos y el pago de los servicios básicos desde hace varias décadas.

A la corrupción se sumó la ilegalidad de dife-rentes formas de acumulación, como el narcotrá-fico, el autotráfico, el contrabando, la evasión de divisas, la deforestación y el rollotráfico, el lavado de dinero, que dieron forma a una burguesía co-

ALGUNOS NEGOCIOS DURANTE EL STRONISMO

Grupo Stroessner: vinculado a la explotación de juegos (casinos, lotería, apuestas deportivas, etc.). Tuvo el monopolio de dichos juegos desde 1969. Uno de los negocios de la familia fue la construcción del lujoso hotel Itá Enramada en 1974, beneficiado con exenciones de impues-tos para importar materiales y equipamientos (desde mármoles hasta automóviles) del hotel. Otras empresas del grupo vinculado a los juegos eran Crown Cork Paraguaya S.A. y la Polla Paraguaya del Fútbol S.A. Stroessner también creó monopolios artificiales para sus empresas familiares, como en el caso de los alambres, prohibiendo su importación por decreto en 1968 favoreciendo a la empresa ICIERSA, o el caso de las pilas, prohibidas por Decreto 19.427 de 1975, beneficiando a la empresa vinculada a su familia, Pilas Paraguayas.

Grupo Rodríguez: controlaba el tráfico de drogas. Manejaba varias pistas particulares por todo el territorio nacional, desde las cuales proveía a los EE.UU. del 50% de la heroína ingresa-da a ese país. La ruta de la heroína era la siguiente: la materia prima iba de Turquía a Francia, donde era procesada, y enviada de forma camuflada al Paraguay, a través de alguno de los puertos del Río de la Plata. De Asunción se distribuía a las pistas clandestinas del interior, desde donde mediante pequeños aviones la heroína se dirigía al gran mercado de los EE.UU. (a través de Miami), con escalas en pistas clandestinas en zonas de los Andes y Panamá. Esta ruta había sido creada por empresas norteamericanas para el contrabando de productos de ese país hacia América Latina (cigarros, vestimenta, electrodomésticos, etc.), y con el tiempo fue aprovechada para llevar drogas desde Sudamérica al norte. El grupo de Rodríguez poseía bancos y financieras para lavar el dinero “sucio”.

Horacio Cartes: fue involucrado en el delito de evasión de divisas a través de una denuncia del representante legal del BCP, José Emilio Gorostiaga, por falsificación de instrumentos públicos (montaje de operaciones fantasmas de importación) para obtener divisas preferen-ciales, que sumaron 34 millones de dólares, depositados en una cuenta en Nueva York, bajo prestanombres que eran empleados de su casa de cambios, cuyos domicilios coincidían con el de Humaitá Cambios, de Estrella y 14 de Mayo. En su escrito Gorostiaga señalaba que “Car-tes facilitó el número de sus cuentas a los falsos importadores para que allí fuesen remesados los dólares de tipo preferencial en lugar de ser enviados a las cuentas de los exportadores norteamericanos” y agregaba: “a Humaitá Cambios le fue cancelada la autorización para ac-tuar en cambios el 2 de agosto de 1982”, según consta en un informe de la Superintendencia de Bancos.

Fuentes: Julio José Chiavenato, Stroessner: retrato de uma ditadura, São Paulo, Brasiliense Editora, 1980; y Tomás Palau, Félix Lugo y Gloria Estragó, Dictadura, corrupción y transición, BASE Investigaciones Sociales, 1990.

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rrupta e inescrupulosa, ávida de acrecentar su poder e influencia económica, e insensible y cómplice con las violaciones de los dere-chos humanos de otras personas. Del robo de los fondos públicos y las actividades ilícitas se alimentó la naciente burguesía fraudulenta (empresaurios, narcos, contratistas, contrabandistas, especuladores, etc.), forjada bajo el stronismo y vigente hasta nuestros días, como parte fundamental de la élite dirigente del país.

La impunidad garantizada por el régimen para todas esas prác-ticas permitió que la corrupción y la ilegalidad sean mecanismos rápidos de enriquecimiento e incluso en muchos casos de sobrevi-vencia, lo que instaló toda una cultura de aceptación y legitimación social de dichas prácticas que ha quedado como herencia maldita en el inconsciente colectivo de la sociedad paraguaya. Esto ha de-venido en perjudiciales actitudes sociales de aprobación y reproba-ción: al que tiene dinero, no importa cómo lo obtuvo, generalmente se le ofrece pleitesía; al honesto, en general, la indiferencia.

Sin embargo, el stronismo no modificó estructuralmente el mo-delo económico paraguayo. La economía anterior y posterior al régimen fue y es dependiente del capital internacional y la deman-da externa, y está vinculada de forma subordinada y dependiente, como proveedora de materias primas para el mercado internacional y el fortalecimiento de los circuitos industriales de otros países: en los cincuenta el país proveía mediante las exportaciones de madera, yerba, tanino, carne, tabaco y algodón; para fines de los ochenta, solo cambiaron algunas materias primas exportadas, ocupando los principales lugares la soja, el algodón, la carne y la electricidad a precio de regalo.

La genuina reforma agraria, la industrialización, entre otros cambios estructurales, siguen siendo tareas pendientes como hace 60 años atrás. El desarrollo de las potencialidades productivas y or-ganizativas de la población paraguaya fue postergado por la prima-cía de los intereses económicos de los grupos cercanos al poder y de sus aliados situados más allá de nuestras fronteras. Las tres leyes de fomento a la inversión extranjera implementadas por el stronismo en los años 1955, 1970 y 1975, toman en la actualidad renovado impulso hacia la entrega de las riquezas y el patrimonio del Para-guay, a través de la ley de Alianza Público Privada, impulsada por el gobierno cartista, genuino heredero de la impronta stronista.

_______________1 John Perkins, “Confesiones de un gángster económico”, Ediciones Urano, 2005.

A la corrupción se sumó la ilegalidad de diferentesformas de acumulación, como el narcotráfico,el autotráfico, el contrabando, la evasión dedivisas, la deforestación y el rollotráfico, el lavadode dinero, que dieron forma a una burguesíacorrupta e inescrupulosa.

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El marco institucional de la Ley APP (2ª parte)

Lila Molinier*

Esta segunda parte es continuación de la primera entrega (ACCIÓN, Nº 343, abril de 2014, pp. 19- 24) en la que habíamos planteado que la llamada Ley Nº 5102 de Alianza Público Privada (Ley APP)1 su marco institucional en un contexto en el que en su primer artículo vulnera la institucionalidad del Estado paraguayo,al abrir en forma indiscriminada la totalidad del campo de intervención estatal en la producción de bienes y servicios públicos a la inversión privada, y a ese efecto establece nuevas figuras jurídicas como la de los contratos de participación público-privada según dos formas, por iniciativa pública y por iniciativa privada, y regula la gestión de los fideicomisos.

En relación con el marco institucional de la ley señalamos que es-tablece cinco instituciones e instancias que estarán directamente in-volucradas en los proyectos y contratos PPP2: (i) Administraciones competentes y contratantes; (ii) Unidad de Proyectos de PPP; (iii)

* Economista. Miembro de la Sociedadde Economía Política del Paraguay.

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tema del mes

Nº 345 - Junio 2014

La Unidad de Proyectos de PPP es la dependencia especializadade la Secretaría Técnica de Planificación (STP) de la Presidenciade la República, creada por la Ley APP, para promover y coordinarcon las Administraciones Contratantes los proyectos bajo lamodalidad de contratos PPP.

Ministerio de Hacienda; (iv) Fondo de Garantías y Liquidez para contratos con PPP, y (v) Registro Público de Contratos de PPP/STP.

En dicha ocasión nos hemos concentrado solo en las dos prime-ras instituciones, por lo que en esta, seguimos con la presentación de las otras tres, además de las dos instituciones incorporadas por el decreto reglamentario.

La Unidad de Proyectos de Participación Público Privada

La Unidad de Proyectos de PPP es la dependencia especializada de la Secretaría Técnica de Planificación (STP) de la Presidencia de la República, creada por la Ley APP, para promover y coordi-nar con las Administraciones Contratantes los proyectos bajo la modalidad de contratos PPP. Además, para asistirlas en la elabo-ración de pliegos de bases y condiciones generales, y asesorarlas en la preparación de los pliegos particulares, así como en su proceso de selección, adjudicación y ejecución (Ley APP, Art.9º). El decreto regulatorio la estructuró en tres direcciones: General, Jurídica, y en Formulación y Evaluación de Proyectos PPP. Su estructura orgáni-ca y funcional deberá ser formulada por ella misma3. Esta Unidad también tiene a su cargo llevar el Registro Público de los contratos de PPP y de iniciativa privada, como se verá más adelante.

El Ministerio de Hacienda

Las funciones del Ministerio de Hacienda (MH) son estableci-das por la Ley APP en relación con la estructuración y desarrollo de los contratos PPP, a partir de los requisitos que deben cubrir para su evaluación inicial; los compromisos fiscales (presupuestarios) deri-vados de los contratos; el Sistema de Inversión Pública, y la consti-tución y el funcionamiento del Fondo Fiduciario de Garantías y Li-quidez. La Dirección de Inversión Pública del MH será la instancia técnica encargada de orientar a las Administraciones Contratantes (públicas) sobre los estudios previos requeridos sobre los proyectos y contratos para su aprobación, sin llegar a condicionar los resul-tados del dictamen de evaluación (Decreto Nº 1350/14, Art. 11º).

En cuanto a los compromisos fiscales, fundamentalmente debe evaluar los riesgos e impactos fiscales previstos en la etapa prepara-toria y de análisis de los contratos PPP; emitir dictámenes técnicos vinculantes al respecto, así como sobre la factibilidad de la imple-mentación de los proyectos4 (Ley APP, Art. 10º). También, velar por la consistencia de los pagos futuros, firmes y contingentes5, deri-vados de la aprobación de cada proyecto, y llevar el registro de los mismos. Igualmente, debe evaluar e informar sobre el monto global autorizado a transferir al Fondo de Garantías y Liquidez, en ocasión del estudio y aprobación del Presupuesto General de la Nación, en

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forma anual. Además, verificar que la Administración Contratante incluya en cada proyecto de presupuesto anual la asignación corres-pondiente a los recursos necesarios derivados de los compromisos asumidos en los proyectos PPP. Asimismo, el MH deberá contratar auditorías externas, cada cuatro años, de los pasivos contingentes y firmes de los contratos PPP, y una auditoría internacional para evaluar la calidad de los servicios producidos (Ley APP, Art. 10º).

Todos estos procedimientos a ser seguidos por el MH, que im-pliquen la previsión y uso de los recursos presupuestarios, se cruzan con las atribuciones y funciones del Congreso Nacional, en relación con el estudio y aprobación del presupuesto público anual y de sus modificaciones, por lo que el Poder Legislativo estará involucrado en la asignación de los recursos para los proyectos y contratos APP. Pero el MH junto con el MOPC serán los dos ministerios del Poder Ejecutivo más involucrados en cuanto al contenido de los contratos y los compromisos asumidos por el Estado como responsable de la política fiscal, por un lado, y de obras públicas y comunicaciones, por el otro lado, ante los participantes y la iniciativa privada.

El Fondo Fiduciario de Garantías y Liquidez para contratos con PPP

La Ley APP crea este fondo fiduciario con el objetivo de generar las condiciones financieras para asumir los compromisos firmes y contingentes cuantificables derivados a los que se obliga al Estado, y de los costos por resolución de controversias por medio de la fir-ma de los contratos de PPP (Ley APP, Art. 11º). Será administrado por la Agencia Financiera para el Desarrollo (AFD) en calidad de fiduciario (encargado) siendo el Estado paraguayo el fideicomitente (propietario), representado por el Ministerio de Hacienda6. La AFD percibirá una remuneración por la administración del fideicomiso, según el acuerdo establecido en el contrato con el MH.

En cuanto a los recursos del Fondo la Ley APP en lista seis po-sibles fuentes (Ley APP, Art. 11º), sin embargo, la primera es la más importante de todas, consistente en un aporte del Estado constitui-do por los recursos establecidos en el Art. 3º, inciso (a) de la Ley Nº 4758/12 Fonacide/FEEI7. Se refiere a los recursos asignados por el Fonacide al Tesoro Nacional para la inversión en infraestructu-ra pública, de los cuales serán transferidos gradualmente al Fondo Fiduciario de Garantías y Liquidez hasta un máximo del 25% del total percibido en el año 2013, para volverse una suma constante a reponer en el caso en el que fuera utilizado para efectuar los pagos debidamente aprobados. Las demás fuentes hacen referencia a un porcentaje de los pagos de los participantes privados efectuados a las Administraciones Contratantes, según lo estipulado en los contratos de PPP en cada caso, como aporte y/o sobre los superávits logrados; aportes de otras entidades; la rentabilidad obtenida por la adminis-

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tración de los recursos del Fondo, y las multas aplicadas a los partici-pantes privados en concepto de sanciones previstas en la Ley.

Los pagos que deben ser realizados con los recursos del Fondo se regirán por la Ley 921/96 de los “Negocios Fiduciarios”, con lo cual los recursos no utilizados en cada año fiscal no serán devuel-tos al Tesoro Nacional, y permanecerán afectados al Fondo para los ejercicios siguientes. Sin embargo, las programaciones de los pagos deberán ser previstas por el MH. En los casos en que el Fondo no pueda responder por la totalidad de los pasivos, el MH deberá de-terminar la forma en la que serán cubiertos. Los recursos del Fon-do podrán ser depositados en instituciones financieras públicas o privadas, nacionales e internacionales, calificadas, y aprobadas por el BCP (Decreto Reglamentario Nº 1350/14, art. 25º), lo cual se ex-pande aún más la gestión de los contratos PPP hacia su apertura y articulación con el capital financiero.

Además, la Ley APP también establece otros pagos, en porcen-tajes destinados a las gobernaciones y municipalidades, en los si-guientes casos: (i) el 2% de los pagos establecidos en los contratos, como pago ofrecido por el oferente a la Administración Contratan-te, y que se encuentren previstos en los contratos (Art. 24º), y (ii) el 7% de la asignación del Fonacide/FEEI para el Tesoro Nacional8, que podrán ser destinados a proyectos de PPP a ser desarrollados en Asunción y su área metropolitana (Ley APP, Art. 11º).

El Registro Público de Proyectos de PPP

Es una función e instancia asociada con la Unidad de Proyectos PPP de la Secretaría Técnica de Planificación de la Presidencia de la República, que consiste en llevar el registro de todos los proyec-tos PPP, por iniciativa pública y por iniciativa privada, ya ejecu-tados y en ejecución. Este registro es de carácter público y deberá garantizar el acceso a la información por medios electrónicos (Ley APP, Art. 13º). Además de las funciones del Registro Público de Proyectos PPP, la Ley APP dispone que esta Unidad deberá presen-tar anualmente un informe al Poder Ejecutivo, al Legislativo y a la Contraloría General de la República, y publicarlo “en el sitio electró-nico oficial que se determine en la reglamentación”, detallando los mecanismos y acciones de transparencia implementados en cada uno de los proyectos, incluyendo los resultados e indicadores de verificación (Ley APP, Art. 15º).

El decreto reglamentario determinó que el sitio electrónico ofi-cial de publicación de dicho informe de transparencia sea el portal del Sistema de Contrataciones Públicas, de la Dirección General de Contrataciones Públicas (DGCP), públicas, cuya intervención solo fue prevista en la Ley APP en relación con difusión de la convoca-toria a concursos de proyectos PPP mediante licitaciones públicas en el Sistema (Ley APP, Art. 22º). El listado de los documentos a ser

La Ley APP crea este fondo fiduciario con el objetivo de generar las condiciones financieras para asumir los compromisos firmes y contingentes cuantificables derivados a los que se obliga al Estado,y de los costos por resolución de controversias por medio de la firmade los contratos de PPP.

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publicados definidos en la Ley, y detallado en el decreto, deberán ser facilitados por Administra-ciones Contratantes para su difusión en el portal9.

El decreto reglamentario incorpora la intervención de la Procuraduría General de República y del Banco Central del Paraguay

Las importantes omisiones del marco insti-tucional de la Ley APP son evidenciadas por el decreto reglamentario con las disposiciones que agregan estas dos instituciones del Gobierno cen-tral en dicho marco, la Procuraduría General de la República (PGR) y el Banco Central del Paraguay (BCP). La cuestión preocupante es que el decreto no tiene la misma jerarquía que la ley y puede ser modificado por el Ejecutivo sin intervención del Congreso Nacional.

En el caso de la PGR, el decreto dispone que dicha institución emitirá dictámenes, previo a los dictámenes vinculantes que dictará el Ministerio de Hacienda10, de conformidad al Art. 10º, Inci-so (i) de la ley, sobre los actos que puedan com-prometer los recursos del Estado, tales como: los pliegos de bases y condiciones con carácter previo a su aprobación; los contratos y sus modificacio-nes con carácter previo a su suscripción; las soli-citudes de indemnización o compensación plan-teadas por el participante privado, por cualquier causa; las terminaciones anticipadas del contrato, antes de adoptar la decisión, y cualquier otra cir-cunstancia que pueda comprometer directamente los recursos del Estado11.

En cuanto a la inclusión del BCP, el decreto es-tablece que en su carácter de organismo técnico encargado de la política económica y cambiaria deberá ser informado sobre el cronograma ten-tativo de desembolsos del fondo anual de cada proyecto aprobado, el monto total de la inversión prevista, y el estudio de factibilidad, a ser remitido por las Administraciones Contratantes, en forma previa a la suscripción del contrato de PPP perti-nente. Además, de sus modificaciones en cuestio-nes referentes a montos o plazos de desembolsos. Asimismo, la STP deberá remitirle la lista desa-gregada por proyecto de los desembolsos pre-

vistos para el siguiente periodo fiscal, a más tar-dar el 30 de noviembre de cada año (Decreto Nº 1350/14, Art. 29º ).

Ambas incorporaciones están plenamente justificadas pues en el caso de la PGR, que debe representar y defender, judicial o extrajudicial-mente, los intereses patrimoniales de la Repú-blica, así como dictaminar en los casos y efectos señalados en las leyes, y asesorar a la Adminis-tración Pública en la forma en que dichas leyes determinen la tarea será sistemática, comprome-tedora y riesgosa, ya que la APP propone cambios en las reglas de juego en la intervención pública y privada, tradicionalmente malas, tratándose de intereses empresariales fuertes, con mucha capa-cidad de presión, incluyendo las transnacionales, así como por efectos de la corrupción público-privada. Mientras que en el caso del BCP el tipo de cambio fijado afectará el nivel de operaciones y rendimientos de las inversiones extranjeras, por lo que la presión sobre la política cambiaria será importante.

Los riesgos y límites previstos

Las instituciones que asumen la mayor carga de responsabilidad por los proyectos y contratos PPP, y sus implicancias, son el MOPC, el MH, la PGR y el BCP. El decreto reglamentario establece la distribución de compromisos, riesgos y benefi-cios que los contratos PPP deberán consignar con claridad (Decreto Nº 1350/13, Art. 5º), porque su consideración representa niveles de dificul-tad a superar en las negociaciones entre las par-tes acerca de dichos aspectos, para la definición, aprobación y firma de los contratos, así como su posterior administración, apegada a los términos acordados.

En cuanto a los riesgos, son ilustrativos los enunciados como riesgos de ingeniería y construc-ción (sobrecostos y retrasos que se generan en las obras por causas previsiblese imprevistas); riesgos operacionales (caída de la producción prevista, operaciones por encima del costeo, obsolescencia técnica, etc.); riesgos de mercado; medioambien-tales del proyecto; de conflictos sociales; de políti-ca económica y de la situación política; de fuerza

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mayor y casos fortuitos (Decreto 1250, para am-pliar ver Art. 6º). También, los relacionados con los retrasos en las autorizaciones, permisos, licen-cias que deberán ser identificados en forma previa a la aprobación del proyecto, por los costos, so-brecargas y diligencias requeridas (Decreto 1250, Art. 7º). En relación con “los compromisos fiscales derivados de los contratos de PPP”, la Ley APP de-termina que el MH es responsable de las normas contables necesarias para la valoración y registro de los compromisos firmes y contingentes de los contratos PPP (Ley APP, Art. 14). Además, que el monto acumulado de los pagos, netos de ingre-sos contingentes, asumidos a título de contratos de PPP, calculado a valor presente, no podrá ex-ceder el 2% del producto interno bruto (PIB) del año inmediato anterior. Y que el monto asumido como pagos firmes y contingentes cuantificables anuales no podrá exceder del 0,4% (menos de uno de cada cien) del PIB del año inmediato anterior.

Estos límites establecidos en cuanto al impac-to de los proyectos y contratos PPP, sin embargo, son levantados por la propia Ley APP al otorgar al MH la atribución de revisar la conveniencia de los mismos y, en caso de estimarlo necesario, pre-parar la reforma legislativa. De ahí que fungirán como mecanismos de contención de los riesgos asumidos por las finanzas públicas hasta tanto sean modificados.

Otra novedad que deberá ser asimilada por la administración de la política fiscal por parte del MH es que los recursos que se generen por la ex-plotación de la infraestructura o la prestación de los servicios públicos en el desarrollo de los pro-yectos de PPP, administrados bajo los contratos firmados por la Administración Contratante, no se contabilizarán en el Presupuesto General de la Nación, durante la ejecución del contrato. En otras palabras, los contratos PPP generarán gas-tos pero no recursos por proyectos. Los posibles ingresos previstos son los pagos de la contraparte privada según contrato, que estarán blindados en el Fondo de Garantías y Liquidez.

La Ley APP tiene 57 artículos y 30 páginas, mientras que el decreto reglamentario tiene 145 artículos y 105 páginas, todos referidos al nuevo régimen jurídico contractual entre el sector pú-

blico y el privado, alternativo a los desarrollados bajo las diversas modalidades actualmente vigen-tes de la inversión y los servicios públicos en Para-guay, tanto en el área económica como social. No serán fáciles monitorear y evaluar los proyectos ni administrar cada contrato PPP. Es probable que el experimento genere más que contratiempos, im-portantes pérdidas para las finanzas públicas y el aumento de las deudas públicas, tanto financieras como las pendientes en infraestructura y servicios públicos que necesitan los procesos y las comuni-dades postergadas por la debilidad estructural de la institucionalidad y gestión pública. __________________1 La Ley Nº 5102, de Promoción de la Inversión en Infraestruc-

tura Pública y Ampliación y Mejoramiento de los Bienes y Servicios a Cargo del Estado, fue sancionada por la Cámara de Diputados el 28 de octubre, y promulgada por el presi-dente Horacio Cartes el 1 de noviembre de 2013. Disponible en: www.stp.gov.py/alianzapúblicoprivada.

2 Decreto PR-MH Nº 1350/14, Capítulo II, Sección I al VII Ley APP, Art. 9º Disponible en: www.stp.gov.py/alianzapúblico-privada.

3 Dto. Nº 1350/14 de reglamentación de la Ley APP, Art. 10º, plazo cumplido el 12 de abril pasado. Ley APP, Art.9º.

4 Dichos dictámenes técnicos deben concentrarse sobre: (i) los pliegos de bases y condiciones de los proyectos previos a su aprobación; (ii) los contratos y sus modificaciones, en forma previa a su suscripción; (iii) las solicitudes de indem-nización o compensación planteadas por el participante pri-vado por cualquier causa; (iv) las terminaciones anticipadas del contrato, antes de asumir la decisión, y (v) cualquier otra circunstancia que pueda comprometer los recursos del Es-tado (Ley APP, Art. 10º).

5 Los “compromisos firmes” se refieren a las obligaciones a cargo del Estado que impliquen el pago, al participante pri-vado, de una contraprestación por la realización de los actos previstos en el contrato PPP, incluidas sus modificaciones. Mientras que “los compromisos contingentes” se refieren a los pagos potenciales a cargo de la Administración Contra-tante y a favor del participante privado, correspondientes a las garantías que el primero haya otorgado a fin de mejorar la relación riesgo-retorno del proyecto e incentivar la parti-cipación privada. Ambos tipos de compromisos cuantifica-bles deberán ser considerados para fines del registro (Ley APP, Art. 14º).

6 La AFD es un banco público de segundo piso, para canali-zar el financiamiento para el sector privado a través de las Instituciones Financieras Intermediarias. En el 2009 le fue-ron otorgadas nuevas funciones y atribuciones, y asume la función de fiduciario en el caso del Fonacide y, en este caso, por disposición de la Ley APP.

7 El Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fona-cide) y del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI), integrado con los ingresos en concep-to de compensación por cesión de la energía paraguaya de la Itaipú al Brasil, acrecentados por los acuerdos firmados por los gobiernos de Fernando Lugo y Luiz Ignacio “Lula” Da Silva en julio de 2009. La ley asigna dichos recursos en porcentajes diferenciados a cinco instancias institucionales, entre ellas, al Tesoro Nacional, en un 28% del total, para in-versiones en infraestructura pública.

8 Art. 3º, inciso a) de la Ley Nº 4758/12 Ley Fonacide/FEEI, ver nota pie de página 26.

9 Dto. Nº 1350/14, Art. 27º. En la Ley APP también se incluyen las decisiones de terminación de contratos en forma antici-pada, Art. 15º.

10 Dto. Nº 1350/14, Art. 28º 11 Los pedidos de dictamen deberán ser acompañados de la

posición jurídica de la Administración Contratante y de los antecedentes correspondientes.

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“La alegría del Evangelio”(Nos 50-60)

Papa Francisco

En esta exhortación Apostólica sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual (24 de noviembre de 2013), el Papa Francisco recoge las conclusiones de los trabajos del sínodo de los Obispos sobre la “Nueva Evangelización para la transmisión de la Fe”, celebrado en el Vaticano en octubre de 2012, pero que se completa con reflexiones del propio Papa Bergoglio.

Capítulo segundo: En la crisis del compromiso comunitario

50. Antes de hablar acerca de algunas cuestiones fundamentales relacionadas con la acción evangelizadora, conviene recordar bre-vemente cuál es el contexto en el cual nos toca vivir y actuar. Hoy suele hablarse de un «exceso de diagnóstico» que no siempre está acompañado de propuestas superadoras y realmente aplicables. Por otra parte, tampoco nos serviría una mirada puramente sociológi-ca, que podría tener pretensiones de abarcar toda la realidad con

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pensar y creer

su metodología de una manera supuestamente neutra y aséptica. Lo que quiero ofrecer va más bien en la línea de un discernimiento evangélico. Es la mirada del discípulo misionero, que se «alimenta a la luz y con la fuerza del Espíritu Santo». 53

51. No es función del Papa ofrecer un análisis detallado y com-pleto sobre la realidad contemporánea, pero aliento a todas las co-munidades a una «siempre vigilante capacidad de estudiar los sig-nos de los tiempos». 54 Se trata de una responsabilidad grave, ya que algunas realidades del presente, si no son bien resueltas, pueden desencadenar procesos de deshumanización difíciles de revertir más adelante. Es preciso esclarecer aquello que pueda ser un fruto del Reino y también aquello que atenta contra el proyecto de Dios. Esto implica no sólo reconocer e interpretar las mociones del buen espíritu y del malo, sino –y aquí radica lo decisivo– elegir las del buen espíritu y rechazar las del malo. Doy por supuestos los diver-sos análisis que ofrecieron otros documentos del Magisterio uni-versal, así como los que han propuesto los episcopados regionales y nacionales. En esta Exhortación sólo pretendo detenerme breve-mente, con una mirada pastoral, en algunos aspectos de la reali-dad que pueden detener o debilitar los dinamismos de renovación misionera de la Iglesia, sea porque afectan a la vida y a la dignidad del Pueblo de Dios, sea porque inciden también en los sujetos que participan de un modo más directo en las instituciones eclesiales y en tareas evangelizadoras.

I. Algunos desafíos del mundo actual

52. La humanidad vive en este momento un giro histórico, que podemos ver en los adelantos que se producen en diversos campos. Son de alabar los avances que contribuyen al bienestar de la gente, como, por ejemplo, en el ámbito de la salud, de la educación y de la comunicación. Sin embargo, no podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo vive precariamente el día a día, con consecuencias funestas. Algunas patologías van en aumento. El miedo y la desesperación se apoderan del corazón de numerosas personas, incluso en los llamados países ricos. La alegría de vivir frecuentemente se apaga, la falta de respeto y la violencia crecen, la inequidad es cada vez más patente. Hay que luchar para vivir y, a menudo, para vivir con poca dignidad. Este cambio de época se ha generado por los enormes saltos cualitativos, cuan-titativos, acelerados y acumulativos que se dan en el desarrollo cien-tífico, en las innovaciones tecnológicas y en sus veloces aplicaciones en distintos campos de la naturaleza y de la vida. Estamos en la era del conocimiento y la información, fuente de nuevas formas de un poder muchas veces anónimo.

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No a una economía de la exclusión

53. Así como el mandamiento de «no matar» pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir «no a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa eco-nomía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequi-dad. Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del «descarte» que, además, se promueve. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes».

54. En este contexto, algunos todavía defienden las teorías del «derrame», que suponen que todo crecimiento económico, favore-cido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando. Para poder soste-ner un estilo de vida que excluye a otros, o para poder entusias-marse con ese ideal egoísta, se ha desarrollado una globalización de la indiferencia. Casi sin advertirlo, nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos, como si todo fuera una responsabilidad ajena que no nos incumbe. La cultura del bien-estar nos anestesia y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esas vidas trunca-das por falta de posibilidades nos parecen un mero espectáculo que de ninguna manera nos altera.

No a la nueva idolatría del dinero

55. Una de las causas de esta situación se encuentra en la rela-ción que hemos establecido con el dinero, ya que aceptamos pací-ficamente su predominio sobre nosotros y nuestras sociedades. La crisis financiera que atravesamos nos hace olvidar que en su origen hay una profunda crisis antropológica: ¡la negación de la primacía del ser humano! Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del an-

No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad.

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pensar y creer

tiguo becerro de oro (cf. Ex 32,1-35) ha encontra-do una versión nueva y despiadada en el fetichis-mo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano. La crisis mundial que afecta a las finan-zas y a la economía pone de manifiesto sus des-equilibrios y, sobre todo, la grave carencia de su orientación antropológica que reduce al ser hu-mano a una sola de sus necesidades: el consumo.

56. Mientras las ganancias de unos pocos cre-cen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría fe-liz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común. Se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone, de forma unilateral e implacable, sus leyes y sus re-glas. Además, la deuda y sus intereses alejan a los países de las posibilidades viables de su economía y a los ciudadanos de su poder adquisitivo real. A todo ello se añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han asumido di-mensiones mundiales. El afán de poder y de tener no conoce límites. En este sistema, que tiende a fagocitarlo todo en orden a acrecentar beneficios, cualquier cosa que sea frágil, como el medio am-biente, queda indefensa ante los intereses del mer-cado divinizado, convertidos en regla absoluta.

No a un dinero que gobierna en lugar de servir

57. Tras esta actitud se esconde el rechazo de la ética y el rechazo de Dios. La ética suele ser mirada con cierto desprecio burlón. Se conside-ra contraproducente, demasiado humana, porque relativiza el dinero y el poder. Se la siente como una amenaza, pues condena la manipulación y la degradación de la persona. En definitiva, la ética lleva a un Dios que espera una respuesta com-prometida que está fuera de las categorías del mercado. Para éstas, si son absolutizadas, Dios es incontrolable, inmanejable, incluso peligroso, por llamar al ser humano a su plena realización y a la independencia de cualquier tipo de esclavitud. La

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__________________53 JUAN PABLO II, Exhort. ap. postsinodal Pastores dabo

vobis (25 marzo 1992), 10: AAS 84 (1992), 673.54 ABLO VI, Carta enc. Ecclesiam suam (6 agosto 1964), 19:

AAS 56 (1964), 632.55 SAN JUAN CRISÓSTOMO, De Lazaro Concio II, 6: PG 48,

992D.

ética –una ética no ideologizada– permite crear un equilibrio y un orden social más humano. En este sentido, animo a los expertos financieros y a los gobernantes de los países a considerar las pa-labras de un sabio de la antigüedad: «No compar-tir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos». 55

58. Una reforma financiera que no ignore la ética requeriría un cambio de actitud enérgico por parte de los dirigentes políticos, a quienes exhorto a afrontar este reto con determinación y visión de futuro, sin ignorar, por supuesto, la especificidad de cada contexto. ¡El dinero debe servir y no gobernar! El Papa ama a todos, ricos y pobres, pero tiene la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promocionarlos. Os ex-horto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano.

No a la inequidad que genera violencia

59. Hoy en muchas partes se reclama mayor seguridad. Pero hasta que no se reviertan la exclu-sión y la inequidad dentro de una sociedad y en-tre los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia. Se acusa de la violencia a los pobres y a los pueblos pobres pero, sin igualdad de opor-tunidades, las diversas formas de agresión y de guerra encontrarán un caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión. Cuando la sociedad –local, nacional o mundial– abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de in-teligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad. Esto no sucede solamente porque la inequidad provoca la reacción violenta de los excluidos del sistema, sino porque el sistema so-cial y económico es injusto en su raíz. Así como el bien tiende a comunicarse, el mal consentido, que es la injusticia, tiende a expandir su potencia dañina y a socavar silenciosamente las bases de cualquier sistema político y social por más sólido que parezca. Si cada acción tiene consecuencias,

un mal enquistado en las estructuras de una so-ciedad tiene siempre un potencial de disolución y de muerte. Es el mal cristalizado en estructuras sociales injustas, a partir del cual no puede espe-rarse un futuro mejor. Estamos lejos del llamado «fin de la historia», ya que las condiciones de un desarrollo sostenible y en paz todavía no están adecuadamente planteadas y realizadas.

60. Los mecanismos de la economía actual promueven una exacerbación del consumo, pero resulta que el consumismo desenfrenado unido a la inequidad es doblemente dañino del tejido social. Así la inequidad genera tarde o temprano una violencia que las carreras armamentistas no resuelven ni resolverán jamás. Sólo sirven para pretender engañar a los que reclaman mayor se-guridad, como si hoy no supiéramos que las ar-mas y la represión violenta, más que aportar solu-ciones, crean nuevos y peores conflictos. Algunos simplemente se regodean culpando a los pobres y a los países pobres de sus propios males, con inde-bidas generalizaciones, y pretenden encontrar la solución en una «educación» que los tranquilice y los convierta en seres domesticados e inofen-sivos. Esto se vuelve todavía más irritante si los excluidos ven crecer ese cáncer social que es la corrupción profundamente arraigada en muchos países –en sus gobiernos, empresarios e institu-ciones– cualquiera que sea la ideología política de los gobernantes.

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arte y letras

El Monstruo Amable - ¿El mundo se vuelve de derechas?*

Raffaele Simone*

¿El concepto de izquierda sigue teniendo sentido hoy día?

Desde hace tiempo en Occidente este conjunto de convicciones parece estar empañado y en de-clive. Casi ninguna de sus grandes metas histó-ricas ha logrado realizarse y resulta difícil creer

que alguna idea de izquierda vaya a conseguir modelar el futuro próximo. Europa, y en cierto sentido el mundo, tiende a la derecha.

Todos los esfuerzos de la izquierda para adaptarse a los nuevos tiempos han sido insuficientes. La derecha, en su forma globalizada y mediática, ha sido la verdadera sorpresa del panorama político cultural de principios del siglo XXI: promete felicidad y bienestar para todos. Está muy al día en cuanto a imagen y técnicas de pro-paganda, quiere parecer moderna y vital. Es el Monstruo Amable, el rostro sonriente de este nuevo despotismo que degradará a los hombres «sin atormentarlos».

La consolidación de este modelo ha impuesto la noción de que las distinciones ideológicas ya están superadas, ha descabalado los principios de la izquierda y ha alejado a una gran masa de sus simpatizantes naturales. La izquierda ya no encaja con el mundo

*Sinopsis realizada por el autor (Taurus Pensamiento. España. 2012).

**Lingüista y ensayista italiano. Especialista en filosofía del lenguaje y la cultura.

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en que vivimos hoy. Se ha visto obligada a aligerar drásticamente sus aspiraciones y sus ideales han ido haciéndose cada vez más ge-néricos y conciliadores. A sus partidarios les toca ahora una tarea descomunal: buscar nuevos contenidos a la altura de los tiempos capaces de llenar de formas modernas el envoltorio ya casi vacío en el que todavía se lee «izquierda».

Una derecha triunfante, una izquierda arrodillada

En Occidente la izquierda lleva tiempo en retroceso. Sus prin-cipios fundamentales y ganancias históricas son objeto de ataque o están en entredicho. De forma paralela, la derecha, en su fase mo-derna, globalizada y mediática –que el autor bautiza como «Neode-recha»– experimenta un auge gracias a su promesa de bienestar y felicidad para todo el mundo. Las razones de este camino inverso no son principalmente políticas, sino culturales: en la actual coyuntura de la modernidad, es decir, en el punto ideológico-económico en que nos encontramos, la derecha ofrece un catálogo de propuestas más atractivo para la sociedad. De acuerdo con su vena populista, la Neoderecha no hace sino devolverle al pueblo sus propios humores, haciéndole creer que se trata de auténticas elaboraciones políticas. Pero en la medida en que rechaza las tradiciones, el lenguaje y las reglas de la vida democrática, e incluso de las instituciones, el siste-ma que abandera resulta profundamente antipolítico.

Aspirar a las vacaciones, a la Coca-Cola, al teléfono móvil y al coche, esto es, engarzarse en el proceso del consumo opulento, es a lo que apela su ideario, confundiendo estas demandas con seña-les definitivas de progreso. En consecuencia, hoy estamos ante una nueva gran forma mutable de la modernidad, ante un «gran salto adelante», definido por la aparición del Monstruo Amable, la figura del capitalismo planetario, voraz, envolvente y «perfecto». En los más diversos rincones del planeta, liberarse del atraso y de la opre-sión no significa aspirar a las formas primarias y duraderas de bien-estar (higiene, salud, educación, alimentación, paz) sino llegar lo antes posible al consumo individual y abundante, y después entrar a toda vela en el Zeitgeist –«el tiempo vital, lo que cada generación llama nuestro tiempo»– de la modernidad (vacaciones, ocio, diver-siones, turismo, exaltación de la corporeidad.).

La globalización provoca así que refloten toda una serie de te-mas políticos que parecían enterrados tras la caída del Muro de Berlín, los cuales convergen en una pregunta acuciante: ¿realmente tenemos que resignarnos al Archicapitalismo que pregona la Neo-derecha?

Desacreditada por algunas estrafalarias derivas comunistas y debilitada por el consumismo febril, la izquierda ha sufrido una gran caída al ser cogida a traición por la tremenda crisis financiera

Aspirar a las vacaciones, a la Coca-Cola, al teléfono móvil y alcoche, esto es, engarzarse en el proceso del consumo opulento, es a lo que apela su ideario, confundiendo estas demandas con señales definitivas de progreso.

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de 2008. ¿Es preciso entonces rendirse a la idea que de que, entre las posibles formas de futuro, no se incluya para nada una «forma de izquier-das»? ¿Cabe suponer que esa forma es irrealizable porque la mayoría de la humanidad (incluidos los oprimidos y los débiles) le es adversa? La respues-ta que da Simone es contundente: en absoluto. El final (o la crisis fatal) del socialismo como para-digma doctrinal histórico no ha extinguido los ideales de izquierda: puede que el socialismo se haya acabado pero la izquierda no. Entre mucha gente sigue viva la idea de que se puede conseguir combinar un grado limitado de desigualdad con bienestar, solidaridad, instrucción y libertad, de que es factible traducir razonablemente las metas del socialismo en una versión moderna.

¿El mundo se vuelve de derechas?

Ideas clave de la obra

En la década que está a caballo entre el siglo XX y el XXI se han observado fuertes avances de la derecha en diversos países: Francia, España, Dinamarca, Holanda y Estados Unidos. Desde hace tiempo, los sectores económicamente más avanzados del mundo tienden hacia la derecha; insignes tradiciones democráticas (el laborismo inglés o los socialismos italiano y francés) se han desvirtuado, vuelto irreconocibles o desapareci-dos; y los regímenes que apelan manifiestamente a los principios de izquierdas (Cuba, Venezuela, Corea del Norte) parecen siniestras o penosas ca-ricaturas.

En su siglo y medio de historia, se diría que la izquierda no ha sido capaz de echar raíces estables en la realidad política y la mentalidad general. Con sus ideales y grandes conquistas históricas (bienestar social, enseñanza obligatoria, derechos civiles, salvaguarda del trabajo y el trabajador, et-cétera) empañados o en declive, la izquierda debe plantearse de forma urgente su futuro.

Se pueden destacar tres grandes cambios que en las últimas décadas del siglo XX han debilita-do fatalmente a la izquierda y sus fundamentos: la disolución de la clase obrera como clase general;

la transformación antropológica y económica de sus simpatizantes; y la desaparición de los jóvenes de la esfera política.

A su vez, se pueden despejar cuáles han sido los errores endémicos de la izquierda: las feroces rivalidades y las extravagantes ambiciones de sus diversas facciones; la retórica hipócrita a propósi-to de los regímenes comunistas, a los que siempre se representaba como concentrados de virtud, de promesas, de cambios y de justicia; la vergonzosa retahíla de mea culpa tardíos que los dirigentes comunistas, ex comunistas o poscomunistas si-guen admitiendo en mitad Europa con cincuen-ta años de retraso; el cultivo durante décadas por parte de muchos partidarios de izquierdas de la convicción de que constituían una vanguardia a la que la historia había asignado una misión es-pecial de regeneración; la atracción desde sus ini-cios de personas que nada tienen que ver con sus metas, de «socialistas de peluquería» en palabras de Georg Simmel; la falta de análisis, proyectos y soluciones demostrada por los líderes de izquier-da de las últimas generaciones.

Con la llegada de la modernidad globaliza-da y consumista, los ideales de izquierda ya no parecen estar a la altura de los tiempos. En una época derrochadora, consumista y liberal hasta el extremo como la nuestra, dichos ideales tienen un aspecto intrínsecamente restrictivo, trasno-chado y deprimente. Han aparecido nuevos con-flictos explosivos –étnicos, políticos, religiosos y medioambientales– y el conflicto de clases parece haberse reducido a muy poco, siendo casi un pro-blema regional. Los términos socialismo y socia-lista prácticamente han desaparecido y no parece que hayan encontrado sucesores y sucedáneos eficaces. En el programa del Partido Democrático italiano, que se hizo público a principios de 2007, la palabra izquierda, al igual que la palabra socia-lismo, ni siquiera aparecían.

Rasgos de la Neoderecha: 1. Le gusta contar con mayorías sólidas para utilizarlas como apo-yo a sus aspiraciones populistas. 2. No es liberal como las derechas históricas de los siglos XIX y XX, de las que ignora sus objetivos fundamenta-les. No es laica, porque ha entendido muy bien que el móvil religioso puede funcionar cuando

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uno se dirige al pueblo, y se preocupa de la rique-za de algunos grupos de individuos por encima de la riqueza general. 3. No necesita de sistemas de adoctrinamiento para difundir sus principios: para absorberla basta con hacer caso a los medios (sobre todo a la televisión), mirar a nuestro alre-dedor y vivir. 4. Es tecnológica y capitalista, pero de un capitalismo más financiero que industrial. 5. En economía, es enemiga de la intervención pública, entendiendo que el mercado y el con-sumo constituyen la verdadera misión de la mo-dernidad, mientras que en política es totalitaria y radical. Su manifestación política y económica es el Archicapitalismo. 6. Desprecia la cultura, la in-vestigación y todas las actividades intelectuales, al tiempo que es indiferente a la creación artística. 7. Goza de un status paradójico: a pesar de la extre-ma dureza de su proceder en asuntos económicos –el Archicapitalismo llega a explotar a su propia clientela– disfruta de un rostro afable, festivo y trendy.

Teoría del «Muelle Tenso»: al adoptar la idea de que el mundo es «naturalmente» de derechas, también se admite que las posturas de la izquier-da deben considerarse técnicamente «artificios», elaboraciones donde la naturaleza se corrige, se remodela, se refrena, y en parte se niega. En suma, son posturas obtenidas a base de retirarse del punto de partida natural, incluso rechazándo-lo. Ser de izquierdas es parecido a oponerse con esfuerzo a la tensión de un muelle que nos une a un punto de anclaje. Este es el aspecto al mis-mo tiempo admirable y demencial de la izquierda (y es lo que la aproxima en ciertos aspectos a al-gunas formas de devoción religiosa): ¿renunciar cuando uno puede tener? ¿Privarse cuando uno puede acumular? ¿Igualar cuando uno puede pre-valecer?

Pioneros y visionarios

Raffaele Simone recurre con frecuencia a tres pensadores de muy distinto credo que, en diferen-tes momentos históricos, fueron capaces de aler-tar sobre los gérmenes y mutaciones del Mons-truo Amable. Se trata de:

Alexis de Tocqueville, quien en su decimonóni-

co ensayo I filosófico, La democracia en América, prefiguró los rasgos del despotismo del futuro. «Los pueblos están menos dispuestos a las revo-luciones a medida que entre ellos se multiplican y diversifican los bienes inmuebles y crece el nú-mero de quienes los poseen«, lo cual alumbra a un soberano que «quiere que los ciudadanos lo pasen bien, siempre y cuando no piensen en otra cosa que en pasárselo bien». Hoy, ese «monarca» está compuesto de retazos de todos aquellos que gobiernan la cultura de masas del planeta bajo el patronazgo de la Neoderecha. La complejidad a la hora de diferenciar la realidad de la ficción, que se deriva de la sofisticación de la tecnología digital, constata su nivel de omnipotencia.

Pese a su talante conservador, José Ortega y Gasset ya se lamentaba en la década de los años 20 del «predominio de la juventud», detectando en el culto al cuerpo una mentalidad infantil que arrin-conaba el poder del intelecto. La exacerbación de esta postura ha conducido, en opinión de Simone, a una alteración de pasiones como la vergüenza (se ha desmoronado la esfera privada, al tiempo que ha instalado el voyeurismo) o la solidaridad (la compasión apenas queda circunscrita al ám-bito familiar).

Un marxista tan furibundo como Pier Pao-lo Pasolini advirtió en los 70 que la actitud con que se contemplaba la incipiente modernidad consumista era de «un optimismo de izquierdas generalizado, un intento vital de anexionarse al nuevo mundo», lo que allanaba el camino a «una burguesía nueva que incluye cada vez más y más profundamente incluso a las clases obreras, ten-diendo finalmente a la identificación de burguesía con humanidad».

Tanto Ortega y Gasset como Pasolini capta-ron con una perspicacia especial y en dos países aislados y atrasados no sólo la formación de las masas, sino la toma de conciencia de su existencia y la pretensión de constituirse en la Nueva Clase general. Raffaele Simone actualiza el discurso de ambos, al tiempo que se suma a la tradición de los pensadores que han intentado explicar la mo-dernidad, a la que también pertenecen nombres como los de Charles Baudelaire, Walter Benja-mín, Jean Braudillard o Guy Debord.