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    Apuntes de la Escuela de Comunidad con Julin Carrn

    Miln, 26 de Mayo de 2010

    Texto de referencia:Puede un hombre nacer de nuevo cuando es viejo?, Ejercicios de laFraternidad de Comunin y Liberacin (Rimini 2010), Societ Editoriale Nuovo Mondo, Miln.2010

    Cantos: Al mattinoGive me Jesus

    Intervencin: Quiero contar algo que me pas. Doy antes una premisa: Los ltimos aos los vivcon una gran dificultad por una situacin que se cre en el trabajo y que, despus de 30 aos, mellev a la decisin de renunciar y de irme. Por lo tanto, ahora me encuentro en la situacin debuscar uno nuevo, lo cual en este momento y a casi 50 aos de edad no es nada fcil. Pero miproblema no han sido las circunstancias, sino como las he vivido, porque me siento como sofocadopor dentro y tambin he perdido un poco el gusto de vivir. En la leccin del viernes de losEjercicios, en la pgina 8, dices: Si no se produce un cambio en la forma de percibir y de juzgar

    la realidad, quiere decir que la raz del yo no ha sido penetrada por novedad alguna, que elacontecimiento cristiano se ha quedado fuera del yo . La semana pasada particip a unencuentro con el padre Aldo. l cont un drama que vivi y lo percib como algo anlogo a lo queyo estaba viviendo; me sent escandalizado por esta falta del gusto de vivir; y an siendo delMovimiento, rodeado por mucha gente que me quiere, no poda ni perdonarme, ni tampococonfesarlo abiertamente a mis amigos ms queridos. A un cierto punto el p. Aldo dijo: Yo cambicuando, despus de muchos aos en los cuales hasta peda morir, ya no me miraba como antes,sino como me mira Dios. Ya haba escuchado otras veces al p. Aldo, tambin en el transcurso deeste ao, pero siempre haba salido de esos encuentros diciendo: l es un santo, yo no. Encambio, esta vez sal y me dije: Si ha sido posible para l, porqu no es posible para mi?. Dehecho con lo que dijo, l logr tocar la raz de mi ser y yo tuve la experiencia de sentirme liberado,porque, aunque me haba sacudido hasta la raz, no me destruy, sino que elimin mi moralismo yel escndalo que tena por mi pecado. Eso fue tan verdadero, que lo primero que hice el dasiguiente al levantarme, fue decir a mi mujer: la relacin entre t y yo debe recomenzaraprendiendo a mirarnos como nos mira Dios.Carrn: Me parece que todos hayan entendido la importancia de lo que l dice. Este es un ejemploy se lo agradezco de lo que quiere decir la palabra trabajo de la cual hablamos tantas veces;porque nosotros podemos estar aqu desde hace aos, como l, en una pertenencia cordial ningunaobjecin, pero sin tomar en serio, ni siquiera como hiptesis, lo que siempre nos brindamos:mirarnos como nos mira Dios. Por eso, muchas veces, nos lamentamos de que no cambia la raz de

    nuestro yo, que no cambia nada y nos quedamos ah esperando que pase algo (cada quien se loimagina segn su propia sensibilidad: sentimental, ms o menos, impactante). En cambio, aqu meimpresiona, reconocer que l se sinti verdaderamente acompaado por el juicio del p. Aldo. No esque habl personalmente con l o que lo haya abrazado: simplemente, escuchando lo que hizocambiar al padre Aldo, tambin nuestro amigo comenz a mirarse como Dios lo mira, tom en seriola hiptesis que siempre nos repetimos: ese algo que viene antes que ha entrado en la historia conel acontecimiento cristiano. Y esto es decisivo. Por qu? Porque nosotros, muchas veces nosquedamos impresionados por las personas este es un paso decisivo!, vemos testigos; pero ladiferencia es que l, en esta ocasin, percibi el camino que tena que hacer, el camino! Peromuchas veces cmo reaccionamos? Como nos deca l: El p. Aldo es un gran testigo, ungrandsimo testigo, l es santo y yo soy un estpido; estoy delante de una personalidad excepcional,

    l es grandsimo y yo no soy nada. Pero despus de sentir el contragolpe de su grandeza yo regresoa casa con mi nada, sin ni siquiera imaginar, tener la menor idea del camino que hay que hacer paraalcanzarlo: as l sigue siendo como un gigante y yo, un enano. Yo tambin antes haba encontrado

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    personalidades grandes, pero ellos eran gigantes y yo me senta enano, y no saba como alcanzarlos.Lo que me impresion inmediatamente del Movimiento fue precisamente esto: don Giussani nosensea a nosotros un camino. El cristianismo propone un camino: comienza a mirarte como temira Dios. En cuanto lo percib, me sent libre! Pero uno puede venir aqu todos los mircoles,devotamente no lo estamos dudando, como tambin uno puede ir a Roma mecnicamente,simplemente porque lo propone el Movimiento, porque todos van, pero sin hacer un camino, sin

    dejarse desafiar por las razones y esto no deja entrar ninguna novedad. Esto es decisivo! porque,como dijimos en los Ejercicios, este contenido se vuelve mo slo a travs de mi libertad, es decir,cuando comienzo a tomarme en serio la hiptesis que me desafa cuando oigo a alguien como el p.Aldo: comienza a mirarte como te mira Dios. E inmediatamente percibo en m ese cambio que nosaba como hubiera podido ocurrir. Este es el desafo que tenemos delante, porque de otra manera,es como si el acontecimiento cristiano no tocara la raz del yo. Podemos participar en tantas cosas,tambin nos pueden impresionar emotivamente, pero no tocan la raz del yo. En cambio, esta vezen l ha sido tocada la raz del yo, porque supo adentrarse en el camino; porque entendi que elproblema no era la imponencia de la personalidad del testigo, sino que alguien le estaba ayudando aentrever el camino que recorrer. Sin esto no penetramos la costra y podemos participar en muchascosas pero regresamos a casa mirndonos como antes, y uno, a un cierto momento, se cansa. Qu

    nos ensea esto? Es suficiente un momento de seguimiento para ver el efecto. Cualquiera que sea lasituacin en la cual uno se encuentre, cualquiera que sea la dificultad que atraviese, cualquiera quesea el estado psicolgico en el que se halle, quin entre los presentes y los que nos escuchan, puededecir que no le queda un poquito de libertad para comenzar a mirarse como Dios le mira? Essuficiente dar espacio como decamos en los Ejercicios a esta mirada; no se necesitan dotesparticulares, circunstancias, energas, sino simplemente esta decisin de la libertad de dejarse miraras. Este es el trabajo! Es complicado? Lo hacen hasta los nios: dejarse mirar por la mam, dejarentrar aquella mirada cuando estn muy cerrados en s mismos.Intervencin: Hace algunos aos, perd cuatro dedos de mi mano derecha en un accidente, tenaveintitrs aos y un montn de sueos y proyectos que quera realizar y la mayor parte de ellos, poreste accidente, no se pudieron lograr. Me enoj con Jess, porque quiz era el nico que me podaescuchar y darme razn de lo que me haba pasado; cada da me preguntaba el porqu, porquprecisamente a m. Comenc a no ir ya a la Iglesia y a tener renuencia por todo lo que sonaba aIglesia. Cort con todo: estaba convencido de que Jess me tena reservada una vida de serie B,me repeta: probablemente Jess tena en mente para mi una vida de serie B . Despus, un daencontr a un amigo que me invit a unas vacaciones, le dije que s iba, porque estaba convencidoque poda participar y luego demostrarle que se equivocaba, que no todos estamos destinados a serfelices.

    Carrn. Menos mal que uno viene a las vacaciones as, con esta hiptesis de trabajo, no sobre eltapis roulant: uno que participa para intentar demostrar al otro que se equivoca. Y qu sucedi?Intervencin: Slo me qued tres das. Despus cuando regres me di cuenta de que empec abuscar a las personas que haba conocido, empec a llamarlos, no lograba estar sin ellas, y asempec a ir a la Escuela de comunidad, sin saber siquiera de que se trataba. Empec simplementea seguir y a mirar los signos. Me decan: Sigue y mira los signos. Pero hace un tiempo sucedialgo: sucedi que los signos cambiaron, porque para m los signos son las personas y las personasa veces cambian, pueden ser ms o menos frgiles. Y esto hace que yo me confunda y ya no sepaqu mirar. En efecto, empez un perodo oscuro, que me hizo desear regresar a mi vida de antes,que quiz no era tan mala.

    Carrn: Y por qu no lo hiciste?Intervencin: Porque no puedo!

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    Carrn: Por qu?Intervencin: No lo puedo hacer porque puedo dudar de las personas y de m mismo, pero no deaquello que vi y que es verdadero.

    Carrn: Y entonces?Intervencin: Y entonces me muevo! intento hacer la nica cosa que puedo hacer: pedir. Unanoche le dije a un amigo que quera hablar con l: mi propsito era explicarle, aclararle mis cosas,decirle en cambio cuando estuve ah con l, no logr decir nada, porque me sent abrazado, noun abrazo fsico, sino un abrazo que para m es un juicio: yo soy querido! En realidad slo meinteresaba esto, que alguien me mirara as como soy, con toda mi miseria y con todos los erroresque haba cometido. Y por eso decid ir a los Ejercicios a los cuales no quera participar. Y ah, laprimera noche, me sorprend a no mirar a los estaban a mi alrededor, sino a pensar simplemente:Yo deseo que todos estn aqu por el mismo motivo. Doy un ejemplo de lo que me sucedidespus. Yo trabajo en una cooperativa que da mantenimiento: un da nos llamaron para dar

    mantenimiento en una casa de un anciano. Llegamos ah y la casa estaba muy sucia, l tambinestaba sucio y con la barba larga. Los obreros no pudieron hacer nada porque todo estaba sucio alpunto que no se poda intervenir. Y entonces, me detuve dos minutos a hablar con el seor que mecont un poco de su historia y al final le dije: Mira, mi propuesta es que maana o pasadomaana pasamos a limpiarte la casa y luego, podremos hacerle el mantenimiento. Volv algunosdas despus y todo estaba igual, pero haba un detalle que me conmovi muchsimo: este seor sehaba afeitado la barba y eso me conmovi muchsimo, porque en eso vi como un gesto de ternuraque yo deseaba para m. Mi pregunta es esta: Cundo cambian los signos, qu puedo hacer yopara no sentir el deseo de regresar a la vida de serie B?Carrn: Y por qu te preocupas por esto? Fuiste t quien gener a ese hombre que se afeit labarba? Es Jess quien piensa en esto. Por qu te preocupas? Nosotros no debemos preocuparnos delo que no nos corresponde: buscaste t a aquellas personas que te impresionaron en lasvacaciones?Intervencin: No.Carrn: Generaste t aquello que encontraste en los Ejercicios? T debes comenzar a fijarte en loque dijiste: Lo que vi es verdadero. Aunque cambien los signos, lo que vi es verdadero. Esto esdecisivo! Por qu? Porque esto es precisamente lo que permanece cuando los signos cambian. Porqu? Porque es algo que ha acontecido, y t ya cambiaste desde que lo viste. Lo que viste es parasiempre, despus nos puede suceder de todo, pero t ya ests constituido por lo que viste. La verdadno es algo que generas t, sino algo que sucedi en ti. De hecho, aunque los dems se fueran,cuando te pregunto: Por qu no te vas? Por qu no te fuiste? Tu me dices persuadido: Porquelo que vi es verdadero. Verdadero, es decir, real. Esto es lo importante, de todo lo dems sepreocupa el Seor. Nosotros a veces nos preocupamos de cosas de las cuales no debemospreocuparnos, porque es l quien se preocupa de seguir siendo contemporneo a nosotros, segnmodalidades que nosotros no podemos preveer, pero que t puedes reconocer a travs de unadiversidad de rostros que te permiten seguir viendo que ya viste. Gracias.Intervencin: Hay un pedazo de los Ejercicios que me impresion mucho, siempre en la pgina 8:Cada uno de nosotros puede juzgar el trabajo de este ao, y verificar en qu medida ha entrado

    esta novedad en las races de su propia persona. []. No se trata de nuestros pensamientos, no esuna cuestin de opiniones, de interpretaciones: si Cristo ha entrado como novedad en la raz denuestro yo y determina todo de un modo nuevo, lo llevamos dentro en la forma de vivir la

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    realidad. T lo decas haciendo referencia a personas comprometidas en el seguimiento de lapropuesta que hemos hecho. Quera contarte la sorpresa de lo que me sucedi con respecto a la idaa Roma. Cuando nos hicieron la propuesta de irnos a la peregrinacin a Roma adher deinmediato, cordialmente: Qu bonito, va todo el Movimiento y los amigos Pero la ltima vezdijiste, que no bamos porque el Papa tiene necesidad de nosotros, sino porque nosotros tenemosnecesidad del testimonio de su persona. Esta frase cambi totalmente la modalidad de mi adhesin.

    La cambi porque, aunque ya haba decidido ir con mis amigos, de repente entend que este gestoera una ocasin para m, para mi corazn, de hacer nuevamente experiencia de mi relacin conCristo resucitado. Entonces viv realmente la espera de estar ah con su pueblo, signo de Cristoresucitado, delante del Papa, para poder gozar de la correspondencia. Y me qued impresionado,porque verdaderamente esto cambi mi modo de vivir la realidad, porque fui con mi familia, cosaque hace algn tiempo nunca hubiera hecho (adems con el recin nacido que es una complicacinenorme). Fue cansadsimo, pero todo estuvo determinado por una espera y por lo tanto por unaleticia, por una mirada nueva, fue un gozar de la belleza En un momento dado, aconteci enm un cambio determinado por el deseo de que Cristo viniera una vez ms a alegrar mi corazn, yesto cambi totalmente el modo de vivir esos dos das. La ltima cosa que quiero decir, porque meimpresion, fue la conmocin del Papa, que se volvi mi conmocin frente a Cristo.

    Carrn: Gracias. Esta peregrinacin a Roma ha sido uno de los gestos educativos ms importantesque hemos hecho, porque hicimos juntos un camino, que nos permiti profundizar las razones hastallegar a este juicio. En la medida en que salan las dificultades, tambin yo me vi obligado aresponderme, y esto me ofreci la posibilidad de ahondar, yo primero, en toda la importancia de loque estbamos haciendo. Y esto nos ayud a todos. Pero quiero decir otra cosa: por qu un gestode este tipo es educativo? Muchas veces nos preguntamos: pero yo tengo slo intencin de seguir osigo realmente? Cada uno puede mirar lo qu hizo frente a la propuesta de ir a Roma, naturalmente,siempre teniendo presente las circunstancias inevitables que el Seor nos da. Don Giussani decaque el hecho tiene algo inevitable. Ponernos todos frente a un hecho, a una propuesta de este tipo,con las razones que nos hemos dado, nos oblig a todos a tomar una decisin. No hubo ningunaambigedad. Nos fuimos o nos quedamos (ahora dejemos a un lado las personas que se quedaron encasa por motivos justos), cada uno se vio en accin y esto es decisivo. Yo no quiero recriminar anadie, sino ayudarnos a entender que es a travs de gestos como este, que el Movimiento nos ofrecea todos la posibilidad de verificar qu es el cristianismo. Si no fuera as, permaneceramosconstantemente en vala de la interpretacin, siempre en la duda: estamos siguiendo o no? Aqu,cada uno, precisamente por la naturaleza de la propuesta, pudo verificar su fe, pudo ver lo que hizo,cmo actu en esta ocasin y entender cmo jug el partido. Es esta la ayuda que nos damos parasalir de la ambigedad y despejar el camino.Intervencin: Me sigue sorprendiendo la consonancia entre la Escuela de comunidad y mi vida, enparticular por la experiencia reciente de la enfermedad y muerte de una persona muy querida delnorte de Europa. Lo que ms me doli en esta circunstancia, fue ver que esta persona sufri ymuri sin el consuelo de los Sacramentos, a causa de la mentalidad laicista que impera en esosPases, una mentalidad que ha marginado verdaderamente a Cristo de la vida. Dejo que sea Pguy,que tu citas en la pgina 7 de los Ejercicios, que cuente lo que he visto con mis ojos: Por primeravez, por la primera despus de Jess, nosotros hemos visto delante de nuestros ojos, estamos porver surgir un mundo nuevo, si no una ciudad; una nueva sociedad formarse, sie no una ciudad; lasociedad moderna, el mundo moderno. Un mundo, una sociedad constituirse o, al menos,ensamblarse, engrandecerse, posterior a Jess, sin Jess. Y lo ms tremendo, amigo mo, no haypor qu negarlo, es que lo han logrado []. Es lo que los pone en una situacin trgica, nica.Esta circunstancia fue para m una gran ocasin para verificar mi fe. En efecto tom conciencia

    que el Misterio me estaba convocando a travs de esa realidad, y que tena entre mis manos unaoportunidad nica para jugarme en la realidad, para testimoniar en dnde se apoya mi esperanza.Les cuento un pequeo episodio que escog, muy elocuente, gracias al cual fui protagonista, es

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    decir, mendiga. Para la Misa de los funerales de esta persona querida, me pidieron que hiciera laoracin de los fieles. Estbamos precisamente durante el periodo en que se repetan en Italia y enEuropa los ataques contra el Papa, por la cuestin de los sacerdotes pedfilos. Unas de lasoraciones que propuse, fue exactamente por el Papa, los obispos y los sacerdotes. Me borraronesta oracin con un plumn negro y me dijeron que no deba decirla, que no era el caso. Pero yo ladije igualmente, es ms, ya que estaba ah ped tambin por el Movimiento de Comunin y

    Liberacin y por don Julin Carrn (disclpame si me atrev). Podra contarles otros ejemplos,pero me detengo en este para ser ms breve. La hostilidad de esta circunstancia agudiz mi deseo ymi peticin, hacindome entender an ms la pertinencia de la fe a las exigencias de mi vida, surazonabilidad y su necesidad existencial: yo tengo necesidad de Cristo. La ms grande desgraciaque nos puede suceder, no es la enfermedad y ni siquiera la muerte, sino la ausencia de l. Por eso,el gesto del Regina Coeli del Papa fue para mi perfectamente razonable. Me sent llena de razones,porque era un gesto correspondiente y mi adhesin a este gesto fue totalmente conciente porque yoestaba sostenida por la experiencia que acababa de vivir. Te pregunto: en esto consiste ladignidad cultural de la fe?

    Carrn: Cierto que sta es la dignidad cultural de la fe! Solamente los que se dan cuenta de cual es

    la situacin (como la describe Pguy) pueden entender porque fuimos a Roma. Ese gesto no fuesimplemente la fijacin de unos pocos

    Intervencin: Porque yo entiendo que ir a fondo de la dignidad cultural de la fe para m esfundamental para responder hasta el fondo a la llamada que he recibido.Carrn: Si no entendemos la situacin, nosotros no podemos ver la razonabilidad de un gesto as ynunca entenderemos que vamos a Roma para permanecer apegados a la nica roca que nos tieneunidos a Cristo, la nica esperanza. Me contaba uno de nuestros amigos, a propsito de Roma, undilogo que don Giussani tuvo con Juan Pablo II en el cual este ltimo le deca: Don Giussani, elproblema es la verdad, y don Giussani le respondi: Santidad, si me permite usted, el problema esPedro, porque la verdad sin el vnculo con su raz histrica se esfuma, desaparece en miles deopiniones. Al menos esta conciencia tenemos que tenerla, hayamos ido o no a Roma. Todo elMovimiento ha ganado en conciencia. El da en el cual perdamos este vnculo, nos encontraremosen el pantano. Como me deca una persona esta maana: esta relacin con Pedro est ligada alcarisma que nos ha enseado a mirar as el valor de Pedro, porque sin esto seramos tambinnosotros como los dems.Intervencin: Yo quera brevemente hacer una constatacin y una pregunta. La constatacin estreferida a lo que tu dijiste el viernes por la noche en los Ejercicios: Cuando reacontece elencuentro sucede algo y te pones a trabajar. Yo viajo mucho por el mundo por cuestiones detrabajo y esto lo hago ms o menos desde hace quince aos. Hasta hace unos cuantos meses,siempre llevaba conmigo el libro de Escuela de comunidad, pero nunca lo lea durante el viaje: deida estaba demasiado ocupado preparando las reuniones y de regreso estaba muy cansado y queradescansar. Ahora ha acontecido una novedad que me puso en movimiento: por un lado el veniraqu a la Escuela de comunidad y por el otro haber tenido muchos encuentros decisivos, sobre tododurante el ao pasado. Todo esto me esta volviendo la Escuela de comunidad tan interesante, quede ida hacer los diez minutos de Escuela de comunidad es ms que importante que cualquierreunin y de regreso el cansancio no me impide hacerla. En esto descubro que la Escuela decomunidad me acompaa en lo cotidiano, porque me permite descubrir el Misterio presente en mivida en el da a da. Esta es la constatacin. En cambio, la pregunta es respecto a la leccin delsbado por la maana y es sobre la cuestin de la provocacin de la realidad y del signo. Don

    Giussani deca que para el cristiano todo es signo. Ahora, en mi experiencia, las circunstancias aveces son contradictorias o confusas, quiz contradictorias y confusas al mismo tiempo y entoncesme desapego y pienso en donde lo que he visto no ha sido contradictorio para m y dnde se me ha

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    mostrado la presencia del Misterio. La dificultad es que no logro captar donde est el Misteriodentro de determinadas circunstancias, y esto me pasa muy frecuentemente. La pregunta es: staes una condicin ineludible de mi relacin con la realidad o es un defecto de posicin y de mirada?Carrn: Es inevitable que te encuentres delante de estas circunstancias. El problema es quenosotros catalogamos las circunstancias, entre aquellas que tienen dentro el Misterio y las que no lo

    tienen. Es decir nosotros distinguimos aquellas que son signo de las que no lo son. Pero esta es unadistincin que yo no he hecho en la leccin, yo dije: Todo es signo. Este es el desafo! Yo lesvuelvo a lanzar la cuestin. Comencemos a mirar todo as, porque yo te digo: es verdad o no quedelante de una circunstancia contradictoria o delante de una enfermedad te surge ms potentementela pregunta que te manda ms all? Para negar esto tenemos que separarnos de la experiencia, encambio cuanto ms es contradictoria la realidad a nuestros ojos, tanto ms nos preguntamos: Peroporqu sufr esta injusticia?. O no te sucede as? Solamente si existe el acontecimiento cristiano,si yo miro todo as, entonces puedo estar delante de la realidad sin hacer distinciones. Lo nico queverdaderamente debo preguntarme es: Pero cmo se las arreglar Jess, en esta circunstancia,llevarme a la felicidad que me ha prometido? Cmo l se desvelar aqu en esta circunstancia?.Si yo tengo esta certeza, tambin la circunstancia ms contradictoria se revelar parte de un

    designio que no es nuestro, y segn tiempos y modos que no sabemos, Cristo se desvelargloriosamente. Cuntas veces ya nos ha pasado en la vida?Intervencin: Quisiera pedir una ayuda sobre la ltima parte del primer punto, cuando respondistea la pregunta: Por qu tiene el encuentro esta incidencia sobre el yo? (Pg. 15). En losEjercicios no me di cuenta, pero cuando rele el librito, reconoc que esto ya lo habas dicho en laasamblea de responsables del verano pasado y en ese entonces, aunque lo haba ledo y reledo, mepermaneci oscuro. T decas citando a don Giussani, que esta realidad excepcional aferra tanpotentemente al yo [] por la conciencia de la correspondencia entre el significado del Hecho conel cual se topa y el significado de la propia existencia. Yo esta vez para entenderlo me pregunt:qu me aconteci la ltima vez que me top con esta presencia excepcional? Ha sido inevitablepensar en el momento en que encontramos al Papa en Roma. Qu correspondencia he vivido? Yoestaba bajo el prtico y no se escuchaba bien: de lo que dijo el Papa yo slo pude escuchar dosfrases, pero que nunca olvidar, y despus ese gracias repetido muchas veces y despus esosbrazos abiertos como un abrazo, un abrazo verdadero a todos nosotros, un abrazo para m. Y estees el punto: la correspondencia la percib en el hecho de que esas dos nicas frases que escuch,aquel gracias, esos brazos abiertos, eran para m. Antes no me poda imaginar que pudieransuceder estas cosas, pero eran para m, eran lo que necesitaba, tanto que me pregunt: Pero,Quin eres T que sabes ms que yo cul es mi necesidad?. Regres de Roma lieta, y cuandotengo la oportunidad, cuento a los que fueron o a los que no fueron, lo bonito que fue. Una nocheme estaba quejando con mis hijos por todo lo que no hacen, pero me acord del abrazo del Papa yme detuve. Deseo saber si esta conciencia de la correspondencia entre el significado del Hechocon el cual uno se topa y el significado de la propia existencia, de la que habla don Giussani,consiste en reconocer que lo que sucede, es tanto para m, que me habla del Misterio.

    Carrn: Cierto. Es esto. Leamos este prrafo clamoroso de Educar es un riesgo, citado en la pgina14: El encuentro con un hecho objetivo, originalmente independiente de la persona [], adecua laagudeza de la mirada humana a la realidad excepcional que la provoca. Es lo que se llama la graciade la fe. Este encuentro es algo independiente, que yo no produzco: me topo con esta realidadindependientemente de m. Pero este signo es tan excepcional que tiene dentro todo el Misterio.Tomemos un episodio del Evangelio muy iluminador. Los apstoles intentaron pescar toda lanoche, pero no pescaron nada. Lleg Jess y les dijo: Echen las redes, y recogieron tantos peces

    que no podan acarrear las redes. Estn frente a tal sobreabundancia, tan real, hecha posible poraquel Hombre, que Pedro se pone de rodillas delante de Jess: Seor, aljate de mi que soy unpecador!. El Misterio estaba ah delante de sus ojos, revelndose a travs de una sobreabundancia

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    que exiga ensanchar la mirada para poder acoger todo lo que estaba implicado ah. Estacorrespondencia es lo que el hombre espera: un abrazo as decamos antes, una mirada as,absolutamente ms grande de lo que yo soy capaz. Esto es tan verdadero, que se comienza avislumbrar la diferencia entre el mirarme como me mirara yo y el mirarme como me mira Dios.Qu significa mirarme como me mira Dios? Significa mirar ms all, con esta intensidad, con estacapacidad de abrazar todo: esta excepcionalidad es lo que ocurre en el acontecimiento cristiano, que

    pasa a travs de la carne y la mirada de alguien, pero es tan sobreabundante que ensancha laagudeza de la mirada humana a la realidad que tiene delante. Y esto es fundamentalmente parapoder mirar de manera diferente la realidad. Hablando al Pontificio Consejo para los Laicos el Papadijo la semana pasada que la contribucin de los cristianos en la poltica y en la cultura es decisivasolamente si la inteligencia de la fe se vuelve inteligencia de la realidad (21 de Mayo de 2010). Esdecir, si lo que sucede ensancha tanto mi capacidad de comprender la realidad, de penetrar en larealidad, que me vuelvo capaz de comprender la realidad hasta el fondo. Si esto no se vuelve ennosotros estable y usual, nuestra contribucin es nula! Vemos la realidad como todos, trabajamoscomo todos, hacemos las obras como todos, y despus le ponemos el sello encima, pero esto nocambia la mentalidad, no cambia la mirada, no cambia nada. El trabajo de los Ejercicios es paraesto, para que el acontecimiento de la fe se vuelva inteligencia nueva de la realidad, de otra forma,

    nuestra diversidad cultural no sirve para nada.Intervencin: Hace algunos das regres a trabajar al hospital y haba un paciente que estabamuriendo. Mientras hacemos el cambio de turno yo siempre hago preguntas, pero esta vez entend,por lo vago de las respuestas de mis colegas, que no entraban en el cuarto de este paciente desdehaca algunas horas (adems, en este cuarto estaba la esposa, por lo cual, si hubiera muerto, laesposa nos habra avisado). Terminado el cambio de turno, los colegas que hicieron la guardia denoche ya se haban ido a sus casas. Son el timbre de ese cuarto y en aquel preciso momento seprodujo una huida general, en el sentido de que de repente todos tenan otras cosas que hacer.

    Carrn: Atencin: huida general. Este es el test. Estaban todos ah juntos, todos profesionistas,todos en equipo, pero cuando suena el timbre porque uno est muriendo todos huyen. Esta es laverificacin de la compaa! Un hecho as pone de manifiesto, ms que tantas palabras, lo que nossostiene verdaderamente cuando suena el timbre porque uno est muriendo.Intervencin: En ese momento entend perfectamente a mis compaeros, en el sentido que cuandohay un hombre que est muriendo, debes tener algo que te sostenga para poder mirarlo en la carasin huir. Y me impresion mucho porque yo en ese instante pude entrar en ese cuarto porque sabacual era el destino de ese hombre, saba que Cristo resucit. Despus de que pasaron algunashoras, a un cierto punto, a la mitad de la maana, me llama una colega y me dice: Mira que aquelpaciente te llama. Yo, que estaba ah un poco irritada me deca: Est adentro su esposa, ququiere de mi? Est su esposa que lo cuid por ms de cuarenta aos, qu mas quiere?. Cuandoentr faltaban pocas horas para que muriera ese hombre tena todava un hilo de conciencia yme dijo: No te vayas. Me qued sinceramente desconcertada, porque yo en ese instante paraaquel hombre era la presencia del destino ltimo. Me dije: Cristo, hasta este punto me posees?.Lo ms real en ese instante fue este sentirme poseda por Cristo.

    Carrn: Uno que est muriendo sabe reconocer quien verdaderamente lo acompaa, y por lo tantolo llama. Un hombre as desea la presencia de quien puede verdaderamente acompaarlo a la otraorilla, y no est dicho que sea la esposa con la que comparti todo. Y por qu ella lo pudoacompaar? Qu intuy en ella para llamarla entre tantos rostros que vio alrededor en el hospital?Qu intuy? Qu llevaba ella? Qu llevamos nosotros? El otro lo entiende en seguida. La llama

    a ella por eso. Aqu se comprende verdaderamente cul es nuestra contribucin al mundo; por unlado, uno que la llama y, por otro, ella que entra. En momentos como este emerge el valor denuestro s a Cristo. Cuando nosotros decimos s a Cristo, muchas veces no nos damos cuenta

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    del valor de este s para el mundo. En cambio en estos momentos se hace evidente que lo quenecesitan los hombres es precisamente esto, y entonces este s adquiere toda su magnitud. Sindecir s a Cristo ella no hubiera sido capaz de entrar en la oscuridad, ella tambin hubiera huido.En ese momento se entiende quin es Cristo para cada uno de nosotros: slo si Cristo ha tomadoposesin de mi yo, entonces puedo entrar no porque yo sea ms listo o porque yo tenga msenerga o ms capacidad, no es esto. Lo que todos esperan de nosotros es poder encontrar alguien

    as, alguien en quien contina sucediendo lo que Jess ha introducido en la historia, como dijo muybien el Papa en el texto espectacular en Turn delante de la Sbana Santa: El Sbado Santo es latierra de nadie entre la muerte y la resurreccin, pero en esta tierra de nadie entr Uno, elnico, que la atraves con los signos de su Pasin por el hombre: Passio Christi. Passiohominis. Y la Sbana Santa nos habla exactamente de aquel momento, nos testimoniaprecisamente ese intervalo nico e irrepetible en la historia de la humanidad y del universo, en elcual Dios, en Jesucristo, comparti no slo nuestra muerte, sino tambin nuestro permanecer en lamuerte. La solidaridad ms radical. En aquel tiempo-ms-all-del-tiempo Jesucristodescendi a los infiernos. Qu significa esta expresin? Quiere decir que Dios, hacindosehombre, lleg hasta el punto de entrar en la soledad extrema y absoluta del hombre, donde no lleganingn rayo de amor, donde reina el abandono total sin ninguna palabra de consuelo: los

    infiernos. Jesucristo, permaneciendo en la muerte, atraves la puerta de esta soledad ltima paraguiarnos tambin a nosotros a atravesarla con l. Todos hemos experimentado alguna vez lasensacin espantosa del abandono, y es eso lo que ms miedo nos da de la muerte, como cuandoramos nios y tenamos miedo de estar solos en la oscuridad y slo la presencia de una personaque nos ama nos poda reconfortar. Es precisamente esto lo que aconteci en el Sbado Santo: enel reino de la muerte reson la voz de Dios. Sucedi lo impensable: que el Amor penetr en losinfiernos: tambin en la oscuridad ms extrema de la soledad humana ms absoluta, nosotrospodemos escuchar una voz que nos llama y encontrar una mano que nos toma y nos conduceafuera. El ser humano vive por el hecho de que es amado y puede amar, y si tambin en el espaciode la muerte ha penetrado el amor, entonces tambin all lleg la vida. En la hora extrema de lasoledad no estaremos nunca solos: Passio Christi. Passio hominis. Este es el misterio delSbado Santo! Precisamente desde all, desde la oscuridad de la muerte del Hijo de Dios, se alzla luz de una esperanza nueva: la luz de la Resurreccin (2 de Mayo de 2010). Por esto podemosentrar en cualquier oscuridad. Nosotros podemos hacer un camino que nos amarra tanestrechamente a l, que nos hace volvernos tan una sola cosa con l, que sin miedo podemosatravesar cualquier oscuridad. Esta es la finalidad del trabajo que tenemos en las manos.

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