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  • jo t do wn.es http://www.jo tdown.es/2013/01/el-secreto-de-leonard-cohen/

    El secreto de Leonard CohenJuan Claudio de Ramn Jacob-Ernst

    I

    No resulta f cil encontrar en Montreal discos de segunda mano de Leonard Cohen, menos an libros.Hallar vinilos o primeras ediciones ya es casi imposible. Hay una razn simple para ello: la gente no sedesprende a la ligera de su cosas de Cohen. As son los cohenitas, personas que custodian su coleccincomo un tesoro insustituible. Es un af ecto que tiene que ver ms con el agradecimiento que con lamitomana. Todos los cohenitas citamos para nuestros adentros versos o f ragmentos de canciones quetienen en nosotros un ef ecto paliativo que no se da en ningn otro cantante. Todos somos capaces dedar la brasa durante horas al incauto que se nos ponga por delante especulando sobre el signif icado detal o cual lnea o llamando su atencin sobre el delicioso paladeo del verso. Todos recordamos elmomento en que una cancin de Cohen apareci en nuestra vida: algo radicalmente distinto de cuantohabamos escuchado, a una distancia estratosf rica. En mi caso f ue un descubrimiento tardo, pocoantes de terminar la carrera, durante un curso que pas en Francia. En la f ilmoteca de Dijon vea Land ofPlenty, una cinta de Wim Wenders cuya trama he semiolvidado, aunque s recuerdo que trataba ladecadencia de Los ngeles a travs de la mirada de una muchacha que regresa tras ser misionera enOriente Medio. Durante una secuencia cenital de la ciudad de noche, comenz a sonar una melodasencilla creada por un sintetizador, y una voz grave, abacial, envolvente, doblada por una segunda vozf emenina. Provena, tal y como deca la letra, de las cavernas del corazn. Recuerdo con nit idez unsentimiento de tranquila euf oria y de acuerdo ntimo con lo que esa voz me estaba diciendo. La cancinera Land of Plenty, cuyo ttulo Cohen prest a Wenders para su pelcula. Luego he comprobado que enesa cancin, no de las ms conocidas, estn todos los temas de Cohen, que tiene una f acilidadpasmosa para repetirse constantemente a lo largo de su cancionero, aunque ninguna cancin llegue a

  • parecerse a otra, y todas tengan una dignidad y una prof undidad propia e inolvidable.

    II

    A ojo de buen cubero puede que las dos palabras ms repetidas en el cancionero de Leonard Cohensean broken y naked. Todo escritor t iene sus palabras f avoritas y estas parecer ser las de Cohen. Enel himno If it be your will la voz canta desde this broken hill; el amor no es una marcha triunf al, es a coldand broken Hallelujah; la f anf arria apocalptica The Future se inicia con el deseo del prof eta de que lesea devuelta su broken night. Por otro lado, naked, la idea de un cuerpo desnudo, parece ser el otrovector de la poesa de Leonard Cohen, lo desnudo accesible y lo desnudo invisible. Las canciones deCohen estn llenas de cuerpos f emeninos que se desnudan para el poeta, aunque muchas veces seade manera f igurada; as, Cohen se conf orma con tocar con su mente el cuerpo perf ecto de Suzanne(claro, porque de otra manera no se poda; se trata de un ejercicio que todos hemos practicado muchasveces). En There aint no cure for love, Cohen desea ver a su amada naked in your body and yourthought. En su conf esin de Casanova provecto, Because of, se sabe que las mujeres se han queridomostrar naked in her different ways para solaz del poeta. Aunque parezca un abuso, en torno a estasdos palabras se puede parcelar toda la obra de Cohen. Broken evoca la idea de que el mundo est roto ynecesita sutura, que los seres humanos somos seres cados y astillados, intentando cerrar siempre unabrecha, una f isura, escindidos por cien conf lictos que slo la gracia divina puede soldar. Naked ref iere alamor sensual, a los cuerpos desnudos de alborada, que se tocan, que irradian luz, que se of recen comopromesa o premio. El cuerpo perf ecto es el de la mujer, cuya belleza y posesin es quiz el nicoconsuelo que al hombre cabe en la t ierra. Porque las canciones de L. Cohen tratan quiz ms de mujeresque de amor.

    III

    Como la obra de Pierre Menard, las mujeres de Cohen son de dos clases: visibles e invisibles. Dejandode lado las novias de juventud, la primera gran dama de su biograf a es Marianne Ihlen, la venusescandinava que un da apareci acompaada de su marido en la taberna del puerto de Hydra, la islagriega donde Cohen tena su ref ugio horaciano, del mundo y del invierno de Canad. Tras ella llegSuzanne Elrod, la madre de sus hijos (a no conf undir con la misteriosa Suzanne Vaillancourt , heronade la inolvidable cancin, con quien Cohen no tuvo amoros y hoy es masajista en Calif ornia). Antes odespus Cohen tuvo un escarceo con Joni Mitchell, importante cantautriz, canadiense como l, aunquede la ruda Saskatchewan, poco que ver con el ref inado Montreal de Cohen. Dominique Issermann, unaf otgraf a f rancesa que f ue su amante en los aos ochenta. A f inales de la dcada prodigiosa apareciRebecca de Mornay, la nica de sus mujeres que tuvo el estatuto de prometida; la propuesta dematrimonio est en Waiting for the miracle; el compromiso se deshizo tras la gira de The Future, pocoantes de que Cohen ingresara en un cenobio budista. En el buen poema, algo picante, The Mist ofPornogrphy explica o algo parecido por qu el matrimonio no f ructif ic. Su lt ima gran amantecompaera ha sido Anjani Thomas, cantante y compositora de Hawaii, adems de una de sus vocalistaspref eridas. Para ella escribi las canciones de Blue Alert. Entre las mujeres invisibles estn: Jane, laenigmtica mujer de Famous Blue Raincoat; Nancy, la suicida de Seems so long ago, Nancy; Rebecca,inspiradora del disco perdido Songs for Rebecca, que acaso sea un ref erencia bblica; Janis Joplin,amante de una noche en el Chelsea Hotel, hecha visible por una indiscrecin de Cohen; las hermanas dela caridad que le acompaaron una noche de amor corts en Edmonton e inmortalizadas en Sisters ofMercy; todas las mujeres innominadas en sus canciones, imaginarias, semirreales, colectivas. No estndocumentadas inf idelidades, con todas sus amantes Leonard Cohen termin de manera suave ycivilizada, como si de unos puntos suspensivos se tratara. Parece que ahora Cohen est solo,disf rutando de una vida de recuerdos, erotismo y amistad f emenina.

  • Co he n co n Marianne e n su re fug io ho raciano d e Hyd ra

    IV

    Unas de las cosas que se descubren, no sin pasmo, tras muchas horas de vuelo con la msica deLeonard Cohen es que, en realidad, Cohen no tiene canciones de amor. De amor romntico, quiero decir.Prueben a buscar una cancin de prdida. No la encontrarn. En Cohen el amor es ora sensual, ertico,variaciones sobre el sempiterno tema del cuerpo desnudo de la mujer, ora csmico, sanador, trasunto dela gracia de Dios. No es seguro que Cohen haya conocido nunca el desgarro por la prdida o rechazo deuna mujer en concreto. Incluso la bellsima Alexandra Leaving no es una cancin de prdida, sino deserena aceptacin de la prdida. Al menos, en la biograf a de 800 pginas de Sylvie Simmons que acabade aparecer en Espaa (Soy tu hombre. La vida de Leonard Cohen, Lumen) Cohen sale siemprecaminando de sus relaciones, sin trauma o secuela. De hecho, llama la atencin el aparente desdn queimprime a algunas canciones o poemas en las que relata lances de amor. En su segundo libro depoemas, The Spice-Box of Earth hay un copla muy lograda, muy sinttica. Se llama For Anne. Latraduccin es ma.

    With Annie gonewhose eyes to comparewith the morning sun?

    Not that I did compare, but I do comparenow that shes gone.

    [Ahora que Annie no estlos ojos de quienme recordarn el amanecer?

    No es que antes pensara en ellospero pienso en ellosahora que Annie no est] Esto recuerda mucho al crudelsimo estrambote al f inal de Chelsea Hotel #2,cuando despus de evocar una noche de amor con Janis Joplis, Cohen se desmarca en el modo cnico: Idont mean to suggest that I love you the bestI cant keep track of each fallen robinI remember you well in

  • the Chelsea HotelThats all, I dont think of you that often

    que podra ser

    No pretendo decir que mi amor f uese msNo puedo seguir la pista a todasMe acuerdo de ti en el Chelsea HotelNi siquiera pienso en ti a menudo En uno y otro caso, poema y cancin desdicen la mueca de desdn.Prevalece el homenaje, pero Cohen deja claro que l sigue su camino. Es libre, y en lt ima instancia,pref iere la soledad del pjaro que se posa en el alambre, como conf iesa en Bird on a wire, ese My Wayde los poetas. Y lo mismo que l, quiere que su mujer sea libre. De ah que otro de los temas reiteradossea la posibilidad de compartir amante; as en Sisters of Mercy (no ramos amantes en ese sentido, y silo hubiramos sido, tambin dara igual) y sobre todo en Famous Blue Raincoat (si vienes alguna vez,por Jane o por m, has de saber que tu enemigo duerme y su mujer es libre). En muchas ocasionesCohen ha manif estado no ser un sentimental y haber recibido de las mujeres mucho ms de lo que l lesha dado. Pero, por lo que leemos y sabemos, tampoco Cohen ha sido un Don Juan desconsiderado,cruel, pisoteador, a la manera de un Picasso. Al contrario, parece imposible que una mujer se enf ade,hable mal de l o le guarde encono. Cobra sentido uno de los poemas ms bellos de The Spice-Box ofEarth; el que lleva por ttulo As the mist leaves no scar. (Traduccin ma). As the mist leaves no scarOn the dark green hillSo my body leaves no scaron you, nor ever will When wind and hawk encounterWhat remains to keep?So you and I encounterThen turn, then f all to sleep. As many nights endureWithout a moon or starSo we will endureWhen one is gone and f ar [Lo mismo que la niebla no deja cicatrizen la colina oscuraAs mi cuerpo en ti no deja cicatrizy nunca lo har.

    Cuando el viento y el halcn se encuentranqu habr que conservar?Lo mismo t yo nos encontramosNos volvemos, y nos dormimos.

    As como en el cielo pasan muchas nochessin una luna o estrella aguantan As viviremos nosotrosCuando uno de los dos est lejos]. As que ni yunque ni martillo. Niebla sobre colina, viento y halcn,astro errante que surca la bveda celeste. Este poema, ligeramente remodelado, se convertira en lacancin True love leaves no traces en Death of a ladies man , el bombstico lbum que Cohen grab conPhil Spector (quiz el peor disco de su carrera, pero sin duda no el menos interesante). El amorverdadero no deja rastro. Es una af irmacin completamente a contrapelo de la experiencia del comn delos mortales, pero que en Cohen parece una sencilla verdad budista. Un manif iesto contra la nostalgia.Quin podra estar de acuerdo con Cohen salvo Cohen mismo?

    V

    En polt ica, pasa algo parecido a lo que ocurre con las mujeres: Cohen no se casa con ninguna. A mi tesisde que el cantautor de Montreal no tiene canciones de amor, en el sentido ms convencional (con laexcepcin quiz de la estupenda Coming back to you), aado ahora que tampoco tiene cancionesprotesta. Esta segunda aseveracin quiz resulte menos controvertida que la primera. En las 800pginas de la biograf a de Simmons no hay nada parecido a un pronunciamiento polt ico, ms all de undudoso arrebato sionista con ocasin de la guerra del Yom Kippur, que llev a Cohen a querer alistarse

  • en Tsahal y en la que ms modestamente termin cantando en el desierto del Sina para soldadosisraeles. Pero el judasmo en Cohen, que es autntico y vivido, no es expresin de un creencia religiosaf uerte, sino un venero inagotable de imgenes literarias, que alcanzan su gloria en canciones como Whoby Fire y Hallelujah. Tampoco es f cil, curiosamente, or lo que Cohen tenga que decir sobre lasempiterna querella entre Quebec y el Canad ingls al que l pertenece. Proviniendo de una conocidaf amilia juda y anglf ona de Montreal, Cohen tena muchas papeletas para caer mal en su provincia natal.En el imaginario del nacionalismo quebequs Cohen f orma parte de les autres. Nacidos en Quebec, losanglf onos de Montreal no se dicen quebeckers, sino montrealers y nadie piensa en Cohen,seguramente l tampoco, como en un cantante quebequois. Pero al contrario de otros escritores judosde Montreal (viene al recuerdo el gran Mordecai Richler) Cohen no parece haber perdido el sueo porlas trif ulcas identitarias en su pas natal. Le envidiamos por ello. Hay tantas cosas interesantes en lasque pensar que embarrarse en peleas nacionalistas es una desagradable prdida de tiempo (aunquealguien tenga que hacerlo). Cohen habla, no muy bien, f rancs, canta ocasionalmente en esa lengua, yes apreciado en Quebec, pero est lejos de ser un dolo en la ciudad de la que es, de largo, el muncipems clebre en todo el mundo. No, Cohen no parece haberse implicado mucho en los debates terrenalesde su poca. Pero no puede decirse que le f uesen indif erentes. Puede que sus canciones ms polt icas,en un sentido amplio, sean The Future y Democracy, que f orman un buen contrapunto dentro del mismolbum. Ambas se apoyan de alguna manera en un mismo suceso: los disturbios de Los ngeles de 1992.Se recordar el caso: tras la absolucin de cuatro policas blancos que haban propinado una paliza a unchaval negro, miles de angelinos, negros y latinos, todos ellos desheredados, muchos organizados enbandas, se echaron a la calle de manera violenta, quemando, destrozando, saqueando y asesinando.Unas sesenta personas murieron en una de las revueltas de esclavos ms brutales del siglo XX. Cohenvivi todo ello desde la ventana de su casa en Los ngeles. Las imgenes apocalpticas de The Future(Ive seen the future brother: it is murder He visto el f uturo hermano: es el crimen) f ueron inspiradas poresos sucesos. En Democracy, esa cancin euf rica y brillante, la prof eca (otro rasgo levtico) esportadora de buenas nuevas. Se puede decir que si The Future anticipaba el 11-S, Democracy vislumbrael advenimiento de Obama. La primera estrof a dice as: Its coming through a hole in the air,From those nights in Tiananmen Square.Its coming from the feelthat it aint exactly realor its real, but it aint exactly there.From the wars against disorder,from the sirens night and day;from the fires of the homeless,from the ashes of the gay:Democracy is coming to the USA. [Est llegando por un boquete en el airedesde esas noches en la plaza de TiananmenEst llegando desde la impresinde que no es del todo ciertoo siendo cierto no est del todo aqu.De las guerras antidisturbiosDe las sirenas sonando noche y daDe las hogueras de los sintechoDe las cenizas de los homosexuales:La Democracia est llegando a los Estados Unidos.] Al f inal de esa cancin dice Cohen: Im neither leftor right / Im just staying home tonight, getting lost in that hopeless little screen. Es decir, no soy deizquierdas ni derechas, pero esta noche me voy a quedar pegado a la pantalla del televisor intentandosacar algo de sentido a lo que est ocurriendo ah f uera. En sus canciones ulteriores, Cohen abandonael tono prof tico y hace de sus letras plegarias en f avor de la reconciliacin f inal del universo. Enrealidad ya lo haba hecho en su ms bella cancin: If it be your will. Estas son sus dos lt imas estrof as:If it is your willIf there is a choicelet the rivers filllet the hills rejoiceLet your mercy spill

  • on all these burning hearts in hellif it is your willto make us well And draw us nearAnd bind us tightall your children herein their rags of lightall dressed to killand end this nightif it be your will

    Algo as:

    ["Si es tu voluntadsi hay tienes eleccinhaz que el ro f luyahaz que la colina exulte.Haz que tu gracia se derramesobre estos corazones ardiendoSi es tu voluntadSi es tu voluntad sanarnos.

    Y mantenernos cercaY atarnos bien juntosa todos tus hijosen sus jirones de luz;en nuestros jirones de luzvestidos para matar;y terminar esta nocheSi es tu voluntad."]

    Penamos en mundo roto que slo la gracia divina puede reparar. Somos parte de una sociedad escindidaque slo Dios puede avenir.

    VI

    Tambin las propias canciones de Leonard Cohen parecen estar rotas. Cohen es un maestro en lo quepodramos llamar la cancin dislocada. Una que a primera vista va de chicas y da un quiebro y resulta serun himno religioso o vete t a saber. Y es que las canciones de Cohen tienen siempre varias capas ymodos de articulacin. Es decir, son verdaderos poemas, no slo por su cuidada estructura, sino por sudensidad de sentido. Esa densidad que es la marca y razn de ser del buen poema: apuntar al coraznde un misterio que no es del todo opaco ni caprichoso. Un ejemplo es Suzanne, por donde hemosempezado todos. Porque vamos a ver, de qu va Suzanne? Da para un comentario de texto f ascinante.Veamos: comenzamos a escucharla y pensamos Ah, Suzanne es un tipa, joven, atractiva, algo hippie, yLennie anda detrs de ella, pero la cosa no sale, aunque duerme en su apartamento, quiz con ella, todose deshace en una especie de malentendido ertico, y salen a pasear por el puerto de Montreal ycomparte un momento mgico e intransf erible y eso es todo. Suzanne takes you down to her place bythe riverYou can hear the boats go by, you can spend the night beside herAnd you know that shes half crazy and thats why you want to be thereAnd she feeds you tea and oranges that come all the way from ChinaAnd just when you want to tell her that you have no love to give herShe gets you on her wavelength and she lets the river answerThat youve always been her lover ["Suzanne te conduce a su casa junto al roPuedes escuchar losbarcos zarpando, puedes pasar la noche inf initaY sabes bien que est medio loca, pero es por eso quela quieres a tu ladoY te alimenta con t y con naranjas que vienen de la ChinaY en el instante en el queintentas, decirle que no tienes amor que darleSe coloca en tu onda y deja que el ro te contestequenunca has dejado de ser su amante."] Y sabemos que algo de eso hay porque hemos ledo aqu y all

  • que Suzanne es Suzanne Vaillancourt, una mujer de carne y hueso por la que Cohen senta atraccin,pero que era f ruta prohibida porque era la mujer de un amigo. Pero entonces, qu pinta la irrupcin deJess en la segunda estrof a? And Jesus was a sailor when he walked upon the waterAnd he spent a long time watching from his lonely wooden towerAnd when he knew for certain only drowning men could see himHe said all men shall be sailors then until the sea shall free themBut he himself was broken long before the sky would openForsaken almost human he sank beneath your wisdom like a stone ["Y Jess f ue un marinero al andarsobre las aguasy pasaba mucho tiempo, observando, como un viga, desde su torre solitariay cuandosupo con certeza que nicamente los nuf ragos podan verlodijo, todos los hombres se echarn a lamar hasta que la mar los libere.Pero l mismo estaba roto, antes de que el cielo se rasgaseabandonado,casi humano, se hundi como una piedra bajo vuestras leyes."] La aparicin de Jess nos obliga a leer elpoema bajo otra luz. Suzanne parece ms una especie de mediadora entre el Hijo de Dios y nosotros,una santa o una mstica, un personaje extico (t iene t de China) e irracional (est media loca). Te lleva asu cueva o santuario y cuando te sobrecoge una especie de terror y temblor (porque no tienes amor quedarle) deja que sea la divinidad (el ro?) quien te acoja en su seno y te diga que siempre has estadoentre los suyos. Y en medio de ese ro est Jess, como un viga, y cuando entiende que slo lospecadores, los perseguidos (los nuf ragos) pueden conocerlo y creer en l, decreta que su gracia seextienda sobre toda la humanidad, raza marinera de la que el f ue el primer nauf rago al ser crucif icado.Luego la cancin regresa a Suzanne: Suzanne takes your hand and she leads you to the riverShes wearing rags and feathers from Salvation Army countersAnd the sun pours down like honey on our lady of the harborAnd she shows you where to look amid the garbage and the flowersThere are heroes in the seaweed, there are children in the morningThey are leaning out for love and theyll lean that way foreverWhile Suzanne holds her mirror ["Suzanne te acompaa, te lleva de la mano hacia el roViste plumas yharapos del mostrador de un albergueY el sol se derrama como miel sobre nuestra seora del puertoYte indica el lugar donde mirar, entre la basura y las f loresHay hroes entre las algas, hay nios en lamaanaSe asoman en busca del amor, se asomarn ya siempremientras Suzanne sujeta su espejo"] Aquclaramente Suzanne ya no es de carne y hueso, sino un ser divino, ngel o hada, que ayuda a loshombres en su vagar, sobre todo a los hombres solitarios que viven en los puertos, que son las zonasms melanclicas y srdidas de cualquier ciudad. Suzanne ayuda a los nios, hundidos entre las f lores yla basura, a incorporarse en busca de su salvacin. Y Cohen ve todo esto como Dante cogido de lamano de Virgilio. Y queda el estribillo que dice as: And you want to travel with herAnd you want to travel blindAnd you know that she will trust youFor youve touched her perfect body with your mind ["Y deseas acompaarla,acompaarla ciegamente en su viaje,y sabes que conf iar en ti,porque has tocado con tu mente su cuerpo perf ecto"] Cohen siente el deseonatural que produce el encuentro con un santo o apstol, que es el de dejarlo todo y convertirse en sudiscpulo, sin preguntar a dnde se va. La nota ertica sigue ah, pero ya sublimada, porque la mente y elcuerpo se han tocado, cerrando la brecha que los separaba. Y la unin se hace ms evidente cuando elestribillo se repite y los pronombres se intercambian, de manera que esta vez es Suzanne la que hatocado tu cuerpo perf ecto. De nuevo el anhelo de unidad de esa conciencia inf eliz que es la verdaderaprotagonista de toda la obra de Cohen. Y es que, aunque parezca de una pedantera demencial, Cohenes puro Hegel.

    Y Bob Dylan, puro Kant .

    (No, eso es broma).

    VII

    Mucha gente insiste en comparar a Leonard Cohen con Bob Dylan. Nunca me ha parecido que esa seauna comparacin de la que Dylan salga bien parado. Aunque entiendo las razones para poner uno juntoal otro. Sin Dylan, el Cohen cantante, por no hablar del cantante de xito, no habra existido. Fue el de

  • Minnesota el que ense a la industria discogrf ica que era posible hacer msica popular con mimbresliterarios, poticos si se quiere. Pero Dylan no es poeta. No es alguien a quien puedas poner en la baldade una biblioteca junto a, un suponer, Walt Whitman o Philip Larkin. Dylan es un buen letrista, el msimportante juglar de nuestro tiempo. Pero es hora de reconocer que algunas de sus canciones no pasande coplas de ciego. Cohen, en cambio, es un poeta cabal. Solo da el salto a la cancin cuando deseatener una audiencia mayor para su obra. Entre otros, Dylan le hace ver que no es necesario tener unavoz imponente ni ser un consumado guitarrista para grabar discos. Y se pone a cantar relativamentetarde, cumplidos ya los treinta, cuando ya era un autor consolidado, con tres buenos libros de poesa asus espaldas (Let us compare mythologies, The Spice-box of the Earth y Flowers for Hitler) y dos novelas(The Favourite Game, de tintes autobiogrf icos, y Beautiful Losers, esta lt ima ejemplo de una literaturaque slo en los aos 60 poda ser considerada legible). Es tambin un autor ambicioso al que loscenculos literarios de Canad literariamente una provincia del imperio, siquiera por su pequeezdemogrf ica se le quedan pequeos. Y se va a Nueva York a vivir a un hotel y probar suerte. Y resultaque tiene suerte. Judy Collins, su amiga providencial, introduce tres de sus temas en su siguiente disco.Columbia le da una oportunidad al joven poeta; Cohen consigue que se respeten sus intuicionesmusicales (como por ejemplo, evitar la percusin y rodearse de voces f emeninas). Songs of LeonardCohen (1967) se convierte en un disco de culto. Le siguen Songs from a Room (1969) y Songs of Loveand Hate (1970). Si slo f uera por estos tres discos Cohen ya sera un cantautor de leyenda. Pero loque le conf iere su actual estatura monumental, quiz mayor que la del propio Dylan, es lo que pasadespus. Tras unos 70 discretitos, Cohen, al contrario que otros artistas, se viene arriba durante los 80.Su voz ha cado varios tonos, es ms cavernosa y seductora; las serf icas voces f emeninas sigue ah;suelta la guitarra y enciende el sintetizador. Various Positions (1985) y Im your man (1988) son discossobresalientes, inesperados, audaces, propios de alguien que no teme el cambio. De repente suscanciones son hasta bailables. Y la calidad de texto se mantiene siempre a un gran nivel. Retomando elcontraste con Dylan, se nota en este que a veces tiene una buena idea, pero no se molesta en ref inarla;compone canciones como churros. En cambio, Cohen trabaja con primor cada una de sus letras-poemas, concedindoles el t iempo de coccin necesario. Tarda cinco aos en componer Hallelujah.Tambin ah se nota su molde de escritor que no osa dar a la imprenta nada que no est maduro. Ymientras tanto deja que su legin de apstoles vaya dando f ama a sus ttulos emblemticos. Es quiz elcantante ms versionado de la historia (los eruditos cuentan hasta 129 versiones de Suzanne y ms de300 de Hallelujah). Y aunque algunas son puramente magnf icas (me encanta la Suzanne de NeilDiamond, que otros repudiarn, y el Hallelujah de Jef f Buckley quiz menos que el de Rufus Wainright).Y sin embargo, hay siempre algo insatisf actorio en una cancin de Leonard Cohen cantada por otro,como si sonara impostadas o incomprendidas. Y es que para decir el conjuro hace f alta el hechicero.

    VIII

    Curiosa y entraable la relacin de Leonard Cohen con los espaoles. Leyendo la biograf a de Simmonsse tiene la impresin de que lo ms importante que le pas al joven Leonard provino de Espaa. Estaconmovedora historia del espaol desconocido que le dio lecciones de guitarra, por ejemplo. Tendraunos quince aos cuando paseaba junto a unas pistas de tenis y se sinti atrado por una msica quevena del centro de un corro de chicas. Alguien tocaba la guitarra, alguna meloda romntica, quiz deTrrega o Sor, me imagino. Cohen qued prendado, quiz no tanto de la msica, como de su capacidadpara tener imantadas a las chicas. Al desbandarse el grupo, Cohen se acerc y pregunt al guitarrista sipoda ensearle a tocar as. Se medio entendan en un f rancs chapurreado. El hombre result serespaol (algunas f uentes dicen que agitanado, las ms f antasiosas, ciego). Al cabo de unos das secitaron en la casa f amiliar de Cohen en el bonito barrio de Westmount. El espaol le acomod la guitarraen el regazo y le pidi que tocara algo. Cohen obedeci. El espaol tom la guitarra y ajust las clavijaspara af inarla. Luego le ense una progresin de seis acordes y le pidi que los practicara; as hizo eljoven Cohen toda una semana. Para la siguiente clase ya era capaz de pisar con f irmeza la cuerdas. Enla tercera aprendi el trmolo. A la semana siguiente el espaol no acudi a la cita. Leonard pregunt enel albergue donde saba que se hospedaba. Se haba suicidado. Cohen ha ref erido esta historia algunavez; quiz la versin ms detallada la diera durante la entrega del Premio Prncipe de Asturias de lasLetras: es una alocucin emocionante que puede verse aqu. Dice Cohen (que no se acuerda del nombrede su enigmtico prof esor o se lo guarda para s) que esos seis acordes que aprendi de su prof esorespaol estn en la base de todas sus canciones, lo que parece una def erente exageracin pero no

  • f also del todo. La verdad es que es una historia f antstica: t iene algo de viejo relato sapiencial,mesopotmico. Ah est tambin la f igura del santo o del mstico que tanto obsesiona a Cohen. Eldocumentalista o reportero tiene un buen material: yo empezara hurgando en los archivos delConsulado de Espaa en Montreal, por si obrase la partida de def uncin de ese annimo espaol al quetodos debemos tanto. Circa 1950. Hay otro espaol al que Cohen admira y debe gratitud eterna. Estavez es un nombre bien conocido: Federico Garca Lorca. Cuando empezaba el de Montreal aemborronar cuartillas notaba que los versos le salan extraos o impropios. No haba encontrado unavoz: su voz. Hasta que encontr a Lorca. Transcribo sus propias palabras, sacadas de dos de lasmuchas ocasiones en las que lo ha explicado, en el escenario y f uera de l. Aqu no tendra que explicarcmo me enamor del poeta Federico Garca Lorca. Tena 15 aos y vagaba por las libreras de Montrealcuando tropec con uno de sus libros; lo abr y mis ojos vieron estas palabras: Por el arco de Elvira /voy a verte pasar / para sentir tus muslos / y ponerme a llorar . Pens: esto es lo que quiero para mVolv a leer Verde que te quiero verde. En otra pgina: porque me arrojar puados de hormigas. Y enotra pgina: sus muslos se me escapaban como peces sorprendidos. Saba que haba encontrado mihogar. As que hoy, con inmensa gratitud, puedo saldar mi deuda con Federico Garca, al menos unaesquina, un f ragmento, una migaja, un electrn de mi deuda, dedicndole esta cancin, una traduccin desu poema, Pequeo Vals Viens, Take this Waltz. Har unos trescientos aos que tropec con un librode un poeta espaol. Un libro que cambiara mi vida totalmente. Saben, yo estaba destinado a ser unneurocirujano o un guardabosques, o simplemente trabajar en la sastrera de mi f amilia. Pero en una viejalibrera abr un libro y le ests lneas: Por el arco de Elvira / voy a verte pasar / para sentir tus muslos / yponerme a llorar . Mir la cubierta del libro, estaba escrito por un poeta espaol llamado Federico GarcaLorca; por primera vez entend que exista otro mundo y quise pertenecer a l. As que f ue un gran honorpara m que me pidiesen traducir uno de sus poemas al ingls y darle f orma de cancin. El poema esPequeo Vals Viens, que yo llamo Take this Waltz. Here of all places I dont have to explain how I fell inlove with the poet Federico Garcia Lorca. I was 15 years old and I was wandering through the bookstores ofMontreal and I fell upon one of his books,and I opened it,and my eyes saw those lines I want to passthrough the Arches of Elvira,to see her thighs and begin weeping. I thought This is where I want to be Iread alone Green I want you green. I turned another page The morning through fistfuls of ants in yourface, I turned another page Her thighs slipped away like school of silver minnows. I knew that I had comehome. So it is with a great sense of gratitude that I am able to repay my debt to Federico Garcia, at least acorner, a fragment, a crumb, a hair, an electron of my debt by dedicating this song, this translation of hisgreat poem Litt le Viennese Waltz, Take This Waltz. It was about 300 years ago today that I stumbled on abook by a Spanish poet. A book that was to alter my life completely. You see I was destined to be a brainsurgeon or a forest ranger or even just to go into the family clothing business. But in this old bookstore Iopened a book and I read the lines I want to pass through the arches of Elvira, to see your thighs and beginweeping. I turned to the cover of the book, it was written by a Spanish poet by the name of Federico GarciaLorca, and for the first time I understood that there was another world and I wanted to be in it. So it was agreat honour for me when I was asked to translate one of his great poems into English and to set it tomusic. The poem is Litt le Viennese Waltz which I called Take This Waltz. Cohen no exagera su amor porel poeta granadino. Llega al punto que llam a su hija Lorca. Lorca Cohen. Un nombre poderoso dondelos haya. Take this waltz, por cierto, es una joya de cancin, y un ejemplo perf ecto del trabajo de untraductor de poesa. Cohen sabe qu palabras escoger, qu elementos descartar, qu equivalenciaspueden f uncionar, dnde ser literal y donde no intentar serlo. Aqu se pueden cotejar los dos textos. Enmi opinin, lo nico objetable de la versin de Cohen es que mejora a Lorca. (Otro trabajo f antstico devolcado potico lo hizo Cohen en Alexandra Leaving, esta vez sobre un poema de Constantin Kavafis,Los dioses abandonan a Alejandro, que a su vez trabajaba sobre un tema de Plutarco: los curiososinf atigables vayan al f ragmento LXXV y siguientes de Vida de Antonio). En Espaa se ha rendido tributo aCohen en numerosas ocasiones. Enrique Morente , que lleg a ser un buen amigo del cantante, tuvounas visiones f lamencas de First we take Manhattan, Hallelujah y alguna ms en su lbum Omega. Y en eldisco homenaje Acordes con Leonard Cohen hay acertadas versiones de Famous Blue Raincoat y deChelsea Hotel #2 debidas a Christina Rosenvinge y Jabier Muguruza respectivamente. Ambosconsiguen que la letra f uncione en castellano.

  • y IX

    Har un par de semanas me plant en el concierto de Leonard Cohen en Ottawa. Un semana antes lohaba hecho en el de Montreal. Estos conciertos de senectud el cantante tiene ya 78 aos son unapura maravilla. La historia es conocida: en 2008 Cohen descubre que su representante Kelley Linch(que alguna vez f ue tambin concubina) le ha birlado toda su f ortuna, por una mezcla de negligencia ycleptomana (la biograf a de Simmons no explica bien el incidente ni adnde f ueron a parar los f ondos).La sobrevenida penuria f inanciera hace que Cohen se decida a girar por todo el mundo una vez ms. Elxito es rotundo y en un par de aos ha recuperado el dinero. Pero el espectculo no se detiene. Si ellector t iene ocasin de ir a uno de estos conciertos no lo dude. Si no puede, que se haga con el DVD dellbum Live in London para que vea de lo que es capaz este provecto caballero de Montreal. Dudo quehaya nada semejante ahora mismo sobre un escenario. Hay que verlo rodilla en tierra, sosteniendo elmicro con ambas manos, susurrando unas canciones que ya son himnos. Su voz, ya de un cueroenvejecido, arropada por las voces f orradas de armio de las Webb Sisters y la poderosa voz mezzo dela veterana Sharon Robinson. Hay que verlo quitndose el sombrero f edora para escuchar respetuoso asus msicos: Niell Larsson al Hammond, Rafael Gayol con las baquetas, el violn de AlexandruBublitchi, el bajo de Roscoe Beck, la guitarra de Mitch Watkins y al espaol Javier Mas, que hacemagia con cualquier instrumento que tenga mstil y cuerdas. Hay que verlo parando el reloj ymanteniendo en trance a 15.000 personas mientras recita qu gran rapsoda es Cohen A thousand

  • kisses deep. Hay que verlo dominando la escena, gastando una ocasional broma, hacindose cmplicede un pblico que, como los jugadores del trivial, va de los nueve a los 99 aos. Y hay que verlo dndolotodo durante casi cuatro horas, como si f uera el jodido Bruce Springsteen. Y es entonces, cuando vesy escuchas todo eso, cuando te das cuenta. Este hombre ha llevado una vida de sueo. Ha saboreado lagloria literaria, ha sido una estrella del rock. Ha gozado del cuerpo f emenino, y mejor an, de la amistadde las mujeres. Ha conocido las prof undidades del cuerpo, ha subido al empreo del xtasis religioso;disciplin su alma en el retiro del mundo, ha viajado al f ondo del mil noches de amor en los hoteles; hasido un hippy con clase en Hydra, ha sido l solo una generacin beat. Ha tomado Berln. Ha tomadoManhattan. Ha dejado en la memoria del mundo su cancin y ha llegado a viejo. Ha hecho un buen trabajoy lo sabe. Tantas tonteras que se dicen de Leonard Cohen: que si es depresivo y deprimente, que si suscanciones son demasiado tristes. Este hombre, me digo, no es un depresivo. Estas canciones, pienso,no son tristes. El secreto de Leonard Cohen es este: ha sido f eliz. And everybody knows.

    El secreto de Leonard Cohen