Karl Kautsky, Capital Financiero y Crisis

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51 I. El libro de Hilferding 2 D urante algún tiempo se nos reprochó a los marxis- tas nuestra falta de productividad luego de la muer- te de Engels. El reproche no era totalmente infun- dado, pero la vinculación entre nuestra "falta de pro- ductividad" y la muerte de Engels se produjo sola- mente por el hecho de que muchos marxistas encontraron en esa muerte la señal para alejarse del marxismo; incluso para combatirlo con entusiasmo. Así, las filas de los teóricos marxistas se vieron mo- mentáneamente debilitadas, y la deserción de nuestros ex camaradas del campo del marxismo "ortodoxo" fortaleció a nuestros adversa- rios y nos obligó a colocarnos a la defensiva por un tiempo. Duran- te años debimos dedicar lo más valioso de nuestro tiempo y nues- tras fuerzas a defender los resultados ya obtenidos por el marxismo, contra los mismos camaradas que habían contribuido a obtenerlos, y a refutar argumentos que poco tiempo antes habían sido declara- dos poco sólidos por las mismas personas que ahora los utilizaban. Pero esta crisis en el marxismo apenas duró una década. El revi- sionismo teórico (no, por cierto, el práctico) está archivado y los mar- xistas estamos nuevamente en condiciones de dedicar todo nuestro Capital financiero y crisis Karl Kautsky 1

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Una reseña del libro de Rudolf Hilferding, El Capital Financiero

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    I. El libro de Hilferding2

    Durante algn tiempo se nos reproch a los marxis-tas nuestra falta de productividad luego de la muer-te de Engels. El reproche no era totalmente infun-dado, pero la vinculacin entre nuestra "falta de pro-ductividad" y la muerte de Engels se produjo sola-mente por el hecho de que muchos marxistas encontraron en esamuerte la seal para alejarse del marxismo; incluso para combatirlocon entusiasmo. As, las filas de los tericos marxistas se vieron mo-mentneamente debilitadas, y la desercin de nuestros ex camaradasdel campo del marxismo "ortodoxo" fortaleci a nuestros adversa-rios y nos oblig a colocarnos a la defensiva por un tiempo. Duran-te aos debimos dedicar lo ms valioso de nuestro tiempo y nues-tras fuerzas a defender los resultados ya obtenidos por el marxismo,contra los mismos camaradas que haban contribuido a obtenerlos,y a refutar argumentos que poco tiempo antes haban sido declara-dos poco slidos por las mismas personas que ahora los utilizaban.

    Pero esta crisis en el marxismo apenas dur una dcada. El revi-sionismo terico (no, por cierto, el prctico) est archivado y los mar-xistas estamos nuevamente en condiciones de dedicar todo nuestro

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    tiempo y esfuerzo en la medida en que podamos dedicarlos a cues-tiones tericasa la gran tarea de construir el edificio que los maes-tros dejaron incompleto y adaptarlo a los tiempos modernos. Y du-rante los ltimos aos, por cierto, nadie pudo ya quejarse de la faltade productividad del marxismo.

    Dentro de las creaciones de la literatura marxista en realidaddentro de la literatura en generaluno de los fenmenos ms nota-bles es el libro escrito por Hilferding sobre el capital financiero. Encierto sentido puede ser considerado la continuacin de El Capitalde Marx.

    El Capital qued inconcluso, y ya en ese sentido necesita ser com-pletado y continuado. Adems, sus partes ms importantes fueronconcluidas en la dcada de 1860, por lo que ya tiene una antigedadde medio siglo. Durante este largo periodo tuvo lugar una gran re-volucin econmica. Esto, por cierto, no dej rezagado a El Capital:por el contrario, solamente con la ayuda de esta obra pudimos en-tender de manera apropiada esta revolucin. Pero se han producidouna cantidad de fenmenos nuevos de los cuales no se haba ocupa-do El Capital y que hasta la aparicin del libro de Hilferding no ha-ban estado sujetos a un examen detallado y suficiente sobre la basede nuestra teora.

    Apenas hay referencias al primer volumen de El Capital en la obrade Hilferding. Comienza por el segundo y tercer volumen y se ex-playa sobre ellos. Y justamente all era especialmente necesaria unacontinuacin y un desarrollo posterior. En primer lugar, porque esosvolmenes solamente constituyen fragmentos a diferencia del pri-meropero tambin porque es en esos planos en los cuales el des-arrollo se ha producido con especial rapidez y las condiciones mues-tran muchos ms fenmenos novedosos.

    El primer volumen se ocupa del proceso de produccin del ca-pital en el sentido ms estrecho de la palabra; su escenario es la f-brica: nos muestra los fundamentos del antagonismo de clase entrecapital y trabajo. El segundo volumen se ocupa del proceso de cir-culacin del capital; la compra-venta de las mercancas que han sidoproducidas. El escenario es el mercado, donde los antagonismos declase entre capital y trabajo no se observan directamente, donde s-lo hay productores y consumidores y entre ellos comerciantes quenegocian.

    El tercer volumen se ocupa del proceso en su totalidad; pero aqu,tambin, la circulacin de mercancas est en primer plano. El papelprincipal est representado por la distribucin de la plusvala entrelas distintas clases explotadoras capitalistas industriales y terratenien-tes, quienes extraen la plusvala bajo la forma de ganancia indus-

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    trial, inters o renta de la tierra. La formacin del precio, sus desvia-ciones respecto del valor, tienen un efecto determinante sobre la dis-tribucin de plusvala. Pero esas desviaciones no son arbitrarias, si-no que estn sujetas a ciertas leyes que slo pueden explicarse a tra-vs de la ley del valor.

    Es fcil comprender por qu el primer volumen de El Capital sehizo mucho ms popular y tuvo un impacto mucho ms grande quecualquiera de los dos restantes. No slo porque era mucho ms per-fecto en forma sino tambin, y sobre todo, porque se ocupaba del ver-dadero mbito de la lucha de clases entre capital y trabajo. Aqu lostrabajadores se sentan cmodos; aqu lo que haban padecido apare-ca desarrollado tericamente en la obra de su pionero. Su posicin ysu instinto de clase los hicieron capaces, en este terreno, de compren-der algunas cosas con ms facilidad que los profesores burgueses.

    No ocurre lo mismo con el segundo y tercer volumen. En ellos,aparentemente, se trataban solamente los antagonismos entre los pro-pios explotadores, temas mucho ms ajenos a los trabajadores que alos tericos burgueses. Aqu no poda ayudarlos la experiencia prove-niente de su posicin de clase.

    En buena medida, poda esperarse que estos dos volmenes enri-quecieran la teora burguesa. Porque se trataba de sus propios nego-cios ganancia, inters, renta de la tierra, acciones burstiles y bancos,aspectos en los cuales sus propios intereses podan permitir a la claseposeedora sentirse cmoda y tener una perspectiva de conjunto.

    Pero, de un modo bastante extrao, los economistas burguesesno mostraron inters en utilizar estos hilos de Ariadna, con cuya ayu-da podran haberse orientado en el laberinto de los negocios capita-listas. Como saban muy bien que estos hilos de Ariadna los condu-can con infalible certeza al punto de partida del laberinto, a la ley delvalor trabajo, se opusieron con uas y dientes. As es que fueron ca-paces de arreglrselas para no encontrar en esos dos volmenes msque la afirmacin de que los precios se desvan de los valores, y de-ducir de ello, con gran gusto, la bancarrota de la teora del valor.

    Tambin aqu, en su propio terreno, dejaron en manos de los so-cialdemcratas la tarea de reivindicar y hacer uso de los tesoros con-tenidos en el segundo y tercer volumen de El Capital. Ahora que Hil-ferding lo ha hecho, no dejarn seguramente de aprovecharse, al me-nos parcialmente, de sus resultados, pero seguirn denigrando el pun-to de partida y el mtodo en los cuales se basan.

    El libro de Hilferding, sin embargo, no fue escrito para ellos. Ledar nueva fuerza y claridad, en primer lugar, a la lucha de la claseobrera, aunque solamente unas pocas pginas al final estn dedica-das a esta lucha. Solamente cuando se ha comprendido completa-

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    mente el proceso total del capital pueden observarse con claridad lastendencias de su desarrollo y a partir de all las funciones y los obje-tivos del movimiento socialista. Pero esa comprensin es absoluta-mente necesaria para que el proletariado desarrolle permanentemen-te el mximo de su fortaleza y la utilice siempre en forma apropia-da, evitando falsos senderos que implican un derroche de tiempo yde esfuerzo.

    Pero tambin en un sentido ms estricto puede decirse que lacomprensin del proceso de circulacin del capital es tanto o msimportante, para el proletariado militante, que la del proceso de pro-duccin. Este ltimo muestra, en efecto, el creciente antagonismoentre trabajo asalariado y capital; pero la forma del proceso de cir-culacin determina de qu manera se constituyen los capitalistas, aquienes los trabajadores deben enfrentar, algo que de ninguna ma-nera carece de importancia para las tcticas de lucha. Y las formasque asume el capital cambian mucho ms rpido bajo la influenciadel proceso de circulacin que bajo la del proceso de produccin.

    La ganancia es la fuerza motriz de todo el mecanismo capitalis-ta; la base de las ganancias de la clase capitalista es la plusvala, cuyamagnitud depende del nmero de trabajadores empleados por el ca-pital total y de la intensidad de su explotacin. Pero la porcin de ga-nancia que embolsa cada capitalista en forma individual no depen-de de la cantidad de plusvala obtenida de la explotacin de sus pro-pios trabajadores. El capitalista puede ganar no solamente a expen-sas de los trabajadores, sino tambin a costa de otros capitalistas; siuno sabe cmo hacerlo y posee suficiente capital y suerte, puede vol-verse rico mucho ms rpido robando a grandes ladrones que sa-queando a los saqueados.

    Hilferding analiza las fuerzas motrices que subyacen en los dife-rentes tipos de ganancia que se realizan a costa de los explotadoresla ganancia especulativa, la ganancia del fundador3, la ganancia mo-noplica a travs de la exclusin de la competenciapara demostrarcun poderosamente influyen en la conformacin de la clase capita-lista y de qu manera, impulsadas por ellas, las empresas industrialespertenecen cada vez menos a capitalistas individuales y pasan a ma-nos de sociedades annimas. Hilferding va ms all y demuestra c-mo, con estas sociedades annimas y a travs de ellas, se acrecientael poder de los bancos sobre la industria; y, por otro lado, tambinla concentracin de las empresas, en parte por medio de la combi-nacin de empresas mixtas, una de las cuales provee el material a laotra, en parte uniendo varios trabajos del mismo tipo en una aso-ciacin, un cartel, o, finalmente, un trust consolidado. Muestra, ade-ms, de qu manera estos medios revolucionan cada vez ms el pro-

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    ceso de produccin y colocan, cada vez ms, a la gran produccinen primer plano. Todo esto es desarrollado por Hilferding en formaclara y exhaustiva, a travs de la cual nos muestra una cantidad denuevos puntos de vista sobre las cuestiones ms complejas.

    Por supuesto, los procesos de circulacin y de produccin se in-fluyen recprocamente de manera constante. El desarrollo que aca-bamos de describir no es, por cierto, tan slo el resultado del proce-so de circulacin. Las consecuencias del proceso de produccin, losprogresos de la tcnica, juegan sin duda un papel muy importante;pero es una injusticia hacia Hilferding reprocharle el haber pasadopor alto estos factores. No est dentro del plan de su trabajo ocu-parse de ellos en detalle. No los subestim: en realidad su objetivoprincipal fue explorar los factores derivados del proceso de circula-cin, los cuales hasta la fecha han sido muy poco considerados y nun-ca examinados sistemticamente.

    Y, como ya se ha mencionado, los factores engendrados en el pro-ceso de circulacin demuestran ser los ms poderosos para la forma-cin de las relaciones del capital y tambin aquellos que las modificancon mayor rapidez.

    El capitalista siempre ha comenzado siendo comerciante: la es-fera de la circulacin es su elemento. Pero sin un cambio en el pro-ceso de produccin en sentido estricto, porque en el sentido msamplio la produccin est incluida en el proceso de circulacin, unaempresa industrial puede, mediante un simple cambio en la circula-cin, alterar completamente su carcter; puede, por ejemplo, trans-formarse de una manufactura en una empresa explotada en formacapitalista. Nada en el taller necesita ser alterado en lo ms mnimo;basta con que el fabricante ya no compre la materia prima por s mis-mo y que un comerciante que desea sacar provecho la compre y sela entregue para que sea procesada, para que el comerciante, y ya noel fabricante, se convierta, a cambio de una mera compensacin porel trabajo, en el propietario del producto que vende. Del mismo mo-do, tampoco es necesario que cambie algo en el proceso de produc-cin de una fbrica mientras sta pasa de ser propiedad de un nicocapitalista a ser una empresa por acciones, de ser una empresa indi-vidual independiente a ser miembro de un crtel, una empresa trus-tificada o propiedad de un banco.

    Resulta por lo tanto totalmente lcito seguir este desarrollo sinhacer referencia especial al proceso de produccin.

    Y la comprensin de este desarrollo es de suma importancia pa-ra el obrero que enfrenta la lucha de clases de manera consciente.

    Entre otras cosas, brinda una nueva prueba de la necesidad de laintensificacin de los antagonismos de clase, que Hilferding mues-

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    tra muy bien. Su libro demuestra una vez ms cun errado es espe-rar que los empleadores lleguen, con el tiempo, a pensar que les con-viene estar en buenos trminos con sus trabajadores; que ganarn deesa forma cada vez ms "perspectiva poltico social". Se habla de laidea de Scharfmachertum4 como de una reliquia del tiempo pasado; sela describe como un fenmeno "atrasado", que debe desaparecer conel avance posterior del desarrollo capitalista. Los marxistas, que noconsideramos la concepcin "atrasada" del Scharfmachertum comoun producto del pasado sino como algo que tiene sus races ms fuer-tes en el presente y en el futuro, ya que pertenece al capitalismo, so-mos catalogados, por supuesto, como igualmente "atrasados".

    En realidad, es la atenuacin de los antagonismos de clases loque proviene del pasado: del pasado ingls. Se trata de una idea ba-sada en la suposicin de que todava Inglaterra est mostrndonosnuestro futuro, como ocurra en tiempos de Marx. Esta esperanzase basa en el hecho, no precisamente nuevo, de que en Inglaterra,despus de la victoria del librecambio (1846), las relaciones entre ca-pitalistas y trabajadores mejoraron durante algunas dcadas. Pero es-te revisionismo, que nos reprocha el seguir al pie de la letra las pala-bras del maestro, no consigue ver cmo las palabras de Marx acercadel valor de Inglaterra como un ejemplo hace tiempo que se han cum-plido en los hechos y tambin en las observaciones que ellos mis-mos hicieron en Inglaterra. Durante tres dcadas Inglaterra se ha re-trasado en trminos econmicos, cada vez ms, y los antagonismosde clase tambin se han intensificado all; no, por cierto, al mismonivel que en Alemania o Estados Unidos, porque Inglaterra est atra-sada, porque los propietarios capitalistas individuales todava predo-minan en una industria cuya dependencia de los bancos y concen-tracin en carteles y empresas trustificadas todava no ha llegado tanlejos como en esos dos pases. Este hecho ya era conocido, pero Hi-ferding ha expuesto admirablemente algunas razones, desconocidashasta ahora, para este fenmeno.

    Es Estados Unidos, no Inglaterra, el pas que nos muestra nues-tro futuro bajo el capitalismo. No existe otro lugar donde el "retra-sado" Scharfmachertum est ms intensamente desarrollado que all.

    El futuro del capitalismo pertenece al capital financiero. Pero es-to, tanto en la lucha internacional de la competencia como en la lu-cha de clases interna, significa la forma ms brutal y violenta del ca-pital.

    Es mejor expresar lo que Hilferding entiende por capital finan-ciero y su desarrollo con las propias palabras del autor. En un tramodel texto presenta un breve resumen que ayuda considerablementea seguir la lnea de pensamiento que fluye a travs de una gran par-

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    te de su libro. Hilferding plantea:"Hemos visto cmo al comienzo de la produccin capitalista el

    dinero de los bancos procede de dos fuentes. Primero, del dinero delas clases no productivas; segundo, del capital de reserva de los ca-pitalistas industriales y comerciales. Hemos visto, adems, cmo eldesarrollo del crdito tiende a poner a disposicin de la industria noslo toda la reserva de capital de la clase capitalista, sino tambin lamayor parte del dinero de las clases no productivas. La industria delpresente, en otras palabras, acta por medio de un capital mucho ma-yor que el capital total propiedad de los capitalistas industriales. Conel desarrollo capitalista crece tambin continuamente la suma de di-nero que la clase improductiva pone a disposicin de los bancos, yestos lo ponen, a su vez, a disposicin de los industriales. La dispo-sicin de esos fondos, indispensables para la industria, la tienen losbancos. Con el desarrollo del capitalismo y la organizacin crediti-cia, crece entonces la dependencia de la industria respecto de los ban-cos. Por otra parte, los bancos slo pueden atraer los fondos de lasclases improductivas, y retener en sus manos la creciente masa ocio-sa de los mismos, si pagan intereses por estos fondos. Pudieron ha-cerlo, en tanto esas sumas no eran demasiado grandes, haciendo usode ellas en el crdito de especulacin y circulacin. Con el crecimien-to de esas sumas, por un lado, y con la importancia decreciente de laespeculacin y el comercio, por el otro, tenan que transformarse ca-da vez ms en capital industrial. Sin la expansin constante del cr-dito para la produccin, hubiera descendido muchsimo ms la dis-ponibilidad de los depsitos y, con ello, tambin el inters de los de-psitos bancarios.. Es en forma parcial el caso de Inglaterra, dondelos bancos de depsitos solamente negocian la circulacin del cr-dito y por eso es tan mnimo el inters pagado a los depsitos. Seproduce por lo tanto una continua fuga de los depsitos hacia las es-feras de la inversin industrial mediante la compra de acciones. Aquel pblico realiza directamente lo que podra hacer el banco, graciasa la unin del banco industrial y el de depsitos. Para el pblico elresultado es el mismo, puesto que la ganancia del fundador de todasmaneras no le llega. Pero para la industria britnica, significa una me-nor dependencia en el capital bancario; es decir, una situacin opues-ta a la que se da en la industria alemana.

    "La dependencia de la industria con respecto a los bancos es asel resultado de las relaciones de propiedad. Una porcin cada vezmayor del capital industrial no pertenece a los industriales que lo uti-lizan. No pueden disponer de este capital ms que a travs del ban-co, que frente a ellos representa al propietario. Por otra parte, el ban-co tiene que destinar una porcin creciente de su capital a la indus-

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    tria. As, se convierte en capitalista industrial en proporciones cadavez mayores. Llamo capital financiero a este capital bancario estoes, capital en forma de dineroque se convierte realmente en capi-tal industrial. Para los propietarios, siempre conserva su forma mo-netaria, es invertido por ellos en la forma de capital dinero, capitalproductor de intereses, y pueden retirarlo en cualquier momento enla forma de dinero. Pero en realidad la mayor parte del capital as in-vertido en los bancos se convierte en capital industrial, productivo(medios de produccin y fuerza de trabajo) y se ha inmovilizado enel proceso de produccin. Una parte cada vez mayor del capital em-pleado en la industria es capital financiero, capital a disposicin delos bancos y utilizado por los industriales.

    "El capital financiero se desarrolla con el auge de las compaaspor acciones y llega a su nivel ms alto con la monopolizacin de laindustria. La ganancia industrial adquiere un carcter seguro y con-tinuo, y, con l, adquiere una extensin cada vez mayor la posibili-dad de inversin del capital bancario en la industria. Pero el capitalbancario est a disposicin del banco, y el banco est manejado porlos propietarios de la mayora de las acciones bancarias. Est claroque, con la concentracin creciente de la propiedad, los propietariosdel capital ficticio, que otorga poder sobre los bancos, y del capital,que da poder sobre la industria, se vuelven cada vez ms idnticos.Especialmente cuando, como hemos visto, los grandes bancos se apo-deran cada vez ms del capital ficticio.

    "A pesar de que hemos visto cmo la industria se vuelve cadavez ms dependiente del capital bancario, esto no significa que losmagnates industriales dependan de los magnates bancarios. A medi-da que, el propio capital, al llegar a su ms alto estadio, se convierteen capital financiero, el magnate del capital, el capitalista financiero,va reuniendo en s la disposicin sobre el total de capital nacional,en forma de dominio del capital bancario. Aqu tambin la uninpersonal juega un papel importante.

    "Con la formacin de cartels y trusts, el capital financiero llegaa su ms alto grado de poder, mientras que el capital comercial ex-perimenta su degradacin ms profunda".3

    Puede observarse que Hilferding est lejos de creer en la utopade la democratizacin del capital por medio de las acciones. Con unsuave golpe de mano deja de lado esta "teora pequeo burguesa".

    Estas citas son suficientes para mostrar que el libro de Hilferdingtiene importancia no slo acadmica. Tambin resulta del mayor in-ters para los trabajadores y especialmente para sus representantesen el Parlamento, quienes no deben limitarse solamente a cuestionespuramente laborales.

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    Pero es verdad que lo ms importante del libro est en el terrenoterico. Partiendo de las ideas fundamentales del marxismo, Hilfer-ding combina un completo dominio de sus mtodos con el manejo deun material exhaustivo y elabora una representacin compacta sobrelas bases de la teora de la naturaleza del dinero, del crdito, de los ban-cos, del sistema accionario, de los crteles, de las crisis. No existe casiningn fenmeno en estos planos sobre el que no tenga algo nuevopara decir y que no haya quedado ms claro a partir de la conexinque traza entre cada punto y el proceso general.

    Su libro es una nueva y brillante confirmacin de lo fructferodel mtodo marxista. Esto no quiere decir que Hilferding siga las pa-labras del maestro al pie de la letra. Sabe cmo utilizar su mtodo sinperder su propia independencia. Donde queda mejor demostrado esen la cuestin de las ganancias del fundador, que explica como la di-ferencia entre la tasa de ganancia y la tasa de inters, entre el valorreal de los elementos productivos de un emprendimiento y la sumacapitalizada de su ganancia. Si, por ejemplo, la construccin de unafbrica cuesta un milln de marcos y devenga un 10% de ganancia,entonces dada una tasa de inters del 5%, la masa de ganancia deri-vada de la fbrica estar conformada por el inters sobre un capitalde dos millones. Si la fbrica se convierte en una sociedad por accio-nes, el capital accionario puede establecerse en dos millones. El ex-cedente de un milln sobre el valor de la fbrica es embolsado porlos fundadores, sin ningn fraude, como ganancia del fundador.

    Es un descubrimiento muy importante. Despliega ante nosotrosuna comprensin ms profunda de la naturaleza de las fuerzas mo-trices que extienden el sistema de acciones, convierten al capitalistaindividual en superfluo y entregan la industria al dominio de los ban-cos. Gracias a la ganancia del fundador, este desarrollo se realiza mu-cho ms rpido que si solamente lo afectara la lucha de la competen-cia. As se fomenta extraordinariamente, tambin, la transformacinde los talleres en establecimientos gigantes y su unin con otros enlas ms variadas formas de conjuncin monoplica.

    La ganancia del fundador demuestra ser uno de los factores msimportantes en el proceso de desarrollo que est llevando al capita-lismo a un punto decisivo, convirtiendo al capital en una fuerza im-personal, pero al mismo tiempo aumentando en gran medida los an-tagonismos de clase. El descubrimiento de esta fuerza inevitable sedebe a Hilferding. Para Marx era todava completamente descono-cida.

    En ciertos tramos Hilferding no slo supera a Marx sino que sedesva de l; pero esto slo sucede en cuestiones especiales sobre lascuales no nos extenderemos ms all de decir que sobre esos temas

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    tambin Hilferding dice cosas notables y verdaderas.Existe solamente un punto en el cual no puedo concordar con

    Hilferding: su concepcin de que la mercanca dinero (oro o plata)puede ser remplazada por papel, no solamente como medio de cir-culacin sino tambin como medida de valor. La medida real de va-lor no es el dinero metlico sino el valor total de las mercancas encirculacin (sin que cambie el tiempo de circulacin), el "valor de cir-culacin socialmente necesario" como l lo llama.

    Hilferding probablemente no opine que el papel moneda incon-vertible, como tal, pueda ser la medida del valor. Ridiculiza acerta-damente al profesor Lexis, quien sostiene esta posicin en el Diccio-nario de bolsillo de las Ciencias del Estado. Pero no mejora las cosas al ter-giversar la relacin entre el dinero y las mercancas y hacer de la ma-sa de mercancas una medida de valor y tambin el creador de valoren papel moneda. Entonces, a fin de hacer de este papel moneda, asprovisto de un cierto valor, la medida del valor de las mercancas, de-clara:

    "Naturalmente, como antes, todas las mercancas que vienen ex-presadas en dinero son "medidas" en dinero (No oro! - K.) El dine-ro aparece, como antes, como medida de valor. Pero el volumen delvalor de esta "medida de valor" no est ya determinada por el valorde la mercanca que lo forma: el valor del oro, de la plata o del pa-pel. Ms bien, este "valor" est en realidad determinado por el valortotal de las mercancas en circulacin (con una velocidad de circula-cin constante). La medida real del valor no es el dinero, sino que el"curso" o cotizacin del dinero est determinado por lo que me gus-tara llamar valor de circulacin socialmente necesario".4

    Esto, evidentemente, no puede significar sino que la medida re-al del valor de las mercancas no es el dinero sino que la medida re-al del valor del dinero es la mercanca.

    Si el valor del dinero pudiera determinarse por "el valor de cir-culacin socialmente necesario", significara la negacin de la ley delvalor para la mercanca dinero; significara que para la mercanca di-nero el valor no est determinado por el tiempo de trabajo social-mente necesario para su propia produccin. La aplicacin universalde la ley del valor se rompera, nada menos que en el caso de la mer-canca dinero, "la mercanca cuya forma natural es al mismo tiempola forma social inmediata de la realizacin del trabajo humano enabstracto" (El Capital, vol. I).

    No hay necesidad de semejante suicidio marxista. El fenmeno,que apareci luego del fin de la libre acuacin de la plata en dife-rentes pases durante las ltimas dcadas y en el cual Hilferding ba-sa esta idea, puede explicarse con facilidad de otras maneras.

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    No me referir, sin embargo, a este tema en detalle. Implicaraun gran gasto de sutilezas, quiz malgastadas, ya que el mtodo deexplicacin de Hilferding, usualmente muy claro, se vuelve por mo-mentos muy oscuro cuando se refiere a este punto en particular, porlo que no siempre estoy seguro de haber entendido sus palabras enel sentido en que se han expresado. Pero, sobre todo, porque cual-quier tratado sobre la teora del dinero de Hilferding es superfluo enel presente, ya que no tiene efecto sobre l, ni en forma prctica niterica.

    Luego de haberse tomado el trabajo, entre la pgina 18 y la 43,de explicar la moneda de papel pura, llega de improviso al siguienteresultado:

    "(...) semejante moneda de papel purano satisface a la larga lasexigencias del medio de circulacin. Como su valor est determina-do por la suma del valor de las mercancas que circulan en un mo-mento determinado, y como stas estn sujetas a continuas oscila-ciones, el valor del dinero oscilara tambin continuamente. El dine-ro no sera ya la medida del valor de las mercancas, sino que, por elcontrario, su valor se medira por las respectivas necesidades de lacirculacin, esto es, con invariable velocidad de circulacin, por elvalor de las mercancas. El dinero en papel puro es entonces impo-sible en el largo plazo, porque la circulacin estara sujeta as a con-tinuas perturbaciones".5

    Esto slo quiere decir, en otras palabras, que el reemplazo del di-nero-mercanca por el valor de circulacin socialmente necesario co-mo medida de valor no es ms que un capricho acadmico. Pero, co-mo tal, no juega otro rol en el curso del libro. Uno puede rechazar-lo con calma y an admitir todo lo que Hilferding contina constru-yendo en su examen de las diferentes funciones del dinero como me-dio de circulacin, medida de valor y medio de pago.

    Me basta entonces con dejar sentadas mis dudas respecto de lateora de Hilferding del valor de circulacin socialmente necesariocomo medida de valor de las mercancas, sin extenderme ms en suanlisis.

    Hay solamente un punto que me gustara analizar en forma msprofunda: la teora de las crisis. No porque en este punto difiera deHilferding por lo contrario, considero sus observaciones entre lasmejores y ms fructferas de su librosino porque son las que msme han inspirado y he elaborado conclusiones propias, las cuales qui-z sirvan, en alguna medida, para completar las de Hilferding.

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    II. Las crisis

    a. Los medios de produccin y los medios de consumo

    El ms difcil de todos los problemas econmicos que Marx nosdej por resolver es quizs el de las crisis peridicas. Aqu la dificultadno reside en el hecho de fenmenos que hayan surgido con posterio-ridad a la muerte de Marx, que impliquen una modificacin, para nodecir una revolucin, en su teora. A este propsito, lo que el liberalis-mo y el revisionismo afirmaban acerca de los crteles demostr seruna ilusin de muy corta vida. La dificultad reside en el carcter frag-mentario de El Capital, que se hace sentir con particular gravedad enel tratado sobre las crisis. Marx haba encontrado la solucin del pro-blema de las crisis esto es evidente a partir de las observaciones quehace al respectopero nunca hizo ms que desarrollar aspectos indi-viduales. Nunca intent tratar el tema en su conjunto. As, esta tareaqued para sus sucesores, que tienen que resolver el enigma de la es-finge que implican las crisis, una tarea de tal dificultad que la econo-ma burguesa casi no se atreve a abordar. Para los economistas clsi-cos, los fisicratas, Adam Smith, Ricardo Malthus no puede incluir-se entre ellosel problema no exista an. Y a la economa burguesaposterior el problema le resultaba necesariamente antiptico desde elinicio y que las crisis son el memento mori 6 del mtodo capitalista deproduccin. Todos los antagonismos que se contienen en su seno, yque lo tornan ms y ms intolerable, arrojando a secciones de la po-blacin cada vez mayores a la lucha contra el propio sistema, se expre-san en las crisis de la manera ms cruda. Por lo tanto, la economa bur-guesa siempre tendi a negar la inevitabilidad de las crisis, asignndo-les causas fortuitas que bien podran evitarse en el futuro. Formularuna teora de las crisis implicara reconocer su necesidad e inevitabili-dad. Por lo tanto, era preferible investigar las causas de cada crisis in-dividual, en lugar de describirlas y explicarlas histricamente.

    Por el contrario, los crticos del mtodo capitalista de produccin,particularmente los socialistas, reconocieron rpidamente la necesariarelacin entre el capitalismo y las crisis. Las teoras sobre las crisis son,en su mayor parte, teoras socialistas. A diferencia de lo que sucedecon otras ramas de la economa, en este caso no nos basamos en eltrabajo previo de predecesores burgueses. En este terreno econmi-co oscuro y complejo, la investigacin cientfica del socialismo ha es-tado siempre a la vanguardia. Lo que la economa burguesa ha logra-do en este terreno ha sido, casi exclusivamente, un eco debilitado y re-nuente de la concepcin socialista. Esta concepcin alcanz su pun-to culminante con Marx. Guiados por su mano, avanzaremos ms en

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    este laberinto cuanto mejor lo hayamos entendido.Un paso adelante decisivo y consistente en este camino lo cons-

    tituye la investigacin realizada por Hilferding en relacin con lascausas del regreso peridico de las crisis. Esta ha sido, hasta el mo-mento, la parte ms oscura de la teora de las crisis. Hilferding echuna luz brillante sobre ella.

    Al examinar las crisis, deben distinguirse tres elementos entre s.Muchos crticos creyeron haber descubierto contradicciones en laconcepcin de Marx sobre las crisis porque l pone atencin algu-nas veces en uno y otras en otro de ellos. Esta crtica slo sera co-rrecta si Marx se hubiera referido a uno u otro elemento como lanica causa de las crisis. Pero su teora sobre las crisis, por el contra-rio, consiste en unir los diversos elementos, cada uno de los cualeses, por s mismo, insuficiente para dar cuenta del necesario regresoperidico de las crisis.

    Estos tres elementos son, en primer lugar, la anarqua de la pro-duccin de mercancas, luego el subconsumo por parte de las masaslaboriosas y, finalmente, la variedad en las condiciones del crecimien-to de las distintas partes componentes del capital social.

    Hilferding maneja estos tres elementos, aunque se extiende muypoco sobre los dos primeros. Sus aportes son en relacin con el ter-cer elemento. Quiz se justifique que slo haga un repaso del primeraspecto, la anarqua de la produccin. Se trata del punto ms claro yno hay demasiado que agregar al respecto. La produccin de mer-cancas es la produccin por parte de productores privados indepen-dientes, que no saben nada del otro e, incluso cuando lo saben, nose interesan por el otro. Cada uno sigue produciendo, y bajo el sis-tema capitalista su nico norte, el que se encarga de que todo el em-prendimiento no termine en un caos, es la ganancia, o el precio delcual depende el nivel de ganancia. Con la cada de los precios cuan-do se produce demasiado, y su aumento cuando la oferta se quedapor detrs de la demanda, la produccin y la demanda se reajustansiempre a su proporcin adecuada, aunque no sin friccin y prdi-da, no sin crisis. Mientras hay produccin de mercancas, hay en oca-siones congestin de circulacin y crisis.

    Estas crisis dependen de eventualidades, y afectan en su mayo-ra slo a ciertas clases de mercancas: la explicacin de este tipo decrisis no presenta dificultades. Pero desde el comienzo del siglo XIXha aparecido un tipo especial de crisis, una congestin general de losmercados que lleva al desorden al proceso de produccin en su con-junto y se repite peridicamente en intervalos establecidos, aproxi-madamente una vez cada diez aos.

    La primera estall en el ao 1815, la segunda en 1825, la tercera

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    en 1836, la cuarta en 1847. Anunciaba la revolucin. Luego hubootra en 1857. Despus las guerras en Europa y Estados Unidos in-terrumpieron el ciclo y en 1866 hubo slo una ligera crisis, mientrasque la gran crisis industrial siguiente no apareci hasta 1873. Sus efec-tos tuvieron alcances profundos debido al prolongado aplazamien-to. Despus de una corta recuperacin, una nueva depresin tuvolugar en 1882. Hacia el final de la dcada de 1880 se present un li-gero crecimiento, seguido de una cada en 1891, y en 1895 hubo nue-vamente crisis. La alternancia entre prosperidad y crisis se haba tor-nado tan irregular entre 1873 y 1895, los tiempos de prosperidad tancortos y leves, que se difundi ampliamente el supuesto de que ha-bamos llegado a una poca de sobreproduccin permanente, supe-rando as los ciclos regulares de crisis. Pero cuando, durante la lti-ma mitad de los 90, se vivi un perodo muy impactante y totalmen-te inesperado de prosperidad, muchos de nosotros supusimos, porel contrario, que gracias a los crteles el ciclo de crisis haba sido aho-ra abolido, no por una era de sobreproduccin crnica, sino por unaera de prosperidad econmica permanente. Pero esta opinin slose basaba en la experiencia de unos pocos aos, y demostr rpida-mente su bancarrota. Ya en 1900 apareci una nueva crisis, y en 1907otra. Desde entonces, no puede ya dudarse que el ciclo de crisis, de-presin y prosperidad sigue vigente. Lo nico que ha desaparecidoes el reinicio del ciclo tras un lapso de diez aos.

    Esta regularidad no puede determinarse nicamente por la anar-qua de la vida econmica. Ella slo constituye el factor determinan-te en el ciclo de crisis. Si la produccin se llevara a cabo de acuerdocon un plan, puede decirse con certeza que no habra crisis. Pero,por qu aparecen en una forma tan abarcativa, afectando al conjun-to de la sociedad, y por qu en perodos tan regulares?

    La explicacin debe residir en factores que slo obtuvieron granfuerza en la ltima parte del siglo XIX. Ya que no fue hasta enton-ces que comenz el ciclo de crisis. Conviene observar esos fenme-nos como los factores que ya haban inquietado al mundo entero: laintroduccin de maquinaria, que intensific enormemente la produc-tividad del trabajo y coincidi con la pauperizacin de los trabajado-res industriales, cuya capacidad de consumo disminuy, mientras suproductividad aumentaba. Aqu reside una contradiccin que, en oca-siones, tuvo que encontrar una expresin en la crisis. Estas fueronlas enseanzas, ya despus de la primera crisis, del socialista RobertOwen y del social-conservador Sismondi.

    As se descubri el segundo elemento que ocasiona las crisis. Pe-ro de ninguna forma qued claro cmo afect el proceso de produc-cin, y por qu la sobreproduccin no fue permanente. Era el pero-

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    do de prosperidad entre las crisis lo que peda ahora una explicacin.El asunto no fue tan sencillo como apareca a primera vista.Para poder comprender la sobreproduccin, debemos ir ms all

    del punto de vista habitual en economa, que considera a las mercan-cas slo como valores, como cosas idnticas en su naturaleza, todascorporizaciones de idntico trabajo humano abstracto. La economaburguesa tambin acepta esta forma de consideracin, incluso al tiem-po que niega la teora marxista del valor. Siempre examina slo laproduccin y la realizacin de los valores. Y, de hecho, el capitalistaslo se preocupa por la relacin entre el valor y el precio de sus mer-cancas debido a que el nivel de su ganancia depende de ella. El va-lor de uso de sus mercancas no le interesa en absoluto.

    En la cuestin de la sobreproduccin, tenemos que lidiar no s-lo con el intercambio de mercancas, sino tambin con su consumo.Esto juega un rol determinante aqu. Es imposible, a largo plazo, con-tinuar produciendo mercancas para las cuales no se encuentran con-sumidores. Pero para el consumidor, no es slo el valor de las mer-cancas lo que cuenta, sino y sobre todosu valor de uso particu-lar. Le interesan como valor, como corporizacin de trabajo huma-no general, slo en la medida en que su poder de compra dependede la cantidad de valores de la que puede disponer y el nivel del va-lor de los medios de consumo. Pero no compra las cosas porque se-an muy caras o muy baratas; con la excepcin, quiz, de los nuevosricos norteamericanos, que slo compran obras de arte cuando cues-tan una suma enorme (y slo en ese caso). El consumidor corrien-te, el que debe tenerse en cuenta en la produccin capitalista a granescala, slo compra mercancas porque las necesita. La forma parti-cular le interesa como corporizacin de tipos especiales de trabajoel trabajo de un panadero o de un fabricante de zapatosy no co-mo trabajo humano general.

    Si deseamos examinar las condiciones que deben existir para man-tener en forma permanente el equilibrio entre produccin y consu-mo, debemos distinguir, ante todo, dos grupos de valores de uso quesiguen siendo creados de un ao al otro: los medios de producciny los medios de consumo. Cada ao, la sociedad debe crear no slolos medios de consumo que necesita, sino tambin los medios deproduccin necesarios para poder continuar la produccin de me-dios de consumo el ao siguiente. Cada grupo debe ser el comple-mento del otro para que no haya congestiones ni obstculos en lacirculacin de mercancas.

    Tomemos el caso ms sencillo, la reproduccin simple: es decir,la produccin que no se ampla, sino que se lleva a cabo ao tras aoen la misma extensin. Para ilustrar este proceso, Marx elabor un

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    mtodo que reproducimos aqu porque juega un importante papelen la explicacin de las crisis. Tambin Hilferding lo toma como pun-to de partida. Existe un "sector I" que representa la produccin demedios de produccin y un "sector II" que abarca la produccin demedios de consumo. El capital constante edificios, mquinas, ma-teria prima, etc.se llama c; el capital variable los salarios obrerosse llama v; la plusvala se llama p. En relacin con los nmeros, pue-den ser concebidos como cualquier suma; por ejemplo, como millo-nes de marcos.

    I. 4.000 c + 1.000 v + 1.000 p = 6.000 medios de produccin.II. 2.000 c + 500 v + 500 p = 3.000 medios de consumo.

    Consideremos que el producto total de la sociedad tiene este ca-rcter. Cmo se produce el intercambio entre los dos sectores?

    El sector I crea medios de produccin por 6.000 millones demarcos, digamos. Este sector requiere 4.000 en medios de produc-cin. Estos se compran y venden dentro de este grupo. Restan 2.000en medios de produccin, que representan salarios obreros y plus-vala.

    El sector II crea 3.000 en medios de consumo. Si consideramosque los capitalistas consumen el total de su plusvala y que los traba-jadores consumen el total de sus salarios, de acuerdo con este su-puesto, no tiene lugar ninguna ampliacin de la produccin. De losmedios de consumo, los trabajadores y los capitalistas del sector IIcompran 500 v + 500 p. Quedan an, en este grupo, medios de con-sumo por 2.000. Pero en el sector I quedan medios de produccinpor 2.000. Estos representan salarios obreros y plusvala; deben gas-tarse en medios de consumo. Por otra parte, los capitalistas del sec-tor II tienen que comprar medios de produccin por 2.000 para con-tinuar con la produccin en la misma escala durante el ao siguien-te. Los trabajadores y los capitalistas del sector I compran del sectorII medios de consumo por 2.000, mientras que stos compran me-dios de produccin por un monto equivalente a los capitalistas delsector I, proporcionando as el dinero para salarios y para la realiza-cin de la plusvala.

    Si, de esta manera, la cantidad producida y las compras y ventasde ambos grupos son iguales entre s, no hay sobreproduccin.

    No estamos teniendo en cuenta el capital fijo; tendremos en cuen-ta ms adelante el papel que ste juega. En aras de la simpleza, con-sideramos que dentro de un ao, el capital total se utiliza y renuevapor completo. Pero, cmo funciona esto en el caso de la reproduc-cin ampliada, cuando los capitalistas no consumen la totalidad de

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    la plusvala, sino que mantienen una parte de sta para llevar a cabola produccin durante el ao siguiente, en una escala mayor?

    Para este caso, Marx brinda otro esquema, como el siguiente:

    AI. 4.000 c + 1.000 v + 1.000 p = 6.000 medios de produccin.II. 2.000 c + 750 v + 750 p = 3.000 medios de consumo.

    BI. 4.400 c + 1.100 v + 1.100 p = 6.600 medios de produccin.II. 1.600 c + 800 v + 800 p = 3.200 medios de consumo..

    CI. 4.841 c + 1.210 v + 1.210 p = 7.260 medios de produccin..II. 1.760 c + 880 v + 880 p = 3.520 medios de consumo.

    DI. 5.324 c + 1.331 v + 1.331 p = 7.986 medios de produccin.II. 1.936 c + 968 v + 968 p = 3.872 medios de consumo.

    EI. 5.856 c + 1.464 v + 1.464 p = 8.784 medios de produccin.II. 2.129 c + 1.065 v + 1.065 p = 4.249 medios de consumo.

    FI. 6.442 c + 1.610 v + 1.610 p = 9.662 medios de produccin.II. 2.342 c + 1.172 v + 1.172 p = 4.686 medios de consumo.

    Aqu no se consume el total de la plusvala, sino que se acumu-la una parte que es utilizada para ampliar la produccin. Sin embar-go, esto no implica necesariamente sobreproduccin. El proceso dereproduccin contina sin interrupciones. Pero ahora no es, comomuchos suponen, independiente del consumo. Se presupone un au-mento estable en el consumo. Para que un aumento de 6.000 a 9.662en los medios de produccin creados en el curso de un ao puedaprogresar sin interrupciones, el consumo debe aumentar de 3.000 a4.586. Este aumento es parcialmente ocasionado por el crecimientodel consumo a travs del nmero creciente de trabajadores. La su-ma total de crecimientos de salarios, durante el perodo en conside-racin, crece de 1.750 a 2.782. Pero esto no es suficiente. A pesar dela acumulacin, a pesar del "ahorro" es decir, la abstencin del con-sumoel consumo del capitalista tambin debe aumentar.

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    De acuerdo con el esquema, los montos son los siguientes:

    Los montos de consumo son los siguientes:

    Se observa que el consumo de los capitalistas debe terminar au-mentando en forma muy considerable para mantener el equilibro dela produccin y evitar una sobreproduccin. En el esquema, termi-na aumentando ms rpido que el consumo de los obreros asalaria-dos. En realidad, con las tasas de acumulacin dadas, el consumo ca-

    De los capitalistas

    Aumento en relacin conel ao anterior

    De los trabajadores

    Aumento en relacin conel ao anterior

    A 1.100 - 1.750 -

    B 1.110 10 1.900 150

    C 1.221 111 2.090 190

    D 1.344 123 2.299 209

    E 1.877 533 2.529 230

    Aumento total 71 por ciento 44 por ciento

    Ao Capital totalAumento

    en relacin conel ao anterior

    PlusvalaDe la

    plusvala, se acumula...

    De la plusvala,

    se consume...

    A 7.250 - - - -

    B 7.900 650 1.750 650 1.100

    C 8.690 790 1.900 790 1.110

    D 9.559 869 2.090 869 1.221

    E 10.514 955 2.299 955 1.344

    F 12.166 1.652 2.529 1.652 1.877

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    pitalista debera aumentar a un ritmo incluso mayor que el aqu su-puesto. Esto se debe a que el esquema supone que el valor de la fuer-za de trabajo y su explotacin, as como la constitucin orgnica delcapital, no estn sujetos a cambio alguno. Pero con el crecimiento dela acumulacin tambin hay un gran crecimiento del capital fijo a ex-pensas del capital variable. Aqul crece ms rpido que ste. Simul-tneamente, la productividad del trabajo crece, mientras que el valordel trabajo decrece y la explotacin aumenta. As, el tem V, bajo lascondiciones de acumulacin dadas, aumentar ms lentamente quelo permitido en las previsiones del esquema; el consumo por partede los capitalistas necesita aumentar para que la masa de medios deconsumo que se producen sea consumida por completo y no tengalugar ningn tipo de congestin.

    Ya Malthus not la necesidad de un crecimiento del consumopor parte de los explotadores para mantener el equilibrio en el casode la acumulacin del capital. Pudo sacar, a partir de esa conclusin,un argumento sutil a favor de los ladrones ricos, cuyos intereses es-taban tan prximos a su corazn. La funcin de los capitalistas eraacumular. La otra funcin, la de consumir en una escala de rpidoaumento tanto como requiera la acumulacin creciente, no era com-parable con sta. Haba otras clases para hacer eso, tales como losterratenientes, los coutiers, oficiales, etc., que eran despilfarradoresprofesionales y haban adquirido una facilidad especial en ese arte.Su existencia era necesaria para que la acumulacin de capital pudie-ra avanzar sin problemas.

    Se trata, de hecho, de un argumento ingenioso a favor de la ne-cesidad econmica del despilfarro por parte de los ricos; slo, claro,bajo el supuesto de la necesidad del mtodo capitalista de produc-cin en s mismo. Pero la realidad capitalista desarrolla tendenciasque reducen considerablemente esa necesidad de existencia de ocio-sos de lujo.

    Ya hemos visto que para nuestro objeto actual tenemos que con-siderar no slo el valor, sino tambin el valor de uso particular de lasmercancas. Debemos ir ms all de la simple distincin entre me-dios de produccin y medios de consumo. Entre los ltimos, tam-bin debemos discriminar entre artculos de lujo y artculos de con-sumo masivo. A grandes rasgos, los artculos de lujo pueden consi-derarse como equivalentes al consumo de los capitalistas, y los deconsumo masivo, equivalentes al consumo de los trabajadores asa-lariados. Pero, dadas las crecientes acumulacin y explotacin de lostrabajadores, el consumo de lujo debe aumentar ms rpidamenteque el masivo para que la produccin pueda continuar sin conges-tiones. De esta forma, la produccin de artculos de lujo debera au-

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    mentar ms rpidamente que la de los artculos de consumo masi-vo. En realidad, sucede lo contrario. La produccin capitalista en granescala significa produccin para consumo masivo. Cuanto ms se in-crementa el proceso de acumulacin, ms se desarrolla la produc-cin para el consumo masivo.

    Vemos as que surge un antagonismo entre la direccin del con-sumo y la de la produccin, que los despilfarradores ricos cuya ayu-da solicita Malthus no pueden superar. Su consumo de bienes de lu-jo obstruye el desarrollo de la produccin capitalista.

    Sin embargo, los grandes terratenientes poseedores de sinecurasy los znganos aristcratas no son los nicos elementos improduc-tivos de la sociedad capitalista. Junto a los grandes consumidores demedios de lujo, la sociedad capitalista tambin crea numerosos con-sumidores improductivos de artculos de consumo masivo. Primeroy principal, deben considerarse los ejrcitos; luego, los sirvientes do-msticos. El militarismo se ha convertido en una importante fuerzaimpulsora del capitalismo, incluso en pases que no tienen ejrcitospermanentes. En los Estados Unidos, la gran guerra civil de la dca-da de 1860 promovi poderosamente el militarismo, al igual que ha-ba sucedido en Inglaterra y Francia con las guerras revolucionariasy las guerras napolenicas hacia fines del siglo XVIII y comienzosdel XIX.

    Entonces, por qu los capitalistas no optan por librarse del ex-cedente de los bienes de consumo masivo pagando mayores salariosa los trabajadores? No se sentiran ms felices por haber contenta-do a sus trabajadores? Uno pensara eso, pero el capitalista piensa di-ferente. El trabajador es su enemigo. Si aumenta su salario, fortale-ce a su enemigo y debilita su propio poder. Si, por el contrario, usala plusvala excedente para pagar salarios a sus soldados y sirvientes,obtiene apoyos para su poder. Reduce, de hecho, su propia riqueza,pero derrota a sus enemigos internos y externos.

    Pero incluso si su conciencia de clase no discurriera de esta ma-nera, si tuviera que considerar, como capitalista individual, tan slosu propio inters, la competencia lo llevara a mantener en el nivelms bajo posible los costos de produccin, de los cuales los salariostambin forman parte.

    Esta es tambin, es verdad, una razn para que busque evitar quelas cargas militares aumenten tanto estos costos, al menos mientrasl tenga que cubrirlos, pagndolos con su plusvala. Y es slo hastaeste punto que actan contra la sobreproduccin. Las cargas milita-res que se establecen sobre la clase trabajadora no significan ningnincremento del consumo masivo en general, sino slo un aumentodel consumo masivo por parte del ejrcito y una disminucin equi-

  • Capital financiero y crisis

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    valente del consumo masivo por parte de los trabajadores.Es diferente con el apoyo del militarismo basado en un impues-

    to sobre la plusvala. Pero slo en el caso de grandes capitalistas elfondo para su consumo no disminuye considerablemente. Los capi-talistas ms pequeos se ven afectados de forma similar a los traba-jadores. Las cargas militares pesadas pueden forzarlos a disminuir suconsumo personal o su acumulacin de capital. El capitalista se re-siste a esto con todas sus fuerzas. Esto se debe a que, cuanto ms r-pido acumula el capitalista individual, con mayor prontitud se en-cuentra en posicin de derrotar a sus competidores. Y esto se apli-ca tanto al capitalista individual en comparacin con otros como alas naciones capitalistas individuales en sus relaciones recprocas. Elrpido ascenso de los Estados Unidos tiene una de sus causas y nociertamente la menos importanteen la ausencia de un ejrcito per-manente.

    De esta forma encontramos la contradiccin de que el crecimien-to del militarismo es, de hecho, muy propicio para la ampliacin delconsumo de artculos en masa, y por lo tanto para la ampliacin dela produccin de estos artculos; pero que, por otra parte, es del in-ters de cada capitalista individual, y de cada nacin capitalista, evi-tar los costos del militarismo tanto como sea posible. Desean pro-ducir y vender lo mximo posible para el ejrcito, y pagar lo mnimoposible.

    As es que la ampliacin del consumo masivo a travs del milita-rismo, a pesar de toda la simpata por el militarismo que pueda tenerla burguesa, no es capaz de superar ciertos lmites.

    Lo mismo puede decirse de los sirvientes domsticos. El des-arrollo tcnico y el capitalismo no se detienen ante la puerta del ho-gar. Una tras otra, sus funciones son absorbidas por la produccincapitalista en gran escala; la cual, en proporcin a sus logros, dismi-nuye el nmero de personas empleadas.

    De esta forma, el capitalismo no crea slo la tendencia a aumen-tar la porcin improductiva de la poblacin, sino tambin fuertes ten-dencias opuestas, que retardan este aumento. De esta forma, el enor-me aumento en la produccin de bienes de consumo masivo no au-menta proporcionalmente la superficie de su crculo de consumo.

    (b) Industria y agricultura

    Para entender cmo es posible, a pesar de todo lo antedicho, re-constituir una y otra vez un equilibrio entre la produccin y el con-sumo, es necesario subdividir an ms exhaustivamente las mercan-cas producidas, de acuerdo con su tipo. A la divisin entre medios

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    de produccin y medios de consumo, y la divisin de estos ltimosen medios de lujo y medios de consumo masivo, debe aadirse lasubdivisin en productos industriales y productos agrcolas.

    Al examinar las crisis peridicas, nunca debe dejarse de lado quese trata de un fenmeno industrial. La agricultura puede, de hecho,estar sujeta en ocasiones a crisis, pero nunca coinciden con las crisisperidicas de la industria, y son de un carcter totalmente diferente.La sobreproduccin que se manifiesta en las crisis de las que nosocupamos en este texto, no se ve aumentada, sino aliviada, por unacosecha abundante. La prosperidad, por otra parte, no se ve dificul-tada, sino fortalecida, por una cosecha abundante. Esto se debe aque una buena cosecha baja el precio de la comida de los trabajado-res y otros consumidores, y les permite, con el mismo ingreso, gas-tar ms en los productos industriales. Por otra parte, disminuye elprecio de la materia prima, y de esta forma tambin el costo de pro-duccin en la industria y los precios de sus productos. Y eso amplasu mercado.

    Al mismo tiempo, una buena cosecha tambin puede, si los pre-cios de los productos agrcolas no caen demasiado, aumentar el in-greso de los agricultores, y con ello su poder de compra en el mer-cado de produccin industrial. De esta forma, las cosechas abundan-tes aumentan el consumo industrial. Cuanto ms produce la agricul-tura, menos sobreproduccin hay en la industria.

    La sobreproduccin que irrumpe en crisis peridicas siempre essobreproduccin industrial pura. La industria capitalista se est tor-nando cada vez ms en productora de productos en masa. Inclusoaquellos valores que representan plusvala y en esta plusvala repre-sentan el fondo de consumo de los capitalistaslos cuales estn pa-ra ser consumidos como medios de lujo, como tales presentan ini-cialmente la forma de artculos de consumo masivo, y deben ven-derse primero como tales, antes de que puedan ser utilizados por loscapitalistas en forma dinero para obtener medios de lujo o para pa-gar el parasitismo improductivo del lujo.

    Los trabajadores asalariados de la industria, nuevamente, creanms valor del que consumen. Pero de lo que consumen, slo unafraccin es producida por la industria. El excedente de los produc-tos industriales masivos que crean por encima de su propio consu-mo es, por lo tanto, enorme. El consumo de los capitalistas quie-nes, en lo que concierne a su consumo personal, utilizan slo unacantidad relativamente pequea de la produccin industrial en ma-say el consumo mucho mayor por parte de las porciones impro-ductivas de la poblacin que ellos pagan, no es suficiente para ab-sorber este excedente. La poblacin rural debe consumir este exce-

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    dente para que todo el producto encuentre un mercado. Los pobla-dores rurales obtienen de la industria no slo medios de consumopersonal, sino tambin medios de produccin: herramientas, maqui-naria agrcola, abono artificial, etc. Esto, al tiempo que proporcio-nan materia prima para la industria y alimentos para los trabajadoresindustriales, los capitalistas y tambin para los trabajadores impro-ductivos y los parsitos.

    Este intercambio material entre industria y agricultura debe con-tinuar sin interrupcin. Para que no se interrumpa el proceso com-pleto de reproduccin, la proporcin no debe verse alterada aqu msque en lo mostrado en el esquema de Marx entre medios de produc-cin y medios de consumo.

    Pero la ampliacin de la produccin agrcola tiene lugar bajo con-diciones bastante diferentes a las de la industria y, particularmente apartir de la introduccin de la maquinaria, la diferencia entre las con-diciones aumenta ms y ms. Mientras que la industria es capaz deextender su produccin cada vez ms rpidamente, la tasa de am-pliacin de la agricultura siempre se queda por detrs, debido a quetiene que lidiar con organismos vivos, cuyo aumento y crecimientono puede acelerarse arbitrariamente. En la industria, en cambio, apartir del desarrollo de la maquinaria, la apropiacin y el uso del ma-terial inorgnico excede ms y ms la apropiacin y uso de cosas or-gnicas. Y, dada la etapa alcanzada por la tcnica moderna, el uso delmaterial inorgnico puede ser extendido a saltos si se dispone del flu-jo de fuerza de trabajo extra necesaria.

    Asimismo, debe hacerse una distincin en la apropiacin y usodel material orgnico, entre material vegetal, que resulta del cultivoagrcola y cuya cantidad puede aumentarse en uno o unos cuantosaos extendiendo la superficie de cultivo, y productos animales, cu-ya cantidad puede aumentarse con dos mtodos: utilizando ms ani-males de los cuales se obtienen estos productos, con fines de cra, envez de matarlos (este mtodo se utiliza en el caso de animales do-msticos); o matando un nmero de animales mayor que previamen-te. Este es el mtodo utilizado principalmente en el caso de anima-les silvestres. Lleva a la extincin de los animales y es, de hecho, eldestino que espera a muchas especies por el desarrollo de la indus-tria, como por ejemplo los animales de piel, y tambin las aves conplumaje fino. El primer mtodo es ms racional, pero lleva tempo-ralmente a una reduccin en la muerte de los animales y, por lo tan-to, en el consumo de stos, en un momento en el que la industria jus-tamente est desarrollando una mayor demanda.

    Deben considerarse, por ltimo, los productos forestales, espe-cialmente la madera, cuya ampliacin implica un proceso inusual-

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    mente lento que lleva varias dcadas. La industria capitalista no de-sear esperar tanto para extender su produccin. La consecuencia,por lo tanto, es la destruccin directa de los bosques. Pero de estaforma, en relacin con la obtencin y el uso de la madera, la indus-tria capitalista se torna independiente de las limitaciones ocasiona-das por la ley de reproduccin de la madera. A este respecto, lo mis-mo se aplica a la madera que a los materiales inorgnicos. Su apro-piacin y uso puede aumentarse a saltos.

    Pero esto no se aplica a los productos de la agricultura.Si se investiga ms profundamente, se encuentra que el primer

    tipo de industria, la que trabaja con materiales inorgnicos y made-ra, es preponderante en la produccin de los medios de produccin.El segundo tipo, la fabricacin de productos agrcolas, es preponde-rante en la produccin de los medios de consumo personal; al me-nos, los medios de alimentacin y vestimenta. Por supuesto, no su-cede esto en la fabricacin de muebles y adornos, pero stos no ocu-pan una posicin de importancia central.

    De esta forma, venimos a conocer las causas naturales para la di-ferencia en la tasa de ampliacin de cada uno de los dos grandes gru-pos de industrias: produccin de los medios de produccin, y pro-duccin de los medios de consumo. Esta ltima es mucho ms de-pendiente de la agricultura, como abastecedora de materia prima, encomparacin con la primera. Como ya se mencion, esta distincinslo se hizo sentir a partir de la introduccin de la maquinaria. En elsiglo XIX, los edificios y la maquinaria jugaban slo un rol pequeoen la industria. La industria consista casi enteramente en la produc-cin de productos agrcolas y no poda, debido a su dependencia delas materias primas proporcionadas por la agricultura, desarrollarsems rpido que sta. En ese entonces, era muy improbable que pu-diera tener lugar una desproporcin tan profunda como para para-lizar toda la vida econmica entre la agricultura y la industria, y tam-bin entre la produccin de medios de produccin y la de medios deconsumo. Este tipo de desequilibrios se constituyen ms fcilmen-te, y pueden tomar las mayores dimensiones, con el mayor desarro-llo de la tcnica moderna durante el curso del siglo XIX, la mayorimportancia de edificios y maquinaria elementos de capital fijo enla industriaen relacin con la materia prima proporcionada por laindustria y los salarios de la clase obrera y, as, en relacin con losmedios de consumo de la clase obrera, que son en su mayora pro-porcionados por la agricultura. Los salarios de los trabajadores y lasmaterias primas constituyen colectivamente los elementos principa-les de capital circulante.

    En tanto la ampliacin de la produccin agrcola no puede lle-

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    varse a cabo tan rpidamente como la bsqueda de minerales, pie-dras, tierras y rboles, el aumento del capital circulante no es tan f-cil como el aumento del capital fijo. Hay barreras para aqul que noexisten para ste.

    Por supuesto, la ampliacin del capital fijo depende de la del ca-pital circulante. La construccin rpida de mquinas textiles nuevas,por ejemplo, no tiene uso alguno si las cantidades de algodn y lanaque se lanzan al mercado no pueden aumentarse en una proporcinsimilar. Pero dada la anarqua del actual sistema de produccin, laconstruccin de nuevas fbricas de hilado y tejido no depende delaumento de materia prima. Siempre que las mquinas no estn ter-minadas, es decir, estn en proceso de construccin, nadie se perca-ta de si son superfluas o no. Esto slo se torna evidente cuando co-mienzan a trabajar, por el aumento del precio de la materia prima.Cuanto ms grandes son las mquinas, mayor es su efecto; pero tam-bin, cuanto ms prolongado es el tiempo requerido para su cons-truccin, ms tiempo puede trabajarse en aumentar el capital fijo sinadvertir que la materia prima disponible es insuficiente para las m-quinas nuevas, y mayor se torna la desproporcin entre capital fijo ycapital circulante: de esta forma, la adaptacin final de las dos par-tes de capital entre s asume cada vez ms un carcter crtico, mien-tras que la mayor ampliacin del capital fijo experimenta una inte-rrupcin temporaria.

    La agricultura constituye una barrera para el capital industrial.Acta no slo como proveedora de materias primas, sino tambincomo consumidora de productos industriales. Del mismo modo quesu produccin, su consumo tiene la tendencia a desarrollarse mslentamente que la capacidad de produccin de la industria. De he-cho, incluso ms, mientras en la industria existe la tendencia a un cre-cimiento estable de su excedente de artculos de uso, en la agricultu-ra, a partir de la introduccin de la tcnica moderna, la tendencia eshacia la reduccin de la poblacin que vive de ella y, por lo tanto, desu consumo personal.

    Con la acumulacin de capital y el desarrollo de la tcnica mo-derna, surge en todas las ramas de produccin la tendencia a un des-censo en la cantidad de trabajadores en proporcin a una cantidaddada de capital. Pero en la industria, este descenso relativo en la can-tidad de trabajadores es ms que contrabalanceado por el rpido pro-greso de la acumulacin de capital. En la agricultura, esta acumula-cin se lleva a cabo mucho ms lentamente. Aqu, el incremento dela poblacin trabajadora en una superficie de tierra determinada sehace mucho ms lento o incluso, de hecho, se convierte en una re-duccin, no slo relativa sino tambin absoluta.

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    Este fenmeno tiene ya mucho tiempo en Europa; ahora estcomenzando a conocerse tambin en Amrica. Durante un tiempo,ha sido evidente un descenso relativo de la poblacin rural en pro-porcin a la poblacin de las ciudades. All, la poblacin urbana al-canzaba el 29% en 1880, el 36% en 1890 y el 40% en 1900; de acuer-do con las declaraciones provisorias del censo de 1910, durante eseao habr llegado a un 46%, o casi la mitad de la poblacin.

    Pero lo ms llamativo sobre el ltimo censo es el hecho de queen los grandes Estados agrcolas de la Unin que ms prosperaron,la poblacin ya ha disminuido en trminos absolutos, de acuerdo conla informacin provisoria los nmeros exactos an no estn dispo-nibles: esto es as en Ohio, Indiana, Iowa, Missouri, al igual que enla zona oriental de Kansas y en Illinois.

    Si la industria capitalista de un pas pretende aumentar su mer-cado hasta el punto en el cual sus fuerzas productivas crecen me-diante la acumulacin de capital y el progreso tcnico, la extensincultivada para la cual este pas produce debe aumentar continuamen-te. sta es una condicin para su supervivencia. Lo necesita para au-mentar sus recursos de materia prima y alimentos ms rpido que loque sera posible mediante un incremento natural; pero tambin pa-ra deshacerse de su excedente de productos industriales. Pronto elterritorio de su propio pas deja de ser suficiente. Debe expandirsehacia otros pases agrcolas e importar desde stos.

    La ampliacin del mercado puede asumir dos formas: la indus-tria capitalista puede encontrar una extensin de tierra ya ocupadapor campesinos o trabajadores rurales. Hasta este momento, stoshaban cubierto su necesidad de productos industriales mediante eltrabajo domstico o con las artesanas locales. La industria capitalis-ta, tan superior tcnicamente, al tiempo que desbanca y liquida lasindustrias primitivas, convierte a los pobladores rurales en meros la-bradores del suelo, que compran los productos industriales que ne-cesitan en el mismo mercado en el que venden los productos agr-colas que antes consuman ellos mismos. Fue as que las industriasde los pases capitalistas de Europa obtuvieron por primera vez sumercado domstico. Luego, forzaron su avance en el resto de Euro-pa, Asia y, hasta cierto punto, en Africa, de la misma forma.

    El segundo mtodo es el de crear primero una poblacin cam-pesina, cultivando y ocupando con inmigrantes tierra que permane-ca hasta el momento sin cultivar, o se encontraba poblada por ca-zadores y nmades. Donde se adopta este rumbo con un mtodo deproduccin capitalista altamente desarrollado, estos campesinos decreacin nueva son, desde el principio, agricultores puros sin ningntipo de actividad industrial para la satisfaccin de sus necesidades

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    domsticas.En menor escala, este tipo de ampliacin del territorio del mer-

    cado agrario de la industria capitalista an contina en numerososviejos centros urbanos; entre otros en Alemania, y en mayor escalaen muchas partes de Asia y Africa; por ejemplo, en Siberia y Sudfri-ca. Pero el proceso se est cumpliendo ms forzadamente en los doscontinentes del Nuevo Mundo,7 hasta el momento particularmenteen los Estados Unidos. La agricultura, en el tipo de territorio men-cionado, es muy magra. Los agricultores, oprimidos durante siglospor el Estado y los grandes explotadores, han sido, por un lado, gra-cias a su pobreza, obligados a explotar el suelo cada vez ms, de for-ma que ste se torna cada vez menos frtil o requiere cada vez mstrabajo para brindar los mismos resultados. Los campesinos de es-tos distritos son por lo tanto, en su mayora, muy pobres, y el poderde compra del individuo es muy pequeo. A pesar de esto, estos pa-ses constituyen un gran mercado para productos industriales debi-do a la enorme cantidad de gente que vive en ellos. De esta forma,125 millones habitan Rusia, 300 millones habitan la India Britnica,y ms de 400 millones China.

    Los campesinos del Nuevo Mundo son bastante diferentes. Nomuy oprimidos por las cargas del Estado, y sin terratenientes paraexplotarlos, tienen que tratar con suelo virgen no exhausto, cuyosgrandes rindes requieren al inicio menos trabajo cuanto ms descon-siderada es la explotacin que se lleva a cabo. Esto produce un cam-pesinado prspero que puede consumir una gran cantidad de pro-ductos industriales. El rpido aumento de este campesinado se haconvertido en una de las condiciones ms importantes del enormecrecimiento de la industria norteamericana.

    La ampliacin del mercado para la industria capitalista por me-dio de estos dos mtodos inicialmente slo progres lentamente. Losproductos de la agricultura son, en proporcin a su valor, muy vo-luminosos y pesados, y no pueden soportar grandes costos de trn-sito. As y todo, deben llegar al mercado para que el campesino pue-da comprar los productos de la industria. No puede comprar hastaque no haya vendido. Pero durante un largo tiempo, no hubo otromedio de transporte barato que los barcos de carga. Adems de unaextensin de tierra determinada, muy limitada, el mercado para losproductos agrcolas y, por lo tanto, para los de la industria capitalis-ta, slo poda ampliarse a lo largo de la costa martima y a lo largode los ros navegables. Slo se produjo un cambio tiempo despusdel auge de la maquinaria, en Inglaterra, en la dcada de 1820, y po-co despus en el resto de Europa, donde, de hecho, la construccinde los ferrocarriles slo adquiri importancia en la dcada de 1850.

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    Al mismo tiempo que en Inglaterra, comenz la construccin de fe-rrocarriles tambin en los Estados Unidos, y los ferrocarriles permi-tieron a los capitalistas, por primera vez, abrir su mercado domsti-co completamente a la agricultura, y luego extender ms y ms rpi-damente los mercados del mundo.

    De acuerdo con todo esto, vemos que la incapacidad de los obre-ros asalariados para consumir su propio producto, provocada por con-diciones capitalistas, se convierte en el punto de inicio para las ms di-versas tendencias al aumento del uso de productos industriales masi-vos por fuera de las filas de los trabajadores asalariados, tendenciasque, sin embargo, engendran tensiones que trabajan contra ellas mis-mas y, finalmente, las superan. El crecimiento estable del consumo porparte de las masas bajo el mtodo capitalista de produccin es unacondicin indispensable de vida para ellas. Pero este proceso no es unalnea recta, sino que es un proceso dialctico. Y las tendencias hacia laampliacin de la industria, as como hacia la ampliacin del consumomasivo no se mueven, de ninguna manera, en lneas paralelas o al mis-mo ritmo; siempre entran en colisin entre s, lo que constituye el pun-to de inicio para crisis con races extremadamente profundas.

    (c) Capital fijo y capital circulante

    En las observaciones precedentes nos hemos alejado un poco dellibro de Hilferding. l slo menciona la "base estrecha del consumo"como causa de las crisis, pero no la trata en detalle. Esto no puede serconsiderado un defecto. Es natural que dirija su atencin principal-mente al factor sobre el cual tiene algo para decir, y que resulta real-mente de importancia decisiva sobre el carcter peridico de las crisis.Los factores apenas descriptos prueban, de hecho, la inevitabilidad delas crisis en el mtodo capitalista de produccin a partir del auge de lamaquinaria, pero no explican an la forma que comienza con estan-camiento, pasa a travs de un perodo de prosperidad, luego un boomy finalmente acaba con un colapso ms o menos abrupto.

    ste fue el fenmeno que Hilferding se propuso explicar, y cier-tamente no se ve explicado por la anarqua y el subconsumo prevalen-tes, incluso si los concibe en una forma mucho ms simple que la queha venido siendo considerada hasta el momento. Aqu el papel deci-sivo lo juega la diferencia, previamente slo mencionada casualmen-te, entre el capital fijo y el circulante.

    Es imposible reproducir aqu la teora de Hilferding en todos susdetalles, no slo por razones de espacio sino tambin porque eso re-querira un conocimiento previo de los factores que Hilferding exami-na en las primeras trescientas pginas de su libro. Slo intentar pre-

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    sentar el rol jugado por el capital fijo en la naturaleza peridica de lascrisis, de la manera ms simple posible para lograr su comprensin sinese conocimiento.

    Si observamos cualquier emprendimiento industrial capitalista porejemplo una hilandera, encontraremos que este capital exhibe dos ti-pos de retorno. Una parte del capital se consume completamente entodo proceso de trabajo, y su valor reaparece completamente en el va-lor del producto de este proceso. Por ejemplo, en el algodn de hila-do que se produce en un da, reaparece el valor de los salarios diarios,del algodn consumido en un da y del carbn. Es diferente lo que su-cede con las mquinas y los edificios de la fbrica. Estos son utiliza-dos durante aos. No dan todo su valor al producto individual, sinoslo una pequea parte, que corresponde al precio de su depreciacin.No es hasta que estn completamente usados y deben ser reemplaza-dos por otros nuevos que su valor ha pasado completamente al valorde los productos totales creados con su ayuda.

    El capital del primer tipo se denomina capital circulante, el del se-gundo tipo capital fijo.

    Cada uno de estos dos tipos de capital brinda un tipo diferente deretorno. Si el hilandero vende su producto, digamos, semanalmente, acambio de dinero, obtiene de regreso su capital total gastado durantela semana en salarios, algodn y carbn. Si tambin puede obtener se-manalmente el algodn y el carbn, de manera de no estar obligado amantener una gran provisin, necesitar su capital circulante slo enuna 52ava. parte de la suma total de dinero que gasta como tal duran-te el transcurso del ao. Deber ser algo mayor si necesita un capitalde reserva en caso de problemas casuales. Si, por ejemplo, aumenta elprecio del algodn, ste no es ya suficiente para reemplazar el capitalcirculante previo. Si la produccin continuar en la misma escala, senecesita un capital adicional, sin el cual la ampliacin del trabajo de-bera reducirse.

    Por supuesto, la cantidad de capital que el capitalista aplica a la pro-duccin como capital circulante deber ser mayor cuanto mayores se-an los suministros que deben acumularse, o mayor el tiempo que trans-curre entre la conclusin del producto y su remuneracin es decir,cuanto mayor sea el tiempo de retorno del capital circulante.

    De todas maneras, independientemente de cun lento pueda ser,el retorno del capital fijo ser mucho ms lento; implica siempre eltiempo de varios retornos del capital circulante.

    Si los costos de salarios, materia prima y auxiliares requieren se-manas o meses para retornar en el precio recibido por los productos,los costos de los edificios de la fbrica y la maquinaria requieren aos.

    El capitalista necesita, como capital circulante, una suma de dine-

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    ro que es, por regla, muchas veces menor a la que gasta como tal en unao. Pero como capital fijo, debe invertir una suma en el proceso deproduccin que es muchas veces mayor que la que le retorna en el trans-curso del retorno de su capital circulante, como sustituto para el capi-tal fijo en el precio de sus productos. Los desarrollos tcnicos tiendenespecialmente a extender el capital fijo y a disminuir, por otra parte, elcapital circulante, al tiempo que aceleran el proceso de circulacin me-jorando los medios de comunicacin, de forma que el industrial pue-da mantener una cantidad menor de almacenes y pueda vender su pro-ducto ms rpidamente. El capital fijo tambin crece relativamente enla medida en que el capital constante aumenta ms rpido que el capi-tal variable. Pero ste constituye una porcin importante del capital cir-culante. El capital fijo tiene, por lo tanto, la tendencia a crecer a una ta-sa mayor que el capital circulante, y a superarlo cada vez ms.

    Finalmente, para poder reemplazar el capital fijo, el capitalista de-be estimar y separar, del total que ha realizado con el producto vendi-do, la porcin de valor que representa el valor del capital fijo ya consu-mido, hasta que el monto haya alcanzado el nivel de valor del capital fi-jo, y pueda servir para obtener nuevo capital fijo en lugar del que ha si-do consumido. Debe hacer lo mismo con la porcin de valor del pre-cio del producto que representa capital circulante: no gasta de una vezel dinero que recibe a cambio de los productos vendidos, sino que lodeja separado para obtener a cambio, de tanto en tanto, provisionesnuevas de materias primas y auxiliares, para pagar salarios y llevar a ca-bo las operaciones de negocios hasta que se vuelvan a vender y cobrarproductos nuevos. Pero la suma de dinero necesaria ser menor que lasuma que debe acumularse para la renovacin total del capital fijo, y nopermanecer, ni por cerca, tanto tiempo sin ser usada como la sumapara la renovacin del capital fijo. An estamos dejando de lado el cr-dito y el sistema bancario, pero si el capital fijo se renueva, una sumade dinero mucho mayor fluye al mercado, aumentando por lo tanto lademanda de ciertos productos de la industria en niveles mucho ms al-tos que las sumas de dinero que se gastan constantemente en interva-los cortos para renovar el capital circulante.

    Supongamos que se construye una hilandera nueva. Se necesitan,de repente, mquinas, soportes de acero para los ladrillos, una cantidadde fuerza de trabajo, constructores y trabajadores metalrgicos espe-cializados; se gasta mucho capital. Cuando se termina la fbrica, ningu-no de estos trabajadores sigue siendo necesario. Ahora la fbrica llevaa cabo sus funciones de manera regular, excepto en los casos de pro-blemas accidentales: siempre el mismo nmero de trabajadores, la mis-ma cantidad de materia prima y carbn. Esto contina ao tras ao,hasta que las mquinas se tornan viejas o se las ha usado al lmite. To-

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    memos el caso extremo de que incluso el edificio de la fbrica se hayatornado intil, debido, digamos, a nuevos inventos que implican un ti-po diferente de edificio. Adems de la fbrica vieja, se construye unanueva, con nuevas mquinas, lo que nuevamente provoca la circulacinde una gran cantidad de dinero "entre la gente" y emplea una cantidadde trabajadores. Estos, a su tiempo, vuelven a tornarse superfluos.

    Ahora vemos que el movimiento del capital circulante es bastan-te diferente al del capital fijo. El primero tiene la tendencia a perma-necer ms o menos igual, a repetirse ininterrumpidamente. Las inte-rrupciones que puedan tener lugar en este proceso no se engendran apartir de su propia naturaleza. El movimiento del capital fijo, por otraparte, es intrnsecamente espasmdico, de una naturaleza crtica. Elcapital fijo se introduce en el proceso de produccin de una vez y engran cantidad; luego brinda un retorno excesivamente lento, para apa-recer nuevamente, tras varios aos, en grandes cantidades en el mer-cado y estimular la produccin. Junto a las causas de las crisis que he-mos tratado en los captulos precedentes, surge una nueva, forzada aretornar peridicamente. Aqu, la crisis es un producto necesario delretorno del capital fijo.

    Aqu encontramos el ltimo motivo para el carcter peridico delas crisis a partir de la era de la maquinara, debido a la preponderan-cia del capital fijo en la industria.

    Pero aqu, tambin, se necesitan muchos enlaces intermediariosantes de que podamos avanzar desde la causa ltima hasta el fenme-no que aparece en la superficie.

    Si la produccin estuviera organizada de acuerdo con un plan, y sipudiera tenerse en cuenta slo a un crculo determinado de consumi-dores, entonces la extensin y la renovacin de los medios de produc-cin que actan como capital fijo podra muy bien arreglarse de for-ma que este proceso, al igual que en el caso de los medios de produc-cin que representan capital circulante, fuera un proceso estable y sininterrupciones.

    Por otra parte, el mtodo de ampliacin y renovacin del capitalfijo puede aproximarse muchsimo al arriba descripto en el caso deuna nica fbrica: cuanto ms la proporcin entre la produccin y elconsumo es ocasionada slo por el aumento y la cada de precios y ga-nancias, y cuanto menos suficiente es el consumo por parte de la po-blacin de los Estados capitalistas para usar su propia produccin in-dustrial, ms se torna necesario buscar este consumo ms all del cr-culo de su poblacin y aumentar la masa de consumidores con mto-dos que trabajan por aproximacin; por ltimo, dan lugar a la reacciny convierten a la ampliacin del consumo industrial en un proceso quees cada vez menos capaz de ser mirado como un conjunto.

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    Notas

    1. Este trabajo apareci en el tercer volumen de Marx-Studien, publicado por MaxAdler y Rudolf Hilferding, Viena, 1910.

    2. Rudolf Hilferding, nacido en Viena el 11 de febrero de 1877, est consideradopor muchos uno de los mayores tericos de la socialdemocracia alemana de prin-cipios del siglo XX. En 1910 public El capital financiero, libro que comenta Kautskyen este artculo. En 1918 tom parte en la llamada Revolucin de Noviembre,cuando el desastre alemn en la I Guerra Mundial produjo una sublevacin desoldados y obreros, que constituyeron consejos (soviets) y se encaminaban ha-cia la toma del poder. El Partido Socialdemcrata Alemn (PSD) aplast la revo-lucin en curso y fue la fuerza poltica decisiva en la instauracin de la Repbli-ca de Weimar. Hilferding ms tarde volvera a las filas del PSD y sera ministrode Economa en 1923, y entre 1928 y 1929. En 1933, despus de la victoria de Hi-tler, se exili primero en Zurich y luego en Pars, donde fue asesinado por la Ges-tapo en 1941 (N. del T.).

    3. Literalmente, sistema de "sacar punta". Es la optimizacin, impulso e intensi-ficacin del trabajo y de los procesos industriales para aumentar las ganancias(N. del T.).

    4. Ms adelante, el propio Kautsky aclara que Hilferding llama "ganancia del fun-dador" al beneficio obtenido por quienes aportan el capital inicial para la crea-cin de una empresa. Ver pgina 59 (N. del T.).

    5. Hilferding, Rudolf; El capital financiero.Editorial Tecnos. Madrid, 1985, pgi-nas 247-248

    6. Idem, pg. 33. Destacado por Hilferding.

    7. Idem, pgs. 43-44.

    8. Memento mori: alocucin latina que significa "recuerda que morirs" (en latnen el original, N. del T.)

    9. Amrica es considerada como dos continentes separados (Amrica del Nortey Latinoamrica) para el mundo anglosajn (N. del T.).