La Agonía de Rasu

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La agonía de Rasu-Ñiti Tatiana Fernández Este cuento narra básicamente el ritual que hace un indio quechua, bailarín, durante su agonía y finalmente su muerte. El narrador de la Agonía de Rasu-Ñiti se sitúa en un nivel mediador, moviéndose de la cultura occidental (narrador objetivo, veraz, omnisciente) a la experiencia del rito (contando la historia de otro danzak’ que había conocido). Así, el narrador efectúa una doble mediación que permite entender el universo social del Perú tanto desde la división clasista entre siervos y patrones como desde la disyuntiva cultural occidental/andino. Desde las primeras líneas, este narrador invisible en la escena va mostrando poco a poco los elementos que serán fundamentales para la danza de agonía de Rasu-Ñiti, lo que genera en el lector la expectativa por descubrir de qué se trata el ritual a seguir. Entonces queda suspendida la expectativa del lector para irla satisfaciendo a medida que avance el texto. Lo curioso es, que suponemos que es un ritual por el uso de palabras en lengua quechua para describir el espacio: nuevamente Arguedas defiende su poética de encontrar el estilo adecuado que medie entre el sentir del indio y la forma moderna. Queda situado en un nivel mediador de la cultura, en el que le es posible escribirle en español al lector castizo la cosmovisión indígena alrededor de la danza, y de ésta en particular, la de la agonía de Rasu-Ñiti.Se toma incluso la molestia de aclarar, en ciertos pasajes, lo que pareciera no entrar en la visión colonizada de quien lee, con la traducción entre paréntesis justo después de poner las palabras quechuas. Lo anterior sucede precisamente por la inmersión del narrador que deja su descripción objetiva, etnográfica, ritual, solemne de los primeros párrafos para situarse al nivel del lector y contarle una historia que presenció, de la que fue parte y que es el mismo ritual de la muerte del danzak’: “Yo vi al gran padre Untu, trajeado de negro y rojo, cubierto de espejos, danzar sobre una soga movediza en el cielo, tocando sus tijeras.”(118). De la misma manera, este narrador que se inmiscuye en el relato, tiene una sensibilidad para describir el paisaje, el sonido y el movimiento de los animales según va evolucionando la danza precisamente porque se sitúa desde otro lugar de enunciación respecto al narrador etnográfico, digamos. Este narrador conoce el mundo que está describiendo, le da el mismo valor que los indígenas que

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La agona de Rasu-itiTatiana FernndezEste cuento narra bsicamente el ritual que hace un indio quechua, bailarn, durante su agona y finalmente su muerte. El narrador de la Agona de Rasu-iti se sita en un nivel mediador, movindose de la cultura occidental (narrador objetivo, veraz, omnisciente) a la experiencia del rito (contando la historia de otro danzak que haba conocido). As, el narrador efecta una doble mediacin que permite entender el universo social del Per tanto desde la divisin clasista entre siervos y patrones como desde la disyuntiva cultural occidental/andino.Desde las primeras lneas, este narrador invisible en la escena va mostrando poco a poco los elementos que sern fundamentales para la danza de agona de Rasu-iti, lo que genera en el lector la expectativa por descubrir de qu se trata el ritual a seguir. Entonces queda suspendida la expectativa del lector para irla satisfaciendo a medida que avance el texto. Lo curioso es, que suponemos que es un ritual por el uso de palabras en lengua quechua para describir el espacio: nuevamente Arguedas defiende su potica de encontrar el estilo adecuado que medie entre el sentir del indio y la forma moderna. Queda situado en un nivel mediador de la cultura, en el que le es posible escribirle en espaol al lector castizo la cosmovisin indgena alrededor de la danza, y de sta en particular, la de la agona de Rasu-iti.Se toma incluso la molestia de aclarar, en ciertos pasajes, lo que pareciera no entrar en la visin colonizada de quien lee, con la traduccin entre parntesis justo despus de poner las palabras quechuas.Lo anterior sucede precisamente por la inmersin del narrador que deja su descripcin objetiva, etnogrfica, ritual, solemne de los primeros prrafos para situarse al nivel del lector y contarle una historia que presenci, de la que fue parte y que es el mismo ritual de la muerte del danzak: Yo vi al gran padre Untu, trajeado de negro y rojo, cubierto de espejos, danzar sobre una soga movediza en el cielo, tocando sus tijeras.(118). De la misma manera, este narrador que se inmiscuye en el relato, tiene una sensibilidad para describir el paisaje, el sonido y el movimiento de los animales segn va evolucionando la danza precisamente porque se sita desde otro lugar de enunciacin respecto al narrador etnogrfico, digamos. Este narrador conoce el mundo que est describiendo, le da el mismo valor que los indgenas que relata su cuento a la relacin entre los dioses, la naturaleza y el hombre, incluso con pequeos brotes lricos que asocian precisamente esta triple mediacin: Ni la nieve, ni la tierra blanca de los caminos, ni la arena del ro, ni el vuelo feliz de las parvadas de palomas en las cosechas, ni el corazn de un becerro que juega, tenan la apariencia, la lozana, la gloria de esos racimos (117). El Wamani se manifiesta a travs de la msica, del sol, de los insectos, y tambin del cuerpo de Rasu-iti, que sigue bailando hasta morir, pero que trasciende a su discpulo, que no se acaba en la misma muerte. La muerte tambin se configura de una manera distinta para el narrador. No hay nocin de sufrimiento, de agona como podra creerse por el ttulo, sino que la muerte es otra danza en la que el danzak cede su espritu a otro, que lo acompaa. La muerte pierde el carcter occidental de finalizacin, de luto, de tristeza adquiriendo un tono alegre, comunitario, de transicin y vida.Las tensiones entre visiones de mundo indio/occidental toma parte en la forma misma del cuento en la figura del narrador que intenta, a travs del lenguaje, abrirle campo en el mundo occidental, de ah que un cuento que narra la agona de Pedro Huancayre, sea el mecanismo movilizador de una parte de la cultura quechua y de la forma en la que desde ella se entiende, percibe y escribe el mundo.