LA BIBLIOTECA DE REFORMADOS ANTIGUOS ESPAÑOLES20... · 2013-08-19 · 14 Usoz hace referencia a la...

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1 LA BIBLIOTECA DE REFORMADOS ANTIGUOS ESPAÑOLES Una fuente para investigar la Historia de la Reforma española INTRODUCCIÓN Existe hoy día una Biblioteca de Protestantes Españoles más conocida por su nombre original Biblioteca de Reformados Antiguos Españoles o RAE. La RAE ha sido objeto de pocos e incompletos estudios. El profesor Vilar escribió un breve artículo sobre ella titulado La formación de una biblioteca de libros prohibidos en la España Isabelina 1 . También nos informa sobre Usoz y Río 2 y su trabajo, el investigador Domingo Ricart 3 . El historiador Cánovas del Castillo 4 habla de Usoz, en relación a su tío Serafín Estévanez. Calderón. Robert Johnson 5 publica y comenta la correspondencia entre Usoz, Wiffen y el canónigo Riego. En la Historia de los Heterodoxos españoles de Menéndez Pelayo también tenemos una biografía condensada de Usoz y un breve estudio acerca de la formación de la RAE. En los últimos años Nicolas Castrillo Benito 6 ha estudiado el libro de Artes de la Inquisición Española, proporcionando una traducción actualizada de este libro publicado en latín. Pero de todos los libros anteriormente citados, tan sólo La formación de una biblioteca de libros prohibidos en la España Isabelina, que citábamos al principio, tiene como punto central el estudio de la formación de la RAE, pero sin llegar a analizar el contenido, centrándose únicamente en la composición de la biblioteca. 1 VILAR, Juan Bautista, La formación de una biblioteca de libros prohibidos en la España Isabelina, Universitá Michel de Montaigne, Bordeaux 1994 P. [397]-416 ; 24 cm 2 Luis Usoz y Río fue el investigador que reunió y publicó las obras de los reformados españoles. 3 RICART, Domingo, Notas para una biografía de Luis Usoz y Río, Studia Albortoniana, XIII, 1973. Pp. 437- 532. 4 CÁNOVAS DEL CASTILLO, Antonio, El solitario y su tiempo, Biografía de don Serafín Estébanez Calderón y crítica de sus obras, 2 vol., Dubril, Madrid, 1883. 5 JOHNSON, Robert, Notas para una biografía de Luis Usoz y Río, Studia Albortoniana, XIII, 1973. Pp. 533- 551. 6 CASTRILLO BENITO, Nicolás, El Reginaldo Montano: Primer libro contra la Inquisición española, CSIC, Madrid, 1991.

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LA BIBLIOTECA DE REFORMADOS ANTIGUOS ESPAÑOLES

Una fuente para investigar la Historia de la Reforma española

INTRODUCCIÓN

Existe hoy día una Biblioteca de Protestantes Españoles más conocida por su nombre

original Biblioteca de Reformados Antiguos Españoles o RAE. La RAE ha sido objeto de

pocos e incompletos estudios. El profesor Vilar escribió un breve artículo sobre ella titulado

La formación de una biblioteca de libros prohibidos en la España Isabelina1. También nos

informa sobre Usoz y Río2 y su trabajo, el investigador Domingo Ricart3. El historiador

Cánovas del Castillo4 habla de Usoz, en relación a su tío Serafín Estévanez. Calderón. Robert

Johnson5 publica y comenta la correspondencia entre Usoz, Wiffen y el canónigo Riego. En la

Historia de los Heterodoxos españoles de Menéndez Pelayo también tenemos una biografía

condensada de Usoz y un breve estudio acerca de la formación de la RAE. En los últimos años

Nicolas Castrillo Benito6 ha estudiado el libro de Artes de la Inquisición Española,

proporcionando una traducción actualizada de este libro publicado en latín. Pero de todos los

libros anteriormente citados, tan sólo La formación de una biblioteca de libros prohibidos en

la España Isabelina, que citábamos al principio, tiene como punto central el estudio de la

formación de la RAE, pero sin llegar a analizar el contenido, centrándose únicamente en la

composición de la biblioteca.

1 VILAR, Juan Bautista, La formación de una biblioteca de libros prohibidos en la España Isabelina, Universitá Michel de Montaigne, Bordeaux 1994 P. [397]-416 ; 24 cm 2 Luis Usoz y Río fue el investigador que reunió y publicó las obras de los reformados españoles. 3 RICART, Domingo, Notas para una biografía de Luis Usoz y Río, Studia Albortoniana, XIII, 1973. Pp. 437-532. 4 CÁNOVAS DEL CASTILLO, Antonio, El solitario y su tiempo, Biografía de don Serafín Estébanez Calderón y crítica de sus obras, 2 vol., Dubril, Madrid, 1883. 5 JOHNSON, Robert, Notas para una biografía de Luis Usoz y Río, Studia Albortoniana, XIII, 1973. Pp. 533-551. 6 CASTRILLO BENITO, Nicolás, El Reginaldo Montano: Primer libro contra la Inquisición española, CSIC, Madrid, 1991.

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HISTORIA DE LA BIBLIOTECA

DE REFORMADOS ANTIGUOS ESPAÑOLES

Luis Usoz y Río, Benjamín Wiffen y Edward Boehmer fueron los tres responsables de

que esta biblioteca se reuniese y, en cierta medida, haya sobrevivido hasta la actualidad. Como

toda biblioteca, al principio los libros que la componían eran volúmenes dispersos y olvidados

en bibliotecas de varios países7. Su reunión necesitaba de un esfuerzo monetario y temporal

importante, por no hablar de los contactos internacionales necesarios para seguir la pista a

dichos libros. Luis Usoz y Río tenía el tiempo y el dinero necesario para dicha empresa, ya

que poseía una inagotable fortuna y estaba libre de ocupaciones. Por otro lado, esta labor

necesitaba de un hombre formado, culto, con un profundo conocimiento de la lengua

castellana, el latín, italiano y otros idiomas. Usoz y Río también tenía esta formación8. Pero

por encima de todo esto, los hombres que se dedicaran a esta labor, debían poseer un talante

especial y una motivación más allá de las académicas y circunstanciales. Usoz y su

colaborador Wiffen tenían este tipo de motivaciones, que el propio Usoz expresaen uno de los

libros de la RAE, el que publicó tan sólo unos meses antes de su muerte9. En el libro Historia

de la muerte de Juan Díaz, Usoz nos narra10 la génesis de la RAE y la colaboración

imprescindible de un contacto en el extranjero que rastreara por media Europa los dispersos

libros reformados. El mismo Usoz declara en el texto su intención al reunir la RAE, en su

7 Francia, Portugal, Inglaterra, Alemania, Austria, Holanda y Suiza entre otros. 8 Estudió humanidades y derecho. Orchell, el famoso arcediano de Tortosa, le enseñó el hebreo, de cuyo idioma regentó cátedra en la Universidad de Valladolid siendo aún muy joven. Colegial de San Clemente, de Bolonia, luego, perfeccionó en Italia sus conocimientos filológicos por el trato con Mezzofanti y Lanci8. Estudió leyes en la Universidad de Alcalá. Fue profesor de hebreo en la Universidad de Valladolid, también se cree que dio cursos de hebreo en el Ateneo de Madrid, aunque este dato no está contrastado. 9 ANÓNIMO, Historia de la muerte de Juan Díaz, RAE, Madrid 1865. Última edición de Librería Diego Gómez Flores, Barcelona, 1983. Tomo XXI p 156. Años atrás, conversando con un inglés, en Sevilla, en el corredor de la Fonda en el que nos hallábamos, sobre Literatura Española, le hablé de este ramo de ella, mostrándole, de paso, un ejemplar antiguo del Carrascón, que tenía en la mano. Ese inglés era mi amigo Benjamín B. Wiffen, que conozía9 a Gacilaso, pero no al libro que le mostraba...I ese inglés, sin nada dezirnos a la sazón, se hizo desde luego, lo que llamo impensado prosélito literario..., i alambicando todavía más en el sentido que achaco a la palabra, le llamaré también proselitismo indispensable. Porque siendo yo español, i dotado con no cortas dosis de indolenzia o dejadez española, i morando en nuestra dura España, donde buscar esos libros de mi deseo es, a la par, vano casi i peligroso, érame necesario tener fuera de España, un amigo, tanto mío, como de estos libros. I Wiffen lo fue; pues de resulta de nuestra conversación en Sevilla reconzentró sus pensamientos i estudios en buscar estas reliquias de los españoles perseguidos por su apego a la cristiana libertad, i empeñado conmigo en una correspondenzia, que se aviva por mis frecuentes encargos 10 Usoz tenía una particular forma de escribir que puede sorprendernos. En sus gustos literarios experimentaba con las palabras y, sobre todo, las escribía tal y como sonaban.

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introducción al libro del Carrascón cuando dice que con el favor de Dios se irán levantando

del profundo pero inmerecido olvido en que yacen 11.

En carta de Usoz a Wiffen de 1866, el español le confiesa que Antes de morir ud. I yo:

debemos, creo, ver si todos, o la mayor parte de los escritos de Reformistas españoles; quedan

asegurados, por medio de la impr.- Por eso, pido a ud. paciencia, i perseveranzia. –I si

podemos dar la Biblia12 completa, nuestra vida, talvez, podrá ser, no del todo, desprovista de

misericordia, para que aparezca en su curso, alguna memoria de que no fuimos, pedregales,

espinos, o sendas donde la semilla de la palabra, no arraigó, i fructificó13. Quiéralo así Dios:

i haga que en nosotros, i en muchos españoles, se descubra, el ser sarmientos verdaderos, i

fructíferos, por grazia, de la verdadera vid14, Jesucristo nuestro Señor i Maestro15. Usoz tenía

una clara intención espiritual en la realización y formulación de la RAE. Marcelino Menéndez

Pelayo critica esta actitud cuando dice que toda la vida de Usoz se gastó en este absurdo

propósito de hacer protestante a España, y de hacerla de modo que lo enseñaban sus libros

viejos.16 A estas palabras del emérito historiador se suman las de Antonio Cánovas del Castillo

que decía de Usoz respecto a su intención de rescatar supuestos errores o herejías: Flaqueza

impropia de quien presumía de tan libre en sus pensamientos, y por tan austero y verídico se

reputaba.17

En 1847, cinco años más tarde de empeñarse en realizar este proyecto, salía el primer

volumen de esta colección de Reformistas Antiguos Españoles. Pero, ¿cómo nació esta idea en

la mente de Usoz y Río? Sus actividades anteriores nos dan algunas pistas. Usoz, Estébanez y

Bartolomé José Gallardo18 fueron los paladines del purismo y lo castizo de la lengua española.

Poco después Usoz y Estébanez colaboraron con Agustín Durán en la reunión e impresión del

11 DE TEJEDA, Fernando, Carrascón, RAE, San Sebastián, 1874. Última edición de Librería Diego Gómez Flores, Barcelona, 1983. Tomo I. pp. LXI-LXII. 12 Esta referencia nos habla de su deseo de publicar una Biblia en castellano. 13 Aquí Usoz menciona a la Parábola del Sembrador. Evangelio de San Mateo, Cap 13:1-9. 14 Usoz hace referencia a la Parábola de la Vid Verdadera. Evangelio San Juan, Cap 15: 1-17. 15 Correspondencia de Usoz con Brunet de 5 de julio de 1847 y de 27 de diciembre 1850 citadas por Usoz en la carta a Wiffen 16 MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino, Historia de los Heterodoxos españoles Tomo I- III, BAC, Santander, 1987. 17 CANOVAS DEL CASTILLO, Antonio, “El Solitario y su tiempo, Biografía de don Serafín Estébanez Calderón y crítica de sus obras”. Dos volúmenes, Dubrill, Madrid, 1883, vol, I cap, VIII, p 317. Serafín Estébanez era tío de Canovas 18 Bartolomé J. Gallardo fue redactor de “El Artista” revista literaria.

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Romancero Tradicional Español (RTE), aunque al final el proyecto quedó en manos de

Durán19. Estébanez y Usoz también proyectaron hacer una colección llamada Colección de

novelas originales españolas de la que sólo salió el primer volumen. Estos dos intentos

fallidos seguramente prepararon mental y culturalmente a Usoz, que concibió un proyecto

igual en la forma al RTE, pero distinto en su contenido.

Aún nos surge otra nueva cuestión, ¿qué empujó a Usoz a aproximarse a las ideas y

creencias protestantes? Sin duda el germen de su deseo fue recuperar los escritos de los

reformados españoles del siglo XVI. Menéndez y Pelayo creía que el interés de Usoz por los

escritos reformados se debía a influencias volterianas en su educación en el Colegio de San

Clemente de los Españoles de Bolonia20, y a la lectura de un libro traducido al castellano

titulado Apología de Barclay. Pero Domingo Ricart21, identifica el interés de Usoz por la

Reforma con la amistad con Jorge Borrow22, que percibe como desencadenante de su simpatía

hacia el protestantismo y en concreto con el cuaquerismo. Al parecer, Borrow entró en

contacto con Usoz para que le aconsejara la forma de traducir los Evangelios al caló. Borrow

pondría al español en contacto con Wiffen23.

Los tres elementos que impulsaron a Usoz a la consecución de su proyecto de la RAE

se resumen en la erudición conseguida en sus colaboraciones en los proyectos del RTE24 y su

purismo castizo, su espiritualidad inclinada a rescatar del olvido a los reformados españoles

para regenerar España y su acercamiento al protestantismo por medio de sus lecturas, la

amistad con Borrow y la amplitud de miras de su educación en Italia. Aunque el propio Usoz

sumó otras intenciones en su introducción al primer libro editado de la colección Carrascón25:

19 En total se editaron siete volúmenes de este Romancero Tradicional Español. 20 MENÉNDEZ PELAYO, Op cit, vol III, cap IV. 21 RICART, Domingo, JOHNSON, Robert, “Studia Albornotiana: El cardenal Albornoz y el Colegio Español”,Notas para una Biografía de Luís Usoz y Río, Publicación del real Colegio De Bolonia, Bolonia, 1973. 22 Jorge Borrow fue agente de la Sociedad Bíblica Británica. Escribió varios libros sobre su estancia en España, del que destaca “La Biblia en España”. 23 Wiffen fue un erudito cuáquero residente en la Inglaterra Victoriana, estudioso de las literaturas mediterráneas, especialmente la española. La afición de Wiffen por la literatura española, nace de la influencia de su hermano, traductor del Tasso y de Garcilaso de la Vega 24 Citado en la página anterior. 25 TEJADA, Op. cit. Tomo I. Pero bueno es repetirlo: las doctrinas y opiniones todas del libro, ahí quedan intactas: pues el objetivo de reimprimirle podrá ser literario, histórico, todo lo que se quiera; menos un objeto escismador y propagador de errores

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Para concluir hemos de decir que la RAE es un elemento vivo. Luis Usoz y Río

recopiló y editó veinte volúmenes del año 1847 al 1865, pero Boehmer26, discípulo de Wiffen,

descubrió otros dos: El Salterio y Trataditos, obras de Juan de Valdés. Editó estos dos libros

en 1880 en Bonn, Alemania. Batallón descubrió en Lisboa El Dialogo de doctrina cristiana en

los años veinte del pasado siglo y editado en 1925. Por último Gordon A. Kinder descubrió y

publicó Exposición de la primera parte del capítulo cuarto de San Mateo sobre las

tentaciones de Cristo de Casiodoro de Reina, en 1988 en Madrid. Todavía queda por reeditar

correspondencia, libros, tratados, como es el caso de la Confesión de Fe de Casiodoro de

Reina, y hay noticia de otros libros perdidos, de los que se tiene noticia por los índices de

libros prohibidos.

Menéndez Pelayo27 reconoció el valor histórico de las obras editadas por Usoz y

Wiffen, añadiendo lo poco que han sido divulgados estos volúmenes, impresos con esmero y

en contado número de ejemplares. No debemos olvidar que la idea última de los dos

bibliófilos transcendía el campo académico, su intención, además de recuperar parte de nuestra

memoria histórica era su profundo deseo difundir la Biblia en España. En cuanto a la calidad

de los comentarios y aportaciones de Usoz y Wiffen, Menéndez Pelayo observa que siempre

merecen respeto la erudición sana y leal y el entusiasmo, aunque errado, sincero. Añade que,

en verdad, no puede leerse sin alguna simpatía la narración que hace Wiffen de los trabajos

suyos y de su amigo, de las dificultades con que tropezaron para conseguir ciertos ejemplares,

de la diligencia con que transcribieron manuscritos y raros impresos de bibliotecas públicas y

privadas28.

26 El nuevo investigador se sujeto a los deseos de Wiffen, pero agregó muchos datos propios, resultado de sus investigaciones en las bibliotecas de Alemania, Inglaterra, Francia y Países Bajos, escribiendo su famosa colección llamada Bibliotheca Wiffeniana-Spanish reformers26, cuyo primer volumen salió en el año de 1874l 27 MENÉNDEZ PELAYO, Op cit, Tomo II. P. 902.Pero la Europa docta los conoce bien, y a su aparición se debieron las copiosas noticias que han venido a disipar las tinieblas hasta hoy dominantes en la historia de nuestros primeros protestantes...encontraremos en ellas un rico arsenal de noticias y documentos, y subirá de punto nuestro aprecio a la inteligencia y laboriosidad de Wiffen y de Usoz, aunque censuremos los propósitos descabellados más bien que peligrosos que los indujeron a su empresa...según el orden natural de las cosas, y según el esmero y conciencia con que procedían Usoz y Wiffen, la colección de Reformistas era como el precedente de la Bibliografía protestante española..... 28Ibidem, , Tomo I. Vol. 1º, Discurso preliminar de la 1ª Edición.

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LA BIBLIOTECA DE REFORMADOS ANTIGUOS ESPAÑOLES:

FORMACIÓN, COMPOSICIÓN, TEMÁTICA, AUTORES Y EDICIONES

Para sistematizar el estudio de la RAE como fuente para el estudio del protestantismo

español, expondremos la formación, composición, temática, autoría y ediciones conforme al

orden de los libros en la Biblioteca RAE. Ya que la RAE está publicada cronológicamente,

esto nos permitirá desarrollar las investigaciones de Usoz y Río en España y la de Wiffen en

Inglaterra, de manera progresiva29.

Colección de Reformistas Antiguos Españoles. Publicada entre los años 1847 a 1888.

Edición facsímil, Barcelona, 1983. Autores de la edición: Luis Usoz y Río, Benjamín B.

Wiffen y Eduardo Boehmer. En la edición facsímil de la Librería de Diego Gómez Flores,

Barcelona,1983. La mayor parte de los textos originales y las ediciones del siglo XIX se

encuentra en la Biblioteca Nacional de España, en la sala Cervantes de Manuscritos y Raros.El

Carrascón es el motor de toda la colección RAE. Este libro es el que Usoz enseñó a Wiffen en

la cita que ambos tuvieron en Sevilla, posiblemente en el año 1842, y de la que ya hemos

hablado en el capítulo anterior. Usoz, un hombre sistemático y exhaustivo, no se conformó

con editar los libros de la RAE, también introdujo los temas de los libros y nos da alguna

información del autor y las anteriores ediciones del libro.

I Fernando De Tejada, Carrascón, 1633.

Al parecer el primer libro que encontró Usoz no fue este, sino un ejemplar de la Suma

Cristiana de Constantino Ponce de la Fuente. El libro se encontraba en Lisboa y Usoz lo

utilizó para escribir un artículo titulado Noticias de manuscritos españoles existentes fuera de

España30. El Carrascón posiblemente lo encontró en España aunque de él no tenemos noticias

concretas. El autor, según el mismo Usoz comenta, pudo ser un tal Tomás Carrasco, como

dice la portada del libro y ratifica en una poesía dedicada a él, por el italiano Lucio Frezza. El

autor nació a finales del reinado de Felipe II, ya que cuando reinaba Felipe III fue a Burgos a

celebrar novenas. El escritor era fraile de S. Agustín y estudiantes de artes en Burgos desde la 29 Al final de este capítulo se escribirá un resumen aclaratorio y de clasificación de las obras por orden temático y por autor. 30 Este artículo se conservó entre los papeles de Wiffen en el Wadham Collage.

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que huyó al extranjero, aunque un poco más adelante, Usoz nos comenta la posibilidad de que

se llamara Fernando de Tejeda31 y de algunas obras que se han conservado de él en la Librería

de la Trinidad del Collage de Cambridge. El investigador añade toda la bibliografía de autores

españoles que han hecho referencia a este autor32. Menéndez Pelayo nos habla del verdadero

nombre del escritor, un tal Fernando de Tejada, que al parecer salió de España en 1620 y llegó

a la Inglaterra de Jacobo I, que le encargó la traducción al castellano de la liturgia anglicana.

Fernando de Tejada era de familia noble y una vez en Inglaterra se casó y tuvo dos hijas y

consiguió los cargos de canónigo de Hereford y vicario de Blakmer. Su amistad con el obispo

de Lincoln, Juan Williams, era tan estrecha que le enseñó castellano. Fue maestro en Oxford,

ya que había recibido el bachillerato en Teología por la Universidad de Salamanca. En esta

época publicó un folleto sobre su abandono de la fe católica. Tras la muerte de Jacobo I se

retiró y escribió el “Carrascón”, que no se llegó a publicar en su totalidad en vida del autor, tal

sólo se imprimió una pequeña parte en Holanda33. Toda esta información fue reunida por

Wiffen y Menéndez Pelayo nos informa de ella en su libro de heterodoxos34. Fernando de

Tejada escribió otro libro que no se publicó y ha desaparecido, cuyo título era “De

Monachatu”. El tema principal del volumen es una refutación de las doctrinas católicas, para

ello el Fernando de Tejada hace un repaso a una inmensa bibliografía de la época, elogiando

especialmente a algunos autores católicos como: Fr. Luis de León, Fr. Luis de Granada y

otros. Su carácter es fundamentalmente doctrinal, apologético y teológico. El libro fue editado

en San Sebastián, España, en 1847, por Usoz y Río, que pagó los costes de edición, por el

impresor Ignacio R. Baroja35.

II Juan Pérez, Epístola Consolatoria, Inglaterra, 1560.

Este ejemplar lo consiguió Usoz a través de su colaborador Wiffen. El original estaba

en poder del canónigo Riego, según investigó Robert Johnson36. Riego era hermano del

31 DE TEJADA, Op. cit. . Tomo I. 32 Ibidem, Tomo I. 33 Con licencia y privilegio. A costa del autor. Por María Sánchez. Nodriza. Año de 1623. En 8ª; 360 páginas. Portada Burlesca e impresión en los Países Bajos. Hay dos ejemplares en la Biblioteca Nacional de Londres, uno poseía Usoz y otro del Marqués de Morante. 34 MENÉNDEZ PELAYO, Op. cit. cap. 10, IX, pp.128-130. 35JOHNSON, Op cit. p 485. 36 Ibidem, p 536.

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famoso militar, pero apenas tenemos datos sobre él37. En carta de Usoz a Wiffen del 6 de

agosto de 1844, este le comunica que tiene muchos de los originales, pero le enumera la lista

de libros que faltan; también le informa que cree que las obras de Pérez y Valera están en

manos del canónigo Riego. Wiffen escribe al canónigo Riego el 12 de diciembre del mismo

año y un día después el canónigo le contestó que Por lo que hace á la Epístola Consolatoria

del Dr. Juan Pérez, yo tengo una copia de ella MS, sacada por mi mismo de un Exemplar q.

Tenía un amigo mío, que ya no está en Ynglat.; pero mi copia es muy exacta y fiel.

En carta del 14 de enero de 1845 de Usoz a Wiffen se deduce que Riego quiere vender

una copia de la Epístola Consolatoria y Salmos y Doctrina cristiana de Juan Pérez por 4 y 10

libras respectivamente; pero Usoz no se fiaba de las copias manuscritas de Riego, ya que creía

que este poseía los libros originales. A mediados de 1845 y, tras una dura negociación, Riego

permite Wiffen ver algunos de los originales. Seis meses después regresa Wiffen para insistir a

Riego. En septiembre de 1846, Riego se decidió a venderlos. El 16 de septiembre Usoz

apremia Wiffen para que los compre. La negociación es dura y no se resuelve hasta el 19 de

octubre, pero Riego ha destrozado el ejemplar y se ha quedado con una parte. AL final, los

ejemplares se consiguen siete días antes que el canónigo muera por los achaques de la edad, el

21 de noviembre de 1847. El autor, Juan Pérez, era de Montilla, (Córdoba) aunque residió en

Roma mucho tiempo; doctor en teología o cánones38, fue autor de traducciones del Nuevo

Testamento y de los Salmos, un catecismo, Suma de doctrina cristiana y editor de libros de

Juan de Valdés39. La persecución y condena de los reformados en Sevilla y Valladolid los años

1559 y 1560 motivó la creación de este volumen, que se publicó por primera vez en 1560 sin

nombre ni lugar de impresión. La obra pasó desapercibida para la mayor parte de historiadores

que trataron el tema de protestantes españoles. Wiffen añade, en este comentario de Juan

Pérez, otras obras en las Bibliotecas de Inglaterra40. Como el propio nombre indica es una

carta abierta, destinada a consolar a los reformados perseguidos en España en la década de los

50 y 60 del siglo XVI. Riego comentó a Wiffen que el estilo del libro era claramente paulino.

Podemos decir que su temática es teológica y bíblica, también en cierto sentido apologética.

37 LLORÉNS, V., Liberales y románticos. Una emigración española a Inglaterra 1823-1834, Colegio de México, México, 1954, pp. 46-48 y 138-40. 38 PÉREZ, Juan, Epístola Consolatoria, Londres, 1848, pp. Iv. 39 Ibidem, p ix, xxiii, xciv. 40 Ibidem, p ix, xxvii-xxxii.

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La obra fue editada en Londres, Inglaterra, por Wiffen41; el impresor fue Bentley en el año

1848, los gastos fueron sufragados por el propio Wiffen, que rechazó el dinero de Usoz para

su edición42. El estudio de Wiffen está escrito en inglés y traducido al castellano.

III Juan Pérez, Imagen del Anticristo y Carta a Felipe II, 1556-1557.

Las dos obras impresas en este volumen fueron copiadas de un tomo en ocho capítulos

de 455 hojas, que contenía más textos43. En los índices expurgatorios del año 1583 no se habla

del autor, pero algunos datos facilitados en las mismas obras nos indican que fue Juan Pérez

casi con toda seguridad. Se cree que las obras fueron escritas entre los años 1558 a principios

de 1559, ya que su estancia en Roma le facilitaba información de primera mano44. Estos dos

volúmenes no tienen fecha de impresión, pero coinciden en forma, impresión, papel y

grafismo con otras dos obras escritas en los años 1556 y 155745. En los índices expurgatorios

de los años 1631 y 1790 se menciona la segunda obra, pero la primera sólo se menciona en el

último índice. Las ediciones son consecutivas: 1557, 1558, 1578. Las impresiones se hacían en

Ginebra46, lo que no nos sorprende dada la amistad que unía a Juan Calvino y Juan Pérez; de

la que ha quedado constancia en la correspondencia que ambos mantenían. El impresor fue

Zacarías Durando47. Los dos textos son muy diferentes, el primero Imagen del Anticristo es

una obra teológica y apologética que ataca directamente al papado. El segundo libro tiene una

temática más singular, ya que está escrito en forma de epístola o carta abierta a Felipe II, para

pedirle la libertad de culto en sus territorios. El ejemplar destaca por su análisis político y

diplomático, y en él se advierte al rey de sus verdaderos enemigos, entre los que se encuentra

el Papa de Roma. El volumen fue editado en San Sebastián en 1849, por el impresor Ignacio

R. Baroja.

41 Ibidem, p xxxii. 42 RICART, Op cit. p 550. 43 PÉREZ, Juan, Imágenes del Anticristo y Carta a Felipe II, RAE, San Sebastián, 1849, Librería de Diego Gómez Flores, Barcelona, 1981. Tomo III p i. 44 Ibidem, p III. 45 Ibidem, p I. 46 Ibidem, p VI. 47 El primer libro se acompañaba de algunos grabados que mostraremos en la parte de apéndice.

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IV Juan De Valdés, Dos Diálogos, París, 1530, 1586.

En carta de Usoz a Wiffen, fechada el 6 de agosto de 1844, el español le informa de

que ya posee todos los libros para su colección, excepto los que tenía Riego, de los que hemos

hablado anteriormente. Estos dos diálogos deben estar entre los que poseía Usoz en tan

temprana fecha; al parecer habían conseguido una copia de esta obra en la librería del colegio

de la Trinidad de Cambridge. El autor de estas dos obras dedicadas a Su Majestad, el

emperador Carlos V, es Alfonso de Valdés. Durante un tiempo se creyó que estos diálogos

pertenecieron al hermano Juan, seguramente por un error de Martín Rizo, quien introdujo

estos ejemplares en el índice de libros prohibidos. Por otro lado Usoz ve una prueba de la

autoría de la obra por Juan, en las páginas 293 y 294, en las que el autor habla de su desengaño

al servicio de un cardenal de Roma y su marcha de la ciudad48, pero es un error49.

El primer diálogo, titulado El diálogo de Mercurio y Carón, apareció por primera vez

hacia 1530 en español. El segundo diálogo, llamado El Diálogo entre Lactancia y un

Arcediano, fue publicado en París, en 1586. Para cotejar las ediciones Usoz acudió a la librería

del Museo Británico de Londres, donde encontró una versión más antigua de la segunda obra,

impresa en Venecia en el año 1546 y escrita en italiano y de la cual se conocen hasta cinco

ediciones50. En el índice expurgatorio de 1790, de Madrid se la menciona. El diálogo fue un

género muy utilizado en el Renacimiento y hunde sus raíces en los libros de la filosofía

clásica. Con este estilo se pretende hacer más amenas las conversaciones filosóficas, políticas

y religiosas. Los dos diálogos son tratados morales basados en hechos históricos reales. En el

primero se juzga al cardenal Wolsey, ministro de Enrique VIII. El segundo diálogo trata los

problemas del emperador con el Papa. El libro fue editado en Madrid en 1850 por el impresor

Juan Aguirre.

48 VALDÉS, Juan, Dos Diálogos, RAE Vol. IV, Madrid, 1850, Librería de Diego Gómez Flores, Barcelona, 1981. 49 De dicho autor hablaremos más profusamente en el capítulo los Precursores. 50 Ibidem, pp. V-VII.

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V. R. González De Montes, Artes de la Inquisición Española, Heidelberga, 1567.

Este tomo es uno de los más conocidos de la colección, de los más polémicos y

comentados. Por otro lado es el único testimonio, más o menos directo, que nos ha quedado de

los reformados sevillanos del siglo XVI. Es el primer libro que criticó abiertamente a la

Inquisición, sus métodos y procedimientos; el volumen tuvo mucha repercusión en su época y

se tradujo a varias lenguas. Se cree que la firma del autor, R. González de Montes, era tan sólo

un seudónimo. Usoz considera que el autor podría ser el licenciado Zafra o cualquier otro,

pero lo que está claro es que fue protagonista de los procesos inquisitoriales de Sevilla51. En su

edición del libro en latín en esta misma colección, Usoz comenta la posibilidad de que el autor

de este libro a Casiodoro de Reina. El original fue escrito en latín y se publicó por primera vez

en Heilderberga en 1567, según la portada del libro. En la segunda edición, la portada varía.

Ursino hizo otra edición en Amberga en el año 1611, bastante completa. Otras más incompleta

es la edición de 1603. Menéndez Pelayo elogia la obra por su estilo, pero trata al escritor de

exagerado y errado en algunos detalles52. En la primera parte se describen los procedimientos

inquisitoriales, después se describe la congregación de Sevilla. El ejemplar fue editado en San

Sebastián, en el año 1851 por el impresor Ignacio R. Baroja.

VI Cipriano De Valera, Los dos tratados del Papa y de la Misa, 1588.

Este volumen es el resultado de la fecunda vida de Cipriano de Valera. El libro fue

comprado a un tal Enrique Althaus. El autor Cipriano de Valera es otro de los españoles que

escaparon de la Inquisición en Sevilla. Al parecer, Cipriano se adscribió a la iglesia calvinista

y vivió en Inglaterra la mayor parte de su vida. El 15 de junio de 1588 se publicó el texto en

castellano. En la edición de 1599 Valera añade algunas partes. En 1600 se imprimió otra

edición en Londres. Después se volvió a editar en el 170453. Los temas principales de este

libros son de carácter doctrinal y teológico, en ellos se rebate al Papado y la misa. Esta

edición se basa en la de 1599 y fue impreso en Madrid en 1581 por Juan Aguirre.

51 DE MONTES, González, R. , Artes de la Inquisición, RAE, San Sebastián, 1851, Librería de Diego Gómez Flores, Barcelona, 1981. 52MENÉNDEZ PELAYO, Op cit. cap10, L.IV, pp. 107-110. 53 DE VALERA, Cipriano, “Los dos tratados del papa y de la misa”, RAE, Madrid, 1851, Librería de Diego Gómez Flores, Barcelona, 1982. Tomo. VI

12

VII. Juan Pérez, Breve tratado de doctrina, 1560.

Ya hemos hablado anteriormente de Juan Pérez y de algunas de sus obras. El propio

Usoz en su prólogo sobre el libro hace referencia a su descubrimiento e impresión. Al parecer,

estando en Londres conoció a un tal Enrique Althaus que tenía libros que buscaba Usoz. Uno

de los libros era Los dos tratados de Valera y el otro y el otro El breve tratado; ambos estaban

en pergamino y fueron editados en los años 1588 y 1560 respectivamente54. El Breve tratado y

la Epístola Consolatoria que poseía Usoz eran únicos y se creían perdidos hacía tiempo. En el

caso de El Breve Tratado faltaba la primer hoja, por lo que Usoz especula que el libro pudo

estar en España y por seguridad se le arrancó la hoja donde venía el nombre del autor55. El

libro fue inscrito en el Catálogo de libros prohibidos de 1570 en Amberes y en el Índice

Tridentino de 156456. Al parecer sólo hubo una primera edición de 1560 y, según el Catálogo

de Amberes, estaba editado por Pedro Daniel en Venecia. El libro es un catecismo doctrinal.

Se editó en San Sebastián en 1852 por el impresor Ignacio R. Baroja.

VIII Cipriano De Valera, Tratado para confirmar la fe cristiana a los cautivos de Berbaria.

Aviso a los de la Iglesia Romana sobre jubileos, 1594, 1600. De Nicolas, Juan, El Español

Reformado, 1621.

En este volumen hay tres textos unidos. Los dos primeros son de Cipriano de Valera,

citado anteriormente, el último es de Juan de Nicolás. El primer lo copió Usoz del único

ejemplar que se encuentra en la Biblioteca del Museo Británico de Londres. El segundo

tratado lo halló Usoz en la Librería principal de Londres57. Del autor, Cipriano de Valera,

hemos hablado con anterioridad, con respecto a Juan de Nicolas, tanto Usoz58 como Menéndez

Pelayo59 dudan que realmente existiera. Usoz intentó seguirle la pista e indagar en su

54 PEREZ, Juan, “Breve tratado de doctrina”, RAE San Sebastián, 1852, Librería DGF, Barcelona, 1982, TomoVII, pp. II-III. 55 Ibidem, p. VII. 56 Ibidem, pp. X-XII. 57 DE VALERA, Cipriano, Tratado para confirmar en la fe cristiana a los cautivos de berberia , Aviso a los de la Iglesia Romana sobre los jubileos, de NICOLAS, Juan, El español reformado, RAE vol. VIII, San Sebastián, 1854, Librería DGF, Barcelona, 1982. 58 Ibidem, pp. LVII-LVIII. 59 MENÉNDEZ PELAYO, Op cit., cap 10, pp. 126-128.

13

monasterio, El Escorial, pero no encontró nada sobre él. El Tratado debió escribirse en el año

1594; Los Avisos en el año 1594 y el Español Reformado en 1621. El primer libro es epistolar

y busca consolar a los cristianos que han sido presos por los musulmanes en las diferentes

batallas en el Mediterráneo a lo largo del siglo XVI. El libro segundo es una refutación

teológica sobre el verdadero sentido del jubileo. El Español Reformado es una supuesta

biografía de un español que huye a Inglaterra escapando de la religión católica. El libro

incluye una sentencia inquisitorial en Lisboa contra la priora de un convento y fue editado en

San Sebastián en 1854 por el impresor Ignacio R. Baroja.

IX Juan De Valdés, Ciento y Diez Consideraciones, Basilea, 1565.

Este compendio de doctrinas y consejos para la vida tenía como intención edificar a la

comunidad que Valdés dirigía en la ciudad de Nápoles. El libro estaba originalmente escrito

en italiano y Usoz hizo esta traducción al castellano60, ya que hasta la versión italiana era

difícil de encontrar. El libro estaba en la Librería del Colegio de la Trinidad en Cambridge. El

autor es Juan de Valdés61. Usoz nos habla de sus esperanzas de encontrar el original de este

libro en alguna biblioteca de Alemania, aunque había pocas probabilidades de encontrar la

copia manuscrita del propio Valdés, no así alguna copia de Vergerio, extraída del original en

Italia. En la biblioteca Uffenbachiana en Frankfurt, Usoz encontró referencias al texto en el

año 1730. También nos da noticia de que la primera edición pudo producirse en Basilea en el

año 1558, cuando Juan Pérez todavía estaba en dicha ciudad, por lo que pudo ser él el

traductor del libro del italiano al castellano. Al parecer hubo una edición previa en italiano en

el año 1550. El volumen no volvió a editarse, por lo menos en castellano hasta la edición de

Usoz62. También se hicieron dos traducciones, una al francés en el año 1563 y otra al inglés en

el año 164263. El escrito trata sobre temas espirituales y recuerda algunas veces las tesis de

Lutero, pero con un estilo más literario y más rico en argumentos doctrinales. El volumen se

editó en San Sebastián en el año 1855 por el impresor Ignacio R. Baroja.

60 Esta obra fue conseguida por Wiffen. 61 Autor del que hemos hablado anteriormente. 62 VALDÉS, Juan, Ciento y diez consideraciones, RAE Vol. IX, San Sebastián, 1855, Librería DGF, Barcelona, 1982, pp. 1-4 (final del volumen). 63 Ibidem, p. 55. (al final del volumen).

14

X Juan De Valdés, Dos Epístolas de San pablo, Venecia, 1573.

El libro fue escrito por Juan de Valdés, editado sin ninguna introducción, ya que en un

volumen anterior Usoz comentó que estos libros estaban en la Biblioteca del Museo

Británico, editados en épocas parecidas a la de Los dos diálogos de Valdés. El tema se centra

en el estudio bíblico de dos epístolas de San Pablo. El ejemplar fue editado en Madrid en el

año 1856, posiblemente por José María Alegría.

XI Juan De Valdés64, Comentario o Declaración Familiar y Compendiosa, sobre la primera

Epístola de San Pablo Apóstol a los Corintios, Venecia.

El mismo Usoz habla de que ya comentó las ediciones y procedencias de este libro y el

anterior en el tercer tomo de su biblioteca65. Estos textos se imprimieron en Ginebra y

Venecia66. El tema principal es el estudio bíblico sobre la epístola de San Pablo a los

Corintios. El libro se editó en Madrid en 1856 posiblemente por el impresor José María

Alegría.

XII Francisco De Enzinas, Dos Informaciones, 1559. Juan Pérez67, Suplicaciones a Don

Felipe II.

El primero de los libros de este volumen fue buscado por Wiffen. Esta copia se tomó

de la Biblioteca en la Universidad de Gottinga en Hannover. Para transcribir el texto se prestó

el libro al embajador de Hannover en Londres, llamado C. Klingemann, y Usoz hizo una copia

del mismo, página por página68. De la forma en que se encontró y sobre la autoría de Juan

Pérez sobre la suplicación ya se habló en la introducción de Imagen del Anticristo. Además de

estos ejemplares el volumen contiene tres documentos manuscritos encontrados en la

Biblioteca del Museo Británico, con el título de Cartas y papeles varios, 1520-1608. Después

64 Hemos hablado de él anteriores comentarios. 65 VALDÉS, Juan, Comentario o declaración familiar i compendiosa sobre la epístola de San Pablo Apóstol a los Corintios2, RAE Vol. XI, Madrid, 1856, Librería DGF, Barcelona, 1982, p. 1. (al final del libro). 66 Ibidem, p 1. (Al final del volumen). 67 De Juan Pérez ya hemos hablado en anteriores secciones. 68 ENZINAS, Francisco, Dos Informaciones, PÉREZ, Juan, Suplicazion a don Felipe II, RAE Vol. XII, San Sebastián, 1857, Librería DGF, Barcelona, 1982, p. 1. (Al final del libro).

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hay otros documentos con el mismo nombre Papeles Varios 1602-1671. El tercero se titula De

parecer del Fr. Melchor Cano. El autor, Francisco de Enzinas69, fue uno de esos reformados

convertidos al protestantismo en el extranjero. Estudiante en Lovaina, después pasó a

Wittenberg en Alemania y fue discípulo del mismo Melanchton. Realizó una traducción del

Nuevo Testamento dedicada al Emperador Carlos V por lo que sufrió cárcel y persecución. Al

parecer, llegó a realizarse una edición de Dos informaciones en Valencia. Posiblemente la

edición de estas Dos informaciones se hizo tras la muerte de su autor en el año 1552. Hay

noticias de ella en la correspondencia entre el autor y Bullinger y en una carta de Calvino a

Dryander del año 155270. La suplicación de Juan Pérez fue una introducción a Las

suplicaciones. Este libro estuvo perseguido por la Inquisición primero en Roma y a partir del

1559, también en España y sigue apareciendo como prohibido en los Índices de 1775. editó en

Amberes en 1570. La Suplicación es una carta abierta a Felipe II en la que se pide la libertad

religiosa. Las dos consideraciones van dirigidas, la primera al emperador Carlos V y la

segunda a los príncipes. El estilo y forma recuerda al libro de Lutero a los príncipes de la

nación alemana. El texto se editó en San Sebastián en el año 1857 y se imprimió por Ignacio

R. Baroja.

XIII Reginaldo Gonsalvio Montano71, Inquisitiones Hispanicae, Heidelbergae.

La edición de este volumen se hizo en latín. Las razones para editar el libro en su

idioma original las da el propio Usoz, que comenta que toda traducción es una pérdida de

información72. En la portada del libro editado debe haber una errata ya que pone París 1857,

pero el volumen fue editado en Madrid ese mismo año e impreso por José María Alegría.

XIV y XV Juan Calvino, Institución de la Religión Cristiana. Traducción de Cipriano De

Valera, 1597. Juan Calvino, Institución de la Religión Cristiana II. Traducción de Cipriano De

Valera, 1597.

69 De Francisco de Enzinas se hablará más ampliamente en el capítulo titulado “Los precursores”. 70ENZINAS, Op cit, P.p 2-3 (Al final del volumen). 71 De este libro y su autor hemos hablado anteriormente. 72 GONSALVIO MONTANO, Reginaldo, “Inquisitionis Hispanicae”, RAE Vol. XIII, París, 1857. Librería DGF, Barcelona, 1982, pp. 1- 2. (al final del volumen).

16

Esta traducción la realizó Cipriano de Valera73 en el año 1559. Usoz accedió a la

edición de 1592 realizada en Ginebra, al parecer costeado por un español llamado M. Pérez.

La Inquisición fue tras la pista del libro. La regente de los Países Bajos, la duquesa de Parma

Doña Margarita, advirtió de la edición de este volumen y su posible envío a España74. Valera

tuvo la intención de que el texto se convirtiera en un libro de estudio para el clero español. Los

dos fueron editados en Madrid, en el año 1558, por el impresor José López Cuesta.

XVI Juan De Valdés75, Alfabeto Cristiano, Londres.

Este es el segundo de los libros editados por Wiffen76 en Londres. También está la

versión italiana original. El propio investigador británico nos comenta que este libro fue

ignorado por la bibliografía durante trescientos años. Valdés debió escribirlo en Nápoles hacia

el 1535, posiblemente en castellano77. La versión en castellano no se encontró, por eso se hizo

esta traslación del italiano al castellano, aunque también se editó en inglés78. Wiffen

seleccionó el original del catálogo de Giovanni Gancia en el bookseller de Brighton, en el año

185179. Este ejemplar estuvo en los índices de libros prohibidos por la Inquisición hasta 1845.

Mientras, en Italia, gracias al catálogo de Giovanni della Casa, editado en 1549 en Venecia,

aparece el libro de Valdés. Este fue otro de los escritos de Valdés sacados tras su muerte por

su discípulo y amigo Carnesecchi, que procuró editar los libros. El subtítulo del la portada nos

adelanta el tema cuando dice Que enseña el verdadero camino de adquirir la luz del Espíritu

Santo. El libro, dedicado a Doña Julia Gonzaga, mujer del virrey de Nápoles, es un

compendio bíblico para la edificación cristiana. El texto está construido en forma de diálogo y

es ameno y fácil de leer. La edición se realizó en Londres en el año 1861, por el impresor

Spottiswoode, por el deseo expreso de Usoz, según el mismo nos lo comenta en su

introducción a la parte castellana del Alfabeto80. Londres en el

73 En libros anteriores ya hemos hablado de este escritor. 74 CALVINO, Juan, Institutzion de la religión crisitiana, RAE Vol. XIV y XV, Madrid, 1858, Libería DGF, Barcelona, 1982, vol, XV, p 1. (Al final del volumen). 75 Sobre el autor hemos hablado en ocasiones anteriores. 76 La primera parte del mismo y la introducción del propio Wiffen, son en inglés. 77 VALDÉS, Juan, Alfabeto Cristiano, RAE, Vol. XVI, Londres, 1861, Librería DGF, Barcelona, 1983, p III. 78 Ibidem, p Vi. 79 Ibidem, p Vii. 80 Ibidem, p iv, hacia la última parte del libro.

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XVII y XVIII Juan De Valdés, Ciento Diez Consideraciones, 1558. Juan De Valdés , Ciento

Diez Consideraciones II, 1558.

Las Ciento i diez consideraciones en castellano componían el volumen IX de esta

Biblioteca RAE, pero Usoz, tan purista y deseoso de que el mensaje no se perdiese por las

traducciones, volvió a editarlas en el idioma original, el italiano, en el que las había

encontrado. Estos dos tomos comprenden esta edición italiana. La novedad está en que, al

final del segundo volumen de esta versión italiana, Usoz incluyó una extensa correspondencia

de Alfonso de Valdés, Erasmo, Juan Olivér, Juan Ginés de Sepúlveda y Pedro Martír de

Anglería (para ediciones anteriores y autor mirar en el tomo IX de esta colección)81..

XIX Juan Pérez, Breve Sumario de Indulgencias, 1560.

Este pequeño tomo de Juan Pérez salió diez años después de su primer trabajo Breve

tratado. Wiffen era el dueño de este Breve sumario, según el propio Usoz nos indica82. Usoz

también recuerda, en la introducción, el comienzo de la amistad entre los dos bibliófilos, hacía

ya veinte años. Después relata su encuentro y luchas con el canónigo Riego para conseguir

alguna de las obras que necesitaba, entre las que se encontraba este Breve tratado, que llevaba

más de trescientos años sin ver la luz. Junto a este texto está editada correspondencia entre

Casiodoro de Reina y Antonio del Corro. Este libro estaba unido a otros en un solo volumen.

Su carácter apologético y su crítica en contra de la venta de indulgencias son sumamente

novedosos, ya que tan sólo Martín Lutero en Alemania había realizado una crítica parecida. El

libro fue editado en Madrid en el año 1862 por el impresor José M. Alegría.

81 Se cree que la edición de estos tomos fue dispar, ya que el primero pudo imprimirse en San Sebastián en el año 1862 por el impresor Ignacio R. Baroja, mientras que el segundo se imprimió en Londres en 1863, por el impresor Spottiswoode 82 PÉREZ, Juan, Breve tratado de Indulgencias, RAE Vol. XIX, Madrid, 1862, Librería DGF, Barcelona, 1883, p III.

18

XX Constantino Ponce de la Fuente83, Suma de Doctrina Cristiana.

Wiffen encontró este volumen a través de Mr. Thomas Noble Cole, que envió su

trascripción a Wiffen en 1858 y este a Usoz, al año siguente84. El tomo contiene además de la

Suma un catecismo. La Suma de doctrina, se imprimió por primera vez en el año 1540,a pesar

de que la copia que Usoz usó es del 22 de agosto de 1548, aunque debió haber más ediciones

como la de 1551. De la edición de 1545 se conservó una copia en la Biblioteca Real de

Bruselas. Al parecer hay otras ediciones en Amberes, por Martín Nuzio, sin año de impresión

y están en la Librería del Colegio de la Trinidad de Dublín, Irlanda. El “Catecismo” se

encontró en la Biblioteca Real de Bruselas” y se imprimió en Amberes en el año1556. El

ejemplar comprende una serie de temas teológico y doctrinales. La edición se realizó en

Madrid en el año 1863 por el impresor José M. alegría.

XXI Anónimo, Historia de la muerte de Juan Díaz, 1546.

Este libro fue el último que editó Usoz, ya que moriría un año después. En su

comentario Usoz hace una especie de despedida, seguramente ya sentía que el fin se le

acercaba. Aunque el original aparece con autor anónimo, hoy se sabe que lo escribió Francisco

de Enzinas. Junto a la biografía de Juan Díaz se incluye una Suma de la Religión del propio

biografiado y parte de su correspondencia. En la página 155, Usoz habla del origen de su

inquietud por estos reformados olvidados por su país85. En estas páginas también relata su

encuentro con Wiffen y el comienzo de su proyecto con la RAE. Según nos narra Usoz,

Wiffen le envió este ejemplar en el año 1851. El libro, al parecer, se prestó de la mano de un

especialista inglés llamado Henry Pyne. Al final Pyne se lo regaló y Wiffen decidió enviárselo

a Usoz. Usoz comenta que su autor es Francisco de Enzinas, aunque los índices de libros

prohibidos hablaban de un luterano extranjero. La primera edición se cree que data del 26 de

noviembre de 1546, publicada conjuntamente a su Confesión por apéndice. El texto es una

biografía de Juan Díaz, sobre todo de los días anteriores a su asesinato. Con él, Francisco de

83 De este escritor hemos hablado anteriormente. En el capitulo titulado Los Iniciadores profundizaremos más en su vida y en su obra. 84 PONCE DE LA FUENTE, Constantino, Suma de Doctrina Cristiana, RAE Vol. XX, Madrid, 1863, Libería DGF, Barcelona, 1983. Pp. 420-421. 85 ANÓNIMO, “Historia de la muerte de Juan Díaz”, RAE Vo. XXI, Madrid, 1865, Libería DGF, Barcelona, 1983, p 155.

19

Enzinas pretende condenar este fratricidio y promulgar la necesidad de tolerancia y respeto

hacia la vida humana. El volumen se editó en Madrid el año 1865, según portada de la

colección, Usoz murió en agosto de ese mismo año.

XXII Anónimo, Diálogo de la Lengua, 1533.

Este libro está colocado en la colección perteneciente a Usoz como libro XXII, pero el

año de su impresión parece ser 1860. El original aparece como anónimo aunque se sabe que

su autor fue Juan de Valdés86. La copia de este libro se sacó de la Biblioteca Nacional de

Madrid, uno de los pocos libros que sobrevivió a las purgas de la Inquisición, aunque estuvo

en los índices de libros prohibidos. Este volumen fue impreso en Alcalá de Henares en el año

1527. El libro está escrito en forma de diálogo, la pretensión principal del autor es dar una

lección magistral de gramática. La importancia del libro radica en que el Diálogo constituye

uno de los primeros intentos de regular la gramática castellana. El texto se editó en Madrid en

el año 1860 por el impresor José M. Alegría.

XXIII Juan De Valdés, El Salterio.

Esta obra fue descubierta y editada después de la muerte de Usoz; no pertenece a la

biblioteca que él formó, pero permite que su labor continuara aún después de su muerte. En

1880 se editó este libro. El Salterio se conocía, ya que había aparecido en el catálogo de

Michael Denis, en el año 1794. Juan de Valdés tradujo el Salterio del hebreo original. El

volumen fue impreso en 1550. El texto se compone de una traducción de los Salmos de la

Biblia del hebreo original al castellano. Esta edición la realizó Boehmer en el año 1880 en

Boon, Alemania, con el impresor Carlos Georgi.

XXIV Juan De Valdés, Trataditos.

Este es el segundo ejemplar descubierto y editado por Boehmer. También es de Juan de

Valdés. De él se conservó la edición romana de 1545. El libro contiene seis cartas de doctrina,

86 En el capítulo de Los iniciadores, hay un largo artículo sobre su vida y su obra.

20

con un estilo epistolar muy común en la enseñanza doctrinal, sobre todo la Bíblica. El

volumen se editó en Bonn, (Alemania) en el año 1880 por el impresor Carlos Georgi.

XXV Casiodoro De Reina, , Sobre las tentaciones de Cristo, Frankfurt.

Este original fue descubierto y publicado por Gordon Kinder, aunque la propia

introducción nos habla de otras obras del autor que debían aparecer años después, a pesar de

haber pasado 15 años, no se han publicado todavía. Del autor, traductor de la Biblia al

castellano se habla en el capítulo titulado Los continuadores. El texto fue editado en latín en

Francfort en 1573 por el impresor Nicolas Baseus, junto a otras obras latinas en el mismo

tomo. Su temática es de carácter teológico. La edición fue realizada por la Iglesia Española

Reformada Episcopal en el año 1988; la introducción está realizada por Carlos López. A pesar

de que el libro no está incluido en la RAE, ya que Usoz no llegó a conocer su paradero, nos ha

parecido interesante incluirlo, ya que reúne todas las características de los volúmenes de esta

colección.

XXVI Francisco Enzinas, Memorias: Historia del estado de los Países Bajos y de la religión

de España.

El libro se escribió originalmente en latín y narra la vida de Francisco de Enzinas, una

relación del estado de la religión en España y de la persecución de los protestantes en los

Países Bajos. El original debió escribirse de los años 1544 a 1545. Se han conservado dos

ejemplares, uno en el Vaticano, que es el más completo, y otro en el Gimnasio de Altona. Este

texto es traducción de la versión francesa del año 155887. Las memorias son género muy poco

habitual para la época, sobre todo en idioma castellano. Su riqueza literaria, fue alabada, por

Menéndez Pelayo88 en su Historia de los heterodoxos. Esta primera edición al castellano se

realizó en el año 1960, en Buenos Aires (Argentina), dentro de la colección Obras Clásicas de

la Reforma.

87 DE ENZINAS, Francisco, Memorias: Historia del estado de los Países Bajos y de la religión en España, , Obras Clásicas de la Reforma, La Aurora, Vol. I y II, Buenos Aires, 1960, pp. 7-8. 88 MENÉNDEZ PELAYO, Op cit,.Tomo I.

21

XXVII Juan De Valdés, Diálogo de Doctrina Cristiana, Alcalá 1529.

El original estuvo perdido muchos años hasta que Batallón lo encontró en la Biblioteca

Nacional de Lisboa, en el año 1924. Se editó en edición facsímil en 1925. Según tenemos

noticia, el libro se editó en Alcalá de Henares en el año 1529 y fue una de las causas de la

huida de Juan De Valdés de España. En el índice de 1551 aparecía como prohibido. El

volumen es una especie de catecismo pero en forma de diálogo. El facsimil fue editado en el

año 1925. También se encuentra en la edición de la Biblioteca de Visionarios, Madrid, 1979.

XXVIII Antonio Del Corro, Reglas gramaticales.

El tema principal de este volumen es lingüístico, en el que se dan una serie de reglas

gramaticales, hecho novedoso en la época. Antonio del Corro fue profesor de español en

Inglaterra y dedicó los últimos años de su vida a la docencia. Este libro permaneció perdido

mucho tiempo, pero fue editado muy recientemente, en Madrid en el año1988.

XXIX Francisco Enzinas, Breve y compendiosa Institución de la religión cristiana.

El libro trata sobre doctrina y teología. Fue editado por Bataillon. Editado en España

por la Fundación Universitaria Española, en Madrid en 1977. El texto consta de un interesante

prólogo del propio Bataillon, pero el texto es breve e inconcluso.

XXX Constantino Ponce de la Fuente, Exposición del primer salmo dividido en seis sermones.

Del mismo, Confesión de un pecador.

Como su propio título indica, el texto tiene una parte expositiva, en forma de homilías, y

una confesión de fe. Editado recientemente en Editora Nacional Madrid y FUE Madrid 1988,

respectivamente. Todavía no se han realizado estudios que analicen su contenido.

22

XXXI Francisco Enzinas, Los salmos de David.

El tema principal del volumen es un estudio del salterio bíblico. Actualmente está editado

en Estados Unidos de América, Texas, en el año 1959.

XXXII Casiodoro De Reina, , La Biblia. Basilea 1569. Del mismo, Confesión de fe Cristiana.

Basilea, 1569.

El texto comprende la traducción integra de los libros de la Biblia a la lengua castellana.

Esta Biblia fue editada por primera vez en el año 1569 en Basilea por el impresor Johannes

Oporion. Esta versión ha sido conocida también como la Biblia del Oso, por el grabado de su

primera página. Actualmente puede encontrarse en edición facsímil, editada por la Sociedad

Bíblica en Madrid, en el año 1992.

XXXIII. Cipriano De Valera, La Biblia, Ámsterdam, 1602.

Esta nueva versión de la Biblia en castellano es una revisión posterior de la realizada

por Reina en 1569. Cipriano de Valera, según se cree, apoyado económicamente por la reina

Isabel I de Inglaterra, repasó y edito nuevamente la Biblia al castellano. Su primera edición

fue en el año 1602 en Ámsterdam, en la casa del impresor Lorenzo Jacobí. La edición actual

fue reproducida en facsímil por la Sociedad Bíblica, en Madrid el año 1992.

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