LA BIBLIOTECA DR. HUMBERTO ESTRADA OCAMPO DE LA FACULTAD DE QUÍMICA (1973-2003), HACIA LA

BIBLIOTECA DE ÁREA: DR. RAFAEL LOPEZ CASTAÑARES

M. en E. S. Elena González Vargas

Cronista de la Facultad de Química

Dr. Humberto Estrada O. en laboratorio de Escuela Nacional de Ciencias Químicas, Tacuba, ciudad de México. (foto cortesía de la cronista)

Enseñarle amablemente el camino a un hombre es como dejarle encender su antorcha en la nuestra,

que no por eso deja de iluminarnos después de haber encendido la de él.

Ennius

Desde que el hombre o ser humano pensante crea los signos guturales y de escritura, así como el pensamiento y conocimiento de sí mismo y de la naturaleza, también llega a requerir espacios físicos para dialogar, conversar, leer, generar pensamientos u otra actividad relacionada con su desarrollo y formación en y para el contexto donde traza su vida.

* UAEM. Sucesivas Aproximaciones de Nuestra Historia. Crónicas de la Universidad Autónoma del Estado de México. Tomo V. Toluca, México, 2005, pág. 99 – 119.

Asimismo, en dichos espacios físicos se despiertan sus necesidades de índole social, intelectual, afectivo, moral, estético e incluso religioso, las cuales llegan a ser el motor creativo de alternativas de solución a problemas contextuales. Además, éstas participan en la armonía del ambiente, al igual que el diseño arquitectónico acogedor de la construcción, la obras de arte decorativas motivantes. Y si aunado con todo ello hay la existencia de series de documentos (libros y revistas principalmente) de imprenta y de versión electrónica, pertenecientes a diversas disciplinas de diferentes áreas del conocimiento y de la cultura, entonces es posible decir que el hombre existe en una biblioteca.

Q. Othón Canales V. Análisis Cuantitativo

I.Q. Jaime Cortina B. Cerveza

I.Q. Enrique Contreras C. Cinemática, Mecanismos y Dinámica

Q. F. Ricardo Caturegli F. Consultor de la Dirección

I.Q. Rodolfo Corona de la V. Electroquímica

I.Q. Carlos J. Diéguez R. Física Gral.

I.Q. Manuel Dondé G. Análisis Cuat. Especial

Q.F.B. Ignacio Diez de Urdanivia Química Legal

I.Q. Francisco Díaz Lombardo Análisis Cualitativo

Q. M. Bernardo Eguía Lis Docimacia y Preparación de Minerales

Dr. Humberto Estrada O. Química Orgánica Aciclica

Q. F. Federico Fritz H. Microbiología Gral.

Dicho espacio físico con eco de ambiente armonioso y vibrante para la lectura, el estudio, el diálogo, la platica y la conversación, llega a adquirir para cada uno de sus asistentes el ser un lugar en que la palabra es generadora de vida, pues la palabra es decir y actuar porque no sólo es discurso sino también acción. En palabras del literato mexicano Alfonso Reyes sería Y el tiempo será, de quien convierta en canto el gemido. De ahí el que se difunda, que la razón de la lectura depende del valor que cobra para la vida de un pueblo.1 La lectura puede llevarse a cabo con orientación a la búsqueda del conocimiento más sólido acerca del autor, obra o evento histórico, en que ella misma exige volver a leer frecuentemente el texto, así como el entablar una interrelación entre el lector y el autor del texto que conduce a que el primero esté dispuesto a transformar su estilo de pensar y de vivir de acuerdo a sus propias convicciones. Por lo mismo es sustancioso decir que la lectura formativa educa la mente y la voluntad, y favorece el desarrollo armónico de las facultades del hombre.2 En cambio, la lectura informativa proporciona información general sobre un autor, una obra, un evento histórico, en sí información de cultura general que facilita el elaborar una nota.

Con la misma sintonía cabe marcarse que la universidad es el lugar donde el hombre aprende a pensar y a vivir, a ser el hombre auténtico con su misión en la sociedad, pues también es un lugar donde existe humanismo que rescata, promueve y crea valores. Esto mismo indica que el pensar en el ser de la universidad, no es un reto sólo para la razón o para la ciencia, sino principalmente para la vida.3 La biblioteca es uno de los sitios básicos en que acontecen hechos humanísticos como el cultivar la voluntad de saber, el propiciar la formación de actitudes y hábitos permanentes así como de un espíritu crítico, el saber pensar, el intercambio y la cooperación entre la comunidad universitaria.

Líneas de pensamiento que al visualizarlas en el ayer y el ahora de los 34 años de vida de la Facultad de Química, permiten aquilatar a su Biblioteca “Dr. Humberto Estrada Ocampo” con una crónica de la misma.

La acción inicial de la idea de fundar la actual Facultad de Química y con ello su biblioteca, se remonta a septiembre de 1970. Para aquel momento las instalaciones de la Facultad de Medicina fueron el espacio académico de las enseñanzas-aprendizajes de teoría y de laboratorio de los estudiantes entusiastas en ser profesionales de la química. Asimismo, el entonces Instituto de Ciencias Químicas inicia su biblioteconomía con su director primero: Químico Jesús Barrera Legorreta, quien realiza una donación de libros para consulta de las materias de física, matemáticas, química orgánica e inorgánica, análisis gravimétrico y volumétrico, y fisicoquímica.4

1 Parent Jacquemin, J.Ma., Noé Esquivel Estrada y Ma. Leticia Heras, ¿Qué significa leer?, Centro de Estudios Universitarios de la Universidad Autónoma del Estado de México, enero de 1997, p. 1. 2 Ibidem p.3. 3 Parent Jacquemin, J. Ma., ¿Qué es la Universidad?, Centro de Estudios Universitarios de la Universidad Autónoma del Estado de México, agosto de 1994, p. 2. 4 Comunicación personal del Q. Jesús Barrera Legorreta a la cronista de la Facultad de Química, con fecha mayo 3 de 2004.

Primer Director de Facultad de Química; Jesús Barrera Legorreta, con estudiantes en Paseo Colón, 1973. (foto cortesía de la cronista)

La misma firmeza de voluntad del director primero, del rector Guillermo Ortíz Garduño y del apoyo del gobernador Carlos Hank González permite desde el semestre impar de 1972 ofrecer tanto a los alumnos, profesores y personal técnico-administrativo como a la sociedad, la construcción arquitectónica-ingenieril idónea para el desarrollo de la educación superior universitaria de la química. Su inauguración es un hecho trascendente, memorable y académico con la cátedra impartida por el doctor en ciencias Humberto Estrada Ocampo a alumnos de primer ingreso de 1972, en una de las aulas localizadas sobre la planta baja del edificio de cuatro pisos. Además, es de consideración recordar que las tres primeras generaciones de estudiantes de las licenciaturas de químico y químico farmacéutico biólogo, llevaron a cabo sus ensayes en los laboratorios del primer piso, donde las mesas de trabajo cubiertas con acero inoxidable eran parte del mismo ambiente juvenil; aspecto de ellas que aún el actual alumno puede observar y demostrar su fineza.

En el segundo piso durante el transcurso del semestre impar 1972-1973, a la par se podían presenciar el montaje del instrumental de los laboratorios y el equipamiento de la biblioteca Dr. Humberto Estrada Ocampo. Esta última estaba ubicada en el ala norte del edificio. Así, para el semestre marzo-agosto de 1973 el alumno inicia la generación del ambiente propio de la biblioteca, sea con la lectura, el estudio, el diálogo, la conversación, la plática y la difusión del mismo ambiente sociocultural. Sin embargo, había profesores y estudiantes de iniciativa que se cuestionaban ¿quién era el Dr. Humberto Estrada Ocampo? Entre la información que se les proporcionaba es de destacarse: el ser originario de Sultepec, Estado de México; el haber realizado sus estudios de preparatoria en el Instituto Científico y Literario Autónomo del Estado de México, en 1926, y donde recibe la cátedra de química y química orgánica del profesor Francisco Schnabel; el que haya realizado los estudios de las carreras de químico farmacéutico y ensayador-metalurgista en la Escuela de Ciencias Químicas de la UNAM, con la presentación de su examen profesional en el año de 1935, y posteriormente, también, estudia los de doctorado en ciencias con obtención del grado para 1949; el que, en 1937, presenta examen

de oposición para impartir la cátedra de química en el Instituto Científico y Literario Autónomo (ICLA), el cual aprueba y con ello inicia su formación de docente de la química (1937-1940), la cual llega a ejercer de manera ininterrumpida por más de 50 años en la Escuela de Ciencias Químicas de la UNAM, donde él era muy conocido como “El Toluco”. 5 Además, en 1940, a él se le proporciona la cátedra de química orgánica en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional dedicada a ingenieros geólogos y metalurgistas.6

Biblioteca Dr. Humberto Estrada Ocampo adquieres el nombre de un investigador del Instituto de Química de la UNAM fundado en marzo de 1941, en Tacuba de la ciudad de México, tras la voluntad impetuosa de los doctores Mario de la Cueva, rector de UNAM, y Fernando Orozco Díaz, director de la Escuela Nacional de Ciencias Químicas de la misma universidad.7

Formalmente a este Instituto de Química se le reconoce ser el iniciador de la investigación en química de nuestro país, México. Su unión para 1949 con la empresa Syntex S.A., productora de la hormona progesterona (hormonobarazo) con la materia prima sapogenina diosgenina, contenida en la planta silvestre de México Dioscorea, le conduce a formar investigadores, quienes realizan un notable desarrollo de la investigación en química orgánica, principalmente en la síntesis de productos esteroidales.

En 1953 el Instituto de Química contaba con 12 investigadores, uno de ellos fue el Dr. Humberto Estrada O., seis con grado de doctor y cinco estudiantes de doctorado especializados en química orgánica. Para los años 1952-1954 con la creación de la Ciudad Universitaria, UNAM, el Instituto se instala en el edificio conocido como Torre de Ciencias y en 1977 se traslada a las instalaciones que actualmente ocupa.8

Es de notarse que el nombre de Dr. Humberto Estrada Ocampo pertenecía a un investigador del equipo del Instituto de Química, cimiento de la ciencia química de México de la década de 1950. Asimismo es de marcarse para la cultura de la ciencia y de la docencia, el encontrar varios de sus textos en el Boletín del Instituto de Química de la UNAM y en la Revista Latinoamericana de Química, los cuales inician su publicación en 1970, así como el ser autor de tres obras sobre química orgánica acíclica y coautor de otras sobre química orgánica esquemática. Además, la UNAM le otorga el reconocimiento de profesor emérito en 1977.

5 Galdeanos Bienzobas, C., Elsa González Granados y Ma. del Pilar Ortiz Fernández, Memoria del 75oAniversario de la Facultad de Química (1916-1991), Universidad Nacional Autónoma de México, 1992, p. 36. 6 García Fernández, Horacio, Historia de una Facultad. Química 1916-1983, Universidad Nacional Autónoma de México, 1985, p. 155. 7 Garritz Ruiz, Andoni, Química en México. Ayer, hoy y mañana, Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1991, p. 112. 8 Ibidem, p.113.

Su intenso empeño y gran entrega a la enseñanza e investigación de la química como muestra de su servicio a la sociedad, también son valorizados por profesionales universitarios e intelectuales de la sociedad mexiquense, y se lo expresan con el reconocimiento de la Presea Estado de México en medicina y ciencias naturales “Maximiliano Ruiz Castañeda” de 1987, la cual

recibe de manos del gobernador Alfredo Baranda García. Hecho memorable para la actual Facultad de Química, sobre todo porque es el abrir la puerta para aquellas personalidades profesionales

de la química, partícipes de la cultura de la ciencia en la sociedad. Las placas de las preseas montadas en el palacio del gobierno estatal de la ciudad de Toluca, también poseen los nombres de otros profesionales de la enseñanza e investigación de la química, ellos son: doctor en ciencias Eduardo Díaz Torres con Presea Estado de México en Ciencias “José Antonio Alzate de 1993; doctor en ciencias J. Raymundo Cruz Almanza con Presea Estado de México en Ciencias “José Antonio Alzate” de 1996 y doctor en ciencias Marcos José Solache Ríos con Presea Estado de México en Ciencias “José Antonio Alzate” de 2002.

Torre de Ciencias en Ciudad Universitaria,UNAM, 1977. (foto cortesía de la cronista)

Durante los años 1973-1983 la biblioteca doctor Humberto Estrada Ocampo es fuente de acogimiento para el estudiante, el profesor y personal técnico-administrativo anhelante de ser un profesional en la química con enriquecimiento humano e intelectual, pues en ella llega a educar su mente y voluntad con la lectura, el estudio, el diálogo, la conversación e incluso el descanso físico y mental. Actividades y acciones que estructuran su ambiente cultural, en el cual también es de estimarse la colaboración del personal bibliotecario. El C. Nathanael Coria Martínez es uno de ellos, quien desde julio de 1978 ofrece con voluntad, amabilidad y responsabilidad este servicio. Aún el presente año de 2004 aquilata su servicio a la comunidad universitaria y a la sociedad.

Esta biblioteca para febrero de 1984, contaba con un total de 1033 títulos en 2075 volúmenes, entre los cuales se incluyen aquellos donados por profesores, estudiantes pasantes de licenciatura y consulados.9

El maestro en ciencias Efrén Rojas Dávila, director de la Escuela de Ciencias Químicas de nuestra Alma Mater, para enero de 1984 hace entrega a su comunidad académica un edificio de dos plantas con la función de biblioteca únicamente, con localización en el cuadrante norte-sur de la zona rectangular de la actual Facultad de Química y a la vista del Paseo Colón. Hecho de reconocimiento y de mucha satisfacción, en vista de que el maestro en ciencias Efrén Rojas D. es alumno de la generación fundadora de la Escuela de Ciencias Químicas 1970-1974, y realiza los estudios de maestría en ciencias en el Instituto de Química y de la Facultad de Química de la UNAM. Lugar universitario donde dialoga con doctores en química orgánica y, particularmente, con el doctor Humberto Estrada Ocampo a quien invita a dar una conferencia por el XII Aniversario de fundación

9 Rojas Dávila, Efrén T., Cuarto Informe de Labores, Escuela de Ciencias Químicas, Universidad Autónoma del Estado de México, p. 36, 1984.

de la Escuela de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma del Estado de México, y para presentarle la nueva construcción de la biblioteca que lleva su nombre.

Biblioteca Dr. Humberto Estrada Ocampo. Facultad de Química, 1992.

(foto cortesía de la cronista)

La nueva Biblioteca Dr. Humberto Estrada Ocampo es inaugurada, en febrero 25 de 1984, por el Rector Ing. Quím. Agustín Gasca Pliego con la presencia del director de Educación Pública Manuel Hinojosa y del director de la Escuela de Ciencias Químicas, Quím. Roberto Laureles Solano.10

Aquellos semestres del periodo 1984-1994 nuevamente guardan la estancia del estudiante y del profesor con aspiraciones a ser un profesional de la química. Esta biblioteca llega a ser uno de los sitios con un aire de fluidez diversa, al encontrarse frecuentemente a personas universitarias con aspiraciones, a personas pensantes en su ser mismo, es decir, en observar a su físico, psíquico, intelectual, moral y emocional.

Entre dichas personas universitarias es impactante la presencia del estudiante tesista, aquel universitario entregado al trabajo académico con su capacidad de reflexionar y de investigar algún problema teórico o de la realidad. Aún es más llamativo el encontrar un tesista atento y concentrado en el diálogo académico con su profesor director de tesis, lo cual es una demostración de su vocación hacia el conocimiento y el pensamiento que le proporcionan una visión del universo, un entendimiento o comprensión de la verdad de la ciencia o de la tecnología, y con ello un sentido de objetividad. Asimismo, durante este proceso de concientización del dúo con respecto al trabajo de tesis, también acontece la actitud recta, o sea, la dimensión ética de la tesis.

10 Boletín Enlace Químico, Escuela de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma del Estado de México, Año II, núm. 18, marzo-abril de 1984, p.3.

Interior de la biblioteca “Dr. Humberto Estrada Ocampo”, 1992.

(foto cortesía de la cronista)

Así, la biblioteca es testigo del encuentro entre ambos sujetos (tesista y director de tesis), en que llega a ocurrir la comprensión y la integración de los conocimientos, los cuales son redactados en párrafos con juicios analíticos y conclusiones. Todo ello es una de la varias formas de trabajo académico de la tesis, así como una de las tantas posibilidades y opciones de formación profesional, particularmente en la química. Además, es una actividad académica que brinda al tesista experiencias psíquicas e intelectuales, las cuales cristalizan con su honor ante todo por el respeto de sí mismo, el de los demás y el de toda acción y actividad realizadas por él mismo.

Es de notarse que la tesis es una parte muy significativa del desarrollo académico del estudiante, en concordancia con los profesores y personal técnico-administrativo del lugar principal en que la lleve a cabo. Más los otros sitios, como la biblioteca, donde practica su capacidad de reflexionar, analizar, dialogar, escribir con lógica y coherencia, que son parte de su formación académica.

Ahí, la biblioteca, y otros lugares suceden expresiones o manifestaciones de consideración por ser valores universitarios institucionales, tales como: el humanismo por forma de ser; la búsqueda de la verdad o investigación con capacidad de pensar; libertad académica como responsabilidad de lograr el fin de la tesis; la calidad e innovación al ser la tesis creativa y recreativa del conocimiento; transparencia con el ser honesto o ético; tolerancia intelectual y social al garantizar respeto a las exigencias de la convivencia humana y el servicio a la sociedad con el transmitir, verbal y por escrito, su competencia profesional con ética.

La serie de acciones y actitudes del estudiante tesista son demostraciones de su honor para quienes también aspiren a ser profesionales de la química, en su investigación. En sí, son valores de la actividad universitaria que los proyecta en su calidad, pues, la universidad avala al tesista no sólo con otorgarle el título o grado,

sino también a su competencia profesional para que la sociedad lo reciba con confianza.

La biblioteca Dr. Humberto Estrada Ocampo, en su nueva construcción, para febrero de 1994 poseía en el área de tesis un total de 705 documentos tesis perteneciente a las licenciaturas de químico, químico en alimentos, químico farmacéutico biólogo e ingeniería química.1 Número indicador de la trayectoria de desarrollo académico de la actual Facultad de Química, así como para sus departamentos de investigación en química orgánica, microbiología, analítica, alimentos, genética e inmunología humana, farmacia, ecología e ingeniería química que para entonces llevaban registrados 165 proyectos de investigación a partir de 1978.2 No hay que olvidarse que estos libros llamados tesis son el reflejo y, a la vez, la demostración del trabajo académico de quienes en su respectivo espacio y tiempo son portadores cosustanciales del emblema de la Alma Mater: Patria, Ciencia y Trabajo. Es esperanza que estas tesis tipo libro, no lleguen a ser el triste destino del libro prestado, a menudo perdido, casi siempre maltratado.

La biblioteca Dr. Humberto Estrada Ocampo por ser considerada como una de las dos áreas de apoyo a la docencia e investigación, en el transcurrir de los meses del año 1994 su construcción recibe, nuevamente, la atención de ampliación hacia el norte en las dos plantas. Una superficie de un total de 351.76 m2 , es la consecuencia del programa federal anual de construcción del CAPFCE a la Universidad Autónoma del Estado de México.3 Hecho que le permite al alumnado y personal académico el desarrollar su actividad en el interior de alguno de los nuevos cubículos, así como el organizar eventos académicos como cursos de actualización, mesas redondas, seminarios. Para aquel momento, esta biblioteca contaba con un acervo de 6, 389 volúmenes.4

El desarrollo de la tecnología informática para los primeros años de la década de los noventa, también es de suma utilidad en cuanto a la necesidad de codificar el acervo bibliográfico de la Universidad Autónoma del Estado de México. 1993 es el año en que se inicia la integración de base de datos de la Biblioteca Central de la Universidad Autónoma del Estado de México, consecuencia del acuerdo de trabajo con la Dirección de Servicios de Cómputo de la misma. Los ingenieros Samuel Sánchez Vargas por parte de la biblioteca, y Roberto Mercado Dorantes de la Dirección de Servicios de Cómputo, son los universitarios profesionales con diligencia hacia sus equipos de trabajo, quienes consiguen inducir la práctica del sistema computacional en la biblioteca y, con ello, ofrecer un servicio bibliotecario eficaz hacia toda persona asistente.

El acervo bibliográfico de la biblioteca “Dr. Humberto Estrada Ocampo” de la Facultad de Química, también recibe la atención de ser codificado en el año de 1994. El Quím. Sergio Cruz Martínez participa por medio de su asesoramiento técnico durante la operación de dicha acción decisiva de las autoridades del

1 García Dávila, Juan Carlos, Segundo Informe de Actividades, Facultad de Química, Administración 1992-1996, Universidad Autónoma del Estado de México, febrero de 1994, p. 15.

2 González Vargas, Elena, XXV Aniversario de la Facultad de Química 1970-1995,Universidad Autónoma del Estado de México, julio de 1995, p. 44.

3 García Dávila, Juan Carlos, Tercer Informe de Actividades, Facultad de Química, Administración 1992-1996, Universidad Autónoma del Estado de México, enero de 1995, p. 26.

4 Ibidem.

organismo académico. Además, para 1997 a la misma biblioteca el profesor Sergio le desarrolla el programa software de consulta automatizada en plataforma MS DOS, con la confianza de sus autoridades: el maestro en derecho Jorge Olvera García de Biblioteca Central y el doctor en química Rafael López Castañares de Facultad de Química. Actividad inductora no solamente para agilizar la adquisición de información de documentos sino, a la vez, para estimular el aprendizaje de programas básicos de informática.

La actividad profesional mencionada última del profesional Sergio Cruz M. es una de tantas muestras de su espíritu de voluntad inclinado al desarrollo académico de su Alma Mater, como lo es su Facultado de Química. Valoración acorde, también, para la autoridad de 1998 de la Biblioteca Central, maestro Ruperto Retana, quien le autoriza al Quím. Sergio Cruz M. montar el programa de consulta automatizada en 21 bibliotecas de organismos académicos de la UAEM.

Los siguientes datos indican la sistematización del acervo de la biblioteca “Dr. Humberto Estrada Ocampo”, que para la última década del milenio 2000, se facilita a toda persona de manera inmediata. 5

Distribución temática porcentual del acervo de la biblioteca Dr. Humberto Estrada Ocampo, en 2000

DIVISIÓN TEMÁTICA VOLÚMENES PORCENTAJE A OBRAS GENERALES 15 0.15% B FILOSOFIA Y RELIGION 72 0.70% C HISTORIA - CIENCIAS AUXILIARES 1 0.01% D HISTORIA Y TOPOGRAFIA 4 0.04% E AMERICA EN GENERAL EXEPTO USA 2 0.02% F ESTADOS UNIDOS DE AMERICA 44 0.43% G GEOGRAFIA ANTROPOLOGIA 41 0.40% H CIENCIAS SOCIALES 632 6.13% J CIENCIAS POLITICAS 19 0.18% K DERECHO 53 0.51% L EDUCACION 119 1.16% M MUSICA 3 0.03% N BELLAS ARTES 14 0.14% P LENGUA Y LITERATURA 152 1.48% Q CIENCIA 5633 54.67% R MEDICINA 1051 10.20% S CIENCIAS AGROPECUARIAS 140 1.36% T TECNOLOGIA 2244 21.78% U CIENCIA MILITAR 12 0.12% Z BIBLIOGRAFIA Y BIBLIOTECONOMIA 52 0.50%

TOTAL 10303

5 Cruz Martínez, Sergio, Sistema de Información Estadística Bibliográfica de Facultad de Química, CD de julio de 2002.

Crecimiento del acervo de la biblioteca Dr. Humberto Estrada Ocampo desde el año 1994, en que se procesan por sistema de cómputo hasta el 2000.

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Años

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cion

es

El espíritu del egresado universitario al vivir reencuentros con lo que ahora es su Facultad, nuevamente se reactiva y se proyecta en su desarrollo profesional. Sobre todo por entender y valorizar su estancia pasada que le explica el presente y le impulsa a aspiraciones trascendentes. En otras palabras es el sentirse parte de un todo de más valor que ellos mismos, como es su Facultad y el identificarse más plenamente con ella. Esto es identidad, en que el sentir del Yo verdadero se encuentra de alguna manera integrado a otros, a modo que se rompen los límites físicos del cuerpo humano, entablándose una conversación empática con dirección hacia el mejoramiento, la superación trascendente contextual.

Así, en 1995, con los eventos del programa académico cultural de los festejos del XXV Aniversario de la Fundación de la Facultad de Química, una de las tapias, sostén de la techumbre de la biblioteca Dr. Humberto Estrada Ocampo, es recinto para la develación de la placa correspondiente a la primera generación de alumnos egresados de las licenciaturas químico y químico farmacéutico biólogo, generación fundadora 1970-1975.

Evento de identidad entre quienes son parte de la memoria de una casa de estudio, y de quienes su sentir enriquece el espíritu universitario de la Alma Mater. En unión con los egresados encontramos el primer director Quím. Jesús Barrera Legorreta, el rector M. en D. Marco Antonio Morales Gómez, los directores M. en C. Juan Carlos García Dávila, M. en I. Víctor F. Pacheco Salazar , Quím. Jesús Morales Juárez, M. en C. Roberto Laureles Solano, Ing. Quím. Oscar E. Barrera Echeverri, el director y rector M. en C. Efrén Rojas Dávila, los profesores QFB Yolanda Sentíes Echeverría, Ing. Quím. Manuel Göel Rosales, QBP Amanda Trujillo González, Ing. Quím. Luz María Solís Segura, Ing. Quím. Gustavo Segura Fonseca, Quím. Silvia Miranda Plata; personal técnico administrativo María de Jesús Ramírez Pichardo, Guadalupe Munguía Reyes, Edith Rangel Mondragón, Yolanda Jiménez García, José Rito Santillán, Alfredo Díaz Leal Castellanos.

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Develación de la placa de la generación fundadora de alumnos 1970-1975, en 25° Aniversario de la Facultad de Química (10/10/1995). Acompañan el Rector Marco Antonio Morales G. (2), el director y rector 1981-1984 I.Q. Agustín Gasca Pliego (5), el encargado de la dirección 1973-1975 Profr. Fís. Alejandro Miranda Plata (3), el Director de la Facultad de Química M. en C. Juan Carlos García D. (6) y los profesores: QBP Amanda Trujillo G. (1), QFB Yolanda Sentíes E. (4) y I.Q. Manuel Göel R. (7). (foto cortesía de la cronista).

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Profesores y alumnos fundadores de la Facultad de Química en su XXV Aniversario:Quím. Jesús Barrera L. (3), QFB Yolanda Sentíes E. (4), Quím. Jesús Morales J. (1), M. en C. Efrén Rojas D. (2) y Director (1993-1996) M. en C. Juan Carlos García D. (5). (foto cortesía de la cronista)

Dicho acontecimiento es semejanza a la fermentación de un sustrato, pues a la serie de generaciones de egresados subsecuentes, le sensibiliza y proporciona respuesta de actitudes de participación y donación de material didáctico para su Facultad. Asimismo, la placa de cada generación de egresados adquiere el carácter de ícono para quien se acepta a sí mismo como universitario de la química. Aunado a esto último, en la biblioteca también acompañan los retratos de los directores, a quienes la Facultad de Química les ha expresado su confianza para dirigirla desde 1970.

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Profesores y alumnos fundadores de la Facultad de Química en su XXV Aniversario:Q. y Q.F.B. Hugo Sánchez Flores (1); Q. Héctor González Ayala (2); Salustio Vázquez Rojas (3); Q. y Q.F.B. José Luis Estrada Portilla (4); Q.F.B. Ma. Del Refugio Fonseca Juárez (5);M. en D. Marco Antonio Morales Gómez, rector; Q.F.B. Yolanda Sentíes Echeverría (7); Q. Palemón Vences Mecedo (8); I.Q. Agustín Gasca Pliego, director y rector (9);Q.F.B. Xavier León Dorsch (10); Q. Jesús Barrera Legorreta, director y rector (11); Q.F.B. Alfonso Arizmendi Estrada (12); M. en C. Juan Carlos García Dávila, director (13). (foto cortesía de la cronista)

Durante el movimiento de rotación de la madre Tierra del primer día del duodécimo mes del tercer año del milenio 3000, en el auditorio “Carlos Hank González” de la Facultad de Química se escuchaba la lectura de que el sistema bibliotecario contaba con un número de 11,124 volúmenes.6 Sin embargo, para el mes de junio la Facultad de Medicina, también, había dado lectura a que el sistema bibliotecario contaba con 10,382 títulos y 18, 447 volúmenes, colección de tesis de licenciatura desde 1951, 20 títulos de programas de actualización continua con 90 ejemplares, 96 títulos de revistas, la biblioteca virtual mediante la suscripción a MD Consult e Infotract para acceso a más de 130 revistas y libros de texto.7 Estos dos

6 Solís Segura Luz María, Cuarto Informe Anual de Actividades. Plan de Desarrollo 2000-2004. Facultad de Química, Universidad Autónoma del Estado de México, noviembre de 2003, p. 15. 7 López Arriaga, J. Amado, Segunda Evaluación del Plan de Desarrollo 2002-2006. Facultad de Medicina, Universidad Autónoma del Estado de México, junio de 2003, pp. 13-14 y 34.

hechos, con su respectivo momento contextual para cada una de las dos casas de estudio de nuestra Alma Mater, vienen a ser el reflejo de otro acontecimiento con particularidad de sinergia. Acontecimiento que presencia la comunidad universitaria de ambas instituciones de educación superior el lunes 13 de enero de 2003. Fecha en que la Biblioteca de Área: Doctor en Química Rafael López Castañares es inaugurada por el gobernador estatal licenciado Arturo Montiel Rojas y hace su entrega a ambos organismos académicos universitarios: Facultad de Medicina y Facultad de Química.

Esta nueva Biblioteca de Área: Dr. Rafael López Castañares, posee una construcción de dos plantas localizada en el área central entre los edificios paralelos entre sí de norte a sur, el de Medicina y de Química. Proporciona los servicios en: catálogo automatizado, préstamo en sala, préstamo a domicilio, préstamo interbibliotecario, consulta a base de datos en línea, hemeroteca, videoteca, cubículos de estudio, sala de proyecciones, salas de cómputo, auditorio, fotocopiado.

También en la construcción mencionada existe el espacio adaptado museográficamente, el cual cuenta con tres plantas: la tercera corresponde al gabinete de química y física, en la segunda se localiza el gabinete de medicina; ambos gabinetes exponen instrumentos y acervo bibliográfico pertenecientes a la segunda mitad del siglo XIX y a la primera del siglo XX. La planta baja es zona para galería de las artes.

Inauguración de la Biblioteca de Área: Doctor en Química Rafael López Castañares. (foto cortesía

de la cronista).

Es de suma importancia marcar que dicho patrimonio científico cultural es muestra de la existencia de ensayes de la química, la física y la biología, realizados por catedráticos institutenses integrantes de los jurados de exámenes ordinarios del año escolar. Entre esas personalidades profesionales de la enseñanza de las ciencias figura en la historia del Instituto Literario, después Instituto Científico y Literario y antes de 1956 Instituto Científico y Literario Autónomo: Silviano Enriquez Correa, fundador del Boletín del Instituto Científico y Literario con edición 1898-1905, director del Instituto Científico y Literario y cabeza del equipo de la enseñanza de la química, la física, las matemáticas y la biología, integrado por Ing. Ramón Covarrubias, Ing. Enrique Schulz, Farmacéuticos Enrique Trejo, Rafael Araujo, Feliciano Nava y Servando Mier, licenciados Agustín González y Felipe N. Villarello, médicos Juan Rodríguez y Antonio Vilchis; posteriormente se integra a la cátedra de física y nociones de meteorología Carlos Velez.8

Sin embargo, para esa segunda mitad del siglo XIX también se escuchaban y leían los boletines Higiene y Pedagógico. El saber de la existencia del boletín Higiene, el cual circuló de 1894 a 1900 con sus doce tomos, nos es posible

8 Boletín del Instituto Científico y Literario, tomos I y II, núm. 4 y 7, 1898 y 1899, Archivo Histórico del Estado de México, Toluca.

valorizar y entender la importancia que se le proporcionaba a la mejora de la salubridad pública, pues, en 1883 se había creado el Consejo Superior de Salubridad del Estado de México. Este boletín se imprimía en la tipografía localizada en la Escuela de Artes y Oficios. Su primer redactor en jefe fue el médico Ricardo Marín, y como secretarios de redacción el médico veterinario José A. González y el farmacéutico Enrique Iglesias. Entre los médicos colaboradores se nombran a Juan N. Campos, Antonio y Leopoldo Vilchis, Eduardo Navarro, Emilio Cárdenas, entre otros.9

Es de notarse el gran valor científico cultural de los gabinetes de la biblioteca de área: Doctor en Química Rafael López Castañares, no únicamente para el entendimiento del desarrollo académico del Instituto Científico y Literario Autónomo sino también como antecedente histórico de cimiento para la fundación de lo que ahora en el primer quinquenio del milenio 3000 nombramos: Facultad de Medicina fundada en marzo de 1955, y Facultad de Química fundada en julio de 1970.

Logro universitario, que es muestra del cumplir de la Máxima Autoridad Ejecutiva de la Universidad Autónoma del Estado de México, el Rector, ante las exigencias y necesidades de la comunidad académica y del contexto. Sobre todo ahora, primer quinquenio del siglo XXI, en que esta universidad pública delinea uno de sus cinco ejes rectores: el institucionalizar la acreditación de programas educativos bajo la visión de lograr una institución académica de alta calidad. Así, durante el transcurrir de los días continúa el proceso de acreditación de programas educativos, lográndose hasta el año 2003 un total de 11 programas. Entre ellos se cuenta la reacreditación del programa de la licenciatura de Médico Cirujano obtenida en el 2002, la primera acontece en 1997; ambas evaluaciones fueron realizadas por la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina (ANFEM) y el Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica (CÓMAEM). Asimismo, en el año 2001 la licenciatura de Ingeniería Química de la Facultad de Química es acreditada por el Consejo de Acreditación de la Enseñanza de la Ingeniería (CASEI).10

Biblioteca “Dr. Humberto Estrada Ocampo” ahora eres agua del río rimbombante, disponible a todo universitario o persona que anhele observarte, conocerte y sentir su frescura, fluidez. Durante tus instantes de 1973 a 2003, el aire de tu ambiente fue el receptor, transmisor y transmutador, pues como piensa Rubén Darío: El viento arrastraba rumores, ecos, risas, murmullos misteriosos, aleteos, músicas nunca oídas. No obstante, ahora en la construcción nueva doctor en química Rafael López Castañares con frecuencia escuchas al universitario decir nunca me cansará mi oficio de hombre; hombre he sido y seré mientras exista, o como le decía Sancho Panza a su mujer: dejémonos llevar de este viento favorable que nos corresponde, además las dificultades refuerzan a la voluntad.

9 Cfr.” La Higiene Escolar en la Prensa del Estado de México durante el gobierno de Villada”, de Carlos Escalante Fernández, en Experiencias Educativas en el Estado de México. Un recorrido histórico, de Alicia Civera Cerecedo, El Colegio Mexiquense, A. C. 1999, pp.229-284. 10 López Castañares, Rafael, Tercer Informe Anual del Plan rector de Desarrollo Institucional, 2001-2005. Universidad Autónoma del Estado de México, marzo de 2003, p. 101.