La Misión de La OEA en La Dictadura Militar

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Martes 8 de septiembre de 2015 | Edición del día HISTORIA ARGENTINA: LA DICTADURA DEL '76 La misión de la OEA en la dictadura militar Hace 36 años, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos llegó a la Argentina y recibió más de cinco mil denuncias. Rosa D´Alesio La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo de la Organización de Estados Americanos (OEA), llegó a la Argentina el 6 de septiembre de 1979, después de tres años de gobierno de facto, cuando las denuncias por violaciones a los derechos humanos en la Argentina habían llegado a todo el mundo. La CIDH visitó varios Centros Clandestinos de Detención: La Rivera y La Perla, en Córdoba; El Atlético, el Olimpo y la

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Martes 8 de septiembre de 2015 | Edicin del da HISTORIA ARGENTINA: LA DICTADURA DEL '76La misin de la OEA en la dictadura militar Hace 36 aos, la Comisin Interamericana de Derechos Humanos lleg a la Argentina y recibi ms de cinco mil denuncias.Rosa DAlesio

La Comisin Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo de la Organizacin de Estados Americanos (OEA), lleg a la Argentina el 6 de septiembre de 1979, despus de tres aos de gobierno de facto, cuando las denuncias por violaciones a los derechos humanos en la Argentina haban llegado a todo el mundo.La CIDH visit varios Centros Clandestinos de Detencin: La Rivera y La Perla, en Crdoba; El Atltico, el Olimpo y la ESMA, en Buenos Aires, que haban sido acondicionados para recibir a los miembros de este organismo. Los detenidos desaparecidos en la ESMA fueron trasladados a una isla en Tigre, y solo algunos fueron blanqueados como presos polticos. La patota compr la isla El Silencio.Segn consta en la escritura, el vendedor fue Emilio Teodoro Graselli, secretario del Vicariato General Castrense, amigo de marinos que pertenecan al grupo de tareas. Tambin recorrieron las crceles de Devoto, Caseros y Rawson.Los integrantes de la comisin, adems, durante su permanencia en el pas, se entrevistaron con el Teniente General Jorge R. Videla; los integrantes de la Junta Militar Roberto Viola, Omar Graffigna y Armando Lambruschini, entre otros.Desde el ao 1977 el presidente de los Estados Unidos, James Carter, busc que el gobierno militar invitara a la CIDH, porque evaluaba los inconvenientes de continuar haciendo odos sordos a las graves denuncias de los familiares de desaparecidos y miembros de organismos de derechos humanos que eran realizadas ante organismos internacionales, y en los principales pases del mundo. Adems, la administracin Carter, que tena que reponerse de la primera derrota militar en manos de una semicolonia como Vietnam, se propuso demostrar que EE.UU. se tomaba en serio el problema de los derechos humanos, despus del desprestigio de haber apoyado la sangrienta dictadura de Pinochet y los golpes militares en el cono sur. Por su parte, el gobierno de facto presidido en ese entonces por el teniente Videla, busc que la presencia de la CIDH pudiera desmentir a la prensa europea que sostena que en Argentina funcionaban centros de detencin clandestinos.Las cifras de la denunciaEl nmero total de denuncias que recibi la Comisin durante las dos semanas de su estada fue de 5.580, a las que se sum las 3.000 obtenidas por organismos de derechos humanos como la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, el Movimiento Ecumnico por los Derechos Humanos, Madres de Plaza de Mayo y la Comisin de Familiares Desaparecidos y Detenidos por razones polticas, entre otros. Cabe destacar la temprana militancia de los organismos de derechos humanos que desde los aos de la dictadura se ocuparon de denunciar el golpe militar y los crmenes de la dictadura, y de reclamar por los desaparecidos.En los das que estuvo la CIDH, el aparato de comunicacin de las Fuerzas Armadas reparti cientos de miles de obleas con la embustera consigna: Los argentinos somos derechos y humanos. Mientras que el relator de ftbol, Jos Mara Muoz, conocido por su apoyo desenfadado a favor de los militares, convocaba a Plaza de Mayo para festejar el triunfo de la seleccin juvenil de ftbol, que el 7 de septiembre de 1979 se haba consagrado como campen en Japn. Una canallada del relator estrella del Mundial 78, que pretendi mostrar a los miembros de la CIDH que en el pas haba motivos para festejar. Esta movilizacin pas por las puertas de la sede de la OEA (Avenida de Mayo al 700), donde con ms de tres cuadras de cola, se encontraban quienes esperaban presentar su denuncia ante la CIDH.Voceros de la dictadura El da que lleg la CIDH al pas, la revista Para Ti public un reportaje apcrifo a la madre de un desparecido, Thelma Jara de Cabezas. En su portada se poda leer: Derechos humanos. Habla la madre de un subversivo muerto. Los editores de la revista, en combinacin con la patota de la ESMA que diriga el represor Ricardo Miguel Cavallo, organizaron esta entrevista a Thelma que estaba secuestrada desaparecida en la ESMA. Thelma solo tena dos opciones: darle la entrevista falsa en una confitera de Belgrano a Para Ti o que la patota terminara con su vida. Despus de ms de tres dcadas uno de los editores, Agustn Bottinelli, fue imputado en la causa por falsificar este reportaje, pero un fallo reciente dict la falta de mrito. .En los das que la CIDH permaneci en la Argentina, asociaciones empresarias y profesionales firmaron una solicitada donde afirmaban, entre otras cosas, que en "idnticas circunstancias volveramos a actuar de idntica manera". Por su parte, los directivos de medios de comunicacin negaron que rigiera algn tipo de censura, adhirieron a la tesis segn la cual en la guerra antisubversiva los enemigos carecen de derechos y denunciaron la intromisin en los asuntos internos del pas. A la vez que el diario La Nacin informaba que los presuntos desaparecidos viven en el exterior. Mientras que la opinin de la curia estuvo representada por Monseor Octavio Derisi, rector de la Universidad Catlica Argentina, quien sostuvo que no tena por qu una comisin extranjera venir a tomarnos examen (...) pido a Dios que sean objetivos y no se dejen influenciar por aquella gente que ha creado este problema en la Argentina: las familias de aquellos guerrilleros que mataron, secuestraron y robaron.Informe de la CIDHEl informe redactado por la Comisin sobre Argentina, OEA 1980, reconoca que "personas pertenecientes o vinculadas a organismos de seguridad del gobierno han dado muerte a numerosos hombres y mujeres despus de su detencin (esta es) la situacin de miles de detenidos desaparecidos". Por otra parte, exiga que se diera cauce a los reclamos de esclarecimiento y justicia.Pero los militares salieron al cruce de este informe, rechazaron su contenido y objetaron la autoridad del organismo para evaluar y cuestionar las leyes y decretos del gobierno argentino en su lucha antiterrorista. A partir de ac los militares intentaron que el informe de la CIDH fuera rechazado por la Asamblea de la OEA.Finalmente la declaracin anual del organismo no hizo ninguna mencin especfica al caso argentino. El reporte de la visita al pas fue dado a conocer por la Comisin, pero no publicado oficialmente por la OEA. Incluso, cuando se inici la Asamblea, las delegaciones de Chile, Argentina, Bolivia, Uruguay y Paraguay amenazaron con abandonar la OEA si no se respetaba la soberana de los Estados.Mientras que en la argentina los medios de comunicacin no slo rechazaron el informe de la CIDH, sino que insistieron con la teora de que haba una campaa internacional contra la Argentina.Pero el poder de las Fuerzas Armadas comenzaba a resquebrarse. A la crisis econmica interna, ms las denuncias incesantes de los organismos de Derechos Humanos, se sum el primer paro nacional convocado por la CGT . Adems, frente al conflicto con Chile por el canal de Beagle, la mediacin papal se pronuncia a favor de la posicin chilena.Esta crisis llev a que el General Leopoldo Fortunato Galtieri asumiera la comandancia del Ejrcito a fines de 1979 y desplazara a los generales videlistas y violistas para ubicar gente de su confianza. Estos nuevos jefes del rgimen buscaron un nuevo acercamiento con el Departamento de Estado. Para esto colaboran con el golpe de Garca Mesa en Bolivia; envan asesores para colaborar con la contra nicaragense y con la represin en el resto de Centroamrica, y continuaron con las operaciones del Plan Cndor. El Proceso busc, a travs de estas medidas, resolver el problema del aislamiento internacional que le pudieran generar las denuncias por los desaparecidos. Pero la crisis interna continu. Galtieri, que ocupaba la presidencia desde fines de 1981, tras el desplazamiento de Viola, y la Junta Militar deciden embarcarse en la aventura de recuperar las Malvinas en abril de 1982, creyendo que un triunfo podra represtigiarlos. Pero la derrota no hizo ms que precipitar el debilitamiento de las Fuerzas Armadas. Se vieron obligados a llamar a una concertacin pactada con los partidos burgueses para llamar a elecciones.