La Restauracion Nacionalista
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7/523
ri^fVH
^f^^
LA
RESTAURACIN
NACIONALISTA
-
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-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
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RICARDO ROJAS
LA
RESTAURACIN
NACIONALISTA
INFORME
SOBRE
EDUCACIN
. .
.lUe
fas
pnfrit?,
liberfntem avi-
fnm,
penetra/es
GermanitP
dos...
TCITO.
(Axx.
LlK.
II.
lo).
BUENOS
AIRES
MINISTEKI^
DK
JUSTICIA
INSTRUCCIN
PBLICA
i
19 9
3
.
%
-
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Talleres
Greicos
de
la
Penitenclxra
Nacional
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ADVERTENCIA
PRELIMINAR
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ADVERTENCIA
PRELIMINAR
Un
decreto
del
seor
Presidente
de la
Repblica,
comisionme
el ao
anterior
para
estudiar
en Europa
el
rgimen
de
los
estudios
histricos,
problema
rela-
cionado
con
los
ms
vitales intereses de
nuestra nacio-
nalidMd.
El
entonces
ministro
don
Federico
Pinedo
me
comunicara
Pars
el
honroso
encargo, en
ti'minos
tan
lisonjeros
para mi
persona,
que si fuese
inmodestia
el
rememorai'los,
fuera
descortesa
to
agradecerlos
en
la
presente
oportunidad.
Al regresar
despus
mi
pas,
tuve la
suerte de
que
el
doctor Nan, nuevo
ministro
de
Instruccin
Pblica, me
ratificase, con
Cfi^iterio
en-
comiable,
la
libertad
necesaria para un trabajo de
este
gnero,
y
ordenase
ms tarde
su
edicin. Tan
estimu-
lantes
circ2i?istancias
y
la
trascendencia
misma
del
tema,
obligbanme
poner
al
servicio
de
la
difcil
tarea,
toda
la
devocin
que
requieren
las ms nobles
empresas
intelectuales,
y
la
pasin de
patria que
reclaman
asu7itos
vinculados
la
suerte de
nuestra
comunidad
nacional.
En tales
condiciones
este
Informe
que
aquel
mismo
decreto me
encojnendaba,
no
poda
ser
el
documento
que
holgando
esfuerzos
en
burocr-
tica inepcia,
comenzara
con
el
'vuestra
excelencia
>
ineludible
y
terminase
con
el
'Dios
guarde^
sacra-
mental. Autor,
no
habra podido
circunceirme
en
ello,
ni
por
la ndole
del asunto,
ni
por
el
designio
del
gobierno,
ni
por
mi
idiosiiicrasia
que
gusta
de
una
pasin
personal
en
las
obras
de la
inteligencia.
Y as juzgu que
el tema,
considerado
en
toda
su
latitud,
no
deba
tampoco
reducirse
una
simple
-
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10
ADVERTENCIA
PRELIMINAR
erposicin
de
mtodos x>^daggicos,
pues contenidos
ya
stos
en
7iumerosos
libidos,
ni
siquiera
hubiese
jus-
tificado con
ello
mi comisin.
He
preferido,
pues, rea-
lizar
una encuesta
en
varias
naciones; extraer
de
sus
resultados una
teo?'ia;
definir
j^or
comparacin con
aqullas nuestra
enseanza;
hacer
la
crtica
del siste-
ma
argentino
que
es
deplorable
;
proponer las medi-
das
que
podran
tornarlo ms
eficaz;
y
preconizar
como
sntesis,
la
orientacin
nacional
que
debemos
dar
al
estudio
de
las humanidades
modernas,
cuyo
centro es
la Histo?'ia.
Slo
lamento que
el
tiempo
escaso
y
la
labor
jjresurosa, me hayan
impedido
abreviar estas
pginas
en beneficio
de
la
claridad,
pero
debo
advertir
mis
lectores
que
sti
extensii
me fu
sealada
p)or
la
propia
vastedad
del
asunto.
Requera
com2jrobacin
abundante,
la
teora
antes
no
demostrada
e^itre
nos-
otros,
de
que
slo
p>or
medio de
la
conciencia histrica
llegaremos
la
formacin
de
'una
conciencia
nacional.
Tal
pensamiento
se halla contenido
en la
conviccin
de prestigiosos
educadores
y
en la
prctica
de
naciones
homogneas
que
han
cimentado
en
ella su
podero.
El
actual
momento
nos aconseja,
con
patritico
apre-
mio,
el
adoptar
un
ideal
semejante,
para
que
sea
yiuestra
escuela
el hogar
de
la
ciudadana,
donde
se
fundan
y
armo7iicen
los
elemetitos
cosmopolitas que
constituyen
la
nacin.
Este
ideal, por
su
parte, justi-
fica
de
sobra
el
ttulo de
mi
libro,
jjues un
ansia
de
restauracin
nacionalista
inspira
todo
su
esfuerzo,
y
ese
ideal
esclarece,
como el
da
una
selva,
la
j)rofu-
sin
de
sus
pginas.
Ricardo
Rojas.
lineaos
Aires,
Kiioio de
190t.
-
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Informe sobre
la
Historia,
presentado
AL
Seor
Ministro
de Justicia
Ins-
truccin
PBLICA,
Dr.
RMULO
S.
NaN.
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CAPTULO
PRIMERO
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CAPTULO
I.
Teora
de
los
estudios
histricos
Realizar
en
las
escuelas
nacionales,
despus
de
su
desastrosa
experiencia
de
cincuenta aos,
una
adaptacin
del
programa,
del
texto
y
del material
didctico
de
historia
las
necesidades
argenti-
nas,
tal es
el
problema
que
este
Informe
plantea.
Pero
la
Historia
es
en
la
actualidad,
por
la
ndole
peculiar
de
sus
estudios,
el
centro
de
las
humani-
dades
modernas,
y
cualquiera
reforma
que
la afecte
refluye
en
todo
un
grupo
de
materias
afines.
De
ah
que
antes
de
desarrollar
el resultado
de
mis
estudios
en
tierra
extraa,
lo
cual he
dedicado
los
cuatro
captulos
siguientes,
y
antes de
concre-
tar
los
trminos
del
problema
nuestro,
como
lo
hago
en
los
ltimos
captulos,
me
ha
parecido
que
el orden
ms
lgico
de
mi
exposicin
exiga,
pre-
viamente,
la
teora
de
los
estudios
histricos,
como
ciencia
y
como
asignatura.
La
Historia
ha
tenido
los
mismos
orgenes
de
la
Epopeya.
En
sus
formas
primitivas,
cudrale
la
primera
la
definicin
que
daba
de
la
segunda
el
antiguo:
Res
gestee
regumque
ducumque
et
tristia
bella.
(O
o
Horacio,
Ad
Pisones.
Explica
el
maestro
Pisn
y
sus
hijos,
pater et
jurcns
paire
digni,e\
carcter
que
han de
tener las
diversas
formas
poticas,
y
ha-
blando
del
canto
heroico,
cuyo
paradigma
da
Homero,
dice:
Res
gesUe
regumque
ducumque
et
tristia
bella
Quo
scribi
possent
numero
mostravit
Homerus
-
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l6
LA RKSTAUKACIX
XACIOXAIJSTA
Narr la
Historia
en sus
orgenes,
como
el
con-
gnere
relato
de
la
pica,
los
episodios
de
las
grandes
vidas,
y
en
torno la
figura
central
de
sus hroes,
anim la
poltica
de
las
ciudades, el
dramtico espanto
de
las
batallas.
As naciera
esa
narracin biogrfica
y
dinstica
legada
por
los
antiguos,
cuya
tirana
retrica, al
imponer
la
pauta
de
sus
formas,
impuso
tambin
su
esj^ritu
los
modernos.
Fu menester el
transcurso
de muchos
siglos,
y
su
trmino la
substancial
renovacin
filosfica
de
la Enciclopedia,
libertadora
en el
orden
poltico
como
la Reforma
lo fuera
en
el
religioso,
para
que
al cambiar
la concepcin
del hombre
y
de
la
sociedad,
cambiara
con
ello
la
concepcin
de
la
Historia.
Al jjasar
del
siglo
XVIII
al
XIX,
dejara
de
ser
el
relato
de
una
vida
providencial
y
la
descripcin
de
instituciones
administrativas
epi-
sodios
marciales,
para
tornarse
tragedia
de
innu-
merables
protagonistas,
sntesis
de
complejas
civilizaciones.
Dejando
por
ahora de
lado
el
nombre
de
quienes
teorizaron
con
vagas filosofas
la
evolu-
cin
moderna
del
gnero,
lo
que llamar
la
integracin
de
la
Historia,
yo prefiero
ilustrar
las
aserciones
susodichas,
con la
obra misma
de
los
historiadores.
Series
biogrficas
son, entre
las
clsicas.
Los
doce
Csares
de
Suetonio,
Los
varo-
nes
ilustres
de
Plutarco.
Verdad
que
este
ltimo,
en el
captulo
de
Alejandro,
se
excusa
de no
re-
ferir
sino
las
ms
celebradas
entre
la
muchedum-
bre
de
sus
hazaas,
y
explica
la
supresin
de
las
otras
diciendo
:
porque no
escribimos
historias
sino
vidas
>.
En
cambio
los
^?a/e5
de
Tcito,
las
Dcadas
de
Livio,
no
son
relatos
de individuos
sino
de
pueblos;
pero
subordnanse
uno
crono-
-
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TEORA DK
LOS
ESTUDIOS
HISTRICOS
1
logia
poltica
y
las
multitudes
les
interesan
pre-
ferentemente
como
unidades
marciales.
Tucdides
relatando
la
guerra
del
Peloponeso,
y
Csar
la
campaa
de
los
Gallas,
entregan
la
posteridad
el
testimonio de
los
nicos
hechos que
acostum-
braba
perpetuar
la
Historia,
y
dan el tipo de
sus
narraciones
militares.
Del
fenmeno
humano
in-
teresaba
los
historiadores
clsicos
la
vida
de
los
hroes,
y
sta se
manifestaba en
gestos
ms
que
en
ideas.
Del
fenmeno
colectivo
les
interesaban
las
instituciones
polticas,
los
sucesos
externos
que
podan
modificarlas,
pero
no el
contenido
espiritual
de
la
civilizacin,
al cual
sirven las
fuerzas
del
orden
social
y
del
progreso
tan
slo
como
envoltura
protectora.
La
vida
tenda
para
ellos
dramatizarse,
y
el
sujeto
de su
relato per-
sonalizbase
en
un
protagonista,
magistrado
en
la
ciudad
y
soldado
en
las
lejanas
provincias. Si
en
semejante
historia,
al lado
de
los
prncipes
figu-
ran
los
oradores,
Demstenes
en
Grecia, Cicern
en
Roma,
es
porque
la
oratoria
constitua
en
aque-
llas
sociedades
una
fuerza
poltica,
y
falta
del
verbo
impreso
del
periodismo,
el
verbo oral
condu-
ca,
en
la
tribuna
del
Agora
en
los
rostros
del
Foro,
las
pasiones
de
la
muchedumbre.
Por
otra parte,
me
atrevera
decir
que
en
la
Historia
ese
era
tambin
un
legado
de
la
pica,
y
para
compro-
barlo
bastarame
recordar
que
la
Iliada
comienza
con
una
escena
del
Agora
y
una
deliberacin
demaggica
de
los
caudillos
homricos
(O-
(')
Homero
(Iliada,
Rapsodia I)
Aquiles
convoc
los pueblos
en el Agora.
Y
cuando
estuvieron
todos
reunidos,
levantndose
ontre
ellos,
Aquiles habl as;
etc.
Y
su
discurso
si^uen el
de
Kalcas,
adivino,
y
el
de
Agamenn rey
ele
los
hom-
bres.Tia
introduccin
del
discurso,
real
imaginario,
en las
historias, arrancado
ah,
transmitido
por
los
maestros
griegos,
as
el
de
Feriles
dado
por
Tucdides.
El
debate
de la
Rapsodia
IX
es an
ms
completo como
escena
parlamentaria.
Algunos
crticos
atribuven
Homero el
haber
introducido
la
palabra
orador.
-
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22/523
l8
LA
RKSTAI'RACIN
NACIONALISTA
Despus
de
los
perodos clsicos,
la
invasin
de
los
brbaros
y
la
cada
del
Imperio
Romano
comportaron
el
desastre de
la
cultura
latida.
Vuel-
tas
las sociedades
al
rgimen
de la
violencia
gue-
rrera
y
del
aislamiento
feudal,
la
inteligencia,
que
haba
desandado
su
camino,
debi
recomenzar,
en
difcil
aprendizaje,
la
labor del
espritu.
Torna-
ran
las
artes
una
infancia
nueva.
Durante
la
germinacin
de
los siglos
medioevales,
la
escultura
tallara
jDenosamente
sus
crucifijos
deformes,
(O
en
tanto
Alonso
Cano
y
Miguel
ngel
llegaban;
la
arquitectura
elaborara el
arco
romnico
de
la
capilla
seorial,
mientras
vena
el
gtico
flore-
cer
en la
ojiva de
las
catedrales.
Y as
la lite-
ratura,
vuelta
de
golpe
la
puerilidad
anecdtica,
escrita
en
latn brbaro
en
romance
naciente,
yacera
en
los
pormenores
de
la
crnica,
hasta
que
el
Renacimiento
restaurase
los
modelos
clsicos
los ojos
de
los nuevos
historiadores.
A
travs
de
la
Edad
Media,
la
constitucin
de
la
sociedad
y
del
gobierno
cambiaron
radical-
mente. Junto
al
poder
de
los
prncipes
y
de
los
reyes
se haba levantado
el
de
los
obispos
y
los
papas,
y
los cronistas
de
la
poca refleja-
ron
ese
doble
aspecto
de la
sociedad
en
que
vivieron.
Agregese
ello la
prepotencia
sincr-
nica
del
sentimiento
religioso,
que lleg
al
])aro-
xismo
en
el
Milenario,
que
fu
atacar
los
in-
fieles
en
Jerusalem,
que
defendi
la
cristiandad
(')
El
autor
hace
esta
alusin
en
rocuenlo de dos ciucilijus
modioevales
que
vi')
en Espaa:
El uno
on
el
Musco
Aniueolgico
de
Madiid,
con
esta leyenda:
Ftrdiiiamhis
Rex,
Samia
Regina, del siglo
XI;
y
en
la
Catedral
de
Salamanca
el
otro,
con
el cual
una
vez
u
arengada
la hueste de Don Rodrigo
Daz de
Vivar.
El
primero
es
de marfil
con
dos
piedrecillas
negras incrustadas
aguisa
de
ojos.
Del
so;.'ando,
tallado
on madera,
hay
unjotograbado
que
los
estudiosos
pueden ver
en
la
lmina
374
del
libro
ingle?
Len,
Burgos
and
Salamanca,
A
histrica
and
descrip-
tivo aecouiit-,
by
Albort
F.
Calv(;rt,
tomo de
The Spanhh
Series.
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
23/523
TEORA
DE
LOS
ESTUDIOS
HISTRICOS
I9
en
las
riberas
del
Mediterrneo,
y
veremos
animarse
junto
la
silueta
de
los
antiguos
hroes
terrena-
les,
el
hroe
lo
divino,
el
hombre
animado
por
la
virtud
del
renunciamiento
y
del
milagro.
Pero
estas
vidas de
Santos
transmutaban en
la
Leyenda
dorada
la vieja
Mitologa,
y
ms
de
una
vez
sus
nombres,
ungidos
por
la
gracia,
mezclronse
en
los
poemas
populares
con
alegoras
y
reminiscencias
paganas.
Los
nuevos
protagonistas
no
modifica-
ron,
pues,
la
concepcin
de
la
historia
clsica.
La
vida
de
los
reyes
en sus
castillos
en
sus
cam-
paas; la
vida de
los
pontfices
y
obispos,
gue-
rreando
ellos
tambin
como
soldados; la
fe
misma
convertida
en
un
ejercicio blico
ante
las
mlti-
ples
personificaciones
y
acechanzas
del
mal;
todo
eso
no
hizo
sino
afirmar,
en
la
Historia
renaciente,
su
primitivo
carcter
biogrfico,
militar
y
poltico.
Los
cronistas de
la
Europa
Central
siguieron des-
cribiendo
las
formas
administrativas
de
la socie-
dad,
narrando
sus
episodios
marciales.
Villehar-
douin,
en
el
siglo
XIII, contaba
las
expediciones
Tierra
Santa,
los desacuerdos
de
los
Cruzados
el
sitio
de
Constantinopla.
Iguales temas
inte-
resaban
Joinville;
Froissart
narraba
contiendas
feudales;
Monstrelet
ms
tarde,
refera
la
vida
del
predicador
Thomas
Couette,
y
el
clebre
Com-
mines la
de
Luis
XI
la
de
su
rival
el
Temera-
rio.
Y
si
tan
circunscripto
era
su
campo,
su
sen-
tido
crtico
era
escaso
y
su
filosofa
no
pasaba
de
un
ingenuo
providencialismo.
Commines
remi-
ta
los
prncipes
la
justicia
de
Dios,
devan
nos-
tre
Seignenr
qui
en
sera
le
vraij
juge;
(^)
y
esta
misma
intervencin de
las
potencias
divinas,
con-
tinuaba
manteniendo
en la
Historia
el
recuerdo
(')
Philippe Je Commines
es ya
un
escritor
del
siglo
xv,
pues
muri
en
Xi^'i
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
24/523
LA
RESTAURACIN
NACIONALISTA
de
)a
Epopeya
madre, segn
la
ya
transcripta
de-
finicin
horaciana:
Res gestee
regumque
ducim-
que et
fristia bella
...
Al
comenzar
la
Edad
Moderna, acontecimien-
tos
capitales
modificaron
la
faz de
la tierra,
y
re-
novaron la
inteligencia
de
los
negocios
humanos.
Ese
proceso
aun
no
ha concluido,
pesar
de
la
Revolucin
Francesa
que
simul
la
total
liquida-
cin
de
un
rgimen
j
la fundacin
de
otro nuevo.
Muchos aos
despus
de
ella,
y
en plena
restau-
racin,
Augusto
Comte
en sus
divagaciones
polti-
cas,
denominara,
con apelacin
medioeval,
partido
,
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
30/523
26
LA
RESTAURACIN
NACIONALISTA
Tales
disputas,
ni
la
nueva
orientacin
de
los
estudios
histricos, no han
podido
suprimir
del
todo la
historia
imaginativa,
ni
desviar el
gusto
general
ocasionado
la
evocacin
violenta
y
pin-
toresca
de Carlyle,
por
ejemplo,
que nos
hace sen-
tir,
hasta
en
los giros
de su
sintaxis brbara,
las
clidas
pasiones
de
la
Revolucin,
(^)
siendo l
quien
ha dicho
de
la Historia:
the
true
ejc
j^oem
and
universal
divine sciHpture.
En
cambio,
esas disputas,
exageradas por es-
pritus
unilaterales
y
no
siempre comprensivos,
han
trado
una
verdadera confusin
en
las
ideas,
que
conviene
aclarar.
As
se
explica
que
los ene-
migos
de
la
Historia
como
ciencia
y
como
asigna-
tura
escolar,
hayan
esgrimido veces
contra
ella
las
opiniones
de
S^Dencer,
quien en
su
tratado
de
Educacin
la
censura,
y
que sus partidarios ha-
yan
exagerado
las
de Taine, quien en diversas
obras
le
atribuye
virtudes extraordinarias.
(-)
Desde
luego,
la
Historia
no
es
ni puede
ser
una
ciencia,
en
el
sentido
positivo
de
esta
pala-
bra.
La
ciencia
requiere
hechos,
susceptibles de
comprobacin
objetiva,
y
despus
conocimientos
susceiDtibles
de
organizarse
en sistema
y
de
fun-
darse
en
leyes.
La
historia
carece de
tales
hechos,
de
las
historias
ciue rectilican
la
verdad
ya
consagrada.. .Y
asi
compuso
su nue-
va
obra,
que
pertenece
dice
su propio untorau geiire de la vieiUe
histoire.
.
.ce
gui
esl
un
arl
phttot
qu'une
science.
(')
The
Freneh
Revohition
-(Eiimbuvsh
edition). De la
cual
hay una
buena
tra-
duccin
espaflola
por
Unamuno
que
conserva,
en cuauto es
posible, la sintaxis original.
(-)
Taine
era
de
los
que crea^ como todos
los
que
exageraron
el
positivismo
y
la escuela
histrica,
que no
se
puede
saber cmo es una cosa sin
saber
cmo ha
sido antes.
Qu es la
Francia
contempornea?
se
pregunta en
Les Origines
(t.
i.
p.
V.)
tPour
repondr
cette
qucstion,
faut
savoir comment
cetle France
cest
faite,
ou,
a
qid
vaul
mieux
encor,
assister
en
spectateur
sa
formation.^'Lnego
afirma-
ba
cada
instante
la
objetividad
del hecho
histrico:
tOn
permettra
un
historien
d'agir
en
naturaliste>,
dice
on
el prefacio do
L'ancien rginie.
Iguales
afirmaciones
hay
en
la
Histoire
rfs la
littrature
Anglaisc,
v.
gr:
Ce so7it
les
regles
de la vgta-
tion
humaine
que
' Histoire
prsent,
do cliercher, etc.
etc.
{y.
pg.
xliv. t. i.)
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
31/523
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
32/523
28 LA
RESTAURACIN
NACIONAIJSTA
lectual.
)
Education.
Intelectual,
moral
and
Phisical.
Eilioin
\Villiain
and
Noogale
19C0}.
Vase
pj-'inas
29.
30,
31, y
32.
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
33/523
teora de
i,os estl'dios
histricos
29
cientfico
la
historia;
y
tal
opinin,
adems
de
ser
exacta,
es
hoy
la
ms
difundida.
Pero
eso
no
nos
autoriza
condenarla
ni
como especulacin
intelectual
ni
como
asignatura pedaggica.
Tal
cosa
nos
llevara
reducir
los
programas
las
cien-
cias
de
aplicacin
utilitaria,
y
excluir de nues-
tros
estudios,
con
la
misma razn
villana,
la
Filo-
sofa, la
Literatura,
el
Arte,
cuyos hechos
no
or-
ganizables tambin
unorganisable
faets,
fueron,
sin
embargo, el
esfuerzo
doloroso
del
hombre
por
realizar,
en
el
mundo,
el
reino
de
la Belleza
y
la
Justicia.
Dado
que
los
conocimientos
histricos
no
for-
man
sistema,
deduce
de
ello
Spencer
su
argumen-
to
ms
fuerte:
Vuestra
historia
puede ser
amena
pero
no
es
instructiva;
adems, no
puede
fundar-
se
en
ella
ningn principio
invariable
de conducta.
Advierto
nucA^amente
que
esos
cargos
se
re-
fieren
la historia
militar
y
dinstica,
que
enton-
ces
privaba
en
las escuelas inglesas.
Ahora
bien:
la
historia
no
es
instructiva
la manera de
las
ciencias
naturales
de
las
ma-
temticas; pero es
esencialmente educativa',
edu-
cativa
del carcter
y
de
la
inteligencia. Decir
que
no
puede extraerse de ella
principios
permanentes
de
conducta,
es
slo
decir
que
la
historia
no
es
la
moral. Es
en cambio
la
que da
su
material
y
su
experiencia
la
moral,
correspondindole
esta
ltima,
en su
doble aspecto
filosfico
y
reli-
gioso, formular
esos
principios permanentes
de
conducta
que
Spencer
consideraba
como
la
mejor
leccin
de
los hechos.
De ah
que
estas
disciplinas
se completan,
y
que
la historia, sobre
todo
en
su
concepto
actual,
no
slo
es
la
base
de
las
hu-
manidades,
segn lo veremos ms
adelante,
sino
que
tiene
su
complemento
y
su
razn
de ser
en
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
34/523
LA
RESTAURACIN
NACIONALISTA
todas
las
otras.
El
cimiento
sera
slo
una
zanja
peligrosa,
si no
sirviese para
afirmar
en l
un
edificio.
La
historia
es
educativa
de
la inteligencia,
porque
es
un
ejercicio
de
la
memoria,
de
la in-
maginacin
y
del
juicio.
Desarrolla la
memoria,
porque
si bien los
nombres
y
las fechas
no
son el fin
de
esta
disci-
plina, en cambio
nomenclaturas
y
efemrides son
sus hechos
ms
concretos,
y
el
medio
por
el
cual
se
realiza,
siendo
la
historia,
por definicin,
una
forma
evolucionada
del
recuerdo. Estimula,
su
vez,
la imaginacin:
morque
nombres
y
fechas
nada
valdran,
si
el
historiador
y
su
discpulo
no
reanimaran
plsticamente
la
visin del
j^asado,
concibiendo
las
pintorescas
diferencias
que
indi-
vidualizan los
pueblos
y
las
pocas.
Ejercita,
por
fin,
el juicio,
porque toda
ella
no
es
sino azarosa
pesquisa
de
la
verdad
y
buscado
encadenamiento
de
causas
y
efectos,
que,
por
su
propia incerti-
dumbre,
hacen
ms
cauta
la
razn en
el plano
resbaladizo de
probabilidades
y
conjeturas. Desde
luego,
ese
vano
ejercicio
de
la filosofa
y
de
la
historia
ensea
razonar
sobre los
hechos
y
la
vida
mejor
aun que
las
propias
matemticas,
sien-
do
stas
manejo de
cantidades
definidas,
y
tenien-
do
aqullos
una
forma
siempre
nueva
y
cambian-
te,
pues
son
como las
sombras de
la
realidad.
La
historia
es,
adems,
educativa del carcter
porque fu desde
la
antigedad
la
glorificadora
del
herosmo. Cualquiera
que
sea la
sequedad
que
la
hayan llevado,
en sus ltimas transformaciones,
estudios
de
minuciosa
especializacin, la
historia
sinttica
y
alta
no
se
ha
apartado, ni podra
apar-
tarse,
de
ese
discernimiento
moral.
Los
grandes
historiadores
del
ltimo
siglo
no
declinaron
ese
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
35/523
TEORA DE
LOS
ESTUDIOS HISTRICOS
3I
ministerio
lo
menos,
y
cada
uno,
ante
las
som-
bras reanimadas,
pronunci
su
sentencia,
ora
apacible
como
un
magistrado
moderno,
ora
rugiente
como
un
justiciero
de
la
Biblia.
Carlyle
escribe
so-
bre
los
hombres
de
la
Revolucin
Francesa
con la
pasin de
un
contemporneo,
y
vibran
en
los
jui-
cios de su
historia los clidos
acentos
de
la
pol-
mica;
Renn,
que
no
olvidaba
sus
orgenes,
acom-
paa
casi siempre
sus
vidas
de
profetas
evan-
gelistas,
como la del j^ropio
Jess,
con
divagacio-
nes
que
tienen
la
insinuante
dulzura
de las
ho-
milas;
Macaulay
censura
elogia con
probidad
puritana,
y
su
grave
ademn ondula al
ritmo
grave
de
su
perodo
latino; Taine, con
ser
quien
era,
el ms
intelectualista
y
sistemtico
y
fro
de
todos,
no
abdic
su
derecho
la sentencia;
y
as
entre
nosotros
Lpez
que
est ms
cerca
de Car-
lyle,
y
Mitre que
est ms cerca
de
Macaulay.
La
enunciacin
podra
continuarse;
pero
no
quiere
ser completa, sino
ejemplificar
una
afirma-
cin.
Muchos
historiadores
y
tratadistas
moder-
nos,
han repetido
la frase clsica
que
consideraba
la
historia como
magistra vitce.
En nuestros
propios tiempos
Michelet hablaba
con
su
solemni-
dad
habitual,
del
Sacerdocio
y
el Pontificado
de
la
Historia....
No,
no
es
magisira
vike, puesto que
nada
cierto
nos
ensea para
la
vida
real.
La
ex-
periencia de
otras
generaciones
sirve
de
poco,
da-
das
las
circunstancias
diversas en
que
viven
las
generaciones
ulteriores.
Yo he dicho en este mis-
mo pargrafo que
su
discernimiento slo
nos
sirve
en
cuanto
adiestra
nuestro
juicio para las
propias
resoluciones.
Pero todo
cuanto
vengo apuntando
demuestra
que
la
historia,
sin
ser
la
moral,
sin
confundirse
con
ella,
est
llena, por
tradicin
y
por
esencia,
de
sugestiones
morales.
No
puede
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
36/523
LA
RESTAURACIN
NACIONALISTA
substraerse
ellas
ni
el
crtico
que
despus
de
una
documentacin
erudita,
reconstruye
una poca
muerta,
con sus
hombres
y
sus
instituciones,
por-
que
es
el
fenmeno
humano
lo
que
presta inters
las
cosas
inertes
que
lo rodean,
y
necesita,
ante
los
hechos
que
narra,
imaginar
una
conciencia
que
obra,
y
definir
los
mviles
que
la
determina-
ron
la
accin.
Y
esta
sugestin
tica
es
aun
mayor
cuando
se
trata
de
costumbres
. religiones.
La
Historia,
en la
enseanza
sobre
todo,
tiene
una
gran
influencia
como
disciplina
moral:
tiene
la
influencia del
ejemplo.
Controversias de
una
parcialidad
exagerada,
han
enturbiado
tambin,
veces,
la
claridad
de
esta cuestin.
Nombrado
M.
Ernest
Lavisse del
Instituto
y
la
Sorbona,
para
estudiar
estos
problemas
en
una
Comisin
de
reformas
de la
enseanza
francesa,
su
dicta-
men
sintetizarase en estas
palabras:
El
Profesor
de
Historia
tiene,
pues,
el
derecho
de
ser
un
mo-
i-alista:
tiene
hasta
el
deber
de
serlo.
Evitar
el
dogmatizar,
el declamar, el
predicar,
pero
se
de-
tendr
ante
las
gentes honestas
cuando
las
en-
cuentre
su
paso. Se
extender
sobre
la caridad
de
un
San Vicente de
Paul
y
economizar
en
los
detalles
de
las
campaas de
Luis
XIV
el
tiempo
que
necesite
para
hacer amar
las
personas de
Cor-
neille,
de
Moliere,
de
Turenne,
de
Vauban.
Deber
elogiar las acciones
virtuosas
y
los
hombres
de
l)ien
>
(^).
Tales afirmaciones,
que por
otra
parte
no
ofrecen
ni
siquiera
el peligro
del sectarismo,
han
provocado,
sin embargo, la
rplica
de
M.
Fouille.
Alfred
Fouille
es
en
la
actualidad
uno
de
los
espritus
ms noblemente
orientados
de
Europa
en
materias
de
filosofa
y
educacin;
o
Lavisse.
A
prnpos
re nos coles.
(pg.
79.
Eil.
C'ollin.)
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
37/523
TEORA
DE
LOvS
ESTUDIOS
HISTRICOS
pero
el
calor
con
que
defiende
sus
opiniones,
le
ha
llevado
esta
vez
la
deformacin
de
una
verdad
que
es
sencilla.
El
ha
proclamado el
fra-
caso
pedaggico
de
las
ciencias
y
de
la
filologa,
y
recibe
por
consiguiente
el fuego
de
los clsicos
y
de
los
modernos.
El ha
protestado
del
enciclope-
dismo
de
la
instruccin
sin
educacin
y
de
la
es-
pecializacin
prematura.
El deseara
una reforma
de
la
enseanza
por
la
filosofa
j
al demostrar que
no
pueden
tener
la
direccin
de
la
cultura general
ni
los
gramticos,
ni los
estetas,
ni los
sabios,
para
concluir
de
ah
que
deben
tenerla
los
filsofos,
ha
atacado
tambin
los
historiadores.
Quien ha
dicho
que
el
mtodo
histrico
erigido
;en
mtodo
universal,
ha
sido
el
gran error
del
siglo XIX,
como
el
mtodo
constructivo
a
priori
haba
sido
el
del
siglo
XVIII,
y
que
preconiza
para
el
XX
un
mtodo
analtico
y
sinttico
directo,
no cree
que
la
Historia,
por s
sola,
pueda
ser
una
disci-
plina
dirigente
de
la
cultura.
Las
reservas
de M.
Fouille
sobre
la
Historia, son
reservas
de
filsofo.
Cree
que
la
historia
no
puede
ser
pretensin
que
atribuye
M.
Lavisse
la
ctedra nica
de
moral,
puesto
que
cuenta
la
explotacin
del hom-
bre
por
el
hombre,
de
una
clase
por
otra, d
un
pueblo
por otro,
y
la
llama
epopeya
de
la
vio-
lencia
triunfante.
(O
Olvdase
que
precisamente
de
esa
iniquidad
de
su
pasado,
sacan
los hombres
su
formidable
anhelo
de
justicia.
Adems,
todo
se
remediara
con
que
la
de
historia
no
fuese la
ctedra
nica
de
moral,
esto
se
realizara
en
la di-
fcil
conexin
docente
que
es
piedra
de
toque
para
los
programas
escolares.
M.
Fouille
mismo
ha
visto
ms
claramente
(1)
Fouille.
La
Rfonm
di
VEasdgimmnt
par la Phosoife.
(.Ed.
C'ollin
pag.
l.)
3
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
38/523
34
I-^
RESTAURACIN
NACIONALISTA
el
problema
en
un
reciente
libro
que
deberan
leer, por lo que
l
sugiere, todos
los dirigentes
de
nuestra
enseanza.
(^)
Su apasionado
esfuerzo
por
la
perpetuidad
del
espritu
y
la cultura
fran-
cesa,
lo
que
l
llama la
Gallia perennis,
le
ha
develado
la
conexin
que hay
entre
las letras,
la
historia
y
la
moral.
Sus
reservas
sobre
la
tica
de
la
historia
continan,
y
propsito
de la
frase
de M.
Lavisse:
El
profesor de
Historia
se
de-
tendr
ante las
gentes
honradas, quand il
en
rencon-
trera,y>
M.
Fouille
ironiza: Cee
restriction
est
inquietante
y>
Verdaderamente,
agrega,
lo que
hay
de
ms
bello
y
de
ms
moral en
la
historia
es
la
leyenda:
Caminante:
Ve
decir
Esparta...
Sin
duda
alguna,
las gentes
de
bien
no
abun-
dan
en la
historia,
pero no abundan
tampoco en
la
realidad. La
Moral,
al fin, plsmase
sobre
la
vida,
y
sta sobre
aqulla:
tanto
dara plasmarla
tambin
sobre
la Historia, ms
si
sta
se
la
escribiese
con
un
poco
de
su
noble
leyenda
y de
su
vieja
justicia.
M.
Lavisse
sostiene
que
no
hay panegiristas
i3ara
los
malvados,
y
M.
Fouille
responde
que
no
est
seguro
de
ello,
cuando se
trata de malvados
vic-
toriosos.... Tambin
en
la
Historia,
como
en
la
vida,
el
crimen afortunado
y
audaz, al
pasar
por el
triunfo,
se
glorifica de
herosmo.
Y
cabe
respon-
derle
M. Fouille
que
los
celebradores
de Na-
polen
Facundo,
y
aqullos
que los
vitupera-
ron,
disienten
en
la
concepcin
del
persona-
je,
imaginariamente
reconstruido,
pero
coinciden
siempre en
su
obediencia
ciertos
principios
in-
variables
de
justicia,
segn
los
cuales
todos
los
Napoleones
y
Facundos,
deben
ser
celebrados
si
fueron
buenos,
generosos,
heroicos,
valientes,
y
I
(1)
L'Enseignement
au
point de vue national,
edicin
de
Hachette.
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
39/523
TEORA
DE LOS
ESTUDIOS
HISTRICOS
35
patriotas;
deben
ser
vituperados
si
fueron
ma-
los, grotescos,
egostas,
cobardes
criminales.
El
historiador
argentino
que
defienda
Rosas,
sobre
cuya
memoria
pesa
medio
siglo
de no
revista
abominacin,
le
defender
en cuanto
le evoque
como un ciudadano
que
sirvi
la
Repblica,
pesar
de
los
crmenes
de su
tiempo;
pero
nunca
con
la
paradoja
amoral
de
que
la
Mazhorca
fu
una
institucin
de
cultura....
Por otra
parte,
en
la educacin, ese aspecto
moral
de
la
historia,
siendo
inherente
las
bio-
grafas, interesa
ms
bien en la enseanza
pri-
maria, donde
el
sentido crtico
no
existe,
donde
se
habla
ms
bien
la
imaginacin,
donde
los
hroes
tienen
un
valor
simblico,
sin
que haya
mucha
diferencia
para
la mente
de
un
nio
entre
los
hroes
reales
y
los imaginarios.
La historia,
y
precisamente
la otra ms
compleja,
la
que
Spen-
cer llamaba
Sociologa
descriptiva,
esa
tiene una
sugestin
moral ms profunda: afecta,
en
la
edu-
cacin
del
ciudadano,
la
formacin
de
la
con-
ciencia
nacional;
y
siendo ste el ncleo de mi
informe,
le
conceder
pargrafo aparte.
Constantemente
se
ha
considerado
que
la
His-
toria
sirve
para
sugerir
el
patriotismo.
Tanto se
ha
exagerado
sobre
ello
que, se
ha
llegado
desmonetizar
el
ideal
patritico
falsifi-
cando
con frecuencia
la verdad
histrica.
Los vie-
jos
libros
de
pedagoga
y
los
estudios
ms
re-
cientes
realizados
durante
el vivo debate
actual
de estas cuestiones,
abundan
en
la ratificacin
de
ese
pensamiento.
En
1897
se
pregunt
los
candidatos al
ba-
chillerato
moderno en
Francia: Qu
fin debe
te-
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
40/523
LA
RESTAURACIN
NACIONALISTA
ner la
enseanza
de
la
historia?
Y
el ochenta
por
ciento
contestaron: Promover
el
Patriotismo
>
.
{^)
En los
Estados
Unidos,
los autores del
co-
nocido
Informe
de
los
Siete, dan
estas
conclusio-
nes de
su encuesta en
algunos
Estados:
Nevada:
Encender
el fuego
del
patriotismo
y
alimentarlo
constantemente
.
Colorado:
Desarrollar
el
j^atrio-
tismo.
Carolina
del
Norte: Hacer
de
nuestros
nios
verdaderos
patriotas.
En Alemania
esa
tendencia se exagera
ms
an. Si
la invasin napolenica
despert
en
1808
el sentimiento de
la
nacionalidad
y
sacudi
su
sociedad
corrompida,
el impulso
idealista
de
sus
filsofos
tuvo
races
histricas.
Se
record
la
remota Gemanla,
(-)
y
se dijo
que
el
pueblo
alemn
tena en el mundo
el
destino de salvar
la civilizacin europea,
equilibrando
y
comple-
tando la obra de
los pueblos meridionales.
El
pueblo
que
no haba cedido
la
ocupacin
romana
y
que
haba
invadido
el
imperio
decrpito,
deba
resistir ahora el
cesarismo
y
el
sensualismo latinos,
renacientes
en
Francia
y
en Napolen.
La
leccin
histrica
de
Jena
y
Tilsitt,
enseada imperialmente
en sus escuelas,
les
condujo
Sedn.
El
recuerdo
histrico
de
Sedn
contina
alimentando
el
pres-
tigio de
la
casa prusiana
y
de
la Prusia vencedora.
El
Hohenzollern
emperador
ha
dicho
en
1889
dirigindose
al
Rector de
la
Universidad
de
Gotin-
ga:
Yo
creo
que
es
precisamente por
el
estudio
de
la
Historia
como debe
ser iniciado el
pueblo
en
los
elementos
que han elaborado su
fuerza.
Cuanto
o
Lo
rofiereii
los
seeros
Laiislois
y
Seignobos, quienes dicen
que
los candi-
datos
respondieron as, fuese
porque
lo pensaban, fuese
porque
creyeron
complacer.
(IntroductioH
aux
Eludes
historiques.
pg.
2SS-2S9).
(-)
FicHTE
en sus Discursos la
Nacin
Alemana,'
Ae
los
cuales
tratar en
el
captulo
IV.
i^
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
41/523
teora de
los
estudios
histricos
ms,
asiduamente se ensee
al
pueblo
la
His-
toria
ms
tomar
conciencia
de
su
situacin
y
ser
educado
en
la
unidad
de grandes
ideales
y
para
grandes acciones.
Espero que en
los
aos
siguientes
el
estudio
de
la Historia cobrar
an
ms imi)ortancia
que
hasta
el presente.
(^).
. .
Y
des-
de luego ha
llegado
cobrarlo, alcanzando el
pa-
triotismo
en
Alemania
asumir formas idlatras
y
antropomrficas. Hoy
es
en
aquel
pas,
gracias
la
educacin
histrica,
una
poderosa
religin
primitiva.
Las
opiniones
son unnimes
al
resi^ecto;
y
la
prctica
del
sistema
ha dado
excelentes
resulta-
dos
en
algunas naciones.
Pero
fin
de
no extraviar
el
camino,
necesitamos
definir
en
qu
debe
con-
sistir
ese
patriotismo
y
cmo
debe
servirlo la
Histo-
ria
sin
traicionar
la
verdad,
ni
caer en
la
innoble
patriotera. Cifro
en
esta
parte
de
mi Informe
la
creencia
de
una
concepcin fundamental,
y
me
permito reclamar
sobre
ella
la
meditacin
de
los
educadores.
El
patriotismo, definido
de
una
manera
pri-
maria,
es
el
sentimiento
que
nos
mueve
amar
y
servir
la
Patria.
La
patria
es
originariamente un
territorio,
j^ero
l
se
suman
nuevos
valores
econmicos
y
mo-
rales,
en
tanto
los pueblos
se
alejan de la
bar-
barie
y
crecen
en
civilizacin.
Por
consiguiente,
medida
que
el
hombre
se
civilice,
ha
de
ser
un
sentimiento
ciue
se razone.
Su
elemento
objetivo,
la
tierra, vara tambin.
Puede
ser
la pampa ilimitada, poseda en co-
mn
por
la tribu,
tierra
de
siembra
tierra
de peco-
reos,
que
los
ojos
del indio triste, tiene por
l-
mites
la
aurora
y
la
tarde.
(})
V.
Alfred Pizard: L'Histoire
dans V
cnseignement
primaire
.
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
42/523
38
LA RESTAURACIN
NACIONALISTA
Puede
ser
el
recinto
amurallado
de
la
ciudad
antigua,
la trra
patria
donde
duermen
los
restos
de
los
antepasados,
donde
arde
la
llama
de las
aras
domsticas,
donde el
ciudadano
se sabe li-
bre,
la
sombra
de
las
divinidades
tutelares.
Puede
ser,
y
acaso lo
ser
algn
da,
toda
la
tierra,
toda
la
humanidad,
como
la
quieren
los
destructores
de
las
patrias
actuales,
los
imagina-
dores
de ciudades
futuras.
En
sus
formas actuales,
la patria
se circuns-
cribe
los lmites
de la Nacin,
con
cuya concepcin
poltica
se
confunde.
El desear
una patria
ms
amj^lia
y
una humanidad
ms
fraternal,
no me
impide
decir
que
la idea
moderna
de
nacin
es
generosa;
que las naciones
ya
constituidas van
hacindose
cada
da
ms
homogneas
y
fuertes;
que aun
jor
mucho tiempo,
la
historia
de los
continentes
nuevos
ser la
formacin
de
nuevas
nacionalidades;
y
que la
unidad
del
espritu hu-
mano
y
la
obra
solidaria
de
la civilizacin acon-
sejan,
precisamente,
no
destruirlas,
sino
crearlas
y
fortalecerlas.
Una literatura
plebeya
y
una
fi-
losofa egosta, que disimulaba bajo manto de
filan-
troj^a
su
regresin
hacia
los
instintos ms
obs-
curos,
ha
causado
algn dao,
en
estos
ltimos
tiempos,
la idea
de
patriotismo. El
innoble
veneno,
profusamente
difundido
en
los
libros
baratos
por
vidos
editores,
ha
contaminado
las
turbas
ignaras
y
la
adolescencia
impresiona-
ble. Y
ha
sido
una
de
las aberraciones
democrticas
de
nuestro
tiempo
y
de
nuestro pas, que
la
obra
de
alta
y
peligrosa
filosofa
circulase
en vol-
menes
econmicos,
ms
asequible
que
el libro na-
cional
que
los
manuales
de
escuela.
Por
eso se
hace necesario
proclamar
de
nuevo
la afir-
macin
de los
viejos ideales
romnticos,
y
decir
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
43/523
teora
de
los
estudios
histricos
39
que,
en las
condiciones
actuales
de
la
vida,
esa
frmula
contraria
la
patria,
implica
substituir
el grupo humano
concreto
por
una
humanidad
en
abstracto
que
no
se
sabra
cmo
servir.
En
su
doble
carcter
de
esperanza
y
de irrealidad,
esa patria futura
se
parece
tanto la
patria
ce-
lestial
de
los msticos,
que permite
como ella
elu-
dir la
accin
realmente
filantrpica
y
efectiva,
cargando
todas
las
ventajas
en
favor
del
egosta,
que
ni siquiera tiene, como
los
secuaces
de
la
otra, la
corona
angustiosa del ascetismo.
Y
si
la
patria de ahora es
la
nacin,
veamos
qu
valores ella suma
la
tierra, su
elemento
ori-
ginario, habiendo
dicho
que en
tanto
el
hombre
se
civilice,
su patriotismo ha
de
ser
un
sentimiento
que
se
razone.
El mvil
primordial
de
la defensa,
se
enriquecer,
pues,
con
la agregacin
de nuevos
valores,
segn
la
medida
de
su
propia civiliza-
cin.
En
efecto,
el
patriotismo
es,
en
sus
formas
ele-
mentales, instinto puro. Manifistase, casi exclu-
sivamente,
cuando
lucha
con
invasores
extranjeros.
Los indios
de
la
pampa, guerreando por
su
te-
rritorio,
mostraron
un
patriotismo
elemental,
pues
slo
defendan
el
suelo que
les sustentaba
y
las
hembras
en
que
perpetuaban
su
raza:
en suma,
los instintos
radicales de
la
conservacin personal
y
de
la
conservacin
especfica.
No
s
que
esa
resistencia
se
mezclaran supersticiones
religiosas
sobre
el
invasor.
En
todo caso, ese
no
era
su
ncleo,
por
eso
llamo
ese estado
el
del
patrio-
tismo
instintivo.
Cuando
los pueblos
se
instalaron en
la
ciudad
antigua,
el patriotismo avanz un grado en
su
evolucin.
La
trra
patria
era,
en
definitiva,
la
tierra
de
los
padres, el suelo
santificado
por sus
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
44/523
4o
I-A
RESTAURACIN
NACIONALISTA
tumbas.
(^)
Esto
comportaba
una
estrecha
solida-
ridad
con
las
generaciones
anteriores,
y
era
la
continuidad
del
esfuerzo.
El
patriotismo
se ejer-
citaba
diariamente,
en
la prctica
de las
institucio-
nes
del
culto.
Manifestbase,
pues,
sin
necesidad
de
la
guerra,
y
cuando sta,
se
defenda
la
ciudad
y
sus
campos,
no
slo por
instinto
de
conserva-
cin,
sino
tambin
por solidaridad con
sus
dioses
y
temor
la
esclavitud,
consecuencia
forzosa
de
la
derrota.
Agregbanse
la
tierra
y
al
instinto,
valo-
res ticos
y
econmicos,
y
este
perodo
llamle
del
patriotismo
religioso.
En
la
actualidad,
la
patria es
un territorio
ex-
tenso,
la
fraternidad
de
varias
,
si
bien
cuenta
las
crnicas
y
anales,
no
incluye
obras
como
las
de
Tito
Livio
Mariana.
Estas
ltimas,
desde
luego,
no
pueden
ser
consi-
deradas como
autoridades
originales,
no
siendo
sus
autores
contemporneos
de los
hechos
que
rela-
tan;
pero,
considerndolas
tiles
para
fines
didc-
ticos,
sern
incluidas
en
la
siguiente
clasificacin.
I.
Tradicin
oral.
Narraciones,
leyendas,
ancdotas,
fbulas, pro-
verbios,
mitos,
cuentos,
coplas,
canciones,
roman-
ces,
aires
musicales,
etc.
II.
Tradiciih
escrita.
Inscripciones
recordatorias,
medallas,
lpidas
funerarias,
genealogas,
calendarios,
anales,
crni-
{') Vase Rafael
Altamia:
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
50/523
46
LA
RESTAURACIN
NACIONALISTA
cas,
aatobriografas,
memorias,
correspondencias,
proclamas,
documentos
de
valor
oficial,
etc.
III.
Tradicin
figurada.
Huacas,
momias,
esqueletos,
joyas,
monedas,
utensilios,
telas
y
otros
restos
de las
tumbas
y
de
las
ruinas,
monumentos,
lenguaje,
bailes, costum-
bres,
estatuas,
fetiches
y
dems
objetos
del
culto.
IV.
Apndice.
La
tradicin
oral
tiene
su comi3lemento en
las obras
que
tratan
del
folk-lore;
(^)
la tradicin
escrita,
en
libros
de historiadores
clsicos
y
en
la
literatura de
imaginacin
con
argumento
histrico^
la tradicin
figurada,
en los cuadros
y
esculturas
histricas,
decoracin
y
riqueza de
los
museos-
ms
clebres.
H ah
los
documentos
en
los
cuales
funda
el
his-
toriador
su
verdad,
y
el
profesor de
Historia
su
ense-
anza;
pero
lo
que
es,
i3ara
el
primero,
fuente
de
la
verdad
misma, es
para el segundo
medio
eficaz
de
sugestin
intuitiva.
Sin
las
representaciones
que
el
material
didctico
ofrece
la imaginacin
del
alumno,
la
enseanza
histrica
sera
tan slo
una
mencin
mnemnica
de
hroes
sin fisonoma
que
distinguiese
los
unos
de
los otros,
de
jDaisajes
(1)
Empleo
aqu
la
palabra
folk-lore
en
ingls
por haberse
generalizado su uso-
en
castellano,
con
el
significado de saber
popular, que
algunos errneamente
le
atribuyen.
El
Twentieth
Century
Dictionary
(1907)
define
as este
vocablo:
Parte
del estadio
de
las
antigedades
arqueologa
que
comprende todo
lo
rela-
tivo
los
usos
y
costumbres, nociones,
creencias,
tradiciones,
supersticiones
y
prejuicios
del
comnwn ^eope;
ciencia que
trata de cuanto
en
los
tiempos actuales-
sobrevive
de las antiguas creeucias
y
costumbres,
(pg.
858).
Por consiguiente
la
idea que
en
ingls
expresa
esta palabra es estudio
del
pueblo
(de
folk,
pueblo
y
lore,
estudio)
sea
una
ciencia
auxiliar,
indispensable
los
historiadores
modernos
Afirma
el
antedicho
diccionario
que
esta
voz
fu
empleada
primeramente
por
Augusto
Merton
en
1848.
Hoy la
usan
casi
todas
las
lenguas
europeas.
En
castellano
yo
preferir usar
foclor,
adaptando
su
ortografa
la
prosodia
originaria, como se
ha
hecho con mitin
y
otros
anglicanismos.
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
51/523
teora
de
los
estudios
histricos
47
sin
colorido,
de
hechos sin matiz
que los
indi-
vidualizara en
el espacio
el
tiempo.
Y
ya
M.
Duruy,
quien
por
venturoso
azar
una
su con-
dicin
de
maestro
las
de
historiador
y
ministro,
haba
dicho
en
1867:
Si
esta
enseanza
no
de-
biera ser
nada ms
que
una rida nomenclatura
de
fechas, sucesos
y
batallas,
no la
hubiese
dado
jams.
(1).
En pocas
anteriores
la ms reciente
re-
novacin
de
la
pedagoga
histrica, los
que
enseaban
las
edades
sagradas, comprendieron
que
facilitara
la
fijacin
de
las
imgenes
el
ilus-
trar sus
historias
con
estampas en que
se
vea
David disparando
su honda
contra
el gigante
enemigo;
Moiss
promulgando
el
declogo en
una
cima
de
tormenta;
Josu, desde su
corcel
de
batalla,
deteniendo
al sol en
su
carrera;
ios
primeros
hombres
abandonando
para
siem-
pre
el
Edn
bajo
la espada
flamgera
del
Arcn-
gel.
Pero
ellos interesbales
ms la
leyenda
que
la
verdad,
y
las
vietas
eran
trazadas
para
en-
cender las
imaginaciones
infantiles. Ms tarde,
cuando
la
historia
laica
entr en
las escuelas,
el
uso
de los mapas
seal
el comienzo de esa
didc-
tica
realista. Al
progresar
despus, en
todas
las
asignaturas,
la
enseanza
intuitiva,
y
transfor-
marse
el
concepto
tradicional
de
la
Historia,
que ha
dejado
de
ser
la
crnica
poltica
para
abarcar
inte-
gralmente
el
fenmeno
de
la
civilizacin,
el
maestro
ha
pedido
todas
las
fuentes
nuevos objetos
que
enriquezcan
su
material
pedaggico.
Y
no
es
que
o
Alfrt'd Pizard. Op. cit.
pg.
207.
Es
el
mismo concepto que M.
Lavisse,
medio
siglo
ms
tarde,
fortalecido
por
una larga
experiencia personal
y
nacional,
repetira
en
su
Rapport
sobre
la
enseanza
de
la
historia;
II
est
de
prmire
ne-
cessit
de rendre visible la succession
des
planshistoriques. L'histoire,
quand
elle
n'a pas ce
souci,
manque son
objet:
elle
est
une
banalii encombrante'
.
{A
propos de
nos
coles
pg.
87).
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
52/523
48
LA
RESTAURACIN
NACIONALISTA
con semejante
latitud
lo
preconicen
tan
slo
teori-
zadores
avanzados,
sino
que as
lo
aconsejan ins-
trucciones
oficiales
y
prcticas
consagradas
en las
aulas
europeas,
segn
lo
veremos en
los
siguientes
captulos.
Tal
es
el
uso
que
hoy se
hace
de
excursio-
nes
y
lecturas
histricas de
documentos
originales
y
lbumes
ilustrativos, de
restos arqueolgicos
y
museos
de
arte,
en
Inglaterra,
Alemania,
Italia
Francia,
procurando,
all
como
en
toda
Europa,
que
la
enseanza
de la
historia no
se reduzca
para
la
mente
del discpulo
la escueta
nomen-
clatura
de
los
manuales, sino
que todo ese
con-
curso
de
sugestiones
objetivas,
sea
colorido
de
los
hechos,
fisonoma
de
los
hroes,
carne
de
las
eda-
des,
con
ventaja
igual
parala imaginacin,
la
me-
moria
y
el
juicio.
El
progreso
ms
efectivo
que
haya
hecho la
enseanza
de
las
ciencias
naturales,
fu
la forma-
cin
de
sus
gabinetes,
donde
los
maestros
pu-
dieron
concretar
en
figuras
tangibles
su
olvidadi-
za
nomenclatura,
y
demostrar, en
ingeniosos
apa-
ratos,
las
leyes de
la
fsica
y
de la
qumica,
an-
tes
quimricas
improbables
para
la mente
de
sus
discpulos.
Desde
aquel
da,
la
clase antes
soolienta
del profesor de botnica,
se
decor
de
pintorescas
vegetaciones;
y
en la
de
zoologa,
sus
animales
embalsamados
recordaron
la
me-
moria
aun
infantil
de
los estudiantes,
la jubilosa
fauna
de
las
jugueteras. Las
ciencias dejaron
de
ser
una
clase
tediosa,
y
al
transformarse, vino
la
amenidad
en
aadidura del efectivo
provecho.
Asi
tambin,
las
asignaturas
que
estudian
al
hombre
moral
y
las
sociedades,
esperan su
trans-
formacin.
Los
profesores
de historia
han compro-
bado
la
frecuencia con que los
nios
y
los
jve-
nes
se
distraen
en
sus
clases.
Fechas
que nada
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
53/523
TKORA
DE
LOS
ESTUDIOS
HISTRICOS
49
significan;
hroes
que
no
son
fabulosos
como
para
interesar su
fantasa,
pero
quienes no
ven corpo-
ralmente
como
para
interesarse
por
ellos;
nombres
de
naciones, de
pueblos,
de
batallas,
que no
tienen
sus
ojos
sino
una
diferencia
tipogrfica
en la
escritura
fontica
en
la
oracin,
terminan
por
fatigarles,
y
pasan
por
sus
mentes,
como la
luz
de
la calle
por
los
cristales
del
aula, sin
dejar
huella
alguna
(i).
Es realmente
una
aberracin,
que
la
Historia,
convertida en
asignatura
escolar,
disguste
al propio
nio
que
al
volver
su
casa
y
caer
la
noche adu-
lar
la abuela
para que
relate,
por
centsima
vez, la historia de
Barba
Azul
y
de
Reyes
y
gestas
fabulosas,
los
recuerdos
verdicos
de
su
juventud;
y
disguste
al
adolescente que
en
la
propia
clase
de
historia
lee
furtivo
sus
novelas
mientras
espera
la noche
para
ver otras
historias
plsticamente
rejDresentadas
en
la
escena.
Ha
sido
un
error,
y
causa
de
muchos
fracasos de
la
pedagoga,
esa
muralla
de
intelectualismo
presuntuoso
que
levant
entre
la
enseanza
y
la
vida.
Tratndose
de los
estudios
histricos,
ese
disgusto
de
los
estu-
diantes
ha
de
atribuirse
slo
las
deficiencias
del
mtodo.
Ninguna
asignatura
ms
propicia
que
aqu-
lla,
para
ser,
casi
sin
solucin
de
continuidad,
l-
gica
transicin
entre
la
familia
de
donde
viene
el
alumno
y
la
sociedad
para
la
cual
preprale
la
escuela.
Sera
por
otra
parte
absurdo,
que
el
hombre,
aun
siendo
joven,
no
se
interesara
por
el
hombre,
cuando se
le
sabe
hacer
sentir
en
la
enseanza de los
fenmenos
humanos,
la palpita-
0)
La
observacin
es
tan exacta,
qne
todos los
pedagogos
coinciden
en
ella,
y
W.
Higginson
ha
escrito un
libro
'lue
no
conozco,
pero en
cuyo
ttulo:
TF/i?/
do
CkUdren dislike
Histoiry?%e,
pregunta
qjor
qu
disgusta
los
nios
la
historia.
4
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
54/523
50
LA
RESTAURACIN
NACIONALISTA
cin
verdadera
de
las cosas
humanas. Mientras
la
historia
escolar
sea
un desnudo
esquema
de
la
vida,
los
nios
y
los
hombres
se
aburrirn.
Ne-
cesitamos
dar
al ideismo,
estril
de
por s,
suges-
tiones morales
y
emociones estticas,
pues
slo
en
ellas est
la ycIsl
del
espritu.
La
realizacin
de
ese
anhelo, reclamado
cada
da
con
ms
pasin
por
los
educadores,
depende
naturalmente
del
maestro,
como
toda
enseanza.
Pero
el
mejor
maestro
nada
conseguir
en
tal sen-
tido,
sino se le
provee
del material
didctico que
sirve
para
la
formacin
del
sentido histrico, sin
el
cual
todo
estudio
de
historia
es
en
absoluto
inoficioso
y
falaz,
pues
el sentido
histrico consiste
en
la
rejjresentacin
imaginativci
de
la
idea del
tiempo.
Dmosle,
pues,
al
profesor
de
Historia
el ma-
terial
didctico
necesario para
encarnar la reali-
dad
del
pasado, pues
toda
esa
maquinaria
es
tan apta
para ello, que
con mquina
anloga,
el
dramaturgo da
sus
ficciones
en
la
escena
las
apariencias
de
la
verdad.
(O
Pero
dmosla
al
maestro,
no para
convertir
su
clase en
pasatiem-
po
sino
para prestar
realidad,
consistencia,
y
pro-
vecho sus
lecciones.
Esa
representacin
del
j^asado
obtinese
por
diversos
medios. El principal de
todos
es
el
tex-
to
de
clase.
Este
guarda
el
elemento
verbal
del
pasado: las
fechas,
los
nombres, el
encadenamiento
lgico
dramtico
de
las
causas
y
los
efectos,
los
(') Sin
material
didctico ha
de
tocarle
siempre
al
Profesor de
Historia
la peor
parte
en
aquel
dilogo
que
D.
Rafael
Altamira
cuenta
en su
libro:
la
pintoresca
ancdota
del
cmico
y
el
cura.
Cmo
espreguntbale el
cura
que
Vd., repre-
sentando lo
que
todo
ol
mundo
tiene
por
mentira, obtiene una
atencin
mayor
que
yo
ocupndome
de las ms evidentes
realidades?
Consiste,
respondi
el
farandu-
lero,
en que Vd.
representa
la verdad
de
tal modo
que
parece
mentira
y
yo re-
presento
la
ficcin
de tal manera
que
tiene las
apariencias
de la
verdad.
(C>p.
cit.,
pg.
380-361).
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
55/523
TEORA
DE
LOS
ESTUDIOS
HISTRICOS
5
actos
en
fin.
Ese
libro
puede
ser el
manual, que
nosotros
hemos
usado
hasta
ahora
casi
exclusi-
vamente,
3'
tambin
el
volumen con
hojas
facsmi-
les de
documentos
como
el
original
de
la
Carta
Magna,
el
acta
de
nuestra
Independencia,
el Tra-
tado
de
Westfalia.
sanse
tambin, sobre
todo
en
Francia
y
Alemania,
los
llamados
libros
de
lecturas
histricas,
textos
auxiliares
del
compen-
dio.
Suelen
formarse
estos
ltimos
con
fragmentos
de
memorias
crnicas
contemporneas de los
sucesos.
(^)
Pero
nada
es
tan difcil como la
confeccin
del
Compendio
mismo.
Resuelto por
los
progra-
mas qu
temas
ha
de
tratarse
y
cules han
de
excluirse,
elimnase
esta
dificultad
para
el
autor
de
manuales.
Mas
queda
siempre
sus
fuerzas
vencer las
dificultades
del mtodo
y
del estilo.
La
forma
ha de
ser
llana
y
concisa; ha de
evi-
tarse toda
digresin
reflexin,
quedando
stas
cargo
del
maestro; se
ha
de
usar de
subttulos,
y
se
ha de
complementar
el texto
con
cuestiona-
rios,
tablas
cronolgicas
y
sincrnicas,
cuadros
genealgicos.
Un diccionario
histrico
que
con-
tenga el prontuario de
los
nombres
clebres
ser,
su
vez, de
utilidad evidente.
Libro que
debe
usarse
as
mismo,
y
que
nosotros
no
hemos
apro-
vechado casi nunca, es
el trabajo
de
pura
cons-
truccin
literaria,
desde
que
la
palabra
artstica
es
un
medio
eficaz
de
emocin
y
de
evocacin.
En
tal
sentido
se
utilizan
ya
en Europa,
segn
lo
veremos
en
captulos sucesivos,
las
novelas,
cuentos,
dramas
y
poemas de
argumento
hist-
(') (Jomo
\os Extras des
Ckroniqueurs
franjis
de
grandes
historiadores,
como
los
Extraits
des
Hisforiens
fratigais,
ediciones
de
Hachette
las
dos.
La
dificultad
para
obras
de
este gnero suele consistir en la
eleccin
de
las
piezas de
mayor
valor
histrico v
de
ms
eficacia didctica.
-
7/24/2019 La Restauracion Nacionalista
56/523
52
LA
RESTAURACIN
NACIONALISTA
rico para la historia
nacional
y
moderna.
{^)
Esto,
y
la
prctica
de
ensear
los
clsicos
latinos
con
su
Koma
y
el griego
con
su
Grecia,
realizan,
prctica-
mente, la
necesaria
conexin
de
la
Historia
con las
letras,
en su
doble
aspecto
gramatical
y
literario.
No se
concibe la
civilizacin
de
un pueblo sin
un territorio, donde ese pueblo
viva
y
aquella
civilizacin
se
realice. Sostinese,
adems,
la in-
fluencia
que tal
territorio
ejerce
sobre el
carcter
de ese
pueblo
y
las formas
de su
civilizacin.
De ah la
necesidad
de los
mapas,
q