La Testadura: Miguel Escamilla Especial no. 2

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La Testadura: Miguel Escamilla Especial no. 2 "Un ciempiés ConFungiDo y otros textos"

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Dirección General:

Mario Eduardo Ángeles.

Textos: Miguel Escamilla Martínez.

Fotografía de portada: Mo. Eduardo Ángeles.

Consejo Editorial: Bardo Garma, David Morales, Miguel Escamilla, Cristian Martín Padilla, Salvador Huerta, Pedro M. Serrot, Erich Tang, Mo. Eduardo Ángeles y Jesús Reyes.

Agradecimientos especiales a Roxana Jaramillo, Diana Isabel Enríquez, Paulina Romero, Flor de Liz, Tzolkín Montiel, Enrique Ibarra y Alejandro Angulo.

Contacto:

lat e s t ad ur al i t e r ar i a@ g mai l . c om

México, Agosto 2013.

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Los derechos de los textos publicados pertenecen a sus auto-

res. Cuida el planeta, no desperdicies papel.

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CONTENIDO

Retrospectiva no. 2

Un ciempiés ConFungiDo

y otros textos

•Un ciempiés ConFungiDo

•Contaminación

•(sin título)

•Con la pluma entre

los dedos

•(sin título)

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CONTENIDO

•Poética esquizofrenia

•Ilusiones de ausencia

•Otro experimento

•Cuasimodo

•El “Héctor doméstico”

•Henchido

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CONTENIDO

Poemas tomados del poemario

Guadalajara

•III

•VIII

•XII

•XIV

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Un ciempiés ConFungiDo

y otros textos

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La Testadura 8

Un ciempiés ConFungiDo

Llegando a casa.

Noches buenas. Pase, adelante. Gra-

cias muchas. Por aquí su sombrero deje.

¿Señor ciempiés en el bosque como le

fue hoy? Ardillas muchas, que cualquier

día más aves. Entonces, hoy un día mal

tuvo? Del todo no, poco un solo.

¿Comer quiere algo? Cansado se ve.

Gracias no.

¿Hoy en el bosque dígame pues que

le sucedió? Historia es una larga. El final

sin principio que ahora parecerá comen-

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La Testadura 9

zaré por el principio. Continúe, bueno.

Caso es el que por la sepia hojarasca un

fuerte viento me arrastró, cerca de la casa

de los lobos cuando me disponía a reco-

lectar las pequeñas hojas del árbol. Con-

tra una fría piedra golpeándome la cabe-

za la conciencia perdí.

Ese momento es desde que mis pala-

bras suenan de lo normal en dirección

contraria.

Ciempiés señor es lamentable.

¿Hongos los demás va a comerse?

Gracias, no…

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foto: Escamilla & Jaramillo

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La Testadura 11

Contaminación

Metros antes de un semáforo una

persona hace maniobras para estacionar-

se, detrás de él esta otro que cree que por

hacer sonar el claxon de su camioneta

mágicamente hará que dicha persona

que lucha por estacionarse lo logre con

mayor rapidez. Pero no todo acaba ahí.

Atrás de la camioneta un camión surtidor

de gas con su estridente y monótona can-

cioncita que enloquece a quien la escu-

cha y si no bastara con esto, dos camio-

nes con motores resonando hasta la coci-

na de su humilde casa hacen imposible

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La Testadura 12

escuchar la radio, música o una simple

conversación. Esta contaminación audio-

visual solamente crea en las personas un

creciente estrés que desemboca en mal-

humor.

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La Testadura 13

(sin título)

Ya dentro de la embarcación el capi-

tán soltó la soga y gritó ¡Vámonos!

Al girar la cabeza sólo estaba él y su

reflejo en el pequeño charco que había

hecho la lluvia el día anterior.

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La Testadura 14

Con la pluma entre los dedos

Mansamente, en la oscuridad de mi

jardín de azulejos rosados, había singula-

res criaturas malintencionadas, ratones

insolentes que orinaban sobre mi muy

cuidado jardín. Les veía andar a tientas

por toda el área, basta decir que mi jar-

dín, mi bello jardín, solo poseía cuatro

metros por un tanto igual. Aun así, mien-

tras estas criaturas orinaban, me mordían

por dentro de la nariz ejércitos de hormi-

gas embravecidas, con sus pequeñas

tenazas cortaban la mucosa piel, desga-

rrándola y produciéndome inenarrable

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La Testadura 15

dolor.

Cansado, cansado de las hormigas,

los ratones insolentes y demás criminales

criaturas me arrojé sin arneses de reali-

dad a la aventura provocada por mi an-

gustia. Era, hijo del instante, iniciado de

la decadencia pura, ascética. Los micro-

bios de mi piel pululaban como mercado

en día festivo, de cuando en cuando los

miraba sin abandonar mi sueño, más

amable que la vasta concurrencia de invi-

tados non gratos. Después de algunas

horas-día, me levanté más fuerte que en

toda mi milenaria existencia, tomé los

pinceles de mi alcoba y como espadas

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La Testadura 16

desafíe a mis otrora intimidantes huéspe-

des. Uno a uno caían, se balanceaban,

hacían círculos sobre su eje y después se

desvanecían mágicamente sobre el jardín

de azulejos, los microbios, esporas, rato-

nes, y enjambres de alimañas emitían

pequeños gemidos que se atornillaban

en mi cerebro.

Desde entonces, cuando tomo la

pluma entre mis dedos, detono la presen-

cia de seres alados que vuelan sobre mi

cabeza como aves de rapiña esperando la

muerte del agonizante cuerpo. Y cuando

se dirigen hacia mí tocando mi cabello

múltiples ideas se fraguan en mi cabeza.

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La Testadura 17

Mandatos. Verdades indestructibles, pa-

labras de alguna divinidad que me ha

tomado como herramienta de sus ense-

ñanzas. Entonces escribo.

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foto: Escamilla & Jaramillo

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La Testadura 19

(sin título)

-Bueno.

-¿sí? ¿bueno?, ¿qué pasó?

-Es que hay una persona en la casa,

para que no vengas, parece que es un

ratero.

-¡ay! ¡no es cierto!

-Sí, en serio, trae un teléfono y esta

hablando con alguien…parece que le

dice a alguien que no venga…

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La Testadura 20

Poética esquizofrenia

En mis vejados oídos

tengo un nido,

pequeños querubines a veces,

no siempre, hacen ruido.

Sus pasos se mezclan incólumes

dentro del caracol carnoso

dando piruetas prosaicas

sin descanso, menos reposo.

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La Testadura 21

Y palpita la cueva negruzca

de pelos de gato

tinieblas de luto

y un pequeño atisbo de encanto.

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La Testadura 22

Ilusiones de ausencia

Era otro día más. Sediento de sus

besos tomó la cerveza con la mano dere-

cha, templando, titubeando, se llevó el

cigarro a la boca, un suspiro, un respiro,

un algo que le decía lo miserable que era.

Es la hora muerta del día cero. Hay por

fuera de su habitación gaviotas sedientas

de su sangre. Él las oye gemir, gritar, gol-

pearse contra la puerta. Es sólo la hora

muerta. Las almas se ponen así cuando

hay gatos tercos en las azoteas.

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La Testadura 23

Espasmo cuasi-cadavérico

Arquetipo dionisiaco

Prosas malsanas de un ente sin vida.

Recorre su habitación con la vista y la

terrible soledad de un golpe lo desmaya.

Tocan a la puerta, será un gato o una ga-

viota sedienta de mi sangre, se pregunta

mientras sigiloso se acerca a la puerta.

Es ella. La ve por la hendidura de la puer-

ta. Trata de incorporarse y gira la manija,

abre la puerta y aquel amor que tanto

extrañaba le visita. Se sienta indiferente

sobre la cama, le dice que se acerque y

él, como un niño que no da crédito a lo

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La Testadura 24

que ve se arrodilla ante ella. A sus pier-

nas se abraza y llora largos minutos, al

levantarse da cuenta de que esta en su

habitación solo, angustiosamente solo,

repleto de un vacío donde solo habita la

ausencia de su amada…

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foto: Escamilla & Jaramillo

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La Testadura 26

Otro experimento

Llaves. Puerta. Switch. Encendido. Un

disco: música. Manejar. Precaución. Se-

máforo. Virar a la izquierda. Ahora a la

derecha. Llaves. Puerta. Casa. Tenedor.

Una tortilla caliente. Masticar. Deglutir.

Beber agua de jamaica. Eructar queda-

mente. Gracias, muy rico. Escaleras. Di-

gestión. Libro. Leer. Digestión. Recostar-

se. Seguir leyendo. Dormir.

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La Testadura 27

Cuasimodo

En mi corta vida he deseado los peo-

res males a mis enemigos temporales y

permanentes, pero a nadie, escúchame

bien engreído lector, a nadie le he desea-

do una cruda como a la que ese día me vi

sometido. En una mano la mano de mi

novia, en la otra la certeza de ir cayendo

vertiginosamente al limbo de los amane-

cidos. Una sombra, mi sombra, un árbol,

el árbol, la banqueta, palabras en el den-

so aire, risas, niños, pasos, mis pasos,

zapatos sus zapatos, pies mis pies, una

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La Testadura 28

mano la mía, la suya… ¡Cuasimodo deja

en paz a las personas! ¡Cuasimodo, que

te dije, vente para acá! ¡Cuasimodo mé-

tete!...

Al girar en la esquina, con sudor en

los ojos y la cabeza como garganta de un

sapo al croar vi de reojo a un pequeño ser

pelilargo castaño arrastrarse por la sos-

pechosa pulcritud de aquella casa…

Cuasimodo está dentro de casa. Cua-

simodo no molestará hoy a los niños.

Cuasimodo y el hombre amarillo salieron

el otro día tomados de la mano, iban a la

tienda, o al supermercado, nadie lo supo

pero es lo que se rumora.

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foto: El Pulpo Santo

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La Testadura 30

El “Héctor doméstico”

Lo mismo una toalla sucia que un

calcetín agujerado, una salsa en molcaje-

te que una quesadilla con guiso. Lavo-

planchotrapeosacudo vieras que poco me

dura el día. Nunca hay trastes limpios en

el fregadero. El polvo se mete por todos

lados y por mas que sacudo nunca queda

limpio. Lávese con agua fría, ponga a freír

a fuego lento y le aseguro reumas prema-

turas. Sírvase a temperatura media pero

siempre acompañado de El "Héctor do-

méstico”.

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La Testadura 31

Henchido*

De sucias alegrías

se llena hasta el borde

el vaso cada día,

Con simiesca agonía

el terreno donde piso

en aljibe de melancolía

se convierte con mi rezo.

¡Haz de regresar por donde saliste!

espuma diáfana

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La Testadura 32

De cítrica emoción,

que mi cerebro embiste,

como furioso cebú de la sabana

rompiendo toda ensoñación.

*Extraído de una conversación con

un indigente ebrio un día por la mañana.

¿Cómo te sientes? Hen chido carnal…

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La Testadura 33

Poemas tomados

del poemario Guadalajara

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La Testadura 34

III

¿compraste las espinacas?

¿dejaste las solicitudes?

estos limones están malos.

¿pagaste las multas?

¿fuiste a ver a tu asesor?

¿qué hiciste toda la mañana?

Con el júbilo de ver a una diosa

sonrío y respondo;

te amo…

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La Testadura 35

VIII

Ya pasó la mala racha,

aquellos días en que

sólo tres o cuatro

poemas escribía.

Ahora, que tengo espacio

en mi rincón de angustias

no sé qué hacer,

deberé buscar un trabajo,

una escuela,

algo que hace la gente

desesperada que esta harta

De estar en sus casas sin emborracharse.

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foto: Escamilla & Jaramillo

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La Testadura 37

XII

En las cantinas no hay botana

En las cantinas no hay botana,

las meseras no son

cuarentonas amargadas que

te consiguen cualquier cosa

a cualquier precio.

En vez de eso

hay homosexuales como

cucarachas en un basurero.

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La Testadura 38

Extraño Querétaro,

su hipócrita tranquilidad

y las cantinas con quesadillas

y caldos de camarón.

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La Testadura 39

XIV

A las once en viernes

A las once en viernes

los adolescentes y jovencillos

homosexuales salen de sus

cuevas de quinientos pesos el mes

a cazar pederastas adultos;

empresarios gays,

gente prestigiosa

que se hunde en las

calles donde el olor

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La Testadura 40

a cigarro y alcohol

fumigan el ambiente.

Andan de aquí para allá,

buscando carne fresca

donde meter su miembro,

pero mañana,

a las cinco de la tarde

aquellos adolescentes

tendrán el celular costoso

que toma fotos y

reproduce canciones.

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diseño: Marlon Albores

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MIGUEL ESCAMILLA MARTÍNEZ. Nací en Querétaro,

México; en 1982. Ahora vivo en Suzhou, China. Soy

escritor y fotógrafo.

我一九八二年出生在墨西哥的克雷塔罗, 我现

在住在苏州。我是作家、摄影师。

¡Que la voz corra!