La transformación del presidencialismo en México
Click here to load reader
-
Upload
jorge-novoa -
Category
Documents
-
view
177 -
download
0
Transcript of La transformación del presidencialismo en México
La transformación del presidencialismo en México
Rogelio Hernández Rodríguez
En este texto, el autor Rogelio Hernández Rodríguez examina la percepción del
presidencialismo mexicano en el que la división de poderes es un mero símbolo
que no está equilibrado. El sistema político mexicano no estaba pensado en sus
orígenes para centrar todo su poder y capacidad en una sola persona, como era el
presidente, si no que la constitución de 1917, facultaba a los demás poderes e
instituciones para confrontar el ejecutivo. Pero como ya hemos visto en las
anteriores lecturas, México tenía un sistema único cuyo centro era la unidad de un
partido único, donde se daba la contienda política, y donde se tenía a todas las
instancias ligadas a dicho partido y por tanto al presidente.
Esta forma de gobierno hacía del presidente un patriarca del conjunto social
al dar certidumbre en sus funciones y ajustar las tareas del resto a sus propios
programas. Sin embargo, con el paso del tiempo este sistema se fue desgastando,
y en el transcurso de 1970 y 2000 se da el fenómeno de su debilitamiento hasta su
caída con la alternancia partidista.
La caída del presidencialismo es multi-causal, y entre ellas se da por una
desacralización del poder. La figura del presidente empezó a decaer a partir de los
setenta, una parte por la izquierda y sus movilizaciones, influidas en parte por el
contexto de la guerra fría, pero también por la derecha empresarial, que generó
críticas hacia los gobiernos de Echeverría y López Portillo debido a la inseguridad
económica, lo que ocasionó se pusiera en duda la efectividad de la figura
presidencial.
La élite política comenzó a dividirse debido a las formas en que se daba el
ascenso político, en parte porque se cambiaron las formas de llegar a puestos
importantes, dando más prioridad a los “técnicos” que sabían hacer su trabajo
pero no estaban adecuados a la política. En este sentido, se generó inestabilidad
en los gabinetes presidenciales, y pérdida de liderazgo del jefe del ejecutivo.
La sobreacumulación de poder y responsabilidades por parte de Carlos
Salinas al llegar al poder, anuló prácticas y responsables, incluso vio a las
gubernaturas como poco útiles y manipulables, esto le trajo responsabilizarse de
todo y recibir toda clase de demandas lo que ocasionó un aumento en las derrotas
y un debilitamiento en el PRI. En este sentido, se estaba viendo la necesidad de
un cambio de estructura de poder, en el que la acumulación ya no fuera regla, sino
una división efectiva de poderes.
El autor ofrece una línea histórica de ampliación de participación ciudadana
y una acotación del poder presidencial, por ejemplo, en las modificaciones a la ley
electoral, entre 1946 y 1970, las cuales fueron enfocadas a ampliar la participación
ciudadana, concediendo el voto a la mujer y a mayores de 18 años. De 1973 a
1996 se dieron otras siete reformas destinadas a legitimar las elecciones y darles
más transparencia, lo que fortaleció a la oposición. Además, se fueron rompiendo
las formas hegemónicas como por ejemplo la del presidente de elegir a su
sucesor. Un caso paradigmático es la candidatura de Zedillo, la cual fue de
emergencia debido al asesinato de Colosio.
Con la creación del Instituto Federal Electoral, el ejecutivo se distanció del
control de las elecciones, así como hubo reformas que hicieron que el Banco de
México obtuviera autonomía. Por último, la decisión de Zedillo de limitarse en sus
funciones, obedeciendo estrictamente las que le concedía la constitución, y su
separación con el PRI, ocasionó finalmente una presidencia debilitada y finalmente
la salida del poder del PRI en el año 2000.