La Unidad de La Filosofía Americana

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3/8/2014 La unidad de la filosofía americana http://www.robertexto.com/archivo5/risieri_fron.htm 1/4 LA UNIDAD DE LA FILOSOFÍA AMERICANA archivo del portal de recursos para estudiantes www.robertexto.com Risieri Frondizi enlace de origen IMPRIMIR ¿Puede hablarse de una filosofía americana? ¿Qué tipos de unidad y diferencia se dan entre el filosofar en Norteamerica y en Latinoamerica? {*} Antes de hablar de la unidad de la filosofía de las dos Américas, conviene poner las cosas en claro acerca de la unidad de Iberoamérica. Me apresuro a adelantar que, a mi juicio, la unidad de «nuestra América», y en particular de su pensamiento filosófico, es un hecho y no una mera aspiración. Tal hecho ha sido puesto en duda por algunos pensadores y aun negado por otros que han esgrimido razones de consideración. No es ocioso, por lo tanto, examinar el problema aunque sea brevemente. Las conclusiones nos servirán, por otra parte, para señalar las semejanzas y diferencias con la filosofía norteamericana. Se ha negado la unidad del pensamiento filosófico iberoamericano con argumentos similares a los que se han usado en contra de la unidad de Ibero-América. Compárese un indígena peruano, un negro de Venezuela y un descendiente de españoles o italianos de la Argentina e indíquese la semejanza: tal es el argumento habitual en contra de la unidad. El argumento se sostiene en un supuesto falso: se cree que la unidad es incompatible con la disparidad. No se advierte que se trata de una unidad orgánica, estructural, que no sólo no niega la diversidad, sino que la supone. La unidad de homogeneidades no es unidad humana. Ni siquiera es la unidad que ofrecen los organismos más elementales; en los organismos unicelulares hay diferenciación. Por otra parte, con tal argumento se probaría que no hay unidad dentro de un mismo país. ¿No son acaso distintos el venezolano de los Andes, el de la costa y el de Caracas? Y sin embargo nadie duda que los tres son venezolanos. Y no sólo porque han nacido en Venezuela, sino porque se comportan, piensan, sienten y hablan de un modo peculiar que los distingue de los demás hombres de América. Los iberoamericanos nos comportamos, pensamos y sentimos de un modo peculiar que nos distingue de los norteamericanos tanto como de los europeos y de los asiáticos. ¿Cuál es esa peculiaridad? Baste decir –por falta total de espacio– que es una manera que resulta de la reunión de tres elementos que constituyen Iberoamérica: el europeo, el indígena y el negro. No se obtiene la unidad, desde luego, por la suma de los tres elementos conservando cada uno sus caracteres primitivos. No; los tres constituyen una estructura, no sólo en el sentido de que el producto posee cualidades nuevas, sino que los miembros han perdido, al integrar la nueva unidad, buena parte de sus caracteres. Los descendientes de los europeos, indígenas y negros que habitan actualmente Iberoamérica, no son más europeos, ni indígenas, ni negros. No hablo desde un punto de vista racial, sino cultural.

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Unidad de la Filosofía Americana

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  • 3/8/2014 La unidad de la filosofa americana

    http://www.robertexto.com/archivo5/risieri_fron.htm 1/4

    LA UNIDAD DE LA FILOSOFA AMERICANA

    archivo del portal de recursos para estudiantes

    www.robertexto.com

    Risieri Frondizi

    enlace de origen

    IMPRIMIR

    Puede hablarse de una filosofa americana?

    Qu tipos de unidad y diferencia se dan entre el filosofar en Norteamerica y en Latinoamerica? {*}

    Antes de hablar de la unidad de la filosofa de las dos Amricas, conviene poner las cosas en claro acerca de la

    unidad de Iberoamrica. Me apresuro a adelantar que, a mi juicio, la unidad de nuestra Amrica, y en

    particular de su pensamiento filosfico, es un hecho y no una mera aspiracin. Tal hecho ha sido puesto en duda

    por algunos pensadores y aun negado por otros que han esgrimido razones de consideracin. No es ocioso, por

    lo tanto, examinar el problema aunque sea brevemente. Las conclusiones nos servirn, por otra parte, para

    sealar las semejanzas y diferencias con la filosofa norteamericana.

    Se ha negado la unidad del pensamiento filosfico iberoamericano con argumentos similares a los que se han

    usado en contra de la unidad de Ibero-Amrica. Comprese un indgena peruano, un negro de Venezuela y un

    descendiente de espaoles o italianos de la Argentina e indquese la semejanza: tal es el argumento habitual en

    contra de la unidad. El argumento se sostiene en un supuesto falso: se cree que la unidad es incompatible con la

    disparidad. No se advierte que se trata de una unidad orgnica, estructural, que no slo no niega la diversidad,sino que la supone. La unidad de homogeneidades no es unidad humana. Ni siquiera es la unidad que ofrecen los

    organismos ms elementales; en los organismos unicelulares hay diferenciacin. Por otra parte, con tal argumentose probara que no hay unidad dentro de un mismo pas. No son acaso distintos el venezolano de los Andes, el

    de la costa y el de Caracas? Y sin embargo nadie duda que los tres son venezolanos. Y no slo porque hannacido en Venezuela, sino porque se comportan, piensan, sienten y hablan de un modo peculiar que los distingue

    de los dems hombres de Amrica.Los iberoamericanos nos comportamos, pensamos y sentimos de un modo peculiar que nos distingue de los

    norteamericanos tanto como de los europeos y de los asiticos. Cul es esa peculiaridad? Baste decir por faltatotal de espacio que es una manera que resulta de la reunin de tres elementos que constituyen Iberoamrica: el

    europeo, el indgena y el negro. No se obtiene la unidad, desde luego, por la suma de los tres elementosconservando cada uno sus caracteres primitivos. No; los tres constituyen una estructura, no slo en el sentido de

    que el producto posee cualidades nuevas, sino que los miembros han perdido, al integrar la nueva unidad, buenaparte de sus caracteres. Los descendientes de los europeos, indgenas y negros que habitan actualmente

    Iberoamrica, no son ms europeos, ni indgenas, ni negros. No hablo desde un punto de vista racial, sinocultural.

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    Sera largo y complicado examinar el aporte de estos tres grupos a la cultura Ibero-americana. Por otra parte, loque interesa aqu es tan slo el aspecto filosfico y ah el panorama es mucho ms claro.

    La filosofa fue introducida en Amrica por las congregaciones catlicas. Lo que se trajo en materia filosfica estan europeo como la lengua que se introdujo y la religin que se predic. Es cierto que aqu las ideas europeas

    adquieren una personalidad propia ms no dejan de denunciar su origen europeo. La filosofa se conserva tan oms europea que la lengua que se habla y la religin que se profesa en Iberoamrica.

    Quizs se observe que si se mantiene la caracterizacin de la filosofa iberoamericana en este plano poca ser ladiferencia que podr sealarse entre las filosofas de ambas Amricas. Acaso se dir en Norteamrica no

    sucedi lo mismo? Nadie puede dudar que la filosofa norteamericana tambin es de origen europeo. Mas lasdos Amricas provienen de dos Europas distintas: ellos de la Europa anglo-sajona, nosotros de la latina, para

    hablar en trminos generales. Y ese origen distinto no slo da a ambas Amricas una tradicin y punto de partidadistinto sino una Weltanschauung distinta. Por eso diferimos de los norteamericanos en los conceptos bsicos.

    Se advierte la trama del pensamiento de uno y otro pueblo cuando se ponen en contacto con una doctrinaextranjera. El idealismo post-kantiano, por ejemplo, tiene que mezclarse con elementos de tipo emprico, almodo de Locke o Hume, para que adquiera alguna significacin en Norteamrica. De lo contrario es ininteligible;

    al menos es radicalmente forneo. Los iberoamericanos, en cambio, echamos ese mismo pensamiento en lafuente de nuestra emotividad. Las ideas en Iberoamrica se alimentan con la savia de las emociones.

    He sido estudiante y profesor de filosofa en sur y norteamrica; he estudiado el mismo filsofo Hegel bajo la

    direccin de profesores de una y otra parte; y he enseado un mismo filsofo Bergson, Croce. Husserl en lasdos Amricas. La conclusin de mi experiencia personal es que vivimos en dos mundos distintos. El juego de luz

    y sombra da a las mismas ideas una significacin distinta. La figura de los filsofos cambia segn el fondo que se

    escoja para proyectarlas. Y no hay duda que hay que escoger distintos fondos si se quiere que un estudiante

    norte y otro sudamericano entiendan a un hombre como Bergson. No sucede lo mismo al pasar de un pas a otrode Iberoamrica, experiencia que tambin tengo y que me permite complementar la tabla de presencia con la de

    ausencia, como en el mtodo de Bacon.

    La diferencia no estriba en que se profesan ideas distintas, que los iberoamericanos son idealistas y los

    norteamericanos realistas, por ejemplo. Si as fuera estaramos ms cerca de lo que realmente estamos. Ladivergencia de realistas e idealistas supone una preocupacin comn, un vnculo que los une en la raz del

    problema. La divergencia va ms all de la discrepancia en las soluciones: se refiere a los problemas mismos. Las

    dos Amricas estn separadas por preocupaciones dispares, por interesarse en problemas distintos. Quizs se

    diga que la diversidad de preocupaciones es la expresin de una preocupacin nica ms profunda, que todoslos problemas filosficos puedan reducirse a tres o cuatro preguntas bsicas. Si as fuera habra que hablar no de

    la unidad de la filosofa de Amrica, sino de la filosofa del mundo entero. Mi impresin es que en el campo de la

    filosofa estamos, en realidad, ms cerca de Europa que de los Estados Unidos. A pesar del proceso de

    acercamiento lento, pero sostenido, que se inici en los ltimos aos.

    En qu consiste la diferencia? Qu es lo que atrae a unos y otros? El problema central para los

    latinoamericanos es el que se refiere al hombre y sus creaciones. De ah que no slo la antropologa filosficasino tambin la filosofa de la cultura, de la historia, del derecho, de la lengua, &c., ofrezcan tanto inters. Y los

    problemas tico y esttico desde luego. En cambio hay menos inters por el problema del conocimiento y mucho

    menos aun por las cuestiones de filosofa de las ciencias naturales, metodologa, la lgica y especialmente la

    lgica simblica. En nuestra Amrica no slo los estudiantes sino los profesores de filosofa nada quieren saberde la lgica simblica. Sucede exactamente lo contrario en Norteamrica. El estudio intenso de la lgica

    simblica es un requisito bsico en la mayora de los departamentos de filosofa. El inters por la metodologa, la

    epistemologa y la semntica es tan patente que perece ocioso destacarlo.

    A qu se debe esta diversidad de intereses? El problema es complejo, desde luego, pero pueden anotarsealgunas razones que parecen valederas. La primera es una perogrullada pero no deja de encerrar la clave de la

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    cuestin: se debe a que somos distintos. Tenemos un pasado histrico distinto, hablamos lengua distinta,

    representamos tipos psicolgicos distintos, tenemos distintas aspiraciones y distintas misiones que cumplir. Si

    saltamos de esta razn tan vaga como cierta a una ms concreta e inmediata habr que anotar que la diversidadde intereses se debe a que hemos arribado a la filosofa partiendo de puntos distintos: los norteamericanos

    provienen, por lo general, de la matemtica y las ciencias naturales; nosotros de les humanidades. De ah que

    tengamos ideales opuestos acerca de lo que debe ser la filosofa: ellos quieren equiparla con el rigor y la tcnica

    de las ciencias naturales; nosotros ampliarla para que puedan caber en ella las experiencias religiosas, estticas,polticas, &c.

    La filosofa iberoamericana parece, por tal razn, muy vaga a los norteamericanos; y la doctrina de stos nos

    parece a nosotros estrecha y descarnada. Ellos y los latinoamericanos que se han impresionado con el rigor del

    pensamiento norteamericano, como Eurylo Cannabrava creen que en Iberoamrica se substituye lainvestigacin metdica por explosiones emocionales o se reduce la filosofa al ejercicio de la ingeniosidad

    verbal o a una reivindicacin, basado en argumentos, de creencias puramente instintivas.{1} Muchos

    latinoamericanos, a su vez, creen que los norteamericanos acabarn por matar la filosofa cuando cumplan el plan

    en que parecen embarcados de sustituir los problemas de fondo por cuestiones estrictamente tcnicas ysemnticas. Ambas opiniones son exageradas, pero tienen su raz en la observacin de algunos hechos efectivos.

    Sera absurdo que aceptramos los hechos y nos lanzramos a una defensa de nuestras respectivas posiciones.

    A mi juicio hay que admitir las limitaciones, los vicios y exageraciones de una y otra parte. La filosofa tiene que

    acuar y usar conceptos con un rigor no menor que el de las ciencias, ser cuidadosa en su lengua, en su

    razonamiento y en el planteamiento de las cuestiones. Mas, el rigor no debe lograrse a expensas de la amplitudde intereses y preocupaciones, ni confundirse la amplitud de intereses con el mariposeo. No se es filsofo por el

    rigor en el uso de los conceptos, sino por la clase de preocupacin que se tiene. Ambas Amricas pueden y

    deben completarse. Nosotros podemos ofrecer una fuente inagotable de emotividad, una humanidad sangrante,

    hombres que no han llegado a ser filsofos porque la vida nos los ha dejado. Los norteamericanos, a su vez,pueden aportar su gran experiencia y destreza en el manejo tcnico de los problemas metodolgicos, de la

    semntica, de la lgica. Con su aporte, el hombre iberoamericano llegar a ser filsofo; con el aporte de

    Iberoamrica, el norteamericano ser filsofo sin dejar de ser hombre.

    A fin de llevar a la prctica lo que se predica y poner orden en un tumulto de emociones encontradas, resumiren siete puntos la tesis de esta ponencia. Por otra parte se facilitar as su discusin:

    1. La unidad del pensamiento filosfico Iberoamericano es un hecho efectivo.

    2. No hay, en cambio, unidad en la filosofa de ambas Amricas, salvo la nota comn de su origen europeo.

    3. Estamos ms cerca de Europa que de Norteamrica en lo que a filosofa se refiere.4. Los iberoamericanos tienen como problema central el de la naturaleza del hombre, su destino y sus

    creaciones.

    5. Los norteamericanos, en cambio, se interesan ms por las cuestiones epistemolgicas, metodolgicas,

    semnticas y lgicas.6. En nosotros lo que cuenta es la amplitud y sinceridad de las preocupaciones; en ellos, el fundamento emprico,

    el rigor del razonamiento, la precisin en el lenguaje.

    7. La integracin de ambas formas es una aspiracin legtima y saludable para ambas Amricas.

    Risieri Frondizi

    Department of Philosophy

    Yale University

    {*} El presente trabajo constituye el texto ntegro de la ponencia presentada por el eminente pensador argentino

    Risieri Frondizi al III Congreso Interamericano de Filosofa. Graduado en las Universidades de Tucumn,

    Buenos Aires y Harvard (donde fue discpulo de Whitehead), Risieri Frondizi ha sido profesor y decano de la

    Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Tucumn y ha profesado, adems, en las de Pennsylvania y

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    Yale, encontrndose actualmente, expresamente invitado, en la de Puerto Rico. Autor y traductor de nota, el

    profesor Frondizi es de sobra conocido entre los estudiosos de la filosofa en toda Amrica. La Revista Cubana

    de Filosofa se complace en acoger esta generosa colaboracin del profesor Frondizi, que honra sobremanera

    sus pginas.

    {1} Cfr. Eurylo Cannabrava, Present Tendencies in Latin American Philosophy en The Journal of

    Philosophy, vol. XLV, n. 5, March 3, 1949, pp. 113 y 119.

    Proyecto Filosofa en espaol

    2006 www.filosofia.org

    Revista Cubana de Filosofa

    La Habana, julio-diciembre de 1949 Vol. 1, nmero 5 pginas 36-38

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