La Vida Del Hombre Conocer y Amar a Dios.2do Ciclo Soctrina Social

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La vida del hombre: Conocer y Amar a Dios. Expreso gratitud por el testimonio de Dios, nuestro Padre Celestial y de Su Hijo Jesucristo, que han dado profetas vivientes durante sus dispensaciones, y por las enseñanzas del Espíritu Santo. Como se profetizó, vivimos en una época en la que la oscuridad del secularismo se intensifica cada vez más a nuestro alrededor. Se cuestiona extensamente la creencia en Dios e incluso se la ataca en nombre de causas políticas, sociales y hasta religiosas. El ateísmo, o la doctrina de que Dios no existe, se están extendiendo rápidamente por todo el mundo. “Creo en Dios el Eterno Padre, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo” Algunos se preguntan: ¿por qué es tan importante creer en Dios? ¿Por qué dijo el Salvador: “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”? (Juan17:3). Sin Dios, la vida terminaría en la tumba y nuestras experiencias terrenales carecerían de propósito. El crecimiento y el progreso serían temporales; los logros, sin valor; los desafíos, sin sentido. No habría ni bien ni males definitivos, ni responsabilidad moral de cuidarnos los unos a los otros como hijos de Dios que somos. De hecho, sin Dios, no habría ni vida terrenal ni vida eterna. Si nosotros o alguien a quienes amamos, están buscando un propósito en la vida o una convicción más profunda de la presencia de Dios en nuestra vida, yo les puedo ofrecer humildemente como amigo, mi testimonio. ¡Él vive, es real y puede escucharnos si nos inclinamos con humildad de corazón y nos sometemos a su voluntad en todas las cosas, de verdad que nos escuchará! Algunos se preguntarán: ¿Cómo puedo saberlo por mí mismo? Sabemos que Él vive porque creemos en el testimonio de Sus profetas antiguos y del santo apostolado, y he podido

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La vida del hombre: Conocer y Amar a Dios.

Expreso gratitud por el testimonio de Dios, nuestro Padre Celestial y de Su Hijo Jesucristo, que han dado profetas vivientes durante sus dispensaciones, y por las enseanzas del Espritu Santo.Como se profetiz, vivimos en una poca en la que la oscuridad del secularismo se intensifica cada vez ms a nuestro alrededor. Se cuestiona extensamente la creencia en Dios e incluso se la ataca en nombre de causas polticas, sociales y hasta religiosas. El atesmo, o la doctrina de que Dios no existe, se estn extendiendo rpidamente por todo el mundo. Creo en Dios el Eterno Padre, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espritu SantoAlgunos se preguntan: por qu es tan importante creer en Dios? Por qu dijo el Salvador: Y sta es la vida eterna: que teconozcana ti, el nico Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado? (Juan17:3). Sin Dios, la vida terminara en la tumba y nuestras experiencias terrenales careceran de propsito. El crecimiento y el progreso seran temporales; los logros, sin valor; los desafos, sin sentido. No habra ni bien ni males definitivos, ni responsabilidad moral de cuidarnos los unos a los otros como hijos de Dios que somos. De hecho, sin Dios, no habra ni vida terrenal ni vida eterna.

Si nosotros o alguien a quienes amamos, estn buscando un propsito en la vida o una conviccin ms profunda de la presencia de Dios en nuestra vida, yo les puedo ofrecer humildemente como amigo, mi testimonio. l vive, es real y puede escucharnos si nos inclinamos con humildad de corazn y nos sometemos a su voluntad en todas las cosas, de verdad que nos escuchar!Algunos se preguntarn: Cmo puedo saberlo por m mismo? Sabemos que l vive porque creemos en el testimonio de Sus profetas antiguos y del santo apostolado, y he podido sentir el Espritu de Dios que confirma que el testimonio de esos profetas es verdadero.Por medio de sus testimonios registrados en las Santas Escrituras, sabemos que [Dios] cre al hombre, varn y hembra, segn su propia imagen, y a su propia semejanza l los creo (Gnesis 1:27) algunos quiz se sorprendan al enterarse que nos parecemos a Dios. Pero Dios mismo dijo: Hagamosal hombre anuestraimagen, conforme a nuestrasemejanza.

Puedo decir entonces que la nica manera de saber la verdadacerca de Dioses mediante el Espritu Santo. El Espritu Santo es el tercer miembro de la Trinidad y es un personaje de espritu. Su obra consiste en [dar] testimonio de [Dios] (Juan 15:26)y en ensear [nos] todas las cosas (Juan 14:26). Sin embargo, debemos tener cuidado de no limitar Su influencia. Cuando no hacemos lo correcto o cuando a nuestra perspectiva la dominan el escepticismo, el cinismo y la irreverencia hacia otras personas y sus creencias, el Espritu no puede estar con nosotros. Entonces actuamos de una manera que los profetas describen como elhombre natural.el hombre natural no percibe las cosas que son del Espritu de Dios, porque para l son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente (1 Corintios 2:14). Este hombre natural es enemigo de Dios y lo ser para siempre jams, a menos que se someta al influjo del Santo Espritu y se vuelva como un nio: sumiso, manso, humilde, paciente [y] lleno de amor.

Si no nos sometemos a la delicada influencia del Espritu Santo, y negamos que Jess es el Cristo, corremos el riesgo de llegar a ser como un anticristo (1 Juan 2:18-22).

El hombre est hecho para vivir en comunin con Dios, en quien encuentra su dicha. "Cuando yo me adhiera a ti con todo mi ser, no habr ya para mi penas ni pruebas, y viva, toda llena de ti, ser plena" (S. Agustn, conf. 10, 28, 39).

Tal vez ya sepamos, en lo profundo de nuestra alma, que Dios vive; o quizs todava no sepamos todo acerca de l y no entendamos todas Sus vas; pero la luz de la creencia est en nosotros, esperando que el Espritu de Dios y la Luz de Cristo, que recibimos al momento de nacer, se aviven y se intensifique.Por eso, tenemos la consigna de creer en el testimonio de los profetas; aprender de Dios y de Cristo; el modelo para hacerlo lo ensean claramente los profetas antiguos y los de la actualidad, cultivar el deseo diligente de saber que Dios vive.Este deseo nos conduce a meditar en las cosas del cielo; de permitir que la evidencia de Dios que nos rodea nos toque el corazn. Con corazones ablandados estamos preparados para dar odo al llamado del Salvador de escudria[r] las Escrituras (Juan 5:39); y de aprender de ellas con humildad. Entonces estaremos listos para preguntar a nuestro Padre Celestial, sinceramente, en el nombre de Cristo, si las cosas que hemos aprendido son verdaderas. La mayora de nosotros no veremos a Dios como lo han hecho los profetas, pero los apacibles y delicados susurros del Espritu los pensamientos y sentimientos que el Espritu Santo traiga a nuestra mente y a nuestro corazn nos darn el conocimiento innegable de que l vive y de que nos ama.

El obtener este conocimiento constituye, a la larga, la bsqueda de todos los hijos de Dios en esta tierra. Si no podemos recordar cmo es creer en Dios o si han dejado de creer, o si creen, pero sin verdadera conviccin, la invitacin es buscar un testimonio de Dios ahora mismo. No temer el ridculo. La fortaleza y la paz que se reciben por conocer a Dios y por tener la compaa consoladora de Su Espritu harn que nuestro esfuerzo valga la pena eternamente.Ms an, con nuestro propio testimonio de Dios, podemos bendecir a nuestra familia, a nuestra posteridad, a nuestros amigos, a nuestra propia vida y a todos los que amamos. Este conocimiento personal de Dios no slo es el ms grandioso don, sino que adems nos traer el ms grande gozo que jams podamos sentir.