Las orientaciones sociales de la Iglesia y trabajo en AL.pdf
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LAS ORIENTACIONES SOCIALES DE LA IGLESIA Y
EL MUNDO DEL TRABAJO EN AMERICA LATINA.
Pensamiento y Praxis de los Cristianos en el Mundo del Trabajo.
Dr © Amador Ruiz Araneda.
Santiago de Chile, Septiembre 2013.
2
Resumen: Las orientaciones sociales de la Iglesia ha sido más que un conjunto de
orientaciones y criterios de juicio, para discernir en el mundo del trabajo, aquellos
principios y valores que emanan del Evangelio, la tradición de la Iglesia católica y la
experiencia acumulada por los fieles laicos en el mundo del trabajo. Estas experiencias
son claves al momento de analizar el trabajo humano y de cómo este aspecto de la vida
contribuye a la realización del trabajador, sus organizaciones y familias, como persona e
hijo de Dios en medio de la sociedad contemporánea en América Latina y el Caribe.
1.- LA IGLESIA CATOLICA FRENTE A LA PROBLEMATICA SOCIAL
En muchas ocasiones nos hemos preguntado porque la iglesia Católica interviene, comenta,
critica o apoya diversos procesos sociales de la sociedad secular. Cual será la razón de
fondo de estas intervenciones. Por una parte el grave problema del trabajo humano y de las
condiciones inhumanas en que realizaban esta actividad la mayor parte de los trabajadores
del mundo obligo a la iglesia a decir una palabra sobre esta situación presionada, la
jerarquía por los laicos, para dar este gran paso. Pero esto se comprende mejor si
consideramos que en la primera década del siglo XX el mundo asiste a la Primera Guerra
mundial y en los 30 a la segunda, debiendo la humanidad presenciar una de las peores
genocidios de que se tenga memoria en la humanidad. A ello se le debe sumar que antes de
los años 50 del siglo XX, esta iglesia no se había destacado precisamente por apoyar la
libertad religiosa, la democratización social, los derechos humanos, incluso venia saliendo
de un oscurantismo tenebroso de la edad media en donde mantuvo una hegemonía absoluta
del poder, en especial en Europa y América latina. Pero después de la 2º guerra mundial y
de los diversos procesos desencadenados allí, el comienzo del cambio parecía definitivo; la
proclamación de los derechos humanos del 10 de diciembre de 1948, eran un claro signo de
este nuevo proceso. Sin embrago las tensiones provocadas por las dos super-potencias de la
época como el Bloque del capitalismo liberal encabezado por los estadounidenses y por el
otro el de los soviéticos llevo al mundo a un enfrentamiento solapado o encubierto en el que
todos se vieron obligados a tomar partido y los que no se agruparon en los “no alineados”.
En este contexto la iglesia católica, desde el Estado Pontificio del Vaticano interactuaba
con ambos bloques en una especie de mediación para evitar aún mayores conflictos. De allí
que la Enseñanza social haya sido una especie alternativa ideológica de proyecto
socioeconómico frente a ambos modelos. Más aún esta alternativa fue desarrollada por los
partidos políticos que surgen al alero de esta comunidad eclesial; el Partido Conservador
Chileno fue él partido de la Iglesia Católica y luego lo asumió la Democracia Cristiana
nacional e internacional como un proyecto político global. Hoy, ya al culminar la primera
década del siglo XXI, asistimos a una involución de lo social en la iglesia católica? O será
la incorporación de este proyecto, llamémoslo “humanista Cristiano” a uno más amplio
como es el capitalismo globalizador?. Preguntas que son importantes de realizarlas, en
especial cuando desde el propio Vaticano acusan recibo de millones de criticas acerca de la
3
gestión y de los “pecados”, muchas veces silenciados de una jerarquía corporativista que
olvida sus deberes con mucha frecuencia.
Pero que es la Enseñanza Social de la Iglesia?, Tiene aún sentido enseñar este conjunto de
orientaciones cuando el propio Juan Pablo II en Centesimus Annus la situó como parte de
la teología moral, al creer que el capitalismo liberal había triunfado finalmente en contra
del colectivismo marxista?
Sin duda la enseñanza social de la iglesia incorpora en parte el proceso que ha significado
la elaboración de esta orientación, una perspectiva histórica, fundamentalmente para
realizar un acercamiento al proceso de elaboración de diversos criterios de Juicio, análisis y
discernimiento de diversas situaciones sociales. Desde la perspectiva del Evangelio y como
parte de una perspectiva que continua profundizando la centralidad del ser humano en la
sociedad y sus estructuras. De esta forma los diversos textos elaborados por el Magisterio
de la Iglesia tienen su máxima expresión en las Encíclicas Sociales (1).
En este trabajo analizaremos los fundamentos históricos y de cómo estas orientaciones han
transitado por un importante proceso del discernimiento moral, que la ESI supone en los
fieles laicos, antes de actuar estos en los procesos históricos en donde se encuentran
insertos. En especial hemos destacado, en forma complementaria, diversos aspectos y temas
relacionados con el trabajo humano.
El texto esta diseñado y articulado desde una perspectiva que da cuenta del proceso, en
ocasiones conflictivo, de la elaboración de la denominada Enseñanza Social, para la
sociedad, como para la misma Iglesia durante el siglo pasado y desde los inicios del
presente siglo hasta nuestros días ; Desde esta perspectiva la Iglesia en su preocupación por
la persona se ha inquietado por las condiciones en que se realiza el trabajo humano, que es
en cierta forma el eje articulador de todo el conjunto de la Enseñanza social, desde esta
perspectiva la Iglesia ha interactuado con diversos sistemas económicos y políticos,
predominantes en diversas épocas (2) entre ellos figuran dos sistemas que sobresalen; El
Capitalismo liberal (liderado por los Estados Unidos de Norte América) y el Colectivismo
Marxista (Liderado por la ex-Unión de Repúblicas Soviéticas) ,en cuanto a una de las
expresiones significativas del Marxismo Leninista. Aunque han existido otros sistemas
intermedios han prevalecido estas dos tendencias. Por una parte el Capitalismo Liberal (3)
ha predominado en occidente por muchos años. Una de las alternativas a él surgirá en la
1.-Encíclica, significa literalmente "en ciclos", de allí que la Iglesia publique regularmente otros documentos
que van respondiendo a diversas problemáticas sociales.
2 .-Ver: Jean-Marie Aubert. Moral Social para nuestro tiempo. Ediciones Herder. Barcelona. España (1982)
Capitulo IV. Las falsas soluciones al problema económico: Pag 43 ss.
3 .-Concepto con el que diversos Papas han identificado a esta corriente ideológica, política y económica
desde fines de 1981.-
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Rusia Zarista, en donde la pobreza y las guerras contribuyeron notablemente al cambio
radical del sistema y con ello de la sociedad en su conjunto. De allí emergerá La Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) que desde su creación en Octubre de 1918 fue
una de las máximas expresiones alternativas al Capitalismo. Sin embargo después de la
crisis de 1989 comienza a deteriorarse progresivamente el régimen y sus estructuras,
generando nuevamente una aparente supremacía del capitalismo, especialmente el
Occidental. Pero han pasado los años y actualmente los Rusos han asumido una especie de
capitalismo moderado. Esta tensión ideológica, política y económica (entre ambos
sistemas) constituyó una tensión ambiental que predominó en muchas encíclicas sociales
especialmente por la influencia de la “Guerra fría” que surge en los años 40 del siglo XX,
posteriormente a la segunda guerra mundial y por las permanentes hostilidades de ambas
potencias en forma directa y a través de terceros países en conflicto, como ocurrió en
Korea, Vietnam y Cuba entre otros.
Esta problemática es importante de considerarla al momento de analizar los diversos
documentos sociales. Que incorporan una serie de temas como el aporte teológico,
económico y político-social, en donde profundizaremos algunos temas en especial aquellos
más cercanos a nuestra propia realidad Latinoamericana y Chilena, en donde el Episcopado
latinoamericano ha realizado un importante aporte desde la perspectiva del análisis de las
problemáticas más importantes que afectan a nuestro continente.
La primera Encíclica Social fue escrita por el Papa León XIII, y fue llamada “Rerum
Novarum” (RN) o “Acerca de las Cosas Nuevas”, que a fines del siglo XIX ( 14 de Abril de
1891) planteaba la situación inhumana en que vivían los trabajadores y sus familias en
manos de los “patronos” como eran llamados los empresarios de la época. En ella el Papa
señalaba:” Es urgente proveer de la manera oportuna al bien de las gentes de condición
humilde, pues es mayoría la que se debate indecorosamente en una situación miserable y
calamitosa, ya que, disueltos en el pasado siglo(XVIII) los antiguos gremios de artesanos,
sin ningún apoyo que viniera a llenar su vacío, desentendiéndose las instituciones públicas
y las leyes de la religión de nuestros antepasados, el tiempo fue insensiblemente
entregando a los obreros, aislados e indefensos, a la inhumanidad de los empresarios y a
la desenfrenada codicia de los competidores” (RN 1). Un texto que después de 119 años
aún es iluminador, ya que la situación de los trabajadores, sus familias y organizaciones ha
tenido una involución impresionante en estos últimos años, una que contrasta con los
avances técnicos, sociales y públicos que hoy utilizan los ciudadanos del siglo XXI. Porque
en mercado se ha reposicionado nuevamente y aunque existen normas internacionales sobre
el derecho al trabajo, este es solo un principio que no se puede ejercer. Para ilustrar esta
afirmación solo considerar que en Chile, con una PEA de más de 6 millones de
trabajadores, solo negocian colectivamente el 11 porciento, es decir un poco más de 600
mil trabajadores pueden pactar con sus empleadores las condiciones económicas y sociales
derivadas del trabajo. Esto sumado a que las organizaciones de trabajadores como los
5
sindicatos también carecen de una representación importante que no sobrepasa en Chile al
10% del total de los Trabajadores. Temas que sin duda son un estimulo para reflexionar
desde la fe y la ESI sobre como podemos contribuir a la dignificación del trabajo humano.
Volviendo al siglo XIX, en ese momento se gestaban en el mundo y ya que en este
momento de la historia los socialismos (4) de Europa constituyen una especie de "amenaza
al orden establecido" para el capitalismo de la época y para la propia Iglesia jerárquica, esta
situación se encuentra en la base de la Primera Encíclica social del Papa León XII, en que
maduraba un proceso interno de una inédita gran participación de los fieles laicos, conocido
como el catolicismo social, que en cierta forma rompe en paradigma de la cristiandad
católica predominante durante muchos años, intentando asumir diversos criterios sociales,
que se abrirán a una nueva dimensión en la participación de los fieles laicos, como
colaboradores del Magisterio en diversas materias sociales, que les son propias y
coherentes a su vocación y misión en la sociedad y extraordinariamente en la propia
Iglesia. Por otro lado la misma Iglesia en su conjunto había enfrentado situaciones
complejas, aplicando para ello un instrumento que se fundan en un conjunto de
orientaciones, criterios de juicios y directrices de acción que supone la Enseñanza social.
4 .-Diversos tipos de “socialismos” que con el tiempo se han podido precisar; el socialismo
democrático,(Europa, principalmente por el aporte de Granci en Italia) el marxismo-leninismo, (soviético) el
Marxismo-Maoista (china), el socialismo indoamericano (Mariategui), entre otros.
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2.- MARCO TEORICO.
Al iniciar nuestra reflexión sobre la Enseñanza Social, es importante considerar en una
primera instancia, el marco teórico de por qué la Iglesia Católica esta interesada e
involucrada profundamente con lo social por más de 120 años en lo que ella misma
denomina como Enseñanza Social. Esta pregunta es constante y ha sido planteada con
diversos énfasis, según el momento histórico y el contexto ambiental en donde haya sido
formulada.
Un primer criterio de análisis es que lo social es el campo propio de toda actividad
humana, y es complementaría al hombre mismo, ya que la persona es por esencia un ser
social, abierto a los demás, a la creación y a Dios, para lograr su plena realización. Una que
por mucho tiempo en el mundo cristiano estuvo priorizada por la vida trascendente, es decir
todo lo que viene consignado en el mundo religioso para después de la muerte. La vida en
el aquí y el ahora siendo importante, estaba en manos de los dirigentes políticos,
económicos y de las propias iglesias en Europa. Esto es fundamental al momento de
comenzar la revolución industrial ya que la Iglesia Católica Romana aún poseía un
importante “influencia” en los destinos de la sociedad europea a mediados del siglo XIX.
Una Iglesia que además se veía enfrentada al mundo el que por años venia rechazando.
Dada las condiciones de pobreza, explotación y abusos en contra de hombres, mujeres y
niños en las emergentes industrias intensivas en mano de obra, los que habían alzado la voz
en contra de estos vejámenes habían sido algunas corrientes socialistas, una de las más
activas era el socialismo que se nutria del Marxismo, que para la jerarquía eclesial
representaba lo más temido; entre otros fundamentos señalaban el emergente ateísmo y la
instauración de una sociedad sin clases. Esto sin duda eran temas que no se habían
discutido, sin embargo la acción sindical de dirigentes sindicales socialistas y comunistas
habían logrado progresivamente dirigir las movilizaciones de los obreros en Europa con
bastante éxito. Sin duda esta nueva realidad social no fue del todo bien comprendida por la
jerarquía que se negaba a actuar a favor de los pobres y en especial de los obreros. Las
diversas presiones sociales y eclesiales de los laicos Europeos articulados en el movimiento
del catolicismo social fue sin duda el estimulo que la jerarquía necesitaba para tomar
partido por los pobres, aunque originalmente no lo hacen por los pobres mismos, sino en
oposición a estos movimientos sociales y políticos que consideraban peligrosos. ¿Qué
ocurrió finalmente?. El Papa León XIII (1878-1903) fue sin duda uno de los Pontífices de
la Iglesia Católica Romana que logro comprender el proceso de cambios que se fraguaba en
la llamada “Question social” y que fue finalmente la motivación para publicar la primera
Encíclica social Rerum Novarum (Acerca de las cosas nuevas) en 1891. Desde este Papa
hasta Juan Pablo II el tema de la enseñanza social va siendo enriquecido en forma
permanente hasta que en 1987 Juan Pablo II señala que todo lo Humano no es ajeno o
extraño a la Iglesia, señalaba al respecto:" La preocupación social de la Iglesia, orientada
al desarrollo auténtico del hombre y de la sociedad, que respete y promueva en toda su
7
dimensión la persona humana, se ha expresado siempre de modo muy diverso. Uno de
los medios destacados de intervención ha sido, en los últimos tiempos, el magisterio de los
Romanos Pontífices, a partir de la Encíclica Rerum Novarum de León XIII como punto de
referencia". (5) Importante si consideramos que con ella la Iglesia inicia sistemáticamente
un proceso crítico frente a los sistemas económicos, políticos y sin duda culturales. Desde
este momento se inaugura en la Iglesia un estilo que diversos Pontífices mantendrán,
posteriormente a través de diversas encíclicas sociales. Es significativo recordar que el
Magisterio Pontificio proclama un conjunto de orientaciones que de una u otra forma ya
han sido socializados por los propios fieles laicos. (6) Y que si duda constituyen la base de
la Pastoral social.
Es esta preocupación por toda la persona la que ha llevado a la Iglesia Católica, en diversos
momentos históricos, a fundamentar su disposición y acción pastoral, precisamente porque
ve en toda persona la Imagen visible del Dios invisible, encarnado en Jesucristo. Pero es la
persona y las personas una de las preocupaciones constantes de la Iglesia, ya que las
relaciones humanas se desarrollan en diversos contextos antropológicos y por lo mismo
éticos, de allí que sean precisamente determinados valores sociales los que son defendidos
por la Iglesia, entre ellos sin duda destaca la solidaridad, tanto como actitud humana y
como virtud cristiana, desde nuestra perspectiva esta dimensión ética realiza un aporte serio
y responsable a las relaciones humanas y laborales en cada una de sus múltiples
dimensiones. Las experiencias de acción social solidaria que la Iglesia Católica ha realizado
a través de los años, en especial desde la perspectiva de los hombres de trabajo en la
sociedad occidental y en nuestro país en particular constituyen, en cierto sentido el eje
articulador de nuestro desarrollo, de allí que intentemos situar o contextualizar
adecuadamente los principales documentos Pontificios y las prácticas eclesiales en función
del trabajo humano, en los contextos socio-históricos en donde han sido gestados, sin
agotarlos.
En la elaboración de las orientaciones sociales de la Iglesia han influido, sin lugar a dudas
las condiciones ambientales, que de una u otra forma han puesto en tela de juicio algunos
valores permanentes, que la misma Iglesia ha defendido a través de su historia. Desde esta
perspectiva la Enseñanza Social ha propuesto y articulado un conjunto de valores
permanentes como es la dignidad de la persona que de acuerdo a las condiciones de cada
país, son variables y que requieren permanentemente de una actualización, en este sentido
podemos considerar los sistemas políticos, que como el democrático (real, no solamente
formal) que ha sido paulatinamente incorporado, no precisamente por ser perfecto sino más
5.-Juan Pablo II. Encíclica Sollicitudo Rei Socialis (SRS), Ed Paulinas,1987, Nº1.Traducción" La
preocupación social de la Iglesia. 6.-Por ejemplo es el Catolicismo social de Alemania, Bélgica, Francia e Italia, una de las fuentes de la
preocupación social de la Iglesia por el proletariado urbano del siglo XIX, que encuentra su máxima
expresión en la Encíclica R.N de León XIII.
8
bien por su perfectibilidad, es decir porque puede seguir perfeccionándose a través del
tiempo y lo que es más importante, porque es el que más respeta y promueve a las personas
y los pueblos, de igual forma los diversos sistemas económicos, que en el transcurso de los
cien últimos años han transitado por diversas experiencias. Sin embargo fue la situación de
los obreros o proletarios, que siendo explotados inhumanamente por el sistema capitalista
de la época (1891), constituyeron uno de los principales motivos de la primera intervención
social solidaria que diversos sectores de Católicos y más tarde desde la propia Jerarquía de
la Iglesia, encabezada por el Papa en el campo social Europeo, y secundariamente en
nuestro propio país. Durante este proceso la Iglesia ha intentado situarse permanentemente
para ser cada vez más fiel al Evangelio de Jesús, adaptación que se ha realizado muchas
veces entre luces y sombras, como un aspecto significativo de la preocupación social, en lo
que se refiere a la búsqueda del desarrollo integral de las personas y de la sociedad en su
conjunto.
En relación a la génesis de la preocupación social de la Iglesia; Aunque existió una serie de
preocupaciones previas en diversos documentos sobre los problemas sociales, solamente
con la publicación de la primera encíclica Rerum Novarum (R.N), Acerca de las cosas o
fenómenos nuevos que surgían en la sociedad occidental a fines del siglo XIX. Se trata en
ella la problemática social del mundo moderno globalmente y en términos que promovían
un diálogo entre los diversos sectores involucrados; Obreros Industriales y Patrones,
cambio significativo en el lenguaje al que estaba acostumbrado el Magisterio. Podemos
señalar incluso que fue uno de los primeros signos que disponían a la Iglesia Jerárquica a la
búsqueda del cambio que llegaría a consolidarse con el Concilio Ecuménico Vaticano II a
mediados de los años 60 del siglo XX, en especial la Encíclica Gaudium et Spes (Los gozos
y las esperanzas), en donde el Papa Pablo VI se atreve a asumir que los gozos y las
esperanzas del mundo también lo son de la propia Iglesia.
La problemática a la que hace alusión R.N es sin duda suscitada por las condiciones de vida
y de trabajo en que vivía un gran sector de la sociedad; el proletariado urbano industrial,
sometido a condiciones inhumanas por el sistema productivo del capitalismo liberal. Este
tema social, será considerado como un conjunto integral en su análisis, incorporando
elementos propiamente teológicos que brindan un conjunto de aspectos que permiten
discernir sobres las nuevas situaciones. Especialmente aquellas que son generadas por el
avance inexorable de la tecnología y la naciente industria, que en si misma son una ayuda
imprescindible para el desarrollo de la sociedad, sin embargo cuando en estas no consideran
la centralidad del sujeto humano, es decir de la persona, pueden transformarse en elementos
que desvirtúan el valor del trabajo, como de las personas que se relacionan a ellas. Es en
este contexto en donde se intenta incorporar formalmente a los fieles laicos en cuanto
colaboradores de una tarea fundamental en la sociedad, tarea que más tarde será reconocida
como el denominado el Catolicismo Social que dará las bases para una pastoral de lo social,
sin embargo en esta primera encíclica predomina la problemática Europea a la que
9
directamente alude el Papa. Más adelante veremos que en nuestro país también se había
iniciado un proceso paralelo al catolicismo social Europeo.(7) Señalaba el Papa León XIII
refiriéndose a la situación global de los obreros sometidos por el sistema productivo y
económico imperante en la época :" Es urgente proveer de la manera oportuna al bien de
las gentes de condición humilde, pues es la mayoría la que se debate índecorosamente en
una situación miserable y calamitosa(...) aislados e indefensos a la inhumanidad de los
empresarios y a la desenfrenada codicia de los competidores"(8).Problemática que suscita
en diversos medios situaciones y actitudes encontradas, incluso de incomprensiones por la
actitud que asumía el magisterio en la persona del Papa.(9) A Pesar de esto, la Iglesia
continua velando y profundizando diversos temas relacionados con la miseria de los
trabajadores, y en especial aquellos temas como los económicos y políticos por las
repercusiones que estas dimensiones tienen sobre la sociedad, temas que cada vez van
alcanzando una mayor relevancia e influencia en la vida del pueblo. De allí la importancia
de conocer y contextualizar permanentemente los documentos emanados desde el
Magisterio Pontificio, el que cada vez va consolidando en diversas orientaciones directrices
de acción para la propia Iglesia, pero en forma especial a los fieles laicos que están
llamados por su propia vocación y misión a ser protagonistas principalmente del cambio
social, para ello se encuentran inmersos en su propio tiempo e historia. (10
)
7. En América Latina y en particular en nuestro país, la industrialización en los términos en que se aplicaba
en Europa tendrá una aplicación más tardía, sin embargo las condiciones de explotación del factor humano en
las nacientes industrias, en especial en el sector minero.
8.-La Encíclica Rerum Novarum Constituye un importante testimonio histórico acerca de como la Iglesia
asume y plantea su propia intervención social en materias laterales al trabajo y a las condiciones de vida de
los trabajadores.
9.-ver el impacto provocado por la Encíclica Rerum Novarum en: Pierre Bigo. Doctrina Social de la Iglesia.
Instituto Católico de Estudios Sociales, Barcelona, España, 1967,págs 58ss.
10
.-Es importante señalar que las Encíclicas Laborem Exercens (1981), Sollicitudo Rei Socialis (1987) y
Centesimus Annus (1991), constituyen un cuerpo social significativo en la Iglesia en especial con relación al
trabajo Humano.
10
3.-EN EL AMBITO DE LA IGLESIA-COMUNIDAD.
Para muchas personas, la misión de la Iglesia-comunidad estaría o debería estar centrada
sólo en una aparente dimensión espiritual desvinculada de la realidad o del acontecer
histórico, un vacio teológico para aquellas personas que sólo buscan un descanso a través
de una pesudo-religiosidad de sus propias acciones y actitudes, las que son sin duda una
carga para sus conciencias y que evidentemente los problemas del "ahora y del aquí", no les
interpelan o simplemente no tienen la fuerza moral para liberar a sus propias conciencias de
las repercusiones que determinados criterios" técnicos" generan en ellos mismos y en la
sociedad. Como consecuencia de su aplicación en las personas concretas, en especial en
aquellos que dependen para vivir de un salario (asalariados) como son las grandes mayorías
de trabajadores, tanto del sector formal como del informal, entre los que sin duda surge una
especial preocupación por aquellos que son sub/contratados a tiempos parciales. (Como
veremos más adelante) precarizando el empleo, pero a través de él la propia vida.
La Iglesia Católica ha sostenido permanentemente su preocupación por la persona integral,
es decir, valorando y respetándolas, porque ella a su vez también comparte las
debilidades de su propia época, de allí que el respeto progresivo a cada una de sus
múltiples dimensiones, en que las personas y los pueblos son una parte importante de la
preocupación social, la cual es una tarea prioritaria no excluyente de los fieles laicos
insertos en la sociedad y sus estructuras, sean estas políticas, económicas y culturales, y sin
duda religiosas en donde participan en forma extraordinaria.(11
) Esta dimensión social
estaría vinculada a " lo político" (polis), termino que etimológicamente se refiere a la a lo
público, a lo común de un grupo social y no a "lo religioso", que estaría restringido a lo
individual, en especial en el mundo capitalista de inspiración protestante (12
). Una
separación entre lo público y lo individual llevado a cualquiera de sus dos extremos es
perverso, porque los seres humanos se desarrollan en ambas dimensiones de la realidad.
Las experiencias históricas nos señalan que destacando sólo lo societal se subordina a la
persona a los mandatos de la sociedad ,(Colectivismo Marxista) o lo individual que llega a
limites de la cultura del individualismo, que lesionan el bien común de la humanidad, sobre
la cual existe una hipoteca social (Capitalismo Liberal). Con el precedente antropológico de
que las personas y las sociedades son esencialmente complementarias, porque la vida
humana y la sociedad formada por personas es parte de un proceso de integración
permanente. De allí que debamos reivindicar el auténtico sentido de que la ESI debe
iluminar precisamente estas realidades con una óptica trascendente, que potencie lo positivo
11
.- El ejercicio del Sacerdocio común de los fieles laicos:"Los Fieles, incorporados a la Iglesia por el
Bautismo, quedan destinados por el carácter del culto de la religión cristiana y regenerados como hijos de
Dios, están obligados a confesar delante de los hombres la fe que recibieron de Dios mediante la Iglesia" Ver.
Constitución Dogmática sobre la Iglesia, Lumen Gentium Nº11.Ed BAC, Madrid, España. 12
.-Ver Max Weber. en su obra clásica: El Espíritu del Capitalismo, en donde recoge la inspiración de la Obra
de Lutero y Calvino y que incentivan el logro individual.
11
y humano de cada una de las sociedades. De allí la necesidad permanente de que los fieles
Laicos realicen a diario una profundización tanto de su fe, como de otros elementos que les
permitan discernir mejor las complejas realidades en que se encuentran a diario.
Al analizar la Misión de la Iglesia Católica desde el punto de vista de su preocupación
social debemos formularnos al menos algunas interrogantes básicas para discernir nuestras
propias acciones en el plano de lo social desde la perspectiva teológico-moral: La primera
de ellas nos plantea la conveniencia (13
) de anunciar un Evangelio alienante, desconectado
y sin repercusiones en la vida concreta e histórica del hombre y de la sociedad. Porque esta
pregunta tiene vigencia en la medida en que muchos cristianos buscan aislarse de las
complejidades de la vida moderna, asumiendo un papel de espectadores y no de
protagonistas en el cambio social al que están llamados desde la fe. Es más fácil quejarse de
como están las cosas, de plantearse y realizar acciones para transformar la realidad. Por otra
parte debemos plantearnos si existen en la Palabra de Dios (Sagrada Escritura y
especialmente en el Nuevo Testamento) elementos que nos permitan saber más o menos
fidedignamente, si Jesús de Nazaret y sus Apóstoles se preocuparon o no de las múltiples
urgencias sociales y políticas de su propia época. Las lecturas que se realicen de estos
testimonios narrados por las primeras comunidades son claves para testificar el grado de
compromiso que asumió la comunidad primitiva social y políticamente en su propia época,
a pesar de la tensión escatológica que creaba la inminente llegada del Reino de Dios. De
esta forma podemos apreciar como los primeros cristianos intentan seguir las actitudes y el
estilo de vida de Jesús explicitado en el texto de Hech 2,42ss que narra la primera
comunidad de vida como el modelo a seguir por los “Nazarenos”. Que “compartían todo
entre los hermanos”.
13
.- El tema de la Licitud de actos y actitudes de propio de la teología Moral, que no trataremos en esta
oportunidad.
12
4.-TODO TRABAJADOR ES PERSONA.-
En la cosmovisión Católica el hombre (toda persona) y en especial el pobre es un LUGAR
privilegiado en que Dios se hace presente, manifestando su plenitud. Para comprender
esta manifestación es necesario el sentido de la fe, que es un don o un regalo de Dios, pero
también es el deseo de acceder a ella, para quienes ven en Jesús el modelo redentor de su
condición debilitada, pero es también el sentido común de humanidad solidaria, para todos
aquellos que no reconocen la fe en sus valores o en sus inspiraciones sociales. Dios, en
Jesucristo, se manifiesta y se identifica con el pobre, como da testimonio la primera
comunidad que estampa su fe en el texto de Mt 25,40ss, de allí que toda acción
humanizadora sea a su vez un acto profundo de fe, un auténtico culto a Dios manifestado
visiblemente en el caído y los necesitados. Este es un importante desafío para aquellos que
buscan a Dios en donde saben que no son interpelados por la realidad de la vida. (Ver Lc
10,25-37). Al respecto conviene recordar los siguientes principios, Jesucristo viene a
liberar y a promover al hombre de todos los tiempos de sus esclavitudes (antiguas y
modernas) que lo separan de él mismo, de sus hermanos (prójimos), de la Creación
(ecología y medio ambiente) y de Dios Padre. Por lo mismo la Iglesia propone al hombre
como camino, porque es en el hombre donde se identifica a Dios mismo. Esta identificación
de Jesucristo no es casual, de allí que debamos tomar con mayor seriedad aún que el
hombre o la persona humana es el pilar esencial de la Iglesia al cual deben orientarse sus
estructuras y servicios. Es decir la Iglesia al servicio de la persona y no la persona al
servicio de la Iglesia, principio reafirmado en el Concilio Ecuménico Vaticano II en
diversos Documentos Conciliares que hoy aparecen como disminuidos por la práctica
eclesial en las diversas instancias de participación.
Otros aspectos complementarios dicen relación con algunos de los señalado anteriormente;
El anuncio y la denuncia de la Iglesia es parte importante de su razón de ser, anuncio al
servicio del hombre y de los pueblos, debe ser guía de orientación en cuanto puede asumir
a través de la colaboración de los fieles laicos sus responsabilidades sociales, económicas,
políticas y de otros ordenes, pero un anuncio que intente además ser “la voz de los sin voz”.
Esto supone intentar ser la conciencia moral de la humanidad en todos los planos y ámbitos
en donde se desarrolle la VIDA. De allí que la propia Iglesia no puede ni debe silenciar los
atropellos e injusticias que se comenten a diario con los más débiles. De allí que la
denuncia sea también un aspecto esencial de la acción eclesial. Es importante recordar la
"pastoral del anuncio y la pastoral de denuncia que planteaban nuestros Obispos:" La
primera tarea de la Iglesia es la de dar testimonio y sostener con la palabra y con el
ejemplo el mensaje evangélico de paz y de justicia ante los derechos del hombre"(14
) Pero
una conciencia moral que sea respetuosa del legítimo campo de la autonomía social,
14
.-Ver en el Documento de la Comisión Pontificia Justicia y Paz : La Iglesia y los Derechos del Hombre.
1974. Nº 70 ss.
13
además de situarse cada vez más en una sociedad que supone la profundización y respeto
por la diversidad cultural en todos los niveles de las expresiones antropológico-
culturales. Tarea que es sin duda compleja, además de que obliga a la misma Iglesia y a
todos sus miembros, a situarse en un mundo cambiante y dinámico que busca sus
modalidades propias de realización. Además debe denunciar permanentemente, de que
no es posible aceptar que la evangelización olvide o no considere los graves problemas que
dicen relación con la el principal tema del Continente la Pobreza que supera al 50% de la
población continental (15)
Aunque la necesidad humana se entiende desde la comprensión ideal del hombre. A cada
nivel histórico y cultural corresponde una determinada noción de pobreza y de los
problemas vinculados con la justicia en sus diversas formas (16
) y del desarrollo
integral al que están llamados todas las comunidades humanas, así como la importante
tarea de consolidar la paz de todo el mundo y especialmente en nuestra región aún, con
heridas abiertas tan profundas provocadas por los crímenes de los regímenes autoritarios de
“inspiración cristiana” en décadas pasadas. También es importante no olvidar la prioridad
por los más pobres o empobrecidos por las estructuras y condiciones de vida, para ser más
exactos. Junto al anuncio ,la condena clara y evidente a quienes ideologizan a Cristo, a
quienes anuncian un evangelio sin incidencias sociales, económicas y políticas,
manipulación ideológico-religiosa de algunos que en la práctica equivale a cierta
complicidad o colusión con el sistema injusto establecido, dirigido y orientado por los
más poderosos y ricos de las naciones del mundo. De esta forma se reafirma la noción de
que la ESI no son una ideología (17
), sino una cuidadosa formulación del resultado de una
atenta reflexión sobre las complejas realidades de la vida del hombre en la sociedad y en el
contexto internacional, a la luz de la fe y de la tradición eclesial.
De allí que la Iglesia, en su conjunto, se compromete y colabora, dentro de múltiples
limitaciones que le vienen dadas por los propios hombres y mujeres que participan en ella.
15 . Informe de los Objetivos del Milenio 2009 de la Organización de las Naciones Unidas 16
.-Sobre el tema de la Justicia, ver Tony Mifsud, Moral del Discernimiento. Tomo IV, Ed CIDE, Stgo de
Chile,1987, pág 12 a 20. Además Pierre Bigo. Doctrina Social de la Iglesia, op.cit. págs 243 a 259. 17
.-La Ideología como concepto utilizado frecuentemente en nuestra sociedad por sectores autodenominados
como no ideológicos (neo-liberales) desconocen el significado de este concepto, el cual es explicitado a
continuación :" contrariamente a la acepción que a veces adquiere de construcción subjetiva, significa, en el
original griego significa, la forma visible, el aspecto de las cosas. En otras palabras, mi percepción de lo
objetivo. Designa, por así decirlo, la sistematización de lo que se percibe sobre lo real. Toda técnica, todo
método, toda ciencia, todo lo que pretende tener eficacia, dominar los hechos, forma parte de una experiencia
objetiva, de un sistema que, por precarios que sean nuestros conocimientos, creemos haber aprendido de lo
real. Ideología designa así y en esto el lenguaje común es testigo, una visión de las cosas que se pretende
objetiva, es decir, no valorativa. El mismo uso que hace Marx de la palabra estriba en que las ideologías
pretenden esa objetividad sin poseerla, ya que están siempre al servicio de intereses que deforman la
percepción de lo real" Nota de Juan Luis Segundo, El hombre de hoy ante Jesús de Nazaret, Tomo I, fe e
ideología, págs 30-31, Ed Cristiandad, Madrid . España .1982. Desde una postura más actualizada sobre la
Ideología ver Slavoj Zizek. El sublime objeto de la Ideologia. Ediciones Siglo XXI. Bs As. Argentina. 2003.
14
A pesar de esto se compromete para promover integralmente al hombre y a crear las
condiciones de vida compatibles con la dignidad y derechos de la persona abierta a los
demás. Finalmente se compromete, solidariamente con los pobres, situándose desde ellos
empáticamente para comprender su vida, valores y puntos de vista de una sociedad que los
margina o que niega su plena realización. Desde otra perspectiva, la Iglesia situándose en
diálogo con la sociedad, se reúne en el Concilio Ecuménico Vaticano II, (1962 a 1965), y
señalaba en el contexto del orden social: "El orden social, pues, y su progresivo desarrollo
deben en todo momento subordinarse al bien de la persona, ya que el orden real debe
someterse al orden personal, y no al contrario. El propio Señor lo advirtió cuando dijo que
el sábado había sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado" (Mc 2,27).
¿Qué sentido tiene este texto? , simplemente señalar una vez más que la centralidad de la
persona es la que prevalece por sobre cualquier normativa o tradición, por muy venerable
que esta haya sido o sea en la actualidad, porque de perderse esta centralidad antropológica,
surge inmediatamente la imposición de aquellos que tienen la tendencia a proteger y tomar
decisiones por los demás, como ocurrió precisamente con el pueblo Judío, que por exagerar
la observancia a la ley genera el “culto a la norma” con los 615 preceptos que desvirtúan
incluso la propia Ley de Moisés. De esta forma se pierde el espíritu más original de la Ley
que era, por decirlo en concepto moderno una “pedagogía salvífica”, un proceso que
supone un crecimiento de lo menos a lo más, que es lo central y que en definitiva le da el
sentido mas profundo a la revelación. Podríamos señalar incluso que este criterio que busca
asegurar la gracia de Dios a través de la práctica escrupulosa de ciertas normas, se va
transformando en un paradigma que impide el crecimiento (crisis paradigmática), la
apertura, y sin lugar a dudas la capacidad de descubrir la presencia de Dios. De esta forma:"
El orden social hay que desarrollarlo a diario, fundarlo en la verdad, edificarlo sobre la
justicia, vivificarlo por el amor. Pero debe encontrar en la libertad un equilibrio cada día
más humano"(18
).
Sin duda el aporte del Concilio Vaticano II, supone de parte de la propia Iglesia-comunidad
un esfuerzo significativo de internalización de las líneas pastorales que lo sitúan al servicio
de la sociedad y del hombre inmerso en las problemáticas post-modernas, en diversos
sectores. En especial la gran mayoría de personas, que por las condiciones de vida aún
están sometidos a diversas situaciones similares a las que el Papa León XIII denunciaba
hace más de cien años en su encíclica RN. En la Iglesia también se aspira a un importante
antropocentrismo societal, ya que la persona humana es fundamental, en términos de
consolidar una vida social ética que la respete y promueva, en tal sentido agrega el texto
anterior :" Descendiendo a consecuencias prácticas de máxima urgencia, el Concilio
inculca el respeto por el hombre, de forma que cada uno, sin excepción de nadie, debe
considerar el prójimo como otro yo, cuidando en primer lugar de su vida y de los medios
necesarios para vivirla dignamente, no sea que imitemos a aquel rico que se despreocupa
18
.-Constitución Conciliar Gaudium et Spes,Nº26, Ed Biblioteca de Autores Cristianos (BAC).
15
por completo del pobre Lázaro; Lc 16,19-31”(19
). Un importante aporte viniendo del
Concilio, (la autoridad colegida máxima de la Iglesia católica) porque la parábola a la que
se hace alusión es precisamente la actitud del rico que no es capaz de empatizar o de
situarse y sentir desde o en el lugar del pobre con quien es injusto, negándole algo que el
mismo había recibido generosamente antes. Porque el gran drama de nuestra sociedad es
precisamente la coexistencia de visiones que se desconocen mutuamente y que por lo
mismo no logran situarse en la perspectiva del otro, sean estos trabajadores, fieles,
militantes políticos, estudiantes, mujeres o simplemente homosexuales y sus luchas
reivindicativas en una sociedad predominantemente masculinizada.
El gran aporte de la Iglesia Latinoamericana, ha sido la promoción y la liberación integral
de los pobres, que supone una actitud activa, protagónica de los propios cristianos como
una opción preferencial y que tiene su cuerpo orgánico en diversas iniciativas pastorales.
Sin embargo, desde la perspectiva de los fieles laicos, estos deben en su propia dimensión
utilizar como un instrumento privilegiado a la Enseñanza Social como lo señala Juan Pablo
II en la Encíclica Sollicitudo Rei Socialis (SRS Nº41), desde ella pueden articular y
discernir mejor sus propias opciones en la sociedad en que se encuentren insertos, porque
su campo propio de acción es el ámbito de la teología moral y no puede confundirse con
una ideología, como ya habíamos señalado.
19
.-Constitución Conciliar Gaudium et Spes Nº27, Op Cit.
16
5.- LA ACCION SOCIAL DE LOS FIELES LAICOS.
La Organización de la Iglesia esta - en términos generales-A nivel mundial en el Estado
Pontificio del Vaticano en donde el Obispo de Roma (Papa) ejerce una dirección
internacional en dos planos; como jefe político del Estado del Vaticano y como líder de la
Comunidad Eclesial Católica, ambos a nivel mundial; En un segundo plano se encuentra el
nivel regional, en nuestro caso para América latina y el Caribe; la estructura organizativa es
el Comité Episcopal para América Latina (CELAM), y un tercer plano es a nivel Nacional,
como es el caso de Chile operan dos niveles, Por un lado la Conferencia Episcopal (CECH)
como un organismo orientador y en el nivel propiamente local nos referimos a cada
Diócesis (20
) en donde los Obispos tienen la responsabilidad última de Dirigir y de orientar
al pueblo de Dios que están bajo su responsabilidad, es decir, deben ser los Pastores de las
personas que territorialmente pertenecen a sus diócesis. Cabe señalar sin embargo que
desde tiempos primitivos en la Iglesia-comunidad han existido en forma complementaria
una diversidad de funciones y carismas, de ellos destaca el llamado" sacerdocio común de
los fieles", (LG4) conferido a través del sacramento del bautismo. A los fieles laicos les
otorga la vocación y misión de realizar su peculiar actividad en la Iglesia, pero el lugar
propio es en el corazón del mundo, es decir a realizar su vocación en la sociedad y sus
estructuras:" Pero es en el mundo donde el laico encuentra su campo específico de acción
(E.N 73). Por el testimonio de su vida, por su palabra oportuna y por su acción concreta,
el laico tiene la responsabilidad de ordenar las realidades temporales para ponerlas al
servicio de la instauración del Reino de Dios (...) Entre estas realidades temporales no se
puede dejar de subrayar con especial énfasis la actividad política (A.A II, 5). (21
).(22
).
Un paso muy significativo para la época, esto desde un Concilio Ecuménico, como el
Vaticano II que fue audaz y valiente al intentar resituar la Iglesia en su conjunto al servicio
de la sociedad. Este espíritu innovador lo podemos reflejar en un párrafo muy importante
en lo que dice relación al servicio a los más pobres: "Los gozos y las esperanzas, las
tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de
cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de
Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. (...) La
Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su
historia"(23
). En él la Iglesia, a través de una de las autoridades máximas colegiadas, (24
)
20
.-Cuando se trata de una "Arquidiocesis" esta es presidida por un Arzobispo y su estructura orgánica-
pastoral en este caso es el Arzobispado. En las Diocesis, es el Obispo y Obispado. Existen otras formas
administrativas como prelaturas (Por Ejemplo la zona de la Araucanía), Cuando no existen todos los
elementos para constituir un Obispado. 21
.- ver Documento de Puebla Nº789 y 791. 22
.-Para un análisis más detallado sobre la misión y vocación de los fieles laicos en la sociedad ver
Documento de investigación Nº25 de la U.C.B.C. sobre la encíclica C.F.L de Juan Pablo II.
23
.-Concilio Vaticano II, Constitución Gaudium Et Spes,Nº1,Ed. BAC.
17
intenta resituarse, una vez más, al servicio de las personas y de los pueblos, cambiando una
postura predominantemente asistencialista y distante frente a los pobres para solidarizar con
ellos. Lógicamente no debemos olvidar de que la propia Iglesia comparte los pecados de la
humanidad al estar ella misma formada por personas, las que al igual que todos deben
discernir permanentemente opciones que busquen la plena dignidad de las personas y los
pueblos. El otro aspecto fundamental de la Iglesia es la presencia en ella del Espíritu Santo,
que de una u otra forma busca caminos de expresión, son a estos signos a los que debemos
estar atentos, también pueden venir de ámbitos no Católicos. Porque la forma de ser
católica puede transformarse también en un obstáculo para escrutar y descubrir los signos
de los tiempos.
Es este el gran desafío para los cristianos, saber escrutar los signos de los tiempos, porque
en última instancia la Iglesia, al igual que otras religiones y toda la humanidad somos
peregrinos que caminan al encuentro de la plenitud, para algunos que solamente la
encuentran en Dios. Conviene recordar que La Iglesia no es un fin en si misma, es un
medio a través del cual el Pueblo de Dios camina en medio de la humanidad en su
búsqueda en los eones del tiempo.
24
.-En la Iglesia existe la Autoridad Máxima colegiada, es decir el Papa junto a los Obispos reunidos en el
concilio, o el Papa solo cuando define algunas materias de fe. Este segundo aspecto fue reforzado después del
conflicto con la reforma protestante iniciada por Lutero (1520 aproximadamente).La respuesta de la Iglesia es
el Concilio de Trento de 1548 en donde se refuerza el rol del papado y la dimensión mariana, junto con el
sacerdocio.
18
6.- LOS CAMBIOS Y SUS CONSECUENCIAS SOCIALES.
Sin duda el mundo ha cambiado sustancialmente en los últimos años, uno de los cambios
más significativos ha sido sin duda el mundo de la Empresa y del Trabajo; sus estructuras
productivas han cambiado radicalmente en si mismas y en su impacto en el mundo social.
Así de una producción orientada por la oferta, la cual dio origen a la producción en escala,
fue cambiando a una producción orientada por la demanda, cuya estrategia implica una
producción y una posición diferenciada lo cual, a su vez, implica transformaciones
radicales en las estructuras organizativas a todo nivel, desde las Empresas, Estado, y sin
duda las propias organizaciones sociales, las que deben adaptarse rápidamente a este nuevo
modelo de relaciones orientadas principalmente por el mercado global. Podemos precisar
estas tendencias en los siguientes elementos más significativos:
6.1.-La progresiva descorporatización de las Empresas (nacionales y trasnacionales).
Esta nueva estrategia busca consolidar pequeñas unidades de negocios autogestionadas con
una gran capacidad de respuesta a las fluctuaciones de la demanda en el mercado. Ya no
son las empresas trasnacionales que operaban a grandes escalas. El impacto directo al
mundo de los trabajadores se refiere a que estas nuevas unidades económicas, flexibilizan
las relaciones laborales , con la intencionalidad de rebajar (abaratar) sus costos operativos,
externalizando diversas funciones tradicionales como el aseo, mantención, Transporte,
entre otras, entre las cuales figura el propio trabajo humano, y de estas forma pretender ser
más competitivas.
6.2.-Una segunda constatación se refiere a la descentralización de la producción; se
aprovechan al máximo las ventajas competitivas y comparativas a escala mundial: Un
producto se fabrica en diversos lugares del mundo, con la finalidad de atacar con mayor
rapidez y oportunidad las necesidades emergentes de las demandas, cada vez más
homogeneizadas por la cultura occidental en todo el mundo.
6.3.-Un tercer aspecto se refiere a los procesos de flexibilización y precarización del
empleo que exige una compactación o reducción de las estructuras organizativas, ello en el
contexto de una transformación radical de los procesos productivos y
administrativos/gerenciales. Estas nuevas formas como consecuencia de los Cambios
Tecnológicos Duros (tecnologías) y de los Cambios Tecnológicos blandos
(administración), afectan la competencia de la empresa. Aquí cabe conceptualizar a la
competencia laboral que cada vez se orientará a lograr una mayor eficiencia en el trabajo.
6.4.- Finalmente los diversos procesos de integración, en donde se crean alianzas
estratégicas, fusiones, asociaciones y proyectos de cooperación conjunta de bloques
económicos y comerciales en todo el mundo. En nuestro caso, la asociación a diversos
tratados comerciales como la APEC, a la UE, a tratados bilaterales de libre comercio y al
MERCOSUR y finalmente la UNASUR, las cuales suponen implementar una serie de
19
estrategias organizativas en el sector empresarial que hagan más competitiva a la economía
Chilena, en desventajas con dos de los principales miembros del Mercado, como son Brasil
y Argentina.
6.5.-La incapacidad de las organizaciones sindicales (nacionales e internacionales) para
adaptarse a estas nuevas realidades, considerando que en muchos países con un desarrollo
capitalista avanzado se han creado las condiciones legales (legislaciones laborales) que
vulneran claramente los Convenios de la OIT sobre libertad sindical y negociación
colectiva, siendo nuestro país uno de los que más rigideces presenta a la hora de considerar
las herramientas legales con que cuentan los trabajadores y sus organizaciones.(25). Todo
esto se agrava aún más cuando los trabajadores y sus respectivas organizaciones son
incapaces de autofinanciarse para poder mantener una independencia política de los
Partidos o de los grupos empresariales que los subordinan a sus propios intereses. A ello
debemos sumar que en el mundo del trabajo, el empleo precario, parcial, sub-empleado, los
cuales constituyen métodos que impiden la organización masiva de los trabajadores. Esto
principalmente porque prevalece la noción de que cada uno vela por sus propias
condiciones de trabajo. Falta aquí el sentido común de buscar la unidad en la diversidad de
los propios trabajadores y de sus organizaciones.
Desde un punto de vista más global considerando la representación, las organizaciones
nacionales (26) no han sido capaces en este escenario, de representar efectivamente los
intereses de los trabajadores, lo que agrava aún más la situación y profundiza la falta de
sentido para sindicalizarse en nuestro país.
25 .- La parodia existente en Chile del derecho a huelga que permite a las empresas contratar trabajadores
legalmente, la negociación colectiva reducida solo al 11% de los trabajadores activos, los grupos
negociadores, los delegados sindicales, la atomización de los sindicatos, etc. 26 .-En Chile existen dos centrales Sindicales legales, la Central Unitaria de Trabajadores; www.cutchile.cl,
la Central Autónoma de Trabajadores; www.catchile.cl y la Unión Nacional de trabajadores (UNT) que es
solo una organización de hecho. Las dos primeras están afiliadas a la Confederación Sindical de las Américas
(CSA) a a través de ella a la Confederación Sindical Internacional (CSI). En otros países existe además la
Federación Mundial Sindical (FMS) que en Chile acogen algunos grupos menores.
20
7.- LA ENSEÑANZA SOCIAL DE LA IGLESIA.
El concepto para identificas las orientaciones sociales del Magisterio a los fieles laicos ha
recibido varios nombres; Doctrina, Enseñanza, Ciencia Cristiana, etc. Nosotros hemos
privilegiado el concepto de “Enseñanza” porque en el mundo sindical, la palabra
“Doctrina” se identifica con dogmas y normas rígidas que no permiten a los laicos en el
recrear e innovar estas orientaciones en el mundo del trabajo, que es el centro de nuestras
preocupaciones.
7.1.-Un breve acercamiento a la génesis de esta importante orientación teórica y práctica a
los cristianos en lo social surge y se va desarrollando a través del tiempo, de allí que desde
la consolidación de los criterios y orientaciones del Papa León XIII, sean considerados
como un importante hito, que como señalaba el Padre Pierre Bigo. SJ, que aporta una nueva
perspectiva:" Con R.N. La Iglesia toma consciencia, no de una nueva misión con respecto a
la humanidad, sino de una manera nueva de interpretar su misión permanente. La Iglesia
fue siempre consciente de ser el fermento del mundo, y esta fe se expresa en las épocas
más humilladas del cristianismo, cuando en medio de las persecuciones se hacia más
improbable la posibilidad de desviar el curso de la historia. Pero es precisamente esta
actitud de ser un pueblo peregrino lo que le permite y consolida su libertad frente a la
sociedad. Esta acción social, es decir, sobre el mundo, seguía concibiéndose en el curso
del siglo XIX como una acción de los jefes de la Iglesia sobre los poderes civiles, porque la
vida de los pueblos y de la Iglesia ella misma tendía a reducirse a la de sus gobernantes.
En lo sucesivo, es el pueblo cristiano en su totalidad el que estará llamado por los papas a
tomar parte en la construcción de la sociedad"(27
), y cuarenta años después, se reconoce de
importancia de esta ciencia cristiana orientada a los social y económico, señalaba el Papa
Pio XI el 15 de mayo de 1931: "Bajo la dirección y el magisterio de la Iglesia, muchos
doctos varones, así eclesiásticos (Sacerdotes y Religiosos) como seglares,(laicos) se hayan
consagrado con todo empeño al estudio de la ciencia social y económica, conforme a las
exigencias de nuestro tiempo, impulsados sobre todo por el anhelo de que la doctrina
inalterada y absolutamente inalterable de la Iglesia saliera eficazmente al paso de las
nuevas necesidades"(Q.A 19).
La ciencia Social y económica a la que hace alusión Pio XI es precisamente la llamada
Enseñanza o Doctrina Social, veamos en sus propios términos este importante aporte:" De
este modo, mostrando el camino y llevando la luz que trajo la encíclica de León XIII,
surgió una verdadera Doctrina Social de la Iglesia, que esos eruditos varones, a los
cuales hemos dado el nombre de cooperadores de la Iglesia, fomentan y enriquecen de día
27
.-Pierre Bigo: Doctrina social de la Iglesia. Instituto Católico de Estudios Sociales, Barcelona, España.
1967, Pág 57.
21
en día con inagotable esfuerzo". (QA 20). El concepto de “Doctrina” va consolidándose a
la luz de diversos aportes, de allí su génesis dinámica, abierta a los cambios permanentes de
la propia sociedad. Esta doctrina sin embargo no es solo teoría religiosa para el campo
socio-económico, es sin lugar a dudas el inicio de lo que años más tarde se llamaría una
Pastoral de lo social, de allí que sea importante considerar su aplicación más inmediata de
esta Enseñanza en plena crisis mundial de la economía capitalista, tanto en Europa como en
los Estados Unidos, la Crisis del 29 y 30, que junto con evidenciar la dinámica cíclica
interna del Capitalismo, en esta crisis genera una serie de pensamientos alternativos que se
consolidarán durante tres décadas. Señala el papa:"Labor constante emprendida para
imbuir en los ánimos de los obreros el espíritu cristiano, que ayudó mucho para darles a
conocer su verdadera dignidad y capacitarlos, mediante una clara enseñanza de sus
derechos y deberes de su clase, para progresar legítima y prósperamente y aún
convertirlos en guías de los demás. De ello obtuvieron con mayor seguridad más
exuberantes ayudas en todos los aspectos de la vida"(QA 23-24). Otro importante hito
histórico en el desarrollo de la Doctrina social, la constituye la encíclica Mater et
Magistra del Papa Juan XXIII (15 de Mayo de 1961), unos pocos años antes de realizarse
en importante Concilio Ecuménico Vaticano II. El Papa Juan XXIII, señala con respecto al
aporte de la Encíclica R.N:" Fue, sin embargo, la encíclica Rerum Novarum la que
formuló, por primera vez, una construcción sistemática de los principios y una perspectiva
de aplicaciones para el futuro. Por lo cual, con toda razón juzgamos que hay que
considerarla como verdadera suma de la doctrina católica en el campo económico y
social"(M.M 15), en esta importante encíclica sin embargo encontramos los principios
fundamentales de esta doctrina católica para el campo social y económico, que tanto
impacto tienen en la vida de las personas, en especial de los trabajadores.
Ya más cercano a nosotros el Papa Juan Pablo II ha realizado importantes aportes a la
compresión y aplicación de la Doctrina social en nuestra época, señala en la encíclica
Sollicitudo Rei Socialis (1987) que tiene como uno de sus objetivos el " Afirmar una vez
más la continuidad de la doctrina social junto a su constante renovación. En efecto,
continuidad y renovación son una prueba de la perenne validez de la enseñanza de la
Iglesia. Esta doble connotación es característica de su enseñanza en el ámbito social, en
especial gracias al aporte que el propio Juan Pablo II ha realizado al conjunto de la
Doctrina Social durante estos últimos años. Por un lado el aporte de la DSI es constante
porque se mantiene idéntica en su inspiración de fondo, en sus" principios de reflexión", en
sus fundamentales "directrices de acción" y sobre todo, en su unión vital con el Evangelio
del Señor. Por el otro lado es a la vez siempre nueva, dado que esta sometida a las
necesarias y oportunas adaptaciones sugeridas por la variación de las condiciones
históricas así como por el constante flujo de los acontecimientos en que se mueve la vida
22
de los hombres y de las sociedades.(28
) El papa recordando la Encíclica de Pablo VI
(Populorum Progressio) en la misma línea de Rerum Novarum señala que: "Hay que
reconocer el mérito de haber señalado el carácter ético y cultural de la problemática
relativa al desarrollo y, asimismo a la legitimidad y necesidad de la intervención social en
este campo. Con esto, la doctrina social cristiana ha reivindicado una vez más su carácter
de aplicación de la palabra de Dios a la vida de los hombres y de la sociedad así como a
las realidades terrenas, que con ellas se enlazan, ofreciendo principios de reflexión,
criterios de juicio y directrices de acción"(recordando a O.A nº4) (29
). Sin embargo un
aporte definitivo que Juan Pablo II introduce sobre la Doctrina Social de la Iglesia es su
definición en el campo propio y específico de esta, la Teología Moral. La definición de la
Enseñanza Social de la Iglesia, claramente diferenciada de la categoría "ideológica" obliga
a diversos grupos sociales y políticos a redefinir sus principios, ya que la Enseñanza social
puede ser perfectamente utilizada por diversas instancias políticas partidarias, como parte
de sus principios, sin que esta sea agotada. La implicancia más directa de situarla en el
campo de la teología moral es que ella se relaciona desde la perspectiva de la fe con la
conducta social de las personas y de las organizaciones, veamos el texto: La Doctrina
social de la Iglesia no es, pues una" tercera vía" entre el capitalismo liberal y el
colectivismo marxista, y ni siquiera una posible alternativa a otras soluciones menos
contrapuestas radicalmente, sino que tiene una categoría propia. No es tampoco una
ideología sino la cuidadosa formulación del resultado de una atenta reflexión sobre las
complejas realidades de la vida del hombre en la sociedad y en el contexto internacional, a
la luz de la fe y de la tradición eclesial. Su objetivo principal es interpretar esas
realidades, examinando su conformidad o diferencia con que el Evangelio enseña acerca
del hombre y su vocación terrena y, a la vez, trascendente, para orientar en consecuencia
la conducta cristiana. Por tanto no pertenece al ámbito de la Ideología, sino al de la
teología y especialmente de la teología moral."(30
)
7.2.-La razón de circunscribir la D.S.I en el ámbito de la Teología Moral se debe, como ya
hemos señalado anteriormente a que el la enseñanza social de la Iglesia existen elementos
valoricos o axiológicos que la ubican en un plano superior, un plano que con el aporte
pístico, o de la fe en Jesucristo, de esta forma se puede articular mejor el sentido de nuestra
intervención en los complejos problemas sociales, iluminando a los fieles laicos en su
propia conducta personal y social, caben aquí perfectamente diversos valores orientados de
la praxis social de los cristianos. Lo anterior no impide que los fieles laicos adscriban a su
propio modelo "Ideológico" para buscar la transformación de la sociedad a través de los
Partidos Políticos, todo lo contrario, la dimensión política es fundamental para los fieles
laicos, ya que desde allí pueden realizar con plenitud el sacerdocio común de los fieles al
28
.-Juan Pablo II, Encíclica Sollicitudo Rei Socialis,Nº3.op.cit. 29
.-Juan Pablo II. Encíclica Sollicitudo Rei Socialis, Nº8. op cit. 30
.-Juan Pablo II. Encíclica Sollicitudo Rei Socialis,Nº41.op.cit.
23
que han sido llamados por vocación. De esta forma la praxis de los cristianos, es decir la
acción transformadora de la sociedad en lo político, nos permite introducir elementos éticos
que buscan la promoción, dignidad y liberación de las personas, pero todo ello orientado
básicamente en el mundo del trabajo (31
) y de las complejas relaciones que en torno a esta
importante actividad humana se generan y que continúan desarrollándose a través del
tiempo y de las nuevas situaciones en el mundo.
Si analizamos detenidamente el surgimiento de esta orientación social animada desde la fe,
que es propuesta por la Iglesia Magisterial. Veremos que existen aportes que se integran
para profundizar y desarrollar permanentemente la ESI; entre las principales fuentes
encontramos a:
a) Las Sagradas Escrituras, en especial el Nuevo testamento y muy particularmente, los
criterios que emanan de los principios cristológicos (32
).
b) Diversos aspectos teológicos de la tradición de la Iglesia. Desde las primeras respuestas
a problemas sociales de los llamados padres de la Iglesia. (Griegos y Romanos).
c) El Magisterio Pontificio, especialmente el aporte de los Papas en los dos últimos siglos a
través de las encíclicas sociales.
d) Otros aspectos teológicos, filosóficos, políticos , económicos y culturales, entre lo cuales
destacamos el aporte de los propios trabajadores organizados, quienes con su vida y
práctica llevan a cabo estas orientaciones e incluso van más allá al realizar avances teórico-
prácticos significativos dada las condiciones de vida que les afectan.
7.3.-Explicitación de las Fuentes de la D.S.I:
Jesús de Nazareth es sin duda el Fundamento ético de nuestras acciones. Las Sagradas
escrituras están contenidas en el libro conocido como Biblia, que etimológicamente
significa "los libros", ya que contiene una serie de libros que narran de una forma muy
particular la historia de la salvación. Una gran primera parte es la conocida como el
Antiguo Testamento, la otra más nueva, es el Nuevo testamento, en el la persona de Jesús
es central. Desde la perspectiva de la E.S.I, las sagradas escrituras nos permiten extraer
31
.-Algunos textos sobre el tema: Compilación de Carlos Pressacco."El trabajo en la Doctrina Social de la
Iglesia" editado por la Universidad de los Trabajadores de América latina (UTAL) San Antonio de los Altos,
Edo Miranda. Venezuela. y el Instituto Latinoamericano de Doctrina y Estudios Sociales (ILADES) Santiago
.Chile 32
.-El aporte de las Sagradas Escrituras en fundamental para comprender la génesis y el sentido de la actividad
de los Cristianos. Por la orientación de nuestro curso este aspecto será complementario, pero sugerimos que
para su correcta interpretación sea consultado: Constitución Dogmática sobre la Divina revelación "Dei
Verbum", Concilio vaticano II, Ed Bac, Madrid,1975.
24
algunos criterios centrales que la comunidad-iglesia ha mantenido a pesar de los cambios
culturales e históricos que ha sufrido el "pueblos de Dios".
Del Antiguo Testamento (A.T), debemos señalar, para poder interpretar adecuadamente el
significado de las enseñanzas. En el Concilio Ecuménico vaticano II, en la Constitución Dei
Verbum se señalaba al respecto:" La revelación que la SS.EE contiene y ofrece ha sido
puesta por escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo. La Iglesia, fiel a la fe de los
Apóstoles, reconoce que todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus
partes son sagrados y canónicos, en cuanto que son escritos por inspiración del Espíritu
Santo, tienen a Dios como autor, y como tales han sido confiados a la Iglesia. En la
composición de los libros sagrados, Dios se valió de hombres elegidos, que usaban de
todas sus facultades y talentos; de este modo, obrando Dios en ellos y por ellos, como
verdaderos autores, pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería."(33
) En lo que
respecta a cómo se debe interpretar la escritura, el Documento señala: "Dios habla en la
Escritura por medios de hombres y en lenguaje humano, por lo tanto, el interprete de la
escritura, para conocer lo que Dios quiso comunicarnos, debe estudiar con atención lo que
los autores querían decir y Dios quería dar a conocer con dichas palabras. Para
descubrir la intención del autor, hay que tener en cuenta, entre otras cosas, los géneros
literarios, pues la verdad se presenta y se enuncia de modo diverso en obras de diversa
índole histórica, en libros proféticos o poéticos, o en otros géneros literarios. El intérprete
indagará lo que el autor sagrado dice e intenta decir, según su tiempo y cultura, por medio
de los géneros literarios propios de la época. Para comprender exactamente lo que el
autor propone en sus escritos, hay que tener en muy en cuenta los modos de pensar, de
expresarse, de narrar que se usaban en tiempo del escritor, y también las expresiones que
entonces más solían emplear en la conversación ordinaria"(34
) Estos criterios nos permiten
ubicarnos en una serie de problemáticas que el Pueblo de Israel asumía y que al nuevo
Pueblo de Dios, fundado por Jesucristo ,continuó incorporando una serie de nuevos
elementos que lo potencian a todo el mundo separándose definitivamente de él.
7.4.-Una Fundamentación Cristológica:
A continuación destacaremos el aporte Cristológico, ¿la razón? El sentido más profundo de
la Iglesia-comunidad y de la fe es precisamente la Persona de Jesucristo, sus valores,
criterios y enseñanzas que hasta hoy son motivos de inspiración, no sólo para los creyentes,
sino que además para diferentes personas y culturas. (35
) Como nuestra intención no es
realizar un marco propiamente teológico de la Cristología y de la ESI, solamente
33
.-Constitución Dei Verbum,Nº11. En Documentos del Concilio vaticano II, Ed BAC, Madrid,1975.
34
.-Dei Verbum, N º12.op.cit.
35
.-Sobre la Cristología, señalamos dos textos que pueden ser de utilidad: Leonardo Boff, Jesucristo
Liberador. Ensayo de cristología crítica para nuestro tiempo. Ed Sal Terrae,3a Ed, Santander,1985. Otro
texto es de Juan Luis segundo, El Hombre de Hoy ante Jesús de Nazaret, Tomo I, Ed Cristiandad, Madrid,
1982.
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indicaremos algunos aspectos que nos parece como orientadores en la acción social
inspirada desde la fe.
El testimonio consignado en los Evangelios, es de la comunidad de creyentes que realiza
una elaboración redaccional posterior a la vida pública de Jesús, pero a pesar de ello, la
personalidad y el aporte que realizan, ubican a Jesús como un hombre extraordinario en
relación a su propio tiempo, posiblemente sea por esta razón que fue tan poco comprendido
por sus contemporáneos. ¿Qué características tenía entonces Jesús de Nazareth?
La primera de ella era que a pesar de ser a la vez, verdadero Dios, era a la vez verdadero
hombre, con una extraordinaria dimensión humana, misericordioso, capaz de empatizar y
compadecerse del dolor y el sufrimiento de los demás, pero en especial de los pobres y de
los doble o triplemente marginados de su propia época; de la vida, de la sociedad y de la
religión Judía, precisamente en razón de su pobreza. El testimonio que nos brindan de Jesús
en este contexto es que se atreve a luchar en contra del sistema predominante del
Fariseísmo Judío, es decir un grupo de laicos que cuidaban celosamente la integridad de la
fe judía (según sus propias interpretaciones) y de una serie de prácticas que pretendían
asegurar al que las cumplía, el favor de Dios. Pero ocurre algo importante, de tanto
profundizar en la búsqueda de la seguridad que brindan las prácticas piadosas y
purificadoras van perdiendo el sentido más profundo de la Ley y con ella, el espíritu con
que Dios se las había entregado a través de Moisés. Jesús entronca con este espíritu y por
lo mismo entra en contradicción con la forma legalista de entender legalmente el amor de
Dios, proyectando sus propias limitaciones egoístas a Dios mismo, al concebir un amor
limitado, lejano y dominador. Frente a esta noción, Jesús reivindica que Dios es
misericordioso, cercano, amoroso y que por lo mismo perdona constantemente,
simplemente por que Ama con un amor sin limites, incluso sin merecer este amor la
humanidad y los hombres de todos los tiempos pueden acceder a él en forma gratuita. (Con
o sin merecerlo). Desde otro puto de vista la concepción limitada del amor de Dios es
producto del egoísmo institucional, que no es un signo de este amor, todo lo contrario es un
anti-signo. De esta forma el egoísmo individualista y las enseñanzas de Jesús son
incompatibles.
Otro teólogo importante que ha reflexionado sobre la realidad y del mensaje de Jesús es
Leonardo Boff, Teólogo laico Brasileño, señala en tal sentido:"El mensaje de Jesús es un
mensaje radical y absoluta liberación de la condición humana con respecto a todos los
elementos alienantes. El mismo se presenta ya como un hombre nuevo de la nueva creación
reconciliada consigo misma y con Dios. Sus palabras y actitudes revelan a alguien
liberado de las complicaciones que los hombres y la historia del pecado habían creado. Ve
con suma claridad las realidades más complejas y las más simples, y va después a lo
esencial de las cosas, que sabe decirlas de un modo breve, conciso y exacto. Jesús
manifiesta un extraordinario buen sentido que sorprende a todos los que se hallan a su
26
alrededor. Tal vez haya sido este hecho el que ha dado origen a la Cristología, es decir, al
intento de la fe por descifrar el origen de la originalidad de Jesús y responder a la
pregunta: Pero, en definitiva, ¿Quién eres tú, Jesús de Nazaret? (36
). Pregunta que debe
ser formulada por cualquier persona que pretenda asumir su fe desde una perspectiva
adulta.
La identidad de Jesús, como verdadero hombre y a la vez, como verdadero Dios nos plantea
el importante tema de la reconciliación de la humanidad que se produce en forma
definitiva por la redención del Hijo de Dios, desde su nacimiento, su vida y su muerte-
resurrección, tienen consecuencias para la humanidad de su tiempo, del nuestro y del
futuro, es decir entre el alfa y la omega, su nombre es el único camino que conduce a la
plena liberación. Esto no lo supieron comprender los contemporáneos de Jesús,
preocupados de "las pelusas en los ojos ajenos y no en las vigas frente a sus propios ojos",
pero además no fueron capaces de percibir que el amor universal- a todos los seres
humanos sin ningún tipo de discriminación- constituye un aspecto central de Jesús, y en
especial cuando inaugura con su presencia el "ya pero todavía no" del reino de Dios. Es
decir el Reino ya esta presente en medio de la humanidad, pero aún no es plenamente
realizado. De allí la tensión escatológica que determina la acción social de la Iglesia (37
) en
el presente, pero con una mirada puesta en la plenitud de los tiempos. Es una tensión entre
el presente y el futuro, que nos mantiene en camino, en marcha, conceptos que nos señalan
una movilidad permanente de la Iglesia-Comunidad, movilidad que es totalmente opuesta a
la consolidación estructural que se rigidiza con el tiempo, (normas y estructuras). Un
importante desafío que no debemos perder de vista al intentar ser fieles al espíritu de Jesús.
Porque la eclesialidad debe estar inspirada necesariamente en Jesús, en sus principios y
valores, pero en algunas áreas debe ir más allá, por ejemplo en el tema de la
democratización interna de ella que cada vez se hace más necesaria y urgente.
Es por esto que la libertad con que actúa Jesús, es sorprendente aún más cuando
comprendemos el contexto histórico, político y religioso de su época. Es quizás esta
libertad la que más ha costado comprender y vivir, porque la tendencia manipuladora del
Hombre y sus organizaciones, sean estas políticas, económicas o religiosas, las cuales
tienden precisamente a controlar o limitar el ejercicio de la libertad plena, porque como
señala San Pablo" Para ser libres nos libero Cristo". ¿Será entonces el miedo a la libertad?,
¿Qué existe en esta dimensión que genera un ambiente tutelado que impide que
precisamente las personas y los pueblos sean auténticamente libres? Son preguntas que
36
.-Leonardo Boff, Jesucristo el Liberador. op cit, pag 95. 37
.Una de las razones de por qué los apóstoles no desarrollaron tanto las implicancias sociales de su tiempo es
porque existía la convicción de una pronta parusía o de la revelación definitiva de Dios, lo que hacia perder en
sentido para las acciones sociales desde la perspectiva del tiempo por venir.
27
debemos formularnos permanentemente si queremos ser realmente fieles a estos principios
en nuestra propia sociedad.
7.5.-La Tradición de la Iglesia.
Desde la primera Comunidad de seguidores y discípulos de Jesucristo se fue consolidando
un estilo de vida, que intentaba lograr un cierto nivel de coherencia con las enseñanzas del
Maestro y lo que las personas hacían en función de sus vínculos y relaciones sociales. Una
tarea por lo demás siempre difícil. Los primeros cristianos, en sus reflexiones sobre
problemas específicos que les afectaban, comprendían con claridad que la fe en Jesucristo
poseía claramente incidencias éticas sobre determinados aspectos sociales- en el amplio
sentido de la palabra-. Uno de los testimonio más notables de los primeros siglos de nuestra
era lo recogemos de los primeros cristianos que reflexionaban sobre el tema a partir de
diversos escritos, ellos son conocidos como los Padres de la Iglesia, nombre con que se
designa a un conjunto de teólogos (latinos y griegos) que incorporaban en sus reflexiones
criterios de discernimiento de las acciones de los cristianos y de la Iglesia misma frente a
una serie de situaciones con las que frecuentemente se veían enfrentados durante los
primeros siglos en que el "camino", o los "Nazarenos” y más tarde los llamados “cristianos"
se expandían en el mediterráneo, hasta consolidar-desde el Imperio Romano-una estructura
sólida institucionalizada, al convertirse en la Religión oficial del Imperio con Constantino
en el año 313.
7.6.-El Magisterio Social.
Los primeros pasos del significativo aporte del denominado "Catolicismo Social", en la
base de la elaboración de los Papas desde león XIII en materias de sociales y previa a la
publicación de la Encíclica Rerum Novarum, existió en Europa y más tarde en América
Latina y en nuestro país en especial. Un sector de católicos que motivados por las
condiciones de trabajo de los Obreros, bajo el régimen Capitalista Industrial, intentan
plantear un nuevo paradigma eclesial, para ello reflexionan y buscan diversos criterios que
aseguren la dignidad de los hombres de trabajo, en un contexto dialógico con la sociedad
moderna. Este grupo de católicos se reconoce posteriormente por la misma Iglesia,
asumiendo muchos de sus criterios y principios inspiradores, serán reconocidos con el
nombre de Catolicismo social. En el contexto del surgimiento de este movimiento
renovador, encontramos ideas y personalidades claves para que la Iglesia misma vaya a dar
un importante paso en relación a las competencias del mundo moderno y de su propia
misión en este contexto. En tal sentido es esclarecedor el siguiente aporte: "Desde la
jerarquía, queda de manifiesto en la encíclica MIRARI VOS de Gregorio XVI (1832) que
se ratifica la condena del racionalismo, al galicanismo y al liberalismo en sus diferentes
formas, con alusiones específicas a la libertad de conciencia, a la libertad de prensa, a la
revolución en contra de las monarquías, a la separación Iglesia/Estado, a la apologética
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libertad religiosa con una serie de posteriores peligros para el catolicismo hegemónico de la
época y a la soberanía del pueblo. Finalmente la condena al pensamiento de Lammenais
que era seguido por la mayoría de los católicos sociales europeos. De este modo, podemos
observar dos tendencias opuestas, por un lado la posición del Vaticano de base reaccionaria
con el Papa Gregorio XVI y por otro lado el catolicismo social en la base, que realiza
empresas católicas bajo el signo de la modernidad europea"(38
). Sin duda el surgimiento y
consolidación del llamado catolicismo social no fue fácil, la propia jerarquía defendía el
sistema monárquico, porque ella misma se percibía a si misma como una especie de
monarquía religiosa. María Huerta señala más adelante: "Poco a poco se va imponiendo la
idea, con diversos matices, del liberalismo como mal menor para la Iglesia y del
catolicismo hacia la segunda mitad del siglo XIX. Los obispos vuelven tomar la
conducción del proceso, se centraliza la vida diocesana, se desarrollan las congregaciones
religiosas, hay un fuerte énfasis en la educación y en las obras de caridad. Se cuenta ahora
con un importante grupo de seglares organizados, muchos de ellos influyentes, como en
organismos públicos, parlamento, consejos municipales, etc.”(39
).
Su génesis es bastante compleja, sin embargo su madurez se ubica a mediados de la
segunda mitad del siglo XIX. En esta etapa histórica se había llegado al convencimiento de
la Jerarquía y de los Laicos, de que las condiciones de explotación humana atentaban en
contra de las personas y que en palabras del Papa León XIII," era un clamor que llegaba al
cielo", (RN), Esta maduración suponía que el proceso previo se había consolidado
valoricamente y que además era incorporado oficialmente por el propio Papa. Para ubicar
los aportes éticos-morales provenientes de algunos católicos sociales.
En chile, podemos destacar al Padre Fernando Vives y al Padre Alberto Hurtado, (Creador
de la Asich) José Goldzak Donoso (creador de la CLAT) quienes fueron los pilares de la
enseñanza social en el país. Ambos habían conocido el catolicismo social al estudiar en
Europa, otros como es el caso de Clotario Blest Riffo, (Creador de la Anef y la Central
única de Trabajadores) conociendo estas orientaciones fue más allá, su noción del Cristo
sufriente lo lleva a plantear una severa critica a la jerarquía Católica, promoviendo antes de
que surgiera como corpus propiamente tal la Teología de la Liberación años más tarde.
7.7.-.-Otros Aportes en la génesis de la Doctrina Social.
La Iglesia, desde R.N intenta, para responder mejor a los cambios permanentes y rápidos de
la sociedad occidental, incorporar cada vez con mayor profundidad aportes provenientes de
las ciencias sociales, en especial aspectos económicos, políticos sociales y culturales,
además de profundizar en las vertientes teológicas y filosóficas que también se van
desarrollando a través de la historia. El viejo conflicto (Siglo XVIII y primera mitad del
38
. Maria Antonieta Huerta. Catolicismo social en Chile, Ed paulinas, 1991, pag 169. 39
. María Antonieta Huerta, Op,cit, pag 170.
29
XIX) entre la fe y la ciencia se debía principalmente a que el nivel mismo del conocimiento
no era suficiente, pero en la medida en que ambos van desarrollándose se hace necesario
generar una nueva síntesis que permita una complementación entre ambas, especialmente
en el plano de las ciencias sociales en donde la Iglesia debe, en una actitud humilde, (lo que
es bastante difícil dada la época) de recoger algunos instrumentos que le permita optimizar
su trabajo pastoral a partir de un mejor conocimiento de la realidad social y económica. La
Teología no pretende reemplazar estas especificidades y otras que tienen importantes
aportes que realizar para comprender mejor al objeto de estudio común. El Hombre.
Además tanto la Teología, como la Moral Social (de la cual es parte la Enseñanza Social)
incorpora una importante dimensión interdisciplinar en sus respectivos análisis y
propuestas, junto a esta dimensión posee un área práctica que orienta a lo experimental,(40
)
en la cual los trabajadores y sus organizaciones tienen un especial papel protagónico. Es
importante señalar en este punto que junto con grandes aportes de la Iglesia en la defensa y
promoción de los trabajadores y sus organizaciones (41
).
La Iglesia no siempre a estado a la altura de las necesidades de los fieles laicos en el mundo
del trabajo, la lejanía de los pastores, así como el desconocimiento de sus realidades
temporales y muchas veces el desconocimiento de la autonomía han sembrado una serie de
dudas en los propios trabajadores de la intencionalidad última de la Iglesia Jerárquica, la
cual en algunas naciones aún se ve profundamente unida al poder político y económico
vigente. El Caso de la Iglesia Colombiana y Argentina (42
) son paradigmáticas en este
sentido, solamente por señalar unos penosos casos en nuestro continente.
40
.- Ver Juan Pablo II, Encíclica Centesimus Annus, Nº59. 41
.-La Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) desde el momento de su constitución ha sido
animada por los principios y valores de la Doctrina Social, al igual que algunas organizaciones de
trabajadores Europeos como la CSC de Bélgica, y la CTCF de Francia, pos señalar algunos. 42
.-Las criticas categóricas del pueblo argentino a la clara negligencia de sus pastores ( a la Iglesia) durante los
años de terror por parte de las dictaduras militares, es una sombra que aún tiene consecuencias negativas en
los nuevos procesos evengelizadores. No tiene credibilidad.
30
8.-PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA ESI.
Quizás uno de los principios más centrales sea el de la misma eclesialidad que se situé en
una perspectiva abierta a la sociedad, para servirla desde la fe y desde ella a la liberación y
a la promoción humana, de estos valores se desprenden otros que en el transcurso del curso
iremos profundizando. Cabe señalar, sin embargo que el giro eclesial es significativo:"Una
nueva auto-comprensión de la misión de la Iglesia, exige un notable cambio de enfoque de
un eclesiocentrismo (la auto-comprensión de la Iglesia como sociedad perfecta) a una
eclesiología misionera (auto-comprensión de la Iglesia como enviada), en esta nueva
relación entre Iglesia y sociedad, se resalta la responsabilidad histórica de los cristianos"43
Surge de esta forma un área de trabajo social significativo para los fieles laicos inmersos en
las estructuras de la sociedad, en especial aquellas que dicen relación con la Economía, las
ciencias sociales y la política, ya que ellas sin duda tienen en nuestra sociedad una
importante influencia.
8.1.-La Dimensión política:
Hemos señalado en reiteradas ocasiones que la acción social de los fieles laicos en la
sociedad tiene directas implicancias, tanto en lo político contingente, como también en lo
económico, como veremos más adelante. En lo que respecta a lo político, La
Constitución de la Iglesia sobre el Mundo actual, Gaudium et Spes, señala en el Capitulo
IV sobre la actividad Política:"La conciencia más viva de la dignidad humana ha hecho que
en diversas regiones del mundo surja el propósito de establecer un orden político-jurídico
que proteja mejor en la vida pública los derechos de la persona, como son el derecho de la
libre unión, de libre asociación, de expresar sus propias opiniones y de profesar privada y
públicamente la religión. Porque la garantía de los derechos de la persona es condición
necesaria para que los ciudadanos, como individuos o como miembros de asociaciones,
puedan participar activamente en la vida y en el gobierno de la cosa pública"(44
). Desde que
la Iglesia ha actuado moralmente en el campo político buscando el desarrollo y el respeto
de determinados valores sociales y políticos ha ayudado permanentemente al laicado para
que asuma, cada vez con nuevos fundamentos, la acción política con plenitud de derechos.
En lo que respecta a nuestro país la Iglesia, representada en la persona de los Obispos han
señalado importantes aportes, de los cuales hemos destacado el siguiente, tanto por su
contenido, como por el momento histórico en que fue presentado a la luz pública.(1984).
Veamos en aporte señalado por la Conferencia Episcopal de Chile: "Nuestra preocupación
por el quehacer político se funda, en último termino, en la misión evangelizadora que
43
.-Ver Tony Mifsud. Moral del Discernimiento.(III)Ed CIDE, Stgo de Chile, 1987,pág 24ss. 44
.- Ver Gaudium et Spes, Nº73.
31
hemos recibido del Señor Jesús y que ánima su espíritu. Continúa mas adelante el
documento:
1.-El hombre es un ser social y político:(...) no es un individuo aislado que,
accidentalmente, vive en la sociedad, sino que es, esencialmente, un ser social y político".45
2.-Lo social y lo político influyen sobre el hombre. En un movimiento inverso, señalan los
Obispos, complementario del interior, la misma vida política y social de los hombres
constituye un desafió para los cristianos. Ellos deben vivir su fe en esas condiciones
históricas y en ellas y con ellas, deben llegar a la santidad, esto es a la plena comunión con
Dios y con los hermanos (...) Así, la tarea de los cristianos (fieles laicos), es consagrar a
Dios la historia con todas sus dimensiones. Incluida la ideológica, la social y la política, sin
privarlas en nada de su legítima autonomía.
3.-Encarnación, Resurrección y Solidaridad. "La Iglesia se hace solidaria de los pueblos de
América Latina a los que ha visto nacer (...). Esta solidaridad que la lleva a preocuparse de
todos los aspectos de su existencia incluidos lo social y lo político, tan determinantes en la
suerte de los pobres- no es más que el pálido reflejo de la solidaridad de Dios, que se
encarna, se hace hombre, se hace obrero, se hace pobre. Que importante palabras en una
sociedad que cada vez se torna más indiferente de la problemática de los pobres, de los
marginados, sean estas personas o naciones.
8.2.-Etica y política.
El Tema de la ética en el plano político se ha hecho no solo necesario, sino urgente, ya que
los partidos políticos, así como los políticos, cada vez son más pragmáticos y carentes de
principios y valores orientadores, tanto de sus propias colectividades, como en sus acciones
economicistas que todo lo involucran. Es por estas y otras razones que debemos reafirmar
una vez más que "La auténtica política debe subordinarse al orden moral, lo que se tiende a
ocultar por concepciones y practicas erradas"(46
) Es importante señalar que desde esta y
otras perspectivas los fieles laicos tienen un imperativo moral que realizar e intervenir
políticamente en sus respectivas sociedades: " La Iglesia no puede considerarse sin más
ajena a la política. De su misión dice Juan Pablo II," que aún siendo de carácter religioso y
no social o político, no puede menos que considerar al hombre en la integridad del ser”. Por
repetir en forma sintética la doctrina clásica: a la Iglesia jerárquica incumbe lo político en
su núcleo moral, y no incumbe lo político partidista en cuanto opinable, o como suele
decirse, "contingente", que es la tarea propia de los fieles laicos como ciudadanos por
derecho propio."(47
) En los números siguientes Mons. Carlos Oviedo, Cardenal Arzobispo
45
.-Conferencia Episcopal de Chile, Evangelio, Etica y Política, Doc de trabajo, 1984,pág 16. Tema de la
Evangelización y Política. 46
.-Ver. Evangelio, ética y Política. CECH.1984. 47
.-Mons Carlos Oviedo C. carta Los católicos y la Política, Sept 1990,Ed salesianos. Nº21.
32
de Santiago a la época, reitera la Doctrina social en este sentido:" Tras confirmar el
derecho y el deber de juzgar sobre la social y lo económico, Pio XI precisa que la Iglesia
posee esa autoridad " no ciertamente en materias técnicas, para los cuales no cuenta con
los medios adecuados ni es su cometido, sino de todas aquellas que se refieren a lo moral"
(QA41).En la práctica, no siempre es fácil distinguir cuál es, en cada caso, la extensión del
núcleo moral de las cuestiones económicas sociales y políticas, y dónde comienzan sus
dimensiones técnicas y por lo tanto opinables."(48
) Citando a Pablo VI (PP.81) la Carta
señala:" Los seglares (laicos) deben asumir como tarea propia la renovación del orden
temporal. Si el papel de la jerarquía es el de enseñar e interpretar auténticamente los
principios morales que hay que seguir en este terreno, a los laicos les corresponde, con su
libre iniciativa, y sin esperar pasivamente consignas y directrices, penetrar de espíritu
cristiano la mentalidad y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en
que viven"(49
). Todo ello desde la perspectiva que señalan los principios establecidos en la
Enseñanza Social, aquí es donde los fieles laicos deben situarse correctamente, después de
un discernimiento responsable, desde donde actuarán en la contingencia política,
económica y cultural que más valores puedan aportar a las personas reales.
8.3.-En la dimensión económica. (50
):
Desde la Publicación de la encíclica R.N en 1891, la Iglesia ya intentaba comprender y
discernir desde el evangelio, y el bien común de la sociedad el impacto y las consecuencias
que el sistema industrial provocaba en la dignidad de las personas, que bajo el dominio del
sistema económico del Capitalismo liberal de la época que predominaba. Ya en tiempos
más recientes, el mismo Concilio vaticano II, señalaba:" También en la vida económico
social deben respetarse y promoverse la dignidad de la persona humana, su entera vocación
y el bien de toda la sociedad. Porque el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida
económico social", continua el concilio:" La Economía moderna, como los restantes
sectores de la vida social, se caracteriza por una creciente dominación del hombre sobre la
naturaleza, por la multiplicación e intensificación de las relaciones sociales y por la
interdependencia entre los ciudadanos, asociaciones y pueblos, así como también por la
cada vez más frecuente intervención del poder político. Por otra parte, el progreso en las
técnicas de producción y en la organización del trabajo y del comercio así como de los
servicios han convertido a la economía en instrumento ambivalente, por un lado con una
enorme capacidad de satisfacer mejor las nuevas necesidades acrecentadas de la familia
humana"(51
) y por otro de generar extremos entre aquellos que acumulan los más altos
índices de consumo y las grandes mayorías de pobres latinoamericanos que en este nuevo
48
.op.cit Nº22. 49
.-op .cit. Nº 26. 50
.Un buen material de información y formación económica para los trabajadores y sus organizaciones lo
constituye el texto de "Economía y Trabajo". Colección UTAL. 1993 ed FLATES.
51
.-Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual: Gaudium et spes,Nº63.
33
escenario cada vez son más pobres, todo ello ante la progresiva prescindencia del Estado y
su rol subsidiario. Es precisamente por el desarrollo logrado del sistema económico
neoliberal que la sociedad mundial esta planteando la Globalización de la economía,
generando diversas zonas o bloques comerciales que pugnan por alcanzar las condiciones
de intercambio comercial que les sean más ventajosas.( Recordar estos aspectos tratados en
el cap. Nº1). Sin embargo incorporaremos en análisis de la situación económica realizada
en la IV Conferencia general del Episcopado latinoamericano reunidos en Santo Domingo:
Conscientes de que se está gestando un nuevo orden económico mundial que afecta a
América Latina, la Iglesia desde su perspectiva esta obligada a hacer un serio esfuerzo de
discernimiento. Tenemos que preguntamos: ¿hasta dónde debe llegar la libertad de
mercado? ¿Qué características debe tener para que sirva al desarrollo de las grandes
mayorías? Según la reciente enseñanza de Juan Pablo II (CA), es lícita la libre actividad de
los individuos en el mercado. Esto no significa que el mercado pueda ofrecer todos los
bienes que requiere la sociedad ni que ésta pueda pagar muchos bienes necesarios. La
economía de mercado debe tener en cuenta estos límites.
Por eso las enseñanzas sociales señalan la necesidad de acciones concretas de los poderes
públicos para que la economía de mercado no se convierta en algo a lo absoluto a lo cual se
sacrifique todo, acentuando la desigualdad y la marginación de las grandes mayorías. No
puede haber una economía de mercado creativa y al mismo tiempo socialmente justa, sin un
sólido compromiso de toda la sociedad y sus actores con la solidaridad a través de un marco
jurídico que asegure el valor de la persona, la honradez, el respeto a la vida y la justicia
distributiva, y la preocupación efectiva por los más pobres. Los ajustes económicos, aunque
puedan ser beneficiosos a largo plazo, al frenar la inflación y estabilizar la economía,
suelen producir un grave deterioro del nivel de vida de los pobres. Por eso, el Estado esta
obligado en la medida de lo posible, pero sincera y generosamente a compensar los costos
sociales de los más pobres.
El problema de la deuda externa no es solo, ni principalmente, económico, sino humano,
porque lleva a un empobrecimiento cada vez mayor e impide el desarrollo y retarda la
promoción de los más pobres. Nos preguntamos por su validez cuando por su pago peligra
seriamente la sobrevivencia de los pueblos, cuando la misma población no ha sido
consultada antes de contraer la deuda, y cuando ésta ha sido usada para fines no siempre
lícitos. Por eso, como pastores hacemos nuestra la preocupación de Juan Pablo II cuando
afirma que "es necesario encontrar modalidades de reducción, dilación o extinción de la
deuda, compatibles con el derecho fundamental de los pueblos a la subsistencia y al
progreso (C.A. 35).
34
9.-EL APORTE DE LA IGLESIA AL TRABAJO HUMANO.
Dos son las Encíclicas CLAVES para comprender el aporte del Magisterio al tema del
Trabajo, ambas separadas por un siglo, lo que nos permite observar claramente como el
concepto del trabajo, sus implicancias, personales, sociales, políticas, económicas y
religiosas tienen importantes consecuencias, no solo para los trabajadores y sus
organizaciones, sino para la propia comunidad eclesial que le permite mejorar una
comprensión más acabada de lo que ocurre en el mundo del trabajo.
9.1.-Rerum Novarum. León XIII (1891)
La primera encíclica social fue la cumbre de un largo y difícil proceso interno en la propia
comunidad Eclesial, como ya hemos señalado, pero sin duda fue un gran paso, no sólo en
favor de los trabajadores explotados por el capitalismo industrial a fines del siglo XIX, sino
que además marca una importante línea que conducirá a la misma Iglesia a preocuparse por
lo social desde una perspectiva renovada, otorgando a la persona una centralidad a partir
desde la ineludible tarea de su promoción integral, promoción que considera su realidad
histórica, como una condición de su auténtica humanización en “el aquí y el ahora”, sin
perder de vista la trascendencia, generando de esta forma la llamada de la propia Iglesia a la
Pastoral de lo Social, que se consolida prácticamente cien años después de el Silabo de Pío
IX (1864) con el Concilio Vaticano II a mediados de los años 60.
Es importante señalar que estas ideas a fines del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX,
específicamente en los años 60, la Iglesia católica, era y en algunos sectores continúan
siendo, resistentes a asumir los principios que se consolidan a partir precisamente de esta
importante encíclica social. Principios que darán pasos a la formación de la llamada
"Enseñanza Social”. Otro paso significativo, complementario al anterior, es la llamada a
crear la "pastoral de lo social", que intenta recuperar y actualizar el profundo sentido
teológico del trabajo humano y de las condiciones en que éste se realiza. El hombre es un
colaborador en la obra iniciada por Dios, el llamado a todas las personas es a realizarse
vocacionalmente en el trabajo con todas sus potencialidades, pero este llamado se ve
obstaculizado por las condiciones humillantes en que trabajan miles de personas en un
contexto jurídico laboral inexistente o muy precario, lo que favorecía aún más la
explotación de los trabajadores, mujeres y niños. La Iglesia al tomar partido y
comprometerse formalmente da el primer paso para que se renueve desde su centro, es
decir desde la perspectiva del servicio a la sociedad en la persona de los trabajadores, tarea
que no es nada fácil en esta época.
35
9.1.- El contexto Histórico de R.N.
Entre las diversas encíclicas sociales existentes debemos señalar que una de las que debe
ser mejor contextualizadas es precisamente esta (52
). Las ideas y conflictos contemporáneos
a la encíclica no han sido suficientemente aclarados, además de que la propia Iglesia estaba
en un difícil proceso para asumir una serie de cambios que eran inevitables (53
), no sólo en
el plano teológico, litúrgico y pastoral, sino que además socio-cultural, lo que va a cambiar
es la propia auto-concepción de la Iglesia y su relación con la Sociedad.
A fines del Siglo XIX, la humanidad estaba alborotada como resultado de los nuevos
descubrimientos teóricos, científicos y tecnológicos y tantas otras expresiones de la nueva
concepción instrumental positivista, el cual reflejaban el espíritu humano abierto a las
nuevas teorías explicativas de la vida, tecnologías e inventos, se podría decir que todo hacia
pensar en que el siglo XX estaba preñado de optimismo. Al comenzar el 1900 surge recién
la época de los primeros experimentos con aviones, trenes y barcos a vapor entre otros. El
hombre ya era capaz de no sólo comenzar a controlar la naturaleza, sino que además la
transformaba totalmente, surgía de esta forma un estilo fabril depredador de los recursos
naturales. Pero también es posible trasformar la propia sociedad, y para ello se organizan
los grupos sociales, entre ellos los pobres en dos grandes expresiones organizativas, los
partidos políticos y las organizaciones sindicales.
Pero era además la época de un contraste impresionante, las condiciones de vida de los
trabajadores, quienes habitaban las abarrotadas ciudades de migrantes campesinos que se
integraban a las Industrias como obreros, o mejor dicho como proletarios, sin seguridad
social, sin leyes laborales, sin horarios de trabajo, que hacían que el trabajador fuera
efectivamente un animal productor de "mercancía" en manos de los patronos, como León
XIII señala en su encíclica. En nuestro país, las condiciones de vida de los trabajadores no
eran muy diferentes, según los estudios realizados, el período entre 1820 y 1880 es de
formación del movimiento obrero. Un importante segmento artesanal y diversos servicios
que se van concentrando en los emergentes sectores urbanos. Gran parte de la población
nacional reside en los sectores rurales. Durante este período el descubrimiento y
explotación de minerales (Plata y cobre) darán paso a grandes grupos de trabajadores
aislados en sus respectivos centros mineros. "Se trata en general de un movimiento obrero
de desarrollo incipiente, que paulatinamente va tomando conciencia de sus interese propios,
52
.- Una de las clásicas obras realizadas para discernir la problemática socio-cultural contemporánea a RN es
el texto del P. Pierre Bigo. SJ. Doctrina Social de la Iglesia. en Iglesia y mundo en Diálogo. Instituto
católico de Estudios Sociales. Barcelona (España) 1967. 53
.-Para comprender la magnitud y complejidad del cambio a iniciar hay que recordar el lugar que ocupó la
Iglesia desde el año 313 con el edicto de Constantino que declaró a la Iglesia como la Religión oficial del
Imperio Romano, desde esta época la Iglesia se siente poseedora absoluta del poder divino y custodia del
poder temporal que comienza a caer con Napoleón, al desconocer la Autoridad de ella, junto a los cambios
socio-políticos iniciados con al Revolución Francesa en 1789, entre otros factores.
36
con un tipo de organización de autodefensa y de apoyo mutuo (Mutualidad). Este proceso
de toma de conciencia y organización del sector laboral lo llevará a tener sus primeros
roces o enfrentamiento con el Estado, en la medida en que va defendiendo sus
reivindicaciones respecto a la sociedad de su época. En general las manifestaciones
políticas del movimiento obrero son escasas en este período destacando, no obstante, el
movimiento desarrollado por la sociedad de la Igualdad a mitad de siglo"(54
) El período
posterior al señalado se caracteriza como de exclusión del movimiento obrero en la
sociedad Chilena (1880-1920). Este período da cuenta de la activación en el sector minero
con el "ciclo del salitre", que implico una gran concentración de mano obrera en las
llamadas “oficinas salitreras”, así como el desarrollo de actividades conexas a ellas;
puertos, ferrocarriles, servicios. Señala el estudio:" Desde el punto de vista económico, se
acentúa la dependencia con el capitalismo Inglés, ya que luego de la Guerra del pacífico,
(1879-1884) éste comanda la explotación del salitre, que beneficia a la clase dirigente
chilena por la vía de los impuestos"(55
).
Los puntos sobre los que se define el período son los siguientes: El estado liberal excluye a
los trabajadores en la medida en que no reglamenta las relaciones laborales, y solo actúa
como preservador del orden social. Esto contribuye al enfrentamiento directo y frontal entre
los trabajadores y el Estado liberal; En el nivel ideológico destacan los anarcosindicalistas y
grupos socialistas; Otro factor lo constituye el discurso político que se radicaliza. El
período culmina con la generación de algunas leyes laborales que reglamentaran las
relaciones entre trabajadores y empresarios, esta situación facilitará la integración desde el
Estado del conflicto institucionalizándolo.
Durante el período de exclusión, el movimiento obrero chileno daba sus primeros
organizacionales, además de generar una serie de actividades que contribuyeron
enormemente a la consolidación del movimiento a través de dirigentes carismáticos y leales
a su propia causa reivindicativa, entre otros por Luis Emilio Recabarren (56) de oficio
tipógrafo, autodidacta que fue uno de los que organiza el movimiento de los trabajadores
Chilenos. En esta etapa la caracterización organizacional de los trabajadores es de una
"masa aislada y espontaneismo" (57), caracterización que se refiere a que los trabajadores,
principalmente mineros, marítimos y otros sectores están muy aislados unos de otros,
especialmente los sectores pampinos Saliteros,(los medios de comunicación terrestre de la
época son bastante difíciles entre los grupos de trabajadores), Señala Pizarro en su estudio
:" El rasgo más sobresaliente de las manifestaciones obreras de comienzos de siglo, es su
54
.-Vicaría de Pastoral Obrera del Arzobispado de Stgo. Serie Estudios Sociales Nº2. Historia del
Movimiento Obrero; (1820-1970) Ediciones VPO, 1980; Pág 2. 55
.-Obra citada, Pág 3.
56 .-Biografía en el sitio: http://www.archivochile.com/Homenajes/Recabarren/MShomenajreca0002.pdf
57 .- Crisóstomo Pizarro. La Huelga Obrera en Chile (1890-1970), Ediciones Sur, Stgo de Chile, 1986. Pág
19.
37
escasa magnitud y su incipiente organización. La actividad conflictiva estuvo circunscrita
principalmente a las faenas mineras ubicadas en zonas geográficas muy concentradas.
Además debido a la inexistencia de organizaciones obreras desarrolladas y al bisoño
carácter de influencia política, dicha actividad revistió un carácter muy espontaneista y, en
ocasiones violento" (58
). Entre los rasgos más importantes del movimiento obrero figuran
las tendencias anarco sindicalistas y más adelante la influencia del Marxismo, que
marcaron profundamente la historia del movimiento obrero Chileno.
Otro hecho significativo, fue la revolución e instauración de la República Liberal
parlamentaria del 1º de enero de 1891, con el Derrocamiento del Presidente Balmaceda,
cinco meses antes de la publicación de la RN, lo que evidentemente tenía a nuestro país en
una profunda crisis social.
Entre las huelgas y masacres más importantes figuran la de Antofagasta (1906), en donde
participaron mineros salitres, marítimos y otros gremios, que reclamaban por los reiterados
abusos patronales y por el tiempo para almorzar (148 muertos) y la de la Escuela Santa
María de Iquique (59) en donde los mineros salitreros (pampinos), demandaban aumentos
de salarios (17 Diciembre 1907), en esta ocasión murieron acribillados por los militares
aproximadamente más de 2000 personas entre mujeres, niños y los propios trabajadores
(60
). En cuanto a la Iglesia, esta no era muy diferente a sus pares europeas, los criterios
pastorales, sacramentales y teológico-Morales eran coherentes con los lineamentos del
Concilio de Trento de 1551. Predominaba la centralidad de ella en la sociedad, las misas
eran realizadas en Latín, la vitalidad de los movimientos apostólicos entregaba a la Iglesia
algunos aspectos complementarios a la " Imitación de Cristo ", rasgo fundamental de la
cristología de la época, (Kempes) que destacaban los aspectos penitenciales tanto de Cristo,
como en las prácticas religiosas lo que centraba la acción de los laicos hacia la propia
iglesia y no hacia la sociedad.
Debemos recordar, además, que la concepción de la Iglesia es aún bastante auto-referente,
y que los cambios sociales son percibidos más bien como amenaza al "orden establecido",
en que la Iglesia católica había colaborado fundamentalmente a su mantención, esta
aparente amenaza se percibe con cierta gravedad en el sector sindical que en estos tiempos
tiene fuertes acentos anarquistas, de hecho muchos autores señalan la importancia del
58
.-Crisóstomo Pizarro. La Huelga Obrera en Chile (1890-1970), Ediciones Sur, Stgo de Chile, 1986. Pág
19.
59 .-Dr. Eduardo Devés. “Los que vamos a morir te saludan”. 2ª edición en el sitio “Archivo de Chile”
http://www.archivochile.com/Historia_de_Chile/sta-ma2/1/stamadocestop000001.pdf
60
.-Es importante señalar que a los mineros del salitre las oficinas salitreras les cancelaban sus salarios en
"dinero de las oficinas"(calas), de allí que la demanda por salarios reales haya sido una importante
reivindicación laboral. Actualmente en una esquina de la Escuela Sta María existe un humilde monolito que
recuerda a los mártires caídos. El profesor Gabriel Salazar, público un texto sobre los peones y proletarios
disponible en: http://www.bibliotecavirtualdelbicentenario.cl:90/main/libro_detalle/53
38
movimiento anarco-sindicalista europeo y posteriormente latinoamericano fue esencial para
lograr las conquistas laborales modernas. Las huelgas y la violencia del sistema para
sofocarlas violentamente, sin analizar las causas que conducen a los trabajadores a asumir
estas acciones reivindicativas, sin duda causan un trauma social, en una sociedad
verticalista como aquella. El otro aspecto se refiere a los movimientos de tipo socialistas
que interpretaban a muchos trabajadores con cierto nivel de conciencia social, y es
precisamente en este aspecto que la encíclica muestra una de sus principales deficiencias al
no discernir dentro de las expresiones socialistas matices ideológicos importantes. Pero más
allá de esta deficiencia la Encíclica "Acerca de las cosas Nuevas" constituye el primer paso
a la pastoral de lo social, pastoral que después de más de 100 años ha sido fundamental
especialmente en los países del tercer mundo o sub-desarrollados como el nuestro.
La Encíclica es conocida en chile después de varios meses, ya que Chile salía de una
sangrienta guerra civil. El 18 de Septiembre de 1981 se leen en los templos católicos las
orientaciones sociales del Obispo Mariano Casanova (61
). Este Obispo tenía un
importante compromiso pastoral con los trabajadores, impulsó numerosas iniciativas y
apoyo desde la propia jerarquía eclesial a quienes ejercían, bajo su supervisión, un
apostolado social con los más pobres. Continuaron con su trabajo el Obispo Ignacio
González, y José María Caro, y sin duda el Padre Alberto Hurtado, (62) quién realizó un
importante aporte a la enseñanza social de la Iglesia en su vida y obra a favor de los
trabajadores y los más pobres.
Otros, como José Goldzak Donoso y de Don Clotario Blest Riffo (entre muchos otros)
fueron más audaces, fueron capaz de reflexionar e implementar sus propias acciones en el
mundo sindical lejos de la tutela clerical.
9.2.-Esquema de análisis de la Encíclica R.N:
Como ocurre con la mayoría de las Encíclicas Sociales utilizaremos la numeración
correlativa de los textos y las siglas de la encíclica, como se acostumbra a citar en la
Iglesia, intentando señalar los aspectos más significativos desde la perspectiva de nuestro
trabajo.
El Problema de los Obreros. (RN.1). El Papa león XIII describe, a grandes rasgos, la
situación a que habían llegado los obreros industriales europeos como consecuencia del
nuevo régimen económico consolidado en la época. Además intenta puntualizar mejor la
situación no solo de los obreros, sino que además de los intentos de algunos sectores para
61
.-El Obispo Mariano Casanova convoca en 1904 al primer Congreso Eucarístico asignando un especial
preocupación a los problemas sociales. Una vez fallecido el Obispo Casanova, le sucede el Obispo Ignacio
González, conocido como "El obispo de los Pobres"(ver revista Católica, Tomo XVI, pag 206,1910.Carta a
Martín Sotomayor).
62 .-Para ver algunos aportes de la DSI de San Alberto Hurtado en http://www.padrealbertohurtado.cl
39
plantear soluciones a esta situación. (RN 2 - 11).- En esta primera parte el Papa intenta
exponer una importante polémica suscitada a raíz de la llamada "cuestión obrera". Un
primer análisis nos remite a la "solución socialista" y del peligro que esta supone para la
sociedad, una de las debilidades de esta formulación es que no da cuenta de las diversas
versiones socialistas de la época, identificando al parecer al emergente sindicalismo
anárquico o de algunos grupos comunistas anti-clericales.(63) Señala R.N, que una de las
propuestas del socialismo es la abolición de la propiedad privada, comprendiendo con ello a
los medios de producción, es decir a las grandes industrias de la época. Sin duda la
“propiedad privada” será la piedra de tope en las encíclicas posteriores, ya que ella no es
absoluta, posee una hipoteca social no siempre debidamente explicitada en los documentos
pontificios.
La Crítica de RN a esta supuesta solución socialista, la plantea en primer lugar desde el
punto de vista de los propios obreros, los que según la encíclica ven una utilidad de la
propiedad para los trabajadores. Un segundo punto de vista la constituye la visión del ser
humano en general. Estableciendo una vez más la superioridad del dominio que el hombre
tiene sobre las cosas. Para ello recurre a la "naturaleza intelectual" del hombre que le
permite elegir bienes incluso con respecto al futuro. En el número siguiente (RN 6) se
destaca la prioridad del derecho de las personas frente al Estado. Distinción entre el
señorío final de los hombres sobre los productos de la tierra y del señorío instrumental de
algunos sobre ellos. Destaca aquí el trabajo del hombre sobre la tierra. Esto lleva a RN a
analizar el socialismo agrario. (RN 9) En este punto el Papa señala la naturaleza de la
familia, en donde establece la prioridad de ella frente a la comunidad. Cabe señalar en este
punto que las ideas de "familia" de la época no corresponden a las familias que hoy (por
ejemplo la patria potestad, el débito conyugal, etc.), después de más de cien años tenemos,
de allí que sea importante contextualizar permanentemente las propuestas y análisis que se
realizan en la encíclica.(RN 10),Cuando es analizado desde el punto de vista de la colecti-
vidad las consecuencias que seguirían del sistema propuesto por los socialistas el papa ve la
posibilidad de opresión, discordia y falta de estimulo, especialmente en el plano
económico, dejando entrever que el capitalismo liberal puede ser mejorado y de ser así
contará con el apoyo implícito de los jerarcas católicos.
La segunda parte es la presentación de la exposición positiva al problema analizado (RN
del 12 al 41). Ya en la introducción señala la competencia entre la Iglesia y el Estado,
plantea además la supuesta imposibilidad de superar totalmente las desigualdades sociales y
las asperezas de la Vida. (RN 14).Al plantear el fin que las personas y los pueblos deben
63 .-El anti clericalismo hay que analizarlo no desde el punto de vista de la fe o de la ausencia de ella como el
ateísmo o el agnosticismo, sino desde la pugna existente entre las clases sociales; el clero es parte de la clase
social dirigente e intentaba mantener bajo su dominio a los trabajadores y sus organizaciones, que eran en su
gran mayoría de la clase social baja o del proletariado.
40
alcanzar además de los instrumentos que se deben emplear en la consecución de estos fines,
para ello propone la necesidad de armonizar los criterios entre las clases sociales y la
acción de la Iglesia como un medio que intenta articular. (RN15).En primer lugar señala
que la Enseñanza social de la Iglesia intenta la superación de esta lucha de clases entre los
proletarios y los ricos al enseñar los deberes de las personas en relación a los demás. En
segundo lugar, porque les recuerda la existencia de la vida futura que no se agota en el
presente y en sus problemáticas. En tercer lugar al reafirmar los principios sobre los bienes
de cualquier clase desde la perspectiva teológica de la época:
a) Las riquezas no dan la felicidad,
b) La distinción entre posesión y uso de los bienes,
c) Los bienes necesarios y los superfluos,
d) El carácter funcional de la abundancia de bienes.
(RN18). Además de lo anterior señala la doctrina sobre la pobreza, señalando el ejemplo de
Cristo que fue pobre y por tanto la pobreza no es tan “mala” como señalan sus detractores.
En cuarto lugar, estableciendo como verdadero el criterio para discernir la dignidad de los
hombres. En quinto lugar estableciendo los principios de la comunidad de los hombres en
la gracia. Finalmente la Iglesia, a través de RN llama al cumplimiento de los preceptos
divinos, única causa verdadera de todos los bienes. (RN23). La contribución temporal de la
Iglesia a la solución de las necesidades de los obreros y sus familias, así como de la
sociedad. (RN24). Retoma la encíclica la crítica a la posibilidad de constituir un Estado
Clasista, de allí que reafirme la obra de los hombres, los deberes del Estado (RN25) y
concretamente a las funciones que este debe desempeñar en la sociedad: “El Estado, en
primer lugar no debe ser un Estado Clasista, que atienda únicamente a los ricos sino que ha
de ser un Estado para todos y ha de observar el principio de la Justicia distributiva. En
segundo lugar, las autoridades han de realizar su acción especialmente a los proletarios”
(RN 27). En tercer término, el poder civil debe hacer respetar los derechos de todos, y
principalmente de los débiles y pobres, para esto estimula las siguientes iniciativas:
a) Frenado a los agitadores y corruptores de los pueblos. (RN30).
b) Removiendo los motivos de las huelgas (RN31), muchas de las cuales eran realizadas al
margen de una regulación jurídica al no existir ésta aún.
c) Defendiendo la dignidad moral de los obreros y concretamente al descanso Dominical
(RN.32).
Además se destaca la importancia de las asociaciones y de los fines que estas deberían
cumplir:
41
a) Búsqueda del establecimiento de jornadas razonables de trabajo.
b) Determinando salarios justos que han de ser pagados por los Patronos. (RN34)
Otros principios de la encíclica se refieren nuevamente a los de la propiedad, la que según
RN será consecuencia de los salarios justos (RN35), del respeto al derecho de asociación
como presupuesto en la creación de asociaciones. Del uso del poder del Estado para
prohibir su ejercicio en ciertos casos. Algunos problemas especiales de las asociaciones
formadas por obreros (RN.38), ejemplos de católicos y obispos de la época en la formación
de asociaciones, asumiendo además el derecho de extensión de las asociaciones,
incorporando normas orientadoras y de funcionamiento de las asociaciones obreras.
Sin duda esta encíclica fue profética en su momento, aunque mantiene en sus criterios
cierta aceptación de un capitalismo liberal mejorado, espera que los patronos obren bien
apelando a una consciencia debidamente formada para lo cual publican precisamente esta
encíclica como una forma no convencional de convencer a los poseedores del capital y de
las injusticias provocados por ellos y a los que las sufren, los obreros y sus organizaciones
de que todo no se resuelve en el aquí y el ahora y que en este sentido deben someterse a una
esperanza en un futuro mejor, siempre y cuando los poseedores del capital y de los medios
de producción se acerquen más a la enseñanza social y la apliquen. Una esperanza utópica
que después de más de un siglo no ha cambiado, más aún esta claro que mientras algunos
tienen más…más quieren.
9.3.-Laborem Exercens. Juan Pablo II. (1981)
El Papa Juan Pablo II, con su experiencia en Europa del Este (Polonia) ha conocido
personalmente la experiencia del “Trabajo humano”, esto sin duda le permite reflexionar
acerca de esta importante actividad humana y sus repercusiones sociales, dada su
vinculación a la producción, a la economía y a la dignificación o humillación de las
personas en el mundo del trabajo.
9.3.1.-Fundamentación Teológica del Trabajo (LE.64)
La Iglesia ve en el trabajo humano diversos planos de comprensión, el primero de ellos y
quizás el más profundo se refiere a que Jesús mismo fue un trabajador (LE. 26), de allí que
el trabajo haya sido elevado en dignidad por el propio hijo unigénito de Dios. En las
palabras del Papa Juan Pablo II, esta actividad da paso al Evangelio del Trabajo. Evange-
lio como buena nueva, como liberación.
64 .-VVAA. La Iglesia y los Trabajadores. Comentarios a la encíclica Laborem Exercens de Juan Pablo II.
Programa Ecuménico de Estudios del Cristianismo publicado por la Vicaria Pastoral Obrera de
Concepción.(1982.)
42
El trabajo en el contexto del AT es una colaboración con la obra de Dios que continúa un
proceso de perfección. Es por esta razón que el hombre puede ser considerado como un co-
creador, como un colaborador de Dios frente a la creación. Su señorío se refiere entonces
al de un administrador creativo, que es capaz de velar por la creación en forma
responsable, frente a Dios, a la comunidad y a las nuevas generaciones, ya que nuestro
mundo es único e irrepetible, con una enorme fragilidad. Si no hay un cuidado responsable
este mundo puede lesionarse profundamente, y con ello poniendo en peligro a toda la
humanidad. Esto que hoy aparece como central se debe precisamente a que las actuales
formas productivas son intensivas en energéticos, como petróleo y sus derivados, gas
natural, energía eléctrica y otras formas emergentes como la solar y la holística, aún de
elevados costos de producción e implementación especialmente en los países productores
de materias primas como el nuestro.
En la Encíclica Laborem Exercens de Juan Pablo II (1981), el Papa destaca un aspecto
central aporte al tema del trabajo: "La Iglesia está convencida de que el trabajo constituye
una dimensión fundamental de la existencia del hombre en la tierra. Ella se confirma en
esta convicción considerando también todo el patrimonio de las diversas ciencias dedicadas
al estudio del hombre: La antropología, la paleontología, la historia, la sociología, la
psicología, etc. Todas parecen testimoniar de manera irrefutable esta realidad. La Iglesia,
sin embargo saca esta convicción sobre todo de la fuente de la palabra de Dios revelada, y
por ello lo que es una convicción de la inteligencia adquiere a la vez el carácter de una
convicción de fe. El motivo es que la Iglesia cree en el hombre: ella piensa en el hombre y
se dirige a él no sólo a la luz de la experiencia histórica, no sólo con la ayuda de los
múltiples métodos del conocimiento científico, sino ante todo a la luz de la palabra revelada
del Dios vivo. Al hacer referencia al hombre, ella trata de expresar los designios eternos y
los destinos trascendentes que el Dios vivo, Creador y Redentor ha unido al hombre" (L.E.
4). Es importante consignar, que desde esta perspectiva el Hombre constituye el Camino de
la Iglesia, incorporando de esta forma la propia experiencia de la humanidad acumulada a
través de los años. Otro aspecto lo constituye el saber científico que esta misma humanidad
ha podido lograr en torno al trabajo considerado integralmente, concepción que de una u
otra forma es una barrera en contra de las tendencias economicistas que hoy intentan
reducirlo a su mínima expresión.
Cuando hemos considerado estos elementos podemos comprender mejor aún de porque en
el número anterior el trabajo humano es considerado como una clave importante de la
problemática social: "En medio de estos procesos, tanto del diagnóstico de la realidad
social objetivo como también de las enseñanzas de la Iglesia en el ámbito de la compleja y
variada cuestión social, el problema del trabajo humano aparece naturalmente muchas
veces. Es, de alguna manera, un elemento fijo tanto de la vida social como de las
enseñanzas de la Iglesia (...) que el trabajo humano es una clave, quizá la clave esencial de
toda la cuestión social, si tratamos de verla verdaderamente desde el punto de vista del
43
bien del hombre. Y si la solución, o mejor, la solución gradual de la cuestión social, que se
presenta de nuevo consecuentemente y se hace cada vez más compleja, debe buscarse en la
dirección de hacer la vida humana más humana, entonces la clave, que es el trabajo
humano, adquiere una importancia fundamental y decisiva" (L.E. 3). De esta forma el
trabajo es fundamental en la problemática social, pero especialmente para los miles de
hombres y mujeres que a través de él pueden acceder a los bienes y servicios necesarios
para poder vivir con dignidad, porque buscan a través del trabajo hacer de la vida un
proceso de permanente humanización. Sin embargo hay otro aspecto que es central, por
estar el trabajo humano situado en un ámbito de permanente conflicto de intereses, en
especial cuando se intenta situar al trabajo como una primacía frente al capital, la
solución, como señala el Papa y la experiencia misma debe ser gradual. Más aún cuando la
humanidad se incorpora cada día al sistema de libre comercio, tanto a nivel regional como
de una serie de poderosos bloques económicos que obligan a los países del tercer mundo a
iniciar nuevos procesos de reconversiones productivas, que permitan alcanzar un nivel de
intercambios tanto en productos de materias primas, manufacturados y financieros en
condiciones ventajosas. Para poder competir, uno de los factores que ha sido infravalorado
ha sido precisamente el trabajo humano, que en términos de flexibilizaciones productivas
(sub-empleo, procesos externalizados, y desregulaciones jurídicas) intentan reducir costos
de producción a costa del abaratamiento la mano de obra, es decir a costa de los salarios de
los trabajadores. A ello debemos agregar que el Capitalismo se encuentra en una
importante fase de acumulación, en un contexto regional que esta obligando a realizar
ajustes económicos con altos costos sociales, costos que en nuestro caso fue impuesto bajo
el régimen militar, en los países vecinos, con excepción de Perú (régimen autoritario), los
demás se encuentran en procesos de transición, con una fuerte hipoteca social a raíz de la
Deuda Externa, que aún condiciona el desarrollo de la región.
Aunque en la Biblia no hay una alocución directa con respecto al trabajo, podemos inferir
que este es una importante actividad a desarrollar en el mundo visible: "El hombre, es
sentido genérico, como imagen de Dios, entre otros motivos por el mandato recibido de su
creador y de someter y dominar la tierra. En la realización de este mandato, el hombre,
todo ser humano refleja la acción misma del creador del Universo. El trabajo entendido
como una actividad "transitiva", es decir, de tal naturaleza que, empezando en el sujeto
humano, está dirigida hacia un objeto externo, supone un dominio específico del hombre
sobre "la tierra" y a la vez confirma y desarrolla este dominio" (L.E. 4).
9.3.2.-El trabajo en Sentido Objetivo y Subjetivo: Una de las distinciones importantes que
realiza el Papa es precisamente distinguir el trabajo en sentido objetivo (la técnica) del
trabajo subjetivo (la persona, como sujeto propio del trabajo), desde esta perspectiva
podemos entonces rescatar la importancia de la persona en el trabajo. Señala el Papa: "Esta
universalidad y a la vez esta multiplicidad del proceso de someter la tierra (en sentido bíbli-
co), iluminan al trabajo del hombre, ya que el dominio del hombre sobre la tierra se realiza
44
en el trabajo y mediante el trabajo. Emerge así el significado en sentido objetivo, el cual
halla su expresión en las varias épocas de la cultura y la civilización. El hombre domina ya
la tierra por el hecho de que domestica a los animales, los cría y de ellos saca el alimento y
vestido necesarios, y por el hecho de que pueden extraer de la tierra y los mares diversos
recuerdos naturales... Hoy en la industria y en la agricultura la actividad del hombre ha
dejado de ser, en muchos casos, un trabajo prevalentemente manual, ya que la fatiga de sus
manos y de los músculos es ayudada por máquinas y mecanismos cada vez más
perfeccionados. No solamente en la industria, sino también en la agricultura, somos
testigos de las transformaciones llevadas a cabo por el gradual y continuo desarrollo de la
ciencia y de la técnica. Lo cual, en su conjunto, se ha convertido históricamente en una
causa de las profundas transformaciones de la civilización, desde el origen de la era
industrial hasta las sucesivas fases del desarrollo gracias a las nuevas técnicas, como las de
la electrónica o de los microprocesadores de los últimos años. "Aunque pueda parecer que
en el proceso industrial "trabaja" la máquina mientras el hombre solamente la vigila,
haciendo posible y guiando de diversas maneras su funcionamiento, es verdad también que
precisamente por ello el desarrollo industrial pone la base para plantear de manera nueva el
problema del trabajo humano. Tanto la primera industrialización, que creó la llamada
cuestión obrera, como los sucesivos cambios industriales y postindustriales, demuestran de
manera elocuente que, también en la época del "trabajo" cada vez más mecanizado, el
sujeto propio del trabajo sigue siendo el hombre" (L.E. 5).
Con el desarrollo de la industria y de los diversos sectores relacionados a ella en especial en
nuestra sociedad, el Papa indica: "El papel de primerísima importancia que adquiere en la
interacción entre el sujeto y objeto del trabajo; precisamente esa aliada del trabajo, creada
por el cerebro humano que es la técnica. Entendida aquí no como capacidad o aptitud para
el trabajo, sino como un conjunto de instrumentos de los que el hombre se vale en su
trabajo, la técnica es indudablemente una aliada del hombre" (L.E. 5).
Más allá de los beneficios objetivos que proporciona la técnica, puede transformarse como
señala el Papa de "Aliada en Adversaria del hombres, como cuando la mecanización del
trabajo 'suplanta' al Hombre, quitándole toda satisfacción personal y el estímulo de la
creatividad y responsabilidad, cuando quite el fuerte de trabajo a muchos trabajadores antes
ocupados, o cuando mediante la exaltación de la máquina reduce al hombre a su esclavo"
(L.E. 5). Proceso que es nuestro país se relaciona estrechamente con los procesos de
reconversión productiva, que supone la incorporación de tecnologías de punta, para hacer
más competitivos los productos a los mercados internacionales (65
). Considerando este
65.- Por el Contexto de la Globalización económica mundial, nuestro país desde la Dictadura del general
Pinochet se inició un proceso de apertura económica neoliberal sin precedentes, cuando los gobiernos de la
Concertación por la Democracia asumen el poder profundizan esta óptica y consolidan una serie de Tratados
de libre comercio como el Mercado económico del Sur (mercosur), Asociación de países del Asia pacífico
(APEC), con la Unión Europea; y esta pendiente el Tratado de libre comercio con América del Norte
45
objetivo, la Legislación Laboral ha sido planteada como funcional al sistema económico
neo-liberal de allí que la legislación posea un fuerte acento desregulador jurídico, de alta
flexibilización a nivel de colectivos de las organizaciones sindicales. Todo este proceso -
altamente complejo- plantea diversas interrogantes, que como señala el Papa: "encierran
una carga particular de contenidos y tensiones de carácter ético y ético-social" (L.E. 5).
Porque el contenido ético nos indica en última instancia el sentido último, tanto del trabajo,
como de la empresa (privada y pública) y del Estado, como entidad máxima de la
representación de los intereses colectivos de la nación. La norma ética entonces tiene aquí
una función axiológica que resitúa el mercado como un medio y no como un fin en sí
mismo, como veremos más tarde al analizar la encíclica C.A. Nº 40. El hombre, sujeto del
trabajo: Complementariamente al párrafo anterior, el Papa señala que: "Si las palabras del
libre del génesis (...) hablan indirectamente del trabajo en sentido objetivo, a la vez hablan
también del sujeto del trabajo; y lo que dicen es muy elocuente y está lleno de un gran
significado: "continua el texto; "El hombre debe someter la tierra, debe dominarla, porque
como "imagen de Dios" es una PERSONA, es decir, un ser subjetivo capaz de obrar de
manera programada y racional, capaz de decidir acerca de sí y que tiende a realizarse a sí
mismo. Como persona, el hombre es pues sujeto del trabajo" (L.E. 6). No se puede hablar
del trabajo humano (en sus dos dimensiones complementarias), sin hablar del hombre que
trabaja. El hombre, es plenamente hombre cuando actúa como persona consciente, libre y
abierta a continuar creciendo en su relación con el mismo, los demás, la naturaleza y en
última instancia con Dios. Cuando el hombre (aquí en sentido genérico), domina la tierra,
es trabajo humano. Si ello no ocurre por diversas razones, en especial los de orden
económico, estamos frente a un complejo y grave problema ético-social.
El hecho de que el trabajo realizado sea en forma consciente y libre, y que sea la persona
que le da sentido a esta acción de "dominio" hace que el trabajo tenga valor humano, el cual
deberá prevalecer sobre otros valores éticos involucrados en esta acción de trabajo. "El
primer fundamento del valor del trabajo es el hombre mismo, ser sujeto...; es cierto que el
hombre esta destinado y llamado al trabajo, pero ante todo el trabajo esta en 'función del
hombre'" (L.E. 6). "Con esta conclusión se llega justamente a reconocer la preeminencia
del significado subjetivo del trabajo sobre el significado objetivo (la técnica)".
Cuando el Papa plantea la inversión ética, es que el hombre no esta en función del trabajo,
sino que éste debe estar en función del hombre, lo que el domine "una amenaza al justo
orden de los valores" (L.E. 7). La amenaza proviene de aquellas personas, sectores y siste-
mas sociales que le otorgan más valor a lo que el hombre hace que a la persona que lo
realiza, cayendo esta dimensión subjetiva en manos de los "materialistas y economicistas".
(NAFTA), y recientemente la UNASUR que al parecer potencia lo regional y va más alá que lo meramente
económico, entre otros.
46
"El trabajo se entendía y se trataba como una especie de "mercancía", que el trabajador -
especialmente el obrero industrial- vende al empresario, que es a la vez poseedor del
capital, o sea del conjunto de los instrumentos de trabajo y de los medios que hacen posible
la producción (...). La interacción entre el hombre del trabajo y el conjunto de los
instrumentos y de los medios de producción ha dado lugar al desarrollo de diversas formas
de capitalismo. En los que se han insertado otros elementos socio-económicos como
consecuencia de nuevas circunstancias concretas, de la acción de las asociaciones de los
trabajadores y de los poderes públicos, así como de la entrada en acción de grandes
empresas trasnacionales. A pesar de todo, el peligro de considerar el trabajo como una
mercancía sui generis, o como una anónima "fuerza" necesaria para la producción (fuerza
de trabajo), existe siempre, especialmente cuando toda la visual de la problemática
económica está caracterizada por las premisas del economicismo materialista" (L.E. 7).
Economicismo que hoy tiene repercusiones de carácter mundial y que en cierto sentido
posee además un carácter hegemónico con ciertos ribetes autoritarios en algunos casos.
Señala el Papa en tal sentido: "Una ocasión sistemática y, en cierto sentido, hasta un
estímulo para este modo de pensar y valorar está constituido por el acelerado proceso de
desarrollo de la civilización unilateralmente materialista, en la que se da importancia
primordial a la dimensión objetiva del trabajo, mientras la subjetiva -todo lo que se refiere
indirecta o directamente al mismo sujeto del trabajo- permanece a un nivel secundario (...)
El hombre es considerado como un instrumento de producción, mientras él -él solo,
independientemente del trabajo que realiza- debería ser tratado como sujeto eficiente y su
verdadero artífice y creador" (L.E. 7).
A principios de la época industrial, el trabajo fue considerado solamente como una
mercancía más entre los medios de producción, tal inversión del orden ético se denominó
capitalismo. Hoy, esta dimensión sistemática del capitalismo se ha transformado en el neo-
liberalismo post-industrial, que intente revertir las conquistas alcanzadas, por diversas y
costosas luchas de los trabajadores a través de la llamada flexibilización laboral que
refuerza el factor capital meramente en desmedro del trabajo. Señala el Papa: "Se sabe que
el capitalismo tiene su precio significativo histórico como sistema, y sistema económico
social (...). Pero, a la luz del análisis de la realidad fundamental del externo proceso
económico y, ante todo, de las estructuras de producción -como es precisamente el trabajo-
conviene reconocer que el error del capitalismo primitivo puede repetirse dondequiera que
el hombre sea tratado de alguna manera a la par de todo el complejo de los medios
materiales de producción, como un instrumento y no según la verdadera dignidad de su
trabajo, o sea como sujeto y autor, y, por consiguiente, como verdadero fin de todo el
proceso productivo" (L.E. 7).
47
9.3.3.-La Solidaridad de los Hombres del trabajo. Esta importante dimensión que aún posee
el mundo del trabajo es planteada positivamente. Señala el documento: "Si se trata del
trabajo humano en la fundamental dimensión de su sujeto o sea del hombre-persona que
ejecuta un determinado trabajo, se debe hacer una mínima valoración de las
transformaciones que, en los 90 años que nos separan de la R.N., han acaecido en relación
con el aspecto subjetivo del trabajo. De hecho aunque el sujeto del trabajo sea siempre el
mismo, o sea el hombre, sin embargo en el aspecto objetivo se verifican transformaciones
notables. Aunque se pueda decir que el trabajo, a causa de su sujeto, es uno (uno y cada
vez irrepetible), sin embargo, considerando sus direcciones objetivas, hay que constatar que
existen muchos trabajos (aparecen nuevos, desaparecen otro)".Sin embargo, el marco
jurídico, político y en especial el plano económico va introduciendo algún aspecto que, a
través de la flexibilización, desregulación y reducción del Rol Tutelador del Estado en
materias laborales hace que existan "ciertas irregularidades, que por motivos ético-sociales
pueden ser peligrosos".
Precisamente a raíz de las complejas situaciones de explotación privada por el Sistema
Capitalista en un contexto en donde no existan legislaciones laborales como los que se
desarrollan durante los 90 años recién pasados que parecían en términos generales, la
noción tutelar del trabajador. Esta situación dio origen a la llamada "cuestión proletaria".
"Tal cuestión ha dado origen a una justa reacción social, ha hecho surgir y con irrumpir un
gran impulso de solidaridad entre los hombres de trabajo y, ante todo, entre los hombres de
la Industria. La llamada solidaridad y a la acción común, lanzada a los hombres de
trabajo temía un importante valor y su elocuencia desde el punto de vista de la ética social,
era la reacción contra la degradación del hombre como sujeto del trabajo, y contra la
inaudita y concomitante explotación en el campo de las ganancias hacia la persona del
trabajador. Semejante reacción ha reunido al mundo obrero en una comunidad caracteri-
zada por una gran solidaridad" (LE.Nº8). La situación generada en aquel tiempo estaba
favorecida por el sistema socio-político, que según sus postulados económicos reforzaba y
aseguraba la iniciativa económica de los poseedores del capital y no se preocupaba
suficientemente de los derechos del hombre de trabajo, afirmando que el trabajo humano es
solamente instrumento de producción, y que el capital es el fundamento, el factor eficiente
y el fin de la producción.
Hoy, después de casi un Siglo se produce una situación que de profundizarse, conduciría a
las relaciones laborales y a los trabajadores a niveles que podrían menoscabar su
humanización. Si consideramos que "el hombre es un bien del hombre -un bien de su
humanidad- porque mediante el trabajo, el hombre no sólo transforma la naturaleza
adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más,
en cierto sentido "se hace más hombre", pero esta realidad encontramos diversas
situaciones en que este hacerse más hombres, este submundo o degradado a través del
48
trabajo, perjudicando no sólo sus fuerzas físicas, sino, sobre todo, menoscabando su propia
dignidad y subjetividad (LE. 9).
9.3.4.-La Prioridad del Trabajo (L.E. 12)
La prioridad del trabajo "frente al capital" se refiere directamente al proceso mismo de
producción, respecto al cual el trabajo es siempre una causa eficiente, primaria, mientras
que el capital, siendo el conjunto de los medios de producción, es sólo un instrumento o la
causa instrumental. Este principio es una verdad evidente, que se deduce de toda la
experiencia histórica del hombre. "Si en el ámbito de este último concepto entran, además
de los recursos de la naturaleza puestos a disposición del hombre, también el conjunto de
medios con los cuales el hombre se apropia de ellos, Transformándolos según sus
necesidades "Humanizándolos", entonces se debe constatar aquí que el conjunto de medios
es fruto del patrimonio histórico del trabajo humano. Todos los medios de producción,
desde los más primitivos hasta los ultra modernos, han sido elaborados gradualmente por el
hombre: por la experiencia y la inteligencia del hombre (...) Así todo lo que sirve el
trabajo, todo lo que constituye -es el estado actual de la técnica- su "instrumento" cada vez
más perfeccionado, es fruto del trabajo", es lo que hoy denominamos como el conjunto de
los medios de producción, que son considerados como parte del "capital". "Si en el proceso
del trabajo se descubre alguna dependencia, ésta es la dependencia de los demás hombres, a
cuyo trabajo y a cuyas iniciativas debemos las ya perfeccionadas y ampliadas posibilidades
de nuestro trabajo.
El trabajo humano, desde que es percibido como un instrumento que hace posible la
acumulación de capitales financieros y la riqueza, plantea la inversión valórica, ya que es
común una fuerza para dominar la tierra. De esta forma se introduce el conflicto que hoy
nos preocupa, el Capital y el Trabajo. Ese conflicto tiene sus raíces en dos errores
fundamentales: el Economicismo y el Materialismo.
El Economicismo señala en términos generales que el trabajo es simplemente un
instrumento más para producir más riqueza, para poder tener más capital, muchas veces a
cualquier precio, hipotecando de esta forma, cuando se explota indiscriminadamente a los
recursos naturales, a la propia humanidad. El materialismo, complementario a esta
concepción señala que los bienes materiales logrados en el mercado para consumir, son los
que el hombre necesita para su confort. De allí que la persona sea considerada sólo como
consumidor de bienes, servicios exclusivamente.
De allí que el texto nos prevenga contra la reflexión de estos errores que continúan vigentes
en amplios sectores de la sociedad. "El mismo error...., puede, sin embargo, repetirse en
otras circunstancias de tiempo, lugar, si se parte de las mismas premisas tanto teóricos
como prácticos. No se ve otra posibilidad de una superación radical de este error sino
intervienen cambios adecuados, tanto en el campo de la teoría, como de la práctica,
49
cambios que van en la línea de la decisiva convicción de la primacía de la persona sobre las
cosas, del trabajo del hombre sobre el capital como conjunto de los medios de producción"
(L.E. 13).
9.3.5.-EL ARGUMENTO PERSONALISTA
El Papa Juan Pablo II, intenta buscar o poner en evidencia aquel fundamento que plantea la
prioridad del trabajo respecto del capital. Esta prioridad se basa en un fuerte acento ético,
ya que como hemos visto anteriormente, la persona es el sujeto propio del trabajo: "Cuando
el hombre trabaja, sirviéndose del conjunto de los medios de producción, desea a la vez que
los frutos de este trabajo estén a su servicio y al de los demás y que en el proceso mismo
del trabajo tenga la posibilidad de aparecer como responsable y coartífice en el puesto de
trabajo, al cual esta dedicado". De esta forma el hombre para poder realizarse en su trabajo
(66
), tiene además ciertos derechos inherentes a su dignidad.
El Papa sin embargo destaca lo siguiente:
a. El hombre no sólo desea ser remunerado por su trabajo, también desea que se le
considere en el proceso de producción. Quiere sentir su trabajo como algo propio,
aunque esta sea propiedad común o privada.
b. El trabajo no puede ser deshumanizador ni despersonalizante; así perdería el
hombre toda iniciativa personal.
c. Ningún sistema económico de producción puede perder de vista esa verdad, tiene
que respetar la personalidad de cada uno de los trabajadores.
66
.-El Trabajo es entendido en la teología católica como colaboración con Dios, la naturaleza y los demás,
instancia de autorrealización; aporte de mano de obra que da valor agregado, etc.
50
10.-EL MAGISTERIO LAC Y EL TRABAJO.
El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) tiene una rica trayectoria en función de
los trabajadores y de los pobres. La I Conferencia del Episcopado fue en Rio de janeiro
(Brasil) 1959, aunque sus temas eran fundamentalmente hacia dentro de la propia iglesia
como la escases del clero y de la vida religiosa. En él en sus comienzos están algunos
obispos Chilenos, y en forma muy en especial en la II Conferencia de Medellín (Colombia)
en 1986 en donde se aterrizan las orientaciones del Concilio Vaticano II, posteriormente la
III Conferencia en Puebla de los Ángeles (México) 1979 en donde participa Juan Pablo II.
Posteriormente vino la IV Conferencia General de Santo Domingo (República
Dominicana), con ocasión de los 500 años de la conquista española en el continente y
finalmente en la V Conferencia de Aparecida en Brasil, han señalado lo siguiente acerca del
Trabajo humano y de cómo la Iglesia en su conjunto debe colaborar con estas
orientaciones.
10.1.- El Diagnóstico de la IV Conferencia de Santo Domingo. (República Dominicana)
El diagnóstico de la realidad del trabajo en América latina y el Caribe se ubica en esta
sección. Señalan los obispos al respecto: "En lo que se refiere al mundo de los trabajadores
se advierte un deterioro en sus condiciones de vida y en el respeto a sus derechos; un escaso
o nulo cumplimiento de normas establecidas para los sectores más débiles, una pérdida de
autonomía de parte de las organizaciones de trabajadores debida a dependencias o auto
dependencias de diverso género; abuso del capital, que desconoce o niega la primacía del
trabajo; pocas o nulas oportunidades de trabajo para los más jóvenes. Se advierte la
alarmante falta de trabajo o desempleo, con toda la inseguridad económica y social que ello
comporta. El mundo del trabajo reclama el crecimiento de la economía y el aumento de la
productividad, de tal modo que hagan posible mediante una justa y equitativa
distribución el mayor bienestar del hombre y su familia"(SD.183).
La gestación de una cultura del trabajo y de la solidaridad pasan necesariamente por crear
las condiciones socio-económicas y políticas que sitúen al trabajo y a los trabajadores en el
CENTRO, con una verdadera primacía frente al capital. Los problemas vinculados a las
estructuras productivas y a una economía basada en las exportaciones de materias primas,
con una fuerte deuda externa que hipoteca el desarrollo de la región (SD197) generan
problemáticas sociales que están latentes y que de una u otra forma no han sido canalizados
en los procesos políticos de transición en las que se encuentran algunos países. Cabe
destacar que en lo relativo a la estructura jurídico-laboral que rige nuestro país, a pesar de
las modificaciones realizadas, no responde al rol tutelar que le cabe, dejando a los
trabajadores en una seria situación de desprotección frente al sector empresarial.
Paralelamente el Estado, en diversos países de la región, ha pasado de ser promotor y
defensor de los sectores más vulnerables a un mero administrador de conflictos entre los
51
trabajadores, sus organizaciones y el sector empresarial, representante claro del capital,
tanto a niveles nacionales como internacionales. En un contexto socio-político en donde se
pierden paulatinamente aquellas organizaciones solidarias y representativas de los
trabajadores en favor de estilos individualistas, pragmáticos y técnicos, que por sí mismos
son marginadores de las grandes mayorías. Vale la pena recordar las palabras de Juan Pablo
II sobre el Estado en su reciente encíclica, publicada con ocasión del centenario de la
Encíclica R.N. Señala el Papa: " En la R.N se criticaba una concepción del Estado que deja
el ámbito de la economía totalmente fuera del propio campo de interés y acción. Al Estado,
señala el Papa, le corresponde determinar el marco jurídico dentro del cual se desarrollan
las relaciones económicas y protegen las condiciones de una economía libre, que presupone
una cierta igualdad entre las partes (capital y trabajo) no sea que una de ellas supere
totalmente en poder a la otra y que la pueda reducir prácticamente a la esclavitud."(CA15).
En cuanto a los derechos de los trabajadores los Obispos señalan: " Son un patrimonio
moral de la sociedad, que deben ser tutelados por una adecuada legislación social y su
necesaria instancia judicial, que asegure la continuidad confiable en las relaciones
laborales" (SD. 184).
10.2.-Los principales derechos de los trabajadores, en el contexto de la Enseñanza social
de la Iglesia son los siguientes:
a) Derecho a un empleo adecuado, sin discriminaciones de sexo, edad, raza, religión o
partidos políticos.
b) Derecho a un sueldo o salario justo por el trabajo realizado, que sea suficiente para
fundar y mantener dignamente a una familia, asegurando además el futuro de esta.
c) Derecho a asegurar la vida y la salud del trabajador y de su familia.
d) Derecho al descanso semanal y a las vacaciones.
e) Derecho a la pensión o jubilación digna, que permita una vida digna para la vejez y la
enfermedad, especialmente cuando en la sociedad actual la expectativa de vida aumenta.
f) Derecho a ambientes de trabajo y procesos productivos que no comporten perjuicio a la
salud física de los trabajadores y que además no dañen la integridad moral de estos.
g) Derecho a la asociación en sindicatos, junto a otros trabajadores, para defender sus
intereses básicos, asegurando el cumplimiento de sus derechos, en el marco del bien común
de la sociedad en su conjunto.
h) El derecho a utilizar la Huelga (real) como mecanismo que permita presionar al sector
empresarial cuando éste no considera y violenta sus legítimos derechos.
52
Estos derechos, como PATRIMONIO DE LA SOCIEDAD, por eso mismo no son
transables en el mercado, ni siquiera por necesidades económicas situadas en los equilibrios
macroeconómicos, ni mucho menos deben ser vulnerados por leyes que no los consideren
en su gestación. En cuanto patrimonio es la sociedad en su conjunto, y no solo los
trabajadores, los que deberán velar por el cumplimiento de ellos. De allí la responsabilidad
de los legisladores, políticos y economistas frente a estos derechos.
La primera de ellas es " impulsar y sostener una PASTORAL DEL TRABAJO en
todas las diócesis para promover y defender el valor humano del trabajo" (SD.185a).
Una pastoral del trabajo coherente con las orientaciones y directrices que se han elaborado
desde la Enseñanza Social de la Iglesia y con los fundamentos Teológicos elaborados desde
el Concilio Vaticano II, para responder eficazmente a los múltiples desafíos que provienen
tanto de la cultura, de los rápidos cambios económicos y de las emergentes sociedades
latinoamericanas que van ingresando paulatinamente a la " modernidad", visión que cruza y
reorienta la pastoral tradicional vinculada al trabajo de sectores obreros. Esta reorientación
supone incorporar a todos y a cada uno de los sectores socio-económicos que participan de
los procesos productivos; Obreros, empleados, técnicos, profesionales, empresarios, y
otros. Supone, además esta pastoral del trabajo integrar los elementos socio-culturales
propios de cada región, de tal forma que puedan ser efectivamente incorporados a la
reflexión y análisis. Sin dejar de lado una visión de conjunto no sólo de la región, como
América Latina, sino que además incorpore los procesos sociales y económicos de otras
regiones en diferentes partes del mundo. Es una forma seria y responsable de superar los
localismos que muchas veces separan y que por lo tanto dividen.
La segunda línea, los obispos se proponen una importante tarea: " Apoyar las
organizaciones propias de los hombres de trabajo, para la defensa de sus legítimos
derechos, en especial de un salario suficiente y de una justa protección social para la vejez,
la enfermedad y el desempleo"(SD.185b), haciendo una clara alusión al texto de Juan Pablo
II en C.A 35. Este apoyo, debería canalizarse a través de las organizaciones de los
trabajadores a partir de los sindicatos, para defender el derecho a un salario suficiente del
trabajador y su grupo familiar, junto a una protección social que asegure la dignidad de los
trabajadores en aquellas situaciones de mayor vulnerabilidad, como ocurre con la vejez, la
enfermedad y el desempleo; y es precisamente este punto el que invita a reflexionar sobre
el sistema económico neo-liberal que se aplica-con diversos matices en A.L y muy
especialmente en nuestro país. Este acompañamiento exige al clero, a los religiosos y a
muchos laicos una preparación psicológica y técnica para comprender las problemáticas
laborales, de por sí complejas, y para lograr una empatía frente a tales situaciones.
La tercera línea pastoral se refiere a un servicio que puede brindar la Iglesia, pero
especialmente la Pastoral del Trabajo, Señala el texto: " Favorecer la formación de
53
trabajadores, empresarios y gobernantes en sus derechos y en sus deberes y propiciar
espacios de encuentro y mutua colaboración"(SD.185c).
Existe claridad en la importancia que tiene la formación de los trabajadores en general y de
los empresarios y gobernantes, generalmente políticos en tareas de gobierno. Las áreas de
mayor importancia se refieren a Legislación Laboral; Economía, Administración sindical y
Temas complementarios a las organizaciones laborales, Además de incorporar los criterios
que aporta la Enseñanza Social de la Iglesia, especialmente para unificar criterios entre los
diversos sectores que intervienen. Sin embargo es el sector de los trabajadores no
calificados, como obreros y operarios, pescadores, campesinos y otros, el que requiere con
mayor urgencia esta importante formación.
Es importante recordar en este contexto que la Opción preferencial por los pobres
continúa vigente: " Hacemos nuestro el clamor de los pobres. Asumimos con renovado
ardor la opción evangélica preferencial por los pobres, en continuidad con Medellín y
Puebla. Esta opción, no exclusiva ni excluyente, iluminará, a imitación de Jesucristo, toda
nuestra acción evangelizadora"(SD.296), además de ser reivindicada por la V Conferencia
de Aparecida que señala” En esta época, suele suceder que defendemos demasiado
nuestros espacios de privacidad y disfrute, y nos dejamos contagiar fácilmente por el
consumismo individualista. Por eso, nuestra opción por los pobres corre el riesgo de
quedarse en el plano teórico o meramente emotivo, sin verdadera incidencia en nuestros
comportamientos y en nuestras decisiones” (DA 397), también en los números 398 y 399
Señalan complementariamente los Obispos: " Conscientes de que se está gestando un nuevo
orden económico mundial que afecta a América Latina y el Caribe, la Iglesia desde su
perspectiva está obligada a hacer un serio esfuerzo de discernimiento. Tenemos que
preguntarnos: ¿Hasta dónde debe llegar la libertad del mercado?, ¿qué características debe
tener para que sirva al desarrollo de las grandes mayorías? (SD.194). Según la reciente
enseñanza de Juan Pablo II, en la encíclica Centesimus Annus, en donde señala que es lícita
la actividad de los individuos en el mercado. Sin embargo esto no significa que el mercado
pueda ofrecer todos los bienes que requiere la sociedad, ni ésta pueda pagar muchos bienes
necesarios. La economía de mercado debe tener estos límites"
Por ello las enseñanzas de Juan Pablo II, señala la necesidad de implementar acciones
concretas de los poderes públicos para que la economía de mercado no se convierta en algo
absoluto a la cual se sacrifique todo, acentuando de esta forma la desigualdad y la
marginación de las grandes mayorías. No puede existir una economía de mercado creativa y
al mismo tiempo socialmente justa, sin un sólido compromiso de toda la sociedad y sus
actores con la solidaridad a través de un marco jurídico que asegure el valor de las
persona, la honradez, el respeto a la vida y la preocupación efectiva por los más
pobres"(SD.195)
54
Es en este contexto donde debe insertarse el salario suficiente y una justa protección
social para la vejez, la enfermedad y el desempleo. Protección que debe estar centrada
ineludiblemente en las personas, no sólo en los equilibrios macroeconómicos, ni en los
niveles máximos de ganancias permitidos, a costa de los miles de trabajadores sub-
empleados, cesantes y desprotegidos sociales o marginales de la sociedad que claman por
una legislación social que los proteja efectivamente del sistema económico capitalista y sus
diversas modalidades que rigen nuestros países.
Señalan los Obispos al respecto: "El empobrecimiento y la agudización de la brecha entre
ricos y pobres golpean de modo grave a las grandes mayorías de nuestros pueblos debido a
la inflación y reducción de los salarios reales y a la falta de acceso a los servicios básicos,
al desempleo y al aumento de la economía informal..."(SD.199). Si consideramos que los
desempleados, y en general las personas vinculadas al los sectores de la economía y del
trabajo informal, veremos que conforman un importante sector en permanente expansión,
que está al margen de los diversos servicios de seguridad social por muy insuficientes que
éstos sean. El trabajo informal se desarrolla al margen de la seguridad social; sin acceso a la
salud- no sólo atención primaria para casos de extrema urgencia, ni y que solamente podrán
jubilar a los 70 años, independientemente de la actividad laboral que hayan realizado,
criterio dramático si consideramos que las expectativas de vida para los hombres es de unos
75 años. Algo similar ocurre con las mujeres que pueden jubilar a los 65 años,
independientemente de la actividad laboral que hayan realizado. En una sociedad que se
dice cristiana, estos criterios meramente técnicos no pueden continuar afligiendo a tantas
personas, en especial a quienes con su trabajo construyen permanentemente la nueva
sociedad.
10.3.-Aportes de la V Conferencia Episcopal de “Aparecida”. (67)
La V Conferencia aparece en continuidad con las otras conferencias del Episcopado
Latinoamericano y del Caribe. Las Conclusiones de Aparecida considera a la “Doctrina
Social de la Iglesia” y señala:”La doctrina social de la Iglesia constituye una invaluable
riqueza, que ha animado el testimonio y la acción solidaria de los laicos, quienes se
interesan cada vez más por su formación teológica, como verdaderos misioneros de la
caridad, y se esfuerzan por transformar de manera efectiva el mundo según Cristo.
Innumerable iniciativas en el ámbito social, cultural, económico y político, hoy se dejan
inspirar en los principios permanentes, en los criterios de juicio y en las directrices de
acción provenientes de la DSI” (DA 99, letra f).
Una realidad marcada por grandes cambios (DA 33), cambios que tienen hoy un alcance
global y que afectan al mundo entero (DA 34), en especial el fenómeno de la globalización
67 .-V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Aparecida, Brasil. Ediciones Salesianas.
Santiago de Chile. 2007.
55
y que impacta en todos los ámbitos de la vida personal y social de los pueblos (DA 35) pero
Aparecida señala en uno de sus puntos un tema que es central en lo que nos convoca”
Vivimos un cambio de época, cuyo nivel más profundo es el cultural. Se desvanece la
concepción integral del ser humano, su relación con el mundo y con Dios (…) surge hoy,
con gran fuerza, una sobrevaloración de la subjetividad individual. Independientemente de
su forma, la libertad y la dignidad de las personas son reconocidas. El individualismo
debilita las vínculos comunitarios y propone una radical transformación del tiempo y del
espacio” (DA 44).
En el contexto de la buena nueva de la actividad humana (DA 120) aparece tratado el tema
del Trabajo Humano (68); “resplandece el sentido del trabajo como participación de su
tarea creadora y como servicio a los hermanos y hermanas. Jesús el carpintero (Mc 6,3)
dignifico el trabajo y al trabajador y recuerda que el trabajo no es un mero apéndice de la
vida, sino que “constituye una dimensión fundamental de la existencia del hombre sobre la
tierra, por la cual el hombre y la mujer se realizan a si mismos como seres humanos. El
trabajo garantiza la dignidad y libertad del hombre, (y) es probablemente la clave esencial
de toda cuestión social” (DA 120). El que Jesús haya sido un trabajador, lleva incluso a
Juan Pablo II en LE a referirse al “Evangelio del Trabajo”, lo que es una afirmación con
una profundidad muy pocas veces analizada en especial para los fieles laicos que deben ser
los otros “Cristos” en el mundo del Trabajo.
68 .-Tema que podemos encontrar en dos grandes encíclicas sociales; Rerun Novarum de León XIII (Abril de
1891) y el Laboren Exercens de Juan Pablo II en 1981.
56
11.-PERSPECTIVAS DE LA ENSEÑANZA SOCIAL.
Un breve acercamiento a la génesis de esta importante orientación teórica y práctica a los
cristianos en lo social surge y se va desarrollando a través del tiempo como hemos señalado
en las primeras paginas, de allí que desde la consolidación de los criterios y orientaciones
del Papa León XIII, sean considerados como un importante hito, que como señala el Padre
Pierre Bigo. SJ, que aporta una nueva perspectiva:" Con R.N. La Iglesia toma consciencia,
no de una nueva misión con respecto a la humanidad, sino de una manera nueva de
interpretar su misión permanente. La Iglesia fue siempre consciente de ser el fermento del
mundo, y esta fe se expresa en las épocas más humilladas del cristianismo, cuando en
medio de las persecuciones se hacia más improbable la posibilidad de desviar el curso de
la historia. Pero es precisamente esta actitud de ser un pueblo peregrino lo que le permite
y consolida su libertad frente a la sociedad. Esta acción social, es decir, sobre el mundo,
seguía concibiéndose en el curso del siglo XIX como una acción de los jefes de la Iglesia
sobre los poderes civiles, porque la vida de los pueblos y de la Iglesia ella misma tendía a
reducirse a la de sus gobernantes. En lo sucesivo, es el pueblo cristiano en su totalidad el
que estará llamado por los papas a tomar parte en la construcción de la sociedad"(69
), y
cuarenta años después, se reconoce de importancia de esta ciencia cristiana orientada a los
social y económico, señalaba el Papa Pio XI el 15 de mayo de 1931: "Bajo la dirección y el
magisterio de la Iglesia, muchos doctos varones, así eclesiásticos (Sacerdotes y Religiosos)
como seglares,(laicos) se hayan consagrado con todo empeño al estudio de la ciencia
social y económica, conforme a las exigencias de nuestro tiempo, impulsados sobre todo
por el anhelo de que la doctrina inalterada y absolutamente inalterable de la Iglesia
saliera eficazmente al paso de las nuevas necesidades"(Q.A 19).
11.1.-Tambien este conjunto de orientaciones fue llamada como una ciencia Social y
económica a la que hace alusión Pio XI, veamos en sus propios términos este importante
aporte:" De este modo, mostrando el camino y llevando la luz que trajo la encíclica de
León XIII, surgió una verdadera Doctrina Social de la Iglesia, que esos eruditos varones,
a los cuales hemos dado el nombre de cooperadores de la Iglesia, fomentan y enriquecen
de día en día con inagotable esfuerzo". (QA 20). La Doctrina Social entonces va
consolidándose a la luz de diversos aportes, de allí su génesis dinámica, abierta a los
cambios permanentes de la propia sociedad. Esta doctrina sin embargo no es solo teoría
religiosa para el campo socio-económico, es sin lugar a dudas el inicio de lo que años más
tarde se llamaría una Pastoral de lo social, de allí que sea importante considerar su
aplicación más inmediata de esta doctrina en plena crisis mundial de la economía
capitalista, tanto en Europa como en los Estados Unidos, la Crisis del 29 y 30, que junto
con evidenciar la dinámica cíclica interna del Capitalismo, en esta crisis genera una serie de
69
.-Pierre Bigo: Doctrina social de la Iglesia. Instituto Católico de Estudios Sociales, Barcelona, España.
1967, Pág 57.
57
pensamientos alternativos que se consolidarán durante tres décadas. Señala el papa:"Labor
constante emprendida para imbuir en los ánimos de los obreros el espíritu cristiano, que
ayudó mucho para darles a conocer su verdadera dignidad y capacitarlos, mediante una
clara enseñanza de sus derechos y deberes de su clase, para progresar legítima y
prósperamente y aún convertirlos en guías de los demás. De ello obtuvieron con mayor
seguridad más exuberantes ayudas en todos los aspectos de la vida"(QA 23-24). Otro
importante hito histórico en el desarrollo de la Doctrina social, la constituye la encíclica
Mater et Magistra del Papa Juan XXIII (15 de Mayo de 1961), unos pocos años antes de
realizarse en importante Concilio Ecuménico Vaticano II. El Papa Juan XXIII, señala con
respecto al aporte de la Encíclica R.N:" Fue, sin embargo, la encíclica Rerum Novarum la
que formuló, por primera vez, una construcción sistemática de los principios y una
perspectiva de aplicaciones para el futuro. Por lo cual, con toda razón juzgamos que hay
que considerarla como verdadera suma de la doctrina católica en el campo económico y
social"(M.M 15), en esta importante encíclica sin embargo encontramos los principios
fundamentales de esta doctrina católica para el campo social y económico, que tanto
impacto tienen en la vida de las personas, en especial de los trabajadores.
Ya más cercano a nosotros el Papa Juan Pablo II ha realizado importantes aportes a la
compresión y aplicación de la Enseñanza social en nuestra época, señala en la encíclica
Sollicitudo Rei Socialis (1987) que tiene como uno de sus objetivos el " Afirmar una vez
más la continuidad de la doctrina social junto a su constante renovación. En efecto,
continuidad y renovación son una prueba de la perenne validez de la enseñanza de la
Iglesia. Esta doble connotación es característica de su enseñanza en el ámbito social, en
especial gracias al aporte que el propio Juan Pablo II ha realizado al conjunto de la
Doctrina Social durante estos últimos años. Por un lado el aporte de la DSI es constante
porque se mantiene idéntica en su inspiración de fondo, en sus" principios de reflexión", en
sus fundamentales "directrices de acción" y sobre todo, en su unión vital con el Evangelio
del Señor. Por el otro lado es a la vez siempre nueva, dado que esta sometida a las
necesarias y oportunas adaptaciones sugeridas por la variación de las condiciones
históricas así como por el constante flujo de los acontecimientos en que se mueve la vida
de los hombres y de las sociedades.(70
) El papa recordando la Encíclica de Pablo VI
(Populorum Progressio) en la misma línea de Rerum Novarum señala que: "Hay que
reconocer el mérito de haber señalado el carácter ético y cultural de la problemática
relativa al desarrollo y, asimismo a la legitimidad y necesidad de la intervención social en
este campo. Con esto, la doctrina social cristiana ha reivindicado una vez más su carácter
de aplicación de la palabra de Dios a la vida de los hombres y de la sociedad así como a
70
.-Juan Pablo II, Encíclica Sollicitudo Rei Socialis,Nº3.op.cit.
58
las realidades terrenas, que con ellas se enlazan, ofreciendo principios de reflexión,
criterios de juicio y directrices de acción"(recordando a O.A nº4) (71
)
Sin embargo un aporte definitivo que Juan Pablo II introduce sobre la Enseñanza Social es
su definición en el campo propio y específico de esta, la Teología Moral. La definición de
la Doctrina o enseñanza de la Iglesia, claramente diferenciada de la categoría "ideológica"
obliga a diversos grupos sociales y políticos a redefinir sus principios, ya que la Enseñanza
Social puede ser perfectamente utilizada por diversas instancias políticas partidarias, como
parte de sus principios, sin que esta sea agotada. La implicancia más directa de situarla en
el campo de la teología moral es que ella se relaciona desde la perspectiva de la fe con la
conducta social de las personas y de las organizaciones, veamos el texto: La Doctrina
social de la Iglesia no es, pues una" tercera vía" entre el capitalismo liberal y el
colectivismo marxista, y ni siquiera una posible alternativa a otras soluciones menos
contrapuestas radicalmente, sino que tiene una categoría propia. No es tampoco una
ideología sino la cuidadosa formulación del resultado de una atenta reflexión sobre las
complejas realidades de la vida del hombre en la sociedad y en el contexto internacional, a
la luz de la fe y de la tradición eclesial. Su objetivo principal es interpretar esas
realidades, examinando su conformidad o diferencia con que el Evangelio enseña acerca
del hombre y su vocación terrena y, a la vez, trascendente, para orientar en consecuencia
la conducta cristiana. Por tanto no pertenece al ámbito de la Ideología, sino al de la
teología y especialmente de la teología moral."(72
)
11.2.-La razón de circunscribir la ES en el ámbito de la Teología Moral se debe, como ya
hemos señalado anteriormente a que en la enseñanza social existen elementos valoricos o
axiológicos que la ubican en un plano superior, un plano que con el aporte pístico, o de la fe
en Jesucristo, de esta forma se puede articular mejor el sentido de nuestra intervención en
los complejos problemas sociales, iluminando a los fieles laicos en su propia conducta
personal y social, caben aquí perfectamente diversos valores orientados de la
transformación o de la praxis social de los cristianos. Lo anterior no impide que los fieles
laicos adscriban a su propio modelo "Ideológico" para buscar la transformación de la
sociedad a través de los Partidos Políticos, todo lo contrario, la dimensión política es
fundamental para los fieles laicos, ya que desde allí pueden realizar con plenitud el
sacerdocio común de los fieles al que han sido llamados por vocación. De esta forma la
praxis de los cristianos, es decir la acción transformadora de la sociedad en lo político, nos
permite introducir elementos valoricos que buscan la promoción, dignidad y liberación de
las personas, pero todo ello orientado básicamente el mundo del trabajo (73
) y de las
71
.-Juan Pablo II. Encíclica Sollicitudo Rei Socialis, Nº8. op cit. 72
.-Juan Pablo II. Encíclica Sollicitudo Rei Socialis,Nº41.op.cit. 73
.-Algunos textos sobre el tema: Compilación de Carlos Pressacco."El trabajo en la Doctrina Social de la
Iglesia" editado por la Universidad de los Trabajadores de América latina (UTAL) San Antonio de los Altos,
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complejas relaciones que en torno a esta importante actividad humana se generan y que
continúan desarrollándose a través del tiempo y de las nuevas situaciones en el mundo.
a).-En un primer lugar siempre los principios propuestos por la enseñanza social estaban o
eran parte de la teología moral. Aunque la Enseñanza social cumplió un objetivo velado por
años, como fue entregar las herramientas políticas, sociales y económicas a los cristianos
que comenzaban a participar en política, primero en el partido conservador (de la Iglesia) y
luego la expresión política que más los representaba, como fue la Democracia Cristiana en
Europa y América Latina, ello en el contexto de la pugna ideológica entre el Capitalismo
Liberal y el Colectivismo Marxista. Sin embargo el cambio se produce en el contexto de la
caída de a Unión Soviética en 1989.
b).-En segundo lugar, en nuestro continente la Teología de la Liberación abarcaba estos
temas sociales y otros, en donde reflexionaba sobre el quehacer de la Iglesia en el mundo
actual habiendo cada vez más visibles las intolerancias y las problemáticas sociales como la
pobreza, la opresión y la marginalidad que muchos de los jerarcas de la iglesia no
apreciaban a cabalidad, más bien la consideran una amenaza más en el contexto de
promover un socialismo latinoamericano al que ellos, ideológicamente se oponen. Porque
después de la debacle de las ideologías, en especial el Marxismo, ven con cierta
satisfacción como el Capitalismo transformistas puede canalizar sus demandas, al menos
las referidas al conservadurismo y su lógica rigorista en lo moral.
c).-Finalmente el propio papa señala que el campo propio de la enseñanza social no es el de
la ideología, considerando aquí que actuaba como fundamento de la acción política
partidista de la Democracia Cristiana, sino que esta ahora se rescata su origen más
teológico como es la teología moral. Es decir la teología es una reflexión sistemática acerca
de la fe y la moral (personal y social) se refiere a las actitudes de las personas y de los
grupos sociales en diversos ámbitos de realización, entre ellos de la política, la economía y
de la justicia social, mal llamada “equidad” en el contexto de lograr “lo posible” en una
situación de transición a la democracia como era a fines de los años 80 en Chile. Sin duda,
estas situaciones nos permiten observar con mayor claridad el proceso, mientras existen las
pugnas ideológicas con el colectivismo Marxista, representado en la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS), la enseñanza social entrega a los fieles laicos las
orientaciones básicas del capitalismo liberal, como actualmente ocurre en Cuba, en donde
la Iglesia Católica Cubana a través de la que ellos llaman “doctrina social de la Iglesia” van
construyendo una base ideológica para que pueda ser una realidad en ese país. Pero también
en Chile, en donde muchas personas lejanas a la comunidad eclesial se acercan a ella en
busca de principios de acción, y criterios de juicio para actuar en lo social sin alterar el
sistema político y económico vigente como es el capitalismo en su versión neoliberal.
Edo Miranda. Venezuela. y el Instituto Latinoamericano de Doctrina y Estudios Sociales (ILADES) Santiago
.Chile
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Pero falta otro paso, como el campo propio de la enseñanza social es la teología moral, se
espera que los fieles laicos sean formados en aquellos aspectos fundamentales de la
teología y en ella de la moral, para que sus acciones y reflexiones sean más objetivas y no
caigan, como en otra época, en utilizar esta enseñanza para armar y actuar como un partido
político ideológicamente fundamentado en ella, lo que termina por distorsionar gravemente
no solo los principios fundamentales del Cristianismo, sino que cae en una especie de
interpretación sesgada de lo que debe ser la política y la economía para los fieles laicos en
donde cada uno de ellos tiene plena libertad para optar por el modelo que más estime
conveniente atendiendo a las opciones fundamentales, a nivel personal y social, que estas
personas posean.
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12.-CONCLUSIONES:
Hemos considerado en la realización del documento, distintos aspectos, los que de una u
otra forma son complementarios. Por una parte la propia experiencia del mundo de los
trabajadores latinoamericanos. Experiencia marcada desde sus inicios por situaciones
complejas, y en muchos casos denigrantes, aflictivas e inhumanas para los trabajadores y
sus organizaciones.
En un primer momento (a comienzos del siglo XIX) son los propios trabajadores quienes
asumen su historia, sus conflictos, el dolor de la explotación, de ellos la historia les tiene
reservado un lugar importante. Más tarde la propia Iglesia, motivada por los laicos insertos
en el catolicismo social, contribuyen a que el Magisterio, asuma también este mundo, de
allí la importancia de la Encíclica RN (1891) y cien años después LE. (1991)Desde este
punto de vista, el aporte de la Iglesia Magisterial ha sido brindar los criterios y las
orientaciones necesarias para que los trabajadores y sus organizaciones puedan discernir en
forma permanente estas situaciones en el basto mundo del trabajo.
Hoy, al comenzar la segunda década del siglo XXI tenemos otros desafíos, otra realidad,
otra cultura en donde se mantiene la centralidad del trabajo, esta vez complejizado por un
sistema globalizante económico neoliberal, un sistema que arrastra, a través del consumo y
del individualismo a miles de trabajadores que no perciben otras alternativas. Esto apoyado
por estructuras y normas laborales flexibles que no benefician la estabilidad básica desde la
cual se pueda construir una familia, una organización una comunidad de naciones que a la
luz de su historia común puedan proyectarse al futuro con optimismo.
Pero no todo lo que vivimos en América latina es negativo; la propia Iglesia en muchos
países esta cada vez más cercana a los trabajadores, sus ministros de una u otra forma
intentan ser testigos del evangelio a pesar de sus propias limitaciones, de su pasado, de
tendencias autoritarias que les impiden ser también trabajadores. Pero esta relación Iglesia
católica y Sociedad no siempre ha estado a la altura de los principios y valores que ella
misma promueve, como son la participación, la solidaridad, la justicia social, el respeto a
las personas y a sus derechos. De ellas las relaciones con el sistema político y económico
en más de una oportunidad han sido motivos de escándalo para el pueblo de Dios. Aunque
todos somos miembros de la Iglesia, es el magisterio el que tiene la mayor responsabilidad
en lo que dice y hace o en las omisiones y el silencio cómplice, frente a miles de
situaciones que ofenden el rostro de Dios en los trabajadores, sus familias y sus
organizaciones.
Cuando, nosotros los trabajadores observamos atónitos como la persona, el ejemplo y las
palabras de Jesús al parecer ya no tuvieran importancia. Este exceso de eclesialidad,
pompa, y ritualismo externos muchas veces alejan a quienes buscan aún el rostro de Dios
en sus hermanos, en la comunidad eclesial. De hecho la dimensión social de la Iglesia en
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muchas iglesias locales esta reducida a lo intra-eclesial. No existe una preocupación por el
entorno social al que también estamos llamados a actuar. Y cuando existe una pastoral de lo
social, del trabajo, queda circunscrito a las propias comunidades parroquiales y eclesiales
de base. En estas estructuras, deben estar presentes aquellos que están en el mundo, en el
trabajo, en la política, en la cultura. Es como si nuestra iglesia estuviera pensando en ella
misma como un fin, siendo que en realidad es un instrumento al servicio del mundo, no al
servicio de ella misma. Pero, en el contexto de lo social, lo económico tiene un lugar
central, especialmente en la época en que vivimos. Las orientaciones relativas al desarrollo
económico siempre fueron integrales, hoy con la dificultad que tienen los episcopados para
realizar una simple declaración, dejan al descubierto la debilidad que el propio magisterio
tiene frente al tema. En América latina los trabajadores necesitan de las palabras del
magisterio también en este tema, un tema que es más fundamental a aquellos en que los
obispos y sacerdotes gastan tanto tiempo como es en el de la moral sexual. Tarea
evidentemente laical. Son los laicos quienes tienen mayor solvencia en estos temas, se trata
también de la vida real, no solo de la teoría o de lo que es peor de los principios sin un
contexto sociocultural en que se viven, Son los laicos quienes viven a diario esta dimensión
como parte de la vocación personal. Entre los temas emergentes hemos considerado
algunos, entre ellos la Economía y el Trabajo informal, una situación compleja que cada día
crecerá más, especialmente cuando la estructura del trabajo y de la creación de empleos
rentables y productivos esta delegada fundamentalmente al “mercado”. La única forma que
tiene un trabajador para vivir con su familia es incorporarse al trabajo informal, el de la
calle, peligroso, en donde el capital sobre explotado son fundamentalmente las propias
personas. Muchos de nuestros países manipulan las tasas de desempleo de tal forma que la
enorme cesantía existente quede desperfilada en función de mantener a salvo los
indicadores macroeconómicos.
En Chile, si Ud. trabaja en lo que sea, por más de 3 horas, no es considerado para las
estadísticas como un cesante. Pero esta dimensión oculta en los sistemas neoliberales, tiene
un fuerte impacto en las familias, en el amor de las personas, en los matrimonios cristianos.
Esta inseguridad permanente tiene como consecuencia directa la baja en las perspectivas de
vida de las personas, se privilegia el corto plazo, lo inmediato y con estos criterios no se
puede fundar una familia para toda la vida.
Estas dos realidades, trabajo informal y familia, por el impacto que tienen en las personas
ameritan promover una pastoral solidaria más activa, más protagónica. Una pastoral que
pueda articular no solo la asistencia social, siempre tan necesaria con los pobres, sino
además la promoción humana integral. Si esto no se potencia continuaremos acogiendo a
todos los hombres y mujeres heridos por un sistema indolente, pragmático y oportunista.
Continuaremos recogiendo los heridos y muertos que va dejando en nuestro continente la
aplicación del modelo neoliberal.
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Este aspecto nos lleva a plantearnos el tema de la solidaridad y de la pastoral del futuro que
necesitamos. Sin duda el individualismo no es evangélico. Por lo mismo no es querido por
Dios. Esto debe llevarnos a reflexionar, en cada uno de los niveles de participación en el
mundo del trabajo y de las Iglesias que los líderes, Pastores, sacerdotes, obispos no pueden
difundir estas perniciosas ideas entre sus comunidades. Ellos están llamados a ser
Apóstoles de la solidaridad siempre.
En lo que dice relación más directamente con la Pastoral del Futuro de la Iglesia Católica,
si fuera una realidad en las comunidades será magnifico. Comenzando por una
autoevaluación del trabajo pastoral, comenzando por tomar conciencia y superar esa
mentalidad clericalista que impide la colaboración digna y responsable de los laicos. Una
pastoral que se oriente a un servicio más actualizado de la sociedad contemporánea, una
pastoral que acoja el pluralismo, otras ideas. Promover además una pastoral renovada,
incorporando por ejemplo a los trabajadores (urbanos, rurales, informales, etc.). En este
contexto es fundamental recuperar el gesto, especialmente el TESTIMONIO, tan pobre en
tantos ministros y consagrados que están coludidos en el sistema. (Que lejos los vemos de
la persona y del testimonio de Jesús...)
Recuperar, en este contexto el Evangelio, como buena nueva, como pregunta, recuperar la
persona de Jesús como la respuesta frente a los desafíos que plantea la sociedad actual.
Estos son sin duda los fundamentos de una pastoral propositiva, una pastoral que interpela
al corazón, que se dirige a la persona en su totalidad, una pastoral que recupera su
dimensión misionera (no solo en los campos y llanos se hacen misiones, también en la
ciudad, e las industrias, en las oficinas...). Recuperar la “Iglesia como pueblo de Dios, que
se expresa en comunidades vivas, que valoriza los carismas y ministerios, que procura crear
comunión entre todos (pastores y laicos) y poner en practica de modo especial la
participación real de los laicos en su vida y misión”. Vida y misión laical en el mundo y
extraordinariamente en la comunidad, pero especialmente a la luz de uno de los desafíos
planteados en Santo Domingo:” Que todos los laicos sean protagonistas de la Nueva
Evangelización, la promoción humana y la Cultura Cristiana. Es necesaria la constante
promoción del laicado, libre de todo clericalismo y sin reducción a lo intraeclesial” (SD
97). Y que la Conferencia de Aparecida lleva estos concepto a una nueva profundización al
señalar que:”El Reino de vida que Cristo vino a traer es incompatible con esas situaciones
inhumanas. Si pretendemos cerrar los ojos ante estas realidades no somos defensores de la
vida del Reino y nos situamos en el camino de la muerte (…) Hay que subrayar “la
indispensable relación entre amor a Dios y amor al Prójimo” que invita a todos a suprimir
las graves desigualdades sociales y las enormes diferencias en el acceso a los bienes.
Tanto la preocupación por desarrollar estructuras más justas, como trasmitir los valores
sociales del Evangelio, se sitúan en este contexto de servicio fraterno a la vida digna” (DA
358).
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25.- Encíclica Pontificia. LABOREM EXERCENS. Papa Juan Pablo II.(1981)
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