lavatorio de pies - en Rota

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MATEO 21, 1-11 MARCOS 1,1-11 LUCAS 19, 28-38 JUAN 13, 1-20 LA ENTRADA DE JESÚS EN JERUSALÉN www.culturayfe.es

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MATEO 21, 1-11MARCOS 1,1-11LUCAS 19, 28-38JUAN 13, 1-20

L A E N T R A D A D EJ E S Ú S E NJ E R U S A L É N

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12Al día s iguiente, a lenterarse la numerosamuchedumbre que habíal legado para la f iesta, deque Jesús se dir ig ía aJerusalén,

13tomaron ramas depalmera y sal ieron a suencuentro gr itando:

« ¡Hosanna! ¡Bendito elque viene en nombre delSeñor, y e l Rey de Israel !»

14Jesús, habiendoencontrado un borr iqui l lo ,se montó en él , segúnestá escr ito: 15No temas,hi ja de Sión; mira queviene tu Rey montado enun pol l ino de asna.

6Esto no locomprendieron susdiscípulos de momento;pero cuando Jesús fueglor if icado, cayeron en lacuenta de que esto estabaescr ito sobre él , y que eralo que le habían hecho."

1Cuando se aproximarona Jerusalén, a l l legar aBetfagé, junto al montede los Ol ivos, entoncesenvió Jesús a dosdiscípulos, 2dic iéndoles:

« Id a l pueblo que estáenfrente de vosotros , yenseguida encontraréis unasna atada y un pol l inocon e l la ; desatadlos ytraédmelos . 3Y s i a lguienos d ice a lgo, d i ré is : E lSeñor los neces ita , peroenseguida los devolverá.»

4Esto sucedió para que secumpl iese el oráculo delprofeta: 5Decid a la hi jade Sión: He aquí que tuRey viene a t i , manso ymontado en un asna y unpol l ino, hi jo de animal deyugo. 6Fueron, pues, losdiscípulos e hic ieroncomo Jesús les habíaencargado: 7trajeron elasna y el pol l ino. Luegopusieron sobre el los susmantos, y é l se sentóencima.

8La gente, muy numerosa,extendió sus mantos porel camino; otros cortabanramas de los árboles y lastendían por el camino.

9Y la gente que ibadelante y detrás de élgr itaba: « ¡Hosanna al Hi jode David! ¡Bendito el queviene en nombre delSeñor! ¡Hosanna en lasalturas!»

10Y al entrar é l enJerusalén, toda la c iudadse conmovió. «¿Quién eséste?» decían. 11Y lagente decía: «Este es elprofeta Jesús, de Nazaretde Gal i lea.»"

28Y habiendo dicho esto,marchaba por delantesubiendo a Jerusalén. 29Ysucedió que, a laproximarse a Betfagé yBetania , a l p ie del montel lamado de los Ol ivos,envió a dos de susdiscípulos, 30diciendo:

« Id a l pueblo que estáenfrente y , entrando en é l ,encontraréis un pol l inoatado, sobre e l que no hamontado todavía n ingúnhombre; desatadlo ytraedlo. 31Y s i a lguien ospregunta: "¿Por qué lodesatáis?" , d i ré is esto:"Porque e l Señor loneces ita ."»

32Fueron, pues, losenviados y lo encontraroncomo les había dicho.33Cuando desataban elpol l ino, les di jeron losdueños: «¿Por quédesatáis e l pol l ino?»34El los les contestaron:«Porque el Señor lonecesita .» 35Y lo trajerondonde Jesús; y echandosus mantos sobre elpol l ino, hic ieron montar aJesús.

36Mientras él avanzaba,extendían sus mantos porel camino. 37Cerca ya dela bajada del monte de losOlivos, toda la mult itudde los discípulos, l lenosde alegr ía , se pusieron aalabar a Dios a grandesvoces, por todos losmilagros que habían visto.

38Decían: «Bendito elRey que viene en nombredel Señor! Paz en el c ie loy glor ia en las a lturas.»"

1Cuando se aproximabana Jerusalén, cerca ya deBetfagé y Betania , a l p iedel monte de los Ol ivos,envía a dos de susdiscípulos, 2dic iéndoles:

« Id a l pueblo que estáenfrente de vosotros , y nobien entré is en é l ,encontraréis un pol l inoatado, sobre e l que no hamontado todavía n ingúnhombre. Desatadlo ytraedlo. 3Y s i a lguien osdice: "¿Por qué hacéiseso?" , decid: "E l Señor loneces ita , y que lodevolverá en seguida" .»

4Fueron y encontraron elpol l ino atado junto a unapuerta, fuera, en la cal le ,y lo desataron. 5Algunosde los que estaban al l í lesdi jeron: «¿Qué hacéisdesatando el pol l ino?»6El los les contestaronsegún les había dichoJesús, y les dejaron.7Traen el pol l ino dondeJesús, echaron encima susmantos y se sentó sobreél .

8Muchos extendieron susmantos por el camino;otros, fol la je cortado delos campos.

9Los que iban delante ylos que le seguían,gr itaban: « ¡Hosanna!¡Bendito el que viene ennombre del Señor!10¡Bendito el reino queviene, de nuestro padreDavid! ¡Hosanna en lasalturas!»

11Y entró en Jerusalén,en el Templo, y despuésde observar todo a sualrededor, s iendo yatarde, sal ió con los Docepara Betania."

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MATEO 21, 1-11 MARCOS 1,1-11 LUCAS 19, 28-38 JUAN 12, 12-16

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Una de las escenas más conocidas de la v ida públ ica de Jesús de Nazaretes la entrada tr iunfal que hace en Jerusalén antes de su muerte.Numerosas imágenes de Jesús montado en un borr iqui l lo , queprocesionan el domingo de Ramos, nos recuerdan este pasaje narrado entodos los evangel ios. Los s inópticos (Marcos, Mateo y Lucas) comienzan narrando la procedencia y el estado en el que se encontraba el animal :

Id a l pueblo que está enfrente de vosotros , y no bien entré is en é l , encontraréisun pol l ino atado, sobre e l que no ha montado todavía n ingún hombre. Desatadloy traedlo (Mc 11, 2) .

Jesús se refer ía a l pueblo que estaba enfrente a Betfagé y Betania , dondeél se encontraba, pueblos desde los que se esperaba la entrada del Mesíasen Jerusalén.

La imagen del asno ha s ido asociada en la cultura occidental con laignorancia y la c lase socia l baja . Solo hay que hacer a lusión a cuentos como el de Pinocho o la célebre imagen del f ie l escudero de don Qui jotemontado en su burro.

Sin embargo, en la mental idad or iental , i r montado en un pol l inosimbol izaba la pertenencia a una c lase socia l a lta . En numerosos l ibros delant iguo testamento aparece este animal como símbolo de r iqueza,animales que portaban a reyes y poderosos.

Mientras que el cabal lo estaba asociado a la guerra, e l asno, en cambio,estaba asociado a la paz. Jesús quiso mostrarse como un rey pacíf icocumpl iendo la profecía de Isaías ( Is 9, 8) que lo l lamaría "Pr íncipe de lapaz" .

El hecho de que el asno no había s ido montado hace referencia a ll iderazgo espir i tual que representaba Jesús. Un asno que había s idoempleado para otros usos no podría ser usado con carácter rel ig ioso.

Los evangel ios de Mateo y Juan unen este episodio de la v ida de Jesús ala profecía de Zacarías:

¡Exulta s in f reno, h i ja de S ión, gr i ta de a legr ía , h i ja de Jerusalén! He aquí queviene a t i tu rey: justo é l y v ictor ioso, humi lde y montado en un asno, en unpol l ino, cr ía de asna. (Zc 9,9)

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Marcos cuenta que tras entrar en el templo y observar a su a lrededorregresó a dormir a Betania. El regreso a Jerusalén, con la conocidaexpuls ión de los vendedores del templo, estará ant ic ipado por el re latode la higuera estér i l a la que Jesús maldice.

Mateo narra la conmoción del pueblo ante la l legada de Jesús, del cualpregunta su procedencia: Este es e l profeta Jesús , de Nazaret de Gal i lea(Mt 21, 11) .

Lucas, que se a larga más que los anter iores, propone dos episodios. Elpr imero supone la aprobación de Jesús de las aclamaciones que loref ieren como rey y mesías , ante la cr ít ica de los far iseos. Lo hace conla respuesta: Os digo que s i éstos cal lan gr itarán las piedras (Lc 19,40) . El s iguiente se corresponde con el l lanto de Jesús sobreJerusalén. En él e l Mesías l lora por la ausencia de paz en aquel laesplendorosa c iudad amada desde s iempre por Dios.

E l evangel ista Juan, que había ant ic ipado el episodio de la purif icacióndel templo a la pr imera pascua del capítulo segundo, evoca laincomprensión de los discípulos de todo lo sucedido.

Continúa el re lato con un mandato de Jesús a los dos discípulos queenvía:

Y s i a lguien os d ice: "¿Por qué hacéis eso?" , decid: "E l Señor lo neces ita , y que lodevolverá en seguida" . (Mc 11,3)

Estas palabras están puestas a conciencia. Únicamente el rey tenía poderpara adueñarse de propiedades de otros. El reinado de Jesús ser ía , portanto, pacíf ico y humilde.

El gr ito que acompaña al engalanamiento improvisado con mantos, palmasy ramas de ol ivo proviene del salmo 118:

25¡Ah, Yahveh, da la sa lvación! ¡Ah, Yahveh, da e l éx ito! 26¡Bendito e l que v ieneen e l nombre de Yahveh! Desde la Casa de Yahveh os bendecimos. 27Yahveh esDios , é l nos i lumina. ¡Cerrad la proces ión, ramos en mano, hasta los cuernos dela ltar !

El término hebreo Hosanna ha pasado en su forma or ig inal a l NuevoTestamento y s ignif icaba ¡Ayúdanos! Con esta pet ic ión los peregrinos quese habían unido a Jesús lo aclamaban como al Mesías esperado. Antes dela entrada de Jesús en el templo, episodio que vuelve a unif icar a losevangel istas s inópticos, cada uno de el los propone dist intos relatos:

MEDITACIÓN PERSONAL Su corazón gozaba viendo el entusiasmo y la fiesta de los pobres de Israel.(Papa Francisco)

JESÚS DE NAZARET

LOS DISCÍPULOS

EL PUEBLO

¿Qué pasaría por la mente de Jesús en aquelmomento?¿Estarían comprendiendo losdiscípulos aquel gesto? Miremos a Jesús conun corazón humilde que sepa contemplarlocomo rey de su propia vida.

Jesús los llama a colaborar en su misiónbuscando el asno. ¿Obedecemos a Jesús ennuestro seguimiento? Escuchemos a Jesús conun corazón abierto a hacer su voluntad.

Fueron al encuentro de Jesús con ramos ypalmas. Le piden ayuda y lo alaban. ¿Acudimosa Jesús con un corazón de alabanza yagradecimiento cuando le pedimos ayuda? ¿Opor el contrario, vamos exigiendo su poder?Gritemos a Jesús con un corazón de alabanza.

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ORACIÓN PARA EL DOMINGODE RAMOS

Señor Jesús, rey mi historia de salvación,te alabo por los regalos que me has dado en la vida. Quiero que entres en mi alma, al igual que aquel día en Jerusalény que vengas a darme paz, alegría y amor como a tus discípulos.

Quiero acogerte con un corazón sincero y agradecido,una corazón que cree en que eres el Señor de la vida.

Dame la paz al corazón a veces roto por el pasar de los días, devuélveme la alegría de sentirte en lo más hondo de mi ser,hazme humilde, sencillo y obediente a tu voz que me trae la redención.

Que no tenga miedo, Señor, a gritar a aquel que está a mi lado, que Túeres Señor de la historia, que tú eres el Hijo de Dios.

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