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lescopios son capaces de transmitir- nos, o cuando tenemos la oportuni- dad de disfrutar las imágenes de lo muy pequeño, como el tejido celular de Volvox aureus o de las primeras cé- lulas de la formación de un ser hu- mano en el útero materno, y estamos conscientes de que lo pequeño, las 66 CIENCIAS 68 OCTUBRE DICIEMBRE 2002 Una intuición que no es extraña al espíritu humano es la sensación de que formamos parte de una reali- dad que va más allá de lo que pueden observar nuestros sentidos. Cuando tenemos la suerte de gozar las imá- genes mágicas de estrellas o galaxias, que en la actualidad los grandes te- ÁNGEL T AMARIZ M.

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lescopios son capaces de transmitir-nos, o cuando tenemos la oportuni-dad de disfrutar las imágenes de lomuy pequeño, como el tejido celularde Volvox aureus o de las primeras cé-lulas de la formación de un ser hu-mano en el útero materno, y estamosconscientes de que lo pequeño, las

66 CIENCIAS 68 OCTUBRE DICIEMBRE 2002

Una intuición que no es extraña alespíritu humano es la sensación deque formamos parte de una reali-dad que va más allá de lo que puedenobservar nuestros sentidos. Cuandotenemos la suerte de gozar las imá-genes mágicas de estrellas o galaxias,que en la actualidad los grandes te-

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inmerso —¿por qué no?— en otrosuniversos conteniendo realidades ini-maginables. Estas sensaciones ya lasexpresaban Kant y Shakespeare enformas diversas: “La fábrica del mun-do nos produce un silencioso asom-bro por su inmensa grandeza y por lavariedad y la belleza infinitas que por

Losinfinitosel paraíso de Cantor

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células, está formado por partes máselementales y diminutas como los or-ganelos, que lo están por proteínas yácidos nucleicos, y éstos a su vez seconstituyen por partículas aún máspequeñas (moléculas, átomos), enton-ces se nos presenta con fuerza la vi-sión de nuestro universo inmenso, e

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O recordemos también las famosasparadojas de Zenón de Elea, quien,en el siglo V a. C., planteaba, de ma-nera contundente, las dificultades quelos procesos infinitos crean entre larealidad lógica y la realidad física.Aquiles, el héroe griego, y una tortu-ga deciden medir sus habilidades einician una carrera. Aquiles le da ven-taja a la tortuga permitiéndole queinicie la carrera en una posición másadelantada. Resulta entonces que, ba-jo estas condiciones, éste jamás po-drá alcanzar a la tortuga, pues cuandollegue al lugar en donde la tortuga co-menzó la carrera, ésta estará adelantede él, y cuando alcance este segundopunto, que ya tocó la tortuga, ésta es-tará en algún lugar adelante, etcétera(figura 2). Por tanto, Zenón concluyeque el movimiento no existe.

Es también en el siglo XIX cuandoPeano define a todos los números na-turales mediante una colección finitade axiomas, que permite decidir mu-chas propiedades matemáticas pormedio de la llamada inducción ma-temática. Por fin, a finales del sigloXIX, es el matemático alemán GeorgCantor quien resuelve de manera ma-gistral el problema de lo infinitamen-te grande. Reflexionaremos primerosobre los conjuntos, los números y loque significa contar y comparar nú-meros. Recordemos que a ≤ b signifi-ca que a es menor o igual que b; a < b

significa “a es estrictamente menorque b”; a ∈ A quiere decir que el ob-jeto a es un elemento del conjuntoA; a ∉ A debe leerse “a no pertenecea A”, y a ≠ b como “a es diferente deb”; los símbolos {a,b,c,d} y {a ∈ A : a

satisface ℘} se usan para denotar alconjunto que contiene solamente losobjetos a, b, c y d, y al conjunto de ele-mentos del conjunto A que satisfacela propiedad ℘, respectivamente.

todas partes resplandecen en ella”,dice el primero en su Historia gene-

ral de la naturaleza y teoría del cielo,mientras que en Hamlet se puede leer:“Oh Dios, podría estar inmerso en unacáscara de nuez y sentirme rey delespacio infinito”.

Podríamos intentar dar una prime-ra definición de infinito diciendo quees la palabra con la cual designamosla sensación del espíritu, el cual perci-be que la realidad limitada por nues-tros sentidos no es toda la realidad.Así, el infinito sería el producto deuna experiencia sublime, ya sea es-tética, científica, mística, poética oamorosa, como lo escribió Pablo Ne-ruda: “Beso a beso recorro tu pequeñoinfinito” —definición emocional y mís-tica que depende de las sensacionesde cada uno de nosotros.

La experiencia de lo infinito apa-rece definitiva e insistentemente, con-servando sus características del infini-to emocional que definimos antes,cuando nos acercamos a la geome-tría y a los números, cuando hace-mos matemáticas.

Recordemos, por ejemplo, el pro-blema de los segmentos de recta queno pueden ser comparables usandouna unidad común (figura 1); éste esel problema de los números irraciona-les. ¿Qué significa una magnitud quenecesita, para ser definida, una suce-sión infinita de aproximaciones pormedio de números conocidos? Estoya lo habían observado los pitagóricoscuando descubrieron la raíz cuadra-da de 2, es el caso también de π; unnúmero cercano a él es 3.141592653589793238462643383279502884197169(en la actualidad, con el uso de lascomputadoras, se han podido obteneraproximaciones a π cuya representa-ción decimal se expresa con hastamás de cincuenta mil dígitos).

Figura 2

A

A

A t

t

tmeta

meta

meta

Figura 1

2

2

1 4/10 1/100

Figura 4

f(a)

a A

b

a,f(a) f

1/100

Figura 3

0 1

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ciamos un solo elemento f(a) en B(figura 4).

A partir de los ejemplos aquí plan-teados, podemos dar una primeraclasificación de los conjuntos. Algu-nos tienen la peculiaridad de quesus elementos pueden ser escritos orepresentados gráficamente de ma-nera exhaustiva. Este es el caso de{1,2,3,4,5} o es el caso del conjuntode rectas que pasan por cuatro pun-tos fijos en el plano. En cambio, sitratamos de escribir todos los núme-ros naturales uno después de otro,nos convenceremos rápidamente deque esto es imposible. Es decir, nues-tros sentidos no pueden percibir, usan-do el tiempo y el espacio en dondevivimos, a todos y cada uno de estosnúmeros.

Esta idea se aproxima a la defini-ción intuitiva y emocional de infinitoque dimos antes. Así podríamos ha-cer un segundo intento por definirinfinito de una manera más formal:“Un conjunto A es finito si podemosrepresentar gráficamente a cada unode sus elementos en un momento ylugar determinado. Si esto no es po-sible, diremos que A es infinito.”

Observemos, sin embargo, que sibien no podemos escribir a todos loselementos de N de una sola vez, sípodemos definir a todos estos ele-mentos usando una colección finitade palabras : 1 es un número natu-ral, si k es un número natural, enton-ces k+1 es un número natural.

Contar

Cuando tenemos frente a nosotrosuna colección finita de objetos (di-gamos, una bolsa de monedas) y que-remos contar cuántos objetos son, re-producimos básicamente la siguienteoperación: seleccionamos (con las

Números y conjuntos

En matemáticas se trabaja con sím-bolos, con números, con objetos geo-métricos, como los triángulos o lasrectas, o los puntos de un plano. Tam-bién, y principalmente, se trabaja conconjuntos formados por objetos ma-temáticos como: 1) el conjunto delos primeros 5 números naturales:{1,2,3,4,5}; 2) la colección de los nú-meros que dividen al número 12:{1,2,3,4,6,12}; 3) la colección de cir-cunferencias que pasan por dos pun-tos diferentes a y b en el plano; 4) elconjunto de los números naturales N= {1,2,3,...,n,n+1,...}; 5) el conjuntode los puntos en una recta (figura 3).Precisamente a los puntos de esta rec-ta les llamamos los números reales, ydenotamos a este conjunto con el sím-bolo R, y 6) el conjunto {xn : n ∈ N},que es una colección de curvas en elplano.

Si A y B son dos conjuntos, en-tonces A× B es el conjunto formadopor todos los objetos de la forma (a,b)

en donde a ∈ A y b ∈ B. Además, unasubcolección B de los elementos deun conjunto A, es también un con-junto. En este caso, decimos que Bes un subconjunto de A.

Un conjunto de particular impor-tancia y que seguramente llamará laatención del lector, es aquel que ca-rece de elementos, al cual llamamosel conjunto vacío y lo denotamos con∅. La consideración de este concep-to no es un acto de excentricidad, asícomo no lo es la inclusión del ceroen el sistema numérico.

Otros ejemplos de conjuntos sonlas funciones: Una función f defini-da en un conjunto A y con valoresen un conjunto B es un conjunto{(a,f(a)) : a ∈ A} contenido en A × B

de tal forma que a cada a ∈ A le aso-

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manos, con la vista o con algún ins-trumento) primeramente uno de loselementos por contar y menciona-mos la palabra “uno”, luego tomamosun elemento diferente al anterior ydecimos “dos”, y así proseguimos has-ta acabar con todos los elementos dela colección. Gráficamente podemosrepresentar esta operación como semuestra en la figura 5.

Así, la acción de contar los ele-mentos de un conjunto finito A quecontiene k objetos, es básicamente lade establecer una correspondenciaexhaustiva y uno-a-uno entre los ele-mentos del conjunto A con los ele-mentos del conjunto {1,2,...,k}.

Una vez que estamos conscien-tes de lo que significa contar, pode-mos preguntarnos qué es el número3. Lo primero que se nos ocurre paracontestar esta pregunta es tratar dedar ejemplos. Tomamos tres manza-nas y decimos “tres manzanas”, to-mamos tres sillas y decimos “tres si-llas”. Decimos, “el conjunto {1,2,3}

tiene tres elementos”, o “el triángu-lo tiene tres lados”. Pero el ser tresno depende de las manzanas o de lassillas o de los lados del triángulo. ¿Có-mo resolver pues esta pregunta? Unabuena alternativa es la siguiente: elnúmero 3 es la clase de todos los con-juntos que tienen tres elementos (fi-gura 6).

Esto tiene sentido, y lo podemoshacer con cada número natural. Inclu-so, esta definición nos permite tam-bién comparar entre dos númerosdados, digamos 3 y 5. ¿Cuál es el ma-yor de ellos? Tomamos un represen-tante del primero, digamos {1,2,3},y uno del segundo: {1,2,3,4,5}. Es cla-ro que podemos establecer una rela-ción exhaustiva y uno-a-uno entre elprimero y un subconjunto del segun-do, pero es imposible hacer lo mismo

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tos que los números naturales. El nú-mero que designa a esta clase es elnúmero infinito álef-cero, el cual seescribe comoℵ0. (álef o aleph, ℵ, esla primera letra del alfabeto hebreoy corresponde a la letra A.)

Con la idea de función biyectivapodemos entonces hablar de conjun-tos finitos y de conjuntos infinitoscon toda precisión y de números ma-yores que otros; es decir, podemosdeterminar cuándo un conjunto tienemás elementos que otro. En efecto,si podemos establecer una funciónbiyectiva entre un conjunto A y unsubconjunto de un conjunto B, y nopodemos hacer lo mismo de B en A,entonces decimos que B tiene unacantidad de elementos estrictamentemayor que la cantidad de elementosque contiene A (figura 9).

Entre los ejemplos de conjuntosque hemos presentado nos quedaclaro que varios de ellos son conjun-tos infinitos. Por ejemplo, los núme-ros naturales y los números reales;así también es infinito el conjunto delos números primos, el de los núme-ros enteros Z = {....-3,-2,-1,0,1,2,3,...},y también el conjunto de los númerosalgebraicos: un número es algebrai-co si satisface una ecuación del tipoanxn + an+1xn-1+...+a1x + a0 = 0 endonde ai es un número entero paratoda i ∈ {0,...,n}. ¿Será cierto que to-dos los conjuntos infinitos tienen lamisma cantidad de elementos? Porejemplo, ¿N tiene la misma cantidadde elementos que R? y ¿tendrá R lamisma cantidad de elementos quela colección de puntos del plano?Este tipo de preguntas se las plan-teó Cantor y logró responderlas demanera sorprendente. En primer lu-gar resulta que N tiene tantos elemen-tos como algunos de sus subconjuntospropios; este es el caso, por ejemplo,

en sentido inverso. Entonces decimosque 3 es estrictamente menor que 5.

Georg Cantor y el infinito

Son estas ideas básicas, planteadasen la sección anterior, las que inspi-raron a Cantor a finales del siglo XIX

a resolver el problema de lo infinita-mente grande. Su magistral inven-ción fue el concepto fundamental defunción biyectiva, es decir, la ideade una relación exhaustiva y uno-a-uno. Con más exactitud: Una función f

definida sobre un conjunto A y convalores en un conjunto B es biyectivasi (1) f relaciona cada dos elementosdiferentes de A con dos valores dife-rentes de B, y (2) cada elemento enB está relacionado con uno de A (fi-gura 7). Si es posible establecer unarelación biyectiva entre los conjun-tos A y B, entonces decimos que A yB son equivalentes o tienen la mis-ma cantidad de elementos.

Es así, con la idea de función bi-yectiva, como podemos definir de ma-nera más precisa lo que significa queun conjunto sea finito o infinito: A esfinito si es vacío o si existe un núme-ro natural k y una función biyectivaentre los elementos de A y los pri-meros k números naturales (figura8). Y un conjunto es infinito si noexiste una función con estas caracte-rísticas.

Estas ideas nos conducen a gene-ralizar el concepto de número: un nú-mero es la clase de todos los conjun-tos que son equivalentes (es decir,que tienen la misma cantidad de ele-mentos). Así, como dijimos antes, a laclase de todos los conjuntos con treselementos le llamamos número 3. Deesta manera podemos también con-siderar la clase de los conjuntos quetienen la misma cantidad de elemen-

Figura 5

1

2

3

4

Figura 6

3

Figura 7

A

B

Figura 9

A

B

Figura 8

A

Figura 11

Figura 12

1) podemos establecer una biyec-ción entre los elementos de B y loselementos de un subconjunto de A,pero, 2) no podemos establecer unabiyección entre los elementos de Ay los elementos de un subconjuntode B (este es el llamado teorema deCantor-Bernstein).

Es necesaria la segunda condi-ción 2) en la definición anterior, yaque, por ejemplo, N tiene tantos ele-mentos como el conjunto de raciona-les positivos {p/q : p,q ∈ N}. Estonos podría hacer pensar que la co-lección de números racionales, esdecir, el conjunto de todos los cocien-tes (o quebrados) formados por nú-meros enteros, es un conjunto conuna cantidad de elementos estricta-mente mayor que los que posee N,pero esto no es cierto, hay tantos na-turales como racionales.

Algunos otros ejemplos: se puedeprobar que la colección de puntos enun círculo es tan grande como la co-lección de puntos en todo el plano.Es más, hay tantos puntos en el pe-queño guión – como puntos hay entodo nuestro universo de tres (¿o cua-tro?) dimensiones. Se derrumba de-finitivamente el principio euclideanoque afirmaba “el todo es estrictamen-te mayor que cada una de sus partes”.Es claro que esto ya no es siemprecierto, por lo menos, como estamosviendo aquí, hay partes que tienentantos elementos como el todo. El afo-rismo euclideano debe cambiarse porel siguiente: “el todo es mayor o igualque cada una de sus partes”. Esta rea-lidad matemática la expresa Kant di-ciendo: “No nos acercamos más a lainfinitud de la obra de la creación di-vina encerrando el radio de su reve-lación en una esfera que tenga porradio la Vía Láctea, que tratando decircunscribirla a una bola de una pul-

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del conjunto de los números pares.También el conjunto de los númerosenteros Z tiene la misma cantidad deelementos que N (figura 10). Y aúnmás asombroso es que hay tantosnúmeros algebraicos como naturales.

Ahora podemos imaginar que losnúmeros impares son tantos comolos elementos en N.

¿Cómo demostraríamos que la co-lección de números primos es tangrande como N?

También es posible darnos cuen-ta de que hay tantos números natura-les como racionales positivos (figura11), es decir, tantos números raciona-les (elementos en Q = {p/q: p,q ∈ Z,

q ≠ 0}) como naturales. Así, en elcostal con etiqueta ℵ0 se encuentranZ, {2n : n ∈ N} y Q (figura 12).

Asimismo, usando la idea de fun-ción biyectiva, podemos demostrarque la cantidad de puntos en un seg-mento de recta [a,b] es la misma quela de puntos en un segmento [c,d] paracualesquiera a,b,c,d ∈ R que cumplena < b y c < d; y que la cantidad depuntos en el segmento de recta com-prendido entre dos puntos a, b con a< b, (a,b) = {x ∈ R : a < x < b}, es lamisma que la de puntos en toda la rec-ta real (figura 13).

Comparar conjuntos

Una de las preguntas que formula-mos antes y que resulta importantees ¿todos los conjuntos infinitos tie-nen la misma cantidad de elemen-tos? En particular, ¿coincide la canti-dad que hay de números reales conla de números naturales?

Una vez más, ¿qué significa queun conjunto A tenga más elementosque un conjunto B? Bueno, como yadijimos antes, A tiene estrictamentemás elementos que el conjunto B si:

Figura 10

1 2 3 4 … n … 2n 2n+1 …

0 -1 1 -2 … … -n n …

2 4 6 8 … 2n … 4n 4n+2 …

Figura 13

a

N

QκN

2N

N2

Z

Números primos

Números algebraicos

p b

0

��

��

��

��

��

��

��

�� �

��

� ��

��

��

��

ℵ0

tenemos así una contradicción. Estosignifica que forzosamente R debetener más elementos que N. Al nú-mero de elementos en R lo denota-mos por c y recibe el nombre de “Elcontinuo”.

Así pues descubrimos otra de lasverdades asombrosas sobre el infini-to: existe más de un infinito.

El conjunto potencia

Dado un conjunto A podemos hablardel conjunto potencia P(A) que es elconjunto de todos los subconjuntosde A. Así, si A = {1,2,3}, entoncesP(A) = {∅ ,{1},{2},{3},{1,2},{1,3},{2,3},{1,2,3}}.

Obsérvese que en este ejemplo lacantidad de elementos que tiene Aes menor estrictamente que la canti-dad de elementos que tiene P(A).

La proposición que sigue generali-za esta observación y tiene implica-ciones importantes: resultado 1. Paracualquier conjunto A, P(A) tiene es-trictamente más elementos que A.

Demostración: supongamos queexiste una función biyectiva h que re-laciona los elementos de A con aque-llos de P(A). Tomamos ahora el con-junto T formado por los elementos xde A que tienen la peculiaridad deno ser elementos de h(x). T es un sub-conjunto de A y por lo tanto debeexistir un elemento a en A tal queh(a) ∈ T. Ahora bien, es claro que elelemento a o pertenece a T o no per-tenece a T. Si pasa lo primero, es de-cir, si a ∈ T, entonces, por definiciónde los elementos en T, a ∉ T; y si a∉ T, entonces a ∈ T. Las dos conclu-siones juntas constituyen una contra-dicción, por lo cual debemos concluirque no existe ninguna biyección en-tre los elementos de A y los de P(A).Como además la relación a → {a} es

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gada de diámetro”, mientras que paraBorges, “el diámetro del Aleph seríade dos o tres centímetros, pero el es-pacio cósmico estaba ahí, sin dismi-nución de tamaño”.

El continuo

Llegamos ahora a un punto en dondees ineludible la pregunta ¿el conjuntode puntos en la recta, es decir, el con-junto de números reales tiene tantoselementos como N?

Veamos, si R tuviera tantos ele-mentos como N, entonces podríamosescribirlos en una lista, en particularlos números reales entre el 0 y el 1 ensu forma decimal (x1=0.a1

1a21a3

1...,x2=0.a1

2a22a3

2..., x3=0.a13a2

3a33..., ...,

xk=0.a1ka2

ka3k...,...), en donde cada

aij es un número entre el 0 y el 9.

Ahora tomemos en cuenta el núme-ro x= 0.b1b2b3... en el cual, para cadai, bi es un número entre el 1 y el 8diferente de ai

i. Resulta entoncesque el número x es un número realmayor que 0 y menor que 1 y no apa-rece en la lista que habíamos dado, yaque difiere de xi en su i-ésimo deci-mal para cada i. Por ejemplo, de ma-nera más concreta, supongamos quela lista de los números reales entreel 0 y el 1 es la siguiente: x1=0.207445.. . , x2=0.378950.. . ,x 3=0.901178.. . , x 4=0.983098.. . ,x5=0.872659.. . , x6=0.272457.. .

Ahora tomamos x=0.123468...De esta forma x no es x1 pues el pri-mer número en la representacióndecimal de x es 1 y el correspondien-te de x1 es 2; no es x2 pues el segundonúmero de la representación decimalde x es 2, mientras que el de x2 es 7,etcétera. Pero habíamos dicho queen la lista x1,x2,x3,... estaban repre-sentados todos los números realesmayores que 0 y menores que 1. Ob-

elementos ya tomados a1, a2,...,ak. Deesta forma se puede construir un sub-conjunto de A que tiene tantos ele-mentos como N. Esto significa que lacantidad de elementos de A es ma-yor o igual que la cantidad de ele-mentos de N.

Aritmética de números infinitos

Cuando sumamos al número 3 al nú-mero 5, básicamente realizamos lasiguiente operación: consideramosun representante del número 3, di-gamos {1,2,3} y tomamos uno del 5que no tenga elementos comunescon {1,2,3}: {4,5,6,7,8}; reunimos loselementos de ambos conjuntos y ob-tenemos el conjunto {1,2,3,4,5,6,7,8}que representa al número 8. Así de-cimos que 3 más 5 es igual a 8.

Esta es la idea natural de suma yla podemos aplicar a nuestros núme-ros, sean finitos o infinitos. La sumade dos números, finitos o infinitos, my n es igual a la cantidad de elemen-tos que posee un conjunto M que re-presenta a m, es decir, que tiene mobjetos, más los elementos de un con-junto N que contiene n elementos,cuidando que M y N no tengan ele-mentos comunes (figura 14).

Ahora podemos definir producto,pues éste no es otra cosa que la repe-tición de la operación suma. Multi-plicar los números m y n, m⋅n, es su-mar n veces el número m. Es decir,para obtener m⋅n debemos tomar nconjuntos ajenos por pares, cada unode ellos con m elementos, y forma-mos el conjunto unión que contienea todos los elementos de los conjun-tos elegidos. La cantidad de objetosque contiene el nuevo conjunto esigual a m⋅n. Expresado de otra for-ma, m⋅n coincide con la cantidad deelementos de un conjunto de la for-

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una biyección de A en una subcolec-ción de P(A), entonces se cumple queA tiene estrictamente menos elemen-tos que P(A).

En particular tenemos que: resul-tado 2. Existe una infinidad de nú-meros infinitos diferentes.

Demostración: en efecto, dadocualquier número infinito α y dado unrepresentante de α, A (es decir, la can-tidad de objetos que tiene A es α), elnúmero infinito que representa lacantidad de elementos de P(A) es uninfinito diferente de α y es mayor es-trictamente que α.

Podemos nombrar algunos de es-tos números infinitos: ℵ0 < ℵ1 < ℵ2

<,..., < ℵk <,... en donde ℵ1 (álef-uno) es el infinito más pequeño ma-yor que ℵ0; ℵ2 es el infinito más pe-queño mayor que ℵ1; ℵ3 es el infinitomás pequeño mayor que ℵ2, y así su-cesivamente.

También es posible demostrarque: resultado 3. El conjunto de nú-meros reales R tiene la misma canti-dad de elementos que P(N).

Por cierto, si la cantidad de ele-mentos de un conjunto infinito A esm, entonces el número de elementosde P(A) es igual a 2m. Por el resultado3 se cumple que c = 2ℵ0.

Aquí hay que señalar que el núme-ro infinito más pequeño es ℵ0, comosugiere la notación. Es decir, si A esun conjunto infinito, entonces A con-tiene un subconjunto con tantos ele-mentos como N. En efecto, tomemosa1 ∈ A, como A es infinito existe a2 ∈

A el cual es diferente de a1. De nue-vo, como A es infinito, entonces A noes igual a {a1,a2}, por lo que podemostomar a3 ∈ A el cual no pertenece alconjunto {a1,a2}. Así, si ya tomamosa1,...,ak elementos diferentes en A,es posible tomar ak+1, también ele-mento en A que es diferente a los

Figura 15

Figura 14

M

B

A

A x B

N M ∪ N

Figura 16

+

123

n

=

2N + 1 2N N

135

2n+1

246

2n

......

......

......

afirmación, es decir, c=ℵ1, se le lla-ma ”hipótesis del continuo”.

Ya en 1900 uno de los matemáti-cos de mayor prestigio de la época,David Hilbert, había planteado variasideas fundamentales con respecto alas matemáticas y al trabajo de Can-tor, algunas de las cuales fueron pre-sentadas por Hilbert en el congresointernacional de matemáticas en Pa-rís en ese año: 1) manifestó su admi-ración por el trabajo realizado porCantor y lo apoyó públicamente con-tra sus detractores: “nunca nadie nosexpulsará del paraíso que Cantor creópara nosotros”; 2) proclamó la cerca-nía del fin de la construcción del edifi-cio matemático, y no vaciló en afirmarsu convicción de que todo problemamatemático llegaría a resolverse; 3)enumeró veinte problemas matemá-ticos que a su juicio eran los proble-mas más importantes para ser resuel-tos en los años subsiguientes; entre losque mencionó el del continuo: ¿exis-te un número infinito m que satisfa-ga la relación ℵ0 < m < c?

Gödel y Cohen

Treinta años después, Kurt Gödel res-pondió de manera genial a las pre-guntas de Hilbert. En primer lugar,no es posible soñar con la estructuracompleta del edificio matemático, yno es posible obtener una demos-tración de la veracidad o falsedad decualquier problema matemático. De-mostró que en cualquier teoría axio-mática que incluye la aritmética delos números enteros, existe siempreun enunciado tal que ni él ni su ne-gación pueden ser demostrados den-tro de la teoría misma; es necesarioconsiderar una teoría más amplia pa-ra encontrar su demostración o la de-mostración de su negación.

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ma A × B en donde A posee n ele-mentos y B contiene m elementos(figura 15).

Así, de manera natural, hemos de-finido una aritmética entre los nú-meros finitos e infinitos. Sin embar-go, cuando operamos con númerosinfinitos debemos tener cuidado, yaque lo inesperado vuelve a aparecer.Algunos de los resultados sorpren-dentes de esta aritmética de los nú-meros infinitos son las igualdadessiguientes que no tienen nada quever con la naturaleza de la aritméti-ca de los números finitos. Se cum-ple que si m es un número infinito,entonces m ⋅m=m+m=m; más ge-neralmente: m ⋅m=n+m=máximo{m,n}, para cualquier número fini-to o infinito n.

Esto significa, en particular, quesi a un conjunto infinito le aumenta-mos hasta tantos elementos como losque posee, no aumentamos en nadala magnitud de su tamaño. Por ejem-plo, considérese el conjunto de núme-ros pares y adiciónese el conjunto denúmeros impares. Estamos sumando

ℵ0 más ℵ0. Obtenemos como resul-tado a todos los números naturales,es decir, volvemos a obtener, comoresultado de esta operación, el nú-mero ℵ0 (figura 16).

David Hilbert y el problema del continuo

Tenemos entonces que ℵ0 es el nú-mero que designa a la cantidad queexiste de números naturales, y c de-signa la cantidad de puntos que hayen una recta. Además, como hemosdicho, ℵ0 < c.

Resulta entonces el siguiente pro-blema que planteó Cantor y que nopudo resolver. ¿Existe un númeroinfinito m que satisfaga la relación

ℵ0 < m < c? A la negación de tal

Resultado 4 (K. Gödel): si T es unsistema axiomático consistente queincluye la aritmética de los númerosenteros, entonces hay una fórmulacerrada A en T la cual es indecidibleen T.

El segundo resultado de Gödelse refiere al problema del continuo.Demostró que si los axiomas bási-cos de la teoría de conjuntos llama-dos de Zermelo-Fraenkel (axiomastales como: existe un conjunto, el ob-jeto que carece de elementos, es decir,el vacío es un conjunto, la unión dedos conjuntos es un conjunto, existeun conjunto infinito, etcétera) sonconsistentes, entonces la hipótesisdel continuo (ℵ1=c) es un enuncia-do consistente con los axiomas deZermelo-Fraenkel. Es decir, si la teo-ría construida a partir de los axiomasde Zermelo-Fraenkel no contiene nin-guna contradicción, entonces la teoríaque se obtiene a partir de los axio-mas de Zermelo-Fraenkel más la pro-posición c=ℵ1, no contendrá ningu-na contradicción.

Años más tarde, en 1954, Paul J.Cohen demostró que la negación dela hipótesis del continuo es tambiénconsistente con los axiomas de la teo-ría de conjuntos, suponiendo la con-sistencia de éstos.

A partir de entonces ha quedadoclaro que la realidad matemática sebifurca en universos con realidadesdiferentes cada uno de ellos: el uni-verso del c=ℵ1, por un lado, y el uni-verso del c>ℵ1 en contraposición.

Números infinitos gigantes y pequeños

Los números infinitos forman unaparte importante de la materia pri-ma que algunos matemáticos mane-jan y estudian cotidianamente. Confrecuencia se encuentran con núme-

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ros infinitos gigantescos, los cualesson de diferentes tipos y reciben nom-bres tales como “infinitos fuerte-mente inaccesibles”, “infinitos medi-bles”, etcétera, y son tan grandes quese puede demostrar que no hay for-ma de probar su existencia.

Por ejemplo, un infinito fuerte-mente inaccesible α tiene las siguien-tes características: 1) para obtener αsumando infinitos menores que él,debemos, forzosamente, utilizar α su-mandos, y 2) para cualquier infinitoβ < α se cumple que 2β < α...

Están también los infinitos quepodemos llamar pequeños, que sonlos números que se encuentran en-tre ℵ0 y c.

Para ilustrar este tipo de infinitosnecesitamos introducir algunas defi-niciones.

Al conjunto P de todas las funcio-nes definidas en N y con valores enN le asignamos un orden ≤ como si-gue: para f,g ∈ P, f ≤ g si f(n) ≤ g(n)

para todo n ∈ N. Un subconjunto B esno acotado si no existe ningún h ∈P

tal que g ≤ h para cualquier g ∈ B; ydecimos que B es dominante si paracada f ∈ P existe g ∈ B tal que f ≤ g.

Definimos ahora b como el infini-to que representa la cantidad quetiene uno de los subconjuntos máspequeños de P que no son acotados,y d es el infinito que representa lacantidad de elementos que tiene unode los conjuntos dominantes más pe-queño en P.

Se puede demostrar que ℵ1 ≤ b ≤

d ≤ c.Es decir, b y d son infinitos peque-

ños. Además, es consistente con los

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Ángel Tamariz Mascarúa

Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México.

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axiomas de Zermelo Fraenkel que b< d, y es también consistente que b =d. Es decir, lo real acerca de b y d de-pende del universo matemático so-bre el que estemos observando.

Termino esta breve descripción delo infinitamente grande, reproducien-do unas palabras de principios delsiglo XX del filósofo ingles BertrandRussell, quien al referirse a los lo-gros de las matemáticas del siglo XIX,y en especial a los de Cantor, al resol-ver el problema de lo infinitamentegrande, escribe “casi toda la filosofíaanda hoy transtornada por el hechode que todas las viejas y respetablescontradicciones en las nociones del in-finito han sido eliminadas para siem-pre”. Nos preguntamos qué tan váli-da sigue siendo hoy en día esta frase;en particular: ¿cuál es la posición dela filosofía de principios del siglo XXI

con respecto al infinito y con respec-to a los grandes logros de las mate-máticas del siglo XX?