Los Kurdos: todo o nada (B)

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EG3 GARA 2015 6 3 asteazkena 9 dad kurda puede ser libre y controlar el feu- dalismo. Es una modernización progresiva y también una llamada al voto de la mujer». Además, para apuntalar su proyecto, el HDP debe recuperar el apoyo de los clanes tribales kurdos que en la última década eli- gieron el modelo islamista de Erdogan. Una doble estrategia que aúna lo moderno con lo tradicional, tal vez la combinación que mejor describe a Anatolia y también al HDP. Cuestiones espinosas como la poligamia, una tradición aún presente en el Kurdistán norte que podría afectar al HDP en el oeste de Anatolia, han pasado desapercibidas en el último mes. Un error de la oposición que se une a la buena elección de candidatos en las regiones en disputa con el AKP. Colocar al apreciado líder kurdo Osman Baydemir –an- tiguo alcalde de Diyarbakir– en Urfa indica la importancia que para el HDP tiene recu- perar el respaldo de los clanes en las regio- nes en donde la tradición es la ley. Manipulando la causa kurda Como es habitual en cada elección desde ha- ce una década, los kurdos –junto con toda la oposición– han acusado a Erdogan de usar la religión y la causa kurda con fines electora- les. Entre las medidas más criticadas está la publicación del Corán en lengua kurda o los centros de estudios religiosos. Si bien el HDP es un partido secular, muchos de sus candidatos son musulmanes de la corriente Shafi, la predominante en el Kurdistán nor- te. Incluso el Movimiento Azadi –indepen- El joven líder del HDP, Selahattin Demirtas (42 años), ha cultivado una imagen de moderación y apertura. Ozan KOSE | AFP 10% de votos > El HDP ha decidido presentarse como partido, por lo que deberá superar el 10’% de los votos en el conjunto del Estado. hutsa hutsa dencia, en kurdo– está representado en su lista electoral. Este grupo, a diferencia del HDP, persigue un Kurdistán independiente y musulmán. «Los movimientos kurdos ven en sus líderes a sus guardianes. Por eso se han inclinado por tolerar sus diferencias», desgrana Kaya al hablar de las complejas re- laciones intrínsecas. Durante la campaña, el HDP ha mostrado una moderación ejemplar. Las intervencio- nes de su líder más importante, Selahattin Demirtas, son pausadas, abiertas y alejadas de la agresividad de su rival en la región kur- da, el AKP. Este político zaza –un grupo étni- co considerado kurdo– de 42 años ha sabido combinar los mítines multitudinarios con apariciones informales en centros universi- tarios. En otras aulas, las de la prestigiosa Universidad de Ankara, adquirió su forma- ción en Derecho durante los años 90. Su des- tacada educación fue una de las razones pa- ra que hoy conozcamos a Demirtas como político y no como miembro del PKK. «Él forma parte de esa generación de kurdos que sabían que lo eran pero no podían decir- lo. Los años 90 conformaron su fuerte con- vicción política y pudo haber llegado a ser miembro del PKK», recuerda Kaya. El proceso de diálogo con el PKK El resultado de estas elecciones también po- dría afectar al proceso de diálogo entre el Es- tado turco y el PKK. El HDP es considerado la rama política del grupo armado y Demirtas ha aseverado que su partido debe estar re- presentado en el Parlamento para avanzar en la causa. También ha insinuado que las pro- testas podrían incendiar el Kurdistán norte si no lo consiguiese. Kaya ve estas declaracio- nes más electorales que reales: «Si el HDP no entra en el Parlamento no va a influir mucho en el proceso. No es solo un partido político, se sostiene en un importante apoyo social que aumenta su poder político. El HDP va a tener un rol crucial en la política turca y el proceso de paz aunque se quede fuera». La negociaciones iniciadas hace dos años atraviesan un momento delicado desde que el AKP efectuase el esperado giro panturco antes de los comicios. El grupo islamista busca asegurarse el voto en la Anatolia pro- funda y evitar que el HDP logre el 10% de los votos. La estrategia ha sido crear conflictos de baja intensidad que muestren a los libe- rales del oeste del país que los kurdos no quieren la paz. En los últimos dos meses, el Ejército ha llevado a cabo decenas de opera- ciones para provocar al PKK. La más impor- tante, el pasado abril en Agri, dejó entre uno y cinco militantes muertos y el regusto de que el proceso se agrieta. Un mes mas tarde, el PKK anunció que sus- pendía la preparación del congreso kurdo que Öcalan pidió durante la celebración el Newroz. Para avanzar en el proceso, los mili- tantes kurdos han exigido al Ejecutivo turco el cumplimiento de los diez puntos de la de- claración de febrero. Esto conllevaría un cambio en la Constitución que reconozca los derechos de las minorías. Según los kurdos, el AKP desea cambiar el texto para perpetuar el poder de Erdogan sin otorgar los derechos reclamados. En marzo, Demirtas repitió has- ta en tres ocasiones que no apoyaría a Erdo- gan en su sistema presidencialista. Entonces cambiar la Carta Magna se antojaría comple- jo si el líder kurdo mantiene su palabra. La otra opción, descartada por las encuestas, se- ría el CHP, que ha declarado su intención de continuar las negociaciones, aunque no ha especificado si llegará a aceptar lo que los movimientos kurdos reclaman. Todo lo que concierne a la causa kurda tendrá después de los comicios la siguiente etapa, con o sin Erdogan. Los enfrentamien- tos de baja intensidad podrían volver si tras el verano el Ejecutivo no da pasos concretos. Si el AKP pactase un gobierno con el pantur- co Partido del Movimiento Nacionalista (MHP) muchos aventuran un negro futuro para el proceso de diálogo; Kaya no. Este académico destaca que «el MHP ha sido constructivo en el pasado. A pesar de su len- guaje, Bahçeli –el líder del MHP– es un polí- tico bastante tolerante por lo que se refiere al bienestar del país. Incluso con una coali- ción AKP-MHP el proceso continuará por- que la alternativa es la guerra». Mientras los políticos discuten sobre los aspectos legales del proceso el mayor pro- blema para una solución yace en una socie- dad dividida. Durante la campaña, se han producido decenas de ataques contra las se- des del HDP. En las universidades, kurdos y turcos siguen sin mezclarse. Los turcos no confían en la autonomía kurda al igual que estos desconfían de Erdogan. Unos piensan que el objetivo final es la independencia, los otros que el Estado turco traicionará a Öcalan. La desconfianza mutua, es sin duda el mayor error de todos los actores políticos de Anatolia que el HDP debe de mejorar pa- ra encauzar su principal objetivo: el recono- cimiento de los derechos de las minorías. hutsa

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Perfil sobre el partido kurdo HDP durante las elecciones legislativas en Turquía; elaborado para el diario GARA

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  • EG3GARA 2015 6 3 asteazkena 9

    dad kurda puede ser libre y controlar el feu-dalismo. Es una modernizacin progresiva ytambin una llamada al voto de la mujer.

    Adems, para apuntalar su proyecto, elHDP debe recuperar el apoyo de los clanestribales kurdos que en la ltima dcada eli-gieron el modelo islamista de Erdogan. Unadoble estrategia que ana lo moderno con lotradicional, tal vez la combinacin que mejordescribe a Anatolia y tambin al HDP.

    Cuestiones espinosas como la poligamia,una tradicin an presente en el Kurdistnnorte que podra afectar al HDP en el oestede Anatolia, han pasado desapercibidas en elltimo mes. Un error de la oposicin que seune a la buena eleccin de candidatos en lasregiones en disputa con el AKP. Colocar alapreciado lder kurdo Osman Baydemir an-tiguo alcalde de Diyarbakir en Urfa indicala importancia que para el HDP tiene recu-perar el respaldo de los clanes en las regio-nes en donde la tradicin es la ley.

    Manipulando la causa kurda

    Como es habitual en cada eleccin desde ha-ce una dcada, los kurdos junto con toda laoposicin han acusado a Erdogan de usar lareligin y la causa kurda con fines electora-les. Entre las medidas ms criticadas est lapublicacin del Corn en lengua kurda o loscentros de estudios religiosos. Si bien elHDP es un partido secular, muchos de suscandidatos son musulmanes de la corrienteShafi, la predominante en el Kurdistn nor-te. Incluso el Movimiento Azadi indepen-

    El joven lder del HDP,Selahattin Demirtas

    (42 aos), ha cultivadouna imagen de

    moderacin y apertura.Ozan KOSE | AFP

    10%de votos

    >El HDP ha decididopresentarse comopartido, por lo quedeber superar el 10%de los votos en elconjunto del Estado.

    hutsa

    hutsa dencia, en kurdo est representado en sulista electoral. Este grupo, a diferencia delHDP, persigue un Kurdistn independientey musulmn. Los movimientos kurdos venen sus lderes a sus guardianes. Por eso sehan inclinado por tolerar sus diferencias,desgrana Kaya al hablar de las complejas re-laciones intrnsecas.

    Durante la campaa, el HDP ha mostradouna moderacin ejemplar. Las intervencio-nes de su lder ms importante, SelahattinDemirtas, son pausadas, abiertas y alejadasde la agresividad de su rival en la regin kur-da, el AKP. Este poltico zaza un grupo tni-co considerado kurdo de 42 aos ha sabidocombinar los mtines multitudinarios conapariciones informales en centros universi-tarios. En otras aulas, las de la prestigiosaUniversidad de Ankara, adquiri su forma-cin en Derecho durante los aos 90. Su des-tacada educacin fue una de las razones pa-ra que hoy conozcamos a Demirtas comopoltico y no como miembro del PKK. lforma parte de esa generacin de kurdosque saban que lo eran pero no podan decir-lo. Los aos 90 conformaron su fuerte con-viccin poltica y pudo haber llegado a sermiembro del PKK, recuerda Kaya.

    El proceso de dilogo con el PKK

    El resultado de estas elecciones tambin po-dra afectar al proceso de dilogo entre el Es-tado turco y el PKK. El HDP es considerado larama poltica del grupo armado y Demirtasha aseverado que su partido debe estar re-presentado en el Parlamento para avanzar enla causa. Tambin ha insinuado que las pro-testas podran incendiar el Kurdistn norte sino lo consiguiese. Kaya ve estas declaracio-nes ms electorales que reales: Si el HDP noentra en el Parlamento no va a influir muchoen el proceso. No es solo un partido poltico,se sostiene en un importante apoyo socialque aumenta su poder poltico. El HDP va atener un rol crucial en la poltica turca y elproceso de paz aunque se quede fuera.

    La negociaciones iniciadas hace dos aosatraviesan un momento delicado desde queel AKP efectuase el esperado giro panturcoantes de los comicios. El grupo islamistabusca asegurarse el voto en la Anatolia pro-funda y evitar que el HDP logre el 10% de losvotos. La estrategia ha sido crear conflictosde baja intensidad que muestren a los libe-rales del oeste del pas que los kurdos noquieren la paz. En los ltimos dos meses, elEjrcito ha llevado a cabo decenas de opera-

    ciones para provocar al PKK. La ms impor-tante, el pasado abril en Agri, dej entre unoy cinco militantes muertos y el regusto deque el proceso se agrieta.

    Un mes mas tarde, el PKK anunci que sus-penda la preparacin del congreso kurdoque calan pidi durante la celebracin elNewroz. Para avanzar en el proceso, los mili-tantes kurdos han exigido al Ejecutivo turcoel cumplimiento de los diez puntos de la de-claracin de febrero. Esto conllevara uncambio en la Constitucin que reconozca losderechos de las minoras. Segn los kurdos,el AKP desea cambiar el texto para perpetuarel poder de Erdogan sin otorgar los derechosreclamados. En marzo, Demirtas repiti has-ta en tres ocasiones que no apoyara a Erdo-gan en su sistema presidencialista. Entoncescambiar la Carta Magna se antojara comple-jo si el lder kurdo mantiene su palabra. Laotra opcin, descartada por las encuestas, se-ra el CHP, que ha declarado su intencin decontinuar las negociaciones, aunque no haespecificado si llegar a aceptar lo que losmovimientos kurdos reclaman.

    Todo lo que concierne a la causa kurdatendr despus de los comicios la siguienteetapa, con o sin Erdogan. Los enfrentamien-tos de baja intensidad podran volver si trasel verano el Ejecutivo no da pasos concretos.Si el AKP pactase un gobierno con el pantur-co Partido del Movimiento Nacionalista(MHP) muchos aventuran un negro futuropara el proceso de dilogo; Kaya no. Esteacadmico destaca que el MHP ha sidoconstructivo en el pasado. A pesar de su len-guaje, Baheli el lder del MHP es un pol-tico bastante tolerante por lo que se refiereal bienestar del pas. Incluso con una coali-cin AKP-MHP el proceso continuar por-que la alternativa es la guerra.

    Mientras los polticos discuten sobre losaspectos legales del proceso el mayor pro-blema para una solucin yace en una socie-dad dividida. Durante la campaa, se hanproducido decenas de ataques contra las se-des del HDP. En las universidades, kurdos yturcos siguen sin mezclarse. Los turcos noconfan en la autonoma kurda al igual queestos desconfan de Erdogan. Unos piensanque el objetivo final es la independencia,los otros que el Estado turco traicionar acalan. La desconfianza mutua, es sin dudael mayor error de todos los actores polticosde Anatolia que el HDP debe de mejorar pa-ra encauzar su principal objetivo: el recono-cimiento de los derechos de las minoras.

    hutsa