Luz Aurora Pimentel

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IN RODUCCI6N

"Innumerables son los relatos del mundo", deca Barthes en su famosa "Introduction a l'analyse structurale des rcits" (1966). Y bien, s, innumerables, pero no slo los relatos del mundo sino aquellos que hacen 1 mundo; de hecho, nuestra vida est tejida de relatos: a diario narramos y nos narramos el mundo. Nuestra memoria e inters nos llevan a operar una incesante seleccin de incidentes a partir de nuestra vida, de la vida de los otros, del mundo que nos hemos ido narrando; una seleccin orientada de nuestra experiencia, para llevar .~cabo ua "composicin" que signifique y/o resignifique esa experiencia. "Las intrigas que inventamos", como dice Ricoeur, son "una forma privilegiada por medio de la cual reconfiguramos nuestra ~~~!:~encia temporal confusa, informe y, en ltima instancia muda" (1983, 13). Y es que nuestra accin anda siempre "en busca del relato". Tendra entonces la experiencia humana una suerte de narratividad incoativa que no surge, como se dice, de la proyeccin de la literatura sobre la vida, sino que constituye una "autntica exigencia de relato". Nuestra vida cotidiana queda as informada por "una estructura pre-narrativa" (1983, 113 ss). Reflexionar sobre el relato no sera entonces, desde esta perspectiva, una actividad ociosa, aislada de la "realidad", sino una posibilidad de refinamiento de nuestra vida en comunidad, de nuestra vida narrativa. Porque "entre la actividad de narrar una historia y el carcter temporal de la experiencia humana existe una correlacin que no es puramente accidental, sino que presenta una forma de necesidad transcultural. 0, por decido de otra manera, que el tiempo deviene tiempo humano en la medida en que s" articula en un modo narrativo, y que el relato adquiere su significacin cabal al devenir condicin de la existencia temporal" (Ricoeur, 1983,

85).El presente estudio tiene como finalidad hacer una reflexin sobre la narratividad y proponer un modelo de anlisis narrativo que no slo permitiera abordar analticamente los relatos del mundo para conocerlos mejor, sino que ofreciera al lector, como consecuencia prctica, una posibilidad de penetrar aquellos mundos narrados que traman nuestra

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vida cotidiana. La reflexin habr de proceder por los cauces bien conocidos de la teoria narnuioa, tambin llamada narratologia. Definiremos la narratologa, en un primer momento, como el coj~lo~~ !:studios y E.~pu~tas ...!!ric;ts.que sobre el relato se han venido rc:.~za!!do ~;l~sg~JQ.~_ f~E!~:!i:~.!ttsusos, y en especial, desde el t~-abajo r seminal de Propp (1965 [1928]) sobre los cuentos populares rusos. Con frecuencia la narratologa se ha d scrit simplemente como "la teora .Q.tlQS..J..extos narrativas" (Bal, 1985 [19 0],3), o, en palabras de Gerald Prince, como "el estudio de la f rrna y el funcionamiento de la narrativa", ~iniendo el rela!&.,mnirnamente, corno "le:E~p~ntaci~ de por lo menos dos acor.!1e, nto ~ Q...~l.tuacioneseales o ficcionales r ciL...ii secUencia tem{LQJ:aI'(1982,4). Muchos d~t~--;;st~dios, c;~o~ bien lo ha hecho notar Grard Genette, constituyen un anlisis lgico o semiolgico del contenido narrativo, haciendo caso omiso de su forma de transmisin (oral, escrita, cinematogrfica, etc.); mientras que otros son anlisis formales del relato atendiendo al modo o situacin de enunciacin .. Por lo visto entonces habra lugar para dos tipos de narratologa: la una temtica, en sentido lato (anlisisde la historia o contenidos narrativos), la otra formal, o ms bien modal: el anlisisdel relato como modo de "representacin" de las historias, opuesto a los modos no narrativos como el dramtico (...) Pero sucede que los anlisis de contenido -Ias gramticas, lgicas y semiticas narrativas- hasta hoy a duras penas si han reivindicado el trmino de narratologa, el cual queda as como propiedad exclusiva(provisionalmente?) de los analistas del modo narrativo. Esta restriccin me parece, en suma, legtima ya que la sola especificidad de lo narrativo reside en el modo, y no en su contenido, mismo que puede muy bien adaptarse a una "representacin" dramtica, grfica u otra (Genette, 1983, 12).1 . "'." ."~... , Habra que distinguir, asimismo, la narratologa de los estudios genricos del relato. Un estudio narratolgico implica la exploracin de los diversos aspectos que conforman la realidad narrativa, independientemente de la forma genrica que pueda asumir. Los aspectos mC!.la . il!dagacin _~?bre s~~~modo.~ge~gniJicaci;;' y. de a::!!.culacin discursiva. Un anlisis genrico, en cambio, procede a partir

11' 'He..ecificaciones temticas, y de la descripcin de un conjunto deformales como producto histrico de la convencin, mlsmos que distinguen al gnero stricto sensu: novela, cuento, autobioI ua, epopeya, leyenda; incluso la llamada "poesa narrativa" (cf. : -nette, 1977). Los estudios genrico~ se ubican en el cruce de los 11 I ticos y los de historia literaria; la narratologa, en cambio, se sita 11 una dimensin ms abstracta . 1'1 presente estudio habr de restringirse al anlisis de la narrativa 11 sde una perspectiva modal y no genrica. En trminos generales, no lb rdar la dimensin puramente temtica de la narrativa que orienta 1 J anlisis de la historia o contenido narrativo, en sus articulaciones ll')~icas o funcionales, a menos que esta dimensin temtica entre en 11 in directa con una dimensin relacional ms abstracta, o bien 1'11< ndo se presente como componente fundamental de las articulaciones lillol6gicasde un relato. Y ya se ver que estas articulaciones se dan en lo i s los aspectos de un relato: la velocidad ala que se narra, la secuencia 1 gida, la cantidad de detalles con los que se describe un objeto, su "pt/!~~ c.......I VlClOIO.A l/el

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el narrador, el universo di 'i onstruido )! el lector .. y entronca directamente con la situa in de enunciacin del modo narrativo como tal. Desde la perspectiva de nuestra divi iin de base, podramos decir que el mundo narrado est ononuado por dos aspectos: la historia (mundo) y el discurso (narra.do) qu s interrelacionan de diversas maneras, mientras que el narrad r 0111 mediador toma a su cargo el acto de la narracin (na1'TadO'l'). Ah ra bi n, estos tres aspectos de la compleja realidad narrativa -historia, discurso y narracin- estn ntimamente relacionados y no se dan aislados. N o obstante, es importante subrayar con Ceneue que "de los tres niveles (...) el del discurso narrativo es el nico que se presta directamente al anlisis textual, en s el nico instrumento de investigacin de que disponemos en el campo de la narrativa literaria, en especial del relato de ficcin" (1972,73). La historia y la narracin no existen para nosotros salvoa travs de la mediacin del discurso narrativo (rcit). Pero, recprocamente, slo habr discurso narrativo (rcit) si ste narra una historia, de lo contrario no sera narrativo (como en el caso de la tica de Spinoza, por ejemplo), y si es enunciado por alguien, de otro modo no sera un discurso en s (como, por ejemplo, una recopilacin de documentos arqueolgicos). Como relato, cobra vida gracias a su relacin con la historia que narra; como discurso, adquiere vida gracias a su relacin con el acto de narrar que lo enuncia (Genette, 1972,74).

EL NARRADOR: