Mandala: Filosofías Underground

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"Cada cultura absorbe elementos de las culturas cercanas y lejanas, pero luego se caracteriza por la forma en que incorpora esos elementos" Umberto Eco

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Gabachismos

a doctrina del destino manifiesto señala que el propósito final de E. U. es expandirse hacia las costas del pacífico y del atlántico, e independientemente de los adeptos que tenga, parece ya una realidad.

Luego de la intervención a mediados del siglo XIX, donde se perdie-ra el territorio, después del comienzo de la transnacionalización de la cultura allá por los cuarenta, más tarde de la importación de las teorías científico-sociales y al final de las curiosidades lingüísticas adoptadas, ¿qué nos queda auténticamente nuestro?

Dudamos de si las historias vienen de aquí o de allá, si los sueños son propios, si los recuerdos nos representan. Hoy estamos a un paso de ahogarnos en un lago, alimentado por una sola corriente, la que viene del norte, pero si lo advertimos a tiempo, aprenderemos a nadar.

Gabachismos

Editorial

L

Índice

Portada

Diseño

Número 5315 de Julio del 2014

- ISA

- Agringado

- Ser o no ser

-Agandalle transnacional

- La negación como condición

- Despersonalizando el Malinchismo

- Gringópolis

Uriel Vazquez Zamora

Mowgli420

Para que vivan los tacos de canasta que nos dieron patria.

Se llama Isabel, pero se pre-senta como “Isa” es tan cool y alternativa que todos quie-

ren juntarse con ella. ¿Cómo decir-lo? Tiene esa ropa tan increíblemente escogida, tipo vintage, ya saben, one and only. Compra en el Starbucks y trae las mechas californianas, aun-que no vive en California y lee el New York Times en su ipad, pero tampoco vive en Nueva York.

Isa compra en ZARA que es como una tienda García, pero española. Allí está toda la diferencia. Lleva dos años pagando un tratamiento para aclarar su piel, la aclara y luego la broncea, la broncea y luego la acla-ra, hay lógicas que se contraponen al sentido realmente común.

Va al Van Gogh a bailar canciones de David Guetta, dice que odia la cumbia y es súper ultra mega fan de Foster the People. Son increíbles, los tipos, diosmíoayúdanosatodos. Tie-ne una botella de agua Pellegrini que rellena con agua del garrafón de su casa, es que es tan bonita -y classy, por supuesto-.

Chabelita se hizo el corte que traía Rihanna en los Grammys, pero pues no le quedó muy bien y tuvo que comprar unas extensionesdecabe-llonatural en beauty supply. Su papá tuvo que dejar el coche en el mecáni-co una semana más porque el cabe-llo de su hija es primero.

Usaba pupilentes verdes, pero termi-naba con los ojos más heridos que el corazón de una viejita viendo Titanic.

Isa utilizaba esa palabra: prieto para ¿lastimar? a los demás. Es la palabra peor utilizada del español, es hostil, pero estúpida. ¿Qué tiene de malo nuestra piel y nuestros ojos? ¿Qué está corrompido en nuestro idioma y en nuestros tamaños? ¿Vale la pena tener unos ojos falsos que, además, son un defecto genético? ¿Qué tiene una piel blanca que no pueda ofrecer con calor y deseo una oscura, man-chada, negra? ¿Qué?

Isa es una de esas personas que no quieren ser lo que son, que pagan en abonos un tapete de mesa bordado por nuestros indígenas, sin regatear, sin avergonzarse, “sin intereses”, denigrando a los suyos y a sí misma, sin darse cuenta, claro, porque eso lo hace la gente estúpida.

Gente estúpida clonada millones de veces, distribuidos estratégicamente entre la clase media de nuestro país. Vámonos diciendo la verdad: una cosa es la globalización, ese borrón de límites espaciales que nos hace sentir terriblemente cerca de todo y una, muy diferente, es aceptar todo lo que nos venden como estilo de vida único, original y superior a nues-tros modos y costumbres.

Quise escribir una historia con inicio-nudo-desenlace, pero no veo belleza en las cosas que se imitan, esto no es un cuento, es puro cuento: el de personas de mi país que no se han dado cuenta en dónde tenemos en-terrado el ombligo.

Por: Enid Adrianna Carrillo Moedano

ola, soy un humano, pero para ser más específico, el destino o el azar, me mandó a existir en un lugar que todos llaman Méxi-co, por lo tanto desde niño fui criado como mexicano (sea lo eso que signifique). En la escuela me enseñaron a saludar a la bandera, también aprendí a cantar con alegría el himno nacional, en casa no dejaba de escuchar mú-sica norteña o de mariachi, y claro, le tengo que ir a la selección mexicana y ser devoto de la Virgen de Guadalupe. Uno es comple-tamente feliz de ser mexicano y más por la comida, lo mejor de lo mejor.

Existe otro factor que caracteriza al mexica-no, o al menos yo lo he visto en muchas per-sonas con las que convivo, y es un sentimien-to de amor y odio por el vecino del norte, sí, por los Estados Unidos de América. ¿Por qué lo odiaremos? Probablemente porque nos recuerda al vecino que tiene todo y nos la pasa presumiendo, y lo peor de todo es cuan-do uno quiere ir a visitarlo, el muy cabrón no nos abre la puerta. Quizás muchos aun no superamos que nos hayan robado gran parte del territorio, y de que nos hayan sacado en octavos de final en el mundial 2002.

Pero así como lo odiamos, también lo quere-mos (o nos obligan a quererlo). En primera, gran parte del cine que consumimos esta he-cho en tierra gringa, por lo tanto siempre nos pintan a los estadounidenses como los héroes del mundo, dos ejemplos claros: Rambo y Rocky. Otro factor de bombardeo gringo en la infancia son las caricaturas, ya que gracias a ellos conocemos que La Casa Blanca es don-de vive el presidente de EUA, que George Washington fue alguien importante para ese país, al igual que Lincoln.

AGRINGADOHPor: Mowgli420

AGRINGADOAunque no lo queramos vivimos inmersos en un imperialismo yanqui cultural (sí, suena bien mamón pero puede ser cierto) y si no me creen, todos los ideales impuestos en la sociedad son impuestos por ellos, desde la forma de vestir, la comida e incluso la for-ma de pensar (claro sin caer en ser racistas y tener armas hasta en el refri).

Regresando a la idea de amor y odio, para mí, es difícil concebirme sin tener influencia de la cultura gringa, y es que así como los odio, no puedo olvidar que de esas tierras han nacido mis más grandes ídolos ¿Qué sería de mi vida sin nunca haber escuchado a Jimi Hendrix? ¿Janis Joplin? ¿Nirvana? ¿Si nunca hubiera leído un libro de Jack Keruac? ¿Truman Capote? O visto alguna película de Stanley Kubrick, Tarantino o el Gran Darren Aronofsky. Es más, no imagino mi vida sin escuchar Blues, Jazz o Rock.

En estos días es imposible ser cien por ciento mexicano, aunque luego a uno lo tachen de malinchista, nuestra morada es lo más cercano a una aldea global como lo mencionaba Mcluhan, por lo tanto, tenemos la capacidad de adquirir símbolos culturales de todos lados, lo único malo, es que EUA parece ser el único emisor.

Así que con permiso, me voy a comer una hamburguesa de mole, mientras uso mis pantalones de manta y una playera Nike, para ver Rápido y Furioso 6.

He ahí el dilema…Alguna vez escuché que Méxi-co es el backyard de Estados Unidos y la verdad es que sí. Negar la influencia gringa en la cultura

mexicana es prácticamente imposible, para empezar el pueblo mexicano ha ido adoptando cada vez más angli-cismos al idioma español, palabras como: checar, cha-tear, bullying, twittear, etc. El problema no es utilizarlo y después justificarlos como Neologismos, el problema es no saber acentuar las palabras en nuestro propio idioma o no saber la diferencia entre: “Ha” y “¡Ah!”.

Pero no estoy escribiendo esto para dar clases de lec-tura y redacción, simplemente me parece necesario aclarar que la cultura norteamericana es parte del diario acontecer de nuestro país, después del Tratado de Li-bre Comercio (TLC) firmado en 1994 por Carlos Salinas, México ha experimentado una vertiginosa transforma-ción en “aras del progreso”…

Nos han invadido los KFC´s, McDonalds, Sears, sin mencionar a Coca Cola como el supremo invasor nor-teamericano, estés en dónde estés, podrás no tener

Por: Moisés Lozada

agua potable, pero ten por seguro que en-contrarás una Coca, tampoco olvidemos los puestos de “Ropa americana” que ven-den miles de pesos, con lo que los gringos ya no quieren, pero que los mexicanos re-cibimos gustosos.

Otra cosa que al parecer los mexicanos han aprendido del vecino del norte (al me-nos los músicos) es el Make yourself, con la industria discográfica cada vez más de-cadente en nuestro país el estilo “Indie” ha florecido a caudales. Recorrer la senda del independiente es un trabajo más fructífero para algunas bandas, ya que cuentan con la libertad creativa, lejos de límites de tiem-po e imposiciones de las disqueras. Ban-das como Austin Tv, Hello seahorse, Sub-Division, Chikita Violenta, San Pascualito Rey, Comisario Pantera, etc. Son claros ejemplos del “Hágalo usted mismo”.

Con la intención de la internacionalización muchas bandas mexicanas han aprendido la lengua inglesa y han realizado las letras de sus rolas en inglés (Vaquero, Chikita Violenta, etc.). Pero ninguna ha alcanza-do los niveles internacionales que Café Tacvba (convenciendo solamente con la calidad musical) o Molotov (Que al tener a Randy “El gringo loco” en la batería, en-contró al parecer, un excelente condimen-to para internacionalizarse).

Pero no perdamos de vista nuestro punto central, México es dependiente del país de las barras y las estrellas, hay quienes solo esperan el Corona Capital para ver a ban-das que no vendrían a México de ningún otro modo, existen también los fieles so-cios de Sam´s Club o Wallmart y los fieles parroquianos que consumen los Mcflurries al salir de algún centro comercial, por otro

lado están los que prefieren ver la NBA, la NFL o la WWE que algún partido de futbol. Existen los fans de Apple y sus iphones su-biendo a instagram, vine, Facebook o twit-ter sus experiencias del día. También esta-mos los que debemos ir a alguna escuela como Interlingua o Harmon Hall a apren-der inglés y certificarnos para calificar me-jor para un trabajo. Otros que compran có-mics de DC, Marvel, Vértigo o Darkhorse. Los que no se pierden sus series: “The Big bang theory”, “Arrow”, “Breaking bad”, “Two and a half men”, “Friends”, etc.

A mi entender el punto está claro, y ha-ciendo una analogía, Estados Unidos es la compañía ACME y nosotros somos el Co-yote, consumiendo todo lo que ellos nos dan para lograr subir a un futuro que como el Correcaminos siempre se nos va como

agua entre los dedos. Por último, me gus-taría hacer una última comparación, los mexicanos deberíamos aprenderle algo a los gringos, salirnos de la casa de nues-tros padres después de los 18 años y bus-car nuestra propia casa, pagar nuestra renta, lavar nuestra ropa y hacernos car-go de nosotros mismos como individuos, pero también hacernos cargo de nosotros como país.

Multiplicidad de ideas. Polaridad de ca-minos. Tumulto de decisiones. Caos

sistémico. La cotidianidad del ser humano está plagada de esto y más, de imágenes, discursos, estereotipos, roles, la familia, el gobierno, el Estado, sus miedos y emociones. ¿Quién soy? ¿Cómo es que debo ser? La sociedad se pre-gunta constantemente de dónde vengo y ha-cia dónde voy. ¿Qué referentes logra obtener cada sujeto? ¿Mi cultura, es también tu cultu-ra? La formación de identidad construida con base en educación, costumbres, tradiciones, lenguaje, impactos mediáticos, es la panacea psicológica, nos formamos de nuestro alrededor, y el rededor no es sólo tu casa, tu escuela, tu país, sino el mundo entero.

Un mundo cimen-tado en reinos, imperios, dictaduras, funcionales a sus intereses e ideologías, todos –en su mayoría- re-presentados por un hom-bre. En ficción, Frank Un-

derwood es emperador de House of Cards o Robert Baratheon, Ned Stark o Cersei Lan-nister reyes en Game of Thrones. Los seres humanos somos los pilares de la estructura, los que movemos las piezas, sin embargo la estructura nos rebasa, nos asfixia, nos domi-na. Esta dominación bombardea todos los po-deres: político, económico, cultural, y éste úl-timo impacta con mayor visibilidad –aunque no con más fuerza que los anteriores- en la comunidad mexicana, en su forma de vestir, en sus acciones y en su pensamiento, Chom-sky dice “el blanco último es la mente huma-

na. Ésta puede cambiarse, pue-de reducirse a la impotencia en cuanto a la expresión, o puede ser exterminada, pero aún sigue siendo el blanco crítico”.

La mente es ese blanco para los imperios, para someter, para oprimir. La cultura grin-ga en específico ha traspasado sus fronteras y ha caminado por aire, por mar, por ciudades y ha intervenido por los ya co-

AgandalleTRANSNACIONAL

Por: Karen Rodríguez Camacho

nocidos medios de comunicación masivos: la televisión, el cine, el comic, la radio, la prensa y actualmente, las plataformas virtuales. Nos apropiamos, absorbemos, nos adueñamos de lo otro, nos contagiamos e imitamos compor-tamientos externos que deconstruyen la identi-dad y crea identidades paralelas. Emulamos y repetimos el american way of life, ahora justi-ficado en la globalización, en la pluralidad del yo y en la pérdida de la conciencia geográfica. El hombre y la mujer unidimensional. ¿Qué es la identidad? Monsiváis explica: “La “identi-dad” fue lo conseguido gracias a la imitación y el contagio, las reglas de juego de la convi-vencia forzada y de la reproducción idolátrica de las costumbres atribuidas a los amos”.

Imposible separar lo cultural de lo eco-nómico y lo económico de lo político. Enun-ciación axiomática. Por lo tanto, lo cultural viene de la mano con el sistema económico vi-gente: capitalismo, neoliberalismo, José Joa-quín Blanco afirma, “tenemos una identidad internacional, la del capitalismo de subdesa-rrollo” . Consumimos –desde una perspectiva económica- las ideas, el pensamiento, la forma de ser, el discurso y las mentiras llevándonos a la apropiación cultural. Lo ya sabido, como esto, no nos perturba, lo observamos natural y cotidiano pero no nos dejemos engañar, no somos seres estúpidos, unidimensionales o apáticos, Fiske escribe “a pesar de la fuerza homogeneizadora de la ideología dominante, los grupos subordinados en el capitalismo han mantenido una marcada diversidad de identi-dades sociales, lo que ha exigido que el capi-talismo produzca una variedad equivalente de voces” , es decir, hay capitalismo par todos, hasta el que mantiene una postura en contra del sistema dominante. Sin embargo, la identi-dad se transforma a cada paso, nunca es está-tica, no es una fotografía, es manipulable pero

también es crítica, es voraz y se alimenta de transgresiones y subversiones.

Todos, sin excepción alguna estamos dentro del sistema político, económico y cul-tural, hasta el ermitaño que se dio cuenta don-de estaba inmerso. Sí, estamos plagados de la cultura gringa, sí, existe la dominación, y sí, es complicado luchar contra el monstro del ca-pitalismo, pero haciendo evidente lo invisible, iluminando los grises y motivando a los abúli-cos e indolentes podemos ir de poco a poco, no sólo criticando el sistema sino en una me-jor suerte transformándolo a nuestra dignidad social. Por cierto, podemos empezar a cantar rolas con una pizca de picardía política, y Roc-kdrigo González lo hacía en 1985:

Era un gran tiempo de híbridos,de salvajes y científicospanzones, que estaban tísicosen la campechana mental,en la vil penetración cultural,en el agandalle trasnacional,en lo oportuno norteño imperial,en la desfachatez empresarial,en el despiporre intelectual,en la vulgar falta de identidad.

Bibliografía

Chomsy, Noam. (1985) La quinta libertad. Texto en línea.

Lozano, José Carlos. (1991) Del imperialismo cultural a la audiencia activa: aportes teóricos recientes. Revisa Comunicar. (10-11) Recu-perado de: http://www.publicaciones.cucsh.udg.mx/pperiod/comsoc/pdf/10-11_1991/85-106.pdf

Monsiváis, Carlos. (1981) “Notas sobre el Estado, la cultura nacional y las culturas populares en México”. Cuadernos Políticos .México: Era,pp. 33-52. Recuperado de: http://www.cuadernospoliticos.unam.mx/cuadernos/contenido/CP.30/30.4.CarlosMonsivais.pdf

n día escuché en la calle lo siguiente: “Somos lo que consumimos”. De regreso a casa, tal afirmación me intrigó de una manera notoria, e inmediatamente mi hueva cotidiana puso a trabajar mi mente. Para nadie es noticia que vivimos en un mundo globalizado, por ende, la manera en la que consumimos es descomunal. Hoy en día tenemos, gracias a una herramienta como la Internet o la televisión, y en menor medida los libros, la oportunidad de aprender acerca de otras culturas alrededor del orbe.

Pero, ¿qué pasa con nuestro México lindo y querido? La cosa cambia, mientras somos testigos de cómo se dan grandes hibridacio-nes culturales alrededor del mundo, nuestra mente se encuentra segada y sobre todo absor-bida por una sola: la cultura gringa, gabacha, norteamericana o como guste llamarle. Los modelos establecidos se encuentran volcados a consumir y sobre todo imitar a la cultura gringa. Las muestras son enormes; hábitos alimenticios, música, deportes, tecnología y un sinfín de cosas más.

Hace ya medio siglo que la idea del American Dream se gestó en las mentes de las familias mexicanas. El prototipo de una familia unida

LA NEGACIÓN COMO CONDICIÓN

UPor: Viko del Real

y con todos los servicios a su alcance cegó por completo a varios en nuestro país. Con el paso del tiempo la cosmovisión ha cambiado, aunque en realidad poco. Salvo el modelo de familia nuclear, seguimos reproduciendo hábitos norteamericanos. Aunque los mexicanos pensemos, y sobre todo afirmemos todo lo contrario.

Resulta paradójico que en un país como el nuestro niegue tal situación, el país vecino en su rol de imperio dominante (hace algu-nos años, ahora tienen dos brutales compe-tencias) ha sido el gestor de nuestros más grandes pasatiempos y diversiones. Todos hemos sido impactados por algo, aun-que sea poco significativo, procedente de

nuestro vecino país. No sé ustedes, pero al menos a mí, entre cine, series televisi-vas, rock and roll y un poco de literatura me provoca una enorme admiración dicha nación. Formo parte, al igual que muchas personas, de un consumidor cultural de dicha nación.

Salvo en un partido de la selección mexi-cana y el 15 de septiembre somos todo, menos mexicanos. La negación esta por to-

dos lados, desde aquél que llama naco ha todo lo que se realiza en su país, hasta quien se cree un verdadero ciu-dadano gringo. Eso no es el problema, personas así en todos lados. El verda-dero problema es la omisión de quienes verdaderamente construyen una iden-tidad nacional. Ellos, el México pro-fundo según Guillermo Bonfil Batalla. Ese mismo, al que hemos explotado, negado, olvidado, burlado y sobre todo lastimado.

Algo que podría ser una hibridación cultural se convierte en una imitación nacional, dañina y sobre todo carente de sentido para un país. Aquellos que

se creen gringos a la menor provoca-ción no dan otra cosa que pena ajena, la verdad. Como ya lo dije, y lo vuelvo a recalcar “Somos lo que consumimos” quizás sí, pero depende todo de ti. De ser un simple títere que se deja enga-ñar por cualquier cosa o de realmente aprovechar las grandes bondades de la cultura gringa, sean cuales sean tus objetivos y sobre todo tus gustos.

La ambición llegó a tierras mexicanas con la conquista del pueblo mexicano pues aceptó como dioses a hombres con

fisionomías diferentes, sobajándose a sus órdenes y entregando todas las riquezas minerales que se originaron en su pueblo. Una mujer que es bien conocida como la Malinche les abrió las puertas a nuestra cultura, pues fue la comprensión oral entre culturas la responsable de que la conquista continuara.

Hoy en día el inglés es una lengua universal, el “mande” aún se pronuncia en los labios del mexicano y los productos culturales de consu-mo principal, sean series de TV, ropa o música, hablan por esta lengua.

Conquista, significa de acuerdo con la Real Academia Acción y efecto de conquistar. Cosa conquistada. Persona cuyo amor se logra. La glo-balización es una conquista que día a día se desa-rrolla fuera de nuestro alcance pues la fortaleza del obrero, ciudadano y campesino no está unida. Mientras por otro lado las guerras explotan, los representantes políticos firman pactos y las inver-siones hacen que la bolsa siga en movimiento.

En cambio vamos tras la conquista como indi-viduos, siguiendo nuestros sueños para crecer,

queremos apropiarnos de nuevos territorios o conocimientos, sujetos a un mundo globaliza-do. ¡Gran congruencia! Pero si no crecemos y mejoramos nuestras condiciones ¿dónde queda el progreso? Ése es el fin último del hombre, superarse, es parte de nuestra biología, parte de que seamos seres humanos, crecer, es parte de la vida, mejorar nuestras condiciones sociales. El punto es ¿Hacia qué sentido vamos caminando? ¿Ese sentido tiene sentido?

Los hombres y mujeres estamos tras la conquis-ta, conquistar a tu pareja, seguir el sueño ameri-cano, hasta el progreso laboral. Es una conquis-ta de superación, de sabiduría, de conocimiento de nuevos territorios pero también de poder, de tener el control, de ser superiores.

El malinchismo actualmente se vive porque seguimos desde la historia con la visión de uno mismo o del otro de manera vertical, unos con mayor posición, mayor poder o valor que otros; cuando en esencia todos y todas somos igua-les, solo que con la visión a distintas distancias y con niveles de conocimiento de uno mismo distintos. Cosa que es por voluntad propia del individuo. Ahora pensemos, si todos fuéramos coherentes a nuestra esencia, realmente no ha-bría tantos desastres en el mundo.

Despersonalizando el Malinchismo Por: Alejandra Landa

Conocer nuestras capacidades, nuestras habilida-des, así como nuestras debilidades, comprender nuestros sueños, nuestro valor, y tener el valor de llevarlos a cabo es la clave para terminar con el malinchismo, pues el conocimiento de uno mismo deposita todo el valor e importancia en su origen, es decir, valorar los frutos propios sin colocar el valor en los frutos de otros.

Las formas simbólicas son el resultado de aque-llos grupos que extienden en forma de produc-tos su sabiduría cultural. Salir del malinchismo sería ser conscientes que somos el país más rico en diversidad cultural y que la posición de nuestro país permite que tenga todos los ecosis-temas, que somos el país con el himno nacional considerado el más bonito del mundo, que sus mujeres son bigotonas, que cuenta actualmente con 68 pueblos indígenas y que México significa el ombligo de la luna, que somos un país que es la garganta del mundo.

Darnos cuenta que transmitiendo, aprendiendo y difundiendo a las culturas indígenas mexica-nas como su lengua, fortalece nuestras raíces trayendo así a muchos turistas en calidad de admiradores, y con ello ingresos económicos. Darse cuenta de que es una forma para proteger nuestras tierras de industrias mineras extranjeras, pues no hay mejor defensa que la fortaleza.

Dejemos de emigrar y abandonar nuestras raíces desprotegidas, dejemos de rajarnos el alma en otros países que no respetan nuestras tierras, pues invaden los pueblos extrayendo nuestras riquezas minerales y dejándonos toda la devasta-ción de sus desastres.

Dejemos de ser malinchistas pues somos un país rico, con una cultura de lucha, ninguna compli-cación económica abate al ciudadano mexicano

pues su creatividad le permite solucionar su situación. Por eso somos un país de obreros, somos la fuerza de la industria.

Volteemos a nuestras raíces y trabajemos por nuestra tierra, por nuestros propios sueños. Sí, el gobierno no nos da espacios, no nos valora, no da oportunidades pues que quede claro que esos pocos no representan México, sino los pueblos, las lenguas, los indígenas que son México y han sido rezagados por el malinchismo de los ciu-dadanos bombardeados por ideologías gringas, ideologías traídas y que fortalecen la globalización.

El pueblo tiene el gobierno que merece. ¿Creen que México se merece este decadente gobierno injusto? Pero también hay que darse cuenta que el gobierno, las instituciones, los organismos, todos los aparatos son compuestos por perso-nas; personas que llegaron ahí y también llevan comida a casa, así como nosotros. Son personas.

Seamos el ejemplo de una cultura despierta que tiene el conocimiento de sus raíces, que no se ve menos y que trabaja por y para uno mismo. No le demos más poder al poder, defendamos nuestras raíces. Hay que detener ahora el paso de la conquista por parte de otras culturas, dejar de consumir marcas y consumir nuestros propios productos ¿Para qué adoptar formas culturales globalizadoras si somos capaces de encontrarnos a nosotros mismos? Es momento de trabajar defendiendo nuestro territorio y de quitarnos el papel de malinchistas.

GRINGOPOLISMéxico en toda su magnificencia, espe-cialmente en el periodo prehispánico, parece ser influenciado internamente por otras culturas entre sus pueblos, ya sea en su arquitectura, comercio y forma de vi-vir, evidentemente constituida de manera similar a la de pueblos cercanos y lejanos. Esta influencia no ha cesado de crecer, aun en este tiempo, la comunicación con todo el mundo nos obliga a una actualiza-ción y a un crecimiento cultural en todos los sentidos.

Nuestro país en toda su historia, tiene a un vecino muy importante, sin el que, la historia de México no sería la misma. Estados Unidos de Norteamérica, es una república federal constitucional compues-ta por 50 estados y un distrito federal, es un vecino formidable y muy importante para el mundo, aunque no tiene demasia-da historia en comparación con México por dar un ejemplo, pero aun así “Los Americanos” han dejado huella en todo el mundo.

Todo inicio con los colonos de 1607 que des embarcaron en las costas de lo que hoy conocemos como Virginia, trans-formaron el ecosistema y el paisaje de los nativos ya existentes del nuevo mundo, destruyendo, modificando e imponiendo un nuevo lenguaje y el origen de la cultura que hoy conocemos y llamamos los lati-nos como “la cultura Gringa”.

La cultura “gringa” término usado por los latinoamericanos, fue traída por los ingle-ses desde el momento en que encallaron en las costas e hicieron contacto con los nativos. Cultura que existe de una mane-ra casi omnipresente en todas las cosas, en libros, revistas, anuncios, películas y videojuegos, cuyo idioma parece estarpro-gramado para aprender en todo el mundo.

Si en algo han sobresalido los gringos, es por su facilidad para entrometerse en las guerras del mundo y sus invasiones cons-tantes, sus propias guerras y su manera de producir armas estando en competencia

GRINGÓPOLIS

con otras potencias de todo el mundo, demostrando su poder.

Parte de este país se ha enlazado fuer-te mete en el nuestro, iniciando por la lengua, que como se dijo antes es básica ahora en nuestro diario acontecer, al leer publicidad, leer un libro, un instructivo, o comandos de computadora, la tecnología requiere un conocimiento o nociones del inglés básico y se enseña desde niveles cada vez más bajos en los sistemas edu-cativos. Una parte curiosa de la cultura en cuanto a la lengua en México, es la inmensa cantidad de palabras que se dicen en nuestro país que le dan énfasis a una conversación, o solo para completar o disminuir la cantidad de letras y palabras en cierta situación, pero con la diferencia de que estas palabras no son propias, si no influenciadas, a estas se les llama “jerga o regionalismo”. Quién no ha escuchado es-tos regionalismos, quién no los ha dicho, por ejemplo “dame chance” o “deja me voy a parquear”.

No olvidemos el nuevo idioma creciente en las fronteras “el english-panish “ que denigra la procedencia y las reglas gra-maticales de ambas lenguas, usadas más comúnmente por los “pochos”, donde se notan más los choques y diferencias entre los dos países.

Un fenómeno extraño se acrecienta en la frontera, la diversidad cultural de Mé-xico y la falta de diversidad en el norte, ha propiciado una población híbrida que desconoce los orígenes de las dos culturas y provoca una identidad errónea sobre la procedencia de los individuos.

Por: Victor Omar Rangel Ramirez

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