MANUAL DE ESTRATIFICACIÓN SEGÚN EL RIESGO DE MALARIA …

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1 MANUAL DE ESTRATIFICACIÓN SEGÚN EL RIESGO DE MALARIA Y ELIMINACION DE FOCOS DE TRANSMISIÓN Región de las Américas Mayo 2019

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MANUAL DE ESTRATIFICACIÓN SEGÚN EL RIESGO DE MALARIA Y ELIMINACION DE FOCOS DE TRANSMISIÓN

Región de las Américas

Mayo 2019

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Contenido Glosario ......................................................................................................................................................... 4

Resumen ........................................................................................................................................................ 6

1. Introducción ............................................................................................................................................... 7

1.1. Antecedentes y objetivo del manual .................................................................................................. 7

1.2. Público al que está destinado ............................................................................................................. 7

1.3. Estructura del manual ........................................................................................................................ 7

2. Marco conceptual ...................................................................................................................................... 9

2.1. La eliminación como un proceso continuo ........................................................................................ 9

2.2. Estrategia de Diagnóstico-Tratamiento-Investigación y Respuesta ................................................... 9

2.3. Principios para el abordaje de los focos ........................................................................................... 11

2.4. Conceptos de la biología de la malaria esenciales para organizar las operaciones .......................... 13

3. Estratificación según el riesgo de malaria ............................................................................................... 15

3.1. Receptividad y vulnerabilidad ......................................................................................................... 15

3.2. Antecedentes de estratificación ........................................................................................................ 16

3.3. Estratificación en el contexto actual ................................................................................................ 17

3.4. Priorización ..................................................................................................................................... 21

4. Micro-estratificación y micro-planificación ........................................................................................... 24

4.1. Micro-estratificación: identificación y caracterización de los focos de malaria .............................. 25

4.1.1. Principios para guiar la micro-estratificación ........................................................................... 26

4.1.2. Información recomendada para realizar la micro-estratificación y micro-planificación .......... 27

4.1.3. Metodología .............................................................................................................................. 27

4.2. Micro-planificación .......................................................................................................................... 32

5. Gestión de las acciones de eliminación de la malaria centradas en la eliminación de la transmisión en los focos ...................................................................................................................................................... 33

5.1. Organización de las acciones de DTI-R en las micro-áreas ............................................................. 33

5.2. El ciclo de gestión del DTI-R a nivel municipal .............................................................................. 41

5.3. Elementos de soporte de la estrategia DTI-R ................................................................................... 42

5.4. Monitoreo y evaluación ................................................................................................................... 42

Referencias .................................................................................................................................................. 43

Anexos ........................................................................................................................................................ 45

Anexo 1. Otros conceptos ....................................................................................................................... 45

3

Foco de malaria ................................................................................................................................... 45

Investigación de caso .......................................................................................................................... 46

Detección pasiva, reactiva y proactiva ................................................................................................ 47

Componentes del DTI-R ..................................................................................................................... 49

Anexo 2. Cambios operativos para reducir la transmisión ..................................................................... 55

Anexo 3. Ejemplos para guiar la detección reactiva y el control vectorial frente a un caso ................... 56

Anexo 3. Indicadores sugeridos para los programas de malaria ............................................................. 59

Anexo 4. Ejemplo de ficha de caracterización de foco y respuesta ........................................................ 62

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Glosario Estratificación según el riesgo de malaria. La OMS define a la estratificación según el riesgo de malaria

como la “clasificación de áreas geográficas o localidades de acuerdo a factores que determinan la

receptividad y vulnerabilidad de la transmisión de malaria” [1].

Estratificación de la malaria. La OMS define la estratificación de la malaria como “la clasificación de las

zonas geográficas o las localidades según determinantes epidemiológicos, ecológicos, sociales y

económicos para orientar las intervenciones relacionadas con el paludismo”[1].

Estrategia de Diagnóstico, tratamiento, investigación y respuesta (DTI-R). Acción básica de

eliminación de malaria, desencadenada por la detección de un caso o conglomerado de casos, que prioriza

el acceso al diagnóstico, el tratamiento temprano y la importancia de un esfuerzo adicional de detección. El

DTI-R se busca operacionalizar en las Américas el concepto de la vigilancia como intervención promovido

por la OMS en la Estrategia Técnica Global contra la Malaria.

Foco de malaria. La OMS define un foco de malaria como una zona definida y circunscrita situada en un

área que es o ha sido palúdica y en la que se dan los factores epidemiológicos y ecológicos necesarios para

la transmisión de la malaria [2]. Se clasifican en focos activos, residuales- no activos y eliminados (Anexo

1).

Investigación de foco. Significa “identificar las principales características del lugar (foco), incluyendo la

población con mayor riesgo, la carga de enfermedad, la distribución de los vectores responsables de la

transmisión y las condiciones subyacentes que influyen la transmisión"[3]. En este manual se hace

referencia a la “identificación y caracterización de focos” y a la “micro estratificación” como acciones

semejantes a la investigación de focos, y a efectos de simplificar y de facilitar la operacionalización, se han

equiparado los tres términos. Se aclara, sin embargo, que los conceptos tienen ciertas connotaciones

diferentes. La investigación de foco está concebida especialmente para situaciones de poca transmisión,

reintroducción o transmisión concentrada en muy pocas localidades, y contempla generalmente acciones

para establecer la existencia de transmisión vectorial. Los otros dos términos, muy usados en este manual,

aplican a situaciones de mayor dispersión de la endemia ante la necesidad de organizar y supervisar la

operación de malaria (especialmente la red de diagnóstico y tratamiento) a un nivel muy local, en sectores

o unidades operativas (micro-areas) que pueden incluir uno o varios focos.

Micro-área. Conjunto de focos o conglomerados de localidades que comparten las mismas dinámicas de

transmisión y están interconectados epidemiológicamente entre ellas, principalmente debido al movimiento

de la población. La sectorización de la red de salud local y la logística de las operaciones son también

elementos importantes en dicha focalización. Abordar dichas localidades o focos integralmente es un

elemento clave hacia el objetivo de transformar los focos activos en eliminados.

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Micro-estratificación. Este manual define micro- estratificación a la identificación y caracterización de

los focos o micro-áreas. Esto supone un ejercicio de análisis en el nivel local con triangulación de la

información de distintas fuentes. Este manual usa la terminología de micro- estratificación para identificar

y caracterizar focos con el objetivo de planificar una respuesta.

Micro-planificación. Este manual define micro- planificación como el ejercicio local de organizar el DTI-

R en un foco o micro- área. Lejos de querer promover ejercicios locales de planificación inoperantes, se

trata de formular y gestionar soluciones muy concretas a los problemas locales de detección, diagnóstico,

tratamiento, investigación y respuesta, y establecer los procesos de supervisión necesarios. La micro-

planificación establece la respuesta a la micro-estratificación.

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Resumen

1. Este manual operacionaliza los principios y conceptos de la Estrategia Técnica Global de Malaria

[4] y del Marco de Eliminación de la Malaria [2] con el objetivo de guiar a los países de las

Américas en cómo implementar las acciones para lograr la eliminación de la malaria y prevenir su

restablecimiento.

2. El primer paso en las acciones contra la malaria es estratificar el territorio según el riesgo de malaria

para planificar y priorizar intervenciones y poblaciones. Este manual presenta una metodología

para estratificar el país que está acorde con las intervenciones y el objetivo de la eliminación.

3. Para todos los estratos, la OPS/OMS propone una acción integral de Diagnóstico, Tratamiento,

Investigación y Respuesta (DTI-R) como estrategia clave para eliminar la transmisión de la

malaria y prevenir su restablecimiento. Esta estrategia, enfatizando la importancia de que las

comunidades tengan acceso al diagnóstico y tratamiento en el menor tiempo posible, busca

operacionalizar el concepto de vigilancia como intervención promovido por OMS en la Estrategia

Técnica Global.

4. La eliminación de la transmisión a nivel nacional es el resultado de transformar focos activos en

focos eliminados y consolidar de esta forma territorios libres de transmisión. Por lo tanto, la

identificación, caracterización y el manejo de los focos de malaria debe ser una actividad

fundamental de todos los programas de malaria.

5. La identificación y caracterización de los focos de malaria supone un ejercicio de análisis más

micro, en el nivel local. Por ello, para efectos de este manual, llamamos micro- estratificación a

la identificación y caracterización de los focos o conglomerados de localidades (micro-áreas) que

comparten la misma dinámica de transmisión, están conectadas epidemiológicamente debido al

movimiento de las personas (o en menor frecuencia, debido al movimiento de los mosquitos), y por

lo tanto deben ser consideradas en conjunto para una intervención local organizada llamada micro-

planificación. Esta micro- planificación tiene como objetivo identificar y corregir las brechas para

la detección precoz y el acceso temprano a diagnóstico y tratamiento.

6. La estrategia DTI-R, centrada en organizar la operación básica de malaria a nivel local, depende de

un abordaje programático desde el nivel nacional e intermedio, donde se asegure la existencia de

la plataforma técnica y normativa necesaria. La organización del DTI-R en los focos de malaria

requiere acciones de niveles superiores, que van desde la gestión oportuna de medicamentos y

productos para el control vectorial, el asegurar la calidad del diagnóstico, a desarrollar, por ejemplo,

la base normativa y operativa para las acciones de los agentes comunitarios en zonas dispersas.

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1. Introducción 1.1. Antecedentes y objetivo del manual Todos los países endémicos de malaria en las Américas han asumido el reto de eliminar la enfermedad y

emprender las acciones para orientar sus programas y estrategias de salud hacia dicho objetivo. El Plan de

Acción de Eliminación 2016-2020, aprobado por los Estados Miembros mediante la Resolución CD55.R7,

insta a los países a revisar los planes y establecer estrategias para eliminar e impedir que se restablezca la

transmisión.

Este manual hace énfasis en el cómo implementar las acciones para conseguir la eliminación de la malaria

y prevenir su restablecimiento. Las acciones clave para la eliminación ya están siendo implementadas por

los países. Sin embargo, es necesario hacer un mayor énfasis en la intensidad y calidad de las acciones,

focalizar esfuerzos, evitar retrasos que favorecen la transmisión y asegurar un buen monitoreo que permita

ajustar las intervenciones.

Este manual no pretende abarcar todos los temas relacionados con la gestión de los programas de

eliminación de la malaria. No es tampoco un compendio o una guía de vigilancia de malaria. La OMS ha

desarrollado materiales para guiar la eliminación de la malaria, que son referencia de este documento. Este

manual ha buscado traducir el Marco de Eliminación de la Malaria y la Guía de Vigilancia de la Malaria,

Monitoreo y Evaluación [2, 3] de la OMS a un lenguaje más operativo. Consultas respecto a temas

específicos como la gestión de calidad del diagnóstico de malaria, la malaria asintomática, el tratamiento

masivo, las pruebas rápidas ultrasensibles o el control integrado de vectores deberán dirigirse a las

estrategias, guías globales y notas técnicas elaboradas por la OMS.

1.2. Público al que está destinado Este manual está dirigido a los técnicos involucrados en las acciones contra la malaria, tanto de los países,

como de las instituciones que apoyan a los países en la planificación, organización y supervisión de las

acciones a nivel nacional, provincial y local. Con este material se busca orientar a los países en el desarrollo

de sus propios instrumentos técnico- estratégicos que guíen las operaciones de malaria de conformidad con

el marco normativo de cada país.

1.3. Estructura del manual El manual está organizado en 5 capítulos.

El primer capítulo es la introducción donde se describe objetivo del manual, el público al que está destinado

y la estructura del documento para hacer más fácil su comprensión.

El segundo capítulo hace referencia al marco conceptual, donde se introduce una serie de principios y

conceptos básicos que sientan las bases del manual para la estratificación y el manejo de focos.

El tercer capítulo describe la estratificación del riesgo de malaria en un país: antecedentes de la

estratificación, la estratificación en el contexto actual y la priorización de las intervenciones.

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El cuarto capítulo se refiere a la micro- estratificación y micro- planificación y a la metodología para llevarla

a cabo. Describe la (i) identificación y caracterización de focos o micro- áreas, y a la (ii) planificación de

la respuesta en la micro- área basada en asegurar una adecuada estrategia de diagnóstico-tratamiento-

investigación-respuesta (DTI-R) a nivel local.

El quinto y último capítulo se refiere a los aspectos de gestión a tener en cuenta para eliminar la transmisión

en los focos y evitar el restablecimiento de la transmisión.

Finalmente, en los anexos se puede encontrar una aclaración y mayor profundización de ciertos aspectos

relacionados con las intervenciones de la malaria, como son: foco de malaria, investigación de caso,

búsqueda pasiva, reactiva y proactiva y la estrategia DTI-R. Se muestran además algunos ejemplos para

guiar la búsqueda reactiva de casos, los indicadores sugeridos para los programas de malaria y un formato

para la caracterización y respuesta a los focos de malaria.

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2. Marco conceptual

2.1. La eliminación como un proceso continuo El nuevo marco para la eliminación de la malaria [2] considera que, cualquiera que sea la situación

epidemiológica de partida, el trabajo hacia la eliminación es un continuo. Los términos de control,

consolidación, pre-eliminación y eliminación dejan, por tanto, de utilizarse.

Los principios y estrategias que propone son aplicables a todos los países donde la malaria es endémica y

donde se está previniendo el restablecimiento de la transmisión. Cada país planificará las actividades en

función de la intensidad de la transmisión y de la estratificación según el riesgo de malaria. De esta manera,

un programa nacional atenderá de manera diferenciada zonas con diferente riesgo de transmisión de malaria

(Figura 1).

Figura 1. Ilustración del conjunto de intervenciones y sus intensidades en función de la carga de la enfermedad

2.2. Estrategia de Diagnóstico-Tratamiento-Investigación y Respuesta Desde hace años, los países de la región implementan acciones de diagnóstico, tratamiento, investigación

y respuesta con mayor o menor intensidad y calidad. Al acercarnos a la eliminación, estas acciones deben

perfeccionarse para asegurar que ninguna infección se escape a la vigilancia. Por ello, y retomando el

concepto de la iniciativa T3 de la OMS (Diagnosticar, Tratar y Seguir; siglas en inglés) [5] y de la estrategia

de vigilancia 1,3,7 desarrollada en China [6] (notificar en el mismo día del diagnóstico, investigar el caso

en los primeros 3 días y respuesta en el foco para prevenir la continuación de la transmisión en los primeros

10

7 días), la OPS está impulsando la estrategia DTI-R para asegurar que el diagnóstico, tratamiento,

investigación y respuesta se implemente de manera oportuna, sistemática y con la perfección requerida.

Por tanto, la estrategia DTI-R es un conjunto de actividades factibles de ser implementadas en el mínimo

tiempo posible por el equipo local para eliminar la transmisión y prevenir su restablecimiento. La estrategia

DTI-R enfatiza la importancia del tiempo, el concepto de vigilancia como intervención y la necesidad de

implementar esfuerzos adicionales para detectar oportunamente nuevos casos en la comunidad. Las

acciones no acaban después de diagnosticar y tratar un caso, sino que continúan buscando detectar posibles

casos adicionales relacionados a cada caso identificado: Diagnosticar-Tratar y Detectar más casos. El

proceso de diagnóstico, tratamiento, investigación y respuesta oportuna es aplicable a los diferentes

escenarios de todos los países. Sin embargo, la forma e intensidad en realizarlo dependerá de cada contexto.

La estrategia DTI-R tiene 4 componentes (Figura 2, Anexo1):

1. Diagnóstico: Todo caso sospechoso de malaria debe ser diagnosticado usando microscopía o

pruebas rápidas en las primeras 48h desde el inicio de los síntomas.

2. Tratamiento: Todo caso confirmado debe recibir tratamiento apropiado según los protocolos

nacionales, empezando el mismo día del diagnóstico.

3. Investigación: Cada caso debe ser investigado y clasificado para dirigir las acciones de respuesta

en los primeros 3 días del diagnóstico.

4. Respuesta: Cada caso o conglomerado de casos debe desencadenar una acción básica de detección

oportuna y tratamiento de otros casos (detección reactiva) en los primeros 7 días desde el inicio de

los síntomas del caso diagnosticado. Actividades de control vectorial, principalmente mosquiteras

y rociado residual intra domiciliar forman parte de la respuesta integrada al foco de malaria según

sea apropiado.

Estos componentes tienen que estar claramente establecidos en el nivel local de atención. Para implementar

el DTI-R a gran escala, las acciones de diagnóstico, tratamiento, investigación y respuesta deben ser

traducidas en actividades concretas en el campo que deben ser claramente entendidas por todo el personal

de salud encargado de diagnosticar y tratar casos. Por lo tanto, el componente de comunicación es una parte

esencial de la estrategia.

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Figura 2. Diagrama del DTI-R

2.3. Principios para el abordaje de los focos 1. La estratificación según el riesgo de malaria nos ayuda a identificar y clasificar las áreas con

transmisión activa y aquellas de mayor potencial malariogénico para planificar y priorizar

intervenciones.

2. La transmisión de la malaria en un área determinada se reduce eliminando la transmisión en cada

foco (transformando los focos activos en focos residuales y eliminados). La reducción de la

transmisión en el país es la suma de la eliminación en los focos. Si la intervención no está pensada

en eliminar la transmisión en los focos, no se reduce la transmisión en el territorio. Una vez

eliminada la transmisión, el objetivo es prevenir que se restablezca la transmisión.

3. La heterogeneidad en la transmisión y la focalización es una característica de la epidemiología de

la malaria en áreas de moderada y baja transmisión. Al interior del municipio o distrito, la

transmisión de la malaria ocurre de manera heterogénea en función de la receptividad, de la

actividad humana [2, 7] y de la calidad del sistema de salud.

4. Para reducir la transmisión en los municipios, el modelo debe basarse en un nivel de gestión menor

(en el foco o micro área). Los ajustes de la operación deben derivarse de un ejercicio más depurado

y permanente de análisis y gestión a nivel micro. Este elemento tiene que ver con el concepto de

“vigilancia como intervención”.

5. La transmisión en cada foco se elimina detectando y tratando precozmente al reservorio

humano, y con acciones de control vectorial sostenidas, con altas coberturas y con calidad

12

(principalmente mosquiteras impregnadas de larga duración-MTILD o rociado residual

intradomiciliar-RRI).

6. El nivel de incidencia (IPA) no determina la estrategia. La estrategia es una sola: diagnosticar y

tratar en el menor tiempo, independientemente del IPA. Lo que puede cambiar es la intensidad en

los esfuerzos de detección, (búsqueda reactiva, investigación de casos) pero no en virtud del IPA,

sino del número absoluto de casos a nivel local.

7. El factor tiempo es clave para interrumpir la transmisión, evitando la generación y diseminación

de gametocitos del primer caso identificado. La eliminación de malaria requiere de un sistema de

vigilancia que rápidamente pueda detectar y responder a los casos individuales. La OMS promueve

un diagnóstico y tratamiento oportuno en las primeras 24-48h desde el inicio de los síntomas [8,

9]. El nuevo manual de vigilancia fija la meta de notificar cada caso en las primeras 24h del

diagnóstico, realizar la investigación de caso en los primeros 3 días desde el diagnóstico y realizar

la investigación de foco y respuesta en los primeros 7 días desde la notificación del caso.

8. Sospecha y diagnóstico de casos de malaria es un importante cuello de botella en la mayor

parte de los países de las Américas. Sin diagnóstico no hay tratamiento, no hay investigación de

caso, no hay datos para estratificar y no hay respuesta.

9. La esencia de la operación del diagnóstico debe ser la búsqueda pasiva. El objetivo de la

búsqueda activa NO puede ser llenar las brechas de la búsqueda pasiva. En términos de vigilancia

de malaria, lo más importante es mantener un alto nivel de sospecha de malaria y un diagnóstico

de calidad en las unidades de salud, en especial en zonas vulnerables, sin sustituirse por búsqueda

activa o por puntos centinelas de febriles.

10. La inducción a la demanda de diagnóstico debe ser vista como una acción programática ligada a

la mejoría en la oferta (búsqueda pasiva) para asegurar un diagnóstico oportuno.

11. La intervención en el foco no acaba tratando los casos de malaria. Debe haber una acción

adicional de detección de más casos (detección de casos reactiva en torno a los casos o a

conglomerados de casos) unido a actividades de control vectorial para contener la transmisión.

12. El cambio operativo del control a la eliminación radica por lo tanto en varios elementos con el

objetivo de transformar los focos activos en eliminados y prevenir el restablecimiento de la

transmisión: (i) 100% cobertura de diagnóstico y tratamiento y medidas de control vectorial

(MTILD y RRI), (ii) investigación de cada caso confirmado de malaria, (iii) detección temprana de

otros casos en torno al caso (además de diagnosticar y tratar, debe haber un esfuerzo de búsqueda

de otros casos adicionales), (iv) excelente calidad del DTI-R con un monitoreo de la misma que

permita reajustar la estrategia y (v) oportunidad del DTI-R para asegurar que se respetan los

tiempos recomendados para interrumpir la transmisión.

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2.4. Conceptos de la biología de la malaria esenciales para organizar las operaciones El periodo de incubación extrínseco se refiere al ciclo del parasito en el mosquito para formar los

esporozoítos infectantes. También se llama esporogonia. Este periodo tiene una duración mínima de 7 días

y una media de 9-10 días. El periodo de incubación intrínseco se contempla desde inoculación de

esporozoítos hasta inicio de síntomas. Este periodo incluye la fase hepática y la eritrocitaria. Tiene una

duración mínima de 7 días siendo más frecuente entre 9 y 17 días. En el caso de P. vivax, debido a la

presencia de hipnozoítos, es posible tener periodos de incubación tardíos y recaídas a los 3 y 18 meses

(excepcionalmente hasta 5 años). Conocer estos periodos de incubación es importante para conocer el

origen de infección de los casos.

El tiempo de aparición de los gametocitos en sangre es más corto en P. vivax que en P. falciparum: los

gametocitos de P. falciparum aparecen a los 7-15 días de inicio de los síntomas mientras que los de P. vivax,

aparecen incluso antes del inicio de la fiebre pudiendo ya infectar a mosquitos. Por lo tanto, si bien un

diagnóstico y tratamiento oportuno es importante para disminuir la severidad de la malaria por P.

falciparum, en el caso de P. vivax su importancia es de salud pública: que no se infecten más personas. A

diferencia de lo que ocurre con P. vivax, la cloroquina y los derivados de la artemisinina tienen poca

actividad sobre los gametocitos maduros de P. falciparum, de manera que si no se incluye una dosis de

primaquina que tiene efecto gametocida, éstos pueden permanecer en sangre por varias semanas

manteniendo la transmisión. Tabla 1. Duración de intervalos críticos para las dos especies principales de malaria humana

Duración

Intervalo P. falciparum P. vivax

Esporogonia (periodo incubación extrínseco) 7-10 días a 28oC 7-10 días a 28

oC

Esquizogonia exo-eritrocitaria 2 – 7 días 6- 8 días

Esquizogonia eritrocitaria 2 días 2 días

Gametocitogonia Días/semanas Días

Prepatente (desde inoculación a parásitos identificables por microscopia) 9-10 días 11-13 días

Incubación no-inmunes (periodo de incubación intrínseco): • Corto (sin hipnozoítos) • Largo (causado por hipnozoítos)

• 7-30 • No aplica

• 8-30 días • 3 a 18 meses

(excepcionalmente hasta 5 años)

Tiempo entre aparición de parásitos asexuales a gametocitos maduros 7-15 días 0 días

Tiempo hasta limpieza de gametocitos con tratamiento de esquizonticida sanguínea efectiva (sin gametocida) 3-6 semanas < 1 día

Duración típica de infección no tratada (si no ha habido muerte)

1-2 años (1 año o menos en aprox. 80% de casos)

1 - 2 años (excepcionalmente hasta 5 años)

Fuente: Bruce-Chwatt's Essential Malariology. Third Edition [10-12]

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Las recaídas son uno de los principales desafíos para la eliminación de P. vivax en las Américas. Las

recaídas pueden ser un factor clave en el mantenimiento de la transmisión en áreas con malaria residual y

también en el control de epidemias. La eficacia del tratamiento de cura radical con primaquina

recomendado por la OMS de primaquina (0.25mg/kg por 14 días) se ve comprometida por problemas en la

adherencia o dosificación inadecuada. Algunas cepas tropicales, particularmente en Asia del Este y

Oceanía, requieren una dosis mayor de primaquina (0.5mg/kg por 14 días) debido al desarrollo de cierta

tolerancia a la droga. En estudios realizados en las Américas usando 0.25mg/kg, se observó una mediana

de recurrencias no ponderada de 9.74% (RIQ: 3.51% - 18.47%) en 14 estudios realizados hasta el 2010 [13-

22]. La mayoría de estas recurrencias, cuando se consideraron recaídas, se atribuyeron a falta de adherencia

al tratamiento prescrito. Sin embargo, no todas las recaídas fueron debidas a la falta de adherencia: incluso

en estudios clínicos controlados, la mediana de recaídas llega al 12%. El problema de la adherencia a la

primaquina ha sido abordado en algunos países con acciones sistemáticas de supervisión directa del

tratamiento, que si bien son sostenibles en condiciones de pocos casos, resultan en un desgaste operacional

en situaciones epidémicas.

Existen otras diferencias o características del P. vivax respecto al P, falciparum que vale la pena señalar

[23] y se resumen en la Tabla 2:

Tabla 2. Características del P. vivax y P. falciparum

Característica Consecuencias La esporogonia de P. vivax se produce a menores temperaturas que la de P. falciparum

P. vivax tiene una distribución geográfica y estación de transmisión más largas

Menor duración de la esporogonia del P. vivax Las intervenciones destinadas a reducir la longevidad del vector pueden ser menos eficaces para el P. vivax

Algunos vectores importantes en ciertas zonas donde P. vivax es endémico, pican temprano y se alimentan y descansan al aire libre

Las medidas preventivas convencionales (MTILD y RRI) pueden proporcionar menos protección

P. vivax tiene una fase latente de hipnozoítos que puede ocasionar múltiples recaídas tras una infección primaria, pero es indetectable con los métodos diagnósticos actuales

Casos de malaria sin necesidad de que haya picaduras adicionales de mosquitos infecciosos Aumenta el potencial de transmisión Ro Puede ser una fuente potencial de reintroducción sin que haya un caso importado

P. vivax infecta preferentemente a reticulocitos (eritrocitos jóvenes) que se encuentran en la medula ósea

La destrucción repetida de eritrocitos jóvenes causa anemia crónica Complica el cultivo de parásitos asexuales en el laboratorio, dificultando el descubrimiento de nuevas herramientas Las infecciones de la fase sanguínea cursan frecuentemente con bajas parasitemias La microscopia tradicional y las PDR pueden no detectar todas las infecciones, subestimando la prevalencia de malaria

Gametocitos de P. vivax aparecen pronto, incluso antes del inicio de síntomas

Aumento de riesgo de infección subsiguiente

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3. Estratificación según el riesgo de malaria La OMS define a la estratificación del riesgo de malaria como la “clasificación de áreas geográficas o

localidades de acuerdo a factores que determinan la receptividad y vulnerabilidad de la transmisión de

malaria” [1]. De igual forma, la OMS define la estratificación de la malaria como “la clasificación de las

zonas geográficas o las localidades según determinantes epidemiológicos, ecológicos, sociales y

económicos para orientar las intervenciones relacionadas con el paludismo” [1].

La estratificación es entonces entendida como una herramienta para ayudar en la toma de decisiones y es

el primer paso en la planificación de la operación en malaria. La estratificación permitirá orientar recursos

y acciones a las áreas que concentran la mayor carga de enfermedad, y al mismo tiempo guiar acciones de

prevención del restablecimiento de la transmisión en las áreas que han logrado interrumpir la transmisión.

La estratificación es un proceso dinámico que implica análisis periódico de la información y debe llevar a

establecer diferencias en la intervención para cada estrato.

3.1. Receptividad y vulnerabilidad La receptividad es entendida como la habilidad del ecosistema de permitir la transmisión de malaria [2]. La

vulnerabilidad se refiere al riesgo de importación del parásito [2] y así vamos a referirnos a partir de ahora.

Cuando tanto la receptividad como el riesgo de importación del parásito en una zona es cero, no existe

riesgo de restablecimiento de la transmisión.

El nivel de receptividad debe ser evaluado/mapeado a partir de la vigilancia entomológica que permita

identificar las áreas más receptivas. La información histórica de malaria puede ser utilizada como un proxy

cuando la información entomológica no exista. El riesgo de importación del parásito debe ser

evaluado/mapeado a partir del establecimiento de una vigilancia que identifique poblaciones a riesgo de

importar casos y las áreas de mayor riesgo de recibir casos importados. En ciertos contextos, se debe

también considerar el riesgo de transportar el mosquito infectado a otras áreas.

Factores que inciden en la receptividad de malaria

Cambios climáticos- como variaciones en el régimen de lluvias y temperatura-, cambios ecológicos- como

urbanización y desarrollo económico, cambios en el uso de la tierra, modificación de extensiones de

cultivos, deforestación, embalses, drenajes, etc.- pueden afectar la distribución y densidades de los

mosquitos Anopheles de una manera u otra.

Factores que inciden en el riesgo de importación del parásito en la Región de las Américas

Cambios sociodemográficos y socioeconómicos que implican movilidad de la población desde zonas

endémicas suponen un riesgo de importación del parásito. Por ejemplo, zonas con riesgo de importación

del parásito son aquellas que reciben turismo o migraciones de zonas endémicas para trabajar en ciertas

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actividades de riesgo como la minería de oro, plantaciones de arroz, castañas, banana o palma aceitera y

cosecha de medusas de mar. Cuando las actividades son ilegales, se añade una gran dificultad ya que la

población implicada no siempre es fácil de identificar. A estos cambios se puede unir la falta de

conocimiento de la población del riesgo de malaria, el comportamiento de la población respecto a buscar

servicios de salud y una capacidad insuficiente de los servicios de salud para detectar y manejar malaria.

3.2. Antecedentes de estratificación Todos los países de América usan o han usado la incidencia de malaria o el IPA (Índice Parasitario Anual)

para la estratificación de áreas en alto, mediano y bajo riesgo1 y para reportar de forma estandarizada a la

OMS. El análisis del IPA y sus tendencias ha orientado la identificación de áreas prioritarias de trabajo, por

ejemplo, aquellas áreas con mayor IPA o donde el IPA no disminuía a pesar de las intervenciones. Con ese

mismo enfoque, desde el año 2013, varios países de Centroamérica usaron el IPA de los últimos 3 años

para estratificar en estratos 1, 2 y 32 en el marco de la iniciativa regional de Eliminación de la Malaria en

Mesoamérica e Isla Hispaniola (EMMIE). La estratificación de municipios en dichos estratos a partir del

IPA fue realizado como un paso intermedio antes de pasar a estratificar a niveles más bajos como

localidades y hasta los focos-que es a lo que estamos llegando ahora.

En el contexto epidemiológico actual el IPA municipal no tiene mayor utilidad en la estratificación en las

Américas por los siguientes motivos:

(i) En países donde se ha interrumpido la transmisión en muchos territorios o donde el número de

casos es muy bajo, el valor del IPA ofrece muy poca orientación para estratificar. Además, el

IPA no permite identificar las zonas sin malaria que tienen un alto potencial malariogénico

(receptivas y vulnerables), elemento imprescindible para prevenir el restablecimiento de la

transmisión.

(ii) En contextos con muchos casos, el IPA tampoco es de utilidad porque lo que orienta sobre la

estrategia de vigilancia local es el número absoluto de casos por localidad (o unidad de salud) y

no el riesgo municipal3. Adicionalmente, la heterogeneidad y focalización de la malaria al interior

de los municipios no permite que el IPA municipal oriente en la identificación de las localidades

que más contribuyen a la transmisión.

1 Alto riesgo: IPA≥10, Mediano riesgo: 10>IPA≥1, Bajo riesgo: IPA<1. Algunos países usan diferentes criterios a los mencionados acá, mientras que otros usan “Muy alto riesgo” como cuarto nivel. 2 Estrato 1: 0 casos autóctonos en los últimos 3 años; estrato 2: IPA<=1 en los últimos 3 años; estrato 3: IPA> de 1 en los últimos 3 años. 3 El número de casos a nivel de localidades y no el IPA es el criterio que determina cuándo es necesario una estrategia de investigación y respuesta desencadenada por cada caso detectado (estratos con 3 o menos casos por unidad de salud a la semana) versus una acción más orientada por la identificación y análisis de conglomerados de casos (estratos de mayor transmisión).

17

3.3. Estratificación en el contexto actual La estratificación debe hacerse en función de (i) la intensidad de la transmisión (número de casos), (ii) del

riesgo de importación del parásito y (iii) de la receptividad [2] y se aplica a todo el territorio de un país. Por

tanto, la estratificación incluye los focos, pero no se limita a ellos.

Los estratos propuestos son los siguientes:

• Estrato 1. No receptivo.

• Estrato 2. Receptivo, sin casos autóctonos y sin riesgo de importación del parasito. Incluye focos

eliminados, sin casos importados o sin inmigración desde territorios endémicos.

• Estrato 3. Receptivo, sin casos autóctonos, y con riesgo de importación del parásito. Incluye focos

eliminados, con casos importados o con inmigración desde territorios endémicos.

• Estrato 4. Receptivo, con casos autóctonos. Incluye focos activos y residuales.

En países con numerosas áreas con transmisión estable será necesario que el estrato 4 se estratifique a su

vez según el nivel de endemicidad (según el número de casos a nivel local4).

La información requerida para estratificar incluye:

1. Casos autóctonos de malaria de los últimos años por lugar de procedencia (a nivel de localidad),

que permitan identificar las zonas históricas y actuales de malaria5. Datos de los últimos 4 años

nos va a permitir diferenciar las localidades que deben clasificarse en el estrato 4 (focos activos y

residuales) o en estrato 3 (focos eliminados).

2. Información sobre el riesgo de importación del parásito: casos importados por localidad y

conocimiento local de la movilidad de la población desde territorios endémicos. El análisis de los

movimientos poblacionales desde países endémicos y entre localidades en el territorio de interés es

esencial para orientar la estrategia local de vigilancia dirigida a transformar focos activos en

eliminados o consolidar territorios libres de malaria.

3. Información sobre la receptividad. En muchos países, los datos entomológicos son bastante

limitados. En estas situaciones, un indicador proxy de la receptividad puede ser los casos

autóctonos de los últimos 10 años ya que las localidades con transmisión de malaria son

generalmente también las localidades más receptivas. Se puede, de igual forma, considerar zonas

con ecología similar a aquellas donde ha habido transmisión.

4 El número de casos por unidad de salud y la dispersión de los casos es lo que determinará diferencias en la operación básica de vigilancia (investigación de casos y detección reactiva de casos) 3. World Health Organization, Malaria surveillance, monitoring and evaluation: a reference manual. 2018: Switzerland. 5 Como la mayoría de los casos de malaria en las Américas son por P. vivax, hay que tener en cuenta que en contextos donde las recaídas contribuyan de forma importante a la carga de enfermedad y exista gran movimiento de poblaciones, puede ser difícil definir el lugar de la infección. Las recaídas no siempre ocurren en los sitios de transmisión. Es necesario considerar esto por ejemplo en situaciones de trabajo estacional, donde las personas pasan gran parte del año en áreas de transmisión y pero residen en otras áreas.

18

4. Listado de las unidades geográficas georreferenciadas6 a nivel de la cual se realizará la

estratificación (por ejemplo, municipio, cantón, distrito o localidad).

Cuando el ejercicio se realiza desde el nivel nacional, especialmente en países grandes, muchas veces se

estratifica primero a nivel de unidad administrativa (ADM) 2 (municipio, distrito). Lo ideal es que la

estratificación a nivel ADM2 sea el resultado de un ejercicio previo de estratificación de localidades o

sectores dentro de los municipios. En un país con muchos casos y varios focos con transmisión activa, el

ejercicio puede iniciarse identificando y caracterizando los focos, a los cuales les corresponde el estrato 4

(micro- estratificación- sección 4) y diferenciando aquellos focos que concentran la mayor endemicidad

(número de casos por semana) de focos con transmisión más esporádica. Cuando este ejercicio se ha

finalizado, se continuará identificando las áreas a las que les corresponda el estrato 3, 2 y 1. En países

pequeños con poca transmisión, el ejercicio puede realizarse directamente clasificando las localidades en

los cuatro estratos. De cualquier forma, a nivel más local, la estratificación debe hacerse siempre a nivel de

localidades o conglomerados de población (a excepción de áreas no receptivas o receptivas no vulnerables

muy homogéneas en cuanto al bajo riesgo)7.

Para clasificar las localidades, el análisis se debe realizar con el personal local que conoce el terreno y la

movilidad de la población, los epidemiólogos que disponen de las bases de datos, los entomólogos con los

datos de receptividad y algún apoyo informático para realizar los mapas.

A modo de ejemplo, a una localidad con transmisión en el último año le corresponde el estrato 4 (dicha

localidad seria parte de un foco activo o constituiría por si sola un foco activo); a una localidad que tuvo

transmisión hace dos años (foco residual inactivo) le corresponde el estrato 4; a una localidad sin casos

desde hace más de 3 años (foco eliminado) pero considerada vulnerable debido a la llegada de casos

importados o por el movimiento de la población desde zonas endémicas (por ejemplo, zona bananera que

recibe trabajadores de países endémicos de malaria), le corresponde el estrato 3; a una localidad con

presencia de vectores de malaria (por datos de entomología o por datos históricos de malaria) considerada

no vulnerable, le corresponde el estrato 2; finalmente, a una localidad no receptiva (sin vectores) según la

vigilancia entomológica o porque no disponga de las condiciones para que los vectores puedan vivir (altitud

y temperatura), o porque no sea una zona histórica de malaria, se considera estrato 1.

La estratificación por tanto implica un ejercicio local basado en el análisis de la magnitud de la endemicidad

y de la condición de riesgo de las áreas geográficas. Es un proceso dinámico que dependerá de la calidad

de la vigilancia de casos y la capacidad de establecer procesos sistemáticos para monitorear la receptividad

6 El listado de las unidades geográfias georreferenciadas con frecuencia puede obtenerse de las direcciones de estadística de los países si no se dispone en el sistema de salud. 7Una vez se clasifica en un estrato, se debe colocar un comentario que justifique el porqué de la decisión. Como la estratificación se debe actualizar anualmente, estos comentarios ayudarán a recordar el porqué de la clasificación actual y actualizarla en función de los cambios existentes

19

y vulnerabilidad. Una vez se ha estratificado el país, se planificarán las intervenciones en función del

estrato. Por ejemplo, si el riesgo de importación del parasito es alto en una zona receptiva, se deberá

asegurar el mantenimiento de la vigilancia pasiva y considerar acciones de detección activa, así como la

necesidad de proteger poblaciones con mosquiteros o RRI para prevenir el restablecimiento de la

transmisión. En las zonas con bajo riesgo de importación del parasito y sin receptividad, un diagnóstico

oportuno basado en detección pasiva, acompañada de investigación y respuesta puede ser suficiente. En

contextos de transmisión activa, la población en riesgo debe estar protegida con mosquiteros o RRI. El

número de casos (casos por semana por unidad de salud) determina la necesidad y factibilidad de realizar

investigación individual y respuesta, y determina, por lo tanto, diferencias en la operación. La Tabla 3,

Figura 3 y Tabla 4 muestran ejemplos de ejercicios de estratificación, con los mapas producidos y las

intervenciones del DTIR genéricas que ameritan en función de los estratos. Tabla 3. Ejemplo de estratificación, base de datos

Provincia Canton Distrito Localidad xcoord ycoord Estrato Comentario

Alajuela San Carlos

Buena Vista Buenavista -84.4598 10.276 1

Está ubicado a 875 msm, no se considera área malárica

Alajuela Guatuso San Rafael

Aguas Negras -84.8379 10.68261 2

Presenta condiciones favorables para tener el vector (altitud menor a 600m snm), sin embargo, no se han presentado casos recientemente y tiene escaso flujo migratorio

Alajuela Los Chiles

El Amparo

Alto Los Reyes -84.6271 10.85105 3 Flujo migratorio alto y cultivos de piña

Alajuela San Carlos Pocosol

Llano Verde -84.382 10.8853 4

Reforestación, ganadería, población flotante,dormitorio y foco activo

20

Figura 3. Ejemplo de estratificación. Mapas de Belize, Costa Rica y República Dominicana

21

Tabla 4. Actividades genéricas del componente de diagnóstico del DTI-R en función del estrato Estrato 1 (no receptivo)

Estrato 2 (Receptivo, no vulnerable)

Estrato 3 (Receptivo y vulnerable)

Estrato 4 (Transmisión local: focos activos y residuales)

Detección pasiva con D disponible en capitales municipales

Detección pasiva con D disponible en capitales municipales

Detección pasiva con D disponible en niveles locales y en zonas de tránsito/migración.

Detección pasiva con D disponible en niveles locales y de acuerdo a dinámicas de transmisión.

IEC para inducción de la demanda

IEC para inducción de la demanda

Capacitación personal de personal de salud.

Capacitación personal de personal de salud.

Capacitación personal de personal de salud.

Capacitación personal de personal de salud.

Detección proactiva de casos (población móvil y migrante). Acciones programadas fijas (por ejemplo, 1/mes) o puntuales según cambios en vulnerabilidad

Detección proactiva de casos Periodicidad: por ejemplo, 1-2/mes

Lectura de láminas a la semana aceptable si P vivax en contextos de comunidades aisladas sin PDR.

Lectura de láminas a la semana aceptable si P vivax en contextos de comunidades aisladas sin PDR.

Lectura de láminas a la semana aceptable si P vivax en contextos de comunidades aisladas sin PDR.

Lectura de láminas en menos de una semana

Geo-referenciación casos. Cartografía de características importantes de foco.

Leyenda: D=Diagnóstico; IEC= información, educación, comunicación.

3.4. Priorización La priorización es un elemento importante en la planificación de las acciones de malaria y forma parte del

ejercicio de estratificación. Significa seleccionar poblaciones o áreas geográficas (municipios, focos) que

precisen una mayor atención y esfuerzo para un manejo costo efectivo de recursos y el cumplimiento de

metas establecidas. Habiendo clasificado las unidades geográficas en estratos, dentro de un determinado

estrato se hace necesario priorizar ciertas unidades según su importancia epidemiológica.

Existen varios criterios que pueden tenerse en cuenta para priorizar. La carga de malaria, la especie

parasitaria, determinados contextos geográficos que impliquen un mayor riesgo para la salud pública, o

áreas de mayor potencial malariogénico son varios de los criterios a tener en cuenta. A continuación, se

presentan consideraciones que los programas nacionales de malaria deben tomar en cuenta en la

priorización:

1. La transmisión de la malaria está concentrada en un número limitado de municipios y dentro de los

municipios, la carga de malaria a su vez se concentra en focos o conglomerados de localidades.

Dichos municipios y focos, con frecuencia exportan casos de malaria a otras áreas del país con

transmisión activa o a territorios libres de malaria donde puede restablecerse la transmisión. Los

municipios que concentran la mayor carga de malaria en los países deberían ser objeto de la mayor

atención, con la capacidad técnica, los recursos y la atención política requerida. La priorización de

22

las ADM2 de acuerdo al número de casos en el último año, o al promedio de casos de los últimos

años (dependiendo de la variación interanual), debe ser el primer paso en la priorización.

2. Durante el ejercicio de estratificación, el uso de un diagrama de Pareto8 con el porcentaje

acumulado de casos del país o de una determinada región, puede resultar útil para identificar las

localidades, focos o municipios que concentran la mayor carga. Este ejercicio puede ayudar a

priorizar las localidades de más carga del estrato 4. Dentro del municipio, se hace necesario

priorizar aquellas unidades geográficas que concentran la mayor carga.

3. La eliminación de malaria por P. falciparum representa una prioridad debido a la amenaza de

aparición de resistencias al tratamiento, la mayor mortalidad respecto a las otras especies de

Plasmodium, además de ser más factible que la eliminación de P. vivax debido a la aparición más

tardía de gametocitos y a la ausencia de recaídas (Tabla 2). La eliminación de P. falciparum puede

ser por tanto una meta intermedia en la eliminación de malaria a nivel nacional. Asegurar territorios

libres de transmisión de malaria por P. falciparum en muchos contextos puede ser otro elemento

clave en la priorización de esfuerzos y recursos. La proporción de malaria por P. falciparum ha

sido usada por muchos países en modelos que ponderan distintas variables en los ejercicios de

priorización.

4. En contextos de baja transmisión, el predominio de malaria por P. falciparum sobre P. vivax es en

muchos casos una señal de deficiencia en la provisión de diagnóstico y tratamiento. Por lo tanto,

éste puede ser un criterio de priorización, identificando áreas donde una acción organizada puede

tener alto impacto.

5. La existencia de transmisión urbana de malaria ha sido también usada por los países como otro

criterio para priorizar acciones. En general, los focos de malaria urbana tienen la mayor carga de

enfermedad. La transmisión urbana define un escenario donde debe ser más fácil acortar los

tiempos para el acceso al diagnóstico y tratamiento, implementar medidas como la supervisión de

los tratamientos de P. vivax y las operaciones de control vectorial (incluso control larvario cuando

sea indicado). El riesgo de exportación de malaria a localidades rurales es también un aspecto a

considerar a favor de la priorización de dichos focos de malaria urbana.

6. La prevención del restablecimiento de transmisión, en muchos contextos, también puede ser un

elemento principal en la priorización de acciones. En países con transmisión activa, mantener la

interrupción de transmisión en territorios históricamente maláricos puede ser tan importante como

la reducción de la transmisión en focos activos. El balance para el manejo de prioridades entre

municipios con mayor carga y municipios en alto riesgo de reintroducción de malaria lo dicta cada

8 Diagrama de Pareto: es una gráfica para organizar datos en barras en orden descendente que permite mostrar gráficamente el principio de Pareto, que hay muchos problemas sin importancia frente a unos pocos muy importantes.

23

situación en particular. El riesgo de importación de malaria desde municipios con transmisión es

siempre un elemento para destacar la importancia de prestar especial atención a las áreas que

continúan generando los casos de malaria dentro del país.

7. Las áreas sin transmisión de malaria (estratos 1-3) de países con transmisión activa también

conviene priorizarlas según el riesgo de restablecimiento de transmisión en virtud del

comportamiento histórico, del análisis de receptividad y del riesgo de importación del parasito.

8. Aunque el IPA, en el contexto actual de eliminación, no constituye el principal elemento de

estratificación, sí puede ser una variable útil a utilizar, junto con el diagrama de Pareto, para la

priorización de localidades dentro del estrato con transmisión activa (estrato 4). En dicho contexto,

el IPA a nivel de localidad o foco, puede ser útil para identificar localidades que, si bien no son

prioritarias por su contribución a la carga de enfermedad, sí son importantes por el riesgo que la

malaria supone para la población. Se destaca, sin embargo, la idea de un abordaje que dé especial

importancia al número de casos como criterio para impactar de forma más efectiva la carga de

enfermedad.

24

4. Micro-estratificación y micro-planificación La micro-estratificación, es un ejercicio de análisis epidemiológico más local (micro) realizado en el estrato

4 para la identificación y caracterización de focos o micro áreas.

Una micro-área, para efectos de este manual, es un conjunto de localidades o focos de malaria cercanos

entre sí, que comparten las condiciones eco-epidemiológicas y la dinámica de transmisión de malaria. Puede

incluir, por tanto, varios focos que están relacionados entre sí por la movilidad de la población (por ejemplo,

tres fincas de bananos separadas entre sí, pero donde los trabajadores se mueven de una finca a la otra) o

puede ser un foco (por ejemplo, una mina de oro donde se está dando la transmisión) y la localidad donde

los mineros reposan periódicamente. Ciertos países utilizan ahora de forma indistinta el termino de foco o

micro-área. A efectos de simplificar, en este manual se equiparan las micro-áreas con los focos. Se aclara,

sin embargo, que los conceptos son diferentes. El concepto de “foco” se basa en la transmisión vectorial.

El concepto de la micro-área contempla criterios epidemiológicos, sociales, poblacionales y operativos.

Está basado en el nexo entre localidades, los movimientos de personas, las relaciones sociales que

determinan que compartan la dinámica de transmisión de la malaria y acceso geográfico. En la micro-

estratificación consideramos el concepto epidemiológico de foco pero usamos el concepto de micro-áreas

sobre todo en situaciones donde hay focos interconectados e interdependientes que hay que tener en cuenta

para planificar una operación basada en mejorar el acceso al diagnóstico y tratamiento.

Una vez se ha hecho la micro-estratificación y se ha caracterizado la micro- área en términos de red de

detección y tratamiento, se planificará la respuesta. Por lo tanto, el ejercicio de eliminar la malaria de los

focos contempla dos componentes: micro-estratificación y micro-planificación (Tabla 5).

Tabla 5. Componentes para la eliminación de la transmisión en los focos

Componente Elementos Objetivo 1. Micro estratificación de la malaria en el municipio

• Identificación de los focos. • Análisis de las dinámicas de transmisión en los focos. • Caracterización de las micro-redes de atención (brechas, barreras,

necesidades) • Levantar “hipótesis” sobre la transmisión, el mantenimiento de la

transmisión, las dinámicas sociales que la determinan y en consecuencia las claves para impactarla

Generar los insumos necesarios para organizar las acciones de diagnóstico- tratamiento – investigación (micro-redes) y la respuesta

2. Micro planificación: Organización de las acciones de Diagnóstico-Tratamiento-Investigación y Respuesta

• Énfasis en organizar la búsqueda pasiva. • Dirigir, orientar, estimular la demanda. • Articulación de los distintos actores de la micro-red. • Optimizar la búsqueda activa. • Optimizar las medidas de control vectorial de mosquitos adultos. • Ejercicio dinámico con ciclos semanales de análisis y reorganización de

acciones. • Modelo local de supervisión.

Implementar un modelo local de vigilancia y atención de casos que logre diagnosticar en menos de 48 horas, tratar el mismo día del diagnóstico, investigar y responder en forma adecuada

25

4.1. Micro-estratificación: identificación y caracterización de los focos de malaria La micro-estratificación supone un ejercicio de análisis epidemiológico a nivel local y una caracterización

en términos de detección, diagnóstico, investigación y respuesta (Figura 5 y 6). Los 5 pasos de la micro-

estratificación, que se explicarán en detalle en la sección 4.1.3, son los siguientes:

1. Conocer la dispersión de casos en el territorio, identificando las localidades con transmisión y los

conglomerados de localidades.

2. Entender los factores en las poblaciones que afectan o pueden afectar la transmisión de la malaria:

las relaciones entre las comunidades, distancias y rutas de movilización y los factores que estén

determinando la transmisión (por ejemplo, si es la llegada de casos importados, o si es una

comunidad muy cerrada donde se mantiene la transmisión; si la transmisión está condicionada por

actividad económica o si está perpetuada por recaídas de P. vivax).

3. Agrupar las diferentes localidades en micro-áreas según los factores que se consideren importantes

en la transmisión: (i) están cerca entre sí, en el mismo radio del vector (menos de 3km), (ii)

comparten la dinámica de transmisión, (iii) existe mucho contacto entre las poblaciones o (iv)

comparten la misma red de atención.

4. Caracterizar las micro- áreas en términos de la organización del DTI-R. Es decir, analizar cómo

está la red, cuántos microscopios tienen, si están adecuadamente localizados, si tienen pruebas de

diagnóstico rápido, dónde están las brechas, las demoras entre toma de láminas y lectura y

tratamiento y las causas de esas brechas, cobertura de control vectorial, etc.

5. Establecer una primera hipótesis sobre la transmisión, el mantenimiento de la transmisión, las

dinámicas sociales que la determinan y, en consecuencia, las claves para impactarla.

Figura 5. Delimitación de focos y micro áreas

26

Figura 6. Caracterización de micro áreas y focos. La triangulación de información local para levantar hipótesis de transmisión y organizar el DTI-R

4.1.1. Principios para guiar la micro-estratificación

1. Empezar con la información disponible (aunque no sea de calidad óptima), sin generar más datos

o esperar a que estén en un formato estandarizado. El uso de la información existente, realizando

el mejor esfuerzo para analizarla, es un componente esencial de la epidemiologia de campo.

Además, muestra al personal de salud la importancia de los datos que ellos ya han recogido, y

promueve la cultura de análisis de datos y por lo tanto la vigilancia para la acción. La micro-

estratificación debe demostrar la necesidad de tener mejores datos y más específicos para entender

la dinámica de transmisión y para organizar la respuesta o micro plan. La obtención de más y

mejores datos debe ser una continuación del ejercicio inicial de micro estatificación.

2. La localidad o comunidad es el nivel mínimo de análisis. Todos los datos deben ser agregados y

analizados a este nivel. Cuando el número de casos es muy pequeño, los casos deben ubicarse en

el mapa.

3. La certeza absoluta no siempre es posible. Diferenciar dinámicas de transmisión, especialmente en

zonas muy endémicas, puede ser difícil. Por lo tanto, habrá que usar la mejor evidencia disponible

y depurar/confirmar y ajustar (si necesario) el análisis en las visitas a la localidad.

4. Es posible que existan dudas para establecer el límite de una micro área o que persistan las dudas

sobre dónde ubicar una localidad. En estas situaciones se debe pensar en qué diferencias existirían

en la respuesta o micro-plan. Si no hay diferencias, mejor considerar una sola micro área.

Para facilitar la organización de la red de atención y los procesos de vigilancia, y evitar fraccionar la

respuesta, puede ser útil que, además de los elementos epidemiológicos, se tenga en cuenta que la

27

micro-área coincida con el área que le corresponde cubrir a un equipo local de salud. Cuando un foco

de malaria o micro-área corresponda a diferentes áreas de salud o municipios, será fundamental la

coordinación entre ellas para asegurar una buena caracterización del foco y respuesta adecuada.

4.1.2. Información recomendada para realizar la micro-estratificación y micro-planificación 1. Ficha de notificación de casos confirmados con:

a) Mínima información requerida: sexo, edad, localidad de residencia, fecha de toma de la muestra

y tipo de especie.

b) Información adicional deseable: probable localidad de infección, fecha de inicio de los

síntomas, localidad donde se tomó la muestra/DRD, fecha de resultado del diagnóstico, tipo de

vigilancia.

2. Casos por especie y semana epidemiológica o mes en los municipios/localidades de mayor

transmisión.

3. Número de casos sospechosos por tipo de vigilancia por municipio y localidad.

4. Mapa de localidades en el municipio.

5. Ubicación de los puestos diagnósticos (microscopía y PDR).

6. Mapa de accesibilidad a las localidades del punto de diagnóstico más cercano.

7. Información sobre uso de servicios de salud.

8. Información sobre dispersión, dinámicas/comportamiento de los vectores en el municipio/localidad

(la información de municipios vecinos también puede ser útil).

9. Información sobre actividades de control vectorial llevadas a cabo y sus coberturas en los últimos

3 años en el municipio/localidad.

10. Otra información contextual sobre factores relacionados con la transmisión en la zona (uso del

suelo-explotación minera, explotación forestal, legales o ilegales-, sitios de paso fronterizos no

reconocidos, presencia de grupos étnicos, reservas, etc.)

4.1.3. Metodología

La información recomendada para la micro-estratificación se obtiene de: (i) la revisión de datos en las

direcciones de salud y unidades sanitarias, (ii) entrevistas a los trabajadores de la salud de las unidades

sanitarias, promotores/colaboradores voluntarios, pacientes y vecinos de la comunidad y (iii) visitas a

localidades principales para comprender variables clave relacionadas con la dinámica de la transmisión, las

barreras de acceso a los servicios las condiciones de vida y las dinámicas de la población.

Los primeros 4 pasos de la micro-estratificación, resumidos en la Tabla 6, son acciones de escritorio que

tienen lugar normalmente en las dependencias de la coordinación de salud del territorio donde se está

planificando la operación de malaria (región, municipio, distrito o nivel nacional en países de poca

extensión). El paso 5 tiene lugar en las localidades y se resume en la Tabla 7.

28

Tabla 6. Identificación y caracterización de focos a nivel del municipio Componente Información Actividades Análisis de la epidemiologia de la malaria y dinámica de transmisión en los focos seleccionados

Análisis de la situación epidemiológica

• Casos de malaria por localidades. • Dispersión de la transmisión. • Localidades con transmisión continua. • Localidades con transmisión esporádica. • Localidades clave en la diseminación de la

transmisión

• Revisión de registros de casos, • análisis de mapas, croquis disponibles • entrevista con equipo de salud a cargo, • información entomológica disponible

Dinámica de transmisión

• Transmisión de la malaria en las localidades. • Relación de la transmisión entre las localidades

Relación de la transmisión con otros focos. • Relación de la transmisión con malaria importada. • Relación con actividades ocupacionales vs trasmisión

domiciliar. • Actividades económicas y otros aspectos de la

dinámica social y cultural relacionadas con la transmisión.

Identificación de focos

• Identificación de los focos, localidades que conforman un foco.

• Análisis de alternativas de delimitación de focos. Hipótesis de transmisión

Formulación de hipótesis sobre la dinámica de transmisión

Análisis del DTIR Diagnostico • Ubicación de puestos de microscopía, • Ubicación de puestos con pruebas rápidas. • Número de microscopistas, colaboradores

voluntarios, • Acceso de las localidades a los puestos de diagnóstico • Modelo de funcionamiento del proceso de

diagnóstico. • Ubicación de los colaboradores voluntarios, su

distribución, roles, estrategia de supervisión, acceso a las localidades.

• Aspectos culturales que puedan limitar acceso/la oportunidad en el diagnóstico.

• Tiempos entre el inicio de síntomas y diagnóstico.

• Entrevistas con equipo de salud, • análisis de mapas o croquis con

localización de puestos, • análisis de distancias y rutas de

atención, • revisión de registros de laboratorio,

Tratamiento • Tiempo entre diagnóstico e inicio de tratamiento, • Disponibilidad de medicamentos, • Condiciones de prescripción y dispensación9, • Medidas para garantizar la adherencia, • Manejo de inventarios de insumos, • Aspectos culturales que puedan limitar la oportunidad

y calidad en el tratamiento.

• Entrevistas al equipo de salud. • Revisión de registros de tratamiento si

disponible, • revisión de medicamentos disponibles, • registro de inventarios,

Investigación y Respuesta

• Búsqueda Reactiva de casos: cobertura, oportunidad. • Cobertura por intervenciones de control vectorial. • Aspectos culturales u otros que limitan acceso/uso de

intervenciones de control vectorial.

• Entrevistas al equipo de salud. • Revisión de registros si disponibles

Resultado esperado • Delimitación de los focos de malaria (o micro áreas) • Identificación de aspectos culturales • Elaboración preliminar de hipótesis de transmisión que orienten a mejoras en la estrategia DTIR • Identificación preliminar de brechas en la estrategia DTIR • Identificación preliminar de necesidades de fortalecimiento de la red (ubicación de puestos de diagnóstico, mejoras

en procesos y rutas de detección, diagnóstico, tratamiento, investigación de casos y respuesta).

9 Se refiere al conocimiento de los protocolos de tratamiento, orientación a los pacientes al momento de prescribir los medicamentos-por ejemplo, la importancia de la adherencia a la primaquina-, cálculo de dosis por peso, entrega de medicamentos en envases adecuados, etc).

29

1. El primer paso es analizar la situación epidemiológica en el municipio10. Una vez identificado y estudiado

el área de trabajo (por ejemplo, teniendo un mapa con las localidades del municipio) se debe analizar la

tendencia y variaciones temporales y espaciales en el comportamiento de la malaria, y mapear los casos

en el croquis/mapa de las comunidades. Para ello, se utilizarán las diferentes fuentes de información

disponibles:

a) Número de casos por localidad (mínimo del último año, pero deseable de los últimos 3-4 años),

b) Número de casos por especie por semana epidemiológica o por mes,

c) Mapa de casos por localidad.

Este análisis de datos nos debe dar información sobre:

a) Localidades afectadas,

b) Dispersión de la transmisión,

c) Identificación de las localidades con transmisión continua y localidades con transmisión

esporádica y localidades clave en la diseminación de la transmisión que deban ser objeto de los

mayores esfuerzos para interrumpir la transmisión.

2. El segundo paso es establecer los posibles nexos en la transmisión de la malaria entre las localidades

(definir las dinámicas de transmisión). Para ello se debe utilizar diferentes fuentes de información:

a) Base de datos nominal o las fichas de investigación para conocer por ejemplo el lugar de infección,

el perfil de los casos (edad, sexo, etnia) y posibles actividades relacionadas con la transmisión de

la malaria en las diferentes localidades,

b) Mapa de carreteras y comunicación entre localidades y con puestos de diagnóstico,

c) Conversación con el equipo de salud que conoce el terreno, la movilidad de la población y

posiblemente las actividades de riesgo de la población,

a) Datos de entomología que orienten sobre los vectores presentes, su comportamiento, criaderos

existentes y resistencia a insecticidas.

Este análisis de datos nos debe dar información sobre:

a) La transmisión de la malaria en las localidades,

b) La relación de la transmisión entre las localidades,

c) La relación de la transmisión con la malaria importada,

d) La relación de la transmisión con las actividades ocupacionales vs domicilio,

e) Aspectos culturales y sociales que afectan la transmisión.

10 Es operativo empezar el análisis a nivel de municipio. Sin embargo, hay que prestar especial atención a aquellos focos que se encuentran en el límite entre municipios. Es necesario identificarlos y trabajar coordinadamente con el/los municipios vecinos para responder adecuadamente e interrumpir la transmisión.

30

3. El tercer paso es delimitar las micro-áreas o conglomerados de localidades en el municipio en

función de las dinámicas de transmisión. Para ello se debe utilizar el análisis realizado en los puntos 1 y

2. El resultado de este ejercicio es que cada municipio tenga un mapa con sus micro-áreas delimitadas.

4. El cuarto paso es caracterizar las micro-áreas en función de la capacidad de la red de diagnóstico

de malaria y las acciones de detección, diagnóstico, tratamiento, investigación y respuesta. Para ello

se debe utilizar diferentes fuentes de información:

a) Mapa de puestos diagnósticos de PDR y de microscopía (unidades de salud y colaboradores

voluntarios),

b) Número de casos sospechosos por tipo de vigilancia,

c) Entrevistas con personal de salud en dirección de salud, en las unidades de salud y en comunidad

d) Diagnóstico de la capacidad local de diagnóstico, tratamiento, investigación de casos, y respuesta

a casos detectados

Este análisis de datos debe dar información sobre:

a) Esfuerzo de la vigilancia por localidad y por tipo de búsqueda: número de casos sospechosos,

esfuerzo de detección en función del riesgo de malaria, sospecha del personal de salud,

actividad de los colaboradores voluntarios, comportamiento de la población (incluyendo

grupos marginales) en acudir a servicios de salud/puestos de diagnóstico, etc.

b) Acceso al diagnóstico y tratamiento (en términos geográficos, financieros, culturales y

administrativos-rotura de stocks).

c) Retrasos en diagnóstico, tratamiento, investigación y respuesta y sus causas.

d) Calidad del diagnóstico, tratamiento, investigación y respuesta (aseguramiento de la calidad,

manejo de medicamentos, prescripciones, adherencia, organización de BRC, aceptación de

mosquiteros o rociado).

5. El quinto paso es confirmar y depurar nuestra hipótesis de transmisión, así como nuestro

diagnóstico de brechas de DTI-R

Una vez identificadas las micro-áreas, se debe visitarlas para seguir depurando el análisis a nivel de

localidad, priorizando las localidades con mayor transmisión (Tabla 7 y figura 7). El objetivo es identificar

otros factores para la optimización de los procesos y reducción de los tiempos entre la detección de casos,

el tratamiento, investigación y respuesta. Para depurar la hipótesis se debe utilizar diferentes fuentes de

información:

a) Observación de la comunidad para conocer tipo de vivienda, condiciones de vida y principales

puntos identificados como criaderos.

b) Entrevistas con casos o familiares de casos y otros miembros de la comunidad para identificar

factores de riesgo de la transmisión y comportamiento en acceder a los servicios de salud.

31

c) Entrevista con agentes comunitarios para conocer sus dinámicas de trabajo y las dificultades a las

que se enfrentan.

d) Entrevista con personal de salud de unidades sanitarias del micro-área para conocer limitaciones

en diagnóstico y tratamiento.

El análisis de la información obtenida debe depurar nuestra información previa sobre:

e) La situación epidemiológica (transmisión de la malaria en las localidades, la relación de la

transmisión entre las localidades, la relación de la transmisión con la malaria importada, la relación

de la transmisión con las actividades ocupacionales vs domicilio, aspectos culturales y sociales que

afectan la transmisión).

f) Confirmar la hipótesis de transmisión en la micro-área.

g) Depurar las brechas en el DTI-R identificadas. Tabla 7. Identificación y caracterización de focos a nivel de la localidad Aspecto Información Actividades Análisis de la epidemiología de la malaria y dinámica de transmisión en la localidad

1) Situación epidemiológica

• Distribución de los casos en la localidad. • Sector con conglomerados de casos, “hot spots”. • Sectores claves en la localidad en la dinámica de

transmisión.

• Visita a sectores con mayor número de casos, sectores identificados como “hot spots”.

• Entrevista a casos o familiares en sectores con mayor número de casos (origen de los casos, acceso al diagnóstico).

• Entrevista con agentes comunitarios (revisión de registros, instrumentos, dinámica de transmisión, tiempos entre inicio de síntomas – diagnostico – tratamiento – investigación. Búsqueda reactiva de casos, búsqueda activa (criterios).

• Visita a principales puntos identificados como criaderos de anofelinos.

2) Dinámica de transmisión

• Relación de la transmisión con otras localidades dentro del foco o con otros focos de malaria en otra área.

• Relación de la transmisión con casos de malaria importada.

• Relación con actividades ocupacionales vs trasmisión domiciliar.

• Relación de los casos con la localización de criaderos.

DTI-R Diagnostico • Agentes comunitarios, localización, roles, estrategia de supervisión, acceso a las localidades.

• Aspectos culturales a tener en cuenta para la provisión oportuna del diagnóstico (demanda de atención, etc).

• Entrevista con agente comunitario. • Revisión de registros del agente comunitario. • Entrevista con pacientes, familiares y otros miembros de la comunidad.

Tratamiento • Tiempo entre diagnostico e inicio de tratamiento. • Disponibilidad del medicamento • Condiciones de prescripción y dispensación. • Medidas para garantizar la adherencia. • Manejo de inventario de insumos. • Aspectos culturales que puedan limitar la oportunidad

y calidad en el tratamiento.

Investigación y Respuesta

• Búsqueda Reactiva de casos: cobertura, oportunidad. • Cobertura por intervenciones de control vectorial. • Aspectos culturales u otros que limitan acceso/uso de

intervenciones de control vectorial.

Resultado esperado • Hipótesis de transmisión de malaria en foco o micro área. • Brechas identificadas en los procesos de “detección, diagnóstico, tratamiento, investigación”. • Propuestas para mejorar el desempeño del agente de salud. • Propuestas para optimizar la búsqueda activa de casos. • Propuesta de intervenciones de respuesta. • Identificados aspectos culturales clave que deban ser manejados para la implementación del DTIR en las

comunidades.

32

4.2. Micro-planificación Una vez definidas y caracterizadas las micro-áreas se realiza la micro-planificación o plan de respuesta para

reducir y eliminar la transmisión en los focos. Se espera que una acción sistemática de detección-

tratamiento- detección de casos adicionales, y las acciones de control vectorial, lleve a que los focos activos

se vayan reduciendo en extensión hasta que la transmisión se interrumpa. Se consideran los siguientes

pasos:

1. Diseñar la red de diagnóstico-tratamiento-investigación-respuesta. Se debe planificar la red de

detección, tratamiento, investigación y respuesta en función de las dinámicas de transmisión y las brechas

identificadas durante la caracterización de las micro-áreas. Se debe establecer los lugares donde debe haber

diagnóstico a través de una búsqueda pasiva o activa: puestos de salud con microscopia o PDR y agentes

comunitarios con PDR (o agentes que toman muestras donde no existan PDR). Las rutas y procesos entre

tomadores de muestras y puestos de lectura deben estar bien definidos. El criterio para planificar dónde

ubicar el diagnóstico es asegurar un diagnóstico oportuno según los tiempos establecidos en todas las

localidades.

2. Implementar los procesos de diagnóstico-tratamiento-investigación-respuesta y monitorear los

resultados. El diagnóstico parasitológico deberá establecerse idealmente en los primeros 2 días del inicio

de los síntomas. El tratamiento deberá iniciarse en el mismo día del diagnóstico. La investigación de caso

con búsqueda reactiva de casos a los primeros 7 días desde el inicio de los síntomas o en los primeros 3

días desde el diagnóstico del caso índice. El seguimiento de los casos (en situaciones de bajo número de

casos) deberá realizarse durante 28 días para asegurar adherencia al tratamiento y detectar resistencias. La

estrategia de control vectorial debe estar claramente definida para contribuir a la interrupción de la

transmisión y prevenir la reintroducción de casos. Los elementos de soporte (capacitación, gestión de

medicamentos e insumos para el diagnóstico, gestión de calidad del diagnóstico, flujos y análisis de

información, supervisión, etc) deberán ser asegurados para permitir que los procesos se sucedan adecuada

y oportunamente.

33

5. Gestión de las acciones de eliminación de la malaria centradas en la eliminación de la transmisión en los focos 5.1. Organización de las acciones de DTI-R en las micro-áreas La organización de las acciones de DTI-R en las micro-áreas va a requerir una clara definición de roles y

funciones de los diferentes actores involucrados y de una buena coordinación entre ellos. Ése debe ser el

punto de partida. En la mayoría de los países de las Américas las acciones de vigilancia y control de la

malaria involucran a equipos de los programas de malaria o de ETVs, las instancias de vigilancia

epidemiológica y los servicios de salud. Determinar los roles institucionales de cada uno es el primer paso

para asegurar una buena respuesta.

a) Organización de la detección pasiva

La detección pasiva de casos debe funcionar adecuadamente en todos los estratos del país.

Independientemente de si el personal del programa de malaria/vectores es el encargado de diagnosticar los

casos de malaria, los servicios de salud deben apoyar y formar parte de la detección pasiva.

El primer paso para que la detección pasiva funcione es tener una clara definición de caso sospechoso. Esta

definición puede variar en función de la transmisión y del personal de salud involucrado (colaborador

voluntario/a, enfermero/a o médico/a) (Tabla 8). Además, el personal de salud debe sospechar malaria y el

diagnóstico debe estar accesible a toda la población. El personal de salud debe saber dónde se dispone de

diagnóstico de malaria para poder orientar al paciente sin retrasos. Es decir, el circuito de atención del

paciente debe estar bien definido y conocido por el personal de salud. Una vez se ha interrumpido la

transmisión, la sospecha de malaria por parte del personal de salud disminuye mucho. Por ello, continuas

capacitaciones son necesarias: hay que asegurar la interrupción de la transmisión, que no se reestablezca la

transmisión (en países o territorios que han eliminado) y prevenir complicaciones y muerte en los casos

importados.

34

Tabla 8. Ejemplos de definiciones de casos sospechoso de malaria en diferentes contextos CONTEXTO DEFINICIÓN DE CASO SOSPECHOSO Alta y moderada transmisión (>3 casos por unidad de salud por semana)

1. Cualquier caso de fiebre (actual o reciente) 2. Anemia, dolor de cabeza, esplenomegalia o malestar general sin otra causa establecida

Baja transmisión (<3 casos por unidad de salud por semana)

1. Fiebre sin foco aparente

Transmisión local interrumpida (cero casos autóctonos)

1. Fiebre o historia de fiebre, sin etiología definida y que refiera al menos uno de los siguientes antecedentes epidemiológicos:

• Que haya viajado a una zona con transmisión activa de paludismo en el último año (extendido a 3 años para las áreas en riesgo de P. vivax).

• Antecedente personal de haber padecido la enfermedad en los últimos 3 años. • Que resida o haya viajado a zonas receptivas de un país.

2. Persona que presente anemia, hepatomegalia y/o esplenomegalia de causa desconocida (con o sin referencia de fiebre) y antecedente de viaje a zona con transmisión de paludismo. 3. Receptores de donaciones de sangre o trasplantes que presenten fiebre sin etiología conocida durante los 3 meses posteriores a la recepción.

Colaborador voluntario/comunitario en cualquier contexto epidemiológico

1. Cualquier caso de fiebre (actual o reciente) 2. Dolor de cabeza, malestar general

b) Organizar el diagnóstico

Para tener un diagnóstico oportuno se necesita primero definir cuáles deben ser los puntos diagnósticos en

función de los diferentes estratos y de las dinámicas de transmisión en los focos. Por ejemplo, en zonas

donde la transmisión se ha eliminado, bajo nivel de receptividad y sin riesgo de importación del parasito,

un diagnostico disponible en las capitales municipales o distritales puede ser suficiente. En zonas con

transmisión, la oferta de diagnóstico debe estar disponible en las comunidades teniendo en cuenta las

dinámicas de transmisión. A nivel local deben implementarse los procesos de gestión de calidad de la

microscopía establecidos a nivel nacional (control directo, control indirecto y supervisión).

Los programas de malaria pueden optar por tener sólo diagnóstico por microscopía o utilizar además

pruebas de diagnóstico rápido (PDR) para zonas menos accesibles o para horarios donde los microscopistas

ya no están en el trabajo (noches y fines de semana). Los circuitos de toma de láminas, recogida, lectura y

comunicación del resultado deben estar bien definidas para evitar los retrasos en el diagnóstico.

c) Acciones para dirigir, orientar, y estimular la demanda

Además de abordar las mejoras en la oferta del diagnóstico es fundamental estimular la demanda. Tanto en

situaciones de muchos casos como de ausencia de casos, el estímulo a la demanda para tener un diagnóstico

temprano debe ser un elemento central de la intervención. Las personas que tienen síntomas de malaria pero

no consultan a los servicios son el segundo punto en la cascada de brechas de atención del reservorio

humano del parásito [24] y debe ser objeto de atención mediante mejoras en la oferta y orientación de la

demanda.

35

Actividades de información, educación y comunicación sobre la malaria, y qué hacer en caso de síntomas

de malaria cuando se vive en una zona endémica o en caso de viaje a zona endémica deben siempre incluirse

en los programas de malaria y en todos los estratos del país. Esto puede evitar la automedicación y los

retrasos en diagnóstico que pueden conllevar a complicaciones del paciente y mantener o introducir la

transmisión en una zona determinada.

La inducción a la demanda no es generalmente abordada como una actividad programática. Con frecuencia

se limita a mensajes de comunicación, muchas veces genéricos, que hacen parte de paquetes de

comunicación con diversos mensajes de otros aspectos en malaria. Dichas acciones no están generalmente

bien concebidas para orientar la demanda. Las acciones de inducción a la demanda deben estar

totalmente sintonizadas con los esfuerzos para solucionar las barreras en la oferta del diagnóstico.

Deben ser mensajes concretos que orienten sobre las rutas de atención organizadas a nivel local, y que

expongan las soluciones que se han adoptado frente a las barreras identificadas11.

d) Organización del tratamiento y del seguimiento de casos

De la misma manera que se necesita definir cuáles deben ser los puntos diagnósticos en función de los

diferentes estratos y de las dinámicas de transmisión en los focos, lo mismo sucede con el tratamiento.

Donde se encuentre el diagnóstico debe también encontrase el tratamiento, particularmente en las

instituciones públicas. En función del estrato se deberá decidir dónde y cuántos tratamientos para casos

simples y complicados deben estar disponibles.

El tratamiento observado y el seguimiento de casos deberá realizarse en función del contexto. Es decir, un

municipio con pocos casos donde los esfuerzos para dar el tratamiento supervisado no afecten el esfuerzo

de la detección de casos, debe asegurar un 100% de tratamiento observado. En un contexto con muchos

casos, pueden explorarse otras maneras de asegurar la adherencia al tratamiento, como la supervisión

parcial o el uso de teléfono. El seguimiento de casos es importante para asegurar la cura de la infección.

Como mínimo, todos los casos de malaria deben realizar una lámina de seguimiento al finalizar el

tratamiento y en el día 28 o 42 (en función de la combinación utilizada). Los países con muy pocos casos,

debido a que va a ser difícil realizar estudios de eficacia terapéutica, la OMS recomienda el seguimiento al

día 0, 3, 7, 14, 21, 28, 35 y 42 (y mensual hasta los 3 meses en el caso de P. vivax o P. ovale-prolongable

hasta 1 año en función del contexto) de manera que la vigilancia terapéutica se integre en los sistemas de

vigilancia rutinarios (además de ser un componente del manejo de casos para asegurar la cura). En el

seguimiento de cada caso, y ante fallas terapéuticas tempranas o tardías, o falla parasitológica tardía, se

recomienda cambiar a la segunda línea de tratamiento. La OMS recomienda cambiar la primera línea de

11 Ejemplos de posibles mensajes: “La prueba de malaria está disponible de forma gratuita en los centros de salud A, B y C de 9 de la mañana a 3 de la tarde”; “Los colaboradores voluntarios tienen pruebas de malaria gratuitas en su comunidad a todas horas: que su trabajo no le impida curarse!; Fiebre y malestar?: busque su diagnóstico de malaria gratuito en todas las unidades de salud”.

36

tratamiento de los protocolos terapéuticos cuando las fallas terapéuticas superen el 10% en los estudios in

vivo [3].

e) Organizar la investigación de casos y de focos

Los países deben determinar quién es el responsable de realizar la investigación de caso y la investigación

de foco, incluyendo la detección reactiva de casos (DRC).

La investigación de caso debe iniciar en los primeros tres días del diagnóstico para orientar la respuesta. El

nivel local debe poder realizar la investigación usando un formulario de investigación estandarizado,

aunque niveles superiores revisen y confirmen la investigación de caso y su clasificación, sobre todo en las

fases cercanas a la eliminación. Los registros de las investigaciones de caso son fundamentales en los

procesos de certificación de país libre de malaria.

La investigación de caso va a realizarse en todos los escenarios. En un escenario 4 con transmisión

importante, ésta va a iniciar y finalizar en el momento de la detección (sea en la unidad de salud o en la

comunidad si ha sido por detección activa) intentado solamente analizar el origen de la transmisión y las

barreras para acceder al diagnóstico. En dicho contexto con muchos casos, tiene particular importancia la

calidad del interrogatorio y el registro de variables clave relacionadas con el lugar de residencia o posible

lugar de infección. El análisis semanal de los datos puede llevar a la identificación de conglomerados de

casos por lugar de residencia o posible lugar de infección que deben desencadenar una investigación en la

comunidad realizando una DRC. El objetivo es identificar nuevos febriles, inducir a la demanda de atención

y identificar brechas en la detección pasiva. Esta acción organizada y sistemática de identificación de

conglomerados casos puede ser uno de los elementos de cambio necesarios en las operaciones actuales en

escenarios con transmisión activa. A medida que el número de casos es menor (3 o menos de 3 casos a la

semana por unidad de salud), se hace más viable visitar la comunidad como parte de la investigación de

caso más detallada y realizar al mismo tiempo la DRC por cada caso. La investigación de caso iniciará en

el momento de la detección y finalizará en la comunidad, intentando comprender la dinámica de la

transmisión. Los países cerca de la eliminación necesitan un comité de expertos que revise todos los

formularios de investigación para confirmar oficialmente la clasificación de cada caso. Esto daría más

confianza al equipo de certificación de la eliminación.

La investigación de foco se realiza con frecuencia al mismo tiempo que la investigación de caso ante un

nuevo foco activo. El epidemiólogo local, los técnicos de malaria y (idealmente) un entomólogo, son los

responsables de realizar las investigaciones de focos. El objetivo principal es determinar si ha habido

transmisión vectorial. La investigación de foco incluye la identificación de las localidades afectadas, su

delimitación, la población a riesgo, las especies vectoras presentes, los criaderos y los factores de riesgo

que contribuyan a la transmisión. Cuando un caso aparece en un foco ya investigado y clasificado, no se

deberá volver a realizar la investigación de foco, la cual se actualizará periódicamente, por ejemplo cada 6

37

meses. Así mismo, frente a un brote en un foco conocido o la detección de una especie de parásito diferente

a la actualidad, se hace necesario actualizar la investigación de foco para detectar nuevos factores que estén

determinando la transmisión.

f) Organizar la detección activa

En el anexo 1 se define con detalle la detección pasiva, proactiva y la reactiva.

La detección proactiva está dirigida fundamentalmente a poblaciones especiales y móviles que

difícilmente acuden a los servicios de salud. Esta búsqueda (en general a febriles) se debe planificar de

manera rutinaria en escenario 4, es decir en zonas con focos activos o residuales, y también en escenario 3

donde hay zonas vulnerables y receptivas.

La detección reactiva forma parte de la respuesta a un caso o a un conglomerado de casos. Significa una

búsqueda adicional de casos una vez se ha detectado uno, debido a la tendencia a que los casos aparezcan

cerca de otros casos. Esa DRC puede, además de detectar más casos y contribuir así a la disminución del

reservorio, sensibilizar a la población sobre la importancia de consultar a los servicios de salud en caso de

síntomas (inducción de la demanda) así como del uso de mosquiteros, y verificar si la población tiene

mosquiteros o si sus casas han sido rociadas. La DRC también se contempla durante la investigación de

foco para determinar la población a riesgo y la extensión de la transmisión.

La manera de organizar la DRC va a variar dependiendo de la carga de la enfermedad y de la receptividad.

El reconocimiento de la zona alrededor de un caso ayudará a identificar la disposición o cercanía de las

casas, si hay vectores presentes y sus posibles sitios de cría. Este reconocimiento debe guiar las

investigaciones entomológicas. Si se encuentran vectores, el equipo de investigación deberá delimitar el

área con riesgo de continuar la transmisión. Esta área delimitada determina la zona donde aplicar el control

vectorial y la detección reactiva. En Anexo 2 se incluyen varios ejemplos que los países pueden utilizar

para guiar dicha búsqueda en función del escenario y de la carga de enfermedad.

g) Rutina semanal de análisis y reorganización de la operación

En el contexto de las Américas, la rutina de análisis de datos debe ser semanal y realizada a nivel local para

poder detectar a tiempo cambios en la transmisión y poder responder adecuadamente (Tabla 9). Cuando

exista personal de malaria y epidemiólogos, lo ideal es que al menos una vez al mes actualicen juntos la

situación de malaria. Parte de la respuesta adecuada consiste en informar al personal de salud de la micro-

área (unidad de salud y colaboradores voluntarios) del resultado de esos análisis para asegurar la alerta

necesaria. Los análisis rutinarios deben incluir:

• Un análisis de los casos sospechosos por especie de parásito, por detección pasiva y activa, por

localidad y por puesto diagnóstico. Este análisis permitirá saber si se mantiene la vigilancia

adecuadamente y quién la está realizando (el equipo de malaria en búsquedas activas o los servicios

38

de salud en búsqueda pasiva), pudiendo tomar las medidas adecuadas para mejorar la operación si

necesario.

• Un análisis del índice de láminas positivas por tipo de búsqueda indica también sobre la calidad

de nuestra búsqueda y sobre la necesidad o no de incrementarla.

• Un análisis de los casos confirmados por lugar de residencia y de diagnóstico. Este análisis

permitirá identificar las localidades con casos, detectar a tiempo brotes de malaria, así como

verificar si nuestras acciones están dando resultado a través de una reducción en el número de

casos. Este análisis se debe completar con un estudio más detallado de los tiempos en el

diagnóstico y la respuesta.

• Un análisis de los tiempos en el diagnóstico y respuesta. Un análisis rutinario de los tiempos entre

inicio de síntomas y realización de prueba diagnóstica, entre realización de prueba diagnóstica y

resultado, entre resultado y tratamiento, entre resultado y BRC puede ayudar a identificar las

debilidades del sistema de salud y por lo tanto reorganizar la operación para mejorar los tiempos.

• El seguimiento de los pacientes después de recibir sus tratamientos es crítico para asegurar la cura

de los casos y levantar alertas sobre problemas relacionados con la efectividad del tratamiento. Tabla 9. Análisis de información a nivel de sectores para mejorar la detección y el diagnóstico

Información Hallazgos Decisiones • Número de casos nuevos por lugar

de residencia, probable lugar de infección y lugar de examen.

• Numero de examinados y

positividad por barrios y por puesto de diagnóstico (microscopia o PRD) dentro del sector.

• Numero de examinados y

positividad según DA vs DP.

• Casos por especie (detección de casos de P.falciparum en condiciones sin transmisión).

• Seguimiento parasitario de los

pacientes.

Identificación de conglomerados de casos, puntos calientes

Aumentar la demanda de servicios por parte de febriles. Reubicar puestos de microscopio o de PDR. Acciones de búsqueda reactiva.

Bajo número de febriles acudiendo por demanda pasiva (unidad, colvol, otros)

Comunicación para orientar la demanda de febriles

Alta positividad en búsqueda pasiva Aumentar la demanda de servicios por parte de febriles. Acciones de detección activa

Bajo número de examinados por detección reactiva con respecto a los casos nuevos

Intensifica DRC

Casos nuevos en sectores en silencio epidemiológico

Acciones de detección activa. Reactivar la detección pasiva.

Identificación de conglomerado de casos o viviendas positivas

Revisar acciones de detección activa

Casos de P. falciparum después de semanas sin casos

Acciones intensificadas de DRC

Fallas terapéuticas Uso de segunda línea de tratamiento. Estudios moleculares de resistencias al anti malárico.

Detección de embarazadas con malaria Garantizar seguimiento Leyenda: DA= detección activa; DP= detección pasiva; DRC=detección reactiva; PDR= pruebas de diagnóstico rápido

39

h) Modelo local de supervisión

El proceso de supervisión del DTI- R a nivel local debe estar bien organizado y sistematizado teniendo en

cuenta los distintos niveles. Las principales acciones de supervisión incluyen:

• Supervisión de los agentes comunitarios o colaboradores voluntarios en sus acciones de búsqueda

pasiva y activa, uso de PDR y toma y envío de láminas. Los colaboradores voluntarios, críticos en

aumentar el acceso al diagnóstico y tratamiento, por su condición de voluntarios ubicados en zonas

de limitado acceso requieren un esfuerzo adicional para asegurar una supervisión continua.

Limitaciones en el transporte pueden condicionar dichas supervisiones, por lo que el personal de

salud va a tener que buscar soluciones de manera creativa y coordinarse con otros programas para

que éstas se realicen.

• Supervisión de los agentes comunitarios en las acciones de tratamiento observado, seguimiento de

pacientes, así como en educación de la población sobre promoción y uso/aceptación de

mosquiteras/RRI.

• Supervisión del personal de salud de las unidades de salud, vital para asegurar una buena búsqueda

pasiva, para conocer el grado de sospecha de malaria y la aplicación de los algoritmos de fiebre

donde la malaria forma parte del diagnóstico diferencial.

• Supervisión del personal de laboratorio para asegurar el mantenimiento de las capacidades y la

buena implementación de los procesos establecidos para la toma de láminas, tinción, lectura y el

envío y recepción de láminas para el control de calidad indirecto y directo.

• Supervisión de los distintos agentes de salud en el manejo y gestión de los antimaláricos y otros

insumos como PDRs.

• Supervisión a todos los agentes de salud en el manejo de la información.

i) Acciones de control vectorial

Las actividades de control vectorial pretenden contribuir a la interrupción de la transmisión y prevenir su

restablecimiento. Entre las acciones de control vectorial, conviene diferenciar aquellas operaciones

planificadas de las acciones reactivas que se desencadenen ante la detección de un caso o un conglomerado

de casos en un área con muy baja transmisión o sin transmisión. En los dos casos se refiere principalmente

a acciones de distribución masiva de MTILD u operaciones RRI.

Toda la población que habite en focos activos y residuales (estrato 4) debe estar protegida de manera

rutinaria con MTILD o RRI (operaciones planificadas) según la existencia de condiciones locales

favorables para el éxito de estas intervenciones.

La decisión sobre si mantener el control vectorial en estrato 3 (receptivo y con riesgo de importación)

dependerá del grado de receptividad y vulnerabilidad. Es decir, en una zona muy receptiva (debido a

presencia de un vector muy competente como An. darlingi) y muy vulnerable (importación de parásitos de

40

zonas endémicas) se necesita mantener la cobertura por intervenciones de control vectorial de una manera

focalizada y selectiva para optimizar el uso de recursos disponibles. El estrato 1 y 2 no requerirá el uso de

control vectorial.

En el contexto de las acciones de investigación y respuesta ante un caso de malaria, si el caso aparece en

un foco activo o residual ya conocido, la población ya debería estar protegida con actividades de control

vectorial [25]. En dicho contexto, la acción de BRC va a ser una buena oportunidad para verificar la última

vez que la casa fue rociada o si se están utilizando los mosquiteros. Si el caso aparece en una zona receptiva

no protegida por MTILD o RRI, la vivienda del caso y los alrededores deben ser rociados o protegidos con

mosquiteros como parte de la respuesta en los primeros 7 días del diagnóstico. Como ya mencionado, el

reconocimiento de la zona alrededor de un caso ayudará a identificar casas y criaderos de mosquitos y por

lo tanto guiará las investigaciones entomológicas para determinar si es necesario y dónde aplicar el control

vectorial y la detección reactiva.

La Tabla 10 resume las distintas intervenciones de tratamiento, investigación y respuesta a ser

implementadas según el escenario.

41

Tabla 10. Actividades genéricas del componente de tratamiento, investigación y respuesta del DTI-R en función del estrato

Escenario 1 (no receptivo)

Escenario 2 (Receptivo, no vulnerable)

Escenario 3 (Receptivo y vulnerable)

Escenario 4 (Transmisión local: focos activos

y residuales)

T disponible en cabeceras.

T disponible en cabeceras. T disponible en niveles locales y en zonas de tránsito/migración.

T disponible en niveles locales

Tratamiento precoz (T inicia a las 24h del D)

Tratamiento precoz (T inicia a las 24h del D)

Tratamiento precoz (T inicia a las 24h del D)

Tratamiento precoz (en primeras 48-72h desde inicio de síntomas).

Seguimiento a todos los casos

Seguimiento a todos los casos Seguimiento a todos los casos Seguimiento a todos los casos (si muchos casos la adherencia debe basarse en orientación adecuada y supervisión parcial)

Investigación de todos los casos

Investigación de todos los casos Investigación de todos los casos Investigación de todos los casos/focos

Vigilancia entomológica en sitios centinelas12

Vigilancia entomológica en sitios centinelas y frente a un caso

Vigilancia entomológica sitios centinelas y frente a un caso

Monitoreo de la vulnerabilidad (influjo de personas de zonas endémicas) y de factores que influyan la receptividad (irrigación, deforestación, etc)

Monitoreo de la vulnerabilidad (influjo de personas de zonas endémicas) y de factores que influyan la receptividad (irrigación, deforestación, etc)

Monitoreo de la vulnerabilidad (influjo de personas de zonas endémicas) y de factores que influyan la receptividad (irrigación, deforestación, etc)

Detección reactiva de casos

Detección reactiva de casos Detección reactiva de casos Detección reactiva de casos

Control vectorial (MTILD y RRI) como respuesta a un caso (si vectores encontrados)

Control vectorial (MTILD y RRI) como respuesta a un caso, si no se realizó previamente

Control vectorial rutinario (en función de incremento en receptividad o vulnerabilidad)

Control vectorial rutinario con altas coberturas de la población en riesgo (MTILD y RRI)

5.2. El ciclo de gestión del DTI-R a nivel municipal La organización de las acciones contra la malaria en los focos (DTI-R) es una acción dinámica que requiere

ser ajustada en función de cambios en la dinámica de la transmisión. En este sentido, la micro-estratificación

y la micro-planificación no son acciones puntuales, sino que son un ciclo de gestión. Frente a un primer

análisis de la situación se propone un paquete de actividades para que el diagnóstico, tratamiento,

investigación y respuesta funcionen adecuadamente para disminuir e interrumpir la transmisión en los

focos. Esta intervención debe ser monitoreada analizando los datos rutinariamente para guiar la respuesta.

En la medida que mejor se conozca las dinámicas de transmisión, las acciones de DTI-R serán mejor

planificadas. Periódicamente, por ejemplo cada 6 meses, la situación en las micro-áreas debe actualizarse

para asegurar que el plan de respuesta sigue siendo adecuado (Figura 7).

12 Esta información debe incluir como mínimo: conocimiento sobre la o las especies de vectores presentes, tener una indicación de sus densidades, comportamiento de picadura, características y localización de los habitas larvarios y el estado de susceptibilidad a los insecticidas en uso

42

Figura 7. Ciclo de gestión en una micro-área

5.3. Elementos de soporte de la estrategia DTI-R Desarrollos programáticos y estructurales a nivel nacional que apoyen el proceso local de vigilancia y

respuesta basado en el acceso oportuno al diagnóstico y tratamiento y las intervenciones básicas de control

vectorial son clave para el éxito de la estrategia. Se trata de consolidar los cambios necesarios del “control”

a la “eliminación” en la plataforma político y estratégica que el país tiene para sustentar la respuesta de

malaria a nivel local y hacerla sostenible para prevenir el restablecimiento de la transmisión. Estos

componentes necesarios de la gestión del programa nacional de malaria son:

• Marco político y normativo para asegurar el acceso universal al diagnóstico, tratamiento y vigilancia

de malaria en los servicios de salud;

• Desarrollo de la red de laboratorio y sistema de control de calidad de la microscopia y PRD;

• Sistema de información y procesos de análisis en los distintos niveles. Incorporación de la vigilancia

de malaria en los procesos de Alerta – respuesta. Gestión de la información de malaria.

• Adquisición y distribución de medicamentos;

• Desarrollo de red de vigilancia entomológica;

• Estrategia de adquisición, distribución y monitoreo del uso de MTILD/ aplicación y monitoreo de

cobertura del RRI y sensibilidad a insecticidas; acciones de control vectorial y vigilancia entomológica;

acciones de entomología en la caracterización de los focos, MTILD, RRI y control larvario si es

apropiado.

5.4. Monitoreo y evaluación Las acciones de lucha contra la malaria deben ser monitoreadas y evaluadas de acuerdo a indicadores, a

cambios en dinámica de transmisión e identificación de conglomerados de casos. En función de ello, el

modelo local deberá ser ajustado.

Se sugiere utilizar los indicadores contenidos en la guía de vigilancia de malaria [3] para monitorear y

evaluar los programas de malaria (anexo 2).

43

Referencias

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3.0 IG: Geneva. 3. World Health Organization, Malaria surveillance, monitoring and evaluation: a reference

manual. 2018: Switzerland. 4. World Health Organization, Global Technical Strategy for Malaria 2016-2030. 2015: Geneva. 5. World Health Organization, T3. Test, Treat, Track. Scaling up diagnostic testing, treatment and

surveillance for malaria. 2012. 6. Cao, J., et al., Communicating and Monitoring Surveillance and Response Activities for Malaria

Elimination: China’s ‘‘1-3-7’’ Strategy. Plos Medicine, 2014. 11(5). 7. Teun Bousema, T., et al., Hitting Hotspots: Spatial Targeting of Malaria for Control and

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44

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2018. 41. Huber, J., et al., Quantitative, model-based estimates of variability in the generation and serial

intervals of Plasmodium falciparum malaria. Malaria Journal, 2016. 15(490).

45

Anexos Anexo 1. Otros conceptos Foco de malaria Un foco de malaria es una “zona definida y circunscrita situado en un área que es o ha sido malárica y en

la que se dan los factores epidemiológicos y ecológicos necesarios para la transmisión de la malaria” [2].

Es decir, un foco incluye todos los componentes que se necesita para cumplir un ciclo de vida de la infección

o parásito sin influencia de factores externos, y considera los criaderos, lugares de alimentación y de reposo

del vector y lugares frecuentados por las personas durante sus actividades, especialmente por la noche. Para

el objetivo de la vigilancia de malaria, el término de foco se refiere a aquellas áreas delimitadas en las cuales

la transmisión persiste durante las últimas fases de la eliminación [3]. A nivel operativo y para evitar

confusión en los países, este documento acepta llamar foco a un grupo de localidades con transmisión de

malaria que tienen las mismas dinámicas de transmisión.

El interés en caracterizar y delimitar un foco es para implementar las intervenciones para interrumpir la

transmisión o prevenir el restablecimiento de la transmisión. Ante un posible nuevo foco, las actividades

de investigación de foco deben iniciarse por el equipo local a los 7 días del diagnóstico del caso de malaria.

Durante este proceso de investigación de foco se recogerán datos de la población con mayor riesgo (definida

a partir de una búsqueda activa de casos y datos rutinarios, entre otros), la presencia de los vectores

responsables de la transmisión y otros factores o condiciones que ayuden a definir la dinámica de la

transmisión.

El nuevo marco de eliminación de malaria simplifica la antigua clasificación que consideraba 7 focos y

propone 3 tipos de foco (Figura A1):

• Activo: se han detectado casos autóctonos durante el año calendario en curso.

• Residual no activo: el último caso autóctono se detectó en el año calendario anterior o hasta 3 años antes.

• Eliminado: sin casos autóctonos por 3 o más años.

Figura A1. Clasificación de foco de malaria

46

Matices a la hora de hacer la investigación de foco:

1. Si hay muchos casos, es más útil identificar localidades que compartan transmisión y hablar de

micro áreas en lugar de focos. En estos casos, el componente entomológico es menos importante

porque ya damos por supuesto que hay transmisión local, aunque puede orientar sobre medidas de

control vectorial. Si un aumento de casos mayor a lo esperado (brote) hay que volver a visitar el foco

para ver qué está ocurriendo.

2. Si hay pocos casos, el concepto de foco malárico tiene mayor relevancia; sin embargo, el concepto

de las micro-areas puede ser útil si hay un grupo cercano de focos o localidades que sea útil abordar

como una unidad operativa para organizar la estrategia de DTI-R. El foco puede ser una única

localidad aislada o varias relacionadas que convenga trabajar de manera conjunta. Si un aumento de

casos mayor a lo esperado (brote) hay que volver a visitar el foco para ver qué está ocurriendo

3. Si aparece un caso en zona no conocida de transmisión (nuevo foco activo), el componente

entomológico sí es importante para que se determine si puede haber transmisión. Le llamemos o no

le llamemos brote, las acciones son las mismas: debería haber alerta por ser una zona nueva de

transmisión.

Con frecuencia, a medida que nos acercamos a la eliminación se observan localidades con 1 único caso de

P. vivax clasificado como autóctono. Eso genera a veces confusión sobre si debe llamarse o no foco activo,

y sobre si realmente se está dando o no transmisión en esa zona. En algunas ocasiones, esos casos podrían

ser recaídas aunque no cumplan la definición operacional utilizada por los países (por ejemplo, porque el

periodo desde primera infección hasta la recaída sea mayor que la que un país considere, o porque esa

primera infección de P.vivax nunca se haya identificado como tal y se haya tratado con antibióticos). Otra

hipótesis podría ser que nos encontremos ante un caso introducido donde no se haya identificado el caso

importado y donde, debido a las acciones de control vectorial en una zona con un vector poco competente,

se ha interrumpido la transmisión. El marco de eliminación de la malaria establece que un único caso

autóctono en una zona en la que se dan los factores epidemiológicos y ecológicos necesarios para la

transmisión de la malaria convierte a la zona en un foco activo. Además, es conveniente que esas localidades

con casos aislados queden identificadas y registradas de alguna manera, y que sean objeto de vigilancia.

Por lo tanto, incluir esas localidades con casos aislados en el registro de focos puede ser conveniente aunque

existan dudas sobre la existencia de trasmisión en dichos lugares.

Investigación de caso La investigación de un caso de malaria es la “recopilación de la información que permite clasificar un caso

de malaria según el origen de la infección, es decir, importado, autóctono, inducido, introducido, recaída

o recrudescente” [2]. Conocer el origen de la infección (localidad donde probablemente se infectó) es

47

particularmente importante cuando los países se acercan a la eliminación y cuando están previniendo el

restablecimiento de la transmisión.

La investigación de casos debe iniciarse en los primeros 3 días desde la notificación del caso confirmado.

Se inicia en el consultorio médico y se finaliza en la comunidad (casa/lugar de trabajo del paciente) cuando

la carga de la enfermedad lo permita. Durante este proceso se recogerán datos personales del paciente, de

la enfermedad actual- incluídos fecha de inicio de síntomas, datos de diagnóstico y tratamiento-,

antecedentes de infecciones previas, viajes realizados, transfusiones recibidas, lugares donde ha pernoctado

el paciente y otras preguntas que ayuden a (i) determinar cómo y dónde pudo haber contraído la infección,

así como (ii) guiar en las acciones de respuesta y contención de la transmisión. La clasificación de casos se

puede ver en Figura A2.

Figura A2. Clasificación de caso de malaria

Detección pasiva, reactiva y proactiva La detección de casos es una de las actividades de vigilancia, involucrando una búsqueda de casos en una

comunidad. Hay varios tipos de detección:

48

Detección pasiva: La iniciativa es del paciente que visita un servicio de salud para diagnóstico y

tratamiento. Es la base de la vigilancia de la malaria y requiere que el personal de salud sospeche o piense

en malaria. La detección pasiva falla si la gente no quiere o no puede acudir a los servicios de salud, la

cobertura de servicios de salud es muy baja o el personal del servicio no está capacitado, no sospecha

malaria o no tienen los insumos.

Detección activa: La iniciativa es del trabajador de salud/agente comunitario que busca el paciente en la

comunidad. Supone un esfuerzo adicional a la detección pasiva. Es importante en áreas en eliminación para

detectar: (i) casos sintomáticos no diagnosticados mediante detección pasiva; (ii) casos asintomáticos que

estén en la comunidad-en contexto de investigación de foco. En general, no se puede hacer detección activa

cuando la carga de enfermedad es alta. Detección activa se divide en proactiva y en reactiva.

• Detección proactiva: se realiza en poblaciones a riesgo (por ejemplo, poblaciones móviles o

comunidades indígenas que no acuden a los servicios de salud), sin haber sido desencadenada por

el diagnóstico de un caso. Se realiza de manera rutinaria por ejemplo cada 1-2 semanas dependiendo

de las capacidades del sistema de salud. Se puede realizar utilizando pruebas de diagnóstico rápido

(PDR) o microscopía, y programar durante épocas de mayor transmisión cuando es más probable

que las recaídas aparezcan. Para que sea exitosa, hay que realizarla cuando la población esté

localizable.

• Detección reactiva: se realiza a partir de la notificación de un caso o de un conglomerado de casos.

El principio de la detección reactiva es el reconocimiento de que, cuando la transmisión disminuye,

existe una concentración de casos (la probabilidad de estar infectado es cinco veces más alta entre

quienes conviven con el caso) [26, 27]. La detección reactiva se puede realizar sólo entre

convivientes, en un radio alrededor del caso índice (por ejemplo, 200 metros si es una zona urbana

o 1-2km si zona rural), o en todo el foco. La detección reactiva también se realiza en el contexto de

una investigación de foco: si el foco es nuevo, la cobertura de la detección debe ser más amplia; si

el foco es conocido, puede ser más dirigida a la población a riesgo identificada. Los objetivos de la

detección reactiva son la contención de la transmisión y la investigación de foco. Como mencionado

anteriormente, para que esta detección sea exitosa, hay que realizarla cuando la población esté

localizable.

49

Componentes del DTI-R DIAGNÓSTICO

Todo caso sospechoso debe ser diagnosticado usando microscopía o pruebas rápidas en las primeras

48 horas desde el inicio de los síntomas. El objetivo del diagnóstico y tratamiento oportuno es reducir la

morbilidad y mortalidad (particularmente debida al P. falcíparum) e interrumpir la transmisión

(particularmente debido a P. vívax) [4, 11]. En el contexto de bajas transmisiones donde pocos casos son

detectados cada año, el objetivo de diagnosticar y tratar en las primeras 48 horas desde el inicio de los

síntomas sigue siendo lo deseable. El acceso universal al diagnóstico oportuno debe ser garantizado

independientemente del número de casos el país esté experimentando. La combinación entre microscopía

y pruebas de diagnóstico rápidas (PDR) puede contribuir a la cobertura universal del diagnóstico en las

zonas remotas, además de evitar una sobrecarga de trabajo en los laboratorios, entendiendo que la

microscopia sigue siendo el “gold standard” [28].

Para conseguir un buen acceso al diagnóstico y tratamiento, especial atención merecen los determinantes

de acceso a los servicios de salud y la calidad de la atención (cobertura y efectividad). Cobertura universal

al diagnóstico y tratamiento significa que toda la población-incluída la población migrante y otros grupos

minoritarios- debe tener acceso a los servicios que necesiten sin que ello suponga un riesgo financiero para

la familia [29]. La extensión y mejora de la calidad de los servicios de salud debe ser promovida siempre

que sea posible. Cuando los servicios de salud institucionales no estén disponibles, el apoyo de los agentes

comunitarios, los servicios de salud móviles y la detección activa de casos debe ser considerada [2, 30].

Debido a que la malaria es una enfermedad humana, sin un adecuado diagnóstico no hay un adecuado

tratamiento, no hay investigación, no hay conocimiento sobre la distribución de la malaria, no hay forma

de estratificar el riesgo, de identificar los focos, no hay orientación para el control vectorial y no hay

respuesta. Vigilancia y respuesta siguen a una adecuada red de diagnóstico. El acceso al diagnóstico sigue

siendo un reto en los países endémico de malaria en las Américas.

TRATAMIENTO

Todos los casos positivos de malaria deben recibir tratamiento apropiado basado en los protocolos

nacionales, empezando el mismo día en que se reciben los resultados de laboratorio. El personal de la

salud es el responsable de proveer el tratamiento adecuado. Cuando la cobertura de los servicios no llega a

toda la población, se deben realizar esfuerzos para extender la red de servicios. Debido a que ello conlleva

su tiempo, los países deben considerar autorizar a los trabajadores comunitarios a prescribir el tratamiento

para evitar retrasos que pueden causar complicaciones y la persistencia de la transmisión [30, 31].

50

INVESTIGACIÓN

La investigación de caso debe ser realizada en los primeros 3 días del diagnóstico. Establecer los

procedimientos para realizar la investigación de caso en el tiempo estipulado es clave. El detalle de la

investigación de caso y el equipo encargado de realizarla variará en función de la cobertura de los servicios

de salud y del número de casos que se presenten en la comunidad. Si hay muchos casos, la investigación

inicia y acaba en el lugar del diagnóstico, y por lo tanto se realiza de forma inmediata. Si hay pocos casos,

la investigación acaba en la comunidad en los primeros 3 días del diagnóstico. La detección reactiva de

casos (descrita en el componente de Respuesta) tiene también un componente de investigación-

investigación de foco- tratando de identificar nuevos casos de malaria que puedan estar ocurriendo en la

comunidad.

RESPUESTA

a) Detección reactiva

Todo caso de malaria o grupo de casos debe generar una acción básica para detectar y tratar oportunamente

otros posibles casos. Esta acción puede iniciarse ya al mismo tiempo que la investigación de caso (en los

primeros tres días del diagnóstico) y siempre antes de los 7 días desde el inicio de los síntomas [3]. Los

servicios de salud locales deben organizarse de tal manera que puedan responder en el tiempo estipulado.

Como mencionado en el punto anterior, la DRC tiene un componente de investigación (detección de casos

en el foco) y de intervención (disminuyendo el número de personas con parásitos). Cada caso de malaria

debe ser investigado, una búsqueda reactiva de sus contactos debe realizarse (primero a los convivientes,

después a los contactos cercanos) y todos los casos positivos deben ser tratados. El nivel y la extensión de

la búsqueda reactiva debe ser dictado por la situación epidemiológica.

Independientemente de si el caso es clasificado como autóctono o importado, una detección reactiva debe

realizarse al menos entre los compañeros de viaje (si el caso es importado) o entre los convivientes del caso

índice si el caso es local (o compañeros de trabajo si se considera que la transmisión ocurre en el lugar de

trabajo) bien sean sintomáticos o asintomáticos. La misma persona que diagnostica el caso índice e inicia

la investigación de caso debe realizar la detección reactiva sin esperar la llegada de un equipo del nivel

superior. En contextos de numerosos casos de malaria a nivel de la unidad de salud (más de 3 casos por

unidad de salud por semana), la investigación y la búsqueda reactiva en respuesta a cada caso pierden

relevancia epidemiológica y pueden significar una carga operacional imposible de asumir. En tales

contextos se considera que el concepto del DTI-R (como esfuerzo programático para detectar más casos)

es igualmente esencial, pero se traduce en un conjunto de acciones sistemáticas de estímulo a la demanda

(familiares o convivientes) y/o operaciones de DRC desencadenadas por la identificación de conglomerados

51

de casos (por ejemplo, solicitando a los pacientes que traigan a los servicios de salud cualquier contacto

que pueda tener malaria, o bien considerar grupos de casos en zonas de mayor prevalencia para realizar la

búsqueda reactiva de casos). Esta DRC contribuye por lo tanto a la vigilancia de la malaria, entendiéndose

como una acción sistemática de análisis de las dinámicas de transmisión y de reconocimiento de

conglomerado de casos que puede llevar a la identificación de brechas en la detección pasiva y otras

medidas que en su conjunto contribuyan a reducir la transmisión.

La detección reactiva debe realizarse usando PDR o microscopía, aunque lo recomendable sería con PDR

para proveer el tratamiento en el campo o lo antes posible. Es importante considerar que en zonas de baja

transmisión, las infecciones con bajas parasitemias son frecuentes y que las formas sanguíneas de P. vívax

tienden a tener parasitemias más bajas que las de P. falciparum [32-34]. A pesar de que las PDR para P.

vivax típicamente tienen un peor desempeño que las de P. falciparum detectando bajas parasitemias, éstas

han ido mejorando de manera que en la ronda 7 sobre el desempeño de las PDR [35], 6 tests presentaron

un 100% de desempeño en bajas parasitemias (200parasitos/µl) comparado con la microscopía.

En un contexto donde hay muy pocos casos de malaria, la investigación de caso, la investigación de foco y

la respuesta debe realizarse de una manera más intensa y más detallada. Varias rondas semanales de BRC

a febriles y afebriles pueden planificarse al momento de diagnosticarse el caso índice para detectar casos

de la misma generación, de la segunda, tercera y posibles periodos de incubación tardíos en caso de P.

vivax. Si muchos casos, una sola ronda a febriles puede ser suficiente (Tabla A1). Al realizar la DRC, el

personal de salud debe aprovechar la oportunidad para sensibilizar sobre la prevención de la malaria

y el uso de mosquiteros tratados con insecticida de larga duración (MTILD) y rociado residual intra

domiciliar (RRI). Tabla A1. Orientaciones sobre cómo realizar la detección reactiva de casos

Contexto Desencadenar Dónde A quién Cuántas veces Muchos casos Conglomerado de

casos. Alto índice de láminas positivas en búsqueda pasiva

Grupo de casas identificadas

Febriles Una vez (si hay capacidad diagnóstica)

Pocos casos-cerca de eliminación

Cada caso (si 1-3/semana por unidad de salud)

Casa del caso confirmado y otras casas vecinas. Compañeros de trabajo/de viaje

Febriles y con síntomas leves. Afebriles en ciertos contextos

Una vez por cada caso. Semanal hasta 30-60 días de negativizado el caso (en función del contexto)

Prevención del restablecimiento

Caso índice Toda la localidad si zona receptiva. Solo compañeros de viaje si zona no receptiva

Febriles, con síntomas leves, afebriles

Semanal hasta 30-60 días de negativizado el caso (en función del contexto)

b) Acciones de control vectorial

Además de la DRC, las acciones de control vectorial son un componente clave de la respuesta frente a un

foco de malaria. Como se menciona en el Marco Conceptual para la Eliminación del Paludismo (1), “una

52

óptima cobertura de MTILD/RRI debe ser asegurada y mantenida en áreas receptivas y vulnerables”. Los

programas de malaria deben asegurar apropiada cobertura de MTILD o RRI, la cual debe ser mantenida

para evitar un rebote en la transmisión de la malaria. Es importante señalar que en condiciones de

transmisión activa se asume que las acciones de control vectorial (IRS o MTILD) han sido

planificadas y las localidades están ya protegidas al momento de una operación de “respuesta” ante

un caso o conglomerado de caso. Significa que no se espera que las acciones de control vectorial en

localidades prioritarias se desencadenen como una operación de “respuesta” ante la ocurrencia de casos. En

situaciones donde la población afectada no esté cubierta y el análisis de situación determine la necesidad

de acciones de control vectorial como parte de la “respuesta”, las acciones de control vectorial deben

organizarse debidamente. Las acciones de DRC no deben retrasarse en función de la organización de

la operación de control vectorial. Los responsables de realizar estas dos respuestas pueden ser diferentes,

además de estar ubicados en distintos niveles. Por lo tanto, y con el objetivo de evitar demoras en la

respuesta, la DRC puede iniciarse inmediatamente con la detección del caso índice mientras se espera la

llegada del equipo responsable de la distribución de MTILD o del RRI para asegurar que toda la población

viviendo en el foco de malaria este adecuadamente protegida.

Para conseguir esa cobertura adecuada de MTILD o RRI, los programas de malaria deberán tener las

herramientas necesarias para realizar una correcta planificación de las necesidades (áreas receptivas y

vulnerables), adecuada selección del producto teniendo en cuenta la información sobre susceptibilidad a

insecticidas de los vectores, adecuados procesos de adquisición y distribución en las comunidades,

promoción del uso así como el monitoreo y evaluación de la intervención. Las Tablas A2 y A3 resumen los

componentes del DTI-R y su operacionalización en función del contexto.

53

Tabla A2. Componentes de la estrategia DTIR Componente Acción Rational

Diagnosticar: dentro de los primeros 2 días desde el inicio de los síntomas

Diagnóstico de casos sospechos con microscopía o PDR.

1. Reducción de las complicaciones y muertes por malaria grave, particularmente de P. falciparum. 2. Interrupción de la transmisión de la malaria, en particular debido a P. vivax. Los gametocitos de P. falciparum aparecen en los primeros 7-14 días desde el primer ciclo asexual, generalmente después de varios días desde el inicio de los síntomas. Los gametocitos de P. vivax aparecen en 1-2 días desde el primer ciclo asexual, generalmente cerca de la aparición de los síntomas [11]. 3. Administrar una dosis única de primaquina, para cualquier infección por P. falciparum, para reducir la transmisibilidad.

Tratamiento: se inicia en el mismo día del diagnóstico

Iniciar tratamiento incluyendo primaquina

Investigación del caso: dentro de los primeros 3 días desde el diagnóstico.

El caso es investigado y clasificado como autóctono, introducido o importado

1. Casos autóctonos e introducidos muestran transmisión local activa. La clasificación de un caso como adquirido localmente (autóctono e introducido) o importado orientará la respuesta. 2. Más de 72 horas para clasificar un caso puede conducir a un retraso en la respuesta, permitiendo que otros casos no diagnosticados completen su periodo de incubación y la generación de gametocitos o que el período de incubación extrínseca de mosquitos sea finalizado.

Detección reactiva de casos: dentro de los siete primeros días del inicio de los síntomas

Detección reactiva de casos en los miembros de la familia y vecinos del caso índice

1. Evidencia de conglomerado de casos particularmente en áreas de baja transmisión [26, 27]. 2. Reducir el reservorio rápidamente, particularmente en un contexto de baja transmisión, donde el equipo de salud no siempre sospecha de malaria. 2. WHO’s Malaria Surveillance, Monitoring and Evaluation: A Reference Manual enfatiza que la “BAC siempre se realiza durante la investigacion epidemiológica de nuevos casos y focos”. 3. Para evitar la infección de mosquitos a partir de la misma generación de casos que el caso índice, perpetuándose la transmisión. Estos casos podrían ya ser sintomáticos en la comunidad o en el periodo de incubación. 4. Prevenir la segunda generación de casos a partir del caso índice. Una vez que el mosquito tomó gametocitos del paciente, un mínimo de 7 días es necesario para que este mosquito sea infectivo, es decir tenga esporozoítos en sus glándulas salivares (período extrínseco). Una vez este mosquito infectivo pica a una persona susceptible, un mínimo de 7 días más se necesita para completar el periodo de incubación en la persona (período intrínseco) y formar parte de la segunda generación de casos [12]. 5. Si un caso se clasifica como importado, el objetivo es encontrar otros casos importados que compartieron con el caso índice el origen de la infección. Casos introducidos no se encontrarán hasta que el mínimo periodo extrínseco de 7 días e intrínseco de 7 días se haya completado y hasta alrededor de 120 días (2 ciclos de transmisión).

Control vectorial Todas las casas en el foco y en las zonas de alto potencial malariogénico deben ser protegidas con MTILD o RRI

1. MTILD y RRI son intervenciones costo-efectivas [36]. 2. MTILD y RRI tienen un mayor impacto reduciendo la capacidad vectorial que otras intervenciones de control vectorial porque reducen el número de hembras de Anopheles, el número de picaduras a humanos por mosquito y la supervivencia de la población de vectores. 3. La nueva guía de control vectorial [37], considera a las MTILD y RRI como acciones de control vectorial prioritarias, el control larvario como complementario y el rociado espacial como No recomendable. 4. Experiencia de países mostró resurgencias en la transmisión cuando estas intervenciones se interrumpieron.

54

Tabla A3. Cómo, cuándo y quién debe implementar los diferentes componentes del DTIR QUÉ CUANDO CÓMO QUIÉN Diagnosticar Pocos y muchos casos

Diagnosticar febriles o con síntomas atípicos con microscopía o PDR

2 días desde el inicio de síntomas

Microscopía o PDR en unidades de salud, agentes comunitarios, colaboradores voluntarios, en puntos móviles o durante búsquedas activas

Personal de las unidades de salud, microscopistas, agentes comunitarios o colaboradores voluntarios

Tratar Pocos y muchos casos Empezar el tratamiento

Mismo día del diagnóstico Prescripción del tratamiento según protocolos nacionales

Personal de las unidades de salud, microscopistas, agentes comunitarios o colaboradores voluntarios

Investigación de caso

Clasificacion de caso Pocos casos Investigación de caso detallada) Muchos casos Clasificación de casos como importado o localmente adquirido (especificando el probable lugar de infección)

3 días desde el diagnóstico Pocos casos Empieza desde el diagnóstico, acaba en visita a la casa Muchos casos Empieza y acaba en el diagnóstico

Pocos casos Empieza con el equipo que ha diagnosticado y acaba con el equipo de epidemiología. Muchos casos Equipo que ha diagnosticado (Personal de las unidades de salud, microscopistas, agentes comunitarios o colaboradores voluntarios)

Detección reactiva de casos

Detección de febriles (y asintomáticos según contexto) alrededor del caso índice. Considerar compañeros de trabajo. Pocos casos Varias rondas semanales empezando cuanto antes, idealmente en los primeros 7 días desde el inicio de síntomas del caso índice. Muchos casos, sin brote Una ronda en los primeros 7 días desde el inicio de síntomas del caso índice. Muchos casos, con brote Una ronda en los primeros 7 días desde el inicio de síntomas del caso índice. Repetir rondas semanales en función de los recursos

Pocos casos Empezar en los primeros 7 días desde el inicio de síntomas del caso índice. Continuar semanalmente hasta los 30 días después de la negativización del casos Considerar rondas mensuales hasta el sexto mes si P. Vivax [38]. Muchos casos, sin brote Una ronda en los primeros 7 días desde el inicio de síntomas del caso índice Muchos casos, con brote Una ronda en los primeros 7 días desde el inicio de síntomas del caso índice. Repetir rondas semanales en función de los recursos

Pocos casos PDR o microscopía. PCR si disponible*. Convivientes y vecinos. Definir radio en función del contexto. Muchos casos, sin brote PDR o microscopía. Convivientes y vecinos, en función de los recursos. Definir radio en función del contexto Muchos casos, con brote PDR o microscopía. Convivientes y vecinos. Definir radio en función del contexto

Pocos casos Equipo de respuesta: Personal de las unidades de salud, microscopistas, agentes comunitarios o colaboradores voluntaries, equipo de control vectorial. Muchos casos Agentes comunitarios, colaboradores voluntarios, visitadores de malaria.

Control vectorial Proteger a la población en focos activos, residuales y en zonas con alto potencial malariogénico con MTILD o RRI

Rutinariamente focos activos, residuales y en zonas con alto potencial malariogénico. Como respuesta a un caso (si zona receptiva y no incluída en las actividades rutinarias).

2-3 ciclos en función del insecticida utilizado. Asegurar durante la investigación de caso y foco que la población está protegida por MTILD o RRI.

Equipo de control vectorial. Equipo de control vectorial.

*Excepcional[2].

55

Anexo 2. Cambios operativos para reducir la transmisión En muchos contextos donde la transmisión de la malaria se mantiene o la reducción se ha estancado, se

debe realizar un cambio en las operaciones y en las rutinas de trabajo para conseguir la eliminación de la

malaria. La pregunta que los equipos de salud deben hacerse es ¿Qué puede hacerse de forma diferente?

Se propone 10 elementos de cambio operativos para revitalizar la lucha contra la malaria y que se resumen

en la Tabla A4:

1. Pasar de la organización de la respuesta en el municipio a la organización de la respuesta en un escenario

más local (foco, grupo de focos). Debido a la heterogeneidad en la transmisión de la malaria en contextos

de moderada – baja transmisión como sucede en las Américas, es necesario un abordaje detallado a nivel

de los focos donde la malaria está concentrada. Las herramientas de análisis, capacidad técnica y

supervisión deben instalarse a nivel local. Esto supone:

a. Definir las micro-áreas y los focos prioritarios al interior de los municipios.

b. Organizar un modelo de gestión basado en que el equipo básico (unidad de salud, agentes de

endemias, agentes de atención básica), implemente la respuesta e incorpore rutinas de análisis de la

situación. El equipo municipal debe asumir procesos de apoyo al modelo de manejo del foco.

2. El objetivo de las operaciones locales es transformar los focos activos en focos eliminados. La

eliminación en el municipio será el resultado de interrumpir la transmisión en cada uno de los focos y la

prevención del restablecimiento de la transmisión una vez se ha eliminado el foco.

3. Fortalecer la capacidad de detección, diagnóstico y tratamiento (especialmente la detección pasiva de

casos). Poner el diagnóstico como la principal prioridad. Sin un diagnóstico adecuado, no hay un

tratamiento adecuado, ninguna investigación, ningún conocimiento de la distribución de la malaria, ninguna

forma de estratificar el riesgo, ninguna manera de identificar el foco, ninguna guía para el control de

vectores, ninguna respuesta.

4. Involucrar a otros actores (incluídos los privados, la comunidad y los actores vinculados con las

actividades económicas clave y los impulsores de la malaria) dentro del municipio local en torno a

soluciones concretas para mejorar la detección, el diagnóstico, el tratamiento y el uso de MTILD.

5. La respuesta a detectar un caso de malaria no termina en el tratamiento. Cada caso de malaria o grupo de

casos debe desencadenar esfuerzos de detección adicionales y los casos relacionados deben ser

diagnosticados y tratados. El momento y la extensión de los esfuerzos de detección serán dictados por la

situación epidemiológica.

6. La detección activa de casos no puede reemplazar las brechas en la detección pasiva de casos,

especialmente en contextos con transmisión permanente.

7. Priorizar la detección temprana de casos sobre otras acciones que consumen capacidad operativa (como

el seguimiento de casos o la supervisión directa del tratamiento) en zonas de alta transmisión.

56

8. Planificar y monitorear acciones localmente adaptadas para orientar la búsqueda de atención de salud

(demanda de atención para diagnóstico de malaria) por las comunidades. Comprender la cultura, las

dinámicas y las redes sociales, y establecer estrategias de comunicación efectivas con mensajes concretos

sobre las rutas para acceder al diagnóstico y tratamiento acompañando a las mejoras en la oferta de

diagnóstico en los servicios de salud.

9. Reducir las recaídas de P. vivax a través de una estrategia integral y sostenible que sea efectiva. Para ello,

los países deben como mínimo registrar las recaídas, asegurarse que se da la primaquina basada en el peso

y dar tratamiento observado o semi-observado.

10. Mantener una buena cobertura con MTILD o RRI en las localidades clave, es decir, aquellas con un

gran potencial malariogénico.

Tabla A4. Cambios en la operación para eliminar la malaria de los focos de un contexto de control a uno de eliminación

Control Eliminación El territorio esta estratificado según el IPA, pero el IPA del territorio (municipio) no determina diferencias en la epidemiologia de la malaria a nivel de focos y por lo tanto no determina diferencias sobre la operación de malaria a nivel local.

Las diferencias en las intervenciones a nivel local están dadas por el nivel de endemicidad (número de casos) en los focos activos, y el análisis de receptividad y riesgo de importación en los contextos sin transmisión.

La operación en el municipio no está dirigida a transformar los focos activos en eliminados. En el mejor de los casos está dirigida a diagnosticar y tratar en el menor tiempo, pero no a eliminar la transmisión en el foco.

La operación deber ir dirigida a interrumpir la transmisión en los focos.

La operación en el municipio no está pensada en los focos. Busca colocar diagnóstico y tratamiento en las localidades, pero no requiere entender la dinámica de transmisión como focos de malaria.

La operación de diagnóstico y vigilancia está basada analizar el conglomerado de localidades como una unidad epidemiológica y operativa, donde la transmisión debe interrumpirse.

Se trabaja en sectores operativos pero no entendiendo la transmisión Se trabaja en sectores operativos, pero interviniendo integralmente a todas las localidades que conforman un foco

El proceso de atención termina en tratar el caso y en realizar seguimiento

La detección de otros casos en torno al caso es una acción clave

Anexo 3. Ejemplos para guiar la detección reactiva y el control vectorial frente a un caso En un contexto de escenario 4 con focos activos y gran número de casos (más de 3 casos a la semana por

unidad de salud), va a ser difícil organizar una DRC por cada caso diagnosticado. Además, tratándose de

áreas de transmisión ya conocida, donde ya hay instauradas acciones para la detección pasiva y activa,

no habrá mucha ganancia epidemiológica en un esfuerzo individual de DRC. En estas situaciones se

proponen dos conductas básicas:

• Sistemáticamente informar a los pacientes sobre la importancia de estimular familiares o vecinos

que tengan síntomas parecidos para acudir a los servicios de salud para realizar un diagnóstico de

malaria.

• Realizar la DRC ante un conglomerado de casos, en lugar de frente a un caso. El lugar donde

realizar la DRC será donde se sospeche que se está dando la transmisión, o en el lugar de pernocta

57

del respectivo conglomerado de personas. Rondas periódicas en función de los recursos disponibles

y de la aparición de casos pueden planificarse. Se realizará alrededor de los casos encontrados

contemplando un radio de 500m si zona urbana y entre 1 y 2 km en población rural dispersa, o más,

si es necesario. La población ya debería estar protegida con MITLD o RRI. Verificar y corregir si

fuera necesario.

En un contexto de escenario 4 con focos activos y menos de 3 casos a la semana por unidad de salud, sí

es posible realizar la DCR frente a cada caso nuevo diagnosticado. El reconocimiento de la zona alrededor

de un caso (alrededor de 500m si área urbana o 2km si área rural) ayudará a identificar casas y criaderos

de mosquitos y a guiar las investigaciones entomológicas. Los resultados de las investigaciones

entomológicas delimitarán la zona donde aplicar la detección reactiva13. La DRC se realizará por lo tanto

alrededor del caso en la zona delimitada de la siguiente manera [39, 40]:

• 1°semana: a toda la población: personas afebriles o con fiebre sin foco evidente (barrido)

• 2°semana: febriles sin foco evidente

• 3°semana: febriles sin foco evidente

• 4°semana: febriles sin foco evidente.

Si durante esas búsquedas se encuentra otro caso, se continuará con las búsquedas semanales hasta

cumplirse 4-8 semanas sin casos. En ambos contextos, se comunicará el/los casos detectados a las unidades

de salud de la zona para que éstas estén vigilantes e intensifiquen su búsqueda pasiva de casos. Es

importante señalar que no existe una única recomendación sobre el radio que debe utilizarse, y con

frecuencia se determinara en función de la experiencia de los países y de los recursos disponibles.

Independientemente del radio que se utilice, lo importante es que haya una buena cobertura. Por lo tanto,

será importante tener el censo de la población y realizar la DRC en los momentos en que la población esté

localizable. La población ya debería estar protegida con MITLD o RRI. Verificar y corregir si fuera

necesario.

En un contexto sin transmisión activa pero receptivo (sea un escenario 4 con focos residuales inactivos

o un escenario 3 o 2), primero es importante indagar sobre el antecedente de viaje reciente a un área

reconocida como endémica de malaria (especial énfasis en las dos semanas antes del inicio de los

síntomas):

13 Por ejemplo, si el reconocimiento y el estudio entomológico identifica una especie vectora con amplia capacidad de dispersión y hábitats larvarios muy alejados de las viviendas (ej: An. darlingi), la DRC deberá cubrir un área mayor a otra en donde la capacidad de dispersión de los vectores sea más limitada y los habitas larvarios estén más cercanos a las viviendas (ej: An. albimanus). En este análisis debe participar un equipo multidisciplinario local, si es posible, con apoyo de niveles regionales o nacionales, compuesto por epidemiólogos, entomólogos y técnicos de campo. Cada situación se debe analizar bajo las condiciones locales.

58

• Si ha viajado, realizaremos la DRC a partir de los 14 días de arribo (considerando 8 días para P.

vivax y 7 días para P. falciparum como periodo mínimo de desarrollo de esporozoítos en el vector,

y de 7 días como periodo mínimo de incubación en el humano) y hasta 30 días después de inicio

de la negativización del tratamiento del caso índice. Vale la pena señalar que un reciente modelaje

muestra que intervalo entre la primera generación de P. falciparum y la segunda es de 49.1 (33.0–

69.0) días[41]; por lo tanto, se puede considerar extender la búsqueda de casos hasta el día 69 desde

el inicio de síntomas del primer caso si posible. La DRC se hará como fue mencionado arriba

(alrededor del caso encontrado y en función del área delimitada a partir de las investigaciones

entomológicas realizadas; en la 1°semana: a toda la población- personas afebriles o con fiebre sin

foco evidente (barrido); en la 2°semana: febriles sin foco evidente; 3°semama: febriles sin foco

evidente; 4°sem: febriles sin foco evidente). Además, se realizará la DRC a todos los compañeros

de viaje y se aplicarán medidas de control vectorial en la zona delimitada. Si la medida es RRI, un

único ciclo será suficiente a no ser que la transmisión continúe por varios meses.

• Si no ha viajado, se realizará la DRC y control vectorial inmediatamente en todas las áreas en las

que haya pernoctado desde los 30 días anteriores a la fecha de inicio de síntomas y hasta los 30 días

de la negativización después del tratamiento. De la misma manera como descrito previamente.

Si durante esas búsquedas se encuentra otro caso, se continuará con las búsquedas semanales hasta

cumplirse 4 semanas sin casos. En esta situación, la búsqueda semanal se hará en los 4 ciclos a febriles y

afebriles. Además, se comunicará el/los casos detectados a las unidades de salud de la zona para que éstas

estén vigilantes e intensifiquen su búsqueda pasiva de casos. Esta intensificación de la búsqueda puede

incluir revisión de historias clínicas buscando fiebre de origen desconocido u otros síntomas compatibles

con malaria como anemia o esplenomegalia de causa desconocida durante los 30 días anteriores al caso

detectado.

En un contexto sin transmisión activa no receptivo (escenario 1), sólo se realizará la DRC a todos los

compañeros de viaje.

59

Anexo 3. Indicadores sugeridos para los programas de malaria N Indicator Numerator Denominator Breakdown Norm or

target Data source

IMPACT 1 Number and incidence

rate (per 1000 population) of malaria cases: • by species, classification, sex, age group; • by source (e.g. imported, indigenous), • by ACD and PCD, •by sector

Number of confirmed malaria cases identified through active and passive surveillance activities over a 1-year period x 1000

Mid-year number of persons at risk for malaria infection during reporting year. When computing national incidence use the population of the whole country.

Geographical area/foci, risk group, ACD versus PCD, age, sex and species When approaching elimination: indigenous, introduced, imported by nationality, induced

Target values to be projected by the programme year by year

Malaria case database. Verification local/national level.

2 Number of foci by classification

Number of foci by classification (active, residual non-active, cleared)

Target values to be projected by the programme year by year

Malaria focus database

3 Number of people and percentage of population living in active foci

Number of people in foci by classification (active, residual non-active, cleared). Number of people living in an active foci

Number of total population in the country

Target values to be projected by the programme year by year

Malaria focus database

4 Number of malaria deaths by species and by imported or locally acquired

Number of malaria deaths by species and by imported or locally acquired

Target values to be projected by the programme year by year

Malaria case database

SURVEILLANCE 5 Annual blood

examination rate by district and focus and by RDT or microscopy

Number of patients receiving a parasitological test over a year

Mid-year number of persons at risk for malaria

Geographical area/foci, risk group, active versus passive, time (year and month)

Without target, based on context. Surveillance follows clear criteria

Malaria case and case detection databases. Verification local/national level

6 Percentage of expected monthly/periodic reports received from health facilities and other service providers (with number of patients tested for malaria and number positive)

Number of periodic reports received from health facilities and other service providers (with number of patients tested for malaria and number of positive)

Number of periodic reports expected from health facilities and other service providers (with number of patients tested for malaria and number of positive)

100% Malaria case and case detection databases

7 Percentage of patients with suspected malaria who received a parasitological test

Number of suspected malaria cases receiving a parasitological test. (Define suspected cases: fever without another diagnosis (FUO), fever+epidemiological link like travel to endemic region)

Number of suspected cases of malaria

Geographical area, type of facility, time (year and month)

100% Routine system, Health facility surveys or community surveys

8 Percentage of cases notified within 24 h of detection

Number of case reports received <24 hours after detection

Total number of malaria case reports

Geographical area/foci, risk group, time (year and month), type of facility

100% Malaria case and case detection databases

60

DIAGNOSIS 9 Percentage of

microscopy results cross-checked by national reference laboratory

Number of positive and negative microscopy results cross-checked

Number of positive and negative results

Microscopy post 100% of positive results 10% of negative results

Reference laboratory database Verification local/national level

10 Percentage of testing laboratories participating in WHO-recommended microscopy quality assurance assessments (direct-NCA and external QA)

Number of testing laboratories participating in QA assessment

Number of testing laboratories

100% Reference laboratory database

11 Proportion of health facilities without stock outs of key commodities for diagnostic testing

Number of health facility without stockouts of key commodities for diagnosis. (In countries with very low cases it will be necessary to define which facilities should have commodities for diagnostic testing)

Number of health facilities that should have commodities for diagnostic testing.

Geographical area, type of facility, time (year and month)

100% Routine and health facility survey

CASE MANAGEMENT 12 Percentage of patients

with confirmed malaria who received first-line anti-malarial treatment according to national policy

Number of patients with confirmed malaria who received first-line antimalarial treatment according to national policy

Total number of confirmed malaria cases

Geographical area, type of facility, parasite species, time (year and month)

100% Malaria case and case detection databases

13 Proportion of detected cases contacting health services within 48 hours of developing symptoms

Number of cases contacting health services (including CHW) within 48 hours of developing symptoms

Total number of passively detected malaria cases

Geographical area/foci, risk group, time (year and month), type of facility

Target values to be projected by the programme year by year

Routine system

14 Median time between onset of symptoms and start of treatment by type of surveillance

Median number of days in which malaria cases received treatment from the start of symptoms

Geographical area/foci, risk group, time (year and month), type of facility, type of surveillance

Target values to be projected by the programme year by year

Routine system

15 Proportion of cases with supervised treatment

Number of cases that received supervised treatment

Total number of confirmed malaria cases

More important for countries with very low cases

100% Routine system

16 Proportion of health facility months without stockouts of first-line treatments

Number of health facility months without stockouts of first-line treatments. (In countries with very low cases it will be necessary to define which facilities should have treatment)

Number of health facility months

Geographical area, type of facility, time (year and month)

100% Routine and health facility survey

INVESTIGATION 17 Percentage of cases

with case investigation and classification

Total number of malaria cases in the national case register with case investigation (and with case

Total number of confirmed malaria cases

Geographical area/foci, risk group, time (year and month), type of facility

100% Malaria case and case detection databases. Verification local/national level

61

classification) within the previous year

18 Percentage of cases with completed case investigation form submitted within stipulated delay

Total number of malaria cases in the national case register with fully completed case investigation forms submitted within stipulated delay within the previous year

Total number of confirmed malaria cases

Geographical area/foci, risk group, time (year and month), type of facility. More important for countries with very low cases

100% Malaria case and case detection databases

19 Percentage of foci investigated

Total number of new foci in the national foci register that have received full investigations within the previous year

Total number of new foci in the national foci register

Geographical area/foci, time (year).

100% Malaria focus database

20 Percentage of foci for which completed investigation form submitted within stipulated delay

Total number of new foci in the national foci register that have received full investigations within stipulated delay within the previous year

Total number of new foci in the national foci register

Geographical area/foci, time (year). More important for countries with very low cases.

100% Malaria focus database

RESPONSE- VECTOR CONTROL 21 Proportion of targeted

risk group sleeping under an insecticide-treated net (ITN) or living in house sprayed by IRS in the previous 12 months

Number of population living in risk areas sleeping under an ITN or living in house sprayed by IRS in the previous 12 months.

Number of population living in risk areas (Define population at risk: population living in active, residual non-active foci or in highly vulnerable and receptive areas).

100% of targeted population

Operations records or household surveys-LQAS

22 Percentage of active and residual non-active foci protected by IRS, by year

Number of active and residual non-active foci protected by IRS, by year

Number of active and residual non-active foci by year

100% of targeted foci

Independent focus surveys

23 Percentage of population living in active and residual non-active foci protected by IRS, by focus and year

Number of people living in active and residual non-active foci protected by IRS, by focus and year

Population living in active and residual non-active foci by focus and year

100% of targeted population

Independent focus surveys

24 Percentage of active and residual non-active foci protected by ITN, by year

Number of active and residual non-active foci protected by ITN, by year

Number of active and residual non-active foci by year

100% of targeted foci

Independent focus surveys

25 Percentage of population living in active and residual non-active foci protected by ITN, by focus and year

Number of people living in active and residual non-active foci protected by ITN, by focus and year

Population living in active and residual non-active foci by focus and year

100% of targeted population

Independent focus surveys

26 Percentage of active and residual non-active foci with activities of larval control.

Number of active and residual non-active foci with activities of larval control.

Total active and residual non-active foci

As per national target, depending on breading sites characteristics

Independent vector survey

62

PROGRAMME MILESTONES 27 Malaria expenditure by

source (domestic, external)

Target values to be projected by the programme year by year

28 Malaria expenditure per capita for malaria control and elimination

Target values to be projected by the programme year by year

Routine reporting

29 Malaria is a notifiable disease within 24 hours

Yes Policy documents

30 Standard operating procedures for all components of surveillance have been prepared, field tested and are in use

Yes Surveillance and routine information systems assessment surveys

31 There is a national reference laboratory for microscopy, with a slide bank and implementation of external quality assurance

Yes Surveillance and routine information systems assessment surveys

32 There is a foci register and if it was updated in the last 12 months

Yes Malaria registers

33 An independent national malaria elimination advisory committee has been set up

Yes Malaria programme reviews

34 A comprehensive report on the elimination programme is prepared annually and shared with all district health offices

Yes Malaria programme reviews

35 The national malaria elimination plan has been approved and endorsed by the minister of health

Yes Malaria programme reviews

36 There is functional inter-sectoral collaboration in all districts concerned

Yes Malaria programme reviews

37 There is an updated list of all public and private health facilities and community health workers who provide malaria diagnosis or treatment

Yes Surveillance and routine information systems assessment surveys

38 Each facility is registered to receive appropriate supervision

Yes Surveillance and routine information systems assessment surveys

Anexo 4. Ejemplo de ficha de caracterización de foco y respuesta