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Edita: Scr. Relaciones Internacionales CGT www.cgt.org.es HISTORIA DEL MTST Movimiento urbano brasileño T ras la crisis que empezó en la década de 1970, cuando miles de trabajadores sufrieron reducción salarial y otros miles perdieron sus empleos, surgieron nuevas ocupaciones masivas de terrenos urbanos que cobraron dimensiones gigantescas al ejemplo de la gran favela de Heliópolis (casuchas de madera, lata y cartón) que aparece en ese periodo. Junto con las ocupaciones se crearon varios movimientos socia- les que luchaban por el derecho a la vivienda y por la reforma urbana, influenciados por organiza- ciones sindicales y políticas que anhelaban la apertura democrática y que exi- gían con sus luchas las elecciones directas, lo que en su conjunto culminó con la aprobación de la nueva carta constitucional de 1989. Esa constitución institucionalizó las eleccio- nes directas, reafirmando los derechos laboristas anteriores a la dictadura militar, y constituyendo una política urbana que dividía la administración de los problemas urba- nos entre la unión y los municipios, donde estos últimos, asumirian un papel central en los siguientes años. Muchos movimientos sociales pasaron a organizarse a nivel nacional y municipal creando centrales de movimientos sociales y ampliando las influencias institucionales como forma de acceder a los beneficios de la nueva ley. No obstante esta municipalización se estableció empujando a los movimientos a una actuación regionalizada siendo que los mismos ya institucionalizados en su origen (por la necesidad de participación política en una lucha contra la dictadura militar) en las décadas siguientes se pautaron por las elecciones municipales. De esta forma, con la posterior elección del gobierno Lula, muchos de los movimientos urbanos (como el CMP, UNLM, CONAM, etc.), empezarian a tener sus líderes ocupando cargos públicos en las administraciones municipales. MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES SIN TIERRA Y OTRAS PERSPECTIVAS En 1996 en un periodo de enconamiento de la lucha campesina en Brasil, los latifundistas se articulaban militar y políticamente a nivel nacional para contener el avance del Movimiento de los sin tierra y de las políticas >>> sigue en la página 2 Textos:

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  • Edita: Scr. Relaciones Internacionales CGT

    www.cgt.org.es

    Historia del MtstMovimiento urbano brasileo

    tras la crisis que empez en la dcada de 1970, cuando miles de trabajadores sufrieron

    reduccin salarial y otros miles perdieron sus empleos, surgieron nuevas ocupaciones masivas de terrenos urbanos que

    cobraron dimensiones gigantescas al ejemplo de la gran favela de Helipolis (casuchas de madera, lata y cartn) que aparece en ese periodo. Junto con las ocupaciones se crearon varios movimientos socia-les que luchaban por el derecho a la vivienda y por la reforma urbana, influenciados por organiza-ciones sindicales y polticas que anhelaban la apertura democrtica y que exi-gan con sus luchas las elecciones directas, lo que en su conjunto culmin con la aprobacin de la

    nueva carta constitucional de 1989. Esa constitucin institucionaliz las eleccio-nes directas, reafirmando los derechos laboristas anteriores a la dictadura militar, y constituyendo una poltica urbana que divida la administracin de los problemas urba-nos entre la unin y los municipios, donde estos ltimos, asumirian un papel central en los siguientes aos. Muchos movimientos sociales pasaron a organizarse a nivel nacional y municipal creando centrales de

    movimientos sociales y ampliando las influencias institucionales como forma de acceder a los beneficios de la nueva ley. No obstante esta municipalizacin se estableci empujando a los movimientos a una actuacin regionalizada siendo que los mismos ya institucionalizados en su origen (por la necesidad de participacin poltica en una lucha contra la dictadura militar) en las dcadas siguientes se pautaron por las elecciones municipales.

    De esta forma, con la posterior eleccin del gobierno Lula, muchos de los movimientos urbanos (como el CMP, UNLM, CONAM, etc.), empezarian a tener sus lderes ocupando cargos pblicos en las administraciones municipales.

    MoviMiento de lostrabajadores sin tierra

    y otras perspectivas

    En 1996 en un periodo de enconamiento de la lucha campesina en Brasil, los latifundistas se articulaban militar y polticamente a nivel nacional para contener el avance del Movimiento de los sin tierra y de las polticas >>>

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  • Materiales Internacionales 13

    viene de pgina 1

  • Historia del MoviMiento de los trabajadores sin tecHo

    sobre coMo la Multiplicacin de los panes coMpleMenta el pan y el circo

    sonas)*. Consisti en un programa que concede a las familias que viven con hasta 100 reales (aproximada-mente 30 euros) ** por persona, al mes, un auxilio promedio mensual familiar de 85 reales (aproximada-mente 26 euros). El beneficio (o me-jor dicho el maleficio) se asemeja a una limosna para las regiones ms pobres del pas, asumiendo un papel en la renta familiar que crea un amor-tiguamiento en el innegable y terri-ble choque que el pueblo sufrira con el gobierno de Lula.

    Mucho se enorgullece el gobierno Lula al referirse a este programa, aun ms en las comparaciones que hace con el conjunto de los gobier-nos, igualmente neoliberales, que lo antecedieron tras la apertura de-mocrtica. El parmetro rector del proyecto poltico del PT, que fue un da la situacin de la clase trabaja-dora, se transform en un esquema de nmeros, estadsticas y premios internacionales por el denominado emprendedorismo social.

    Investigaciones recientes muestran

    lo que el pt prometa de potencialmente progre-

    sista se desvanecera en el tiempo, en las alianzas y en la prioridad de llegar al estado en detrimento

    de la lucha directa de los trabajadores organizados

    que en Brasil hubo en los ltimos 20 aos una cada en los ingresos reales de la poblacin pobre y para-lelamente un aumento de la parcela de la renta familiar que considera los beneficios sociales estatales. Eso significa que las principales polticas sociales del ltimo perodo, elabo-radas por un gobierno dirigido por un partido que hablaba de socialis-mo en su programa en la dcada del 80 con un destaque imprescindible en el proyecto denominado Bolsa Familia, son polticas estructural-mente clientelistas, asistencialistas, paraliza-doras y creadoras de de-pendencia del pueblo en relacin al

    Estado. Un crculo vicioso que solo desfavorece a los trabajadores y que gira en el sentido inverso al de la liberacin de la clase.

    el gobierno del pt, slo se dedic a erigir polticas

    sociales de contencin a base de asistencialismos y de cooptacin, mortferas

    para la lucha de emanci-pacin de los trabajadores

    Por su historia, el gobierno Lula (como otras experiencias de gobier-nos presumiblemente de izquierda en el mundo) est asentado sobre importantes organizaciones que fueron constituidas para que fueran herramientas de la lucha de los tra-bajadores y que hoy solo funcionan por un lado como legitimadoras de la poltica pifia del gobierno a travs de su participacin en la ges-tin democrtica de programas distribuidores de migajas con dis-cursos de mejoras en las condicio-nes de vida del pueblo que podra resumirse en el de las propias vidas (de los dirigentes que participan del banquete democrtico), y por otro, desestimulando siempre la lucha di-recta, convocando al pueblo a creer y esperar apenas mejoras de las pro-miscuas mesas de concertacin.

    Es verdad que la situacin descrita de esta forma parece mostrar un cuadro nebuloso y sombro pero aun existen rayos de luz que nos impul-san a buscar en esta coyuntura para volver a alzar las luchas histricas de los trabajadores por un mundo mejor. Esfuerzos se han realizados, y poco a poco parcelas del pueblo han despertado del hecho de que el gobierno Lula es apenas un go-bierno ms. Las grandes metrpolis con sus millones de cesanteados, sin techo y sin perspectivas, donde, por el alto coste de vida, el Bolsa Familia posee un impacto muy reducido, se

    perfilan como una olla de presin peligrosa. Despus de un perodo de completa confusin, divisiones y repliegues de intentos de replantear los debates fundamentales, la clase trabajadora empieza a estallar des-de diferentes lugares y organizacio-nes. Las ideas de reconstruccin de entes unificadores y clasistas estn reapareciendo en los escenarios de debates y luchas aun de pequeas dimensiones.

    La crisis internacional que camina por los pases derribando capitales como una fila de domins, segura-mente profundizar sus consecuen-cias tambin en Brasil, culminando con una fase de estabilidad que per-miti dar la mejor tajada de la tarta a los ricos y las migajas a los pobres. A los que luchan y buscan los cami-

    el parmetro rector del proyecto poltico del pt se transform en un esquema

    de nmeros, estadsticas y premios internacionales por el denominado em-

    prendedorismo social

    los caminos que pretenden llevar a una revolucin, nos resta preparar-nos para que anticipndonos a la coyuntura, logremos dar respuestas a las necesidades de reorganizacin de la clase, reconstruyendo los la-zos de solidariedad y de esperanza entre los trabajadores y escuchar el poema:

    Est oscuro pero yo canto porque la maana llegar.***

    * Datos oficiales del Ministerio de Desarrollo Social y el Combate al Hambre.

    ** Precio del euro el da 1 de enero del 2009: 1: 3,23 reales.

    *** Poema Madrugada Campesina de Thiago de Melo

  • construyendo la unidad de las lucHas y el poder popular

    Materiales Internacionales 13 Historia del MoviMiento de los trabajadores sin tecHo

    el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) ha asumido un pa-pel destacado en la inicia-tiva de construir un Frente Nacional de Movimientos Urbanos en Brasil. Mientras que la lucha en el campo desarroll organizaciones importantes, como el Mo-vimiento de los Sin Tierra (MST) y la Va Campesina, la lucha urbana permane-ci en la mayor parte de la Amrica Latina desagrega-da y sin unidad. Hay mu-chas batallas en las ciuda-des, sin embargo acabaron dispersndose por la falta de unidad y de un proyec-to poltico popular.

    Por eso, el MTST, la mayor organizacin urbana de Brasil, propuso la construccin de un Frente, involucrando diversos movimientos, por trabajo, transporte, guarderas, viviendas... Y como la unidad debe construirse en la accin, realizamos en este ltimo perodo 3 jornadas nacionales de luchas unificadas, que tuvieron impactos importantes en la coyuntura nacional.

    La primera en diciembre seal el problema de las tarifas de energa elctrica que despus

    de las privatizaciones, el gobierno subi las tarifas de manera intolerable. Existen millones de familias privadas del servicio elctrico por no tener como pagar las cuentas. Organizamos entonces ocupaciones en las oficinas de las empresas concesionarias, as como

    en la agencia del gobierno brasileo que debera regular este servicio. Realizamos ms de 10 acciones en 3 estados del pas. El resultado fue la conquista de una tarifa social, ya garantizada por ley, pero que no era aplicada, para casi 5 mil familias organizadas en los movimientos.

    La segunda jornada en marzo del 2008, fue definida como una jornada de ocupaciones. Fue un da de ocupaciones de terrenos ociosos, edificios pblicos y carreteras por los movimientos populares, en defensa de la vivienda y los derechos sociales. Fueron cerca de 20 acciones, distribuidas en 6 estados del pas, expresando el crecimiento de la articulacin entre os movimientos. nicamente el MTST reuni ms de 7 mil personas en ocupaciones de tierras urbanas ociosas en el pas. El resultado fue la desapropiacin de terrenos por el gobierno y acuerdos para la financiacin de nuevas viviendas. Una lucha victoriosa ms.

    Recientemente en noviem-bre del 2008, efectuamos una tercera jornada. En esta ocasin con el tema

    alza del precio de los ali-mentos y la tentativa del gobierno en hacer con el pueblo pobre pague la cuenta de la crisis mundial. Realizamos entonces en 8 estados del pas, ocupa-ciones simblicas de hi-permercados de la redes Carrefour y Wal-Mart. Las acciones tuvieron repercu-sin y forzaron los merca-dos a realizar donativos de alimentos a los sin techos, adems de provocar un amplio debate en varios segmentos de la sociedad.

    Estas jornadas han cum-plido el papel de dar voz y visibilidad a aquellos a los que el gobierno y los me-dios de prensa se esforza-ron en esconder. Ha forta-lecido la autoorganizacin popular, con autonoma y combatividad.

    Y fueron solamente las primeras victorias de muchas otras que vendrn.

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