N°5. Pensamiento Social en AméricaLatina

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Consejo EditorialP. José Antonio Balanguera Cepeda, O.P. Rector GeneralP. Pedro José Díaz, O.P. Vicerrector AcadémicoP. Luis Francisco Sastoque Poveda, O.P. VicerrectorAdministrativoyFinancieroGeneralP. Carlos Mario Alzate Montes, O.P. VicerrectorGeneraldeUniversidadAbiertaya Distancia -VUAD-Omar Parra Rozo DirectorUnidaddeInvestigaciónyPosgradosFray Javier Hincapié Ardila, O.P. DirectorDepartamentodePublicacionesMaría Andrea López Guzmán Editora

Comité FundadoresLiliana Silva BelloGiovana Rojas MoraPaula Pinilla OrduzMauricio Poveda PinedaCarlos Laverde RodríguezConstanza Gómez Gavilán

Coordinador EditorialGiovanny Forigua Ortiz

Comité EditorialYuri Martínez MolinaCatalina Vargas MayorgaPaula Pastrana MartínezPaola Niño VargasKaren Tovar

Con la participación deColectivo ChibchaColectivo MayaColectivo Pachamama

Corrección de EstiloMaría Amalia García Núñez

Diseño y DiagramaciónJavier Leonardo Trujillo Trujillo

ImpresiónUniversidad Santo TomásDepartamento de Comunicaciones Editorial y PublicacionesBogotá, D.C., Colombia2009

Las ideas aquí expresadas son de exclusiva responsabilidad de los autores

[email protected]@hotmail.com

MOVIMIENTOLIBERTAD DE LAS IDEAS

No. 5

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6 Editorial

Estudiantes en Movimiento

8 Un giro tardo durkheimiano sobre la base de un código binario: una reflexión sobre la disyuntiva de la narrativa histórica en el pensamiento latinoamericano de finales del siglo diecinueve [JaimeOtavo]

12 La consolidación de Estado-Nación en Bolivia [SantiagoJiménezMojica]

16 La liquidez posmoderna y el Movimiento Social Indígena Colombiano [Diana Caro-linaVarónCastiblanco]

21 Una aproximación a la relación entre la sociedad civil y el Estado en América Latina [CarlosAlfonsoLaverde]

25 Los ecos del Sapucay. Consideraciones en torno a la devoción popular por Isidro Velázquez [JuanEstebanGodoy]

Profesional Invitado

33 Lo social en la globalización de América Latina [EsaúRicardoPáezGuzmán]

Entrega Especial

38 Sociólogas y sociólogos para el siglo XXI [GuillermoPáezMorales]

EN

EST

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Opinión en Movimiento

43 El Movimiento Estudiantil Venezolano. Caso Radio Caracas Televisión, presente y futuro [MiguelEspino]

45 Las bases militares en Colombia: una mirada desde el concepto de sobe-ranía [DianaCarolinaCadenaNieto-GinaPaolaForiguaOrtiz]

48 Latinoamérica: “lucha tras lucha” [JoséDaríoPatarroyo]

50 Latinoamérica unida: otro cliché [JohanMendozaTorres]

53 Nacionalismo y Nación en América Latina [FabiánAndrésCaperaGarzón]

57 Los centros de las ciudades latinoamericanas como museos vivientes a propósito de los bicentenarios [DiegoF.MoralesC.]

Construcción Estudiantil en Movimiento

61 Identidades alternas. ¡Todas las voces, todos los temas, discusiones sin límites!!! (Programa radial de la Facultad de Sociología)

62 A propósito del Cine Club [CineClubImago]

Expresión en Movimiento

65 Ensayo sobre el vivir y el sobrevivir [LuisClavijoMoreno]

70 La señora que lucha sus penurias porque aún sigue viva[JuanCamiloLaverdeMoreno]

72 Devaneos [SaraiAndreaGómezCáceres]

73 Veinte casos en un solo escolio [GiovannyJaramilloRojas]

75 Un deseo [PedroNicolásFrega]

75 Una sola moneda[PedroNicolásFrega]

78 No hay razones [PedroCárdenas]

78 Costumbre[PedroCárdenas]

79 Te acuerdas... [MaríaAlejandraDíazAlvarado]

80 Terruño [AlejandroPenagosDíaz]

82 Clasificados

85 Para estar en Movimiento

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Empezando este quinto número la Revista Estu-diantil Movimiento, quisiera, en primera instan-cia, dar a conocer a ustedes todo un proceso de construcción colectiva que durante más de dos años y medio ha venido consolidándose y crecien-do dentro de la comunidad académica, tanto en espacios de la sociología, como en diversas disci-plinas que construyen un pensamiento reflexivo y propositivo dentro de Colombia y en todo el con-tinente.

Es así como en este marco y dentro de un proce-so de reflexión inesperada, nace como temática para este número, elPensamientoSocialenAmé-rica Latina, sentido como un espacio en el cual se destaca la importancia del abordaje de dicha temática, tanto por la coyuntura que atraviesa actualmente en el continente (en aspectos eco-nómicos, políticos, culturales y sociales), como también por la necesidad de entrar a reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro del mis-mo, dejando abierto el espacio para que la comu-nidad académica entre a jugar un papel decisivo en la construcción de América Latina.

La importancia de pensarse, sentirse y ser latino-americano no sólo se enmarca en las diversas cul-turas, perspectivas, nacionalidades y pensamien-tos que se denotan dentro de nuestro continente, si no también, un pasado que puede tender a repetirse en cuanto no se examine, un presente que nos llama a ser cuestionantes, propositivos y transformadores y un futuro en espera de ser construido. Es en este punto, en el que la Revista Movimiento le apuesta a la expresión libre de di-ferentes perspectivas para la construcción en me-dio del devenir contínuo de nuestro continente.

Es así como, en este número encontraremos di-versas formas de expresión sobre la perspectiva latinoamericana, así como la inclusión de una entrega especial acerca de un acontecimiento de gran importancia para la comunidad sociológica, especialmente en Colombia, que es la conme-moración de los cincuenta años de esta discipli-na en nuestro país, teniendo como fin principal el cuestionamiento de cuál ha sido el papel de la sociología en este transcurso, y cómo los jóvenes estamos tomando partido y participando en la contribución de la cimentación activa de la rea-lidad actual.

Queremos agradecer a todas y cada una de las personas que, de una u otra manera, contribuyen para que este esfuerzo se mantenga en pie y siga generando frutos que promuevan la participa-ción, la reflexión y la proposición, siendo fieles a nuestro principal lema, la Libertaddelasideas.

Por ultimo, los invitamos a seguir participando activamente en la conformación de espacios aca-démicos que incentiven la reflexión y el debate, pues son estos espacios los que finalmente pue-den llevar a una reflexión sobre lo que somos, y construir nuevas ideas para el futuro; reiterando que esto sólo depende de cada uno los pensa-mientos, opiniones, acciones que compartamos en comunidad, para generar así una sociedad en la cual la libertad de las ideas sea la premisa fun-damental.

Editorial

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MOVIMIENTO

Objeción posible: sería un error ver en la prolife-ración de discursos sobre Latinoamérica a finales del siglo XIX un simple fenómeno cuantitativo, algo como puro crecimiento proscrito a los proce-sos de independencia. Ya que el hecho de hablar y de escribir y los imperativos que empiezan a ad-quirir esos discursos, reflejo y a la vez parte de la realidad, decantan una preocupación elemental: organizar el “caos” poscolonial que definió nue-vas reglas para el juego de los poderes y el arte de gobernar. Lejos de realizar un minucioso resumen de las principales corrientes literarias que carac-terizan la experiencia de los pensadores america-nos de fin de siglo, el tema que le compete a esta reflexión es el de aproximarse al entendimiento de la disyuntiva que caracteriza el pensamiento latinoamericano del momento. Es decir, nos ubi-camos en un plano de análisis en el que se bus-ca identificar ciertos elementos que dan forma a la estructura misma del pensamiento social que caracteriza tal dualidad, como forma de enten-der una realidad empírica local. En últimas, estos párrafos a continuación podrían reducirse a algu-nos bosquejos o pinceladas torpes que desnuden algunos elementos analíticos, desde los cuales emprenden el angustioso ejercicio de estudiar la manera como se ha intentado comprender el “nuevo mundo” poscolonial1. Se sostendrá a lo

1 Y que vale la pena aclarar, no es propio solo de la época, sino que es trasladable a la manera como se ha intentado comprender en las teorías sociales el nuevo mundo de nuestra época. Vease: Alexander, Jeffrey C. Sociología cul-

largo de esta reflexión que la manera de pensar el momento por el que atraviesa América Latina para fin de siglo, se entreteje por la relación entre historia social y cultural y un distintivo del pensa-miento religioso: el mito.

Emile Durkheim en las formas elementales de la vida religiosa (1993) sostiene la importancia que cumple el componente religioso en la edificación de la organización social. Pues si bien, la creciente especialización y desarrollo de la sociedad reduce el dominio de la religión hasta quedar hacinada a una de las varias representaciones colectivas de la sociedad moderna. Se puede rastrar en los dis-tintivos de lo sagrado y lo profano que continúan estructurando la realidad social, la experiencia re-ligiosa fundamental. De forma tal que, las creen-cias, los mitos, los dogmas o las leyendas en tan-to sistemas de representaciones de la realidad, “expresan la naturaleza de las cosas sagradas, las virtudes y poderes que se le atribuyen, su historia y sus relaciones entre sí y con las cosas profanas” (Durkheim, 1993, p. 82), pero sobre esto volvere-mos más adelante.

Ahora bien, si partimos del hecho que todo pro-ceso histórico necesita una narrativa que en-tendida en términos estructuralistas organice la experiencia en un sistema de signos cuyos signi-ficados son una realidad empírica local. El cam-

tural. Formas de clasificación en las sociedades complejas. Barcelona: Anthropos ED. 2000.

JAIME OTAVOSociología - VIII semestreUNIVERSIDAD JAVERIANA

[email protected]

UN GIRO TARDO DURKHEIMIANO SOBRE LA BASE DE UN CÓDIGO BINARIO: una reflexión sobre la disyuntiva de la narrativa histórica en el pensamiento latinoamericano de finales del siglo diecinueve

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bio de panorama que trajo consigo los procesos de independencia de la primera mitad del siglo XIX, exige a los pensadores del momento producir una estructura significante que erigida con base en una identificación moral y cognitiva de ideas-símbolos, organice la experiencia como un todo significativo y coherente. Una visión geertziana de la ideología, menos una perspectiva evaluativa que un mapa de la realidad encargado de organi-zar y dirigir procesos sociales y psicológicos. Pone de relieve el lugar predominante que tanto el po-sitivismo con sus exponentes más variados, como el modernismo de “nuestra América”, ocupa en la “encarnizada” búsqueda de significado. Desde el cual, vale la pena mencionar, se pueda manio-brar en ese lapso de tiempo de inestabilidad. Di-rectamente, es esta inestabilidad en el ambiente social de la época la que introduce la función mí-tica a la manera de pensar sobre Latinoamérica y da sentido a esas disyuntivas tan sobresalientes. Entendámonos: sin duda, pues, es preciso hacer énfasis en que los procesos de independencia ge-neran cambios, tanto en el panorama como en la sensibilidad de los pensadores del momento, que ven la necesidad de organizar y dar sentido al momento histórico en el que se encuentran me-diante una narrativa moldeada por el ambiente

social. Y es en esa búsqueda de significado que un sistema de representación como el mito permea esas narrativas, precisamente para hallar la forma de operar en ese escenario histórico. La relación historia social-mito empieza a tomar forma.

Esta relación cobra aún más fuerza si se examina al menos en un sobrevuelo general, la expresión del espíritu científico que caracteriza al positivis-mo y la lectura estética y política que propone el modernismo. Y surgida de su frontera, la disyun-tiva, cómplice de la incompatibilidad de sus diver-gencias. Debe reconocerse, no obstante, que esta dualidad se reproduce en varios niveles. Objeti-vidad vs. Emoción, Ciencia vs. Arte, entre otras, pero sin lugar a dudas, va a encontrar en el Ariel su más clara expresión. Ariel se erige como res-puesta emocional e intelectual del pensamien-to y la espiritualidad latinoamericana frente al crecimiento utilitario y la arrogancia imperial de Norteamérica. De ahí que, la figura de Ariel repre-sente los “más altos valores”, como la belleza y la caridad, propios del pueblo latinoamericano y de la cultura mediterránea que lo cobija. Mientras que Caliban evoque la mediocridad y el utilitaris-mo que caracteriza a Norteamérica. La atención despierta Norteamérica se encuentra también en

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los discursos de José Marti, quien enfatiza en la necesidad de desarrollar formas de organización política, acordes con la naturaleza de la gente y la situación particular del continente latinoamerica-no. Un claro entendimiento de esta idea, parafra-seando a Marti, es esencial para quienes gobier-nen Latinoamérica. Precisamente, a partir de esta concepción de buen gobierno, Marti condenó las ambiciones de algunos poderes extranjeros (prin-cipalmente los Estados Unidos) que amenazan la soberanía de Latinoamérica, inclusive aunque para ellos fuera remotamente imposible entender la región y su gente. Volviendo a Marti, “el desden del vecino formidable, que no lo conoce, es el pe-ligro mayor de nuestra América, y urge, porque el día de la visita está próximo, que el vecino la co-nozca, la conozca pronto, para que no la desdeñe. Por ignorancia llegaría, tal vez, a poner en ella la codicia. Por el respeto, luego de que la conociese, sacaría de ella sus manos” (Marti, 2005, p. 38). Esta lectura americanista, como ella misma lo pro-pone, se opone a los universales del pensamiento ilustrado y moderno. A ese utilitarismo, a esa ra-zón mediocre del “apetito de masas” encarnada en el país vecino del norte. De ahí que, Rubén Da-río, aunque envuelto en su desencanto al mejor estilo de Baudelaire, sostenga que: “si hay poesía en nuestra América, ella está en las cosas viejas: en Palenke y Utatlan, en el indio legendario, y en el inca sensual y fino, y en el gran Moctezuma de la silla de oro. Lo demás es tuyo, demócrata Walt Whitman” (Rubén Darío, 2002, p. 70).

Sin duda, es evidente la manera como en la na-rrativa modernista se teje esa dualidad con las premisas puramente científicas del método ra-cional objetivo, y antepone una lectura estética y política, cuyos basamentos son así denominados como los “más altos valores”. Tal cual, la narrati-va positivista reaccionó en su apogeo contra las entidades metafísicas, anteriormente, principio y fin último de la explicación de los hechos sociales. Erigiendo en su contra el orden del método cien-tífico. Pero, sobre todo, lo que quiero señalar es el código binario (sagrado-profano) mítico-poético que ilustra, da sentido e intención el uno al otro y que absorbe por completo, pero en relación con el

punto histórico desde el que se enuncia, es decir, la historia social y cultural, a la narrativa en cues-tión. Y que vale la pena recordar, aparece en los momentos de mayor saturación de inestabilidad. Así, la disyuntiva, Ariel vs. Caliban, América Latina vs. América Sajona, inscritas en un marco de refe-rencia más amplio como lo es el del positivismo vs. modernismo –y que como ya hemos dicho pa-recen reproducirse en varios niveles– maniobran dentro de un núcleo discursivo y mitológico cuya articulación polo sagrado-polo profano reprodu-cidas por el principio de la diferencia, da sentido y organiza mapas de una realidad para lidiar con ella, con esa “crisis” que en términos de Marti, caracteriza el escenario socio-histórico por el que pasa América Latina a finales del siglo diecinueve.

Con la preocupación de encarar la manera como se estructura esta dualidad en el pensamiento y condición de América Latina para finales del si-glo XIX. Hemos señalado la función que cumple un distintivo organizado de la religión, en una ar-ticulación profano-sagrado, sobre la manera de dar sentido a un proceso histórico particular, la condición moderna. Entendida esta última más como conciencia, que ser, pues hemos ingresado inadvertidos y fortuitamente. Este mismo código binario que hace las veces de función mitológica que divide el mundo conocido entre lo profano y lo sagrado, suministrando, así, un referente ní-tido y convincente de cómo maniobrar a lo lar-go y ancho de puntos históricos dramáticos y bifurcadores, que demandan en los pensadores del momento, la necesidad de interpretar las an-gustias del presente y las posibilidades futuras en relación con el pasado imaginado. Es la base que sustenta y da sentido a las disyuntivas que aquí livianamente hemos enunciado. Realmente, de esta breve reflexión se induce que considere necesario, antes que preguntarse por la posibili-dad y peculiaridad de lo que podría denominar-se una teoría social latinoamericana, situarse en un punto de vista que insista tal y como advierte Alexander (2000) en la relación ciencia-ideología, entendida esta última en un sentido geertziano, pues sólo así, se dejará de ver la teoría como un programa netamente científico e inmanente a la

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contemplación trascendental del hombre. Y se pasará a entenderle como un discurso generali-zado, estructurado de forma existencial, del cual hace parte la ideología, y que busca, ante todo, ofrecer una respuesta moral al significado de su tiempo.

BIBLIOGRAFÍA

JEFFREY C., Alexander.Formasdeclasificaciónenlassociedadescomplejas. Barcelona: Anthropos. 2000.

DURKHEIM, Emile. Las formas elementales de la vidareligiosa. Alianza Editorial. 1993.

GEERTZ, Clifford. Lainterpretacióndelasculturas.

Marti, José. Nuestra América. Achurar, Hugo (Comp.). Caracas: Biblioteca Ayacucho. 1891.

Rodó, José E. Ariel. Caracas: Biblioteca Ayacucho. 1900.

Rubén Darío. Estéticadelmodernismolatinoame-ricano. Caracas: Biblioteca Ayacucho. 1896.

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MOVIMIENTO

Los fenómenos de la globalización han genera-do el desmoronamiento de algunas de las con-cepciones con respecto al Estado-Nación, por tal razón “en la literatura sobre la globalización, una preocupación fundamental es la de las repercu-siones de la interconexión mundial en el futuro de la soberanía basada en el territorio, es decir, en el futuro del Estado moderno”1. Esto se demuestra debido a que “a lo largo de los últimos siglos las re-des locales de interacción han mostrado una clara disminución relativa, en tanto las redes a mayor distancia –nacionales, internacionales y transna-cionales– se han vuelto más densas, estructuran-do en mayor grado la vida de las personas”2.

Este fenómeno en el que la soberanía política del pueblo, que se delimita en un espacio territorial claramente definido, característico del Estado moderno, se ha visto restringida en gran parte del mundo por las redes internacionales y transnacio-nales, las cuales atraviesan las fronteras locales y nacionales, penetrando y envolviendo el globo. De esta manera, es posible observar un vuelco en el mundo contemporáneo sobre lo que se co-noce como Estados-Nación, pues “el capitalismo que ahora se ha convertido en global, transnacio-

1 KALDOR, Mary. Las nuevas guerras: la violencia organi-zada en la era global. Traducción de María Luisa Rodrí-guez Tapia. Barcelona: Kriterios Tusquets Editores. 2001. p. 19.

2 MANN, Michael. El futuro global del Estado-Nación. En: Análisis Político, Nro. 38. IEPRI, Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales. UN, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Antioquia, Colombia. 1999. p. 4.

nal, posindustrial, “informacional”, consumista, neoliberal y “reestructurado”, está socavando el Estado-Nación”3.

Asimismo, este fenómeno global afecta directa-mente la identidad nacional, pues a medida que el mundo logra integrarse más por las redes globales en relaciones tecnológicas, sociales y económicas propias del capitalismo, los procesos de autode-terminación de cada individuo toman fuerza y hacen a un lado los procesos colectivos, logrando a su vez que pierda fuerza la legitimidad susten-tada en el pueblo y por tanto la construcción de nación, pues “mediante la tendencia secular a la individualización, se torna poroso el conglomera-do social, la sociedad pierde conciencia colectiva y, por ende, su capacidad de negociación política. La búsqueda de respuestas políticas a las grandes cuestiones del futuro se queda ya sin sujeto y sin lugar”4.

Es así como la pervivencia de los Estado-Nación se muestra en decadencia en la gran mayoría del globo, sin embargo, hay muy pocos Estados que a pesar de lo que sucede globalmente siguen en la construcción de Estado moderno, reivindicando la idea de éste ante el mundo, pues fortalecen sus redes locales, su identidad nacional, demuestran una soberanía política sobre sus territorios y una legitimidad sustentada en el pueblo que lo habi-

3 Ibíd. p. 2.

4 BECK, Ulrich. ¿Qué es la globalización? Falacias del glo-balismo. Respuestas a la globalización. Traducción de Ber-nardo Moreno y María Rosa Borrás. Barcelona: Editorial Paidós. 1999. p. 25.

LA CONSOLIDACIÓN DE ESTADO-NACIÓN EN BOLIVIA

SANTIAGO JIMÉNEZ MOJICAVII semestre UNIVERSIDAD SANTO TOMÁ[email protected]

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ta. Estos procesos que van a contracorriente de lo que sucede globalmente, representan un asunto de gran análisis, pues mientras gran parte de los Estados se alejan de la idea de Estado moderno, otros pocos reivindican la idea de éste.

Es por esto que el caso boliviano comienza a te-ner particular interés, pues “desde que empezó el siglo XXI, presenciamos a través de los medios de comunicación cómo los movimientos sociales bolivianos –compuestos mayoritariamente por indígenas rurales y urbanos– bloquean las carre-teras del país, protagonizan marchas multitudina-rias, asedian los centros de poder, hostigan a las empresas transnacionales e interpelan a la clase política, demandando reformas estructurales en la política y en la economía”5. Es así que es posi-ble dar cuenta de que en Bolivia no se ha perdido la conciencia colectiva y que por el contrario, está más viva que nunca, es así como desde la “guerra del agua“ (2000) se vive un ciclo rebelde que se presenta en torno a la lucha de un contexto neo-liberal que ha producido empobrecimiento sobre los sectores populares de Bolivia, lo que ha per-mitido que la construcción de Nación no sea res-tringida por el dominio de las élites mestizo-crio-llas, las cuales han construido e inventado formas de exterminio cultural, explotación económica y exclusión política de los pueblos indígenas de Bo-livia, relegando durante muchos años la legitimi-dad que se sustenta en el pueblo.

De esta manera, frente a la crisis económica en Bolivia y a las exclusiones étnicas, los movimien-tos sociales en este país tomaron fuerza, derro-cando a dos presidentes en menos de tres años y permitiendo el surgimiento de un líder que es la expresión de la clase social indígena, la cual se encuentra representada por la clase urbana tra-bajadora y por el campesinado y de esta manera “las elecciones presidenciales de diciembre de 2005, tuvieron como principal resultado la victoria

5 CABEZAS Fernández, Marta. Bolivia: Tiempos rebeldes, coyuntura y causas profundas de las movilizaciones indí-genas populares. En: Revista de Antropología Iberoameri-cana, Volumen 41, Madrid. 2005. p. 2.

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de Evo Morales por una mayoría absoluta que le permitió acceder a la Presidencia sin negociacio-nes parlamentarias. Como consecuencia, se han producido cambios sustantivos en la política bo-liviana, que no se limitan al ascenso del primer presidente indígena al gobierno, ni al regreso de la izquierda al poder, después de un cuarto de si-glo, ni al retorno del fantasma del populismo”6, sino que a su vez en este país con el ascenso del Movimiento al Socialismo al gobierno boliviano se ha recompuesto el sistema de partidos, se ha presentado una renovación generacional del lide-razgo político en Bolivia y se han roto códigos es-tablecidos con respecto a la exclusión étnica.

A partir del ascenso de Evo Morales a la presiden-cia, y la conformación de su gabinete de gobierno, se ha liderado un proceso de cambio caracteriza-do por la fuerza que tiene su partido político el MAS (Movimiento al Socialismo); por la naciona-lización de los hidrocarburos, sin establecer una ruptura total con las empresas extranjeras; por la reivindicación de los sectores campesinos e indí-genas. Pero estos acontecimientos y sus efectos políticos han permitido establecer un nuevo prin-cipio hegemónico en Bolivia, “capaz de articular de otra manera las relaciones entre Estado, eco-nomía, política y sociedad en torno de un proyec-to de reforma estatal que cuenta con un innega-ble protagonismo del movimiento campesino e indígena”7.

Adicionalmente, Evo Morales ha llevado a cabo algunas acciones que dan cuenta de la ruptura con el neoliberalismo y neocolonialismo, creando “una revuelta simbólica en las mentes y las per-cepciones de las personas, mucho más visible en el significado que tiene Evo Morales en las con-centraciones indígenas (…) es impresionante lo que pasa ahí, no tiene explicación clásica, el tipo

6 MAYORGA, Fernando. El gobierno de Evo Morales: en-tre nacionalismo e indigenismo. En: Revista Nueva Socie-dad, Nro. 206. www.nuso.org/upload/artículos/3390_1.pdf, noviembre- diciembre 2006. p. 5.

7 Ibíd.

de adhesión, apego y sostenimiento histórico que le dan, los niños, los jóvenes, las abuelas (…) Evo simboliza el quiebre de un imaginario y un hori-zonte de posibilidades restringido a la subalter-nidad de los indígenas”8. A su vez, con acciones concretas como la creación de una nueva Cons-titución Política, Bolivia le otorgó a los indígenas una serie de reconocimientos que nunca antes habían tenido; además de esto, se generó la pro-tección de la hoja de coca originaria y ancestral como patrimonio cultural y como factor de cohe-sión social, pues en su estado natural no es estu-pefaciente; prohíbe la instalación de bases milita-res extranjeras, entre otras leyes aprobadas que buscan el respeto a la soberanía del país.

Otros hechos que marcan una posición en defen-sa del Estado-Nación en Bolivia, se han dado de manera concreta con la culminación del largo pe-riodo de intervención política y de dominación de los Estados Unidos sobre su territorio, por lo cual fueron expulsados los agentes de la CIA del Pala-cio del Gobierno; el Embajador de Estados Uni-dos en la Paz, los agentes de la DEA, debido a que ellos penetraban las instituciones y agencias de seguridad y monopolizaban los servicios de inte-ligencia del Gobierno nacional, y adicionalmente expulsaron a los funcionarios de USAID, porque estaban actuando contra el gobierno nacional. De esta manera, estas medidas llevadas a cabo por el gobierno de Evo Morales se enfocaron en la pro-tección de la soberanía boliviana.

En conclusión, es posible afirmar que el caso bo-liviano como el de otros pocos países en el mun-do reivindica globalmente la concepción frente al Estado moderno, sin embargo, cabe aclarar que para Bolivia este es un proceso nuevo en el que definitivamente para ellos no se reivindica la idea Estado-Nación, simplemente, porque ellos nunca antes habían logrado afianzar uno, pero donde los sectores populares de la clase boliviana com-

8 SVAMPA, Maristella y STEFANONI, Pablo. Memoria, insurgencia y movimientos sociales en Bolivia. Miradas desde la “memoria corta”, las luchas anti-neoliberales. Buenos Aires:. Editorial El Colectivo. 2007. p. 76.

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BIBLIOGRAFÍA

BARBOSA, Octavio. GlobalizaciónydesmedrodelasoberaníadelosEstadosperiféricos:elimpactodelosmalesglobales. Bogotá: ESAP. 2008.

BECK, Ulrich. ¿Qué es la globalización? Falaciasdelglobalismo,respuestasalaglobalización. Bar-celona: Paidós. 1998.

CABEZAS FERNÁNDEZ, Marta. Bolivia: Tiempos rebeldes, coyuntura y causas profundas de las movilizaciones indígenas populares. Revista deAntropologíaIberoamericana. Madrid. 2005.

KALDOR, Mary. Lasnuevasguerras: Laviolenciaorganizadaenlaeraglobal. Barcelona: Kriterios Tusquets Editores. 2001.

MANN, Michael. El futuro global del Estado-Na-ción. En: Análisispolítico, Nro. 38. IEPRI, Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internaciona-les. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Antioquia. 1999.

MAYORGA, Fernando. El gobierno de Evo Mora-les: entre nacionalismo e indigenismo. RevistaNuevaSociedadNro. 206. 2006.

SVAMPA, Maristella y STEFANONI, Pablo. Memo-ria,insurgenciaymovimientossocialesenBolivia.Miradasdesdela“memoriacorta”,lasluchasan-ti-neoliberales. Buenos Aires: El Colectivo. 2007.

puestos en su mayoría por indígenas y campesi-nos, han permitido que se inicie un proceso de consolidación de Nación que ha contribuido a su vez a la construcción de Estado. Por tanto, mien-tras “el ejercicio de la soberanía, último reducto del Estado-Nación, padece los efectos de accio-nes depredadoras de distinto orden en la arena de la Globalización, por cuenta de las formas de poder y regulación del nuevo orden económico mundial (…)”9. Hay Estados que aún con el pro-tagonismo de su pueblo y de los poderes nacio-nales, manejan y direccionan asuntos en defensa de su soberanía y de su identidad, tratando de ir a contracorriente del ritmo de la economía y po-lítica globales, que buscan incubar una nueva he-gemonía mundial. Tal es el caso de la República de Bolivia.

9 BARBOSA, Octavio. Globalización y desmedro de la so-beranía de los Estados periféricos: El impacto de los males globales. Bogotá: ESAP - Escuela Superior de Adminis-tración Pública. 2008. p. 65.

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El siguiente artículo tiene como objetivo central analizar el proceso de consolidación de los grupos indígenas como movimiento social en Colombia, a partir de un breve recuento histórico que nos lleve a centrarnos en la última minga nacional in-dígena, realizada el mes de octubre del año ante-rior. Analizaré bajo la mirada teórica de Bauman qué tanta incidencia tiene este tipo de moviliza-ciones dentro de un contexto en los que la mun-dialización y la globalización han transformado drásticamente varios órdenes establecidos a nivel social, político y económico.

Poder establecer claramente cuál es el cuerpo teórico de Bauman distinguiendo todas sus ca-tegorías, no es un ejercicio sencillo, ya que este sociólogo no teoriza como los clásicos y proba-blemente como ningún otro, pero de todas ma-neras la sociología que propone este autor en las obras que tomé como referencia para la realiza-ción de estas páginas, giran en torno al análisis de la modernidad (que en cierta medida mantenía la ilusión de una solución permanente, estable y definitiva de los problemas) y la posmodernidad que se estructura dentro de un marco en el que la inmediatez y la incertidumbre se inscriben en un proceso globalizante que pasa por encima de los gobiernos y de la soberanía de los estados, a su vez el autor también trabaja la inclinación ética o el compromiso moral de la sociedad frente a este nuevo tipo de órdenes.

Antes de iniciar con el análisis más detallado so-bre el tema, creo conveniente hacer una pequeña contextualización del fenómeno a exponer:

LA LIQUIDEZ POSMODERNA Y EL MOVIMIENTO SOCIAL INDÍGENA COLOMBIANO

DIANA CAROLINA VARÓN CASTIBLANCOSociología - IX semestre UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS [email protected]

Las acciones colectivas de los pueblos indígenas han venido consolidándose desde la década de 1970, posicionándolos como actores políticos que tienen inferencia en las esferas nacionales e internacionales. Los movimientos indígenas tam-bién han contribuido a modificar las concepciones relacionadas con discusiones contemporáneas en torno a derechos, economía, política, desarrollo, participación y democratización, temas de los cuales inicialmente fueron excluidos los indígenas en América Latina y en Colombia.

La primera organización indígena, Consejo Regio-nal Indígena del Cauca - CRIC surge en el año de 1971, convirtiéndose en una señal del auge de la participación política de los pueblos indígenas en la política nacional, por medio de sus propias or-ganizaciones y fundamentándose en un discurso étnico que demandó el reconocimiento no sólo de sus derechos, sino también de sus diferencias y cuya finalidad era insertarse en el Estado y la so-ciedad nacional. Durante estos años, los pueblos indígenas lucharon por los derechos históricos sobre sus territorios ancestrales y por la defensa de su herencia cultural. Estas acciones políticas, permitieron que los movimientos indígenas cons-truyeran nuevas relaciones políticas con mayor capacidad de negociación frente al Estado, los sectores privados, movimientos sociales, y los grupos armados1.

1 VASCO Uribe, Luis Guillermo. Entre Selva y Páramo: vi-viendo y pensando la lucha India. Bogotá. ICAH. 2002.

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Luego del surgimiento de otras organizaciones lo-cales y regionales, se realizó en el año de 1974, el I Encuentro Regional Indígena en el departa-mento del Tolima. Después, en 1980, se llevó a cabo el I Encuentro Nacional, en Lomas de Hilarco (Tolima), donde nació la idea de crear una orga-nización indígena de carácter nacional. Pero sólo hasta 1982 se presentó ante la opinión pública nacional la Organización Nacional Indígena Co-lombiana - ONIC. En este contexto, los pueblos in-dígenas y sus organizaciones lograron consolidar un movimiento social “basado en sus demandas por el reconocimiento de su diversidad étnica y cultural en el Estado colombiano, la autonomía y el control de los territorios y recursos naturales, y la defensa de sus tradiciones”2.

A partir de estas acciones colectivas, el movi-miento indígena ha seguido construyendo espa-cios en donde buscan consolidarse cada vez más como agentes de cambio importantes, para lograr ser reconocidos como un pueblo que exige que le sean respetadas sus tradiciones ancestrales y, sobre todo, su derecho a la vida. En busca de tal reivindicación, los indígenas han realizado varias movilizaciones en el territorio nacional, una de las más representativas fue la minga nacional in-dígena que se convocó el mes de octubre del año anterior.

Las razones de la movilización respondían a cinco puntos fundamentales: el primero, hace referen-cia al número de homicidios de indígenas. Según la ONIC: “Durante los últimos seis años han sido asesinados 1.253 indígenas en todo el país […] cada 53 horas un indígena es asesinado […] y por lo menos 54.000 han sido expulsados de sus terri-torios ancestrales”. Sólo en los primeros 15 días de movilización fueron asesinados 19 indígenas3.

2 ULLOA, Astrid. La Construcción del Nativo Ecológico: Complejidades, paradojas y dilemas de la relación entre los movimientos indígenas y el ambientalismo en Colombia. Bogotá. ICAH/COLCIENCIAS, 2004, p. 45.

3 “Minga nacional de resistencia indígena y popular”. pu-blicado por: Autoridad nacional de gobierno indígena -Organización Nacional Indígena de Colombia. www.

Otra razón es el incumplimiento del Estado con los acuerdos firmados con las comunidades. Un ejemplo representativo es el del pueblo Nasa. El 21 de diciembre de 1991, 20 indígenas, incluidos mujeres y niños, fueron masacrados con la com-plicidad de la fuerza pública en lo que se conoce como la masacre del Nilo. El Estado fue respon-sable de esta masacre y así lo reconoció interna-cionalmente y se comprometió a cumplir con las recomendaciones de la CIDH (Comisión Interame-ricana de Derechos Humanos), en materia de jus-ticia, reparación individual y colectiva4.

Los indígenas se oponen también a una serie de leyes como el Estatuto Rural, el Código de Minas, Leyes y planes de aguas, la Ley de Bosques, im-pulsadas por el gobierno de Uribe, que “optan por favorecer los intereses económicos de entes estatales y multinacionales que contribuyen al despojo territorial”, según la ONIC, estas leyes se oponen al artículo 120 de la Constitución del 1991 que señala: “el aprovechamiento de los recursos

onic.org/comunicados.html? =823 octubre 2008.

4 Tejido de comunicación y relaciones externas para la verdad y la vida, Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca – ACIN. www.nasaacin.org.

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naturales en los hábitats indígenas por parte del Estado se hará sin lesionar la integridad cultural, social y económica de los mismos e, igualmente, está sujeto a previa información y consulta de las comunidades indígenas respectivas. Los bene-ficios de este aprovechamiento por parte de los pueblos indígenas están sujetos a la Constitución y a la Ley”.

A su vez rechazan la política de seguridad demo-crática, el Plan Colombia, la parapolítica, la guerra sucia, la represión, la militarización de la vida so-cial y la criminalización de la protesta. Exigiendo verdad, justicia y reparación integral frente a los crímenes cometidos.

Como último punto, pedían la derogación de toda la legislación de despojo. Las reformas consti-tucionales y legales y las leyes que privan a los pueblos de sus derechos y libertades, siendo re-emplazadas por leyes para la vida y defensa de la soberanía y de los derechos y bienestar de los pueblos. En particular, exigen urgentemente la derogación del Estatuto Rural, Ley 1152 de 2007 que viola abiertamente el Convenio 169 de la OIT, que desconoce los derechos fundamentales indí-genas, destruyendo los derechos campesinos y legaliza los robos de tierras mediante la violencia. Estos derechos a la tierra y a la vida están con-tenidos en la Declaración de las Naciones Uni-

das sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada en septiembre de 2007, firmada por to-dos los países latinoamericanos con excepción de Colombia. Hoy los indígenas también se movilizan por su aprobación en nuestro país5.

En relación con los planteamientos teóricos de Bauman, podemos resaltar varios puntos impor-tantes: el primero de ellos hace referencia a cómo esta movilización nacional de los indígenas se ins-cribe dentro de un contexto en el que la globali-zación y la mundialización de los mercados han hecho que las estructuras sociales que antes se inscribían dentro de un estado sólido ahora sean líquidas, en donde estas ya no perduran en el tiempo y no sirven de marcos de referencia para los actos humanos. En este sentido, lo fluido o lo líquido es una sustancia que no puede mantener su forma a lo largo del tiempo6.

Este tipo de movilizaciones está inscrito en un contexto en el que la globalización y la individua-

5 “La propuesta de los pueblos”. Publicado por: Minga de los Pueblos Territorio de Diálogo, Convivencia y Paz. La María, Piendamó. Octubre 16 de 2008. http://www.na-saacin.org/noticias.htm?x=8925.

6 BAUMAN, Zygmunt. Modernidad líquida. México: Fon-do de Cultura Económica. 2001.

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lización se instauran como pilares esenciales de las nuevas dinámicas que transforman estructu-ras sociales, políticas y económicas en las que los acuerdos económicos pasan por encima de las fronteras y de la soberanía de los estados, hacien-do que, en el caso de los indígenas, las leyes del Estatuto Rural que contempla el Código de Minas, las Leyes y planes de aguas y la Ley de bosques, impulsadas por el gobierno colombiano, favorez-can los intereses económicos de terceros contri-buyendo al despojo territorial del país.

En este sentido, vemos cómo se aniquila la capa-cidad protectora del espacio de estas comunida-des, haciendo que fenómenos como el conflicto armado y los intereses de la élite colombiana en estos territorios generen una “guerra asimétrica, que está hecha a la medida del espacio global, en donde no es el territorio lo que está en jue-go sino el principio mismo de territorialidad y su abolición, a pesar de que por propia voluntad o por omisión, todas las partes ayudan a consoli-dar la nueva extraterritorialidad de la condición humana”7.

Cuando los indígenas o cualquier movimiento social se moviliza alzando su voz de protesta, en Colombia la represión de las luchas sociales se hace evidente, las manifestaciones y las marchas son el medio proverbial de la protesta ciudadana y, sin embargo, son objeto de restricciones que no siempre son justificadas. Las secretarías de go-bierno niegan permisos por un excesivo celo en la defensa del espacio público o por no efectuar los sencillos arreglos alternativos. En otros casos son demasiado visibles los “robocops” (policías antimotines) y las máscaras antigás. O, aún, en ocasiones también se inducen o toleran actos de provocación u hostilidad contra los marchantes8.

7 BAUMAN, Zygmunt. La sociedad sitiada. México. Fondo de Cultura Económica.2002

8 PNUD. El conflicto, callejón con salida. Informe nacional de desarrollo humano Colombia - 2003. Cap. 16: Redes-cubrir la política: votos en vez de balas. 2003 p. 379.

Otro punto que debemos tener en cuenta es cómo los medios de comunicación hicieron el cu-brimiento de la minga indígena, en este sentido, también encontramos relación con la teoría de Bauman, en la medida en que como bien lo plan-teaba en su libro Lasociedadsitiada: “El mundo es como se ve en tv” porque si la televisión guía al mundo es porque lo sigue y si es capaz de disemi-nar nuevos patrones de vida, es porque reprodu-ce esos patrones según su modo de ser”9.

Los medios de comunicación empezaron a registrar la minga como una movilización que con los días iba creciendo en cuanto al número de participan-tes, alarmando a las autoridades que esperaban que no se presentaran bloqueos en las vías que perjudicaran la “seguridad” y la movilidad de los colombianos, y para evitar que esto sucediera, la fuerza pública intervino y los principales medios de comunicación registraban la noticia de los enfrenta-mientos entre los indígenas y la fuerza pública, “mos-trando” cómo los indígenas atacaban a los policías.

Cuando la realidad del asunto para los indígenas era totalmente diferente, y era la fuerza pública la que atacaba de una manera inconmesurada a es-tas personas, quienes estaban defendiendo unas propuestas que la gran mayoría no conoce, por-que lo medios de comunicación parecen trans-mitir una sola versión de los hechos. Lo que sí se mostraba era cómo el Estado acusaba a los indí-genas de ser “terroristas” y de atentar contra la seguridad de los colombianos, muchos ejemplos de estas acusaciones las pudimos ver en varias declaraciones hechas por el Presidente y sus mi-nistros, en las cuales denominaban las acciones de los indígenas como terroristas.

Respecto a esta situación lo que vemos es cómo en términos de Bauman los políticos no pueden correr el riesgo de aventurarse bajo la” superfi-cie” de los asuntos en los que se encuentra la raíz principal de la situación. Si no que por lo general:

9 BAUMAN, Zygmunt. La sociedad sitiada. México. Fondo de Cultura Económica. 2002.

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La doxa, el credo común sobre el que no se re-flexiona,peroquedécolora todareflexión,es lasituaciónendondelospolíticossesientenasalvocuandomantienensudiscursopúblicoalniveldeloqueNickLeellamórecientementela“inescrutableclaridad”:Unacertezaquepasacomotal,siemprey cuando se laanuncie lo suficientemente rápidocomoparaescapardetodoanálisis10.

El cubrimiento de los medios de comunicación frente a esta situación nos corrobora, en términos de Bauman, que los acontecimientos sirven para demostrar que la escena pública es para mirar y disfrutar, no para actuar, ya que nosotros nos constituimos en los espectadores de lo que ve-mos, más no en actores y, aunque probablemen-te podamos sentir algún tipo de culpabilidad al no involucrarnos en una situación como la que he-mos planteado en estas páginas, la misma estruc-tura social nos brinda dos elementos para liberar al sujeto de la carga de la responsabilidad moral: el mercado y el Estado, donde el primero promue-ve la visión de que la elección del consumidor es la única elección que cuenta, ya que sólo ésta po-dría acumularse para lograr la felicidad humana. Y el segundo tiene como responsabilidad socorrer, de esta manera el Estado y el gobierno nublan la realidad de la condición moral de la sociedad11.

Para concluir, sólo me resta decir que al estar vi-viendo en una sociedad líquida, que no presta atención a este tipo de fenómenos y donde “el mundo es como se ve en Tv”, no sólo los indíge-nas, sino muchos movimientos sociales luchan por que sus voces y sus pasos no queden en el olvido. Toda esta apatía que genera este tipo de movilizaciones en algunos sectores, no es culpa solamente de los medios de comunicación o del gobierno, la sociedad civil, el colombiano de a pie y nosotros mismos, también, a veces somos responsables de dejar que las cosas pasen como vienen porque no nos afectan directamente. Pero los indígenas han demostrado que a pesar de ser

10 Ibíd., p. 203.

11 BAUMAN, Zygmunt. Ética posmoderna. Argentina: Si-glo Veintiuno Editores. 2006.

unos de los más afectados por las dinámicas que se imponen en esta estructura, ellos se conjugan como una fuerza importante para mostrarnos de diferentes maneras, que a pesar de todo, no todo está perdido y que seguirán defendiendo sus de-rechos a pesar de toda la adversidad.

BIBLIOGRAFÍA

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VASCO, Uribe, Luis Guillermo. EntreSelvayPára-mo:viviendoypensando la lucha india. Bogotá: ICAH. 2002.

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SOCIOLOGÍA

América Latina se puede definir como una com-binación de experiencias en lo referente al desa-rrollo de la democracia que ha estado dramática-mente interrumpida por diversas coyunturas en el orden de lo político, económico y social, de tal manera, puede ser difícil e inconveniente intentar realizar un panorama que intente homogenizar las particularidades que han caracterizado a cada Estado latinoamericano, en cuanto al proceso de consolidación democrática se refiere, pero si algo es necesario tomar en cuenta como puente de conexión en la región, es el pasado con una dolo-rosa historia de conquista que rompió el proceso histórico y que se mantiene con las intervencio-nes al servicio del mundo occidental, lanzados a la modernidad europea. Desde este momento los estados latinoamericanos han perseguido los ideales de la modernidad, siguiendo la visión del mundo desarrollado como marco de referencia.

Después del periodo de la Conquista en todo el territorio de América Latina se han propuesto di-ferentes alternativas políticas, pero ninguna pa-rece orientada hacia un proceso democrático, si bien es cierto que las pesadas dictaduras parecen haber acabado, el pueblo de América Latina tiene una fuerte persistencia institucional, anclada en una sociedad machista y autoritaria que se ha in-tegrado de esta forma al mercado mundial.

La solidificación de la democracia en América Lati-na no se puede basar sólo en procesos netamen-te burocráticos, se deben abrir los espacios para que los actores sociales participen tanto a modo

UNA APROXIMACIÓN A LA RELACIÓN ENTRE LA SOCIEDAD CIVIL Y EL ESTADO EN AMÉRICA LATINA

CARLOS ALFONSO LAVERDESociología - X semestreUNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

de fiscalización como de oposición. Ésta sería la forma de legitimar un orden democrático en un momento en el que las leyes del capitalismo se han impuesto con gran intensidad.

Después de las dictaduras, en los ochenta en América Latina surgió un nuevo aire en búsque-da de la democracia, pero ya para este momento los conflictos sociales se habían agudizado, por un problema nuevo: la deuda externa que había aco-rralado a los países de América Latina.

La implantación de regimenes democráticos en América Latina surge con el desmantelamiento de la propuesta de Estados desarrollistas que se habían planeado como un proceso de moderni-zación para la región, con la capacidad de planea-

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ción en una industrialización tardía. Este modelo no fue capaz de romper con las clases dominantes tradicionales, con teorías económicas orientadas por la CEPAL que alinearon gobiernos democráti-cos y autoritarios, sustentando un imaginario de progreso y democracia:

Se trataba de un proceso de desarrollo que bus-caba absorber las diferentes tensiones por medio del progreso industrial y de la promesa de garantía de movilidad social ascendente para los sectores urbanos, manteniendo intocable la estructura de explotación de la tierra y del trabajo en el campo (Fleury, 2004, p. 63).

Esta inclusión política de los trabajadores generó alienación a esta clase impidiendo la formación de autonomía e identidad, desarticulando los procesos de asociación y de auto-reconocimiento, como clase portadora de intereses homogéneos. Esta política transformó los beneficios sociales en privilegios, desarrollando una política clientelista y aumentando el fenómeno de exclusión social. El periodo caracterizado como desarrollista afectó gravemente la gobernabilidad, entendida como la eficiencia institucional con la articulación de intereses sociales (Fleury, 2004). Estos problemas trajeron como consecuencia nuevos movimientos sociales, ONG y demás formas de asociación, que buscan autonomía y menor control estatal.

En América Latina existe una desarticulación y fragmentación social, política y cultural, impidien-do una identidad histórica, sin una ética propia de los actores sociales. Las asociaciones gremiales subalternas carecen de reconocimiento, se les ve con temor y en muchas ocasiones son víctimas del uso de la fuerza del Estado. “En América La-tina, particularmente, las clases dirigentes, los partidos y el Estado utilizan todos los medios a su alcance para lograr la subordinación política de los gremios o de los trabajadores o si esto no fue-ra posible, para dividirlos y destruirlos” (Restrepo, 2004, p. 8).

La cooptación por parte del Estado de estos acto-res sociales promueve las acciones al margen de la institucionalidad, buscando participación direc-ta en la vida pública, siendo la forma como sur-gen los movimientos sociales que según Restrepo (2004) son gremios en formación, pero que aún carecen de una identidad propia, que expresan una necesidad común no reconocida. Estos han sido considerados transitorios, poco duraderos, sin embargo, en América Latina se puede hablar de una institucionalización de la para-institucio-nalidad de los movimientos sociales, debido a su persistencia por el profundo desgaste de los par-tidos políticos, en los que se busca una actuación en la escena pública.

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La creación de movimientos sociales en América Latina es relevante debido a que la búsqueda de la democracia no sólo puede venir del Estado y de los partidos políticos, siendo a su vez la expresión de una participación más activa en la sociedad civil.

El surgimiento de este fenómeno tiene fuertes causas históricas, teniendo en cuenta que el pue-blo de América Latina ha sido heredero de una cultura autoritaria, surgiendo los movimientos en contribución al desdibujamiento de esta cultura popular, naciendo actores sociales autónomos, con poder propio, que tienen una forma más de-mocrática, expresado por las necesidades direc-tas de las clases subalternas.

Los movimientos sociales son fundamentales en la consolidación de la sociedad civil, ya que junto a los gremios constituyen una identidad de clase y en los partidos pluriclasistas consolidan su pro-yecto. Esta relación entre gremios, movimientos y partidos vincula a la sociedad civil y al Estado, una relación que sólo escucha actores sociales, los in-dividuos sólo sirven como aporte a la legitimidad del Estado, podríamos decir de esta forma que el ciudadano moderno es un ciudadano colectivo, actuando por la satisfacción de sus demandas.

La democracia en América Latina ha sido contra-dictoria: con un modelo capitalista que promueve la desigualdad y excluye a una parte de la pobla-ción. Una región paradójica en la que convive la democracia, la pobreza y la desigualdad, lo cual cuestiona el papel del ciudadano, o mejor, de quien puede ser ciudadano, dentro de este siste-ma orientado por el mercado, como lo dice Fleury “La ciudadanía es un presupuesto, una hipótesis jurídico-política igualitaria inscrita como necesaria en una sociedad, pero su concretización material es producto de las relaciones de lucha entre las diferentes clases y actores sociales” (2004). Den-tro de este marco de paradojas, la democracia y en sí la gobernabilidad se sustenta en los resulta-dos macroeconómicos, presentándose como una opción viable en el desarrollo, asimismo, como se da una incorporación de la ciudadanía a la comu-nidad política y al mercado, pero se mantiene la

alta concentración de la riqueza y como conse-cuencia de la exclusión social, existe legitimidad de los gobernantes, mediante un acuerdo nacio-nal, pero se mantiene dependencia de actores ex-ternos, especialmente por la financiación externa que limita la autonomía de los Estados.

El desarrollo y las políticas que se han tomado en América Latina desde los ochenta, han lastimado fuertemente la democracia, siendo la deuda ex-terna el más grande obstáculo que ha impedido el progreso económico y con esto el proceso de redistribución, en términos de Boron en América Latina “…los pobres se convierten en indigentes y los ricos en magnates, sucumbe la libertad y la democracia” (Boron, p. 234).

La democracia en América Latina sigue con el mismo dilema que se ha planteado en el mundo desde la creación de los Estados nacionales. Es la contradicción y a la vez la convivencia con el siste-ma capitalista. Sin duda, las reformas sociales en América Latina han traído grandes cambios, pero con el tiempo han caído de nuevo en la rutina, en la cotidianidad de la reproducción del capital.

El Estado en América Latina requiere de grandes reformas sociales, bajo el manto institucional, con una fuerte participación ciudadana, pero esta reforma requiere además capital para promover esta distribución, pero no está disponible por cuenta de la deuda externa que mantiene sub-yugados a los países latinoamericanos, limitan-do sus políticas internas y dificultando aún más el proceso de democratización. Es necesaria una desprivatización del Estado, en la cual la sociedad civil tenga más protagonismo e impulse las refor-mas sociales.

Si bien, América Latina atraviesa por una fuerte crisis que se plasma en todas las esferas de la so-ciedad, se suma a esto que los partidos políticos y el Estado atraviesan por una crisis de represen-tatividad y legitimización, los movimientos socia-les y las organizaciones de la sociedad civil toman fuerza, “Es como si la sociedad, no suficiente-mente representada en los partidos o demasiado

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absorbida por los Estados, se levantara y quisiera representarse directamente a sí misma” (Restre-po, 2004, p. 1). La unión entre movimientos socia-les, partidos políticos y Estado es necesaria para que no se desvanezca la idea de transformación política democrática, incorporando todos los sec-tores de la sociedad civil como representante de los intereses particulares, procurando defender y reivindicar los derechos colectivos, evitando la individualización de intereses y procurando la participación social, de esta manera la práctica democrática en América Latina debe darse como la canalización de intereses de la sociedad civil, creándose un puente entre Estado y sociedad.

Es este un momento decisivo en el proyecto histó-rico de América Latina, el cual puede tomar otro rumbo si se lucha por el proceso constructivo de la democracia, buscando la verdadera revolución que está en el reconocimiento político y social conquistado por el ciudadano colectivo de las cla-ses subalternas.

BIBLIOGRAFÍA

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Si optáramos por descartar el mito como figura disonante del conocer, que le pone a la práctica humana los inadecuados añadidos de la mistificación

y la quimera, no podríamos alcanzar el verdadero corazón de las luchas sociales de esta época y acaso de las que vengan. Porque las luchas son para

definir el sentido construtivo de emancipación del mito.González, Horacio. (1999). Restos Pampeanos.

Ciencia, Ensayo y Política en la Cultura Argentina del SigloXX. Buenos Aires: Colihue, p. 425

El tema de Isidro vos podes pensar qué pasó, pero no…. El tema de Isidro está, está todo el tiempo acá.

Testimonio de poblador de Machagai

Isidro Velázquez vive, donde descansan los sueños, donde se pisa la tierra, de aquellos montes chaqueños.

Chamamé en homenaje a Isidro Velázquez, sin datos

1. Un poco de historia

Para comenzar realizaremos unas breves con-sideraciones acerca de algunos temas que son ineludibles al tratar el temade IsidroVelázquez. Éstos son: primero, la cuestión de los pueblosori-ginarios, profundamente ligada a la denominada masacre de Napalpí, recordemos que a Isidro Ve-lázquez, uno de los lugares geográficos y de las comunidades que lo ayudan en su escondite es Colonia aborigen, donde habitan las comunida-des Qom (tobas) y Moqoit (mocovíes), y que el 9 de julio de 1924 aconteció la brutal masacre1. En

* El presente trabajo es un extracto de “Los Ecos del Sapu-cay. La Construcción de Identidad Popular en torno a Isidro Velázquez”, por Juan Esteban Godoy.

1 Información recolectada de http://www.elortiba.org/na-palpi.html en donde hay varios artículos muy buenos so-bre el tema. También se puede consultar el reciente libro del periodista y escritor chaqueño Pedro Solans “Críme-

segundo lugar tenemos al desplazamientodelaspoblacionesrurales por parte de los grandes te-rratenientes y últimamente de los pooles sojeros, que sumado al cierre del ferrocarril incrementan las migraciones del campo a la ciudad, se pueden observar “pueblos fantasma”, totalmente aban-donados, lo que genera un fuerte desarraigo a las personas, y deja al pueblo con rupturas particula-res, lo cual hace más difícil la construcción de una identidad colectiva. Por último, tenemos al pero-nismo (tema en el que habría que ahondar mucho más) pues uno nota que al hablar del tema de Isi-dro Velázquez y de otros temas hay una referencia constante al fenómeno del peronismo, podemos resaltar que la Provincia de Chaco entre los años 51 y 55 se llamó Presidente Perón2.

nes de Sangre” de la Editorial Librería de la Paz, y el libro de Mercedes Silva Memorias de Chaco.

2 Galasso, Norberto (2006). Perón: formación, ascenso y caída (1983-1955). Tomo 1, Buenos Aires: Colihue.

JUAN ESTEBAN GODOY*[email protected]

LOS ECOS DEL SAPUCAY Consideraciones en torno a la devoción popular por Isidro Velázquez

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Isidro Velázquez nació en Mburucuyá, Corrientes, su actividad se desarrolló en el Chaco (Colonia Eli-sa, Laguna Limpia, Laguna Blanca, La Verde, entre otras), según testimonios de la época, para sus devotos era buen pagador de sus deudas, trabaja-dor cumplidor, hasta que tuvo un entredicho con un policía de su pueblo y comenzaron a padecerle sin que haya cometido delito alguno.

Así pasa a la clandestinidad (queda “fuera de la ley”) y comienza a “delinquir”, roba bancos, co-mercios, secuestra a estancieros adinerados, ma-ta solamente en pelea (sólo para poder huir), el monte es el lugar mítico en el cual se esconde3. Su fama traspasaba las fronteras provinciales, su historia se comentaba en todo el norte chaqueño hasta Paraguay, Formosa y Corrientes. El dinero, objetos, etc. que él conseguía, fruto de su activi-dad, los repartía entre los campesinos colonos, y demás sectores desposeídos. Éstos le daban a Isi-dro Velázquez protección, por ejemplo no lo de-lataban (aunque a veces eran torturados por las “fuerzas del orden”).

Así, aproximadamente entre 1961-1967 Isidro Velázquez tuvo a maltraer a la policía del Chaco, con un intervalo entre mayo de 1963 luego de que matan a su hermano Claudio y el año 1964 (se cree que pudo estar un tiempo en Formosa o en Paraguay). Inclusive pudo sortear un gran ope-rativo en que más de 800 policías salieron en su búsqueda, dándole nombre propio a éste, a sa-ber, “Fracaso”.

Lo matan exactamente el primero de diciembre en un gran operativo, el “Operativo Silencio” ¡qué nombre! Nos preguntamos ¿qué querrían silen-

3 Gómez Lestáni, Eduardo. (2005). Isidro Velázquez. En Amarilla Roxana (Compiladora), Bandoleros Rurales Correntinos (pp. 53-57), La Plata-Buenos Aires: Edicio-nes Al Margen.

ciar?, seguramente a las masas oprimidas que primeramente se vieron identificadas con el ac-cionar de Isidro Velázquez y luego lo convertirán en santo. Las autoridades hicieron talar y quemar el árbol que servía de señal, también pusieron vigilancia en el cementerio de Machagai para impedir una devoción por éste, durante la dicta-dura de Onganía se prohíbe el chamamé de Ós-car Valles “El Último Sapucay” que versa sobre la historia de Velázquez; sin embargo, no pudieron frenar el suceso, el pueblo ya había decidido. Al día siguiente el diario porteño LaRazón titula en primera plana: “LA MUERTE DE VELÁZQUEZ PRO-VOCÓ EN EL CHACO UN FORMIDABLE IMPACTO EMOCIONAL”4.

El asesinato a manos de la policía dará lugar a un dobleproceso: primero la instauración del día de la policía en chaco; y, en segundo lugar, un pro-cesodesantificación popular. En este último nos detendremos.

4 Citado en Devicenzi, Jorge. Isidro y Claudio Velázquez – Los Vengadores. En www.lagazeta.com.ar.

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Consideramos que el tema de Isidro Velázquez nos interpela de una forma particular, forma un laberinto en el cual se entrecruzan diferentes ca-minos, o si se quiere “historias mínimas” que se contornean en una historia más amplia, se cruzan y entrecruzan diferentes aspectos que parecieran muy divergentes pero que culminan en ser par-te de la misma historia… la larga y dolorosa lucha por la conformación de la identidad como pueblo. Se nos presenta como un instante efímero, como un proyectil, pero avizoramos que tiene ramifica-ciones diversas que se pueden trazar tanto en lo anterior como en lo posterior, aparecen momen-tos de revelaciones inesperadas. Es una historia, que como parte de la historia Argentina, Latinoa-mericana (y de los pueblos oprimidos) está pro-fundamente cargada de tragedia, tensión, lucha, nombres, de nacimiento y re-nacimiento. Por enumerar unos acontecimientos: el hermano de Velázquez muere, es asesinado como también lo será Isidro Velázquez y su lugarteniente Gauna, desaparecerán al joven sociólogo Roberto Carri (con su mujer, Ana María Caruso) quien había es-crito sobre Isidro, posteriormente su hija Alber-tina Carri dirigirá “Los Rubios” que trata sobre la vida y desaparición de sus padres, asimismo algu-nas versiones señalan que Velázquez y Gauna ha-bían entablado relación con las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Pablo Szir quien dirigiera una película en los setenta desaparecerá y no queda-rán rastros de su película (otra copia es rota por el editor, por miedo, y algunas versiones señalan que podría haber una copia en Cuba), en la ac-tualidad otro director está filmando una nueva película, diferentes cantantes relatarán su histo-ria, Isidro Velázquez será santificado y todos los primero de diciembre los devotos se acercarán al santuario, que al mismo tiempo es el día de la po-licía del Chaco.

Así observamos una historia (quizás como muchas más) que se dibuja y desdibuja una y otra vez, se dirige al pasado, al presente, al futuro. Irrumpe el “sentimiento de que estamos en un “presentedelpasado”(enque)todosetransformaenunaapa-riciónsúbita”5. Es un instante, un punto remoto en el mapa, pero que se proyecta mucho más allá de ello y nos atraviesa como argentinos, latinoa-mericanos comprometidos con la realidad nacio-nal y continental (de los pueblos de Abya Yala).

2. La identidad colectiva en los devotos. La muerte invertida en vida

La pregunta por el pasado, por la historia, surge en tiempo presente, indaga el pasado, se dirige al futuro como un horizonte utópico y se plasma en un proyecto. Así sostenemos que no hay proyecto orientado a una utopía como horizonte utópico de realización posible sinmemoriahistórica. Aquí aparecen los mitos dadores de sentido y sin la memoria no hay identidad posible. El mantenerla es una lucha contra la desintegración6.

Aquí aparece uno de los motivos por los cuales es importante, y es más, se hace necesario el in-dagar en nuestro pasado, pero no como si este fuera un “resto fósil” sino indagando en aquellas corrientes profundasde nuestro pueblo, en sus vivencias, anhelos, miedos, ilusiones, sueños, etc. Así, “Lamemoria,talcomoesvividaporelpue-blo,posibilitalare-construccióndeltejidosocial,suhistoria,laposibilidaddeconstruirmuchoscó-

5 GONZáLEZ, Horacio. (1999). Restos Pampeanos. Cien-cia, Ensayo y Política en la Cultura Argentina del Siglo XX. Buenos Aires: Colihue, página 156.

6 DRI, Rubén, Identidad, Memoria y Utopía. Estado, Legiti-mación y Sentido, publicado por la Secretaría Académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, sin mención de año.

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digosqueunifiquenunacomunidadyqueresig-nifiquenelpasadoyelfuturo”7, la reconstrucción de ese lazo social que en la sociedad neoliberal se halla sumamente debilitado, en la que lo colecti-vo se diluye en lo individual.

Aquí el sujeto es considerado como un ser esen-cialmente simbólico. El sujeto se proyecta en símbolos, sin hacerlo no puede ser. El sujeto se desdobla en el símbolo, se ve a él en éste, así el símbolo halla una tendencia a independizarse del sujeto y dominarlo. De esta forma el símbolo se transforma en fetiche, siempre existe el riesgo de que eso suceda8.

Sostenemos aquí la idea de que no sólo es posible pensar dentro del mito, sino que no hay posibi-lidad del desarrollo de un pensamiento crítico si éste es dejado a un lado, “es que no es posible pensar sin el mito (o sin los mitos). Es decir, un momento de recalque, de fijeza (…)”9. Además es lo que nos moviliza, lo científico por lo científico mismo no moviliza al hombre, éste se mueve en la historia, halla la posibilidad de transformar su realidad y la de los demás a través o a partir de su relación con el mito10.

En el “caso” Isidro Velázquez podemos ver cómo en el momento de su muerte comienzan a hacer-

7 BERGALLO, Graciela Elizabeth. (2005). Legalidades, Sa-cralidades y Significados de la Muerte. En: AMARILLA, Roxana (Compiladora), Bandoleros Rurales Correntinos. (pp. 11-19), La Plata, Buenos Aires: Ediciones Al Margen.

8 DRI, Rubén. (2005). Símbolos de identificación popu-lar. En: AMARILLA, Roxana (Compiladora), Bandoleros Rurales Correntinos. (pp. 31-45), La Plata, Buenos Aires: Ediciones Al Margen.

9 GONZáLEZ, Horacio. (1999). Restos Pampeanos. Cien-cia, Ensayo y Política en la Cultura Argentina del Siglo XX. Buenos Aires: Colihue, página 156.

10 MARIáTEGUI, José Carlos. El Hombre y el Mito. En http://mareasdesdemasalla.blogspot.com/2006/12/po-

dra-repetir-la-ltima-parte-hoy.html

le al “proto-santo” (¿o santo?) pedidos, por enfer-medad, amores, ofrendas, etc. Es una forma en la cual “el ritual invierte el significado oficia de la muerte, resignifica esa muerte como vida”11.

Tenemos una santificación popular espontánea, en relación al no análisis de la conveniencia de si tal personaje nos conviene, porque de hecho no hay un colectivo hasta que se santifica y se re-conocen a sí mismos y a los otros como devotos. Sostenemos que esta santificación viene a legiti-mar la lucha, la rebelión de los sectores domina-dos.

En un comienzo el santuario de Isidro en Pampa Bandera, como ya sabemos, era tan sólo una cruz. Luego se convirtió en una ermita con una tacuara con banderas rojas. En la actualidad ya se ha le-vantado una construcción de mampostería, revo-ques con una imagen de la virgen de Itatí dentro. A un costado tenemos una “casita” pequeña de colores verde y rojo, donde se prenden las velas al santo, siempre hay muchas velas derretidas y al-gunas encendidas (la “casita” al costado de la er-mita fue construida para que se prendan las velas allí y no directamente en la ermita pues una vez se pendió “todo fuego”). Sobre la ermita pueden observarse banderas rojas colocadas en tacuaras, flores rojas. En el interior del santuario tenemos muchas banderas rojas (casi en su totalidad) con agradecimientos, otras con la fecha de nacimien-to y la muerte, flores naturales y artificiales, pla-cas de metal con agradecimientos por favores concedidos, fotos de Isidro Velázquez, de Claudio Velázquez, y de Vicente Gauna, por todos lados estampillas, almanaques del “gauchito gil”, car-tas, billetes de lotería, botellas de vino, alcohol,

11 BERGALLO, Graciela Elizabeth. (2005). Legalidades, Sa-cralidades y Significados de la Muerte. En: AMARILLA, Roxana (Compiladora), Bandoleros Rurales Correntinos. (pp. 11-19), La Plata, Buenos Aires: Ediciones Al Margen.

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paquetes de cigarrillos (algunos cigarrillos son encendidos para que se consuman o para que se los fume el alma del difunto). En Pampa Bandera claramente predomina el color rojo.

3. El símbolo Isidro Velázquez como pro-blema, el opio y la alienación como obs-táculo

Pero se nos podría preguntar: ¿por qué hoy; ya en-trado el siglo XXI, en pleno proceso globalizador, neoliberal; llamar a escena a un fenómeno que pareciera tan lejano, arcaico? Y además indagar en la devoción; concebida a partir del desarrollo de la ilustración, de la racionalidadinstrumentalcomo irracional, oscurantista, opio e ¡incluso alie-nante!; por un símbolo religioso, más específica-mente un “Jinete Rebelde” Isidro Velázquez.

La respuesta a este interrogante, sin intentar agotarlas, sostenemos que la encontramos: en primer lugar, paradójicamente en la pregunta misma, dado que es en este contexto, en el cual la identidad se halla debilitada, el sujeto se halla perdido, ha perdido el centro, ya no encuentra sentido a su vida, en resumen un contexto en el cual “ladesestructuraciónsocial(…)hadevenidoenpérdidadeidentidad”12, consideramos que re-sulta relevante indagar acerca de un fenómeno que genera identidad tanto individual como co-lectiva. En segundo lugar, la respuesta la hallamos en que concebimos, basándonos en algunas con-sideraciones de Horacio González, que en la obra de Marx si bien en algunos escritos se encuentra la idea de que la nación aparece como la “ven-cedora” de las formas culturales arcaicas (éstas

12 DRI, Rubén (coordinador). (2003). Símbolos y fetiches re-ligiosos en la construcción de la identidad popular. Tomo 1. Buenos Aires: Biblos, p. 9.

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llan otro conocimiento disonante del dominante, otra historia (en contraposición a la “oficial” que los niega) que atraviesa los cuerpos, que es emo-cional, que no posee grandes medios de difusión, pero es parte de un “subsuelo” que quiere rebe-larse una y otra vez ante la opresión. Hay una idea de que ellos deben “cuidar”, “proteger”, “custo-diar” la historia.

Tomamos a Isidro Velázquez pero no como “caso” en sí mismo, sino inserto en las muchas luchas por la conformación de un colectivo pueblo que pueda desenvolver-se en un proyecto común. Adquiere relevancia con respecto a esto mismo el tomar justamente un símbolo religioso pues lo religioso, el mito, la utopía ha sido vilipendiada no solo por los sectores dominantes que han querido acallar cualquier tipo de manifestación popular, sino también por sectores que podríamos consi-derar inmersos en un proyecto de liberación.

Hemos visto, escuchado numerosos pensamien-tos que pretenden construir pensamiento crítico exorcizando al mito, a lo religioso, aquí sostene-mos la imposibilidad de encarar un proyecto de liberación para los pueblos marginando estos ele-mentos.

Se nos podría decir que tal vez no sean hoy bando-leros solitarios los que luchan contra la opresión, pero si organizaciones sociales; de todas formas si resulta relevante indagar en la devoción por es-tos de parte de los sectores populares, dado que ésta es una práctica vital que realizan éstos y si no se indaga acerca de su significado estaríamos dejando de lado un aspecto importante de la vida social, de las vivencias y creencias de los sectores populares.

Algunas cuestiones que dan cuenta de esto último que sostenemos son que los sectores populares se hallan íntimamente ligados a estas prácticas,

aparecen como la caricatura, lo malo); en otros se considera a lo arcaico, tradicional como lo que se resiste a disolverse en el ritmo de la moder-nidad y nos da una “oportunidaddepensarotropuntodepartidaparael“rumordecencerro”delarevolución”13.

4. Apuntes finales

Damos cuenta de un crecimiento del fenómeno a partir del primero de diciembre de 1967, a pesar de la sistemática preocupación de las autoridades, de los sectores dominantes para borrar las huellas de Isidro Velázquez. Además los identificados con el símbolo religioso son sobre todo los sectores golpeados de la sociedad por el voraz neolibera-lismo implantado en el país que no sólo apunta a una destrucción económica y política sino tam-bién social, cultural y específicamente apunta a quebrar las identidades colectivas a partir de las cuales se pueden construir proyectos conjuntos. De esta forma fenómenos como Isidro Velázquez se revelan constructores de la identidad colectiva de los sectores pobres, marginados, oprimidos.

Esa devoción que comenzó inmediatamente lue-go del asesinato de Isidro Velázquez ha sido ob-jeto de una gran opresión, hostigamiento por los sectores dominantes que han querido por diferentes métodos (en general sin escatimar en violencia) acallar las voces de esos otros que han sido silenciados muchas veces, esos rostros que han querido ser ocultados. Los sectores dominan-tes conscientes que quebrando la identidad tanto individual como colectiva, no hay posibilidad del desarrollo de un proyecto. Esos sectores desarro-

13 GONZáLEZ, Horacio. (1999). Restos Pampeanos. Cien-cia, Ensayo y Política en la Cultura Argentina del Siglo XX. Buenos Aires: Colihue, p. 262.

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y si pretendemos construir conjuntamente con ellos no podemos hacer a un lado estas cuestio-nes, y ¡menos considerarlos alienados, atrasados! Otra es que el ser humano como ser social es sim-bólico, se proyecta en éstos. Aquí entramos en el riesgo de la tendencia a la independencia del símbolo y de la inversión de la relación entre éste y el ser humano, transformándose en fetiche que lo pasa a dominar, aparecería así el creador como el creado y viceversa, es decir, el sujeto se trans-forma en objeto y el objeto que lo pasa a dominar en sujeto.

Es Isidro quien resuena en esas voces que le van a pedir ya sea por salud, por trabajo, etc; son los movimientos sociales mismos que resuenan no sólo en Argentina, sino también en Latinoaméri-ca, son los Ecos del Sapucay como grito de gue-rra, alegría, muerte, tristeza, desesperación, dra-matismo, tragedia, liberación, etc. que ya se han lanzado al aire y no habrá que ni quién los pueda detener.

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Se me ha invitado a que escriba algunas líneas sobre el pensamiento social en América Latina (AL). En principio, el tema parece claro e inmedia-tamente se cruzan algunas ideas que se piensan obvias y necesarias: América Latina se ha consi-derado tradicionalmente como el patio trasero de los distintos imperios que han echado raíces en la región, que es dependiente, subdesarrollada, pe-riférica, atrasada, sin voz propia, explotada y sa-queada. Su cultura, sus pueblos, sus lenguas, sus religiones, sus sabios, sus colores y riquezas han sido sometidas al saqueo, al dominio, al silencio y la desaparición. Su historia es un juego de entrega y asalto a plena luz del día. Entonces, lo primero que pasa, como idea, es volver sobre la historia de las resistencias y luchas contra esa condición de América Latina. Recordar nombres y aconteci-mientos que muestran que la historia de Améri-ca Latina, es también historia de resistencias, de pensamiento propio. Que no somos sólo geogra-fía, como alguna vez lo dijera un filósofo alemán. Que hablamos con voces singulares, que ahí está Bolívar y San Martín, Martí y Benito Juárez, Rodó y Sarmiento, Mariátegui y Vallejo. Emiliano Zapa-ta y Sandino. García Márquez, Cortázar y Borges. Nombres que al azar hablan de una historia con lenguaje universal.

Es decir, el primer impulso es hacer historia. Volver sobre la memoria para de ella sacar argumentos para mostrar que el poder y la resistencia tienen fechas y nombres en América Latina. Pero no. No se trata de señalar un discurso de contestación. Por lo menos no en esta oportunidad.

ESAÚ RICARDO PÁEZ GUZMÁNUNIVERSIDAD PEDAGÓGICA Y TECNOLÓGICA DE COLOMBIA, UPTC

LO SOCIAL EN LA GLOBALIZACIÓN DE AMÉRICA LATINA

En el fútbol de hoy hay equipos más bonitos y espectaculares, pero menos ganadores. Y en este deporte

lo que vale es ganar y clasificar…Lo otros es carreta.Mejía Álvarez, Iván. El fútbol de hoy, en el diario EL ESPECTADOR,

Bogotá, domingo 20 de septiembre de 2009, pág. 75

Así que sólo voy a hacer alusiones sobre las con-diciones en las que América Latina se debate hoy. Frente a sí misma. Frente al mundo. Pues América Latina siempre ha estado de una u otra forma arti-culada a los sistemas mundiales y de cierto modo, ella es el resultado de un mundo que de pronto se descubrió redondo y que desde entonces, no ha dejado de globalizarse, bien sea por efectos de los mercados, de la circulación de los lengua-jes, del intercambio de culturas o de las guerras, las apuestas geopolíticas y ahora, de las nuevas tecnologías de la comunicación y del control y la vigilancia mundializada.

Pensamiento social o pensar socialmente

Desde cierto punto de vista, era aceptado que pensar la sociedad no era posible al margen de un pensamiento político. Y que no era posible un pensamiento político al margen de la discusión inaugurada en la modernidad en relación con la libertad y la igualdad. Y a falta de un instrumento distinto, la Ley se convirtió en el medio por el que se aspiraba a la igualdad y se garantizaba la liber-tad. El Derecho, el discurso y las prácticas del de-recho pretendieron darle legitimidad a las nuevas sociedades. Sobre estos presupuestos se levanta-ron muchas de las utopías y contra-utopías mo-dernas. El Estado, como era de esperarse, se con-virtió en el espacio de disputa de la lucha política y social, pues se consideraba que en él estaba la llave que permitiría la emancipación o era la cau-sa de la dominación y la opresión. El resultado en

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la mayoría de los casos, con respecto a lo social, es que quedó supeditado a las luchas políticas, en el plano de la política y con los instrumentos que la política se había dado a partir de los modelos surgidos en la modernidad: los espacios abiertos por el Estado y los instrumentos que se suponían propios de la lucha política: las organizaciones po-líticas, los partidos, por ejemplo, y la libertad de expresión, que principalmente tenía que ver con los medios escritos, los periódicos y las gacetas.

La politización de lo social, en el sentido de ligado o subordinado a la política, facilitó la fragmenta-ción y radicalización de las expresiones sociales convertidas en luchas partidistas o, como bien lo insinuara Clausewitz1, cuando la política se agota, se abrían las puertas a laguerra, que noesmásquelapolíticaporotrosmedios. Y cuando lo so-cial agotaba lopolítico, el lenguaje de la guerra tomaba su lugar (el uso del verbo en pasado, no indica que hoy necesariamente las cosas sean dis-tintas).

En este sentido, lo social adquiría una existencia difusa, pues la subordinación al lenguaje y a las prácticas y los instrumentos de la política, hacía que lo social no tuviera otro camino que hablar y manifestarse políticamente. Pero su voz era mino-ritaria2 y terminaba como un murmullo de fondo de los discursos partidistas y como un objetivo más de las estrategias de la guerra y el poder. Es decir, para dar ejemplos, las mujeres, los gitanos, los indígenas, los especiales y raros, los negros y amarillos, los del sur y los de la esquina, los del peinado morado, los de la música de arrabal, los locos y los enfermos, en fin, la gente, la montone-ra, sus preocupaciones y silencios, sus palabras y deseos sólo tenían, si al caso, un lugar simbólico y subordinado en los lenguajes mayoritarios, los

1 Clausewitz, Karl von. (1780–1831), General prusiano y teórico militar. Escribío, Sobre la Guerra, (1833) y se convirtió en un clásico de la estrategia y de la teoría de la guerra en el siglo XIX y XX.

2 Minoritaria, en el sentido que le da G. Deleuze y F. Gua-tari y que no tiene nada que ver con alguna relación arit-mética.

del partido, los del Estado, los de la institución. Se podría decir que el pensamiento de losocial, las prácticas sociales y sus luchas, terminaron su-bordinadas y hablando el mismo lenguaje de la política: pensamiento cuya forma se expresa de manera disyuntiva y dicotómica. Forma binaria que procede por oposición y por negación: o esto o lo otro. O amigos o enemigos. O burgueses o proletarios. O comunismo o mundo libre. O el sur o el norte. O los hombres o las mujeres, o lo fe-menino o lo masculino, o los niños o los adultos, o la izquierda o la derecha. O la paz o la guerra. O las masas o el partido. O los obreros o los campe-sinos. O blanco o negro. O esta conmigo o contra mi. O revoluciónocaricaturaderevolución.

En fin, se constituye un pensamiento y una prácti-ca de lo social que no admite la diferencia, el gris y los matices. Pensamiento acuñado en los cen-tros de poder, Europa y los Estados Unidos, y que terminamos en América Latina hablándolo como si fuera propio. Esquematización de la política, politización de lo social. Invisibilización de lo es-pecífico de lo social. De los lazos y las relaciones singulares que adquiere lo social y que escapa al ojo dicotómico de la política de olounoolootro. Lo grave es que en nuestra América Latina, el pre-cio de esta simplificación y sobrepolitización de lo social, llevó a que las expresiones sociales fue-ran tratadas como si fueran expresiones enemi-gas del Estado, o como si fueran manifestaciones de fuerzas movilizadas en una guerra. En América Latina, la apuesta de la modernidad por el ejer-cicio de la libertad, la igualdad y la ley, terminó convirtiéndose en luchas de carácter estratégico, en la que se dirimían concepciones de mundo completamente diferentes y opuestos. Enemigos cuya salida no podía ser sino la derrota de uno de los dos. Se imponía en lo social el lenguaje sec-tario de la política y la práctica irreductible de la guerra. Hasta bien entrado el siglo XX, esta fue la manera como en América Latina, lo social tuvo un lugar.

Sin embargo, al final del siglo XX se conocieron una serie de transformaciones que hicieron que este modelo entrara en estado de obsolescencia.

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Efecto de la llamada globalización. Del surgimien-to de las nuevas tecnologías de la comunicación y el control, las transformaciones sustanciales de la economía y el monolitismo del mundo. Con la caída del muro de Berlín, por ejemplo, el mundo paradójicamente en lugar de abrazar la multipli-cidad de la diferencia planetaria, pareció inaugu-rar un mundo de la homogenización. Ya no era la disyunción polarizada entre amigos o enemigos, sino la funcionalidad homogenizada impuesta por los modelos sistémicos. Los modelos de sistema cerrado que han excluido el lenguaje de la exclu-sión y han convertido la tecnología del control, el modelo normalizado y estandarizado de la in-clusión. No hay ni debe haber nada por fuera del sistema. “Control” es el nombre que Burroughs propone para designar al nuevo monstruo, y que Foucault reconocía como nuestro futuro próximo. Paul Virilio3 no deja de analizar las formas ultra-rrápidas de control al aire libre, que reemplazan a las viejas disciplinas que operan en la duración de un sistema cerrado”4.

El enemigo ya no está afuera. La guerra hace rato dejó de ser una estrategia entre dos fuerzas que se enfrentaban y cuyo objetivo era la del triunfo o la derrota. Vivimos la guerra generalizada, los frentes de guerra se han pluralizado, el enemigo se ha simplificado y vuelto anónimo e inubicable. Vivimos la proliferación del enemigo y la pérdida de la línea de diferenciación que hacía posible al menos saber dónde y quién era el enemigo5.

3 VIRILIO, Paul. La bomba informática, Madrid: Cátedra, 1998. Ver en particular el Capítulo 7 en el que el autor se refiere a la noción de la “industrialización de la denuncia y la delación de masas” (pág. 75)

4 DELEUZE, Gilles. Posdata sobre las sociedades de con-trol, en FERRER, Christian. (Comp.) El lenguaje literario, T. 2, Montevideo: Ed. Nordan, 1991.

5 Ver, BAUDRILLARD, Jean. Las Estrategias Fatales, Bar-celona: Anagrama, 1984. En el texto que le dedica al tema del rehén, (pág. 35) el autor desarrolla una tesis bastante sugestiva de un caso de aplanamiento del mundo y de la pérdida de las líneas de diferenciación: la tecnología blanda de la manipulación y del chantaje generalizado.

Homogenización que abarca la geografía, la eco-nomía, las culturas, las políticas, las poblaciones. Que hace que el lenguaje de lo social haya cam-biado sustancialmente. La aspiración de la igual-dad, la libertad y la universalización de la ley, as-piraciones de la llamada modernidad, también han sido simplificados y homogenizados: un viejo principio de la economía, con nueva máscara, ha venido a ocupar el lugar vacío de los fundamentos y como la metáfora aristotélica del motor inmóvil, ha venido a o llenar el lugar de las justificaciones y las explicaciones de lo social: las tecnologíasdelaeficiencia.

Las tecnologías de la eficiencia son el vector que ha inducido la homogenización de los discursos y las prácticas de lo social en las sociedades con-

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temporáneas. Procesos de aplanamiento, que transforma los derechos en servicios y los servi-cios en empresas y las empresas en iniciativas pri-vadas, mediatizadas por la forma más directa del interés económico: comohacermenosconmás,hacerlomejorymásrápido. La eficiencia6. Los dis-cursos mediadores, surgidos en el siglo XIX, como los discursos de la igualdad, de los derechos, del humanismo social, del bienestar de las personas, de la salud, la educación, la cultura o los discur-sos del saber y del conocimiento en tanto que tal, han sido reemplazados por el objetivo directo de la funcionalidad económica: la rentabilidad, la iniciativa privada y la eficiencia. Los modelos organizacionales y la seudo filosofía del Manage-ment7. Y la Ética de la competitividad y el éxito. Que, como un esquema, son los tres vértices del triángulo que constituyen las tecnologías de laeficiencia.

A manera de Conclusión

Las palabras señaladas arriba, en el epígrafe son ejemplo de cierta manera generalizada de pensar en nuestras sociedades actuales: la competencia y la apuesta, el afán por el éxito. Por el resulta-do. No importa que se sacrifique el espectáculo, la fiesta, el divertimento, la alegría, la estética. Lo quevaleesganar. Lo que vale…Lootroescarreta. Lo otro, y qué es lo otro? Lo contrario de ganar, lo contrario de un equipo bonitoyespectacular. No es del fútbol de lo que hablan estos señores que así piensan, hablan de una manera de ver el jue-go. Del juego mismo. De la destitución del juego de la alegría, de la jugada adornada, de la gracia y la travesura del jugador de barrio. De lo que habla este señor es de una manera de ver el mundo. Es

6 Para el tema de fondo relacionado con las transformacio-nes y el sentido del punto de vista de la nueva economía, ver FOUCAULT, Michel. El nacimiento de la biopolítica, Fondo de Cultura Económico, México, 2007. En particu-lar los textos de los cursos del 14 de febrero de 1979 y del 21 de marzo de 1979.

7 DELEUZE. Op. cit. “El marketing es ahora el instrumen-to del control social, y forma la raza impúdica de nues-tros amos”.

la manera de ver impuesta por las tecnologías de la eficiencia: Loquevale es el resultado y éste no puede ser más que ganar o perder. El resultado vuelto valor. En los dos sentidos: valor, en rela-ción con la bolsa de valores, el espectáculo vuel-to mercado. Y valor en relación con una postura frente al mundo, frente al otro y frente a sí mismo. Que algunos llaman ética: El éxito, la competen-cia, el resultado como valores. Es un pensamiento que ha devenido mayoritario en el mundo actual. Y que como la proliferación cancerígena amenaza con hacer metástasis en todos los órdenes de la sociedad.

Esa es la orientación del pensamiento social hoy en el mundo. Es el punto de vista de lo que en los discursos se llama el neoliberalismo. Y que, desde hace algunas décadas, es el pensamiento mayori-tario en América Latina. Por lo menos de quienes deciden y se benefician de la empresa América Latina8. Es el peligro, pero nada dice que sea un destino.

8 Como cuando en algunas familias, los niños peque-ños heredaban la ropa de los hermanos mayores, y por más que se la ajustaran, siempre terminaba por quedarle grande a pesar de los recortes y remiendos. Así, ha sido en América Latina, la herencia de las maneras de ajus-tar nuestra cultura y nuestro “vestido propio”. Tenemos “vestido propio”, pero inicialmente no está hecho para nuestra medida.

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En el marco de la celebración de los cincuenta años del establecimiento de la Sociología como disciplina académica y profesional en el país, una joven colega que hace sus estudios en la Facultad me propuso que escribiera algo relacionado con la historia de esta disciplina en el país. No me con-sidero la persona más indicada para este encargo, cuando además eminentes sociólogos han hecho ya análisis muy serios y profundos al respecto.

Para no decepcionarla, me propongo hacer una breve reflexión sobre los sociólogos que se están formando para este siglo que comienza. Me cen-traré en tres aspectos (luego de una síntesis de la historia de la profesión en el país y la región): ¿quiénes son los jóvenes que hoy se preparan para ser los sociólogos y las sociólogas que en el país y en los tiempos presentes se están for-mando?, ¿qué ocurre hoy en la sociedad y en la universidad que los prepara? Y finalmente, ¿qué podemos esperar de ellos?

Algunos antecedentes de sociología colombiana

Como bien se sabe, la Sociología aparece en el país a finales del siglo XIX cuando tanto don Salvador Camacho Roldán, como en su momento don Ra-fael Núñez proponen su implantación y elogian la necesidad de la misma para comprender esta so-ciedad cambiante y conflictiva. Pasarían muchos años antes de ver su formalización académica, a pesar de la insistencia de muchos e importantes pensadores que en la primera mitad del siglo XX creen que con su estudio se podría comprender y construir una sociedad mejor. Igual ocurre en

GUILLERMO PÁEZ MORALESSociólogoProfesor de la Facultad de SociologíaUNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

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SOCIÓLOGAS Y SOCIÓLOGOS PARA EL SIGLO XXI

toda América Latina, aunque haya diferencias de años.

A nivel latinoamericano, podría decirse, surgen varias preocupaciones en la primera mitad del si-glo XX, las cuales seguirán estando presentes, con diverso énfasis durante el resto del siglo. Estas pueden resumirse en:

◆ La necesidad de llegar a comprender quién y cómo es el pueblo latinoamericano en conjun-to y por países.◆ El énfasis en la normatividad, como forma de dar una identidad nacional para poder cons-truir nación.◆ El interés por la solución de los problemas sociales aparece a nivel de cada país y de la región.

Estos aspectos mencionados, aunque merecerían un análisis más profundo, tienen en el caso co-lombiano claros elementos históricos que marca-rían el desarrollo de la disciplina, aún antes de su aparición formal, así como a lo largo de su desa-rrollo y seguirán teniéndolos, con modificaciones, en el nuevo siglo que hemos comenzado.

La comprensión de cómo somos y qué nos carac-teriza como pueblo, tuvo su momento más desco-llante en los años veinte del siglo pasado, cuando un grupo de estudiantes promovió un resonado debate público, en el cual se discutió si la raza co-lombiana era inferior, igual o superior a la europea y cuáles eran sus características (Jiménez, 1920). Entre las grandes conclusiones del debate, en el cual participaron intelectuales de mucho presti-

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gio, fueron las de que los colombianos como raza no teníamos ninguna inferioridad con respecto a los demás pueblos, siendo más bien necesarias y urgentes hacer reformas en la educación formal (escuela) para superar las defi ciencias encontra-das. Esta idea de comprender quiénes somos y lo que nos afecta será una moti vación importan-te para los esfuerzos de los años siguientes en el país y en el resto de los países lati noamericanos con diferentes énfasis.

Entre los años treinta y cincuenta, además se pre-senta otro énfasis esti mulado por los abogados, quienes estaban interesados en los problemas que se presentan y desarrollan en lo que se ha llamado “la sociología de los abogados” (Brice-ño-León; Sontang, 1998, p. 15), etapa en la cual importantes pensadores lati noamericanos (Luis Alberto Sánchez, Mariano Picón Salas, Germán Arciniegas, Ciro Alegría, Víctor Raúl Haya de la To-rre, Ezequiel Martí nez Estrada, entre otros). Los pensadores y ensayistas de estos años, muchos de ellos abogados, introdujeron en las carreras de Derecho a la Sociología como materia y crearon en 1950 la Asociación Lati noamericana de Socio-logía (ALAS). Los mismos, desde años atrás venían modernizando la legislación y crearon códigos que buscaban dar respuesta a los problemas so-ciales de entonces. En los mismos años fue noto-ria la preocupación y las acciones de la Iglesia y de otros grupos confesionales e intelectuales.

Buscando la respuesta a los problemas y situa-ciones sociales y con infl uencia del pensamien-to norteamericano y europeo se desarrollará a lo largo de los años cincuenta el pensamiento sociológico en América Lati na. El interés por los problemas de cada país hace que surjan en las universidades Escuelas y Facultades de Sociología (en 1959 como se sabe surgen en Colombia las de la Universidad Nacional, Ponti fi cia Universidad Ja-veriana y Universidad Ponti fi cia Bolivariana. Pos-teriormente, en 1965 surgirá nuestra Facultad de Sociología) (Páez, 2009, p. 6). El objeti vo en este momento además de buscar solución y alternati -vas a los problemas internos es el de introducir a la sociedad lati noamericana al mundo moderno.

La búsqueda de solución a los problemas internos del país hace que las nacientes facultades adelan-ten estudios que son hoy clásicos y que se unen a los esfuerzos de otros colegas en Lati noamé-rica, quienes crean organizaciones académicas regionales como la Facultad Lati noamericana de Ciencias Sociales, FLACSO en 1957 y redes de cen-tros dedicados a la investi gación en sociología y ciencias afi nes como el Consejo Lati noamericano de Ciencias Sociales, CLACSO en 1967, elementos éstos que consolidaron las ciencias sociales en la región y a la sociología como profesión.

Con este panorama de fondo vemos nuestra si-tuación como sociólogos en el mundo de hoy y lo que nos espera en el futuro.

Ser joven a comienzos del siglo XXI

Nunca ser joven ha sido fácil en ninguna época histórica y la presente no escapa a ello. Aunque en cada momento la sociedad los valora idealmen-te, pues como dice Octavio Paz (1978, p. 183) “el pueblo imagina al héroe y al amante como fi guras adolescentes”, en la prácti ca social la situación es compleja, más en un mundo cambiante como el presente en donde la sociedad se ha hecho una imagen de la juventud califi cándola como “pobre en informaciones, pero rica en mitos” (Dett ling en Beck, 1999, p. 129).

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MOVIMIENTO

Hoy no podemos, para ser exactos, hablar de la juventud como concepto genérico. Hay jóvenes de ambos géneros pero en circunstancias y situa-ciones sociales diversas, lo que define los campos en el sentido de Bourdieu, de identificar los inte-reses específicos en los cuales se desempeñan los actores sociales, en este caso los jóvenes.

La categoría social de juventud ha estado tradicio-nalmente asociada a una etapa etárea y social que se halla localizada entre la infancia y la de la edad adulta. Este concepto mismo de grupo etáreo (indispensable para manejar categoría demográ-ficas) presenta problemas para el análisis desde la sociología. Dadas las concepciones que implica: Bourdieu, por ejemplo, habla de dos juventudes: los jóvenes que estudian y los de la misma edad, que trabajan (Bourdieu, 2000, p. 144). Igualmen-te, podemos hacer diferencias entre los jóvenes teniendo en cuenta sus acciones, autoridad, de-sarrollo social, valores, expectativas, reconoci-miento, poder, entre otros.

Acciones

Desde el punto de vista de las acciones que los jóvenes desarrollan, éstas se relacionan íntima-mente con sus propias expectativas y las de la sociedad. Esta última da por sentado que los jó-venes se hallan en un momento de su vida en la cual se preparan para la adquisición de roles futu-ros, etapa definida como de moratoria social esto es, una “falta de habilidad para ubicarse en una identidad ocupacional” (Erikson, 1971, p. 180) es decir, etapa “considerada como una especie de forzada prórroga o aplazamiento de las mejores cosas de la vida reservadas a los adultos” (López, 2009, p. 25).

En términos amplios, los jóvenes a quien nos re-ferimos se hallan ubicados en zonas urbanas, de carácter cosmopolita o influenciados por ellas, en un mundo cada vez más urbanizado y en donde son más visibles las características de la sociedad global. En estas zonas o están (como se espera) en el ámbito estudiantil o lo están en el ámbito laboral. Sobre el primer caso, volveremos ade-

lante. Otros jóvenes se hallan ubicados en zonas rurales, bien en etapa de estudiantes, bien incor-porados tempranamente, por lo general, al mun-do adulto por medio del trabajo, estableciéndose para ellos una perentoria social, la que significa “no sólo la ausencia de prórroga para adquirir la preparación necesaria que facilite su integración productiva a la sociedad, sino la decisión de vin-cularse tempranamente a las responsabilidades y compromisos que en otros contextos se adquie-ren en la adultez” (López, 2009, p. 26). Para los de este segundo grupo, sus expectativas y posibilida-des se hallan altamente reducidas en comparación con los primeros.

Identidad

Muy marcado al comienzo de su etapa juvenil en el período adolescente, el joven busca construir, de acuerdo con modelos y valores proporciona-dos por su entorno social (familia, grupos de igua-les, mayores, principalmente) una identidad que lo identifique y le dé reconocimiento ante los de-más. En el mundo de hoy, conseguirla no es fácil (nunca lo ha sido) especialmente para los jóvenes de hoy, puesto que no existen patrones claros para hacerlo. La familia, fuente de identidad y apoyo para muchos, está en un profundo y acelerado proceso de cambio, en el cual se presenta común-mente ruptura conyugal, hay carencia de identifi-cación de los hijos a los valores transmitidos, ale-jamiento de los padres quienes no se constituyen siempre en referentes y modelos adecuados para éstos, así como problemas relacionados con la identidad de género, hoy variable.

En cuanto a esto último, las mujeres, gracias a los movimientos feministas surgidos en los años sesenta, ya no están dispuestas a supeditarse a los hombres y a cumplir con roles tradicional-mente a ellas asignados como eran el cuidado de los hijos y el hogar. Ante este cambio de actitud, se encontraron con que los hombres no estaban preparados (debido a la socialización recibida) a asumir estas tareas o incluso a compartirlas; las mujeres además, ante la carencia de respuesta a sus inquietudes, encontraron que ellas podían

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asumir solas el papel de madres y amas de casa sin el apoyo masculino. El cambio de mentalidad, alejó a los géneros, planteando con ello un cam-bio en sus relaciones. Los hombres por otra par-te encontraban que la manifestación de su sexo estaba en la expresión externa de su potencial sexual, manifestado como dominador y agresivo: en ese sentido habían sido criados y estimulados por la cultura. Todos estos cambios, han hecho que la adquisición de la identidad juvenil hoy en día se haya vuelto un asunto complejo para unos, de gran compromiso de afirmación para otros. En asuntos de identidad profesional, esto es más complejo aún.

Respuestas

Las acciones y realidades encontradas permiten que algunos jóvenes busquen asumir su realidad creando una identidad que a la vez que da res-puesta a sus proyectos, identidad que pueda ser asumida como su opción vital. Dentro de ellas, al-gunos han encontrado sus posibilidades de desa-rrollo profesional en la Sociología. Sin posibilidad de analizarla detalladamente, digamos algo sobre los retos que creo deberán asumir como profesio-nales, dando por supuestos asuntos básicos como el compromiso con la realidad, su responsabilidad como profesionales, etc.

Las y los jóvenes que se preparan en esta discipli-na, asumo, deberán ser altamente creativos en la búsqueda de soluciones no comunes y estanda-rizadas a las situaciones que encuentren cotidia-namente; estar en capacidad de leer la realidad con los ojos de los otros; ser la palabra de quienes no saben expresar sus necesidades; conocer con suficiencia las teorías de sus predecesores; no apegarse a ideologías que si funcionaron en otras realidades no necesariamente deben funcionar en la propia; ser capaces de cuantificar y medir la realidad social para poder proponer soluciones medibles y comprobables; estar dispuesto a salir de la comodidad de una oficina para ir al encuen-tro de la realidad en donde viven otros, despojar-se de prejuicios que desvíen su objetividad, res-petar los valores y las creencias de los demás y

estar siempre dispuesto a aprender incluso de sus errores. El tiempo de la moratoria social es cada vez más corto para quienes tienen el privilegio de estudiar en la universidad, no sólo por la vertigi-nosa rapidez del mundo contemporáneo sino por-que las necesidades son urgentes de solucionar y cada vez mayores y porque la responsabilidad de los privilegiados son un deber, no una ganancia. Los retos personales, familiares, profesionales y éticos, son cada vez mayores y deben ser asumi-dos con mayor responsabilidad. A ello nos invita la profesión, la realidad y el país.

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SOCIOLOGÍA

El día 28 de diciembre de 2006, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, en medio de su mensaje anual de despedida a las Fuerzas Ar-madas, anuncia al país que el canal de televisión abierta Radio Caracas Televisión (RCTV) cesará sus actividades el día 27 de marzo, al no tener intención su gobierno de renovarle la concesión que le permitía a este canal funcionar a partir del espectro radioeléctrico de la República. El 2007 empezaría entonces, con un hecho que lejos de amansar la aguda confrontación política que con-mueve a Venezuela desde hace una década, que aparentemente parecía superada con el triunfo de Chávez en la elección presidencial del 3 de di-ciembre de 2006, significará el calentamiento de las calles de todo el país, y un nuevo episodio de la polarización política.

Pese a los intentos políticos, mediáticos, judi-ciales, el día 27 de mayo a la medianoche, RCTV dejó de transmitir en señal abierta, ocupado ins-tantáneamente por TVES, un canal cuyo fracaso y baja audiencia es más que evidente, admitido por el mismo Chávez tiempo después, y que se ha pretendido maquillar con el pretexto de que es una televisión dedicada exclusivamente a cubrir eventos deportivos y a la proyección de películas venezolanas. Otro pretexto utilizado por el poder ejecutivo, en este caso, al referirse sobre los mo-tivos que llevaron a no renovar la concesión del espectro radioeléctrico a RCTV, fue, el tema del clasismo, que no contemplaba en su naturaleza la necesidad de lograr acuerdos con empresarios venezolanos, de familias acaudaladas, echando

EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL VENEZOLANOCaso Radio Caracas Televisión, presente y futuro

MIGUEL ESPINOSociología - X semestre UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

Caracas, Venezuela

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por la borda, miles de familias cuyo sustento pro-venía de los trabajadores de esta planta, que en gran mayoría eran útiles en sus funciones gracias a la condición que el canal tenía de salir de mane-ra abierta.

Con el cese de actividades de RCTV, vino también el surgimiento del movimiento estudiantil, que si bien en las semanas previas al 27 de mayo, fue algo intermitente y sin mucho alcance, pudo con-centrar en todo el país el rotundo rechazo que se tenía sobre la medida, desnudando así las verda-deras intenciones del gobierno de Hugo Chávez de no renovarle la concesión a RCTV, que lo hi-cieron crear prácticamente de la nada un movi-miento estudiantil paralelo, que no fue más que la institucionalización de los grupos violentos que históricamente han hecho vida en las universida-des más importantes del país.

Si bien, el movimiento estudiantil no logró el co-metido de revertir la decisión del gobierno eje-cutivo sobre el tema de RCTV, y que como era de esperarse, contó con algunos aprovechados de oficio, que trataron sacarle beneficios personales en la cobertura mediática que se le dio a la pro-testa, pese a eso, el movimiento estudiantil vene-zolano despertó de una dañina apatía, que desde finales de los años noventa hasta entonces habían limitado a los miembros de la comunidad univer-sitaria a ser sujetos meramente académicos, que renunciaban al carácter político de su conciencia. Era común escuchar en los jóvenes venezolanos, incluso, aquellos estudiantes de carreras con gran

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vinculación social y política como Sociología, Eco-nomía, Comunicación Social, Derecho, Politología y Estudios Internacionales, un profundo rechazo hacia todo lo que tuviera relación con el oficio po-lítico (partidos, gobierno, Estado, liderazgo, etc.).

Una de las características que diferencian al mo-vimiento estudiantil innato del 28 de mayo, con el construido por el gobierno, es el hecho de que

éste último no admite las aspiraciones propias de un joven (revolucionario o no) de surgir, de tener una vida, un país y un mundo mejor, al relacionar incoherente y torpemente dichas aspiraciones con principios imperiales, que dicho sea de paso son autodestructivos, ya que los jóvenes que pro-mueven la lucha anti-imperial en Venezuela, son los primeros en legitimarla, comprando produc-tos de compañías transnacionales. Otra de las ca-racterísticas, es la devoción infinita hacia el líder, hacia el presidente Chávez, quien marca las direc-trices y el destino político de estos jóvenes, que lógicamente, renuncian a sus aspiraciones perso-nales, por las de formar parte de la clase política dominante.

Hasta la fecha, el Movimiento Estudiantil Venezo-lano del 281 se mantiene, incluso más fortalecido; lo iniciado en 2007, aún existe, con los mismos principios, con ideas en constante renovación y sin medio a ocupar espacios anteriormente re-servados para los partidos políticos y los líderes vetustos de siempre. Su irrupción en la esfera po-lítica venezolana ha permitido que por primera vez fuera derrotado el presidente Chávez en su intento de reformar la Constitución de 1999, vía referéndum, y que la oposición venezolana inicia-ra un sensato proceso de construcción de la uni-dad, que hizo que conquistaran las gobernaciones estratégicamente más importantes del país en noviembre de 2008.

El planteamiento que se presenta de cara al fu-turo es sobre la trascendencia del Movimiento Estudiantil en Venezuela, si éste pudiera generar una clase política mucho más decantada y que a su vez produzca líderes que sean conscientes de las necesidades del país, y orienten las estrategias que lejos de la tradicional demagogia, lleve a Ve-nezuela a ser uno de los países con mayor desa-rrollo en el hemisferio.

1 En alusión al Movimiento Estudiantil Venezolano de 1928, que enfrentó a la dictadura del general Juan Vicen-te Gómez y cuyos integrantes décadas después goberna-rían el país.

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La cumbre extraordinaria de la UNASUR, dife-rentes choques diplomáticos con países de la región, marchas a favor y en contra, además de pronunciamientos de diversos sectores políticos, académicos y sociales, han sido sólo unos de los muchos efectos que ha traído la reciente decisión del gobierno colombiano de facilitar las bases y aeropuertos militares nacionales al ejército esta-dounidense. ¿El acuerdo presenta beneficios re-cíprocos? o ¿es acaso sólo una estrategia política necesaria para congraciarse con Estados Unidos que lo único que logra es el debilitamiento de las relaciones diplomáticas con los países de la re-gión? Éstos son algunos de los pronunciamientos que en las últimas semanas han despertado en diferentes sectores de la sociedad; pero aún más importante, es saber si dicho acuerdo tiene impli-caciones directas sobre la autonomía y soberanía colombianas. Este artículo está enfocado en revi-sar teóricamente el concepto de soberanía desde la actual coyuntura.

El concepto de soberanía ha ido trasformándose a través de la historia, los cambios políticos, so-ciales y culturales de la humanidad han mostrado diversas caras que han hecho que este concep-to se revalúe. Para el siglo XVII (1651), Thomas Hobbes en el Leviathan, expone la construcción de un contrato civil por medio del cual los hom-bres ceden libertades en busca de la seguridad y protección que el Estado de naturaleza no les proporciona, es de este modo que los hombres

DIANA CAROLINA CADENA NIETOGINA PAOLA FORIGUA ORTIZLicenciatura en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales - VI semestreUNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE [email protected]@hotmail.com

LAS BASES MILITARES EN COLOMBIA: una mirada desde el concepto de soberanía

transfieren esas libertades a un Estado soberano garante de la consecución de la paz para la cual fue constituido; el soberano, para Hobbes, cuenta con el poder absoluto, así pues, para Hobbes “es inherente a la soberanía el pleno poder de pres-cribir las normas[, …] el derecho de judicatura [… y] el derecho de hacer guerra y paz con otras na-ciones y Estados” (Hobbes, 1983, pp. 186-187). A diferencia que, para Hobbes, Locke1 en el EnsayosobreelGobiernoCivil (1690) plantea que el po-der del soberano tiene un límite: el bien público; para Locke, las sociedades políticas nacen volun-tariamente y por necesidad establecen una ley común conocida y aceptada por todos sus miem-bros hecha por el poder legislativo, unos jueces imparciales y un poder ejecutivo que se encarga de hacer cumplir las leyes, y un gobernante que procura la seguridad y el bien común y que rige según las leyes establecidas y aceptadas por sus súbditos.

Ya para el siglo XX, Giorgio Agamben retoma a Shmitt para hablar de soberanía; Agamben plan-tea que los Estados Modernos se encuentran en un nuevo paradigma político, la biopolítica, en el cual:

1 Ver “Ensayo sobre el Gobierno Civil”, Cap. VII “De la so-ciedad política o civil” en LOCKE, John, México: Porrúa, 1997.

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La vida pasa a ser lo que realmente ocupa la po-líti ca” (Agamben, 1998, p. 151); en este nuevo paradigma se evidencia el papel preponderante del soberano como “punto de indiferencia entre violencia y derecho, el umbral en que la violencia se hace derecho y el derecho se hace violencia” (Agamben, 1998, p. 47).

Quien posee la potencia de acto por medio de su decisión, así pues, estando fuera y dentro de la ley, cae en sus manos el poder de vida o muerte de sus súbditos y la posibilidad de la implantación de un estado de excepción, entendido por Agam-ben como “la generalización sin precedentes del paradigma de la seguridad como técnica normal de gobierno” (Agamben, 1998, p. 27).

Desde este marco, cuando evidenciamos las re-acciones frente a la decisión del gobierno colom-biano se hace necesario a su vez recurrir a la no-ción de territorio (determinante en el concepto de soberanía), para comprender la afectación que sobre esto ti ene el ceder bases militares a esta-dounidenses. Así pues, cuando hablamos del arte de gobernar y los fundamentos sobre los cuales se mueve el poder de decisión del soberano, en-contramos que “desde el siglo XVI en la consti -tución de Estado Nación, el advenimiento de las fronteras supone el límite entre una soberanía y otra con el establecimiento de un territorio, con una determinada organización donde se moverá

la soberanía jurídica del soberano”2 y que supo-ne brindar seguridad a los habitantes sobre los cuales recaerá toda decisión tomada. Si parti mos de que el poder es impersonal y todo soberano debe moverse dentro de la matriz estatal insti tu-cionalizada, tenemos que el deber del soberano para con la población que en últi mas es quien le delegó su poder, es el de proteger el territorio y la población por medio de una serie de mecanis-mos desarrollados a lo largo de la consti tución de Estado, como son, por ejemplo, el monopolio de las armas. Tal monopolio implica dos cosas prin-cipalmente a saber: garanti zar un orden interno y tener un mecanismo de defensa y seguridad frente a posibles ataques externos que violen su soberanía.

Aunque si bien esto es cierto, también es cierto que las decisiones del soberano no pueden ser ar-bitrarias, no deben obviar los fundamentos del Es-tado y conllevar a la ti ranía. Apelar a la soberanía para hacer indiscuti ble una decisión tan polémica como la de las bases militares, resulta inadmisible en un momento histórico en que “la misma sobe-ranía no existe, sino más que a condición de pres-

2 FOUCAULT, Michel. Seguridad, territorio, población: curso en el collège de France (1977-1978). México: Fondo de Cultura Económica, 2006. Pág.121.

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tarse a la limitación” (Badie, 2000), pues si bien la idea clásica sobre soberanía relaciona ésta con lo absoluto y perpetuo, la mundialización choca con estos principios, la creación de la OEA, OTAN, en-tre otras, y los diversos tratados bilaterales, (que dentro de otras cosas tiene mucho que ver con los temas que se pasan a considerar de responsabili-dad global, como lo es la problemática ambien-tal) muestran la existencia de la soberanía sólo dentro de la limitación, y esa soberanía limitada que vemos se evidencia precisamente en el con-trol de territorio y decisiones dentro del mismo, así pues, “cuando se pide y/o acepta cooperación externa se hace clara la incapacidad y debilidad de un Estado para manejar satisfactoriamente lo que sucede al interior de sus fronteras” (Foucault, 2006). A modo de conclusión vemos que a pesar de la discusión que por ejemplo plantea Bertrand Ba-die frente a la existencia o no, y a la necesidad o no de la soberanía en la actualidad, es claro que el deber ser y la obligación del soberano como po-seedor temporal del poder estatal es mantener y fomentar la seguridad en su territorio y pobla-ción, respondiendo al bien común de los habitan-tes, tomando decisiones dentro del organismo instituido al cual representa. En este sentido la aceptación de implantar bases militares dentro de territorio colombiano atenta contra los prin-cipios fundamentales sobre los cuales se erige la comunidad política colombiana, mostrando un ejercicio del soberano fuera del derecho y fun-ción para el cual fue asignado y que hace:

La comunidad política de ciudadanos ya no sólo se define en términos de detentación colectiva de un poder último, sino un conjunto de individuos obli-gados por la naturaleza de sus necesidades sean conducidos por esto a modificar, transformar e in-cluso abandonar la concepción soberana del poder que se supone detentan (Badie, 2000).

Encontrándose en tal caso el pueblo, como ya lo planteaba Locke, en todo su derecho de librarse y prevenir la tiranía (ejercicio del poder fuera del derecho).

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MOVIMIENTO

Comprender qué significa América Latina es reco-nocer un espacio geográfico, una cultura, una len-gua y una historia; es comprender un camino de triunfos, derrotas, hazañas; pero sin duda alguna es vislumbrar grandes luchas sociales.

Hoy en día la situación pareciese no cambiar, pa-reciese como si la historia se negara a cambiar sus rumbos y aceptar escribir en sus libros, ca-pítulos de unidad y gloria latinoamericana. Pa-reciese como si la sangre y las ideas de muchos de los guerreros que han luchado por conseguir mejores condiciones de vida, se negara a reposar y en cambio castigan nuestra separación como patrias hermanas, como un solo pueblo, como “latinos”; esta misma sangre que nos desafía cada día a dar lo mejor de nuestros esfuerzos para ge-nerar transformaciones sociales, para reivindicar muchas de las ideas por las cuales murieron, pero las cuales confiaron a la sociedad para no dejar de soñar, para no dejar de luchar.

Pero antes de seguir señalando algunas caracte-rísticas o tristes realidades, tan evidentes y poco aceptadas, es necesario precisar cuál es la com-prensión que se hace de aquella palabra “Lati-noamérica”. Podemos entonces comprenderla co-mo el conjunto de naciones que dentro del globo terráqueo se ubican en el continente Sura-mericano, parte de Centroamérica y Caribe. Com-parten la biodiversidad existente de sus terrenos

JOSÉ DARÍO PATARROYO Psicólogo UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

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Colectivo ROMPECABEZAS

LATINOAMÉRICA: “LUCHA TRAS LUCHA”

Quiero gritar latino soyDesangrándome en mil guerras

Kraken

y las riquezas naturales que se pueden encontrar en cada país que la conforma, además de esto, la presencia cultural proporcionada por sus ritmos musicales, sus danzas y su alegría. Latinoamérica como la gran reserva natural mundial, aun cuan-do poco a poco se ha destruido. Latinoamérica como la región gestora de grandes símbolos de la lucha como: Ernesto “el che” Guevara, Fidel Castro, Antonio José de Sucre, José de San Mar-tín, Bernardo O`Higgins, José Artigas, Francisco Morazán, Ramón Emeterio Betances, José Martí, Simón Bolívar, entre otros. Todos ellos inspirados e inspiradores de grandes proezas de países her-manos.

Sin embargo, al referirnos a Latinoamérica, es necesario comprender que su agrupación se ha dado desde diferentes puntos de vista. La literatu-ra afirma que tal mención se debe a la derivación del latín y su presencia en el territorio continen-tal anteriormente mencionado por medio de tres lenguas, como lo son el español (en su mayoría), el francés y el portugués; todas ellas fruto de pro-cesos históricos como la Conquista y la Colonia. Esta comprensión dada inicialmente ha evolucio-nado, gracias a estos avances hoy podemos com-prender tal mención desde otros elementos que a mi parecer resultan más importantes. Algunos de ellos tienen que ver con las necesidades socia-les que compartimos, las coyunturas políticas que atraviesa la región y tal vez la más importante,

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la lucha por una independencia real de quienes sembraron con sus imposiciones tanta guerra y violencia, que aún hoy se refleja.

La unión latinoamericana más que comprenderse desde génesis históricas e institucionales compar-tidas hasta derivaciones lingüísticas o territoria-les, debe comprenderse en torno a los fenóme-nos sociales que se comparten como la pobreza, la violencia y la resistencia cultural. La compren-sión de la unidad latinoamericana debe recono-cer su historia pero no debe seguir anclada allí, debe consolidar la unión con aras en el futuro, en la lucha por conseguir la independencia, allí debe gestarse el punto de encuentro. Una integración de naciones que han sido víctimas de procesos ambiciosos de mercantilización, de imposiciones ideológicas que atentan contra la dignidad huma-na y que repercuten en cada persona. Latinoamé-rica debe unirse en la lucha por mejores condicio-nes de existencia humana, debe unirse en torno a la lucha contra el sistema vigente en la gran ma-yoría del mundo, la lucha no es entre hermanos, es contra quien nos quiere poner a enfrentar, tal como lo mencionara José Artigas: “Unidos ínti-mamente por vínculos de naturaleza e intereses

recíprocos, luchamos contra tiranos que intentan profanar nuestros más sagrados derechos” (Arti-gas, 1971, p. 199). Latinoamérica debe compren-der que no existe para vender mujeres, ni dro-gas, ni tierras, ni su dignidad, la misma que debe invertir en su lucha por medio de educación y sa-lud. Latinoamérica no debe comprenderse como parte de la imposición de países de tercer mundo, somos países que debemos guiar un nuevo mun-do. Como lo señalo Fidel Castro citado en Benítez (1986):

…este continente tiene en su vientre una criatura que se llama revolución, que viene en camino, y que inexorablemente –por ley biológica, por ley social, por ley de la historia-, tiene que nacer. Y nacerá de una forma o de otra; el parto será insti-tucional, en un hospital o será en una casa –serán ilustres médicos, o será la partera quien recoja la criatura– pero de todas maneras habrá parto (Be-nítez, 1986, p4).

El colectivo ROMPECABEZAS enmarca muchas de sus acciones y la construcción de las diferentes lí-neas de trabajo desde el pensamiento latinoame-ricano, desde las necesidades reales presentes y compartidas por la región. Somos consientes de que el mundo no cambiará de la noche a la maña-na, pero estamos aportando un grano de arena a la consecución de bienestar de nuestros cerca-nos, de aquellos que lo necesitan.

BIBLIOGRAFÍA

BENÍTEZ, José, Elpensamientorevolucionariodehombres de nuestraAmérica. La Habana, Cuba: Editora Política. 1986.

ARTIGAS, José, Documentos. La Habana: Casa de las Américas, 1971.

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MOVIMIENTO

Al igual que de la paz, se habla mucho de unión latinoamericana, la deseamos y hasta tratamos de convencernos de que es un sueño que todos quisiéramos palpar de diversas formas. Como mi ejemplo: coger un tren en la Estación de la Saba-na en Bogotá D.C. y luego de unas horas, arribar a Montevideo o tal vez a Cochabamba, sin pasapor-te, con la misma moneda y la misma hospitalidad.

Lo que sucede, creo yo, es que sólo se menciona la unión latinoamericana como ese “algo” que to-dos los analistas o estudiosos de la sociedad, asis-tentes políticos y uno que otro mamerto (anar-cosocialdemocramaoislenimarxitrocifista) deben anotar al final de sus discursos.

Pareciera que eso de la unión latinoamericana es más un cliché que un propósito con probabilida-des de ser efectuado. Hoy lo podría equiparar con toda la campaña mediática que contiene las pa-labras: derechoshumanos y/o medioambiente… lea usted: ¡después de eso la pared! cualquier dis-curso que en ciencia social, politología, o coyun-tura socio política posea esas palabras está ben-diiiiiiiito. ¿o no? y eso no es nada malo ni mucho menos ¿O por qué creen que se llama: seguridadconvaloresdemocráticos, y no: doctrina de la se-guridadlatifundistaeindustrial?

JOHAN MENDOZA TORRESSociología - IX semestreUNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

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LATINOAMÉRICA UNIDA: OTRO CLICHÉ

Glosario para dummies: ◆ Cliché: moda. Ejemplo: foto del “Che” en la flota que va para Melgar. ◆ Cole: pájaro hincha de la selección Colombia. Famoso desde la selección del Pibe y sus tesos.◆ Marinuma, Cahuinari, Dibulla, Macaranai: municipios colombianos. ¿No sabía? ◆ “Facho”: dícese del vocablo italiano Faccio, que significa falangista. Diferente de Nazi.

Cada quien sabe cómo manipula las palabras (sólo vea RCN y corrobore), lo que sí es probable es que eso de la unión latinoamericana más allá de algu-nos convenios económicos y dadas de mano en la OEA (con sede en EE.UU) o pantomimas como la UNASUR (donde todos halan para su lado), lle-gará un poco después de que la selección Colom-bia gane la Copa Mundo y el bisnieto del Cole sea condecorado con la cruz del aguante. No es pesimismo. Es coyuntura. La unión latinoa-mericana no es un factor que los pueblos tengan como un derecho electivo propio o como una de-terminación de facto a la cual pueden llegar sin ayuda de los gobiernos y mientras los regímenes políticos iberoamericanos, sigan denominando “democracias” o “gobiernos estables” a adminis-traciones que danzan encima de tanta inequidad, no habrá más remedio que solucionar primero los problemas de la casa, para luego ayudar al vecin-dario.

Por un segundo, sólo imaginemos que el territorio colombiano tiene una extensión (1.141.748 km2) que equivale a 27 Suizas unidas o a 3 Alemanias unidas, que su topografía brinda todos los climas, los cuales derivan en distintas costumbres etc., etc., si le sumamos a esa grandiosa característica, el penoso malestar de la corrupción, obtenemos:

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un país que no se conoce a sí mismo. Un país cuyo ojo de huracán (Bogotá) cree que ya conoce y sabe lo suficiente de la sociedad colombiana sólo con ir a la Luis Ángel Arango.

No se puede negar que Latinoamérica posee ras-gos culturales, de explotación y politiqueros muy comunes, pero tampoco se puede negar que la lengua no lo hace todo, y que a pesar de nuestros deseos de unión, las brechas económicas y polí-ticas no cooperan con esa unión, además, existe algo muy importante que muchos portadores de este cliché siempre pasan por alto, y es el pasa-do como construcción histórica de los pueblos luego de las independencias, pues es ahí cuando definitivamente, un peruano y un colombiano, un chileno y un venezolano distan enormemente de la unión. Y como es en el pasado histórico don-de podemos hallar vestigios de unión cultural, el paso del tiempo configura los comportamientos sociales, las tradiciones, las distintas monedas, las transformaciones políticas, el desarrollo y aplica-ción institucionales, los carismas conocidos, las luchas libradas, las derrotas o victorias vividas, en resumen, toda la vivencia de los pueblos latinos tiene bastante diferencia, no aparente, para aquel que no lo analiza a fondo; un ejemplo presiden-cial: en Venezuela hay un fetichista bolivariano, en Colombia hay un arrodillado ambiguo, porque ni demócrata ni dictador… Es terrible.

Aunque para ser sincero con los lectores de la Revista Movimiento, mi opinión es que sería con-veniente para el país que fuera un dictador, pues

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mayor influencia inmigrante, resultado de políti-cas de inmigración laxas que siempre caracteriza-ron y creo que aún hoy caracterizan al gobierno argentino; de la mano van las luchas sociales de-sarrolladas en las ciudades, mucho más que en zonas rurales, a diferencia de lo que ocurrió en Colombia, con un terreno distinto, con un clima distinto, en fin.

En la Argentina los primeros anarquistas ya están muy viejos o muertos, en Colombia cuando oímos del movimiento anarquista (léase “anarcos”), sólo asociamos a unos culicagados marchando por la séptima rompiendo cuanto establecimiento se encuentran.

Como conclusión, no es mi intención derribar los anhelos de unión latinoamericana, sino más bien concientizar a través de estas breves palabras, que primero hay que lavar la ropita sucia en casita, y ahí sí después pensar en lavar la del vecindario. Podemos solidarizarnos ética y moralmente con luchas como la palestina en Gaza, la argelina en las comunas de Paris, o la de muchos hondure-ños que luchan contra la dictadura, pero de ahí a que salgamos con hatas puestas de capuchas, banderas argelinas estampadas o publiquemos caricaturas ridículas de Micheletti, es más cliché que real apoyo. En ese caso, yo siempre he dicho: hay que ir al lugar de los hechos, dejar a un lado la postura y apoyar de verdad. Palestina queda le-jos, pero Honduras no tanto…

Bueno pues, que viva la unión latinoamericana pero por lo menos cuando sepamos como míni-mo, qué es lo que come la gente de Marinuma en la Guainía o cuál es la fiesta tradicional de Sucua-ru en el Vichada, cuál es el problema social más grave de Puerto Cahuinari en el Amazonas, cómo se come el Chivo en Dibulla Guajira, o qué cultos realizan los pobladores de Macaranai en el Vau-pés… ¿si o que?

Yo propongo: ¡dejemos a un lado las posturas, to-memos papel, abajo los clichés!

de esa forma podrían suceder dos cosas: 1) hay una revolución social ni la berraca y esto se me-jora, o 2) terminamos como Chile con los índices más bajos de pobreza, y ad portas de ser un país desarrollado. Empero, por lo menos ¡¡ALGO PA-SARÍA!! Porque por si no nos hemos dado cuenta, (y esto va para los ingenuos que creen que Uribe es un “Facho”) estamos tibios desde hace muchos años.

No obstante, recapitulemos. ¿podríamos pensar que el campesinado peruano que sí recibió su re-forma agraria de parte de una dictadura, pensara o tuviera los mismos desenvolvimientos políticos que el campesinado colombiano que no ha hecho más que luchar por ella en medio de gobiernos, latifundistas y actores armados que solo lo aco-rralan?

Claro, se podría decir que el factor común es la reforma agraria, pero de ahí a conectar unifica-damente los criterios políticos de los pueblos (peruano y colombiano) hay mucho trecho. Las formas de la política entendidas éstas, como el modo en que los pueblos confían o desconfían de los caminos institucionales para la defensa de sus derechos, son muy distintas para todos los ibero-americanos.

Las diferencias iniciales radicarían en la distribu-ción de la tierra, las formas de producción, las formas organizativas de la sociedad, los conflictos vividos, la resolución de esos conflictos, las for-mas de la represión, pues no se puede comparar todo lo que desencadenaron en su momento los gobiernos populares, tanto de Chile con Salvador Allende (izquierda democrática) como el de Perón (un fascismo amorfo) en la Argentina, ambos con bases discursivas bien distintas, pero aun así, in-negablemente configuraron cada uno en sus paí-ses, el significado de “gobierno popular”.

Incluso yéndome más hacia el presente, podría-mos analizar la diferente vivencia del anarquismo en Colombia respecto a la Argentina ¿Por qué? Porque en la Argentina sí existió en el siglo XX un movimiento anarquista fuerte, resultado de la

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Hablar de la nación y más aún de nacionalismo es una cuestión espinosa, muy pocas personas con-ciben la importancia de entender estos términos a profundidad y se dejan llevar por preconceptos. Esto es entendible gracias al trauma que dejó el nacionalsocialismo (NS) después de la Segunda Guerra Mundial en las mentes de las personas, se ve reflejado hoy en la precaución y poco deseo de referirse al tema cuando se entabla una con-versación en la que se haga referencia al tema, la otra confusión que se da es el entender el na-cionalismo como patrioterismo, los cuales son radicalmente diferentes dada la complejidad de las relaciones sociales que desencadenan en la sociedad.

Para entender la cuestión entablaremos la discu-sión desde el marxismo, el estereotipo que forjó el Nacional Socialismo, el nacionalismo y la nación desde la postura académica y terminaremos con el nacionalismo en Latinoamérica como postura política en construcción y reconstrucción.

El marxismo determina la relación de la nación con el proceso de aparición del capitalismo, se debe aclarar que se habla del Estado Nacional, es decir, la nación es una construcción burguesa que se da para asegurar la hegemonía de poder de la misma. Esta mirada clásica fue reformada por los

FABIÁN ANDRÉS CAPERA GARZÓNFacultad de SociologíaUNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

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NACIONALISMO Y NACIÓN EN AMÉRICA LATINA

El nacionalismo de los países imperialistases reaccionario, el de los países oprimidos es progresista

Olmedo Beluche. 2003

Una misma historia, un mismo presente y un futuro conjunto por construir

Fabián Capera

diversos autores marxistas, una conceptualiza-ción de nación que ha tenido trascendencia es la propuesta por José Stalin:

¿Qué es una Nación? Una Nación es ante todo una comunidad estable, históricamente formada, de idioma, de territorio, de vida económica y psicoló-gica, manifestada ésta en la comunidad de cultura (…) es necesario subrayar que ninguno de los ras-gos distintivos indicados, tomando aisladamente, es suficiente para definir la nación. Más aún: basta con que falte aunque sólo sea uno de los signos distintivos, para que la nación deje de ser una na-ción” (Leopoldo, 1986, pp. 84-85).

Es decir, la nación es una comunidad que tiene una multiplicidad de características que la deter-minan y condicionan, pero esta mirada abarca

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sólo los puntos objetivos de una nación, ya que este término enmarca una relación social, va más allá de características o de una lista de determi-nantes, como se verá más adelante al referirnos a la nación como una comunidad imaginada tal y como describe Benedict Anderson.

Para el marxismo, la Nación y el Estado Nacional deben fundirse y funcionar bajo una sola bandera de clase. La clase obrera crea discrepancias teó-ricas ante la funcionalidad de las diferentes cla-ses sociales económicas y construye un discurso dialéctico entre la importancia de la autodeter-minación nacional y la unidad internacionalista del proletariado. Este punto es explicado más a fondo por el marxismo-leninismo, al expresar un apoyo a la liberación nacional, sólo si es una lu-

cha contra la explotación imperialista, pero no la reivindicación del poder burgués y su hegemonía nacional. Es decir, se da cabida a la construcción de la nación proletaria, pero esto trae grandes in-convenientes que están enmarcados en que las sociedades no están categorizadas sólo por sus condiciones materiales económicas, sus relacio-nes sociales de interacción y cohesión pasan a espacios culturales que conforman una multidi-versidad que impide construir una unión a partir de una sola categoría social, en este caso la clase social del proletario.

Ahora bien, después de exponer algunos argu-mentos de la nación en el marxismo, continuare-mos con el nacionalsocialismo o nazismo, el cual es la forma más conocida de nacionalismo y la culpable de que se dé en el imaginario social que pensar en proyectos nacionales es una cuestión de la ultraderecha o un grupo xenófobo racista. Primero, se debe aclarar que la comparación que se da entre nacionalsocialismo y fascismo es erró-nea, aunque las dos son una exaltación de la na-ción y de la historia nacional como bases de un proyecto político. Sus estructuras de poder están enfocadas en organizaciones de tipo diferencial, los fines políticos de organización y las posturas políticas son heterogéneas. Segundo, el nazismo fue un fenómeno social que se compara con el comunismo y el capitalismo, pero es el único fe-nómeno político que utilizó la unidad nacional y la historia para crear lazos entre ciudadanos. Terce-ro, aunque el nazismo formó una unidad nacional a partir de la historia, ésta fue construida a partir de una ideología racista y de clase, es decir, el na-zismo se construye para fortalecer la clases altas con el apoyo de las clases obreras alemanas y con la idea implícita de la superioridad racial.

El nazismo devenía de ideas de unión, fortaleci-miento de los lazos sociales, cohesión e integra-ción nacional, la cual estaba fundamentada en la historia, pero claro, como todo nacionalismo es una construcción, la historia también lo es, y más si es usada para soportes ideológicos y políticos, aunque logró un gran impacto dentro de sus fron-teras, su antisemitismo y el sueño de un imperio

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alemán sustentado en su superioridad racial lle-vó a que el nazismo entrara en una carrera por demostrar sus capacidades de dominación, que finalmente le llevaron a su autodestrucción, tras la Segunda Guerra Mundial, pero su ideología so-brevivió a la guerra y llegó a nuestro continente donde se apostó y tuvo una gran acogida por mili-tares y oligarcas latinoamericanos, quienes inten-taron crear naciones de clase oligarca fundamen-tadas en el derecho de poder.

Pero la nación y el nacionalismo van más allá de lo anteriormente descrito. La academia se interesó en estos fenómenos sociopolíticos por el interés que tuvo Carleton B. Hayes y Hans Kohn, y tomó forma con el libro NacionesyNacionalismosdes-de 1780 de Eric Hobsbawn, quien afirma que es la historia del siglo XIX, la historia de la construc-ción de las naciones. Después de esto la academia tuvo gran interés en responder al fenómeno y en-tenderlo, ya que la nación era un fenómeno glo-bal cuyas características eran únicas y diferentes a las formas organizacionales conocidas.

Para entender la nación existen dos visones, la objetiva y la subjetiva. En la primera encontra-mos unas categorías condicionales, con las que se puede ver y entender la nación desde una pers-pectiva funcional, es decir, como criterios únicos de lenguaje, etnicidad, territorio, historia y cultu-ra, pero esta visión objetiva fracasó por su limi-tación. Cumplir estas condiciones establecidas no es suficiente para determinar lo que es o no es una nación, es por esto que aparece lo subjetivo, es decir, la interiorización de la identidad comu-nal que los sujetos pueden desarrollar, pero esta visión tiene una característica única y muy intere-sante, y es el reconocimiento de una identidad así no pertenezca a ella, es decir, sentirse parte de un grupo sin pertenecer a él: “las personas pueden identificarse como judías aun cuando no compar-tan la religión, la lengua, la cultura, la tradición, el origen histórico, las pautas de grupo sanguíneo ni la actitud ante el Estado judío” (Hobsbawn, 1990, p. 16). Este panorama nos trae una mirada al contexto latinoamericano y más aún al colom-biano, donde se dice: “el rico se cree gringo, el

intelectual francés y el pobre mexicano”, aparece un punto muy importante el cual es la identidad, ¿cómo se construye la identidad?

Para entender la identidad en la nación, Benedict Anderson desarrolla el entendimiento de la na-ción y el nacionalismo como una construcción so-cial que está en los marcos imaginarios. Es decir, entiende el nacionalismo como un determinante construido por una sociedad en el que se invo-lucran procesos históricos y culturales que deter-minan la identidad y la pertenencia a un grupo (Anderson, 1993).

Para entender la nación se debe entender el na-cionalismo, para que exista una nación debe pen-sarse políticamente en un futuro conjunto, “las naciones no construyen estados ni nacionalismos, sino que ocurre al revés, son los nacionalismos los que construyen naciones y estados” (Hobsbawn, 1990, p. 18). En síntesis, el nacionalismo es un principio que afirma que la unidad política y na-cional debe estar por encima de los caprichos y necesidades individuales, lo comunal está por en-cima de lo individual, este punto tiene gran crítica ya que es mal interpretado como una coerción de las libertades individuales, lo cual nos lleva a pen-sar en que el hombre no es un ser individualista, sino un ser social que vive en comunidad y crea lazos sociales, lo cual descartaría la crítica que se le hace.

Para finalizar, debemos ver qué ha pasado en América Latina, sus procesos de construcción de naciones y los intentos nacionalistas que se han dado tanto de la derecha oligárquica como de la izquierda comunista y popular.

En América Latina se habla del intento fallido de nación, es decir, un fallo estructural político, económico y administrativo del continente para articularse al mundo y su forma de entenderse y relacionarse, lo cual desde un punto de vista crí-tico, es falso, los procesos de nación que se han dado en Latinoamérica son reales y han confor-mado cada país y a sus pobladores, los procesos que se desarrollaron construyeron naciones de

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clase, naciones cuya edificación está basada por la exclusión, la marginalidad y la coerción social que desembocó en una violencia continua y cuyo fin no se ve cercano. Claro, no todo el continente ha pasado por procesos evolucionistas ni todos están en guerras internas, pero sus procesos so-ciales de resistencia y construcción alterna de na-ción se desarrollaron y desarrollan en periodos de fuerte represión. Es sorprendente ver cómo todo nuestro continente comparte un mismo recorri-do histórico, una ruta trazada por la opresión y el subdesarrollo a costa de los intereses de una pe-queña minoría, pero cuya fuerza está en el pue-blo, en nuestra ignorancia, en nuestro miedo y en nuestra sangre, no podemos decir que no se ha intentado.

En Latinoamérica se han dado tres procesos de nación y nacionalismo, el primero podemos verlo como un efecto de la colonización y de la depen-dencia, es decir, la nación de los poderosos, cuyo fin es el fortalecimiento de su economía privada, de sus intereses, respaldados por 500 años de opresión, alienación y enajenación, este proceso está desarrollado por las oligarquías nacionales, aunque no se puede decir que hayan tenido un nacionalismo como proyecto político; sus relacio-nes sociales y de poder configuraron las naciones a las cuales pertenecen. El segundo, es un proce-so guiado por las conexiones políticas con el na-zismo, situación que tuvo gran fuerza en Argenti-na y Chile por ejemplificar, donde se da una gran conexión y un enfoque más político ideológico a la dominación del pueblo, claro está resaltando una clase económica, pero con una gran diferen-cia con Alemania, los nacionales. Las clases socia-les de los países influenciados por este fenómeno social, no eran tenidas en cuenta para la cons-trucción de nación, solo se llevó a un estado ideo-lógico el punto anteriormente expuesto; y, por último, tenemos los intentos que han tenido los grupos de resistencia popular y comunistas. En este punto es preciso resaltar que sus procesos enmarcan la necesidad de poner al pueblo en el ámbito político, pero la historia de estos intentos está dada por un recorrido de sufrimiento popu-lar y grandes momentos de tristeza, algunas na-

ciones latinoamericanas han podido dar un paso en su consolidación autónoma, de qué es lo que quieren, cómo pensarse y para dónde van, pero ¿será esto suficiente para la construcción de na-ción autónoma en Latinoamérica?

Para concluir y dejar abierta la discusión, -¿para dónde vamos, tanto como país como continen-te?- La necesidad de unirnos a través de una iden-tidad, de construir una nación incluyente, ya sea a escala del continente o de nuestro país, Colom-bia, es una tarea que está en cada uno de noso-tros. Tenemos la necesidad y la obligación de ser sujetos políticos que construyan en su diario vivir una sociedad mejor, una sociedad en que se pien-se en un bienestar conjunto y no en las necesida-des egoístas e individualistas que el mercado y la sociedad de consumo nos imponen. Necesitamos volver a repensarnos y decidir qué camino coger, qué acciones tomar y qué posición elegir.

Y TÚ, ¿QUÉ ESTAS HACIENDO POR TU PAÍS, POR TU NACIÓN, POR TU COMUNIDAD? O ¿ACASO NADA TE IMPORTA, SOLAMENTE TÚ MISMO?

BIBLIOGRAFÍA

BENEDICT, Anderson. Comunidades imaginadas.México: Fondo de Cultura Económica. 1993.

BOBBIO, Norberto. El futuro de la democracia.Bogotá: Fondo de Cultura Económica. 1992.

BOLÍVAR, Ingrid. Naciónysociedadcontemporá-nea.Bogotá: Ministerio de Cultura. 2001.

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MARMORA, Leopoldo. “El concepto socialista de nación”. Cuadernosdepasadoypresente, 96. México: Siglo XXI Editores. 1986.

RevistaColombianadeSociología, 20. “Nación y nacionalismo”. Bogotá. 2003.

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La transformación de la escenografía urbana, en especial, en los centros de las principales capita-les, tiene una serie de elementos comunes pro-ducto de la conjugación de la belleza del mesti-zaje y de la sumisión de la colonización. Aspecto que sin duda se convierte más en un hecho uni-ficador que en lo contrario, teniendo presente que las manifestaciones culturales siempre son la respuesta del tiempo en el marco de la historia de los pueblos, la historia concebida dentro de un paisaje, una geografía.

Fiesta, júbilo y optimismo parece ser la consigna por estos días. Latinoamérica celebra con orgullo los bicentenarios de los gritos de Independencia, razón suficiente para embellecer sus edificios, ca-lles y plazas públicas, para que el visitante, en es-pecial el turista, se deslumbre con la lozanía de su arquitectura, bien representada en los edificios históricos y en especial los objetos que los museos albergan, piezas cuyas formas y usos pregonan la actividad y costumbres de quienes recibimos el legado que nos hace particulares dentro de lo global, llevándonos por los senderos de la histo-ria, bajo la ilustración de un guía, real o virtual. Pero, ¿será que éste es el mejor punto de vista que se puede tener de una sociedad, desde los fríos corredores que circundan salas en donde las piezas son demarcadas con etiquetas explicativas, y casi siempre el máximo contacto es a través del cristal que nos separa del objeto, o la advertencia de una línea amarilla y una cámara de seguridad? Sustancia aquella, en cuyo rol de representación recae la responsabilidad de ser testigo de su épo-ca y hablarnos hoy, cumpliendo con su finalidad

LOS CENTROS DE LAS CIUDADES LATINOAMERICANAS COMO MUSEOS VIVIENTES A PROPÓSITO DE LOS BICENTENARIOS

DIEGO F. MORALES C. Estudiante Maestría en Conservación del Patrimonio Cultural InmuebleUNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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de emisor de los mensajes entintados de nostal-gia, pero que, casi siempre (y lamentablemente) llega tan solo a unos cuantos receptores cualifica-dos de por sí.

Así es, no podemos endiosar por completo aque-llos lugares en los que las élites se regodean en torno a pláticas intelectuales de nobles ilustres, inmersos en objetos invaluables en medio de asépticas paredes, luces preconcebidas e impe-rativa actitud silente, calculada y obediente para, en consecuencia, ignorar e incluso algunas veces desfavorecer los espacios de cielos abiertos en donde caudales de gentes se entrecruzan y repo-san en triviales conversaciones de polvo y asfalto, de sudor y jolgorio, ademanes licenciosos y frases carentes de tecnicismos.

Fascinante es el contraste entre el espacio hermé-tico y selectivo de los museos, frente al de la calle y la plaza de los álgidos bazares populares, en el que el magma comercial es la plataforma que re-cibe un rico menú, donde la cultura local se exhibe ante las miradas de aquel que tan sólo desee su-mergirse en la experiencia, en ese perderse para encontrarse en una esquina de una gran ciudad, para degustar el espacio que fusiona aquéllo, cu-yas raíces se resisten a desaparecer, aferrándose a los muros de la memoria y resistiendo aquellos aires de renovación de “la modernización copiona que multiplica los defectos del modelo” (Galeano, 2000, p. 128) y ante el cual sólo queda el resis-tir, como ha sido desde que se encontraron con nosotros, y las riquezas de este nuevo continen-te curtido de belleza, que como un inmenso telar

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exhibe en su diseño y en ese conjunto de líneas y geometrías la belleza de los sectores populares, en los que bien vale la pena buscar y rescatar lo primigenio en sus manifestaciones y consecuen-tes réplicas traídas a nuestro presente, al tiempo de lo que es y desear que posiblemente también sea, pues esos rasgos primigenios que no logra-ron, en la mayoría de los casos, permanecer en algunas arquitecturas, por lo efímero de los mate-riales con que fueron construidas, ha podido per-manecer en otros elementos bien importantes como lo son: el vestuario, la comida, la artesanía, la lengua y la danza por destacar algunos.

El vestuario, ese código estético que enuncia la pertenencia a una etnia y a una geografía, es el sello característico mediante el cual un grupo re-siste los embates de las modas internacionales, que por llegar como tsunami a través de las pan-tallas en su permanente neo colonización, a través de logotipos de marcas que tras de sí esconden más que un artículo personal. Telas cuyos cortes, colores y grafismos indican más que el rol que se cumple dentro del grupo, también expresan, jun-to con el maquillaje, estados de ánimo, llegando a producir bellas imágenes como las proyectadas por el revolotear de una pareja junto al viento para fundirse con el desierto guajiro en la espi-ral del cortejo, otras que invocando al ángel y al diablo en la sierra peruana hacen la conexión con lo divino, donde la música acoge y la danza expre-sa, la idiosincrasia de sus gentes, sus saberes, su

historia cantada y perpetuada como lo fue el co-nocimiento de los hombres antes de la imprenta, en que la arquitectura contenedora de la pintu-ra y la escultura eran el libro de la humanidad y cumplían adicionalmente una labor pedagógica, en el cual se exponía lo divino y lo humano en las fachadas de las catedrales, que eran las páginas de ese gran libro de piedra (Bertozzi, s.f.).

Pero, ¿que sería de este reflexionar sin darle a la comida la posición que merece? Si bien, el museo prohíbe comer en sus salas, lo contrario ocurre en este gran museo de bóveda celeste, en don-de la sabiduría del paladar local se manifiesta en económicos y livianos aperitivos que, generación tras generación muchas familias han hecho de él su sustento y que han transformado productos lo-cales como el maíz, alimento de los dioses, “mo-neda” prehispánica y bebida para el festejo, ma-teria y forma de vida que viaja como una tortilla con mole desde Ciudad de México, pasando por Medellín, transformada en mazamorra y arepa, llegando hasta Lima, diluida como chicha morada o un exquisito tamal de maíz blanco, entre otras formas de expresión de un mismo producto que es preparado en improvisados, pero no por ello menos ingeniosos vehículos pintorescos de trac-ción humana, acondicionados para que la comi-da circule de calle en calle y de mano en mano y sea digerido al paso. Vapores y olores, crujidos de manteca caliente, lluvia salpimentada, salsa y dulce, confeccionan tan discreto festín del gour-met popular, distante de finos manteles. La lista, aparte de suculenta sería prolongada, teniendo claro que hay otras materias primas diferentes del grano en cuestión, como la que le da vida a un particular helado de paila quiteño. Antojos van y vienen mientras se hace el recorrido sin guía.

Mientras los objetos del museo sobreviven a los embates del tiempo en salas acondicionadas para tal fin, asistidos por técnicos que se encargan de su preservación, la simbiosis con el edificio conte-nedor a claras luces no se hace esperar, privilegios propios de quien custodia con recelo las huellas de nuestro pasado, pero, afuera, en ese gran mu-seo con escalinatas, rampas, andenes y desagües,

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la arquitectura, institucional o no, lo hace a través de sus fachadas y en sus tipologías edificatorias. La arquitectura prehispánica, dada la característi-ca compositiva de sus materiales perecederos, su-mado al afán de sometimiento padecido, no dejó ejemplos tangibles dentro de la malla urbana y la información que se tiene de su composición espa-cial, se ha podido alcanzar gracias a las contadas poblaciones indígenas que todavía sobreviven a la factura que les cobró la conquista por convivir entre tanta riqueza. Pero, tratándose de la colo-nia, nuestras antiguas villas albergan hoy valiosos ejemplos, en especial, en cuanto a arquitectura religiosa se refiere, pues quién más si no la cruz para diezmar las almas que la espada indultara. La evangelización que consolidó la consecución de una clara conquista, contribuyó a la genera-ción de los primeros trazados urbanos en el que los conquistadores administraban una porción de territorio para erigir sus viviendas alrededor de una plaza de armas, arquitectura que fácilmente fue reemplazada tiempo después por una más acorde a la naciente república, donde los cambios sociales, políticos y económicos se libraron en me-dio de las más cruentas guerras civiles que sumie-ron la población en un agudo periodo de pobreza, del cual, una vez superado, la arquitectura fue la llamada a teñir, con la estética europea nuestras ciudades, pasando de la sencilla fachada encala-da a las dermis con influencias neo-clásicas y neo-góticas; y del chocolate al té matutino, para que subsiguientemente las edificaciones se impregna-ran de eclecticismo, de las nuevas corrientes de modernidad con sus elevadas torres y rasgos que, en su conjunto consignan las formas de crear con lo más perfeccionado de su época. Cambios que, en su propia medida, se dieron en otros de los nuevos estados en el vecindario.

Este espacio, de variable escenografía, que al igual que el museo ofrece a sus visitantes los más va-riados suvenires como esos recordatorios repre-sentados en las más bellas artesanías, en las que como un espejo sin reflejo, sus creadores se re-presentan con la esperanza de inmortalizarse en el objeto, pieza fetiche que sirve de guardián de la cultura a la que pertenece y, que, no contentos

con ello, en ocasiones son llevados a la caracteri-zación de una imagen representativa en habitua-les performance de hombres maniquí, a cambio de una propina, que más allá de ser una muestra de creatividad y recursividad, lamentablemente son la respuesta a la falta de fuentes de trabajo, economía del rebusque, que evidencia el proble-ma de la generación de fuentes de empleo por parte de las administraciones locales.

La ciudad debe ser la formadora de hombres sensibles con los suyos y el entorno, pensar en la ciudad para las personas más que para el au-tomóvil y máxime en momentos en los que urge una solución para contar nuevamente con un aire respirable, que si bien, no es solamente para los peatones. Aire viciado que agrede a los inmuebles que hay que custodiar por su conservación, inde-pendientemente si cuentan con la clasificación de interés cultural o no, puesto que todo edificio que nace hoy, será el patrimonio cultural del mañana, y en su conjunto representan las variadas notas que componen la sonoridad particular que dife-rencia unas ciudades de otras, sabiendo “que no se debe confundir nunca la ciudad con el discur-so que la describe. Y sin embargo, entre la una y el otro hay una relación” (Calvino, 1991, p. 73). Así, que la próxima vez que el destino permita ac-ceder a un nuevo territorio hay algo que, como bien lo expresa un acertado slogan, no debería ponerse en duda al momento de decidir explorar el convulsionado centro-museo de las ciudades latinoamericanas y es, además, una recomenda-ción…¡déjate llevar por tus sentidos!

BIBLIOGRAFÍA

BERTOZZI, S. (s.f.) Estomataráaaquello,deles-criptoriumalInternet. http//:www.america.fapyd.unr.edu.ar/el/data/e-papers/%2Bpdf/esto%20matar%E1%20ª%20aquello.pdf. Consultado en agosto de 2009.

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GALEANO, E. Úseloytírelo. Bogotá: Planeta. 2000.

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Identidades alternas ha sido un constante apren-dizaje, una nueva manera de comunicar desde la sociología, una nueva forma de trabajar en equi-po; cada programa ha dejado una memoria, un sentido de ser y de hacer. Pero sobretodo cada programa nos ha devuelto la esencia de la dimen-sión humana y cultural, en el que pensar es crear y por eso para Identidades comunicar es un acto imaginativo. No nos pensamos desde un mundo estático y ahistórico, a cambio hemos buscado re-flexionar sobre las múltiples expresiones cultura-les y ser una respuesta a la exclusión, lejos de las representaciones tradicionalistas y masivas, pues la alternatividad exige la autoexpresión.

Varias han sido las razones y los estímulos para continuar, como la confianza, el apoyo, las ideas y sobretodo el gusto por lo que hacemos; más de un año de trabajo nos ha dado la satisfacción de ver a IdentidadesAlternas como un proyecto que se consolida en la Facultad, siendo el resultado de una reivindicación de la identidad a partir de la expresividad social.

Nuestro anterior ciclo, movimientossociales, dis-tribuido en cuatro ejes temáticos: clases sociales, étnia, identidades y género, nos permitió aplicar un método de trabajo diseñado desde la empi-ría, la que podríamos decir ha sido la constan-te en la organización del programa, pues desde la experiencia hemos establecido nuestro propio lenguaje alejándonos de lo artificioso, dando un sentido de pertenencia (tanto como los debates no podrían darse sin el hecho de pensarnos y sen-tirnos latinoamericanos). A la vez que seguimos convencidos de que la investigación comienza por la claridad y el análisis exhaustivo.

IDENTIDADES ALTERNAS¡Todas las voces, todos los temas, discusiones sin límites!!!(Programa radial de la Facultad de Sociología)

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El ciclo pasado fue un esfuerzo por no reproducir los discursos de una cultura ecónomocentrista, que desconoce sus propios procesos identitarios envueltos por dogmatismos que sólo buscan ho-mogeneizar el gusto colectivo. Reconocemos el valor de las minorías étnicas y sociales, recono-cemos el valor de las mujeres colombianas, ge-neramos el debate en torno a lo anterior porque tienen algo en común, han sido invisibilizadas y sesgadas por la historia y las instituciones; es por ello que indagamos y reconstruimos los procesos históricos, sus prácticas, sus movilidades, sus con-flictos y sus aportes.

Queremos agradecer a quienes hacen o han he-cho parte del proceso y el crecimiento del pro-grama, nos han aportado con sus investigacio-nes, nos han dejado sus inquietudes y sus críticas para fortalecernos, en especial nos han ayudado a comprender y explicar los diversos problemas sociales de nuestra realidad. Esperamos ser un instrumento útil al desarrollo y la formación de aquellos que se dedican al estudio de lo social.

Finalmente no olviden que el espacio de Identida-des Alternas está abierto a todas las ideas y a to-das las voces, estamos con una misma intención, la reflexión desde lo social y lo humano.

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MOVIMIENTO

La experiencia de ver cine es una práctica funda-mentalmente individual, por cuanto la película avanza delante de los ojos de cada cual, en un diá-logo íntimo entre un susurro audiovisual, a través del cual la imagen se proyecta, y el sonido que se produce; pero éstos sólo son una pequeña parte de lo que constituye una película, lo demás, como la forma en que unimos esos pedazos de realidad y el cómo realizamos ese proceso de construcción mental requieren ir más allá de nuestras indivi-dualidades, ya que esa reconstrucción no es in-mediata, puede tardar horas, días, meses, años o simplemente no llegar.

Ese proceso reconstructivo podría acelerarse o incluso establecerse en el caso de que no exista en nosotros, por medio de un espacio como el ci-neclub; el cual logra constituirse como medio po-sibilitador y agente vehicular de la comprensión de la realidad circundante. El cine más allá de proyectar situaciones del contexto acoge diversas miradas artísticas y conceptuales que permiten generar rupturas entre la relación dicotómica del sujeto-objeto, pues se consolida como un escena-rio de interacción en el que no hay una limitación de las ideas y/o emociones.

Así, buscamos un aprendizaje alternativo que de-fienda la construcción del conocimiento desde marcos no convencionales que orienten una for-mación en donde las emociones y las ideas sean premisas fundamentales para forjar una educa-ción que dé espacio a la capacidad racional, sen-sitiva y creadora del ser humano.

El cineclub puede volverse medio posibilitador de la comprensión, porque en sí mismo contiene todos los elementos que se ponen en circulación en el momento de realizar un acto reconstructi-

CINECLUB IMAGO [email protected]

A PROPÓSITO DEL CINECLUB

vo de un producto audiovisual como lo es el cine. Elementos tales como: Reseñas de películas, bio-grafías de realizadores, foros, análisis realizados por expertos sobre los géneros, pero también so-bre las películas, invitación de expertos cinéfilos, entre otros. Razón por la cual, pensamos que un cine club en un medio universitario como lo es la Facultad de Sociología, no sólo sería una herra-mienta complementaria de los procesos forma-tivos de los estudiantes sino que podría llegar a ser un espacio lúdico donde el aprendizaje de ver cine pueda extenderse al espacio académico y a los demás miembros de la comunidad tomasina.

El cineclub Imago nació el segundo semestre del año dos mil siete por la inquietud de un grupo de estudiantes de tercer semestre de Sociología, que recibían la asignatura de Sociología de la Fa-milia y ante la queja constante de que la Facultad no contaba con espacios alternos como un cine club para ver películas diferentes a las que en-contraban en los cines comerciales de la ciudad y además no se sentían con los criterios suficientes para realizar análisis sobre las mismas; la profeso-ra Alba Lucía Lucumí Silva, les propuso organizar el cineclub, propuesta que fue acogida por algu-nos estudiantes, siendo así, como se da inicio a la primera proyección de manera informal; en un sa-lón de clases, del edificio de Biblioteca, que en las tardes estaba vacío. Los estudiantes interesados en la realización del proyecto, convocaron a otros estudiantes y así nació el primer grupo conforma-do por: Juan Camilo Laverde, Nelson Murillo, Lui-sa María Díaz y Fabián Capera, acompañados por la docente Alba Lucía Lucumí Silva.

La asistencia inicial estaba entre siete y diez per-sonas a pesar de que los estudiantes invitaban a sus compañeros, a través de afiches y volantes

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SOCIOLOGÍA

patrocinados con recursos propios de la docen-te. No obstante, esta baja participación, nunca desalentó a los estudiantes, ya que éstos, tenían muy claro que el nacimiento de espacios alternos dentro del marco universitario, y particularmente los cineclubes, presentan una historia de luchas, primero por ganarse el espacio al interior de las facultades y luego, por atraer audiencias que ase-guren su permanencia. Pero más claro aún tenían, que las audiencias en plural en los cineclubes, no son una realidad, sino una aspiración cada vez más lejana, de románticos enamorados del cine, razón por la cual, la baja participación de los es-tudiantes es asumida como un reto y no como un factor a considerar para su cierre. Por otro lado, desde sus inicios se ha contado con la presencia del profesor Germán Torres, en las proyecciones.

Al semestre siguiente, el doctor Guillermo Páez, decano de la Facultad en ese momento, dio la au-torización para seguir operando a nombre de la Facultad de Sociología siempre y cuando la pro-fesora Alba Lucía Lucumí Silva siguiera liderando, y así se hizo; a partir de ese punto se ha contado siempre con la irrestricta colaboración de la se-cretaria de la Facultad: Claudia Zapata. En esta misma época, de liderazgo de la fase inicial del proceso, anteriores miembros no pudieron conti-nuar, e ingresó al grupo Erika Rondón, quien había iniciado su primer semestre en la Facultad quien desde la primera función a la que acudió, en el primer semestre de 2008, ofreció su colaboración y se hizo cargo de la promoción del cineclub y de la parte operativa, bajo la coordinación de la profesora, de manera que el nombre, el logo y la frase de apoyo que tiene actualmente el cineclub fueron gestionados por ella. Esta estudiante fue la más disciplinada y comprometida con el pro-yecto hasta que iniciando el segundo semestre de 2008 se retiró de la Universidad, para entonces, el cineclub ya se había ganado su espacio y operaba sin que ni la profesora, ni los estudiantes recibie-ran ninguna remuneración por ello.

Durante el segundo semestre del 2008, la profe-sora Alba Lucía Lucumí Silva, pasa a trabajar tiem-po completo entrando el cineclub a ser parte de

la nómina extraclase. El cineclub continúa duran-te dicho semestre con la colaboración del profe-sor Germán Torres, con la ayuda esporádica del profesor Andrés Guerrero, quien muy gentilmen-te apoyó, a pesar de que se le cruzaba el horario del cine con las emisiones del programa “Voces alternas”. Un gran respaldo, en este momento, también provino, del actual decano de la Facultad Carlos Enrique Rondón, quien siempre ha estado no sólo interesado, sino preocupado por la con-tinuidad del proyecto, de tal forma, que propuso que la cátedra Fals Borda (que en ese semestre se dictaba en la Santo Tomás), se coordinara con el cineclub a través de la exhibición de películas que desarrollaran las mismas temáticas, propuesta que fue acogida y desarrollada en el cineclub con buenos resultados, representados en un aumen-to de la audiencia.

Demás está decir, que durante el segundo semes-tre del 2008 no hubo apoyo estudiantil directo para la promoción y exhibición de las películas, hasta que en el primer semestre de 2009, César Parra (estudiante de tercer semestre de Sociolo-gía, graduado de la carrera de Cine de la escuela Black María de Bogotá) asumió apoyar el cineclub con gran compromiso, dedicación y entrega. En el momento (segundo semestre de 2009) el cine-club es apoyado por César Parra, Johana Porras, Katherine Rodríguez, Luisa Sarmiento y coordina-do por Alba Lucía Lucumí Silva.

Las expectativas de quienes lideran el proceso del cineclub actualmente apuntan, en primera medi-da, a la motivación de los estudiantes hacia estos espacios alternos, en la asistencia y participación en las proyecciones y generación de discusiones o aportes acerca de diversos temas; lo que plan-teamos con el cineclub, no se limita a la proyec-ción de películas sino también a la construcción de conocimiento, el análisis de problemáticas que aluden a los asistentes como personas, actores e investigadores y de esta manera llevar el cine a otros planos, tal vez más formales, que logren cristalizar lo alcanzado en este proceso.

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No hay daño más terrible para la existencia que sobrevivir, única acción capaz de crear violencia. La vida es algo mucho más compleja que cualquier pretexto fatal, más sutil que una brisa nocturna, y definitivamente más bella que cualquier ensoña-ción. Mejor dicho, la vida es la madre de cualquier forma, de cualquier belleza, es la ensoñación que nos hace reales.

No es cierto que la naturaleza “viva” de nuestro planeta base sus actos en la supervivencia, como tampoco lo es afirmar que Darwin nos mintió. Sólo una especie sometida a la supervivencia tie-ne la capacidad de leer la naturaleza bajo tan fatal metáfora. Tal vez el Sol hace algo más que una fotosíntesis con las plantas (tal vez eso que llama-mos Fotosíntesis no da cuenta de la totalidad de tal fenómeno), probablemente las aves del norte vuelan más allá del sur en invierno.

Mi intención no es humanizar la naturaleza de cada una de las demás especies, sino, por el con-trario, afirmar que es el ser humano quien las in-vestiga, y que de este marco de referencia le es imposible escapar, que antes de hacer una lec-tura del resto de la naturaleza, ha de percatarse de su propia lectura, del saber qué hacer ver, del conocimiento autobiográfico que es inherente al abordaje y creación de saberes con respecto a las distintas expresiones de vida. Los perros no sien-ten “tristeza” o “alegría”, no se sienten “solos” o “acompañados”, esas son características propias de nuestra especie (yo tengo una perra a la que amo, aclaro). La naturaleza es algo más complejo que las explicaciones que podamos inventarle.

LUIS CLAVIJO MORENOPsicología - VII semestreUNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

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SOBRE EL VIVIR Y EL SOBREVIVIR

Vamos a un bosque y sentémonos bajo un árbol. Sabemos que no sólo estamos el árbol y nosotros, también nos acompaña el Sol que se pone y la Luna que se avecina, las nubes bailan con el vien-to y nosotros somos la baldosa gustosa. Todo flu-ye en un solo sistema que se modifica, evoluciona y se revoluciona constantemente, movimiento que no da espera a que busquemos el metro o el escalpelo, y lo más importante, que no somos visitantes en tal escenario, sino protagonistas re-creadores del mismo, no hay forma de no estar estando, no podemos ser imparciales o neutra-les, porque de entrada, en nuestra relación con lo real, lo estamos modificando todo, somos parte de una misma vida.

Pretendemos emprender la inútil tarea de des-nudar a la vida de su inherente libertad, cree-mos que hay árboles “torcidos” porque no nos damos cuenta que los árboles rectos no exis-ten. Con la intención de reducir la naturaleza a leyes, sometemos a la vida de forma violenta a nuestros designios, con la horrible intención de controlarla, vamos de manera desbordada hacia nuestro propio encierro. Abordamos lo real des-de conocimientos concretos como piedras que se desboronan con el viento, sin saber quién es el que los aprehende y con qué intenciones. No tendríamos la intención de controlar a las demás especies si no tuviéramos, a nivel interno, tal pre-tensión. Bajo el interés del control encontramos como única posibilidad de organización social, la institución policiva, reaccionaria, la misma insufi-ciencia que vemos en una medicina que se dedica simplemente a extirpar “males” o dolores del ser

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MOVIMIENTO

humano, sin saber cómo éstos hacen parte de la misma humanidad de quien los “padece”.

Somos vida, inevitable e invariablemente, somos movimiento y no tenemos escape de la grandio-sa tarea que es recrear la realidad, reconfigurar al mundo, tenemos en cada uno de nosotros la carga total de la humanidad, los conocimientos y sentimientos de nuestra especie. Inevitablemen-te nos movemos, y cada paso que damos modifi-ca al universo que habitamos. Con toda libertad legitimamos la vida que creemos conveniente para todos.

Y desde aquí, afirmo que no hay peor daño que sobrevivir, o vivir bajo la mentira de la seguridad, de un estado que debemos mantener estático. No hay pasado que condene el presente que vivimos, todo dolor es siempre distinto, como los placeres y los miedos, nosotros mismos decidimos traducir esa riqueza presente en teorías obsoletas para cu-rar males que probablemente ya no padecemos, tratando de abordar la novedad desde las accio-nes que en el pasado “hubieran” servido. Es como si el interés, con ayuda del amoldamiento al pasa-do, fuera más el de huirle al inminente presente, cosa imposible. Cada instante despierta en mi or-

ganismo diferentes sentimientos, pensamientos, mis acciones se configuran dependiendo de cómo defino mi actuación en cada escenario, y en qué escenarios elijo moverme. En qué contextos me desenvuelvo.

No estoy condenado a nada, la vida es un acto espontáneo, la realidad tiene un sabor distinto todo el tiempo, es decir, lo más inútil es clasificar la vida por momentos (o destrozarla con análisis), ahora mismo me es insuficiente la memoria gus-tativa, en este instante la vida tiene un sabor no archivado previamente.

Entonces mi invitación a vivir más que a sobrevivir. Necesitamos comida, ropa, techo y otras cosas, y la búsqueda empleada para satisfacer tales nece-sidades es totalmente natural, lo importante es saber que en esta búsqueda cotidiana se mueve la totalidad de nuestra vida. No sólo vamos todos los días a las oficinas, o a las fábricas, o de puerta en puerta, de calle en calle, buscando un simple sustento económico (sobreviviendo). Vamos re-construyendo nuestra vida todo el tiempo, vamos modificando lo más profundo de nuestro ser por más monótono que parezca cada instante. El jefe me sacó la piedra en la tarde y me sentí asqueado

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SOCIOLOGÍA

todo el resto del día, de pronto hoy no comí sino una sola vez, pero buscando qué comer encontré al amor de mis noches próximas, quién sabe, el amor de mi vida. Mi novia murió, quedé con un vacío que me afirma como humano apasionado, sufrir hace parte de la vida, el dolor es inherente a la humanidad, como el placer. Aunque prefiero aclarar que, bajo mi impresión, lo que llamamos muerte es una mentira.

Si el mundo es miserable, es debido a las paupé-rrimas ambiciones que tenemos con él. Queremos sólo satisfacer nuestras necesidades, sabiendo cuán inútil puede ser esta tarea, en medio de una cultura encargada de empobrecer al ser humano, creándole necesidades adinfinitum (ya no tene-mos que lavar sólo los dientes, los “científicos” de algunas empresas dentales “encontraron” que el 80% de los males bucales se encuentran en las encías, lengua y mejillas. El día de mañana necesitaremos un cepillo distinto para cada uno de los treinta y tantos dientes que tenemos). No sólo reaccionamos a la vida para sobrevivir, todo el tiempo la accionamos de modo que nos refleja exactamente tal cual somos, hasta el más mínimo dolor de cabeza es tan digno de comprensión (de su gran complejidad) como la forma en que per-mitimos que nos gobiernen (más que la forma en que nos gobiernan), que a veces me duele el es-tómago porque quiero vomitar toda la porquería que me he comido en el trabajo, convirtiendo mi espacio laboral en tan horrenda cocina. Por más que esconda estas sensaciones no dejan de estar presentes en mi vida, en la de los demás, en la de todos. Somos responsables del sitio en que esta-mos. Nunca somos pasivos, así ésta sea nuestra pretensión. Pasividad es una palabra que, depen-diendo de las circunstancias en las que se encuentra inmersa, puede significar, rabia, miedo, o ganas de… Puede ser lo que yo, profundamente, busco. La ex-presión externa de una acción, manifiesta siempre todo el movimiento complejo en medio del cual se encuentra, donde se mueven todas las sensibilida-des y emocionalidades, las cuales enriquecen cada fenómeno, dan cuenta de la presencia de cada ser en determinado escenario, y de la forma como nos movemos en los escenarios que elegimos.

Inevitablemente, somos seres inmersos entre la humanidad. No tenemos forma de abandonar al otro, a mi lado están quienes hacen posible mi vida, y vamos juntos como un solo organismo, conformado por distintas emocionalidades, dis-tintos sueños y miedos, distintas historias que re-nuevan la única historia: la de la raza del mono. A veces, a tu lado me da rabia, y entonces, em-piezo a reaccionar desde mi propia naturaleza, o te puedo decir alguna mentirilla porque me da vergüenza contarte una verdad. Vida es vida en relación, el otro hace bullir mi naturaleza y deve-lármela en su pureza más sutil. Si demando liber-tad a la vida, tengo que empezar por regalársela a mis hermanos, como el amor, que es producto de la creatividad de dos (o más), el amor como un canal que fluye y nos inunda, como un sistema de comunicación directa con la vida, un sistema de comunicación olvidado; ¿quién necesita amor cuando hay celulares?

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MOVIMIENTO

ALEJANDRA DÍAZSociología - VI semestre

UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

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¿Cuál es el lío en que podamos ser amigos?

Ante todo, familia

Una dulce mirada, una tierna palabra...

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KAREN TOVARSociología - V semestreUNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

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Rostros de nuestra América

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Recordando desde el cuarto escalón en que so-lía sentarse, después de haber pasado una y otra vez por la misma tienda, esa que le traía gratos recuerdos; pues fue allí que se dio cuenta de que era un majadero.

A fin de cuentas, vino a saber en ese mismo lugar, después de sucesivos pensamientos, que el necio no era él, sino sus oídos, su fascinación por los relatos y accidentes ajenos; de otros necios.

Entonces fue así, que se fue acordando de los acontecimientos de la señora Patricia, aquella se-ñora que veía cada ocho días, en esas casualida-des de la vida; o simplemente porque había un punto en donde se encontraban los dos caminos en su pedregoso andar. Así pues, sus recuerdos lo envolvían en que detrás de la señora Patricia se encontraba un mundo, una idea y una existencia digna de imaginar, tal vez, porque era absurda.

No se explicaba si era su jocosidad, su aprehen-sión del sufrimiento, lo que lo atraía, pues, la se-ñora Patricia, como toda mamá, cascada por los avatares de su oficio, tenía dos jefes directos, uno en su casa al lado de su almohada y el otro en sus exiguos trabajos. Ahora bien, en el diccionario de los anaqueles de cualquier casa, dice que jefeeselsuperiordeuncuerpouoficio; ya ha quedado claro que las definiciones quedan cortas cuando de lo real se trata, pues, el de la casa se demoraba más en abrir la puerta que en pronunciar –Patri-cia tengo hambre, la borrachera aprieta y no da espera–, como era de suponer, la señora Patricia en su más espléndido realismo, contestaba totea-

JUAN CAMILO LAVERDE MORENOSociología - VI semestreUNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

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LA SEÑORA QUE LUCHA SUS PENURIAS PORQUE AÚN SIGUE VIVA

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da de la risa, sin temer la reacción del otro –Ho-racio, usted sabe que no hay nada, además, si se almuerza no se come–; sin embargo, no fue sino que éste frunciera el ceño y ya estaba en la casa de doña Melba, intentando, no penosamente, acomodar algo para el “gran Horacio”.

Cabe mencionar, por un momento, quién es Ho-racio y su vínculo con la señora Patricia. Así que, Horacio era un tipo alto, con un bigote caracte-rístico que le hacía juego con su mirada seria y amenazante, de esas que dan órdenes con sólo subir los párpados. Ahora, su vínculo con la seño-ra Patricia eran dos hermosas niñas, abejas como si fuesen solas. Por lo pronto, mejor recordar a Horacio como esos pasajes mentales, como una fotografía que pasa de una mano a otra en menos de dos segundos, pues así era éste; de repente sa-lía con que se marchaba por un buen tiempo, las cosas ahí estaban muy jodidas, por eso decía, de la manera menos coherente, –Patricia, creo que le toca quedarse otro tiempo con las niñas, yo miro a ver que le puedo mandar, porque lo que soy yo, me largo a trabajar en una represa por los lados de la Guajira–, habían dicho por la zona, que ne-cesitaban personas con aguante, no flojos y quién mejor que éste y quienes mejor que otros. Así era su panorama, lo más conveniente era pasar las desventuras lejos, que pasar vergüenza por ahí cerca. Sin más preámbulos, Horacio se fue, nadie sabe si a la Guajira, o si en la represa está, la única certeza es que no se sabe si volverá.

Después de este corto pasaje, el recuerdo se ha montado sobre algo más espléndido, las dos ni-ñas. La señora Patricia tenía bajo su esfuerzo, en las ampollas de sus dedos y en el cansancio de las piernas a sus hijas, todavía más graciosas y con menos peripecias. La menor, con sus ojos color no sé qué; sólo había que verlos, sólo los recuer-do como bellos, tal vez por eso habla poco, deja que sus ojos se expresen, permite que le lloren al mundo y que lo reten de frente. Por eso, se ocu-pa tanto de los perros, no hablan nada, pero di-cen más; y así se fue enfureciendo con su madre cuando sacaba a un cachorro de la casa, dicién-dole –Mami, no sea cruel, permítame tenerlo, se

incomoda menos en estas piedras que en las de la calle y si de comer se trata, ya encontraremos algo para que traguemos juntos–, rápidamente, la señora Patricia contestó -Sumercé sabe que eso es lo de menos, lo único que me preocupa son las palabras del doctor, un perro no le sienta bien para su salud y en estos momentos, el palo no está pa` cucharas–.

A la niña lo que menos le preocupaba eran las fra-secitas del doctor, si éste ni siquiera daba con el chiste cuando le dolían sus huesos, menos iba a saber del exilio de un perro por inoportuno.

El doctor repetía en varias ocasiones a la seño-ra Patricia –Oiga, pero esta niña sí que está bajita de peso, mire a ver– y sin divagar lo suficiente, la doña le respondía –Pero doctor, no me diga eso, porque cuando la subo en mis piernas, ¡esos huesos le pesan!–. La señora Patricia nunca falla, siempre encuentra una buena y real respuesta a los falsos interrogantes, sus sentidos nunca le jue-gan malas pasadas.

Qué más daba, los recuerdos en cuanto se pien-san no vacilan en esfumarse más rápido, es un pecado traerlos a la memoria, mejor es dejarlos donde se encontraron. Por eso culmina, recor-dando a la señora Patricia, bajando por las calles de la loma, gritándole a su hija mayor –Mija en vez de estar buscando lo que no se le ha perdido con ese muchachito, me hace el favor y se entra y repite las lecciones de la escuela–.

Y el majadero, sigue y sigue recordando, ya no en el mismo lugar, ha bajado del cuarto al tercer es-calón, algunas veces piensa y se levanta.

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MOVIMIENTO

Si yo pudiera mantener incólumes las costumbres de mis ancestrosY adherir como una segunda piel a la mía los ideales que más quiero,Si pudiera hacer simbiosis con Martí y no despreciar lo que de Latinoamérica hay en míPodría afirmar ser una guerrera colosal de la cultura.

Pero el bombardeo no se hace esperarLa globalización es el pan nuestro de todos los díasY sería bastante iluso e infantil Creer que puedo salir ileso si coqueteo con ese monstruo.

La diversificación me seduce: cine, video, música, información…¿Sería incorrecto tomar lo mejor de otras culturas?Me aterra perder identidad pero con igual intensidadMe horroriza quedarme anquilosada y no avanzar.

Queríamos libertad del yugo españolPero seguimos conservando las denominaciones foráneasNuestra Pamplona no es menos que la de la madre patriaY Bogotá sigue siendo la Atenas suramericana.

¿Y al indígena quién le asiste?Es el que más duramente ha sido golpeadoDesterrado y humillado le hemos quitadoNo sólo su identidad sino su propia alma.

DEVANEOS

SARAI ANDREA GÓMEZ CÁCERESFacultad de Comunicación SocialUNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

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Escolio

A los caídos de este mundo y sus alter-egos, Perdidos en medio de la nada e inciertas manos de ignorancia…

1. Invade la decadencia, adonis declinación. Esta solfa demacrada no quiere dejar el pasaje li-bre.

2. He llegado a pensar que es estrictamente pe-ligroso dejar el miedo al papel, pues puede entre-garme representaciones nocivas de todas estas situaciones. …Sí, señor, envíeme el Trento de sus jofainas que yo no estaré dispuesto a otra cosa distinta que a apreciarlos juiciosamente, reír, car-cajear y dispersar un poco mi mente burlando el impulso de admirar-te, porque ya tengo El Tren-to…

3. ¿Ves cómo es de fácil despeñar? ¿Hallas la magnitud de lo que me empieza? ¡ha! Y con el bolígrafo mejor ni más. Quiero ahora después de tantas horas beberme el abatido deseo de volver a saber que el impulso y la condición son los apro-piados. Y así, su draconiana majestad Jean-Luc quedó Sin aliento: Pierrotlefou.

4. Esa cosa hiede a música, y me altera los re-pasos, déjala pasar toda, aunque no es necesario todavía dejar pasar el turno.

5. Un solo círculo quiere instigar, de corazo-nes pálidos de la estática y respiraciones recogi-das por la extraña fluctuación del humo, puede ser confundible pero ¡OJO!, no hay presura, es simplemente el aire que conmueve el humo a su

GIOVANNY JARAMILLO ROJASSociología - IX semestreUNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

VEINTE CASOS EN UN SOLO ESCOLIO

paso entregándole la esencia de las ideas y mur-muraciones de la lucidez.

6. El carro va muy rápido, hay un sol extenuan-te y latoso de tarde llanera norteamericana, por los lados de las avenidas largonas que conducen a un lugar invisible, porque las películas siempre terminan ahí. Yo creo que después del beso de los protagonistas viene esa reflexión fastidiosa sobre el hoy y el ahora, (ellos nunca tendrán idea de cuál es su futuro próximo). Para este desgraciado calor se recomendarían unas cervezas compradas en el último súper del último lugar del lugar invisible (Yoknapatawpha, para Faulkner) porque pronto llegará otra historia, quizá no tan calurosa.

7. Un Bar en el sur de Londres, donde todavía los viejos escuchan Pink Floyd y recordando su vieja vida al son de esa linda melodía, con el pasar de los tragos y la colaboración del barman se im-buyen en un afán de exquisitez porque obligan al vicio del comer para poder descansar para volver a ir a trabajar e inmortalizarse, para escuchar Pink Floyd, tomar unos tragos comer y descansar…

8. Las hormigas de la ciudad se mueven de ma-nera tan circular que se podría llegar a la conclu-sión de que se mueven circularmente. Además es notable hasta para el más pésimo de los mirones que (éstas) se encuentran en caos, en perdición, sin norte. Pero qué más da, es un desenfreno y una tradición, además es de noche, harán a su manera lo que yo hago con ellos. Esos corredores son la vil introducción de la ausencia de cambio y el imperio de la repetición, ¿sería mejor quedar-se?

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MOVIMIENTO

9. Destrucción, bis bis bis, resulta ¿más o me-nos? cómodo odiar cuando se ama.

10. No me dejes solo. Pues me obligarías a irme de este mundo, ayúdame. Ello, ¿me hallas?

11. Las guerras entre esos hombres de corbatas multicolores y discursos polifacéticos muestran lo elevada e intocable que es la convicción huma-na… resulta tan susceptible esta suerte que se ge-nerarían más guerras de la guerra que supuesta-mente hay entre ellos y, detrás de ellos, nosotros. …Tropicales, friolentos, templados, con nieve o áridos, da lo mismo, también tienen piel y boca y creen pensar, con eso basta para apilar, apalear y des-aparear la convulsión misantrópica.

12. Los golpes prometidos en veinte o treinta años, aquellos que recibimos todos los días por parte de fantasmas que agonizan en el intento de bondad. Me puedes pegar, cuando quieras, jamás encontraría forma más romántica de reiterar de-pendencia, en la vida apreciaría más una poesía que un buen golpe convencido de sí mismo. ¡Pa-rame varón de los motores!

13. La cobardía, el miedo que retorció al Fausto, el disgusto por éste y todos los mundos que sólo pudo saciar Mefistófeles en medio de la noche, aún cuando las resonancias de la salvación anun-ciaban la asunción de un señor que hoy vuelve vi-ciosas a las señoras y estropeados a sus lamenta-bles hijos. Ya Kafka habló de un abogado, que era naturalmente él mismo, pendiente de una buro-cracia interior que frustró su metamorfosis en pro de la confianza, pues: en tiempos de dogma inútil y exacerbado “maldito el hombre que confía en el hombre”.

14. No quería saber ya de ellos, ni de mi, pues nadie es capaz de regocijarse racionalmente tras el insulto fructuoso de un ocioso destino barroco salido de la entelequia inconsciente de tánatos, es decir del meollo bienhechor, de su realidad y su recóndita concreción.

15. Yo escuché anoche esas notas que acaricia-ban nuestras palabras, hablaban de un amarillo y algo ledbetter. Estaba conforme, aunque no podía evitar echarme en cara un poco más de lo debido.

16. No me vaticino una vida para buscar el re-cuerdo sólo en la muerte, por el contrario, en vida vivo con el recuerdo y en la muerte alguien vivirá recordándome.

17. Puede ser que entre en la política, cosa pro-terva y muy aburrida, partido conservador si me da la gana de ser lo que explícitamente no soy.

18. Este mundo necesita de más sexo y más vio-lencia, pero no de mí que sólo me he dedicado al gran milagro de sentir-me exangüe. Así, muchas almas, sólo un Yo.

19. En un principio hubo una escisión con res-pecto a lo que los otros pensaban. Quizás no se trataba de simples conjeturas alusivas al bien del hombre común, o a paradigmas de mentes simples que pretendían la iluminación del ser supraterrenal. Ahora estoy en los confines de las fronteras emergentes, en el centralismo de la su-posición infantil, ya no quiere convertirse, ya no es el mejor momento, ahora es la pista del esta-do memorial… Voto por aquellos que aceptaron alternamente (soy yo como confuso)…viva la mejoría de las clases copiosas y copionas…me ar-gumento…me siento tangible. me siento dema-siado natural, simple en la grandeza de los muros de Luis XIV por mi borracha pretensión.

20. Existí sentado al lado de la pila enlaflorestadelaenajenación hasta ida la media noche.

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SOCIOLOGÍA

Un deseo

Las manos al humano lo defi nenusando ambas se lava bien la cara.La derecha a la izquierda, son afi nesy un espejo lo expone ya a las claras.Si la diestra a la zurda la separala armonía se pierde sin sus fi nes.Desde lejos escuchan y... comparany sólo las oirán que desafi nen.El hombre ya convive con sus manosy juntas labran campos de bonanza.Separadas nos quitan la esperanza.América de pronto necesita:aprender la experiencia de otros airesdo ambas manos se lucen con donaire.¡Qué el árbol no nos tape todo el bosque!Y sus ramas tan fuertes ¡Ya se busquen!

PEDRO NICOLÁS FREGA Buenos Aires - República Argentina

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Una sola moneda

Aprender de países con historiaes legado de América sumisa

al ver que ellos se unieron con memoriause...mos el ati sbo cual premisa.

La unión hace la fuerza y suma gloriaaunados caminemos no de prisacon ese paso fi rme de una noria

por llegar al desti no que idealiza.Una moneda sólida que avale

a todos los países de habla hispanaes el esfuerzo que por costo, vale.Luchar con el tesón que nos avalay a nuestros corazones los invade

por saber que el dinero, es más que balas.

Dedicado a nosotros los lati noamericanos.

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MOVIMIENTO

MAURICIO POVEDASociología - X semestre

UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

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Claroscuro

El señor de los mamoncillosLugar Antioquia Salvame del Rio Lugar Rio Cauca,

Colombia

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SOCIOLOGÍA

MAURICIO POVEDASociología - X semestreUNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

[email protected]

YURI MARTÍNEZSociología - VI semestre

UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

[email protected]

Nuestra historia

Tabaquiando. Lugar San Gil Santander

Mujer

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MOVIMIENTO

No hay razones

Deja que mis manos se impregnen de escritura, poesía y pintura, deja que mis oídos se ensordezcan de música y cuentos. Deja que mi cuerpo se encalambre y se canse por el baile, deja que mi piel sienta la lluvia, y que mis ropas se mojen sin temor a que enferme.

Deja que mi voz se oiga, que pueda decir palabras de amor o reclamo; deja que yo pueda decidir mi sexo, maternidad, o quizás la soledad; deja que yo pueda conocer a otros u otras, con quienes compartir el lecho.

Déjame contar mis historias y relatos, de lo que fui y lo que soy. No niegues mi existencia, y ¡jamás vuelvas a golpearla¡

Costumbre

A veces nos acostumbramos tanto, que cualquier cosa ya no nos sorprende. En ocasiones la muerte es un número más que entra a los registros para ser olvidada. La violencia nos enferma:

En la autopsia se halló el cuerpo de un hombre adulto con trauma por proyectil arma de fuego (PAF) y múltiples lesiones contusas y abrasiones en cabeza. A la exploración interna se halla frac-tura de cráneo y laceración encefálica por PAF, le-siones aptas para causar la muerte.

En cavidad torácica y abdominal no se hallaron lesiones circulares, como tampoco alteraciones anatomopatológicas. Durante el examen exter-no llamó la atención que se encontraron lesiones circulares completas e incompletas en el cráneo

PEDRO CÁRDENASSociólogoUNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

[email protected]

(quiere decir esto, que con la punta del cañón del arma, el individuo fue golpeado en la cabeza en repetidas ocasiones).

En la exploración de los músculos del cuello y cara, se hallaron hematomas en músculos de cue-llo derecho e izquierdo que se extiende hasta la región submentoniana, la cual está fracturada en dos partes, al parecer, por golpes con un arma contundente.

CONCLUSIÓN PERRICIAL 1: En el contexto de la in-formación aportada y los hallazgos de necropsia, se trata de un hombre adulto que muere por el impacto de un proyectil de arma de fuego en el cráneo.

CONCLUSIÓN PERICIAL 2: El nombre de la víctima se desconoce. No hay dolientes.

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SOCIOLOGÍA

¿Te acuerdas…?Te acuerdas, cuando en vez de pisar muertos

Caminos por cafetales.Te acuerdas, cuando en vez de oír tiros

Cantaron aquellas mujeres al lado del mar.Te acuerdas, cuando en vez de llorar de dolor

Lloramos de risa por ver salir el sol.Te acuerdas, cuando en vez de esquivar minas

Saltábamos entre los charcos.Te acuerdas, cuando en vez de sentir olores a gas

Sentíamos suaves y delicados olores de deliciosas frutas.Te acuerdas… te acuerdas…

Todo quedo en el recuerdo, no hay marcha atrás,La muerte es algo irremediable.

MARÍA ALEJANDRA DÍAZ ALVARADOSociología - VI semestre UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

TE ACUERDAS…

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MOVIMIENTO

Absurda flor en tierra seca que se queja en silencioSaboreando el dolor que deja la fuerza de la tormentaQue aparece repentina para revivirla, destruirla y matarla.

La perspicaz angustia se alimenta de tí Mientras se envuelve para acariciar mi alma con la suyaY revivir en mí el llanto del nacimiento.

Toneladas de intranquilidad Petrificadas al vacío con mi memoria

Para confundirse con ella Y hacer desaparecer la verdadera esencia

De la interrogación.

Hasta siempreHasta nunca

Hasta

ALEJANDRO PENAGOS DÍAZSociología - VII semestreUNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

[email protected]

TERRUÑO

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82

MOVIMIENTO

Escuela de Circo Contemporáneo para jóvenesBOGOTÁ, D.C.

Metrópoli Colombia, CircoCiudad con el apoyo del Programa Nacional de Concertación del Ministerio de Cultura abre convocatoria para un programa de formación en artes circenses. Dirigido a jóvenes entre los 18-35 años; duración 8 mesesLugar: Carpa Azul de CircoCiudad en Ciudad Bolívar, BogotáJueves 26 de marzo de 2009 al Martes 15 de diciembre de 2009

CircoCiudad - Metrópoli Colombia2451678 - 3168214631 - Dg 42 A No 19-17promocionarti sti [email protected]

www.circociudad.org

Festi val Iberoamericano de Teatro de Bogotá“Únete a la fi esta, el festi val es tuyo”

Teatro de sala - teatro de calle - teatro joventeatro gestual - tí teres - narración oral

teatro comunitario

19 de marzo al 4 de abril de 2010

Corporación Festi val Iberoamericano de Teatro Carrera 19 No. 37-53, Bogotá, Colombia

www.festi valdeteatro.com.co

Nobsa somos todos un solo pesebreNOBSA - BOYACÁDurante las fechas de fi n de año, el municipio de Nobsa elabora un pesebre con muñecos en

movimiento gracias a la creati vidad de los habitantes; además, se instala una iluminación muy atracti va en diferentes sectores del municipio

Lunes 7 de diciembre de 2009 al Sábado 16 de enero de 2010Alcaldía de Nobsa(310) 5625494 - Carrera 9 No. 6 -80incierti [email protected] permanente introducción al dibujo

artí sti co e iniciación a las artes plásti cas

BUCARAMANGA - SANTANDER

El Insti tuto Municipal de Cultura y Turismo de

Bucaramanga invita a la comunidad a inscribirse en el

Taller de Dibujo Artí sti co e Iniciación a las Artes Plásti cas

dirigido por la tallerista Cecilia Rodríguez Melo.

El taller y las inscripciones se realizarán los sábados

de 2:00 a 6:00 p.m en el salón de pintura de la

Biblioteca Gabriel Turbay y ti ene un valor de $85.000

Martes 10 de febrero de 2009 al

Viernes 11 de diciembre de 2009

Insti tuto Municipal de Cultura

3641132 - calle 30 # 26-117

[email protected]

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83

SOCIOLOGÍA

Exposición Roger Pfund, pintura y billetes

Exposición con diferentes bocetos e impresiones de

billetes y documentos de seguridad como los

pasaportes suizos, junto al trabajo plásti co de Roger

Pfund, del que sobresalen sus retratos a María Callas,

Arthur Rambeau, Marcel Prust y Pablo Picasso, entre

otros. Más que una exposición de numismáti ca, se

trata de una muestra de arte contemporáneo que

permite evidenciar el carácter artí sti co de los billetes

Viernes 11 de septi embre de 2009 al

Martes 10 de noviembre de 2009

Banco de la República - Casa de Moneda

343 12 12 - Cll 11 #4-93Entrada libre

Centro Cultural Planetario de Bogotá

Un recorrido por los ocho planetas y Plutón para conocer sus principales característi cas: dimensiones, distancias al Sol, lunas, anillos, superfi cies, atmósferas y temperaturas

Origen de la vida - Hora: 11 a.m. / 4 p.m. (proyección nueva). Es un recorrido inspirado a través del ti empo que celebra de manera majestuosa la aparición de la vida en la Tierra

Al límite - Hora: 2:30 p.m. (proyección nueva)

Un fascinante viaje al límite del universo en el que podrá entender que el espacio exterior es muy grande para nosotros como seres humanos

Viaje por el sistema solar - Hora: 10 a.m. (proyección tradicional). De martes a domingo en la cúpula del Planetario

3344546/48/71 ext. 414 - Carrera 6ª No. [email protected]

Público en general: $ 3.500 Estudiantes con carné: $ 2.500

Palabras ViajantesMEDELLÍN - ANTIOQUIA

Este es un programa mensual con el que queremos difundir la

cuentería como una expresión artí sti ca de gran valor cultural

y resaltar la palabra como vehículo de transformación y de

expresión de la vida y la cultura, generando espacios de en-

cuentro en la ciudad, donde se cuente, se converse y se con-

serve el patrimonio oral y se vigorice la oralidad, pero sobre

todo, donde se escuche al otro. En el primer encuentro del

año 2009, tendremos los espectáculos de Teresita Vásquez y

Jota Villaza

Miércoles 25 de febrero de 2009 al

Sábado 28 de noviembre de 2009

Corporación Cultural Vivapalabra

2396104 - Calle 55 No. 4-63

[email protected]

www.vivapalabra.com

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MOVIMIENTO

Centro Cultural Gabriel García Márquez Enero 28 (miércoles)Infanti l - taller de música para niños entre 8 y 12

años Inscripciones hasta el 20 de enero Lugar: Auditorio infanti l - 9 a 11 a.m. 2832200 ext. 101Enero 31 (sábado)Acti vidad especial - tarde de músicaLugar: Plazoleta Central - 5 a 7 p.m.Eventos sin costo 2832200 ext. 108Calle de la enseñanza (calle 11) No 5 - 60

Un Dios salvaje lo cortés no quita lo besti a

Con un lenguaje sarcásti co, una escenografí a minima-

lista y cuatro grandes actores llega a Colombia “Un Dios

Salvaje”, la nueva obra de la dramaturga francesa Yas-

mina Reza, reconocida mundialmente por “Art” y “Tres

versiones de la vida”. Ernesto Benjumea, Rosario Jarami-

llo, Victoria Góngora y Ricardo Leguízamo protagonizan

esta historia de dos parejas que intentan solucionar el

confl icto que se genera por una pelea entre sus hijos de

11 y 9 años. Acti tudes dominantes, símbolos de cortesía,

confl ictos de pareja y diferentes visiones del hecho hacen

parte de esta inteligente comedia donde todos terminan

demostrando la complejidad de las relaciones humanas.

Una obra de modales sin modales, producida por el Tea-

tro Nacional y dirigida por Adela Donadio

Miércoles 23 de septi embre de 2009 al

Sábado 19 de diciembre de 2009

Teatro Nacional de la Calle 71

217 45 77 - Cll 71 #10-25

Miércoles a viernes 8:30 p.m.

Sábado 6:00 p.m. y 8:30 p.m.

Costo y reservas $35.000 único precio

Escuelas de Formación Artí sti ca y Cultural 2009

TABIO - CUNDINAMARCA

Escuelas de formación artí sti ca y cultural del Insti tuto Municipal

de Cultura Joaquín Piñeros Corpas de Tabio 2009

Martes 17 de febrero de 2009 al

Martes 17 de noviembre de 2009

Insti tuto Municipal de Cultura Joaquín Piñeros Corpas de Tabio

(091) 8647264 - Calle 4 Carrera 4 esquina

Parque Principal de Tabio

[email protected]

www.tabio-cundinamarca.gov.co

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SOCIOLOGÍA

PARA ESTAR EN

ORIENTACIONES PARA AUTORES

Movimiento es una revista de estudiantes de la Facultad de Sociología de la Universidad Santo Tomás. Está abierta a estudiantes que deseen dar a conocer sus trabajos con aspectos relacionados con la So-ciología. Asimismo, es un medio de expresión estética para los autores y un canal de difusión de eventos académicos y culturales, siguiendo para ello las siguientes normas:

1. Los trabajos destinados a ser publicados deben ser artículos originales y representar un aporte a la investigación y el análisis desde la mirada sociológica que permita entender, interpretar y analizar la compleja realidad social.

2. Los textos deben ser presentados en tamaño carta, arial 12 puntos, con 1.5 espacios, y su extensión no debe sobrepasar las 4 cuartillas. Debe agregarse archivo magnético del documento en Word e incluir cuadros, gráficas, tablas y anexos, si el artículo los tiene.

3. Las imágenes deben entregarse en formato JPEG.

4. Los cuadros, gráficos o figuras deberán aparecer numerados de manera continua e indicando en el texto lugar en que deben aparecer o si deben figurar como anexos.

5. En su aspecto formal, los trabajos deberán contar con las normas establecidas por Icontec para la publicación de trabajos científicos. La forma de citar referencias a pie de pagina y en la bibliografía de-berán conservar las siguientes reglas:

a. Libros: APELLIDOS, Nombres. Titulo del libro. Número de edición (ed.), Nombre y Apellido del traductor (tr.). Ciudad donde se edito. Año de edición. b. Revistas: APELLIDOS, Nombres. Titulo del artículo. En: Titulo de la revista, volumen (vol.). año de edición, numero (n.), lugar de publicación: años de publicación, paginas (pp.)c. Paginas electrónicas: APELLIDOS, Nombre. (E-mail del autor). Titulo del trabajo o nombre del sitio Web. (dirección electrónica completa con http). dd/mm/aa. De creación o última actualización, ultima consulta: mm/aa.

6. Al final del trabajo debe incluirse la lista de referencias bibliográficas ordenadas alfabéticamente.

7. Los originales enviados a la revista Movimiento no serán devueltos y el Comité Editorial está en la libertad de escoger los materiales a ser publicados. La corrección de pruebas del material a publicar será cotejada con el original, respetando el estilo utilizado por el autor o los autores.

8. Las ideas expresadas en los artículos serán responsabilidad de cada autor.

9. Los trabajos deberán remitirse a: [email protected]

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