Navegad Siempre Con Rumbo

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NAVEGAD SIEMPRE CON RUMBO 1 Cuando vamos a cualquier puerto y vemos los barcos allí atracados en un día de tempestad, sabemos que es el lugar más seguro en el que pueden estar, protegidos y resguardados de las inclemencias del mar y del tiempo. 2 Sin embargo, los barcos no han sido creados para permanecer anclados en los puertos, sino para navegar y recorrer los mares. A los puertos, regresan para abastecerse, dejar sus mercancías y para que descansen sus tripulaciones. 3 A partir de cierta edad, los hijos son como los barcos, naves de ensueño y aventuras, que tienen en sus padres puertos seguros a los que poder regresar cuando consideran oportuno. 4 Los padres sabemos que no sólo somos los puertos, hemos sido también su origen y el lugar donde aprendieron a ser lo que son. Los padres hemos sido la academia de los guardiamarinas que un día serán oficiales de su propio destino. 5 Pero no desconocemos que un día, abandonarán su vida familiar para ampliar su vida propia. De la generosidad de saber 1

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NAVEGAD SIEMPRE CON RUMBO1 Cuando vamos a cualquier puerto y vemos los barcos all atracados en un da de tempestad, sabemos que es el lugar ms seguro en el que pueden estar, protegidos y resguardados de las inclemencias del mar y del tiempo.2 Sin embargo, los barcos no han sido creados para permanecer anclados en los puertos, sino para navegar y recorrer los mares. A los puertos, regresan para abastecerse, dejar sus mercancas y para que descansen sus tripulaciones.3 A partir de cierta edad, los hijos son como los barcos, naves de ensueo y aventuras, que tienen en sus padres puertos seguros a los que poder regresar cuando consideran oportuno.4 Los padres sabemos que no slo somos los puertos, hemos sido tambin su origen y el lugar donde aprendieron a ser lo que son. Los padres hemos sido la academia de los guardiamarinas que un da sern oficiales de su propio destino.5 Pero no desconocemos que un da, abandonarn su vida familiar para ampliar su vida propia. De la generosidad de saber desprenderse, surge la atraccin por el regreso.6 Nadie puede decidir la ruta de los hijos, aunque nos gustara que no sufrieran ninguna dificultad, sabemos que no ser as, pero tambin sabemos que en la mochila de su viaje llevarn lo que les hemos enseado.7 En esa grata labor, a la que hemos dedicado tiempo y vida, nos han acompaado sus maestros, profesores y colegio en transferirles confianza y comprensin, seguridad en s mismos.8 Nuestros hijos ya saben navegar, han aprendido, y estn dispuestos para hacerlo, y su hoja de ruta la llevan en su interior, en su cabeza los conocimientos y en su corazn, el timn, en la bsqueda de su felicidad, con valores que permanecern a lo largo de su vida, humildad, honestidad, gratitud, generosidad, disciplina ,firmeza, confianza, compaerismo.9 A partir de ahora tendrn que buscar su propia sonrisa ante la vida, tendrn que aprender a manejar sus frustraciones y a resolver sus conflictos, a superar sus miedos a los naufragios y a las derrotas, a los piratas y bucaneros, a los estrechos peligrosos y a la calma de los vientos, a descubrir los lugares que les agradan y rechazar los arrecifes que les pueden destrozar, a navegar cerca de la costa, pero no demasiado prximos y por supuesto, tambin debern saber cmo administrar sus logros y victorias en la vida.10 El viaje por la vida les espera, estn preparados, no debemos detenerles y ellos no deben detenerse.11 Pero, sin embargo, sabiendo lo que sabemos y sintiendo lo que sentimos cun difcil es soltar amarras, dejar que zarpen estos nuevos buques por los ocanos de la vida y despedirse. Aunque se sepa que habr siempre un regreso y la comunicacin seguir siendo permanente, aunque no sea cotidiana y directa, saber que no podemos cuidarles y protegerles, nos incomoda.12 Sin embargo hay que soltar amarras, debemos saber hacerlo, porque nuestros hijos no son slo nuestros, sino tambin ciudadanos del mundo que hoy es suyo, navegantes con el rumbo del sentido comn y la energa del amor que les llevar a nuevos puertos pero que tambin les sabr indicar el regreso a su puerto, a su familia, a su hogar.13 Slo nos queda decirles, buen viaje y volved cuando queris al puerto de vuestro origen, os esperamos en casa. Vivid con toda la intensidad vuestra propia vida, porque nosotros, vuestros padres, hermanos, abuelos, profesores, la viviremos tambin con vosotros.14 Buena mar y buenos vientos. No temis vuestro destino, ni lamentis haber crecido, la vida os espera, para daros lo que anhelis, para qu en un maana podis hacer lo mismo con vuestros propios hijos.

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