NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

48

Transcript of NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

Page 1: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013
Page 2: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013
Page 3: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

3

NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

STAFFEditora Responsable / Directora

LIC. LUCÍA CRISTINA SENDÓN

Director PeriodísticoDIEGO LUIS HERNÁNDEZ

Director de Arte / Diseño GráficoALFREDO MAESTRONI

Secretario de RedacciónMARIANO RIBAS

Redactores de esta ediciónGUILLERMO ABRAMSON

LEONARDO GONZÁLEZ GALLISEBASTIÁN APESTEGUÍA

WALTER GERMANÁMARCELA LEPERA

SANDRA COSTASABRINA MOTTINO

ColaboradoresDr. Juan Carlos Forte, Luis Raineri, Carlos Di

Nallo, Sergio Eguivar, Omar Mangini, CarolinaVentiades, Luciano Gabardi, Leonardo Julio,

Luis Argerich, Adriana Ruidíaz.

CorrectoresWalter Germaná, Natalia Jaoand.

AgradecimientosOded Kindermann (AstroJujuy); NASA, NebraskaSPG, Univ. de Arizona, Univ. de Texas (EE.UU.);UNAM (México); Geological Survey (Canadá).

AdministraciónGRACIELA VÁZQUEZ MARCELA BARBIERI

ImpresiónIMPRENTA 4 COLORES S.A.

www.imprenta4colores.com

EDITORIAL

Bienvenidos a este nuevo número de nuestra querida Si Muove. Esta sexta edición está dedicada,en gran parte, al Sol, nuestra estrella central. Consideramos que puede resultarles de interés conocercómo funciona el Sol, cuál fue su origen y cómo será su futuro. Esta estrella, común y corriente dela Vía Láctea, está transitando la mitad de su vida, pero a medida que envejezca tendrá una evoluciónque estará estrechamente vinculada con la de nuestro planeta y sus condiciones de habitabilidad.Por eso, invitamos al biólogo Leonardo González Galli para que nos cuente cómo los seres vivos lo-gran construirse y perpetuarse a través de su habilidad para utilizar la energía proveniente del Sol, yal paleontólogo Sebastián Apesteguía, para que nos muestre el camino de las extinciones. Tambiénpensamos que era necesario mostrar las diferentes formas de observar al Sol. Nuestro programade observación y fotografía solar lleva ya dos años obteniendo imágenes de nuestra estrella.Otro tema que nos interesó destacar fue nuestra labor en la enseñanza de la Astronomía para losmás chicos. La producción de espectáculos para niños es una tradición que el Planetario de BuenosAires sostiene desde sus inicios. Pero contar un cuento utilizando la nueva tecnología requería deanimaciones y de una producción cercana al cine inmersivo, un proyecto ambicioso que deman-daría sumar dibujantes, animadores y programadores al equipo de producción de espectáculosdel Planetario. Es así que, con la participación de la productora La Casa del Árbol, estrenamos“Una de Piratas”, la primera realización animada y producida por nuestra Institución con todaslas posibilidades que brinda la nueva tecnología.Otra actividad que nos interesó destacar en este número es nuestra última y más elaborada versiónde “El cielo para todos”, curiosa experiencia que propone conocer el cielo con el tacto y el oído,y una de las primeras propuestas a nivel mundial en divulgación de la Astronomía para no viden-tes. Nuevos desafíos nos esperan y estamos ávidos de poder realizarlos para ofrecérselos a nuestrosvisitantes.

Lic. Lucía Cristina SendónDirectora Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”

Reservados todos los derechos. Está permitida la reproducción, distribución,comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de estarevista, en cualquier forma o modalidad, con la condición de mencionar lafuente. Está prohibida toda reproducción, y/o puesta a disposición comoresúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales, directa oindirectamente lucrativos. Registro de la Propiedad Intelectual en trámite.

Revista de divulgación científica del Planetariode la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”

SUMARIO

/// Ayer y hoy. /// Larga vida al astro Rey. /// Miradas al Sol. /// La vida y el Sol.

/// Tardes estrelladas. /// Planetario para ciegos. /// Salidas de observación.

/// Cúmulo globular 47 Tucán. /// Extinctum. /// Cráteres de la Tierra.

/// Cráteres de la Luna. /// AstroJujuy. /// El Sol en la lata.

Ministerio de Cultura

Jefe de Gobierno - Ing. Mauricio MacriMinistro de Cultura - Ing. Hernán Lombardi

Subsecretario de Gestión Cultural - Sr. Alejandro GómezDirectora del Planetario - Lic. Lucía C. Sendón

CÓDIGO QRPágina web /Correo electrónico

[email protected]

Car

los

Di N

allo

.

Page 4: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

AYER Y HOY

Pasión de multitudes

El Planetario de Buenos Aires es realmente popular. Desde su primerafunción, el 13 de junio de 1967, han pasado por su edificio, en losbosques de Palermo, millones de personas. No se puede asegurar quela Astronomía haya despertado tantos adeptos como el fútbol, el de-porte más popular del mundo, pero algo en común tienen. Muycerca de donde hoy se encuentra el Planetario, casualmente, 100 añosantes de su inauguración, se llevó a cabo el primer partido oficial defútbol en nuestro país, el 20 de junio de 1867. Allí mismo se encon-traba el campo de juego del Buenos Ayres Cricket Club, el por entonces“deporte” tradicional que practicaban los ingleses. Un monolito,cerca del caminito de ingreso que da a la calle Belisario Roldán, yuna crónica del diario británico e Standard, son los únicos recuer-dos de este trascendental acontecimiento. Se enfrentaron dos equiposde empleados ingleses de casas de comercio e importación, bursátilesy agropecuarios, aunque no pudieron juntar la cantidad necesaria deplayers, sino que jugaron ocho contra ocho. Los de boinas rojas ven-cieron a los de boinas blancas por 4 a 0. Las pocas decenas de perso-nas que se juntaron ese día en Palermo no sospechaban que, décadasmás tarde, los criollos adoptarían ese deporte como propio. Tampocopodían imaginar que en ese mismo lugar, un siglo después, se levan-taría otra institución que convocaría multitudes, gracias a una cienciaque es una verdadera pasión. n

Piedra libre a Venus

…detrás de la Luna. El domingo 8 deseptiembre nuestro satélite natural ocultóa Venus, y cerca de mil personas se dieroncita para observarlo desde el Planetario.Fue el final de una interesante racha deocultaciones que, casualmente, había co-menzado un año atrás, el 8 de septiembrede 2012, cuando la Luna se interpuso de-lante de Júpiter. En el medio, otras tresocultaciones de Júpiter (en noviembre, di-ciembre y enero) completaron la serie. Elaño próximo, el planeta a ocultar será Sa-turno y, además, tendremos la oportuni-dad de disfrutar, al menos parcialmente,de dos eclipses de Luna, el 15 de abril yel 8 de octubre. n

4

Car

los

Di N

allo

.

Page 5: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

5

ASTROFÍSICA

Larga vida al astro ReyEL SOL

Por Diego Luis Hernández, Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”.

En esta edición de Si Muove queremos dedicar algunos artículos a la vida en la Tierra, a su relación conlos fenómenos astronómicos y a las extinciones masivas. Gracias a los avances de la ciencia sabemoscómo funciona el Sol y por qué su energía es vital para que los seres vivos se desarrollen. La manera enla que se nutren de esa energía será contada por un especialista en biología páginas más adelante. Paraapoyar esas ideas, intentaremos explicar primero qué es el Sol, su historia y su futuro, para luego dedi-carnos a cómo se relaciona con la vida en nuestro planeta y con el entorno.

La caída de Faetón (hijo de Helios en la mitología griega, quien tomó el carro del Sol y se desbarrancó) según la obra de Rubens en 1636.

La importancia del Sol paranuestras vidas es una de las ma-yores certezas que el ser hu-mano ha poseído siempre. Sólo

hace falta parar un rato y pensarlo unpoco para darnos cuenta de que toda lavida en la Tierra depende de la energía, dela luz y del calor del Sol. Las primeras ci-

vilizaciones observaron el crecimiento delas plantas y descubrieron la relación conel hecho de que, en diferentes épocas, elSol realizaba diferentes ciclos, pasaba máso menos tiempo visible en el cielo y alcan-zaba diferentes alturas al mediodía. Todaslas culturas estuvieron íntimamente rela-cionadas con el Sol. Fue una deidad, una

roca ígnea, el padre universal, el símbolode la perfección. Hoy sabemos que esmucho más que eso. Pertenece a un tipode objeto que, seguramente, es el másimportante que existe en el universo:una estrella, cuya única diferencia con lasque vemos por la noche es que estámucho más cerca de nosotros. Entonces,

Page 6: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

6

ASTROFÍSICA

las estrellas son soles lejanos.El Sol, además, colabora en las mutacionesque, de manera muy lenta, hacen evolucio-nar a las especies. Pero también, a la larga,será el encargado de eliminar todo vestigiode vida. Durante varios miles de millonesde años, el Sol se ha mantenido estable. Lascondiciones de habitabilidad en la Tierrase regulan según la cantidad de energía re-cibida del Sol, y esa energía, más allá deciertas variaciones y ciclos (que puedenprovocar extinciones, glaciaciones, derreti-miento de casquetes polares y otras catás-trofes ecológicas), es bastante constante.La ciencia actual puede explicar cómo fun-ciona el Sol y cómo se interrelaciona contoda la ecología de nuestro planeta. Cómoobtienen los seres vivos la energía prove-niente del Sol para realizar sus ciclos vitaleses algo que será contado en La vida y el Sol(página 12). Aquí intentaremos explicar bá-sicamente qué es el Sol, cómo funciona,cómo se desarrolló y cuál será su futuro.

Una del montónEl Sol es una estrella entre casi 400 milmillones de estrellas que hay en la galaxiaVía Láctea (y en el universo hay cientosde miles de millones de galaxias). Se en-cuentra a 27 mil años luz del centro de lagalaxia y da una vuelta completa en tornoa ese centro cada 230 millones de años,arrastrando a todo el Sistema Solar a 300km por segundo. Los 150 millones de kmque separan a la Tierra del Sol resultan in-significantes en la escala galáctica1.Nuestra estrella mide casi 1.400.000 km

de diámetro, en su volumen entraría unmillón de veces la Tierra y representa el99,5% de la masa de todo el SistemaSolar. Su enorme tamaño y masa(330.000 veces la de la Tierra) se traduceen una potente fuerza de gravedad quemantiene a los planetas atrapados, gi-rando a su alrededor.Es una estrella común que está atrave-sando la etapa más larga y estable desu evolución. Hay estrellas más chicas yotras, mil veces más grandes; de diferentestemperaturas y, por consiguiente, de di-ferentes colores. Algunas son solitarias,como el Sol; otras son dobles, triples, séx-tuples, o forman parte de cúmulos.En el Sol se produce una serie de variadosy espectaculares fenómenos, algunos delos cuales reproducimos en las imágenesde nuestra tapa y en el artículo tituladoMiradas al Sol (página 9). La observa-ción a través de diferentes técnicas per-mite mostrar al Sol como un astro activo.En cuestión de horas se pueden ver cam-bios: prominencias que se elevan decenasde miles de kilómetros; enormes lenguasde gas caliente que erupcionan, cambiande forma, brillo y tamaño; finos y oscurosfilamentos; y las clásicas manchas, cuyostamaños pueden superar varias veces al denuestro planeta. Pero, ¿cómo se formó yde dónde salió todo ese material que pro-duce tanta energía?

En un rincón de la galaxia…Hace unos 5000 millones de años, máscerca del borde que del centro del cuerpo

principal de la Vía Láctea, una extensanebulosa de gas2 y polvo, como tantas ennuestra galaxia, comenzó a contraerse y afragmentarse por acción de su propia gra-vedad; probablemente, también, ayudadapor la onda expansiva de alguna explo-sión de supernova cercana. Mientras lanube se contraía, durante unos 500 mi-llones de años, la temperatura y la pre-sión en el centro se elevaban cada vezmás. Cuando el núcleo central superó los10 millones de grados, los átomos de hi-drógeno comenzaron a fusionarse. Anteesas condiciones, los núcleos de los áto-mos experimentan reacciones inconcebi-bles para el tranquilo ambiente terrestre.Cuatro núcleos de hidrógeno, fusionadospor la presión y la temperatura, formanun elemento más pesado, el helio. Esatransformación libera la energía que bañatodo el Sistema Solar y posibilita, entreotras cosas, la vida en la Tierra. (Por lacantidad de masa que posee el Sol, laenergía que se libera equivale a 100.000millones de bombas H por segundo).Cuando eso comenzó a suceder, el Sol seencendió. Así nació el Sol y otras estrellas,de la misma nebulosa. Así nacen las estre-llas. Esos procesos de fusión termonuclearsiguen ocurriendo en el interior del Sol, yes lo que seguirá sucediendo durante unos5000 millones de años más.Después de la formación del Sol, otrosmateriales más pesados, muchos apor-tados por la explosión de la supernovacercana, se distribuyeron de manera di-ferenciada en un disco alrededor de laestrella. Los más pesados, como hierro,carbono, oxígeno, calcio, nitrógeno,permanecieron más cerca de la estrella,y los más volátiles, más alejados. Con eltiempo, ese material se fue fusionando yfue colaborando en la formación de losplanetas, satélites, asteroides, etc.Como resultado de la constante fusión ter-monuclear del hidrógeno en helio, el nú-cleo de la estrella se va compactando ycalentando sostenidamente. El Sol se harácada vez más caliente y energético. Hoy esun 30 % más luminoso que hace 4500 mi-llones de años, y esta tendencia continuará.Como todas las estrellas, el Sol funcionagravitacionalmente porque el enormepeso de sus capas externas oprime su nú-cleo, lo que genera presiones y tempera-turas extraordinarias. Ese núcleo es como

IC 4603 (en Ofiuco y Escorpio), una nebulosa oscura como la que le dio origen al Sol.

Leon

ardo

Jul

io.

Page 7: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

7

ASTROFÍSICA

un horno nuclear a 15 millones de grados,donde cada segundo 700 millones de to-neladas de hidrógeno se fusionan paraconvertirse en helio. Pero la presión delgas y la energía liberada contrarrestan elpeso de las capas exteriores. Sin esa pre-sión, la gravedad haría colapsar a la estre-lla sobre sí misma, debido a su peso. Esun empate constante de fuerzas, entre lagravedad y la presión, lo que hace que laestrella se mantenga en equilibrio. Peroalgún día, ese empate se termina.

El principio del finEl Sol seguirá fusionando hidrógeno a unritmo lento pero cada vez más intenso,aumentando su presión y su temperatura.Dentro de mil millones de años, el Solserá un 10% más caliente que en la actua-lidad, y eso afectará al clima en nuestroplaneta, que paulatinamente se volverá unlugar hostil para toda forma de vida.Mucho tiempo después, cuando el Solesté cerca de sus 12 mil millones de añosde edad, ya no le quedarán reservas dehidrógeno en su núcleo, que será casiexclusivamente de helio. La radiación delnúcleo no podrá frenar el peso de lascapas exteriores. Este colapso aumentarála presión sobre el núcleo de helio, la tem-peratura llegará a los 60 millones de gra-dos y el helio ahora se fusionará (comoantes lo hacía el hidrógeno) en carbono yoxígeno. Las capas exteriores se irán hin-chando lentamente, hasta que el Sol seconvierta en una gigante roja, con un diá-metro cercano al de la órbita terrestre:300 millones de km. Para ese entonces, sehabrá “tragado” a los planetas interiores,incluida la Tierra.Pero con el Sol tan grande y sus capas ex-teriores tan lejos del núcleo, tan pocodensas y livianas, será incapaz de fusionarcarbono y oxígeno. Así se perderá el equi-librio, las capas exteriores escaparán al es-pacio y se expandirán lentamente. En elcentro, el núcleo pequeño y muy caliente,convertido en una enana blanca del ta-maño de la Tierra pero extremadamentecompacto, se irá enfriando y apagandolentamente durante cientos de millonesde años, hasta convertirse en una enananegra: el cadáver de lo que fue el Sol. Esun final lento pero anunciado, como elque le ocurre a todas las estrellas como elSol, que son la mayoría. En cambio, otras,

mucho más grandes y masivas, sufrenotros procesos más notables y violentos.

SupernovasLas estrellas que tienen entre 8 y 200masas solares son pocas (menos del 5%),viven “sólo” entre 3 y 50 millones de años(casi nada comparados con los 12.000millones de años que vivirá el Sol) y ter-minan sus días de forma abrupta y explo-siva. El funcionamiento de estas estrellas,en principio, es el mismo que el de las es-trellas “normales”: fusión termonuclear ensu interior. Pero su enorme peso hace queeso suceda a un ritmo mucho mayor yque quemen sus reservas a toda velocidad.Si no fuera así, no podrían sostenerse.Mientras viven, son estrellas espectacula-res, súper calientes, brillantes y enormes.Sus superficies azules pueden alcanzar los50.000 grados (la del Sol, 6000 grados; ylas de la mayoría, entre 2 y 8 mil grados).Agotan rápidamente su hidrógeno central,para luego convertir el helio en los otroselementos. Pero cuando eso sucede, la es-trella todavía tiene masa suficiente comopara seguir comprimiendo y fusionandoelementos más pesados, y así las tempera-turas del núcleo aumentan a cientos omiles de millones de grados. Azufre, neón,sodio, magnesio, silicio y hasta hierro sólose pueden fusionar en los hornos termo-nucleares de las estrellas supergigantes.Mientras, la estrella se irá hinchando hastaconvertirse en una supergigante roja (elcolor cambia porque baja la temperatura

superficial, debido a que ahora la densidades menor), que puede medir tanto como laórbita de Júpiter (1500 millones de km).Pero la estrella no podrá sostener la fu-sión, y cuando su corazón sea una bolamuy caliente de núcleos de hierro, comoel hierro absorbe energía en lugar de en-tregarla, la maquinaria se detendrá y lagravedad ganará la pulseada ante un nú-cleo incapaz de sostener el peso de la es-trella. En una décima de segundo, toda laestrella se derrumbará sobre sí misma yprovocará un rebote, y como resultado,todo explotará en uno de los fenómenosmás extraordinarios y energéticos del uni-verso: una supernova.En pocos segundos, una supernova puedebrillar como toda una galaxia. Se formaráuna onda de choque y se generará unflash de luz ultravioleta que brillará unas10.000 millones de veces más que el Sol.Los restos de la estrella destrozada seexpandirán durante miles de años y seenfriarán. El núcleo se compactará hastaformar una estrella de neutrones, con undiámetro de apenas 15 a 20 km y unadensidad tan alta que un centímetro cú-bico pesa 200.000 millones de kg. Encasos extremos, lo que se forma podría serun agujero negro3.Aquellos gases que se dispersan al espacioa más de 25 millones de km por hora, sonuna lluvia de elementos químicos, máscomplejos que el hidrógeno y el helio, quese forjaron en el interior de esa estrella, odurante la explosión. Las supernovas son

La nebulosa planetaria NGC 3132 (Vela), el fin de una estrella como el Sol. El nombre“planetaria” se debe a que vistas por pequeños telescopios, parecen planetas.

Ser

gio

Egui

var.

Page 8: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

8

SN2012aw, una supernova que estalló en la galaxia M 95 (Leo), a 40 millones de años luz,en marzo de 2012.

el final de una estrella, pero pueden com-primir una nebulosa dispersa e iniciar laformación de una nueva generación de es-trellas (y planetas). La existencia de car-bono, oxígeno, nitrógeno, hierro y otroselementos en nuestro Sistema Solar, su-giere el estallido de una estrella hace másde 5000 millones de años, que no sóloayudó a la contracción de la nebulosa ori-ginal sino que, además, aportó los ele-mentos más pesados para la formación deplanetas, satélites, agua, vida…Hace poco, en una conferencia organizadapor el biólogo evolucionista RichardDawkins, el cosmólogo estadounidenseLawrence Krauss, Doctor en Física Teóricapor el Massachussets Institute of Technology yDirector de la Origins Initiative de la Uni-versidad Estatal de Arizona, EE.UU., se re-firió a las supernovas de la siguiente manera(que nos pareció acorde para el cierre deeste artículo preliminar): “Cada átomo de tucuerpo vino de una estrella que estalló. Y losátomos en la mano izquierda probablementevinieron de una estrella diferente que los de tumano derecha. Es realmente la cosa más poé-tica que sé de la física: todos somos polvo deestrellas. Vos no podrías estar aquí si estrellasno hubieran estallado, porque los elementos–carbono, nitrógeno, oxígeno, hierro, todas lascosas que importan para la evolución– no fue-ron creados al principio del tiempo. Fueroncreados en los hornos nucleares de las estrellas,y la única manera de que terminaran en tucuerpo es si esas estrellas fueron suficientementeamables para estallar. Así que olvídense deJesús. Las estrellas murieron para que pudié-ramos estar hoy aquí”. n

Vindicación de la supernova Por Guillermo Abramson, Grupo de Física Estadística e Interdisciplinaria, Centro Atómico Bariloche,

CONICET e Instituto Balseiro. guillermoabramson.blogspot.com

¿De qué estamos hechos? Es una pre-gunta tan antigua que se pierde en lamitología. ¿De qué estamos hechos?¿De barro insuflado por un alientodivino? ¿De maíz? ¿De ceniza, de ma-dera? Las respuestas, a lo largo de mi-lenios, fueron siempre las imaginadaspor los mitos, la religión y la filosofía.Finalmente, como tantas otras veces,la pregunta cayó bajo la mirada escru-tadora de la ciencia. Y, a lo largo delsiglo XX, la ciencia dio con la res-puesta gracias al trabajo paciente, ri-guroso e inspirado de astrónomos yastrofísicos. Es una respuesta maravi-llosa, extraordinaria en sí misma por laextraordinaria pregunta que responde.Sí, los astrónomos descubrieron de quéestamos hechos. Los tipos que miranel cielo con sus telescopios o con susteorías, escudriñando nebulosas, su-pernovas y galaxias distantes. Un tra-bajo que hasta hace pocos años nisiquiera era recompensado con un pre-mio Nobel. Los astrónomos descubrie-ron que nosotros, y no sólo nosotrossino todo lo que nos rodea; cadaátomo de carbono, de nitrógeno, defósforo en nuestro ADN; cada átomode hierro en nuestra sangre y en nues-tras máquinas; el calcio de nuestroshuesos, el flúor de nuestros dientes;todo, todo; el magnesio en la clorofilade las plantas y el cloro en la botellade lavandina, el oro de los anillos de

boda; todos y cada uno de esos átomosfueron forjados en las estrellas, en losnúcleos supercalientes de estrellas degeneraciones anteriores al Sol.Tan sólo el hidrógeno (y una pizcade los elementos más livianos)forma la herencia que recibimos coneste universo desde el comienzo delos tiempos. Las estrellas, en sus nú-cleos supercalientes, sus hornos termo-nucleares, transforman el hidrógenoen helio, el helio en carbono, oxígeno,nitrógeno, sílice… Y sus agónicas ex-plosiones reciclan y diseminan en el es-pacio interestelar la materia necesariapara la creación de nuevas estrellas ysus mundos, y de nosotros mismos enla delgada y frágil superficie de uno deellos. De eso estamos hechos, literal-mente. Y lo sabemos con la certeza deuna de las más extraordinarias teoríascientíficas, la que explica el funciona-miento de las estrellas, esos objetos tanfuera de la escala humana en tamaño,en tiempo y en lejanía, y que sin em-bargo el trabajo de incontables físicos,astrofísicos y astrónomos, logró com-pletar durante el siglo XX. Éste es unode los grandes logros de la civilización,algo de lo cual uno puede sentirse or-gulloso aún sin haber participado, algopara decir: “Pucha, miren lo que logra-mos”. Si alguien necesita un ejemplodel valor humano de la Astronomía,que recuerde éste. n

SN2012aw

VLT,

ES

O.

ASTROFÍSICA

Page 9: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

9

ACTIVIDAD SOLAR

Miradas al SolDIFERENTES FORMAS DE OBSERVAR A NUESTRA ESTRELLA

Por Mariano Ribas, Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”.

Todo comenzó a principios de2011 durante una charla in-formal entre los integrantesdel Área de Divulgación Cien-

tífica del Planetario. Mientras pensábamosposibles actividades futuras, nos pregunta-mos por qué no llevar a cabo un programade observación y fotografía del Sol. Era unexcelente momento para comenzar, dadoque los astrónomos esperaban un progre-sivo incremento de la actividad solar1, conmiras al pico máximo, estimado para 2013y 2014. Además, nuestra institución aca-baba de adquirir un pequeño telescopioH-Alpha2, y desde hacía varios años yacontábamos con varios telescopios conven-cionales que, debidamente utilizados, nospermitían observar al Sol sin riesgos parala vista. La flamante combinación entre laCaja Solar3 y el Coronado (en alusión a lamarca del nuevo instrumento) resultó su-mamente exitosa durante las tradicionales

observaciones astronómicas, públicas ygratuitas, de los fines de semana. La gentepodía ver “dos caras” del Sol: una en luz vi-sible, color blanco-amarillento, salpicadade oscuras manchas solares y brillantes fá-culas, rasgos típicos de la fotosfera4; y otraen luz H-Alpha, de intenso color rojizo-anaranjado, con espectaculares protube-rancias, oscuros y serpenteantes filamentos,y hasta brillantes y repentinos flares, todosfenómenos propios de la cromosfera5.

Dos años… y contandoLa idea era, justamente, plasmar esa mara-villosa experiencia visual en imágenes quepudiésemos atesorar y, fundamentalmente,compartir con nuestro público y con otrasinstituciones vinculadas a la Astronomía,mediante nuestra página web. Un registrofotográfico que iría acompañado de unaestimación propia del Número de Wolf 6

(también conocido como Número Inter-

nacional de Manchas Solares), un índicemundial y estandarizado de la actividaddel Sol.Finalmente, y tras algunos ensayos, el 4 deagosto de 2011 dimos inicio formal a nues-tro programa de observación, fotografía ymonitoreo solar. Desde entonces, las imá-

Dos miradas al Sol, el mismo día a la misma hora, en luz visible y en H-Alpha, el 4 de mayo de 2013.

Luz visible H-Alpha

El programa de observación yfotografía solar del Planetariolleva ya dos años obteniendoimágenes de nuestra estrella.

Page 10: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

10

ACTIVIDAD SOLAR

genes y los datos son regularmente publicadosen www.planetario.gov.ar/astro_sol.html. Aquícompartimos algunas de esas fotos, es-pecialmente elegidas para celebrar estosdos años de nuestras “miradas al Sol”desde el Planetario. Son imágenes en luzvisible (blanca) y en luz H-Alpha (roja),que reflejan algunos de los fenómenossolares más extremos que hemos podidoregistrar en estos últimos dos años. Esimposible pronosticar con precisión losavatares de la fenomenología solar. Peroteniendo en cuenta que estamos tran-sitando su pico de actividad, todo in-dica que en lo que queda de este año ydurante 2014, el Sol seguirá dándonosexcelentes motivos para mantenernosalertas… y fascinados. n

“Procesando” al SolDesde el punto de vista técnico, lasfotos del Sol en luz visible no ofrecenmayores dificultades, dado que una vezobtenidas con una cámara digital y untelescopio (con filtro especial), sólo ne-cesitan un moderado tratamiento pos-terior, con programas de procesamientode imágenes por computadora (como elfamoso Adobe Photoshop). Mediante elprocesado digital se mejoran sensible-mente los niveles de detalle y contrastede las manchas y fáculas, y el aspectogeneral del disco solar. Pero las fotostomadas con un telescopio H-Alpha de-mandan un trabajo mucho más largo ydelicado: a diferencia de lo que vemosal poner el ojo en el ocular (un Sol in-tensamente rojo-anaranjado, con deta-lles finos, tanto en el disco como en sus

bordes), las imágenes solares H-Alphaque nos devuelve una cámara digital(incluso una de tipo réflex de muybuena calidad) lucen extremadamente“crudas”. Apenas muestran al Sol comoun disco rosa-azulado liso, contorneadopor toscos y espesos “grumos” (imáge-nes saturadas de las protuberancias).Sin embargo, al dividir esas imágenesdigitales en sus 3 canales de color(rojo, verde y azul), mediante procesa-dores de imágenes, es posible rescatarpreciosa información visual. Traba-jando pacientemente con cada uno deesos canales por separado, podemosreconstruir una imagen bastante pare-cida –aunque nunca igual– a la impre-sionante percepción visual del Sol vistoen luz H-Alpha.

En luz visible se pueden apreciar fácilmente las manchas solares. Aquí vemos la mancha 1520, una de las tres más grandes y complejasobservadas en estos últimos dos años. Imagen del 9 de julio de 2012.

Dos imágenes tomadas con dos días de di-ferencia entre el 27 y el 29 de septiembrede 2012. Se pueden apreciar los cambiosen una enorme protuberancia, de unos150.000 km de ancho. La rotación delSol se puede observar gracias a la posiciónde sus manchas.

Page 11: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

11

ACTIVIDAD SOLAR

La imagen completa de la tapa de la revista, obtenida el 8 de julio de 2012. Abajo a la derecha se observa la mayor protuberanciaque registramos, de unos 200.000 km de altura.

Page 12: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

12

BIOLOGÍA

La vida y el SolLA INEVITABLE TENDENCIA AL DESORDEN y LA (APARENTE) PARADOjA DE LA VIDA

Por Leonardo González Galli, Instituto de Investigación en Enseñanza de las Ciencias CEFIEC – FCEN – UBA / CONICET /Escuela Argentina de Naturalistas – Aves Argentinas.

Los seres vivos toman materia simple de su entorno y la organizan construyendo sistemas altamentecomplejos, lo que parece contradecir la natural tendencia al desorden del universo conocida comoentropía. ¿Cómo logran los seres vivos construirse y perpetuarse contra esta tendencia a la degradación?La clave está en su habilidad para utilizar la energía proveniente del Sol para imponer orden a la materiaque los constituye.

Según los físicos, una de las leyesque rigen el comportamiento dela materia es la llamada “segundaley de la termodinámica”, según

la cual “los sistemas naturales tienden aavanzar hacia estados de mayor desor-den”. Algunos fenómenos cotidianos pue-den acercarnos intuitivamente a esta idea.Por ejemplo, es más fácil esparcir miles demoléculas de perfume en una habitación(es lo que sucede cada vez que abrimos el

frasco) que volver a reunirlas trabajosa-mente dentro del frasco. Las moléculas delperfume están más desordenadas cuandose encuentran dispersas por el aire de lahabitación que cuando están en el líquidodel frasco.Reparemos ahora en un fenómeno bio-lógico cuya familiaridad oculta su com-plejidad: el crecimiento de una planta.Imaginemos que sembramos una semillade ceibo. La semilla germina y la planta

comienza a crecer. Un tiempo después, eljoven ceibo pesa, digamos, dos kilogra-mos. Asumiendo que la semilla pesaba ungramo, podemos preguntarnos de dóndesalieron los otros 1999 gramos. Aunquelas personas tienden a pensar que la plantaobtuvo toda esa materia del suelo o delagua, la respuesta es más interesante aún:básicamente, tomó toda esa materia delaire. La mayor parte de los tejidos de laplanta está formada por moléculas (como

Die

go L

uis

Her

nánd

ez.

Page 13: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

13

BIOLOGÍA

la celulosa) que tienen como principalcomponente el carbono. La planta obtuvoese carbono de las moléculas de dióxidode carbono (CO2, para los químicos)que se encuentran en estado gaseoso for-mando parte del aire. Pensemos ahora esteproceso en términos de orden: ¿los áto-mos de carbono están más ordenadoscuando forman parte del gas atmosféricoo cuando forman parte de los tejidos dela planta? Claramente, estos átomos estánmás ordenados cuando forman parte dela sólida estructura de la planta. Esto sig-nifica que la planta logró incrementar elorden de un sistema. Lo que hizo es equi-valente a reunir nuevamente las moléculasde perfume en el frasco. Pero la planta esun objeto físico y, como tal, está sujeta ala segunda ley de la termodinámica. Te-nemos aquí una (aparente) paradoja; sesupone que los sistemas naturales tiendenal desorden, pero las plantas parecen hacertodo lo contrario cuando crecen.

Ordenar cuesta trabajo, y para hacerun trabajo hace falta energíaLa paradoja es sólo aparente porque lasleyes de la termodinámica sólo valen parasistemas aislados (no intercambian mate-ria y energía con su entorno), mientrasque una planta es un sistema abierto (in-tercambia materia y energía con su en-torno). Los átomos de carbono no seordenan espontáneamente formando lasmoléculas constituyentes de la planta,sino que ésta los fuerza a ordenarse, esdecir, la planta hace un trabajo para lograreste orden. Si lo pensamos brevemente,veremos que todos los seres vivos hacenesto. ¿O no se incrementa el orden de lasmoléculas contenidas en la comida de unpuma cuando éste las utiliza para hacermás pumas, es decir, cuando se repro-duce? Al igual que la planta, el pumalogra este incremento de orden gracias aun arduo trabajo fisiológico. Y, para reali-zar un trabajo, tanto el puma como laplanta necesitan energía. Estar vivo im-plica necesariamente tomar materia y usarenergía para incrementar el orden de esamateria, de modo de construir y mante-ner un cuerpo viviente: el tipo de objetomás complejo del universo. Cuando unorganismo falla en esta labor, el resultadoes la muerte y la degradación física que lesigue. Así, un sistema (como es un ser

vivo) puede incrementar suorden si toma energía delexterior para llevar ade-lante un esfuerzo con-tra la tendencia aldesorden.Destacamos el verbotrabajar para en-fatizar el hechode que los proce-sos contrarios ala entropía (ennuestros ejemplos,concentrar las mo-léculas de perfumeen el frasco o cons-truir tejidos a partir delcarbono atmosférico) noson tareas imposibles, perorequieren un esfuerzo dirigidoen esa dirección, esfuerzo que de-manda siempre de un aporte de energía.Podríamos sintetizar esta idea diciendoque “ordenar cuesta trabajo, y para hacerun trabajo, hace falta energía”.

¿De dónde obtienen los seres vivos laenergía para luchar contra la entropía?Alterando el orden numérico, es mo-mento de introducir la primera ley de latermodinámica, según la cual “la energíano se crea ni se destruye”. La energíapuede cambiar de forma, por así decirlo,pero la cantidad total siempre es lamisma. Por ejemplo, cuando se realiza lacombustión de la nafta en el motor de unautomóvil, la energía que estaba conte-nida en los enlaces químicos de las molé-culas del combustible se transforma enmovimiento y calor. Pero la cantidad totalde energía es la misma. Volviendo al ejem-plo de los seres vivos, esto implica quetodo ser vivo debe conseguir energía dealguna fuente para mantenerse vivo o, loque es lo mismo, para luchar contra lainexorable degradación entrópica. Ahorabien, ¿de dónde y cómo obtienen los or-ganismos la energía necesaria para man-tenerse vivos?Como sabemos, todos los seres vivos estáncompuestos por unas pequeñas unidadesfuncionales llamadas células. En últimainstancia todos los procesos biológicosson llevados a cabo por las células queconforman el organismo. Por eso, cada cé-lula necesita obtener energía. Y esta ener-

gía tiene que estar contenida en los enla-ces químicos de algunas moléculas, esdecir, en las uniones entre los átomos queforman dichas moléculas. Hay moléculas,como la glucosa, cuyos enlaces químicoscontienen mucha energía. Estas moléculasconstituyen el combustible de la célula.Así, para todo ser vivo, conseguir energíasignifica conseguir moléculas con enlacesquímicos muy energéticos (en general,glucosa u otro carbohidrato).Una vez conseguidas esas moléculas, la cé-lula las rompe de modo que la energía quemantenía unidos los átomos se libera ypuede ser utilizada para llevar a cabo losprocesos biológicos. Podemos entoncesreformular la pregunta: “¿de dónde ycómo obtienen la energía necesaria paramantenerse vivos los organismos?”, como:“¿de dónde y cómo obtienen las molécu-las ricas en energía necesarias para man-tenerse vivos los organismos?”.En relación con esta pregunta podemosclasificar a los seres vivos en dos grandesclases: aquellos que construyen ellos mis-mos estas moléculas ricas en energía (“au-tótrofos”), y aquellos que las obtienen yaconstruidas (“heterótrofos”). Hongos,animales y numerosos tipos de microor-ganismos somos heterótrofos; mientrasque las plantas, las algas y muchos micro-organismos son autótrofos. Insistamos enun punto importante: lo que diferencia alos autótrofos de los heterótrofos es la

Page 14: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

BIOLOGÍA

14

fuente de las moléculas de com-bustible; los primeros las fabri-can ellos mismos, mientras quelos segundos las toman ya fabri-cadas. Pero luego, todas las cé-lulas (autótrofas y heterótrofas)toman esas moléculas energéti-cas y las destruyen para utilizarla energía liberada. Este procesode ruptura (llamado respiracióncelular) requiere que las molécu-las de combustible se combinencon moléculas de oxígeno, mo-tivo por el cual se dice que esteproceso es un caso de oxidación.También es un proceso de com-bustión, es decir, un proceso enel que un material “se quema” alcombinarse con oxígeno. Ésta esla razón por la cual la gran ma-yoría de los seres vivos necesita-mos del oxígeno.

Pero, en definitiva,todo viene del SolEn síntesis, podríamos decir quetodos los seres vivos necesitancombustible (moléculas ricas enenergía) y que la diferencia estáentre quienes buscamos el com-bustible ya elaborado para con-sumirlo (heterótrofos) y quienestienen la habilidad de elaborarlo(autótrofos).¿Cuál es la fuente de combusti-

Algunos mitos sobre la fotosíntesis y la respiración

Muchas personas participan de alguna u otra versión de lassiguientes tres ideas, todas incorrectas:

Mito N° 1: Los animales respiran y las plantas hacen fotosíntesis. Mito N° 2: Las plantas hacen fotosíntesis de día y respiran de noche,

por lo que es perjudicial mantener plantas en el dormitorio. Mito N° 3: Los bosques son “los pulmones del mundo”.

Con respecto a la primera idea hemos explicado que toda célula (vegetal, animal o de otrotipo) debe llevar a cabo la respiración celular (la oxidación de la glucosa o de alguna otramolécula rica en energía) que le permita obtener la energía necesaria para vivir. Hemosseñalado también que la diferencia entre plantas y animales radica en que las primeraselaboran la glucosa (mediante la fotosíntesis) mientras que los segundos la toman de susalimentos. Así, tanto plantas como animales necesitan respirar continuamente. Esto noslleva a la segunda idea y resultará ya evidente a esta altura que la planta debe respirartanto de día como de noche. Dado que la fotosíntesis requiere de la energía solar, sí escierto que este proceso no se puede llevar a cabo durante la oscuridad nocturna. En cual-quier caso, si el lector teme dormir en el mismo ambiente en el que mantiene una planta,tenga presente que otro ser humano consume mucho más oxígeno que una planta.Con respecto al tercer mito, se trata de una analogía basada en el falso supuesto de quelas plantas únicamente “producen oxígeno”, olvidando que también lo consumen cuandorespiran. Así, una planta sólo funcionará efectivamente como una inyectora de oxígenoen la atmósfera cuando la cantidad de oxígeno que produce mediante la fotosíntesissupere la cantidad que consume mediante respiración. Este balance es complejo y de-pende de varios factores, pero en el caso de los bosques no permite afirmar que “oxigenenel mundo”. ¡Esto no implica que los bosques no sean valiosos y dignos de ser conservados!Son innumerables los buenos motivos para conservarlos. En relación con el clima cumplenuna función fundamental: de no existir los bosques, todo el carbono que está formandoparte de los millones de toneladas de tejidos vegetales que los forman estaría en la at-mósfera en forma de moléculas de dióxido de carbono, sustancia que constituye uno delos principales gases de efecto invernadero, es decir, una de las causas del calentamientoglobal. Así, los bosques funcionan como depósitos de carbono que, de otro modo, contri-buiría al peligroso proceso de calentamiento global que está afectando a nuestro planeta.

Semillas, una flor y un árbolde ceibo. Si sembramos lasemilla y ésta germina, laplanta comienza a crecer.Después de cierto tiemposerá todo un árbol, gracias ala materia que toma, funda-mentalmente, del aire.

Adria

na R

uidí

az.

Luis

Arg

eric

h.

Page 15: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

15

BIOLOGÍA

ble para los heterótrofos? Básicamente,otros seres vivos; debemos comer otros or-ganismos. Un ser vivo que sirve de ali-mento a un heterótrofo puede ser a su vezotro heterótrofo. Estas cadenas de heteró-trofos que se comen unos a otros puedentener distintas longitudes pero, más tardeo más temprano, se llegará a que el últimoeslabón es un autótrofo. Es decir, alguientiene que fabricar las moléculas ricas enenergía que luego pasarán de un heteró-trofo a otro. Estas relaciones constituyenlas conocidas “cadenas alimentarias” o“tróficas” (que en la realidad se relacionanentre sí formando complejas “redes trófi-cas”). Por ejemplo, en la selva misionera,el yaguareté come al hurón, el huróncome a la yarará, la yarará come al ratóny éste, finalmente, come plantas, y sonestas plantas las que fabricaron el combus-tible. Es decir, las plantas son las únicasautótrofas en esta cadena.Ahora bien, los autótrofos fabrican elcombustible, pero no la energía (recorde-mos la primera ley de la termodinámica).¿De dónde sale entonces esta energía? Larespuesta, ya sospechada seguramente porel lector, es “del Sol”. En efecto, el princi-pal mecanismo mediante el cual los autó-trofos elaboran el combustible de la vidaes la fotosíntesis. Básicamente, la fotosín-tesis consiste en que las plantas (al igualque las algas y ciertas bacterias) tomanmoléculas pobres en energía (dióxido decarbono, CO2, y agua, H2O) y utilizan laenergía radiante del Sol para fabricar mo-léculas ricas en energía (glucosa, C6H12O6),y liberan oxígeno (O2) como desecho. Losbioquímicos resumen este proceso con lasiguiente “ecuación química”:

ENERGÍA SOLAR

CO2 + H2O C6H12O6 + O2

Con estos conceptos podemos entenderpor qué los ecólogos denominan “produc-tores” a las plantas y “consumidores” a losanimales y hongos. De este modo, los organismos fotosin-téticos funcionan como “inyectores” deenergía en los ecosistemas. Ningún ani-mal ni hongo puede alimentarse directa-mente de la energía solar. Son las plantaslas que introducen la energía solar en mo-léculas que luego pueden ser consumidas

por las propias plantas y por los animalesy demás heterótrofos. Así, la energía proveniente del Sol es cap-tada por la plantas (el primer nivel tróficoo “productores”) y luego utilizada por losherbívoros (el segundo nivel trófico o“consumidores primarios”) y por los car-nívoros (el tercer nivel trófico o “consu-midores secundarios”). Estas relacionestróficas determinan un flujo de la energíaen los ecosistemas.

Siempre hay una pérdida de laenergía “útil”No toda la energía solar que llega a laTierra es captada por las plantas. Ade-más, de la energía solar efectivamentecaptada por las plantas no toda es con-vertida en energía química, es decir, con-tenida en las uniones entre átomos de laglucosa producto de la fotosíntesis. Delmismo modo, no toda la energía conte-nida en los tejidos vegetales consumidos

Curiosos ecosistemas no basados en la energía solar

Hemos explicado en el texto principal que el flujo de energía que permitela vida proviene, en última instancia, de la energía radiante del Sol. Entérminos generales, esto es así, pero existen algunas interesantesexcepciones. Nos referimos a ecosistemas enteros (aunque relativa-mente pequeños y escasos) cuya fuente última de energía no es el Solsino la energía geotérmica (el calor liberado desde el interior de nuestroplaneta). Los más estudiados de estos ecosistemas son los que se en-cuentran en las fumarolas hidrotermales de los fondos oceánicos. Setrata de grietas en la corteza terrestre por las que emerge agua a altastemperaturas. Estas grietas se encuentran en los fondos oceánicos, es-pecialmente en las dorsales oceánicas donde las placas tectónicas seencuentran y la actividad volcánica es intensa. Se trata de ambientesmuy particulares en los que imperan condiciones extremas; la luz solarestá totalmente ausente, la presión y la temperatura son muy elevadasy el oxígeno es muy escaso. Los “productores” de estos ecosistemas sonbacterias quimioquilótrofas, lo que significa que no obtienen la energíanecesaria para fabricar moléculas nutritivas de la luz solar sino de cier-tas sustancias químicas inorgánicas. De las grietas sale ácido sulfhídrico(H2S) que es oxidado por las bacterias que utilizan parte de la energíaliberada en este proceso para fabricar moléculas ricas en energía a par-tir del dióxido de carbono (CO2), que también emana de las grietas delfondo (otras bacterias utilizan metano en vez de ácido sulfhídrico). Loque permite a las bacterias llevar a cabo estas reacciones químicas esla energía provista por el agua caliente. Por eso decimos que, en últimainstancia, la energía que alimenta estos ecosistemas proviene del inte-rior de la Tierra. Así, estas bacterias se convierten en el equivalente delas plantas, ya que son las productoras, es decir, los únicos organismosque fabrican moléculas ricas en energía que luego sirven de alimento auna variada fauna de heterótrofos en estos ecosistemas. ¡Estas bacte-rias crecen en agua a más de 100°C! En las fumarolas se desarrollauna variada vida animal. Los animales no pueden sobrevivir a tempera-turas tan elevadas, pero prosperan en las aguas menos cálidas dondeel agua caliente que emerge del interior del planeta se mezcla con elagua fría circundante. Diversos crustáceos pequeños se alimentan delas capas de bacterias quimioquilótrofas y sirven a su vez de alimento anumerosos depredadores tales como caracoles, cangrejos, camaronesy pulpos. Se destacan entre la fauna de las fumarolas grandes gusanostubícolas que viven en simbiosis con bacterias que habitan sus tejidos.Recientemente se han descubierto otras comunidades biológicas nodependientes del Sol en algunas grutas.

Page 16: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

16

BIOLOGÍA

(ver página 5). Por el momento y por mu-chos millones de años más, esta estrella se-guirá aportando la energía que permite lavida, la nuestra y la de todos los demásproductos de la evolución. Esperemosque, como especie, tengamos la suficientesabiduría como para llevar adelante loscambios necesarios (¡y urgentes!) para queeste flujo energético siga alimentado unagran variedad de formas de vida. n

por un herbívoro queda contenida en lostejidos del herbívoro. Esto se debe a queen todo proceso de transformación deenergía una fracción de la misma se pierdeen forma de calor. Esta energía ya nopodrá ser utilizada para otros procesos.Por ejemplo, de toda la energía contenidaen las moléculas de combustible que uti-liza un automóvil sólo un porcentaje seconvierte en movimiento, mientras que elresto se pierde en forma de calor. Dadoque el motor está diseñado para producirmovimiento, se considerará más eficazcuanto menor sea la pérdida de energía enforma de calor. Lo mismo sucede en losecosistemas, de modo que la energía “útil”se reduce con cada proceso de flujo deenergía. En general, se calcula que en unecosistema sólo el 10% de la energía pasade un nivel trófico al siguiente.

En síntesisA partir de todo lo dicho, es evidente quela vida en la Tierra –tal como la conoce-mos– no sería posible sin el aporte ener-gético del Sol, aunque existen algunascomunidades biológicas que actualmenteno dependen del Sol (ver recuadro).Aunque las personas preocupadas (¡conmucha razón!) por la actual crisis ambien-tal suelen decir que la actividad humanapone en peligro la continuidad de la vidasobre la Tierra, es probable que esta ideasea otra muestra de la soberbia humana.Acordamos con el paleontólogo estadou-nidense Stephen Gould cuando señalaque nuestra especie no tiene realmenteel poder para terminar con la vida. Enefecto, aún el peor desastre ambientalconcebible que pudiéramos desencadenarsería incapaz de eliminar todas las bacte-rias. Por supuesto, semejante desastre ter-minaría con la vida humana y la demuchas otras especies, y el mundo ya nosería un lugar verde con la notable diver-sidad que llegamos a conocer. Pero lasbacterias (y muy probablemente muchosotros organismos) sobrevivirían y evolu-cionarían de modo que, después de mi-llones de años, darían origen a un nuevomundo, con una nueva diversidad cuyocatálogo, seguramente y para su fortuna,no incluiría a los humanos. Así pues, todoindica que la vida continuará evolucio-nando en este planeta hasta que, final-mente, será el Sol el que sellará su destino

Ningún animal ni hongo puede alimentarse directamente de la energía solar. Las plantasintroducen la energía solar en moléculas que luego pueden ser consumidas por las propias

plantas y por los animales y demás heterótrofos.

La energía solar es captada por las plantas (productores) mediante el proceso de fotosíntesis.Parte de esa energía pasa a los consumidores primarios (herbívoros) y de estos, a los consumi-dores secundarios (carnívoros). Todos estos organismos producen desechos que, junto con suspropios cuerpos al morir, sirven de sustento a los detritívoros o descomponedores. Además, en

la respiración y demás procesos metabólicos, parte de la energía se pierde como calor.

Nat

alia

Jao

and.

Page 17: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

17

RECUERDOS DE LA INFANCIA

Tardes estrelladasPARA LOS MÁS CHICOS

-Al Planetario, por favor.-Disculpe, ¿me puede indicar? Soy nuevo -res-ponde el taxista inexperto, uno de los tantosque temen perderse en el parque de Palermoy no encontrar nunca ese extraño edificiomezcla de Saturno y nave extraterrestre.

La dirección exacta del Planetario fue unmisterio durante años. Una calle no muyconocida de Buenos Aires, Belisario Rol-dán, y… ¡sin numeración! La intriga per-dió parte de su magia cuando se determinóque su locación pasaba a ser Av. Sarmiento2601, datos más precisos pero que no evi-taron esa extraña sensación de que encon-trarlo siga siendo una experiencia digna deHansel y Gretel.Paradójicamente, en los últimos años nues-tro Planetario se convirtió en un lugar deencuentro por excelencia. Todos se auto-convocan en el parque lindero para com-partir desde un recital hasta una guerrade almohadas.Pero hay otro espacio que ocupa el Plane-tario que nada tiene que ver con calles ninumeraciones, que no aparece en mapas niplanos, y que no genera ninguna clase deduda. Es el lugar de privilegio que tiene enel recuerdo de cada uno de sus visitantes:una experiencia entrañable, muy difícil deolvidar. Muchos conservan a través deltiempo la sensación de ese lugar inmensoy misterioso en el que el cielo de esa tardede la infancia, se llenó de estrellas. El Pla-netario es ese lugar al que de grandesqueremos volver con nuestros hijos, paraque se inicie nuevamente la mágicaaventura.

Planetario para chicosTodos conocemos la ilusión y las expecta-tivas que los chicos demuestran cuandovan camino al Planetario. ¿Vamos a ver lasestrellas? ¿Se abre el techo? ¿Despegacomo una nave espacial? Estar a la alturade la imaginación infantil ha sido y es ungran desafío; ellos son tan fáciles de sor-prender y tan difíciles a la vez. ¿Cómoconseguir mantenerlos atentos durante

casi 50 minutos?,un tiempo brevesi uno pretenderecorrer miles deaños luz, peroeterno si se tie-nen 5 años, ina-gotables deseosde correr, hablary una lucha in-terna entre esca-par de la oscuridado sumergirse enel universo. Enlos 46 años delPlanetario, losniños han cam-biado, pero… notanto. La peleaentre el deseo dedescubrir y eltemor a la oscuri-dad, se mantiene.

Mil intentosy un cuentoLos cambios, téc-nicos y artísticos,implementadospor el Planetariopara captar la atención de los chicos, po-drían enumerarse en una simple lista deproyectores y guiones. Sin embargo, noso-tros preferimos recordarlos como parte deun relato. Un cielo es el protagonista deesta historia. Quería contar todos sus se-cretos y maravillas y no sabía cómo. El bri-llo de sus estrellas era lo suficientementeintenso como para que todos se asombra-ran. La música ayudaba a crear diferentesclimas. Pero para deslumbrar a los más pe-queños, necesitaba algo más. Entonces, unavoz agradable dijo esas palabras mágicas:“había una vez”. Y así comenzaron loscuentos sobre el espacio.

Una simple linternaEl primer recurso que cautivó a los chicosfue una flecha verde que recorría el cielo

para señalar cada uno de los diminutospuntos de luz. Los niños de aquella épocasaltaban en sus asientos por la emoción dever el baile de “Jacinta”, tal es el nombre deese simple puntero que aún hoy cobra vidapara reconocer estrellas y dibujar constela-ciones, siempre con rigor científico ymucha simpatía. Ésta fue una pruebainapelable de que es posible acercar loscomplejos contenidos astronómicos a uncurioso e inquieto público infantil. Sólo setrataba de encontrar los medios y el len-guaje apropiados. Las fotos diapositivas fueron el siguienteavance, y así se sumó a la sala el caracterís-tico sonido de los proyectores Kodak, de losque asomaron los personajes estáticos queilustraron las primeras historias. Con la in-corporación de otras voces con un toque

La primera función animada producida por nuestra institución contodas las posibilidades que brinda la nueva tecnología.

Por Marcela Lepera y Sandra Costa, Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”.

Page 18: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

18

RECUERDOS DE LA INFANCIA

de actuación se animaron duendes, extra-terrestres, astros y otros seres fantásticosque permitieron desarrollar guiones en losque los chicos comenzaron a participarcada vez más. Las actuaciones en vivo tam-bién sumaron un gran atractivo teatral a lasfunciones. De un variado desfile de perso-najes quedó en el recuerdo colectivo unacientífica algo disparatada, un astronautaque respondía las preguntas del público yhasta una vaca que aparecía por las distin-tas puertas de la Sala de Espectáculos.En los años ’90 llegaron tres proyectoresU-matic y causaron una revolución de imá-genes de video. Tres pantallas se proyecta-ban en la cúpula y en ellas los personajescomenzaron a interactuar, integrándose alcielo estrellado. La posibilidad de generarimágenes de cúpula completa y horizontesde 360º permitió ubicar a los personajes endistintos paisajes cósmicos, y así sus viajesfantásticos se volvieron más reales y seabordaron nuevos contenidos.

En 46 años fueronmuchas las historiasque transportaron alos pequeños. Proyec-ciones, títeres, actores,grabaciones, música yanimaciones fueronlos recursos que hicie-ron posibles innume-rables aventuras por eluniverso. La imagi-nación fue la nave,y cada pequeño asis-tente, el comandantede su propia misiónespacial.

Made in casaLa producción deespectáculos para chi-cos fue una tradiciónque el Planetario deBuenos Aires sostuvodesde sus inicios. Res-petar el inocultabledeseo de los chicos departicipar era la pre-misa al escribir losguiones. En cada pro-puesta, el personal delDepartamento Téc-nico descubría, gene-raba y hasta creaba un

nuevo recurso. Muchas fueron las aventu-ras entre planetas y estrellas: misiones im-posibles, historias de amor, cuentos para nodormir y seguir mirando el cielo.Pero en 2011, con la completa renovaciónde los equipos de proyección, la historiadio un giro. La instalación de un nuevoproyector de estrellas y un impactante sis-tema de video inmersivo full dome enri-queció los espectáculos y complejizó laproducción. En la actual Sala del Planeta-rio pueden proyectarse funciones produci-das en otros países pero, al ser grabadas, nomuestran el cielo local ni respetan la nece-sidad vital que lleva a los chicos a interve-nir, participar y, de esa manera, apropiarsede los conocimientos. La locución en vivootorga a los pequeños un lugar de privile-gio: ellos son, fueron y serán los protago-nistas de cada espectáculo.Reiniciar la producción propia se presentócomo una necesidad institucional. El pú-blico infantil, tan fiel al Planetario, no

podía esperar. ¡Todos sabemos cómo sonlos chicos! En 2012 dimos los primerospasos. Generamos espectáculos para pú-blico estudiantil combinando los efectosdel nuevo sistema de proyección para lo-grar la ilusión de un recorrido por el uni-verso.Pero contar un cuento utilizando la nuevatecnología requería de animaciones que cu-brieran completamente la cúpula del Pla-netario; una producción cercana al cineinmersivo, un proyecto ambicioso que de-mandaría sumar al equipo de producciónde espectáculos del Planetario animadores,dibujantes y programadores. Convocamosa la productora “La Casa del Árbol” y, en2013, lo hicimos.En estas vacaciones de invierno, a tan sólo18 meses de la reinauguración, se estrenóUna de Piratas, la primera realización ani-mada producida por nuestra institucióncon todas las posibilidades que brinda lanueva tecnología. Esta fantástica historianos presenta a un pirata que, cansado derecorrer los mares del planeta Tierra, seanima a viajar por el universo. A bordo deun pequeño barco de papel descubre, juntocon los chicos, planetas, estrellas, cúmulos,constelaciones y otras maravillas del cielo.Una aventura espacial más para el recuerdo.En estas vacaciones la variada programa-ción del Planetario sorprendió a grandes ychicos. Más de 50.000 personas asistierona los espectáculos astronómicos y teatrales:Viajeros, Una de piratas, Viaje a las estrellasy El Principito. También recorrieron la ga-lería de exposiciones y, al llegar la noche,observaron el cielo real por los telescopios.Un incesante desfile de padres, abuelos y,sobre todo, chicos, que disfrutaron bajo elcielo siempre estrellado del Planetario.

A Plaza Italia, por favor…-Frío, ¿no? … ¿Fueron al Planetario? Milveces me paran en esta esquina -repite eltaxista, una vez más-. ¿Usted sabe? Yo fuicon el colegio, hace muchos años. ¡Meacuerdo que me encantó! Me fui conven-cido de que había viajado por el espacio.Los chicos salen contentos. Cuando crezcami pibe, lo voy a traer.

Y así se inicia nuevamente la mágicaaventura. Es que recorrer miles de añosluz en tan sólo 50 minutos es una expe-riencia que merece ser vivida. n

El Planetario despertó la curiosidad de los niños en todas las épocas.

Arch

ivo

del P

lane

tario

de

Bue

nos

Aire

s, 1

96

9.

Page 19: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

19

PLANETARIO PARA CIEGOS

Mirar más allá, para que otrospuedan verPor Walter Germaná, Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”.

Es una de las primeras experiencias a nivel mundial en divulgación de la Astronomía para no videntes.Tras más de una década, presentamos su última y más elaborada versión. Conocer el cielo con el tactoy el oído, curiosa experiencia que propone “El cielo para todos”.

E l cielo es, fue y será una fuentefundamental del saber paratodas las culturas de ayer y hoy,que nos permite conocer nues-

tro lugar en el universo, y como tal, debeestar al alcance de todos, sin excepción.Nuestra idea es “hacer visible” (y no sólopara aquellos que no ven) que los espaciosno se terminan en nuestro diminuto yconfortable mundo, ni en el tiempo en elque transcurren nuestras exiguas vidas. Laintención es ver “un poco más allá”.En medio de nuestra sociedad eminente-mente práctica y materialista, donde mu-chas veces lo que importa es sólo lo que se“ve”, por qué no acercar a los que no pue-den mirar aquellas cosas que valen la pena;cosas que la mayor parte de nosotros –losque sí vemos–, muchas veces no miramos.

Un poco de historiaCorría el año 2001 cuando, en el Planetariode la Ciudad de Buenos Aires, la gestión

encabezada por el licenciado Leonardo Mo-ledo dio comienzo a varios emprendimien-tos dirigidos a personas con diferentesdiscapacidades. Ese conjunto de actividadesse denominó “Planetario para públicos nohabituales”. Así surgieron funciones apo-yadas por lenguaje de señas para personassordas, otras para hipo-acúsicos y el “Pla-netario para ciegos: el cielo para todos”.Las primeras funciones se trataban de un“paseo celeste” de poco más de media hora,centrado en un planetario táctil. Cada es-pectador recibía en sus manos una semies-fera de acrílico de 30 cm de diámetro,donde estaban representadas 25 estrellas vi-sibles desde Buenos Aires en las noches deverano. El viaje estaba orientado, de prin-cipio a fin, por un relato grabado, conmúsica y sonidos de ambientación. El pro-yecto contó con un guión de MarianoRibas (coordinador de nuestra Área de Di-vulgación Científica), la locución de MarioPergolini, el asesoramiento de la Biblioteca

Argentina para Ciegos (BAC) y la colabo-ración del personal técnico del Planetario.A partir de 2004 tuvo lugar una segundaetapa: “El cielo para todos II”, que mejoróenormemente el audio, el guión y los dis-positivos táctiles. Se agregaron “hilos guía”para facilitar el recorrido a través del mapay referencias a la Vía Láctea y las Nubes deMagallanes.Uno de los objetivos principales de nuestroplanetario táctil fue que sea simple y trans-portable, para que las funciones pudiesendesarrollarse también en sitios distantes. Asíviajamos a Bahía Blanca, Bariloche, SantaFe y Montevideo (con el patrocinio de laUNESCO). En el transcurso de estos años,algunas instituciones han prestado atencióna nuestras búsquedas y desafíos. NuestroPlanetario para ciegos fue declarado de “In-terés Cultural y Legislativo” por la Cámarade Diputados de la Nación y recibió la“Mención Honorífica” de la Red de Popu-larización de la Ciencia y la Tecnología deAmérica Latina y el Caribe (Red Pop).

“El cielo para todos III” Durante 2011 comenzamos a trabajar enuna nueva versión de nuestro Planetariopara ciegos. Para esta tarea fue de funda-mental relevancia el apoyo incondicional dela nueva gestión del Planetario de la Ciu-dad, encabezada por Lucía Sendón de Va-lery. El objetivo principal fue lograr unamejora sustancial, tanto en los implementostáctiles como en materia didáctica. Además,incorporamos nuevas adaptaciones paraabarcar a las personas disminuidas visuales.Por eso mismo se pensó en el color comoforma de comunicación. Así se creó un so-porte funcional, estético y, a la vez, de granrealismo. El cielo escogido, fechado un 15

Planetario táctil, versión 2013.

Page 20: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

20

PLANETARIO PARA CIEGOS

de julio a las 22 h, fue reproducido con unagran precisión.El brillo de los astros se trabajó a partir deltamaño de las pequeñas esferas que repre-sentan a las 19 estrellas destacadas (anteseran todas iguales), confeccionadas en cua-tro tamaños diferentes según su brillo. Ade-más, se incorporaron al recorrido las siluetasde las más clásicas constelaciones invernalesen el cielo de Buenos Aires, demarcadas porbajo-relieves que contrastan con los hilosconductores. Con el color se buscó un equi-librio entre lo funcional (contraste, para laspersonas con baja visión), lo estético (aca-bado impecable e industrial) y la realidad (elcolor de cada estrella). Se incorporó ademásun texto anexo en lenguaje braille y carac-teres visuales, con referencias directas en elmapa, para que los participantes puedan se-guir el recorrido en caso de perderse.Con la intención de acercar el concepto decolor a los no videntes, se buscó relacionarlas ondas sonoras con las ondas lumínicas.Se estableció una analogía entre los sonidosagudos y las altas temperaturas de las estre-llas azules (lo que significa longitudes deonda corta y de alta energía), con los soni-dos graves para las estrellas rojas, de menortemperatura (longitudes de onda largas,tanto en la luz como en el sonido). Paraesta labor se contó con la participacióndel músico Ulises Labaronie y se utilizócomo referencia para los intervalos de tem-peratura-color-nota musical, la temperaturaexacta de cada estrella del recorrido.El desarrollo técnico y la realización mate-rial de las semiesferas táctiles estuvieron acargo del diseñador industrial Maximi-liano López Sagardoy. Un especial agrade-cimiento merece la colaboración de InésGriro, de la Biblioteca Argentina para Cie-gos, por las sucesivas revisiones del mapasemiesférico. El guión fue realizado porMariano Ribas, con mi modesto aporte, ypara el relato contamos con los locutoresPablo Spoto y Cristina Ruffa Circelli. Ines-timable fue también el apoyo del áreaaudiovisual de nuestro Planetario: la bandasonora estuvo a cargo de Pablo España, ylos recursos visuales, de Claudio Creta.

Un profundo viaje No fue fácil superar lo hecho años antes.Para quienes trabajamos en el proyecto, re-presentó un profundo viaje que nos “tocó”en diferentes puntos. Cuando en abril de

2011 presentamos a la dirección del Plane-tario el plano inicial, y expresamos nuestrasideas para la renovación completa del Pla-netario para ciegos, obtuvimos el total avalinstitucional. Desde allí hasta encontrarnoscon Maximiliano López Sagardoy, la per-sona que fue capaz de darle forma física aesas ideas, pasó mucho tiempo. Pero el con-cepto siguió firme: comunicar una expe-riencia visual a aquellos que no pueden ver.Los conocimientos que el cielo nos brindavalen la pena y son mucho más importantesque cualquier imagen banal y efímera; vanmás allá del 3D y el 4D. Trabajar con novidentes resultó una experiencia reveladoraque nos enseñó una nueva manera de en-carar la relación con los demás y a dejar delado el velo de la imagen.

Un paso más allá El Planetario para ciegos es un verdaderoorgullo para nuestra institución. Introdu-cirnos nuevamente en el mundo de los novidentes, a través de nuestro “Cielo paratodos III”, representa una forma distinta deacercarnos a los astros. Significa tambiénhaber aprendido (para los observadores delcielo) que “observar no es sólo ver”; que nose trata de limitarse a describir aquello quelas personas que carecen de visión no pue-

den captar con sus ojos, sino de aprender autilizar el resto de los sentidos, a través dela denominada “didáctica multisensorial delas ciencias”. Para esto fue de especial im-portancia el libro del doctor en ciencias ypedagogo español Miquel-Albert Soler, aquien agradecemos especialmente. Despuésde más de una década acercando el cielo alos que no ven, estamos más que nuncaplantados en el presente y en los desafíosfuturos. Seguimos “mirando más allá”. n

Chicos no videntes disfrutando delplanetario táctil en Santa Fe.

Mapa plano inicialpara la realización de

las esferas táctiles.

Page 21: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

21

CURSOS Y SALIDAS DE OBSERVACIÓN

Si es en el campo, mejorPor Sabrina Mottino*

“Hemos borrado el firmamento. Hoy en día, aquellos soles lejanos nos resultan cada vez más ajenos a lavida y a la experiencia cotidiana... En las mejores noches del año, en las grandes ciudades sólo puedenobservarse unas 200 a 300 estrellas, menos del 10% de las 3000 a 3500 que aún pueden verse en elcampo. Nuestra visión del universo se ha hecho miope, aburrida y muy poco tentadora”. Frases comoéstas se leen en Historia de las Estrellas2, el primer libro dedicado a las estrellas que, por esas maravi-llosas vueltas de la vida, tuve y leí. Y cuánto de verdad hay en ellas.

LA ExPERIENCIA CONTADA POR UNA ALUMNA DEL CURSO DESCUBRIR,OBSERVAR y DISFRUTAR EL CIELO1

La noche del viernes 12 deoctubre me costó muchísimodormirme, a pesar de que esamañana me había levantado

muy temprano para ver un cielo que, no envano, la página web del Planetario reco-mendaba como “destacado”. A las 5:00 yaestaba en la terraza, emponchada hasta lasorejas, viendo hacia el este una Luna engajo junto a Venus. Más al norte, la mag-nífica Orión mezclándose con un Júpitermuy brillante en Tauro, y la bella Aldeba-rán. Todo sobre un telón de fondo rosadovioláceo que hacía de esa imagen otro cua-dro inolvidable.Aún así, cansada y con el día encima, lejosestuve de poder dormirme fácilmente esanoche. Es que el día siguiente no sería undía cualquiera. Ese sábado finalmente traíaconsigo mi tan esperada salida a Yamay3, unviaje que venía postergándose por maltiempo desde mayo. Finalmente, esa ma-ñana llegó y me encontró con un ner-viosismo bastante justificado apenas medesperté. No sabía bien qué esperar de esanoche. No tenía idea de qué era lo que misojos iban a poder ver realmente. Porquecuando han pasado años desde la última vezque nos enfrentamos a un cielo oscuro, unono está seguro de recordar exactamentecómo luce, con qué nos vamos a encontrar;y, a veces, sin querer, olvida.Todos hablaban de una noche cerrada, endonde no íbamos a poder distinguir si-quiera nuestros propios pies. Y sin exagera-ciones, aquello que en un principio sonabacomo demasiado, resultó ser totalmentecierto. Apuntes en mano y algunas lecturasde por medio, el viaje se volvió anecdótico.

El c

ielo

de

Yam

ay. M

aria

no R

ibas

.

Page 22: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

22

CURSOS Y SALIDAS DE OBSERVACIÓN

De repente, ya estábamos en Yamay, y de lamano de una muy cálida bienvenida, elarranque no pudo haber sido mejor. Entreinteresantes charlas y mini paseos compar-tidos, quienes nos recibieron se encargaronde entretenernos y regalarnos un lindísimorato hasta hacerse la hora de ir a elegir unlugar para pasar la noche. Con una extrañasensación en el estómago, me senté a es-perar, mientras delante mío todos “los pla-netarios” (como a mí me gusta llamarlos)se organizaban, preparaban los equipos eintercambiaban instrumental con una de-dicación admirable. Un cuadro muy con-tagioso que me recordaba a esa inquietudinevitable que uno siente en medio de unestadio, durante esos minutos previos de es-pera antes de que salga a escena su bandapreferida.La tarde estaba cayendo y mi inquietud,por momentos, se contradecía y se equi-libraba con la tranquilidad del lugar. Ymientras el Sol se ocultaba, en medio deun revuelo, Diego finalmente anuncióque había llegado el momento de “nuestraprimera imagen a observar: la sombra de laTierra”. ¡La sombra de la Tierra! ¡Claro!¡Por supuesto! ¿Por qué no habría de pro-yectarla nuestro planeta, si es, después detodo, un objeto iluminado por una fuentede luz? Cosas tan simples que cuando unolas piensa y las redimensiona, conmuevende lo maravillosas que son. Al mismotiempo, las primeras luces empezaban aencenderse en el cielo. El primer planeta

en “visitarnos” fue Mercurio. Antes deque la claridad se fuera, y entre algunassuaves nubes que adornaban un gloriosoatardecer, uno de los telescopios apuntóhacia él. Y entonces lo vimos. Y a lospocos minutos de verlo por el ocular, sehizo visible a ojo desnudo. Todavía resue-nan en mi cabeza las palabras de Mariano:“Ahí está, ahí lo tienen. Ya lo pueden ver asimple vista también”.Estando allí parados en el medio de la “casinada”, impresiona todo lo que nuestrosojos, sin ayuda, pueden disfrutar. Abruma.Después de tantas salidas a la terraza prac-ticando mi observación con lo que hay amano, pude ubicar en el espacio y recono-cer la mayoría de esas luces que iban aso-mándose. La satisfacción que llegaba coneso me impedía dejar de sonreír. Pensarque hace sólo unos meses atrás no conocíanada. Y ahora, mientras el volumen de es-trellas fue aumentando, nuevas figuras ibanapareciendo. Nuestra imponente y enig-mática Vía Láctea incomprensiblementeempezaba a dejarse ver, y esas pocas refe-rencias conocidas que antes festejaba en si-lencio, empezaron a confundirse entre lainfinita cantidad de estrellas que ofrecíaeste nuevo cielo.Y la cosa recién arrancaba. Durante el restode la noche, con la ayuda de binoculares ytelescopios, iban apareciendo cosas increí-bles. En un clima de entusiasmo colectivo,distintas maravillas fueron desfilando porprimera vez ante mí, ahí, en vivo, y a pesar

de las distancias: cúmulos estelares, ne-bulosas, galaxias... ¿¡Galaxias!? Tan mági-camente suspendidas entre decenas depuntitos que el campo de los distintos te-lescopios dejaba ver. Y entre todos se ibacompartiendo lo que se iba viendo, lo quese iba encontrando. Se escuchaban suge-rencias de qué buscar, adónde apuntar acontinuación el próximo instrumento. La“caza” de imágenes no paraba. La fotografíatambién capturaba partes de cielo que meayudaban a entender ese techo natural quenos tocaba esa noche. Y cada nueva imageniba despertando emociones de lo más dis-pares, desde las más inquietantes hasta lasde la serenidad más pura.Varias veces necesité alejarme, tomar dis-tancia, procesar (o intentar procesar) en si-lencio que las viñetas de ese Todo no eranfotos de algún artículo, sino postales realesdel momento que se podían disfrutar consólo girar la cabeza un poco hacia arriba. Yaprovechaba esos ratitos para quedarmeviendo a “los plantetarios”, escudriñandouna y otra vez el cielo, a más no poder ycon ritmo, para que nada se les escape.Como si nunca lo hubieran visto. Cadauno a su manera y con sus propiostiempos, supongo, pero compartiendoun mismo plan.De a poquito, algunas nubes empezarona cubrir el cielo y la serenidad empezó areinar. Entre algunas charlas espontáneasde las que calladamente disfruté mientrasrepensaba la inmensidad de las cosas, elshow se fue apagando. Júpiter se esforzabapor exhibir su impactante brillo. Como sialguien estuviera jugando con él, se “en-cendía” y “apagaba” en cuestión de segun-dos. Pero las nubes finalmente le ganaron.A él y a la mayoría de las estrellas queluchaban por seguir luciéndose antenosotros. El cielo lentamente se fue bo-rrando y quedaron muchas cosas por ver.Con las últimas risas de fondo, y mientrasel flash de una cámara se disparaba paracapturar recuerdos, me animé a ponerleuna banda de sonido a esos últimos trozosde cielo abierto, con una música que,aunque no del todo necesaria, me ayudóa cerrar la película. Noche cerrada en laque ciertamente no podía ver mis propiospies, y que encima nos regaló, en variosmomentos, bellísimas estrellas fugaces, laúltima de las cuales fue tan increíble-mente fuerte y prolongada que nos dejó a

La observación comienza al anochecer con la aparición de algunos planetas.

Page 23: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

23

CURSOS Y SALIDAS DE OBSERVACIÓN

todos boquiabiertos. Es una pena que unotenga que recorrer kilómetros y kilómetros,escapándole a la luz de las ciudades. Pero ala vez, un gran regalo que en esa necesidadde escapar se compartan salidas como ésta–la primera para mí– con gente que, demanera tan contagiosa como natural, dis-fruta de este inmenso cielo de todos.Estoy segura de que habrá otras, distintas,y hasta, sin dudas, mejores. Movilizadorasya a otro nivel y con el factor sorpresa an-clado en otro lado. Pero ésta para mí fueirrepetible. Me llevo conmigo una de lasnoches más increíbles en mucho tiempo,que me regaló entre tantas cosas esa sen-sación única de ver por primera vez algo,de redescubrir, en este caso, por primeravez en mucho tiempo y como debe ser,eso que está ahí nomás, arriba nuestro;entendiéndolo, aprendiéndolo, aunquemás no sea un poco. El no saber qué es-perar, la incertidumbre antes de la sor-presa que finalmente no decepciona. Esoes lo que me llevo y lo que dudo mucho,pueda olvidar. n

Sobre el horizonte, la franja violácea es la sombra de la Tierra.

Page 24: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

Serg

io E

guiv

ar.

La joya del surCÚMULO GLOBULAR 47 TUCÁN

Page 25: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

NUBE MAyOR DE MAGALLANES

NUBE MENORDE MAGALLANES

47 TUCÁN

ACHERNAR

a Hyi

b Hyi

NGC 362

47 TUCÁN

Mar

iano

Rib

as.

Serg

io E

guiv

ar.

A la izquierda, primer plano de 47 Tucán. Abajo, el mismo objeto en un campo más amplio. Arriba, cómo ubicarlo: hay que comenzardesde la estrella Achernar y localizar el triángulo de la constelación de Hydrus. Entre Achernar, a Hyi y b Hyi, y 47 Tucán formaremosun paralelogramo. En el campo, el cúmulo se ve a simple vista fácilmente. En la ciudad, hará falta un poco de esfuerzo y un mapa.

25

Car

los

Di N

allo

.

N

Page 26: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

26

OBSERVACIÓN

En la Vía Láctea, los astrónomoshan identificado más de 150cúmulos globulares: colosalesagrupaciones que pueden llegar

a contener cientos de miles de estrellas,agrupadas por la gravedad en formaaproximadamente esférica (de ahí el tér-mino globular), y con diámetros de de-cenas de años luz, o incluso más. Loscúmulos globulares se ubican en el halogaláctico, una suerte de burbuja de mate-ria que envuelve al disco principal de la ga-laxia. Además, son las poblaciones estelaresmás antiguas de la Vía Láctea, con edadescercanas a los 12 mil millones de años.El cúmulo globular 47 Tucán1 está a unos16 mil años luz del Sistema Solar, mide120 años luz de diámetro, tiene 10.500millones de años de edad y, según las es-timaciones actuales, posee alrededor de 1millón de estrellas. La gran mayoría sonestrellas ancianas, amarillentas, anaranja-das y rojas, aunque se han observado al-gunas muy jóvenes y azules (conocidascomo blue stragglers: rezagadas azules). Lasprimeras tienen temperaturas superficialesde 3000°C a 5000°C, mientras que lasazules pueden llegar a 50.000°C. Se es-tima que en el corazón de 47 Tucán ladensidad de estrellas llega a un valor real-mente impresionante: 100 estrellas poraño luz cúbico2. En los cielos de los hipo-téticos planetas de aquellos lejanos soles,las noches nunca serían oscuras, dado queestarían repletas de brillantísimas estrellas.

HistoriaEste clásico de los cielos australes se en-cuentra ubicado de la constelación delTucán, que fue creada por los navegantesholandeses Pieter Dirkszoon Keyser y Fre-derick de Houtman, entre 1595 y 1597,en una de sus expediciones por los maresdel hemisferio sur. En 1929 fue oficial-mente reconocida por la Unión Astronó-mica Internacional como una de las 88constelaciones del cielo.En 1603 Johann Bayer (1572–1625), as-trónomo y abogado alemán, incluyó a

Tucán en su célebre Uranometría, un atlasestelar que contenía, por primera vez,toda la esfera celeste. Allí se introdujo unnuevo sistema de identificación para lasestrellas: la más brillante de cada conste-lación se identificaba con la letra griegaalfa; la siguiente, con beta; la tercera, congamma; y así sucesivamente hasta llegar aomega, la última letra del alfabeto griego.Tiempo después, el astrónomo británicoJohn Flamsteed (1646-1719) aplicó nú-meros en lugar de letras griegas para laidentificación de las estrellas de cada cons-telación. Así, nuestro cúmulo globular, vi-sible a ojo desnudo incluso a veces desdeuna ciudad, está registrado con un nú-mero, ya que fue catalogado como la “es-trella” 47 de la constelación de Tucán.Probablemente, el primero que reveló laverdadera naturaleza de esta maravilla fueel francés Nicolas Louis de Lacaille (1713-1762) en uno de sus viajes al Cabo deBuena Esperanza, en Sudáfrica. El 14 deseptiembre de 1751, Lacaille observó a lasupuesta estrella número 47 de Tucán consu pequeño telescopio de 13 mm de diá-metro, y descubrió que, en realidad, setrataba de una mancha difusa. Al mirar

detenidamente, se revelaba como un apre-tado enjambre de incontables estrellas,agrupadas en forma globular.

ObservaciónDe los cúmulos globulares de la VíaLáctea, 47 Tucán es el más grande y bri-llante3. Mide más de medio grado de diá-metro aparente (similar a la Luna) y sumagnitud visual es de 4,0, por lo quepuede verse fácilmente a simple vista. Paraubicarlo, debemos mirar en dirección sur.Si estamos bajo cielos oscuros, tendremosuna referencia inmejorable: la NubeMenor de Magallanes, una galaxia vecinaque se observa fácilmente a ojo desnudocomo un manchón difuso de unos 3 ó 4grados de diámetro. A su lado está 47Tucán, y se lo ve como otra mancha di-fusa, más pequeña y esférica, que resultamás palpable cuando se la observa con vi-sión periférica, es decir, mirando de reojoy levemente hacia el costado de donde seencuentra el objeto. Según la fecha y lahora, el cúmulo puede verse arriba, abajo,a la izquierda o a la derecha de la NubeMenor (ambos son circumpolares), perosiempre se encontrará hacia el norte de la

CÚMULO GLOBULAR 47 TUCÁN

El gigante del millón de estrellas

Otra imagen del Cúmulo Globular 47 Tucán, visible desde los cielos del sur.

Om

ar M

angi

ni.

Área de Divulgación Científica del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”.

Page 27: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

27

galaxia satélite. Cabe aclarar que, si bienla Nube Menor y 47 Tucán parecen coin-cidir en la misma dirección en el cielo, elcúmulo globular se encuentra mucho máscerca de nosotros.Si nos encontramos en la ciudad, serámuy difícil apreciar las Nubes de Maga-llanes. Entonces, tendremos que guiarnoscon algunas estrellas. Podríamos intentarubicar la constelación del Tucán, pero serámás fácil encontrar estrellas más brillantesde constelaciones vecinas. Nuestra guíaserá Achernar (Alfa de Erídano). A partirde ella buscaremos el triángulo que seforma con la constelación de Hydrus(Hidra Macho), y formaremos un pa-ralelogramo con Achernar, Alfa y BetaHydrus, y 47 Tucán en cada vértice, comoen la figura de la página 25.Con la ayuda de unos binoculares, el cú-mulo ya luce impactante. Puede obser-

varse claramente el núcleo denso y bri-llante, y el aspecto “arenoso” de su perife-ria. Pero para contemplar a 47 Tucán entodo su esplendor hacen falta telescopios.Con diámetros de entre 130 y 200 mm,y utilizando poco aumento, el objeto lle-nará todo el campo visual del ocular enuna suerte de desparramo progresivo deincontables estrellas, desde el centro delcúmulo hacia sus bordes.El magnífico 47 Tucán tiene una suertede versión menor: NGC 362, un bo-nito cúmulo globular de magnitud 7,ubicado a sólo 3 grados de distancia.Muchos astrónomos aficionados suelenllamarlo “Tucanito”, en alusión a su “her-mano mayor”. Durante los últimos meses del año, 47Tucán se ubica en lo alto del cielo del surhacia la medianoche, y ésta es la épocaideal para observar y disfrutar de esta ma-

ravilla de maravillas, aquél que durante lamayor parte de la historia fuera confun-dido con una estrella y que fue reveladopor Lacaille hace más de tres siglos ymedio. n

1 También conocido por su número de ca-tálogo NGC 104, o por su versión en latín,47 Tucanae.2 Comparemos con la cantidad de estrellasque hay en las cercanías del Sol a 1 año luzcúbico: ninguna.3 Omega Centauri es considerado general-mente como un cúmulo globular, el másgrande y brillante del cielo. Pero investiga-ciones recientes de la morfología, el brillosuperficial y la composición química de susestrellas, llevan a pensar que es, en reali-dad, el núcleo de una antigua galaxia enanafagocitada por la Vía Láctea.

Una imagen de 47 Tucán realizada por el Telescopio Espacial Hubble, en la que se observa la alta densidad de estrellas.

OBSERVACIÓN

Page 28: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013
Page 29: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

29

ExtinctumPALEONTOLOGÍA

LAS ExTINCIONES COMO PARTE DE LA NATURALEzA

Por Sebastián Apesteguía, Fundación de Historia Natural Félix de Azara, CEBBAD (CONICET), Universidad Maimónides.

Escena de caza hallada en una gruta de España.

Las “extinciones en masa o masivas” son eventos puntuales que producen una caída abruptaen el número de especies. Se aceptan cinco y algunos las consideran cíclicas. Provocan unareestructuración de la biósfera donde el azar y la contingencia tienen más preponderancia quesu complejidad o los efectos de la selección natural. El estudio de las extinciones a lo largo dela historia de la vida nos permite ver que también comprenden una oportunidad invaluablepara nuevas formas de vida. ¿Son entonces saludables para la biota del planeta? ¿Deberíamosignorar la extinción de formas de vida contemporáneas para que en el futuro florezcan otras?¿Debemos recuperar las especies perdidas? La extinción es, en realidad, un hecho más comúny normal de lo que la intuición indica. Nuestro aporte es válido para evitar contribuir a extin-ciones de especies actuales, pero con el conocimiento de que son parte del ciclo de la naturaleza,como la muerte lo es para la vida.

Page 30: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

30

PALEONTOLOGÍA

Hoy aceptamos con facili-dad el concepto de que talo cual especie se encuen-tra en peligro de extin-

ción. Sin embargo, admitir que lasespecies se extinguen no fue sencillo, araíz de hondos conceptos religiosos. Nu-merosos descubrimientos, en especial alo largo del siglo XIX, impidieron negarque hubiera especies desaparecidas en va-riados momentos. En 1693, John Ray yEdward Lhuyd mostraron que los fósileshallados no parecían ser de animalesmuertos durante una catástrofe, y mástarde, George-Louis Leclerc, conde deBuffon, justificó la existencia de un Di-luvio Universal, pero no lo consideróuna explicación para los fósiles.James Hutton y Charles Lyell, geólogosque influyeron ampliamente en el natu-ralista Charles Darwin, propusieronque los cambios en el planeta no habíanocurrido mediante cataclismos sino enforma lenta y gradual a lo largo demucho tiempo. Esto era conflictivo conlas ideas inmutables religiosas. De hecho,el geólogo suizo Louis Agassiz había pre-sentado ante la Sociedad Suiza de Cien-cias Naturales, en 1837, la teoría de laEdad de Hielo. La audiencia reaccionóhostilmente. En ese contexto, Darwinaplicó la idea a los seres vivos y pudoexplicar el cambio en forma gradual ycomo resultado de la interacción conotras especies.Según Lyell, los seres vivos respondían alos cambios geológicos y ambientales,desplazándose o extinguiéndose parcial-mente, al punto de que si volvieran lascondiciones del Mesozoico, volverían los

dinosaurios. Para Darwin, poniendoénfasis en la filogenia (la historia de lasespecies), esto no podía ser así. La evo-lución no da marcha atrás.Para el biólogo conservacionista, la ex-tinción representa una catástrofe, unaderrota. Sin embargo, desde una pers-pectiva evolutiva el panorama es muy di-ferente. Así como los seres vivos pasanpor el nacimiento, la reproducción y lamuerte, las especies pasan por un origen,la especiación y la extinción, medianteun equilibrio implícito. Al hablar de ex-tinción debe interpretarse la desapari-ción total y no la parcial o regional, y apesar de que su sola mención resulta ne-gativa, es un hecho común.Mediante la selección natural1 tienelugar el exterminio, dentro de cada espe-cie, de individuos que no han dejadodescendientes. Esto converge en una se-lección no intencional de individuosdentro de un hábitat que redundará enespecies beneficiadas, que se propagarány diversificarán, y otras perjudicadasque se extinguirán, de acuerdo a la con-tingencia. Este tipo de extinción, queacontece en todo momento, de escasamagnitud y con cierto ritmo que varíapara las especies, se conoce como extin-ción de fondo y ocurre de acuerdo a lascapacidades de adaptación a un am-biente que siempre está en cambio y a lacompetencia con otros organismos. Esdiferente de las extinciones masivas,que fueron reconocidas por el geólogoinglés John Phillips en 1860, quien aldiagramar el progresivo pero fluctuanteaumento de la diversidad de la vida en laTierra, basado en el registro fósil, se hallóante la evidencia de los grandes baches alfinal del Paleozoico y Mesozoico, y de losaumentos de diversidad en cada edadsubsiguiente.

Extinto, pero solamente un poquitoTanto el concepto de las extincionescomo su aceptación han variado a lolargo de la historia. El único evento deextinción reconocido por la Biblia es elDiluvio, y como una deidad omnipo-tente no crearía cosas para que luegodesaparezcan, hablar de extinciones fue,durante cientos de años, herético. Tho-mas Pennant publicó en 1777 que losanimales fósiles no se habían extinto,

sino que vivían en regiones remotas. Lasconsecuencias a largo plazo de esa ideapueden verse en libros como “El MundoPerdido” (A. Conan Doyle) o películascomo “King Kong” o “El Valle Gwangi”,que muestran sitios remotos donde lasespecies que creíamos extintas siguen vi-viendo, sin cuestionar a la Biblia.Georges Dagobert, Barón de Cuvier,zoólogo francés de principios del sigloXIX, era catastrofista2, pero sólo acep-taba que las extinciones fueran locales,un corrimiento de las especies hacia otrasregiones, mientras otras especies ocupa-ban las zonas vacantes. Un inicio de loque conocemos como sucesiones bio-lógicas. El mamut podría haber desapa-recido, pero también podría vivir enregiones lejanas o haber cambiado unpoco (metamorfosearse, no evolucionar).Cuvier valoraba a las extinciones comoeventos que dejan campo libre para otrasramificaciones de la vida, ya existentespero menos conspicuas. Si las especies seextinguen y su lugar es reemplazado porotras, es que hay dinamismo. Si haycambio, eso habilita el movimiento delos continentes y la transformación de lasespecies. En 1619, el filósofo italianoLucilio Vanini fue quemado por sugerir(entre otras cosas) que existía una rela-ción entre monos y humanos.Treinta años antes que Darwin, el natu-ralista escocés Patrick Matthew (1790-1874) describió la acción de la selecciónnatural basado en observaciones sobre lacría artificial, pero no creía que existieraun tipo de extinción constante como lade fondo. Las extinciones aceptadas eranlas locales, no totales. Matthew opinabaque había cambio evolutivo y que ocu-rría sólo luego de las catástrofes, no entreellas, donde la selección natural las esta-bilizaría sin alterarlas.En 1973, el biólogo estadounidenseLeight Van Valen postuló la Ley de laExtinción Constante: la supervivenciade un grupo dado a lo largo del tiempogeológico es lineal, es decir, que su pro-babilidad de extinguirse es constante,no importa cuánto hayan durado hastaentonces. Según el ecólogo argentinoEduardo Rapoport (1990), “su perma-nencia no le otorga un seguro de vida”. Laprobabilidad de extinción constante esun balance continuo entre la coevolu-

“Así como los seres vivospasan por el nacimiento, la re-producción y la muerte, las es-pecies pasan por un origen, laespeciación y la extinción”.

Page 31: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

31

PALEONTOLOGÍA

ción respectiva del depredador y la presa,en organismos en interacción dentro deun ecosistema.

A fondoPara Darwin, la extinción de especiesno tenía visos de catastrofismo, sinoque era resultado de la interacción conuna especie próxima, cuyas característi-cas le conferían ciertas ventajas momen-táneas en un medio cambiante según sumetáfora de la cuña: el espacio justo enel ambiente para un número definidode especies, y no más. Las extincionesde fondo, entonces, a pesar de ser fe-nómenos graduales, no quedarían en elregistro fósil. Pueden darse también ex-tinciones regionales no masivas, a raízde manifestaciones geológicamente ins-tantáneas, como variaciones en la posi-ción de los continentes y en la altura delas montañas, que provocan cambiosclimáticos por la circulación de losocéanos y la modificación de centrosciclónicos, llevando lluvias y verde aldesierto y, a la vez, con el desecamiento

de humedales o la modificación de lascostas (hace sólo 10.000 años la costade Buenos Aires estaba 300 km maradentro).Así como las especies se extinguen, otrasvan surgiendo. Una tasa de extinción defondo “normal” y constante se com-pensa con la tasa de generación de nue-vas especies. No obstante, aunque esposible determinar la extinción de unaespecie al no registrarla más en su hábi-tat (con cierto margen de error), no esposible calcular la tasa de generación deespecies. Las nuevas especies sólo pue-den descubrirse cuando ya son conspi-cuas y exitosas. De hecho, en el caso dela extinción de fines del Devónico, hace365 millones de años (Ma), análisis es-tadísticos muestran que el descenso enla diversidad se debería más a una bajatasa de origen de especies que a un in-cremento de extinciones.Es muy complicado percatarse del sur-gimiento de una nueva especie, ya queen su origen las diferencias son apenasgenéticas y/o de comportamiento. Por

eso se torna muy difícil calcular la tasade extinción de fondo. Además, aunquepudiéramos calcular la tasa actual, lafalta de datos antiguos nos impide sabersi nos hallamos en una etapa generalcreciente o decreciente. Y si viéramosun peligroso aumento, no podríamossaber si estamos ante un descenso de lafluctuación cíclica de la tasa o nos esta-mos acercando a una extinción masivaa escala planetaria por la acción dealgún agente, orgánico o inorgánico.Ése es el grave peligro de no conocerbien los ciclos normales de extinción.

Las cinco masivasEl Barón de Cuvier notó que había nume-rosos eventos de extinción (aunque fueranlocales), por lo que creyó que Dios deberíahaber realizado numerosas creaciones su-cesivas. Louis Agassiz lo llevó más lejos alpublicar en 1856 (un año antes de “El ori-gen de las especies” de Darwin) que habíanocurrido unas 50 a 80 extinciones y unasocho creaciones. Jean-Baptiste Lamarckquiso demostrar que las especies se trans-formaban, pero fue dejado en ridículo porCuvier, gracias a sus interminables cono-cimientos en anatomía comparada. Noobstante, Lamarck tenía razón.El número de extinciones locales o parcia-les es muy discutible, pero sí hay acuerdosobre el número de extinciones masivas.Estos eventos puntuales producen unacaída abrupta en el número de especies eimplican una reestructuración de la biós-fera. Las extinciones masivas son de tal di-mensión que la selección natural pierdeimportancia frente al azar y la contingen-cia. Se caracterizan por su magnitud (can-tidad de familias o géneros afectados), laduración de sus causas y sus secuelas. Tam-bién por su intensidad, selectividad, cir-cunstancias ecológicas y las condiciones derecuperación.Las causas a las cuales puede atribuirse unaextinción masiva son numerosas. Las máscomúnmente citadas son cuerpos extrate-rrestres que chocan con la Tierra; cambiosclimáticos (incremento de la temperaturaglobal o glaciaciones); variaciones en lacomposición gaseosa atmosférica (oxígeno,dióxido de carbono); alteraciones en la cir-culación de las corrientes oceánicas en re-lación al movimiento de los continentes;erupciones volcánicas a gran escala; pande-

Proporción de víctimas de las extinciones masivas, causantes y tiempo. (Modificado deExtinciones en tiempos geológicos. Apesteguía, 2012, a partir de J. Sepkoski, 1984).

Page 32: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

32

PALEONTOLOGÍA

Durante la extinción que marca el límite entre los pe-ríodos Cretácico y Paleógeno se perdió el 36% de losgéneros conocidos. Este evento ocurrió hace 65 Ma ymarca también el límite entre las eras Mesozoica y Ce-nozoica. Se lo conoce como límite K/P. La fama deesta extinción procede de la desaparición de los dino-saurios no avianos, o dicho de otro modo, de todos losdinosaurios con excepción de las aves. Por ello, la listade explicaciones para lo que aconteció es vastísima.El anatomista y paleontólogo inglés Richard Owen, dela segunda mitad del siglo XIX, sostenía que durante elMesozoico había un bajo tenor de oxígeno. Los reptilestenían tasas metabólicas bajas, pero al aumentar eloxígeno, las condiciones se habrían hecho imposiblespara dinosaurios y reptiles marinos. En 1921, WilliamD. Matthew propuso que los dinosaurios se extinguie-ron por efecto de las orogenias, la elevación continen-tal y el remplazo por los mamíferos que tenían unamejor movilidad en terrenos con relieve. Por otro lado,Schuchert propuso en 1924 la idea de senilidad racial,es decir, que linajes muy especializados o gigantes es-taban listos para extinguirse al primer cambio climá-

mias o enfermedades de alta dispersión;competencia entre especies y muchas otras.Todas las extinciones muestran una pro-porción de pérdida diferente, y es alta-

mente posible que las produzca una com-binación de causas. Lo destacable de lasextinciones masivas es su rapidez, la altavelocidad a escala geológica en la que el

evento tiene lugar. Esto se relaciona tam-bién a una recuperación lenta, consecuen-cia de la devastación de los ecosistemas.Lo evidente es que tras cada una de esas

tico. En 1956 el paleontólogo M.W. de Laubenfelspropuso la “ridiculez” de que los dinosaurios se ha-bían extinguido por el impacto de un meteorito, perofue sistemáticamente ignorado. ¿Quién quería expli-caciones catastrofistas una vez que Lyell y Darwin ha-bían impuesto el gradualismo?La extinción K/P cobró especial notoriedad en 1980con la propuesta de que el agente causante habríasido la caída de un asteroide en Chicxulub, México,hace 65,3 Ma. Un bache en el registro, tanto de losgrandes vertebrados como en los microfósiles4 defines del Cretácico que no se hallan en el Paleógeno,demostró la extinción. Estudiando la química del mo-mento del impacto, el equipo de Walter Álvarez y supadre, el químico y premio Nobel Luis Álvarez, reco-nocieron la presencia de una cantidad anormal de iri-dio5 en una capa del límite K/P en Gubbio, Italia,reconocible por una variación en las especies de mi-crofósiles presentes. El iridio es un metal raro en laTierra pero está presente en muchos asteroides. Enplanetas tectónicamente activos6 los elementos máspesados se desplazan hacia el centro, pero en aste-roides se encuentran en todo su volumen. Evidenciasgeológicas de tsunamis en el sur de EE.UU. y en Co-lombia, así como numerosas microesferas de rocafundida en la región caribeña, permitieron apuntar aAmérica Central.Hacia 1990 se reconoció un cráter de casi 200 kmenterrado bajo 2000 metros de sedimentos. Lasmás recientes investigaciones muestran que el crá-ter de Chicxulub se formó 300.000 años antes deque desaparecieran los dinosaurios, por lo que nosería el responsable directo. Hoy se supone que caye-

Extinción por un Meteoro. Ilustración cedida gentilmentepor Jorge A. González.

Imagen que muestra la posición y radio de acción del impacto deChicxulub, por un asteroide de 10 km y un cráter de 170 km, frente

al tamaño del Golfo de México.

La extinciónmás famosa

Page 33: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

33

PALEONTOLOGÍA

variaciones cataclísmicas, se sucede unaverdadera explosión en la biodiversidadcorrespondiente a nuevas radiaciones adap-tativas3.

A lo largo de la historia de la vida se hanidentificado cinco eventos de extinciónmasiva, a los que se conoce como “lascinco grandes”, y el más famoso es el del

Cretácico-Paleógeno, hace 65 Ma, respon-sable de la desaparición de los dinosaurios,entre otros (ver recuadro La extinción másfamosa).

Tiburones alimentándose del mosasaurio Prognathodon saturator,de finales del Cretácico Superior. Imagen de Dan Varner cedida

gentilmente por la Dra. Anne Schulp, del Natuurhistorisch MuseumMaastricht (Holanda).

Imagen de un amonites: un cefalópodo extinto en elmismo momento. Ilustración de Martina Charnellicedida por el museo Tuyú Mapu (Gral. Madariaga).

Un pterosaurio basal ejemplificando al grupo. Estos reptiles voladores, cuyolinaje vivió por más de 150 Ma, se extinguieron en K/P. Foto del Museo deHistoria Natural de Bruselas, Bélgica.

ron muchos asteroides a lo largo de 300.000 años, pero el im-pacto mayor, producido hace 65,3 Ma, se sigue buscando.¿Puede todo el Golfo de México ser un cráter? Muchos sostienenque la vida no hubiera podido resistir tamaño impacto.La muerte masiva de diatomeas (algas con corazas microscó-picas), foraminíferos (amebas con conchillas complejas) y otrosintegrantes del plancton habrían decidido la suerte de la tramaalimentaria de los mares, incluyendo moluscos como los amo-nites, erizos y corales. En tierra, las consecuencias más nota-bles fueron la muerte masiva de varios grupos de plantas,incluyendo las benetitales y amplias variedades de helechos.Entre los reptiles, desaparecieron los dinosaurios herbívoros ylos grandes dinosaurios carnívoros, así como los mosasauriosy plesiosaurios en los mares, y los pterosaurios y muchos gru-pos de aves en el aire.Es posible que la brusca disminución del oxígeno de la atmósfera(de un 45% hasta el 21%) haya sido decisiva, tanto con la caídade un asteroide como por vulcanismo. Entre los sobrevivientes ala extinción K/P se destacan vertebrados ectotermos (los reptiles,cuya temperatura corporal depende de la temperatura del am-biente) o aquellos endotermos (los que mantienen su tempera-tura independientemente del ambiente; por ejemplo, mamíferosy aves) con alta eficiencia en la captación del oxígeno. Los diver-sos animales y plantas que sobrevivieron formaban parte de eco-

sistemas marginales, de crecimiento veloz y amplia disper-sión. Durante K/P, la mayor parte de los dinosaurios se ex-tinguió, y sobrevivieron sólo las aves, a las que podríamosconsiderar como una forma relictual de dinosaurios. Hoy exis-ten 9100 especies de aves y sólo 4200 de mamíferos.

Page 34: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

34

PALEONTOLOGÍA

A pesar de que las extinciones en masason de una importancia comparable a lade la selección natural en su papel comodisparadores de la diversidad, esto sedebe exclusivamente a la capacidad desupervivencia que tiene la vida frente agraves problemas que afectan a la biós-fera como un todo. Es la contingencia7

la que determina los sobrevivientes, esdecir, un poco de las características pro-pias pero mucho de azar.

Dos reptiles dinosauromorfos acorralan a unsinápsido cercano a los primeros mamíferos

en un árido ambiente del Triásico argentino.Aunque los mamíferos somos tan antiguoscomo los dinosaurios, nuestro desarrollo semantuvo circunscripto al rol de pequeños

seres huidizos durante los 160 Ma en que losdinosaurios dominaron los ambientes terres-

tres. Visionariamente, el artista GregoryPaul ilustró en 1979 a ambos linajes provis-

tos de cubiertas corporales aislantes: proto-plumas y pelos. En la competencia, los

reptiles, entonces con notables capacidadeslocomotoras, salieron mejor parados.

¿A quién le hace falta una extinciónmasiva?A escala geológica, es más importante elreconocimiento del papel de las extincio-nes masivas en la generación de nuevasformas de vida y nuevos nichos ecológicos8

que sus causas o su ciclicidad. Por ejemplo,mucho se ha discutido acerca del eventode extinción que permitió, con la desapa-rición de muchos sinápsidos (grupo deamniotas entre los que nos hallamos losmamíferos) y cocodrilos terrestres hace250 Ma, la evolución de los dinosaurios.Esta extinción, conocida como delPermo-Triásico, ocurrió cuando el mundose hallaba integrando el supercontinentePangea, por lo que sus efectos se globali-zaron con facilidad. Aunque se han pro-puesto varias causas, se acepta que fueproducida por el masivo vulcanismo enChina (evento Emeishan), Siberia y eloeste argentino (evento Choiyoi), siendoeste último el menos reconocido.La evolución de los terápsidos, un grupode sinápsidos al que pertenecemos, era su-

tinción de las especies actuales, pero siem-pre con el conocimiento de que las extin-ciones son parte del ciclo de la naturaleza.

VolverLos humanos hemos extinguido numero-sas especies en tiempos históricos y prehis-tóricos. Muchos ven con benevolencia lareintroducción de fauna en sitios donde supresencia existiera históricamente, siemprey cuando no sea peligrosa para la pobla-ción humana. Por ejemplo, nadie se oponea la introducción de ciervos o aves extin-tas, pero la situación cambia cuando sehabla de introducir lobos en los bosquesnorteamericanos o yaguaretés en Iberá, enlas sierras bonaerenses o en los bosques an-dino-patagónicos.Desde hace unos años, se habla de un re-torno artificial a los ambientes que los hu-manos habríamos destruido, para volver ala situación de comienzos del Holoceno,hace unos 10.000 años, y “completar”zonas adaptativas que han quedado “va-cías” tras un evento de extinción. Segúneste concepto, muchos ecosistemas actua-les no funcionan apropiadamente por faltade su correspondiente megafauna. Si bienpara paleontólogos diez milenios de au-sencia no es una cantidad de tiempo sig-nificativa, para los ecólogos no existenzonas adaptativas vacías, y un año estiempo suficiente para determinar que elecosistema está funcionando sin precisar ala megafauna. Diferente a como funcio-naba antes, pero está en marcha. Es la“ecología del no equilibrio”.

mamente exitosa y fue truncada por dosextinciones masivas, la citada del Permo-Triásico (250 Ma) y la del Triásico medio(225 Ma). Al recuperarse las faunas, losreptiles arcosaurios (dinosaurios, pterosau-rios, cocodrilos y sus parientes) se hallaronmejor posicionados para volverse domi-nantes en el nuevo ambiente árido, ya quecontaban con herramientas de peso en lalocomoción y el ahorro del agua. Sin la ex-tinción de fines del Pérmico, que culminócon la dominancia de los sinápsidos y per-mitió a los arcosaurios el dominio de losambientes continentales, tal vez los dino-saurios nunca hubieran existido; y sin losdinosaurios, jamás hubieran existido lasaves. Tal vez, si los grandes sinápsidos car-nívoros hubieran seguido existiendo, nohubieran podido desarrollarse las formasminúsculas y heterocrónicas (de ritmos dedesarrollo diferentes a los de sus especiesemparentadas) entre cuyas especies noshallamos los mamíferos. A pesar de haberconvivido con los dinosaurios durante 160Ma, de no haber mediado la extinción defines del Cretácico los mamíferos no hu-bieran podido desarrollarse del modo quehoy conocemos.Entonces, ¿son las extinciones masivas sa-ludables para la biota? ¿Significa esto quedeberíamos ignorar la extinción de las for-mas de vida contemporáneas para que enel futuro florezcan otras formas magnífi-cas? Definitivamente no está en nuestrasmanos favorecer a las especies del futuro;al menos no intencionalmente. Es válidonuestro aporte para no contribuir a la ex-

Page 35: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

35

PALEONTOLOGÍA

tiva que esto podría acarrear. El dina-mismo del ecosistema se desplazaría haciaalgo muy diferente de las comunidades delpresente, pero también de las del pasado.

Dolly-saurus y… ¡A clonar especiesfósiles!Michael Crichton escribió en 1990 su no-vela Jurassic Park, luego llevada al cine,donde planteaba la clonación de dinosau-rios a través del ADN9 preservado en mos-quitos que los habían picado y luegohabían muerto atrapados en resina de ár-boles. Desde allí se ha multiplicado el in-tento de los científicos por obtener ADNfósil. ¿La finalidad? Bueno, eso es lo últimoque se halla. Lo primero es responder aldesafío. Así nos manejamos los humanos ylos límites son los hallazgos más difícilespara un científico.En años recientes, la paleontóloga MarySchweitzer extrajo colágeno10 y restos devasos sanguíneos del fémur de un Tyranno-saurus rex. También se ha publicado el ha-llazgo de restos de material blando en alas

de pterosaurios de Brasil. Sin embargo,aunque no es rara la preservación de tejidosblandos mineralizados o incluso esqueletoscon fosilización incompleta, hasta ahoranadie ha podido extraer ADN.La posibilidad de aislar proteínas abre laexpectativa de hallar ADN. Esta moléculaes una de las más inestables, ya que la na-turaleza, siempre ávida de que le devuelvanlos fosfatos que presta, los reclama encuanto el organismo muere y, hasta hoy,ningún resto de ADN se ha preservado ra-zonablemente más allá de 50.000 años. Elagua y el oxígeno degradan los nucleótidosrápidamente y fragmentan la molécula,aún en frío seco o sin oxígeno.También se intentó la extracción a partirde restos de mamuts (el material no se ha-llaba tan bien preservado como su carnecongelada prometía), de una cuaga (un ca-ballo franjeado extinto por el hombre en1883), de un tilacino (lobo marsupial ex-tinto por el hombre en 1902) a partir deun feto preservado en alcohol, del cuero deun milodonte (un perezoso gigante extinto

Imagen figurativa sobre el retorno de los grandes felinos manchados a los lugares que habitaron en el pasado, como la Patagonia.Cedida gentilmente por Cynthia Bandurek.

“Sin la extinción de fines delPérmico, tal vez los dinosau-rios nunca hubieran existido, ysin los dinosaurios, jamás hu-bieran existido las aves”.

El mayor argumento en contra del pro-yecto es que si en diez milenios las comu-nidades naturales existen, es porque se hanestablecido nuevos equilibrios dinámicos(o no-equilibrios), con o sin megafauna.Así, la reintroducción probablemente al-teraría la dinámica del ecosistema hasta elcolapso, aún sin contabilizar las enferme-dades, parásitos y destrucción de flora na-

Page 36: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

36

PALEONTOLOGÍA

hace 10.000 años) y de una hoja de mag-nolia del Mioceno (17 Ma). El problemaes que aunque se tuviera el ADN en impe-cables condiciones, incluso para especiesactuales, la clonación implica un solo éxitoen casi 300 fracasos. ¿Se justifica tanta in-versión cuando escasean los recursos paralas especies que se hallan rozando la extin-ción? ¿Vale la pena traer a una especie delpasado cercano cuando no logramos con-trolar la veloz degradación de los ambientesmodernos? ¿La traeremos para condenarlaa la reclusión en un zoológico?Ante cada nuevo hallazgo de restos blandosde un animal fósil, a los periodistas no lesinteresa ni el procedimiento ni si esto in-dica que era macho o hembra o si tenía elpelo más rojizo o más oscuro. La pregunta,que da forma a lo que al público le interesa,es: ¿Y ahora van a poder clonarlo? Y el in-terés genera divisas, y el dinero empuja aempresarios a pagar estudios y a demandarresultados. ¿Puede un científico ponerfreno a eso? Uno sí; dos, no. Además, ¿conqué excusa: que el animal no se va a hallaren este mundo? Es poca cosa para frenarempresarios.La técnica a seguir para la clonación de unanimal fósil, como bien lo describía Crich-ton en su libro, partía del material frag-mentado provisto por el ADN del fósil alque se iban llenando los baches con otroADN (en Parque Jurásico utilizan unarana). Probablemente, en la realidad sehaga el camino inverso. Sobre un ADN deave o de cocodrilo se irán reemplazandosucesivamente genes hasta lograr la “dino-saurización” del organismo actual.Por ello, no es ciencia ficción la obtenciónde ADN de uros, tilacinos, mamuts, moase incluso nuestros hermanos Neanderthal.No extrañaría que en menos de una décadase hallen algunos ejemplares de esas espe-cies en parques zoológicos, si es que, paranuestra desgracia, esas instituciones aúnexisten en su forma tradicional. O inclusoen áreas naturales, donde se hallaban pre-sentes los dos primeros hace doscientosaños y, los últimos, hace unos pocos miles.El límite no será la tecnología, y probable-mente tampoco lo sea la ética. n

Page 37: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

37

GEOLOGÍA PLANETARIA

HUELLAS DE ANTIGUOS IMPACTOS

Cráteres de la TierraPor Mariano Ribas, Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”.

Actualmente, y en buena me-dida gracias a las imágenes sa-telitales, se han identificadocasi 200 cráteres de impacto

en la superficie terrestre (seguramente,debe haber muchísimos más, bien ocul-tos en el fondo de los océanos). Algunosson relativamente “jóvenes”, geológica-mente hablando, con edades de algunosmillones de años. Otros son mucho másviejos y se remontan a cientos de millo-nes de años atrás. Aquí hemos elegidoalgunos de los cráteres más notables dela Tierra. Por su tamaño, por su edad,por su grado de preservación o por susimplicancias en la historia del planeta.Pero antes de conocerlos, vamos a echaruna mirada al pasado y a los procesosque los originaron (y desgastaron), paraentenderlos mejor.

Tiempos violentosLos cráteres de impacto son las forma-ciones geológicas más comunes de todoel Sistema Solar. Los encontramos entodos los planetas terrestres, en todas las

lunas y hasta en asteroides y cometas.Estas fosas pueden medir desde unospocos metros hasta cientos de kilómetrosde diámetro; incluso miles, si considera-mos aquellos que fueron rellenados conmateriales fundidos, como los mares de laLuna. Son, mayormente, los recuerdos delos tiempos más remotos y violentos de lagran familia del Sol. Estamos hablando,aproximadamente, del período que vadesde la formación de los planetas (ytodos los demás cuerpos menores), haceunos 4500 millones de años, hasta haceunos 3800 millones de años; épocas enque los mundos se fueron forjando y cre-cieron en medio de terribles y continuosbombardeos de escombros cósmicos. Pa-sado aquel largo período, los impactos demeteoritos, asteroides y cometas fueroncada vez más esporádicos, pero nuncadesaparecieron. De hecho, como bien sa-bemos, continúan hasta nuestros días yson una amenaza latente.A lo largo de las últimas décadas, las son-das espaciales nos han mostrado que lashuellas de aquellos tiempos de furia están

en todos los rincones del Sistema Solar,desde Mercurio hasta las lunas de Júpitero Neptuno1. Pero el ejemplo más cercanoy contundente lo tenemos aquí nomás: laLuna (ver página 43). Hasta el más modestode los telescopios (incluso, un binocular)nos muestra que sus viejos y castigadospaisajes están saturados de cráteres.Sin embargo, la Tierra se nos presentamuy diferente. A primera vista, los crá-teres no parecen formar parte de nues-tros paisajes. Sin embargo, estuvieron, yfueron muchísimos, pero casi todos fue-ron literalmente borrados del siemprecambiante mapa terrestre. Aún así, toda-vía quedan unos cuantos, aislados, en-mascarados, o muy bien escondidos.

Erosión y tectónicaEn nuestro planeta, los cráteres son unarareza. En principio puede resultar ex-traño, dado que la Tierra, mucho másgrande y masiva que la Luna, debióhaber recibido muchos más impactos deproyectiles cósmicos a lo largo de sus4500 millones de años de historia. ¿Y en-

Son las cicatrices de viejas heridas, prodigios geológicos que dan cuenta de terribles impactosque, en el pasado remoto, dañaron dramáticamente la superficie de nuestro planeta. Aunqueparezcan cosas de otros mundos, la Tierra también tiene sus cráteres. No son tantos, ni tan evi-dentes, ni están tan bien preservados como los de la Luna o Mercurio. Los cráteres terrestresson huellas mayormente borrosas, muy desgastadas o directamente imperceptibles a primeravista. Es que, a diferencia de muchos de nuestros vecinos, la Tierra siempre fue un mundogeológicamente activo, inquieto, envuelto por una corteza cambiante.

Meteor Crater, Arizona, EE.UU.

M.S

ibbe

rnse

n y

Thib

ault

K. N

ASA,

Neb

rask

a Sp

G.

Page 38: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

38

GEOLOGÍA PLANETARIA

tonces? La explicación está, justamente,en dos factores esenciales que no existenen la Luna (y prácticamente nunca exis-tieron). Por un lado, la presencia de unaatmósfera, agua líquida y los fenómenosmeteorológicos asociados a ambas. Y porel otro, la tectónica de placas2. Ambosfactores se han sumado y combinado alo largo del tiempo, y dieron lugar a unacorteza siempre relativamente joven ycambiante, casi efímera en tiempos geo-lógicos.A lo largo de miles de millones de años,la presión del aire, la acción de los vien-tos, las lluvias, las nevadas, el fluir de losríos, los mares y el avance y/o retroceso

de los glaciares, no sólo han erosionadolos terrenos continentales y, con ellos, lamayoría de los cráteres de antaño, sinoque también han depositado toda clasede sedimentos que los han tapado. Enparalelo, la tectónica de placas fue reci-clando continuamente la superficie delplaneta. Particularmente en el fondo delos océanos, donde el continuo roce,choque y subducción3 de las placas queforman la corteza oceánica, ha hecho quenada dure mucho más de 200 ó 300 mi-llones de años, incluyendo, claro, los crá-teres. La corteza continental, si bienpermaneció emergida, por su mayor flo-tabilidad, también fue seriamente afec-tada y reconfigurada por los procesosderivados de la tectónica: compresión ydeformación, terremotos, maremotos yerupciones volcánicas.Así, de los cientos de miles (o quizás,millones) de cráteres de impacto que de-bería haber en la superficie de la Tierra,se han identificado menos de 200. Sonlos que han “sobrevivido” a los avataresgeológicos y climatológicos de nuestromundo, ya sea porque son muy jóvenes(y no han tenido tiempo de desgastarse),o bien porque son extremadamentegrandes y sus trazas todavía son reco-nocibles. Un dato nadamenor: la mayoría de los

cráteres de la Tierra recién fueron descu-biertos en las últimas décadas, gracias alas imágenes satelitales. Ahora sí, vamosa conocer algunos de los más notables.

El más famoso Sin dudas, el cráter de impacto más fa-moso del mundo es el Meteor Crater(foto de la página 37), en pleno desiertode Arizona, Estados Unidos, una fosacon forma de taza de 1200 metros dediámetro y 175 metros de profundidad(muy poco en relación a otros cráteresterrestres). Lo que lo hace verdadera-mente especial, casi único, es su perfectoestado: es el cráter mejor conservado delmundo. Eso se debe, especialmente, a suextrema “juventud”: el Meteor Crater seformó hace tan sólo 50 mil años por elimpacto de un pequeño asteroide dehierro y níquel de 40 ó 50 metros. Elobjeto, de cientos de miles de toneladas,se estrelló contra aquel rincón de Amé-rica del Norte a unos 60 mil km/hora,se vaporizó casi completamente y dejóincontables fragmentos muy pequeñosdesparramados en un radio de varios ki-lómetros a la redonda. Se han recupe-rado cerca de 30 toneladas de restos,incluyendo una pieza única de 700

El cráter y lago Bosumtwi, en Ghana,es un lugar de recreación para lasaldeas que lo rodean.

La mayoría de los cráteresde la Tierra fueron descu-biertos en las últimas déca-das, gracias a las imágenessatelitales.

NAS

A.

Uni

vers

idad

de

Ariz

ona,

EE.

UU

.

Page 39: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

39

GEOLOGÍA PLANETARIA

Cráter Aorounga y posibles cráteres secundarios en el Desierto del Sahara, en Chad.

kilos. Eso es todo lo que quedó de aquelasteroide kamikaze.El Meteor Crater tiene la ventaja de estarlibre de vegetación que lo cubra, y cadadía es visitado por cientos de turistas detodo el mundo. Hace algunas décadas seconvirtió en una suerte de “caso testigo”,cuando el gran geólogo Eugene Shoe-maker (1928-1997) demostró que no setrataba de un cráter volcánico, como sesostenía tradicionalmente, sino que fueprovocado por un impacto meteorítico.

Cráteres africanosLa inmensa mayoría de los cráteres de laTierra no son tan evidentes, ni están tanexpuestos como el de Arizona. Muchosestán total o parcialmente cubiertos derocas, sedimentos y vegetación, o direc-tamente inundados. Es el caso del Crá-ter Bosumtwi, que contiene al lagohomónimo, ubicado al sudeste de laciudad de Kumasi, en Ghana. Hace1.300.000 años el impacto de un aste-roide (o quizás, un cometa) generó esta

fosa circular de 10,5 kilómetros de diá-metro y cientos de metros de profundi-dad. Con el correr del tiempo, el cráterse fue llenando de agua hasta formar elúnico lago natural de Ghana. Rodeadopor un denso bosque tropical, este es-pejo de agua es un lugar de pesca y re-creación para las decenas de miles depersonas que habitan las 30 aldeas quelo rodean. Además, para los ashanti, elLago Bosumtwi es un sitio sagrado,donde los muertos llegan para despe-dirse del dios Twi.Otro de los cráteres de impacto más im-presionantes de la Tierra se encuentra alnorte de Chad, en pleno Desierto delSahara. El Cráter Aorounga mide 17 ki-lómetros de diámetro y tiene una anti-güedad de más de 300 millones de años.Se trata de una formación más grande ymucho más antigua que el Bosumtwi.De hecho, es uno de los más viejos quese conservan en todo el planeta; tanviejo que se trata de una formación ex-tremadamente erosionada, en la que

sólo se distinguen borrosas estructurasanulares y concéntricas. En realidad,todo indica que Aorounga no sería unsolo cráter, sino tres. En la imagen deradar tomada en 1994 por la tripulacióndel transbordador espacial Endeavour,podemos ver un posible segundo cráter,

Los cráteres de impacto sonlas formaciones geológicasmás comunes de todo el Sis-tema Solar. Los encontramosen todos los planetas terres-tres, en todas las lunas y hastaen asteroides y cometas.

NAS

A.

0 10 km

NORTENORTE

CENTROCENTRO

SURSUR

DEPRESIÓN INTERNADEPRESIÓN INTERNA

PICO CENTRALPICO CENTRAL

BORDEBORDE

N

Page 40: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

40

GEOLOGÍA PLANETARIA

Los lagos Clearwater Oeste (arriba) y Clearwater Este, en Canadá, fueron originados por un doble impacto.

Cráter Gosses Bluff, en Australia, de 140 millones de años de antigüedad.

En la superficie de la Tierrase han identificado casi 200cráteres, sobrevivientes a losavatares geológicos y clima-tológicos por ser jóvenes oextremadamente grandes.

NAS

A.N

ASA

- STS

61A-

35

-86

.

Page 41: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

41

GEOLOGÍA PLANETARIA

Kara-Kul, el cráter de impacto más alto de la Tierra, en Tajikistán.

de tamaño similar al primero, pero conun pico central; y hasta un tercero (elAorounga Norte), que sería esa marcacircular parcial y oscura, hacia la dere-cha. Las imágenes de radar muestrandetalles invisibles en las fotos convencio-nales, dado que penetran las capas depolvo y arena superficiales. Es muy pro-bable que este cráter triple se haya ori-ginado durante un mismo episodio, enel que un cuerpo único se fragmentó en,al menos, tres partes.

De Australia a CanadáEn el centro de Australia hay un cráterque no sólo es más grande que los ante-riores, sino que, además, está bastantebien conservado a pesar de su gran anti-güedad. La foto de la página 40 nosmuestra al impresionante Cráter GossesBluff, de 24 km de diámetro y 5 km deprofundidad (sin el relleno posterior desedimentos). Se formó hace 140 millonesde años por el impacto de un asteroide de1 a 2 km. Aunque muestra evidentes sig-nos de desgaste y alteración, esta maravillaaún mantiene una clara silueta circular,con bordes elevados y bien definidos. Losexpertos coinciden en que Gosses Bluff esuno de los cráteres de impacto más nota-bles de la Tierra: grande, nítido e impre-sionante.En un rango de tamaño similar al GossesBluff, ahora nos encontramos con dosantiquísimos cráteres hermanos, en Que-bec, Canadá. Son dos fosas circulares,originadas por un doble impacto, ocu-

grafías que, entre otras cosas, revelaronuno de los secretos mejor guardados de laTierra: el Cráter Kara-Kul, situado a casi4 mil metros de altura, en las MontañasPamir, en Tajikistán (cerca de la fronteracon Afganistán). Es el cráter de impactomás alto del planeta. Una formidable es-tructura geológica, de forma aproximada-mente circular, de 52 km de diámetro, encuyo interior también se ha formado unlago, aunque no cubre todo el cráter,como en los casos anteriores. El CráterKara-Kul es uno de los 15 más grandesdel mundo, y se formó hace unos 25 mi-llones de años.

El cráter de la extinciónAhora vamos directamente a los pesos pe-sados. En la Tierra sólo se han identifi-cado seis cráteres que superan los 100 kmde diámetro. De ellos queda poco y nada.En ese lote de prodigios hay uno suma-mente especial: el Cráter de Chicxulub,

rrido hace unos 290 millones de años. Seencuentran disfrazados de grandes char-cos helados: el Lago Clearwater Oestey el Lago Clearwater Este, de 32 y 22

kilómetros de diáme-tro, respectivamente.Un detalle, por demáscurioso, es ese anillode islas que afloran delas aguas del mayor, yque seguramente seoriginaron a partir delrebote de materiales dela corteza terrestre, du-rante la formación delcráter.

El más alto En sept iembre de2001, el satélite Land-sat 7, de la NASA,tomó una serie deespectaculares foto-Mapa tridimensional del cráter de Chicxulub realizado en 1996.

NAS

A-U

SGS.

Uni

v. d

e Te

xas,

EE.

UU

. UN

AM, M

éxic

o. G

eolo

gica

l Sur

vey,

Can

adá.

Page 42: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

42

GEOLOGÍA PLANETARIA

en la Península de Yucatán,México. Con unos 170 km dediámetro, esta compleja fosa deimpacto es la tercera más grandedel mundo, pero está completa-mente escondida, tapada porcientos de metros de sedimen-tos. Una mitad del cráter estádebajo del fondo del mar, y laotra, enterrada bajo la propiapenínsula. Sin embargo, aúnfalta lo más interesante: todo in-dica que es la huella de la terri-ble colisión de un gran asteroide(de unos 15 km de diámetro),ocurrida hace 65 millones deaños. Una catástrofe que, másallá de causar la destruccióncompleta de la región, tuvoterribles consecuencias a escalaplanetaria: terremotos, tsunamis,erupciones volcánicas, incendiosa miles de kilómetros de distan-cia, oscurecimiento de la atmós-fera y una completa alteracióndel clima global. Estamos ha-blando, ni más ni menos, del famosoepisodio que probablemente haya te-nido mucho que ver con la extinciónde los dinosaurios y de cerca del 75%de las especies que, por entonces, habi-taban la Tierra (ver el artículo anteriortitulado Extinctum).Chicxulub es el nombre de un pueblo dela región y significa, curiosamente, “lacola del diablo”. Su cráter oculto reciénfue descubierto en los años ’80, graciasa estudios gravimétricos y magnetomé-tricos que delataron una clara anomalíageológica en el subsuelo de Yucatán. Ha-blando de eso, la imagen de la página41 no es una foto, ni una vista de radar.Es un “mapa” tridimensional del cráter,realizado por científicos del Lunar andPlanetary Institute, en Houston, EE.UU.,a partir de finas mediciones gravitatoriasy magnéticas.

Viejos colososLos dos cráteres de impacto más grandesde la Tierra son, a la vez, los más antiguos:tienen alrededor de 2 mil millones deaños. Lógicamente, poco y nada queda deellos. La llamada Cuenca de Sudbury, enOntario, Canadá, es una estructura deimpacto altamente deformada por las pre-siones de la corteza terrestre. De hecho,mide unos 200 km de largo, pero sólo lamitad de ancho.El Cráter Vredefort, al sur de Johannes-burgo, Sudáfrica, es aún más grande:mide casi 300 km. La foto de esta página,tomada por astronautas en órbita terres-tre, muestra al mayor cráter del mundo.Si bien está extremadamente erosionadoy tapado de sedimentos, este coloso decolosos aún conserva un muy sugerentepatrón semicircular, formado por variosanillos concéntricos, o más bien, los arcos

parciales que quedan de ellos.Hasta aquí llegamos con este recorrido,necesariamente parcial, por algunos delos más impresionantes cráteres delmundo; aquellas cicatrices de viejas he-ridas que, con absoluta contundencia,nos demuestran que los asuntos de laTierra y del cielo siempre van de lamano. n

Cráter Vredefort, en Sudáfrica, el más grande conocido en la Tierra.

EN INTERNEThttp://www.planetario.gob.ar/[email protected]

NAS

A.

Page 43: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

43

GALERÍA ASTRONÓMICA

Paisajes viejos y castigados15 de julio 16 de julio

La Luna es el único cuerpo celeste quecambia notablemente de un día para elotro. Las imágenes superiores muestranesa alteración aparente durante dos días se-

guidos. La observación de la Luna es inte-resante siempre. Su superficie, al alcancede los instrumentos de los aficionados,está plagada de cráteres, montañas, grietas

y valles. Allí no haynada que los erosione;ni atmósfera, ni viento,ni agua, ni vida, nimovimientos tectóni-cos que renueven la su-perficie. Una vez más,las increíbles imágenesde Carlos Di Nallo

nos llevan a buscar alguna excusa para ha-blar de la Luna y, especialmente, para dis-frutar de sus cráteres y montañas.

El cráter Clavius, de 225 km de diámetro,posee un declive tan poco pronunciadoque, si estuviéramos en su interior, no nosdaríamos cuenta de que estamos dentro deun cráter. Muy cerca, el cráter Tycho esuno de los más “jóvenes” (108 millones deaños), lo que se demuestra por el sistemade rayos que pueden distinguirse mejorcon Luna Llena. Algunos de los pequeños

Tycho

Clavius

Plato

Alpes

CRÁTERES DE LA LUNA

N

S

Page 44: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

44

GALERÍA ASTRONÓMICA

cráteres que hay a su lado son el productodel rebote de escombros producidos des-pués del impacto del objeto que formó aTycho.Plato, formado hace 3800 millones deaños, se destaca por su fondo oscuro y porser el único cráter grande en la zona de losAlpes lunares, la cadena montañosa quese ve a su izquierda y que incluye al ValleAlpino. A pesar de la apariencia ovaladade Plato, debido a la perspectiva de la cur-vatura lunar, es un típico crátercircular de 100 km de diámetro.Los Apeninos lunares son unacadena montañosa de 600 km delongitud y alturas que llegan a los5000 metros. Su forma semicir-cular se debe a que se elevaronluego del impacto de un asteroide

de más de 100 km dediámetro, que generóel Mare Imbrium yrepercutió a miles dekilómetros. Al finalde la cadena (abajo),se encuentra el cráterEratóstenes, de 60km de diámetro; yarriba a la derecha,Arquímedes, de 90km.

Endymion, Atlas y Hércules son tres crá-teres que se encuentran sobre el termina-

dor (borde) noreste de la cara visible de laLuna. Por su ubicación, Endymion pareceovalado, como Plato, aunque es circular,de 125 km de diámetro y 2,6 km de pro-fundidad. Atlas posee 87 km de diámetro,su interior está agrietado y contiene coli-nas de hasta 300 metros. Las paredes in-ternas son irregulares y se elevan hasta3000 metros. Hércules, de 69 km de diá-metro, es más profundo y posee un sueloplano, ya que fue rellenado de lava luegodel impacto que lo produjo. El pequeñocráter que se ve en su interior posee13 kmde diámetro.Los montes Cáucasos son la continuaciónde la cordillera de los Apeninos. Poseen550 km de longitud y picos de hasta 5000metros de altura. Ambas cadenas se for-maron al mismo tiempo y por la mismarazón. Al norte (izquierda) son visibles dosimportantes cráteres: Eudoxus (67 km) yAristóteles (87 km). n

Arquímedes

Hércules

Endymion

Aristóteles

Eudoxus

Cáucasos

Atlas

Eratóstenes

Apenin

os

N

S

S

Page 45: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

45

GALERÍA ASTRONÓMICA

Nuestro Planetario fue invitado a partici-par de los Campamentos Estelares orga-nizados por Astrojujuy, el Planetario Móvilde la provincia de Jujuy. Al evento, reali-zado en el Complejo Eva Perón del diqueLos Alisos, concurrieron más de 60 per-sonas, quienes tuvieron la oportunidadde observar durante toda la noche a tra-vés de varios telescopios. Astrojujuy esun proyecto de Oded Kindermann, quienfundó este emprendimiento en San Sal-vador de Jujuy luego de realizar nuestroscursos en el Planetario de Buenos Aires.Está adherido a la Asociación de Plane-tarios de América del Sur (APAS) y realizacharlas astronómicas en diferentes cen-tros educativos de la provincia, encuen-tros de divulgación, capacitación enobservación y manejo de telescopios, ytalleres de actualización en Astronomíapara docentes. Aprovechamos también

Visita a AstroJujuy

esta oportunidad para realizar observa-ciones desde la Cuesta de Lipán, a 4170metros de altura, y en las Salinas Gran-

des, donde la oscuridad del cielo hacíaolvidar, por momentos, el frío de junio enla montaña. n

https://www.facebook.com/espacio.astronomico

Arriba: campamentoastronómico. En elmedio: Salinas gran-des. Abajo: Cuestade Lipán.Fotos: CarolinaVentiades.

Page 46: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013

46

FOTOGRAFÍA

El Sol en la lataSOLARIGRAFÍAS

Desde los orígenes de la foto-grafía a mediados del sigloXIX, la Astronomía se havalido de sus técnicas. Por

ejemplo, a través de una imagen obtenidacon larga exposición (varios segundos, al-gunos minutos, ¡horas!) se pueden captardetalles en objetos difusos que el ojo hu-mano no registra. Para que esto funcionecon resultados cercanos a la perfección, sedebe tener la precaución de que la cámaraacompañe el movimiento del objeto a fo-tografiar, compensando la rotación de laTierra, o que quede fija en un mismolugar si se desea registrar el movimientodel cielo en su conjunto.Uno de los principios más básicos de lafotografía puede ser experimentado fácil-mente a través de una cámara estenopeica,una cámara fotográfica sin lente que con-siste en una caja o una lata fija con unmuy pequeño orificio por donde entra laluz, y dentro, una lámina fotosensible, esdecir, sensible a la luz.Con la idea de registrar el recorrido apa-rente que el Sol realiza en el cielo durantedistintos momentos del año, y ante la po-sibilidad de hacer una fotografía de larga

exposición apuntando a un paisaje deter-minado, Luciano Gabardi, un alumno delos cursos de nuestro Planetario, logró estaimagen que fue obtenida a lo largo de laprimavera de 2012.“Este método –cuenta Luciano– se llamasolarigrafía. Básicamente, es una fotografíaestenopeica que registra el movimiento apa-rente del Sol en la esfera celeste, según laépoca del año y la latitud. Se pone la lataen un lugar fijo y se la deja días, meses o lo

que uno desee. La lata estuvo colgada deuna palmera al borde del lago, pero la baseutilizada es el mismísimo planeta Tierra”.Cada una de las líneas brillantes en laimagen representa el recorrido del Sol enel cielo durante un día, entre el 27 de sep-tiembre y el 28 de noviembre de 2012,apuntando hacia el oeste y registrando losatardeceres por detrás del Planetario. “Amedida que pasan los días, las líneas van su-biendo, bajando y corriéndose de derecha aizquierda (o viceversa), dependiendo de laépoca del año –explica Luciano–. Así escomo vemos moverse al Sol en estas latitudes.La línea que se encuentra más hacia la de-recha corresponde al 27 de septiembre (pocosdías después del equinoccio de primavera,cuando el Sol se pone exactamente en elpunto cardinal oeste). Día a día el Sol fuetrazando líneas hacia la izquierda (o lo quees lo mismo, corridas hacia el sur), cada vezmás elevadas en el cielo. El hecho de quecada línea varíe su intensidad de brillo sedebe a momentos del día o jornadas enterasdonde estuvo nublado, lluvioso o despejado.Como pueden ver, el Sol también reflejó sucamino en el lago”. n

Resultado final de la solarigrafía.

Page 47: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013
Page 48: NÚMERO 6 - PRIMAVERA 2013