nuevo - elsiglodetorreon.com.mx · ción sin respuesta, la obsesión ... Con Demian, Hesse retrata...

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62 62 S Sn n obra Los tejedores, escrita en 1892. En este texto se expone la tragedia de una comunidad de necesitados tejedores sile- sios, a quienes las máquinas dejan sin medios para poder continuar. La obra representa el drama de todo un sector del pueblo que se une en torno a la propia angustia generada por su realidad. Hombres que sufren en carne viva, que se i- rritan y se rebelan contra sus explotadores y, a fin de cuen- tas, terminan por ser someti- dos y subyugados por la fuer- za. Hauptmann deja en evi- dencia el pesimismo y la des- esperanza. Ejemplo de esto es Franz Kafka (1883-1924), uno de los escritores más importantes del siglo XX. Su obra es de las más influyentes de la literatu- ra universal. Autor de tres no- velas, El proceso, El castillo y A- mérica, y una novela corta, La metamorfosis, Kafka logra re- tratar en su poca producción literaria la desesperación vital del hombre moderno, la bús- queda y la constante interroga- ción sin respuesta, la obsesión por algo que tal vez carezca de sentido pero que quizá le per- mita intuir una señal de Dios, la nostalgia y el miedo, el sen- timiento de culpabilidad y la inquietud. Para Kafka la vida cotidia- na, el trabajo, son lugares del sinsentido. De esta forma la es- critura se convierte en la bús- queda del sentido. Jorge Luis Borges fue un admirador de la obra kafkiana, de ahí que algu- na vez escribiera: Creo que los cuentos son superiores a sus no- velas. Las novelas, por otra par- te, nunca concluyen. Tienen un número infinito de capítulos, por- que su tema es de un número in- finito de postulaciones. A mí me gustan más sus relatos breves y aunque no hay ahora ninguna razón para que elija a uno sobre otro, tomaría aquel cuento sobre la construcción de la muralla. Yo he escrito también algunos cuen- tos en los cuales traté ambiciosa e inútilmente de ser Kafka. EL NAZISMO Y LA DESOLACIÓN A sus 15 años, Hermann Hesse (1877-1972) trató de suicidarse. Tal vez esto nos puede ayudar a comprender por qué su es- critura refleja la angustia del hombre del siglo XX. La mayo- ría de sus libros tienen la cons- tante de volver a sus años de la infancia. Hay quienes incluso afirman que se convirtieron en lectores gracias a tres obras de Hermann Hesse: Siddharta, El lobo estepario y Demian, los cua- les forman un trío difícil de su- perar en la adolescencia. Yo mismo cambiaría todas mis sesu- das consideraciones para procla- mar que Hesse me es entrañable porque fue el único escritor que atrapó una nimiedad esencial: cuando enfermamos y somos dis- pensados de ir al colegio, la luz en casa, durante la larga mañana, tiene una densidad que no volve- remos a ver durante el constante crepúsculo de la vida, escribió Christopher Domínguez en la revista Letras Libres, en junio de 1999. Con Demian, Hesse retrata la búsqueda que experimenta la juventud alemana que inten- ta sobrevivir de los desmanes causados por la Primera Gue- rra Mundial. Mientras que con Siddharta retrata su propia in- quietud mediante el proceso de purificación del hijo de un brahmán. Pero sin duda, muchos jó- venes en el mundo se han sen- tido atraídos por la novela de El lobo estepario, donde el au- tor -a través del personaje de Harry Haller- denuncia la dua- lidad del mundo, parte huma- na y parte bestia, evidencian- do así el alma del hombre mo- derno: el hombre que se forma paralelamente a las guerras y al avance de la tecnología y el capitalismo. La literatura alemana su- fre una transformación con la llegada de los nazis al poder el 30 de enero de 1933. A partir de esta fecha se prohibieron to- dos los escritos críticos con el régimen, así como los escrito- res izquierdistas, comunistas y judíos; miles de libros fueron quemados en las calles. La li- teratura producida por los in- telectuales exiliados a causa del régimen nazi se denomina Exilliteratur. Dicho movimiento tiene a Günter Grass como su máxi- mo exponente. Nacido en 1927, el ex militar de la fuerza área a- lemana en la Segunda Guerra Mundial, ha logrado con sus obras mezclar de una manera nada convencional el realis- mo, la fantasía, lo macabro, y el simbolismo, todo al servicio del tema de la culpabilidad co- lectiva. Entre sus principales textos se encuentran El tam- bor de hojalata, El gato y el ratón y Años de perro. A pesar de la llegada de la modernidad, la desolación permanece en los autores ale- manes, prueba de esto es la o- bra de Patrick Süskind (1947), cuya primera obra fue un mo- nólogo teatral, El contrabajo. Sin embargo, el éxito le llegó con El perfume, novela que ha sido traducida a más de 20 idiomas. § Correo-e: lharanda@elsiglodeto rreon.com.mx

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obra Los tejedores, escrita en 1892. En este texto se expone la tragedia de una comunidad de necesitados tejedores sile-sios, a quienes las máquinas dejan sin medios para poder continuar. La obra representa el drama de todo un sector del pueblo que se une en torno a la propia angustia generada por su realidad. Hombres quesufren en carne viva, que se i-rritan y se rebelan contra susexplotadores y, a fi n de cuen-tas, terminan por ser someti-dos y subyugados por la fuer-za. Hauptmann deja en evi-dencia el pesimismo y la des-esperanza.

Ejemplo de esto es Franz Kafka (1883-1924), uno de los escritores más importantes del siglo XX. Su obra es de las más infl uyentes de la literatu-ra universal. Autor de tres no- velas, El proceso, El castillo y A-mérica, y una novela corta, La metamorfosis, Kafka logra re-tratar en su poca producción literaria la desesperación vital del hombre moderno, la bús-queda y la constante interroga-ción sin respuesta, la obsesión por algo que tal vez carezca de sentido pero que quizá le per-

mita intuir una señal de Dios, la nostalgia y el miedo, el sen-timiento de culpabilidad y la inquietud.

Para Kafka la vida cotidia- na, el trabajo, son lugares del sinsentido. De esta forma la es- critura se convierte en la bús-queda del sentido. Jorge Luis Borges fue un admirador de la obra kafkiana, de ahí que algu-na vez escribiera: Creo que los cuentos son superiores a sus no- velas. Las novelas, por otra par-te, nunca concluyen. Tienen un número infi nito de capítulos, por-que su tema es de un número in-fi nito de postulaciones. A mí me gustan más sus relatos breves y aunque no hay ahora ninguna razón para que elija a uno sobre otro, tomaría aquel cuento sobre la construcción de la muralla. Yo he escrito también algunos cuen-tos en los cuales traté ambiciosa e inútilmente de ser Kafka.

EL NAZISMO Y LA DESOLACIÓNA sus 15 años, Hermann Hesse (1877-1972) trató de suicidarse. Tal vez esto nos puede ayudar a comprender por qué su es-critura refl eja la angustia del

hombre del siglo XX. La mayo-ría de sus libros tienen la cons-tante de volver a sus años de la infancia. Hay quienes incluso afi rman que se convirtieron enlectores gracias a tres obras deHermann Hesse: Siddharta, Ellobo estepario y Demian, los cua-les forman un trío difícil de su-perar en la adolescencia. Yo mismo cambiaría todas mis sesu-das consideraciones para procla-mar que Hesse me es entrañable porque fue el único escritor que atrapó una nimiedad esencial: cuando enfermamos y somos dis-pensados de ir al colegio, la luz en casa, durante la larga mañana, tiene una densidad que no volve-remos a ver durante el constante crepúsculo de la vida, escribió Christopher Domínguez en la revista Letras Libres, en junio de 1999.

Con Demian, Hesse retrata la búsqueda que experimentala juventud alemana que inten-ta sobrevivir de los desmanes causados por la Primera Gue-rra Mundial. Mientras que con Siddharta retrata su propia in-quietud mediante el proceso de purifi cación del hijo de un brahmán.

Pero sin duda, muchos jó-

venes en el mundo se han sen-tido atraídos por la novela de El lobo estepario, donde el au-tor -a través del personaje de Harry Haller- denuncia la dua-lidad del mundo, parte huma-na y parte bestia, evidencian-do así el alma del hombre mo-derno: el hombre que se forma paralelamente a las guerras y al avance de la tecnología y el capitalismo.

La literatura alemana su-fre una transformación con la llegada de los nazis al poder el 30 de enero de 1933. A partir de esta fecha se prohibieron to-dos los escritos críticos con el régimen, así como los escrito-res izquierdistas, comunistas y judíos; miles de libros fueronquemados en las calles. La li-teratura producida por los in-telectuales exiliados a causa del régimen nazi se denomina Exilliteratur.

Dicho movimiento tiene a Günter Grass como su máxi-mo exponente. Nacido en 1927, el ex militar de la fuerza área a-lemana en la Segunda Guerra Mundial, ha logrado con sus obras mezclar de una manera nada convencional el realis-mo, la fantasía, lo macabro, y el simbolismo, todo al servicio del tema de la culpabilidad co-lectiva. Entre sus principales textos se encuentran El tam-bor de hojalata, El gato y el ratóny Años de perro.

A pesar de la llegada de la modernidad, la desolación permanece en los autores ale-manes, prueba de esto es la o-bra de Patrick Süskind (1947), cuya primera obra fue un mo-nólogo teatral, El contrabajo. Sin embargo, el éxito le llegó con El perfume, novela que ha sido traducida a más de 20 idiomas. §Correo-e: [email protected]