Periodistas_-_Vicent[1]

download Periodistas_-_Vicent[1]

of 4

Transcript of Periodistas_-_Vicent[1]

  • 8/9/2019 Periodistas_-_Vicent[1]

    1/4

    Teora y prctica de la prensa escrita

    A partir de la columna Periodistas de Manuel Vicent.

    1) Realicen una clasificacin del periodismo, segn el columnista del diario El Pas.

    2) Segn el texto: La reflexin sobre el rol del periodismo puede desvincularse de todo planteamiento

    tico? Justificar

    3) Qu imagen de los medios construye el texto? Cul es la relacin que se establece entre medios y

    periodistas?

    Para la lectura de Garca Mrquez:

    1) Qu entiende Garca Mrquez por periodistas de oficio? Cmo lo contrapone a la figura del

    periodista acadmico?

    2) A la luz del texto, cules son los riesgos del periodista que se forma en las universidades?

    3) Qu reflexin tica hace Garca Mrquez sobre el periodismo?

    4) Elaboren un posible declogo del buen periodista a partir de El mejor oficio del mundo

    5) Comparen la imagen que tiene Garca Mrquez sobre los medios con la que tiene Vicent: Resalten

    similitudes y/o diferencias.

    EL PAIS domingo, 15 de octubre de

    2006Opinin

    A los hroesMANUEL VICENT

    Siendo el periodismo una de las profesiones ms arriesgadas, es al mismo tiempo una de las ms

    desprestigiadas. Son innumerables los idiotas y truhanes que andan metidos en este oficio, en el que se hace

    patente una de las lacras del mundo moderno: la diferencia insondable que existe entre el poder de los

    medios de comunicacin y la debilidad de pensamiento o las bajas pasiones que lo sirven. La charlatanera,

    la maledicencia y la estupidez cubren hoy el planeta a caballo de las ms refinadas conquistas de la

    tcnica. Aquel tonto, que era feliz con un lpiz, hoy puede haberse convertido en un descerebrado con un

    micrfono en la boca dedicado a lanzar insultos al prjimo, que a travs del universo pueden llegar hasta lospies del Altsimo, el cual se queda tan ancho; o en un ambicioso cuyos delirios de grandeza se convierten

    cada maana en titulares espasmdicos de peridico o en chantajista capaz de sacar tajada de la

    debilidad humana. Sobre esta basura meditica se ven obligados a sentarse otros periodistas que slo

    pretenden cumplir con su deber de informar correctamente a los lectores. Son unos profesionales annimos,

    duros de pelar, fiables e incombustibles. Cada maana llegan a la redaccin y tratan de cocinar

    ordenadamente toda las miserias del mundo que vomitan los cables, sin esperar nada de la vida que no sea

    poder mirarse al espejo sin sonrojarse. No hay forma de que se sorprendan de nada. Ninguna catstrofe

    le har mover una ceja. Cuando se cumple la hora exacta, al final de una jornada de trabajo, apagan el

    ordenador, se toman una copa en un bar y vuelven a casa, se estiran en el sof y en el momento del telediario

    slo miran la pantalla de soslayo porque conocen cada noticia desde el revs de la trama. Y despus estn

    los hroes. Si el periodismo es una profesin muy arriesgada es porque tambin est servida por unos tipos,que no dudan en acercarse al plato del mastn, jugndose el pellejo, con el nico propsito de servir a la

    dignidad humana y al derecho de la sociedad de estar informada de las brutalidades de los tiranos. La

    periodista rusa Anna Politkvskaya baleada recientemente al salir de su ascensor en Mosc estaba

    escribiendo una crnica que saba muy bien que le poda costar la vida. Pese a todo, no baj los brazos.

    Otros estn en la crcel o mueren en las guerras. Esta profesin seguir podrida por la base mientras estos

    hroes y tantos periodistas insobornables deban compartirla con una caterva de idiotas y pequeos canallas.

    1El mejor oficio del mundoGabriel Garca Mrquez *

    A una universidad colombiana se le pregunt cules son las pruebas de aptitud y vocacin que se hacen a

    quienes desean estudiar periodismo y la respuesta fue terminante: "Los periodistas no son artistas". Estas

  • 8/9/2019 Periodistas_-_Vicent[1]

    2/4

    reflexiones, por el contrario, se fundan precisamente en la certidumbre de que el periodismo escrito es un

    gnero literario.

    Hace unos cincuenta aos no estaban de moda las escuelas de periodismo. Se aprenda en las salas de

    redaccin, en los talleres de imprenta, en el cafetn de enfrente, en las parrandas de los viernes. Todo el

    peridico era una fbrica que formaba e informaba sin equvocos, y generaba opinin dentro de un ambiente

    de participacin que mantena la moral en su puesto. Pues los periodistas andbamos siempre juntos,

    hacamos vida comn, y ramos tan fanticos del oficio que no hablbamos de nada distinto que del oficio

    mismo. El trabajo llevaba consigo una amistad de grupo que inclusive dejaba poco margen para la vidaprivada. No existan las juntas de redaccin institucionales, pero a las cinco de la tarde, sin convocatoria

    oficial, todo el personal de planta haca una pausa de respiro en las tensiones del da y conflua a tomar el

    caf en cualquier lugar de la redaccin. Era una tertulia abierta donde se discutan en caliente los temas de

    cada seccin y se le daban los toques finales a la edicin de maana. Los que no aprendan en aquellas

    ctedras ambulatorias y apasionadas de veinticuatro horas diarias, o los que se aburran de tanto hablar de

    los mismo, era porque queran o crean ser periodistas, pero en realidad no lo eran.

    El peridico caba entonces en tres grandes secciones: noticias, crnicas y reportajes, y notas editoriales. La

    seccin ms delicada y de gran prestigio era la editorial. El cargo ms desvalido era el de reportero, que

    tena al mismo tiempo la connotacin de aprendiz y cargaladrillos. El tiempo y el mismo oficio han

    demostrado que el sistema nervioso del periodismo circula en realidad en sentido contrario. Doy fe: a losdiecinueve aos - siendo el peor estudiante de derecho - empec mi carrera como redactor de notas

    editoriales y fui subiendo poco a poco y con mucho trabajo por las escaleras de las diferentes secciones,

    hasta el mximo nivel de reportero raso.

    La misma prctica del oficio impona la necesidad de formarse una base cultural, y el mismo ambiente de

    trabajo se encargaba de fomentarla. La lectura era una adiccin laboral. Los autodidactas suelen ser vidos y

    rpidos, y los de aquellos tiempos lo fuimos de sobra para seguir abrindole paso en la vida al mejor oficio

    del mundo - como nosotros mismos lo llambamos. Alberto Lleras Camargo, que fue periodista siempre y

    dos veces presidente de Colombia, no era ni siquiera bachiller.

    La creacin posterior de las escuelas de periodismo fue una reaccin escolstica contra el hecho cumplido deque el oficio careca de respaldo acadmico. Ahora ya no son slo para la prensa escrita sino para todos los

    medios inventados y por inventar.

    Pero en su expansin se llevaron de calle hasta el nombre humilde que tuvo el oficio desde sus orgenes en

    el siglo XV, y ahora no se llama periodismo sino Ciencias de la Comunicacin o Comunicacin Social. El

    resultado, en general, no es alentador. Los muchachos que salen ilusionados de las academias, con la vida

    por delante, parecen desvinculados de la realidad y de sus problemas vitales, y prima un afn de

    protagonismo sobre la vocacin y las aptitudes congnitas. Y en especial sobre las dos condiciones ms

    importantes: la creatividad y la prctica.

    La mayora de los graduados llegan con deficiencias flagrantes, tienen graves problemas de gramtica y

    ortografa, y dificultades para una comprensin reflexiva de textos. Algunos se precian de que pueden leer al

    revs un documento secreto sobre el escritorio de un ministro, de grabar dilogos casuales sin prevenir al

    interlocutor, o de usar como noticia una conversacin convenida de antemano como confidencial. Lo ms

    grave es que estos atentados ticos obedecen a una nocin intrpida del oficio, asumida a conciencia y

    fundada con orgullo en la sacralizacin de la primicia a cualquier precio y por encima de todo. No los

    conmueve el fundamento de que la mejor noticia no es siempre la que se da primero sino muchas veces la

    que se da mejor. Algunos, conscientes de sus deficiencias, se sienten defraudados por la escuela y no les

    tiembla la voz para culpar a sus maestros de no haberles inculcado las virtudes que ahora les reclaman, y en

    especial la curiosidad por la vida.

    Es cierto que estas crticas valen para la educacin general, pervertida por la masificacin de escuelas que

    siguen la lnea viciada de lo informativo en vez de lo formativo. Pero en el caso especfico del periodismo

    parece ser, adems, que el oficio no logr evolucionar a la misma velocidad que sus instrumentos, y los

    periodistas se extraviaron en el laberinto de una tecnologa disparada sin control hacia el futuro. Es decir, las

    empresas se han empeado a fondo en la competencia feroz de la modernizacin material y han dejado para

  • 8/9/2019 Periodistas_-_Vicent[1]

    3/4

    despus la formacin de su infantera y los mecanismos de participacin que fortalecan el espritu

    profesional en el pasado. Las salas de redaccin son laboratorios aspticos para navegantes solitarios, donde

    parece ms fcil comunicarse con los fenmenos siderales que con el corazn de los lectores. La

    deshumanizacin es galopante.

    No es fcil entender que el esplendor tecnolgico y el vrtigo de las comunicaciones, que tanto desebamos

    en nuestros tiempos, hayan servido para anticipar y agravar la agona cotidiana de la hora del cierre. Los

    principiantes se quejan de que los editores les conceden tres horas para una tarea que en el momento de la

    verdad es imposible en menos de seis, que les ordenan material para dos columnas y a la hora de la verdadslo les asignan media, y en el pnico del cierre nadie tiene tiempo ni humor para explicarles por qu, y

    menos para darles una palabra de consuelo. "Ni siquiera nos regaan", dice un reportero novato ansioso de

    comunicacin directa con sus jefes. Nada: el editor que antes era un pap sabio y compasivo, apenas si tiene

    fuerzas y tiempo para sobrevivir l mismo a las galeras de la tecnologa.

    Creo que es la prisa y la restriccin del espacio lo que ha minimizado el reportaje, que siempre tuvimos

    como el gnero estrella, pero que es tambin el que requiere ms tiempo, ms investigacin, ms reflexin, y

    un dominio certero del arte de escribir. Es en realidad la reconstitucin minuciosa y verdica del hecho. Es

    decir: la noticia completa, tal como sucedi en la realidad, para que el lector la conozca como si hubiera

    estado en el lugar de los hechos.

    Antes que se inventaran el teletipo y el tlex, un operador de radio con vocacin de mrtir capturaba al vuelo

    las noticias del mundo entre silbidos siderales, y un redactor erudito las elaboraba completas con

    pormenores y antecedentes, como se reconstruye el esqueleto entero de un dinosaurio a partir de una

    vrtebra. Slo la interpretacin estaba vedada, porque era un dominio sagrado del director, cuyos editoriales

    se presuman escritos por l, aunque no lo fueran, y casi siempre con caligrafas clebres por lo

    enmaraadas. Directores histricos tenan linotipistas personales para descifrarlas.

    Un avance importante en este medio siglo es que ahora se comenta y se opina en la noticia y en el reportaje,

    y se enriquece el editorial con datos informativos. Sin embargo, los resultados no parecen ser los mejores,

    pues nunca como ahora ha sido tan peligroso este oficio. El empleo desaforado de comillas en declaraciones

    falsas o ciertas permite equvocos inocentes o deliberados, manipulaciones malignas y tergiversacionesvenenosas que le dan a la noticia la magnitud de un arma mortal. Las citas de fuentes que merecen entero

    crdito, de personas generalmente bien informadas o de altos funcionarios que pidieron no revelar su

    nombre, o de observadores que todo lo saben y que nadie ve, amparan toda clase de agravios impunes. Pero

    el culpable se atrinchera en su derecho de no revelar la fuente, sin preguntarse si l mismo no es un

    instrumento fcil de esa fuente que le transmiti la informacin como quiso y arreglada como ms le

    convino. Yo creo que s: el mal periodista piensa que su fuente es su vida misma - sobre todo si es oficial- y

    por eso la sacraliza, la consiente, la protege, y termina por establecer con ella una peligrosa relacin de

    complicidad, que lo lleva inclusive a menospreciar la decencia de la segunda fuente.

    Aun a riesgo de ser demasiado anecdtico, creo que hay otro gran culpable en este drama: la grabadora.

    Antes de que sta se inventara, el oficio se haca bien con tres recursos de trabajo que en realidad eran unoslo: la libreta de notas, una tica a toda prueba, y un par de odos que los reporteros usbamos todava para

    or lo que nos decan. El manejo profesional y tico de la grabadora est por inventar. Alguien tendra que

    ensearles a los colegas jvenes que la casete no es un sustituto de la memoria, sino una evolucin de la

    humilde libreta de apuntes que tan buenos servicios prest en los orgenes del oficio. La grabadora oye pero

    no escucha, repite - como un loro digital - pero no piensa, es fiel pero no tiene corazn, y a fin de cuentas su

    versin literal no ser tan confiable como la de quien pone atencin a las palabras vivas del interlocutor, las

    valora con su inteligencia y las califica con su moral. Para la radio tiene la enorme ventaja de la literalidad y

    la inmediatez, pero muchos entrevistadores no escuchan las respuestas por pensar en la pregunta siguiente.

    La grabadora es la culpable de la magnificacin viciosa de la entrevista. La radio y la televisin, por su

    naturaleza misma, la convirtieron en el gnero supremo, pero tambin la prensa escrita parece compartir laidea equivocada de que la voz de la verdad no es tanto la del periodista que vio como la del entrevistado que

    declar. Para muchos redactores de peridicos la transcripcin es la prueba de fuego: confunden el sonido de

    las palabras, tropiezan con la semntica, naufragan en la ortografa y mueren por el infarto de la sintaxis. Tal

    vez la solucin sea que se vuelva a la pobre libretita de notas para que el periodista vaya editando con su

  • 8/9/2019 Periodistas_-_Vicent[1]

    4/4

    inteligencia a medida que escucha, y le deje a la grabadora su verdadera categora de testigo invaluable. De

    todos modos, es un consuelo suponer que muchas de las transgresiones ticas, y otras tantas que envilecen y

    avergenzan al periodismo de hoy, no son siempre por inmoralidad, sino tambin por falta de dominio

    profesional.

    Tal vez el infortunio de las facultades de Comunicacin Social es que ensean muchas cosas tiles para el

    oficio, pero muy poco del oficio mismo. Claro que deben persistir en sus programas humansticos, aunque

    menos ambiciosos y perentorios, para contribuir a la base cultural que los alumnos no llevan del

    bachillerato. Pero toda la formacin debe estar sustentada en tres pilares maestros: la prioridad de lasaptitudes y las vocaciones, la certidumbre de que la investigacin no es una especialidad del oficio sino que

    todo el periodismo debe ser investigativo por definicin, y la conciencia de que la tica no es una condicin

    ocasional, sino que debe acompaar siempre al periodismo como el zumbido al moscardn.

    El objetivo final debera ser el retorno al sistema primario de enseanza mediante talleres prcticos en

    pequeos grupos, con un aprovechamiento crtico de las experiencias histricas, y en su marco original de

    servicio pblico. Es decir: rescatar para el aprendizaje el espritu de la tertulia de las cinco de la tarde.

    []

    Los medios haran bien en apoyar esta operacin de rescate. Ya sea en sus salas de redaccin, o con

    escenarios construidos a propsito, como los simuladores areos que reproducen todos los incidentes del

    vuelo para que los estudiantes aprendan a sortear los desastres antes de que se los encuentren de verdad

    atravesados en la vida. Pues el periodismo es una pasin insaciable que slo puede digerirse y humanizarse

    por su confrontacin descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa

    servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo haya vivido puede concebir

    siquiera lo que es el plpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolicin moral del

    fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y est dispuesto a vivir slo para eso podra persistir en un oficio

    tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba despus de cada noticia, como si fuera para siempre, pero

    que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con ms ardor que nunca en el minuto

    siguiente.

    * Gabriel Garca Mrquez es periodista y Premio Nobel de Literatura. Estas son las palabras pronunciadas

    ante la 52a. asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa en Los Angeles, California, el 7 de octubre

    de 1996; el texto forma parte de la Biblioteca de la Fundacin Nuevo Periodismo Iberoamericano y se

    reproduce con la autorizacin expresa de su director, Jaime Abello Bonfil.