Piri Reis y Otros Mapas Imposibles

download Piri Reis y Otros Mapas Imposibles

of 9

Transcript of Piri Reis y Otros Mapas Imposibles

  • LOS MAPAS DE PIRI REIS Y OTROS PRESUNTOS MAPAS IMPOSIBLES

    Francisco A. Violat Bordonau

    Asesores Astronmicos Cacereos Agrupacin Astronmica de Cdiz

    [email protected]

    Resumen. Presento una serie de mapas que, presuntamente, muestran costas, islas y tierras cartografiadas antes del descubrimiento oficial, ms concretamente los denominados mapas de Piri Reis conocidos por la leyenda que rodea su contenido. Se analizan racionalmente los mismos para demostrar, finalmente, que no son ms que errores cartogrficos y no aportan ms informacin que la ya conocida en su poca.

    El marino turco Piri Muhyi I Din Reis (o Piri Reis, 1470-1554) hijo de Hadj Mehmet, fue sobrino de uno de los ms famosos piratas que asolaron el Mar Mediterrneo entre los siglos XV y XVI, el temible Kemal Reis. Al igual que l ejerci esta lucrativa y arriesgada profesin al servicio del Sultn Selim I. Conocedor de muchas lenguas (italiano, griego, espaol y portugus) su gran pasin fue la cartografa, llegando a publicar un libro donde recoga ms de doscientos mapas de todos los mares del mundo, el Kitabi Bahriye, una gran recopilacin de antiguos documentos (muchos copiados por l) obtenidos de sus saqueos martimos o comprados a comerciantes en los muchos puertos donde desembarc. El inters por ellos no era otro que el disponer de informacin sobre puertos seguros, islas o lugares en los cuales poder recalar si se topaba con mal revuelto o, en caso de bonanza, disponer de ventaja sobre sus incautas vctimas; no era la cartografa o el amor a la ciencia descriptiva la que mova a este pirata, sino el puro inters comercial y el ansia de poseer ms y ms tesoros.

    Entre estos mapas destacar uno, el ms famoso de todos, elaborado inicialmente en 1513 con una segunda copia terminada en 1528: en ellos se aprecia (presuntamente) lo que parece el Ocano Atlntico y sus costas americanas, africanas, europeas, rticas e incluso antrticas! Toda su coleccin de mapas fue regalada al Sultn perdindose desde ese momento la pista a esta coleccin nica: es probable que terminase por desaparecer arruinada en polvo ya que este gobernante, como todos, slo presumira de ellos para demostrar su poder pero no supo encontrarles valor alguno.

    Muchos de estos mapas empezaron a reaparecer en el siglo XVIII en el Palacio de Topkapi de Estambul, pero fue a finales de 1929 (mientras se realizaba un completo inventario de los fondos del antiguo palacio) cuando se descubri un viejo mapa confeccionado en cuero de gacela, de 85 por 60 cm, donde aparecan Bretaa, Espaa, frica Occidental, el Ocano Atlntico, parte del norte de Amrica, el sur de Amrica, la costa Antrtica y que, an estando rasgado, se sospecha (aunque sin fundamento) que tambin inclua Europa, Asia y Australia. Era el gran mapa realizado en el ao 1513. A ste le siguieron el resto de los mapas, as como documentacin donde el propio Reis explicaba que para la realizacin de sus planos utiliz veinte viejos portulanos y ocho mapamundis confeccionados en la poca de Alejandro Magno. No hay manera de

  • verificar esta informacin de manera que slo puede aceptarse como anecdtica y nunca como cierta (es evidente que un mapa de la poca de Alejandro Magno slo podra haberse adquirido a travs de la muchas veces expoliada Biblioteca de Alejandra).

    El famoso mapa de Piri Reis: en la parte inferior parece apreciarse parte de la costa de la Antrtida, Amrica del Sur y un ro que pudiera parecer el de la Plata: en realidad se trata del Amazonas (con sus islas) aunque mal situado en latitud. Cuba, por su parte, est mal dibujada ya que en el mapa corre de norte a sur cuando en realidad la isla se desarrolla en sentido este-oeste.

  • Los rasgos ms caractersticos de estos antiguos mapas, segn los creyentes en este tipo de misterios, son sus (presuntamente) exactas coordenadas: un conocimiento de la longitud que no se desarroll en el mundo moderno hasta finales del siglo XVIII, unos conocimientos de trigonometra esfrica y el uso de precisos instrumentos geodsicos, todo ello impropio de la poca en la que supuestamente fueron realizados o recopilados; eso sin mencionar el que muestran detalles que hoy, sin el uso de la fotografa area, de las sondas espaciales o incluso los sondeos antrticos no se conoceran. Lo que es cierto es que despus de la Edad Media se pusieron de moda los mapas denominados portulanos, los cuales recogan (con detalle) los accidentes de la costa para servir a los navegantes. Si se dispona de distintos portulanos sera fcil elaborar un mapa de una amplia porcin de la costa, a condicin de saber casarlos entre si: sin embargo usando portulanos no poda dibujarse un mapamundi completo ya que una esfera no puede representarse sobre un plano sin una proyeccin adecuada.

    En 1960 el teniente coronel norteamericano Harold Z. Ohlmeyer, especialista en cartografa, estudi estos mapas y admiti en sus conclusiones que, desde su punto de vista, la costa antrtica que aparece en el mapa de 1513 (analizadas en la figura adjunta) tuvo que ser forzosamente cartografiada antes de que hubiera sido cubierta por la capa de hielo que presenta en la actualidad, es decir, dentro de un perodo que se sita hace 8.000 10.000 aos, mucho antes del conocimiento de nuestra historia escrita. Esta

    conclusin la obtuvo al creer que las montaas y otros accidentes repre-sentados en lo que parece la costa antrtica eran, realmente, antrticos y no zonas mal conocidas o incluso imaginarias de Amrica del Sur. Si sus apreciaciones no eran errneas las conclusiones eran poco menos que fantsticas: el diseo del mapa tuvo que ser coordinado en cierto modo desde el aire, mientras que las lneas de la costa de lo que pareca la Antrtida (en la figura de al lado) por fuerza tuvieron que ser cartografiadas antes de que el continente quedara cubierto por el hielo. Es decir, hace miles de aos: lo que no explica en quin pudo haberlo hecho y por qu motivo:

    Quiz una raza de extraterrestres cartgrafos?, viajeros del tiempo? La respuesta es otra muy distinta y menos compleja: la coincidencia no es tal, simplemente se aceptan que las lneas de costa estn deformadas debido a la proyeccin y es el investigador quien, con su imaginacin, encuentra la similitud donde realmente no existe.

    Otros investigadores como H. Mallery, Walters, Lineham, Charles H. Hapgood y Richard W. Stracham aseguran, sin ningn tipo de vacilacin, que los mapas de Piri Reis fueron trazados con la ayuda de fotografas areas tomadas a gran altura desde un satlite artificial en rbita y elaborados a partir de un punto situado sobre la ciudad de El Cairo. A conclusiones parecidas lleg el cientfico espacial francs y colaborador de la NASA Maurice Chatelain, quien aseguraba que estos mapas representaban una proyeccin plana de la superficie esfrica de la Tierra tal y como podra ser vista por un

  • astronauta situado a una gran altura sobre Egipto. Curiosamente una foto obtenida por un satlite sobre la vertical de El Cairo, a una altura de 4.300 km, muestra la misma deformacin de las costas que las copias de Piri Reis. Es evidente que antes de 1957 no pudieron tomarse imgenes por satlite lo cual invalida, como es ms que evidente, todo el razonamiento de estos investigadores...

    El profesor Sarton de la Universidad de Harvard, realiz lo que pareca un completo estudio de las escalas y distancias de los trabajos de Piri Reis. En su informe final aseguraba que las distancias entre los diferentes puntos eran exactas, tomando siempre como baremo la medida griega estadio (1 estadio = 186 metros), la escala utilizada por el navegante turco se extrajo de la medicin de la circunferencia de la Tierra realizada por el cientfico griego Eratstenes en el siglo III a. C. Estos datos corroboraban lo expuesto por el propio Piri Reis: que la antigedad de los mapas originales de los que copi se remontaba a tiempos de Alejandro Magno. Es fcil obtener, retrospectivamente, informacin capaz de adecuarse a lo que estemos buscando: de este modo las inertes pirmides parecen contener en sus pasillos, pasadizos y corredores la distancia Tierra-Sol, la masa de la Tierra, el codo piramidal e incluso todos los acontecimientos histricos ms importantes de nuestro planeta como en nacimiento de Cristo, la I y II Guerras Mundiales o el asesinato de Kennedy depende de lo que se quiera buscar. Sin embargo, curiosamente, no sirve para predecir acontecimientos futuros: las mediciones que los piramidlogos han realizado no permiten deducir estos datos a priori pero s a posteriori

    Cmo fueron confeccionados unos mapas tan perfectos sin una tecnologa como la actual? Cmo fue posible cartografiar la costa Antrtida? La respuesta es simple: estos mapas no muestran ms que porciones de la Tierra mal dibujadas o incluso imaginarias, no contienen realmente tierras conocidas siglos antes de su descubrimiento ni aportan ms informacin que la que uno quiera encontrar en ellos. De hecho cuesta trabajo conseguir encontrar cierta exactitud entre uno de estos mapas y las costas reales: los investigadores que hayan estas discrepancias las excusan fcilmente aduciendo que

    Mapa copiado del de Mercator (1595) que parece querer destacar la Antrtida y la parte oriental de Australia. Recordemos que la primera expedicin de estudio a la Antrtida fue dirigida por el Capitn Ritscher entre los aos 1938-1939, aunque ya el capitn Cook avist sus costas.

  • los cartgrafos de los siglos XV-XVIII no disponan de tcnicas matemticas adecuadas, carecan de instrumentos de navegacin adecuados o cualquier otra pero jams admiten que los mapas, simplemente, carecen de validez o de misterio alguno

    Existen otros mapas como el de Zeno (1380) donde se quiere ver la presencia de una Groenlandia sin hielos; esta misma imagen quiere extraerse tambin del mapa de Yehudi Ibn Ben Zara (1487) con una Groenlandia surcada de ros, valles y montaas, que no pudieron ser confirmados hasta el ao 1947 mediante los sondeos y estudios de una expedicin francesa capitaneada por Paul Emile Victor. Es evidente que ni siquiera los vikingos llegaron, en los siglos X-XIII, a ver una isla semejante debido a los cambios climticos ocurridos.

    Otros presuntos mapas imposibles son los de Andreu Benincasa, con todo tipo de detalles de la costa Norte de Europa, el mapa de Jorge Reinel (1510) con lo que aparentan ser excelentes representaciones del Ocano Indico y parte de Australia, el de Orenteus Finaeus (1531) donde uno puede deleitarse con los (presuntos) ros y montaas en la Antrtida, el de Kretschmer que muestra la costa antrtica frente a Amrica del Sur o el de Adji Ahmed (1559), donde aparece el continente americano al completo pese a que ste no sera reconocido en su totalidad sino muchos decenios despus. En la figura adjunta podemos ver una representacin del Polo Norte en uno de

    los tpicos mapas milagrosos que nos ocupan: dejando a un lado el razonable o cierto parecido de las costas europeas (como son Islandia, Nueva Zembla o Groenlandia) o norteamericanas, lo cierto es que el Ocano rtico no presenta huecos libres del hielo nunca, por no decir la presencia de islas imaginarias o estrechos que permitiran a un navegante arriesgado llevar su embarcacin hasta el mismo Polo Norte.

    La conclusin de todos estos mapas, de todos estos conocimientos anacrnicos y poco menos que milagrosos, parece (a simple vista) muy

    simple y abrumadora: contienen informacin secreta, perdida, obtenida por personas desconocidas que posean medios tcnicos muy superiores a los de la poca. Sin embargo la realidad es otra: no son ms que representaciones burdas, simples, primitivas, de tierras mal exploradas, inexploradas o la mayora de las veces imaginarias plasmadas sobre un mapa con la idea de complacer a un soberano, querer dar a la competencia la impresin de disponer de ms informacin de la que realmente se tena (pensemos en la escuela cartogrfica mallorquina, en la escuela de Dieppe, en la de los cartgrafos lusos y espaoles, etc.) y otras distintas posibilidades.

  • Tras el descubrimiento de Amrica por Cristbal Coln y tripulantes al servicio de la corona de Castilla, en octubre de 1492, Portugal sinti la imperiosa necesidad de expansionarse tambin y ampliar su rea de influencia. El Tratado de Tordesillas permiti esta expansin sin entrar en conflicto con Espaa: fue ste un acuerdo firmado entre los representantes del rey Juan II de Portugal y los de los Reyes Catlicos en da 7 de junio de 1494; de acuerdo con el mismo se fijara una lnea o meridiano situada a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde: todos los territorios situados al oeste de la misma perteneceran a Castilla, mientras que los ubicados al este seran de Portugal. Con ello quedaba expedita a este ltimo pas la ruta de la India y la conquista de Brasil; Portugal tena abierto el camino a su expansin martima. No caba error de interpretacin: Castilla podra descubrir todo lo que quisiese en direccin a poniente pero Portugal tena mano libre en direccin a levante.

    En 1501 la primera de estas naves portuguesas cargada de especias arrib a Lisboa desde las Indias: portaba canela, jengibre, crcuma y otros artculos caros y exticos que incitara a este pas a enviar nuevas expediciones. A partir de esta fecha Portugal emprendi un ambicioso proyecto comercial que, partiendo de la Pennsula Ibrica, llevaba sus naves de carga hasta el Cabo de Buena Esperanza en donde tomaban rumbo norte proa a la India, Sri Lanka y las Islas de las Especias.

    Durante los siglos XV y XVI Portugal, avanzando siempre hacia Oriente a partir del Cabo de Buena Esperanza, descubri gran cantidad de islas en el entorno de Australia e Islas de las Especies: aunque fueron cartografiadas por sus capitanes esta informacin no fue dada a la luz ni jams vio la luz, sino que se escondi en la corte portuguesa bajo el rtulo de alto secreto: es evidente que el conocimiento de esta informacin por parte de Castilla hubiese supuesto la ruina de Portugal y la prdida del monopolio de las especias. Tampoco se dieron a conocer a la Corona, no al menos totalmente, debido a que ello hubiese supuesto pagar regalas al monarca con la consiguiente prdida de beneficios comerciales.

    Por desgracia una buena parte de estos mapas, planos y cartas marinas desaparecieron con el gran terremoto de noviembre de 1755 de manera que, por desgracia para nosotros, se han extraviado para siempre.

    Por la misma poca, entre 1503 y 1505, el navegante francs Jean Binot de Gonneville cartografiaba Java la Grande, ms tarde conocida como Terra Australis o Australia: por desgracia esta informacin no pas de la escuela cartogrfica de Dieppe, la cual tuvo un

  • breve perodo de esplendor a inicios del s. XVI. Por desgracia al regresar de su viaje naufrag y estos mapas se perdieron, lo que no impidi que en Dieppe se elaborasen excelentes mapas durante unos pocos aos.

    Los capitanes portugueses descubrieron y cartografiaron gran cantidad de islas en la zona de las Indias Occidentales, plasmando estos descubrimientos en cartas marinas. Sin embargo un cuidadoso anlisis de las mismas pone de manifiesto que las tierras descubiertas no son idnticas ni similares a las reales. El por qu de este aparente misterio es sencillo: por un lado no era fcil determinar la longitud marina (problema que no sera resuelto hasta bien entrado el s. XVIII con la invencin del cronmetro de precisin); por el otro debido a que Espaa tena derechos sobre las tierras situadas al Oeste del meridiano del Tratado de Tordesillas caba la posibilidad de que estos nuevos territorios estuviesen realmente dentro de la zona que perteneca a Castilla. Cmo saberlo sin una precisa determinacin de la longitud marina? La solucin fue sencilla: se falsearon las dimensiones de las nuevas islas y tierras descubiertas situndolas, en ocasiones, fuera de la longitud real que tenan; de este modo siempre perteneceran a Portugal y no podran ser reclamadas legalmente por Espaa.

    Bajo este supuesto no es de extraar que una comparacin entre cualquier atlas moderno y las cartas imposibles que aqu he presentado no resista el examen: las tierras son distintas, las formas distorsionadas, las posiciones (longitud y latitud) son diferentes y en muchos casos, con la idea de disuadir una posible exploracin de la zona, se han inventado arrecifes, escollos, bancos de arena o incluso islas.

    Hasta que Gerhard Kremer o Mercator (1512-1594) no invent la proyeccin estereogrfica que lleva su nombre no pudieron empezar a publicarse verdaderas cartas marinas de calidad, la primera de las cuales apareci en 1569. Uno de sus amigos, el matemtico ingls John Dee, a quien regal varias esferas y globos terrestres, intent que su pas descubriese el tan necesitado paso del Noroeste (expediciones de Martin Frobisher, 1574) que terminara con la hegemona espaola en los mares. Por desgracia la poderosa Compaa de Mosc y los rigores del rtico lo impidi de manera que este objetivo continu azuzando a los navegantes y exploradores posteriores.

  • Mapa de Piri Reis. Su nico valor real es el de mostrar los rudimentarios conocimientos cartogrficos de los marinos y navegantes anteriores a Coln: de este modo fallan las latitudes y longitudes, las costas estn mal representadas, los ros apenas se parecen a los reales mientras que se han dibujado profusin de islas que cuesta trabajo reconocer incluso con una carta moderna delante de los ojos (por ejemplo la isla de Cuba).

  • En conclusin: los presuntos mapas imposibles no son tales; no es posible disponer de informacin de tierras o islas no descubiertas con anterioridad a su descubrimiento oficial de manera que lo que podemos ver en tales mapas o son versiones distorsionadas de tierras e islas reales (con motivos polticos, como en el caso de Portugal) o son meras invenciones para desanimar, engaar o desorientar a los posibles exploradores de pases enemigos o que podan tener intereses comerciales que entraran en clara competencia con los de los reinos en los que fueron dibujados.

    Cceres (Espaa), 2 de abril de 2007.

    BIBLIOGRAFIA

    Collingridge, Vanesa. El capitn Cook. Martnez Roca (2002). Contreras, Remedios. La informacin colombina y el Descubrimiento de Amrica. Fundacin Citema (1992). Varios autores. La conquista de la Tierra. Salvat editores (1970). Varios autores. Diccionario enciclopdico Larousse. Editorial Planeta (1990). Violat Bordonau, Francisco. Extraterrestres en la Historia?, Ed. Asesores Astronmicos Cacereos (2000). Woolet, Benjamn. The Queens conjuror: John Dee. Flamingo (2002).