LÍRICA RENACENTISTA 1º Bachillerato 1 Nacimiento de Venus de Sandro Boticelli (S.XV)
Ponencia Boticelli
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Filosofía Contemporánea.
Nombre: Iván Cicchini profesor: Sebastián Boticelli
“No es nuestro cometido elaborar un plan válido para todas las épocas que se sucederán; en
consecuencia, aumenta nuestra obligación para con el presente: urge que hagamos una crítica
despiadada de todo lo que existe, despiadada en el sentido de que nuestra crítica no ha de temer ni
sus propios resultados ni el conflicto con los poderes estatuidos.” Carlos Marx. 1
“Es cierto que el arma de la crítica no puede sustituir la crítica de las armas, que el
poder material tiene que ser derrocado por medio del poder material, pero también la
teoría se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas”.
Carlos Marx2
Comenzar con estas citas nos permite orientarnos dentro de la multiplicidad de interpretaciones
posibles del pensamiento de Marx. Nos allana el camino para poder sostener que el pensamiento
de este revolucionario está lejos del positivismo, del dogmatismo y del reduccionismo que
caracterizan a gran parte de la tradición marxista. Sin dudas, si buscamos fragmentos en su obra
podremos defender la tesis opuesta, ya que hay varias frases de Marx, que sacadas de contexto y
separándolo del resto de su obra, pueden servir para sostener que era positivista, dogmatico y
reduccionista.
Pero en este breve trabajo de indagación queremos defender la potencia crítica del pensamiento
de Marx. Por otro lado, se buscará fundamentar y describir la forma en que este gran crítico
combate los prejuicios, la doxa científica instituida, la ideología, la cosificación, y los espectros
socio-históricos de su época. Por último, en este trabajo sostendremos que una buena forma de
comprenderlo y ubicarlo en la historia del pensamiento es entenderlo como uno de los grandes
maestros de la sospecha.
En sus escritos de juventud como la ideología alemana, la cuestión judía, la sagrada familia,
miseria de la filosofía, los manuscritos económico-filosóficos y las tesis sobre Feuerbach ataca con
fuerza a lo que considera fantasmas, conceptos vacios, ilusiones, abstracciones, supuestos, etc. de
los filósofos de su época. Pero no se queda sólo en la crítica, comienza a plantear una nueva
teoría, un nuevo punto de partida, una nueva teoría del conocimiento y un nuevo método. Lo que
1 cita extraída de “la revolución sexual” de W.Reich
2 Crítica a la filosofía del derecho de Hegel, Introducción.
luego se llamo materialismo histórico y materialismo dialectico comienza en la obra del joven
Marx. En esta la crítica es parte del trabajo productivo, es una destrucción creativa que va
prefigurando una nueva visión de la realidad, una perspectiva novedosa y muy fecunda.
El progresivo distanciamiento de Hegel se puede observar en estas obras. No obstante, la
herencia hegeliana seguirá presente en el resto de su obra. Cabe aclarar que sería ingenuo pensar
que su pensamiento cortó todos sus lazos con el conocimiento y los paradigmas científicos de su
tiempo. Sus escritos y su teoría expresa la influencia del cientificismo, hegelianismo,
eurocentrismo y de las ciencias y filosofías burguesas en las que formo. Fundó un nuevo edificio
teórico, realizo varias innovaciones, pero sobre los cimientos del conocimiento socialmente
acumulado en su época, y sobre estas bases dio un gran salto y genero varias rupturas. No
obstante, no es el objetivo de este escrito analizar las rupturas y continuidades que caracterizan al
pensamiento de Marx, ya que las principales preguntas-problemas que orientan esta reflexión son
¿Qué entiende Marx por crítica? ¿Cuáles son los rasgos principales del materialismo histórico?
¿Que argumentos utiliza para criticar las concepciones de individuo, propiedad, división del
trabajo y Estado? No se pretende responder estas preguntas, sino pensarlas, involucrándonos así
en estos problemas y aportando así a la dilucidación de estas dimensiones que son claves en la
teoría elaborada por Marx y su compañero de ruta, siempre relegado, Engels.
Antes de dar un paso más, es conveniente preguntar por el para qué de la crítica de Marx. En
este punto esta quizás un principio fundamental que distingue a Marx del resto de los filósofos. La
crítica filosófica es un arma que aporta herramientas a la lucha por cambiar el injusto sistema
capitalista. Piensa a la crítica como una forma de socavar los cimientos que legitiman el orden
social y obturan la praxis política. Se aleja de la insulsa pretensión de neutralidad del
conocimiento. Si la crítica teórica no se conjuga con la práctica revolucionaria no se puede
revolucionar el orden social. Sin embargo, la praxis revolucionaria sin una teoría terrenal y
“correcta” que la oriente se convierte en negligencia y lleva a un fracaso práctico. Por esto la
elaboración de una crítica ajustada al contexto histórico, situada y no-reduccionista se convierte
en una tarea clave e impostergable. Este es el sentido del arduo y complejo trabajo crítico.
La crítica se dirige a aquellas ideas y/o esquemas conceptuales estáticos, ahistóricos, formales-
abstractos y alejados de la práctica. De esta forma se aleja tanto del materialismo mecanicista
como del idealismo ingenuo. Incorpora planteos que lo acercan a algunos rasgos de una teoría
pragmática del conocimiento. Es “verdadero” lo que potencia la praxis revolucionaria, lo que sirve
o se adecua a la praxis configuradora de la realidad3. No hay verdad en sí, aunque tampoco esto
lleva a Marx al relativismo; pero si a la negación de verdades eternas. El conocimiento es siempre
histórico-transitorio. El cambio en la conciencia se da principalmente por el cambio de la realidad.
El hombre cuando transforma la naturaleza se modifica a sí mismo; claramente tiene más fuerza
para cambiar las ideas de una época una revolución social o movimiento de masas que una
revolución científica o filosófica.
Para ejemplificar el modo en que se ejerce esta crítica conviene indagar como operan
concretamente. Cuando Marx crítica a la idea de individuo que caracteriza al pensamiento liberal-
burgués expresa esta táctica de lucha intelectual. El pensamiento liberal, aunque también (con sus
matices) los hegelianos, consideran al individuo típico de la formación social burguesa como una
substancia poseedora de ciertos atributos eternos como el egoísmo, la razón, la “libertad”, etc.
Sin embargo, no tienen en cuenta los condicionamientos sociales, económicos y culturales. Los
individuos no tienen una “esencia natural”, ya que el ser del hombre es inseparable de sus
relaciones sociales. Si el egoísmo junto con la competencia es lo preponderante y parecen
“naturales” se debe a que estamos en una sociedad capitalista basada en estos valores y
principios. La existencia de comunidades en donde el individualismo casi no existe, donde
predomina la solidaridad y el altruismo refuta esta ideología burguesa. No hay naturaleza humana
que se pueda entender haciendo abstracción de las condiciones sociales. Marx asimismo plantea
un acercamiento a la noción de naturaleza humana al hablar de la capacidad para transformar
conscientemente la materia que distingue al ser humano. Esta concepción de naturaleza humana
pretende ser materialista e ir más allá del reduccionismo del conocimiento de su época.
Simultáneamente tiene en cuenta la separación analítica entre lo general y lo particular. Distingue
estos niveles y habilita una comprensión de lo especificad del ser humano en términos relacionales
de un modo no-substancialista.
Lo mismo se puede decir del análisis del Estado. En este caso incorpora algo que caracteriza al
enfoque de Marx. La variable clase social. El estado no defiende el bien general, sino que está
controlado por una clase social que lo utiliza para defender interese particulares. Aunque el Estado
se presenta como neutral y defensor del bienestar general, en realidad cumple (en una sociedad
3( …)Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento(…) tesis 3 (tesis sobre Feuerbach) http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/45-feuer.htm
dividida en clases sociales) la función de asegurar los intereses de las clases dominantes y de
defensa del orden capitalista. Además es un producto histórico fruto de sangrientas luchas de
clase y no resultado del despliegue del Espíritu. Se distancia de Hegel y de los contractualistas, ya
que considera que el Estado se entiende a partir de la estructura económica, pues las instituciones
políticas se vinculan estrechamente con el modo de producción. El Estado también cumple otras
tareas, pero su rol principal es asegurar la gobernanza y la legitimidad del orden social.
La división del trabajo que para la época en que escribía solía considerarse sinónimo de progreso,
eficacia y como una necesidad económica para el desarrollo en la teoría de Marx es el principio de
la división en clases sociales y del conflicto inherente a esta estructuración social. La separación
entre campo y ciudad, entre trabajo manual e intelectual, entre trabajo productivo e
improductivo. Convierte a la sociedad en un campo de disputas entre intereses antagónicos. La
forma en que se da la división del trabajo propicia las relaciones de explotación de una clase sobre
otras. Favorece la dominación, y su naturalización, garantiza la división en funciones, la
especialización y la burocratización tecnocrática que requiere el capitalismo para desarrollarse.
Además es condición de posibilidad del desarrollo capitalista que requiere la escisión entre dueños
del capital y trabajadores. Esta división no es natural, ni necesaria, sino contingente. Es
consecuencia de combates, creaciones históricas o procesos instituyentes y de mutaciones
causadas por diversas razones.
La propiedad privada de los medios de producción consiste en la apropiación de la producción
social. El capital es posible gracias a las instituciones que garantizan su existencia. En esto cumplen
un rol muy importantes los discursos ideologicos que lo naturalizan y legitiman. El derecho a la
propiedad se distingue de la idea de propiedad que elaboro Locke. La propiedad de los medios de
producción se fundamenta en la idea de que la acumulación es producto del merito de los
burgueses. La visión dominante no tiene en cuenta la acumulación originaría ni los modos
violentos en que se produce esta acumulación, ni las leyes inmanentes del sistema que tienden a
la concentración (monopolio) e impiden el libre mercado. Tampoco suele haber un
cuestionamiento del derecho de herencia que asegura la reproducción de la dominación y la
desigualdad. Se naturalizan de esta manera leyes, derechos y formas de organización social que
son productos socio-históricos. Por otro lado, se ocultan las autenticas fuentes de la riqueza y se
velan los antagonismos mediante el uso de ideologías religiosas, nacionalistas y “científicas”.
La crítica tiene que desvelar, desarticular las ideas justificadoras del orden vigente, inquietar,
molestar a los poderosos, cuestionar lo establecido y motivar la praxis. Esto explica la forma de
escribir de Marx tan rica en metáforas, en interpelaciones morales y su énfasis en la necesidad de
la praxis. Destacó varias veces el carácter insuficiente de la crítica que se queda en el nivel teórico.
La crítica teórica es condición necesaria, pero no suficiente para cambiar la realidad. Por esto es
correcta la caracterización de la filosofía marxista como una filosofía de la praxis. Para liberarnos
de la influencia y limitaciones de estas fuerzas inconscientes e imaginarias que nos condicionan
hay que ir más allá de la crítica filosófica, para de esta forma lograr cambiar la miserable realidad
concreta que le da fuerza a las ideologías legitimadoras del orden social haciendo necesarias esas
ilusiones.
Por último, se hará referencia a la ubicación de Marx entre los maestros de la sospecha. Su modo
de hacer visible lo invisible, es decir de “descubrir” las leyes que determinan el funcionamiento y
movimiento del sistema capitalista muestran una forma de conocimiento que logra ampliar lo
pensable. Utilizando, en este caso, un método materialista para mostrar las estructuras ocultas.
Explicitar lo implícito, demostrar la constitución histórica de lo que parece que “siempre fue así”
lleva a un cuestionamiento de raíz. La búsqueda de las raíces ocultas lleva a una reivindicación de
la importancia de la historia. Cómo la genealogía nietszcheana y foucaultiana, el método utilizado
por Marx permite el “ocaso de los ídolos” y martillar la realidad. Este pensamiento permite
dinamitar las creencias, pero también contiene el riesgo de convertirse en un nuevo dogma. La
intención que subyace a este escrito es reivindicar el desgastado concepto de crítica y contribuir a
alejar al pensamiento vivo de Marx de los dogmatismos marxistas que abundan en la actualidad.
Considerarlo un maestro de la sospecha implica alejarlo de toda mistificación. El pensamiento de
Marx es subversivo, tanto ahora como hace 150 años. Convertirlo en dogma es quitarle potencia,
por eso es muy importante rescatar los ejes más radicalmente críticos de su pensamiento para
salvarlo del ostracismo y la mistificación.