primera parte bioetica
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PRINCIPIOS DE LA
BIOETICA
La bioética es la rama
de la ética que se dedi-
ca a proveer los princi-
pios de conducta huma-
na de la vida; la ética
está aplicada a la vida
humana y no humana
(animal).
En un sentido más am-
plio, sin embargo, la
bioética no se limita al
ámbito médico, sino que
incluye todos los proble-
mas éticos que tienen
que ver con la vida en
general, extendiendo de
esta manera su campo
a cuestiones relaciona-
das con el medio am-
biente y al trato debido
a los animales.
La bioética es
una disciplina
relativamente
nueva, y el origen
del término co-
rresponde al pas-
tor protestante,
teólogo, filósofo y
educador alemán
Fritz Jahr, quien en
1927 usó el término Bio
-Ethik en un artículo
sobre la relación ética
del ser humano con las
plantas y los animales.
Más adelante, en 1970,
el oncólogo norteameri-
cano Van Rensselaer
Potter utilizó el térmi-
no bio-ethics en un artí-
culo sobre "la ciencia de
la supervivencia"
La bioética abarca las
cuestiones éticas acerca
de la vida que surgen
en las relaciones entre
biología, nutrición, me-
dicina, política, dere-
cho, filosofía, sociología,
antropología, teología,
etc. Existe un desacuer-
do acerca del dominio
apropiado para la apli-
cación de la ética en
temas biológicos. Algu-
nos bioéticos tienden a
reducir el ámbito de la
ética a lo relacionado
con los tratamientos
médicos o con la inno-
vación tecnológica.
Otros, sin embargo, opi-
nan que la ética debe
incluir lo relativo a to-
das las acciones que
puedan ayudar o dañar
organismos capaces de
sentir miedo y dolor.
La bioética del hombre
LA BIOETICA 1
Historia de la bioética 2-3
Principios de la
bioética
4-5
Contenido:
BIOÉTICA
La ética de la vida
Entre los dias 23 y 24 de Septiembre de 1992 se realizó en la Universidad de Washington, Seattle, una reunión bajo el epí-grafe "El nacimiento de la bioética." A ella asis-tieron los "pioneros" (unas sesenta personas, de las cuales concurrie-ron cuarenta y dos) a celebrar lo que conside-raban el trigésimo aniver-sario del nacimiento de esta disciplina. Tomaban como punto de referencia un articulo de la revista Life del 9 de noviembre de 1962 que contaba la historia de un co-mité, establecido precisamente en Seattle, cuya misión fue se-leccionar pacientes a quienes se pudiera ofrecer la hemodiáli-sis, tratamiento posibilitado por el doctor Belding Scribner al inventar la conexión y la cánula
arteriovenosa, en 1961.
Como pronto se hizo evidente,
muchas personas requerían
tratamiento y no todas podían ser atendidas.
La solución fue encomendar la delicada se-
leción a un grupo de personas, preferente-
mente no médicos, quienes juzgarian en ba-
se a antecedentes distintos de los clinicos.
La periodista que escribió el artículo, Shana
Alexander, diría que la historia constituyó
una de las más fascinantes de su carrera.
La tituló "They decide who lives, who di-
es" (Ellos deciden quién vive, quién muere).
que tiene actualmente.
Andres Hellegers, dio el nombre al Instituto que se fundara en 1971 en la Universidad de Georgetown con el titutlo de The Joseph and Rose Kennedy Institute for the Study of Human Reproduction and Bioethics, el que más tarde se
transformaría en el Kennedy Insti-
tute of Ethics.
El término bioética ha suscitado, desde que se puso en circulación, más de algún debate, algo de re-sistencia y una final aceptación. Fue acuñado en Madison, Wis-
consin, y en Washington D.C.
Van Renssoluer Potter, un oncólo-go de la Universidad de Wiscon-sin, usó el término en un sentido evolucionista, algo diferente del
Contribuyó al establecimiento defi-
nitivo del término en el horizonte
intelectual la publicación de la En-
cyclopedia of Bioethics, editada
por Warren T. Reich, aparecida en
1978, cuyos 285 colaboradores
fueron convocados al proyecto
desde 1971. El libro fue reeditado
en 1982 y tuvo un edición revisa-
da en 1995. Para entonces, el
LA HISTORIA DETRÁS DE LA BIOETICA
Pie de imagen o gráfico.
Largo Pasado y Breve Historia
Página 2 La ética de la vida
“LA SOLUCION FUE UNA
SELECCIÓN QUE JUZGARIA
QUIEN VIVE Y QUIEN
MUERE EN BASE A
ANTECEDENTES CLINICOS”
LA POSTURA DE LA IGLESIA ANTE LA
BIOETICA...
número de colaboradores había
subido a 437.
La intención original de Potter era un
proyecto global, que combinara el
conocimiento biológico con el conoci-
miento de los sistemas de valores
humanos. Su proyecto era el encuen-
tro, o reencuentro, entre los hechos y
los valores, lo que originaría un para-
digma disciplinario en todo semejante
al programa holístico de algunas ver-
siones de la medicina psicosomática,
otro movimiento integrador que se
propuso un fin semejante. En al caso
de lo psicosomático, lo reunido eran
"psique" y "soma", entendiendo por lo
primero el ámbito de los deseos, los
sentimientos, las emociones y por lo
segundo el cuerpo como campo de
intencionalidades, en el que la enfer-
medad no sólo tiene un carácter bio-
lógico sino también un significado
biográfico.
pues es gracias al lenguaje, por él y en él,
que se instalan los objetos de la ciencia en
al ideario social.
Al cabo de los años, puede comprobarse que la bioética no
ha sido un fuerza hostil sino amisotsa en el seno de la insti-
tución médica. Sus incursiones dentro y fuera del campo de
la salud han oscilado entre los dos extremos, el de
las prohibiciones totales (al modo de Ramsey) o el
de las aceptaciones totales (al modo de Flets-
cher). No obstante, más allá de su institucionaliza-
ción y burocratización, sigue manteniendo una
maleabilidad aceptable. En mano más a menos
conservadoras o progresistas siempre constituye-
o es de esperar que así sea-una respuesta amplia,
ecuménica, secular y no confesional a los proble-
mas de las ciencias biológicas y médicas en su
vertiente social. De hecho, una bioética confesio-
nal o religiosa es una contradicción en sí misma.
Puede haber estudios de relaciones entre religión
y bioética, pero una bioética confesional es tan absurda
como la "fisiología peronista" de que me han hablado mis
amigos de Argentina. Que alguien tenga un punto de vista
sobre algo no quiere decir que sus procedimientos sirvan
sólo para favorecerlo o "defenderlo". De hecho, la idea mis-
ma del diálogo como herramienta de consenso, que inspira
la institución de los comités de ética, es indisoluble del plu-
ralismo, y el pluralismo no se aviene con el fundamentalis-
mo y el fanatismo, esas raras virtudes del celo creyente
que como un reverso del rey Midas pervierten lo que tocan.
La dicotomía que la bioética intenta
superar es la de ´bios´, entendido no
como vida a secas sino como vida
humana (esto es, antropología) y
ética, en su doble acepción de carácter o
disposición moral (ethos) y costumbre o
hábito (éthos), sin descuidar su acepción
ontológica y no mo-
ral, como lo propio,
lo intimo, lo hogare-
ño. Vida de ética y
ética de la vida son
pues dos aspectos
que el término con-
nota y si bien ha
adquirido un carác-
ter esencialmente
instrumental en la
cultura que le dio
origen (la estadouni-
dense) todavía hay
mucho que "da que pensar" en la combina-
ción de estos vocablos. A fin de cuentas,
como dice el nuevo Humpty Dumpty en
"Alicia en el país de las Maravillas", se pue-
de usar el lenguaje para decir lo que uno
desea decir y punto, prerrogativa que des-
de siempre han empleado los científicos.
La "Wortsohopfung" (creación conceptual)
es sin duda la faz creativa de la ciencia,
“LA INTENCION
ORIGINAL ERA UN
PROYECTO EN DONDE
SE COMBINARA EL
CONOCIMIENTO
BIOLOGICO CON LOS
VALORES HUMANOS”...
Volumen 1, nº 1 Página 3
NA IMAGEN DONDE SE MUESTRA EN
TIPICO EJEMPLO DE LA BIOETICA...
LA BIOETICA EN EL HOMBRE
En 1979, los bioeticistas T. L. Beauchamp y J. F. Childress,[5] definieron los cuatro principios de la
bioética: autonomía, no maleficencia, beneficencia y justicia. En un primer momento
definieron que estos principios son prima facie, esto es, que vinculan siempre que no colisionen entre
ellos, en cuyo caso habrá que dar prioridad a uno u otro, dependiendo del caso. Sin embargo, en 2003
Beauchamp considera que los principios deben ser especificados para aplicarlos a los análisis de los
casos concretos, o sea, deben ser discutidos y determinados por el caso concreto a nivel casuístico.
Los cuatro principios definidos por Beauchamp y Childress son:
PRINCIPIOS DE LA
BIOETICA
PRINCIPIOS DE LA
BIOETICA II