Creemos que es ineludible la puesta en valor del patrimonio cultural vivo, siendo Francisco Nieva uno de los grandes dramaturgos nacionales. Para hacerlo, cuatro compañías se han unido para realizar un montaje ambicioso y complejo. La Cantera Producciones, Teatro Velador, y Teatro Defondo coproducen este espectáculo, con la colaboración en el vestuario y attrezo de Morboria Teatro.

La dirección artística corre a cargo de Juan Dolores Caballero, un director acostumbrado a recuperar personajes olvidados, recluidos y excluidos, tales como los que presenta Nieva en esta obra.

Una propuesta para recuperar un texto tan real como fantástico, tan atemporal como actual, tan absurdo como divertido, en lo que creemos que el teatro debe seguir construyendo: nuevas formas de agitar nuestra conciencia, nuestras interpretaciones, nuestros juicios y nuestra creatividad.

Pocas figuras contemporáneas, de la talla de Francisco Nieva, quedan aún entre nosotros/as.

Dramaturgo, escenógrafo, director de escena, narrador, ensayista y dibujante español, ha conseguido a lo largo de su trayectoria profesional, artística y personal, hacerse con el reconocimiento de la academia, la crítica y el público,

gracias a su estilo personal, atrevido, rompedor, vanguardista, descarado y profundo.

Académico de la Real Academia Española desde 1990, donde ocupa el sillón J, su producción teatral le ha valido el Premio Nacional de Teatro en dos ocasiones (1980 y 1992), el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Literatura Dramática y el Premio Valle-Inclán (2011).

Por su producción literaria en general, se le otorgó el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1992.

El rayo colgado es una de las obras más significativas de toda la producción de Nieva tanto por su temática como por la riqueza sorprendente de las imágenes y el barroquismo de su lenguaje. Es la quinta obra del Teatro Furioso en la edición de su Teatro Completo.

“El rayo colgado y peste de loco amor” parte directamente de la biografía de Nieva, donde se refleja de forma muy especial los recuerdos de su infancia. Sus dos tías abuelas, Teresa y Josefina Cejudo, dadas a lo religioso pero de una forma particular y algo alumbradas, inspiran a las monjas resignadas.

Nieva dice de sus tías abuelas que eran dos místicas libres que desconfiaban de la religión oficinesca y que vivían una imaginación mitificante y religiosa sin trabas dogmáticas. Residían en una gran casa manchega, totalmente encerradas y separadas del mundo, “Monjas de hogar en cerradísima clausura” dice Nieva de ellas, donde acudía de niño y era tratado con total y absoluta permisividad.

En un marco místico, delirante y repleto de recuerdos biográficos, Nieva

construye una obra desbordante de imaginación en la que la racionalidad oficial y civilizadora se enfrenta y lucha contra la resignación, el sueño, la fantasía y la magia.

Igual que el barroquismo impregna el texto de Nieva, Juan Dolores Caballero

consigue aumentar los niveles expresivos de los cuerpos mediante un duro y riguroso trabajo de ensayos, dónde se deforman los cuerpos, los gestos y las voces, para conseguir un trabajo de interpretación impactante.

El rayo colgado nos sitúa en el interior de un convento olvidado donde pululan unas extrañas monjas y un niño, Porrerito, entre ángel y demonio, que tiene todo el convento sembrado de cartuchos de dinamita, robados de una obra para construir una carretera en la que trabaja el ingeniero Sabadeo.

Las monjas representan la vida que se alcanza a través de los sentidos y de la ilusión. Pertenecen a la Orden de la Resignación Armenia y aceptan la realidad tal y como es sin plantearse su modificación. Son iluminadas, místicas, y para

ellas el mundo se eleva por encima de lo lógico buscando el anhelo infinito de lo sublime.

Frente a ellas, Sabadeo es el fiel representante de la intolerancia, incapaz de comprender, desde su profesión de ingeniero de carreteras, el espíritu libre de

las monjas. Sabadeo es el constrictor que defiende los planteamientos de la España más intransigente, la de la inquisición y el racionalismo.

Toda la obra está impregnada de un fuerte sentido emocional transmitido a través de exclamaciones, lamentos... consiguiendo con ello el irracionalismo

dominante y la expresión de los sentimientos más profundos, instintivos y libres.

Los personajes retuercen el lenguaje para poder comunicar las sensaciones místicas que las empujan hacia lo sublime. Incluso Sabadeo, representante ideológico del racionalismo, desgarra su palabra para comunicar su pensamiento por medio del lamento, de la ira, del rechazo, del odio, del grito de repulsa...

Este lenguaje contrasta notablemente con el estilo representativo que impera en el teatro español en la época en que se escribió esta obra.

Ya en el estreno de la obra en Vitoria, en 1980, a la pregunta de un periodista de “El País” de si hoy no se escribe teatro en España, Nieva puntualizó que no

había entonces muchos autores, pero sí interesantes, “lo que ocurre es que el teatro comercial le tiene miedo al escritor”.

En “El rayo colgado y peste de loco amor” asistimos al enfrentamiento entre la concepción ilusionada del mundo de las monjas y la realista de Sabadeo, todo

ello enmarcado en la alucinación y el sueño.

La mezcla de texto, efectos especiales y música alegre, enfatizarán la burla de la mística frente a la razón. El montaje será un itinerario enfebrecido por los

territorios de la mística y la heterodoxia, para sacar luz a unos personajes chamuscados por la llama justiciera, o arrojados a las tinieblas.

La historia solo es un pretexto para el juego mágico: la sublimación de la sensualidad creadora, la borrachera del espectáculo en un espacio de puertas, donde el laberinto se convierte en la ruptura del tiempo, en una espiral fantástica y sobrenatural donde aparece el encantamiento.

Dirección: Juan Dolores Caballero Autor: Francisco Nieva

RepartoSor Prega: Silvana Navas Sabadeo: Vicenç MirallesSor Isena: Rafael Abenza Porrerito: Eduardo TovarMártir de la Resignación Armenia: Pilar Laguna Músico-Relator: Jaime Moreno

Vestuario y atrezzo: Morboria TeatroDiseño de vestuario: Eva del Palacio y Fernando AguadoRealización de vestuario: Ana del PalacioRealización atrezzo y momia: Fernando Aguado

Espacio escénico: Diseño: Juan Dolores CabaleroComposición musical: Inmaculada AlmendralAyudante de dirección: Antonio LagunaProducción: Ángel Luis Colado, Pablo Huetos

Más información:

Antonio Laguna: 630 812 919Ángel Luis Colado: 651 024 123

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