Quiroga, "Ciudadanía".

2
HUGO QUIROGA La república desolada. Los cambios políticos de la Argentina (2001-2009) Ciudadanía Siguiendo la tradición republicana, la democracia es un proceso de ampliación de la esfera pública. La construcción de un espacio público común es la condición de realización de la democracia. Se habla, desde luego, de una construcción artificial, no de una creación natural. Cuando la democracia y el Estado de derecho organizan el ejercicio público del poder, las decisiones políticas deben estar abiertas a procesos adecuados de deliberación pública, abiertas a la participación y al veredicto de los ciudadanos. En esta visión, que no se reduce sólo a la deliberación, las decisiones deben representar el interés público, desde una perspectiva igualitaria. Ahora, al hablar de vida democrática hacemos referencia a un concepto más amplio que la actividad electoral, que contiene formas de expresión de los ciudadanos no institucionalizadas, que debería ser analizada en el marco del espacio público democrático, situado en el ámbito de la sociedad civil. El costado informal de la democracia La legitimidad democrática es atribuida al poder por tres vertientes: la legitimidad del voto, la legitimidad constitucional (que regula el poder público y fija sus atribuciones) y (ahora agregamos) la legitimidad social, que es una aprobación o desaprobación de las políticas públicas de los gobernantes, que depende de la satisfacción

Transcript of Quiroga, "Ciudadanía".

Page 1: Quiroga, "Ciudadanía".

HUGO QUIROGA

La república desolada. Los cambios políticos de la Argentina (2001-2009)

Ciudadanía

Siguiendo la tradición republicana, la democracia es un proceso de ampliación de la

esfera pública. La construcción de un espacio público común es la condición de

realización de la democracia. Se habla, desde luego, de una construcción artificial, no de

una creación natural. Cuando la democracia y el Estado de derecho organizan el ejercicio público del poder, las decisiones políticas deben estar abiertas a procesos adecuados de deliberación pública, abiertas a la participación y al veredicto de los ciudadanos. En esta visión, que no se reduce sólo a la deliberación, las decisiones

deben representar el interés público, desde una perspectiva igualitaria. Ahora, al hablar

de vida democrática hacemos referencia a un concepto más amplio que la actividad

electoral, que contiene formas de expresión de los ciudadanos no institucionalizadas,

que debería ser analizada en el marco del espacio público democrático, situado en el

ámbito de la sociedad civil.

El costado informal de la democracia

La legitimidad democrática es atribuida al poder por tres vertientes: la legitimidad del

voto, la legitimidad constitucional (que regula el poder público y fija sus atribuciones) y

(ahora agregamos) la legitimidad social, que es una aprobación o desaprobación de las

políticas públicas de los gobernantes, que depende de la satisfacción de las demandas de los ciudadanos. La legitimidad social se forma en la esfera pública civil (la opinión pública medada a través de las encuestas, los medios de comunicación, la calle, las asociaciones diversas), que implica un juicio permanente y un poder de control de los ciudadanos. Entonces, la legitimidad democrática no se basa únicamente

en las urnas y en las normas constitucionales, sino también en un espacio de incesante

debate y argumentación sobre los fines de la acción política. Es en el espacio público donde se piensa la legitimidad de la sociedad democrática.

Los movimientos informales (movimientos sociales, movimientos “piqueteros”, grupos cívicos) conforman la otra cara de la vida democrática, que extiende el clásico campo de la acción política más allá de nuestras formas representativas tradicionales,. La democracia de nuestros días enfrenta un doble desafío: la

superioridad del ejecutivo y la intervención de los actores informales.