Salvia y Vera 1992-2010

38
1 CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA OCUPACIONAL Y EN EL MERCADO DE TRABAJO DURANTE FASES DE DISTINTAS REGLAS MACROECONÓMICAS (1992-2010) * AGUSTÍN SALVIA ** Y JULIETA VERA *** Resumen Este artículo aborda como objeto de estudio algunas de las transformaciones ocurridas en términos de la estructura ocupacional antes y después de la crisis de 2001-2002 en la Argentina. En este marco, se evalúan los cambios ocurridos en la estructura sectorial del empleo, la segmentación del mercado laboral y la disparidad de ingresos laborales bajo distintas condiciones macroeconómicas y políticas laborales y sociales. Una serie de interrogantes de fondo orientan los análisis abordados en este trabajo: ¿cuáles fueron las transformaciones experimentadas por la estructura sectorial del empleo y el mercado de trabajo durante la década de políticas neoliberales de los años noventa? ¿Puede hablarse de la configuración de un nuevo patrón de crecimiento en la economía y la estructura ocupacional durante el período 2003-2010? La hipótesis que guía este trabajo plantea que si bien las políticas desarrolladas en la actual fase de crecimiento que experimenta el país han sido favorables para una mayor generación de empleo más industrialista y orientada tanto al mercado interno como externo,la estructura ocupacional no evidencia al menos todavíaun proceso efectivo de “convergencia” a nivel socio-ocupacional, manteniéndose vigente una fuerte heterogeneidad y segmentación laboral y una significativa desigualdad de ingresos al interior de los mercados de trabajo. Para abordar esta hipótesis se analiza evidencia empírica sobre los cambios ocurridos en la distribución sectorial de los empleos, la segmentación del mercado de trabajo y la evolución de los ingresos laborales reales durante distintos períodos político- económicos: 1992-2001, 2001-2003 y 2003-2010. Ante la ausencia de información que permita abordar los mencionados indicadores a lo largo de estos momentos históricos, el análisis toma como ventana de estudio el mercado de trabajo de la región del Gran Buenos Aires. Para este efecto se procesaron las bases de datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC para una serie de años seleccionados entre 1992 y 2010. * Este artículo corresponde a una versión revisada de la ponencia “Cambios en la estructura económic o- ocupacional durante fases de distintas reglas macroeconómicas”, presentada en el 10° Congreso Nacional de Estudios del Trabajo “Pensar un mejor trabajo. Acuerdos, Controversias y Propuestas” organizado por la Asociación Argentina de Especialistas en Estudios del Trabajo (ASET), 3 al 5 de agosto de 2011, Buenos Aires. ** Investigador del CONICET. Director académico del Programa del Observatorio de la Deuda Social Argentina (UCA) y Director del Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social (Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, UBA). [email protected]. *** Becaria doctoral del CONICET. [email protected].

Transcript of Salvia y Vera 1992-2010

Page 1: Salvia y Vera 1992-2010

1

CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA OCUPACIONAL Y EN EL MERCADO DE

TRABAJO DURANTE FASES DE DISTINTAS REGLAS

MACROECONÓMICAS (1992-2010)*

AGUSTÍN SALVIA**

Y JULIETA VERA***

Resumen

Este artículo aborda como objeto de estudio algunas de las transformaciones ocurridas

en términos de la estructura ocupacional antes y después de la crisis de 2001-2002 en la

Argentina. En este marco, se evalúan los cambios ocurridos en la estructura sectorial del

empleo, la segmentación del mercado laboral y la disparidad de ingresos laborales bajo

distintas condiciones macroeconómicas y políticas laborales y sociales. Una serie de

interrogantes de fondo orientan los análisis abordados en este trabajo: ¿cuáles fueron las

transformaciones experimentadas por la estructura sectorial del empleo y el mercado de

trabajo durante la década de políticas neoliberales de los años noventa? ¿Puede hablarse

de la configuración de un nuevo patrón de crecimiento en la economía y la estructura

ocupacional durante el período 2003-2010?

La hipótesis que guía este trabajo plantea que si bien las políticas desarrolladas en la

actual fase de crecimiento que experimenta el país han sido favorables para una mayor

generación de empleo –más industrialista y orientada tanto al mercado interno como

externo–,la estructura ocupacional no evidencia –al menos todavía– un proceso efectivo

de “convergencia” a nivel socio-ocupacional, manteniéndose vigente una fuerte

heterogeneidad y segmentación laboral y una significativa desigualdad de ingresos al

interior de los mercados de trabajo.

Para abordar esta hipótesis se analiza evidencia empírica sobre los cambios ocurridos en

la distribución sectorial de los empleos, la segmentación del mercado de trabajo y la

evolución de los ingresos laborales reales durante distintos períodos político-

económicos: 1992-2001, 2001-2003 y 2003-2010. Ante la ausencia de información que

permita abordar los mencionados indicadores a lo largo de estos momentos históricos, el

análisis toma como ventana de estudio el mercado de trabajo de la región del Gran

Buenos Aires. Para este efecto se procesaron las bases de datos de la Encuesta

Permanente de Hogares (EPH) del INDEC para una serie de años seleccionados entre

1992 y 2010.

* Este artículo corresponde a una versión revisada de la ponencia “Cambios en la estructura económico-

ocupacional durante fases de distintas reglas macroeconómicas”, presentada en el 10° Congreso Nacional

de Estudios del Trabajo “Pensar un mejor trabajo. Acuerdos, Controversias y Propuestas” organizado por

la Asociación Argentina de Especialistas en Estudios del Trabajo (ASET), 3 al 5 de agosto de 2011,

Buenos Aires. **

Investigador del CONICET. Director académico del Programa del Observatorio de la Deuda Social

Argentina (UCA) y Director del Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social (Instituto de

Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, UBA). [email protected]. ***

Becaria doctoral del CONICET. [email protected].

Page 2: Salvia y Vera 1992-2010

2

Abstract

This article examines some of the transformations in the occupational structure that took

place before and after the 2001-2002 crisis in Argentina. Within this framework, we

evaluate the changes that occurred in the employment sectoral structure, the

segmentation of the labor market and the income inequality under different

macroeconomic conditions and labor and social policies. A series of questions serve as

guidelines for the analysis carried out in this article: What transformations did the

sectoral structure of employment and the labor market undergo during the neoliberal

policies of the 1990s? Can we speak of the emergence of a new pattern of growth in the

economy and the occupational structure between 2003 and 2010?

The hypothesis that guides this article states that even though the policies implemented

in the current stage of growth have been conducive towards greater job creation –more

industrial and oriented towards both the internal and the external market–, the

occupational structure shows no signs –at least not yet– of an effective “convergence” at

the socio-occupational level, as heterogeneity and segmentation in the labor market

persist, and so does income inequality.

To work with this hypothesis, we use empirical evidence referred to the changes in the

sectoral distribution of jobs, the segmentation of the labor market and the evolution of

real wages in different political and economic periods: 1992-2001, 2001-2003 and

2003-2010. Due to the absence of information on the previously mentioned indicators,

we analyse the labor market of the Greater Buenos Aires. To this effect, we processed

databases of the Encuesta Permanente de Hogares (EPH), from INDEC, for some

selected years between 1992 and 2010.

Palabras Clave:

Heterogeneidad estructural

Segmentación del mercado laboral

Productividad

Brechas de ingresos

Key Words:

Structural Heterogeneity

Labor Market Segmentation

Productivity

Income gap

Page 3: Salvia y Vera 1992-2010

3

Presentación

Este artículo sitúa sus preocupaciones en las transformaciones ocurridas en términos de

mercado de trabajo, estructura productiva y desigualdad económica antes y después de

la crisis de 2001-2002 en la Argentina. En este marco, se examinan y comparan algunos

cambios ocurridos en la estructura ocupacional en dos etapas muy diferentes en materia

de funcionamiento macroeconómico y de orientación en las políticas públicas: por una

parte, el período de convertibilidad monetaria, reformas estructurales y políticas

neoliberales (1992-2001); y, por otra, el período de post-devaluación, mercados

regulados y políticas heterodoxas (2003-2010).

Este tema se aborda en este trabajo a partir de abrazar la perspectiva estructuralista

latinoamericana desde los aportes realizados por la sociología económica y los estudios

sobre la estructura social del trabajo, en relación con los problemas de desigualdad

estructural y segmentación laboral que caracterizan a las sociedades de América Latina.1

Desde este enfoque se busca exponer evidencias novedosas que permitan evaluar desde

una mirada más amplia las continuidades y discontinuidades ocurridas en la estructura

ocupacional de los empleos antes y después de la crisis del modelo neoliberal de

liberalización económica y convertibilidad monetaria.

Al respecto, cabe señalar que, si bien son muchos los estudios y pocas las discrepancias

que desde los enfoques heterodoxos suscita la caracterización de las transformaciones

ocurridas en materia de estructura productiva, mercados de trabajo y distribución del

ingreso durante las últimas dos décadas en la Argentina, son escasos los estudios que

hayan hecho este balance tomando en cuenta los diferenciales sectoriales, calidad de los

1 En el presente artículo, el análisis de la estructura ocupacional se aborda en los términos de la inserción

laboral en la estructura sectorial del empleo medida por productividad, pudiéndose distinguir entre un

sector público, un sector privado formal y un sector privado informal según la definición de PREALC-

OIT (1978). Para un estudio de cómo dicha estructura sectorial y de organización productiva se

manifiesta en la distribución de ingresos laborales entre los hogares, véase Salvia y Vera, 2011.

Page 4: Salvia y Vera 1992-2010

4

empleos y remuneraciones siguiendo el enfoque estructuralista de PREALC-OIT

(1978). Si bien esta perspectiva ha sido criticada debido al modo en que se clasifican los

empleos según diferenciales de productividad no observados, tiene a nuestro juicio

elevada utilidad –sobre todo ante la ausencia de mejores alternativas– para estudiar las

renovadas formas de estratificación introducidas en los mercados de trabajo regionales

en el contexto de una mayor concentración y globalización capitalista mundial.

Por otra parte, no son pocos los especialistas que concuerdan en el impacto ocupacional

positivo que ha tenido el cambio de rumbo en materia de políticas económicas, laborales

y sociales durante el período de post devaluación (Beccaria, Esquivel y Maurizio, 2005;

Novick, 2006; Palomino y Trajtemberg, 2007; Palomino, 2007; Neffa, 2008; CENDA,

2010; Panigo y Chena, 2011; Pérez, 2011, entre otros). Sin embargo, cabe preguntarse

si dichos efectos forman parte de un patrón “más inclusivo” de desarrollo, es decir, si

estamos en efecto en presencia de un modelo tendiente a la “convergencia” entre

sectores dinámicos y rezagados al interior de la estructura socio-ocupacional.

Sobre este punto en particular cabe introducir la sospecha de que las mejoras de

bienestar observadas durante la última década han sido el resultado de la aplicación de

un conjunto más o menos acertado de políticas públicas bajo un contexto

macroeconómico favorable, antes que de una transformación cualitativa en la matriz de

“heterogeneidad estructural” al interior del mercado laboral argentino. En este sentido,

este trabajo procura aportar evidencias en sentido contrario a los argumentos optimistas

que defienden el carácter “igualador” de los procesos económico-ocupacionales

generados por las políticas heterodoxas aplicadas durante la última década.2

2 Entre los supuestos que apoyan esta sospecha se encuentra la idea de que la desigualdad estructural del

sistema económico argentino se explica por la reproducción de un modelo con necesidad de expandir la

capacidad de consumo interno pero altamente concentrado y dependiente del financiamiento externo, sea

a través del endeudamiento o de un balance positivo en la balanza comercial. En cualquier caso, esta

matriz depende estructuralmente para su reproducción en el mediano y largo plazo del financiamiento que

Page 5: Salvia y Vera 1992-2010

5

Siguiendo esas orientaciones se espera desde este trabajo aportar al debate teórico-

político sobre la manera más acertada de caracterizar e interpretar los cambios ocurridos

–tanto durante el período de aplicación de políticas y reformas neoliberales como

durante el actual período de políticas y medidas heterodoxas– en la estructura

ocupacional y el mercado laboral. Para ello, se aborda el estudio comparado de los

cambios ocurridos en la distribución sectorial de los empleos, la calidad de los mismos

y los ingresos laborales durante los períodos 1992-2001, 2001-2003 y 2003-2010,

aunque con referencia exclusiva al mercado de trabajo del Gran Buenos Aires (el único

para el cual se contó con información relativamente comparable).3

En este marco de análisis, cabe hacerse preguntas específicas tales como: ¿qué efectos

tuvo sobre la estructura sectorial del empleo la dinámica de acumulación más

concentrada y abierta al mercado mundial característica del período de convertibilidad,

liberalización económica y reformas neoliberales durante la década del noventa? Y,

también, ¿en qué medida el nuevo rumbo heterodoxo en la política económica post

crisis y devaluación incidió en una reconfiguración de la estructura ocupacional medida

en términos de diferenciales productivos y calidad de los empleos?

Según nuestra perspectiva, cabe esperar que el patrón de acumulación consolidado en el

marco de las políticas neoliberales de los años noventa se haya comportado

intensificando la heterogeneidad estructural del mercado laboral y, por lo tanto,

brinda el sector externo, lo cual sólo puede ser garantizado por niveles crecientes de concentración

económica en materia de capitales, progreso técnico, recursos naturales y humanos especializados, a favor

de grupos económicos privilegiados (Lo Vuolo, 2009; Savia, 2012).

3 El área del Gran Buenos Aires fue la única región urbana en donde se dispuso de información consistida

para el análisis comparativo requerido. Por otra parte, dado que la región concentra casi el 30% de la

población urbana del país, consume el 40% de la energía eléctrica demandada a nivel nacional y produce

más del 45% del PBG total, es razonable considerar que los eventos ocurridos en ella impactarán

significativamente a nivel agregado. Por otra parte, cabe mencionar que las investigaciones desarrolladas

para el total de aglomerados urbanos siguiendo esta misma línea de análisis reflejan que las tendencias

durante la post-convertibilidad son similares a las que se presentan para la región del Gran Buenos Aires

(Salvia, Fraguglia y Metlika, 2006; Salvia et al., 2008; Salvia y Gutiérrez Ageitos, 2011).

Page 6: Salvia y Vera 1992-2010

6

reduciendo su capacidad de absorber los excedentes de fuerza de trabajo a través de

empleos productivos y de calidad. Junto a un aumento del consumo interno financiado

por el endeudamiento externo, la mayor concentración de recursos económicos –físicos,

humanos y tecnológicos– alrededor de los sectores dinámicos más globalizados –sea

que estuviesen orientados al mercado local o al mercado externo– habría tenido como

corolario un incremento de la heterogeneidad productiva, la segmentación laboral y la

marginalidad económica. En este escenario, las políticas de debilitamiento de las

instituciones laborales y flexibilización laboral sirvieron para potenciar dicho resultado.

Pero después de la crisis del modelo económico fundado en la convertibilidad, en un

contexto internacional favorable a los países exportadores de commodities, una serie de

políticas económicas, laborales y sociales heterodoxas sirvieron para motorizar el

crecimiento económico entre los años 2003 y 2010. Sin embargo, en la medida que el

sistema económico continúa requiriendo de sectores especializados, a la vez que

altamente concentrados, capaces de proveer divisas externas para financiar al mercado

interno y al propio sector público, este aumento en la demanda de empleo no habría

alterado cualitativamente la heterogeneidad de la estructura ocupacional. Esto incluso a

pesar de los esfuerzos gubernamentales puestos en mejorar la calidad de los empleos

por vía de fortalecer las instituciones laborales y promover la actividad gremial en el

sector moderno formal de la economía.

De esa manera, sea bajo un proceso de intensificación de la heterogeneidad laboral –

durante la década del noventa– o de persistencia de la misma –durante la post-

convertibilidad–, cabe esperar que esta situación se refleje en: (a) una fuerte

imposibilidad del sector moderno dinámico de la economía (público o privado) de

absorber la fuerza de trabajo inserta en el sector informal, así como también de generar

la economía un aumento significativo en la productividad del trabajo de este sector; (b)

Page 7: Salvia y Vera 1992-2010

7

un mejoramiento de la calidad del empleo y de las remuneraciones en el sector

dinámico, a la vez que tiene lugar un deterioro de la calidad de los empleos en las

unidades económicas informales o modernas rezagadas por efecto de una mayor

competencia interna y sobreexplotación laboral a las que están obligadas tales unidades;

y (c) una caída al menos de las remuneraciones en los segmentos secundarios y

marginales del sector informal del empleo, sin que esto conlleve –sea por favores de

mercado o regulatorios– a una baja en las remuneraciones en el segmento primario del

empleo en el sector moderno (privado formal o público).

El examen empírico de estas hipótesis se realiza en este trabajo tomando una serie de

indicadores (distribución sectorial de los empleos, distribución de la calidad de los

mismos e ingresos laborales horarios) elaborados a partir de los micro-datos de la

Encuesta Permanente de Hogares (EPH) correspondientes al Gran Buenos Aires. El

análisis se realiza comparando los cambios ocurridos entre los años 1992, 1994, 1998,

2001, 2003, 2004, 2006 y 2010, los cuales son asumidos como momentos testigo de los

períodos históricos estudiados. Al respecto, resulta necesario alertar al lector que la

reformulación de la EPH en el segundo semestre de 2003 –en la cual la antigua EPH

“puntual” fue reemplazada por la actual EPH “continua”–, exige ser cuidadoso al

momento de las comparaciones interanuales. En función de reducir este problema se

aplica en este trabajo un empalme retrospectivo sobre los tabulados correspondientes a

la EPH “puntual”.4 Aún así, la mayor parte de los análisis pone énfasis en las

comparaciones interanuales ocurridas al interior de cada etapa político-económica

(1992-2001, 2001-2003 y 2003-2010), para luego extraer conclusiones entre períodos.

4 El ejercicio de empalme se basó en el plan de solapamiento realizado por el INDEC entre la EPH

“puntual” y la EPH “continua” durante el primer semestre de 2003. En este trabajo se retoma y amplía el

método aplicado en Salvia et al., 2008. De manera particular, cabe señalar que si bien las conclusiones

que pueden extraerse de comparar los dos resultados correspondientes al año 2003 (EPH mayo “puntual”

empalmada y EPH 2° semestre “continua”) pueden ser interpretadas como válidas, cabe ser cauteloso en

la consideración de tales resultados. De ahí que la principal utilidad de que exista dicha información

reside en evaluar “cómo se llega” a 2003 y “cómo se parte” de allí en más.

Page 8: Salvia y Vera 1992-2010

8

Heterogeneidad estructural: cambios en la distribución sectorial del empleo en el

mercado laboral del Gran Buenos Aires

En un mercado laboral afectado por la heterogeneidad estructural y la presencia de

excedentes de fuerza de trabajo, los agentes demandantes de empleos enfrentan

diferentes alternativas: a) se mantienen en la desocupación hasta que acceden a un

empleo bajo relación de dependencia conveniente; b) procuran auto-emplearse en

actividades por cuenta propia o a través de microempresas; y c) si estas opciones no son

posibles o sostenibles, los agentes pueden optar por la migración individual o familiar.

También constituye una alternativa posible combinar estas opciones de manera variable

e intermitente a través de diferentes formas de subempleo. La estrategia que adopten

finalmente los agentes habrá de determinar el comportamiento de las tasas de empleo,

desempleo y empleo a tiempo parcial del mercado de trabajo de un país (Salvia, 2012).

Ahora bien, ¿cuál ha sido la efectiva capacidad de las unidades económicas de los

sectores modernos más dinámicos para absorber empleo improductivo en un contexto

de crecimiento económico con fuerte orientación hacia el mercado externo? Para

examinar este interrogante se aborda el estudio de la evolución de la estructura sectorial

del empleo durante las últimas dos décadas para la región del Gran Buenos Aires.

La clasificación de la estructura sectorial del empleo tiene significado teórico en los

postulados analíticos del concepto de heterogeneidad estructural5. Ante la falta de un

mejor indicador, se ha adoptado la clasificación ocupacional desarrollada por PREALC-

OIT (1978), la cual se define como una medida “proxy” de la productividad de los

empleos según características de las unidades económicas. Para su construcción se

consideraron las siguientes variables: categoría ocupacional, tamaño del establecimiento

5 Prebisch (1949, 1970), Singer (1950) y Pinto (1976) destacaron la heterogeneidad del modelo de

crecimiento regional, subrayando la existencia de un sector de alta productividad vinculado al mercado

exterior, separado de otras actividades de mediana y muy baja productividad, vinculadas al mercado

interno. El concepto de “heterogeneidad estructural” refiere a esta coexistencia no integrada de sectores.

Page 9: Salvia y Vera 1992-2010

9

y calificación profesional de la tarea. Los criterios empleados para definir cada uno de

los sectores y sus categorías ocupacionales se presentan en el Anexo A.

Con base en las definiciones expuestas, los Cuadros 1a y 1b proporcionan información

sobre la estructura y evolución de los empleos según sector y categoría de inserción de

la fuerza de trabajo ocupada a lo largo de los tres períodos considerados en el estudio

(1992-2001, 2001-2003 y 2003-2010). Al respecto, la información de los cuadros hace

evidente que la estructura sectorial del empleo habría sido afectada por la crisis 2001-

2003, pero más allá de su recomposición posterior, dicha estructura no parece haber

experimentado cambios sustantivos. En ningún caso las variaciones representan un giro

en el sentido esperado por las teorías –sean dualistas o desarrollistas– fundadas en el

supuesto “derrame” que generaría el aumento de la acumulación capitalista en los

sectores más dinámicos de la economía.

Cuadro 1a. Participación de los sectores y categorías económico-ocupacionales en el total

del empleo. Gran Buenos Aires: 1992/2010. En porcentajes con respecto al total de ocupados.

Período

neoliberal

Ciclo de crisis y

recuperación Período post-devaluación

1992 1994 1998 2001 2003

2003

(3°T) 2004 2006 2010

Sector Formal 44,5 43,2 43,2 42,3 35,3 37,1 37,9 41,3 44,2

Asalariados 41,9 40,6 39,9 39,4 32,0 33,0 34,4 38,0 40,5

No asalariados 2,7 2,6 3,4 2,9 3,4 4,1 3,6 3,4 3,7

Patrones formales 1,4 1,3 1,4 1,4 1,6 1,6 1,6 1,5 1,9

Cuenta propia profes. 1,3 1,3 1,9 1,5 1,8 2,5 1,9 1,9 1,9

Sector Público (exc. Prog. Soc.) 11,2 9,2 10,9 10,0 10,7 12,0 11,1 11,9 12,4

Programas sociales de empleo 0,1 0,1 0,8 0,8 6,3 5,4 3,9 2,3 0,3

Sector Informal 44,2 47,5 45,1 46,9 47,4 45,5 47,1 44,5 43,1

Asalariados 20,2 21,0 20,6 20,9 19,5 18,3 20,6 17,9 17,0

No asalariados 24,0 26,5 24,5 26,0 27,8 27,2 26,5 26,6 26,1

Patrones informales 2,0 2,5 2,0 1,9 1,8 1,9 2,4 2,3 2,4

Cuenta propia informales 14,9 16,8 15,1 16,2 19,5 18,0 17,4 17,0 16,5

Servicio doméstico 7,1 7,2 7,4 7,9 6,5 7,2 6,8 7,3 7,2

Total de empleos 100 100 100 100 100 100 100 1000 100

Tasa de Ocupación sobre PEA 93,2 89,1 80,2 76,8 77,4 80,4 82,2 86,5 89,7

Aclaración: El primer dato del año 2003 corresponde a los datos del 1er. semestre de 2003 obtenidos a través de la

“base especial de empalme” entre la EPH “puntual” y la EPH “continua”. Estos datos se han utilizado para el

empalme propio realizado hacia atrás (1992, 1994, 1998 y 2001). El segundo dato de 2003 corresponde a los datos

del 3er. trimestre de 2003. Es la primera base disponible del conjunto de bases de datos republicadas por el INDEC a

fines del año 2009. Para los años subsiguientes (2004, 2006 y 2010) se expone la información referida a los 2dos.

trimestres.

Fuente: Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social, IIGG-FCS-UBA, con base en datos de la EPH, INDEC

(GBA; mayo 1992, 1994, 1998, 2001: 1er. semestre de 2003 –base de datos de empalme–; 3er. trimestre de 2003;

2do. trimestres de 2004, 2006 y 2010).

Page 10: Salvia y Vera 1992-2010

10

Cuadro 1b. Evolución del empleo por sector y categorías económico-ocupacionales y del

desempleo. Gran Buenos Aires: 1992/2010. En base 100=1992.

Período neoliberal

Ciclo de crisis y

Recuperación Período post-devaluación

1992 1994 1998 2001 2003

2003

(3° T) 2004 2006 2010

Sector Formal 100 96 104 99 85 94 99 117 130

Asalariados 100 96 102 99 82 89 95 114 127

No asalariados 100 96 135 113 135 173 155 159 184

Patrones formales 100 91 111 104 122 135 138 134 178

Cuenta propia profes. 100 102 161 122 149 215 173 186 191

Sector Público (exc. Prog. Soc.) 100 81 104 94 102 121 116 134 145

Programas sociales de empleo 100 62 707 671 5417 4828 3594 2315 281

Sector Informal 100 106 109 111 115 116 124 127 128

Asalariados 100 102 108 108 103 102 118 111 110

No asalariados 100 109 109 113 124 127 129 140 143

Patrones informales 100 123 109 99 95 109 139 144 161

Cuenta propia informales 100 112 108 114 141 136 136 144 145

Servicio doméstico 100 100 112 116 98 115 111 130 134

Total de empleos 100 99 107 105 107 112 116 126 131

Tasa de PEA 100 103 124 127 129 130 132 135 136

Total de desocupados 100 166 363 435 429 376 345 270 207

Fuente: Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social, IIGG-FCS-UBA, con base en datos de la EPH, INDEC

(GBA; mayo 1992, 1994, 1998, 2001; 1er. semestre de 2003 –base de datos de empalme–; 3er. trimestre de 2003;

2do. trimestres de 2004, 2006 y 2010).

Fase expansiva y comienzo de la recesión de la convertibilidad (1992-2001)

Después de la inicial destrucción de empleos improductivos (1992-1994) que

experimentaron tanto el sector formal privado como el sector público, en el contexto del

choque que implicó la apertura económica y las reformas estructurales, las ocupaciones

en ambos sectores se recuperaron en términos absolutos durante la segunda etapa de la

fase expansiva del período (1994-1998). A pesar de ello, la participación relativa del

sector moderno privado quedó rezagada (cayó del 44,5% a 43,2%), mientras que debido

a una nueva ola de contrataciones laborales, el sector público incrementó su

participación entre 1994 y 1998. Sin embargo, en el sector privado formal, el

incremento neto observado en el período post-“Tequila” se debió principalmente a lo

ocurrido en las ocupaciones profesionales independientes más que al empleo asalariado.

Por el contrario, el nivel de empleo en el sector informal creció durante la primera etapa

en todas las categorías –salvo servicio doméstico–, para luego caer en las categorías de

Page 11: Salvia y Vera 1992-2010

11

patrones y cuenta propias. De este modo, se evidencia que tanto la principal alza del

primer momento como la principal caída del segundo tuvieron como protagonistas a los

patrones de microempresas y cuenta propias. Sin embargo, estos movimientos exhibidos

durante los ciclos de corto crecimiento evidenciados entre 1992-1994 y 1994-1998 no

ocasionaron cambios significativos en la participación de las categorías informales en el

empleo total.

Al finalizar la fase más activa en materia de reformas estructurales, liberalización y

expansión económica, junto a un incremento de sólo 7% de ocupados (véase Cuadro

1b), la estructura sectorial de empleo presentaba el siguiente estado: a) 4% más de

empleo en el sector formal (35% más en la categoría de patrones y profesionales, sobre

todo en este último caso); b) 9% más de ocupados en el sector informal (con 8% de

incremento entre los asalariados de microempresas de baja productividad); c) un 4%

más de asalariados en el sector público.

Entre 1998 y 2001, durante la fase de recesión del régimen de convertibilidad, más allá

de aspectos vinculados al panorama internacional –los cuales exceden los objetivos del

presente trabajo–, el nivel de empleo en los sectores privado formal y público

(excluyendo los programas sociales) se retrajo en términos tanto absolutos como

relativos. Al mismo tiempo, durante dichos años, el comportamiento del empleo en el

sector informal creció en casi todas las categorías –salvo patrones de micro

emprendimientos–, al igual que los programas sociales del sector público. En síntesis,

casi todas las categorías del sector moderno –privado o público– perdieron levemente

participación durante esta etapa, a favor de los empleos en el sector informal.

Page 12: Salvia y Vera 1992-2010

12

Fase de agotamiento del régimen de convertibilidad y post-crisis (2001-2003)

La crisis económico-financiera de 2001-2002 tuvo un fuerte impacto sobre el nivel de

empleo en general y la estructura ocupacional en particular. Si bien ya en 2003 había

comenzado un proceso de reactivación, la situación en ese momento todavía muestra el

fuerte deterioro que experimentó el sector formal. En efecto, las inserciones

ocupacionales que tuvieron entre 2001 y 2003 una mejora tanto relativa como neta en el

nivel de empleo fueron las correspondientes al trabajo cuenta propia informal, el sector

público, los programas sociales de empleo e, incluso, la actividad no asalariada del

sector formal. Los puestos más afectados fueron sin duda los del empleo asalariado del

sector privado formal, el cual quedó muy rezagado con respecto a su propio nivel al

inicio de la serie, en el año 1992 (-15% aproximadamente).

Si se evalúan los cambios en términos de composición del empleo durante el ciclo de

crisis y recuperación económica (2001-2003) se verifica que mientras el sector informal

incrementó su peso relativo (alcanzando una participación del 47,4%) –debido

fundamentalmente a un crecimiento de las actividades por cuenta propia– el sector

formal redujo su participación –dada la evolución del trabajo asalariado–. Es decir,

siguiendo un comportamiento contra cíclico esperado, los empleos independientes en el

sector menos estructurado de la economía fueron los únicos que exhibieron un

crecimiento absoluto y relativo significativo durante este período.

Fase de reactivación y nuevas reglas macroeconómicas (2003-2010)

Durante el período de crecimiento económico post-convertibilidad, en el marco de la

aplicación de políticas heterodoxas orientadas al mercado interno pero fuertemente

dependientes del sector externo, tuvo lugar un aumento significativo en el nivel de

empleo en la región del Gran Buenos Aires. De todos modos, cabe observar que este

Page 13: Salvia y Vera 1992-2010

13

incremento no fue constante, siendo más intenso en la fase inicial de salida de la crisis

(2003 y 2006), y mucho más atenuado durante la parte final del período (2006 y 2010).

En términos de composición sectorial, este crecimiento general del empleo encuentra

explicación en un contexto de reactivación del cual participaron todos los sectores

(privado formal, público y privado informal). Pero si bien el conjunto de los sectores

presentan en términos generales una tendencia de crecimiento ocupacional, la intensidad

del mismo fue diferente entre las categorías, lo cual generó un ligero cambio en la

participación sectorial a favor de los sectores público y privado más dinámicos.

En efecto, entre 2003 y 2010 tuvo lugar un aumento significativo de los empleos

asalariados tanto en el sector privado formal como en el sector público; a la vez que el

crecimiento de los empleos asalariados en el sector informal fue menos acelerado. En

este marco, a pesar del también fuerte incremento que experimentaron los empleos no

asalariados informales, la participación de este sector en su conjunto se redujo a los

mínimos históricos. Por este mismo proceso, la participación del empleo en el sector

público (excluyendo los programas sociales) alcanzó su nivel máximo y el peso del

sector privado formal logró superar la fase de crisis y recuperar los valores de la década

de los noventas. En contrapartida, la cantidad de ocupados en programas sociales de

empleo descendió considerablemente a lo largo del período, alcanzando también esta

categoría niveles similares a los de la década anterior.6

Pero más allá de la evidente reactivación post-crisis y la fenomenal reducción que tuvo

el desempleo, es evidente que el mayor dinamismo experimentado durante este período

por los sectores modernos de la economía –sobre todo debido al empleo asalariado tanto

6 En este sentido, cabe destacar la nueva concepción de políticas sociales que tiene lugar a partir de 2003,

en la cual pierden relevancia los programas de empleo y ganan preponderancia las políticas de

transferencia de ingresos más ligadas al sistema de seguridad social y al incremento y extensión de

pensiones contributivas y no contributivas (Danani y Beccaria, 2011; Andrenacci, 2007).

Page 14: Salvia y Vera 1992-2010

14

privado como público– no se tradujo en un cambio cualitativo en su participación. Esto

debido fundamentalmente a que el empleo en el sector informal –sobre todo las

actividades cuenta propia y los empleos marginales– siguió aumentando acompañando

la tasa media de crecimiento general del empleo.

Balance sectorial entre dos décadas de marcadas diferencias macroeconómicas

Como resultado de las tendencias descritas en cada una de las fases arriba analizadas,

hacia el año 2010 se evidencia para la región del Gran Buenos Aires 36,2% más de

población económicamente activa y 31% más de empleos que en 1992. En este marco,

si bien el sector privado formal y el sector público presentan tasas de crecimiento neto

del 30% y del 45%, respectivamente, el sector informal registra una tasa no menos

importante del 28%.

En este sentido, un balance de la evolución sectorial del empleo entre el período 1992-

2001 y el período 2003-2010 permite inferir la vigencia de un comportamiento pro

cíclico persistente por parte del sector informal en materia de empleo durante ambos

períodos. Esto habría ocasionado que el crecimiento económico –cualquiera haya sido

su modalidad– no se tradujera en una “modernización” significativa de la estructura

ocupacional en términos sectoriales. Por lo mismo, si bien durante el período de

políticas heterodoxas post-convertibilidad la dinámica económica habría sido más

favorable para la creación de empleo en las unidades económicas más dinámicas, el

fuerte crecimiento de los empleos no asalariados informales confirma la persistencia de

barreras estructurales en la dinámica de acumulación que impiden un cambio más

sustantivo en la distribución sectorial del empleo.

Pero el hecho de que se confirme que se haya mantenido casi sin cambios la estructura

sectorial del empleo, como resultado de la rigidez de un sector informal que sobrevive y

Page 15: Salvia y Vera 1992-2010

15

crece acompañando al sector moderno, no permite inferir nada acerca de los cambios

ocurridos en la calidad de los empleos y en los niveles de ingresos de los ocupados en

uno u otro sector. Sin duda, un escenario de “convergencia” sería aquel en donde la

calidad de los empleos y el ingreso laboral en las unidades del sector informal resulten

en niveles crecientemente similares a los que presentan los sectores más modernos,

público o o privado, ambos competitivos de la fuerza de trabajo disponible en el

mercado laboral.

La inserción sectorial de las ocupaciones y su vínculo con la calidad de los empleos

durante las últimas dos décadas político-económicas

Con el objetivo de evaluar los cambios en la calidad de los empleos según la

clasificación de sectores y categorías ocupacionales analizadas en el apartado anterior,

se retoman aquí una serie de perspectivas teóricas referidas a la “segmentación de los

mercados de trabajo” que han sido aplicadas en otros contextos, pero que son

complementarias a la tesis de la “heterogeneidad estructural” (Kerr, 1954; Doeringer y

Piore, 1979).

El análisis en términos de segmentación del mercado laboral se aplica en este caso

distinguiendo distintos tipos de empleo, cada uno de los cuales correspondería a

mercados laborales regulados por diferentes reglas asociativas o normas de intercambio:

a) empleos estables y regulados y b) empleos precarios o extralegales. Cada uno de

estos tipos de empleo exhibe características particulares, las cuales son genéricamente

expuestas a continuación7:

a) Empleos regulados y estables (segmento primario): se trata de empleos asalariados

que participan de las regulaciones laborales (seguridad social) o empleos independientes

7 Para mayor especificación acerca de las variables consideradas en esta clasificación en las distintas

ondas de la EPH, véase Anexo B.

Page 16: Salvia y Vera 1992-2010

16

no asalariados con capital propio con relativa estabilidad laboral y satisfacción

ocupacional.

b) Empleos extralegales o precarios (segmento secundario): se trata de empleos

asalariados no comprendidos por la seguridad social o empleos independientes no

asalariados sin capital o herramientas propias o sin estabilidad laboral o satisfacción

ocupacional.

Si bien es probable que la estratificación del empleo esté asociada con la manera en que

los sectores productivos segmentan las ocupaciones –dada su participación en diferentes

tipos de mercados tanto laborales como mercantiles–, este vínculo no tiene por qué ser

determinado a priori. Justamente, el nivel de articulación entre la estructura sectorial de

las ocupaciones y la calidad de los empleos –sean ofrecidos o autogenerados–,

constituyen un indicador del grado de segmentación que presenta un mercado de

trabajo. Será estrecha esta articulación en la medida que la heterogeneidad ocupacional

tienda a segmentar las relaciones sociales, tanto de producción como de intercambio, así

como a crear formas particulares de regulación para cada campo de relaciones de

producción.

En este sentido, la tesis de una “heterogeneidad estructural” creciente o persistente

tenderá a fortalecerse si los empleos extralegales alcanzan un piso histórico

concentrándose en las actividades informales. Por el contrario, saldrá fortalecida la tesis

de la “creciente convergencia” si los mismos tienden a descender y nivelarse entre los

diferentes sectores. Por lo tanto, cabe evaluar en qué medida se verifica una

correspondencia entre los sectores económico-ocupacionales y los segmentos del

mercado de trabajo; y, en tal caso, cabe también preguntarse acerca de la forma en que

evolucionó esta relación a partir de los cambios macroeconómicos y las variaciones de

los ciclos económicos.

Page 17: Salvia y Vera 1992-2010

17

Una primera respuesta a estos interrogantes se alcanza a partir de los datos que presenta

el Cuadro 2, el cual pone en correspondencia la inserción sectorial de la fuerza de

trabajo con el segmento del mercado de trabajo del que participa la misma. En este

sentido, el análisis de la información arroja evidencia relevante sobre los cambios que

experimentó la segmentación del mercado laboral en la región del Gran Buenos Aires

durante los períodos comprendidos en este estudio, según su vinculación con la

estratificación sectorial del empleo.

Cuadro 2. Participación del empleo por segmento del mercado de trabajo según sectores y

categorías económico-ocupacionales. Gran Buenos Aires: 1992/2010. En % del total de

ocupados de cada sector o categoría económico-ocupacional.

Período de reformas Ciclo de crisis

y recuperación Período post-devaluación

1992 1994 1998 2001 2003 2003

(3° T) 2004 2006 2010

Sector Formal Regulado 72,3 73,2 66,6 67,5 45,8 55,8 63,5 68,2 69,7

Extralegal 27,7 26,8 33,4 32,5 54,2 44,2 36,5 31,8 30,3

Asalariados Regulado 72,7 74,0 67,8 67,9 47,2 56,4 64,4 67,6 69,8

Extralegal 27,3 26,0 32,2 32,1 52,8 43,6 35,6 32,4 30,2

No Asalariados Regulado 65,3 60,1 51,8 61,9 32,5 51,4 55,0 74,4 68,2

Extralegal 34,7 39,9 48,2 38,1 67,5 48,6 45,0 25,6 31,8

Sect. Público(1)

Regulado 77,4 75,4 67,0 72,9 62,7 70,4 78,8 80,7 80,7

Extralegal 22,6 24,6 33,0 27,1 37,3 29,6 21,2 19,3 19,3

Sect. Informal Regulado 35,8 32,5 22,4 21,5 13,0 17,1 19,8 24,2 24,5

Extralegal 64,2 67,5 77,6 78,5 87,0 82,9 80,2 75,8 75,5

Asalariados Regulado 22,6 24,2 16,5 18,7 13,4 18,2 18,5 21,6 23,6

Extralegal 77,4 75,8 83,5 81,3 86,6 81,8 81,5 78,4 76,4

No Asalariados Regulado 46,9 39,1 27,4 23,8 12,7 16,4 20,8 25,9 25,1

Extralegal 53,1 60,9 72,6 76,2 87,3 83,6 79,2 74,1 74,9

Total de

Ocupados

Regulado 56,7 54,0 46,1 46,0 29,1 36,9 42,2 48,6 51,4

Extralegal 43,3 46,0 53,9 54,0 70,9 63,1 57,9 51,4 48,6 (1) No incluye el empleo público de asistencia o de programas sociales de empleo. Esto debido a su naturaleza laboral

“atípica” bajo formas extralegales.

Fuente: Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social, IIGG-FCS-UBA, con base en datos de la EPH, INDEC

(GBA; mayo 1992, 1994, 1998, 2001; 1er. semestre de 2003 –base de datos de empalme–; 3er. trimestre de 2003;

2do. trimestres de 2004, 2006 y 2010).

La información muestra en términos generales una caída significativa del empleo

regulado durante el período de convertibilidad y políticas de flexibilización laboral

(1992-2001), un agravamiento de esta situación con la crisis (2001-2003), y, finalmente,

una recuperación de los empleos de calidad en un contexto de políticas heterodoxas

activas en materia de protección y regulación laboral (2003-2010). Pero esta tendencia

Page 18: Salvia y Vera 1992-2010

18

no sólo no fue homogénea al interior de la estructura ocupacional, sino que mantuvo

siempre una estrecha relación con determinados sectores y perfiles económico-

ocupacionales. La mayor posibilidad de acceder a empleos regulados tendió a

concentrarse, cualquiera fuera el escenario político-económico, en los sectores más

modernos de la economía. Esto ocurrió sobre todo en las categorías de asalariados –

tanto en el sector privado formal como en el sector público–, y, en menor medida, entre

los profesionales y empresarios formales.

En sentido inverso, a lo largo de las dos décadas de análisis, fue el sector informal el

que presentó mayor propensión a generar empleos extralegales. Esta relación tendió a

estrecharse durante el período de políticas neoliberales y se hizo más marcada durante el

período de crisis; y, si bien tendió a debilitarse durante la etapa de políticas heterodoxas,

no es fácil concluir que haya tenido lugar un cambio sustantivo en materia de

segmentación laboral.

Durante el período 1992-2001, la proporción de empleos regulados en el sector formal

pasó de 72% a 67% como resultado de una caída de los empleos regulados tanto entre

los asalariados como los no asalariados. Durante la crisis, se agravó aún, cayendo la

participación a 46%. A partir de 2003, en el contexto de crecimiento económico y

políticas laborales activas, esta tendencia se revierte, llegando a 68% en 1996 y a casi

70% en 2010. Igual tendencia, aunque con valores más altos, se registra entre los

asalariados del sector público (excluyendo los empleos generados por los programas

sociales). En este caso, la participación de los empleos regulados parte en 1992 de un

77%, para caer a 67% en 2001 y a 63% después de la crisis, y, finalmente, superar

ligeramente el 80% tanto en 2006 como en 2010.

La situación de los empleos extralegales en el sector informal –siempre mayoritarios en

este sector– sigue igual tendencia. Durante el período neoliberal estos empleos pasan de

Page 19: Salvia y Vera 1992-2010

19

una participación de 64% a 78% al interior del sector, estando principalmente

motorizado este deterioro por los empleos no asalariados, hasta ese momento

relativamente mucho menos afectados por la extralegalidad laboral en comparación con

los asalariados informales (53% contra 74% en 1992). Igual proceso se registra durante

la crisis, donde la participación de los empleos no regulados llega a un 87%, siendo

similares los valores tanto entre los asalariados como entre los no asalariados. Por

último, durante la etapa de crecimiento de la demanda agregada de empleo, ésta tiende a

mejorar, aunque a un mucho menor ritmo que lo sucedido en los sectores público y

privado formal. En 2010, los empleos extralegales representan el 76% de los empleos

asalariados y el 75% de los empleos no asalariados al interior del sector informal.

Es importante destacar que las políticas laborales durante la etapa de convertibilidad y

de reformas neoliberales (1993-2001) se caracterizaron por un debilitamiento deliberado

de las instituciones encargadas de la protección y regulación de las relaciones laborales.

Esto comprendió tanto medidas de flexibilización laboral como de debilitamiento de las

organizaciones gremiales y abandono de las negociaciones colectivas, en un contexto de

caída en la demanda agregada de empleo (Beccaria y Galín, 2002; Neffa, 2008). Por el

contrario, durante el período de post-convertibilidad y recuperación económica (2003-

2010), el aumento de la demanda de empleo estuvo acompañado de una política laboral

activa a favor de regularizar las relaciones laborales clandestinas, elevar el salario

mínimo, promover la negociación colectiva, entre otras medidas (Novick, 2006;

Palomino, 2007; Palomino y Trajtemberg, 2007; Neffa, 2008).

Es decir, si bien a lo largo de las dos décadas la proporción de empleos regulados

experimentó a nivel agregado variaciones significativas, la situación fue siempre

relativamente más favorable –y sobre todo durante el último período– al interior de las

unidades económicas de los sectores modernos. En sentido contrario, la mayor

Page 20: Salvia y Vera 1992-2010

20

proporción de empleos extralegales fue siempre un rasgo dominante del sector informal,

aumentando incluso su brecha con respecto a los sectores formales durante el último

período.

De esta manera, la tesis de la “creciente convergencia” no parece haberse cumplido en

ningún momento. En el primer período (1992-2001) la precariedad laboral tendió a

nivelarse intersectorialmente pero en un contexto de aumento de la extralegalidad.

Durante el último período (2003-2010), si bien la extralegalidad laboral cayó en ambos

sectores, la disparidad aumentó de manera significativa. Es decir, la tesis de una

“heterogeneidad estructural” persistente –en un contexto de segmentación de los

mercados laborales– parece dominar en el marco de este escenario de análisis.

Disparidades sectoriales, ocupacionales y laborales en materia de remuneraciones

al trabajo

Hasta aquí se han reunido evidencias que avalan la idea de que la estructura ocupacional

del Gran Buenos Aires, si bien presentó cambios regresivos durante el período de

reformas neoliberales y una recuperación sustantiva durante el período de políticas

heterodoxas, no experimentó entre las últimas dos décadas cambios cualitativos

significativos, medidos en términos de heterogeneidad estructural y segmentación

laboral. En el marco de este trabajo, cabe no perder de vista que la heterogeneidad

estructural hace referencia a una desigual concentración de capitales, recursos humanos

y progreso técnico entre unidades económicas. Siendo éste un factor explicativo central

en la sistemática divergencia sectorial que experimentan las remuneraciones laborales

horarias, la cual se ve agravada por el grado de segmentación que experimentan los

mercados laborales.

Diversos estudios distinguen las “reestructuraciones ofensivas” y “las estrategias

defensivas” que llevaron a cabo las firmas en un contexto de apertura comercial e

Page 21: Salvia y Vera 1992-2010

21

implementación de reformas estructurales (Kosacoff, 1998; Beltrán, 2007; Kulfas y

Schorr, 2000; Schorr, 2001). Mientras que un grupo dinámico de firmas –sector formal–

realizó fuertes inversiones y llevó a cabo profundos cambios organizacionales que le

permitieron obtener significativas mejoras de productividad, el grupo de firmas menos

dinámicas –sector informal– llevaron a cabo procesos selectivos de inversión, con

predominio de cambios organizacionales que redundaron en expulsión de mano de obra

y escasa o nula inversión en equipos, recursos humanos y nuevas tecnologías (Bernat,

2006). Un comportamiento también diferente habría ocurrido, aunque con contenidos

distintos, en el contexto de post-convertibilidad, crecimiento y políticas heterodoxas. En

este caso, las firmas más dinámicas –sector formal– habrían expandido las inversiones

pero manteniendo o mejorando incluso su composición orgánica original. Mientras que

las empresas menos dinámicas –sector informal– habrían crecido y ampliado sus

mercados pero utilizando más mano de obra intensiva; sin que en estos casos haya

ocurrido un proceso de mayor inversión en equipos, recursos humanos y nuevas

tecnologías (Acosta, 2010; Chena, 2011; Zevallos, 2008; Schorr y Ortiz, 2007; Peralta

Ramos, 2007).8

En el primer caso, cabe recordar que el período 1992-2001 estuvo dominado por una

tendencia generalizada para flexibilizar las prácticas mercantiles y laborales, por medio

de cambios en la legislación o en términos de una flexibilización de hecho. Esto, y la

paulatina pérdida de poder sindical en el interior del sector moderno (público y

8 Cabe destacar que este comportamiento empresarial divergente –cualquiera fuese el contexto

económico– no es aleatorio ni está sometido a la decisión “schumpeteriana” de sus agentes, sino que

depende entre otros factores de la composición inicial de los capitales, su acceso al mercado de capitales,

el grado de control sobre los mercados y de la capacidad de las empresas para articular sus estrategias

comerciales con las políticas públicas (Chena, 2011; Zevallos, 2008). A su vez, tal como señalan Schorr y

Ortiz (2007), es pertinente recordar que si bien se han instrumentado algunas medidas destinadas al

segmento de las PyMEs (bonificación de tasas de interés, aplicación de restricciones a las importaciones

en algunas actividades, fomento a la industria del software), el grueso de los recursos públicos destinados

a subsidiar al sector privado ha sido canalizado hacia las grandes empresas y holdings económicos.

Respecto de esto último, véase Peralta Ramos (2007).

Page 22: Salvia y Vera 1992-2010

22

privado), no sólo habrían ampliado el mercado de trabajo “extralegal” (no regulado) de

ambos sectores, sino que todo ello habría tenido efectos directos regresivos sobre los

salarios reales. Por otra parte, la creciente presión de los excedentes de fuerza de trabajo

sobre los diferentes segmentos de empleo habría operado también al interior de este

sector inhibiendo aumentos en las remuneraciones (sobre todo en los mercados no

regulados del sector moderno o en situaciones de recesión prolongada, tal como fue la

fase 1998-2001).

De este modo, durante el período de políticas neoliberales, en el caso de los sectores

rezagados (incluyendo empresas cuasi-informales intensivas en fuerza de trabajo,

microempresas familiares y cuenta propia informales), la dificultad para reducir costos

laborales, el rezago productivo-tecnológico y la mayor presión impuesta por la

apreciación cambiaria, la apertura comercial y la desregulación de los mercados,

habrían motorizado una fuerte caída de las remuneraciones en el sector informal.

La devaluación y recesión de 2001-2002 y su efecto inflacionario posterior –menor a la

variación del tipo de cambio– significó una alteración en el sistema de precios. Este

proceso afectó sobre todo de manera particular a las remuneraciones, reduciendo de

manera generalizada el costo laboral de las empresas tanto formales como informales,

así como para el sector público. El efecto inmediato del incremento del tipo de cambio

fue una fuerte transferencia de ingresos en detrimento de los trabajadores. Sin embargo,

también aquí, dadas las diferentes regulaciones presentes en el mercado de trabajo, el

comportamiento de las remuneraciones en el sector asalariado formal o público

regulado habría sido incluso menos regresivo que el sufrido por el sector informal.

La devaluación sentó las bases para un nuevo patrón de acumulación y crecimiento con

pautas y características altamente divergentes a las existentes en la década de los

noventa. El salto en el tipo de cambio provocó un incremento en la competitividad

Page 23: Salvia y Vera 1992-2010

23

externa de los sectores productores orientados al mercado interno, debido al aumento de

los precios relativos de los bienes importados. Esto incentivó la recuperación económica

y una mayor demanda de empleo, siendo los sectores productores de bienes

(especialmente la industria) los que habrían liderado este proceso entre los años 2003 y

2007.9

Al mismo tiempo, tal como se analizó en el apartado anterior, esta reactivación

económica, acompañada de una política laboral activa a favor de regularizar las

relaciones laborales clandestinas, elevar el salario mínimo y promover la negociación

colectiva, tuvo como resultado un aumento de los empleos de calidad en el segmento

primario del mercado laboral. Por lo mismo, los principales beneficiarios fueron los

trabajadores del sector formal privado y del sector público. Dado el carácter segmentado

del mercado laboral, el impacto de este mejoramiento sobre los empleos del sector

informal fue parcial e indirecto. En este caso, habrían influido mucho más las políticas

sociales y la propia reactivación económica que las políticas laborales; de ahí que el

avance de las regulaciones laborales durante este período sobre los empleos del sector

informal haya tenido un alcance limitado.

A partir del año 2007, incluso casi dos años antes de la crisis internacional, el

crecimiento del empleo agregado empezó a desacelerarse en un contexto de reactivación

inflacionaria. Esta situación fue generando una apreciación real del peso, encareciendo

9 Diversos autores sostienen que a partir de 2005 se puso en marcha un nuevo modelo de desarrollo

productivo con equidad social impulsado, entre otros factores, por la recomposición de haberes de los

trabajadores formales (Panigo y Chena, 2011; Pérez, 2011). A su vez, en esta línea interpretativa,

Palomino (2007) sostiene que la tendencia de crecimiento del empleo registrado que tiene lugar a partir

del año 2004 se vincula con la instalación de un nuevo régimen de empleo con protección social (de

determinación “colectiva” de los salarios a través de la mediación sindical) diferenciado del previo

régimen de precarización laboral y de “individualización” de la relación salarial. El incremento que estas

medidas tuvieron sobre el costo laboral para las empresas del sector privado formal durante estos años,

sobre todo a partir de 2005, habría sido tolerado porque la tasa de ganancia había crecido fuertemente los

años previos (CENDA, 2010).

Page 24: Salvia y Vera 1992-2010

24

el costo laboral en términos internacionales.10

En este marco, la expansión de la

producción industrial se desaceleró y el sector productor de bienes dejó de ser el de

mayor dinamismo relativo en materia de generación de empleo. Bajo este contexto, si

bien gracias a la intervención de las instituciones laborales habría continuado la

recuperación de los salarios reales en el segmento primario del mercado de trabajo, es

de esperar que las remuneraciones en el segmento extralegal del mercado de trabajo se

hayan estancado o caído.

Esta sucesión de hechos macro y micro económicos durante las últimas dos décadas

debería expresarse –según la tesis planteada– en una heterogeneidad estructural

creciente o persistente al interior del mercado de trabajo. Si esto fue así, este proceso

debería traducirse en un aumento de las brechas de productividad sectorial y, por lo

tanto, en las brechas de ingresos horarios según sectores ocupacionales y segmentos

laborales. Por ello, a los fines del presente trabajo los niveles de ingreso horario nos

servirán como indicadores proxy del nivel de productividad.

De esta manera, la evolución de las brechas de ingresos entre los empleos de los

diferentes sectores-categorías ocupacionales y segmentos laborales mostraría el modo

en que los diferenciales de productividad convergen o divergen.11

En el marco de este

análisis, de acuerdo con lo argumentado, cabría esperar que los ingresos laborales

generados en los empleos regulados de los sectores público o formal tiendan a

distanciarse de manera creciente o persistente de aquellos percibidos por trabajos

extralegales o de subsistencia en el sector informal.

10

El fuerte incremento del precio de las commodities, simultáneo a una expansión significativa de la

demanda interna, el desacople entre la capacidad de expansión de la oferta y la demanda creciente, entre

otros aspectos, comenzaron a presionar el nivel de precios internos dando origen a una aceleración de la

inflación (CENDA, 2010).

11 En la misma perspectiva de análisis y abordaje metodológico se encuentran el trabajo de Salvia et al

(2008).

Page 25: Salvia y Vera 1992-2010

25

Para examinar estas tesis, los Cuadros 3a, 3b y 3c reúnen información sobre la

evolución de los ingresos reales horarios por sector económico, categoría ocupacional y

segmento del mercado de trabajo para los diferentes períodos considerados en este

estudio. A continuación, se hace un análisis detallado de esta evolución según los datos

que presentan dichos cuadros.

Cuadro 3a. Evolución de la remuneración horaria real por segmento del mercado de

trabajo según sectores y categorías económico-ocupacionales. Gran Buenos Aires:

1992/2010. Promedio en pesos del 2do trimestre de 2010.

Período de reformas

Ciclo de crisis y

recuperación Período post-devaluación

1992 1994 1998 2001 2003

2003

(3°T) 2004 2006 2010

Sector Formal 14,6 18,7 18,1 17,5 13,6 13,6 14,0 16,1 17,3

Regulado 16,5 20,9 22,1 21,3 17,8 17,2 15,6 18,3 19,6

No regulado 11,7 15,2 13,3 12,9 10,3 9,0 11,1 11,5 12,1

Sector Formal – Asalariados 13,2 17,4 15,7 15,8 12,1 11,8 12,5 14,5 16,0

Regulado 15,2 20,2 19,7 19,5 16,5 15,6 14,8 16,6 18,5

No regulado 9,9 12,6 10,5 11,0 8,6 7,1 8,3 10,0 10,2

Sector Formal – No Asalariados 32,1 37,2 42,1 38,6 27,2 28,3 28,4 34,0 31,7

Regulado 37,6 42,8 51,5 45,3 32,8 31,1 24,5 34,7 31,5

No regulado 29,4 37,5 35,3 35,4 24,4 25,1 33,3 32,0 32,2

Sector Público (1) 16,9 22,9 25,4 25,5 18,6 15,4 16,2 19,1 21,0

Regulado 19,1 27,0 28,8 29,1 21,3 17,8 17,1 20,5 23,2

No regulado 13,3 16,7 21,0 20,2 14,6 9,8 12,8 13,4 12,4

Sector Público de asistencia 9,2 15,1 8,9 8,5 6,6 6,2 6,2 5,4 10,0

Sector Informal 13,9 15,8 14,0 12,9 9,4 9,5 9,2 9,8 11,7

Regulado 15,9 19,2 17,7 16,2 13,5 13,3 13,5 14,4 16,3

No regulado 12,7 13,9 12,9 12,0 8,8 8,7 8,2 8,4 10,1

Sector Informal – Asalariados 10,6 12,9 10,0 10,4 7,0 7,7 7,1 8,3 10,2

Regulado 12,1 14,1 13,0 12,3 10,6 10,8 10,7 12,0 13,3

No regulado 10,5 12,9 9,6 10,3 6,6 7,0 6,3 7,2 9,3

Sector Informal – No Asal. 16,1 17,9 16,9 14,7 11,1 10,7 10,8 10,8 12,6

Regulado 17,4 21,3 19,7 18,2 15,4 15,2 15,4 15,7 18,2

No regulado 15,1 15,1 15,9 13,5 10,5 9,8 9,6 9,1 10,7 (1) No incluye beneficiarios de programas sociales de empleo.

Nota: Con el objetivo de no sesgar el análisis de la evolución de las remuneraciones horarias, se tomaron –para los

distintos años– los ingresos en valores constantes del 2do. trimestre de 2010. Dada la intervención al INDEC y la

manipulación ampliamente conocida en el Índice de Precios al Consumidor, se toma –para realizar la deflación a

partir del 2007– información proveniente de consultoras privadas.

Fuente: Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social, IIGG-FCS-UBA, con base en datos de la EPH, INDEC

(GBA; mayo 1992, 1994, 1998, 2001; 1er. semestre de 2003 –base de datos de empalme–; 3er. trimestre de 2003;

2do. trimestres de 2004, 2006 y 2010).

Page 26: Salvia y Vera 1992-2010

26

Cuadro 3b. Evolución de la remuneración horaria real por segmento del mercado de

trabajo según sectores y categorías económico-ocupacionales. Gran Buenos Aires:

1992/2010. En base 100=1992.

Período de reformas

Ciclo de crisis y

recuperación Período post-devaluación

1992 1994 1998 2001 2003

2003

(3°T) 2004 2006 2010

Sector Formal 100 128 124 120 93 93 96 110 119

Regulado 100 127 134 129 108 104 95 111 119

Extralegal 100 129 114 110 88 77 95 98 103

Sector Formal – Asalariados 100 131 119 119 91 89 94 109 121

Regulado 100 133 130 128 109 103 98 109 122

Extralegal 100 127 105 111 86 71 84 101 103

Sector Formal – No Asalariados 100 116 131 120 85 88 88 106 99

Regulado 100 114 137 120 87 83 65 92 84

Extralegal 100 128 120 120 83 85 113 109 110

Sector Público (1) 100 135 150 151 110 91 96 113 124

Regulado 100 141 150 152 111 93 90 107 121

Extralegal 100 125 158 152 110 74 96 101 93

Sector Público de asistencia 100 163 96 92 71 67 67 58 108

Sector Informal 100 114 101 93 68 68 66 71 84

Regulado 100 121 111 102 85 84 85 90 105

Extralegal 100 110 102 94 70 68 64 66 80

Sector Informal – Asalariados 100 122 94 98 66 72 67 78 96

Regulado 100 117 108 102 88 90 89 99 111

Extralegal 100 123 91 98 62 67 60 69 88

Sector Informal – No Asalariados 100 111 105 91 69 66 67 67 78

Regulado 100 123 113 105 88 87 89 90 104

Extralegal 100 100 105 89 69 65 64 61 70 (1) No incluye beneficiarios de programas sociales de empleo.

Fuente: Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social, IIGG-FCS-UBA, con base en datos de la EPH, INDEC

(GBA; mayo 1992, 1994, 1998, 2001; 1er. semestre de 2003 –base de datos de empalme–; 3er. trimestre de 2003;

2do. trimestres de 2004, 2006 y 2010).

(i) En primer lugar, la información de los Cuadros 3a y 3b describen la desigual

evolución que experimentaron las remuneraciones horarias reales tanto a nivel general

como entre sectores, categorías y segmentos de empleo a lo largo del período de

análisis. A continuación se examinan con algún detalle esta evolución para cada una de

los períodos político-económicos abordados en este estudio.

- Durante el ciclo expansivo de la convertibilidad (1992-1998), las remuneraciones

reales en el sector moderno (privado formal y público) aumentaron tanto en las

categorías asalariadas como no asalariadas. Este proceso estuvo motivado

Page 27: Salvia y Vera 1992-2010

27

fundamentalmente por el incremento que experimentaron las remuneraciones en los

mercados regulados de ambas categorías y sectores. A la vez que en el sector informal,

la tendencia no fue positiva, principalmente en el segmento extralegal del sector menos

estructurado, en el cual las remuneraciones se mantuvieron constantes o incluso

descendieron (por ejemplo, en el sector informal asalariado no regulado). A partir del

comienzo del ciclo recesivo (1998), algunos sectores y segmentos comenzaron a

experimentar caídas en la remuneración horaria real, siendo esto de mayor intensidad

entre los empleos independientes tanto del sector formal como del informal.

- En el período de derrumbe del régimen de convertibilidad y durante la inmediata post-

crisis, la evolución general de las remuneraciones fue fuertemente regresiva a nivel

general, aunque aún más lo fue para los puestos asalariados y no asalariados informales

y los extralegales de los sectores público y formal. Una vez pasada la crisis, en la etapa

de reactivación post-convertibilidad, se hace evidente un crecimiento generalizado y

sostenido de todas las remuneraciones horarias. Sin embargo, en los primeros años de la

recuperación (2004-2006) no se obtienen mejoras importantes en los ingresos de los

empleos del segmento extralegal y de los sectores no asalariados informales. En cambio,

los empleos en los sectores modernos –sean empleos regulados o no regulados–

mejoraron sus remuneraciones reales durante esta fase, aunque muy lejos todavía de los

niveles previos a la crisis. Una mayor recuperación de estas remuneraciones tuvo lugar a

partir de 2006 pero de manera selectiva. Sólo los asalariados del sector privado formal

del segmento regulado del mercado de trabajo lograron recuperar los niveles de

remuneraciones de 2001.

- En lo que respecta a las remuneraciones del sector informal, si bien durante la fase de

mayor dinamismo de 2003-2006 no se evidencian en general incrementos significativos,

es a partir de 2006 que tiene lugar una recuperación importante a nivel agregado. Esta

Page 28: Salvia y Vera 1992-2010

28

mejora ocurre –tal como se mencionó– en un contexto de aumento del consumo interno

y creciente inflación. Una vez que comienzan a hacerse más evidentes las limitaciones

del patrón de crecimiento –incluso antes del estallido de la crisis internacional–, gana

preponderancia la demanda de empleo en el comercio y los servicios, logrando

incrementar el dinamismo de los sectores informales. Ahora bien, cabe destacar que el

incremento general observado en las remuneraciones en el sector informal está

principalmente impulsado por aumentos en los asalariados y no asalariados de mercados

regulados; mientras que la mejora en los empleos informales extralegales –sobre todo

entre los no asalariados– es relativamente menos importante.

Cuadro 3c. Evolución de la brecha de la remuneración real horaria por sectores-

categorías ocupacionales y segmentos del mercado de trabajo respecto al total del empleo.

Gran Buenos Aires: 1992/2010. Ingreso medio horario= 1.

Período de reformas

Ciclo de crisis y

recuperación Período post-devaluación

1992 1994 1998 2001 2003

2003

(3°T) 2004 2006 2010

Sector Formal 1,01 1,06 1,07 1,09 1,17 1,18 1,20 1,20 1,13

Regulado 1,14 1,19 1,30 1,32 1,53 1,50 1,34 1,37 1,28

Extralegal 0,81 0,86 0,79 0,80 0,89 0,78 0,95 0,86 0,79

Sector Formal – Asalariados 0,92 0,99 0,93 0,98 1,04 1,03 1,07 1,08 1,05

Regulado 1,05 1,14 1,16 1,21 1,42 1,36 1,27 1,24 1,21

Extralegal 0,69 0,72 0,62 0,68 0,74 0,61 0,71 0,75 0,67

Sector Formal – No Asalariados 2,22 2,11 2,48 2,39 2,35 2,46 2,43 2,54 2,07

Regulado 2,61 2,43 3,04 2,81 2,83 2,70 2,09 2,59 2,06

Extralegal 2,04 2,13 2,08 2,19 2,10 2,18 2,85 2,39 2,10

Sector Público (1) 1,17 1,30 1,50 1,58 1,61 1,34 1,39 1,43 1,37

Regulado 1,33 1,53 1,70 1,80 1,84 1,55 1,47 1,53 1,52

Extralegal 0,92 0,94 1,24 1,25 1,26 0,85 1,09 1,00 0,81

Sector Público de asistencia 0,64 0,85 0,52 0,53 0,57 0,54 0,53 0,40 0,65

Sector Informal 0,96 0,90 0,83 0,80 0,81 0,82 0,79 0,73 0,76

Regulado 1,10 1,09 1,05 1,00 1,16 1,16 1,16 1,07 1,08

Extralegal 0,88 0,79 0,76 0,74 0,76 0,76 0,70 0,62 0,64

Sector Informal – Asalariados 0,74 0,73 0,59 0,65 0,61 0,67 0,61 0,62 0,67

Regulado 0,84 0,80 0,77 0,76 0,91 0,94 0,92 0,89 0,90

Extralegal 0,73 0,73 0,56 0,64 0,57 0,61 0,54 0,54 0,61

Sector Informal – No Asalariados 1,12 1,01 1,00 0,91 0,96 0,93 0,93 0,81 0,82

Regulado 1,21 1,21 1,16 1,13 1,33 1,32 1,32 1,17 1,19

Extralegal 1,05 0,86 0,94 0,84 0,90 0,85 0,82 0,68 0,69 (1) No incluye beneficiarios de programas sociales de empleo.

Fuente: Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social, IIGG-FCS-UBA, con base en datos de la EPH, INDEC

(GBA; mayo 1992, 1994, 1998, 2001; 1er. semestre de 2003 –base de datos de empalme–; 3er. trimestre de 2003;

2do. trimestres de 2004, 2006 y 2010).

Page 29: Salvia y Vera 1992-2010

29

(ii) La evolución diferenciada según sector de inserción económica-ocupacional se

refleja también al evaluar las brechas de ingresos entre los mismos (tomando como

comparación el ingreso medio horario) –véase Cuadro 3c–. La información muestra una

creciente divergencia entre los ingresos del sector moderno –formal y público– en

comparación a aquellos percibidos en el sector informal durante la década de los

noventa y que no se resuelve en la fase de post-convertibilidad. Sin embargo, esta

tendencia no fue similar en todas las fases económicas ni fue homogénea en el interior

de cada sector, sea por el tipo de categoría laboral o segmento de empleo.

- Durante el período de expansión y posterior recesión a partir del año 1998 del régimen

de convertibilidad (1992-2001) los datos revelan que se fue perdiendo la relativa

equidad funcional existente al comienzo de la década. En el año 1992, las

remuneraciones horarias de los sectores modernos (privado y público) y las

correspondientes al sector menos estructurado de la economía no diferían

significativamente del ingreso horario promedio del mercado laboral. Sin embargo,

luego de los ciclos de corto crecimiento ocurridos durante la convertibilidad, en el año

1998 –así como también en el año de agotamiento del régimen (2001)– las brechas de

ingreso entre sectores son superiores en comparación al año de inicio. Mientras que los

sectores modernos privado y público se distanciaron positivamente de la media general

de ingresos, el sector informal se alejó negativamente de la media de ingresos,

evidenciando así su posición cada vez más desfavorable en términos de retribución

monetaria en comparación al conjunto del mercado laboral.

- Si evaluamos con mayor detalle al interior de cada sector económico, uno de los

aspectos que es pertinente destacar es que la mejora de la brecha del sector privado

formal durante este período proviene, principalmente, de lo ocurrido entre los no

Page 30: Salvia y Vera 1992-2010

30

asalariados (y específicamente, no asalariados en el segmento primario del mercado de

trabajo). Por el contrario, si se evalúa al interior del sector informal, se evidencia que

tantos los asalariados como no asalariados habrían provocado que el sector menos

estructurado obtuviese remuneraciones cada vez más desfavorables en comparación a la

media general. Y adicionalmente, cabe señalar que tanto los empleos regulados como no

regulados al interior de la informalidad compartieron esta tendencia.

- En el período de crisis de la convertibilidad y comienzo de reactivación (2001-2003)

persisten e incluso se intensifican algunas tendencias del período anterior. Los sectores

modernos continúan mejorando en términos relativos sus retribuciones por sobre la

media general, siendo el sector público (específicamente, del segmento regulado del

mercado de trabajo) el que presenta un mayor distanciamiento positivo con el promedio

de remuneraciones del mercado de trabajo. Por su parte, el aumento de la brecha del

sector formal con el ingreso medio horario proviene fundamentalmente –a diferencia del

período anterior– de la categoría asalariada de los empleos regulados. En este marco, la

brecha correspondiente al sector informal –en el contexto de un aumento de estos

empleos– no evidenció cambios significativos entre 2001 y 2003. Las retribuciones del

sector informal continuaron estando por debajo de la media general, especialmente

cuando se trata de empleos extralegales.

- Durante el período de reactivación y crecimiento heterodoxo post-devaluación (2004-

2010), algunas tendencias anteriores tendieron a revertirse. Sin embargo, cabe volver

diferenciar para este análisis los cambios ocurridos entre 2004 y 2006 de aquellos

experimentados entre 2006 y 2010. En la primera fase de crecimiento económico post-

convertibilidad, se evidencia una persistencia e incluso intensificación de la

heterogeneidad estructural. Si bien la brecha del ingreso del sector privado formal no se

modifica entre 2004 y 2006, se incrementa positivamente la correspondiente al sector

Page 31: Salvia y Vera 1992-2010

31

público regulado y negativamente la del sector informal (fundamentalmente entre los no

asalariados). A partir de 2006 y hasta 2010, en el marco del mencionado cambio

ocurrido en las reglas macroeconómicas y en las políticas laborales, se evidencian

algunas alteraciones en estos comportamientos. Entre estos años, bajo un contexto

inflacionario, se observa cierta invariación o disminución en la brecha de ingresos en los

sectores y categorías laborales de los sectores modernos, aunque esto tiene lugar sobre

todo entre los no asalariados y los empleos extralegales (tanto del sector privado formal

y del público como del sector informal). En lo que respecta al sector informal, se

observa la permanencia o leve disminución de la brecha de ingresos con respecto a las

remuneraciones promedio, esto último sobre todo entre los empleos asalariados tanto

del segmento regulado como extralegal. Pero, a pesar de esta evolución menos

“heterogénea”, durante el último ciclo (2006-2010), lejos se está de poder afirmar la

existencia de un cambio de tendencia hacia un proceso de “creciente convergencia”

entre las diferentes productividades –expresadas en ingresos horarios– que se registran

al interior de la estructura ocupacional del mercado laboral del Gran Buenos Aires.

Comentarios finales

El conjunto de aspectos que han sido abordados en este trabajo contradice la idea de que

la dinámica político-económica, sea bajo reformas neoliberales o políticas heterodoxas,

haya favorecido un proceso de convergencia entre sectores de diferente productividad

funcional y formas de participación en el mercado laboral. Lejos de ese resultado, tanto

en las fases más activas de crecimiento y creación de empleos –con o sin estabilidad

monetaria– como en contextos de recesión –con más o menos rápida recuperación

económica–, se han sumado pruebas acerca de un proceso –más o menos agravado

según el contexto macro político-económico– de creciente o persistente heterogeneidad

Page 32: Salvia y Vera 1992-2010

32

estructural a nivel del sistema ocupacional. Esto, al menos, durante las últimas dos

décadas y para el mercado de trabajo de la región del Gran Buenos Aires.

Si bien durante la etapa de políticas heterodoxas, sobre todo durante el último ciclo

económico (2006-2010), no es tan clara la posibilidad de sostener la idea de una

intensificación de las “divergencias” en la distribución sectorial de los puestos de

trabajo, la calidad de los mismos y las brechas de remuneraciones entre sectores y

segmentos del mercado laboral, tampoco es posible exhibir un debilitamiento cualitativo

de tales desigualdades. Las brechas continúan siendo estructuralmente elevadas a nivel

agregado, a la vez que especialmente graves cuanto más informal y extralegal son los

empleos, los cuales mantienen niveles destacados de participación en el mercado

laboral.

A partir de la evidencia presentada, resulta al menos posible afirmar que el cambio

heterodoxo ocurrido en materia de política económica y laboral, introducido durante la

fase de post-convertibilidad (en comparación con las políticas neoliberales y el régimen

de flexibilización y precarización existente en la década de los noventa) no ha logrado

todavía –a pesar de importantes mejoras sociales y laborales– asegurar condiciones

sustentables de “convergencia productiva” y “equidad distributiva” entre los diferentes

sectores ocupacionales y segmentos del mercado de trabajo.

Si bien se considera que la ampliación de las regulaciones laborales tiene un alto

impacto positivo en lo correspondiente al funcionamiento más equitativo del mercado

de trabajo y la calidad de los empleos, es factible argumentar que la misma no parece

tener los resultados esperados cuando se interviene sobre estructuras productivas

heterogéneas y mercados de trabajo segmentados. Al respecto, la evidencia presentada

da cuenta de que a pesar de la mayor demanda de empleos en sectores dinámicos y la

fuerte presencia político-gremial en materia de protección, salarios y seguridad social, el

Page 33: Salvia y Vera 1992-2010

33

modelo de desarrollo económico vigente no logró durante la última década “absorber”

ni tampoco “modernizar” a amplios sectores económico-ocupacionales y segmentos

laborales de la fuerza de trabajo. Esto tiende a mantener cuando no a profundizar –a

pesar incluso de una mayor masificación de las políticas sociales– condiciones

arraigadas y persistentes de marginalidad socio-económica, tal como pronostica la tesis

teórica de la “heterogeneidad estructural”.

Por lo mismo, se sostiene que aún cuando se hayan exhibido mejoras en la creación de

empleos, en la calidad de los mismos y en la distribución de los ingresos durante el

período de políticas heterodoxas, las mismas no estarían respaldadas por una

transformación cualitativa en la estructura sectorial del empleo, en dirección a un

sistema económico-ocupacional más integrador de los distintos segmentos de la fuerza

de trabajo. En este marco, nos parece legítimo –hasta saludable– abrir dudas sobre las

bondades de largo plazo del régimen de crecimiento implementado a partir de la crisis

de 2001-2002, al mismo tiempo que nos confrontamos con la necesidad de una política

de planificación del desarrollo que implique la consolidación de sectores productivos

modernos y dinámicos, integrados a cadenas de valor regionales e intersectoriales,

todavía extrañamente ausentes de la agenda pública.

Page 34: Salvia y Vera 1992-2010

34

BIBLIOGRAFÍA

ACOSTA, SILVIA (2010), “Las PyMI argentinas en el escenario post convertibilidad”, en

Boletín Informativo Techint 332, estudio realizado en el marco del trabajo desarrollado

por la Fundación Observatorio PyME.

ANDRENACCI, LUCIANO (comp.) (2007), Problemas de política social en la Argentina

contemporánea, Universidad Nacional de General Sarmiento, Prometeo Libros.

BECCARIA, LUIS; ESQUIVEL, VALERIA Y MAURIZIO, ROXANA (2005), “Empleo, salarios y

equidad durante la recuperación reciente en la Argentina”, en Revista Desarrollo

Económico, vol. 45, nro. 178, julio-setiembre.

BECCARIA, LUIS y GALÍN, PEDRO (2002), Regulaciones laborales en Argentina. Evaluación

y Propuestas, Buenos Aires, CIEPP-OSPE.

BELTRÁN, GASTÓN (2007), La acción empresarial en el contexto de las reformas

estructurales de las décadas de los ochenta y noventa en Argentina, Tesis de doctorado,

UBA, Buenos Aires, mimeo.

BERNAT, GONZALO (2006), “Interacciones entre la macroeconomía y la microeconomía

en la Argentina de los noventa: efectos sobre el crecimiento, el desarrollo y la

distribución del ingreso”, en Desarrollo Económico, vol.46. nro. 183, octubre-

diciembre.

CENDA (2010), La anatomía del nuevo patrón de crecimiento y la encrucijada actual.

La economía argentina en el período 2002-2010, Centro de Estudios para el Desarrollo

Argentino (CENDA).

CHENA, PABLO (2011), “Heterogeneidad estructural, crecimiento económico y

distribución del ingreso. El caso de Argentina 1991-2006”, Tesis de doctorado en

cotutela para optar por el título de Doctor en Ciencias Sociales (Facultad de Ciencias

Sociales-Universidad de Buenos Aires) y Doctor en Ciencias Económicas (Facultad de

Economía y Gestión- Universidad de Picardie Jules Verne), directores: Pérez, P y

Marques Pereira, J.

DANANI, CLAUDIA y BECCARIA, ALEJANDRA (2011), “La (contra)reforma previsional

argentina 2004-2008: aspectos institucionales y político-culturales del proceso de

transformación de la protección”, en Danani, C y S. Hintze (coords.), Protecciones y

desprotecciones. La seguridad social en la Argentina 1990-2010, Los Polvorines:

Universidad Nacional de General Sarmiento, Buenos Aires, Argentina. Colección

Política, políticas y sociedad.

DOERINGER, PETER. Y PIORE, MICHAEL (1979), Mercados internos de trabajo y análisis

laboral, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Madrid, España.

KERR, CLARK. (1954), Labor Markets: Their character and consequences. The

American Economic Review vol. 40, nro. 2, Papers and Proceedings of the Sixty-

second Annual Meeting of the American Economic Asociation, pp. 278-291.

KOSACOFF, BERNARDO. (1998), Estrategias empresariales en tiempos de cambio. El

desempeño industrial frente a nuevas incertidumbres, Buenos Aires, Universidad

Nacional de Quilmes / CEPAL / Naciones Unidas.

KULFAS, MATÍAS y SCHORR, MARTÍN (2000): Concentración en la industria

manufacturera argentina durante los años noventa, Buenos Aires, FLACSO.

Page 35: Salvia y Vera 1992-2010

35

LO VUOLO, RUBÉN. (2009), Distribución y crecimiento. Una controversia persistente.

Buenos Aires, CIEPP / Miño y Dávila Editores.

NEFFA, JULIO CESAR. (2008), “Macroeconomía, instituciones y normas como

determinantes y condicionantes de las políticas de empleo”, en Lindenboim, Javier

(comp.), Trabajo ingresos y políticas en Argentina. Contribuciones para pensar el siglo

XXI, Buenos Aires, Eudeba.

NOVICK, MARTA (2006), “¿Emerge un nuevo modelo económico y social? El caso

argentino 2003-2006, en Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo, año 11, nro.

18.

PALOMINO, HECTOR. (2007), “La instalación de un nuevo régimen de empleo en

Argentina: de la precarización a la regulación”, en Revista Latinoamericana de Estudios

del Trabajo, año 12, nro. 19.

PALOMINO, HECTOR Y TRAJTEMBERG, DAVID. (2007). “Una nueva dinámica de las

relaciones laborales y la negociación colectiva en la Argentina”, en Revista Trabajo,

nro. 3, Nueva Época, pp. 47-68.

PANIGO, DEMIAN y CHENA, PABLO (2011), “Del neo-mercantilismo al tipo de cambio

múltiple para el desarrollo. Los dos modelos de la post-Convertibilidad”, en Chena,

Pablo; Panigo, Demian y Crovetto, Norberto (comps.), Ensayos en honor a Marcelo

Diamand. Las raíces del nuevo modelo de desarrollo argentino y del pensamiento

económico nacional, Buenos Aires, CEIL-PIETTE / Universidad Nacional de Moreno /

Miño y Dávila.

PERALTA RAMOS, MÓNICA. (2007): La economía política argentina: poder y clases

sociales (1930-2006), Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.

PÉREZ, PABLO (2011), “¿Nueva política económica, viejos problemas? Viabilidad

económica y distribución de ingresos en la postconvertibilidad”, en Chena, Pablo;

Panigo, Demian y Crovetto, Norberto (comps.), Ensayos en honor a Marcelo Diamand.

Las raíces del nuevo modelo de desarrollo argentino y del pensamiento económico

nacional, Buenos Aires, CEIL-PIETTE / Universidad Nacional de Moreno / Miño y

Dávila.

PINTO, ANIBAL (1976), “Naturaleza e implicaciones de la heterogeneidad estructural de

América Latina”, en El trimestre económico, vol. 37, nro. 145, México, Fondo de

Cultura Económica.

PREALC-OIT (1978), Sector Informal. Funcionamiento y Políticas, Santiago de Chile,

PREALC-OIT.

PREBISCH, RAUL. (1949), El desarrollo económico de la América Latina y algunos de

sus principales problemas (E.CN.12/89), Santiago de Chile, Naciones Unidas.

PREBISCH, RAUL. (1970), Transformación y desarrollo: la gran tarea de América

Latina, México, Fondo de Cultura Económica.

SALVIA, AGUSTÍN; FRAGUGLIA, LUCIANA y METLIKA, URSULA (2006), “¿Disipación del

desempleo o espejismos de la Argentina post devaluación?”, en Revista Lavboratorio,

Estudios sobre Cambio Estructural y Desigualdad Social, año 8, nro. 19, Facultad de

Ciencias Sociales, UBA.

SALVIA, AGUSTÍN; COMAS, GUILLERMINA; GUTIÉRREZ AGEITOS PABLO.; QUARTULLI,

DIEGO y STEFANI, FEDERICO (2008), “Cambios en la estructura social del trabajo bajo los

regímenes de convertibilidad y post-devaluación. Una mirada desde la perspectiva de la

Page 36: Salvia y Vera 1992-2010

36

heterogeneidad estructural”, en Lindenboim, Javier. (comp.), Trabajo, Ingresos y

políticas en Argentina. Contribuciones para pensar el siglo XXI, Buenos Ares, Eudeba.

SALVIA, AGUSTÍN y GUTIÉRREZ AGEITOS, PABLO (2011), “Argentina 1998-2006:

¿Recuperación económica con convergencia o reproducción de la heterogeneidad

estructural con mayores tasas de empleo?”, en Revista de Estudios Regionales y

Mercado de Trabajo, nro. 7, pp. 123-158.

SALVIA, AGUSTÍN y VERA, JULIETA (2011), “Heterogeneidad Estructural y Desigualdad

Económica: El patrón de distribución de los ingresos y los factores subyacentes bajo

distintas fases macroeconómicas”, trabajo presentado en el 10° Congreso Nacional de

Estudios del Trabajo “Pensar un mejor trabajo. Acuerdos, Controversias y

Propuestas”, organizado por la Asociación Argentina de Especialistas en Estudios del

Trabajo (ASET), 3 al 5 de Agosto de 2011, Buenos Aires.

SALVIA, AGUSTÍN (2012), La Trampa Neoliberal. Un estudio sobre los cambios en la

heterogeneidad estructural y la distribución del ingreso en la Argentina: 1992-2003,

Buenos Aires, Eudeba.

SCHORR, MARTÍN (2001): Mitos y realidades del pensamiento neoliberal: la evolución

de la industria manufacturera argentina durante la década de los noventa, Buenos

Aires, FLACSO.

SCHORR, MARTÍN y ORTIZ, RICARDO (2007), “La rearticulación del bloque de poder en la

Argentina de la postconvertibilidad”, en Papeles de trabajo. Revista electrónica del

Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de General San Martín,

año 1, nro. 2, diciembre.

SINGER, HANS (1950), “The distribution of gains between investing and borrowing

countries”, en The American Economic Review, vol. 40, nro. 2.

ZEVALLOS, EMILIO (2008), “Micro, pequeñas y medianas empresas en América Latina”,

en Revista de la CEPAL, nro. 79, pp. 53-70.

Page 37: Salvia y Vera 1992-2010

37

ANEXO A

Tabla A.1. Desglose de los sectores y categorías económico-ocupacionales de la

ocupación principal y de los ingresos provenientes de la misma

SECTOR, CATEGORÍA E INGRESOS DE LA OCUPACIÓN PRINCIPAL La EPH define como ocupación principal aquella a la que el individuo le dedica habitualmente más

horas de trabajo. Los ingresos de la ocupación principal comprenden aquellos generados como

empleados o directivos del sector público, como perceptores de programas sociales y como

asalariados o no asalariados del sector formal e informal.

SECTORES CATEGORÍA / SECTOR

OPERACIONALIZACIÓN Y

TIPO DE INGRESO DE

CADA

CATEGORÍA/SECTOR

SECTOR PRIVADO FORMAL

Actividades laborales de elevada

productividad y altamente integradas

económicamente a los procesos de

modernización. Se las define

habitualmente como aquellas que

conforman el mercado más

concentrado o estructurado. En

términos operativos, son ocupaciones

en establecimientos medianos o

grandes o actividades profesionales.

Asalariados

Salarios como obrero o empleado

que trabaja en establecimiento

privado con más de cinco ocupados.

No Asalariados

Utilidades como cuenta propia

profesional.

Ganancias como patrones

profesionales o de establecimientos

con más de cinco ocupados.

SECTOR PRIVADO INFORMAL

Actividades laborales dominadas por

la baja productividad, alta rotación de

trabajadores, inestabilidad y su no

funcionalidad al mercado formal o

más estructurado. En términos

operativos, son ocupaciones en

establecimientos pequeños,

actividades de servicio doméstico o

actividades independientes no

profesionales.

Asalariados

Salarios como obrero o empleado no

profesional que trabaja en

establecimiento privado con hasta

cinco ocupados.

No Asalariados

Utilidades como cuenta propia o

ayuda familiar sin calificación

profesional.

Ganancias como patrón de

establecimiento con hasta cinco

empleados con calificación no

profesional

Ingresos como trabajador que presta

servicios domésticos en hogares

particulares.

SECTOR PÚBLICO

Actividades laborales vinculadas al

desarrollo de la función estatal en sus

distintos niveles de gestión. Es decir,

ocupaciones en el sector público

nacional, provincial o municipal.

Asalariados

Salarios de obrero y empleado

ocupado en el sector público.

Salarios de beneficiarios de

programas sociales que realizan

contraprestación laboral para el

sector público.

Fuente: Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social, Instituto de Investigaciones Gino Germani (IIGG)-FSC-

UBA, con base en datos de la EPH-INDEC.

Page 38: Salvia y Vera 1992-2010

38

ANEXO B

Tabla B.1. Desglose de los segmentos del mercado de trabajo. Clasificación operativa de

la calidad del empleo

EM

PL

EO

ES

TA

BL

E/

RE

GU

LA

DO

SEGMENTO PRIMARIO DEL MERCADO DE TRABAJO

EPH puntual

Incluye a los asalariados con trabajo permanente e

integrados a la Seguridad Social (con descuento

jubilatorio), a los patrones o empleadores con ocupación

permanente que trabajan más de 34h o trabajan menos y

no desean trabajar más horas y a los cuenta propia con

ocupación permanente que trabajan más de 34h y no

desean trabajar más.

EPH continua

Incluye a los asalariados con trabajo permanente e

integrados a la Seguridad Social (con descuento

jubilatorio), a los patrones o empleadores que trabajan en

esa ocupación hace más de tres meses, y a los cuenta

propia con más de tres meses de antigüedad en la

ocupación que trabajaron más de 35h y no buscaron

trabajar más horas.

EM

PL

EO

IN

ES

TA

BL

E /

NO

RE

GU

LA

DO

SEGMENTO SECUNDARIO DEL MERCADO DE TRABAJO: Empleos extralegales (incluye

empleos de indigencia)

EPH puntual

Incluye a los asalariados sin jubilación o sin trabajo

permanente, a los trabajadores independientes (patrones o

cuenta propia) que no tienen un empleo permanente (es

decir, son changas, empleos inestables o trabajos

temporarios) o a aquellos trabajadores independientes con

empleo permanente pero que trabajan menos de 35h y

quieren trabajar más. Se incluyen también a los

trabajadores familiares sin salario.

Adicionalmente, incluye a todos aquellos empleos (de

cualquier categoría ocupacional, exceptuando a los

trabajadores familiares sin salario) cuyo ingreso horario

percibido no alcanza el nivel del ingreso horario necesario

para cubrir los gastos alimentarios de una familia tipo*.

EPH continua

Incluye a los asalariados sin jubilación o sin trabajo

permanente, a los trabajadores independientes (patrones o

cuenta propia) que están hace menos de tres meses en ese

empleo o a los cuenta propia que estando hace más de tres

meses trabajaron menos de 35 h o trabajaron más de 35h

y buscaron trabajar más horas. Se incluyen también a los

trabajadores familiares sin salario.

Adicionalmente, incluye a todos aquellos empleos (de

cualquier categoría ocupacional, exceptuando a los

trabajadores familiares sin salario) cuyo ingreso horario

percibido no alcanza el nivel del ingreso horario necesario

para cubrir los gastos alimentarios de una familia tipo*.

* La canasta básica se definió como los ingresos necesarios para cubrir las necesidades alimenticias y otras de subsistencia de

una familia tipo en cada uno de los años considerados en el estudio. Al respecto, cabe aclarar que hasta el año 2007 se

emplearon los datos de la Canasta Básica Alimentaria según la estimación oficial del INDEC. Sin embargo, dada la conocida

intervención al INDEC y manipulación de la información posterior a 2007, se utilizó una estimación alternativa de Canasta

Básica Alimentaria obtenida a través de información de consultoras privadas. Para la estimación del límite de ingreso horario

de indigencia se divide el ingreso mensual de la Canasta Básica Alimentaria para una familia tipo por 160 horas mensuales trabajadas.

Nota: En las bases de datos de los años 1992 y 1994 no se disponían de las variables empleadas para la evaluación de la

calidad o estabilidad del empleo. En estos casos, la evaluación de la estabilidad laboral se aproxima, para los trabajadores no

asalariados, a través de indicadores de subocupación, el deseo de trabajar más horas semanales y la búsqueda de otro empleo.

A través de ejercicios de comparación en las bases de los años 1998 y 2001 con ambos métodos de evaluación de la calidad

del empleo, se obtuvo un coeficiente para el ajuste de los datos correspondientes a 1992 y 1994.

Fuente: Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social, IIGG-FCS-UBA, con base en datos de la EPH-INDEC.