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Por: Psicólogo Sexólogo Silvestre FayaPor: Psicólogo Sexólogo Silvestre Faya

Foto: Archivo Siglo NuevoFoto: Archivo Siglo Nuevo

Es mejor que les responda...

Lo peor que puede hacer un padre de familia es quedarse Lo peor que puede hacer un padre de familia es quedarse callado ante las preguntas que sus hijos le hagan sobre la callado ante las preguntas que sus hijos le hagan sobre la sexualidad. Es fundamental que asuma su rol como educador sexualidad. Es fundamental que asuma su rol como educador y responda con la verdad, nunca con evasivas, pues lo que y responda con la verdad, nunca con evasivas, pues lo que usted le conteste hoy será determinante para su futuro.usted le conteste hoy será determinante para su futuro.

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“Papá, ¿qué es lamasturbación?”, preguntó Alberto

de 11 años a Roberto, quien enrojeció y apresuradamen-te exclamó: “Después te digo”, para enseguida abandonar lahabitación, dejando al peque-ño sorprendido ante su reac-ción. Conforme los días pasa-ron, Alberto comenzó a sos-pechar que ese ‘después’ no iba a llegar, pero no se atrevió a decir nada al respecto. Se sintió culpable por haber in-comodado a su papá con el simple hecho de repetir una palabra que escuchó mientras veía la tele.

Los niños de nuestra épo-ca tienen acceso a muchas fuentes de información y de-formación, es decir, pueden obtener datos verídicos, erra-dos o abiertamente malinten-cionados sobre la sexualidad, que en cualquiera de los casos los dejan llenos de dudas.

En los hogares en donde ambos padres son trabajado-res, los hijos pasan varias ho-ras al día sin supervisión de lo que ven en la televisión. Y si bien existen bloqueos para ciertos canales, los infantesson capaces de saltarse cual-quier medida restrictiva. A-demás la computadora tam-bién llegó para quedarse y es común que en cada casa haya una o varias, pues las tareas escolares exigen la utilización de Internet; y por supuesto, no es posible supervisar todo el tiempo a qué sitios web en-tran los chicos.

Asimismo, la influencia que realizan entre sí los com-pañeros de aula al platicar en-tre sí sus inquietudes sexua-les, les expone a un despertar precoz de su sexualidad.

Así, confiar ingenuamen-te en que los niños no van a

Si usted no responde [...], su niño encontrará

otra manera para satisfacer su curiosidad.

El hecho de que no le vuelva a preguntar

no significa que haya perdido el interés

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tener contacto con material de contenido sexual, es como creer que la luna es de queso. Hay que asumir la realidad: en cualquier momento nuestros hijos van a estar expuestos a fotografías y mensajes eróti-cos, insinuantes, insultantes o abiertamente pornográfi cos, aunque ellos no los busquen intencionalmente.

Lo natural es que ante ex-periencias de este tipo, los pe-queños acudan a sus progeni-tores. Por eso es fundamental que usted esté listo y sepa reac-cionar de manera asertiva.

LA VERGÜENZA NO LE SERVIRÁUn gran porcentaje de padres

de familia siente vergüenza, miedo o incomodidad ante la sola idea de conversar acerca del sexo con sus hijos. Pero e-sas emociones, aunque natu-rales, deben desecharse. Si us-ted no responde un cuestiona-miento directo de tipo sexual, su niño encontrará otra ma-nera para satisfacer su curio-sidad. El hecho de que no le vuelva a preguntar no signifi -ca que haya perdido el interés, sino que seguramente alguien más (Internet, un compañeri-to, otro adulto) ya le dio una respuesta y el mayor riesgo es no saber si ésta fue cierta o no. Sin mencionar que su relación y confi anza se verán deterioradas, al fomentar que se interpongan los tabúes.

Lamentablemente innu-merables chicos reciben un mensaje contradictorio, pues en algún momento les dicen que nacieron del amor que e-xiste entre sus padres, pero cuando quieren averiguar có-mo es el sexo éstos de inme-diato los intimidan con frases cortantes, sentencias (sin ex-plicación) de enfermedades ve-néreas o embarazos no desea-dos, o advertencias como: “No te toques ni dejes que te to-quen”. Hablar con los hijos de esta manera sólo propiciará que ellos se resistan a pregun-tar. Papás y mamás necesitan escuchar atenta y respetuosa-mente las consultas de sus críos, y contestarlas con ape-go a la verdad, ofreciendo al-ternativas que les ayuden en su futuro desarrollo sexual co-mo adultos.

Muchos hombres y muje-res que hoy son padres vivie-ron su infancia en un ambien-te restringido en lo que se re-fi ere a hablar de sexo, y cuan-do tuvieron dudas al respecto aprendieron a callarlas por

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temor o por timidez; enton-ces ¿de dónde van a sacar la ca-pacidad de dialogar con sus hijos de una manera honesta y abierta? Es posible. Si los a-dultos no cuentan con herra-mientas para brindar a sus descendientes una educación sexual que aliente su desarro-llo, corren el riesgo de retrans-mitir los mitos y mentiras que recibieron cuando ellos fue-ron niños, pero esto puede evi-tarse buscando asesoría, con-sejo o apoyo profesional.

DECÍDASE A EXPLICARLESi quiere estar preparado pa-ra resolver correctamente las interrogantes de su hijo, tome nota:

1. Favorezca un clima pro-picio para que el chico tenga cla-ro que usted está interesado enplaticar de cualquier asunto que a él le llame la atención y que no hay temas prohibidos.

Cuando conversen mantenga los oídos abiertos, sin censu-rarlo, escuchando con respeto y atención su manera de ver las cosas de acuerdo a su edad o experiencias vividas.

2. No espere a que le pre-gunte, mejor cree la oportuni-dad para hablar con él sobre sexo y hágalo mientras es pe-queño. La infancia es el mo-mento propicio para trasmitir principios y valores asociados a la sexualidad. El diálogo puede iniciar al mirar la tele-visión, y si una escena propi-cia aparece, plantear: “¿Qué o-pinas de lo que estamos vien-do?”. También es importante estar al pendiente de lo que ve en la escuela en lo referente a aspectos sexuales como mens-truación, embarazo, etcétera.

3. No le tenga miedo a no saber. Si su niño le formula u-na duda que le provoque con-fusión o vergüenza, no eluda el tema. Si no tiene idea de

qué responder o no encuentra cómo hacerlo, ofrézcale bus-car información y retomar la charla posteriormente. Re-cuerde que usted es su mamá o papá, no una enciclopedia ambulante. Apóyese en un es-pecialista y procure dar a su hijo una contestación confia-ble lo más pronto posible. Es preferible que él sepa que us-ted está buscando una res-puesta basada en la verdad a que simplemente lo rechace o haga como que ya no se acuer-da de su inquietud.

4. Cada familia posee un código moral. Comuníquele a su pequeño cuáles son las ba-ses que sostienen a su grupo familiar. Infundir principios le permitirá saber de antema-no cómo enfrentarse ante las presiones sociales para ex-perimentar precozmente la sexualidad.

5. Los niños pueden tener un ritmo distinto para asimi-

lar los conceptos relacionados con el erotismo. Es común que vuelvan a preguntar varias ve-ces lo mismo, quizá desde una perspectiva diferente. No pier-da la paciencia, pues ello pue-de erosionar la confianza en-tre ustedes. Dígale que en todo momento estará dispuesto a escucharlo y ayudarle en cual-quier situación. Esta actitud le dará la confi anza de expre-sarse con libertad en el futuro.

6. Finalmente, no deje de aprender sobre sexo. Este es un renglón que siempre será de utilidad para usted, su pa-reja e hijos. Existen muchas fuentes de estudio basadas en evidencia. Dos de ellas son Sexualidad humana de McCary(James Leslie McCary, edito-rial El Manual Moderno, 1996) o la página de Internet www.talkwithkids.org/spanish-in-dex.html. §www.sexologosilvestrefaya.com