SOBRE EL ORIGEN Y DIFUSION DEL NOMBRE ... -...

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Revista de Indias, 1998, vol. LVIII, num. 214 SOBRE EL ORIGEN Y DIFUSION DEL NOMBRE "AMÉRICA LATINA" (O UNA VARIACION HETERODOXA EN TORNO AL TEMA DE LA CONSTRUCCION SOCIAL DE LA VERDADr POR MONICA QUIJADA Centro de Estudios Hisr6ricos, CSIC Existe una interpretacion que afirma que la génesis y difusion del nomhre de "Améri- ca Latina" son un producto exclusivo del proyecto expansionista francés liderado por Napoleon IlI. Esta interpretacion ha sido asumida colectivamente y convertida en "autori- dad", a pesar de los problemas que presenta y de las inatendidas refutaciones que ha recibido. Este artfculo se propone cuestionar dicha interpretacion mediante una revision de las nociones existentes sobre €l tema, lo que implica examinar los problemas que pre- senta la version canonica mencionada, recuperar informacion y elaboraciones previas que la ponen en duda, y proponer una interpretacion alternativa que tenga en cuenta et con- texto de origen, los ritmos de d!fusi6n y las connotaciones simb6licas del nomhre que facilitaron su adopcion mayoritaria. " ... truth lives on a 'credit system'. Qur thoughts and beIiefs pass, so long as nothing challenges them, just as bank-notes pass so long as nobody refuses them".1 • Este articulo se integra en el proyecto PB96-0868 (DGES) "Raza, naci6n y pensa- miento cientifico en la construcci6n de las identidades americanas en el transito de siglo, 1870-1930". Su origen se encuentra en una conferencia titulada "Why Latin America? The dubious origins or an ambiguous concept", gue la aUlora imparti6 en la Universìdad de Comell (USA) el 25 de abril de 1997, cn una jomada sobre el tema "The Invention of Latin America". W. JAMES, Pragmatism (1907), cìtado en Steven SHAP1N, A Social History ofTruth. Civitity and Science in Seventeenth-Century England, Chicago and London, The Chicago University Press, 1994, p. 6. l

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  • Revista de Indias, 1998, vol. LVIII, num. 214

    SOBRE EL ORIGEN Y DIFUSION DEL NOMBRE "AMRICA LATINA" (O UNA VARIACION HETERODOXA

    EN TORNO AL TEMA DE LA CONSTRUCCION SOCIAL DE LA VERDADr

    POR

    MONICA QUIJADA Centro de Estudios Hisr6ricos, CSIC

    Existe una interpretacion que afirma que la gnesis y difusion del nomhre de "Amrica Latina" son un producto exclusivo del proyecto expansionista francs liderado por Napoleon IlI. Esta interpretacion ha sido asumida colectivamente y convertida en "autoridad", a pesar de los problemas que presenta y de las inatendidas refutaciones que ha recibido. Este artfculo se propone cuestionar dicha interpretacion mediante una revision de las nociones existentes sobre l tema, lo que implica examinar los problemas que presenta la version canonica mencionada, recuperar informacion y elaboraciones previas que la ponen en duda, y proponer una interpretacion alternativa que tenga en cuenta et contexto de origen, los ritmos de d!fusi6n y las connotaciones simb6licas del nomhre que facilitaron su adopcion mayoritaria.

    " ...truth lives on a 'credit system'. Qur thoughts and beIiefs pass, so long as nothing challenges

    them, just as bank-notes pass so long as nobody refuses them".1

    Este articulo se integra en el proyecto PB96-0868 (DGES) "Raza, naci6n y pensamiento cientifico en la construcci6n de las identidades americanas en el transito de siglo, 1870-1930". Su origen se encuentra en una conferencia titulada "Why Latin America? The dubious origins or an ambiguous concept", gue la aUlora imparti6 en la Universdad de Comell (USA) el 25 de abril de 1997, cn una jomada sobre el tema "The Invention of Latin America".

    W. JAMES, Pragmatism (1907), ctado en Steven SHAP1N, A Social History ofTruth. Civitity and Science in Seventeenth-Century England, Chicago and London, The Chicago University Press, 1994, p. 6.

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    " ... truth is Iinked in a circuIar l'cIation with systems of power which produce and sustain

    il, and lo effects of power which it induces and which extend it"2

    En un trabajo que se remonta a 1965, ei prestigoso historador norteamericano John Leddy Phelan -especalmente conocido por su monografia sobre ei mlenarsmo francscano en la Nueva Espafla3- abordo con particular xito de recepcion el problema del tan difundido nombre de "Amrica Latina".

    Desarrollando un tipo de interpretaci6n al que la intelectualidad de Ios afios sesenta era particularmente sensible, Phelan afirmo que la nomenclatura en las Amrcas habia funcionado a menudo como una proyeccion simbolica de las ambciones y designios de las potencias europeas con respecto a Ios terrtorios descubiertos por Co16n. Ejemplo de elIo seria cl trmino "Nuevo Mundo", que en los inicios de la c01onizacon habria reflejado las aspiraciones franciscanas a la construccion de un nuevo espacio sociai y espritual donde los indigenas -sencllos e inocentes- contribuirian a configurar un Crstianismo libre de los vicios del viejo mundo. De la msma manera el nombre de "Amrica Latina" habria sido concebido, tres siglos mas tarde, como un "programa de acci6n" destinado a integrar a las nuevas republicas americanas, recientemente desprendidas de la corona hispanica, en 10s planes y aspiraciones de una Francia en pIena expansion imperial4.

    2 M. FOUCAULT,POWer/Knowledge: Selected lnterviell'S and other Writings 19721977 (1980), citado en SHAPIN [l Jpp. 6-37

    3 John L. PHELAN, El reino milenario de los franciscanos ell el Nuevo MUlldo, Mxico, Instituto de Investigaciones historicas/Universidad Nacional de Mxico, 1972 (lO ed. en ingls: 1956). Del 111ismo autor, entre otros: The Hispanisation oJ the Philippines: Spallish aims and Filipino responses, 1565-1700, Madison, University of Wsconsin Press, 1959; The Kingdom oJ Quito in the Seventeenth Century: Bureaucratic Politics ill the Spanish Empire, Madison, Milwaukee y Londres, University of Wisconsin Press, 1967.

    4 10hn Leddy Pl-IELAN, "El origcn de la idea de Latinoamrica", en Ideas en torno de Latinoamrica, Mxico, Univcrsidad Naciona1 Autonoma de Mxico/Union de Universdades de Amrica Latina, 1986, pp.441 -455. La primera edici6n de esta conferencia en Idem, "Pan-Iatinism, French intervcntion in Mex ico ([ 861-1867) and the gencsis of the idea of Latin America", en Conciencia y autenticidad hist6ricas. Escritos en homenajc a Edmundo Q'Gorman, Mxico, UNAM, 1968, pp. 279-298.

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  • 597 SODREEL ORIGEN Y DIFUSIN DEL NOMBRE AMRICA LATINA"

    'ith La argumentaci6n --que aqul se expone de forma muy suscintain ta- era como sigue: la denominaci6n "Amrica Latina" habria sido ccs inventada y difundida en Francia en la dcada de 1860, con el objetoit".2

    de justificar el proyecto expansionista de Napole6n III. En concreto, habrla sido empleada por primera vez en 1861 en un articulo publicado por la Revue des Races latines, y s610 en fechas mas tardias lo dar habrian comenzado a utilizar los propios hispanoamericanos. Segun por esta interpretacion, la invencion del trmino no puede entenderse spa

    tan mas que en el contexto del movimiento Panlatinista -del que la publicaci6n mencionada era acrrima defensora- y como parte de un programa politico destinado a promover los intereses de Francia idad en Amrica5que

    Siguiendo esta interpretaci6n, "Amrica Latina" entrarla en laorno lista de denominaciones destinadas a reflejar simbolicamente los podesignios de las potencias europeas con respecto a los paises de la Coregion. En este caso, la nocion de "latino" aplicada a una porcion del 10s nuevo continente fue identificada con Francia. Y no con este pais en tanto productor y difusor de formas culturales especificas, sino en su

    urar caracter de Gran Potencia. Para usar una categoria muy en boga hace treinta afios, el adjetivo "latino" asociado a Amrica fue vinculado al isrna Imperialismo francs. , tres

    Tan grande fue el xito de esta interpretaci6n, que hoy no se poegrar ne en duda que sea sta la unica y "verdadera" gnesis del nombre as de "Amrica Latina". Dicho en otras palabras, esta versi6n se ha conia en vertido en "autoridad", Es decir, en una afirmacion (juicio, concepto, explicaci6n o interpretaci6n) que es aceptada colectivamente, de forma acritica, a partir del "crdito y fe" que se han depositado en el autor o responsable del mism06,

    Lo cierto es que a pesar de esa consagracon generalizada, la idea !i 1972de que el nombre de "Amrica Latina" es un producto exc1usivo del

    I, Mxi expansionismo francs no viene avalada por una argumentaci6n sin [0 ed. en

    fisuras. Por el contrario, dicha argumentac6n presenta varios proSpanish s, 1959; blemas de diferente envergadura, cuya resoluci6n constituye en toSpanish dos los casos un interesante desafio para la investigacion. Mas aun,

    tomo de ivcrsida 5 Idem. n Idem, 6 Segun el Diccionario de la Real Academia Espafiola de la Lengua, "autoridad" es el : idea of "crdito y fe que, por su mrito y fama, se da a una persona o cosa en determinada materia" :dmundo (acepci6n 6), y cl "texto, expresi6n o conjunto de expresiones de un libro O escrjto, que se

    citan o alegan en apoyo de lo que se dice" (acepci6n 8).

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  • MONICA QUlJADA 598

    algunas de 1as afirmaciones basicas que la sostienen han sido cuestionadas en unas poeas pero incisivas publieaciones que, sorprendentemente, nunca fueron tomadas en cuenta. Y esta desestimacin ha sido tan acritica, como acritica fue la aceptacin coleetiva de la versin del profesor norteamericano.

    Como ha dicho Steven Shapin, solemos aceptar como "verdad cientifica" lo que, en realidad, es el resultado de un juicio colectivo que "estabiliza" una afirmacin y la convierte en "verdad", a partir del crdito que se otorga al emisor7. Esta "construccin social de la verdad" se bas en cl siglo XVII en un sistema de "confianza social" c, indudablemente, en un esquema de poder. En el siglo XX tendriamos que agregar, quiza, 10s resortes (redes acadmicas, medios de comunicaci6n, etc.) que hacen a algunos grupos mas visibles que a otros y que contribuyen al xito, o no, de una teoria dada, a partir de factores que son ajenos a la "veracidad" intrinseca de la misma.

    En todo caso, en las paginas que siguen me propongo someter a revisin las nociones existentes sobre el surgimiento y difusi6n del trmino "Amrica Latina", lo que implica l) l1amar la atenci6n hacia los problcmas que presenta la versin cannica antes sefialada; 2) recuperar informaci6n y elaboraciones que la poncn en duda y abren otras vias para la comprensin de ese proceso hist6rico; y 3) proponel' una interpretaci6n alternativa que tome en cuenta los distintos hilos argumentales que surjan de esa contrastacin.

    DUDAS Y PROBLEMAS

    La intcrpretaci6n que vincula estrechamente la gnesis del nombre "Amrica Latina" al expansionismo decimon6nico francs esHi. lejos de ser una creaci6n ex-nihilo. Muy por el contrario, la afirmaci6n inicial o punto de partida de la misma ha sido pIenamente confirmada por investigaciones posteriores, y esto quiza ha contribuido a conferir "verosimilitud" al conjunto del edificio a pesar de las debilidades que a continuaci6n examinaremos. En efecto, como bien ha sefialado el profesor Phelan, fue precisamente un francs quien habl6 por vez primera de una porci6n de Amrica que era "latina" en cuanto a cultura, y la contrast con una Amrica diferente, portadora

    7 SHAPIN [I J, pp. 5-6.

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    SOBRE EL ORIGEN YDlFUSIN DEL NOMBRE "AMRICA LATINA" 599

    de otTa herencia cultural que l denomino "sajona" o "anglosajona". Por afiadidura este francs, de nombre Michel Chevalier -intelectual, politico, economista y viajero- hizo esta afirmacion en cl contexto de un conjunto de intereses que con toda justicia pueden ser descritos como "tendencias expansivas" por parte de Francia.

    El soporte de esa afirmaci6n fue un libro que M. Chevalier publico en 1836, tras recorrer 10s Estados Unidos, Mxico y Cuba. Dicha obra, que contenia impresiones y comentarios inspirados al autor en el transcurso de su extenso viaje, presentaba la historia del mundo en trminos de rivalidad entre civilizaciones, idea que hasta el dia de hoy parece mantener su atractivo en ciertos ambitos intelectuales8. En concreto, Chevalier se referia a la competencia entre dos "razas" o culturas antag6nicas y hostiles, surgidas ambas del origen dual de nuestra civilizacion occidental: la "raza" latina o romana, y la "raza" germana (en la que Chevalier incluia a 10s llamados "anglosajones").

    Esta distincion entre dos ramas supuestamente rivales de la civilizaeion occidental no era una idea originaI de Chevalier9. Sin embargo, su elaboraci6n personal del tema incluia algo que hasta entonces no sol1a tomarse en consideraci6n: la idea de que ambas ramas -la latina y la germana- se habian "reproducido" en Amrica. Como la Europa meridional, Sud Amrica era "latina" y "cat6lica"; la Amrica del Norte, por el contrario, era "protestante" y "anglosajona". Francia era, segun Chevalier, la "primera" entre las naciones latinas. Nada mas logico que fuera este pais el destinado a condueir a sus "naciones hermanas" en la lucha por la supremacia que estaban librando con la "raza sajona". En total coherencia con estas ideas tempranas, dos dcadas despus de la aparici6n de su libro Chevalier se convirtiria en uno de 10s mas fervorosos partidarios de la invasi6n a Mxico por parte de las tropas de Napoleon III.

    A la inversa -y no casualmente- las propuestas iniciales de Chevalier coincidian pIenamente con la justificaci6n ideologica del

    8 El libro de Samuel P. HUNTINGTON, El choque de las civilizaciones y la reconfiguraci6n del orden nzundial (l a edici6n en cspanol: Barcelona, Paid6s. 1997) no deja de ser una versi6n posmodema de cste tipo de visiones.

    9 Sobre este tema vase Lily LITVAK, Latinos y anglosajones: orfgenes de una polmica, Barcelona, Puvill Editor, 1980; Reginald HORSMAN, Race and Manifest Destiny. The Origins oJ American Racial Anglo-saxonism, Cambridge (Mass.), Harvard University Press, 1981.

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  • 600 MONICA QUIJADA

    prograrna expansivo del Emperador, que apelaba al proyecto de unidad de 10s "pueblos latinos" a partir de tres rasgos supuestamente compartidos: el origen racial, Ias creencias cat6Iicas y unos rnismos rivales: ]os germanos y anglosajones del norte y los eslavos del este. La incorporaci6n a este programa de los paises "latinos" de Arnrica permitida a la naci6n Hder, Francia, asegurarse recursos imprescindibles para su desarrollo industriaI y tecnol6gico, por un lado, y frenar la expansi6n de los competidores anglosajones, por el otrolO. De ahi la irnportancia de la idea inicial de Chevalier de gue al otro lado del Atlantico existian poblaciones que podian reclamar su pertenencia a ese concepto amplio de "raza latina".

    Ahora bien, en esta referencia a una Amrica gue seria supustamente "latina" hay una cuesti6n sutil pero significativa, sobre la gue es conveniente detenerse. Chevalier nunca habl6 de "Amrica Latina" como un nombre colectivo. Se limit6 a utilizar el adjetivo "latino" para calificar a los habitantes de una porci6n determinada de dieho continente. En otras palabras, este personaje habl6 de una Amrica gue era "latina", como hablaba de una Amrica "protestante" o de una Amrica "cat6Iica". De ]a misma manera, la gente de su poca se refeda a una Europa "latina", o "anglosajona". El profesor PheIan conocia bien esta distinci6n, y por elIo sostuvo gue el nombre co]ectivo "Amrica Latina" habia surgido con posterioridad a la publicaci6n antes mencionada de Chevalier. En concreto, dat6 ese surgimiento en un articulo publicado por la Revue des Races latines en 1861, precisamente el ano en gue la invasi6n de Mxico se encontraba en su ultima fase de preparaci6n. Los invasores harian uso del trrnino "Amrica Latina" como una forma de integrar la ocupaci6n de Mxico en el proyecto Pan]atino gue aspiraba a presentar un frente unido y reforzado a las "razas" rivales -anglosajona y eslava- mediante la uni6n de todas las naciones "latinas". S610 con posterioridad a esta fecha la nueva denorninaci6n seria utilizada por los propios hispanoamericanos.

    Como se ha dicho antes, esta interpretaci6n tuvo una difusi6n y un xito notables y fue asurnida globalmente como "la verdad" en cuanto al origen del nombre "Amrica Latina". Y esto se produjo a pesar de gue dicha versi6n presentaba algunos probIemas gue fueron pasados por alto. En primer lugar no tenia en cuenta ciertos datos,

    lO Cfr. nota 4 supra.

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    Il Arlu video), 27 de

    12 ArlUl de Estudiosl (273 pags.).

    13 MigU! cialista y libe (Toulouse) ]C

  • 601 S013RE EL ORIGEN Y DlFUSION DEL NOM13RE "AMRICA LATINA"

    ~ de uni lo que podrla atribuirse a un simple desconocimiento de los mismos: ~tamente aparentemente el autor y su publico receptor ignoraban que muchos mismos hispanoamericanos venian aplicando el concepto de "latino" a las del este, poblaciones de esa porci6n de Amrica desde ]os comienzos de la ~mr~ca dcada de 1850. ~prescm Sorprendentemente, el mismo ano en que Phelan expuso su ver~o, y fre si6n (1965) apareci6 en Montevideo un breve trabajo titulado La ~OIO. De idea de Latinoamrica. Su autor, el profesor Arturo Arda011 , mostro lado traba en l que los hispanoamericanos habian empleado el trmino ertenen- "Amrica Latina" en fechas anteriores a las sefialadas por Phelan.

    Este trabajo temprano fue s6lo el inicio de una investigaci6n de larsupusta go aliento que culmin6 quince afios mas tarde con la edici6n en Cae la que racas de un libro tituIado Gnesis de la idea y el nombre de Amrica

    ica Lati Latina12 Pocos afios despus otro investigador, Miguel Rojas Mix, vo "lati publicaba en Toulouse un nuevo articulo en la misma linea gue los 'nada de trabajos de Ardao l3 . Ambos prueban fehacientemente que alios an

    de una tes de 1861 --en concreto, a lo largo de la dcada de 1850- el con"protes cepto de "Amrica latina" ya estaba siendo utilizado por destacados gente de personajes hispanoamericanos, como el dominicano Francisco Mul profe- iioz del Monte, los chilenos Santiago Arcos y Francisco Bilbao y,

    o que eI sobre todo, el colombiano Jos Maria Torres Caicedo. Por qu estas rioridad investigaciones permanecen hasta el dia de hoy practicamente desto, dat6 conocidas y no consiguieron modificar la aceptaci6n coIectiva de la s Races versi6n can6nica que venimos comentando, es un tema de especulaMxico ci6n en el cuaI no entraremos agui, augue forma parte indudables hadan mente de Ios procesos de "construcci6n social de la verdad" a que

    tegrar la antes nos hemos referido. a a pre Pero no es ste el unico problema gue ofrece la interpretaci6n de glosajo- Phelan. Existe una segunda cucsti6n, que podriamos llamar ideol6

    'latinas". gica. En efecto, la perspectiva "imperialista" que propone hace muy '6n seria diflciI explicar, no ya el origen, sino la adopci6n del trmino por los

    ifusi6n y rdad" en I I Arturo ARDAO, "La idea de Latinoamrica", Semanario Marcha No. 1282 (Monte

    video), 27 de noviembre de 1965. rodujo a )2 Arturo ARDAO, Gnesis de la idea y el nombre de Amrica Latina, Caracas, Centro

    e fueron de Estudios 1atinoamericanos "R6mulo Gallegos"/Conscjo Naciona1 de la Cultura, 1980 s datos, (273 pags.).

    I} Miguel ROJAS MIX, "Bilbao y el hallazgo de Amrica Ialina: Uni6n continental, socialista y libertaria...", Cahiers du Monde Hispanique et Luso-Brasilien-Caravelle, No. 46 (Toulouse) 1986, pp. 35-47.

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  • 602 MONICA QUJJADA

    hispanoamericanos. Es decir, su rapido y notable xito entre los propios "designados" por l. De hecho, esta perspectiva no tiene en cuenta una cuesti6n tan significativa corno el rechazo y la acerba critica con que las lites politicas e intelectuales de Hispanoamrica recibieron la invasion de Mxico por las tropas de Napoleon III. En otras palabras, la admiracion que estas lites sentian por la cultura francesa no es suficiente para explicar, en primer lugar, que en los mismos aiios de la ocupacion sus propios explicitos y fervorosos criticos -que no ocultaban los sentimientos de rechazo y humillacion que les producian la accion francesa en Mxico y los designios imperiales de Napoleon III- estuvieran utilizando el concepto de "Amrica Latina" y proponindolo como una categoria colectiva legitima y conveniente. En segundo lugar, esta interpretaci6n tampoco explica el extraordinario xito que alcanzo la nueva denominacion entre el publico receptor de Hispanoamrica.

    Pero hay una tercera cuestion, tan significativa como las anteriores, que la tesis "imperialista" deja sin descifrar: por qu la noci6n de "latino", que excluye a toda la poblaci6n de origen no europeo --en especial los indigenas- fue utilizada, y mas aun, propuesta como una denominacion colectiva, por intelectuales corno el chileno Francisco Bilbao, que se caracterizo por ser un decidido campeon de la integracion radal y defensor de los derechos de las "razas" menos favorecidas. Otra personaje que utilizo tempranamente esa denominacion fue el cubano Jos Marti, tambin conocido por su defensa de la integracion tnica.

    En otras palabras, la perspectiva asociada a los designios imperiales coloca a quienes estuvieron estrechamente comprometidos con la gnesis y difusion del nombre "Amrica Latina" en una posici6n de receptores pasivos y acriticos. La intencion de este trabajo es, precisamente, devolver el papel protagonico a 10s principales actores de ese proceso, a partir de dos prapuestas iniciales: l) "Amrica Latina" no es una denominaci6n impuesta a los latinoamericanos en funcion de unos intereses que les eran ajenos, sino un nombre acunado y adoptado conscientemente por ellos mismos y a partir de sus propias reivindicaciones. Dieho de otra manera: al promediar el siglo XIX era comun utilizar el adjetivo "latino" para calificar tanto a una porcion de Europa como de Amrica. Pero la "Europa latina" nunca se eonvirti6 en un nombre. Lo contrario ocurri6 con "Amrica Latina", y este concepto, en tanto denominacion colectiva, no fue

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    S013RE EL ORIGEN Y DlfUSION DEL NOMBRE "AMRICA LATINA"

    una invencion francesa o europea sino hispanoamericana, como bien han demostrado las investigaciones de Arturo Ardao y Miguel Rojas Mix14. 2) Precisamente por elIo, para comprender el surgimiento y difusion del nombre "Amrica Latina" es necesario tener en cuenta sobre todo el contexto hispanoamericano de la poca, mas que el francs o el europeo. No estoy negando con esto que el entomo de Napoleon III empleara dicho nombre durante y despus de la invasi6n de Mxico como forma de legitimaci6n de la misma. Pero la gnesis, difusion y adopci6n colectiva del trmino corresponden a un horizonte mas amplio que la mera utilizacion del mismo en el contexto del programa expansivo del Emperador. Lo que importa aqui no es tanto la relaci6n de los franceses con el trmino que nos ocupa, como la de los propios latinoamericanos.

    Para ahondar en estas cuestiones, creo necesario detenerse en el contexto ideol6gico en el que tomo forma y se difundi6 exitosamente el concepto de "Amrica Latina". Esto implica examinar con cierto detenimiento tres cuestiones: l) las circunstancias politicas e ideologicas que preocupaban a 10s latinoamericanos cuando se produjo cl surgimiento y adopcion del trmino; 2) las ideas y paradigmas globales en que se inscribe cste proceso, y que operaban entonces no s610 en Amrica, sino en cl conjunto del mundo occidental del cual dicho continente forma parte; 3) finalmente, es importante procurar la identificacion de aquellas connotaciones simb6licas del concepto "latino" que puedan haber facilitado su adopcion mayoritaria por los propios hispanoamericanos, como una via para explicar las razones de esa amplisima difusi6n.

    ORIGENES, CONTEXTOS Y DIFUSION

    Los hispanoamericanos comenzaron a utilizar el adjetivo "latino" asociado al nombre "Amrica" en Ios inicios de la dcada de 1850, y generalmente en el marco de viajes a Francia realizados por algunos de ellos. El caso mas antiguo que se ha encontrado se remonta a 1851. Durante la primera mitad de esa dcada gente como el domi

    14 Para desarrollar csla parte del argumenlo, me apoyar parlicularmenle en la exhausliva y excelenle invesligaci6n de Arturo ARDAO antes citada: Gnesis de la idea y el nombre de Amrica Latina (nota 12 supra).

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    604 MONICA QUIJADA

    nicano Francisco Mufioz del Monte y eI chileno Santiago Arcos hicieron esa asociacion para describir los movimientos expansionistas de Ios Estados Unidos en el continente americano como una agresion de la "raza anglosajona" hacia la "raza latina".

    Esta utilizacion no era en si misma especialmente significativa, y solo implicaba que los hispanoamericanos conodan y asumian las tendencias ideoIogicas mas en boga en la Europa de la poca. De hecho, al promediar el siglo XIX era tan normal hablar de las "razas" en generaI, de la division del gnero humano en "razas superiol'es" e "inferiores" e incluso de las rivalidades entre la "raza latina" y la "germana" o "anglosajona", como lo es hoy referirse a "culturas", a "naciones", o a las rivalidades entre Estados. Sin embargo, cuando los hispanoamericanos tomaron el adjetivo "latino" y lo aplicaron a sus propias poblaciones, se estaban refiriendo a un contexto que no coincidia pIenamente con el que inspiraba a franceses, espafioles e italianos. Para los europeos del sur, la supuesta existencia de una "lucha de razas" en la que Ias naciones latinas estaban siendo adelantadas por sus competidoras se asociaba en primer Iugar a los avances tcnicos, economicos y sobre todo geopoliticos de Gran Bretafia, a Ios que se afiadian, en un plano inferior, Ios progresos de su "hija" americana, los Estados Unidos. En segundo lugar, a los europeos del sur y en particular a Ios francescs les preocupaba el "despertar" de las naciones esIavas, fundamentalmente la Rusia de Ios zares.

    El contexto que motivaba Ios temores de los hispanoamericanos y en cuyo marco inscribian su propia percepcion de la "lucha de razas" era mucho mas restringido, geograficamente hablando: se referia fundamentalmente a la politica de los Estados Unidos con respecto a los paises que estaban al sur de sus fronteras. En los afios cincuenta esa politica tenia una faz muy concreta: los esfuerzos tempranos realizados por el gobiemo de Washington para posibilitar la apertura, en la region centroamericana, de un canal que uniese los dos ocanos. De ahi que la filiacion "latina" fuese reivindicada por varios politicos e intelectuales hispanoarnericanos en eI contexto de la colera e indignacion que produjo en el continente la invasion de Nicaragua por parte del ciudadano norteamericano WiIliarn Walker, considerado por todos un aventurero y un pirata. Walker intervino en Centroamrica entre 1855 y 1860, con el objeto de incorporar a 10s cinco paises del Istmo como otras tantas estrellas a los Estados

    R. 1.,1998, n.o 214

    so

    esclavistas SUl politica nican los sentimiea entre Ias lite~

    naje -al fin cho de que Si del Presidente nociooficialn un representar

    Por afiadic shington con J ba sobre Ias h rra subsiguien torios. La ex tentrional de nos del sur; amrica, si e de Hornos.

    Este conjl panoamericar del gran Libe inspiraba la r por muchos, de Ios Estado zo comun. A sentaban un unidad en lo: indito en lo otras palabra pendencia h tales como" mo se ha di muyextendi

    l'Es intere Michel Chevali afirmaba en su si6n: "Las espan las poscsiones de primero y la tom:

  • SOBRE EL ORIOEN Y D1FUS10N DEL NOMBRE "AMRICA LATINA" 60S

    os hi esc1avistas surenos de la Uni6n, y en poco tiempo tomo control de la onistas polltica nicaragiiense y oeup6 la primera magistratura del pais. Pero

    agre- los sentimientos de humi1laci6n que la aeei6n de Walker provoc6 eotre las lites hispanoamericanas no se debieron tanto a este personaje -al fin de cuentas, casi un delincucntc comun- como al hetiva, y cho de que sus actividades recibieran el apoyo publico y explieitoian las del Presidente de 10s Estados Unidos, Franklin Pieree, quien le recoca. De

    as "ra noci6 oficialmente como gobemante maximo de Nicaragua y envi6 un representante diplomatico a Managua. uperio

    Por anadidura, el temor que despertaban las intenciones de Watina" y Ituras", shington con respecto a Centroamriea y al Istmo de Panama. opera

    ba sobre las heridas aun abiertas de la oeupaci6n de Texas y la guecuando Ha subsiguiente, que le vali6 a Mxico la prdida de extensos telTicaron a torios. La expansi6n de los norteamerieanos sobre el pais ma.s sepque no

    noles e tcntrional de la Amrica espanola habia eonstemado a los americade una nos del sur; y muchos se preguntaban, al verles actuar en Centro

    amrica, si esa politica expansionista no continuarla hasta el Cabo do adede Homos. r a 10s

    e Gran Este conjunto de sentimientos negativos llev6 a que muchos hisesos de panoamericanos volvieran 10s ojos hacia el viejo sueno unionista

    del gran Libertador, Sim6n Bollvar. Sin duda, la raz6n principal que r, a 10s paba el inspiraba la reaparici6n de aquellos ideales era la necesidad, sentida

    por muchos, de oponer al poderio creciente y a la poHtica agresiva lisia de de 10s Estados Unidos una Hispanoamrica fortaleeida por cl esfuerzo comun. Ahora bien, estas propuestas de mediados del siglo prericanos sentaban un matiz que habia estado ausente de los llamamientos a la ucha de unidad en 10s tiempos de Bolivar. Lo que apareela como nuevo e ndo: se indito en los cincuenta era, precisamente, la categorIa "raza". En dos con otras palabras, ni el Libertador ni ningun otro prohombre de la Inde105 afios pendencia hubieran basado sus propucstas unitarias en argumentos 05 temtales como "el peligro de absorci6n de una raza por otra". Pero, coilitar la mo se ha dicho antes, la utilizaci6n de categorias raciales estaba iese 10s muy extendida al promediar cl siglo ls .ada por

    texto de asi6n de IS Es interesante senalar que ya en 1837 (es decir, un ano despus de la publicaci6n de Walker, Michel Chevalier a que nos hemos referido en el apartado anterior), Alexis de Tocqueville

    afirrnaba en su obra Democracia en Amrica, que iba a alcanzar una extraordinaria difu, tervino si6n: "Los espanoles y los angloamericanos son, en realidad, las dos razas que se reparten

    rporar a las posesiones del Nuevo Mundo". A continuaci6n, Tocqueville vaticinaba el poblamiento Estados primcro y la torna de posesi6n despus, de extensos territorios mexicanos por parte de los

    R.I., 1998, n.o214

  • MONICA QUIJADA606

    Desde mi punto de vista, lo que influy6 de manera decisiva en la emergencia y difusi6n exitosa del nombre "Amrica Latina" fue, precisamente, la conf1uencia de lo que podriamos llamar la "raciaIizaci6n" de las categorias, por un lado, y la reaparici6n de las tendencias que abogaban por la unidad de 10s paises de la Amrica espanola como respuesta a las agresiones territoriales norteamericanas, por el otro. La primera de esas circunstancias -la racializaci6n de las categorias- formaba parte de una tendencia generaI en Occidente. La segunda -la revitalizaci6n defensiva de una aspiraci6n unionista preexistente, prestigiada por la imagen del que ya era venerado como el gran Libertador del Nuevo Mundo--- era est:rictamente americana. Esta conf1uencia es fundamental para comprender por qu, mientras que la idea de una Europa "latina" no implic6 que se acunase una denominaci6n colectiva, en ei caso americano, por el contrario, condujo a la invenci6n del nombre genrico "Amrica Latina".

    Esta afirmaci6n se entendera mejor si nos detenemos brevemente en el proceso seguido por algunos notables ensayistas hispanoamericanos, comenzando por el colombiano Jos Maria Torres Caicedo quien fue con toda probabilidad -es decir, en la medida en que no se encuentren nuevos testimonios- el padre del invento. Torres Caicedo era un conocido abogado, periodista y ensayista, y ejerci6 una inf1uencia considerable en 10s drculos sudamericanos de su tiempo. Fue, ademas, una de las personas mas activas en [avor de la unidad polItica de 10s paises de la Amrca espanola.

    En el ano de 1850, Torres Cacedo escdbi6 acerca de la necesidad de estrechar 10s lazos entre la republicas sudamericanas para resistir los avances de los Estados Unidos en el area centroamericana. Lo que nos importa sefialar con respeeto a estc eserito temprano, es que no se mcnciona en l la palabra "raza". Seis afios mas tarde, en 1856, este mismo personaje hizo un llamamiento a que se construyese una Confederacion de las Naciones de la Amrica Espanola, en el que hablaba del peligro que aeechaba a la "raza espafiola" en Amrica de ser absorbida por la "raza sajona"16. Como puede obser

    nOltcamericanos de una mancra que diez afios mas tarde se cumpliria casi litcralmente. Aunquc Tocqueville, a diferencia de Chevalier, no intento hacer de esta afinnacion una teoria, el parrafo ctado es una manfestacion temprana aplicada a Amrica de la vsion "racializada" de las rivalidades intemaconales.

    16 ARDAO [12], p. 173.

    R.I., 1998, n.o 21 4

    varse, al e integrarse mo "racia tipo de di contribuial Pero nadi "Amrica

    Un po hizo un s mente dist ttulado" en tonos Norte par sus comp naza. En l

    Es mn nombre c chileno FI' dose a la "raza lati

    17 Ejem tada en 1857: y csto se reali: emigracion se, ca CentraI cm nas". Ctado e noamrica, M

    18 El texl 19 Para e

    interesante m menciona cl e tambin basac por escrilore.f

    20 ROJAS del lrmino '., scgundo, afin antiimperialis

  • 607

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    'a era vene;trictamente jer por qu, le se aeufia~l contrario,ha". ~revemente panoamenes Caicedo en que no to. Torres , y ejerei6 nos de su favor de la

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    panola" en ede obser

    i literalmente. finnaci6n una a de la vis6n

    SOBRE EL ORIGEN YDlI'USION DEL NOMI3RE "AMRICA LATINA"

    varse, al emplear esta terminologia Torres Caieedo no hada mas que integrarse cn una tendencia mas amplia que hemos denominado como "racializaci6n de las categorlas", a la que perteneda tambin un tipo de discurso muy popular en Amrica del Norte que, por cierto, contribula no poco a alimentar los temores de los vecinos del sur l7 . Pero nadic habia mencionado todavla un ambito geografico llamado "Amrica Latina".

    Un poco mas avanzado ese mismo ano de 1856, Torres Caicedo hizo un segundo llamamiento a la unidad en un formato completamente distinto al anterior. Se trataba en este caso de un extenso poema titulado "Las dos Amricas", en el que el escritor colombiano hablaba en tonos fervorosos de 105 peligros que entranaba la Amrica del Norte para 105 palses que se hallaban al sur de sus fronteras, y urgia a sus compatriotas hispanoamericanos a unirse para enfrentar esa amenaza. En la novena parte del poema aparedan las siguientes lJ:neas:

    La raza de la Amrica latina al frente tiene la sajona raza l8 .

    Es muy probable que estos versos marquen el nacimiento del nombre colectivo "Amrica Latina"19. En ese mismo ano de 1856 el chileno Francisco Bilbao utiliz6 un adjetivo de nuevo cuno, refirindose a la existencia de una "raza latinoamericana2o". Es decir, no ya "raza latina", sino "latinoamericana". En 1858 Torres Caicedo vol

    17 Ejemplo de elio es la siguientc frase del Presidente norteamcricano Buchanan, datada cn 1857: "Esta eli el destino dc nuestra raza cxtenderse por lOda la Amrica del Norte, y csto se realizara dentro dc poco ticmpo si los acontccimientos siguen su cursa natural. La emigraci6n seguira hacia cl sur, y nadie podni detcnerla. Dentro de poco tiempo, la Amrica CentraI contendra una poblaci6n angloamericana, que trabajara para bien de los indigenas", Citado CII Hctor H. ORJUELA, Imagen de los Estados Unidos enla poesIa de Hispanoamrica, Mxico, Universidad Nacionat Autonoma de Mxico, 1980, p. 95.

    18 El texto completo del poema puedc cncontrarse en ARDAO f12J, pp. 175-185. 19 Para este tipo de "guerra de imagenes" en la Iiteratura de ambas Amricas vase la

    inlercsante monografia de Hctor H. ORJUELA [17J. Sorprendentemcnte, este autor no menciona el extenso poema de Torres Caicedo al que hemos hecho rcferencia. Otro analisis lambin basado en las relaciones litcrarias es el de Jos de ONis, Los Estados Unidos vistos por escritores hispanoamericanos, Madrid, Ediciones Cullura Hispanica, 1956.

    20 ROJAS MIX [13], p. 36; ARDAO [12], p. 82. Este autor duda sobre si la patcmidad del trmino "Amrica Latina" debe atribuirsc a Torres Caicedo o a Bilbao. Eo el caso del scgundo, afirma, "cl concepto se acuila en cl marco de un pensamienlo anticoloniaJista, antiimperialista y de un proyecto de sociedad socialista" (p. 38).

    R.I., 1998,n."214

  • I

    MNICA QUlJADA608

    vi6 a ocuparse del tema, escribiendo acerca de la Republicas "Latinoamericanas", y a partir de entonces utilizaria estos apelativos con asiduidad creciente. En 1861 public6 un panfleto titulado Bases para la formaci6n de una Liga Latino Americana, y en 1865 un libro que llevaba por nombre: Uni6n Latino Americana.

    Al finali zar Ios afios cincuenta y comenzar la siguiente dcada, la nueva terminologia estaba siendo empleada por numerosos hispanoamericanos. Es interesante destacar que su popularidad creci6 tan rapido que comenz6 a ser aplicada a ciertos campos del conoeimiento. Ejemplo de elIo es gue se empez6 a habIar de una Literatura Latinoamericana y de eseritores latinoamerieanos. En 1862, el jurista argentino Carlos Calvo se refiri6 a "Los Estados de Amrica Latina" en una importante recopilaci6n de escritos juridicos denominada Colecci6n completa de Ios tratados, convenciones, capituIaciones, armisticios y otros actos diplomaticos de todos los Estados de Amrica Latina, comprendidos entre el golfo de Mjico y ei Cabo de Hornos, desde el ano de 1493 hasta nuestros dias21 En esa misma dcada de 1860 cl nombre "Amrica Latina" se difundi6 en el continente hasta el punto de ser utilizado en doeumentos oficiales de los gobiernos. Esto oeunia -insistimos- en los mismos afios en que las tropas franeesas habian ocupado Mxico e instaurado un tipo de gobierno que repugnaba a la mayoria de las lites del continente, para quienes Ias formas republieanas tenian la fuerza de un mito de origen22

    En resumen, fue en la deada de 1850 gue surgi6 el nombre de "Amrica Latina", y su invenci6n corno tal conespondi6 estrictamente a los hispanoamerieanos, en el marco de los temores gue despertaba la politica expansiva de los Estados Unidos. Su rapida difusi6n en la siguiente dcada entr6 en competencia con nombres mas antiguos, como los de Amrica Espafiola, Amrica del Sur o Gran Colombia. Algunos afios mas tarde, dos sucesos en el ambito de la

    21 Editado por la Librerla de A. Durand, Paris. 22 Es intcrcsante scnalar quc cn cl ano 1853, cl dominicano Francisco Munoz del

    Monte cscribi6 sobre la "lalinidad" y sobre el peligro de absorci6n dc la Amrica de raza Ialina por cl avance tcrritorial dc la raza anglosajona, pero afirmando que era y debia ser Espai'ia la potencia europea tutelar de dicha latinidad. El arliculo dc Mufioz del Monte aparecion cn la Revista Espaiiola de Ambos Mundos, dc Madrid. Sefialemos tambin que cste personaje es cl primer publicista de Hispanoamrica que "desarrolla con amplitud doctrinaria la idca dc la latinidad dc sta". Cfr. ARDAO (12), p. 69.

    R. I., 1998, n.o 214

    geopolitica rica Latina'; ciones rival

    En prim Gillespie BII ricanista, e y las poten con las res asocada a Manifest D por la crea parte como en Buenos vista Latino Latinoamer considerabl Latina".

    Mas im el ano mitic en cl conte al concepto comprender tres cuesti cionada gue dos "razas' aunque Ios independenc dos Unidos, ofensivo err propio gobi una mayori.: de "Iatinos'

    23 Cfr. Mc cano", Hispan

    24 Los sei provoc6 en 10s blaciones de lal Madrid hacia terceros paises.

  • 609 SOBRE EL ORIGEN Y DIFUSION DEL NOMI3RE "AMRICA LATINA"

    as "Lati geopoHtica continental contribuirian a colocar al nombre de "Amtivos con rica Latina" en una posicion de ventaja con respecto a las denominaases pa ciones rivales. un libro En primer lugar, en el ano de 1881 el Secretario de Estado James

    Gillespie Blaine propuso la celebraci6n de una conferencia panamee dcada, ricanista, en el contexto de las rivalidades entre los Estados Unidos os hispa y las potencias europeas con respecto a las relaciones mantenidas reei6 tan con las restantes republicas americanas. La propuesta de Blaine, I eonoei- asociada a la revitalizacion de la doctrina Monroe en el marco del iteratura Manifest Destiny, no fue bienvenida en los c:irculos gue abogaban 2, el ju por la creacion de una Union Latinoamericana. Ese mismo ano, y en Amrica parte como respuesta a las iniciativas panamericanistas, tenia lugar os deno en Buenos Aires la fundacion de una publicaci6n periodica -la Recapitula- vista Latinoamericana- y de una instituci6n -la Sociedad Union Estados Latinoamericana de Las Republicas del Plata- gue contribuirian

    t el Cabo considerablemente a la difusi6n generalizada del nombre "Amrica esa mis Latina".

    di6 en el Mas importante aun para la definitiva adopcion del trmino fue 'ciales de el ano mitico de 1898. La guelTa cntre Espana y 10s Estados Unidos

    aiios cn cn el contexto del movimiento cubano por su independencia coloco o un tipo al concepto de "Amrica Latina" en una posici6n privilegiada. Para ntinente, comprender este Ultimo y definitivo impulso hay gue tener en cuenta mito de tres cuestiones de particular significacion. En primer lugar, la men

    cionada guena fue vista en Occidente como el ultimo combate entre mbre de dos "razas" rivales, los "latinos" y 10s "anglosajones"23. Segundo: estricta aungue 10s hispanoamericanos eran naturalmente partidarios de la que des independencia cubana, lo cierto es gue la intervenci6n de los Estaida difu dos Unidos, unida a 10s malos modos, la prepotencia y el lenguaje bres mas ofensivo empleado tanto por el Partido de la Guena corno por el r o Gran propio gobiemo norteamericano, tuvieron como consecuencia gue ito de la una mayoria de hispanoamericanos apoyase a Espafia en esa lucha

    de "latinos" frente a "anglosajones"24.

    Muiioz del 23 Cfr. Monica QUIJADA, "Latinos y anglosajones. El 98 en el fin dc siglo sudameririca de raza cano", Hispania, voI. LVIIJ2, num. 196 (Madrid), mayo-agosto 1997, pp. 589-609. y debfa ser 24 Los scntimientos de humillaci6n compartida gue la prepotencia de Washington del Monte provoco en los hispanoamericanos, y cl efecto gue tuvo de volcar las simpatias de las pombin gue blacioncs de lado espanol a pesar del rechazo gue tradicionalmente despertara la politica de

    ln amplitud Madrid hacia Cuba, fueron c1aramcnte percibidos cn la poca por los observadores de terceros pafses. A modo de ejemplo transcribimos el siguiente parrafo de una carta enviada

    R. 1.,1998. n." 214

  • l

    MONICA QUIJADA610

    Finalmente, debe recordarse gue en este contexto de sentimientos "prolatinos" y "antisajones" extremos, se produjo cl surgimiento o revitalizacion de importantes movimientos ideologicos continentaleso Por un lado el Arielismo, es decir, la famosa dicotomia de Ariel y Calib{m propuesta por el escritor uruguayo Jos Enrique Rodo, gue asociaba a Amrica Latina con el espiritualismo y a los Estados Unidos con el materialismo. Las ideas principales de Rodo no eran nuevas; pueden encontrarse embrionariamente, por ejemplo, en algunos trabajos de Francisco Bilba025 . Pero fue Rodo quien convirtio esa famosa dicotomia en una doctrina. Junto con el Arielismo y surgiendo del mismo contexto blico del 98, interpretado como una "lucha de razas", aparece tambin cl nuevo impulso dado a las tendencias unionistas, cargado esta vez de un acento nuevo gue expresa como nadic el argentino Manuei Ugarte. En cfecto, frente a la concepcion bolivariana de una "anfictionia" o "confederacion", Ugarte va a sostener por vez primera la existencia de una "Nacion Latinoamericana", fundament{mdola en un esencialismo cultural de raiz herderiana.

    Desde 1898 en adclante, "Amrica Latina" adelantaria en difusi6n y uso a todas las denominaciones gue rivalizaban con ella.

    LAS RAZONES DE UN XITO

    Habiendo revisado los contextos en gue surgi6 el nombre gue nos ocupa, las circunstancias de su origen y 10s ritmos de su difusion, queda aun por despejar una importante incognita. En efccto, ninguno de 10s procesos gue hemos scguido en las paginas anteriores es suficiente para explicar las preferencias mayoritarias de las poblaciones americanas por el nombre "Amrica Latina" en detrimento

    por el representante britanico en Santiago de Chile a su gobiemo: " ... although the Spanish administration in Cuba and the means adopted for the suppression of the rebellion in the Island are generally disapprovcd (. ..), the high-handed vulgarity and bluster displayed by the War Party al Washinglon are loudly condemned, as is also the unnecessary offensive language of the ultimatum". Gosling to Salisbury, 21 April 1898, FO!l32/55. QUI1ADA [23], p. 593

    25 Francisco B1U3AO: "El Congreso normal americano", en Idem, El Evangelio Ameri cano, Caracas, Biblioteca Ayacucho, pp.273-289. ROJAS Mlx [13], pp.44-45; QUI1ADA [23], pp. 603-604.

    R.I., 1998,0.214

    de otras d notable suelen ofr

    Lama rica Latin cultural y serla el c tral. En ot ses y regi ropeos la Amrica fi des genri cufio muc

    Es st discutibleriador pIa Latina" n cuando h Para ento mentos 06 a dicho ani pIo, un ve! dencia seii un sin6nin cedo, al re del cincue panola" o ti obliga designado

    De he( incorpor la expuest la idea ya desde una concepto difusin il

    Existe frecuenci, cin "lati!

  • 611 SOBRE EL ORIGEN Y DIFUSION DEL NOMURE "AMRICA LATINA"

    entos de otras denominaciones, ni las razones profundas que subyacen a su nto o notable xito. Tampoco son satisfactorias las interpretaciones que enta suelen ofrecerse cuando se plantea este tipo de interrogantes. Ariel La mas extendida de esas interpretaciones es la siguiente: "Am, que rica Latina" tiene la ventaja de la utilidad, ya que abarca un ambito tados culturai y geografico mas extenso que otras denominaciones, como eran seria el caso de Hispanoamrica, Amrica del Sur o Amrica Cenn al traI. En otras palabras: dentro del adjetivo "latino" se incluyen paivirti6 ses y regiones del nuevo continente que fueron colonizados por "eu

    sur ropeos latinos" no espanoles, como la Amrica portuguesa o la una Amrica francesa. Desde esta perspectiva ofrece incluso posibilida

    s ten des genricas mas amplias que el propio trmino "Iberoamrica", de presa cuno mucho mas reciente. con Es sta sin duda una explicaci6n coherente, muy difundida e ingarte discutible desde una perspectiva actua1. No obstante, para el histo

    tinoa- riador plantea un problema. Aparcntemente, el nombre "Amrica l'ah Latina" no fue utilizado en este sentido cultural amplio hasta 1875,

    cuando habian transcurrido casi veinte anos desde su surgimiento. difu- Para entonces, como hemos dicho, ya se empleaba incluso en docu

    mentos oficiales. No hay evidencia historica de que con anterioridad a dicho ano se haya usado esa denominacion para abarcar, por ejempIo, un vecino tan conspicuo como Brasi!. Por el contrario, la evidencia sefiala que durante varios afios "Amrica Latina" oper6 como un sinonimo estricto de "Amrica Espafiola". El propio Torres Cai

    'e que cedo, al reeditar en los afios ochenta sus viejos escritos de la dcada difu del cincuenta, cambi6 sistematicamente los trrninos "Amrica Es

    efecto, panola" o "Sudamrica" por cl de "Amrica Latina", pero no se sineriores ti6 obligado a modificar el ambito geografico hispanoamericano as po designado inicialmente por dicha denominacion. [mento De hecho, la primera propuesta de unidad latinoamericana que

    incorporo una discusi6n sistematica sobre la inc1usion de Brasil fue la expuesta por Manuel Ugarte a comienzos del siglo XX, a partir de

    Spanish la idea ya mencionada de la "Naci6n Latinoamericana". Por lo tanto, m in lhe desde una perspectiva hist6rica la amplitud geografica y cultural del layed by

    concepto "Amrica Latina" no explica la rapidez y el xito de su)ffensive QUIJADA difusi6n inicial.

    Existe una segunda interpretaci6n a la que se ha recurrido con oAmeri

    frecuencia: 10s hispanoamericanos habrian echado mano de la filia,DA [23], ci6n "latina" para diferenciarse de su antigua metropoli. En particu-

    R. 1.,1998, n.o214

  • MONICA QUIJADA612

    lar, habrian buscado expresar por ese medio un rechazo a 10s tiem glesa p pos originales del vinculo Espana-Amrica, es decir, el periodo de la que en' conquista y la colonizaci6n. Esta versi6n presenta tambin algunos de "uni problemas. En primer lugar, la persona a la gue las evidencias histo que lo ricas conocidas hasta ahora sefialan como el mas probable responsa mon6n ble del surgimiento del trmino, Jos Maria Torres Caicedo, no se cotas d cuenta precisamente entre los hispanoamericanos gue rechazaban a elorbe la Madre Patria y al pasado colonial; y ya hemos visto gue hubo contine incluso quien propusiera a Espafia "como pais Ilder de la latini tambi dad"26. Pero hay una segunda evidencia, mucho mas importante, La gue contradice la interpretacion antes mencionada: si alga gueda cia ma fuera de toda duda en este tema del origen y adopcion del nombre saJone "Amrica Latina" por los hispanoamcricanos, es el hecho de que tino de dicha denominacion forma parte de una dicotomia "racial"; y cl se nente. gundo tnnino de esa dicotomia no es el adjetivo "espafiol" o "his parte pano", sino "anglosaj6n". No existe ni un solo caso en que "latino" Pero h fuera utilizado como una distinci6n dicotomica con respecto al adjc elerne tivo "hispano". como

    Por consiguiente, las interpretacioncs usuales no contribuyen a podero explicar la facilidad y rapidez con gue la idea de "Amrica Latina" que di fue adoptada por las poblaciones del continente. Es necesario, pues, human intentar nuevas rcspuestas. En mi opini6n, la dicotomia racial a la Exii gue nos hemos referido podria ser un buen punto de partida para anteri, ensayar una primera explicacion. yuntur

    En paginas anteriores he dicho que, desde mi punto de vista, en rido al cl surgimiento y xito del nombre "Amrica Latina" fue decisiva la mos te confluencia de la racializacion de las categorias, por una parte, y la da y l revitalizacion de las tendencias unionistas hispanoamericanas en el notaci contexto del expansionismo norteamericano, por otra. Si las rivalida ocioso des con los Estados Unidos hubieran sido vistas exclusivamente en su ficado dimensi6n geopolitica, su proyecci6n no hubiera sobrepasado los 11 tradici mites continentales. Pero la racializaci6n extrema de las categorias Vo que fue caracteristica del siglo XIX pennitio a los hispanoamericanos profes asumir la filiaci6n "latina", lo gue implicaba conferir a sus problemas continentales --es decir, locales- una proyecci6n "universal".

    En otras palabras, mediante la adopci6n del concepto "latino" la contraposici6n entre una Amrica de raigambre espafiola y otra in

    27

    ci6n na 26 Ver nota 22 supra. (Lima),

    R.I., 1998, n."214

  • SOBRE EL ORIGEN Y DlPUSIN DEL NOMIlRE "AMRICA LATINA" 613

    os tiem glesa podia ser inserita en la dicotomia mas amplia y "universal" Ida de la gue enfrentaba a los "latinos" con los "anglosajones". El concepto algunos de "universal" en este caso refiere a su sentido mas usual en el XIX, as histo gue lo asimilaba a "occidental", ya gue segun el pensamiento deci~sponsa mon6nico la civilizaci6n occidental habia alcanzado las mas altas o, no se cotas de evoluci6n y por ella estaba destinada a extenderse por todo lzaban a el orbe. De tal forma, mientras gue la idea unionista de Bolivar era lle hubo continental, la gue sustent6 la aparici6n del nombre Amrica Latina a latini tambin lo era, pero asumi6 el aurea de una proyecci6n universal. l ortante, La asimilaci6n de las rivalidades intracontinentales a la tendenD queda cia mas amplia y "universal" que confrontaba a "latinos" y "anglonombre sajones" tenia una doble ventaja. En primer lugar, vinculaba el desde que tino de la "raza latinoamericana" a la "raza latina" ajena al contiy el se nente. Ello implicaba atraerse la atenci6n y la solidaridad de una , o "his- parte de Europa hacia los problemas de aquellas lejanas latitudes. ''latina'' Pero ademas suponia para los hispanoamericanos un importante lal adje- elemento de reafirmaci6n, porque les permitla verse a si mismos no

    como un punado de dbiles paises fJ'ente a un vecino mucho mas poderoso, sino como protagonistas de la grandiosa "lucha de razas" que dividia internamente a la manifestaci6n mas alta del progreso

    , pues, humano, la civilizaci6n occidenta1. ial a la Existe una segunda explicaci6n posible, gue no es alternativa a la a para anterior sino complementaria de la misma; es tambin menos co

    yuntural y menos "consciente" que ella. Hasta ahora nos hemos refeista, en rido al concepto "latino" en el contexto ideol6gico de los dos ulti.siva la mos tercios del siglo XIX. Es decir, cuando la Linguistica Comparate, y la da y las ideas antropol6gicas ya habian conferido al trmino la cons en el notaci6n "racialista" gue fue caracteristica de la poca27 . Pero no es valida ocioso preguntarse si "la latinidad" y "lo latino" tenian algun signieen su ficado o connotaci6n simb6lica especial en la longue dure de la los li tradici6n hispanoamericana. gonas Voy a basar esta ultima propuesta en un reciente trabajo del icanos profesor francs Serge Gruzinski gue aborda, con brillantez y erudilemas

    no" la tra in

    27 Cfr. Monica QUlJADA, "Los 'Incas Arios'. Hisloria, lengua y raza en la conslruccion nacionaI hispanoamericana del siglo XIX", Historica, vol.XXJ2, diciembre de 1996 (Lima), pp. 243-270.

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  • MONICA QUlJADA 614

    cion, el problema del significado y usos de la "latinidad" en los tiempos en que Mxico era la Nueva Espana28 ,

    Segun Gruzinski, la "Latinidad" se encuentra en el corazon del proyecto imperial y colonizador de la corona de Castilla, fundado en una unidad politica y cultural simbolizada por el Imperio, por la lengua de Roma y por la religion asentada en Roma. Por afiadidura, los europeos apelaron a 10s modelos de la Antiguedad Clasica para describir el Nuevo Mundo, asentar su historia por escrito y reorganizar las lenguas y los saberes indigenas a partir de esquemas renacentistas y enciclopdicos. Todo ello implic6 proyectar la cultura novohispana en un sistema globalizador que aspiraba a la universalidad. De tal forma, la Latinidad era la clave para alcanzar la universalidad.

    Pero no s610 los europeos apelaron a la Latinidad. En el siglo XVI, ]os nobles indigenas que enviaban cartas al Rey de Espafia para solicitar el reconocimiento de sus privilegios heredados, no sollan utilizar la lengua de Castilla sino el Latin. Y los artistas indigenas que decoraban ]os templos erigidos para la adoraci6n del Dios cristiano sollan introducir en sus pinturas imagenes que combinaban simbo1os de la Antiguedad Clasica con otros extraidos de sus propias tradiciones prehispanicas.

    Mediante la utilizacion del Latin 10s nob1es indigenas se situaban, por un lado, en un marco de referencia comun y universa1 que superaba ]os limites del Imperio espanol tanto en el espacio como en e] tiempo, y, por otro, en un niveI equivalente al de las restantes noblezas del Imperio, desde el cual exigir la restituci6n de antiguos privi1egios. De tal forma, los medios de la ret6rica latina eran utilizados por 10s nob1es indigenas para oponer resistencia a la prdida de derechos, o para recordar a 10s conquistadores que en el pasado Espafia tambin habia sido pagana. De manera equivalente, los artistas indios utilizaron la mitologia c1asica como una suerte de pantalla que Ics permitia filtrar su propia y antigua mitologia; en tanto que algunos mestizos -como el Inca Garcilaso en el Peru o Diego Valads en Mxico-- encontraban en la tradici6n latina el mtodo y el annazon para defender y propagandizar el mundo prebispanico.

    28 Serge Gruzinski: Usos polfticamente incorreclos de la lalinidad. Conferencia dictada cn la Caixa de Barcelona, Madrid, marzo de 1997. Agradezo al Prof. Gruzinski que me haya permitido utilizar el originaI dc su discnaci6n.

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  • SOERE EL ORJGEN Y DIFUSION DEL NOMBRE "AMRICA LATINA" 615

    os tiem- En cierta manera -afirma Gruzinski- la Latinidad actuo como un gigantesco 'lecho de Procusto' retorico y conceptua]29.

    zon del Por ende, la Latinidad no solo era la Ilave que abria las puertas dado en hacia la "universalidad", sino que operaba tambin como un instru-r la len- mento de defensa e ilustraci6n del mundo indigena. Lo que hizo

    dura, 10s posible esta combinacion fue el hecho de que la Latinidad abria un ara des- espacio de consenso, al actuar como un comun denominador que rgamzar estructuraba y reorganizaba un universo basicamente heterogneo. centistas De tal forma, segun el Prof. Gruzinski, el encuentro de la Latinidad hispana con otras tradiciones culturales fuera de Europa abrio el camino a . De tal complejos procesos de mestizaje cultural, al ofrecer "una configura-

    cion... una serie de nichos dentro de 10s cuales grupos y culturas el siglo fracturadas por la conquista y la colonizacion lograron inventar, Espafia construir y asumir nuevas identidades"30. dos, no En resumen, en la tradicion hispanoamericana "Latinidad" ha tas indi- significado tanto aspiracion a la universalidad, como una via hacia el del Dios sincretismo, hacia procesos de mestizaje e integracion. En mi opi-binaban nion, es sta la experiencia colectiva y acumulativa, el background sus pro- inconsciente que preparo la facil recepcion del concepto de "Amri-

    ca Latina" en el siglo XIX. Dicho de otra manera, el xito notable se situa- del trmino Amrica Latina tuvo que ver con el hecho de que ofrecia rsal que a los hispanoamericanos un espejo en el que todos Ios fragmentos como en podian reunirse en un niveI de integracion superior y universal-ntes no- mente valido. antiguos Ninguna denominaci6n anterior o posterior -Amrica Espafiola, fan utili- Hispanoamrca, Gran Colombia, Iberoamrica- podia ofrecer

    prdida tanto en un siglo que se caracterizo, precisamente, por aspirar a la l pasado universalidad del progreso indefinido, al tiempo que se esforzaba , los ar- por integrar las poblaciones heterogneas en un niveI superior y ho-de pan- mogneo -la "nacion"- para convertirlas en legltimas depositarias

    en tanto de la soberania del Estado*. o Diego todo y

    ispanico.

    29 Idem, p. 6. 30 Idem, p. 18. Estando cl presente trabajo en pruebas de imprenta, lleg6 a mis manos el artieulo de

    erencia dic- Paul Estrade "Del invento de "Amrica Latina" eo Pans por Lalinoamericanos (1856-1889), zinski que Parrs y cl mundo ibrico e iberoamericano, Pans X - Nanlerre, 1998, donde se defiende tam-

    bin el origen lalinoamericano -y no francs- del nombre "Amrica Latina".

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