Soy Maria Moreno

download Soy Maria Moreno

of 4

Transcript of Soy Maria Moreno

  • 5/27/2018 Soy Maria Moreno

    1/4

    Inauguraban los noventa cuando El affair Skeffingtondio que hablar por primera vez. Veintinaos despus reaparece con tapas de Mansalva. Sin lugar a dudas, este libro solito significa dosdcada ganadas para la literatura argentina.Corra el menemismo, pero sus pginas carecen del intimismo exacerbado o de la desilusinconsumista propia de la poca. Tampoco hay feminismo chauvinista a la Sex and the city ni

    glamour trash con purpurina. Menos todava pizza y champagne (aunque el Ricard engrose lalengua y las faldas se levanten, lascivas, como las certezas). Lo que hay es una potenciaimparable que pone a la literatura y a la cultura occidental al servicio de la escritura devoradorade la autora.El linaje del texto no puede evitar ser complejo: feminismo, posestructuralismo, psicoanlisis,filosofa del nomadismo y de los afectos, socialismo, teora lesbiana, vanguardismo, el canonliterario, el canon marginal todo revuelto y revolcado. Pero lo cierto es que la novela familiarsiempre es ms compleja de lo que parece (hay separaciones y seducciones, vnculos extra-conyugales, uniones non sanctas y contra naturae hijxs bastardxs) y, adems, hay que admitirque las genealogas polticas suelen ser neurticas y obsesivas pero tambin perversas.En sta, su primera novela, Mara Moreno firma, adems, con su nombre de origen entre

    parntesis -(Cristina Forero)-: Creo que lo nico que he escrito de mi obra ha sido miseudnimo, compuesto con mi primer nombre legal y el apellido de mi hijo, aunqueocasionalmente estuve casada con un Moreno, explica fiel al mito de quien se jacta de plagiar yautoplagiarse. Sin embargo, resulta ms seductora otra de las hiptesis que circula con respecto ala eleccin de su nombre: Mara habra buscado feminizar la identidad del primer periodistaargentino, Mariano Moreno. Y en ese gesto irnico y orgulloso, la estirpe patriarcal es burlada yla tradicin re-territorializada. Darse un nombre es, sin lugar a dudas, un gesto personal ypoltico.El affair Skeffingtonse construye sobre el recurso del manuscrito encontrado: Dolly Skeffington,una ignota poeta nacida bajo el nombre de Olivia Streethorse, le habra entregado a JohnGlassco, poeta y memorialista canadiense, un manuscrito: 28 poemas y una suerte de diario

    filosfico en forma de fragmentos encabezados por una palabra. Glassco, a su vez, lo habravolcado en un libro titulado Los que no fueron. Por esas cosas del destino, Moreno habraencontrado la nica copia existente del libro en una pequea biblioteca feminista madrilea y unao despus, gracias a otro capricho del azar, habra entrevistado a la nieta deStreethorse/Skeffington en una discoteca tambin madrilea llamada, irnicamente: No se lodigas a nadie. El dilogo entre ellas, traductora mediante, aparece tambin reproducido en ellibro.As, el original aparenta volverse accesible, pero no lo es. El Affair se sostiene sobre laproliferacin de citas desviadas o pervertidas, parfrasis, traducciones, imaginaciones,digresiones y notas que explican o interpretan. Lo nico que queda claro es que no hay originalposible y que la Historia se sostiene sobre manipulaciones y exclusiones: de las mujeres, de

    todxs aquellxs con sexualidades disidentes, de la clase obrera, de lxs negrxs... En fin, de tantxs.La intencin, entonces, se empea en despojar a la historia de todos aquellos nombres y rdenesimpuestos por el rgimen patriarcal y hetero-sexista y de reinscribir voces y subjetividadesdejadas de lado. Y todo esto para demostrar, entre otras cosas, que no hay hecho literario que nohaya precisado para existir del apoyo de las mujeres, en general, y de las lesbianas y bisexuales,en particular (las chicas buenas van al cielo, las malas a todas partes, deca Mae West).El primer fragmento del diario -Paris-Lesbos- presenta un escenario mtico-ertico que sesuperpone con la ciudad bohemia y francesa de los aos locos: la rive gauche de las artistas

  • 5/27/2018 Soy Maria Moreno

    2/4

    expatriadas; los cnaculos de esas escritoras feministas, bisexuales, lesbianas y dandystrans queAlejandra Pizarnik no podra sino criticar y Victoria Ocampo slo visitar porque, aunque siemprele fascin la belleza femenina, el lesbianismo le habra resultado una tentacin desconocida (opor lo menos eso sostena con su vozarrn afrancesado- permtanme dudar). Y eso es slo elprincipio: Skeffington/Streethorse desordena. Pertenece a la rive droite, pero se muda a la

    gauche, cambia de clase, cambia su nombre, recorre bares, es de alta alcurnia pero se viste deobrera; con su mejor amiga no se conoci ni en la escuela, ni en la crcel ni en una asociacinbenfica (esos lugares clsicos de mujeres) sino en la calle; va al casino y al ring side, nunca esviolada porque al verla los violadores temen por su propia salud, lee y pervierte a Freud; tieneuna hija pero es soltera, se acuesta con hombres y con mujeres, se supone escritora pero no dejams obra que algunos poemas. Qu es, entonces, esta persona?, no podemos evitarpreguntarnos. Una artista? seala don Glassco, por cierto que no. Una puta? Quizsintermitentemente. Una lesbiana? S y no. De lo que estoy seguro es de que era una anandrine.Alguien sin hombre. Un fracaso perfecto. Un sujeto que logr escaparse del orden que laconvierte en hija o esposa. Es decir, en mujer. Es evidente que Diana Bellessi tiene razn:cuando se altera el orden, la creacin comienza. Porque si se altera el orden, que es como decir

    la norma o la ley, aparece lo inclasificable: lo monstruoso, lo abyecto, lo criminal o excesivo.Aparece aquello que carece de trminos que lo describa, eso que no puede ser pero, sin embargo,es. Eso que es puro destello, pura intensidad. En este sentidoEl affair es una reflexin sobre laidentidad y sus lmites tanto como un reclamo tico y esttico. Pero es tambin, como notaAdrin Cangi, la invencin de un pasado social y literario donde poder evocarnos ertica ypolticamente; un mito de origen contra natura, si se quiere. Porque un affair puede ser unarelacin sexual pero es, sobre todo, un problema de estado.La novela toma la forma de una o muchas bsquedas apasionadas y se manifiesta en elreconocimiento de que es el movimiento lo que garantiza la libertad. La carencia de identidadesfijas, el trazado de nuevos estados imaginarios, las preocupaciones feministas, el valor delmomento en tanto intrascendente, la disolucin de un yo que pone en escena un yo ms

    complejo, la reconstruccin de genealogas minoritarias o disidentes, los excesos del cuerpo y lapalabra, la parodia de la literatura seria, los desvos de las citas de autoridad y los cnones y elhomenaje a la desorientacin son, definitivamente, los elementos que dan cuerpo a este relato.Y es que es un relato muy sabio, imprudente e impdico. Un texto que ve y dice una de las tantascosas que el rgimen capitalista obtura: si hay algo que la historia feminista o la historia de lassexualidades disidentes tienen que ensearnos (si es que nuestra historia como latinoamericanxsno nos lo ense todava) es que hay que entender las potencialidades no slo de las omisionessino del fracaso: de lxs fracasdxs, problemticxs, agitadorxs y excntricxs, de lxs disidentxs einconformistxs, de lxs desdichadxs y despreciablxs. Porque el fracaso habilita la huida de lasnormas disciplinarias y del uso econmicamente productivo de los cuerpos. En este sentido,hablar de los que nunca fueronpermite articular una visin alternativa de la vida, de los afectos y

    del trabajo: La manera que tenan Gwen y mi abuela de estar juntas y muy cerca era como sial apretarse las dos constituyeran una ausencia, recuerda la sobrina de Skeffington/Streethorse.Como si constituyeran una ausencia. Quizs, sencillamente, como dira Halberstam, este librosea sobre la victoria que implica fracasar bien y fracasar mucho, y sobre la posibilidad deaprender a fracasar mejor.

    DIANA BELLESSI:Mirame, rubia, y sosteneme

  • 5/27/2018 Soy Maria Moreno

    3/4

    Por qu a ese hermoso libro de poemas de Mara Moreno, titulado El affair Skeffington, lo

    llaman ahora una novela? Quizs porque la propia autora lo llama as, novela, apoyada en las

    pginas de construccin de la supuesta autora, o sea la propia Skeffington, aunque Pessoa seindignara, porque no importa quin los haya escrito, lo que importa es que son poemas potentes

    y hermosos que parecen diluirse en este campo de supuesta ficcin. O debiramos decir, ms

    especficamente, que lo llaman novela porque no pueden soportar que nunca sabemos de dndeviene la poesa, de dnde los poemas, ni quin realmente los escribe? Acaso somos nosotros, oson otros quienes lo hacen? Eso es lo que hay que soportar, querida Mara Moreno Celebro la

    nueva aparicin de este libro, uno de los grandes libros escritos en la dcada de los noventa, y

    debo decir que, personalmente, casi no le di crdito a la construccin de la autora, sino almisterio de que Mara Moreno haba escrito estos magnficos poemas sacados de la nada o

    sacados de su grandeza, grandeza que nunca perdi. Cuando vuelva a Buenos Aires voy a

    buscarlo para leerlo nuevamente y temblar con aquel largo poema, El porvenir del socialismo,

    o con el breve Mammy, porque ambos dan vuelta ahora en mi cabeza y la martillan como unriff de rocanrroll. Fuiste grande desde el comienzo, querida Mara Moreno, y desde el comienzo

    te am, cuando nos juntbamos a beber whisky en los ltimos viejos bares de la calle Corrientes,

    y despus de dos, o tres, vos me decas mientras ibas al bao: mrame, rubia, y sosteneme, y yote segua con la mirada como si fuera un hilo que te devolvera a m. Aun lo hago, despus de

    aos de no volver a un bar juntas, y todava tiemblo con el deseo de una frase ntima como

    aquella, dicha ya en aos remotos. Por eso, quizs, guardo el permiso de retarte, y de pedirte que

    llams a este libro, un libro de poemas maravillosos, escritos por Cristina, por Mara, por Dolly opor vos

    REINA ROFF:Recuerdos

    Le el libro poco despus de haber sido publicado en 1992 y una de las cosas que ms me llamla atencin fue encontrarme con lugares y personas que haba frecuentado en Madrid, donde vivo

    desde 1988, y donde incluso estuvimos con Mara Moreno cuando ella visit esta ciudad, norecuerdo bien si en 1990 o 1991. Dio la casualidad que Nstor Perlongher tambin se encontrabaaqu, haba venido a realizar una serie de lecturas, y nos juntamos una noche, precisamente, enNo se lo digas a nadie. Una de las dueas (argentina ella, Delia) le organiz una despedida a

    Mara en ese bar que aparece tan bien descrito en El affair Skeffington. All estuvimos bailando,especialmente con el amigo brasileo de Perlongher, un tipo muy simptico, y conversandosobre lo humano y lo divino.No se lo digas a nadie fue un bar surgido de los ltimos restos de la movida madrilea, que,aunque haba terminado oficialmente a mediados de los aos ochenta, todava se haca presenteen los movimientos alternativos de Madrid, como el movimiento feminista.El libro recorre las dos plantas de aquel bar de la calle Ventura de la Vega, una calle estrecha y

    poco iluminada en aquellos aos, situada en una zona limitada por tres teatros, un hotel donde sevestan los toreros antes de ir a Las Ventas (que an existe, pero ya no se visten los toreros),muchos bares de tapas y la conocida Plaza de Santa Ana, con ms bares presididos por laemblemtica Cervecera Alemana, donde pararon escritores como Dos Passos y ErnestHemingway.El pblico que sala del Teatro Espaol, del Teatro de la Comedia o de los bares de la zona y quequera tomar una ltima copa rodeado de gente de la farndula, escritores, feministas, gays,lesbianas y viajeros despistados, terminaba en el No se lo digas a nadie. Lo ms llamativo de

  • 5/27/2018 Soy Maria Moreno

    4/4

    este bar eran las camareras que Mara Moreno borda en su libro, las mesas en forma de mquinade coser, un pequeo escenario y la famossima biblioteca regentada por Marisa, bibliotecaria deverdad que, por las maanas, fichaba en una biblioteca pblica de Madrid y, por las noches,atenda la biblioteca del bar con idnticas eficiencia y mala leche hacia quienes no seguan susindicaciones.

    Por entonces, Mara llevaba un atuendo de cuero negro ajustado que haca volver la cabeza delos madrileos y beba, se le haba dado por beber durante los das que estuvo en la capitalespaola, el popular ans del Mono, un ans seco, que era el preferido de los albailes.

    LUIS CHITARRONI: Un ateneo de pavura

    En tiempos de Skeffinton, quien cumpla en informarme sobre Mara era Charlie Feiling, quesola instalar su oficina de editor en una mesa cualquiera de la Gandhi. Cumpla ah horario; afalta de un whiskey norteamericano, haca penitencia a veces con un whisky nacional, y asignabaun libro a cada uno de los parroquianos o a cualquiera que entrara, advertido o inadvertido.

    Mara tal vez se acuerde cul le toc ella, porque es probable que hasta le haya hecho firmarcontrato.Skeffington es ms o menos de esa poca, creo. Irrumpe, se apodera, se apropia de una tradicinajena y la aporrea con un coraje apostado en las antpodas de la timidez forera o la fobia morena.A Charlie y a m, Skef nos conquist por la impredictibilidad de su anacronismo, por el parpadeode sus ritornelli, por la furia de su desacato. Nos conquist como Mara conquistaba: la palidez(a whiter shade of pale) y el estilo nicos. Poco se puede comparar a la emisin oral casi tonade Mara, su velocidad para el sobreentendido, su aplomo transfigurado y su presteza para seguirel curso de una verdad desligada de las opiniones precedentes de una verdad que sabe lo quedice; o, con momentnea firmeza, lo cree. A Ricardo Zelarayn, de voluntad y eleccin yreservas tan evasivas y anteriores, la distrada fortuna apodctica de Mara (como a Dal la de

    Duchamp) lo dejaba mudo (sordo ya era). Lo paralizaba, s: el punto de vista de Sirio.No nos veamos con Mara en la poca de Skeffington. La vi o la vera, s, con ms frecuencia yms detalle antes y despus. Prehistoria y pereza: nos conocimos en la redaccin de Tiempoargentino o, inexorablemente, en La Paz.Una vez Mara y yo nos encontramos para hacer un homenaje a C.E. Feiling. Nos sostenamosuno a otro, pero no tardamos en desertar, en la supremaca de la fobia. Mara dice -nuncasostiene- que a m me traicion la histeria, y que decid dar un corte abrupto a lo que estabaleyendo. No amagu ninguna atenuacin de cortesa. Para protegerme, a su vez, Mara se habaempeado en un silencio digno de partitura. El homenaje no s dnde era, pero nos caamos delos lugares en los que estbamos sentados.Otra vez pas por el departamento de Mario Levin en la calle Viamonte, y all estaban los tres -

    los otros eran Mara y Osvaldo Lamborghini- haciendo un guin, Flor de barrio. ramosjvenes (estuve a punto de escribir pese a la diferencia de edad, como si esa diferencia pudierahabernos protegido en bloque del paso del tiempo). Una poca califica igualando, borrandocualquier ventaja o desventaja. Sobre todo: cualquier diferencia. Tanto nos daba, en la plenitudde esa vida artificial, cambiar figuritas difciles entonces, como Djuna Barnes y NikoTimbergen. Horror de horrores, a fin de cuentas: el trayecto se convierte en trayectoria, y yaestamos sentndonos a recapitular, de acuerdo con el disparate de la indecencia prematura.