T. 8. El Renacimiento del cuento en el siglo XIX.

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  • DEFINICIONES DE CUENTO El cuento es la mxima condensacin de un asunto en forma sugestiva, ingenua o infantil (Galds, 1904) relato breve, con una estructura variable, en el que cabe cualquier tipo de tema, con un final inesperado. Las tramas suelen centrarse en una, bastante simple. RAE: Relato, generalmente indiscreto, de un suceso. Relacin, de palabra o por escrito, de un suceso falso o de pura invencin. Narracin breve de ficcin.
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  • El cuento. Evolucin Edad Media: Decamern, Boccaccio, en Italia Cuentos de Canterbury, Chaucer en Inglaterra Libro del conde Lucanor, Calila e Dimna en Espaa cuentstica rabe: Mil y una noches S.XVII: Quevedo, Los sueos o El diablo cojuelo, Luis Vlez de Guevara de corte satrico, muy realista S. XVIII: cuento jocoso y filosfico, con carcter didctico S. XIX: el gran siglo del cuento 1 , Romanticismo hermanos Grimm, Alemania, narraciones populares de transmisin oral: Pulgarcito, La Cenicienta
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  • El cuento o relato breve romntico Rasgos Temas romnticos: locura, terror, maldad y muerte Uso de narrador doble: uno que cuenta a otro una historia Ambientacin medieval y contempornea (costumbrismo) Descripciones exhaustivas (cercanos al realismo) Personajes atormentados por locura, prisin, recuerdos, amor Autores En Alemania: Hoffman En Inglaterra: Walter Scott y Polidori En Francia: Merime y Grard de Nerval En Estados Unidos: Edgar Allan Poe, Washington Irving En Espaa: Gustavo Adolfo Bcquer
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  • Ligado al nacionalismo gusto por lo folklrico y lo popular en Alemania: recreacin del cuento popular, Hnos. Grimm Fuentes: Shakespeare y Rousseau Smbolos de la unificacin alemana, como Fausto o la catedral de Colonia En Alemania, siglo XIX
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  • En Alemania: E.T.A. Hoffman (1776 1822) cuentos fantsticos y de terror importante influencia para grandes escritores posteriores como Edgar Allan Poe y Thophile Gautier obras de ficcin, de horror y de suspense combinan lo grotesco y lo sobrenatural con un poderoso realismo psicolgico. Temas: la locura, la infancia, la familia, la irrupcin de algo terrible en la cotidianidad El hombre de arena Historias de fantasmas
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  • -Gira muequita de madera, gira! -y, cogiendo a Clara, quiso precipitarla desde la galera; pero, en su desesperacin, Clara se agarr a la barandilla. Lotario oy la risa furiosa del loco y los gritos de espanto de Clara; un terrible presentimiento se apoder de l y corri escaleras arriba. La puerta de la segunda escalera estaba cerrada. Los gritos de Clara aumentaban y, ciego de rabia y de terror, empuj la puerta hasta que cedi. La voz de Clara se iba debilitando: -Socorro, slvenme, slvenme! -su voz mora en el aire. -Ese loco va a matarla! -exclam Lotario. Tambin la puerta de la galera estaba cerrada. La desesperacin le dio fuerzas y la hizo saltar de sus goznes. Dios del cielo! Nataniel sostena en el aire a Clara, que an se agarraba con una mano a la barandilla. Lotario se apoder de su hermana con la rapidez de un rayo. Golpe en el rostro a Nataniel, obligndolo a soltar la presa. Luego baj la escalera con su hermana desmayada en los brazos. Estaba salvada. (El hombre de arena, Hoffman, http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ale/hoffmann/ hombre.htm ) http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ale/hoffmann/ hombre.htm
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  • Relato ingls de terror Mary Shelley (1797-1851): Frankenstein o el moderno Prometeo, personaje atormentado, profunda soledad, lo ms malvado y terrorfico del ser Walter Scott: Los arreadores Polidori: El vampiro imagen prototpica del vampiro Lord Ruthven, aristocrtico, misterioso, fro encantador para las mujeres y bebedor de sangre. retrato despiadado de Lord Byron.
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  • me remov en la cama y tos un poco, para hacer saber al intruso que yo haba tomado posesin del sitio. Ella fue dndose la vuelta despacio, pero, santo cielo!, seor, qu semblante me mostr! Ya no caba la menor duda de lo que era ni caba pensar en absoluto que fuese una persona viva. Sobre el rostro, que presentaba las facciones rgidas de un cadver, llevaba impresos los rasgos de la ms vil y repugnante de las pasiones que la haban animado durante la vida. Pareca que hubiera salido de la tumba el cuerpo de algn atroz criminal y se le hubiera devuelto el alma desde el fuego de los condenados, para, durante un tiempo, aunarse con el viejo cmplice de su culpa. Yo me incorpor en la cama y me sent derecho, sostenindome sobre las palmas de las manos, mientras miraba fijamente aquel horrible espectro. Ella avanz con una zancada rpida, o eso me pareci a m, hacia el lecho donde yo yaca, y se acuclill, una vez arriba, precisamente en la misma postura que yo haba adoptado en el paroxismo del horror, adelantando su diablico semblante hasta ponerlo a menos de medio metro del mo, con una mueca que pareca expresar la maldad y el escarnio de un demonio colorado (Walter Scott, La cmara de los tapices)
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  • Sucedi que en curso de las diversiones que tuvieron lugar un invierno en Londres, apareci en varias fiestas de la sociedad que marcaba el tono, un noble que destacaba ms por sus peculiaridades que por su rango. Observaba la alegra a su alrededor como si no pudiese participar de ella. Al parecer slo atraa su inters la risa ligera de las bellas, que l poda sofocar con una mirada, e infundir el temor en los pechos donde reinaba el aturdimiento. Las que experimentaban esta sensacin de pavor no se explicaban de donde proceda: unos la atribuan a su mirada apagada y gris que, al clavarse en el rostro de las personas, no pareca traspasarlo y penetrar hasta los ntimos movimientos del corazn, sino posarse en las mejillas como un rayo plomizo y oprimir la piel sin poder atravesarla: todo el mundo quera verle. (El vampiro, Polidori)
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  • Francia Grard de Nerval nuevo gnero fantstico, el cuento sueo Sylvie, Aurlia densidad lrica, precursor del surrealismo Mrime exotismo, sus historias mediterrneas y nrdicas fija la luz y el alma de Francia La Venus de la Isla La joya de Toledo
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  • En USA Washintong Irving (1783-1859) Historia de Nueva York (1809), contribucin importante a la literatura cmica Libro de Apuntes (1820), ensayos y relatos, la ms famosa y elogiada (Rip Van Winkle) Cuentos de la Alhambra apuntes y relatos inspirados en su estancia, en Granada estilo popular pero elegante, fcil y pintoresco William Austin Peter Rugg, el hombre ausente de (1824), misteriosa condena divina que obliga a un hombre a correr en calesa junto a su hija, sin poder detenerse nunca perseguido por el hurac
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  • Rein silencio durante un momento, interrumpido finalmente por un anciano, que con voz quebradiza exclam: Nicols Vedder? Muri hace dieciocho aos. Hasta hace poco tiempo todava quedaba en el cementerio una tabla con su nombre, pero ya ha desaparecido. -Dnde est Brom Dutcher? -Ese ingres en el ejrcito, al principio de la guerra; algunos dicen que fue muerto durante el ataque a Stony Point; otros que se ahog durante una tempestad. De todas maneras, nunca volvi. -Dnde est Van Bummel, el maestro de escuela? -Tambin se fue a la guerra. Ahora forma parte del Congreso. Al pobre Rip se le suba el corazn a la boca al or todos estos tristes cambios, experimentados por su familia y sus amigos. Se encontraba solo en el mundo. Todas las respuestas le asombraban por referirse a tan enormes espacios de tiempo y a cosas que no poda entender: la guerra, Stony Point, el Congreso. Ya no tena valor para preguntar acerca de sus amigos, sino que grit desesperado: -No conoce nadie aqu a Rip Van Winkle?
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  • Edgar Allan Poe (1809-1849) Poesa: poemas por su impecable construccin literaria y por sus ritmos y temas obsesivos El cuervo:la melancola y augurios de la muerte Las campanas dominio del ritmo y el sonido inici la novela policiaca El escarabajo de oro Los crmenes de la calle Morgue, El misterio de Marie Rogt y La carta robada, soberbia construccin argumental, morbidez de su inventiva
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  • La cada de la casa Usher (1839), en el que tanto el argumento como los personajes acentan la penetrante melancola de su atmsfera El pozo y el pndulo (1842) es un escalofriante relato de crueldad y tortura El corazn delator (1843) un manaco asesino es impelido por su inconsciente a confesar su culpa El barril del amontillado (1846), es un relato estremecedor de venganza.
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  • En Espaa: Gustavo Adolfo Bcquer ambientacin medieval Bcquer trata argumentos, enigmticos y terrorficos. El rayo de luna :amor idealizante e imposible El monte de las nimas: mundo fantasmagrico y espectral aparece en Los ojos verdes: terrible atraccin de una mujer inasible, malvada, que arrastra al hombre a su perdicin aparece en
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  • El cuento realista Rasgos Fiel reflejo de la realidad, con propsito de crtica y denuncia Personajes que se sienten oprimidos en situaciones sociales adversas Intento de mejora, final frustrante Mantienen los elementos fantsticos o simblicos Tcnicas realistas: narrador omnisciente, descripciones exhaustivas
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  • El cuento realista en Europa Autores En Inglaterra: Dickens, Le Fanu, Oscar Wilde En Rusia: Ggol y Anton Chjov: Vanka En Francia: Guy de Maupassant, Balzac En Espaa: Benito Prez Galds y Clarn
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  • En Inglaterra Dickens: Un cuento de Navidad elementos grotescos y macabros Denuncia la necesidad y la ignorancia de la poca La Fanu: El fantasma y el ensamblador tradiciones de su tierra lenguaje marcadamente coloquial humor morboso Oscar Wilde (1854-1900) : El prncipe feliz Utiliza el mbito fantstico para la denuncia social entre lo realista y lo decadente, vida dandi y hedonismo Clsico literatura infantil
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  • -Gracias, seora -respondi mi padre, cobrando nimos-. Usted siempre ha sido un caballero muy atento. Que Dios tenga en su gloria a su seora. -Que Dios me tenga en su gloria? -dice el espritu (ponindosele la cara roja de ira)-. Que Dios me tenga en su gloria? Pero sers cretino y bruto! Qu modales son sos? -dice-. Yo no tengo la culpa de estar muerto, y la gente como t no tiene que restregrmelo por las narices a la primera de cambio -dice, dando una patada tan fuerte en el suelo que casi rompi la madera. -No soy ms que un pobre hombre, tonto e ignorante -le dice mi padre. -Desde luego que s -dice el seor-, pero para escuchar tus tonteras y hablar con gente como t no me molestara en subir hasta aqu, quiero decir en bajar -dice, y a pesar de lo pequeo que fue el error, mi padre se dio cuenta-. Escchame bien, Terence Neil -dice-. Siempre fui un buen amo para Patrick Neil, tu abuelo.
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  • OSCAR WILDE: El prncipe feliz -Querida Golondrinita -dijo el Prncipe-, me cuentas cosas maravillosas, pero ms maravilloso an es lo que soportan los hombres y las mujeres. No hay misterio ms grande que la miseria. Vuela por mi ciudad, Golondrinita, y dime lo que veas. Entonces la Golondrinita vol por la gran ciudad y vio a los ricos que se festejaban en sus magnficos palacios, mientras los mendigos estaban sentados a sus puertas. Vol por los barrios sombros y vio las plidas caras de los nios que se moran de hambre, mirando con apata las calles negras. Bajo los arcos de un puente estaban acostados dos niitos abrazados uno a otro para calentarse. -Qu hambre tenemos! -decan.
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  • Rusia Nicolai Ggol (1809-52): Cuentos de Petersburgo La terrible venganza Lo grotesco y lo absurdo, influjos de Hoffmann Realidad viva, sociedad mezquina Fedor Dostoievski (1821-81): Un rbol de Noe y una boda Abandona lo fantstico Situaciones verosmiles de la Rusia decimonnica Intencin de denuncia Antn Chejov (1860-1904): Vanka Denuncia miseria clases pobres Contraste campo/ciudad
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  • Ggol -Has odo, Katerina? -exclam Danilo, acercndose a su mujer. Sus ojos llameaban, mientras el sable, tintineando, se balanceaba en su cinturn. La mujer qued muerta de espanto-. l se escap, el maldito Anticristo! -Acaso alguien lo ha dejado huir, amado mo? -dijo ella, temblando. -Seguramente lo dejaron salir, pero fue el diablo. Mira, en su lugar hay un tronco encadenado. Por qu habr hecho Dios que el diablo no tema las garras cosacas! Si slo se me cruzara por la cabeza la idea de que alguno de mis muchachos me ha traicionado, y, si llegara a saber... Ah!, no encontrara un castigo digno de su culpa... -Y si hubiera sido yo? -dijo involuntariamente Katerina, pero enseguida se call. -Si tal cosa fuese verdad, no seras mi esposa. Te cosera dentro de una bolsa y te arrojara al Dnieper. Katerina se sinti desvanecer, le pareci que sus cabellos se separaban de su cabeza. (La terrible venganza en Cuentos de Petersburgo)
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  • Hace un par de das hube de pasar por delante de la iglesia de ***. La muchedumbre que se apiaba en el balcn, y sus ricos atavos, hubieron de llamarme la atencin. La gente hablaba de una boda. Era un nublado da de otoo, y empezaba a helar. Yo entr en la iglesia, confundido entre el gento, y mir a ver quin fuese el novio. Era un to bajo y rechoncho, con tripa y muchas condecoraciones en el pecho. Andaba muy ocupado, de ac para all, dando rdenes, y pareca muy excitado. Por ltimo, se produjo en la puerta un gran revuelo; acababa de llegar la novia. Yo me abr paso entre la multitud y pude ver una beldad maravillosa, para la que apenas despuntara an la primera primavera. Pero estaba plida y triste. Sus ojos miraban distrados. Hasta me pareci que las lgrimas vertidas haban ribeteado aquellos ojos. La severa hermosura de sus facciones prestaba a toda su figura cierta dignidad y solemnidad altivas. Y, no obstante, a travs de esa seriedad y dignidad y de esa melancola, resplandeca el alma inocente, inmaculada, de la infancia, y se delataba en ella algo indeciblemente inexperto, inconsciente, infantil, que, segn pareca, sin decir palabra, tcitamente, imploraba piedad. Se deca entre la gente que la novia apenas si tendra diecisis aos. Yo mir con ms atencin al novio, y de pronto reconoc al propio Yulin Mastakvich, al que haca cinco aos que no volviera a ver. Y mir tambin a la novia. Santo Dios! Me abr paso entre el gento en direccin a la salida, con el deseo de verme cuanto antes lejos de all. Entre la gente se deca que la novia era rica en dinero contante y sonante y que posea medio milln de rublos, ms una renta por valor de tanto y cuanto... "Le sali bien la cuenta, pens yo, y me sal a la calle. (Un rbol de No y una boda, Dostoievski)
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  • Francia Guy de Maupassant (1850-93) ms de trescientos cuentos realismo simple, irona mordaz y humor socarrn pesimismo y desesperacin Temas: campesinos normandos, los pequeos burgueses, la mediocridad de los funcionarios, la guerra franco prusiana Estilo sencillo, fiel transcriptor de la sociedad Tipos de terror: gil y nervioso, exclamaciones e interrogaciones, presencia obsesiva de la muerte y lo sobrenatural: Quin sabe?, El Horla De corte naturalista y realista: Bola de sebo y El collar
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  • Benito Prez Galds Escritos en clave poltica Confrontacin realidad/ imaginacin Estilo: Lenguaje popular Humor Irona Dilogo
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  • -Ah! -pens- de fijo que mi cabeza est en mi despacho... Vaya, que no habrseme ocurrido antes!... qu cabeza! Anoche estuve trabajando hasta hora muy avanzada... En qu? No puedo recordarlo fcilmente; pero ello debi de ser mi Discurso-memoria sobre la Aritmtica filosfico-social, o sea, Reduccin a frmulas numricas de todas las ciencias metafsicas. Recuerdo haber escrito diez y ocho veces un prrafo de inaudita profundidad, no logrando en ninguna de ellas expresar con fidelidad mi pensamiento. Llegu a sentir horriblemente caldeada la regin cerebral. Las ideas, hirvientes, se me salan por ojos y odos, estallando como burbujas de aire, y llegu a sentir un ardor irresistible, una obstruccin congestiva que me inquietaron sobremanera... Y enlazando estas impresiones, vine a recordar claramente un hecho que llev la tranquilidad a mi alma. A eso de las tres de la madrugada, horriblemente molestado por el ardor de mi cerebro y no consiguiendo atenuarlo pasndome la mano por la calva, me cog con ambas manos la cabeza, la fui ladeando poquito a poco, como quien saca un tapn muy apretado, y al fin, con ligersimo escozor en el cuello... me la quit, y cuidadosamente la puse sobre la mesa. Sent un gran alivio, y me acost tan fresco. Dnde est mi cabeza? Benito Prez Galds
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  • Leopoldo Alas (Clarn) 1852-1901 Pip, Adis cordera Importantes descripciones Personajes en situaciones lmite Conflicto sociedad/civilizacin Cierto naturalismo
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  • -Adis, Rosa!... Adis, Cordera! -Adis, Pinnl Pinn de mo alma!... All iba, como la otra, como la vaca abuela. Se lo llevaba el mundo. Carne de vaca para los glotones, para los indianos; carne de su alma, carne de can para las locuras del mundo, para las ambiciones ajenas. Entre confusiones de dolor y de ideas, pensaba as la pobre hermana viendo el tren perderse a lo lejos, silbando triste, con silbido que repercutan los castaos, las vegas y los peascos... Qu sola se quedaba! Ahora s, ahora s que era un desierto el prao Somonte. -Adis, Pinn! Adis, Cordera! Con qu odio miraba Rosa la va manchada de carbones apagados; con qu ira los alambres del telgrafo. Oh!, bien haca la Cordera en no acercarse. Aquello era el mundo, lo desconocido, que se lo llevaba todo. Y sin pensarlo, Rosa apoy la cabeza sobre el palo clavado como un pendn en la punta del Somonte. El viento cantaba en las entraas del pino seco su cancin metlica. Ahora ya lo comprenda Rosa. Era cancin de lgrimas, de abandono, de soledad, de muerte. En las vibraciones rpidas, como quejidos, crea or, muy lejana, la voz que sollozaba por la va adelante: -Adis, Rosa! Adis, Cordera!