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Espacio y recorrido en Alvar Aalto Autor: Daniel García-Escudero ([email protected]) Director: Víctor Brosa Real Programa de Doctorado: Projectes Arquitectònics Departament de Projectes Arquitectònics (PA) ETSAB/ETSAV Tesis presentada para obtener el título de Doctor por la Universitat Politècnica de Catalunya Septiembre 2012

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  • Espacio y recorrido en Alvar AaltoAutor: Daniel Garca-Escudero ([email protected])Director: Vctor Brosa Real Programa de Doctorado: Projectes ArquitectnicsDepartament de Projectes Arquitectnics (PA)ETSAB/ETSAVTesis presentada para obtener el ttulo de Doctor por la Universitat Politcnica de CatalunyaSeptiembre 2012

  • Agradecimientos

    A la Alvar Aalto Foundation, por su colaboracin en la bsqueda y obtencin de la mayor parte del material con el cual se ha desarrollado esta tesis doctoral. En especial, quisiera recordar a Merja Vainio, Mia Hipeli, Arne Heporauta, Tomi Sum-manen y Gareth Griffi ths, por su clida acogida y su ayuda durante las estancias en Finlandia.

    A la Danmarks Kunstbibliotek, y en espacial a Claus M. Smidt, siempre tan amable y atento.

    A la biblioteca del Museo de Aalborg, que facilit sus fondos para el desarrollo de la tesis.

    Al Departament de Projectes Arquitectnics y a la Escola Tcnica Superior dArquitectura de Barcelona (ETSAB) de la Universitat Politcnica de Catalunya, y a la Agncia de Gesti dAjuts Universitaris i de Recerca, por la concesin de diversas becas de investigacin (FPI-UPC y BE).

    Al director de la tesis, el profesor Vctor Brosa Real, y a todos aquellos amigos y compaeros que con sus consejos y comentarios han ayudado a fi nalizar el duro trabajo realizado a lo largo de estos ltimos aos.

  • El arte es la actividad ms revolucionaria que quepa pensarse, puesto que crea la originalidad, pero exactamente por esto es la ms conservadora porque fundamenta la tradicin. La obra modlica, que por su originalidad es nica e inmutable, con su ejemplaridad da lugar a un estilo, es decir, a una

    corriente de obras afi nes.

    L. Pareyson, Tradicin e innovacin

  • PREFACIOAlgunas intuiciones iniciales El dibujo como herramienta de proyecto Tres lecturas previas: releyendo la crtica aaltiana

    CAPTULO ILa Biblioteca de Viipuri (1927-35)La obra publicadaReelaboracin del material publicadoAlvar Aalto y los espacios para la lecturaEl lugarEvolucin del proyectoItinerariosResumen del proceso de proyecto

    CAPTULO IIEl Pabelln fi ns para la Exposicin Internacional de Pars (1936-37)La obra publicadaReelaboracin del material publicadoAlvar Aalto y los pabellones expositivosEl lugarEvolucin del proyectoItinerariosResumen del proceso de proyecto

    CAPTULO IIIEl Ayuntamiento de Syntsalo (1949-52)La obra publicadaReelaboracin del material publicadoAlvar Aalto y los espacios urbanosEl lugarEvolucin del proyectoItinerariosResumen del proceso de proyecto

    CAPTULO IVEl Museo de Bellas Artes de Aalborg (1958-72)La obra publicadaReelaboracin del material publicadoAlvar Aalto y la luz nrdicaEl lugarEvolucin del proyectoItinerariosResumen del proceso de proyecto

    111516

    2628303337397992

    949698101103105135142

    144146148151153155189206

    208210212215217219249260

    NDICE

  • CAPTULO VEl Teatro de la pera de Essen (1959-88)La obra publicadaReelaboracin del material publicadoAlvar Aalto y los espacios escenogrfi cosEl lugarEvolucin del proyectoItinerariosResumen del proceso de proyecto

    POSFACIOEl espacio central y el recorrido perimetralTh e autonomous room: espacio continuo versus espacio discontinuo La percepcin sensible: la consistencia material de los itinerariosCuadro comparativo

    BIBLIOGRAFA

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    01 Vestbulo del edifi cio principal de la Uni-versidad de Jyvskyl, 1951-59.02 Acceso a los foyers de la pera de Essen, 1959-88.

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    Algunas intuiciones iniciales

    Hablar del anlisis de la estructura arquitectnica nos acerca a una concepcin de la arquitectura como ciencia y nos deja entrever la posibilidad de establecer principios. () Creo que el primer principio de toda teora consiste en la obstinacin sobre algunos temas, y que es propio de los artistas, de los arquitectos especialmente, el hecho de cen-trarse sobre un tema a desarrollar, de efectuar una opcin en el interior de la arquitectu-ra y de querer resolver siempre un mismo problema.

    Aldo Rossi. Autobiografa cientfi ca

    ALGUNAS INTUICIONES INICIALES

    Esta tesis doctoral parte, como cualquier investigacin, de una intuicin que se transforma en hiptesis y, por tanto, en vehculo que gobierna el desarrollo de toda una argumentacin. En este caso, las intuiciones iniciales tienen su origen en un viaje por tierras nrdicas donde por primera vez visito algunas obras del arquitecto fi ns Alvar Aalto. A raz del viaje, en verano de 2004, comienzo a investigar su arquitectura y la ex-periencia emprica inicial da paso a un acercamiento intelectual a travs de los planos y los documentos que se generaron para producir parte de su legado arquitectnico.

    Esos primeros acercamientos fsicos e intelectuales me sirvieron para comenzar a intuir que uno de los aspectos bsicos de su arquitectura es la manera en la que se pro-duce, controla y regula el recorrido de los usuarios. La estratgica disposicin de los cuerpos en sus conjuntos responde, en muchas ocasiones, a disposiciones que marcan y potencian los itinerarios hacia y a travs de ellos. De la misma manera, los sinuosos y generosos vestbulos, y las tendidas y ergonmicas escaleras tienen como objetivo modelar, como si de un material blando se tratase, el movimiento de los usuarios al atravesar sus espacios y acariciar todos aquellos elementos y materiales que los arti-culan, como pavimentos, barandillas y pomos.

    Uno se mueve y se orienta con naturalidad entre las diferentes edifi caciones que componen, por ejemplo, los conjuntos universitarios de Otaniami y Jyvskyl. En ellos podemos encontrar vestbulos que atraviesan las plantas bajas y potencian la circula-cin no slo interior, sino tambin entre los mbitos exteriores defi nidos por los pro-pios volmenes. Tambin es fcil adivinar la importancia de las reas de circulacin en la defi nicin de los espacios interiores de edifi cios pblicos como el Museo de Aalborg o la pera de Essen. Las reas de recepcin y movimiento acaban estructurndolos hasta el punto que compiten en superfi cie con los usos musesticos y de representacin, respectivamente.

    Esta primera hiptesis da lugar, de manera inmediata, a una segunda conjetura, tambin relevante. Si el recorrido es un tema fundamental en su arquitectura, existe alguna estructura formal u organizacin que potencie dichos recorridos?, es posible encontrar alguna disposicin u orden recurrente que junto con los itinerarios establez-can una maniera aaltiana? Aunque la respuesta no implica la existencia de una solucin general y absoluta, s invita a analizar los proyectos intentando subrayar aquello que permanece y persiste por encima de los encargos particulares.

    Desde dicho punto de vista, no es difcil percatarse de que cuando nos movemos por las obras de Aalto lo solemos hacer en torno a un espacio central, cubierto o descu-bierto, respecto al cual se generan tangencialmente tanto nuestros movimientos como los diferentes volmenes que los acogen. Este tipo de orden, en muchas ocasiones for-malizado a travs del arquetipo del patio o del hall, nos conduce a la disposicin de planta central y su transgresin como estrategia tipolgica recurrente.

    Vista as su arquitectura, el patio central del Pabelln fi ns en la Exposicin de Pa-

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    rs de 1937 o el del Ayuntamiento de Syntsalo, la sala de estar de las viviendas de la Hansaviertel, o el escenario de la pera de Essen, con independencia de su dimensin y uso, son entendidos a travs de un mismo orden que reconoce un centro como gozne compositivo y espacial. Un gozne que, dicho sea de paso, tambin sirve de referencia para movernos y desplazarnos, en general de una manera perimetral y envolvente.

    Estos dos pilares esenciales sobre los que se cimentar todo el discurso y que que-dan recogidos de manera literal en el ttulo de la tesis se convierten en una invariante en gran parte de sus obras, con independencia de la escala, el programa, el emplaza-miento y su situacin en la trayectoria cronolgica de Aalto. No se trata de estrategias aisladas o soluciones parciales a problemas concretos, sino que estamos ante dos de los principios fundamentales en su arquitectura. Principios que en mayor o menor medida aparecen ya desde las etapas iniciales de su carrera.

    Ambas conjeturas han sido recogidas con anterioridad aunque de forma parcial por algunos crticos, como Juhani Pallasmaa, Alan Colquhoun o Rafael Moneo. El pri-mero ha defi nido la arquitectura de Aalto como episdica y secuencial, refi rindose de forma indirecta al tema del trnsito de los usuarios:

    Otra sealada estrategia de organizacin () es su manera de componer un edifi cio a base de episodios, escenas o actos separados, tales como la representacin de un edifi cio a travs de su silueta, el invitador gesto de una vista o un patio de acceso, el espacio del vestbulo con su ambiente de acogedora bienvenida, el efecto de realce de la escalera principal, y la memorable imagen de satisfaccin de los espacios principales ().1

    Colquhoun, por su parte, ha puesto el nfasis en la organizacin general de los con-juntos aaltianos a partir de un ncleo sobre el cual se sitan las diferentes partes de los complejos programas que suele abordar el arquitecto fi ns:

    Aalto agrupa los elementos subsidiarios con libertad alrededor de un ncleo central. El edifi cio deviene as una especie de ciudad cuyos elementos perifricos se colocan en su lugar a travs de un tropismo. Los grupos de funciones se ordenan en conjuntos cerra-dos que en parte se revelan de nuevo en el interior del siguiente conjunto o en el mismo ncleo. Esta formacin por capas sucesivas es un ingrediente importante en la obra de Aalto, donde la substraccin de formas resulta tan importante como su adicin o su yuxtaposicin.2

    El profesor Rafael Moneo ha ido un poco ms all y, repasando los teatros aaltianos, ha relacionado ambas estrategias con la pera de Essen:

    El edifi cio de Aalto considera naturalmente tambin sus problemas urbansticos, pero los considera ms desde esta sensacin de proceder desde el centro, y recoger el proble-ma del contorno sin darle casi nunca preferencia absoluta.Una condicin tipolgica que, aludiendo otra vez ms a esta cualidad de acceso fl uidal y natural, digamos que localiza, o encamina, o dirige, o encauza a travs de este gesto de apertura la entrada de pblico y que de un cierto modo va orgnicamente produciendo el acceso como una envolvente con esta posicin, tambin siempre del acceso tangente, del que Aalto va a ser tan amante.3

    1 PALLASMAA, Juhani. Hapticidad, Intimidad y Tiempo: La lgica de las imgenes de Alvar Aalto. A: Alvar Aalto. Visiones Urbanas. Catlogo de la exposicin. Madrid: Fundacin ICO, 1999.2 COLQUHOUN, Alan. Alvar Aalto: Type versus Function. LArchitecture dAujourdhui, junio 1977. 3 MONEO, Rafael. Principios tipolgicos en la obra de Alvar Aalto. Conferencia en la ETSAB dentro del ciclo Alvar Aalto i la difussi del Moviment Modern. Barcelona, 1981.

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    Algunas intuiciones iniciales

    La tesis, por tanto, a de acudir a estudios anteriores para completarlos y ampliarlos, poniendo el nfasis no tanto en el qu sino en el cmo. No se trata, as, de juzgar la originalidad de las estrategias mencionadas, sino el modo concreto con el cual Alvar Aalto las lleva a cabo. Con este objetivo, los anlisis que se proponen como vehculos para hacer avanzar las hiptesis se centrarn en el proceso de proyecto, en el cmo han sido ideadas, elaboradas y realizadas. Se describirn y analizarn desde los primeros esbozos hasta los ltimos detalles, intentando reconstruir la secuencia de decisiones y soluciones que se incorporan conforme se avanza en la defi nicin de las propuestas.

    En concreto se estudiarn cinco obras construidas a lo largo de las seis dcadas de trabajo: la Biblioteca de Viipuri (Finlandia, 1926-35), el Pabelln de Finlandia para la Exposicin Internacional de Pars (1936-1937), el Ayuntamiento de Syntsalo (Fin-landia, 1949, 1950-52), el Museo de Arte en Aalborg (Dinamarca, 1958, 1969-1973) y la pera de Essen (Alemania, 1959, 1961-64, 1981-88). La eleccin pretende hacer po-sible una mirada lo ms amplia posible a su arquitectura y sus diferentes etapas, a partir de casos concretos dilatados en el tiempo, con diferentes usos y emplazamientos.4

    Las obras escogidas tienen en comn dos aspectos que se han considerado claves para su eleccin. En primer lugar, se construyen en entornos al margen de situacio-nes urbanas estrictas. En los cinco casos el proyecto trasciende a la edifi cacin para construir un lugar, donde con relativa libertad se ha podido escoger la ubicacin y la transformacin de los alrededores inmediatos. Desde el punto de vista del trnsito de los usuarios, este grado de libertad potencia la formalizacin de la aproximacin e ingreso en los edifi cios.

    En segundo lugar, todos ellas comparten una dimensin pblica, colectiva, muy presente en la mayora de propuestas de Aalto. Este aspecto esclarece la importancia concedida a todos aquellos espacios que tienen por objetivo ordenar espacialmente las actividades de los usuarios y su vivencia de la arquitectura. Aunque la escala domstica pueda llegar a una intensidad arquitectnica similar a la que se plantean en proyec-tos de mayor envergadura, se ha considerado que los condicionantes particulares del encargo de una casa pueden impregnarla de decisiones personales e ntimas que nos alejaran de la dimensin disciplinar que se pretende abordar en este estudio.

    A continuacin, por tanto, se emprende el anlisis de dos de los aspectos ms rele-vantes en nuestra disciplina, el espacio arquitectnico y el recorrido. Pero no desde una ptica fi losfi ca o conceptual, sino desde su implicacin concreta en el proyecto arqui-tectnico y en los usuarios que lo habitan. En defi nitiva, en esta tesis vamos a tratar del recorrido como ingrediente esencial en la percepcin y generacin del espacio en la obra de Aalto.

    4 Cabe matizar, sin embargo, que las obras protagonistas de cada captulo no se analizan aisladamente, sino que se intentan poner en relacin con todos aquellos proyectos, precedentes o posteriores, que las contextualizan y les dan sentido.

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    03 Estudios previos para el concurso del Par-lamento de Finlandia, Helsinki, 1923.04 Estudios previos para el Museo de Aal-borg, Dinamarca, 1958.

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    El dibujo como herramienta de proyecto

    EL DIBUJO COMO HERRAMIENTA DE PROYECTO

    Para emprender los anlisis que se acaban de anunciar, se ha realizado una investi-gacin exhaustiva en los archivos de Alvar Aalto en Finlandia, tanto en Jyvskyl como en Helsinki. De entre todo el material que se ha podido recopilar y analizar, se ha pres-tado una especial atencin a los dibujos y bocetos que el propio arquitecto realiza en las fases iniciales de las propuestas. Dicho material, adems de los planos de ejecucin, las fotografas y las maquetas, ha sido la base para emprender el seguimiento analtico de los proyectos. Parte de la contribucin al conocimiento de la obra de este arquitecto fi ns recae, as, en la aportacin grfi ca de la tesis. Dicha aportacin sigue un discurso lineal y autnomo en el cual se ha intentado ordenar todo ese material grfi co aten-diendo a criterios arquitectnicos, ya que en muchas ocasiones los dibujos y planos no estn fechados.

    Desde este punto de vista, se podra afi rmar que los bocetos de trazo ondulante y vibrante no slo son un signo de identidad de Aalto, sino tambin un vehculo para profundizar en su arquitectura. Todo ese material grfi co permite estudiar las obras desde sus primeras fases, e incluso ordenar todo su proceso de elaboracin para com-prender mejor su concepcin. As, son de vital importancia aquellos dibujos y esbozos que l mismo realiza y que luego sern la base para que sus colaboradores desarrollen las propuestas.

    El propio arquitecto concede una especial importancia a ese material cuando se publica el primero de los tres tomos de sus obras completas, en 1963. En l vemos como los esbozos y croquis iniciales se presentan junto con los dibujos fi nales, las maquetas y las fotografas. Los primeros croquis se convierten en el desencadenante de un proceso creativo que ya contiene, en gran medida, las soluciones fi nales.

    No hay que olvidar que Aalto se forma en el Instituto de Tecnologa de Helsinki, dentro de un programa acadmico Beaux Arts, con sus usuales tcnicas de represen-tacin acadmica: plantas, alzados y secciones. Estos documentos deban fi gurar en la misma lmina con el objetivo de entender mejor la reciprocidad entre ellos y, en defi nitiva, el carcter volumtrico de la arquitectura. Al mismo tiempo, el joven Aalto vive, durante sus aos de formacin acadmica, el punto lgido del Movimiento Nacio-nal Romntico y su acentuada visin pintoresca de la realidad. Este movimiento pone ms nfasis en las perspectivas control volumtrico del objeto arquitectnico y en la utilizacin de tcnicas de representacin que permitan registrar las texturas, las luces y sombras de las superfi cies. Se valora el impulso creativo del artista a travs de los trazos de sus manos y su traslacin a los bocetos. No obstante, el lpiz blando es una de las tcnicas que ms utilizan los integrantes de este movimiento, como Eliel Saarinen (1873-1950).

    Considerando estas circunstancias, es fcil apreciar como en los dibujos de sus pri-meros encargos combina el dibujo frontal acadmico, con su abatimiento de plantas, alzados y secciones, con pequeos esbozos perspectivos en los mrgenes del papel. Lo mismo ocurre con sus numerosos bosquejos de viaje. Durante ms de cuatro dcadas, Aalto se dedica a plasmar en esbozos rpidos y giles aquellos elementos de la arquitec-tura, y especialmente del paisaje, que le interesan.

    En defi nitiva, los dibujos y esbozos encierran muchos de los aspectos formales y tericos del proyecto arquitectnico. En realidad, en el caso de Aalto guardan con clari-dad los objetivos y preocupaciones que se pondrn de manifi esto en la obra construida. Son un instrumento de refl exin y comprobacin de ideas y soluciones especifi cas. En conclusin, son la primera manifestacin de la idea del proyecto.

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    La crtica arquitectnica que me interesa es la que se centra en el estudio de las obras y trata de desentraarlas para saber cmo han sido hechas. Una crtica que pretende reproducir, en la medida de lo posible, el proceso mental que ha seguido el artfi ce para producir la obra.

    Una opinin sobre la crticaCarles Mart Ars

    Centrarse en unos pocos textos como manera de abordar lo que ha sido la crtica de la obra aaltiana supone, quizs, un ejercicio de osada y seguramente tambin de simplifi cacin o exclusin. Sin embargo, no sin ciertas dosis de pragmatismo, se han escogido tres anlisis podramos decir que clsicos que resumen de una manera til aquellos planteamientos y temas que nos interesan para contextualizar las hiptesis lanzadas y los argumentos que guiarn los captulos.

    Se trata de tres textos situados en dos momentos muy concretos de la carrera de Aalto. El primero de ellos, Complejidad y contradiccin en arquitectura (1966)1, no aborda slo la arquitectura aaltiana, aunque est presente en la mayora de las ideas que lanza Robert Venturi. Se escribe en un momento en el cual comienza a forjarse la imagen clsica del arquitecto fi ns, a principios de los sesenta. Una poca ya de plena madurez del maestro, con la mayora de las obras importantes completadas o en construccin.

    Los otros dos textos se realizan casi al mismo tiempo. Aunque tampoco en ambos casos Aalto capitaliza todas las refl exiones, si nos permitirn comprender la cultura arquitectnica donde se funda su quehacer. Se trata del conocido libro de Colin Rowe, Collage City (1978)2, y de la tesis publicada de Demetri Porphyrios, Sources of Modern Electicism (1982)3. Publicados ambos poco despus de la muerte de Aalto, nos servirn como vehculo terico para enmarcar algunas de las cualidades de la modernidad ms ortodoxa y confrontarlas con las estrategias aaltianas.

    1 VENTURI, Robert. Complexity and Contradiction in Architecture. Nueva York: Museum of Modern Art, 1966Aunque el libro se acaba publicando en 1966, se elabora durante los cincuenta y se fi naliza, mayoritariamente, en 1962.2 ROWE, Colin; KOETTER, Fred. Collage City. Cambridge, Massachusetts: Th e MIT Press, 1978.3 PORPHYRIOS, Demetri. Sources of modern eclecticism: studies on Alvar Aalto. London: Academy, 1982.

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    Tres lecturas previas: releyendo la crtica aaltiana

    TRES LECTURAS PREVIAS: RELEYENDO LA CRTICA AALTIANA

    Robert Venturi y el anlisis de la arquitectura aaltiana

    Uno de los textos tericos ms importantes e infl uyentes del siglo XX en el campo de la arquitectura es, sin lugar a dudas, Complejidad y contradiccin en arquitectura. Por diversos motivos que exceden ahora este estudio, resulta hoy til rescatar algunas de las ideas que el joven Venturi difunde en un momento en el cual los eslganes de la mo-dernidad comienzan a tambalearse. En la base de muchas de ellas podemos encontrar las obras de Aalto como paradigma de los argumentos que, por otro lado, se ilustran a travs de una gran variedad de ejemplos de todos los tiempos. Repasar algunas de las apreciaciones de Venturi nos permitir entender mejor los mecanismos proyectuales del arquitecto fi ns5.

    Para contextualizar el libro, conviene advertir que en los cincuenta los textos crti-cos sobre la obra aaltiana no son muy abundantes y sobre todo se cien a los escritos de Sigfried Giedion. ste menciona a Aalto slo de pasada en la primera edicin (1941) de Space, Time and Architecture6. Una dcada despus, en 1950, publica el artculo Alvar Aalto en la revista Th e Architectural Review7. Este artculo se reproduce casi ntegra-mente en la versin revisada de Space, Time and Architecture de 1952 bajo el ttulo Al-var Aalto: Elemental and Contemporary, de casi cincuenta pginas de extensin. En dicho artculo bautiza al arquitecto fi ns como representante de lo irracional-orgnico, tildndolo de genio que trabaja sobre todo a travs de la inspiracin. Finalmente, en la quinta edicin, de 1967, el captulo terminar titulndose Alvar Aalto: Irrationality and Standardization, dejando entrever la propia evolucin intelectual de Gideon desde la lejana primera edicin de 1941.

    Estos escritos construyen la imagen cannica de Aalto, al que se transforma en el adalid de la superacin de la primera modernidad. Dos de los estudiosos ms tenaces de la obra del arquitecto fi ns, Leonardo Mosso y Gran Schildt, recogern el testigo de Giedion y perpetuarn la visin irracional-orgnica. Por el contrario, Venturi aporta un punto de vista alejado de estos tpicos:

    Giedion ha escrito sobre la singular combinacin de la estandarizacin con la irracio-nalidad, de manera que la estandarizacin de Aalto no es ya la que manda, sino la que sirve. Prefi ero pensar en el arte de Aalto como contradictorio en lugar de irracional un sabio reconocimiento de lo circunstancial y de lo contextual y de los lmites inevitables del orden de la estandarizacin.

    Quizs Aalto sea el nico arquitecto moderno que desarrolla muchas de las estra-tegias que despus Venturi investiga y desarrolla a lo largo de su carrera intelectual y profesional: el trabajo de Alvar Aalto ha resultado el mejor de todos los arquitectos modernos. Es para m, la fuente ms rica para aprender por su arte y su tcnica8. En la obra del arquitecto fi ns se puede encontrar una arquitectura capaz de aceptar con-tradicciones y que responde con complejidad al medio fsico en el que se produce y a las exigencias del programa.

    5 Resulta evidente tambin que los sucesivos anlisis sobre la obra de Aalto se han cimentado, no anecdticamen-te, en las tempranas observaciones que realiza Venturi.6 GIEDION, Sigfried. Space, Time and Architecture: Th e Growth of a New Tradition. Cambridge: Harvard Uni-versity Press, 1941.7 GIEDION, Sigfried. Alvar Aalto. Th e Architectural Review. 1950, nm.2. 8 VENTURI, Robert. Alvar Aalto. Arkkitehti, 1976, nm. 7-8, vol. 73, pp. 66-67 [Publicado con posterioridad en el libro del mismo autor A View from the Campidoglio. Selected Essays 1953-1984]

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    No obstante, aunque los arquitectos ms mencionados en el libro son Le Corbusier y Kahn, Vicent Scully, en la introduccin a la primera edicin, afi rma que la teora de Kahn sobre las instituciones fue fundamental para todos estos arquitectos [america-nos de la poca], pero Venturi evita las preocupaciones estructurales de Kahn a favor de un mtodo funcional ms fl exible que se acerca ms al de Alvar Aalto, de manera que Venturi valora sobre todo las acciones de los hombres y el efecto de las formas artsticas sobre su espritu.

    Estos comentarios no resultan extraos si tenemos en cuenta que slo unos aos antes de la publicacin de Complejidad y contradiccin, Scully publica Modern Architec-ture. Th e Architecture of Democracy9. En ese libro, que se reedita en 1974, Scully valora muy especialmente el afn del arquitecto fi ns por proyectar volmenes arquitectni-cos capaces de ser al mismo tiempo funcionales y fl exibles sin abandonar los aspectos plsticos y expresivos. La complejidad de las soluciones formales aaltianas siempre per-siguen, segn el crtico norteamericano, la valoracin de la actividad de las personas, su bienestar fsico y psicolgico:

    El diseo de Aalto es convincente porque, a diferencia del nuevo clasicismo [se refi ere a las ltimas obras de Mies en Estados Unidos], se interesa por lo que la gente hace y, a diferencia de la obra de Wright, no trata de suavizar sus acciones en estructuras rtmicas nicas. Por otra parte, sigue siendo parcialmente pintoresco, porque la estructura es desplazada y sometida a los criterios de composicin de los volmenes.

    Venturi recoge el testigo de estos comentarios y seala las virtudes de los proyectos de Aalto en los mismo trminos. En primer lugar seala un aspecto fundamental en su manera de proyectar, la adecuacin entre forma y programa, donde el programa, en muchas ocasiones complejo y contradictorio, se convierte en el detonante del proyecto:

    () los crticos de Aalto lo han alabado principalmente por su sensibilidad a los mate-riales naturales y por sus bellos detalles y han considerado el conjunto de la composicin premeditadamente pintoresca. Yo no considero pintoresca la iglesia de Imatra de Aalto. Al traducir sus volmenes la autntica complejidad de una planta dividida en tres partes y la forma del techo acstico, esta iglesia supone un expresionismo justifi cado () La complejidad de Aalto forma parte del programa y estructura del conjunto en lugar de ser un ardid justifi cado slo por el deseo de expresin.

    Y como no poda ser de otra manera, esa complejidad es inclusiva, esto es, capaz de admitir lo diverso y lo irregular, una arquitectura que rehye la simplifi cacin como objetivo:

    Intrnseco a una arquitectura del antagonismo es el todo inclusivo. La unidad del in-terior de la iglesia de Imatra, o del complejo de Wolfsburg, no se consigue a travs de la supresin o la exclusin sino a travs de la inclusin dramtica de las partes contra-dictorias o circunstanciales. La arquitectura de Aalto responde a las difciles y sutiles condiciones del programa, mientras la arquitectura serena, por otra parte, se esfuerza en simplifi carlas.

    Lejos est aqu aquella antigua voluntad miesiana de crear un espacio que sirva para cualquier funcin, como apunta Fullaondo en un artculo aparecido en Nueva Forma el mismo ao de publicacin del texto de Venturi, 1966.10 En ese texto, Fullaon-

    9 SCULLY, Vincent. Modern Architecture. Th e Architecture of Democracy. New York: George Braziller, 1961.10 FULLAONDO, Juan Daniel. Humanismo y Paradoja en la obra de Mies van der Rohe. Nueva Forma-El In-

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    do refl exiona sobre la aparente generalizacin espacial del maestro alemn, que ha ca-do en parodia cuando muchos aclitos la han interpretado como crear un espacio que no sirva para absolutamente nada. Esta deliberada humildad implica un orden espacial muy lejano a la inclusin dramtica de elementos o partes contradictorias que seala Venturi en la obra de Aalto. Tampoco el otro gran protagonista del texto de Venturi, Le Corbusier, se puede circunscribir a la idea de orden que subyace en las obras de Aalto. El par retcula-gesto que jalona los proyectos corbuserianos, como tambin apuntar Porphyrios en su tesis varios aos despus, est ms cerca de la homogeneidad miesia-na que de la heterogeneidad aaltiana.

    Le Corbusier en la Villa Savoye adapta las irregularidades circunstanciales y excepciona-les a un mtodo, por otro lado rgido y dominante [la retcula]. Pero Aalto, en contraste con Le Corbusier, casi parece crear el orden de las irregularidades, como puede verse en el Centro Cultural de Wolfsburg ()Mies no permite que nada se introduzca en la regularidad de su orden del punto, lnea y plano de sus pabellones siempre tan bien acabados.

    Donde s podran hacer frente comn Aalto y Le Corbusier es en la manera de eje-cutar ese deseado orden. Mientras Mies aspira a una claridad slo alcanzable a travs de las geometras ortogonales y la retculas universales, tanto Aalto como Le Corbusier no rechazan la tensin y el equilibrio que produce la convivencia de diversas geometras, cada una con un propsito que va desde la casustica del programa hasta la relacin con el entorno.

    () puede verse que Mies y Johnson rechazan todas las contradicciones de la estructura diagonal en favor de una expresin de la estructura rectangular. En muchas obras de Le Corbusier y Aalto, sin embargo, se consigue el equilibrio o quiz la tensin entre la rectangularidad de las tcnicas estndar y la lnea diagonal que expresa las condiciones excepcionales. En sus apartamentos de Bremen Aalto ha tomado el orden rectangular de la unidad bsica de vivienda de Le Corbusier () y lo ha distorsionado en diagonales para orientar la vivienda hacia el sur en busca de la luz y de la vista.

    Estas colisiones de rdenes dispares o supercontigidades son reivindicados por Venturi como una manera de quebrantar las normas, de romper las reglas compositivas clsicas. Sin embargo, esto no supone la desaparicin del orden general del conjunto, sino la percepcin de un orden quebrado, pero al fi n y al cabo un orden. En algunas obras de Aalto, esa coexistencia de matrices formales diferentes la trama ortogonal y el abanico es solventada por otro de los mecanismos estrella que apunta Venturi, la infl exin. Este procedimiento de construccin de orden ya fue contemplado por Arthur Trystan Edwards en Architectural Style, donde lo defi ni como: Fenmeno propio de las composiciones complejas en las cuales un compromiso especial con el todo refuerza las partes, o lo que es lo mismo, la deformacin de una pieza para ajustarse a otra. Una mirada atenta de los proyectos citados de Aalto pone en evidencia, como ha apuntado Joaquim Espaol11, que las lneas radiales se adaptan, con una elegante infl exin, a las directrices de las dependencias rectangulares, asegurando la consistencia de las partes con el todo.

    Ante estas cuestiones, la siguiente pregunta que cabra hacerse es si esas estrategias

    mueble, octubre de 1966, nm. 9.11 ESPAOL, Joaquim. El orden frgil de la arquitectura. Barcelona : Fundacin Caja de Arquitectos, D. L. 2001

    Tres lecturas previas: releyendo la crtica aaltiana

  • Espacio y recorrido en Alvar Aalto

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    para ordenar los espacios y las formas son las mismas en el interior y en el exterior o si, por el contrario, son dos mundos separados que responden a planteamientos diferen-tes. Venturi lo deja claro:

    () el propsito esencial de los interiores de los edifi cios es encerrar en lugar de dirigir el espacio y separar el interior del exterior () La funcin de la casa de proteger y pro-veer el aislamiento psicolgico y fsico es una funcin antigua.

    En el caso de Aalto, no es difcil encontrar ejemplos en los que el contorno interior y el perfi l exterior difi eren y generan lo que Venturi bautiza como espacio residual, un espacio a veces inerte, en otras ocasiones catalizador de la luz o de los recorridos entre estancias espaciales estancas. Los ejemplos son mltiples, aunque Venturi seala dos. En primer lugar la casa Louis Carr, en Bazoches-sur-Guyonne (Francia, 1956-61), y en particular la seccin longitudinal por el hall de acceso y exposiciones: el perfi l curvi-lneo del falso techo interior, enfatizando la centralidad del hall, contrasta con el tajante plano inclinado que remata su cubierta. En segundo lugar un ejemplo que Venturi utiliza con asiduidad, la Iglesia de Imatra. Ambos ejemplos muestran la libertad con la que el arquitecto fi ns maneja el permetro de sus edifi cios, hacindolo corresponder a veces con la necesidades interiores y en otras ocasiones infl exionndolo en relacin a alguna situacin o elemento exterior.

    La separacin de las aberturas de las ventanas interiores y exteriores en la iglesia de Ima-tra de Aalto modifi ca de una manera similar la luz y el espacio. Un tratamiento de este tipo es nico en la arquitectura reciente.

    En los innumerable ejemplos que son convocados en el libro, desde el templo de Karnak hasta Santa Maria dellAssunzione en Arricia, Venturi muestra su fascinacin por la serie escalonada de cosas dentro de cosas o de cerramientos dentro de cerra-mientos, a modo de forros que sucesivamente envuelven el espacio. Aunque no se acu-de al Museo de Aalborg (1958-72) o a la pera de Essen (1959-88) que analizaremos a lo largo de la tesis, ambos proyectos encajan con facilidad en esa percepcin de que Aalto genera el espacio, sobre todo en los teatros y peras, a base de la sucesin de mbitos, unos dentro de otros, que de forma progresiva te conducen a un centro desde donde se genera la obra.

    En conclusin, son caractersticas propias de las arquitecturas que Venturi reivindi-ca, incluidas las de Aalto, las asimetras y las yuxtaposiciones, los quiebros y las ruptu-ras, los fragmentos y los cambios de escala, y todo dirigido a una naturalidad, esto es, a una espontaneidad y sencillez en el trato y modo de proceder12. Todo ello sin dejar de valorar el compromiso con el difcil conjunto como una pretensin de unidad que no renuncia a la autonoma e independencia de las partes, como bien tendremos oca-sin de comprobar a lo largo de los anlisis. En los ejemplos que seala Venturi, desde el barroco ingls de Vanbrugh hasta Lutyens, Aalto o Moretti, la unidad de la obra no conlleva una jerarquizacin que obvie la autonoma y libertad de los elementos y las partes. As, esas partes, autnomas en parte y con funciones dispares, contribuyen al conjunto sin necesidad de ser incluidas en frreas estructuras portantes o formales.

    Venturi por fi n sistematiza algo que Aalto ya nos haba comunicado con sus proyec-tos: que la arquitectura es una disciplina impura, un arte heterogneo donde la unin de formas de naturaleza material y formal diferentes a veces es el camino para el pro-yecto idneo ya no nos atrevemos a decir bello.

    12 Diccionario de la lengua espaola (Vigsima segunda edicin).

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    Rowe y Porphyrios: marco cultural de la arquitectura aaltiana

    De los textos de Rowe implcitamente y Porphyrios explcitamente podremos extraer diversas lecciones sobre la modernidad en general y sobre las propuestas de Aalto en particular. Ambos nos ayudarn a ver cmo la cultura moderna se confronta con la arquitectura del pasado y cmo algunos espacios urbanos histricos, como la ciudad medieval, el gora o el foro, son recogidos de manera parcial en los proyectos del arquitecto fi ns. De los textos podremos destilar la voluntad de Aalto de alejarse de la comprensin del orden arquitectnico como simple geometra, para entenderlo desde la relacin justa entre los elementos que conforman una edifi cacin o un lu-gar pblico por mera contigidad. En cierta manera, aspectos que comienza a sugerir Venturi y que adquieren un gran protagonismo en la crtica posterior a la muerte del arquitecto fi ns.

    En Collage City, Rowe habla del ideal de la vuelta a la naturaleza en la ciudad mo-derna y de su proyecto de dentro hacia fuera, que deja sin sentido al espacio de la ciudad. Resulta especialmente interesante el captulo titulado: la crisis del objeto: difi -cultades de textura. En l trata de exponer la diferencia entre la ciudad tradicional y la que se est gestando desde la primera mitad del siglo XX con la arquitectura moderna. El argumento principal parte de una inversin topolgica en trminos de fi gura-fondo.

    En la ciudad tradicional, las estructuras urbanas se presentan como una masa con-tinua multifuncional diferenciada de sus alrededores, del campo. En esa masa, en ese fondo segn el vocabulario de Rowe, se recortan las fi guras de los espacios libres: los patios, las calles y las plazas. De esta manera, campo y ciudad se exhiben como dos realidades complementarias, aunque separadas. La ciudad es un elemento acotado en el paisaje que establece con l determinados vnculos, como balcones que se asoman a las vistas o caminos que se adentran en el territorio. El artefacto urbano se entiende, as, como un objeto acotado, reconocible y abarcable.

    En contraposicin, la ciudad moderna fundamentalmente la ciudad-parque de Le Corbusier se basa en un fondo continuo donde aparentemente se sitan las edifi cacio-nes a modo de fi guras autnomas e independientes. La masa contina y acotada tradi-cional se convierte en un vaco con una radical separacin de las funciones y articulado por objetos fi guras que puntan y acotan los espacios urbanos.

    Estos dos modelos de ciudad tienen dos claros referentes histricos: el gora y el foro. Ambas propuestas urbanas no slo establecen la etimologa de la relacin fi gura-fondo de la teora de Rowe, sino que son dos formas esenciales de entender la formula-cin de los lugares pblicos en la ciudad.

    El gora es, en su origen, el lugar de reunin de los ciudadanos de la ciudad griega y helenstica, un lugar para la comunidad. Con el tiempo, sobre todo a partir del siglo V aC., fue adquiriendo un carcter ms comercial. En su sentido ms primordial, el gora es un espacio abierto una plaza rodeado de edifi cios destinados a las funciones pblicas no religiosas, desarrolladas en las acrpolis. Estos diferentes edifi cios pblicos, como el prytaneum o el beleuterium, mantienen su autonoma formal y cada uno pre-senta su propia estrategia de implantacin. Una compleja red de relaciones visuales y espaciales los relaciona sin mermar su autonoma ni supeditarlos a unas leyes geomtri-cas comunes. El conjunto urbano se establece como una estructura abierta convexa, sin lmites precisos, y en ntima relacin con la naturaleza circundante. Dentro de la teora de Rowe, el gora se sita del lado de las propuestas modernas de ciudad, donde el fondo siempre es un espacio libre y los edifi cios fi guras autnomas que lo puntan.

    El otro gran modelo es el foro. A diferencia del gora, en el foro desde un princi-

    Tres lecturas previas: releyendo la crtica aaltiana

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    pio tienen cabida tanto las funciones pblicas como las religiosas y mercantiles de la comunidad. Por otro lado, el foro se propone como un espacio acotado y recintado, determinado por la yuxtaposicin y acumulacin de los edifi cios pblicos y religiosos. Estas piezas, a modo de conglomerado, pierden parte de su autonoma en favor de un conjunto que se vuelca sobre una serie de mbitos plazas desligados de la naturaleza que los rodea. El espacio urbano adquiere as la condicin de un interior cncavo, de una fi gura recortada sobre el magma edifi cado13.

    Tanto los dos modelos histricos como la formulacin de la ciudad tradicional y moderna tienen su consecuencia directa en la edifi cacin a la que estn ligadas, como se sugiere en el ttulo del captulo. Las dos palabras claves del ttulo son objeto y textura. Los objetos, como entes aislados y tendentes a la perfeccin por s mismos, formulan un espacio urbano basado en edifi cios convexos mutuamente relacionados. Por textura, en cambio, entendemos aquella arquitectura capaz de generar un tejido continuo donde se generan tanto fachadas hacia espacios urbanos colectivos, como hacia mbitos libres interiores recortados en la edifi cacin.

    Aunque no de forma exclusiva, en trminos generales los objetos seran ms ca-ractersticos del gora y de la ciudad moderna, mientras que sera ms propio del foro y de la ciudad tradicional el entendimiento de la arquitectura como textura. Rowe lo deja claro en su comparacin entre los Uffi zi de Vasari y la Unit dHabitation de Le Corbusier. Nos muestra como el segundo ejemplo podra ser un vaciado del primero: los Uffi zi son mucho ms activos urbansticamente. Una fi gura vaciada central, estable y sin duda fruto del proyecto, rodeada por una parte trasera irregular desde su propio contexto, () donde los Uffi zi dan valor tanto a lo nuevo como a lo existente. Los Uffi zi juegan un papel urbano activo formando parte del tejido y formulando tanto un espacio propio como una fachada urbana, mientras que las Unit son un objeto en busca de un modelo ideal y aislado.

    An un segundo ejemplo incide en lo anterior. En una comparacin entre el Htel de Beauvais de Le Pautre y la villa Savoye, se presenta el Htel como un ejemplo de planta libre capaz de compararse con el ejemplo de la villa, aunque las tcnicas utiliza-das para conseguirla sean opuestas. La libertad de la villa Savoye dependera de la esta-bilidad de su permetro, la del Htel de Beauvais de su cour dhonneur o patio central. Es decir, en el Htel el espacio no construido asumira el papel principal, mientras que el slido construido tendra un signifi cado menor, como una simple respuesta libre a lo adyacente. En su argumentacin, Rowe usa el trmino poch, recuperado por Venturi para designar la huella sobre el plano de la tradicional estructura gruesa, que acta separando los mbitos principales de un edifi cio; esta recuperacin promueve la idea de que un edifi cio pueda llegar a transformarse en cierto tipo de poch que sirva para dar sentido a los espacios adyacentes.

    En este contexto y frente a la postura de la modernidad ortodoxa, la posicin de Aalto sera la de los Uffi zi y el Htel de Beauvais, la de la ciudad tradicional y el foro. En ellos la edifi cacin tiende a la concavidad y no a la convexidad. Un espacio central no radiante, ya sea una plaza o los patios de las diferentes edifi caciones, se convierte en el principal lugar urbano. Las edifi caciones fl uctan entre su interpretacin del edifi cio como objeto y su condicin de parte del tejido, que en muchas ocasiones tienen que crear de nuevo. Estos son los casos de los centros de Seinjoki y Rovaniemi, o de las universidades de Otaniemi y Jyvskyl. Estos mecanismos tambin sern los utilizados en Syntsalo. Los edifi cios del centro tendern a rodear un mbito central cncavo y

    13 MART ARS, Carles. La construccin de los lugares pblicos. Notas para una etimologa de la forma urbana. Arquitectos, 1999, nm. 152.

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    el ayuntamiento tanto formar una fachada urbana, como rodear su propio espacio central14.

    El urbanismo aaltiano tambin contempla el modelo del gora y de la ciudad mo-derna, aunque slo en las grandes reas de expansin residencial y no en los centros cvicos. En el primer caso, Aalto recurre a edifi caciones puntuales relacionadas con la topografa y la vegetacin. Sin embargo, en los centros cvicos la arquitectura intenta reconstruir el carcter propio de los espacios tradicionales y los fenmenos modernos de apertura y extensin quedan parcialmente neutralizados. Aunque los centros estn relacionados con su entorno natural, siempre se alude a un rea nuclear que relaciona diferentes piezas en parte autnomas, como en el caso del gora, aunque siempre de-pendientes de un espacio central no radiante, como en los foros.

    El segundo de los textos al que nos referiremos, Sources of Modern Electicism (1982), incide en algunos aspectos similares y aporta otros nuevos. Como ya se ha apuntado, de l se extrae la voluntad de Aalto de alejarse del orden arquitectnico como simple geo-metra, para entenderlo desde la relacin entre diferentes elementos que forman una edifi cacin o un lugar pblico. Este ajuste libre de los elementos permite a cada uno de ellos la posibilidad de desarrollarse segn su voluntad, sin sufrir la represin inherente a toda estructura comn.

    El primer captulo del libro, Th e ordering sensibility of Heterotopia, es el que ex-pone de forma ms clara las tesis de Porphyrios. En l se parte de un anlisis formal e ideolgico de la arquitectura moderna para confrontarlo despus con la obra de Aalto. El profesor Porphyrios divide la historia de la arquitectura entre aquellas lneas de pen-samiento que se basan en la unidad, la plenitud, lo lineal y la claridad, y aquellas que, al contrario, se originan a partir de la multiplicidad, la profundidad, lo pictrico y lo complejo. El primer grupo se rene bajo el concepto de homotopa y el segundo bajo el de heterotopa.

    La homotopa se basa en la necesidad de homogeneidad como carcter que defi ne, tanto en la dimensin tica como en la constructiva, la sensibilidad de orden en el Mo-vimiento Moderno; orden y geometra se consideran conceptos asociados, dos caras de la misma moneda:

    () este es el reino de la semejanza, la regin donde el paisaje es similar, el sitio donde las diferencias son dejadas de lado, y se establecen unidades expansivas. Las homoto-pas facilitan la consolacin, favorecen la continuidad, la familiaridad y la recurrencia.

    Por su lado, la heterotopa alude a un orden donde las diferentes piezas de un edifi -cio o un espacio urbano se presentan por separado, sin una estructura comn que las unifi que; donde los requerimientos de un orden continuo se descartan y en su lugar se introducen grandes saltos de discontinuidad:

    () esta palabra debera ser interpretada en su sentido ms literal, es decir, el estado de las cosas asignadas, ubicadas, posicionadas de manera tan diferente unas de otras, que es imposible defi nir un locus comn a todas ellas.

    Para ilustrar la idea de homotopa Porphyrios se sirve de la obra de Mies y Le Cor-busier. De Mies cita el Crown Hall, cuya retcula, a no ser por su cerramiento de cristal, tendra la voluntad de extenderse sin lmites y envolver al mundo entero limpindolo de toda irregularidad. El edifi cio pretende, entonces, uniformizar no slo el espacio arquitectnico sino todo aquel que lo envuelve. En cuanto a Le Corbusier, nos muestra

    14 BROSA REAL, Vctor. El mundo de Aalto. Arquitectos, 1999, nm. 152.

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  • Espacio y recorrido en Alvar Aalto

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    la aplicacin de su par retcula/gesto, donde la retcula marca una pauta homognea, un orden universal que slo se quebranta a travs del gesto, esto es, la rotura del orden.

    No hace falta decir que Aalto, a diferencia de la arquitectura moderna ortodoxa Mies y Le Corbusier, se sita bajo el concepto de heterotopa. Sobre esta base, Por-phyrios analiza la obra aaltiana desde lo complejo y fragmentario, en cierto sentido, como tambin hiciera con anterioridad Robert Venturi.

    La voluntad de homotopa como una herencia del pasado la podemos observar fcil-mente desde el Renacimiento y sus plazas reales hasta las propuestas urbanas del Cla-sicismo Francs. Lo mismo ocurre en el caso de la heterotopa. A lo largo de la historia hay mltiples ejemplos de lugares pblicos trazados desde la autonoma de las partes que colaboran o dialogan en un espacio comn. Entre ellas podemos citar el Palatino15 o los foros romanos, y ms cercanas en el tiempo, las ciudades y plazas medievales, en particular las italianas.

    Este ltimo ejemplo, el de la ciudad medieval, es precisamente el modelo de re-ferencia para Aalto segn Porphyrios. En el penltimo captulo del libro, Cities and monuments, se extiende el debate entre la homotopa y la heterotopa a la escala urbana. Porphyrios vuelve a utilizar la confrontacin de conceptos y nos habla de dos lneas de pensamiento paralelas a dichos trminos: la ciudad como ex analogia naturalis y la ciudad como ex analogia mathematica.

    La primera de ellas se refi ere a las tendencias al pintoresquismo y al naturalismo que afl oran en Europa desde mediados del siglo XVIII hasta principios del siglo XX. Frente a la homogeneidad de la ciudad renacentista, fi guras como Laugier argumentan que en la ciudad tiene que haber regularidad y fantasa, semejanzas y disonancias; orden en los detalles y tumulto y confusin en el conjunto16. Esta tendencia desemboca en el siglo XIX en los revivals medievales, que entronizan la ciudad medieval como un modelo ejemplar. Dicha sensibilidad conduce a un entendimiento del fenmeno urbano desde criterios estticos, tridimensionales y pintorescos, tal y como lo expone Camilo Sitte en su Planeamiento urbano segn principios artsticos (Der Stdtebau nach seinen knstle-rischen Grundstzen), publicado en 1889 y muy difundido en los pases nrdicos.

    Frente al modelo anterior, existe una alternativa nacida a fi nales del siglo XIX en un momento en el que la industria se suma al fenmeno urbano; se trata de la ciudad como ex analogia mathematica. Junto con las tendencias ms pintorescas, tambin se desarrollan sensibilidades que centran su atencin en criterios higinicos y raciona-les, imponiendo un orden geomtrico al intrincado orden gtico de las viejas capitales europeas. Un ejemplo temprano de ello lo encontramos en el Pars de Haussmann. La ciudad cerrada gtica da paso a una ciudad convexa que invade las periferias. El trans-porte se convierte en un motivo para la descentralizacin, que de forma radial o lineal, acaba extendiendo higinicamente la ciudad. Es obvio que estamos ante las versiones ms modernas de la tradicin homotpica de los espacios urbanos geomtricos del re-nacimiento y el clasicismo francs. Las modernas propuestas del CIAM y de algunos de sus miembros como Gropius continan esta lnea; se somete al espacio urbano a criterios funcionales homogneos y a leyes geomtricas generales.

    15 El propio Aalto alude a Los Palatinos como modelo de referencia en su proyecto para la Universidad de Jyvs-kyl. Justo despus de ganar el concurso, en julio de 1951, Aalto concede una entrevista al peridico Keskisuoma-lainen. En ella afi rma que cuando el plan de expansin para el JKK haya sido realizado, el complejo, con los edifi cios formando una especie de herradura, se podr comparar en cierto sentido con la colina del Palatino en la antigua Roma, con sus variaciones sustanciales en altura y su integracin en el lugar.16 LAUGIER, Marc-Antoine. Essai sur larchitecture: observations sur larchitecture. Bruxelles : Pierre Mardaga, 1979 [1 edicin 1765]

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    Aalto enlazara con el primero de los modelos, la ciudad como ex analogia naturalis y su referente histrico y formal, la ciudad y la plaza medieval, en especial la italia-na, que es la que l visita y estudia17. Precisamente por eso, es en este punto donde el discurso de Porphyrios incurre en lo que podemos considerar una objecin a su tesis general. Si lo mltiple y diverso heterotopa se ve refrendado a nivel urbano con el ejemplo de la plaza medieval, la siguiente afi rmacin es probable que no resulte la ms justa para hablar ni del urbanismo ni de la arquitectura aaltiana:

    La Heterotopa no est formada de alusiones, infl exiones, reciprocidades, comienzos y fi -nes o implcitas continuidades diacrnicas y espaciales. La heterotopa nunca conmemo-ra la transicin inherente a la junta, nunca establece lazos, nunca duplica gestos, nunca recuerda la mirada distante de la composicin, nunca marca el itinerario del visitante a travs de rutas hierticas o marcando el paso.

    Porphyrios no reconoce el valor de lo transitivo y lo continuo en la obra aaltiana. Segn su discurso, los fragmentos y las partes se relacionan por pura contigidad, sin infl exiones ni articulaciones. O lo que es lo mismo, se deja de valorar los espacios de transicin y recorrido como mbitos importantes de las propuestas. Sin embargo, mu-chas de las propuestas aaltianas con independencia de la escala y el uso se estructuran como un todo indisoluble, completo y coherente. La circulacin juega un papel capital en cuanto conector de las diferentes partes y geometras de los conjuntos, que acaban percibindose como fenmenos coherentes y unitarios, pese a su diversidad. Como en la ciudad medieval, el peatn est sometido a pintorescas y asimtricas rutas que le em-pujan a moverse naturalmente. La forma y colocacin de las piezas urbanas delimitan mbitos pblicos y puntos de infl exin que organizan perceptivamente su aprehensin. Basta recordar el centro de Seinjoki y su collar de espacios libres a lo largo de su calle principal, o el propio ayuntamiento de Syntsalo como foco de los recorridos perime-trales por el centro del municipio, para refrendar dichas afi rmaciones.

    17 No deseo hablar de ningn viaje en especial, pues siempre guardo en mi mente un viaje a Italia. Quizs se trate del viaje que hice alguna vez, y que sigue vivo en mi memoria; o tal vez de una estancia en curso, o de un viaje que piense hacer ms adelante. Un viaje as sea probablemente necesario, una conditio sine qua non de mi trabajo. Journey to Italy [Viaje a Italia]. Entrevista en Casabella Continuit, Febrero/Marzo de 1954, nm. 200.La mayora de escritos, discursos y entrevistas de Alvar Aalto se recogen en el libro editado por Gran Schildt Alvar Aalto. In his own words, publicado por Otava Publishing Company en 1997. En el ao 2000 la editorial El Croquis publica la edicin en castellano Alvar Aalto de palabra y por escrito, dentro de la coleccin Biblioteca de Arquitectura.

    Tres lecturas previas: releyendo la crtica aaltiana

  • CAPTULO I

    LA BIBLIOTECA DE VIIPURI(Finlandia, 1927-35)

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    La Biblioteca de Viipuri

    El proyecto de la biblioteca, desde los planos hasta el ltimo detalle, nace de los sucesivos cambios de emplaza-miento. Cuando se convoca el concur-so y se decide su ubicacin, el proyecto se disea para ese lugar; sin embargo, tras diversas deliberaciones se decidi cambiar de solar y entonces me di cuenta de que la nueva situacin me permita formalizaciones ms libres, en planta y volumtricamente.Las caractersticas ms propicias del nuevo solar me empujaron a una bi-blioteca completamente nueva, aunque respetando los principios bsicos de la organizacin interna del primer proyecto.Sobre el actual solar me gustara destacar su confi guracin a partir de dos parques de carcter diferente (...); Adems, el solar permite organizar las distintas partes del edifi co con bastante libertad y a partir de dife-rentes entradas, a diferentes niveles. sto no hubiera sido posible en otras condiciones.En el edifi cio se intent separar las partes que tuvieran diferente carc-ter (...) la propia biblioteca con sus departamentos, y la parte social que se corresponde con las salas de los clubes. Si examinamos estos dos gru-pos (...), nos damos cuenta de que son extremadamente diferentes uno del otro, requieren cada uno tratamientos arquitectnicos y tcnicos diferentes.(...) El medio para combinar las partes con diferente carcter es una red de circulaciones que, en cierto modo, proporciona sentido arquitectnico al proyecto.

    Alvar AaltoViipurin kaupungin kirjasto, 1935

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    CAPTULO I La obra publicada

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    La Biblioteca de Viipuri

    Seccin transversal por el vestbulo

    Planta de acceso (montaje del autor) 9

    2

    18m

    4m

    0

    0

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    CAPTULO I Reelaboracin del material publicado

    Seccin longitudinal por las salas de prstamo y lectura

    Planta alta: salas de prstamo y consultas (montaje del autor)

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    La Biblioteca de Viipuri

    Siempre se ha mostrado el recorrido como un tema fundamental en la defi nicin arquitectnica de la Biblioteca de Viipuri. Tambin se ha aludido a que durante el proceso de proyecto se abandona todo rasgo fi gurativo asociado al lenguaje clsico para asumir una imagen dentro de la ortodoxia moderna. Pero lo que aqu se pretende es relacionar estas dos cuestiones con un hecho an ms importante: la formalizacin de una idea de espacio propia de Alvar Aalto. Partiendo de la arquitectura de Erik Gunnar Asplund, en la biblioteca se consolidan parte de las estrategias presentes en las primeras obras, como el Club Obrero de Jyvskyl (1924-25) o la Cooperativa Agrcola de Turku (1927-28). Estas estrategias reaparecern en obras tan separadas en el tiempo como el Pabelln fi ns de Pars (1936-1937), el Ayuntamiento de Syntsalo (1949, 1950-52), el Museo de Aalborg (1958-1973) o la pera de Essen (1959-88).

    De esta manera, no se pretende insistir ni en los anlisis ya realizados ni en los elementos ya destacados de la obra. Aspectos como la ondulacin del techo de la sala de conferencias o la importancia de los lucernarios tronco-cnicos de la sala principal de lectura han ocupado su lugar en los anlisis clsicos de la biblioteca. En cambio, s se pretender insistir sobre algunos aspectos menos divulgados como la relacin de la obra con su contexto inmediato, las alusiones a Asplund desde la idea de espacio central, o la transicin desde un espacio discontinuo en las primeras propuestas, a un espacio continuo y episdico en la versin fi nal.

    Con la construccin de la biblioteca, Aalto no slo supera una primera etapa de su carrera ligada al Clasicismo Nrdico, sino que establece las herramientas disciplinares que le permitirn defi nir su carrera posterior formal y fi gurativamente. Desde 1926, cuando se convoca el concurso, hasta 1935, cuando se acaba la obra, son diversas las versiones que van articulando una determinada idea de espacio, que encontrar su complejidad y riqueza en la formalizacin de los recorridos y en la materialidad de sus lmites.

    Se trata de conquistar formas detrs de las cuales se encuentren verdaderos valo-res humanos.

    Entre el urbanismo y el materialismo, 1958Alvar Aalto

    01 Erik Gunnar Asplund. Biblioteca de Es-tocolmo, vista de interior de la book room, 1921-28.

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    CAPTULO I Alvar Aalto y los espacios para la lectura

    ALVAR AALTO Y LOS ESPACIOS PARA LA LECTURA

    Cuando Aalto participa en el concurso de Viipuri (1927), existen en Helsinki dos bibliotecas que seguramente ha visitado y que pueden servirle como ejemplo. Se trata de la Biblioteca de la Universidad de Helsinki (C.L Engel, 1836-45) y la Sala de Lectura de los Archivos Nacionales (Gustaf Nystrm, 1890). Sin embargo, es en la Biblioteca de Estocolmo de su amigo y mentor Erik Gunnar Asplund donde el joven arquitecto encuentra un modelo y un referente que acaba superando a lo largo del proceso de proyecto. Un referente no slo fi gurativo sino formal, ya que en Estocolmo Asplund propondr una organizacin espacial y funcional que marcar el modelo de sala de lectura que Aalto perpetuar a lo largo de su carrera y que aparece por primera vez en Viipuri.

    Entre 1918 y 1920, Asplund realiza varios viajes por Alemania e Inglaterra para visitar diversas bibliotecas y preparar el programa del concurso de Estocolmo. Con ese objetivo, en 1920 tambin viaja a Estados Unidos, donde se documenta sobre los aspectos tcnicos de las modernas bibliotecas pblicas americanas, hasta entonces en manos de instituciones polticas y religiosas.1 En aquellos aos, en Estados Unidos se concentran los principales ejemplos del mundo, con un desarrollado modelo de ges-tin y organizacin de los mbitos para la lectura y la investigacin.

    Hacia 1840 se produce en Norteamrica un fuerte incremento en la produccin y distribucin editorial. Las mejoras en las tcnicas de impresin, produccin de papel y encuadernacin permiten abaratar los costes de edicin y el nmero de colecciones de libros y revistas se multiplican. Debido a estas circunstancias, el programa funcional de las bibliotecas se debe adaptar a una nueva realidad editorial que demanda grandes espacios de almacenamiento junto a las tradicionales salas de lectura. Todo ello des-emboca en el Public Library Movement. Este movimiento alienta la construccin de bibliotecas pblicas, en un principio en la zona de Nueva Inglaterra y despus por todo el pas. El movimiento incluye nuevas leyes para su creacin y mantenimiento, y alienta los donativos privados para construirlas. La biblioteca se convierte as en una institu-cin pblica muy importante para la consolidacin poltica y cultural de las ciudades.2

    Fruto de esa preocupacin se publican diversos prontuarios, como el Manual of Public Libraries, Institutions, and Societies in the United States and British Provinces of North America de William J. Rhees.3 En este tipo de manuales se pone nfasis en la especializacin de las salas y en la separacin de los mbitos pblicos y privados. Se propone separar las salas de lectura de los espacios de trabajo, y las salas de depsito de las de prstamo. De esta manera, el almacenamiento y la lectura se segregan y se priorizan los criterios de circulacin de bibliotecarios y lectores desde aspectos pura-mente funcionales. Incluso en algunas publicaciones de la poca se llega a proponer las formas geomtricas que permiten un mejor control visual y fsico de los libros. En este sentido, se propone la rotonda como una solucin ejemplar para construir las salas de libros (book rooms). No es de extraar, por tanto, la solucin por la que acaba optando

    1 A lo largo de los viajes, visita ejemplos paradigmticos en la etimologa histrica de las salas de lectura. Prime-ro visita la Sala de Lectura del Museo Britnico. Dos aos despus tiene la oportunidad de visitar la Biblioteca Nacional de los Estados Unidos, as como diversas bibliotecas universitarias como las de Minnesota y Michigan, proyectadas por Albert Kahn. En todos estos ejemplos la tipologa que gobiernan las propuestas es la rotonda, pieza principal en la biblioteca de Asplund.2 BREISCH, Kenneth. Henry Hobson Richarson and the Small Public Library in America. Massachusetts: Th e MIT Press, 1997.3 RHEES, William. Manual of Public Libraries, Institutions, and Societies in the United Status and British Provinces of North America. Philadelphia: J. B. Lippincott & Co., 1859.

    01

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    La Biblioteca de Viipuri

    02 Boston Public Library, 1858.03 Book room de la Harvard University, 1837-41.04 Boston Public Library, Bates Hall, 1858.

    02

    03 04

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    CAPTULO I Alvar Aalto y los espacios para la lectura

    Asplund en Estocolmo, a tenor tambin de los ejemplos que visita como la Biblioteca del Congreso en Washington DC.

    De esta manera, se ponen en cuestin las tradicionales bibliotecas acadmicas como las de Cambridge y Oxford, cuyos orgenes se relacionan con las salas de lectura de los monasterios medievales, para buscar nuevos modelos de organizacin espacial y funcional. En ellas los mbitos principales son una gran sala, normalmente de varias alturas, cuyo permetro concentra las estanteras de depsitos de libros. El vaco central se reserva para las zonas de estudio y lectura. Las grandes salas de libros del Boston Athenaeum (Edgard Clarke, 1847-59), de la Biblioteca Astor de Nueva York (Alexander Saeltzer, 1849-54) o de la Biblioteca Pblica de Boston (McKim, Mead & White, 1858) son un ejemplo de la herencia de aquellas antiguas bibliotecas universitarias, aunque ya plantean cierta especializacin de las salas. En las plantas inferiores se sitan los di-ferentes mbitos de almacenamiento y depsito, repartidos en salas especializadas. En las superiores se sitan las grandes book rooms. De este modo se logran modernizar los nuevos espacios de lectura, como demandan los bibliotecarios, sin perder el carcter de los ejemplos tradicionales.

    El debate sobre la distribucin espacial y funcional de las bibliotecas se prolonga hasta los aos veinte del siglo XX.4 En ese momento, cuando Asplund viaja a Estados Unidos, se pone el nfasis en las bibliotecas del siglo XIX como expresin de la comu-nidad y vehculo para la educacin de las personas. As, Asplund encuentra en Estados Unidos la referencia perfecta para elaborar el programa funcional para el concurso de Estocolmo.

    En 1921, tras los viajes y las investigaciones de Asplund, el comit organizador de-cide que nadie mejor que l para construir la nueva institucin pblica de la ciudad. Entre 1921 y 1928, desarrolla el proyecto a travs de diversas versiones y varios cambios de situacin en el solar. En 1928 termina la construccin y Asplund comienza a discutir con Gregor Paulsson y Hugo Lagerstrm las ideas bsicas para la gran Exposicin de Estocolmo de 1930.

    En Estocolmo, Asplund participa, por un lado, de las preocupaciones funcionalistas de las bibliotecas civiles americanas. Por otro, no renuncia a establecer una espaciali-dad similar a la de los primeros espacios de lectura monsticos y universitarios. Las cla-ves de estos ltimos referentes son los generosos mbitos para el lector y su constante relacin visual con los libros.

    Desde este punto de vista, se entiende la importancia concedida a la sala de prsta-mos como mbito principal y foco de las miradas y recorridos de los usuarios. Situada en el interior de un gran cilindro, se inspira en las antiguas book rooms que se han construido hasta el siglo XIX. No obstante, la sala no contiene el depsito de libros. Si-guiendo los cnones funcionalistas de la poca, los depsitos se sitan bajo ella, en una estancia independiente. Los mbitos de lectura e investigacin, por su parte, rodean, en volmenes independientes, el gran cilindro central. En ste se conserva un contacto directo y constante con los libros, al igual que en los grandes ejemplos que Asplund ha podido visitar en Europa y Estados Unidos. La gran sala vertical envuelta de libros es un arquetipo espacial que Asplund conserva y que Aalto perpetuar en Viipuri.EL

    4 Prueba de ello son las publicaciones Library and the community, de J. Wheeler y el American public libraries and the diff usion of knowledge, de W. S. Learned.

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    05 y 06 Plano general de Viipuri con la si-tuacin de los tres solares por los que pasa el proyecto de la biblioteca de Aalto. Posicin A: 1, 2 y 3 versin. Posicin B: 4 versin. Posicin C: solar defi nitivo (montaje del autor sobre el plano redibujado de David Pearson). 07 Plano de situacin proporcionado a los concursantes (AAA 43/3).

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    CAPTULO I El lugar

    EL LUGAR

    Cuando se construye la biblioteca, Viipuri es la ciudad ms importante del sureste de Finlandia y la capital del sur de Karelia. Junto a Turku, son las dos ciudades fi ne-sas ms relevantes hasta bastante entrado el siglo XIX. Despus de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad es anexionada a Rusia por el tratado de paz con el que fi naliza la contienda Ruso-fi nesa. En la actualidad contina perteneciendo a Rusia y su nombre ofi cial es Vyborg.

    Cuando se comienza a plantear la construccin del nuevo equipamiento, el Comit de Planeamiento de la Ciudad tiene claro que debe de tratarse de un lugar cntrico y que permita futuras ampliaciones. Con estas premisas, propone situar el edifi cio en el punto ms alto de la colina Patterinmk. Este emplazamiento no acaba de convencer al consistorio de la ciudad. Es entonces cuando el Viipuri Technical Club se interesa por el proyecto y propone un nuevo emplazamiento, esta vez mucho ms cntrico, en la esquina de las calles Waasan y Koulu, al fi nal del gran parque Torkkelin. Esta ltima propuesta genera cierto consenso y en 1925 se designa una comisin con el objetivo de establecer las bases del concurso para la construccin de la nueva biblioteca.

    Finalmente, el concurso se convoca en octubre de 1926. En ese momento, el em-plazamiento vuelve a cambiar, esta vez al sureste de la importante avenida Aleksante-rin, tambin en relacin con el parque Torkkelin (05, posicin A). Esta avenida, en las proximidades del denso centro histrico y cerca del castillo, es una de las principales de la ciudad. El castillo, por su parte, comparte protagonismo con el puerto, punto crucial para la comunicacin de la ciudad con Finlandia y Centroeuropa. Al mismo tiempo, Aleksanterin divide en dos el enorme parque Torkkelin, que caracteriza el centro de la ciudad. Junto a este parque se encuentra la Catedral, con su propio espacio ajardinado, que acaba de completar el cntrico pulmn verde de Viipuri.

    En este solar se desarrolla el concurso en 1927, que gana Aalto con la que denomi-nares primera versin de la biblioteca. Sobre este mismo enclave continuar trabajando, realizando dos versiones ms segn las indicaciones de un comit especial designado para controlar el proyecto. En 1931, antes del ltimo y defi nitivo cambio de emplaza-miento, Aalto ensaya una cuarta versin del edifi cio en una posicin ligeramente ms al sur, en la interseccin de las calles Koulu y Aleksanterin (05, posicin B). Aunque el lugar es el mismo, el solar en esquina conlleva una serie de cambios en la volumetra que la aproximan de forma ostensible a la solucin fi nal.

    El solar defi nitivo de la quinta y ltima versin acaba desplazndose ms al este, a la interseccin de las calles Koulu y Waasan (05, posicin C). De esta forma, la propuesta se encuentra ms cerca de la Catedral, haciendo de bisagra entre su frondoso jardn y el gran parque Torkkelin. Esta es una zona de una gran representatividad social y ur-bana. Adems de por su estratgica ubicacin, el solar est caracterizado por una suave pendiente hacia el sur.

    Los dos parques entre los que se acaba emplazando la biblioteca sern fundamenta-les para la ordenacin exterior de la propuesta (06). Tienen en comn una abundante presencia de vegetacin, ordenada a travs de grandes parterres de csped. En el caso de la Catedral, los parterres siguen una disposicin cruciforme segn un arquetpico jardn francs que encauza los desplazamientos por el parque y las diferentes visuales sobre el edifi cio religioso. Al otro lado, en la zona sur, los parterres son ms propios de un jardn ingls, en el cual el orden estricto anterior desaparece para reproducir cierta aleatoriedad natural, ms atenta a los aspectos visuales y perceptivos que a una trama geomtrica. La manipulacin de estos mbitos exteriores ser importante para

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    08 WWW, primer premio, arquitecto: Alvar Aalto.09 Codex, segundo premio, arquitecto: Hilding Ekelund.10 Portone, tercer premio, arquitecto: Georg Jgerroos.11 Erik Gunnar Asplund. Biblioteca de Esto-colmo, planta general, 1921-28.

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    CAPTULO I Evolucin del proyecto

    comprender el sistema de recorridos exteriores y el modo de aproximarse al edifi cio, as como la formulacin volumtrica fi nal, que parece responder a las proporciones de ambas mitades del parque.

    A lo largo de las cinco versiones de la biblioteca y de los tres cambios de solar aun-que siempre en un entorno similar, el proyecto evoluciona desde un solucin compac-ta y cerrada al entorno, hasta una obra articulada y ligada a sus alrededores inmediatos. Durante el proceso de proyecto, se combina un gran esfuerzo por formalizar un ncleo interior desde donde generar la propuesta y sus espacios principales, con una cada vez mayor atencin al parque que rodea al edifi cio y a los diversos caminos que entran en dilogo con la presencia fsica del edifi cio.

    EVOLUCIN DEL PROYECTO

    La idea de construir una nueva biblioteca para la ciudad de Viipuri nace en otoo de 1923.5 Los fondos surgen, en parte, de Maria Lallukka, la viuda de una adinerada familia de la ciudad. En 1925 se designa una comisin con el objetivo de establecer las bases de un concurso, que se acaba convocando en octubre de 1926. Los arquitectos miembros del jurado son Otto I. Meurman arquitecto jefe del planeamiento de la ciudad, Kaarlo Borg y Jussi Paatela, de la Asociacin fi nesa de arquitectos (SAFA).6

    El 27 de junio de 1927 se facilita el programa a los concursantes, que consta de: sala de prstamos (consulta), biblioteca infantil, dos salas de lectura, hemeroteca, depsito de libros, salas para clubes y ofi cinas; adems, se requiere el encaje de un centro cul-tural adyacente y un restaurante. El da de entrega, el 1 de octubre de 1927, se reciben veintitrs propuestas.

    Aalto presenta su propuesta bajo el lema W.W.W, que hace referencia al antiguo nombre de la ciudad: Wiipuri.7 Aunque ya antes de mudarse a Turku tiene noticias sobre la convocatoria del concurso, gran parte de los planos de la propuesta se realizan despus del verano del 1927, cuando traslada su despacho a Turku de manera defi niti-va. Su elaboracin coincide con el proyecto de construccin de la Cooperativa Agrcola de Turku y los apartamentos estandarizados Tampani, en la misma ciudad.8

    Aalto gana el concurso y W.W.W se convierte en la primera versin de un proyecto que se ir modifi cando a lo largo de los siguientes aos, llegando a acumular cinco ver-siones en tres emplazamientos diferentes. El segundo premio es para Hilding Ekelund, con el lema Codex, y el tercero para Georg Jgerroos, con el lema Portone (08-10).

    La propuesta de Aalto, un prisma alargado desde el cual se proyecta perpendicu-larmente la escalera de acceso, destaca por su asimetra general y su proporcin rec-tangular, en contraposicin a los otros dos premios, mucho ms compactos y cuadra-dos. De hecho, el propio Aalto comienza trabajando con una planta de proporcin casi cuadrada. Esta opcin, mucho ms cercana a la planimetra central de la Biblioteca de Estocolmo,9 plantea, sin embargo, un mayor grado de dependencia de todo el proyecto

    5 MEURMAN, Otto-Ivar. Viipurin uuden kirjastotalon rakentamiskysymyksen vaiheet. A: Viipurin kaupungin kirjasto. Viipuri, 1935.6 El propio Aalto ser presidente de la SAFA desde 1942 hasta 1959.7 Aunque a lo largo de la tesis slo hablemos de Aalto como autor de la obra, conviene aclarar que Aino Marsio, su esposa desde 1924 hasta su muerte en 1949, es co-autora de la mayora de proyectos de este periodo.8 El ritmo y la composicin de los huecos de las fachadas de estas dos obras reaparecern en las primeras ver-siones de la biblioteca. El lenguaje protoracionalista de la arquitectura de Aalto en Turku ir abandonando su marcado aire clsico en benefi cio de un lenguaje ms modernamente ortodoxo, ejemplifi cado,en el edifi cio para el peridico Turun Sanomat (Turku, 1928-30).9 El proyecto comienza en 1921 y cuando se realiza el concurso para Viipuri, en 1927, an est en construccin.

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    Primeros croquis12 AAA 43/28.13 AAA 43/30.14 AAA 43/37.15 AAA 43/34.

    16 Plano de situacin del concurso del Parla-mento de Finlandia, Helsinki, 1923-24 (AAA 31/1).17 Esbozo de la planta general para el con-curso del Palacio de las Naciones, Ginebra, 1926-27 (AAA 46/341).

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    respecto al centro mismo del edifi cio, encarnado en la sala de prstamos principal. Realmente, en el segundo y tercer premio la sala de prstamos es casi igual a la de Asplund, slo que rectangular. Por otro lado, tanto Aalto como Ekelund plantean el centro social a partir de una silueta en forma de L, lo que genera una plaza delante de la biblioteca, en cuyo centro el arquitecto fi ns coloca una estatua ecuestre.

    La opcin de Aalto potenciar un determinado recorrido desde el exterior hasta la sala de prstamos principal, en la planta primera. La entrada no se plantea a partir de un eje en el centro del volumen y directo a la sala principal, sino que un giro de no-venta grados y diversos espacios independientes organizan los itinerarios. Adems, las dependencias que rodean a la sala principal mantienen un alto grado de independencia y ya no estn jerrquicamente relacionadas con el centro, a diferencia del segundo y tercer premio, o de la propia biblioteca de Asplund.

    Todos estos aspectos, junto con un anlisis preciso de las obras del propio Aalto que infl uyen de manera determinante en la biblioteca, gobernar el anlisis concreto de cada una de las etapas del proyecto.

    Los primeros esbozos (1926-27)

    En la Fundacin Alvar Aalto se han conservado quince documentos previos a las l-minas presentadas al concurso. De estos quince planos, tres corresponden a los planos de emplazamiento proporcionados por el consistorio. Respecto a los paneles del con-curso, slo se conservan cuatro, que contienen una nica perspectiva exterior, las plan-tas, una seccin longitudinal y el alzado principal. Por separado se han conservado un plano de emplazamiento y la seccin transversal por las escaleras de acceso; esto puede indicar que ambos dibujos forman parte de un quinto panel que no se ha recuperado.

    Los primeros esbozos previos al concurso (12-15) se caracterizan por una aproxi-macin intuitiva y esquemtica al problema que se plantea, sin referencia alguna al lugar. Tambin dejan entrever la infl uencia de la Biblioteca de Estocolmo, tanto en las proporciones generales de las plantas, como en los rasgos fi gurativos de las facha-das. Sin embargo, las primeras alusiones directas se mezclan rpidamente con otras alternativas. Las primeras plantas cuadradas o circulares dan paso a planimetras ms alargadas, en consonancia con la proporcin del solar donde se deber ubicar, en la calle Aleksanterin, entre Koulu i Torkkelin.10 En los diferentes dibujos se mantiene la propuesta de una sala principal ubicada en el centro de la planta.

    Conociendo el programa y las referencias de Aalto, es lgico pensar en la sala de prstamos como ese espacio central, a veces con forma de rotonda, que desde los pri-meros croquis se mantiene invariante como ncleo del proyecto. Por otro lado, sa-bemos por Asplund y por las fuentes que pudo consultar en Estados Unidos, que la rotonda es considerada la fi gura perfecta para organizar una book room. Su geometra facilita el control visual de toda la sala desde su centro y permite reunir en un punto preciso y equidistante el prstamo de libros.

    Por otro lado, tambin podemos encontrar alusiones a su propia obra en estas pri-meras lminas. Dos concursos emergen en estos dibujos: el Parlamento de Finlandia (Helsinki, 1923-24) (16), y el Palacio de las Naciones (Ginebra, 1926-27) (17). Ambos se basan en volmenes prismticos de varias alturas con un centro jerrquicamente importante iluminado desde el techo. Adems, un aspecto bsico de ambas propuestas,

    10 En el plano de emplazamiento AAA 43/3 ya se encuentra un pequeo rectngulo dibujado sobre el solar. Este rectngulo guarda en gran medida las proporciones que acabar proponiendo.

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    18 Encaje de la opcin compacta y seccin longitudinal por la sala principal de la versin apaisada (AAA 43/33).19 Encaje del programa en la versin apaisada junto a alguna planta de la opcin cuadrada y compacta (AAA 43/32).20 Esbozos del mostrador de prstamos (AAA 43/17).

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    tambin de la biblioteca, es la ruta de ingreso al edifi cio y todos aquellos elementos que la articulan, como caminos, vestbulos y escaleras.

    Todo este conjunto de referencias cruzadas cristalizan en unos dibujos caticos y desorganizados donde se superponen plantas, alzados, secciones, perspectivas y deta-lles sin un orden aparente, ni una correspondencia clara. An as, conviene destacar algunos bosquejos que llaman la atencin. En primer lugar, en la lmina AAA 43/28 (12) se encuentra el dibujo de una espiral de proporciones similares a las plantas que se estn proponiendo en estos momentos. El dibujo parece anunciar la propuesta de Le Corbusier para el Mundaneum (Ginebra, 1929), caracterizado por una forma helicoi-dal ascendente cercana plsticamente a un zigurat.

    Aunque la espiral o la hlice tan caros a Le Corbusier y la idea del movimiento perpetuo no son formas habituales en la arquitectura de Aalto, s nos interesa destacar un aspecto inherente a ellas que s recoge: la importancia de un centro como punto de referencia geomtrico o espacial. No en vano, Aalto suele organizar sus edifi cios en torno a un ncleo o espacio central. En el caso de la Biblioteca de Viipuri, ese centro, hacia el cual nos dirigimos despus de rodear diversas estancias, est encarnado en el mostrador de la sala de prstamos (20). Curiosamente, el diseo de ese mostrador se mantiene casi inalterable desde las primeras versiones

    En segundo lugar, cabe destacar algunos de los dibujos de la lmina AAA 43/37 (14), como la seccin y la perspectiva interior de lo que parece ser la sala de prstamos. Las dos proyecciones no acaban de corresponder con exactitud, pero hacen hincapi en los mecanismos de acceso a una sala elevada un par de plantas sobre el solar. Los elementos que organizan el movimiento a travs del espacio son una gran rampa y dos escaleras laterales. Estos elementos se disponen y se relacionan de forma similar a cmo lo harn en la versin fi nal, entre el vestbulo principal y la sala de prstamos. Aunque de manera muy embrionaria, estos dibujos sugieren con claridad el leitmotiv del proyecto: la organizacin de la biblioteca a partir de una gran sala elevada del suelo natural a la cual se ingresa a travs de un episdico paseo arquitectnico. De hecho, el propio Aalto parece referirse a las ideas bsicas de la propuesta cuando escribe:

    La idea base en la creacin de la biblioteca de la ciudad de Viipuri radica en las salas de lectura y las salas para libros, concntricas, agrupadas, a distintos niveles, alrededor de un control central situado en lo alto del conjunto.11

    Las siguientes lminas comienzan a mostrar un ajuste ms atento entre la forma y el programa (18, 19). Las primeras aproximaciones se han dejado atrs para intentar or-ganizar el programa en las dos tipologas de plantas compactas y apaisadas que desde un principio se sugieren. Los dibujos pasan a ser proyecciones en las que se abandona la mano alzada para buscar un mayor grado de concrecin y precisin. Las plantas, alzados y secciones pasan a ser proyecciones del espacio que se corresponden unas con otras y que vienen complementadas por una serie de perspectivas que ayudan a defi nir aspectos precisos de la envolvente exterior y del contorno interior.

    En la lmina AAA 43/33 (18), se ensaya el encaje del programa con la opcin ms compacta y cuadrada, similar al ejemplo de Estocolmo. El volumen principal de la biblioteca es intersecado por un prisma de menores dimensiones que alberga el hall de entrada. En el eje de la interseccin se encuentra una gran escalera de un solo tramo que conduce al visitante a la planta primera. All arranca la gran sala de prstamos con un perfi l en seccin escalonado, similar al adoptado en la solucin fi nal. En la misma

    11 AALTO, Alvar. La trucha y el torrente de la montaa. A: SCHILDT, Gran (ed.). op.cit., pp. 148-51.

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    Encajes previos a la entrega defi nitiva de las lminas. Aunque an est presente la opcin compacta, de planta cuadrada o circular, el protagonismo de los dibujos es para la opcin alargada, de la que se ensayan todas las plan-tas e incluso alguna vista interior.21 AAA 43/31.22 AAA 43/6.23 Vista interior del ncleo del edifi cio (Fragmento de AAA 43/31).24 Bajorrelieves de la escalera principal de acceso a la biblioteca (AAA 43/8).

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    lmina se encuentran un par de secciones transversales por la escalera principal de ac-ceso y una seccin longitudinal por lo que suponemos es la sala de prstamos. Se trata de un gran espacio a triple altura, rodeado por estantes de libros en su parte inferior, sin techo, y con una escalera que une los diferentes niveles en el centro de la sala.12 El recorrido transcurre, as, desde un lugar exterior a otro tambin exterior pero formali-zado arquitectnicamente.

    En las siguientes lminas (21, 22), la propuesta que protagoniza los sucesivos enca-jes es la solucin de planta alargada y rectangular apaisada. En esta versin se man-tiene la solucin de la sala de prstamos como espacio principal. El resto del programa, incluido el hall previo de ingreso, se dispone a su alrededor y separa el ncleo del edi-fi cio de la calle. En los diversos dibujos se pone nfasis en la defi nicin de las escaleras de acceso, ya sea a travs de secciones, plantas o perspectivas. Dichas escaleras ocupan un lugar intermedio entre la calle y las dependencias interiores. Estn confi nadas en un volumen independiente, perpendicular al volumen principal y desplazado respecto de su centro geomtrico.

    Por otro lado, la lmina AAA 43/31 contiene la nica perspectiva interior de la sala de prstamos (24). Se trata de un espacio de varias alturas y permetro escalonado, si-milar a otros ensayados antes. En su centro, una gran escalera conduce al lector al nivel superior de la sala, donde un corredor perimetral rodea el vaco central.

    En las ltimas lminas previas a las del concurso prcticamente idnticas a la que se entregarn, se desarrolla con claridad la opcin defi nitiva: un volumen paralelepi-pdico de proporcin alargada paralelo a la calle de ingreso. Una vez tomada la deci-sin, tal vez por su mayor adecuacin a las proporciones del solar, diferentes dibujos tratan de resolver los aspectos generales, tanto compositivos como organizativos: desde el estudio de los bajorrelieves que fl anquean la escalera de ingreso (24), hasta el diseo del mostrador de la sala de prstamos.

    Primera versin: el concurso (1927)

    En la propuesta ganadora, la biblioteca se sita paralela a Aleksanterin, pero alejada unos metros de la calzada para evitar la creacin de un nuevo frente urbano. Se sita, as, entre la avenida y el parque, entre la ciudad y la naturaleza, como una barrera que sin embargo permanece muda a los frentes diferenciados con los que se relaciona. De hecho, no existe ni fachada principal ni trasera, algo de lo que se quejar el jurado. Lo esencial est en el interior y por eso se coloca el programa de forma que tengamos que atravesar un espesor, una opacidad, para acceder a las partes fundamentales del edifi cio.

    El programa se dispone en cuatro niveles organizados en dos crujas paralelas a la calle, de diferente ancho, que comparten un mismo permetro volumtrico. En la planta baja se disponen los depsitos de libros, la sala de peridicos y diversas salas de instalaciones y servicios relacionadas con el funcionamiento interno. La nica sala pblica es la hemeroteca, colocada en el extremo norte del solar. Por otro lado, esta es la nica planta donde la clara separacin en dos crujas no se mantiene. El depsito de libros se extiende de manera indiferente por las dos crujas, sin atender al orden general que organiza el resto de los niveles. Al mismo tiempo, la cota del pavimento de toda la

    12 Si se observa con atencin la lmina AAA 43/34 (15), se puede localizar en su parte inferior derecha un croquis de la seccin longitudinal. Un esbozo donde ya se pueden encontrar todas las caractersticas que parecen pasarse a limpio en la lmina AAA 43/33 (18).

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    Lminas del proyecto ganador del concurso25 Plano de emplazamiento con el centro cvico, en forma de L, frente a la biblioteca.26 Vista de la calle de acceso, con la escalera principal de la biblioteca en primer trmino, entre los rboles (AAA 43/7).27 Planta primera y alzado principal.28 Plantas stano y tercera (AAA 43/5).29 Esquema de la planta de la biblioteca, don-de se pone de relieve la relacin del ncleo del edifi cio con el entorno a travs de una franja opaca de programa.

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    planta no se mantiene constante y horizontal sino que vara para ajustarse a la calle de acceso, que desciende ligeramente hacia el norte.

    En la planta primera piano nobile se localizan las salas principales. En la primera cruja, la ms estrecha, se sitan la sala de investigadores, una de las salas de estudio, el hall de acceso y la sala de prstamos infantil. En la segunda, otra sala de prstamos, el vestbulo general y la biblioteca infantil.

    En la planta segunda slo se encuentra la sala de prstamos, sobre el vestbulo y a doble altura. El resto de estancias corresponde a las dobles alturas de las salas inferiores. As, la sala de prstamos se convierte en una plataforma intermedia entre la primera y la tercera planta. En esta ltima se dispone el resto del programa rodeando el vaco de los prstamos. En la cruja estrecha se encuentra la sala de encuadernacin, las ofi cinas de los bibliotecarios, el hall y las estancias para clubes. En la segunda cruja, a lado y lado de