Técnicas II - Existencialismo.docx

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ROLLO MAY Psicoterapia: es un encuentro asimétrico entre dos personas que tienen roles distintos. El eje de la relación pasa por lo que nos permite el paciente. El fin es lograr alivio, gratificación y crecimiento. El objetivo es producir un cambio. Movimiento existencial en psicología A fines del S. XIX se empezaron a detectar serios baches en el conocimiento del ser humano y empieza a surgir interés en el modo en que el ser humano experimentaba su vivir. La psicoterapia existencialista estudia el historial vital del paciente. Se propone analizar la estructura de la existencia humana. Se interesa por la vivencia subjetiva y surge de la relación del sujeto con el sujeto. El existencialismo se preocupa por la ontología, que es la ciencia del ser. Afirmaban que debemos estudiar al hombre que pasa por una experiencia, ya que el objeto de la experiencia cognoscitiva es la existencia, la realidad vivida inmediatamente. El existencialismo pretende ampliar al hombre como tal en el sentido de su existencia, de su vivencia. Los existencialistas emplean el término DASEIN para designar el carácter distinto de la existencia humana. Indica que el hombre está ahí presente, la propia existencia del sí mismo, un devenir. Este Dasein está dado en un tiempo y un espacio que son compartidos por los

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ROLLO MAY

Psicoterapia: es un encuentro asimétrico entre dos personas que tienen roles

distintos. El eje de la relación pasa por lo que nos permite el paciente. El fin es

lograr alivio, gratificación y crecimiento. El objetivo es producir un cambio.

Movimiento existencial en psicología

A fines del S. XIX se empezaron a detectar serios baches en el conocimiento

del ser humano y empieza a surgir interés en el modo en que el ser humano

experimentaba su vivir. La psicoterapia existencialista estudia el historial vital

del paciente. Se propone analizar la estructura de la existencia humana. Se

interesa por la vivencia subjetiva y surge de la relación del sujeto con el sujeto.

El existencialismo se preocupa por la ontología, que es la ciencia del ser.

Afirmaban que debemos estudiar al hombre que pasa por una experiencia, ya

que el objeto de la experiencia cognoscitiva es la existencia, la realidad vivida

inmediatamente. El existencialismo pretende ampliar al hombre como tal en el

sentido de su existencia, de su vivencia.

Los existencialistas emplean el término DASEIN para designar el carácter

distinto de la existencia humana. Indica que el hombre está ahí presente, la

propia existencia del sí mismo, un devenir. Este Dasein está dado en un tiempo

y un espacio que son compartidos por los demás. Hombre es el ser que puede

ser conciente y responsable de su existencia y como tal tiene la posibilidad de

elegir una cosa u otra.

La ANSIEDAD es una característica ontológica, enraizada en la propia

existencia. Es la experiencia de la amenaza de no ser. El hombre tiene la

libertad de ser o no ser y es frente a esto que aparece la ansiedad. Frente a

esta ansiedad, el hombre formula una elección que si no es auténtica provoca

CULPA ya que el individuo rechaza realizar sus potencialidades. La culpa

puede tener diferentes formas:

1) Atentar contra nuestras potencialidades EIGENWELT

2) Atentar contra nuestros semejantes MITWELT

3) Atentar contra la naturaleza UMWELT

Esta culpa es ontológica y afecta a todo el mundo. Tiene sus raíces en el hecho

de su propia conciecia. No provoca la formación de síntomas, sino que produce

efectos constructivos en la personalidad.

El MUNDO de cada paciente debe verse y comprenderse desde su punto de

vista. El mundo es la estructura de relaciones significativas en que existe una

persona y en cuya configuración toma parte. El mundo abarca los sucesos

pasados que condicionan la existencia y las influencias que actúan sobre mí.

Es abierto, dinámico, formado y estructurado por la persona.

La persona y su mundo forman un todo unitario y estructural, lo que se quiere

expresar en la articulación de las palabras ser-en-el-mundo. Los dos polos que

son el yo y el mundo están siempre relacionados dialécticamente. El yo implica

el mundo y el mundo implica el yo, no son independientes y ninguno puede

entenderse sino en relación con el otro.

3 aspectos simultáneos del mundo que caracterizan la existencia de cada ser-

en-el-mundo:

UMWELT significa el mundo alrededor. Es el mundo biológico, el ambiente.

MITWELT significa co-mundo, el mundo de nuestros semejantes.

EIGENWELT significa mundo propio. Comprende las relaciones personales

del individuo consigo mismo. Supone la capacidad de trascender la situación

inmediata y concreta. Esta capacidad es conocida con el nombre de SORGE.

Es la posibilidad frente a la libertad de elegir, ser auténtico o no.

Los fenomenólogos pretendieron ampliar los esquemas referenciales del S XIX

explicando 3 métodos para comprender la experiencia del SH.

FENOMENOLOGÍA PSIQUIÁTRICA: tiene que ver con lo descriptivo. Se basa

en la descripción que hace el paciente de sus experiencias subjetivas. A través

de la empatía pretende describir la experiencia subjetiva del paciente.

FENOMENOLOGÍA GENÉTICO-ESTRUCTURAL: A partir de los datos

descriptos busca conexiones e interrelaciones entre ellos. Se puede detectar

cierto factor genético y así predecir toda la estructura, toda la experiencia de

ese ser humano.

FENOMENOLOGÍA CATEGORIAL: Se refiere a la temporalidad, especialidad,

causalidad y materialidad. El investigador analiza como experimenta el

paciente cada una de ellas.

Rollo MayCapitulo 1 Orígenes y significado del movimiento existencial en psicología

La orientación existencial en las investigaciones psiquiatritas nació de la insatisfacción experimentada en los esfuerzos en boga por adquirir conocimientos científicos en el campo de la psiquiatría. Todo conceden que la psicología y la psicoterapia en cuanto ciencias estudian al hombre, pero no al hombre mentalmente enfermo, sino al hombre como tal, al menos primordial y básicamente. El nuevo conocimiento del hombre se funda en la nueva idea de que al hombre no se lo puede comprender aplicándole ningún cliché teórico, mecanicista, biológico o psicológico.

1- ¿Qué motivó este desarrollo?

A los hombres experimentados que obtenían curaciones aplicando las técnicas que habían aprendido, les inquietaba el no llegar a una conclusión clara de por qué se producían o dejaban de producirse esas curaciones, o qué era lo que realmente pasaba en la existencia del paciente.Querían comprender las psicosis y neurosis concretas, y cualquier situación critica del hombre, no como una desviación del determinado esquema conceptual de tal o cual psiquiatra o psicólogo que por casualidad lo este observando, sino como una desviación de las estructuras existenciales de ese paciente particular, como ruptura de su condición humana. “la psicoterapia basada en el análisis existencialista estudia el historial vital del paciente a quien trata, pero no explica ese historial ni sus idiosincrasias patológicas conforme a las enseñanzas de ninguna escuela psicológica terapéutica ni recurriendo a sus categorías preferidas. En vez de eso se trata de comprender ese currículum vital como modificación de la total estructura de la posición particular del paciente en el mundo”.La aparición del movimiento de la terapéutica existencialista presenta un rasgo común con otras escuelas y es que también lo exigían ciertos puntos oscuros en los métodos psicoterapéuticos de entonces, pero se diferencia en dos aspectos: que no fue obra de ningún líder sino que creció espontáneamente y que no pretende fundar una nueva escuela contra las preexistentes ni establecer nuevas técnicas terapéuticas frente a las antiguas.

Lo que se propone fundamentalmente es analizar la estructura de la existencia humana.Principales resistencias de ese movimiento:

El primer foco contra esta innovación es la presunción de que en estos campos lo principal está ya descubierto y que sólo falta rellenar los detalles.

El segundo foco es la sospecha de que el análisis existencial es una intrusión de la filosofía en la psiquiatría y que tiene poco que ver con la ciencia. El movimiento existencial broto precisamente de un afán por ser más empíricos, no menos. Es una protesta contra la tendencia a vestir al paciente con trajes

cortados a medida de nuestros prejuicios o a formarlo a imagen de nuestras predilecciones.

El tercer foco es la tendencia de preocuparse excesivamente por la técnica e impacientarse ante los esfuerzos por bucear en busca de las bases sobre las que descansan todas las técnicas.

2- ¿Qué es el existencialismo?

El existencialismo es el esfuerzo por comprender al hombre eliminando la escisión entre sujeto y objeto que torturó el pensamiento y la ciencia occidentales desde poco después del Renacimiento. El existencialismo se preocupa fundamentalmente por la ontología, que es la ciencia del ser.El existencialismo nació en un tiempo de crisis cultural, y actualmente se desarrolla al borde del volcán revolucionario del arte, literatura y pensamiento modernos. Una de las más importantes afinidades existentes entre el movimiento existencialista y la psicoterapia es que ambos se ocupan de individuos en crisis, y lejos de afirmar que las intuiciones de un periodo en crisis son sencillamente producto de la ansiedad y desesperación, comprobaremos que la crisis es precisamente el resorte que se necesita para sacudir a la gente de su conformismo rutinario con dogmas sin contenido y para forzarla a quitarse sus disfraces seculares hasta descubrir la verdad desnuda sobre sí mismos, sabiendo que esa verdad, por muy molesta que sea, por lo menos ofrecerá una garantía de solidez.El existencialismo es una filosofía que acepta al hombre en estado perenne de devenir, lo que equivale virtualmente a estar en crisis, pero crisis no significa desesperación.

3- Cómo el existencialismo y el psicoanálisis brotaron de la misma situación cultural

Encasillamiento y resquebrajamiento interior en el siglo XIX

La principal característica de la última mitad del siglo XIX, fue la atomización de la personalidad, la cual era el síntoma de la desintegración emocional, psicológica y espiritual que padecía la civilización y el individuo. El ciudadano respetable que encierra a su mujer y a su familia en un compartimiento y reserva otros para sus otros mundos y sus negocios, está construyendo una casa de muñecas y preparando su derrumbamiento. Puede observarse ese mismo encasillamiento en la separación entre el arte y las realidades de la vida, el empleo del arte en sus formas preciosistas, románticas y académicas como una escapada hipócrita de la existencia y de la naturaleza. El hombre victoriano se veía fragmentado en razón, voluntad y emotividad y aceptaba contento verse así. Su razón le dictaba lo que tenia que hacer, luego la voluntad le suministraba los medios para realizarlo y con las emociones, lo mejor era canalizarlas en el cauce obligado de los negocios y estructurarlas rígidamente en costumbres y modales victorianos, y las emociones que realmente habrían acabado con esa segmentación artificial, como el sexo y la hostilidad, había que reprimirlas o darles salida en orgías patrióticas por ejemplo.Esa represión de la que no se podía pensar ni mencionar era un prerrequisito para la aparente estabilidad de la cultura victoriana.Las concepciones sobre el hombre se basaban en los resultados empíricos que suministraban los adelantos de la ciencia.

Este encasillamiento de la vida cultural tenía su paralelo psicológico en la represión radical en el mundo de la personalidad individual. Freud ocupo su genio en desarrollar técnicas científicas para comprender y para curar esa personalidad individual fragmentada, pero no vio, que las enfermedades neuróticas del individuo eran solo una parte de las fuerzas desintegrantes que agitaban a toda la sociedad. La cuestión intrigante es: ¿cómo se explica que el hombre, ese ser-en-el-mundo que puede ser conciente de que existe, que puede conocer su existencia, escoja o se vea forzado a escoger el eliminar esa conciencia y sufrir a cambio la ansiedad, los impulsos de autodestrucción y la desesperación?Kierkegaard y Nietzche se daban perfecta cuenta de que la enfermedad del alma del hombre occidental era de una morbosidad mucho más profunda y extensa de lo que pudieran explicar los problemas individuales o sociales.Había alguna falla radical en las relaciones del hombre para consigo mismo.

El significado fundamental del movimiento de psicoterapia existencial es un movimiento de protesta contra la tendencia a identificar la psicoterapia con la razón técnica. Pretende basar la psicoterapia en la comprensión de lo que constituye el ser humano, pretende definir las neurosis a base de los elementos que destruyen la capacidad del hombre para realizar plenamente su propio ser.La psicoterapia existencial es el movimiento que por una parte recurre al análisis científico debido principalmente al genio de Freud, y por otra integra en el cuadro a comprensión del hombre a un nivel mas profundo y mas amplio: al hombre como ser humano. Se basa en el presupuesto de que es posible construir una ciencia humana que no necesita desarticular al hombre ni pulverizar su humanidad para estudiarlo. Combina la ciencia con la ontología.

Capitulo 2Contribuciones de la psicoterapia existencial

La contribución fundamental de la terapéutica existencialista consiste en comprender al hombre como SER. Afirma que los impulsos o los dinamismos, sólo pueden entenderse dentro de la estructura existencial de la persona que tratamos.El objeto de nuestro estudio es la experiencia de un encuentro instantáneo con otra persona que acude a nosotros como un ser vivo y que se mueve en un plano muy diferente del que nosotros conocemos acerca de él.Cuando entra el paciente en persona, muchas veces experimentamos una sensación repentina de “aquí hay un nuevo individuo”, el punto de la cuestión esta en que el captar el ser de otra persona pertenece a un plano diferente al de nuestros conocimientos anecdóticos sobre él.Es útil conocer las fuerzas y mecanismos que actúan en la conducta del paciente, es importante familiarizarse con sus esquemas de relaciones interpersonales, etc.; pero todos estos elementos quedan reducidos a un nivel totalmente diferente cuando nos enfrentamos con el hecho fundamental, con el más real a saber: la misma persona inmediata y viviente.Al encontrarnos con toda aquella voluminosa información sobre el paciente adquiere una nueva perspectiva ante esta confrontación, no debemos sacar la conclusión de que nuestras noticias eran erróneas, sino que reciben su sentido, forma y significación de la realidad de la persona de que son expresión todos esos informes concretos.

Cuando pretendemos conocer a una persona debemos subordinar nuestro conocimiento sobre él al hecho básico de su existencia real.El encuentro con el ser de otra persona tiene el poder de conmovernos profundamente y potencialmente puede desencadenar un proceso de ansiedad. Es evidente que pagamos un precio alto por inmunizarnos contra la ansiedad: y es que nos aislamos del otro y además fantaseamos radicalmente la realidad.

1- Ser y no ser

Hay un foco de resistencia grave de que adolece toda la sociedad occidental moderna, y es la necesidad psicológica de evitar y en cierto modo de reprimir toda preocupación por el ser.La perdida del sentido del ser está relacionada con dos tendencias:

La tendencia a subordinar la existencia a la función Las corrientes conformistas y colectivistas tan arraigadas en nuestra

civilización.El término que emplean los terapeutas existencialistas para designar el carácter distintivo de la existencia humana es Dasein, e indica ser ahí, es el ser del hombre que está ahí, presente e implica que tiene un ahí, en el sentido de que es capaz de saber que está ahí y es capaz de adoptar una actitud con respecto a este hecho.Hombre es el ser que puede ser conciente y por tanto responsable de su existencia, esto es lo que lo distingue de los demás seres.El ser es una forma verbal que implica que alguien está en vías de devenir algo.Sólo podremos comprender a otro ser humano viendo hacia dónde se mueve y lo que está deviniendo y sólo podemos conocer a nosotros mismos transformando nuestra potencia en acción.El ser en el sentido humano no es algo que se produce de una vez para siempre. El hombre, el Dasein, es ese ser concreto que tiene que darse cuenta de sí mismo y hacerse responsable de sus actos si quiere llegar a ser él mismo. Y es también ese ser concreto que sabe que en cierto momento futuro, ya no será, él es el ser que mantiene siempre una relación dialéctica con el no ser, con la muerte.La experiencia “yo soy” no es por sí misma una solución para los problemas de un individuo, sino mas bien su prerrequisito. Pudiera parecer que el descubrimiento de las cualidades especificas y la experiencia del propio ser van de la mano, pero esta ultima es la base y el prerrequisito psicológico de la primera. Podemos temer con razón que cualquier solución psicoterapéutica a los problemas específicos de una persona, que no tenga como base en mayor o menos grado esta experiencia “yo soy” vaya a construirse en falso.Esta experiencia de “yo soy” no debe explicarse en el paciente como una relación de transferencia. Bien pudiera ser que para cualquier ser humano esa posibilidad de sentirse aceptado y poder confiar en otra persona sea una condición necesaria para la experiencia del “yo soy”, pero esa conciencia del propio ser se produce fundamentalmente en la percepción del propio yo, es una experiencia del Dasein, realizada en el reino de la autoconciencia. En muchos círculos existe el error general de suponer que la experiencia del propio ser se produce automáticamente en cuanto uno se siente aceptado por el otro.La actitud de “con que yo te acepte y te quiera lo tenes todo resuelto” es una postura que puede fomentar la pasividad.

El ser es una categoría que no puede reducirse a la introyeccion de normas sociales ni éticas. Si realmente es autentico, mi sentido de existencia no puede ser lo que otros me han dicho que debo ser.Es una equivocación presentar la aparición de la conciencia del propio ser como una fase del desarrollo del yo.La experiencia “yo soy” se produce a un nivel más fundamental y es un prerrequisito para el desarrollo del yo. El yo es una parte de la personalidad y una parte relativamente floja mientras que el sentido de ser comprende la experiencia total de la persona, lo mismo, inconsciente que conciente, y de ninguna manera puede considerarse como un simple factor de la conciencia. El yo es un reflejo del mundo exterior, el sentido de ser esta enraizado en la experiencia de la existencia propia y si solo fuese un reflejo del mundo exterior, por el mismo hecho dejaría de ser el sentido de la propia existencia. Mi sensación de ser, es mi capacidad para contemplarme a mi mismo como un ser dentro del cosmos, para conocerme a mi mismo como el ser que puede hacer estas cosas, en este sentido es un prerrequisito para lo que se llama desarrollo del yo. El yo es el sujeto en la relación sujeto-objeto, la sensación de ser ocurre en una fase previa a esto, ser significa yo soy el ser que puede conocerse a si mismo como sujeto de lo que está pasando.Lo mismo el yo que el sentido de ser presuponen la aparición de la autoconciencia en el niño entre los dos primeros meses y los dos primeros años de su infancia, proceso que suele llamarse, emergencia del yo.El desarrollo del yo presupone el sentido del ser, igual que lo presupone la solución de los demás problemas.

Es necesario poner de relieve que el mismo hecho de concebir el yo como algo débil, pasivo y derivado es una prueba y un síntoma del grado en que se ha perdido el sentido del ser en nuestros días y en que se ha llegado a reprimir la preocupación ontologica. Esta concepción del yo es un símbolo de la creciente tendencia a considerar al ser humano primariamente como un recipiente pasivo de fuerzas que se vuelcan sobre él, ya se las identifique con el ello o con la inmersión del sujeto en el océano del conformismo. La concepción del yo como relativamente débil y zarandeado por el ello representaba para Freud, un símbolo profundo de la desintegración del hombre y al mismo tiempo un poderoso correctivo del voluntarismo superficial de aquellos tiempos. La equivocación esta en erigir a ese yo en la norma básica. Por debajo de la teoría del yo hemos de poner el cimiento sólido del sentido de ser, de la conciencia ontologica, si queremos que la doctrina del yo tenga una base sólida para sus relaciones con el hombre en cuanto tal.El no ser forma una parte inseparable del ser. Para comprender lo que significa existir necesitaríamos percibir el hecho de que podemos no existir. Es en la confrontación con el no ser en donde la existencia adquiere nueva vitalidad y sentido de inmediación y el individuo experimenta una conciencia mas sublimada de si mismo, de su mundo y de lo que lo rodea.La muerte es la eventualidad mas clara con que nos amenaza el no ser. La cuestión fundamental esta en ver cómo reacciona el hombre ante del hecho de la muerte, si pasa su vida huyendo del espectro de la muerte o erigiendo en culto la represión de la idea de la muerte bajo la racionalizacion de la creencia en el progreso automático.Los analistas existenciales sostienen que la confrontación con la muerte infunde a la misma vida su realidad más positiva, haciendo la existencia algo real, absoluta y concreta. Porque la muerte como potencialidad absoluta destaca la singularidad del

hombre, lo individualiza, haciéndole comprender la potencialidad de ser en los demás, al darse cuenta de la inevitabilidad de su propia muerte.La forma mas extendida y omnipresente que adopta en nuestros días nuestra repugnancia a enfrentarnos con el no ser es el conformismo, con este recurso el individuo escapa de momento a la ansiedad de no ser, pero a precio de anular sus fuerzas y su sentido de existencia.En el aspecto positivo la capacidad para enfrentarse con el no ser se traduce en la aceptación constructiva de la ansiedad, hostilidad y agresividad. Por aceptar entendemos aguantar sin recurrir a la represión y responder de una manera constructiva.Los estados neuróticos de ansiedad, hostilidad y agresividad se desarrollan porque el individuo no ha sido capaz de aceptar y barajar debidamente sus manifestaciones y reacciones normales.

2- La ansiedad y la culpabilidad en su aspecto ontológico

La ansiedad es una característica ontologica del hombre, enraizada en su misma existencia en cuanto tal. Es la experiencia de la amenaza inminente de no ser.La ansiedad es el estado de espíritu del individuo al darse cuenta de que su existencia amenaza ruina, de que puede hundirse con todo su mundo y convertirse en nada.Al comprender así la ansiedad, como algo ontologico, se aclara la diferencia entre miedo y ansiedad, donde la ansiedad toca todo el nervio vital de la propia estima y su sentido de valer como persona, lo cual constituye un aspecto importante de su experiencia de si mismo como ser. En cambio el miedo, es una amenaza contra la periferia de su existencia, el miedo puede objetivarse y el individuo puede mirarlo como un espectador situándose fuera de él.La ansiedad paraliza la conciencia de existencia, borra la sensación del tiempo, embota la memoria del pasado y eclipsa el futuro. La ansiedad es ontologica, el miedo, no.La ansiedad solo puede comprenderse como una amenaza contra el Dasein. La ansiedad se produce en el punto psicológico en que el individuo se enfrenta con la aparición de alguna potencialidad o posibilidad de llenar su existencia, pero esa misma posibilidad implica la destrucción de la seguridad presente, lo cual provoca automáticamente la tendencia a negar la nueva potencialidad.Asimismo la culpabilidad es la condición de la persona que reniega de esas potencialidades y renuncia a realizarlas, es decir que la culpabilidad es también una característica ontologica de la existencia humana.Existen varias formas de culpabilidad ontologica, como la culpa ontologica contra nuestros semejantes, la cual surge de que cada uno percibimos necesariamente a nuestros prójimos según nuestra mentalidad limitada y nuestros prejuicios, precisamente porque cada uno somos un individuo. Esta culpabilidad enraizada en nuestra estructura existencial, es una de las fuentes más caudalosas de una sana humildad y de una actitud racional de indulgencia hacia nuestros semejantes.El primer tipo de culpabilidad ontologica es el abandono cobarde de nuestras potencialidades, y corresponde al mundo EIGENWELT. La culpabilidad relacionada con nuestros semejantes, corresponde al mundo MITWELT. Y existe un tercer tipo de culpabilidad ontologica que incluye el UMWELT, que consiste en la culpabilidad de separación o de ruptura con relación a la naturaleza global. Ésta es la manifestación más compleja y comprensiva de la culpabilidad ontologica.La culpabilidad ontologica tiene estas características:

Afecta a todo el mundo, todos deformamos en mayor o menor medida la realidad de nuestros semejantes y ninguno desarrollamos plenamente nuestras potencialidades.

No proviene de prohibiciones ambientales ni de la introyeccion de hábitos o normas culturales, sino que tiene sus raíces en el hecho de la propia conciencia. La culpabilidad ontologica no consiste en que soy culpable por haber quebrantado una prohibición paterna, sino de vernos como individuos que pueden elegir o no elegir.

No debe confundirse la culpabilidad ontologica con la morbosa o neurótica. Si se la reprime en vez de aceptarla, puede degenerar en culpabilidad neurótica. Lo mismo que la ansiedad neurótica es el resultado final de una ansiedad ontologica normal a la que no se quiso hacer frente, así precisamente la culpabilidad neurótica es el resultado de una culpabilidad ontologica que se pretendió eludir.

No provoca la formación de síntomas sino que produce efectos constructivos en la personalidad. Puede y debe engendrar humildad, afinar el trato con nuestros semejantes y aumentar los impulsos creadores en la explotación de las propias potencialidades.

3- Ser-en-el-mundo

Las dos fuentes principales de la ansiedad y desesperación del hombre occidental moderno eran: la pérdida de su sentido de ser y de su mundo. Los síntomas de aislamiento y alineación reflejan el estado de una persona, cuyo contacto con el mundo se ha interrumpido. Este problema de la perdida de la sensación de su mundo no es solo falta de relaciones interpersonales, o de contactos con nuestros semejantes, sus raíces llegan por debajo de la capa social hasta la alineación del mismo mundo natural. Es una experiencia particular de aislamiento que se ha llamado soledad epistemológica. Los analistas existenciales, para descubrir de nuevo al hombre en sus interrelaciones personales con su mundo y para volver a revelar el sentido que encierra el mundo para el hombre, empiezan afirmando que la persona y su mundo forman un todo unitario y estructural, eso es lo que quiere expresarse precisamente con la articulación de las palabras ser-en-el-mundo.Los dos polos que son el yo y el mundo, están siempre relacionados dialécticamente, ninguno es independiente del otro. El mundo es la estructura de relaciones significativas ñeque existe una persona y en cuya configuración toma parte. Así Edmundo abarca los sucesos del pasado que condicionan mi existencia y toda la inmensa variedad de influencias determinantes que actúan sobre mí. Pero en tanto abarca todos estos elementos en cuando me relaciono con ellos, tengo conciencia de ellos, los formo, construyo, cada vez que me pongo en contacto con ellos. Tampoco debe limitarse el mundo a los acontecimientos determinantes del pasado, sino que incluyen también todas las posibilidades que se abren ante cualquier persona, que no vengan indicadas expresamente en los anales de la situación histórica. Por eso no debemos identificar Edmundo con la cultura, pues además de la cultura incluye muchas otras cosas como el EIGENWELT, lo mismo que todas las demás futuras posibilidades del individuo.

4- Los tres mundos

3 tipos de mundo que caracterizan la existencia de cada ser-en-el-mundo: UMWELT: significa literalmente el mundo alrededor, éste es el mundo

biológico, llamado generalmente ambiente. MITWELT: el co-mundo, designa el mundo de los seres de nuestra

misma especie, el mundo de nuestros semejantes. EIGENWELT: el mundo propio, y comprende las relaciones personales

del individuo consigo mismo.

El Umwelt, responde al mundo de los objetos que nos rodean, el mundo natural, todos los organismos lo tienen. Es el mundo de las leyes de la naturaleza y de sus ciclos, del sueño, la vigilia, de nacer y morir. El Mitwelt es el mundo de las interrelaciones entre los hombres.Las categorías de ajuste y adaptación son de absoluta precisión en el Umwelt, nos adaptamos al tiempo frío, nos ajustamos a la necesidad que experimenta nuestro cuerpo de dormir, el ajuste se produce entre 2 objetos o entre una persona y un objeto. Pero en el Mitwelt, no guardan la misma precisión las categorías de ajuste y adaptacion, aquí el término apropiado es el de relación. Nunca podemos considerar a os seres humanos como objetos sexuales, ya que al convertirse en un objeto sexual deja de ser persona.El Eigenwelt, el mundo propio es el campo que menos ha explorado y comprendido la psicología moderna y profunda, éste presupone autoconciencia y autorrelacion y únicamente se presenta en los seres humanos. Pero no constituye exclusivamente una experiencia interior y subjetiva, sino más bien el fondo que nos ayuda a ver el mundo real en su verdadera perspectiva y el fundamento de nuestra relación. Es la captación de lo que significa para mi determinada cosa en el mundo.Estas 3 caras del mundo siempre se interreflejan y condicionan mutuamente. Por ejemplo, yo existo en el Umwelt, pero la forma en que yo me adapto a mi necesidad de sueño, al tiempo o a cualquier instinto, afecta esencialmente al significado que adquiere para mí y condiciona mis reacciones frente a él. El ser humano vive simultáneamente en el Umwelt, Mitwelt y Eigenwelt, son 3 facetas simultáneas de ser-en-el-mundo.Estas 3 facetas implican consecuencias:Una es que si se acentúa una de ellas, con exclusión de las otras dos, se pierde la realidad de ser en el mundo. Freud tiene merito de haber descubierto al hombre en el fondo del Umwelt, pero tiene una idea nebulosa del Mitwelt, que comprende la interrelación de las personas como sujetos. La faceta que nunca vio Freud realmente es la del yo en relación consigo mismo, el Eigenwelt es la fase mas difícil de captar, dadas nuestras preocupaciones tecnológicas occidentales. Sin una visión adecuada del Umwelt, el amor languidece falto de vitalidad, y sin el Eigenwelt, desfallece falto de fuerzas y de la capacidad de fructificar.

V. Sobre el tiempo y la Historia

A los analistas existenciales les impresiona el hecho de que la mayor parte de las experiencias humanas, como la ansiedad, la depresión, el gozo, suceden más en la dimensión del tiempo que en la del espacio. Sitúan el tiempo en el centro del cuadro psicológico y proceden a verificar su estudio, considerando el sentido existencial que tiene por sí mismo para el paciente.

El hecho más fundamental de la existencia es que emerge, es decir, que siempre está en proceso de devenir, en constante desarrollo dentro del tiempo y nunca se le puede definir en el momento estático. Es tiempo es la dimensión característica de la personalidad humana. La capacidad de “soldar el tiempo” “es la esencia tanto de la mente como de la personalidad”, ese arte de soldar el tiempo incluye la facultad de incorporar el pasado al presente como parte del nexo causal total en que actúan y reaccionan los organismos vivos y justamente la capacidad de organizar sus actos a la luz de un futuro de profundas perspectivas. La capacidad de transcender las fronteras inmediatas del tiempo, de contemplar su propia experiencia de una manera autoconciente a la luz distante del pasado y del futuro, de actuar y reaccionar en esas dimensiones, de aprender lecciones que enseñó el pasado hace miles de años y de moldear el remoto futuro, constituye la característica por excelencia de la existencia humana.Los terapeutas existencialistas están de acuerdo con que “el tiempo es el corazón de la existencia” y que nuestro error consistió en concebirnos primordialmente como seres espaciales. Cuando nos acordamos de incluir el tiempo en nuestro bagaje humano, lo hicimos en el sentido aristotélico, predominantemente en la tradición de la filosofía occidental: “Porque el tiempo es esto: lo que se cuenta en el movimiento con relación a lo que es anterior y posterior”. Lo curioso de esta descripción de “tiempo cronómetro” es que está calcada sobre la noción de espacio: la mejor manera de entenderla es imaginarlo como una serie de hitos o de puntos espaciados regularmente sobre el reloj o un calendario. Esta concepción del tiempo s adapta mejor al Umwelt, donde complementamos al ser humano como una entidad situada sobre varias fuerzas condicionantes y determinantes del mundo natural y sujeta a la acción de los impulsos instintivos. Pero en el Milwelt, que marca la zona de las relaciones personales y del amor, el tiempo cuantitativo tiene mucha menos importancia en el significado de los acontecimientos, refiriéndonos al sentido interno de los acontecimientos.Finalmente, el Eigenwelt, el mundo particular de la autorrelación, de la autoconciencia y de la intuición del sentido que encierra un suceso para uno mismo, prácticamente no tiene nada que ver con la definición aristotélica de tiempo pendular. La esencia de la autoconciencia y de la penetración intuitiva consiste en su presencia, en que está allí, y el momento de esa percepción consciente conserva su significado para siempre. Observaron tmb los psiquiatras existencialistas que las experiencias psicológicas más profundas son las que trastornan en el individuo su sentido de orientación temporal. El aspecto más penoso de la condición del paciente es su incapacidad de imaginar un aspecto futuro en la línea del tiempo en que espere verse libre de ansiedad y de la depresión. Tmb descubrimos que la represión y los demás procedimientos para ahogar la conciencia son esencialmente métodos para asegurar la interrupción de las relaciones normales entre el pasado y el futuro.

Luego de situar el tiempo en el centro del cuadro psicológico, proponen que la fase predominante y más importante del tiempo para los seres humanos no es el presente ni el pasado, sino el futuro. Solo podemos comprender la personalidad siguiendo la trayectoria que sigue hacia el futuro. Solo podemos comprender la personalidad siguiendo la trayectoria q sigue hacia el futuro.Los existencialistas no piensan en un futuro lejano ni en nada q pueda indicar q se refugian en el futuro para evadirse del presente o del pasado; solo pretenden hacer constar que el ser humano mientras está en posesión de su autoconciencia y no se ve incapacitado por la ansiedad ni por las tiranías y rigideces neuróticas, está siempre en un

proceso dinámico de autorrealización, siempre explorando, moldeándose y avanzando hacia el futuro inmediato. Sin olvidar el pasado, estiman que sólo puede entendérselo a la luz del futuro. Los sucesos deterministas del pasado adquieren sentido a la luz del presente y del futuro.Nietzsche observó que la palabra del pasado es un oráculo del porvenir: solo lo comprenderá quien se aplique a conocer el presente y a construir el futuro. El pasado es el campo de la contingencia, del que cogemos la semilla más selecta de los acontecimientos para sembrar y cultivar nuestras potencialidades y para labrar nuestra satisfacción y seguridad en el futuro inmediato.

Los analistas existenciales toman la historia muy en serio, pero denuncian cualquier tendencia a eludir los problemas presentes, inmediatos, palpitantes de ansiedad para atrincherarse tras el determinismo del pasado.

VI. Transcendiendo la situación inmediata

La ultima característica de la existencia humana (Dasein): su capacidad de transcender la situación inmediata. La existencia implica una emergencia continua, en el sentido de una evolución emergente, de un transcender el pasado y el presente en dirección del futuro. Así transcenderse describe lo que todo ser humano está realizando siempre que no está gravemente enfermo o impedido temporalmente por la desesperación o la ansiedad.La capacidad de la propia lucidez mental aumenta cualitativamente el ámbito de la conciencia y por lo mismo ensancha inmensamente las posibilidades de transcender las situaciones inmediatas. Esa capacidad del hombre normal para transcender la situación de momento se patentiza en toda clase de conducta. Esta capacidad se manifiesta sobre todo en las relaciones sociales, en la comunicación de la persona normal con su comunidad. Es interesante notar la gran cantidad de palabras que hay para describir los actos humanos con el prefijo “re” –responsable, reflexionar, relacionar, y así sucesivamente-. Todos indican y se basan en la capacidad de volver sobre sí como ejecutor de sus actos. Esto resalta con especial calidad en la facultad característicamente humana de responsabilizarse, que indica que se puede confiar en él, y que él puede comprometerse a responder de la palabra que ha dado. El hombre al mismo tiempo que existe puede preguntarse sobre sí mismo y sobre su propia existencia. Es más, toda concepción existencialista está basada en el fenómeno enteramente curioso de que el hombre es un ente que no solo puede preguntarse sobre su propio ser, sino que debe hacerlo, si es que ha de realizar su potencialidad.

Autoconciencia implica autotranscendencia; la capacidad de transcender la situación inmediata presupone indudablemente el Eigenwelt, es decir, ese mundo de acciones y reacciones en que la persona se ve al mismo tiempo como sujeto y como objeto. La facultad de transcender la situación es parte inseparable de la autoconciencia, pues es evidente q el simple poder de darse cuenta de sí mismo como de un ser existente en el mundo implica la capacidad de situarse fuera como espectador y mirarse a sí y a su situación y afirmarse y guiarse a través de una variedad infinita de posibilidades.

Los procesos neuróticos son el precio que pagamos por nuestra preciosa herencia humana, es decir, por nuestra habilidad para representar la experiencia y comunicar

nuestras ideas mediante símbolos. Lo q constituye la esencia del lenguaje simbólico es la capacidad de transcender la situación concreta e inmediata.

La transcendencia del y el ser-en-el-mundo equivalen por identidad a la estructura del Dasein, que es el fundamento de toda actitud y comportamiento.El hombre es capaz de transcender la situación inmediata por ser capaz de Sorge, es decir, de cuidado, de comprender y responsabilizase. Toda actitud es una forma de conducirse con Sorge o con falta de Sorge. La capacidad de transcender la situación inmediata no es una facultad que hay que incluir en la lista general de facultades, sino q es congénita a la naturaleza ontológica del ser humano.La capacidad que tiene el hombre de relacionarse consigo mismo le confiere, como una manifestación, la capacidad de objetivar su mundo, de pensar y expresarse en símbolos, etc.

El hombre dispone de una amplia gama de posibilidades donde escoger sus relaciones con el mundo. El “yo” es la capacidad de verse abriéndose camino entre esa multiplicidad de posibilidades. Esta libertad frente al mundo es el sello de la persona psicológicamente sana; el verse encerrado a cal y canto en un mundo concreto es la marca del trastorno psicológico. Lo esencial es la libertad para planificar el mundo, o para dejar que ocurra el mundo. Esta esencia de la libertad está tan profundamente arraigada como una necesidad de nuestra existencia que puede prescindir de la misma existencia.

VII. Algunas consecuencias para la técnica psicoterapéutica

En el análisis existencial no encontrarán métodos prácticos desarrollados minuciosamente. Muchos psiquiatras existencialistas no se interesan por materias técnicas. Porque el análisis existencial es un modo de comprender la existencia humana y sus representantes creen que uno de los obstáculos principales (si no es el principal) para comprender al ser humano en la civilización occidental es precisamente la importancia exagerada q se da a la técnica y q va de la mano con la tendencia a considerar al hombre como un objeto q hay q calcular, manejar y analizar. La teoría existencialista sostiene que la técnica sigue a la comprensión. La tarea sustancial y la responsabilidad del terapeuta consiste en comprender al paciente como un ser y como un ser-en-el-mundo. Todos los problemas técnicos están subordinados a esa comprensión.

Lo que distingue la técnica existencial no es lo que el analista hará concretamente, por ejemplo, frente a un caso de ansiedad, de resistencia o de tener q sacar al paciente el historial de su vida, etc., sino más bien el clima de su terapéutica. Lo importante es qué es lo que dice sobre el punto en q se haya en este momento y el punto hacia donde se dirige, etc. El contexto, el clima lo forma el paciente no como una cadena de mecanismos o dinamismos psíquicos, sino como un ser humano en transe de elegir, de adquirir un compromiso y de orientarse hacia algo positivo sin pérdida de tiempo; este contexto es dinámico, de una realidad tangible y presente.

La contribución realmente importante de este método es su profunda comprensión de la existencia humana.

Consecuencias:

1) El terapeuta existencialista tiene una razón concreta para utilizar determinada técnica con un paciente dado. Él desconfía vehementemente de usar tal o cual técnica solo por rutina, costumbre o tradición. La terapéutica existencialista se distingue por un sentido de lo real y de lo concreto. La técnica existencialista debe tener flexibilidad y elasticidad, para poder variar de un paciente a otro y de una fase a otra en el tratamiento de un mismo paciente. Para decidir la técnica concreta q debe emplearse de un mismo momento particular a otro han de tenerse en cuenta estas cuestiones: ¿Qué es lo q manifestará mejor la existencia de este individuo particular en este momento de la historia? ¿Qué es lo q iluminará con más claridad su ser-en-el-mundo?

2) Los dinamismos psicológicos siempre derivan su sentido de la situación existencial de la vida personal e inmediata a cada paciente.Lo q ocurre en realidad no es q el neurótico “transfiere” sobre su mujer o sobre el analista los sentimientos q abrigaba hacia su padre o su madre. Hay que decir más bien q el neurótico es una persona que nunca desarrolló ciertas zonas de su personalidad más allá de las formas limitadas y restringidas de la experiencia característica del niño.

3) Se toma como real la relación entre el paciente y el terapeuta. Este es un ser humano, vivo, que en ese momento no se interesa por sus propios problemas, sino por comprender y sentir en lo posible el ser de su paciente. Existencialmente la verdad siempre implica la relación de la persona hacia algo o hacia alguno y q el terapeuta forma parte del campo para entender al paciente. También indicamos q en realidad no puede el terapeuta ver al paciente a menos q participe de su campo experimental. No debe confundirse la presencia con una actitud sentimental hacia el paciente, sino q está en función categórica y consistente de la idea q se forme el terapeuta sobre los seres humanos. En esta actitud de presencia, se considera q el ser humano es un objeto q hay q analizar o una persona q hay q comprender. El terapeuta existencialista es capaz de relacionarse con el paciente de “existencia a existencia”; el paciente necesita una experiencia no una explicación.

El tratamiento existencialista se orienta más hacia las crisis trágicas de la vida.

La terapéutica es un proceso de devenir, de que lo que cuenta es la libertad y el desarrollo interior del individuo, y el postulado implícito de la dignidad del ser humano.Tres advertencias: A) Esta importancia que se da a la relación no significa de ninguna manera una simplificación ni un atajo, ni u sucedáneo de una disciplina y de un entrenamiento a fondo. Sino más bien una forma de dar a esta preparación su verdadero enfoque y orientarla hacia la comprensión del ser humano en su categoría de humano. Se supone que el terapeuta es un experto; pero si no es ante todo un ser humano, su técnica va a ser inútil y muy posiblemente perniciosa. El carácter distintivo de la comprensión existencialista es q la comprensión del ser humano es el autentico estudio del hombre. Los analistas existenciales hacen con la estructura de la existencia humana, sacarla del reino carismático y aleatorio de ciertos individuos de especial intuición, aceptarla como campo de exploración y comprensión y reducirla a disciplina q pudiera enseñarse hasta cierto punto.

B) La insistencia en la realidad de la presencia no se opone a las verdades altamente significativas que encierra el concepto freudiano de transferencia. Dentro de la terapéutica existencialista, la transferencia se opera en el nuevo clima de un acontecimiento que se desarrolla en una relación real entre dos personas. Pero nada es jamás pura transferencia, ni se la puede explicar al paciente como un teorema de matemáticas. Consiste en dejar al paciente experimentar lo q está haciendo hasta q la experiencia se apodere realmente de él.

C) La presencia en las sesiones no significa en ningún modo que el terapeuta haya de imponer sus ideas, sentimientos ni su personalidad al paciente.

4) La terapéutica debe intentar analizar y eliminar las formas de conducta que matan la presencia. Por su parte, el psiquiatra tendrá q vigilar cuanto pueda entorpecer en él la plena presencia. El hecho de la confrontación real entre dos personas puede crear profunda ansiedad. Tal vez el recurso q tiene más a mano el psiquiatra para reducir la ansiedad consiste en mirar a la otra persona desde un punto de vista técnico. La técnica no debe utilizarse para bloquear la presencia.

5) La quinta consecuencia se refiere al objetivo del proceso terapéutico. Ese objetivo consiste en q el paciente experimente su existencia como real. En el transcurso del tratamiento el paciente encuentra q el Eigenwelt es algo para él, y entonces tiende a experimentar el Eigenwelt del psiquiatra con más fuerza q el suyo. La función del analista consiste en estar allí presente en la relación (con todas las connotaciones del dasein), mientras q el paciente encuentra su camino y aprende a vivir su propio Eigenwelt. El interpretar los mecanismos o dinamismos, cosa q hay q hacer en la terapéutica existencialista como en cualquier otra, siempre se hará dentro del plan de q el paciente se de cuenta de su propia existencia. Esta es la única forma de q el dinamismo tenga realidad para él y le afecte; de lo contrario, lo mismo valdría de q se documentase sobre él en cualquier libro.La función del psiquiatra no consiste en “curar” los síntomas neuróticos del paciente, aunque este es el motivo q induce a la mayoría a acudir a ellos. Pero la psicoterapia se ocupa de otra cosa fundamental, que es ayudar a la persona a que experimente su existencia; cualquier curación de los síntomas que esta llamada a durara debe ser un subproducto de esto. El tipo de curación consiste en la adaptación y en recuperar la capacidad de ponerse al corriente con la civilización. Entonces el paciente asume un mundo reducido, pero sin conflictos, ya q su mundo se ha identificado ahora con la cultura. Y como la ansiedad solo brota con la libertad, naturalmente el paciente se ve libre de su ansiedad; se ve aliviado de sus síntomas, sencillamente porque ha recibido sus armas, es decir, sus posibilidades, que son las que causan la ansiedad. Éste es el procedimiento de curarse renunciando al ser, a la existencia, acosándola y reduciéndola. Se plantea la discusión de saber hasta donde se puede continuar en este plan de buscar el alivio de los conflictos en la renuncia al ser sin producir en los individuos y en los grupos una desesperación latente y un resentimiento que acabará por revelar en actos de autodestrucción.

Pero el factor que viene a complicar las cosas en nuestra situación histórica inmediata es q la misma cultura está montada alrededor de este ideal de adaptación técnica y contiene tantos elementos incorporados y destinados a narcotizar la desesperación. Puede darse sentido más profundo y verdadero a la palabra curación, a saber, orientarse hacia la expansión de la propia existencia. Lo importante es q la persona descubra su ser, su Dasein.

6) La importancia del compromiso.La verdad existe únicamente conforme el mismo individuo la va produciendo en la acción. La significación del compromiso, de la entrega, radica que es requisito necesario para ver la verdad. Normalmente hemos actuado sobre la suposición de q a medida q el paciente va teniendo más y más conocimientos e intuición sobre el sí mismo, irá haciendo las decisiones apropiadas. Esta es una verdad a medias. Generalmente se pasa por alto la segunda mitad de verdad, a saber, que el paciente no puede permitirse el lujo de adquirir ese conocimiento e intuición hasta que esté dispuesto a decidir, tome una orientación decidida sobre su vida y adopte las resoluciones previas en marcha. Aquí entendemos la decisión en el sentido de actitud decisiva frente a la existencia, una actitud de compromiso. En este plano el conocimiento y la intuición siguen a la decisión y no al revés.

Terminamos con dos observaciones, advertencias finales: una es el peligro q asecha en el fondo de la concepción existencialista, que es el peligro de generalización; la otra observación se refiere a la actitud existencial ante el inconciente.

Capitulo III: fenomenología psiquiatrita

Hay tres métodos principales:

1) Fenomenología Descriptiva: Se basa en la descripción q hace el paciente de sus experiencias.

2) Método Genético estructural: Presupone una unidad fundamental en el estado de conciencia de un individuo, e intenta encontrar el factor genético con cuya ayuda puede entenderse y reconstruirse el resto.

3) Análisis Categorial: Adopta un sistema de coordenadas fenomenológicas, la temporalizada y el espacio, la causalidad y la materialidad. El investigador analiza como experimenta el paciente cada una de ellas a fin de trazar sobre esa basa una reconstrucción perfecta y detallada de su mundo interior experimental.

La investigación fenomenológica demostró q la experiencia principal y más inquietante en los casos depresivos es la detención de la corriente del tiempo. Uno de los principales síntomas es la experiencia subjetiva de q el tiempo fluye desesperadamente despacio. Algunos esquizofrénicos tienen la sensación de q el tiempo se ha fijado en el momento presente, y aquí su manía de q son inmortales. La experiencia contraria, es decir la aceleración del tiempo es corriente en las manías.

El individuo normal experimenta el presente como la conciencia de su propia actividad y de su propio impulso a actuar; el futuro se presenta abierto; y el pasado como algo que dejamos atrás.

El espacio orientado es la forma de especialidad que experimentamos más comúnmente, está marcado como un mapa por objetos, distancias, direcciones, caminos y limites. Posee un centro de referencia que es el cuerpo.El espacio sintónico es la experiencia espacial determinada por el tono o elevación emocional de los propios sentimientos (se ve más en patologías).

Psicoterapia Existencialista

Es la aplicación de ciertos conceptos existencialistas a la psicoterapia, hay tres conceptos de especial mención:1) El concepto de Neurosis Existencial, enfermedad producida no tanto por traumas reprimidos por un ego débil sino porque el individuo no acierta haber significado en la vida, con lo q vive una modalidad existencial inauténtica.2) En vez del uso de la transferencia psicoanalítica utiliza el “encuentro”. Se revela algo totalmente nuevo, se abren nuevos horizontes, se revisa la concepción q tiene uno del mundo. El encuentro haya su secreto en la novedad. 3) El cairos (significa momento crítico), en este punto los síntomas críticos aparecerían por breve tiempo indicando la nueva dirección en el curso de la enfermedad.

Análisis existencial: es una reconstrucción del mundo interior experimental de los pacientes psiquiátricos con la ayuda de una armazón conceptual inspirada en los estudios de Heidegger.

Tres diferencias entre la fenomenología y el análisis existencial: El análisis existencial no se limita a investigar los estados de conciencia, sino

que toma en cuenta toda la estructura de la existencia del individuo. La fenomenología insiste sobre la unidad del mundo interior experimental del

paciente y el análisis existencial acentúa la idea de que un individuo puede vivir en dos o más mundos.

La fenomenología solo tiene en cuenta los mundos subjetivos inmediatos y el análisis existencial se esfuerza por reconstruir el desarrollo y transformación del mundo del individuo.

Capitulo II ROLLO MAY: Contribuciones de la psicoterapia existencial

La contribución fundamental de la terapeútica existencialista consiste en comprender al hombre como SER. El objeto de estudio es la experiencia de un ENCUENTRO instantáneo con otra persona en el cual captamos el ser de otra persona.

SER Y NO SER

DASEIN: Término que utilizan los terapeutas existencialistas para designar el carácter distintivo de la existencia humana.DA (ahí) SEIN (ser): el hombre es el ser que esta ahí presente y que tiene un ahí en el sentido de que es capaz de saber que esta ahí y es capaz de adoptar una actitud con respecto a este hecho. El “ahí” es el punto preciso de las dos coordenadas tiempo y espacio, en que converge su existencia en ese momento dado.

Lo que distingue al hombre de todos los demás seres es el ser que puede ser consciente y por lo tanto responsable de su existencia.El terapeuta existencialista concibe al hombre como un “ser en si” y como un “ser por si”: la persona como responsable de su existencia elige una cosa u otra.

SER: - Implica que alguien está en vías de devenir algo- es una fuente de potencialidad: el SER es la fuerza potencial por la que cada

uno de nosotros deviene lo que es realmente- Posee la connotación dinámica de alguien que esta en proceso de devenir en

algo: comprendemos a otro ser humano viendo hacia donde se mueve y lo que esta diviniendo. Lo importante es transformar nuestra potencia en acción.

El hombre, el DASEIN, es ese ser concreto que tiene que darse cuenta de sí mismo y hacerse responsable de sus actos si quiere llegar a ser el mismo.Mantiene siempre una relación con el NO SER. SER Y NO SER es una decisión que tomamos en cada instante.

“NO SER” o “NADA”El “NO SER” forma una parte inseparable del SER. Para comprender lo que significa existir necesitamos percibir el hecho de que podemos no existir. La existencia es a cada momento amenazada por el NO SER.: la muerte, la ansiedad, el conformismo, etc. En la confrontación con el NO SER, la existencia adquiere nueva vitalidad y el individuo experimenta una conciencia mas sublimada de sí mismo, de su mundo y de lo que lo rodea.En el aspecto positivo la capacidad de enfrentarse con el NO-SER implica la aceptación constructiva de la ansiedad, hostilidad y agresividad. En su forma aguda son estados y modos de reaccionar para consigo y para con otros tendientes a destruir el ser.Por aceptar entendemos aguantar sin recurrir a la represión y responder de una manera constructiva.Las manifestaciones de ansiedad, hostilidad y agresividad pueden ser “normales” o pertenecer a formas neuróticas. Las formas normales son inherentes a la amenaza de NO SER con que siempre tendrá que habérselas todos ser.

LA ANSIEDAD Y LA CULPABILIDAD EN SU ASPECTO ONTOLÓGICO

La ansiedad es una característica ontológica del hombre enraizada en su misma existencia. Representa esencialmente una amenaza contra los fundamentos básicos de mi existencia. Es la experiencia de la amenaza inminente de NO SER.“Es el estado de espíritu del individuo al darse cuenta de que su existencia amenaza ruina, de que puede hundirse con todo su mundo y convertirse en nada”La ansiedad solo puede comprenderse como una amenaza contra el DASEIN: Paraliza la conciencia de existencia, borra la sensación de tiempo, embota la memoria del pasado y eclipsa el futuro.Es la amenaza de perder la misma existencia. Siempre implica un conflicto interior entre el SER y NO SER. Se produce en el punto psicológico en que el individuo se enfrenta con la aparición de alguna potencialidad o posibilidad de llenar su existencia, pero esa misma posibilidad implica la destrucción de la seguridad presente, provocando la tendencia a negar la nueva potencialidad.Si el individuo no gozase de cierta libertad no experimentaría ansiedad: la ansiedad podemos entenderla como el vértigo de la libertad: es la realidad de la libertad en estado de potencialidad anterior a materializarse esa libertad: lo cual es un aspecto positivo de la ansiedad porque la experiencia de la misma ansiedad demuestra que hay presente alguna potencialidad, alguna nueva posibilidad de ser, amenazada por el no ser.La ansiedad es la condición del individuo al enfrentarse con la perspectiva de realizar sus potencialidades.

La CULPABILIDAD es la condición de la persona que reniega de esas potencialidades y renuncia a realizarlas.“Si nos olvidamos de ser, por no ponernos a la altura de todo nuestro ser, por no vivir una vida auténtica, por hundirnos en el anonimato conformista de la gente, entonces hemos perdido nuestro ser y en ese sentido somos un fracaso. “Si tu te cierras a tus potencialidades, te haces culpable o deudor contra el don que se te ha dado en tu origen, en el centro de tu ser.” BOSSSobre esta base existencial de deuda y culpa se fundan todos los sentimientos de culpabilidad. Tan culpables podemos ser por negarnos a aceptar cualquier exigencia vital del cuerpo, como de la mente o del alma.

Formas de culpabilidad1) Culpabilidad ontológica producida por atentar contra las propias

potencialidades. Corresponde al EIGENWELT o Mundo Personal2) Culpabilidad ontológica producida contra nuestros semejantes: surge de que

cada uno percibe a sus semejantes según nuestra mentalidad limitada y nuestros prejuicios. Siempre deformamos mas o menos el verdadero retrato de nuestros iguales y nunca comprendemos plenamente ni respondemos adecuadamente a sus necesidades.

Es el resultado inevitable de que cada cual constituimos un individuo aparte y no tenemos más remedio que mirar al mundo a través de nuestros ojos.Corresponde al MITWELT por tratarse de culpas relacionadas principalmente con nuestros semejantes.

3) Culpabilidad de separación o de ruptura con relación a la naturaleza global. Corresponde a los tres mundos.

Características de la culpabilidad ontológica

1) Afecta a todo el mundo: todos deformamos en mayor o menor grado la realidad de nuestros semejantes y ninguno desarrollamos plenamente nuestras potencialidades.2) Tiene sus raíces en la propia conciencia: somos individuos que pueden elegir o no elegir3) No debe confundirse con la culpa neurótica. Si se la reprime en vez de aceptarla, puede degenerar en culpabilidad neurótica: es el resultado final de una ansiedad ontológica normal a la que no se quiso hacer frente. Si la persona la acepta y comprende deja de ser neurótica.4) No provoca la formación de síntomas sino que produce efectos constructivos en la personalidad.

SER-EN-EL-MUNDO

La persona y su mundo forman un todo unitario y estructural: SER-EN-EL-MUNDO.El MUNDO es la estructura de relaciones significativas en que existe una persona y en cuya configuración toma parte. Abarca los sucesos del pasado que condicionan mi existencia y toda la inmensa variedad de influencias determinantes que actúan sobre mi. Abarca todos esos elementos en cuanto me relaciono con ellos, tengo conciencia de ellos, los llevo conmigo, moldeándolos, formándolos, construyéndolos inevitablemente cada vez que me pongo en contacto con ellos. El tener conciencia del propio mundo significa al mismo tiempo estarlo estructurando.

No debe limitarse el mundo a los acontecimientos determinantes del pasado, sino que incluyen también todas las posibilidades que se abren ante cualquier persona. Son las potencialidades con las que el hombre construye o estructura el mundo: es un molde dinámico que yo debo ir formando y estructurando mientras estoy en posesión de mi autoconciencia.

LOS TRES MUNDOS

Distinguimos tres aspectos del mundo que caracterizan la existencia de cada SER-EN-EL-MUNDO.

1) UMWELT: Es el mundo de los objetos que nos rodean, el mundo natural, el mundo biológico, el ambiente; encuadrado dentro del contexto de la autoconciencia humana: como la persona se “ajusta” y “adapta” en el umwelt.

2) MITWELT: CO-MUNDO: Es el mundo de los seres de nuestra misma especie, el mundo de nuestros semejantes. Es el mundo de las interrelaciones entre los hombres. Implica la relación con mis semejantes. La esencia de la relación consiste en que ambas personas cambian al encontrarse. Implica siempre la conciencia de la atención recíproca.

3) EIGENWELT: EL MUNDO PROPIO: Presupone autoconciencia y autorrelación. Es la captación de lo que significa para mi determinada cosa del mundo. El YO en relación consigo mismo, es la fase mas difícil de captar.

Estas tres facetas del mundo siempre se interreflejan y condicionan mutuamente.

SOBRE EL TIEMPO Y LA HISTORIA

Otro aporte de los analistas existencialistas es su concepción sobre EL TIEMPO.Sitúan al tiempo en el centro del cuadro psicológico considerando el sentido existencial que tiene por si mismo para el paciente.El hecho más fundamental de la existencia es que emerge: siempre está en proceso de devenir, en constante desarrollo dentro del tiempo y nunca se la puede definir en un momento estático.

El TIEMPO es la dimensión característica de la personalidad humana. Incluye la facultad de incorporar el pasado al presente como parte del nexo causal total en que actúan y reaccionan los organismos vivos y juntamente la capacidad de organizar sus actos a la luz de un futuro de profundas perspectivas. La capacidad de trascender las fronteras inmediatas del tiempo, de contemplar su propia experiencia de una manera autoconsciente a la luz distante del pasado y del futuro, de actuar y reaccionar en esas dimensiones, de aprender lecciones que enseño el pasado y moldear el remoto futuro, constituye la característica por excelencia de la existencia humana.

La esencia de la autoconciencia y de la intuición consiste en su presencia, en que esta allí, algo instantáneo, inmediato, y en el momento de esa percepción conciente conserva su significado para siempre.

La ansiedad y la depresión intensas trastornan nuestro sentido de orientación temporal, borran el tiempo y disipan el futuro.Hay una estrecha relación entre la perturbación de la función temporal y los síntomas neuróticos. La represión y lo demás procedimientos de ahogar la conciencia son esencialmente métodos para asegurar la interrupción de las relaciones normales entre el pasado y el futuro.

La fase más importante del tiempo para los seres humanos es el futuro: sólo podemos comprender la personalidad siguiendo la trayectoria que sigue hacia el futuro. Un hombre solo puede comprenderse a si mismo mirando la silueta que proyecta sobre el porvenir: La persona siempre se encuentra en un estado del devenir, siempre emergiendo hacia el futuro.Hay que ver al YO sobre el fondo de su potencialidad: “cada momento que existe el yo está en proceso de realizarse, porque el Yo no es mas que lo que va a ser” KIERKEGAARD.

Mientras el ser humano está en posesión de su autoconciencia y no se ve incapacitado por la ansiedad ni por rigideces neuróticas, está siempre en un proceso dinámico de autorrealización, siempre explorando, moldeándose y avanzando hacia el futuro inmediato. El futuro solo puede entenderse a la luz del futuro. Nunca somos puramente las víctimas de las presiones automáticas que ejerce el pasado: los sucesos deterministas del pasado adquieren sentido a la luz del presente y del futuro.

El momento pleno (Kierkegaard): es el instante en que una persona percibe repentinamente el sentido que encierra para el presente un acontecimiento del pasado o del futuro. Esa percepción del nuevo alcance implica siempre la

posibilidad y la necesidad de alguna decisión personal, algún cambio en sus estructuras o alguna nueva orientación frente al mundo y al futuro.

TRASCENDIENDO LA SITUACION INMEDIATA: DASEIN

Es una característica de la existencia humana: su capacidad para trascender la situación inmediata. Esta expresada en el término “existir”: salir, “situarse fuera”. La existencia implica una emergencia continua, en el sentido de una evolución emergente, de un trascender el pasado y el presente en dirección al futuro.

Toda la concepción existencialista esta basada en el fenómeno de que el hombre es un ente que no solo puede preguntarse sobre su propio ser, sino que debe hacerlo, si es que ha de realizar su potencialidad.

AUTOCONCIENCIA implica AUTOTRASCENDENCIA: la capacidad de trascender la situación inmediata presupone indudablemente el EIGENWELT: la persona se ve al mismo tiempo como sujeto y como objeto. El poder darse cuenta de si mismo como de un ser existente en el mundo implica la capacidad de situarse fuera como espectador y mirarse a si y a su situación y afirmarse y guiarse a través de una variedad infinita de posibilidades.

Esta capacidad de trascender la situación inmediata constituye la base de la libertad humana. Esta libertad frente al mundo es el sello de la persona psicológicamente sana.

ALGUNAS CONSECUENCIAS PARA LA TÉCNICA PSICOTERAPEUTICA

La técnica sigue a la comprensión: la tarea y la responsabilidad del terapeuta consiste en COMPRENDER al paciente como un SER y como un SER-EN-EL-MUNDO.

Por ejemplo, respecto a la interpretación de los sueños: el existencialista concentra su atención en averiguar cómo ese sueño particular ilumina la existencia, dentro de su mundo, que es lo que dice sobre el punto en que se halla en este momento y el punto hacia donde se dirige el paciente.EL CLIMA de la terapia lo forma el paciente como un ser humano en trance de elegir, de adquirir un compromiso y de orientarse hacia algo positivo sin pérdida de tiempo, es dinámico, es una realidad tangible y presente..

La técnica existencialista se distingue por su sentido de lo real y de lo concreto: debe tener flexibilidad y elasticidad. Para decidir la técnica concreta que debe emplearse en cada momento particular tenemos que tener en cuenta:

¿Qué es lo que manifestará mejor la existencia de este individuo particular en este momento de su historia?¿Qué es lo que iluminará con mayor claridad su SER-EN-EL-MUNDO?

Los dinamismos psicológicos siempre derivan su sentido de la situación existencial de la vida personal e inmediata de cada paciente.

Respecto a represión, Boss la entiende como la aceptación o la repulsa con que reacciona el paciente ante sus propias potencialidades: ¿Qué es lo que impide que el paciente acepte libremente sus potencialidades? Nos conduce directamente a la cuestión existencial de la libertad de la persona. La represión implica la pérdida de la conciencia de la libertad. La cuestión fundamental es como usa la persona su libertad para expresar en primer lugar sus potencialidades. La represión es una forma de usarla.

En cuanto a la resistencia, Boss se pregunta ¿Qué la hace posible? Es el exceso de la tendencia del paciente a absorberse en el MITWELT, a refugiarse en la masa anónima y a renunciar a las potencialidades propias, únicas y originales que forman su personalidad.Boss asienta cada dinamismo en una base ontológica: concibe los impulsos, la libido, etc. como potencialidades de existencia.

Importancia que concede a la PRESENCIA: Se toma como real la relación entre el paciente y el terapeuta quien debe comprender y sentir en lo posible el SER de su paciente.

Karl Jaspers: “cuantas oportunidades de llegar a comprender dejamos pasar porque, con todo nuestro bagaje de conocimientos, en el momento preciso, único, nos faltó la sencilla virtud de una plena presencia humana”.El terapeuta tiene que ser capaz de relacionarse con el paciente de existencia a existencia.

Rogers: La terapia es un proceso de devenir. Lo que cuenta es la libertad y el desarrollo interior del individuo y la dignidad del ser humano. Implica la comprensión del ser humano en su categoría de humano. Se supone que el terapeuta es un experto, pero si no es ante todo un humano, su técnica va a ser inútil.

La terapeútica debe analizar y eliminar las formas de conducta que matan la presencia.

Objetivo del proceso terapeútico: que el paciente experimente su existencia como real. Se trata de que se dé plenamente cuenta de ella, lo cual implica percibir sus potencialidades y capacitarse para actuar en base a ellas.

Tiene por misión iluminar esa existencia. El neurótico se preocupa con exceso por el UMWELT y muy poco por el EIGENWELT. La función del analista consiste en estar allí presente en la relación mientras que el paciente encuentra su camino y aprende a vivir su propio EIGENWELT.

La intepretación de los dinamismos siempre se hará dentro del plan de que el paciente se de cuenta de su propia existencia. Es la única forma de que el dinamismo tenga realidad para él y lo afecte.El proceso neurótico consiste fundamentalmente en la represión del sentido ontológico.La cura implica ayudar a la persona a que experimente su existencia. Orientarse hacia la expansión de la propia existencia. LO IMPORTANTE ES QUE LA PERSONA DESCUBRA SU SER, SU DASEIN.

Importancia del COMPROMISO: es un prerequisito necesario para ver la verdad. El paciente no puede adquirir ese conocimiento e intuición hasta que este dispuesto a decidida y tome una orientación decidida sobre su vida.

DECISIÓN: en el sentido de actitud decisiva frente a la existencia, una actitud de compromiso. El conocimiento y la intuición siguen a la decisión y no al revés. El terapeuta existencial busca la actitud del DASEIN, del ser autoconsciente que toma en serio su propia existencia.

Rollo May - Capitulo III: Introducción clínica a la fenomenología psiquiatrica y al análisis existencial

Existe una corriente filosófica, denomina “fenomenología”, fundada por Husserl, y existe otra corriente filosófica llamada “existencialismo”, cuyos representantes principales son Kierkegaard, Jaspers, Heidegger y Sartre. Pero existe un abismo entre la fenomenologia filosófica de Husserl y la fenomenologia psiquiatrica de Minkowski, igual que entre la filosofía existencialista y el método psiquiátrico llamado análisis existencial. El análisis existencial no viene a suplantar a la fenomenologia, sino a integrarla como parte de su sistema global.

Fenomenologia psiquiatrica:A vista de un fenómeno, ya sea un objeto externo o un estado mental, el fenomenólogo lo aborda observándolo tal como se manifiesta y sólo como se manifiesta. Esta observación se realiza mediante una operación mental que Husserl llamo la Epoche o reducción psicológico-fenomenológica. El observador pone el mundo entre paréntesis, excluye cualquier juicio de valor sobre el fenómeno y cualquier afirmación relativa a sus causas o a su trasfondo.

En lo que pone mas énfasis la fenomenologia psiquiatrica es en la investigación de los estados de conciencia subjetivos del paciente.

Hay tres métodos principales:1. La fenomenologia descriptiva: se basa en la descripción que hace el paciente

de sus experiencias subjetivas. El psiquiatra se esfuerza por comprender su estado de conciencia con el fin de establecer contacto con él. Cuales son los sentimientos del paciente, como se ve en él y que imagen tiene del mundo. La descripción para ser abarcativa, deberá estar referida a todo aquello que se presenta en la ccia tanto del paciente (actitudes o expresiones) como también del investigador (como se siente, que le genera el paciente).Sin embargo son muy pocos los enfermos capaces de recordar lo que experimentaron subjetivamente y no es seguro que puedan encontrar palabras para expresar sus experiencias. Por ende, este fue un primer paso hacia una investigación mas aquilatada.

2. Método Genético-Estructural: presupone una unidad fundamental en el estado de conciencia de un individuo, e intenta encontrar el factor genético con cuya ayuda puede entenderse y reconstruirse el resto.Minkowski propone un “análisis estructural” que consiste en describir el trastorno generador del cual se pueda deducir todo el contenido de la conciencia y los síntomas del paciente.Von Gebsattel, plantea una “consideración constructivo-genética” en el cual se puede reconocer la relación, profundamente arraigada, entre las perturbaciones biológicas y psicológicas del enfermo.En simples palabras, la descripción fenomenológica puede no solo ofrecer información y captación de la estructura esencial sino también puede buscar conexiones e interrelaciones entre lo pasado, el presente y la influencia de esto en su futuro. Entonces el análisis genético estructural, articula la comprensión de la estructura con la génesis humana. Investigara en el trastorno perturbador que en la historia vital de un individuo fue construyendo una forma morbosa de elaboración psíquica: neurótica, psicotica, etc.

3. Análisis Categorial: adopta un sistema de coordenadas fenomenológicas, la temporalizada y el espacio, la causalidad y la materialidad. El investigador analiza como experimenta el paciente cada una de ellas, con el fin de trazar sobre esa una base de reconstrucción perfecta y detallada de su mundo interior experimental.El fenomenólogo intenta reconstruir el mundo interior de estos pacientes. Para acercarse a su ser, a su modo de ser, enfoca como vivencia su mundo de acuerdo a ciertos marcos de referencia básicos o categorías.Por categorías se entienden aquellos aspectos presentes en toda existencia, que hacen a su constitución misma. Son:La temporalidad: Coordenada fundamental. Se dispone de la experiencia subjetiva del tiempo, tiempo psicológico que no encaja en los modelos rígidos del tiempo físico.Janet distingue: Tiempo consecuente: procede de una forma especifica de acción, de los

relatos verbales. Tiempo inconsecuente: cuando la narración se convierte en juego. Para

investigar la fenomenologia del tiempo se observa desde afuera como conciben el tiempo los diversos individuos y encontramos diferentes formas de experimentar el tiempo subjetivamente. Así llegamos a la investigación del tiempo subjetivo de la experiencia personal interior, la del fluir de la vida.

Se siente corre el tiempo con determinada velocidad, que no debe confundirse con el tiempo personal de la actividad del sujeto, la velocidad del tiempo aumenta con el crecimiento y la edad. En la depresión el tiempo fluye despacio; en la esquizofrenia el tiempo se fija en el momento presente; y en la manía hay una aceleración del tiempo.El flujo del tiempo se estructura automáticamente en una sucesión irreversible: pasado, presente y futuro.El individuo normal experimenta el presente como la conciencia de su propia actividad y de su impulso interior a actuar.El futuro se presenta abierto en un amplio campo a la expectación y a la planificación dentro de ciertos límites. Los maniáticos y psicóticos no pueden proyectar planes a futuro y este resulta vacío. Los depresivos sienten al futuro como bloqueado. El pasado lo experimentamos como algo que dejamos atrás, que ya no existe pero sigue siendo para nosotros una realidad viva. El sentimiento del sentido de la vida, se comprende en relación con el sentimiento subjetivo del tiempo experimentado, las deformaciones de la sensación del tiempo repercuten en las deformaciones del sentido de la vida. Se mira al futuro para corregir el pasado. Por ejemplo en los depresivos como el futuro se ve bloqueado la vida pierde sentido.Tanto Husserl como Heidegger subrayan la importancia de la temporalidad. La esencia de la ccia y del ser es el tiempo. En cambio el análisis fenomenológico descubre otra significación temporal. Aquí el tiempo objetivo para a ser un 2º plano, para ganar relevancia la ccia del tiempo, o tiempo vivido, o experiencia del tiempo que tiene esa persona (subjetivo).Espacialidad: EXPERIENCIA VIVIDA POR EL HOMBRE ACERCA DEL ESPACIO.

Es tan importante como la temporalidad. Se empieza por registrar la actitud mas obvia del individuo respecto al espacio. Un individuo puede experimentar la espacialidad de modos distintos. Espacio orientado: forma de espacialidad que se experimenta comúnmente y

posee como centro de referencia al cuerpo. Este condiciona la experiencia del espacio. La construcción del espacio orientado es el resultado de la coordinación de varios campos de percepción y la movilidad espacial.

Espacio cenestésico: es el espacio táctil, visual, auditivo. Espacio sintónico: experiencia personal determinada por el tono emocional

de los propios sentimientos. Al mismo tiempo que experimentamos el espacio orientado se experimenta también una cualidad espacial a tono con el estado del espíritu.

Espacio de la danza: no hay movimiento histórico, el movimiento es flujo y reflujo, no determinado por distancias ni limites.

Espacio claro: espacio de horizonte. Su característica fundamental es la distancia experimentada entre los individuos que permite sentir un espacio libre de lugar a lo improvisto y a la amplitud de vida.

Espacio oscuro: al desaparecer la distancia vivida no queda amplitud de vida y encoge el espacio virtual, se desocializa y se envuelve al individuo.

Espacio luminoso: el sujeto se siente deslumbrado, espiritualidad y experiencias místicas y extáticas.

El análisis fenomenológico del espacio orientado debe examinar sus elementos integrantes: (biswanger)Eje vertical: eje fundamental de la existencia humana relacionada con las experiencias más vitales. Distancia: interpuesta entre sujetos y sus semejantes.Empleo de la distancia psicológica del terapeuta. Este al estudiar las defensas del paciente, siente la distancia emocional que se requiere para provocar la retirada (distancia fuga) y las respuestas agresivas (distancia critica).Causalidad: COMO LAS PERSONAS SIGNIFICAN LOS HECHOS QUE LE VAN PASANDO.Tres principios: determinismo, causalidad e intencionalidad. En el melancólico predomina el determinismo, se sienten aplastados por el pasado y proceden sin darse cuenta de que podrán modificar las cosas. Materialidad: TEXTURA QUE LA PERSONA LE DA A LA MATERIA. ADJETIVOS QUE USA, COMO LOS DESCRIBE.Debemos considerar el análisis fenomenológico de la distancia del mundo tal como se manifiesta en las cualidades físicas (consistencia, tensión, resistencia). Además de estudiar la distribución y el predominio relativo de los 4 elementos: tierra, agua, fuego y aire) en los mundos subjetivos del paciente. (Biswanger).Reconstrucción de los mundos interiores: Cualquiera sea el método que se utilice para el análisis fenomenológico su finalidad es la misma: la reconstrucción del mundo interior experimental del sujeto y cada individuo tiene su manera de experimentar las diferentes categorías y cada una debe entenderse en la relación con las demás y con el mundo interior del paciente.Resulta interesante considerar la importancia relativa de las coordenadas fenomenológicas entre si. En el caso de algunos esquizofrénicos se produce una desviación en índice tiempo-espacio, en el sentido de que subestiman el tiempo a expensas del espacio (espacializacion del pensamiento y geometrismo morboso).

La fenomenologia prescinde de la causalidad física y psíquica en el contraste con el psicoanálisis que mantiene una orientación histórica y causal, incluso cuando estudia las experiencias espacio-temporales.

Análisis existencial:

Filosofía existencialista: el existencialismo es la corriente filosófica de pensamiento que toma como principal centro de interés y consideración la experiencia más inmediata del hombre y su propia existencia.

Psicoterapia existencialista: es la aplicación de ciertos conceptos existencialistas a la psicoterapia. Hay 3 conceptos de especial mención:1. el concepto de Neurosis existencial, enfermad producida no tanto por traumas reprimidos sino porque el individuo no acierta ver significado en la vida, con lo que vive una modalidad existencial inauténtica. Para encontrarle solución al problema hay que hallarle sentido a la vida.2. en vez del uso de la trasferencia psicoanalítica prefiere emplear otra experiencia interpersonal, el encuentro. Se revela algo totalmente nuevo, se abren nuevos horizontes, se revisa la concepción que tiene uno del mundo.3. el Kairos (significa un momento critico), en este punto los síntomas críticos aparecerían por breve tiempo indicando la nueva dirección en el curso de la enfermedad.

Análisis existencial de biswanger: es una reconstrucción del mundo interior experimental de los pacientes psiquiátricos con la ayuda de una armazón conceptual inspirada en los estudios de Heidegger.Tres diferencias entre la fenomenologia y el análisis existencial:

El análisis existencial no se limita a investigar los estados de ccia, sino que toma en cuenta toda la estructura de la existencia del individuo.

La fenomenologia insiste sobre la unidad del mundo interior experimental del paciente, y el análisis existencial, acentúa la idea de que un individuo puede vivir en 2 o más mundos.

La fenomenologia solo tiene en cuenta los mundos subjetivos inmediatos y el análisis existencial se esfuerza por reconstruir el desarrollo y transformación del mundo del individuo.

YALOM

La psicoterapia existencial es un enfoque dinámico (alude a fuerzas en

conflicto) que se concentra en las preocupaciones de la existencia del

individuo.

En la vida suelen presentarse situaciones que generan estas preocupaciones,

son =

La muerte: A ella respondemos con temor. Se ve reflejado el conflicto entre la

cc de la finitud de la vida y el deseo de seguir viviendo, de seguir siendo.

La libertad: Nos enfrenta con la falta de sustento de base. La tensión sería

entre la cc de la libertad o falta de base y el deseo de seguridad, de estructura.

Se nos presenta la angustia existencial.

El aislamiento existencial: La tensión sería entre la cc de soledad y el deseo

de contacto. Tiene que ver con que nacemos y morimos solos, con que uno

puede sentirse acompañado pero la experiencia es única de la persona.

La falta de sentido vital: La tensión sería entre la cc de falta de sentido y el

deseo de crear significado. Es uno el que tiene que empezar a construir un

significado para darle un sentido a su vida.

Responsabilidad Implica ser el autor de algo. La terapia apunta a que el

sujeto sea cc de su responsabilidad y cree su propio destino. El ser

responsables de nuestra vida es lo que le da sentido a nuestra existencia.

Existen mecanismos psíquicos que protegen al individuo de la cc de

responsabilidad =

Compulsividad: Capacidad de elegir, de reflexionar. Se crea un mundo

psíquico sin libertad, estamos dominados por fuerzas ajenas.

Desplazamiento: Es cuando le otorgamos la responsabilidad a otras personas.

Negación, víctima inocente: Niegan la responsabilidad por creer que son

víctimas inocentes de los acontecimientos que ellos mismos han

desencadenado.

Pérdida del control: Se da mediante la alteración de la vida psíquica. Es un

estado temporal de irracionalidad.

Evitación de la conducta autónoma: Es cuando uno sabe que cosas hacer

para mejorar y se niega inexplicablemente a hacerlas. Hay una falta de

compromiso.

Desórdenes de la voluntad y de la decisión:

En una terapia:

El terapeuta no debe emplear una técnica, debe tener una actitud

comprensiva, esperar, no buscar patologías.

Identificar mecanismos de evitación y hacerlos ver al sujeto.

Sustituir el no puedo por el no quiero para ir despertando así, el sentido

de responsabilidad.

Ante las quejas de la historia vital, tratar de preguntar que ha hecho la

persona para estar ahí.

Frente a lo que no puede cambiar aceptar la limitación, reconocerla para

ver cuales son las responsabilidades y en base a eso poder elegir.

Trabajar con situaciones del aquí y ahora.

El éxito terapéutico va a estar dado por la aceptación de la propia

responsabilidad, para esto el yo tiene que tener recursos para soportar

la angustia existencial.

Voluntad En la terapia lo primero que se debe lograr es la cc de

responsabilidad, que es el primer paso en el proceso de cambio. El cambio

tiene que ser acción, porque es algo que amplía al yo.

La voluntad es lo que media entre pensamiento y acción, Pienso algo pero

necesito de la voluntad para concretarlo y llevarlo a la acción. Es el estado

mental que precede a la acción. Implica necesariamente libertad.

La voluntad implica futuro, se ocupa de lo que va a venir, implica un lo haré.

El terapeuta debe influir sobre la voluntad pero no crearla, sino tratar de

eliminar los obstáculos que puedan obstruirla, tiene que ayudar a liberarla, por

ej a través de la motivación.

Es importante que haya un deseo, porque sino lo que hacemos es cumplir

obligaciones. El deseo es el punto de partida que culmina en una acción

significada. Es un anhelo de cambiar el futuro. Se apoya en sentimientos.

Mecanismos psíquicos contra la voluntad =

Inhibición: Es evitar discriminar los deseos, actuando de forma rápida e

impulsiva con respecto a ellos. No puede expresar lo que siente y no hace

nada, se queda ahí.

Impulsividad

Compulsividad: Comportamientos que no puedo dejar de hacer.

En una terapia:

Ir lento y tratar de ir preguntando que siente y que desea, tratar de ir

explorando para ir descubriendo el ser.

Método Fenomenológico Es un método descriptivo, se trata de describir la

existencia, la experiencia, la vivencia. Tiene 2 partes =

Reducción fenomenológica: Implica un poner entre paréntesis todos nuestros

conocimientos teóricos, experiencias personales, todo lo que traemos, lo que

podemos conocer del paciente por otros medios. Se lo llama EPOGÉ. Tenemos

que tratar de deshacernos de las cuestiones teóricas y tratar de escucharlo, de

conocerlo. Apunta a conocer los sentimientos, emociones, como describe lo

cotidiano.

Reducción eidética: Se hace luego de habernos despojado de las

circunstancias accidentales, de lo contingente. Va a estar guiada por el

paciente. Es quedarse solo con la esencia del fenómeno.

BRAUTIGAM

Psicoterapia Es entendida como un proceso donde se da una relación

sujeto – sujeto, donde ambos se encuentran. Es un tratamiento que busca la

cura o el cuidado del ser. Paciente y terapeuta recorren un camino en la

profundidad transitando diferentes INTROVISIONES.

Introvisiones Es una captación que ambos transitan o caminan en las

distintas tomas de cc en la que le ocurre al paciente. Es un mirarle hacia

adentro. Es un proceso empático que se da en el encuentro terapéutico, este

encuentro requiere un tiempo, un lugar y un espacio. Son modificaciones que

se van dando en los 3 mundos.

El proceso terapéutico es un dar a luz en la profundidad del ser, esto implica ir

desde aquello que no necesito hasta un pleno conocimiento, significa que el ser

cc es la organización misma del existir humano. La profundidad es el

movimiento cc – icc que se desarrolla, porque somos un proyecto y una vida en

un tiempo, pero también se reprimen aquellas cosas que uno no se anima a

asumir.

En el tratamiento se buscan aliviar y conectar el dolor, esto implica poder ver

con alegría todo lo que puedo hacer.

La actividad psicoterapéutica tiene como base una comprensión previa del

sentido de la existencia humana y esta comprensión se consigue gracias a la

experiencia antropológica.

El icc no juega un papel tan importante en esta psicoterapia. Su esencia es lo

ajeno. Es aquello que me es propio pero que no lo vivo como tal. Debe ser

interpretado como una fuerza que hay que aceptar y frente a la cual se

encuentra el hombre.

Tipos de introvisión:

Introvisión en el síntoma o motivo de consulta: Es un período corto. Es una

etapa catártica. El objetivo es liberar al enfermo de sus síntomas, restablecer

su capacidad de rendimiento y de goce.

Introvisión en la biografía del enfermo: Es cuando hablamos de nosotros

mismos, de nuestra historia vital, cuando hablamos de todo lo que nos fue

pasando. Es importante captar el ámbito cultural y religioso. El terapeuta no

introduce sus valores, debe captar los del paciente.

Es un encuentro dialógico, el terapeuta es participativo, no directivo. El objetivo

es que el paciente adquiera una imagen más amplia de sí mismo, que se

reconozca.

Introvisión existencial: Es donde aparece la autoconciencia. Es un privilegiar

o destacar el mundo propio. En la asimilación de mi propia existencia se me

hacen presentes, pasado y futuro.

La psicoterapia está en función del encuentro terapéutico, donde la relación

está puesta en lo que siente este paciente y no otro. Hay que ver que es ese

paciente y que necesita. En la psicoterapia hay transferencia y

contratransferencia, pero hay además sentimientos propios y genuinos de esa

relación y no de otra.

Brautingam.

La psicoterapia en su aspecto antropológico.

I- El hombre en la relacion “yo-tú” en cuanto objeto de la investigación científica.

La psicoterapia es un método curativo que apela a las capacidades específicamente humanas de la introvisión y de la relación interpersonal. Un estudio o investigación que se ocupa de psicoterapia cae necesariamente en aquella disarmonía característica de las ciencias antropòlógicas. Tal disarmonía procede de que el hombre puede ser considerado y estudiado como un mero objeto de la naturaleza o como un tú relacionado con un yo; ahora bien; la relación interpersonal de yo a tú se aparta considerablemente de todo lo que puede ser considerado como científico.En el método científico, objetivo y analítico, el hombre es concebido como un objeto natural y aparece ante el investigador en tercera persona. El hombre es considerado en cuanto “El” y no llega al conocimiento de sí mismo en cuanto “Yo”.Cuando en la historia espiritual surge por primera vez el “Yo” del pensador, se trata únicamente del “Yo” de una existencia reducida al pensamiento reflexivo, el “Yo” de Descartes. Pero continúa olvidado el Yo que vive en una vinculación interpersonal; es decir, el Yo que entra en relación con un Tú.

El Yo de la relación interpersonal no es el Yo empírico, se trata más bien de aquel Yo que está entregado siempre al mundo y en relación interpersonal con los otros. El Yo de la relación interpersonal es una dimensión concreta de la experiencia; es un indicio de la existencia. Un Yo que, además de existir, está también entregado a la posibilidad de entrar en relación con el otro. Se trata del hombre que se experimenta a sí mismo como una entidad provista de unidad, como persona. Se trata del Yo personal.La reciente antropología se ocupa con intensidad creciente de esta dimensión yoica del hombre; de aquella subjetividad coexistencial que posibilita y funda la relación entre el Yo y el Tú.¿Puede armonizarse ambas concepciones? ¿Qué camino habrá que seguir? Dos concepciones muy distintas. A) en una de ellas el hombre es considerado como Él; o como Ello; como un ser del mundo natural.B) en la otra es concebido como un “Yo” que vive en un mundo caracterizado por la coexistencia interpersonal tendida entre el Yo y el Tú.Ambas concepciones son diversas. Una se mueve en el plano de la objetividad científica (a) y la otra en el plano de la experiencia “existencial” (b).Un método de tratamiento como es la psicoterapia colocará en primera línea aquel método de estudio cuya finalidad no radica en enfrentarse a un objeto, sino que se caracteriza, ante todo, porque se siente unido y ligado con su objeto de estudio, la psicoterapia se interesa, ante todo, por el mundo personal y “yoico” del enfermo, apela a la introspección del paciente y además encuentra realizado uno de sus fines esenciales en la constitución de una relación personal, de Yo a Tú, entre paciente y el médico.El método consiste en establecer una íntima vinculación interhumana, tal y como ocurre en el tratamiento psicoterapéutico, choca con la dificultad de lograr luego distancia y elaborar una teoría que sea universalmente valedera y cierta, y sobre todo, lograr un saber accesible a todo aquel que quiera alcanzar la verdad y que cumpla con las condiciones necesarias para poder conseguir este objetivo.La relación interpersonal “Yo- Tú”, no debe ser concebida como un enfrontamiento de los sujetos ni como una mera relación aditiva. Ambos miembros constituyen una nueva unidad; en la tarea terapéutica surge una nostridad de trato interpersonal, una vivenciación y un actuar en estrecha convivencia.Esta unidad del “nosotros” no anula por completo a ambos miembros. El otro continúa existiendo en su carácter propio, el Yo y el tú siguen existiendo en su manera de ser específica, impenetrable e indisoluble. El hombre no agota por completo su ser en esta relación interpersonal.Como el hombre no se anula por completo en la relación interpersonal, podemos asegurar que su esencia no se agota en ser función de esta relación, ni en estado de enfermedad ni en estado de salud.En la situación psicoterapéutica no deben ser considerados ambos miembros como personas relacionales que pierden o renuncian a su propio mundo, y ello a pesar del reconocimiento de la íntima vinculación que debe existir entre médico y enfermo.En esta nostridad de la vinculación Yo – Tú el paciente sigue siendo paciente, puesto que, lo importante son sus angustias, su cuerpo y sus conflictos. La vinculación extática entre un Yo y un Tú queda limitada por el cuerpo, por la diferenciación de la historia vital de cada uno, influida por la vinculación interpersonal entre el Yo y el Tú, pero tal influjo no alcanza a fijar y determinar su dirección y los acontecimientos característicos de ella, y esta individualidad se reconoce especialmente en la muerte que es siempre la tuya o la mía.

La psicoterapia experimenta esta limitación, esta profundidad impenetrable que constituye una de las raíces del hombre, en la limitación de su efecto curativo.El tratamiento nos muestra que en la situación psicoterapéutica se alcanza la experiencia de la estrechez del propio proyecto histórico y la dependencia con respecto a la profundidad del cuerpo, nunca transparente, y de sus necesidades, nos enseña también que la forma de esta experiencia y el modo de su elaboración son decisivos para el desarrollo de un hombre. La psicoterapia parte del hecho de que la limitación y la dependencia no es una necesidad que determine al hombre totalmente.Considera que el hombre siempre tiene cierta posibilidad, por lo menos la posibilidad de reconocer y afirmar esta dependencia y limitación, cosa que, también puede negar.

II- objeto y método de estudio.

a) la práctica psicoterapéutica y el saber teórico del psicoterapeuta.

1-¿cuáles son los rasgos comunes a la psicoterapia y a las otras terapéuticas medicas y en qué se distinguen ambos métodos de curación?2- ¿qué procesos caracterizan a este método especial de tratamiento y sobre qué cualidades del hombre sano y enfermo se funda?La psicoterapia es una medida de tratamiento médico y el juicio que nos formemos de ella depende de nuestra experiencia personal con su técnica y de nuestras ideas acerca de las condiciones generales de su poder de acción sobre el hombre. Por ello, la condición indispensable para poder formular una opinión sobre la psicoterapia es participar en su dinámica y dejarse captar y arrastrar por esta forma tan especial de la actividad médica.La actividad psicoterapéutica tiene como base una comprensión previa del sentido de la existencia humana, y tal comprensión solo se consigue gracias a la formación y a la experiencia antropológica. De ahí que la psicoterapia se enfrenta con los problemas más universales del hombre. Los fundamentos de la acción psicoterapéutica y los procesos que son decisivos en la curación no pueden estudiarse adecuadamente basándose sólo en el método comprensivo, pues este método se limita a un estudio de los procesos psicodinámicos y olvida, en cambio, las leyes de las relaciones interpersonales.La esencia de la acción psicoterapéutica sólo se revela a una experiencia intuitiva de las objetividades y valores primordiales y universalmente humanos.La psicoterapia y la antropología médica tienden a una mutua interpenetración.El objetivo fundamental de nuestro estudio es la construcción de una teoría general de la psicoterapia.Entendemos por psicoterapia esa forma especial de relación entre médico y el enfermo en la que ambos, trabajando en estrecha colaboración y sinceridad, intentan lograr la “intromisión” en la situación vital del paciente.La psicoterapia tiene el gran mérito de que intenta el encuentro con el enfermo en el plano de la coexistencia humana. Paciente y mádico, cada uno en su respectiva función, participan en la transcendente tarea de iluminar el trasfondo abismático, la “profundidad”, de la situación existencial del enfermo.La psicoterapia no es psicoanálisis.Hay dos concepciones del psicoanálisis: el concepto práctico y el concepto teórico; este último basado en la doctrina de la libido. Los conceptos de transferencia y represión pueden ser tomados como punto de partida para la construcción de una

doctrina psicoterapéutica, sin que sea necesario para ello aceptar también la doctrina del inconciente ni la excesiva valoración de la sexualidad y del complejo de Edipo.En psicoterapia existe una profunda discordancia entre la actuación práctica y la construcción teórica. La acción psicoterapéutica se ha adelantado considerablemente al sistema teórico conceptual. La primera interpretación teórica de la psicoterapia ha quedado fuertemente marcada por la personalidad de Freud y por la característica atmósfera espiritual del momento histórico en que fue introducida en la ciencia médica.Los fenómenos de coexistencia interhumana y los hechos primordiales de la vivenciación fueron interpretados enmarcándolos en una teoría anímica de tendencia materialista.Jung → la práctica psicoterapéutica está fuertemente influida por la totalidad de su “psicología compleja”.Su concepción de la psicología está determinada, en el fondo, por su idea del alma como un factor autónomo, energético y apersonal.La psicoterapia es un proceder dialéctico, es decir, un dialogo o una discusión entre dos personas. Una persona es un sistema psíquico que, cuando actúa sobre otra persona, entra en relación mutua con otro sistema psíquico.Las relaciones entre el Yo y el inconciente ( manifestaciones de Jung)→ la persona se agota en ser, simplemente lo que su raíz indica, es decir, “persona”, esto es, máscara. La persona queda identificada con la esfera consiente y ya se sabe que tal región es para la psicología profunda un estrato humano inauténtico, insustancial y equívoco. La desvaloración “jungiana” de las relaciones personales en psicoterapia se funda en motivos “personales” y en una historia también personal.Las limitaciones de la persona a la inmanencia psíquica y la aceptación de un fundamento superindividual, impersonal e hipotético, al que Jung llama “inconciente colectivo”, son dos rasgos esenciales de sus teorías. Y de aquí se deriva que el médico y el enfermo jamás se encuentran real y corporalmente; el encuentro se cumple en la esfera del alma; en aquel estrato extraterrenal que solo se revela en los sueños y en los dibujos. También deriva de tal concepción su interpretación de la dinámica de la transferencia y contratransferencia; para Jung, tal dinámica no surge de la misma relación terapéutica, sino de fuerzas libidinosas que se ponen en movimiento por la acción curativa, pero que luego transcurren en forma esencialmente autónoma.En la psicología individual de A. Adler, el método del tratamiento se deduce de su teoría de la neurosis. La neurosis es interpretada por Adler como un proceso psíquico determinado, por el instinto o voluntad de dominio en sus múltiples formas, en su método terapéutico , la trama de las relaciones de coexistencia humana se reduce, en último término, a tal instinto de dominio. Es al igual que en las teorías precedentes, la acción práctica no se funda en los hachos revelados por los tratamientos de Psicología profunda, con ello se renuncia a elaborar una concepción fundad en la propia experiencia curativa.En las distintas escuelas de Psicología Profunda, el método del tratamiento se deduce de la interpretación conceptual de las neurosis y de los distintos modelos de la psique.Creemos que lo más justo es seguir el camino inverso, en efecto, el procedimiento psicoterapéutico es una experiencia previa a cualquier teoría de Psicología profunda, y por ello se debe partir inmediatamente de él.Para el propio tratamiento es asunto decisivo la forma en que el médico asume el su papel.

Scheler, Straus y Weizsacker, Binswanger, Gebsattel y Trub → la polémica sobre los fundamentos y las experiencias de la psicología profunda ha contribuido decisivamente a la creación de una antropología médica. Los estudios de estos autores se orientaron muy especialmente a la crítica de las distintas teorías de la vida anímica y de la dinámica de los impulsos instintivos. En cambio, el proceder terapéutico ha sido tratado en publicaciones aisladas por Gebattel y Binswanger. Parece indicado abordar ahora la psicoterapia de una manera general y apoyándolos en las concepciones antropológicas. La Psicoterapia debe ser considerada independientemente de todas aquellas teorías secundarias que no dimanan directamente de sus experiencias inmediatas y de su práctica. b) Método de investigación. La problemática del concepto de teoría en la

psicoterapia.

La psicoterapia es una conversación y es un dialogo que culmina en la consecución de “intromisiones” esenciales, “intromisiones” que el paciente tiene que alcanzar por sí mismo. En este sentido, la psicoterapia es también “Mayéutica”.¿Cuál es el acceso más adecuado para llevarnos a la “región” donde tiene lugar la conversación psicoterapéutica? Dicho de otro modo: ¿qué método nos permitirá poner de manifiesto las congojas humanas y las transformaciones que se producen en el decurso del tratamiento?En el ámbito de la Psicoterapia el camino adecuado es el de la revelación o presenciación fenomenológica y la consiguiente adquisición de experiencias en el marco de la totalidad de la existencia humana.En la actualidad ha surgido una contraposición entre la Antropología fenomenológica y la Psicología profunda orientada hacia el estudio del inconciente, la primera tiene sobre la segunda la ventaja de una actitud metódica reflexiva. El concepto del inconciente es paradójico y problemático, sin embargo, constituye el objetivo esencial de la Psicología profunda y su descubrimiento es uno de sus méritos principales.Inconciente hace referencia, en primer lugar, al hecho de que el hombre es un ser oculto e ignoto para sí mismo, en segundo lugar, quiere decir que el hombre no se hace a sí mismo libremente, sino que está sometido a una dependencia que no puede explicar. Para cada uno de nosotros, el inconciente es no solo aquello que olvidamos, sino también todo lo que nos acontece o nos pasa que no podemos comprender y que tenemos que aceptar como algo que nos pertenece. Con ello, la psicoterapia alcanza un aspecto de la existencia humana que apenas es tocado por otras disciplinas.Desde el punto de vista metódico, nuestro esfuerzo se orienta hacia los fenómenos percibidos y el sentido que impregna la totalidad de la vida humana.La reflexión teórica sobre la psicoterapia debe reunir en una concepción general ordenadora la viviente vinculación entre dos personas, su camino común y las intromisiones.¿existe la posibilidad de construir proposiciones y juicios comunicables a los demas sobre esta particular relación humana?La respuesta a tales problemas depende, como es natural, de la importancia y valor que demos en al lenguaje.el es mas bien aquel acto en el que las esencias reciben nombre, las esencias no son reducidas y fijadas a meros signos sino que estas se expresan en él y aparecen en toda su plenitud corpórea. Ello hace posible que el lenguaje sea portador de toda la

plenitud y de toda la dinámica de la existencia humana y sirva así de intermedio entre espíritus concordes y que vibran al mismo tono afectivo. El lenguaje pleno, es la forma necesaria y adecuada para traer a la presencia y para expresar intuitivamente una vinculación vital, tal lenguaje no es de ningún modo anticientífico. Al contrario, es lenguaje artificial científico, en el se sacrifica la plenitud de sentido a favor de la definición, la profundidad y amplitud espiritual de la palabra resonante se cambia por la precisión abstracta del concepto.La psicoterapia crea una región en la que se manifiesta fuerza y la plenitud del lenguaje.De ningún modo el psicoterapeuta deberá utilizar el lenguaje de las teorías analíticas si es que quiere permanecer vinculado al paciente con una relación de auténtica ayuda psicoterapéutica. El uso de tal lenguaje técnico- analítico por parte del enfermo debe ser interpretado como un síntoma de resistencia contra las exigencias que plantea la coexistencia humana y contra la proximidad existencial de esta situación. El lenguaje adecuado para el trato psicoterapéutico es el lenguaje de la relación de coexistencia humana entre el Yo y el Tú, el dialogo debe transcurrir siempre de acuerdo con las leyes y las fisiognomías propias del tal mundo espiritual. Incluso en las esenciales y a este carácter coexistencial del procedimiento terapéutico.Humboldt: el hombre vive con los objetos tal y como estos le son presentados por el lenguaje. Por el mismo acto con el que el hombre teje su lenguaje se entreteje con las cosas. Las distintas lenguas no son otras tantas designaciones de un objeto, en realidad, son diferentes revelaciones del mismo.Creemos que se traiciona a la psicoterapia cuando sus teorías son tratadas con el lenguaje y con los modelos aptos solo para captar las funciones vitales, cuando estas son concebidas por ejemplo, como meros procesos neurofisiológicos.Con frecuencia toda teoría es concebida como un orden conceptual contrapuesto a la realidad y separado irremediablemente de la práctica y del empirismo, la teoría es movida por su ímpetu de abstracción, reduce la plenitud, multiplicidad y riqueza de la experiencia.En la psicoterapia se precisa de una construcción personal en la dinámica de su proceso si se quiere llegar a una construcción teorética valedera. Pues en le psicoanálisis la concepción justa no surge por la simple transmisión de contenidos cognicitivos, sino por la participación de los aspectos concientes e inconcientes de la propia persona. Es posible que tal camino sea también apropiado para el logro de otros conocimientos.La intuiciónteorética de la psicoterapia sólo se logra en la experiencia de la propia Psicoterapia.La consecución de la intuición teorética ha de reflejar necesariamente la conflictualidad de su objeto, del hombre.La elección del método está determinada por el objeto mismo a que se aplica la psicoterapia. La íntima vinculación entre el método y el objeto no nos cierra el acceso, por el contrario, tal vinculación es perfectamente adecuada al objeto. Para estudiar un ser viviente es preciso participar en la vida. La intensidad y la forma de la participación intervienen decisivamente en la constitución de la experiencia y tal experiencia se hace simultáneamente teoréticamente e intuitiva.

III. El lugar de la psicoterapia en la medicina.

a) la objetivación metódica y el encuentro interhumano en el acto médico.

La medicina considera al hombre desde dos puntos de vista:1- le concibe portador de funciones vitales que son estudiadas en su transcurso y a

las que se pretende modificar cuando se salen de la normalidad. Es considerado como un objeto natural, se lo estudia con la ayuda de las categorías ontológicas de las ciencias naturales. Se hace abstracción de su calidad humana, reduciendo su ser a un modelo objetivo, donde lo decisivo son los mecanismos causales y genéticos.

2- En toda medida terapéutica intentamos establecer una reciproca vinculación humana. Vinculación ideal con el enfermo es, la confianza que el paciente deposita en el médico y la responsabilidad del médico frente a su enfermo. Confianza y responsabilidad son fenómenos de coexistencia humana, son fuerzas que actuan en la vinculación de los hombres entre sí y no en las relaciones que el hombre tiene con las cosas naturales. El médico y el paciente quedan intimamente vinculados en el “nosotros”, en esa “nostridad” constitutiva de un mundo común y de la relación coexistencial tendida entre el Tú y el Yo.

La relación paciente medico jamás puede transformarse en un trato anónimo ni en mero servicio puramente objetivo, ya que se fundamenta en valores que se resisten a tal objetivación. La relación se constituye por un estado de necesidad del paciente.La psicoterapia tiene una posición especial con respecto a los otros métodos del tratamiento médico, ello se debe a que los valores que ocupan el punto central de sus esfuerzos no son los meramente corporales.Lo que interesa en la psicoterapia es, la totalidad de la vida del paciente, la totalidad de su mundo ha de quedar revelada en el dialogo. La concordancia y la vibración simpática con el mundo del paciente es e punto central de la intención psicoterapéutica y de ningún modo constituye un fenómeno secundario que pueda ser abandonado a la mera intuición.La experiencia propia es el mejor camino para conseguir “Introvisiones teóricas”, deseamos recalcar una vez más el carácter intuitivo que debe tener toda teoría, para nosotros, tal carácter intuitivo está muy por encima del aspecto meramente conceptual de cualquier teoría.El tratamiento psicoterapéutico es una modalidad de conducta médica. La psicoterapia se limita a acentuar uno de los aspectos de todo tratamiento médico, a saber: la relación interhumana.La actitud y la participación coexistencial en la vida del enfermo permiten al psicoterapeuta una orientación sólo sobre este enfermo particular, solo sobre este estado concreto de enfermedad.¿Qué relación guardan entre sí la objetivación médica y el encuentro interpersonal? ¿es posible armonizar ambas actitudes? En el fondo de toda concepción teorética yace una cierta tendencia a retirarse de la vinculación inmediata con el objetivo, una actitud de aislamiento y objetivación. Por una parte el psicoterapeuta debe penetrar y compartir el mundo del paciente gracias a la comunidad establecida por la comunicación interhumana, en esta comunicación aparece el “otro” en su soledad, deficiencia y persecución. Pero por otra parte, el psicoterapeuta debe también ejercitar la reflexión diagnóstica, y en tal actitud el prójimo aparecerá ante él como un enfermo delirante, como un neurótico o como una personalidad anormal.

La respuesta a este problema depende de la relación que pueda existir entre tal objetivación distanciadota y la participación vivencial que según Weizsacker, es condición indispensable para cualquier investigación que tenga por objeto un ser viviente.La vinculación en el enfrentamiento humano pleno revela la plenitud anímico- corporal del “otro” y también todo aquello que puede llegar a ser cuerpo. La vinculación existencial hace participar a cada persona, en forma inmediata, en el mundo vivencial del “otro”, ello sucede previamente a que se ponga en juego el pensamiento objetivador, ya que la vinculación existencial se constituye antes de que el pensamiento objetivo haya reunido en la categoría diagnóstica todos aquellos rasgos que se manifiestan en la persona del otro. Es claro que, basándose solamente en esta vinculación directa y existencial, en esta participación inmediata en las vivencias del enfermo, el método no podrá llegar nunca al auténtico “conocimiento”,pues tal conocimiento, universal e impersonal, exige un cierto distanciamiento en la observación y una desvinculación de la participación directa y existencial. Pero hay conocimientos e intromisiones que sólo pueden revelarse en la inmediatez de la relación existencial entre el Tú y el Yo.Es también importante que en ella sólo se pueden conseguir ciertas experiencias e intromisiones en la vida del paciente cuando el médico se aparta de la actitud de vivenciación inmediata. Por ejemplo: anulación de la transferencia de repetición, la suspensión de tal actitud sólo es posible bajo un cierto distanciamiento objetivador. La eliminación de la transferencia repetitiva exige, por tanto, un esfuerzo para anular temporalmente la situación de convivencia y alcanzar de este modo, por un acto de conocimiento, la motivación que actúa latentemente tras ella.La concepción de Sullivan sobre la actitud psicoterapéutica va más allá de la simple postura reflejada admitida por el psicoanálisis clásico, según la concepción de esta última escuela, el psicterapeuta debe ser como un simple espejo que refleje la situación del enfermo, en su actitud de reflexión teórica el terapeuta, según el psicoanálisis clásico, debe llegar a la suspensión de la vinculación interhumana. La expresión de Sullivan resuma los dos aspectos fundamentales que caracterizan el proceso terapéutico: * la participación o convivencia afectiva, y * la reflexión teórica que se desvincula de esta situación sinpática. Aceptamos la concepción de Sullivan pero creemos que el término participante no es lo suficientemente expresivo para designar la relación de coexistencia.

La psicoterapia personal no abriga la intención de eliminar la distancia necesaria frente al enfermo y cambiare de una relación terapéutica en una vinculación privada y exclusivamente personal, se propone no negar en la reflexión teórica la vinculación interhumana, y esto por encima y trascendiendo el juego de la transferencia y contratransferencia. La distancia, la abstinencia y la objetivación de los fenómenos psicológicos o somáticos, son solo una fase pasajera en la que queda suspendida, durante algun tiempo, la vinculación existencialinterhumana. La interpretación alternativa de la relación “Yo- Tú” y “Yo- ello” nos oculta de la subjetividad y a dar un tinte excesivamente emocional y casi privado a lo humano.Nosotros creemos que la psicoterapia es testimonio de una experiencia y de una capacidad de acción que se fundamenta en la relación que surge entre el “Yo y el Tú”.El establecimiento de una dicotomía entre el soma(cuerpo) y el alma, o una tricotomía ente el el soma, alma y espíritu, equivale a crear una suma, prácticamente infranqueable, entre la psicoterapia y la somatoterapia.

b) psicoterapia y psiquiatría

algunas de las críticas psiquiatritas dirigidas contra el psicoanálisis proceden de un amala inteligencia de su campo propio de experiencia y de su fondo antropológico latente, sin embargo, no cabe duda de que tales críticas son acertadas en cuanto dirigidas contra loa teoría de las escuelas Psicoanalíticas mas antiguas.Ciertos conceptos fundamentales del psicoanálisis (transferencia y conversión y proyección) se encuentran ya formulados en los escritos neurológicos. El aparato psíquico de la teoría analítica tiene su proptotipo en el aparato del lenguaje. Bien es cierto que los conceptos neurológicos de Frueud han sufrido un cambio esencial de significación al ser traspuestos al psicoanálisis.Ni el método compresivo propio de las ciencias del espíritu ni la psicología o la teoría de la psicoterapia de aquella dimensión de experiencias dadas en la relación “Yo- Tú”, tampoco garantizan la actitud terapéutica adecuada que surge de tener en cuenta tales relaciones.El mundo vivncial del paciente y del médico sólo pueden llegar a coordinarse armónicamente basándose en las experiencias de una antropología personal, tal antropología debe tener en cuenta los diferentes aspectos y grados de la vinculación entre el “yo y el tú” para ordenarlos sobre el trasfondo de la hiostoricidad de la existencia.

c) la función del psicoterapeuta desde el punto de visa médico- sociológico.

La pertenencia de la psicoterapia al campo de la medicina, el carácter médico de la relación psicoterapéutica, se pone también de manifiesto considerando la función médico- social y en especial la del psicoterapeuta.La posibilidad de papeles sociales radica en la realización de las demandas interpersonales en una funcion especial.Elpapel del médicoha sido sometido sociológico por Parsons. Este autor ha interpretado la función del médico poniendo en relación los actos de una persona aislada con trama de valoraciones institucionalizadas. Según Parsons, el papel del médico en ñla sociedad se puede resumir en los siguientes aspectos:1- la funcion del médico es universalista y está abierta a todos los puntos de viosta

progresivos que favorecen su tarea y su misión.2- El papel médico tiene una especificidad funcional, es decir, la participación

humana queda limitada a aquellos problemas que se refieren en alguna forma a la medicina.

La especificidad funcional y la orientación universalista del médico dan a éste una cierta libertad frente al enfermo concreto. El médico va de un paciente a otro de lecho en lecho, puede abandonar a un enfermo grave o a moribundo y marchar a solucionar la próxima tarea.Ya no tiene aquella distancia y aquella independencia frente al enfermo particular que son imprescindibles para la realización óptima de su tarea.3- la neutralidad emocional es una característica del médico en cualquier

especialidad que éste se mueva. La expresión neutralidad emocional nos indica lo que significa , anular la relación emocional mutua quiere decir que el médico no debe entristecerse con el triste, ni encolerizarse con el colérico. No significa que el médico no se conmueva humanamente por la existencia del paciente, tampoco significa que el médico no se sienta ligado al paciente y no lo acepte con todas sus dificultades. La tarea del médico consiste en alcanzar una

intromisión en los conflictos del paciente por encima de esta tristeza y por encima de ésta cólera concreta. El psicoterapeuta está humanamente presente y adopta una actitud apasionada a favor del enfermo.

Brautingam

IV Esencia de la “Introvisión” en Psicoterapia”

a) El “inconsciente” y las “Introvisiones” concienciadotas La Psicoterapia está vinculada a dos factores fundamentales: la “Intovisión” en la

“Profundidad” del alma, y el desarrollo de una auténtica relación terapéutica entre el médico y el paciente. Ambos elementos están íntimamente ligados entre sí y sólo por motivos didácticos trataremos por separado de su importancia para el curso de la vida del enfermo.

Breuer y Freud concibieron la Psicoterapia como un proceso de concienciación. Según Freud, la curación se consigue cuando se hacen conscientes “el recuerdo patógeno” y el afecto acompañante. La histeria, y las neurosis, son interpretadas según el modelo de la neurosis traumática.

La tarea central de la Psicoterapia es hoy en día la misma que en su época funcional: traer a la luz de la conciencia las vivencias del pasado. La Psicoterapia tiene como rasgo esencial la tendencia al conocimiento y a la concienciación. No se trata de un conocimiento racional; que esto no es así se deduce claramente teniendo en cuenta aquella dimensión humana de lo “Abismático” o de la “Profundidad”, que es precisamente la que se revela y actualiza por medio del Psicoanálisis.

Breuer y Freud utilizaron un lenguaje basado en su concepción energético-tópico del alma para expresar los fenómenos relacionados con el proceso de concienciación. Para comprender el poder curativo de la concienciación es preciso integrar este proceso en la biografía existencial del hombre, y ello quiere decir que la Psicoterapia se ha de enfrentar necesariamente con el problema de la totalidad de la persona humana.

El modelo fisiológico-cerebral (no anatómico-cerebral) ideado por Freud, y que se utilizó para interpretar las experiencias psicológicas, influyó también, más o menos lentamente, en la formación de la teoría psicoanalítica. Bajo el influjo de sus concepciones neurofisiológicas, Freud llegó a una concretización del Inconsciente y defendió su realidad objetiva. En 1913 con el título El Inconsciente, intenta de nuevo confirmar el edificio teórico del Psicoanálisis basándose en los hallazgos somáticos. Freud describe que hay una laguna en nuestros conocimientos y no es posible llenarla con datos concretos, pero tampoco es esto la tarea propia de la Psicología. Nuestra topología psíquica no tiene por ahora ninguna relación con la anatomía, se refiere más bien a regiones del aparato psíquico y no a regiones anatómicas.

Es preciso tener presente cuán importante fue el concepto de “concienciación” para el desarrollo de la teoría psicoanalítica de los fenómenos anímicos. Debido a sus principios básicos, la teoría psicoanalítica se vio pronto abocada a admitir, junto al proceso de concienciación, la existencia de un estrato inconsciente; incluso la Psicología profunda pareció identificarse con la Psicología del “Inconsciente”. Freud y todos los defensores del “inconsciente”, admitieron que este estrato personal era un dato empíricamente demostrable y, como tal, accesible a la esfera de la experiencia.

En el Psicoanálisis, lo Inconsciente es el presente más característico de la “profundidad” o “abismo” del alma. Las porciones reprimidas de su persona constituyen

precisamente la mayor parte del estrato inconsciente. Este no se identifica con el “Ello”; el “Super-Yo” tiene también aspectos inconscientes.

Freud encontró que el Inconsciente de sus enfermos estaba constituido casi exclusivamente por impulsos sexuales infantiles reprimidos. Y, en efecto, hay que reconocer que la represión y el desplazamiento de la sexualidad son actitudes naturales y esenciales del hombre. En todas las culturas ciertos componentes de la sexualidad entran en un estado de latencia o son reprimidos y rechazados.

En las direcciones actuales de la psicoterapia, orientadas fundamentalmente hacia el método fenomenológico, el inconsciente ya no juega el importante papel que desempeñó hace cincuenta años. Nos interesa fijar el contenido fenomenológico y el valor antropológico de lo que Freud y Jung designaron con el tiempo el “Inconsciente”.

Para Freud y para los hombres de su época, el inconsciente era importante depósito central de fuerzas irracionales. En el inconsciente quedan anuladas las leyes lógicas de la “contradicción” y “exclusión de tercero”. El orden espacio-temporal, tampoco tendría validez en el inconsciente.

En el concepto antropológico del inconsciente es decisivo notar que el “Ello”, que constituye la mayor parte del estrato inconsciente, se continúa sin límites claros con la esfera corporal. Tal continuidad del inconsciente y lo corporal, y la repetida afirmación de Freud de que las porciones desplazadas y reprimidas de nuestra personalidad constituyen sólo una parte del inconsciente, nos parece muy importantes para interpretar justamente la doctrina freudiana. En efecto, creemos que tales conceptos testimonian de la imagen antropológica latente en el espíritu de Freud y es evidente que tal imagen anula el cientificismo naturalista de su pensamiento y de su lenguaje.

El psicoterapeuta debe conseguir una mayor profundización antropológica, pues ello ha de recuperar en la práctica terapéutica. El psicoterapeuta no se ocupa de poner orden en la relación dinámica, energética y tópica, que pueda darse entre la conciencia y el inconsciente. El inconsciente no debe ser interpretado como una mera relación dinámica en el aparato psíquico, sino como una fuerza que hay que aceptar y frente a la cual se encuentra el hombre; el hombre en cuanto criatura indigente movido por necesidades e impulsos; el hombre que tiene una historia y que ha de morir. Esta concepción profunda del inconsciente se hará notar en la actitud terapéutica del médico y producirá grandes frutos en su relación con el paciente.

b) Conocimiento médico previo y consecución de la “Introvisión” en la Psicoterapia.

Toda la dinámica de la psicoterapia comienza con la situación primordial del tratamiento médico: el paciente viene al médico con motivo de una alteración corporal o psíquica. Busca ayuda y quiere liberarse de este sufrimiento que le parece extraño a su persona. Su sufrimiento es explicado reduciéndolo a la enfermedad patógena, a un acontecer súper-individual; el médico es concebido como una persona entendida en tales problemas.

El paciente no viene al médico para alcanzar una “Introvisión”, tampoco le interesa entablar una auténtica comunicación y convivencia interhumana, su más urgente anhelo es encontrar una rápida liberación, objetiva y adecuada, de su sufrimiento.

Si el psicoterapeuta no sabe despertar en el enfermo la esperanza en una modificación positiva de la enfermedad, y si no corresponde a las exigencias de este primer escalón de la terapéutica médica y de la interpretación del paciente, entonces quedarán cortados desde el principio los accesos a las restantes etapas que hay que recorrer en el largo camino psicoterapéutico. El objetivo fundamental en estos primeros momentos que

también tienen validez para la psicoterapia, es liberar al enfermo de sus síntomas, “el restablecimiento de su capacidad de rendimiento y de su capacidad de goce”.

Debe quedar en suspenso al tendencia natural de la psicoterapia a rechazar la “Introvisión” esencial desenmascaradora de la situación íntima patógena. Partiendo de la introvisión en los aspectos suprapersoanles y universales de su conflicto, el paciente puede alcanzar una decisión íntima, personal y concreta.

Cuando el médico se percata de que en la enfermedad se expresa una crisis personal, entonces es posible, en la mayoría de los enfermos, tratar el sufrimiento con la metódica propia de la etapa médico objetivadota y distanciante. Nosotros no defendemos el descubrimiento radical de las crisis vitales existenciales en todos los pacientes, al contrario, consideramos una bendición que amplios fragmentos de la vida personal transcurran en la oscuridad y que muchas crisis vitales se diriman en la esfera corporal. Esto no quiere decir que el enfermo no pueda alcanzar un mayor grado de madurez una vez sobrepasada la situación crítica.

Hay crisis que quedan como detenidas y aferradas a molestias poco concretas o a enfermedades crónicas y que no llegan a una solución. En estos enfermos, el médico tiene que saltar por encima de la actitud objetivadota y distanciante implícita en el concepto “enfermedad”; el médico tiene que conseguir un contacto personal con el enfermo. Tal objetivo no se alcanza inmediatamente, sino siempre por el camino de la psicología.

La acción médica no puede eliminar el aspecto personal de la enfermedad haciéndolo desaparecer tras la unidad nosológica objetivadora y supraindividual. El objeto de la práctica médica, a saber, el cuerpo del hombre y sus alteraciones, puede parecer a una observación superficial para este hombre que sufre. Pero la vida de este hombre está siempre ligada, en una forma especial, a este cuerpo concreto. La “existencia” del hombre está siempre encerrada en este cuerpo determinado. El existente humano, en un sentido profundo, puede revelar en la enfermedad los conflictos latentes y las contradicciones igualmente latentes de su vida.

c) “Introvisión” en la contextura biográfica del enfermo Los hechos de la vida del paciente, sobre todo de su época infantil, las vivencias

olvidadas a las que el enfermo no prestó suficiente atención, son traídas ante la conciencia. El objetivo esencial en la medicina biográfica es que el paciente adquiera de sí mismo una imagen más amplia; que se reconozca a sí mismo en su desarrollo biográfico y en conexiones vitales nuevas para él. Es frecuente que al alcanzar esta etapa, desaparezca o se alivie la alteración que llevó al paciente a la consulta. Se debe a que el enfermo se siente tan fascinado por la inmediatez y la dinámica de su propia historia vital, contemplada con mayor profundidad, que los síntomas desaparecen o retroceden al trasfondo vivencial como si hubieran sido absorbidos por los problemas de la esfera íntima actualizados y puestos de manifiesto por la acción médica. La introvisión en la textura biográfica de la persona, alcanzada por el trabajo común del paciente y del médico, incluye también las manifestaciones somáticas y las enfermedades sufridas por el paciente. La introvisión anula así su aparente asilamiento del resto de la persona concreta; tal aislamiento se produjo artificiosamente por el influjo de la interpretación objetiva y nosológica.

Las introvisiones en la estructura biográfica producen en el enfermo un considerable alivio, por ello esta etapa del tratamiento no debe ser infravalorada. El enfermo vivencia su situación vital presente, llena de tensiones, como la consecuencia directa de las condiciones de su mundo ambiental y de su pasado.

Creemos que el tratamiento que se detiene en esta etapa de la introvisión es un final fallido de la actitud psicoterapéutica. Tal acontece cuando el enfermo se considera a sí mismo como el producto de sus circunstancias biográficas; cuando se concibe a sí mismo como la víctima de una excesiva vinculación a la madre o como una persona afectada por complejos de inferioridad que han surgido en él por causas o condiciones externas ajenas a su voluntad.

Lo que debía ser un habla de sí, se transforma en un habla sobre sí. La psicoterapia fue entendida al principio como un trabajo sobre el carácter emocional y sobre la configuración emocional actual del enfermo.

En la situación psicoterapéutica, lo único importante es la experiencia emocional correcta, aunque está no se acompañe de un descubrimiento exhaustivo del complejo causal. Lo decisivo en el tratamiento es actualizar y revivificar afectivamente aquella situación concreta que es la responsable específica de las falsas actitudes neuróticas del paciente. El verdadero objetivo de la psicoterapia no consiste en dar un nuevo cauce a los afectos, a las emociones o a los impulsos del enfermo.

La exigencia de que el recuerdo o la introvisión en el pasado debe terminar en una catarsis emocional, en un estado de excitación afectiva, se hace totalmente incomprensible cuando se la desliga de su trasfondo. Sólo cuando el hombre se ve afectado y conmocionado en su “Existencia”, en sus valoraciones y en sus objetivos es cuando surgen afectos provocados por impresiones externas y emociones que arrastran consigo a la persona. Las emociones humanas no constituyen un estado de procesos energéticos y autónomos. Las emociones son momentos sustentantes de una vinculación, de un estar soportado por algo y un ser conmovido por algo; reflejan siempre la participación existencial. El acto de concienciación afectiva es testimonio de que un rasgo esencial de mi pasado está haciendo presente.

Reconocer la necesidad de que se produzca una participación afectiva del enfermo en la situación psicoterapéutica no es afirmar que la emoción sea de sí un factor etiológico y terapéutico; simplemente quiere decir que la introvisión, la experiencia de si mismo, y la consiguiente transformación, son experiencias apasionadas que afectan a la “existencia”. Lo que se describe como participación emocional o afectiva no es un fenómeno acompañante de la “introvisión”. Al contrario, es más bien la pasión de la “existencia” afectada, la manifestación o revelación del arrojo de vivir; de aquel momento que constituye el objetivo fundamental de la psicoterapia. Las crisis, los empeoramientos, las resistencias, son signos de la conmoción personal y de la transformación psicoterapéutica.

En la práctica, introvisión en la historia vital del enfermo quiere decir que el médico ya no puede ayudar al paciente que busca su consejo basándose exclusivamente en los datos ofrecidos por una teoría previa del hombre y de sus funciones corporales o anímicas.

El valor cognoscitivo y representativo de la enfermedad, su carácter indicativo y su valor posicional en el marco de la historia vital del enfermo constituyen, el punto central hacia el que se dirige todo el esfuerzo de esta segunda etapa de la acción médica.

La introvisión en la biografía del enfermo no debe quedar reducida a una simple acumulación curativa de datos y acontecimientos, de influjos biográficos y de hechos caracterológicos.

El estudio del trasfondo biográfico en la psicoterapia es siempre un puente que permite al enfermo alcanzar una toma de posesión más intensiva de su historia.

d) Tránsito de la “Introvisión” psicológico-discursiva a la existencial

La introvisión psicoterapéutica es un conocimiento de sí mismo. Pero tal acontecimiento de sí mismo no tiene como objetivo final es de una gran importancia para la psicoterapia. De ningún modo debe creerse que la afirmación de la existencia dada, en la situación de conflicto fundada en la historicidad, sea una falta de libertad absoluta del hombre. Al aceptar la necesidad de mi existencia, al reconocer lo que mi destino significa para mí, y sobre todo al reconocer límites, mi libertad no se coarta, al contrario, ésta crece y se desarrolla.

Este conocimiento esencial que acepta la propia existencia, siempre cargada de conflictos e históricamente fundada, esta introvisión es completamente distinta del conocimiento discursivo de las conexiones psicológicas.

La introvisión existencial se distingue de nuestras introvisiones cuotidianas; solamente se la alcanza en aquellos momentos estelares de nuestra vida que Kierkegaard llama instante de la pasión.

El individuo concreto sólo puede existir instantáneamente, sólo puede ser aquella unidad de lo infinito y de lo infinito que está más allá del mero vivir. Este instante es el instante de la pasión

Para esta etapa de la actividad médica, las neurosis sería, simplemente, una visión inauténtica y fallida de sí mismo, una realización fallida de la propia existencia. La realización de la propia existencia se cumple en la atmósfera espiritual creada por la comunicación interhumana, acontece siempre frente a un “tú”. Se comprende por sí mismo que a la posibilidad de la introvisión existencial corresponda la posibilidad de ocultamiento del propio ser.

En la marcha de la psicoterapia, la elaboración de introvisiones se reparte por igual en ambos participantes (paciente-médico). En contraposición a la somatoterápia, la psicoterapeuta no está más adelantado que su paciente en que camino que ha de recorrer en común. La utilización de un saber previo, no conseguido en común, no participado en el propio paciente, será mucho más perjudicial que benéfico para la consecución de introversiones. Tal conocimiento previo y general no es la clave para alcanzar el objetivo, siempre renovado, de la psicoterapia, a saber: establece comunicación y penetrar en el mundo íntimo y en la historia vital del paciente.

En la psicoterapia el conocimiento es un acaecer revelador, elaborado por ambas partes, y que, simultáneamente, es tratamiento.

e) “Introvisión” y visión Desde el punto de vista etimológico, el fenómeno introvisión nos ofrece nuevos

aspectos que debemos ahora considerar; sabemos que esto ocurre con cualquier palabra o frase en sí una gran plenitud de sentido, pero que lo ha perdido en el lenguaje cotidiano.

El sueño es prototipo de la introvisión, sobre todo si entendemos esta palabra en el sentido primordial de una visión y más profunda que la cotidiana. La experiencia conseguida con la introvisión es de un grado muy superior a la que se alcanza con otros instrumentos de revelación. El elemento visual, que caracteriza las formas más elevadas y más diferenciadas de la experiencia, constituye su parte esencial.

En toda introvisión resaltan dos aspectos fundamentales: en primer lugar se trata de un conocimiento visual inmediato de nuevas relaciones y conexiones vitales que anulan la interpretación cotidiana del propio ser; en segundo lugar la experiencia es acompañada de la exigencia de un tener que ceder y someter a una necesidad objetiva y profunda.

La introvisión buscada por la psicoterapia no es idéntica a una simple consideración de sí mismo y mucho menos a una consideración de sí mismo que se dirige directamente al síntoma con intención de comprenderlo. La introvisión y el conocimiento de sí mismo no son equivalentes a una reflexión hipocondríaca sobre el propio yo. La introvisión psicoterapéutica surge de la relación entre el médico y el paciente y de la visión común de ambos. Hay ideas que únicamente son posibles cuando el hombre vive en soledad y desligado de los demás y que, en cambio, no se pueden sostener cuando se produce un auténtico encuentro entre dos personas.

Es digno de notar que la esfera de la visión es altamente representativa para esta forma superior de conocimiento. La concienciación es siempre, en último término, una especie de visión más exacta: una introvisión. A la esfera óptica corresponde un conocimiento más diferenciado; conocimiento que es muy distinto de los grados más elementales del conocimiento y de la experiencia del mundo. La introvisión psicoterapéutica es iluminación de la propia mismidad. Esto no sucede solamente en la problemática antropológica, también las proposiciones de ontología fundamental, por ejemplo las de Heidegger se expresan en un lenguaje tomado de la experiencia visual; concibe a la existencia humana como un “estar-en-el-mundo”, como una esfera luminosa del Ser. La filosofía de Heidegger es el intento de hacer transparente el Ser del ente. La comprensión ontológica primordial del hombre es designada por el propio Heidegger como una aclaración o iluminación del Ser.

La labor psicoterapéutica se puede describir diciendo que es una visión, o contemplación en común, del mundo del paciente.

El concepto de introvisión tiene un doble carácter. En primer lugar significa doblegarse y someterse a un conocimiento más profundo, a una necesidad más profunda. La actitud propia de la introvisión no es la de un impulso activo y descubridor, sino más bien la de la humildad que acepta la verdad que se ofrece ante uno. En la relación de coexistencia interhumana la introvisión es un ceder y una renuncia a la resistencia. En segundo lugar introvisión significa un conocimiento inmediato alcanzado en un acto visual; una visión mas profunda; un descubrimiento de aquellas conexiones más esenciales que se ocultan bajo la superficie, en el seno de la “Profundidad”.

A este alto grado de la experiencia del mundo en cuanto introvisión óptica corresponden peligros y caminos erróneos en los que se revelan la ocultación de la propia mismidad humana juntamente con el riesgo y el esfuerzo que se necesitan para lograr un conocimiento del existente humano. Las introvisiones esenciales pueden yacer precisamente tras lo inmediatamente visible, incluso la claridad de lo visible puede anular una introvisión más profundamente penetrante.

La tendencia de la psicología profunda a ampliar y complementar con la introvisión la imagen consciente y directamente captable del hombre y su insistencia sobre el tema del ocultamiento de la mismidad de la persona, conducen a una cierta unilateralidad en dirección opuesta.

f) “Introvisión” en el pasado La tarea de la psicoterapia es hacer volver a la conciencia las vivencias personales

olvidadas tendenciosamente. El pasado debe integrarse al presente y ser incorporado a la persona actuando como tal presente.

Según Alles, uno de los máximos méritos de Freud radica en haber introducido el método histórico en la psiquiatría. Lo que Freud llamó concienciación de las reminiscencias fue una contribución que abrió nuevos caminos para alcanzar un conocimiento profundo de la biografía íntima de la persona.

Debemos preguntarnos que relación tiene el hombre en general con su pasado. El recuerdo patógeno, el trauma psíquico, el complejo, son concebidos por el propio enfermo como algo esencial, por ello lo revela con resistencia e incluso algunas veces lo elimina por completo de la conciencia, lo reprime. El hecho de que las vivencias y los recuerdos lejanos puedan actuar patógenamente en el presente indica que el hombre está ligado de algún modo con su pasado. Este no es un trozo de camino indiferente y que está muy lejos del momento actual. La interpretación lineal del tiempo no reflejan por completo mi relación con el pasado, muy al contrario, el pasado penetra en el presente, vive en el presente. El hombre está soportado en su desarrollo vital por el que ya ha vivido.

La existencia humana en devenir necesita de la libertad de aceptar y retomar en el presente la imagen siempre cambiante del propio pasado. La disposición del pasado, la capacidad y la voluntad de arrojar sobre él una mirada retrospectiva, y también la libertad de rechazar este pasado, son signos de la madurez del hombre frente a su temporalidad. Se opone el tiempo cíclico al tiempo lineal.

Para la existencia presente es decisivo el modo de comportarse el hombre frente a su pasado; una actitud abierta o cerrada frente al pasado ha de influir sobre ella. Ciertas enfermedades psíquicas pueden ser concebidas como modificaciones de la estructura temporal.

Los conceptos de trauma psíquico y de complejo, interpretados ambos como huellas traumáticas que persisten en el alma, son términos destinados a expresar el influjo duradero del pasado. Esta conexión entre los acontecimientos exteriores y las vivencias íntimas traumáticamente fijadas no pueden ser concebidas como un vínculo causal. Tras el trauma anímico se esconde siempre una interpretación subjetiva de la realidad.

La presencia concreta de la historia del enfermo y del terapeuta, la apertura franca con respecto al transfondo sustancial del pasado y de la profundidad de nuestra alma, es uno de los principales factores activos en toda psicoterapia mediativa. La conexión con lo ya vivenciado es una fuerza capaz de liberar. El olvido tendencioso sobrecarga nuestra vida, en cambio, la aceptación de lo vivido, la reconciliación con la dimensión de la propia profundidad histórica, son actos que nos permiten alcanzar la libertad del devenir.

Lo que pasó, pasó, y ya no puede ser revocado, por ello tampoco puede ser modificado, dice Kierkegaard. Pero, en cambio, es evidente que mi postura íntima con respecto al pasado, sí que puede cambiar.

Al conseguir tal introvisión cumplo un importante acto, a saber: me reconcilio con las limitaciones fácticas de mi vida. La introvisión es la experiencia personal de hechos elementales que no se pueden descomponer en otros más simples; es la experiencia de limitaciones y de acontecimientos irrevocables; es vivenciado de mi dependencia con respecto a un fondo abismático o profundidad que está fuera de mis propias disponibilidades, fuera de mi propio albedrío. Dependo de un fondo, que como dice Weizacker “no puede ser objetivado”.

g) La “Introvisión” y la “Profundidad” de la Psicología profunda En la teoría psicoanalítica la profundidad es el estrato inconsciente del hombre

concebido espacialmente; es por tanto, la región del “Ello”, la esfera de los impulsos. Estos impulsos pueden ser descritos tanto desde el punto de vista psicológico como fisiológico. Para Freud, el “Ello” se continúa transicionalmente, sin límites precisos, con los fenómenos corporales.

Otra forma de profundidad es el pasado concebido como un fragmento del camino de nuestra vida; es, sobre todo, la profundidad de la sexualidad infantil reprimida y de sus

diferentes impulsos. La lejana región de la época infantil y de la lactancia puede ser captada por un retroceso hacia funciones corporales elementales.

En la interpretación de Freud lo importantes es el modo de equilibrarse y reconciliarse entre sí tales impulsos y conflictos. Según Freud el factor patógeno no es simplemente el hecho del conflicto, sino más bien su elaboración; el factor patógeno es la represión. Las contraposiciones íntimas que no han sido dominadas o dirimidas son precisamente las que actúan como agente patógeno. El extrañamiento de la persona con respecto a sus propios conflictos es lo que produce la enfermedad y no la mera existencia de conflictos. La dirección de la represión está determinada por fuerzas impulsivas que buscan el placer y huyen el desplacer. Tal dirección depende siempre del sujeto. En las psicosis se experimenta a menudo que las fuerzas reprimidas y alternativamente desgarradas, pueden retornar a la conciencia como tendencias destructivas de la persona o también como intereses vitales primordiales y originales. En la psicoterapia, tales fuerzas pierden su carácter de extrañamiento porque el conflicto de impulsos es incorporado a la persona. Se produce una anulación del extrañamiento gracias a una comprensión afirmativa de su sentido y a una aceptación de esas fuerzas contrapuestas que sustentan la propia existencia.

Desde el punto de vista médico-antropológico se plantean dos problemas fundamentales: la posición de la profundidad en la estructura de la persona, y su importancia para el hombre. Lo que interesa es mostrar en que forma la profundidad es un elemento activo en el tratamiento psicoterapéutico, así como su valor antropológico.

La psicología profunda es una psicología que transciende todos aquellos datos inmediatos, presentes en la conciencia actual del hombre, y de los que la persona puede disponer. Por ello su objetivo fundamental es complementar con nuevos datos y experiencias, el foco conciente de la persona. La profundidad no es para la psicología profunda una modificación cualitativa o cuantitativa, sino más bien una contraposición, una complementación.

Las significaciones que se encierran tras el término profundidad pueden esquematizarse de la siguiente manera:

1-La profundidad es aquella región que está en una relación complementaria con respecto a lo superior, a la altura, a lo cefálico. La persona profunda se contrapone al estrato racional del hombre y está constituida por el fondo afectivo e impulsivo. Está más próxima a la esfera somática, y por ello, es un elemento personal borroso y rodeado muchas veces de oscuridad. A diferencia del intelecto y de la razón, el fondo vital de la profundidad está representado biológicamente.

2-Otra significación ligada a la profundidad de la psicología profunda es el concepto de lo nuclear como contrapuesto a la corteza, de lo interno con respecto a lo puramente externo. Esta dimensión profunda significa el estrato más interno de las cosas y de las personas en contraposición a la fachada exterior. La psicología profunda no siempre ha escapado al peligro de desvalorar excesivamente una bella superficie y una buena apariencia exterior. También en las variadas formas o estilos de compensar y sublimar se revela el distinto nivel de las personas. Ambas características de la profundidad humana (la profundidad interpretada como lo nuclear y como un elemento basal y afectivo-somático) deben ser concebidas como metáforas corporales. Todas las experiencias y vivencias esenciales del hombre pueden tener el carácter de profundidad. La psicoterapia se dirige siempre a lo que es esencial para el hombre y su desarrollo. Con ello alcanza un nuevo significado de profundidad.

3-la profundidad hace también referencia a lo auténtico y esencial de la persona humana. Esta profundidad hacia la que se dirige la psicoterapia, no es ciertamente la profundidad de un sujeto aislado sin relación con el mundo tal y como lo entiende Jung.

Aceptamos la interpretación de Heidegger, para quien la mismidad es siempre convivencia con otros sujetos y contacto con el mundo. De ningún modo se trata de la búsqueda y realización de un yo totalmente aislado. Heidegger opone la mismidad autentica, la autenticidad a un vivir inauténtico en la existencia cotidiana y banal del “Man”. La aceptación y actualización de la mismidad requiere de manera necesaria alcanzar una introvisión en las vinculaciones y obligaciones que me unen con otros hombres y con el mundo histórico al que pertenezco. La vida autentica alcanza su plenitud en la comunidad con los otros hombres y en la creación de una relación entre el Yo y el Tú.

La psicoterapia no se dirige hacia una compenetración e identificación amorosa, sino hacia la aceptación afirmativa y la iluminación del otro en cuanto persona enferma; tal anhelo intimo será acompañado del máximo respeto y distancia frente al paciente. De la relación yo-tú surge una llamada para que alcancemos el ser autentico, lo que esencial para nuestra persona, una exigencia de ser y permanecer fiel a si mismo. Tal mismidad y ser fiel a si mismo están muy alejados del desarrollo de un sujeto aislado o del hallazgo y perfeccionamiento de la propia individualidad. El carácter coexistencial de la vida autentica y las obligaciones que de aquí se desprenden. La mismidad se cumple en medio de la comunicación existencial interhumana. Ver la vida, las desiciones y los hechos a la luz de la profundidad y de lo autentico, quiere decir aceptar y reconocer estos hechos en lo que respecta a su significación y a su carácter de destino.

4-En la psicoterapia la profundidad significa también la latencia de algo que no esta presente al hombre. Esta profundidad es la de todo aquello que esta ya muy lejano a nosotros; de aquello que hemos dejado muy atrás de nuestra vida. Pero la esencia personal no es sólo pasado, el pasado no es siempre lo autentico y lo propio. Una importante dimensión de la esencia de nuestra persona radica también en la latencia de lo futuro, de lo que aun no es. En este sentido, la profundidad que ha de ser aceptada, es lo ignoto de aquello que aun no es y la dependencia con respecto a ello. La psicología profunda ha elaborado extensamente la psicodinámica de los ingredientes personales que ya no son consientes, queda por elaborar la psicología de lo que aun no es consiente.

En cada tratamiento y en cada caso concreto se distingue el conjunto de aspectos concretos que constituyen la profundidad esencial y que forman aquel material que ha de ser elaborado en la relación psicoterapéutica.

La “Profundidad” como dependencia del cuerpo y limitación por el cuerpo

El propio cuerpo no esta dado en la claridad y en la disponibilidad de la conciencia. En cuanto hombres estamos siempre ligados a él, a esta forma oculta de nuestra mismidad. El cuerpo limita infinitamente nuestro ser, pero por otra parte el cuerpo incita continuamente a la vida.

La limitación por el cuerpo se pone de manifiesto, muy especialmente en la enfermedad; esta es una conmoción y una limitación personal que surge del cuerpo.

En ciertas ocasiones la vida del hombre transcurre en una identidad entre su cuerpo y su existencia. Existe la posibilidad de un extrañamiento e incongruencia mutua de ambos aspectos humanos. Esta última posibilidad no llega a producir siempre una total contraposición entre el cuerpo y la existencia, pero es evidente que en el dolor y en la enfermedad experimentamos de manera directa e inmediata la limitación y la dependencia de nuestro proyecto de vida existencial.

La introvisión significa que nos damos cuenta y que aceptamos la dependencia en que nos encontramos en cuanto existencia encarnada. Una existencia que jamás descansa en

si misma. El único medio que tengo para conocer el cuerpo humano es vivirlo, y esto vale tanto para mi cuerpo como para el cuerpo de cualquier otro. Esto significa aceptar con propia responsabilidad el drama que penetra este cuerpo y mezclarse con él.

Hay posibilidades extremas que permiten al hombre no aceptar este cuerpo que sirve de sustento a la realización de la existencia. Hay ciertas actitudes que el hombre intenta anular esta unidad y esta dependencia de su cuerpo.

Las limitaciones impuestas por nuestra encarnación se manifiestan claramente es dos formas: en primer lugar brutalmente en el fracaso vital producido por el dolor o en la obstaculización de nuestra capacidad de rendimiento por la enfermedad; y en segundo lugar más directamente en todas aquellas condiciones pertinentes a nuestra existencia encarnada. Tales son la sexualidad, el hambre, el crecimiento, la maduración, el florecimiento y la marchites, el envejecimiento y la muerte.

La “profundidad” como impulso sexual e indigencia infantil

Hoy es fácil mostrar las exageraciones de la teoría freudiana de la sexualidad. Estas exageraciones indican la especial importancia que tiene para la persona su ser corporal, su yo natural.

Merleau-Ponty ha demostrado que la sexualidad no es más que una manifestación parcial del ser corporal y encarnado del existente humano. La gran tarea de Freud ha consistido en haber demostrado, con su insistencia sobre la sexualidad, que la situación humana es una situación corporal y encarnada. El impulso sexual y los impulsos en general, son indicio claro de que la existencia del hombre se manifiesta siempre en un cuerpo; también son indicio y testimonio de que en la persona hay necesidades y fuerzas corporales, hechos humanos intencionales fundados en el cuerpo.

Se puede afirmar que la exigencia de seguridad y de calor (que los hijos exigen de sus madres), constituye hoy en día un tema central del psicoanálisis y podemos preguntarnos si las necesidades elementales insatisfechas (que yacen bajo los fenómenos de represión, ambivalencia y concienciación), no estarán sometidas a un cambio cultural. Se cree que no es un fenómeno fortuito el hecho de que el psicoanálisis actual afirme que la represión no se lleva acabo sobre la sexualidad, sino más bien sobre el sentimiento de debilidad, sobre la necesidad de ternura y sobre la vivencia de ser dependientes de otros. Este cambio indica claramente que la sexualidad y los impulsos no son fenómenos producto de un sistema biológico cerrado y que tendrían el mismo valor para todas las culturas y pueblos. Tal cambio pone claramente de manifiesto que la sexualidad corporal puede ser interpretada como una interrelación entre personas que viven en el mundo.

Si afirmamos que tras todo acontecer humano se oculta una infraestructura sexual, entonces debemos preguntarnos por la naturaleza de la sexualidad considerada en sí misma. En el tratamiento psicoterapéutico se pone de manifiesto que, precisamente en aquellos casos en los que lo sexual se manifiesta drásticamente al comienzo del tratamiento, ocurre en el verdadero conflicto, la profundidad oculta (lo que ha sido reprimido y debe ser vuelto a integrar en la personalidad), no radica precisamente en lo sexual. En estos casos, el comportamiento sexual es realmente una resistencia caracterológica, una forma de ocultamiento de otros conflictos más profundos.

La “Profundidad” en cuanto limitación y fijación de lo fáctico

La introvisión no es una intuición intelectual ni tampoco una iluminación y transparentación discursiva de los rasgos caracterológicos o genéticos de nuestra

personalidad. La intuición intelectual es más bien un obstáculo y una resistencia contra la vivencia de la propia existencia, contra la autentica experiencia en la presencia actualizadora de la situación psicoterapéutica de nuestros orígenes históricos. La introvisión tiene el carácter de una aceptación humilde, de un inclinarse o ceder, sobre todo de un reconocer. Es confesión de la propia ignorancia, introvisión en los ocultos abismos de nuestra personalidad, introvisión en los propios limites.

La profundidad y la dependencia que hay que vivenciar es la de un destino que nos pone limites desde el propio comienzo de nuestra visa. Y si no se acepta tal destino, entonces solo queda la huida hacia un futuro imaginario o la elaboración de una imagen inauténtica y exagerada del propio presente y del pasado.

En la psicoterapia el médico no esta mas adelantado que el paciente en lo que respecta a la introvisión. También el paciente tiene que aceptar que esta en el mismo plano que el médico, es decir, que no sabe de si misma mas que el médico. Tiene que aprender a soportar la proximidad del terapeuta. Para alcanzar una introvisión esencial en el camino común psicoterapéutico, el enfermo debe aportar una absoluta franqueza frente a al nueva imagen de si mismo que surge bajo el efecto del tratamiento.

La experiencia de la profundidad evocada en el acto psicoterapéutico es una de las aportaciones más importantes de la psicoterapia a la antropología médica. El médico y el psicoterapeuta no encuentran a su enfermo en la claridad espiritual de su ser; el enfermo carece además de la libertad para conocerse a si mismo, vive en el oscuro ocultamiento personal, caído y sometido a la apariencia, enredado en conflicto y contradicciones insoportables y, por tanto, reprimidos. Tampoco le encuentra en el libre caminar hacia el futuro, sino apresado y apegado al pasado, a una fijación prematura del propio devenir. El carácter descubridor de la psicoterapia arraiga precisamente en esta relación de complementación que tiene la profundidad con respecto a la imagen consciente que el hombre se hace a sí mismo, este hombre que cree ser señor de si mismo y capaz de dar forma a su vida por propio impulso.

La profundidad que debe ser intuida e integrada es la de la naturaleza misteriosa e impenetrablemente oculta y que, a su vez, se esconde ante la propia mirada del hombre. En su existencia, y en su ser histórico, el hombre esta soportado y limitado, simultáneamente, por el carácter de acontecer que tiene su propia naturaleza. El hombre puede aceptar esta dependencia que le limita y le amenaza. La introvisión y la profundidad de la psicología profunda desde el descubrimiento del inconsciente y la excesiva valoración de los mecanismos impulsivos.

El atrevimiento que supone el conocimiento de si mismo, la introvisión concreta psicoterapéutica, no acontece en aquella atmósfera serena y distante donde de logra la intuición fenomenológica de las puras esencias. Tal imagen yace ante mi como un querer, poder, deber y tener que. El ser, mi ser, no me parece como algo simplemente dado y presente, sino que se me ofrece prácticamente como una tarea que hay que realizar. La existencia practica, la relación fundamental con lo viviente en cuanto algo oculto, es equivalente a lo que el psicoanálisis de Freud es designado como la relación con la profundidad y con el inconsciente.

La psicoterapia no olvida el resto terreno de la criatura humana; no tiene como objeto único las elevadas cimas del desarrollo espiritual libre. En le tratamiento es importante también ver y reconocer los aspectos felices de un transcurso vital. Las transformaciones que se producen en el curso de la psicoterapia no proceden precisamente de esta esfera. Tales modificaciones arraigan en la penetración de las esferas vitales elementales, inferiores y terrenales. En cuanto terapéutica médica, la psicoterapia esta en cierta contraposición o relación complementaria con respecto a las experiencias pedagógicas o religiosas que se dirigen fundamentalmente a las esferas

superiores e intelectuales de la persona humana. Esta correspondencia entre profundidad y psicoterapia confirma nuevamente el carácter médico de la psicoterapia.

Estas esferas terrenas y naturales, frente a las que el hombre es una criatura dependiente, ocupan el punto central del interés psicoterapéutico.

h) Importancia de la resistencia en la Psicoterapia Las introvisiones esenciales en la profundidad personal y las consiguientes

modificaciones en los juicios valorativos, se consiguen siempre en lucha contra la resistencia. En la teoría psicoanalítica, la resistencia es concebida como una fuerza; para Freud la resistencia equivale exactamente a la energía que fue utilizada para llevar a cabo la represión. Considera que el reconocimiento de la resistencia pertenece a los presupuestos irrevocables del psicoanálisis. La psicoterapia es trabajo contra la resistencia, sin ella el paciente no es afectado ni conmocionado en la profundidad de su alma. La resistencia es un factor necesario para el desarrollo psicoterapéutico; el paciente se enfrenta al médico con sus actitudes caracterológicas de sus experiencias pasadas.

En la práctica terapéutica es decisivo no dar interpretación de la resistencia el carácter de reproche, es fundamental intentar comprender y aceptar la resistencia.

La creación y la intensificación del vínculo terapéutico debe incluir la afirmación del otro en cuanto persona distinta y provista de caracteres propios.

La resistencia es ante todo la manifestación del mundo propio y particular del paciente; es el resultado de una tendencia a conservar y defender el equilibrio y la orientación conseguidas frente a lo nuevo desconocido, y esto a pesar de que tal equilibrio sea unilateral, lleno de contradicciones y doloroso. El terapeuta promete que el nuevo estado será más soportable, pero el paciente no conoce este estado, ni se lo puede imaginar. La introvisión vencedora de la resistencia solamente se puede conseguir por la confianza en el terapeuta.

El fin último del tratamiento no es lanzar una visión a la profundidad del inconsciente, sino lograr una verdadera maduración íntima de la persona.

i) Los sueños y la conversación en la Psicoterapia La psicoterapia es un tratamiento verbal, se exige al paciente que hable sobre sus

vivencias presentes y sobre todo lo que se le ocurra. Esta forma de comunicación personal tiene que ser previamente practicada y aprendida; el médico debe exigir más que el cumplimiento pronto de tal norma, el esfuerzo y el consentimiento del enfermo.

En la psicoterapia el objetivo no es simplemente liberarse de recuerdos verbalizándolos. No se busca el sentido individual no el orden específico de una vida aislada; no se dirige hacia un yo prefigurado y aislado del mundo. Su finalidad autentica es injertar al existente humano en aquel orden y complejo de obligaciones y deberes en los cuales enraíza.

De ningún modo interesa a la psicoterapia determinar el sentimiento ideal de una vida, pero cumple su papel propio buscando en común el lugar donde se mantiene este existente humano y poniéndolo en relación con la totalidad de la convivencia interhumana. Esto acontece a la introvisión.

En el lenguaje el hombre se enfrenta consigo mismo y no de manera refleja, el hombre se vivencia a si mismo en un espacio más universal; en el habla se siente sometido a la exigencia de un grado superior de objetividad. El lenguaje es apertura o revelación del mundo. El espacio creado por el lenguaje encierra a si mismo a los miembros de la situación psicoterapéutica y funda de esta manera una conexión universal humana. En la

situación psicoterapéutica, el lenguaje incita al hombre a presentarse a si mismo de una manera esencial y a vivirse a si mismo en una forma nueva y mas profunda; se pone de manifiesto el hecho de que el lenguaje es mediador de la presencia.

Este hecho que el lenguaje no es un símbolo mediador de esencia ni un simple medio de comunicación, sino un acto que crea un espacio en el que las esencias se conjuran y se manifiestan, es decisivo para la interpretación del sueño. Cuando la hermenéutica del sueño se cumple sin violencias de ninguna clase, violencias que producen casi siempre de prejuicios teóricos, los resultados logrados coinciden muy a menudo con las proposiciones expresadas por el lenguaje y la palabra. La significación y el valor personal de los sueños están ya como prefijados por una hermenéutica previa.

El análisis existencial se enfrenta con el problema del sueño de una manera radicalmente distinta; la hermenéutica de los contenidos oníricos se lleva a cabo teniendo en cuenta la biografía existencial de cada persona concreta. Partiendo del lenguaje onírico, y apoyándose en la ampliación del horizonte que experimenta la persona que ensueña, el análisis existencial injerta al hombre en el contexto de “estar-en-el-mundo”, y con ello inmerge la biografía de la persona concreta en la totalidad de las vinculaciones del mundo “existir”.

El trabajo del psicoterapeuta en cuanto al sueño, consiste precisamente en procurar que el enfermo asimile este mundo y que se aproxime a esta forma de su manifestación; el trabajo termina cuando el paciente se reconoce a si mismo en todos sus sueños. Precisamente en el acto de soñar y en la asimilación y en la aceptación de un sueño, se pone claramente de manifiesto que el hombre, cuando actúa y cuando percibe, esta siempre inmerso en un conexo ya interpretado.

El sueño es un hablar durmiendo en el que se manifiesta inmediatamente la esfera de la profundidad personal.

Las funciones vitales están siempre mas o menos entremezcladas con las propias experiencias biográficas, pero siempre hay en el fondo de aquellas un resto impenetrable a saber: la naturaleza en cuanto ser mítico sustancial; la impenetrable naturaleza.

La profundidad de las necesidades corporales y de los impulsos, no dominan totalmente la esfera del ensueño. El sueño no es simple manifestación y expresión de las funciones vitales, pues el hombre tampoco es un ser puramente impulsivo movido exclusivamente por fuerzas naturales o elementales. En el sueño se reflejan muy a menudo la transformación del hombre, y esto es testimonio de que el sueño es, en último ternito, una intima compenetración de aconteceres naturales e histórico biográficos.

El esfuerzo para fijar conceptualmente lo que significa la introvisión psicoterapéutica, nos ha llevado hasta el fondo de donde emanan los conflictos humanos. Hasta ahora hemos considerado la introvisión como un elemento independiente del proceso psicoterapéutico. Pero tal aislamiento es artificioso; durante la marcha del tratamiento, la introvisión no puede aislarse empíricamente de la relación terapéutica. La introvisión, según los presupuestos antropológicos, surge cuando se crea la relación terapéutica.

1. Los analistas existencialistas distinguen tres tipos de mundos, es decir tres

aspectos simultáneos del mundo que caracterizan la existencia de cada ser en el

mundo.

Está primero el Umwelt, que significa “el mundo alrededor”, este es el mundo biológico

llamado generalmente ambiente.

El segundo es el Mitwelt, que significa el “co-mundo”, designa el mundo de los seres

de nuestra misma especie, el mundo de nuestros semejantes.

El tercer mundo se llama, Eigenwelt o “mundo propio” y comprende las relaciones

personales del individuo consigo mismo.

El primero el Umwelt, responde a los objetos que lo rodean, el mundo natural. Todos

los organismos tienen su Umwelt, en el caso de los animales, irracionales y racionales,

el Umwelt incluye las necesidades, impulsos e instintos biológicos, es decir el mundo

en que seguiríamos viviendo en la hipótesis en que no tuviésemos autoconciencia.

Este es el mundo de las leyes de la naturaleza y de sus ciclos, del sueño, de la vigilia,

de nacer, de morir, de apetencias y de satisfacciones, el mundo del infinito y del

determinismo biológico.

El segundo mundo es el Mitwelt, es el mundo de las interrelaciones entre los hombres.

Existe una relación entre personas que cambian al encontrarse, implicando la

conciencia de la atención recíproca, esto ya constituye el proceso de sentirse

afectados por el encuentro.

El Eigenwelt, el mundo propio, presupone autoconciencia y autorrelación y únicamente

se presenta en los seres humanos. Pero no constituye exclusivamente una experiencia

interior y subjetiva, sino más bien el fondo que ayuda a ver el mundo real en su

verdadera perspectiva y el fundamente de nuestra relación. Es la capacidad de lo que

significa para uno determinada cosa en el mundo. Por ejemplo el significado que le da

una persona a una planta.

Estos tres mundos siempre se interreflejan y condicionan mutuamente. Por ejemplo,

yo existo en el Umwelt, en el mundo biológico constantemente, perola forma en que yo

me adapto a mi necesidad de sueño, al tiempo o a cualquier instinto, es decir la

manera en que yo reflejo mi propia autoconciencia uno y otro aspecto del Umwelt,

afecta esencialmente el significado que adquiera para mí y condiciona mis reacciones

frente a él. El ser humano vive simultáneamente en el Umwelt, Mitwelt y Eigemwelt. No

representan de ninguna manera tres mundos diferentes, sino tres facetas simultáneos

de ser en el mundo.

2. Capítulo III: Introducción clínica a la fenomenología psiquiátrica y al

análisis existencial.

¿Qué es la fenomenología y el análisis existencial desde un punto de vista clínico?

La fenomenología de Husserl es fundamentalmente un principio metodológico. A vista

de un fenómeno lo aborda con absoluta imparcialidad, observándolo tal como se

manifiesta. Esta observación se realiza mediante una operación mental denominada

epoche o reducción psicológica fenomenológica. El observador excluye de su mente

cualquier juicio de valor sobre el fenómeno en cuestión y de cualquier afirmación

relativa a sus causas o su trasfondo, incluso se esfuerza por suprimir la distinción

entre objeto y sujeto.

Los fenomenólogos psiquiátricos tomaron los métodos de la escuela de Husserl e

idearon otros, poniendo énfasis en los estados de conciencia subjetivos del paciente.

Tres métodos principales se han aplicado a este efecto:

La fenomenología descriptiva:

Se basa en la descripción que hace el paciente de sus experiencias subjetivas.

Fue la primera forma de fenomenología que se aplicó a las investigaciones

psiquiátricas. Jaspers la definió mostrándola como una descripción cuidadosa y exacta

de las experiencias subjetivas de los enfermos mentales. Este método se reveló como

insuficiente, sobre todo porque los pacientes no recordaban todas sus experiencias

subjetivas.

El método genético- estructural:

Presupone una unidad fundamental en el estado de conciencia de un individuo e

intenta encontrar el denominador común, es decir el factor genético, con cuya ayuda

puede entenderse y reconstruirse el resto. Conduce a reconocer sus mutuas

conexiones e interrelaciones.

Hasta puede suceder que en el contenido total de los datos de la conciencia salte

espontáneamente a la vista del observador cierta estructura o molde general,

entonces el fenomenólogo intentará describirla y definirla. Al hacer así, realiza lo que

Minkowski llamó “análisis estructural”, proponiéndose describir el trastorno generador

del cual se puede deducir todo el contenido de la conciencia y los síntomas del

paciente. Von Gebsattel piensa que este método puede conducir a reconocer la

relación entre las perturbaciones biológicas y psicológicas del paciente.

El análisis categorial:

Adopta un sistema de coordenadas fenomenológicas, la más importante son el tiempo,

el espacio, la causalidad y la materialidad. El investigador analiza cómo experimenta el

paciente cada una de ellas, con el fin de trazar sobre esta base una reconstrucción

perfecta y detallada de su mundo interior experimental.

Con respecto a la primera categoría “tiempo”, se trata de examinar si el paciente

padece o no desorientación con respecto al tiempo, y si sus operaciones mentales

siguen un ritmo acelerado o retardado. El tiempo que se analiza es el tiempo

experimentado por el paciente y no el tiempo objetivo, cronológico.

Análisis existencial:

a. Filosofía existencialista:

El existencialismo es la corriente filosófica de pensamiento que toma como principal

centro de interés y consideración la experiencia más inmediata del hombre, su propia

existencia.

Kierkegaard fue el primero que formuló explícitamente sus principios básicos. Esos

conceptos fueron elaborados por Jaspers, Heidegger, Sartre y por los existencialistas

religiosos. Heidegger influyó más en la psiquiatría y se puede distinguir tres fuentes

principales:

1. La filosofía de Heidegger se basa en el contraste entre la existencia

característica de las cosas (Vorhandensein) y de los seres humanos

(Dasein)

2. El hombre se construye a sí mismo mediante sus decisiones, porque posee

libertad para hacer elecciones vitales, sobre todo la libertad para elegir

entre las modalidades auténticas (el hombre asume la responsabilidad de

su propia existencia) y de la modalidad inauténtica (el hombre vive bajo la

tiranía de la plebe, de la colectividad anónima). Para pasar de la existencia

auténtica a la inauténtica tiene que sufrir el hombre la prueba de la

desesperación y de la ansiedad existencial, es decir la angustia de una

hombre que se enfrenta con los límites de su existencia teniendo que

cargar con todas sus implicaciones y sus últimas consecuencias: muerte y

aniquilamiento. Esto lo que Kerkegaard llama “enfermedad de la muerte”.

3. Heidegger fue discípulo de Husserl, de quien tomó los principios de la

fenomenología. Es fundamentalmente una fenomenología del ser humano,

del Dasein.

Este sistema filosófico influyó en la psiquiatría de tres formas: a- estimulando el

desarrollo de una psicoterapia existencialista b- influenciando a psiquiatras c-

inspirando la elaboración de un nuevo sistema psiquiátrico, el análisis existencial

Daseinanalyse de Binswanger.

B. Psicoterapia existencialista.

Es la aplicación de ciertos conceptos existencialistas a la psicoterapia, sin tomar en

cuenta la fenomenología y el psicoanálisis. Tres conceptos:

1. Neurosis existencial: Una enfermedad producida porque el individuo no acierta

a ver significado de la vida, con lo que vive una modalidad existencialista

inauténtica. Para él el problema consiste en hallar sentido a la vida y asimilar

una modalidad de auténtica existencia.

2. La psicoterapia existencia emplea el uso del “encuentro”, en ella se revelan

nuevos horizontes, se abre algo nuevo, se revisa la concepción que tiene uno

del mundo y en ciertas ocasione se reestructura la personalidad. No es una

entrevista casual, ni un primer contacto con una persona. El encuentro halla su

secreto en la novedad.

3. Algunos psicoterapeutas utiliza otro concepto existencialista, el de kairos

(momento crítico en que se esperaba que hiciera crisis para bien o para mal

una enfermedad aguda, los síntomas críticos aparecerían por breve tiempo

indicando la nueva dirección en el curso de la enfermedad.

C. Análisis existencial de Binswanger.

Representa una síntesis de psicoanálisis, fenomenología y conceptos existencialistas

modificados por nuevas intuiciones originales. Es una reconstrucción del mundo

interior experimental de los pacientes psiquiátricos.

Existen diferencias entre la fenomenología y el análisis existencial:

- El análisis existencial no se limita a investigar los estados de conciencia, sino

que toma en cuenta la estructura de la existencia del individuo.

- La fenomenología insistía sobre la unidad del mundo interior experimental del

paciente. El análisis existencial acentúa la idea de que un individuo pueda vivir

en dos o más mundos, a veces opuestos.

- La fenomenología solo tiene en cuenta los mundos subjetivos inmediatos de

experiencia. El análisis existencial se esfuerza por reconstruir el desarrollo y la

transformación del mundo del individuo.

El modo existencial es la dimensión del ser humano (Dasein) con relación a sus

semejantes (Miltwelt). El yo varía conforme a las varias formas –dual, plural, singular-

y a los modos anónimos.

- modo existencial dual corresponde al concepto de intimidad, existe una variedad de

modos duales por ejemplo las relaciones madre-hijo, hermana-hermana, etc.

- modo plural corresponde al sector de las relaciones formales, de la competencia y

de la lucha.

- modo singular corresponde las relaciones del hombre consigo mismo (incluso su

cuerpo).

- modo anónimo, es el modo de vivir y actuar individualmente dentro de la colectividad

anónima.

Consecuencias terapéuticas:

Por lo que respecta a las consecuencias que puede tener para la psicoterapia el

análisis existencial, hay que distinguir estos puntos:

- La conducta del analista existencial no se diferencia, aparentemente, de la de

cualquier otro psicoterapeuta: simplemente ordena sus observaciones dentro del

cuadro de conceptos analíticos existenciales.

- La fenomenología abre un campo en la psicoterapia.

- La labor de reconstrucción del mundo subjetivo de un paciente es algo más que un

ejercicio académico, ya que los pacientes no son material inerte, reaccionando en uno

u otro sentido ante cualquier intento de abordaje. Este enfoque procura comprenderlos

y entrar en su intimidad, sin que su examen sea puramente científico y

deshumanizado.

ROGERS

Para expresar de una manera mas definitiva la orientación actitudinal que parece ser optima para el consejero centrado en el cliente, podemos decir que el consejero elige actuar coherentemente en base a la hipótesis de que el individuo tiene una capacidad suficiente para manejar en forma constructiva todos los aspectos de su vida que potencialmente pueden ser reconocidos en la conciencia. Esto implica la estructuración de una situacion interpersonal en la que el material puede llegar a la conciencia del cliente, y una demostración significativa de la aceptación, por parte el consejero, del cliente como persona competente para dirigirse a si misma. El consejero actúa en base a esta hipótesis estando siempre alerta para notar tanto las experiencias que contradicen esta hipótesis como las que la sostienen.

Teoría

     La teoría de Rogers es de las clínicas, basada en años de experiencia con pacientes. Rogers comparte esto con Freud, por ejemplo, además de ser una teoría particularmente rica y madura (bien pensada) y lógicamente construida, con una aplicación amplia.     Sin embargo, no tiene nada que ver con Freud en el hecho de que Rogers considera a las personas como básicamente buenas o saludables, o por lo menos no malas ni enfermas. En otras palabras, considera la salud mental como la progresión normal de la vida, y entiende la enfermedad mental, la criminalidad y otros problemas humanos, como distorsiones de la tendencia natural. Además, tampoco tiene que ver con Freud en que la teoría de Rogers es en principio simple.     En este sentido, no es solo simple, sino incluso ¡elegante! En toda su extensión, la teoría de Rogers está construida a partir de una sola “fuerza de vida” que llama la tendencia actualizante. Esto puede definirse como una motivación innata presente en toda forma de vida dirigida a desarrollar sus potenciales hasta el mayor límite posible. No estamos hablando aquí solamente de sobreviviencia: Rogers entendía que todas las criaturas persiguen hacer lo mejor de su existencia, y si fallan en su propósito, no será por falta de deseo.     Rogers resume en esta gran única necesidad o motivo, todos los otros motivos que los demás teóricos mencionan. Nos pregunta, ¿por qué necesitamos agua, comida y aire?; ¿por qué buscamos amor, seguridad y un sentido de la competencia? ¿por qué, de hecho, buscamos descubrir nuevos medicamentos, inventar nuevas fuentes de energía o hacer nuevas obras artísticas?. Rogers responde: porque es propio de nuestra naturaleza como seres vivos hacer lo mejor que podamos.     Es importante en este punto tener en cuenta que a diferencia de cómo Marlow usa el término, Rogers lo aplica a todas las criaturas vivientes. De hecho, algunos de sus ejemplos más tempranos ¡incluyen algas y hongos! Piénsese detenidamente. ¿No nos sorprende ver cómo las enredaderas se buscan la vida para meterse entre las piedras, rompiendo todo a su paso; o cómo sobreviven los animales en el desierto o en el gélido polo norte, o cómo crece la hierba entre las piedras que pisamos?

  También, el autor aplica la idea a los ecosistemas, diciendo que un ecosistema como un bosque, con toda su complejidad, tiene mucho mayor potencial de actualización que otro simple como un campo de maíz. Si un simple bichito se extinguiese en un bosque, surgirán otras criaturas que se adaptarán para intentar llenar el espacio; por otro lado, una epidemia que ataque a la plantación de maíz, nos dejará un campo desierto. Lo mismo es aplicable a nosotros como individuos: si vivimos como deberíamos, nos iremos volviendo cada vez más complejos, como el bosque y por tanto más flexiblemente adaptables a cualquier desastre, sea pequeño o grande.     No obstante, las personas, en el curso de la actualización de sus potenciales, crearon la sociedad y la cultura. En sí mismo esto no parece un problema: somos criaturas sociales; está en nuestra naturaleza. Pero, al crear la cultura, se desarrolló una vida propia. En vez de mantenerse cercana a otros aspectos de nuestras naturalezas, la cultura puede tornarse en una fuerza con derecho propio. Incluso, si a largo plazo, una cultura que interfiere con nuestra actualización muere, de la misma manera moriremos con ella.

     Entendámonos, la cultura y la sociedad no son intrínsecamente malas. Es un poco como los pájaros del paraíso de Papúa en Nueva Guinea. El llamativo y colorido plumaje de los machos aparentemente distrae a los depredadores de las hembras y pequeños. La selección natural ha llevado a estos pájaros a cada vez más y más elaboradas alas y colas, de forma tal que en algunas especies no pueden ni siquiera alzar el vuelo de la tierra. En este sentido y hasta este punto, no parece que ser muy colorido sea tan bueno para el macho, ¿no? De la misma forma, nuestras elaboradas sociedades, nuestras complejas culturas, las increíbles tecnologías; esas que nos han ayudado a prosperar y sobrevivir, puede al mismo tiempo servirnos para hacernos daño e incluso probablemente a destruirnos.

 Rogers nos dice que los organismos saben lo que es bueno para ellos. La evolución nos ha provisto de los sentidos, los gustos, las discriminaciones que necesitamos: cuando tenemos hambre, encontramos comida, no cualquier comida, sino una que nos sepa bien. La comida que sabe mal tiende a ser dañina e insana. Esto es lo que los sabores malos y buenos son: ¡nuestras lecciones evolutivas lo dejan claro! A esto le llamamos valor organísmico.     Rogers agrupa bajo el nombre de visión positiva a cuestiones como el amor, afecto, atención, crianza y demás. Está claro que los bebés necesitan amor y atención. De hecho, muy bien podría morirse sin esto. Ciertamente, fallarían en prosperar; en ser todo lo que podrían ser.     Otra cuestión, quizás exclusivamente humana, que valoramos es la recompensa positivo de uno mismo, lo que incluye la autoestima, la autovalía y una imagen de sí mismo positiva. Es a través de los cuidados positivos de los demás a lo largo de nuestra vida lo que nos permite alcanzar este cuidado personal. Si esto, nos sentimos minúsculos y desamparados y de nuevo no llegamos a ser todo lo que podríamos ser.

De la misma forma que Maslow, Rogers cree que si les dejamos a su libre albedrío, los animales buscarán aquello que es lo mejor para ellos; conseguirán la mejor comida, por ejemplo, y la consumirán en las mejores proporciones posible. Los bebés también parecen querer y gustar aquello que necesitan. Sin embargo, a todo lo largo de nuestra historia, hemos creado un ambiente significativamente distinto de aquel del que partimos. En este nuevo ambiente encontramos cosas tan refinadas como el azúcar, harina, mantequilla, chocolate y demás que nuestros ancestros de Africa nunca conocieron. Esta cosas poseen sabores que parecen gustar a nuestro valor organísmico, aunque no sirven para nuestra actualización. Dentro de millones de años, probablemente logremos que el brócoli nos parezca más apetitoso que el pastel de queso, pero para entonces no lo veremos ni tu ni yo.     Nuestra sociedad también nos reconduce con sus condiciones de valía. A medida que crecemos, nuestros padres, maestros, familiares, la “media” y demás solo nos dan lo que necesitamos cuando demostremos que lo “merecemos”, más que porque lo necesitemos. Podemos beber sólo después de clase; podemos comer un caramelo sólo cuando hayamos terminado nuestro plato de verduras y, lo más importante, nos querrán sólo si nos portamos bién.     El lograr un cuidado positivo sobre “una condición” es lo que Rogers llama recompensa positiva condicionada. Dado que todos nosotros necesitamos de hecho esta recompensa, estos condicionantes son muy poderosos y terminamos siendo sujetos muy determinados no por nuestros valores organísmicos o por nuestra tendencia actualizante, sino por una sociedad que no necesariamente toma en cuenta nuestros intereses reales. Un “buen chico” o una “buena chica” no necesariamente es un chico o una chica feliz.     A medida que pasa el tiempo, este condicionamiento nos conduce a su vez a tener una autovalía positiva condicionada. Empezamos a querernos si cumplimos con los estándares que otros nos aplican, más que si seguimos nuestra actualización de los potenciales individuales. Y dado que estos estándares no fueron creados tomando en consideración las necesidades individuales, resulta cada vez más frecuente el que no podamos complacer esas exigencias y por tanto, no podemos lograr un buen nivel de autoestima.

Incongruencia

     La parte nuestra que encontramos en la tendencia actualizadora, seguida de nuestra valoración organísmica, de las necesidades y recepciones de recompensas positivas para uno mismo, es lo que Rogers llamaría el verdadero yo (self). Es éste el verdadero “tú” que, si todo va bien, vas a alcanzar.     Por otro lado, dado que nuestra sociedad no está sincronizada con la tendencia actualizante y que estamos forzados a vivir bajo condiciones de valía que no pertenecen a la valoración organísmica, y finalmente, que solo recibimos recompensas positivas condicionadas, entonces tenemos que desarrollar un ideal de sí mismo (ideal del yo). En este caso, Rogers se refiere a ideal como algo no real; como algo que está siempre fuera de nuestro alcance; aquello que nunca alcanzaremos.     El espacio comprendido entre el verdadero self y el self ideal; del “yo soy” y el “yo debería ser” se llama incongruencia. A mayor distancia, mayor será la incongruencia. De hecho, la incongruencia es lo que esencialmente Rogers define como neurosis: estar desincronizado con tu propio self. Si todo esto les suena familiar, es porque ¡precisamente es de lo que habla Karen Horney!

Defensas     Cuando te encuentras en una situación donde existe una incongruencia entre tu imagen de ti mismo y tu inmediata experiencia de ti mismo (entre tu Ideal del yo y tu Yo) (a partir de este momento utilizaremos indistintamente los conceptos de Ideal del Self, Ideal del Yo, Yo ideal, etc. Para definir de forma más simple el mismo concepto exclusivamente con fines docentes, aún sabiendo que estos conceptos son etimológicamente distintos según las distintas escuelas psicológicas. N.T.), te encontrarás en una situación amenazante. Por ejemplo, si te han enseñado a que te sientas incómodo cuando no saques “A” en todos tus exámenes, e incluso no eres ese maravilloso estudiante que tus padres quieren que seas, entonces situaciones especiales como los exámenes, traerán a la luz esa incongruencia; los exámenes serán muy amenazantes.     Cuando percibes una situación amenazante, sientes ansiedad. La ansiedad es una señal que indica que existe un peligro potencial que debes evitar. Una forma de evitar la situación es, por supuesto, poner “pies en polvorosa” y refugiarte en las montañas. Dado que esta no debería ser una opción muy frecuente en la vida, en vez de correr físicamente, huimos psicológicamente, usando las defensas.     La idea rogeriana de la defensa es muy similar a la descrita por Freud, exceptuando que Rogers la engloba en un punto de vista perceptivo, de manera que incluso los recuerdos y los impulsos son formas de percepción. Afortunadamente para nosotros, Rogers define solo dos defensas: negación y distorsión perceptiva.

• La negación significa algo muy parecido a lo que significa en la teoría freudiana: bloqueas por completo la situación amenazante. Un ejemplo sería el de aquel que nunca se presenta a un exámen, o que no pregunta nunca las calificaciones, de manera que no tenga que enfrentarse a las notas finales (al menos durante un tiempo). La negación de Rogers incluye también lo que Freud llamó represión: si mantenemos fuera de nuestra consciencia un recuerdo o impulso (nos negamos a recibirlo), seremos capaces de evitar la situación amenazante (otra vez, al menos por el momento).

•      La distorsión perceptiva es una manera de reinterpretar la situación de manera que sea menos amenazante. Es muy parecida a la racionalización de Freud. Un estudiante que está amenazado por las calificaciones y los exámenes puede, por ejemplo, culpar al profesor de que enseña muy mal, o es un “borde”, o de lo que sea. (Aquí también intervendría la proyección como defensa – según Freud- siempre y cuando el estudiante no se crea además capaz de superar exámenes por inseguridad personal. N.T.) El hecho de que en efecto existan malos profesores, hace que la distorsión sea más efectiva y nos pone en un aprieto para poder convencer a este estudiante de que los problemas son suyos, no del profesor. También podría darse una distorsión mucho más perceptiva como cuando uno “ve” la calificación mejor de lo que realmente es.

La persona Funcional al completo

     Como Maslow, Rogers solo se interesa por describir a la persona sana. Su término es funcionamiento completo y comprende las siguientes cualidades:

o Apertura a la experiencia. Esto sería lo opuesto a la defensividad. Es la percepción precisa de las experiencia propias en el mundo, incluyendo los propios sentimientos. También comprende la capacidad de aceptar la realidad, otra vez incluyendo los propios sentimientos. Los sentimientos son una parte importante de la apertura puesto que conllevan a la valoración organísmica. Si no puedes abrirte a tus propios sentimientos, no podrás abrirte a la actualización. La parte difícil es, por supuesto, distinguir los sentimientos reales de aquellos derivados de la ansiedad subsecuente a cuestione sde valía personal.

• Vivencia existencial. Esto correspondería a vivir en el aquí y ahora. Rogers, siguiendo su tendencia a mantenerse en contacto con la realidad, insiste en que no vivimos en el pasado ni en el futuro; el primero se ha ido y el último ni siquiera existe. Sin embargo, esto no significa que no debamos aprender de nuestro pasado, ni que no debamos planificar o ni siquiera soñar despiertos con el futuro. Simplemente, debemos reconocer estas cosas por lo que son: memorias y sueños, los cuales estamos experimentando ahora, en el presente.

• Confianza organísmica. Debemos permitirnos el dejarnos guiar por los procesos de evaluación o valoración organísmica. Debemos confiar en nosotros, hacer aquello que creemos que está bien; aquello que surge de forma natural. Esto, como imagino que podrán observar, se ha convertido en uno de los puntos espinosos de la teoría rogeriana. La gente diría: “sí, no hay problema, haz lo que te surja”; o sea, si eres un sádico, haz daño a los demás; si eres un masoquista, hazte daño; si las drogas o el alcohol te hacen feliz, ve a por ello; si estás deprimido, suicídate...Desde luego esto no nos suena a buenos consejos. De hecho, mucho de los excesos de los sesenta y setenta fueron debidos a esta actitud. Pero a lo que Rogers se refiere es a la confianza en el propio yo; en el sí mismo real y la única manera que tienes para conocer lo que es verdaderamente tu self es ¡abriéndote a la experiencia y viviendo de forma existencialista! En otras palabras, la confianza organísmica asume que está en contacto con la tendencia actualizante.

• Libertad experiencial. Rogers pensaba que era irrelevante que las personas tuvieran o no libre albedrío. Nos comportamos como si lo tuviéramos. Esto no quiere decir, por supuesto, que somos libres para hacer lo que nos dé la gana: estamos rodeados de un universo determinista, de manera que aunque bata las alas tanto como pueda, no volaré como Superman. Realmente lo que significa es que nos sentimos libres cuando se nos brindan las oportunidades. Rogers dice que la persona que funciona al cien por cien reconoce ese sentimiento de libertad y asume las responsabilidades de sus oportunidades.

• Creatividad. Si te sientes libre y responsable, actuarás acorde con esto y participarás en el mundo. Una persona completamente funcional, en contacto con la actualización se sentirá obligada por naturaleza a contribuir a la actualización de otros. Esto se puede hacer a través de la creatividad en las artes o en las ciencias, a través de la preocupación social o el amor paternal, o simplemente haciendo lo mejor posible el trabajo propio. La creatividad de Rogers es muy parecida a la generatividad de Erikson.

Terapia     Carl Rogers es mejor conocido por sus contribuciones en el área terapéutica. Su terapia ha cambiado en un par de ocasiones de nombre a lo largo de su evolución: al principio la llamó no-directiva, ya que él creía que el terapeuta no debía guiar la paciente, pero sí estar ahí mientras el mismo llevaba el curso de su proceso terapéutico. A medida que maduró en experiencia, Carl se dio cuenta que mientras más “no-directivo” era, más influía a sus pacientes precisamente a

través de esa postura. En  otras palabras, los pacientes buscaban una guía en el terapeuta y lo encontraban aunque éste intentara no guiarles. De manera que cambió el nombre a centrada en el paciente (también llamada terapia centrada en el cliente. N.T.). Rogers seguía creyendo que el paciente era el que debía decir lo que estaba mal, hallar formas de mejorar y de determinar la conclusión de la terapia (aunque su terapia era “centrada en el paciente”, reconocía el impacto del terapeuta sobre el paciente). Este nombre, desafortunadamente, supuso una cachetada en la cara para otros terapeutas: ¿es que no eran la mayoría de las terapias “centradas en el paciente”?     Actualmente, a pesar de que los términos “no-directiva” y “centrada en el paciente” se mantienen, la mayoría de las personas simplemente le llaman terapia rogeriana. Una de las frases que Rogers utiliza para definir su terapia es “de apoyo, no reconstructiva” y se  apoya en la analogía de aprender a montar en bicicleta para explicarlo: cuando ayudas a un niño a aprender a montar en bici, simplemente no puedes decirle cómo, debe traralo por sí mismo. Y tampoco puedes estarle sujetando para siempre. Llega un punto donde sencillamente le dejas de sostener. Si se cae, se cae, pero si le agarras siempre, nunca aprenderá.

Es lo mismo en la terapia. Si la independencia (autonomía, libertad con responsabilidad) es lo que quieres que un paciente logre, no lo logrará si se mantiene dependiente de ti como terapeuta. Los pacientes deben experimentar sus introspecciones por sí mismos, en la vida cotidiana, fuera de la consulta de su terapeuta. Un abordaje autoritario en la terapia parece resultar fabuloso en la primera parte de la terapia, pero al final solo crea una persona dependiente.     Existe solo una técnica por la que los rogerianos son conocidos: el reflejo. El reflejo es la imagen de la comunicación emocional: si el paciente dice “¡me siento como una mierda!”, el terapeuta puede reflejar esto de vuelta diciéndole algo como “Ya. La vida le trata mal, ¿no?” Al hacer esto, el terapeuta le está comunicando al paciente que de hecho está escuchando y se está preocupando lo suficiente como para comprenderle.     También el terapeuta está permitiendo que el paciente se de cuenta de lo que él mismo está comunicando. Usualmente, las personas que sufren dicen cosas que no quieren decir por el hecho de que el sacarlas hacen sentir mejor. Por ejemplo, una vez una mujer entró en mi consulta y dijo “¡Odio a los hombres!” Le reflejé diciéndole: “¿Odia a todos los hombres?” Ella contestó: “Bueno, quizás no a todos” Ella no odiaba a su padre, ni a su hermano y por continuidad, ni a mí. Incluso con esos hombres a los que “odiaba”, se dio cuenta luego que en la gran mayoría de ellos no sentía hasta el punto de lo que la palabra “odio” implica. De hecho, mucho más adelante se percató de que lo que sentía era desconfianza hacia los hombres y de que tenía miedo de que le trataran como lo hizo un hombre en particular.

Para ser un terapeuta especial, para ser efectivo, un terapeuta debe tener tres cualidades especiales:

• Congruencia. Ser genuino; ser honesto con el paciente. • Empatía. La habilidad de sentir lo que siente el paciente. • Respeto. Aceptación, preocupación positiva incondicional hacia el paciente.

     Rogers dice que estas cualidades son “necesarias y suficientes”: si el terapeuta muestra estas tres cualidades, el paciente mejorará, incluso si no se usan “técnicas especiales”. Si el terapeuta no muestra estas tres cualidades, la mejoría será mínima, sin importar la cantidad de técnicas que se utilicen. Ahora bien, ¡esto es mucho pedir a un terapeuta! Simplemente son humanos, y con frecuencia bastante más “humanos” que otros. Es como ser más humanos dentro de la consulta que lo que normalmente somos. Estas características deben dejarse ver en la relación terapéutica.

La Psicoterapia centrada en el cliente es el nombre de una psicoterapia enmarcada en la Psicología humanista . "Cliente" pretende enfatizar un matiz semántico distinto a "paciente", ya que un cliente permanece con la responsabilidad y libertad sobre el proceso terapéutico como un agente activo, en contraposición de "paciente", como indica éste termino en su sentido literal ("ser paciente con el problema").

Con frecuencia se habla de "enfoque centrado en el cliente". Enfoque es un término más general con más matices filosóficos, que permiten enmarcar con éste una consecuente psicoterapia y comprensión sobre los intercambios interpersonales acaecidos durante el proceso psicoterapúetico.

Psicoterapia centrada en el cliente es también el nombre de un libro escrito por el psicólogo norteamericano Carl Rogers, considerado fundamental dentro de la escuela humanista de psicoterapia.

Fundamentos

La psicoterapia centrada en el cliente es una teoría psicológica aplicada en el trabajo terapéutico con personas en busca de ayuda psicológica. Ha sido creada por el psicológo norteamericano y profesor de psicología Carl Rogers (1902 - 1987). Como se decía, implica un "enfoque" que enmarca el proceso psicoterapéutico, más allá de ser una mera "técnica". Por ejemplo, según aseguraba el propio autor en el citado libro, el proceso psicoterapéutico fallaría si fuera aplicado como una técnica, ya toda acción terapéutica surge de unas determinadas actitudes reales por parte del psicoterapeuta (de ahí denominarlo "enfoque").

Como técnica psicoterapeútica es uno de los métodos más investigados a nivel científico desde entonces y ha dado sus pruebas de eficacia. Las investigaciones científicas y universitarias en muchas partes del mundo permitieron también el desarrollo sistemático de esta orientación psicoterapeutica.

La psicoterapia centrada en el cliente suele ser la base de la formación profesional de los counselors. También forma parte de la formación curricular básica de los psicólogos, ya que es una forma de psicoterapia, permite establecer una relación psicoterapéutica y enmarca conceptos fundamentales como el sí-mismo.

Cliente en oposición a paciente

Para muchos el uso del término cliente puede resultar chocante y contrario al espíritu de la psicología humanista. El motivo de abandonar el término paciente viene dado por la connotación del vocablo, relacionado con la patología, lo cual implica una relación asimétrica en donde el enfermo busca la ayuda de un superior, el terapeuta o sanador. La contrapropuesta es que no existe tal cosa como la enfermedad mental, sino formas disfuncionales de vivir.

El solicitante de un servicio o proceso psicoterapéutico toma así el término cliente, ya que es una persona activa en la solución de su problema y, como parte de esa búsqueda activa, ha decidido iniciar este proceso psicoterapéutico. Dentro de la relación terapéutica, cliente y psicoterapeuta tienen por tanto el mismo "estatus", de modo que el cliente es totalmente libre para dirigir por medio de la psicoterapia su propio camino de desarrollo personal.

El proceso terapéutico

Según Rogers, el cliente es el que lleva el peso de la terapia (auto-directividad) y no el terapeuta. Sin embargo, el terapeuta tiene que ofrecer al cliente una relación que se define por tres condiciones necesarias y suficientes para lograr el éxito de la misma. Las tres primeras

características o condiciones son Empatía, Aceptación positiva incondicional y Autenticidad o Congruencia.[1] Todo el proceso de la psicoterapia puede traducirse como la actitud del psicoterapeuta en una profunda creencia de respeto y aceptación del cliente y de sus propias capacidades para el cambio: de este modo, todo lo que se hace en la psicoterapia (si entendemos esta como una escuela o enfoque, de la que surgen técnicas o estrategias) es la instrumentalización de esa actitud. Desde el uso del silencio a la empatía, vienen a trasmitir este mensaje implícito.

Estas tres condiciones relacionales mencionadas son llamadas actitudes de base:

1. La aceptación y consideración incondicionalmente positiva de la persona en búsqueda de ayuda. Se acepta sin condición alguna la manera en que ella está dispuesta a revelarse y demostrarse en la relación frente al terapeuta.

2. La empatía centrada en la persona sufriente. Es la capacidad del terapeuta de entrar en el mundo del cliente y de comprender con exactitud sus vivencias como si el terapeuta fuese el otro. Esta comprensión empática facilita la concientización, favorece el acompañamiento terapéutico y promueve el desarrollo personal.

3. La autenticidad del terapeuta permite a menudo un diálogo sincero y constructivo directo entre el terapeuta y el cliente. El terapeuta sigue siendo un experto, pero él se comunica también como ser humano al servicio del cliente sufriente.

La relación centrada en el cliente se define además por un mínimo de contacto establecido entre el cliente y el terapeuta (4), el cliente debe estar en un estado de incongruencia (5) y por último, el cliente debe, de una manera u otra, darse cuenta de la presencia del terapeuta y de la relación ofrecida (lo que, a veces, no ocurre, por ejemplo en caso de una psicosis aguda).

Una relación definida por las actitudes de base genera una multitud de interacciones terapéuticas cada vez más adaptadas a la relación con el cliente, a su persona y situación particular, favoreciendo la capacidad natural e inherente en cada persona de poder desarrollarse de manera constructiva (tendencia natural de cada persona a su auto-actualización, es decir a desarrollarse y madurar).

Filosofía y ética

En un sentido filosófico, los terapeutas centrados en la persona consideran el ser humano como una persona que, durante su vida entera, vive en una interdependencia entre sus necesidades de autonomía y sus necesidades de estar relacionado con los demás y con la sociedad. Las dos necesidades son existenciales. Uno de los objetivos de la terapia centrada en la persona es ayudar al paciente a encontrar su equilibrio en esta interdependencia y de desarrollar en ella su pleno funcionamiento social y psíquico ("fully functioning person").

Así, incluso en su propia "Psicoterapia centrada en el cliente" hace constantes referencias a la psicología Gestalt, o a la gestalt de la personalidad del cliente (el sí-mismo). En la psicología gestalt se analiza profundamente la interacción persona-sociedad, de modo que las personas vivimos inmersas en la "experiencia"; esta es el constante flujo experiencial donde todos los seres humanos interaccionamos. Desde la psicología Gestalt, el problema de la disfuncionalidad o psicopatología se entiende como una falta de ajuste: la solución consiste en buscar un "ajuste creativo" al problema, que permita una funcionalidad de la persona en ese medio. Es decir, en cierto modo supone una despatologización más bien próxima al humanismo.

Psicología y desarrollo

El ser humano nace con un conocimiento intuitivo (inmediato) de sus necesidades organísmicas. A medida que se desarrolla, va empezando a construir un esquema de sí mismo con base a ese

conocimiento. En los avatares de sus relaciones con el mundo y los otros, puede recibir dos clases generales de retroalimentación: consideración positiva incondicional y consideración positiva condicional. En tanto recibe ésta última, el sujeto, quien tiene necesidad de aceptación, aprende a rechazar partes de su sí mismo que los demás desaprueban, con lo cual pierde parte de su proceso de satisfacción de esas necesidades que ya no reconoce de sí. La tesis central e hipótesis de trabajo terapéutico, es que al dar consideración positiva incondicional, entre otras "condiciones suficientes para el cambio terapéutico", el cliente podrá recuperar su funcionamiento organísmico óptimo.

Constantemente, Rogers en su obra "Psicoterapia Centrada en el Cliente", enfatiza que las emociones, en muchos casos disfuncionales, se manifiestan visceral o fisiológicamente, pero que estas expresiones emocionales no han sido representadas (o simbolizadas según sus propias palabras) adecuadamente en la consciencia, ya que su representación podría suponer un peligro para la propia percepción que se tiene de sí (sí-mismo) y peligrar con ello la propia autoestima. A través de esta psicoterapia el cliente toma conciencia de tal expresión fisiológica y puede representarla e integrarla en el conjunto de sus percepciones sobre sí mismo y el mundo.

El proceso de convertirse en persona

Rogers describe el proceso que viven las personas que ingresan a terapia y describe siete etapas.

1. Fijeza: es el estado que comúnmente es descrito como neurótico.2. Vivir la experiencia de ser plenamente aceptado: al inicio de la relación terapéutica,

el primer cambio que vive la persona es entrar en un ambiente que no le condiciona, lo que convierte en innecesarios los patrones de comportamiento que ha desarrollado para enfrentar al mundo hostil y condicionante en que se desenvuelve cotidianamente.

3. Desarrollo y flujo de la expresión simbólica: la persona en proceso comienza a desarrollar una expresión verbal más allá de los lugares comunes y que le permita expresarse con más propiedad conforme a su vivencia.

4. Flexibilización de los constructos y flujo de los sentimientos: se comienzan a cuestionar los valores y creencias que han llevado a la persona a un estado de permanente insatisfacción, y se permite ver las cosas de forma distinta. Además, en esta etapa se advierte una mayor libertad para expresar los sentimientos.

5. Flujo organísmico: la estructura personal del cliente manifiesta una mayor relajación, los sentimientos son expresados con mayor libertad, las creencias son libremente cuestionadas y hay una necesidad por explorar nuevas formas de comportamiento.

6. Inicio de la experienciación plena: es la fase de la terapia en que las personas llegan al "punto de no retorno", donde es posible que abandonen el proceso terapéutico y no experimenten retrocesos dado que toman conciencia de que son ellas las responsables de su viviencia y experiencia.

7. Fluidez: es la descripción de una persona que funciona plenamente.

PSICOTERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTECarl Rogers

CAPITULO II: LA ACTITUD Y LA ORIENTACIÓN DEL CONSEJERO

En toda psicoterapia, el terapeuta es una parte importante de la ecuación humana. Lo que hace, la actitud que asume, su rol, todo esto influye en la terapia en un alto grado.

- Una consideración general El consejero que opera en este tipo de terapias asume un conjunto coherente y cambiante de actitudes profundamente asimiladas en su organización personal, un sistema de actitudes que instrumentaliza mediante técnicas y métodos coherentes. En esta terapia, el consejero que trata de emplear un “método” esta destinado a fracasar, a menos que este método concuerde genuinamente con sus propias actitudes.

- La orientación filosófica del consejero La filosofía operacional básica del individuo determina, en una medida considerable, el tiempo que le demandara convertirse en un consejero hábil, pero esta filosofía no es fija e inmutable, sino una organización fluida en evolución. La persona cuya orientación filosófica avanza en dirección a un mayor respeto por el individuo encuentra en el enfoque centrado en el cliente un desafío y una mediatización de sus opiniones. Este es un punto de vista sobre las relaciones humanas que tiende a llevarlo filosóficamente mas allá de donde hasta entonces se ha aventurado. Mediante las técnicas centradas en el cliente, una persona puede instrumentalizar su respeto hacia los otros solamente en la medida en que ese respeto es una parte integrante de la estructura de su personalidad; en consecuencia, una persona cuya filosofía operacional ya tiende a un profundo respeto por la significación y merito de cada individuo es capaz de asimilar mas rápidamente las técnicas centradas en el cliente que le ayuden a expresar ese sentimiento.

(Nota de página: ¿Qué es lo que permite al terapeuta tener un profundo respeto y aceptación del otro? La persona que tiene un respeto básico por el merito y significación de si mismo es la que adoptaría esta filosofía. No podemos aceptar a otros a menos que nos hayamos aceptado a nosotros mismos.)

- La hipótesis del terapeuta

La orientación actitudinal que parece ser optima para el consejero centrado en el cliente, es que, el consejero elige actuar coherentemente en base a la hipótesis de que el individuo tiene una capacidad suficiente para manejar en forma constructiva todos los aspectos de su vida que potencialmente pueden ser reconocidos en la conciencia. Esto implica la estructuración de una situación interpersonal en la que el material puede llegar a la conciencia del cliente, y una demostración significativa de la aceptación, por parte del consejero, del cliente como persona competente para dirigirse a si misma. El consejero actúa en base a esta hipótesis estando siempre alerta para notar tanto las experiencias (clínicas o de investigación) que contradicen esta hipótesis como las que la sostienen.

- La instrumentalización especifica de la actitud del consejero

¿Cómo se instrumentaliza esto en la situación terapéutica? A medida que el consejero encuentra modos nuevos y mas sutiles de instrumentalizar su hipótesis centrada en el cliente, nuevos significados se vierten en ella a través de la experiencia, y se percibe que es más profunda de lo que se había supuesto. Se reemplaza el termino “técnica” por “instrumentalización”, debido a que el consejero siempre instrumentaliza, sea cc o icc, las actitudes que tiene hacia el cliente. Estas actitudes pueden inferirse y se las puede descubrir a partir del material de la entrevista. Una de las contribuciones generales más significativas de este enfoque es su insistencia en investigar la instrumentalización detallada del punto de vista del consejero en la entrevista misma. “¿estoy haciendo realmente lo que creo estar haciendo? ¿Estoy llevando a cabo los propósitos que enuncio?” Estas son preguntas que un consejero debe hacerse constantemente. Así, el estudio profundo de mi conducta agudiza, altera y modifica la actitud y la hipótesis con las cuales me incluyo en la próxima entrevista. Una buena revisión de la instrumentalización de una hipótesis es una experiencia continua y reciproca.

- Algunas descripciones del papel del consejero

En primer lugar, algunos consejeros han supuesto que su papel al llevar a cabo el consejo no directivo era meramente el de ser pasivos y adoptar una política laissez- faire. Pero, esta concepción es errónea, ha llevado a considerables fracasos. Las razones son: la pasividad y aparente falta de interés o de compromiso es experimentada por el cliente como un rechazo, dado que la indiferencia de ninguna manera puede ser igual que la aceptación. Segundo, una actitud de laissez- faire no indica en absoluto que el cliente que se lo considera como una persona de merito. Luego, un consejero que desempeña un papel meramente pasivo, de oyente, no son de gran ayuda. Otra concepción del papel del consejero es que su tarea consiste en clarificar y objetivar los sentimientos del cliente. El autor anunciaba en 1940: “A medida que el cliente proporciona el material, es función del terapeuta ayudarle a reconocer y clarificar las emociones que experimenta” es un concepto útil, que describe parcialmente lo que ocurre. Pero si se lo toma literalmente, es demasiado intelectualista, y puede centralizar el proceso en el consejero. La función del consejero seria la de asumir, en la medida de lo posible, el marco de referencia interno del cliente para percibir el mundo tal como éste lo ve, para percibir al cliente tal como él mismo se ve, dejar de lado todas las percepciones según un marco de referencia externo, y comunicar algo de esta comprensión empática al cliente. La experiencia con el cliente, las vivencias de sus actitudes, no se debe dar en términos de identificación emocional por parte del consejero, sino más bien de una identificación empática, por la que el consejero percibe los odios, las esperanzas y temores del cliente, pero sin que él mismo como consejero experimente esos odios, esperanzas y temores. Hemos llegado a reconocer que si podemos proporcionar al cliente la comprensión de la manera como se ve a si mismo en este momento, él mismo puede hacer el resto. El terapeuta debe dejar de lado su preocupación por el diagnostico y debe concentrarse solamente en un propósito: el de proporcionar una profunda comprensión y aceptación de las actitudes asumidas conscientemente por el cliente en ese momento, a medida que explora paso a paso las peligrosas áreas de la conciencia que ha estado rechazando. Este

tipo de relación solo se puede dar si el consejero es profunda y genuinamente capaz de adoptar estas actitudes. Este sensible y sincero “centrarse en el cliente” en la relación terapéutica es la tercera característica de la terapia no-directiva que se establece separada definitivamente de otros enfoques. El terapeuta esta pensando, sintiendo y explorando con el cliente.

- La dificultad de percibir a través de los ojos del cliente

Este intento de alcanzar el marco de referencia interno del cliente, de ganar el centro de su propio campo perceptual y ver con él como perceptor es análogo a algunos de los fenómenos guestalticos. El consejero, tal como en el caso de la percepción visual la figura ocasionalmente cambia, también éste puede encontrarse fuera del marco de referencia del cliente y observarlo como un perceptor externo.

La finalidad del consejero es percibir tan sensible y agudamente como sea posible la totalidad del campo perceptual tal como lo experimenta el cliente, con las mismas relaciones de la figura- fondo. Habiendo percibido este marco de referencia interno del otro tan completamente como es posible, indicarle lo que esta viendo por sus ojos.

- El papel del consejero como instrumentalización de una hipótesis

El consejero dirigiendo toda su atención y esfuerzo a comprender y percibir tal como el cliente percibe y comprende es una demostración operacional de la creencia que tengo en el merito y la dignidad de este cliente individual. Esto demuestra entonces que, el valor mas importante que sostiene el consejero es el cliente mismo. Permite que el resultado repose sobre esta profunda comprensión. Cuando un cliente gravemente perturbado lucha con su incapacidad absoluta para hacer cualquier eleccion, la expresión mas significativa de la confianza basica en las tendencias progresivas del organismo humano es el hecho de que el consejero comprende profundamente sus sentimientos desesperados, pero no intento asumir su responsabilidad. Para muchos terapeutas que trabajan con una orientación centrada en el cliente, el sincero proposito de introducirse “dentro” de sus actitudes, de entrar en su marco de referencia interno, es la instrumentalización mas completa que hasta ahora se haya expuesto de la hipótesis central de respeto y confianza en la capacidad de la persona.

- Una concepción del papel del terapeuta

La psicoterapia se refiere primariamente a la organización y al funcionamiento del yo.

Hay muchos elementos de la experiencia que el yo no puede enfrentar, no puede percibir claramente, porque enfrentarlos o admitirlos no seria coherente con la organización del yo, y la amenazaría. En la terapia centrada en el cliente este encuentra en el consejero otro yo genuino en un sentido técnico y operacional, un yo que temporariamente se ha desprovisto (en la medida de lo posible) de su propia yoidad,

excepto en lo que se refiere a la cualidad de intentar comprender. En la experiencia terapéutica, ver las propias actitudes, confusiones, ambivalencias, sentimientos y percepciones exactamente expresados por otro, pero desprovisto de sus complicaciones emocionales, es verse a si mismo objetivamente, y prepara el camino para aceptar en el yo todos estos elementos que ahora se perciben mas claramente. Así se logra la reorganización del yo y su funcionamiento mas integrado. Es decir, en la calidez emocional de la relación con el terapeuta, el cliente comienza a experimentar un sentimiento de seguridad a medida que encuentra que, cualquiera sea la actitud que exprese, se la comprende casi de la misma manera como él la percibe, y se la acepta. Ejemplo: es capaz de explorar un vago sentimiento de culpabilidad que ha experimentado. En esta relación segura puede percibir por primera vez el significado y el propósito hostiles de ciertos aspectos de su conducta, y puede comprender porque se ha sentido culpable con respecto a ellos, y porque ha sido necesario negar a la cc el significado de esta conducta. Esto a su vez, es promotor de ansiedades, es la prueba de que en si mismo hay incoherencias perturbadoras de que no es lo que cree ser. Pero a medida que expresa sus nuevas percepciones y ansiedades encuentra que este otro yo aceptador, el terapeuta, percibe también estas experiencias, pero con una nueva cualidad. El terapeuta percibe el yo del cliente tal como éste lo conoce y lo acepta, percibe los aspectos contradictorios que han sido negados a la conciencia y los acepta también como parte del cliente, y ambas aceptaciones incluyen la misma calidez y respeto. Es así como el cliente, experimentando en otro una aceptación de ambos aspectos suyos, puede asumir la misma actitud hacia si mismo. Encuentra que él también puede aceptarse, aun con las adiciones y alteraciones que requieren estas nuevas autopercepciones hostiles. Puede experimentarse como una persona que tiene tanto sentimientos hostiles como de otros tipos, sin sentir culpa. Puede hacerlo, según esta teoría, porque otra persona pudo adoptar su marco de referencia interna, percibir con él y percibirlo con aceptación y respeto

El problema de cómo prevenir que las inadaptaciones propias del terapeuta, sus problemas emocionales y sus puntos ciegos interfieran con el proceso terapéutico del cliente. En la terapia centrada en el cliente este problema ha sido minimizado por la naturaleza misma de la función del terapeuta. Las actitudes desviadas o no realistas se hacen más evidentes con mayor probabilidad cuando se hacen evaluaciones. Pero cuando la pregunta central del consejero es: “¿Cómo ve esto el cliente?” no “¿Cómo interpreto este material?”, y cuando continuamente esta verificando su propia interpretación de la percepción de aquel, formulando enunciados probables de la misma, es menos factible que se introduzca la distorsión basada en los conflictos del consejero, y hay mas posibilidades de que, si se introduce, el cliente la corrija.

- La lucha básica del consejero Solo en la medida en que el terapeuta desee completamente q se elija cualquier resultado, cualquier dirección, solo entonces comprenderá la fuerza vital de la capacidad y potencialidad del individuo para la acción constructiva.

- ¿Cuales son las características de la relación ideal entre terapeuta- cliente?

Lo mas característico:

El terapeuta es capaz de participar completamente en la comunicación del cliente.

Muy característico: - Los comentarios del terapeuta están siempre de conformidad con lo que el

cliente trata de transmitir.- El terapeuta ve al cliente como un colaborador en un problema común. - El terapeuta trata al cliente como un igual. - El terapeuta es capaz de comprender los sentimientos del cliente. - El terapeuta realmente trata de comprender los sentimientos del cliente. - El terapeuta sigue siempre la línea de pensamiento del cliente. - El tono de voz del terapeuta transmite la plena capacidad de compartir los

sentimientos del cliente.

Se pone de manifiesto en todos estos ítems, la importancia de la empatia y de la plena comprensión por parte del terapeuta. También, indican el respeto que el terapeuta tiene por el cliente.

En el polo extremadamente negativo: - El terapeuta no muestra comprensión de los sentimientos que el cliente trata de

comunicar.

Hipótesis básica: la capacidad del individuo para el manejo auto-dirigido y constructivo de los problemas que entrañan las situaciones vitales. Pero esta hipótesis todavía no ha sido corroborada en el campo de la terapia.

CAPITULO IV: EL PROCESO TERAPÉUTICO

Toda orientación terapéutica ayuda a los seres humanos, los hace sentir mas cómodos consigo mismo, su conducta cambia. Pero, ¿Qué es lo que pasa realmente en la terapia exitosa? ¿Cuáles son los procesos psicológicos por los cuales se produce el cambio?

En términos generales, la terapia es un proceso de aprendizaje. El cliente aprende nuevos aspectos de si mismo, nuevas maneras de relacionarse con los otros, nuevos modos de conducirse.

En el material que sigue están agrupados algunos de los cambios que sabemos que son partes características de este proceso de aprendizaje terapéutico, aspectos de lo que se considera el movimiento del cliente en la terapia.

El cambio característico o movimiento en la terapia

- En el tipo de material presentado En el cambio en el tipo de contenido verbal que presenta el cliente se observo que el individuo primero tendia a hablar acerca de sus problemas y síntomas durante la mayor parte del tiempo, este tipo de conversación es reemplazado, a medida que progresa la

terapia, por enunciados que muestran alguna comprensión de las relaciones entre su conducta pasada y presente, y entre conductas habituales.

Clínicamente, se puede observar que hay un movimiento desde los síntomas hacia el si mismo. La exploración del cliente gira primero alrededor de los diferentes aspectos del problema pero gradualmente, el interés se desplaza cada vez mas hacia el si mismo. No solo hay un movimiento desde los síntomas, sino también desde el ambiente y los otros hacia el si mismo. Es decir, el cliente maneja verbalmente su situación, dedicando una parte considerable de su tiempo a la consideración tanto de los elementos impersonales como de los suyos propios. Otra tendencia es a pasar del material que siempre estuvo a disposición de la conciencia a aquel que antes de la terapia no había estado disponible a la consideración consciente. También reemplaza el pasado por el presente.

- Cambio en la percepción y en la actitud hacia el si mismo (self) El concepto de si mismo, o la estructura del si mismo puede considerarse como una configuración organizada de percepciones del si mismo, admisible para la conciencia. Esta integrado por elementos tales como las percepciones de las propias características y capacidades; los preceptos y conceptos de si mismo en relación con los demás y el ambiente, las cualidades valiosas que se perciben y se asocian con experiencias y con objetos, y los objetivos e ideales que se perciben con valencias positivas o negativas.

Entonces: ¿Qué cambios suceden en el si mismo durante el curso de una serie de entrevistas terapéuticas? Los elementos esenciales parecen indicar que los cambios en el individuo se producen según 3 modos generales: se percibe a si mismo como una persona mas apta, con mas meritos y mas posibilidades de enfrentar la vida, permite que mas datos experienciales penetren en su conciencia y así alcanza una apreciación mas realista de si mismo, de sus relaciones y de su ambiente, tiende a ubicar la fundamentacion de sus normas dentro de si, viendo que la bondad o la maldad de cualquier experiencia o de cualquier objeto perceptual no es algo inherente al mismo, sino que es un valor que él le impone.

La correlación entre el si mismo y el ideal es inicialmente baja pero aumenta como resultado de la terapia, a causa de los cambios que se producen tanto en el si mismo como en el ideal, en una dirección convergente.