Test de mesa basculante: ¿es imprescindible para el tratamiento adecuado del síncope vasovagal?...

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374 INTRODUCCIÓN La selección del tratamiento para pacientes con sín- cope vasovagal tropieza con una serie de problemas relacionados, especialmente, con las lagunas de cono- cimiento que existen sobre varios aspectos de esta fre- cuente forma de síncope. En efecto, ni los datos epide- miológicos ni los pormenores de la historia natural son bien conocidos. Así mismo, no existe una prueba o conjunto de ellas que proporcionen el «patrón oro» para el diagnóstico y para establecer la sensibilidad y especificidad de otras pruebas diagnósticas. Por últi- mo, hasta la fecha no se han realizado estudios am- plios, aleatorizados, controlados, frente a placebo o de supresión de tratamiento que avalen un tratamiento determinado. Test de mesa basculante: ¿es imprescindible para el tratamiento adecuado del síncope vasovagal? Argumentos en contra Ricardo Ruiz Granell, Roberto García Civera, Salvador Morell Cabedo, Segismundo Botella Solana y Vicente López Merino Servicio de Cardiología. Hospital Clínico Universitario. Valencia. Correspondencia: Dr. R. Ruiz Granell. Avda. Blasco Ibáñez, 2, B16. 46010 Valencia. Desde la sistematización inicial realizada por Le- wis en 1932 se ha avanzado enormemente en el co- nocimiento del síncope vasovagal. No obstante, aún persisten lagunas críticas en el conocimiento de este síndrome que afectan, fundamentalmente, al enfoque terapéutico de los pacientes. Así, no exis- ten datos suficientes que permitan conocer la his- toria natural del proceso y, por tanto, se descono- cen los marcadores útiles para identificar a los pacientes que puedan precisar un tratamiento es- pecífico o que podrían beneficiarse de él. No existe tampoco una prueba diagnóstica con una relación sensibilidad/especificidad suficiente como para po- der disponer de un «patrón oro» en el diagnóstico del síncope vasovagal. Aunque las pruebas de bas- culación pueden suponer una valiosa ayuda para el diagnóstico su sensibilidad es, actualmente, desco- nocida. Los datos disponibles sobre la reproducibi- lidad de las pruebas de basculación son escasos y, a veces, contradictorios, especialmente en lo re- ferente a las pruebas con resultado positivo. La es- casa reproducibilidad de los resultados positivos encontrada en varios estudios lastraría enor- memente, de confirmarse, la utilidad de las prue- bas de basculación seriadas para la selección del tratamiento. No existen evidencias publicadas has- ta el momento de la existencia de un tratamiento efectivo del síncope vasovagal ni de la superioridad de un enfoque determinado en la selección de éste. Por tanto, no se ha demostrado que la selección de tratamiento mediante el uso de las pruebas de bas- culación sea una alternativa superior a cualquier otra. HEAD-UP TILT TEST: IS IT ESSENTIAL FOR AN APPROPRIATE TREATMENT OF VASOVAGAL SYNCOPE? ARGUMENTS AGAINST The knowledge about vasovagal syncope has hu- gely grown since its initial description by Lewis in 1932. Nevertheless some critical gaps remain, af- fecting specially to the patient management. There are not enough data about the natural history of the process and, because of that, no useful markers are known to identify patients who need or would benefit from a specific treatment. A diagnostic test with a sensibility/specificity relationship good e- nough to be a diagnostic gold standard is lacking. Although tilt-table test can be helpful in diagnosis, its sensitivity is, nowadays, unknown. Avavilable data about reproducibility of tilt test are scarce and sometimes contradictory, specially with positi- ve tilt test results. Should the lack of reproducibi- lity of positive results found by some authors be confirmed, the usefulness of serial tilt tests in se- lecting treatment would be seriously affected. No evidence about the existence of an effective treat- ment for vasovagal syncope has been published yet, not either about the advantage of an specific stra- tegy in selecting it. Therefore, tilt test has not been proved to be a more useful tool in selecting therapy for patients with vasovagal syncope. (Rev Esp Cardiol 1997; 50: 374-382) síncope vasovagal/ pruebas de esfuerzo

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Test de mesa basculante: ¿es imprescindible para el tratamiento adecuado del síncopevasovagal? Argumentos en contraRicardo Ruiz Granell, Roberto García Civera, Salvador Morell Cabedo, Segismundo Botella Solana y Vicente López Merino

Servicio de Cardiología. Hospital Clínico Universitario. Valencia.

síncope vasovagal/ pruebas de esfuerzo

Desde la sistematización inicial realizada por Le-

wis en 1932 se ha avanzado enormemente en el co-

nocimiento del síncope vasovagal. No obstante, aún

persisten lagunas críticas en el conocimiento de

este síndrome que afectan, fundamentalmente, al

enfoque terapéutico de los pacientes. Así, no exis-

ten datos suficientes que permitan conocer la his-

toria natural del proceso y, por tanto, se descono-

cen los marcadores útiles para identificar a los

pacientes que puedan precisar un tratamiento es-

pecífico o que podrían beneficiarse de él. No existe

tampoco una prueba diagnóstica con una relación

sensibilidad/especificidad suficiente como para po-

der disponer de un «patrón oro» en el diagnóstico

del síncope vasovagal. Aunque las pruebas de bas-

culación pueden suponer una valiosa ayuda para el

diagnóstico su sensibilidad es, actualmente, desco-

nocida. Los datos disponibles sobre la reproducibi-

lidad de las pruebas de basculación son escasos y, a

veces, contradictorios, especialmente en lo re-

ferente a las pruebas con resultado positivo. La es-

casa reproducibilidad de los resultados positivos

encontrada en varios estudios lastraría enor-

memente, de confirmarse, la utilidad de las prue-

bas de basculación seriadas para la selección del

tratamiento. No existen evidencias publicadas has-

ta el momento de la existencia de un tratamiento

efectivo del síncope vasovagal ni de la superioridad

de un enfoque determinado en la selección de éste.

Por tanto, no se ha demostrado que la selección de

tratamiento mediante el uso de las pruebas de bas-

culación sea una alternativa superior a cualquier

otra.

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Correspondencia: Dr. R. Ruiz Granell.Avda. Blasco Ibáñez, 2, B16. 46010 Valencia.

HEAD-UP TILT TEST: IS IT ESSENTIAL FOR AN

APPROPRIATE TREATMENT OF VASOVAGAL

SYNCOPE? ARGUMENTS AGAINST

The knowledge about vasovagal syncope has hu-

gely grown since its initial description by Lewis in

1932. Nevertheless some critical gaps remain, af-

fecting specially to the patient management. There

are not enough data about the natural history of

the process and, because of that, no useful markers

are known to identify patients who need or would

benefit from a specific treatment. A diagnostic test

with a sensibility/specificity relationship good e-

nough to be a diagnostic gold standard is lacking.

Although tilt-table test can be helpful in diagnosis,

its sensitivity is, nowadays, unknown. Avavilable

data about reproducibility of tilt test are scarce

and sometimes contradictory, specially with positi-

ve tilt test results. Should the lack of reproducibi-

lity of positive results found by some authors be

confirmed, the usefulness of serial tilt tests in se-

lecting treatment would be seriously affected. No

evidence about the existence of an effective treat-

ment for vasovagal syncope has been published yet,

not either about the advantage of an specific stra-

tegy in selecting it. Therefore, tilt test has not

been proved to be a more useful tool in selecting

therapy for patients with vasovagal syncope.

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(Rev Esp Cardiol1997; 50: 374-382)

INTRODUCCIÓN

La selección del tratamiento para pacientes con cope vasovagal tropieza con una serie de problerelacionados, especialmente, con las lagunas de ccimiento que existen sobre varios aspectos de esta

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n-asno-re-

cuente forma de síncope. En efecto, ni los datos epidmiológicos ni los pormenores de la historia naturason bien conocidos. Así mismo, no existe una pruebo conjunto de ellas que proporcionen el «patrón oropara el diagnóstico y para establecer la sensibilidadespecificidad de otras pruebas diagnósticas. Por úlmo, hasta la fecha no se han realizado estudios amplios, aleatorizados, controlados, frente a placebo o dsupresión de tratamiento que avalen un tratamiendeterminado.

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R. RUIZ GRANELL ET AL.– TEST DE MESA BASCULANTE: ¿ES IMPRESCINDIBLE PARA EL TRATAMIENTO ADECUADO DEL SÍNCOPE VASOVAGAL? ARGUMENTOS EN CONTRA

En la medicina actual las recomendaciones paramanejo terapéutico de los pacientes deben estar bdas en evidencias. A continuación se revisarán distos aspectos de los que se deriva que no existen dencias suficientespara recomendar una determinadactitud terapéutica en los casos de síncope vasovaincluido el uso de la tabla basculante para la seleccdel tratamiento.

RECUERDO HISTÓRICO

En 1793, John Hunter hizo la que posiblemente sla primera descripción de síncope vasovagal en upaciente a la que estaba sangrando. Llamó la atende Hunter el vivo color escarlata de la sangre venode su paciente durante el episodio, producido, cose sabría más tarde, por la existencia de vasodilataarterial y venoconstricción cutánea1,2.

En 1867, Von Bezold y Hirt3 demostraron la posibili-dad de inducir hipotensión y bradicardia de mecanisreflejo mediante la inyección intracoronaria de alcaloiddel veratrum. En 1937 y 1948, Jarisch et al4,5 determinanque el origen del reflejo se encuentra en receptores caacos situados en el ventrículo izquierdo. Multitud de etudios posteriores delimitan con mayor exactitud lcomponentes del arco de lo que se conocerá como rede Bezold-Jarisch y que puede resumirse en la siguiesecuencia2,6,7: vía aferente: estimulación de mecanocetores de la porción inferoposterior del ventrículo izquiedo (sobre todo en circunstancias de disminución del lumen ventricular y aumento de la contractilidad) →fibras vagales amielínicas tipo C → núcleo del tracto so-litario del bulbo raquídeo. Vía eferente:aumento del tonovagal e inhibición de la actividad simpática vasoconstrtora → bradicardia e hipotensión.

En 1932, Sir Thomas Lewis8 realiza la caracteriza-ción clínica y fisiopatológica del síncope vasodpresor o desmayo común, acuñando el término de cope vasovagal, pues «la combinación de efecvagales y vasomotores deberían justificar totalmeel término vasovagal», aunque matiza que «la cadel síncope es principalmente vasomotora y no vagaunque el vago acrecienta el cuadro clínico induciedo enlentecimiento conspicuo del corazón y manifesciones gástricas». Lewis reconoce como desencanantes tradicionales del síncope el dolor, el estemocional y la instrumentación médica, aunque posriormente se han reconocido desencadenantes de diversa índole6,7. En 1941, el propio Jarisch sugiere lexistencia de relación entre el síncope vasovagal yreflejo de Bezold-Jarish9. Muchos datos posterioreshan ido completando el mosaico de la fisiopatología este tipo de síncopes, incluyendo posibles variantesel mecanismo aferente que incluyan receptores excardíacos y del sistema nervioso central, cuya enumración se aleja del propósito de esta controversia y han sido revisados en diferentes publicaciones2,6,7,10-13.

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Así pues, los conocimientos sobre la clínica y loaspectos fisiopatológicos esenciales del síncope vavagal típico no son recientes. Hasta hace unos pocaños, el síncope vasovagal era considerado un procbenigno a cuyo diagnóstico se llegaba, fundametalmente, ante una anamnesis sugerente y tras la clusión de otras posibles causas. No obstante, siemse ha echado en falta, incluso hoy día, la posibilidade realizar un diagnóstico positivo, ya que no se hencontrado ningún procedimiento diagnóstico de cofirmación.

Las pruebas de basculación se han utilizado, con nes de investigación, desde los años 4014-19 y desde en-tonces se conoce la posibilidad de provocar síncopvasovagales durante la basculación, tanto en sujepredispuestos como en sujetos aparentemente normles. Amediados de los años 80, dos grupos de trabaprocedentes del Westminster Hospital de Londres2,20-22

y de la Cleveland Clinic23,24, ante el bajo rendimientodiagnóstico de los protocolos empleados para el dianóstico del síncope, deciden incluir las pruebas dbasculación en dichos protocolos, observando que elevado porcentaje de pacientes con síncope de cadesconocida experimentan episodios sincopales o psincopales durante dichas pruebas. En estos trabainiciales se hace hincapié en la utilidad de la tabbasculante para descubrir cuadros sincopales de ogen vasovagal y de presentación clínica atípica (asencia de desencadenantes y de pródromos, esccortejo vegetativo, etc.) difíciles de sospechar por historia clínica. La amplia utilización posterior de laspruebas de basculación ha permitido observar reaccnes de bradicardia-hipotensión refleja en enfermeddes aparentemente distantes del síncope vasovacomo la enfermedad del nodo sinusal, el síndrome dseno carotídeo, los síncopes situacionales, la hipotesión ortostática, el síncope postesfuerzo e incluso síndrome de fatiga crónica10,25-29. Todos estos cuadros,de los que se piensa comparten algunos mecanismfisiopatológicos –especialmente el asa eferente– y qtienen en común que ofrecen un resultado positivo las pruebas de basculación, se han ido englobanbajo la denominación de síncopes neurocardiogénico cardioneurogénicos10-13,30. Recientemente, un docu-mento de expertos del ACC ha preferido denominarlosíndromes sincopales mediados neuralmente30, mien-tras que Kapoor, en un conocido texto de cardiologílos engloba bajo el término síndromes de inestabili-dad vasomotora mediada por reflejos12.

PROBLEMÁTICA DE LAS PRUEBAS DE BASCULACIÓN

Metódica

Como se ha comentado, las series iniciales de baculación observaron un elevado porcentaje de epis

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REVISTA ESPAÑOLA DE CARDIOLOGÍA. VOL. 50, NÚM. 6, JUNIO 1997

TABLA 1Incidencia de pruebas de basculación positivas en distintas series

Serie Inclin. (°) Tiempo (min) Isoprot (µg/min) Tipo pacientes Positivos/totales (%)

Kenny et al20 40 60 No Síncope de causa desconocida 10/15 (67)De Mey et al32 15-85 1-7 No Controles 7/35 (20)Strasberg et al33 60 60 No Síncope de causa desconocida 11/40 (28)

Controles 0/10 (0)Almquist et al31 70 10 1-5 Síncope de causa desconocida 4/15 (27)

Síncope EEF positivo 1/9 (11)Controles 0/10 (0)

Pongiglione et al34 90 15 < 0,1/kg Síncope de causa desconocida 16/20 (80)Raviele et al35 60 60 No Síncope de causa desconocida 15/30 (50)

Controles 0/8 (0)Fitzpatrick et al36 60 60 No Síncope de causa desconocida 53/71 (75)

Controles 2/27 (7)Síncope por bradiarritmias 5/34 (15)

Kapoor et al37 80 15 1-5 Síncope de causa desconocida 15/20 (75)Controles 22/40 (55)

Sheldon et al38 80 10 0, 2, 5 Síncope de causa desconocida 66/85 (78)Síncope de causa conocida 0/15 (0)

Fouad et al39 15-60 2-20 No Síncope de causa desconocida 25/44 (57)Controles 3/18 (17)

Newman et al40 60 30 0,5-5 Controles 3/25 (12)Morillo et al41 60 30 Media 1,3 Síncope de causa desconocida 73/120 (61)

Síncope de causa conocida 2/30 (7)Controles 2/30 (7)

Natale et al42 60 20 No Controles 2/25 (8)70 No 2/25 (8)80 No 5/25 (20)

70 Dosis baja* 1/25 (4)3 5/25 (20)5 14/25 (56)

Inclin.: grados de inclinación de la tabla basculante; isoproterenol: dosis de isoproterenol en µg/min; min: minutos; *dosis inicial de 1 µg/min, ajus-tando para elevar la frecuencia cardíaca un 20% sobre la basal.

dios sincopales al someter a la prueba a pacientessíncope de causa desconocida. En un intento de mrar la sensibilidad, Almqvist et al, en 1989, propusron la utilización del isoproterenol31. Desde entoncesse han publicado un gran número de estudios sobutilización de las pruebas de basculación en controy en el diagnóstico del síncope. Algunas de ellasencuentran recogidas en la tabla 119,21,31-42. Como seobserva en dicha tabla, existen casi tantas metódcomo grupos de trabajo: la inclinación de la tabla bculante oscila entre 40 y 90°; la duración del test, tre 1 y 60 minutos; la utilización del isoproterenol variable y, cuando se utiliza, las dosis no son homoneas. Tampoco la definición de respuesta positiva sido uniforme en todas las series. Más aún, algugrupos han preconizado el uso de distintos fármaccomo la nitroglicerina43,44, el edofronio45 o la supre-sión de esmolol46, cuyo uso dista de estar estandarizdo. El gran número de variantes metodológicas parrealización de las pruebas de basculación conllevagran variabilidad de resultados y la consiguiente d

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cultad para comparar los obtenidos por distintos vestigadores. Recientemente, el ACC ha emitido, enforma de documento de consenso30, unas recomenda-ciones para la realización estandarizada de estas pbas de provocación.

Sensibilidad

La sensibilidad de las pruebas de basculación dería definirse como la proporción de aquellos paciencon síncope vasovagal conocido que presentan prueba positiva47. Conocer esta proporción es harto dfícil, puesto que no disponemos de un «patrón opara el diagnóstico de este tipo de síncopes. De heexiste la opinión de que lo más próximo a un «patroro» disponible en la actualidad son, precisamente,pruebas de basculación30. Pero para conocer la sensbilidad de éstas, el único que puede ser utilizado ediagnóstico basado en los criterios clínicos clásicExisten pocos estudios clínicos sobre el resultadopruebas de tabla basculante en pacientes con sín

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R. RUIZ GRANELL ET AL.– TEST DE MESA BASCULANTE: ¿ES IMPRESCINDIBLE PARA EL TRATAMIENTO ADECUADO DEL SÍNCOPE VASOVAGAL? ARGUMENTOS EN CONTRA

TABLA 2Reproducibilidad de los resultados

de pruebas de basculación

Serie TiempoReproducibilidad

Resultado Resultado positivo negativo

Sheldon et al55 1-6 semanas 66% 85%Grubb et al56 3-7 días 92% 86%De Buitleir et al57 Inmediata 57% 94%Brooks et al58 1 días 31% 92%Morillo et al41 Inmediata 82% 93%Ruiz et al59 10 días 55% 84%

vasovagal típico; en ellos, la sensibilidad oscila enel 20 y el 83%36,48-50. En nuestro medio, Moya et al50

encontraron una tasa del 75% de pruebas positivatre pacientes con sospecha clínica de síncope vasgal, frente a un 37,5% en pacientes con síncopecausa desconocida y de presentación brusca.

En la tabla 1se exponen los porcentajes de pruepositivas en distintas series de pacientes con sínde causa desconocida, que oscilan entre el 27 80%. Como puede verse en la tabla 1, la proporciónde pruebas positivas tiende a aumentar con su dción, con el grado de inclinación de la tabla y conuso y la dosis de isoproterenol. Depende, puesgran parte de la metodología empleada. Estos portajes son frecuentemente referidos como sensibilide la prueba, lo que es erróneo puesto que no euna referencia estándar para el diagnóstico de sínvasovagal, vasodepresor o neurocardiogénico30,47. Estehecho no desdice de la utilidad de la prueba para descubrir a sujetos propensos a presentar este tipo decopes.

Un problema añadido sobreviene, a nuestro juial engoblar bajo un mismo epígrafe –el de síncneurocardiogénico– distintos cuadros sincopales qsi bien probablemente comparten una vía final com(el asa eferente del reflejo, que produce bradicardhipotensión), nacen de distintos mecanismos afetes. Cabe la posibilidad de que la sensibilidad depruebas de basculación sea distinta para las diferesubformas del síndrome, por lo que la falta de homgeneidad de las series podría confundir los resultad

Especificidad

La proporción de sujetos sin la enfermedad en qnes el resultado de la prueba es negativo define lapecificidad de la prueba. De los resultados obtenien controles y en pacientes con síncope de causnocida y distinta al síncope vasovagal (tabla 1) se hanestimado especificidades entre el 100 y el 44%, pendiendo esta variación en gran parte de factorestodológicos. Así, del mismo modo que inclinacionede la tabla por debajo de 60° hacen disminuir la «ssibilidad»36, valores por encima de 70° pueden hadescender la especificidad, especialmente si se uisoproterenol42,47. El uso de éste, sobre todo a doelevadas, parece ejercer el mismo efecto37,42,47. En laserie de controles publicada por Natale et al42 los estu-dios a 60 y 70° sin isoproterenol y a 70° con dosis jas de isoproterenol (guiadas por el incremento efrecuencia cardíaca) presentaron una especificidadtre el 92 y el 96%. El soporte pélvico (sillín) en la bla puede hacer que descienda la especificidad hel 33%36. También la manipulación y la instrumentción vascular pueden hacer disminuir la especifdad18,51,52. Por otra parte, algunos autores han señaque la susceptibilidad a las pruebas de bascula

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puede depender de la edad del sujeto, siendo loscianos53,54 y los jóvenes36 menos susceptibles a las reacciones sincopales.

Así pues, de nuevo se hace necesaria cierta unición de la metodología para poder analizar con ciegarantías los resultados.

Un problema adicional para la determinación deespecificidad viene nuevamente de la mano de la inpacidad actual para detectar positivamente, antes drealización de la prueba de basculación, a los sujpredispuestos a padecer síncopes vasovagales ypodrían ser incluidos en estudios de controles antepresentar episodios clínicos de síncope47.

Reproducibilidad

Diversos grupos han estudiado la reproducibilidacorto y medio plazo de los resultados en las prueen mesa basculante32,35,41,55-62. En la tabla 2se exponenlos resultados de algunas de estas series. Aunquconcordancia general de los resultados es relativamte buena, llama la atención el hecho de que los resdos negativos son, excepto en la serie de Grubb et56,francamente más reproducibles (84-94%) que lossultados positivos (31-92%). En la serie de de Buitlet al57, el 86% de los resultados no reproducibles ensegunda prueba fueron resultados inicialmente povos. Es interesante destacar que en la serie de Bret al58 los resultados positivos reproducibles correpondieron a pacientes con un tiempo de evolucmás prolongado y con mayor número de episodsincopales en sus antecedentes.

Algunos autores63,64, en estudios que han utilizado seriadamente las pruebas de basculación paraleccionar el tratamiento, han destacado el hechola aparente disminución de resultados positivos cel tiempo, disminución que es independiente deintervención terapéutica sobre los pacientes. Cocomentaremos posteriormente, un hecho similarha observado en los estudios de seguimiento decientes con síncope, tras una prueba de basculapositiva.

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REVISTA ESPAÑOLA DE CARDIOLOGÍA. VOL. 50, NÚM. 6, JUNIO 1997

Indudablemente, la reproducibilidad –en especial los resultados positivos– de una prueba que va a utilizada como método de selección de un tratamienes un elemento crítico. Si el resultado negativo en segundo estudio, tras administrar tratamiento, vaconsiderarse como prueba de efecto terapéutico beficioso debe tenerse un elevado índice de certezaque los resultados positivos son reproducibles.

TRATAMIENTO DEL SÍNCOPE VASOVAGAL

Selección de los pacientes

El síncope vasovagal es una de las formas de sínpe más frecuentes en la población general6,7, si bien suincidencia real es desconocida. Esto se debe, funmentalmente, a la ausencia de estudios epidemiolócos, al amplio espectro clínico del síndrome, que hadifícil su definición concreta, a la ausencia de criteripositivos de diagnóstico y, probablemente, al hechoque las formas típicas de presentación aislada –cuentemente catalogadas como lipotimias tanto pormédicos como por pacientes– no lleven al pacientela búsqueda de atención médica y sean infracomundas en las encuestas. Los pacientes con formas típde síncope vasovagal (existencia de desencadenaconocidos, pródromos, cortejo vegetativo, etc.) dpresentación clínica esporádica no suelen consupor este problema, salvo cuando los episodios se cen muy frecuentes o especialmente intensos. Enotro extremo del espectro se encuentran los paciencon síncope de presentación brusca, sin desencanantes ni manifestaciones prodrómicas, asociado mchas veces a lesión corporal durante el episodio sinpal. Estos casos suelen ser estudiados en cenespecializados y es en este grupo en el que las pruecon tabla basculante han demostrado tener una mautilidad diagnóstica. El grupo del Westminster Hosptal denominó a estos cuadros como síncope vasovagalmaligno2, término que con los años ha ido cayendo desuso. Las implicaciones terapéuticas en unos cay en otros son bien distintas, por lo que la forma presentación clínica, la frecuencia de los episodiosla gravedad de las consecuencias deberían tenerscuenta a la hora de decidir qué pacientes deben tratados, hechos que no se han tenido presentesmuchos ensayos terapéuticos publicados.

Por otra parte, la historia natural del síncope vasvagal tampoco es bien conocida. Se sospecha quepresentación clínica ocurre en forma de episodiarracimados con intervalos más o menos prolongadlibres de síntomas, pero no existen, hasta la fecha,tudios concluyentes al respecto. De confirmarse ehecho, debería ser tenido en cuenta en el diseño desayos terapéuticos. Las recurrencias tras el diagnóco en pacientes no tratados han sido poco estudiaRecientemente, algunos autores han encarado

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tema, encontrando tasas de recurrencia muy variabentre el 67% en un seguimiento medio de 2,8 añoel 8,9% en un seguimiento medio de 16 meses, problemente debido a la falta de homogeneidad de las ries65-68. No obstante, algunos hallazgos merecen sdestacados: a) la recurrencia sincopal tras la pruebbasculante diagnóstica es infrecuente, con una probilidad acumulada (Kaplan-Meier) de estar libre depisodios sincopales al año entre el 72 y el 93%66,68; b) las recurrencias suelen ocurrir en los primeros mses67; c) la mayoría de pacientes con recidivas sintmáticas (78%) no experimentan síncope, sino episdios presincopales67; d) los datos anteriores hacenpensar que el simple encuentro clínico en el que setablece el diagnóstico tiene efectos terapéuticos, pbablemente debidos a la reafirmación del pacienteconocer el buen pronóstico de su enfermedad y aprendizaje de maniobras elusivas del síncope66,67, y e)el riesgo de recurrencias puede determinarse de forsencilla, antes de las pruebas en tabla basculante, uzando datos de la historia clínica, siendo el númeprevio de episodios sincopales, su frecuencia y la dración de la historia sincopal los mejores predictorde recurrencia66,67. En el estudio de Sheldon et al66 secomprobó que, aunque el riesgo de recurrencia siepre aumenta con el número previo de episodios sinpales, la tasa de aumento es mucho mayor si los sínmas previos ocurrieron en un corto período de tiempEntre los pacientes de Natale et al67, los mejores pre-dictores de recurrencia fueron una historia previa más de 10 episodios sincopales y una frecuencia surior a 2 síncopes mensuales.

Todos estos datos de la historia natural deberíannerse en cuenta al analizar o diseñar estudios terapticos, dado que, si los resultados inmediatos obtenidmediante pruebas de basculación seriadas puedentar sesgados por la reproducibilidad de éstas, los restados obtenidos del seguimiento de los pacientes pden estar confundidos por variaciones no bieconocidas de la historia natural. Urge, pues, la realizción de estudios a gran escala de seguimiento y repducibilidad de los hallazgos clínicos en estos pacietes que permitan, por un lado, sentar los criterios identificación de pacientes propensos a la recurreny susceptibles de ser tratados y, por otro, conocer detalles de la historia natural que podrían confundlos resultados de los ensayos terapéuticos.

Selección del tratamiento

La bibliografía acerca del tratamiento del síncopvasovagal o neurocardiogénico es abundantísima,especial en los últimos años. Se han propuesto, escialmente, dos tipos de tratamiento: con marcapasofarmacológico. La utilidad de los marcapasos en espacientes ha sido muy controvertida. Algunos autorhan defendido su uso46,69-71, mientras otros han comu-

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nicado su inutilidad72,73, aunque parece que, en genral, la efectividad de la implantación de marcapasosmuy cuestionable74,75. Entre los fármacos ensayadopara el tratamiento de estos síncopes encontramgrupos muy diversos: betabloqueantes35,46,65,70,72,76-85,escopolamina35,76,78,86, etilefrina35, seudoefedrina87, efe-drina65, teofilina65,72, disopiramida65,70,72,76,88,89, clonidi-na78, corticoides46,76,79,80, fluoxetina90, sertralina91, me-tilfenidato92, etc. En general, estos ensayos tienalgunas características comunes: a) se tratan gruposreducidos de pacientes; b)la selección de tratamientose hace generalmente por la respuesta en pruebabasculación; c) la efectividad del tratamiento se definen muchos casos por la negativización de la pruebabasculación; d) son ensayos no controlados, es decno existe grupo placebo, no suelen ser aleatorizadciegos, ni hay estudio de supresión de tratamiene) se concluye que el fármaco ensayado es efectivof) si hay estudio de seguimiento de los pacientes tasas de recurrencia son similares a las descritasotros estudios, en pacientes sin tratamiento (comoha visto anteriormente).

Son pocos los estudios publicados en los queasignación de tratamiento se realiza de forma aleatzada frente a placebo. Brignole et al93 estudiaron a 30pacientes con dos pruebas de basculación positivasignando a 15 de ellos a tratamiento con placebtratando a los otros 15 con fármacos elegidos en fción de los resultados de pruebas seriadas de bascción. En un seguimiento medio de 10 ± 7 meses noobservaron diferencias en la tasa de recurrencias eambos grupos (el 20% en los pacientes tratados y27% en el grupo placebo). La probabilidad actuarde encontrarse libre de síntomas a los 20 mesesdel 70% en los tratados y del 67% en el grupo plabo. Estos autores encuentran incierta la utilidad de pruebas de basculación para la selección de tratamto. Morillo et al63 estudiaron a 22 pacientes con pruebas de basculación positivas, sometiendo a 1tratamiento con disopiramida y a los otros 11 a tramiento con placebo. Una primera prueba de bascución con placebo o disopiramida intravenosos fue psitiva en el 75% y el 60%, respectivamente. Trasadministración oral del tratamiento asignado, una nuva prueba de basculación fue positiva en el 18% grupo placebo y en el 27% de los tratados con disoramida. Estos autores destacan el hecho de la dismción en el tiempo de la incidencia de pruebas posvas, independientemente de la intervención. Tamblas recurrencias en el seguimiento fueron infrecuende forma independiente al tratamiento asignado. nuestro medio, Moya et al64 se cuestionan, en un elegante trabajo, la utilidad de las pruebas de basculacpara la selección de tratamiento. En su estudio anzan en 30 pacientes, mediante pruebas de basculaseriadas y de forma aleatorizada, cruzada y a dociego, los efectos de la etilefrina frente a placebo.

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tasa de pruebas negativas con tratamiento fue 43%, frente al 50% de las pruebas con placebo. Pel hallazgo tal vez más interesante de su estudiotambién la disminución de la tasa de positivos contiempo, independiente del grupo de tratamiento. Ala primera prueba fue positiva en los 30 pacientessegunda, en 20 y la tercera, en tan sólo 12 pacienEstos hallazgos cuestionan la reproducibilidad de pruebas de basculación y destacan la necesidad dtudios controlados a gran escala64. Otros estudios hancomunicado la aparente falta de efectividad frenteplacebo de la escopolamina, usando como criterionegativización de la prueba de basculación94, o del tra-tamiento con bloqueadores betaadrenérgicos frenla ausencia de medicación, tomando como referenlas recurrencias en el seguimiento95. Curiosamente, eneste último estudio las recidivas durante el seguimito fueron más frecuentes en el grupo tratado (33que en el no tratado (28%)95. Únicamente Mahanondaet al96 han encontrado una mayor efectividad del anolol frente al placebo, referida a un mes de segmiento, tras el cual los pacientes tratados con atenreferían, subjetivamente, «encontrarse mejor».

Así pues, los escasos estudios controlados etentes ponen en duda tanto la utilidad de las pruede basculación para guiar el tratamiento como la etividad de los tratamientos ensayados. Son necesaestudios bien diseñados, con un elevado númeropacientes, para ir conociendo todas estas lagunashemos comentado. Los estudios VASIS97,98 intentaráncubrir parte de este conocimiento, aunque sus resudos aún pueden tardar unos años en ver la luz.

CONCLUSIONES

Desde la sistematización inicial llevada a cabo pLewis en 1932 se ha avanzado ampliamente en elnocimiento del síncope vasovagal. No obstante, persisten lagunas críticas en el conocimiento de síndrome que afectan, de manera fundamental, al eque terapéutico de los pacientes. Así, no existen dsuficientes que permitan conocer la historia natural proceso y, por tanto, se desconocen los marcadoresles para identificar a los pacientes que puedan precun tratamiento específico o que podrían beneficiarseél. No existe tampoco una prueba diagnóstica con relación sensibilidad/especificidad suficiente compara poder disponer de un «patrón oro» en el diagntico del síncope vasovagal. Aunque las pruebas de culación pueden suponer una valiosa ayuda paradiagnóstico, su sensibilidad es, actualmente, descocida. Los datos disponibles sobre la reproducibilidde las pruebas de basculación son escasos y, a vcontradictorios, en especial en cuanto a las pruebasresultado positivo. La escasa reproducibilidad de resultados positivos encontrada en varios estudios traría enormemente, de confirmarse, la utilidad de

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pruebas de basculación seriadas para la seleccióntratamiento. Por último, no existen evidencias hastamomento de la existencia de un tratamiento efectdel síncope vasovagal ni de la superioridad de un eque determinado en la selección de éste.

En resumen, el hecho no es que las pruebas deculación no sea útiles o necesarias para la selecdel tratamiento en el síncope vasovagal, sino queexisten evidencias de que lo sean.

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