Textos en Diálogo Con La Alegoría de Platón

3
Una historia sobre Buda (anónimo) Buda fue a una aldea a mendigar con su cuenco de limosnas, y el hombre más rico de la aldea dijo. “¿Por qué? Un hombre tan bello como tú es un mendigo, y está en la calle con un cuenco de limosna. No me importa quién seas, cuál es tu casta, tu religión, tu familia. Casaré a mi hija contigo, y te convertirás en el dueño de todas mis riquezas, porque mi hija es mi única heredera. Buda dijo, “Me gustaría que fuera cierto que soy un mendigo y tu eres el amo, pero el hecho es que cuando vi que todos sois mendigos creyendo ser amos, tome el cuenco de limosnas en mis propias manos. Viendo la situación, no me pareció correcto llamarme amo. ¡Vosotros os llamáis amos y nosotros somos felices llamándonos mendigos! Porque en un mundo donde los mendigos creen ser los amos, es correcto que los amos se muestren como mendigos.” El hombre dormido, sumergido en la ilusión, se pasa toda la vida acumulando bienes materiales para darse cuenta al final de su vida que no tiene nada y que vivió como un mendigo y que muere como un mendigo. Por el contrario, el hombre espiritual pasa toda la vida recordando su luz, sabiendo que es el amo de sí mismo, para darse cuenta al final de su vida que ha cultivado tesoros valiosos en su alma como lo son la sabiduría y el amor, y muere feliz sabiendo que sus tesoros son inmortales.

description

Alegoría de Platón.

Transcript of Textos en Diálogo Con La Alegoría de Platón

  • Una historia sobre Buda (annimo)

    Buda fue a una aldea a mendigar con su cuenco de limosnas, y el hombre ms rico de la aldea dijo. Por qu? Un hombre tan bello como t es un mendigo, y est en la calle con un cuenco de limosna. No me importa quin seas, cul es tu casta, tu religin, tu familia. Casar a mi hija contigo, y te convertirs en el dueo de todas mis riquezas, porque mi hija es mi nica heredera. Buda dijo, Me gustara que fuera cierto que soy un mendigo y tu eres el amo, pero el hecho es que cuando vi que todos sois mendigos creyendo ser amos, tome el cuenco de limosnas en mis propias manos. Viendo la situacin, no me pareci correcto llamarme amo. Vosotros os llamis amos y nosotros somos felices llamndonos mendigos! Porque en un mundo donde los mendigos creen ser los amos, es correcto que los amos se muestren como mendigos. El hombre dormido, sumergido en la ilusin, se pasa toda la vida acumulando bienes materiales para darse cuenta al final de su vida que no tiene nada y que vivi como un mendigo y que muere como un mendigo. Por el contrario, el hombre espiritual pasa toda la vida recordando su luz, sabiendo que es el amo de s mismo, para darse cuenta al final de su vida que ha cultivado tesoros valiosos en su alma como lo son la sabidura y el amor, y muere feliz sabiendo que sus tesoros son inmortales.

  • La prisin

    Jalal al-Din Rumi (1207-1273d.C.).

    Masnavi I, 982

    Imagnate a un hombre que tiene que rescatar a gente de cierta prisin. Se ha

    decidido que slo hay un modo plausible de llevar esto a cabo.

    El libertador tiene que entrar en la prisin sin atraer la atencin. Debe

    permanecer all relativamente libre para actuar durante cierto perodo. La

    solucin escogida es que entrar como convicto.

    Por consiguiente, hace los preparativos, oportunos para que le capturen y le

    sentencien. Como otros que han cado vctimas de este sistema, se le enva a la

    prisin que es su meta.

    Cuando llega, sabe que se le ha despojado de cualquier posible dispositivo que

    le pudiese haber ayudado en una escapada. Todo lo que posee es su plan, su

    ingenio, su habilidad y su conocimiento. Por lo dems, tiene que arreglrselas

    con equipo improvisado, adquirido en la propia prisin.

    El mayor problema es que los prisioneros sufren de psicosis carcelaria. Esto

    les hace pensar que su prisin es el mundo entero. Otra caracterstica es el

    olvido de partes esenciales de su pasado. Por consiguiente, casi no poseen

    memoria alguna de la existencia, perfil y detalle del mundo exterior.

    La historia de los compaeros de prisin de este hombre es una historia

    carcelaria. Sus vidas son vidas carcelarias. Piensan y actan en base a ello.

    Por ejemplo, en vez de acumular pan como provisin para la huida, lo

    moldean y hacen domins con los cuales juegan. Saben que alguno de estos

    juegos son diversiones, pero otros los consideran reales. A las ratas, que

    podan entrenar como medio de comunicacin con el exterior, las tratan como

    animales domsticos. Beben el lquido de limpieza que contiene alcohol, el

    cual les produce alucinaciones placenteras. Consideraran una triste prdida,

    incluso un crimen, si alguien lo usase para drogar y dejar inconscientes a los

    guardianes, haciendo posible la huida.

    El problema se agrava, ya que los desdichados han olvidado el significado de

    algunas de las palabras normales que hemos estado usando. Si les pides una

    definicin para palabras tales como "provisiones", "viaje", "huida", obtendras

  • una lista de significaciones como "rancho carcelario", "caminar de un bloque

    de celdas a otro", y "evitar el castigo por parte de los guardianes".

    "El mundo exterior" sonara a sus odos como una extraa contradiccin: "Ya

    que ste es el mundo, este lugar donde vivimos -diran-, cmo puede haber

    otro fuera?".

    El hombre que est trabajando en el plan de rescate, al principio, slo puede

    actuar mediante analoga.

    Hay pocos prisioneros que acepten sus analogas, ya que a ellos les parecen

    locos balbuceos. Cuando dice "necesitamos provisiones para nuestro viaje de

    huida al mundo exterior", por supuesto, a ellos les suena como el absurdo

    siguiente: "Necesitamos provisiones -alimentos para usar en la prisin- para

    nuestro viaje -trasladarnos de un bloque de celdas a otro- de huida -evitar el

    castigo de los guardianes- al mundo exterior -a la prisin exterior..."

    Algunos de los prisioneros de mente ms seria puede que digan que quieren

    entender el significado de sus palabras, pero ya han olvidado el lenguaje del

    mundo exterior.

    Cuando este hombre muere, algunos de los prisioneros hacen de sus palabras y

    actos un culto carcelario. Lo utilizan para consolarse a s mismos y para

    encontrar argumentos contra el siguiente libertador que se las ingenie para

    llegar hasta ellos.

    Sin embargo, una minora, de vez en cuando, escapa.