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REDACCIÓN EN INTERNET Prof. Ramón Salaverría
UNIDAD 2
Texto – Recursos digitales para escritores
En esta unidad conoceremos diversos recursos de la red útiles para escritores.
Veremos distintas herramientas que, usadas con acierto, te permitirán mejorar tanto tu
proceso de escritura como su resultado.
Prepara tu navegador, porque tendrás que explorar varios sitios web.
2.1. Procesadores de textos
Casi con toda seguridad, ya dispondrás en tu ordenador de algún programa para la
redacción. Cualquier sistema operativo incluye como mínimo una aplicación básica,
pero es muy probable que dispongas de programas más avanzados. Los hay de pago,
pero también gratuitos. Asimismo, los hay en forma de aplicaciones de escritorio o
como procesadores de texto en red.
Entre los programas gratuitos de escritorio, probablemente el más completo sea el de
la suite ofimática OpenOffice:
Open Office: http://www.openoffice.org/es/
Entre los procesadores de texto en la red, el más popular es el de Google. Ten en
cuenta que, este recurso, además de ofrecerte las principales posibilidades de
cualquier procesador de textos, te ofrece dos características muy útiles ara
determinadas circunstancias: 1) permite archivar los documentos en la propia red y 2)
admite la escritura colaborativa de documentos por parte de varios usuarios.
Google Drive: http://drive.google.com
2.2. Correctores automáticos
Otra herramienta útil para los escritores son los correctores automáticos. Te permiten
localizar palabras en las que has olvidado alguna letra o que no concuerdan
gramaticalmente con la frase donde están insertas. Sin embargo, ¡cuidado!, porque
estos correctores son muy traicioneros. El idioma español esconde muchos términos
homófonos –es decir, palabras que suenan igual pero se escriben de diferente
manera. Me refiero a expresiones como “acerca” y “ a cerca”, “basto” (con B) y “vasto”
(con V)… Hay infinidad de casos parecidos en los que solo tu adecuado conocimiento
ortográfico te permitirá evitar el error. En esos casos, jamás te fíes de un corrector
automático.
Los procesadores de textos suelen llevar incorporada su propia herramienta de
corrección automática. Sin embargo, también los hay en la red. Prueba, por ejemplo,
este:
CorrectorOrtográfico.com: http://www.correctorortografico.com
2.3. Diccionarios
Otro recurso imprescindible para cualquier escritor es un buen diccionario. Quienes
escribimos en español, tenemos dos imprescindibles, elaborados ambos por la Real
Academia Española.
El primero es, por supuesto, el Diccionario de la Real Academia Española, la principal
obra de referencia para todos los hispanohablantes.
- Diccionario de la Real Academia Española: http://drae.rae.es
Ten presente, además, que puedes incluir el Diccionario de la Real Academia
Española directamente en tu navegador. Aquí te explican cómo:
- Diccionario de la Real Academia Española en el navegador:
http://www.rae.es/drae/html/boton.html
Aunque, si no lo tienes instalado, también puedes consultar cualquier palabra de forma
sencilla. Basta con escribir esto:
rae.es/<palabra que desea consultar>
El segundo es algo más especializado. Se trata del Diccionario Panhispánico de
Dudas y, como su nombre indica, en él podemos resolver duda léxicas sobre términos
de uso poco claro para muchos hablantes y también sobre neologismos.
- Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia Española:
http://dpd.rae.es
Si esos diccionarios no te bastan, no dejes de echar un vistazo a a este listado:
- Wikilengua – Lista de diccionarios en internet:
http://www.wikilengua.org/index.php/Lista_de_diccionarios_en_Internet
2.4. Sinónimos
¿Cuántas veces has sufrido mientras escribes por tener un término en la punta de la
lengua que no termina de salirte? Para evitar esa incómoda sensación y dar variedad
léxica a tus textos, te ayudarán los diccionarios de sinónimos. Los buenos
procesadores de textos suelen incluir este tipo de recursos pero si no lo tienes, o el
que tienes no te convence del todo, puedes probar también con herramientas en la
red. Mira esta, por ejemplo:
- Buscador de ideas afines y relacionadas:
http://www.ideasafines.com.ar/buscador-ideas-relacionadas.php
2.5. Glosarios
Otro buen recurso para enriquecer tu léxico son los glosarios. Un glosario es un amplio
listado de términos y expresiones relacionados con alguna disciplina. Por eso, es
especialmente útil cuando escribimos sobre algún asunto especializado. En esos
casos, necesitamos manejar la terminología de esa disciplina. En ese esfuerzo por
alcanzar una máxima precisión, viene bien tener a mano algún glosario sobre esa
materia.
Hay muchos glosarios en la red: unos más amplios, otros más limitados; unos más
especializados, otros más generales.
Este seguro que te resultará simpático: es un glosario sobre expresiones coloquiales.
- Glosario de coloquialismos: http://www.coloquialmente.com/es
2.6. Traductores
Muchas veces, la terminología especializada que debemos emplear en nuestros
escrito ni siquiera está en nuestro idioma. En esos casos, nos vemos obligados a
manejarnos con términos y texto completos en otras lenguas. Lo mejor, por supuesto,
es aprender a fondo esas lenguas extranjeras, pero, en cualquier caso, siempre te
vendrá bien tener a mano traductores automáticos. Ten presente, sin embargo, que
estas herramientas fallan mucho, así que mejor si no te confías.
Aquí tienes algunos útiles traductores automáticos en la red:
- Google Translate: http://translate.google.com
- Diccionarios de El País: http://servicios.elpais.com/diccionarios/
2.7. Libros de estilo
Muchos medios de comunicación e, incluso, algunas organizaciones disponen de los
“libros” o “manuales” de estilo. Estas publicaciones suelen tener dos partes principales:
la primera son normas de actuación para los profesionales de esas organizaciones.
Esta parte, en principio, no nos interesa como escritores. La segunda parte, en
cambio, sí que nos puede resultar muy útil: en ella, los manuales de estilo aclaran
usos léxicos y proporcionan orientaciones para evitar errores de expresión.
Aquí tienes algunos utilísimos para cualquier escritor hispano en la red:
- Estilo de Fundéu BBVA: http://www.manualdeestilo.com
- Vademécum de Español Urgente: http://www.fundeu.es/dudas
- Manual de estilo del diario El País (PDF): http://blogs.elpais.com/files/manual-
de-estilo-de-el-pa%C3%ADs.pdf
- Libro de estilo de ABC (2001). En Google Books:
http://books.google.es/books?id=A8uf4ym076YC&
- Diccionario urgente de estilo científico del español (de Juan Antonio Pérez
Ortiz). (PDF) http://www.bio-nica.info/Biblioteca/Fuentes&Antoja.pdf
- Manual de estilo para la redacción de textos científicos y profesionales (de X.
Fuentes, F. Antoja y M. J. Castiñeiras). (PDF)
http://www.dlsi.ua.es/~japerez/pub/pdf/duece1999.pdf
2.8. Portales de recursos para escritores
Si todos los recursos que te he mostrado hasta ahora te parecen pocos, tranquilo,
porque hay más. En este caso, te animo a que los explores por tu cuenta, en función
de tus gustos y necesidades.
En español disponemos de un formidable portal para hallar prácticamente cualquier
tipo de recurso relacionado con el buen uso de nuestra lengua. Es este:
- Wikilengua del español: http://www.wikilengua.org
2.9. Sistemas de medición de la legibilidad
Finalmente, y aunque no los menciono en el vídeo de esta unidad, te hablaré sobre un
último recurso digital que te servirá para evaluar el nivel de claridad de tus textos. Me
refiero a los sistemas de medición de la legibilidad.
¿En qué consisten? Para entenderlo, debemos aclarar en primer lugar qué
entendemos por legibilidad.
De un tiempo a esta parte, las pantallas de los dispositivos digitales han mejorado
sustancialmente sus prestaciones. Su alta resolución gráfica permite distinguir detalles
cada vez más diminutos. Han optimizado asimismo los sistemas de definición del color
y han diversificado las tipografías, adaptándolas a formatos de pantalla minúsculos.
Todas estas mejoras se han centrado en perfeccionar la legibilidad técnica de los
dispositivos digitales, y a fe que lo están consiguiendo.
Ahora bien, cuando se trata de mostrar nuestros textos en internet, esta mejora de las
condiciones técnicas para la lectura, aunque necesaria, no es suficiente. Para que
nuestros textos sean legibles no basta con que sus letras se distingan con claridad. Es
preciso, además, que su composición discursiva sea acertada. Y es en este terreno
donde inciden los sistemas de medición de la legibilidad..
Los anglosajones distinguen dos conceptos: «legibility» y «readability». No es fácil
discriminar ambos términos en español, pues en nuestro idioma empleamos una única
palabra para designar los dos conceptos: «legibilidad». En inglés, en cambio, ambos
términos guardan una diferencia sutil pero importante. La legibility alude a los aspectos
formales de la lectura, como el contraste de las letras, su tamaño o el interlineado. Se
refiere, en suma, a todos esos elementos técnicos que mejoran la presentación gráfica
de un texto y lo hacen más fácil de leer. La readability, en cambio, alude a rasgos
internos del texto: a elementos como su organización discursiva, la sintaxis, o la
claridad y precisión léxicas. En definitiva, si la legibility apunta hacia la comodidad de
visión, la readability se centra en la facilidad de comprensión.
Los desarrolladores de tecnologías y los diseñadores, cada uno en su faceta, se han
ocupado en los últimos años de mejorar la legibility de los textos en los medios
periodísticos digitales. Sin embargo, esas mejoras no han ido acompañadas de un
avance paralelo en el segundo pilar: la claridad en la escritura. Compete a los
escritores en internet ocuparse de esa segunda faceta, la readability de los textos.
Ninguna máquina nos eximirá de redactar textos claros, ordenados y atractivos.
Por desgracia, basta con dar un rápido repaso a cualquier página web para hallar una
antología de textos descuidados, imprecisos y obtusos. Ciertas páginas están escritas
de modo tan farragoso que parecen sudokus.
Pulir esas deficiencias supone un esfuerzo de años. El único modo eficaz que se
conoce para aprender a escribir bien es… leer. Y ejercitarse en la escritura, claro. Sin
esos dos requisitos previos, no habrá sistema ni herramienta que te permita mejorar
en tu escritura.
Ahora bien, a medida que avances en ese esfuerzo, puedes medir tus progresos con
recursos digitales que evalúan la legibilidad –entendida como readability– de tus
textos; es decir, herramientas que ponderan tu capacidad de expresarte con síntesis,
precisión y orden.
En el siglo XX se propuso un sistema para eso: el Fog Index o índice de complejidad
de Gunning.
¿Qué es? En 1952, un empresario americano llamado Robert Gunning propuso una
fórmula matemática que, supuestamente, permitiría medir la legibilidad de los textos
en inglés. Se trata de un algoritmo –es decir, de una secuencia de operaciones
matemáticas– que mide el nivel de complejidad sintáctica de un texto. Según el índice
de Gunning, cuanto más cortas sean las frases y más sencillas las palabras, la
facilidad para comprender un texto aumentará. Y viceversa: si se escribe con frases
muy largas y palabras extrañas, la dificultad para entender un texto se multiplica. Por
eso, Gunning resolvió denominar a su sistema Fog Index (como sabes, el término
inglés «fog» significa ‘niebla’ o, de manera más genérica, también ‘confusión’). El
índice de Gunning mide, por tanto, el nivel de complejidad de un texto.
Este índice está pensado para la lengua inglesa, cuya estructura sintáctica tiende a ser
más sencilla que la del español. Así y todo, nos puede servir para calibrar la claridad
de nuestros textos.
Te propongo un ejercicio para completar esta unidad: ve a la web que te indico a
continuación y pega un texto que hayas escrito. Mide su índice de complejidad y, a
continuación, reescribe ese texto tratando de aclarar su expresión sin reducir el
contenido. El objetivo es que, sin perder densidad de contenido, seas capaz de decir lo
mismo con menos palabras y de más orden.
Esta es la página donde podrás medir el nivel de legibilidad de tus textos, conforme al
índice de Gunning:
- Gunning Fog Index: http://gunning-fog-index.com
Si este índice no te convence –como he dicho, es especialmente cuestionable su
validez para idiomas que no sean el inglés–, te animo al menos a que evalúes la
extensión media de tus frases y párrafos con esta otra herramienta:
- Word Counter: http://www.wordcounter.net