Valorar El Patrimonio Arqueologico

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VALORAR EL PATRIMONIO ARQUEOLOGICO, PALEONTOLOGICO DESDE LA EDUCACION: EJEMPLIFICADO EN EL CASO TAIMA TAIMAINTRODUCCIONEs importante en el las condiciones del mundo de hoy, educar para hacer el patrimonio ms comprensible y prximo a la poblacin. Se conoce de la sistematicidad didctica que posibilite la oportuna insercin y contribucin a la formacin de la identidad cultural desde el proceso docente educativo en el nivel de noveno grado. El objetivo es disear actividades vinculadas al patrimonio local para fortalecer la identidad cultural en los alumnos de noveno grado de la ESBU: Julio Antonio Mella para lo que se utiliz fundamentos cientficos materialistas y donde se utilizaron como mtodos tericos: Histrico y lgico; anlisis y sntesis, induccin y deduccin y enfoque de sistema, del nivel emprico: La observacin, entrevista, prueba pedaggica y del nivel matemtico estadstico: Clculo porcentual. La tesis est estructurada en dos captulos el primero refleja las reflexiones tericas sobre el fortalecimiento de la identidad cultural de los alumnos de noveno grado. En el segundo captulo aborda el diagnstico inicial, fundamentacin de la propuesta, el diagnstico final efectuado en un grupo de quince alumnos de la ESBU: Julio Antonio Mella, conclusiones, recomendaciones, anexos, y bibliografa. El sistema de actividades construye un producto cientfico ya que a travs de ellos se construyen a formar una identidad cultural en los alumnos y sirve de herramienta a los profesores en su desempeo profesional.Con el inicio del III milenio se evidencia una necesidad impostergable de preservar el patrimonio material y espiritual de cada pueblo frente a la oleada de globalizacin neoliberal que se vive en el mundo, que aniquila, minimiza, subestima y subvalora la historia acumulada por los pueblos, sus tradiciones, sus costumbres y su identidad imponiendo patrones que nada tienen que ver con los pases.El hombre es creador de su cultura, pero tambin ha sido el mayor devastador de su produccin cultural, esta nefasta accin humana ha impedido a lo largo de los siglos que las nuevas generaciones disfruten del rico patrimonio natural y cultural legado por sus ancestros.En los ltimos siglos, gran parte del patrimonio se ha perdido irremediablemente. La humanidad ha sido testigo, y sigue sindolo, de la destruccin y el deterioro de tesoros de inestimable valor a nivel mundial, nacional y local, producto de desastres naturales, guerras, extrema pobreza, industrializacin y la contaminacin, entre otros factores.Es importante en las condiciones del mundo de hoy, educar para hacer el patrimonio ms comprensible y prximo a la poblacin. Para lograrlo se ha de permitir que el alumno, que es en definitiva el sujeto ms cercano a las influencias educativas, haga suyo, disfrute y por lo tanto aprenda a utilizar el patrimonio correctamente y a conservarlo, puesto que el mayor peligro para su sostenibilidad no son los agentes naturales, sino el hombre con su ignorancia, su indiferencia, la falta de cuidado y aprecio. Importante es adems tener presente, a la hora de realizar su tratamiento didctico, que la proyeccin identitaria debe realizarse desde posiciones crticas y reflexivas en correspondencia con el nivel en que se encuentran los alumnos y el espacio fsico donde se desarrolla la labor educativa.Cuba posee una enorme riqueza cultural y patrimonial donde se mezclan en su formacin como nacin elementos de la cultura espaola y africana, ms la influencia en mayor o menor medida de la cultura americana y de otras2nacionalidades que se integraron al torrente nacional en un interesante ajiaco, tal y como lo calific el antroplogo cubano Fernando Ortiz.La toma de conciencia del valor que tiene para el fortalecimiento de una nacin la preservacin y la difusin de su patrimonio cultural solo se alcanza definitivamente despus de 1959, con el triunfo de la Revolucin cubana, desde esa poca el estado ha desarrollado importantes acciones convencido de los valores identitario, educativos y formativos que le son inherentes al patrimonio.Dismiles son los ejemplos que acreditan la afirmacin anterior:Aprobacin de leyes que protegen el patrimonio cultural de la nacin.En el Captulo V, artculo 39, inciso h) de la Constitucin de la Repblica de Cuba, se expresa textualmente El Estado defiende la identidad de la cultura cubana y vela por la conservacin del patrimonio cultural y la riqueza artstica e histrica de la nacin. Protege los monumentos nacionales y los lugares notables por su belleza natural o por su reconocido valor artstico e histrico Ms de 300 museos permanecen abiertos a la comunidad. La aparicin en cada uno de los municipios del pas de un museo que atesorara los objetos, imgenes y documentos ms importantes de la historia de esa regin fue un paso significativo para que hubiese igualdad en la reconstruccin del pasado y su preservacin por las generaciones actuales. A lo anterior tambin se une el trabajo desplegado por otras instituciones culturales asociadas a esta noble labor, como son las bibliotecas, que guardan una rica bibliografa, fuentes icnicas, materiales flmicos, entre otras; las Casas de Cultura que rescatan las tradiciones y costumbres en vinculacin con las manifestaciones artsticas: literatura, danza, teatro, msica, artes plsticas, lo que tiene un papel significativo en la bsqueda de la identidad nacional.Deca Miguel de Unamuno que: " La memoria es la base de la personalidad individual, as como la tradicin es la base de la personalidad colectiva de un pueblo. Vivimos en y por el recuerdo, y nuestra vida espiritual no es en el3fondo sino el esfuerzo que hacemos para que nuestros recuerdos se perpeten y se vuelvan esperanza, para que nuestro pasado se vuelva futuro". (Mayor. F., 1997, p. 42).La misin de conocer, valorar y actuar en favor del patrimonio local es tarea de todos, sin embargo, el rol de la escuela es clave por su responsabilidad en el desarrollo de actitudes, conocimientos y valores en los nios y adolescentes.El tema, contina vigente a raz de las trasformaciones en la Secundaria Bsica y de la Batalla de Ideas en la que est enfrascado el pas para afianzar su identidad. Ha sido abordado por autores como: C. Portu (1980), H. Abranches (1988), R. Cabrera. Salort (1981, 1989, 1992), M. Arjona (1986), R. M. lvarez de Sayas (1990), W. Acebo Meireles (1991), E. Montiel (1995), H. Daz. Pends (1989, 1990, 2000, 2005), M. Barnet (2000), A. Minujn (2000), J. R. Fabelo Corzo (2004). A. Laurencio (2004), (2005) y M. Romero Remudo (2006).Aunque en sus investigaciones hacen referencia a diferentes vas para potenciar la identidad cultural desde la escuela, a travs del desempeo y experiencias vividas en la labor docente, y a partir del anlisis y reflexiones efectuadas en el aula, se evidencia que el patrimonio local es poco conocido, valorado y asumido por los alumnos de Secundaria Bsica, adems tienen conocimientos insuficientes de las fechas especiales, los grandes acontecimientos, los protagonistas de la historia del municipio, as como los sitios histricos y las tradiciones locales.En el programa de Historia de Cuba, de noveno grado, al final de cada unidad se orienta: La historia y la cultura locales se tratarn integradas a los contenidos de la unidad (2004, p.19), por lo que el patrimonio se trabaja como un elemento subordinado y complementario del discurso pedaggico y se reduce nicamente a medio ilustrador de educacin cvica y ciudadana, alejndolo de su colosal dimensin educativa y formativa. Se carece de laLos elementos que definen el comportamiento humano al interaccionar enla actualidad con un bien arqueolgico (prehispnico para lo que nos ocupa), yasea mueble o inmueble1, resultan ser complejos y variados, lo que desemboca enuna relacin tambin, compleja y variada, haciendo difcil la proteccin de estosbienes, ya que es el ser humano quien la determina.El problema a que se refiere el ttulo de esta tesis, se plantea as: Existenproblemas de concepcin del valor histrico y social del Patrimonio ArqueolgicoPrehispnico en Guatemala que no permitan su proteccin?Para efectos de este trabajo el comportamiento de las personas hacia losbienes arqueolgicos se dividi en tres grupos:1. El que integra a los arquelogos.2. El grupo que tiene la responsabilidad de la custodia y salvaguarda de estosbienes a travs de la institucionalidad, es decir el Estado, como el caso dela Direccin General del Patrimonio Cultural y Natural en Guatemala, yorganizaciones internacionales como la UNESCO, ICOMOS, etc.3. Personas ajenas a los Bienes Culturales.Estos grupos definen su actuar en diferentes modalidades segn el uso quese le d o la concepcin que sobre el bien cultural tienen, la cual es independientecon el valor intrnseco que en el momento de su elaboracin o edificacin, tenaque ver con una ideologa particular, con un modo de vida, y que en la actualidad1 Que representan lo tangible de un pasado, caracterstica que es innata en l sinnecesidad de ser declarado como tal por las autoridades competentes2por lo tanto, representa una identidad. Es importante hacer notar que se da unagama de acciones que influyen sobre estos bienes llegando incluso en ocasiones,a ser desconocida su existencia o entendido su valor por algunos.La manera de actuar de cualquiera de los tres grupos indicados sobre unbien arqueolgico se convierte en la justificacin de este trabajo, ya que la mismano es uniforme y resulta errtica eventualmente, por lo que ste resultaamenazado, afectado y/o destruido en el peor de los casos.Actualmente hay una relativa preocupacin por la proteccin y conservacinpatrimonial por diferentes motivos que tienen que ver con las diversasconcepciones que sobre l se tienen. Es necesario realizar una descripcin sobrelas diferentes concepciones y sus motivos, que podra ayudar a la comprensin deestas actitudes, y que luego proporcionara una herramienta muy til paraencaminar acciones que se basaran en la premisa general de este trabajo: losbienes arqueolgicos son vestigios tangibles del desarrollo histrico ysocial de la sociedad que los cre, lo que les da un valor intrnsecoindependiente al que los diferentes grupos humanos tratados aqu enocasiones les asigna. Al lograr incorporar la consideracin de ese valorintrnseco en nuestro accionar sobre este patrimonio, se puede garantizar de unamanera digna su proteccin y conservacin involucrando a todos los grupos, loscuales beneficiados de esa relacin, harn su aporte para crear una mejorsociedad.Identificar elementos sociales e histricos que puedan definir la relacin delas personas con el patrimonio arqueolgico en Guatemala se convierte en elobjetivo general, siendo el especfico: Describir diferentes comportamientoshumanos y sus efectos sobre los bienes arqueolgicos.Las hiptesis planteadas al inicio del trabajo son:31. Las personas en general desconocen la legislacin que protege los bienesarqueolgicos lo que implica su depredacin o destruccin, colaborando enello indirectamente los especialistas en la materia, causando la represinestatal que desconoce los elementos que intervienen.2. En el caso del Estado, ste acta de manera unilineal sobre el tema de laproteccin de los bienes arqueolgicos prehispnicos, cuando loselementos que los afectan son tan diversos sin tener la capacidad deabarcarlos, por lo que prcticamente las acciones van encaminadas asancionar de acuerdo a la ley por daos causados a estos bienes,olvidndose que estos daos, sin importar de que tipo sean, sonirreversibles (lo que no significa que no se lleven a cabo acciones comoconsolidacin de bienes muebles). No hay polticas claras que contenganacciones especficas fundamentadas en la realidad nacional para poderactuar adecuadamente, ni un programa de seguimiento para ellas, a pesarde algunos esfuerzos que no han dado resultados por diversas razones.Se tiene una riqueza de informacin sobre lo propuesto en estainvestigacin, a la que slo hace falta darle forma, sin embargo, fue necesariorealizar entrevistas dirigidas a los tres grupos ya mencionados (ver anexo 4), parapoder contar con datos de primera mano, reciente y del medio sobre cuestionesparticulares de nuestro patrimonio cultural arqueolgico, con esta informacin nose pretende presentar datos estadsticos, ya que la muestra del universo es muylimitado debido a que lo que se pretenda con las entrevistas era tener una ideageneral sobre tpicos que se tratan en este trabajo, y no tener informacinestadstica para lo cual la muestra tuvo que haber sido mayor y el rea decobertura tambin. La muestra tomada fue de 30, 10 en cada uno de los primerosdos grupos y 20 en el tercero, la Informacin se incorpor en diferentes partes deltexto.4ArquelogosInstitucionesPersonas AjenasENTREVISTADOS POR GRUPO50 % 25 %25 %Ilustracin No. 1Se muestra la distribucin de los entrevistados por grupoLa estructura de este trabajo presenta en el primer captulo antecedentes yfundamentos generales, es decir, se toman algunos conceptos importantes quetienen que ver con el tema, se presentan desde el punto de vista de algunosautores (no necesariamente contradictorios entre s). Esto resulta bsico con loque se presenta en los siguientes tres captulos, cuando se toman por separadocada uno de los grupos. En el captulo V se hace referencia brevemente a lo queconcierne al valor intrnseco del bien cultural como prembulo al VI captulo, en elcual se hace una discusin general, retomndose lo ya tratado.Al final se presenta un apartado de anexos, en el cual se copiantegramente una parte del texto referente a las Polticas Culturales Nacionales enlo que tiene que ver con el Patrimonio Cultural; se transcribe tambin el Cdigo delos Marchantes de Bienes Culturales, instrumento adoptado, segn Cecilia Bkula(2003:27) por el Comit Intergubernamental para la Promocin del Retorno de losBienes Culturales a sus Pases de Origen o su Restitucin en caso de ApropiacinIlegal en su 10 reunin en enero de 1999, y aprobado por la 30 ConferenciaGeneral de la UNESCO, en noviembre del mismo ao. El siguiente anexo tambin5Planteamiento del problemaLas consideraciones en torno al concepto de patrimonio han sido y seguirn siendo polmicas en cuanto las aplicaciones que se le atribuyen al trmino y los bienes a los cuales se refieren. Parece fcil definir el concepto de patrimonio cultural, y sin embargo no es as. Al analizar las distintas acepciones de patrimonio: como propiedad en herencia, como seleccin histrica, como sedimento de la parcela cultural y como conformador de la identidad social, a las que podramos aadir tambin su papel como modelo de referencia; nos damos cuenta de la gran cantidad de variables implcitas en dicho concepto y el problema que este conlleva al momento de definirlo. Josep Ballart (1997), en la bsqueda de la definicin de patrimonio y sus implicaciones, ha definido los tipos de valores que pueden otorgarse a los bienes culturales, dividindolos en tres grandes categoras: valor de uso (utilidad, sirve para algo), valor formal (atraccin que despiertan a los sentidos) y valor simblico-significativo (medio de relacin entre personas). Por otra parte, las instituciones de mbito regional e internacional han propuesto sucesivas clasificaciones y denominaciones, recogidas en leyes no siempre coincidentes con los valores aplicados a los elementos que se consideran integrantes del patrimonio cultural. De all que al definir patrimonio nos encontramos con el problema que nos plantea Josu Llull Pealba (2005): A partir de aqu entonces el reto es reflexionar en el papel que juegan los actores en la democracia cultural, el turismo sostenible o la riqueza colectiva, frases todas que hacen mencin de un colectivo implcitamente comprometido en el cuidado y conservacin de sus bienes culturales. En lo estrictamente denominativo terico se considera patrimonio al conjunto de los bienes y derechos pertenecientes a una persona, fsica o jurdica, e histricamente la idea de patrimonio ha estado ligada a la de herencia, pero la palabra es bien utilizada para referirse a la propiedad de un individuo, independientemente como sea que la haya adquirido. Esto trae algunas dicotomas consigo si pretendemos aplicar el trmino a un bien que no es propiedad de nadie, o que es perteneciente a todos, el problema se encuentra precisamente en las ideas de la propiedad y la pertenencia. La palabra patrimonio viene del latn patri = padre y onium = recibido, que significa lo recibido por lnea paterna y sin entrar en discusiones que incluyan postulados filosficos, podemos ver que el concepto de patrimonio se remonta al derecho romano temprano, en el cual los bienes estaban bajo el control o administracin del pater familias, quien poda disponer de ellos libremente pero estaba bajo la obligacin de preservarla y aumentarla en la medida de lo posible. Posteriormente, el dominio lleg a verse como correspondiendo al emperador. Consecuentemente, el concepto de patrimonio se extendi para incluir el derecho que ese emperador (y nominalmente, todo el pueblo) tena sobre la totalidad de la propiedad bajo el control del Estado o sus habitantes, similar al concepto moderno de territorio nacional y transpolable entonces, segn Andrade (2009): El problema de base es que se trata de un concepto relativo, que se construye mediante un complejo proceso de atribucin de valores sometido al devenir de la historia, las modas y el propio dinamismo de las sociedades. As, la seleccin de objetos a los que se otorga una serie de cualidades superiores, que justifican la necesidad de su conservacin y transmisin para las generaciones futuras, puede cambiar con cierta frecuencia. De resultas de ese relativismo, las personas interaccionan de manera distinta con los bienes culturales, favoreciendo su proteccin en unos casos, y desentendindose de su cuidado en otros (2005: 179-180)El Estado es un concepto poltico que se refiere a una forma de organizacin social, poltica soberana y coercitiva, formada por un conjunto de instituciones involuntarias que tiene el poder de regular la vida nacional en un territorio determinado. No debe confundirse con el concepto de gobierno, parte generalmente encargada de llevar a cabo las funciones del Estado delegando en otras instituciones sus capacidades, ni tampoco con el concepto, de carcter ms ideolgico, de nacin, puesto que se considera posible la existencia de naciones sin Estado y la posibilidad de que diferentes naciones o nacionalidades se agrupen en torno a un solo Estado. El marxismo, por ejemplo, considera que el Estado es una herramienta de dominio que se encuentra bajo control de la clase dominante. Por lo tanto, aspira a su destruccin para que sea reemplazado por un Estado obrero como parte de la transicin hasta el socialismo y el comunismo, donde ya no ser necesario un Estado al haberse superado la lucha de clases. Venezuela se declara hoy en da un pas socialista, o en rumbo a la constitucin de un socialismo propio, y en el artculo 2 de su Constitucin (1999) se dice que Venezuela se constituye en un Estado democrtico y social de Derecho y de Justicia. Entendemos que esta declaracin se hace en base al concepto de Estado que est integrado por tres elementos fundamentales: el pueblo, el poder y el territorio, pero en el inconsciente colectivo permanece la imagen de un Estado paternalista, en el cual la participacin de los individuos se ha centrado y limitado a recibir. Ms all de las regulaciones internacionales que existen sobre el patrimonio, como las dictadas por la UNESCO, desde el mbito legal la proteccin del patrimonio cultural venezolano se encuentra enmarcada en la Constitucin Nacional (1999) y en la Ley de Proteccin y Defensa del Patrimonio Cultural (fue promulgada en 1993 y sustituy a la antigua Ley de Proteccin y Conservacin de Antigedades y Obras Artsticas de la Nacin, de 1945), instrumentos legales que permiten establecer diversos mecanismos para la conservacin del patrimonio. Recae tal responsabilidad en el gobierno central a travs del Instituto del Patrimonio Cultural (IPC), en las alcaldas y gobernaciones. El IPC, creado por la Ley de Proteccin y Defensa del Patrimonio Cultural (Gaceta Oficial nmero 4.623 del 3 de septiembre de 1993), es el rgano rector de carcter nacional en materia de patrimonio cultural y como tal es el que establece las polticas que han de regir el manejo de todos aquellos asuntos que constituyan elementos fundamentales de nuestra identidad nacional (1). En el caso del patrimonio cultural, aqul significante transporta el smbolo de un poder inscrito en la sangre a travs de la herencia y trasladado al campo de la ley y el Estado, como modelo cvico y prototipo identitario de la Nacin (2009: 11).La Constitucin vigente en su artculo 99 seala que el Estado garantiza la proteccin y preservacin, enriquecimiento, conservacin y restauracin del patrimonio cultural, tangible e intangible, y la memoria histrica de la nacin, sentenciando que los bienes que constituyen el patrimonio cultural de la nacin son imprescriptibles, inembargables e inalienables, y en su artculo 101 indica que es el Estado el que estar a cargo de la divulgacin y circulacin de la informacin cultural, y establecer estmulos a las personas o instituciones privadas que apoyen la divulgacin de los valores culturales y populares. El IPC en sus lineamientos asume el compromiso de establecer polticas de actuacin en la salvaguarda y socializacin del patrimonio cultural y Disear, ejecutar e impulsar una poltica comprometida con la tica y los valores socialistas, a travs de la participacin de las comunidades y las instituciones ligadas con la cultura Si hablamos de bienes culturales refirindonos a aquellos que la historia le ha legado a una nacin, debemos hablar de patrimonio cultural y pensar que este est formado por los bienes heredados y por los que en el presente se crean y a los que la sociedad les otorga una especial importancia histrica, cientfica, simblica o esttica y que se deja como legado a las generaciones futuras. Este patrimonio cultural se divide en dos tipos: tangible, que es la expresin de las culturas a travs de grandes realizaciones materiales, e intangible, que est constituido por aquella parte invisible que reside en el espritu mismo de las culturas. El patrimonio cultural es la herencia cultural propia del pasado de una comunidad, con la que esta vive en la actualidad y que se transmite a las generaciones presentes y futuras. La Ley de Proteccin y Defensa del Patrimonio Cultural y su reglamento, instructivo que regula el registro general del patrimonio cultural venezolano y el manejo de los bienes que lo integran, dedica un rengln (Ttulo IV) especficamente a incluir los hallazgos arqueolgicos y paleontolgicos y a denominarlos Patrimonio Arqueolgico y Paleontolgico de la Repblica y comienza diciendo en su artculo 35: Son propiedad del estado todos los bienes culturales declarados patrimonio Cultural de la Repblica, relativos al patrimonio arqueolgico, prehispnico, colonial, republicano y moderno, as como los bienes del patrimonio paleontolgico que fuesen descubiertos en cualquier zona del suelo o subsuelo nacional, incluidas las zonas subacuticas, especialmente la submarinas.Segn Iraida Vargas (2006), la divisin de las disciplinas tradicionalmente asociadas con el rescate y conservacin del patrimonio material ha transmitido su parcelamiento natural a las polticas implementadas para salvaguardar el patrimonio: Los especialistas, continua diciendo Vargas (2006: 315), se arrogan el derecho de ser ellos/as los nicos que definen lo que es patrimonio, independientemente de lo que piense y sienta la poblacin general y en esta dinmica de divisin el sentido de pertenencia de los actores sociales se anula, transformndose y desplazndose hacia los entes acadmicos y/o estadales, reforzando as el papel dador del Estado paternalista. Luis Caballero Garca (1999) nos habla del rol social del arquelogo en la nacionalizacin del patrimonio a partir de la arqueologa de manera que pueda cumplir su rol social sin perder su carcter cientfico e introduce el tema de la comunicacin pertinente como herramienta de proteccin del patrimonio desde la arqueologa: Jacqueline Clarac de Briceo (1992) seala que hay tres tipos de actitudes que asumen los actores sociales frente al patrimonio cultural: primero, los comprometidos con activismo, los cuales aclara que son muy pocos, dentro de este grupo se encuentran dos tipos de actitudes, los que tienen un sentido amplio de la historia y Al no concebir el patrimonio como un todo integrado, en constante proceso de redefinicin, dinmica determinada y condicionada por mltiples factores causales, la eficacia de la labor de los profesionales de las diversas disciplinas para conservar es mnima o las ms de veces nula (2006: 315). El parque arqueolgico se define (como los museos) por su finalidad comunicativa Contra lo que pueda parecer el parque arqueolgico ya no es un yacimiento, sino una realidad nueva construida fundamentalmente entre el pblico, el investigador y el comunicador. La finalidad comunicativa del parque arqueolgico va a determinar un proceso de significacin o atribucin de significado al yacimiento. El xito de este proceso supone la transformacin de la cultura material (el yacimiento), contexto con significado cientfico, en objeto social (parque arqueolgico), es decir, en signo o discurso portador de significados comprensibles por la sociedad (1999: 27-28).no tienen vergenza tnica ni sentimientos ambiguos, y los que restringen la historia por sentir tal vergenza. El segundo grupo lo conforman los que no tienen ningn compromiso, divididos en dos renglones, los que no tienen compromiso por indiferencia, y los que no tienen ningn compromiso y que, adems, persiguen y atacan a los que se quieren comprometer con la defensa del patrimonio cultural; y por ltimo, una actitud intermedia, el compromiso sin activismo, compromiso verbal que no llega a ser activo, no hay accin social en este, ya sea por miedo o por falta de inters. Los actores sociales no son conscientes de la importancia que desempean en la generacin del valor significante requerido para la conservacin del patrimonio cultural, como indica Iraida Vargas (2006): Zaida Garca (2009) complementa lo dicho anteriormente hablando de la educacin patrimonial como herramienta para la sostenibilidad del patrimonio cultural cuando el enfoque llamado Gestin Participativa del Patrimonio busca que de los distintos actores de la sociedad participen en la gestin de los bienes patrimoniales; para lograr su valoracin, la creacin de nuevos significacin y la apropiacin social del patrimonio (2009: 787). Y aunque los entes promuevan dicha apropiacin y generen planes donde se trabaje de manera solidaria con un fin comn, es ilgico pensar que estos planes van a sustituir el sentimiento de pertenencia que se genera a travs del valor de significacin transmitido de una generacin a otra y, por ello, Jos Manuel Rodrguez (2005), quien fuera presidente del IPC, reflexiona: La sociedad nacional, su soberana depende de la cohesin del tejido social, la cual a su vez est determinada en gran medida por las formas de adscripcin de los individuos a una comunidad, en fin, por la identidad colectiva nacional. Cuando las condiciones de la vida social implican un deterioro permanente de los referentes simblicos que propician el sentido de pertenencia de la gente, referentes reunidos en el concepto de patrimonio cultural, el tejido social tiende a disgregarse, se hace lbil y permeable a la manipulacin ideolgica, previniendo que los sujetos acten solidariamente en funcin de metas comunes (2006: 313).Valor se refiere a una relacin, es un significado, unifica y no puede ser separado de los hechos las valoraciones sobre los bienes se dan en funcin de los significados y las identidades (Vargas, 2002: 792). La generacin de significado en torno a los objetos es un proceso complejo: Podemos decir que el proceso para generar significacin posee dos aspectos: el subjetivo, a nivel de la conciencia, reflejo cognitivo de la realidad, y el objetivo, a nivel del ser social; ambos se dan en simultaneidad (Vargas, 2002: 792). De all que: Al ser posibles de valoracin, los bienes culturales pueden ser usados para propiciar proceso de identificacin, en consecuencia para generar conductas. En efecto, los bienes culturales constituyen elementos de mediacin que son empleados por los agentes sociales para generar valor (2002: 792). La valorizacin cultural es dinmica, y ese dinamismo es la clave para la complejidad implcita en el proceso de apropiacin de los elementos culturales y materiales. Segn Manzini (2011): Por eso la gente en general no siente todo esto como su patrimonio y nosotros pensamos que el patrimonio debe convertirse en un sentimiento nacional. Tampoco estamos de acuerdo en lo que plantea la UNESCO en la cual una lite intelectual decide que es patrimonio y despus le dice al resto de la humanidad Este es su patrimonio, hganlo suyo, inclusive ahora se est usando el trmino de apropiarse y dicen: Aprpiense del patrimonio! Casi como si fuera una orden. Nosotros consideramos que la gente no tiene que apropiarse de nada porque la gente ya tiene su propio patrimonio. Lo que pasa es que en muchos casos este no coincide con lo que las lites identifican como tal y con las valoraciones que hacen los organismos oficiales. El patrimonio cultural en su origen posee un significado inicial que a lo largo de su vida puede mutar, enriquecerse con el cruce de diversas miradas, e incluso es factible que se pierda. Estas particularidades transforman el significado inicial de los bienes en cultural. La prdida y/o falta de comprensin del significado asociada a la obsolescencia y/o abandono funcional de los bienes, conduce inevitablemente a la desvalorizacin de los mismos. Esta particularidad contribuye a la desproteccin y prdida del patrimonio cultural (2011: 27).- 4. Patrimonio real: Taima-Taima, una experiencia ms Para ilustrar las contradicciones en las que se ve inmerso nuestro patrimonio cultural y las decisiones sobre su conservacin, tomaremos el caso del parque Taima-Taima y describiremos la discrepancia que existe entre las disposiciones generadas para su conservacin y su situacin actual. En el ao 2004, el IPC dise un proyecto de Parque Arqueolgico y Paleontolgico en Taima-Taima, estado Falcn, el cual tena entre sus objetivos la participacin de la poblacin local en la gestin del parque. En la etapa preliminar se elabor el proyecto de participacin comunitaria para la planificacin de senderos de interpretacin del patrimonio natural y cultural del sitio Tara Tara, estado Falcn, a fines de elaborar un diagnstico de la poblacin desde un enfoque participativo, esto permiti conocer la percepcin que tena la comunidad de su patrimonio cultural local. En tal sentido, se dise una metodologa de diagnstico participativo adaptada al mbito del patrimonio cultural y a partir de los resultados se inici un proceso de sensibilizacin y capacitacin. Segn su medio de difusin electrnica, el Parque Arqueolgico y Paleontolgico en Taima-Taima se presenta de la siguiente manera: La quebrada de Taima-Taima, un manantial de aguas salobres, adquiri importancia cientfica luego de que los arquelogos Jos Mara Cruxent y Jos Royo y Gmez realizaron en 1961 algunas excavaciones en el sitio y colocaron a la luz una rica y variada muestra de fauna pleistocnica. Este hallazgo capt el inters de diversos especialistas, incluso extranjeros como, por ejemplo, los doctores Ruth Gruhn y Alan Bryan, quienes acudieron al lugar con la intencin de evaluar las evidencias reportadas. Entre los hallazgos se cuenta con restos seos de un mastodonte (Stegomastodon waringi), junto a otros de megafauna, tales como: el armadillo gigante (Gliptodonte sp.), la pereza gigante (Megaterio sp.), el caballo (Amerhippus), la macrauquenia (Xenorhinotherium), la tortuga (Chelonia), la llama (Palaeolama major) y el oso de hocico corto (Arctoterium). Adems encontraron una pelvis de un mastodonte con una punta de flecha incrustada en El Parque Taimataima es una rea bajo rgimen de administracin especial (ABRAE), que abarca 1.480 hectreas e incluye el primer lugar de matanza de mastodontes, excavado y reportado en el mundo entero. Como sitio emblemtico de la arqueologa venezolana y de Amrica, y en reconocimiento a los valores de la zona, el Estado venezolano declar a Taimataima como Sitio de Inters Cultural segn Gaceta Oficial N 38.206 de fecha 10 de junio de 2005 (3).98 - ella, que remonta a unos 13.000 aos A.C., evidenciando as la presencia humana en este lugar en una poca muy anterior a la fecha establecida anteriormente por los arquelogos, aportando nuevos importantes elementos y poniendo en duda la tesis sobre la expansin humana en Amrica vigente hasta el momento. Segn explic en algn momento el expresidente del IPC, Jos Manuel Rodrguez (S/f): Efectivamente, sobre la presencia humana en Taima-Taima se han escrito diversas teoras. Sin embargo, la propuesta ms generalizada e incluso ms aceptada propone que al lecho de rocas que caracterizan el lugar, y especficamente al manantial que todava existe en el mismo, acudan grandes animales a tomar agua y que all llegaban los cazadores para sorprenderlos, matarlos y sucesivamente descuartizarlos. Esta interpretacin se basa justamente sobre el hallazgo de la pelvis del mastodonte junto al fragmento de punta de flecha hecha en piedra y del hecho de que no existen esqueletos de animales completos, cosa que evidencia que los animales venan descuartizados y las piezas eran transportadas. Taima-Taima fue el primer lugar de matanza de mastodontes, excavado y reportado en el mundo entero. A pesar de que la asociacin de artefactos de caza con los restos seos de Taima-Taima ha sido cuestionada por investigadores, debido a que el agua de la quebrada ha mezclado durante miles de aos los estratos geolgicos antiguos con otros elementos ms contemporneos, los hallazgos del lugar mantienen su importancia, sobre todo por la contundencia de su significativa data, que permiti la reconstruccin antropolgica de un episodio en la vida cotidiana de antiguos cazadores de Falcn. Por todas estas razones, se trata de un sitio emblemtico en la arqueologa venezolana y de Amrica, y se pretenda transformarlo en visita obligada de cientficos y turistas tanto de nuestro pas como del extranjero. Se trata de un sitio donde el elemento fundamental es la presencia del hombre por primera vez en Amrica del Sur, en tiempos tan remotos como 13 mil aos A.C. Toda la teora sobre poblamiento temprano en el continente americano tena como dato ms antiguo 11 mil 500 aos A.C., en Norte Amrica. En Taimataima se consiguieron restos de los grandes animales del cuaternario con seales evidentes de haber sido cazado por humanos. Hay un fragmento de punta de flecha en la pelvis de un mastodonte, as como varias piezas seas con marcas de corte, de animales descuartizados por humanos. Es decir, hay todo un fundamento que nos hace pensar que la vieja teora se desploma (4).- 99 La cubierta de la quebrada de Taima-Taima es un rea de 800 m2, protegida por una hermosa y novedosa cubierta tensil sobre una estructura metlica diseada por el arquitecto Carlos Henrique Hernndez. Dicha cubierta aparece reseada en el lugar del parque bajo la seccin de Lo Construido en el catlogo de patrimonio del IPC, municipio Colina, publicado en 2005. Que est reseada la cubierta y no los hallazgos de Cruxent es una muestra del valor significativo de cada elemento y ofrece respuestas acerca de la prdida de estos ltimos y la poca importancia que se le ha dado a su desaparicin. Al comienzo de la vida del parque la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM) estuvo muy involucrada con el proyecto a travs del Centro de Investigaciones Antropolgicas, Arqueolgicas y Paleontolgicas (CIAAP), como lo resea Mara Luisa Muoz (2005) en su artculo para la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN): Muchos eventos se dieron en torno a la inauguracin del parque: la exposicin de aproximadamente unos 400 metros cuadrados, titulada El mamut y sus parientes de Falcn (agosto-enero de 2005). Tambin la inauguracin de la exposicin Falcn, tierra de colosos (4 de septiembre de 2005), el Encuentro Internacional sobre Paleoambiente y Poblamiento Temprano en Taimataima (del 4 al 10 de la visita de invitados internacionales que participaron en un simposio celebrado esta semana en Coro. Durante el cual el investigador de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM), Orngel Aguilera admiti que ahora el compromiso es mayor porque no se trata slo de Taratara o Taima Taima, sino de la visin de Venezuela ante el mundo, ya que existe un patrimonio arqueolgico de la humanidad que cuenta el legado cultural de ms de 14 mil aos. Resalt el trabajo de investigacin adelantado por organismos como el Instituto del Patrimonio Cultural, el Museo de Ciencias de Caracas, la Universidad Central de Venezuela y la UNEFM. El parque apenas se inaugura y comenzamos con buen pie, porque nuestro piso es muy slido, ya que tenemos excelentes fundamentos desde el punto de vista de la potencialidad cientfica y acadmica, manifest el profesor de la UNEFM. Aguilera agreg que este proyecto se apoya en la coexistencia con los habitantes de las zonas adyacentes como La Vela, Taratara, Muaco y La Aguada, poblaciones rurales del municipio Colina, de esta entidad, sobre quienes recae la corresponsabilidad en la custodia y mantenimiento del lugar (5).100 - septiembre del mismo ao) y las Jornadas de Proteccin y Defensa del Patrimonio Cultural (realizadas el 14, 15 y 16 de noviembre de 2005), todos con miras a involucrar a la comunidad, a la academia y al pblico en general en la generacin de un sentido de pertenencia alrededor del parque. Pero la participacin de la comunidad no se formaliz hasta el ao 2008 con la aprobacin de la Cmara del Municipio Colina, estado Falcn, la que por decisin unnime entreg en comodato a la Fundacin Taima-Taima, constituida por el Instituto del Patrimonio Cultural, la Alcalda de Colina, la Universidad Experimental Francisco de Miranda y los consejos comunales de Tara Tara, Carrizal y La Aguada, la custodia de los terrenos que alberga el Parque Arqueolgico y Paleontolgico Taima Taima (6); es as como tres aos despus de su creacin el parque adquiere unos responsables. La Fundacin Taima-Taima era un ente dirigido por un Consejo Tutelar, operaba mediante un Consejo Ejecutivo integrado por un gerente general y tres representantes de los Consejos Comunales que tenan a su cargo la coordinacin de un plan anual para el desarrollo de cuatro programas de trabajo: En enero de 2010 el IPC report que el ao anterior (2009) se cerr con la declaracin de ms de 60 mil bienes tangibles e intangibles de inters cultural, que fueron publicados en 16 Catlogos de Patrimonio Cultural Venezolano (8), entre ellos se menciona que en el Parque Arqueolgico y Paleontolgico de Taima- Taima, estado Falcn, se inici la construccin de la primera etapa de un centro de interpretacin e investigacin. Durante el Encuentro Latinoamericano y Caribeo del Patrimonio Comunitario que se llev a cabo en Pinar del Ro (Cuba), en 2010, el IPC expuso el proyecto Taima-Taima y, en el ao 2011, la Corporacin Falconiana de Turismo (CORFALTUR) reactiv mdulos tursticos gastronmicos en Taratara, incluyendo en el proyecto la fundacin del Parque Taima-Taima en un esfuerzo para reimpulsar la zona como atractivo turstico de la regin. Estas ltimas (y escasas) noticias de la vida del parque contrastan con la visin actual que ofrece el mismo a los visitantes: infografa y rplicas deterioradas, Conservacin y Seguridad, Formacin y Capacitacin, Promocin y Divulgacin, Gerencia y Administracin. Impulsa la formacin del desarrollo endgeno, a travs de la organizacin de cooperativas para asumir las siguientes actividades productivas: Visitas guiadas y recorridos por los senderos de interpretacin del Parque, Apoyo a la investigacin cientfica, Transporte, alojamiento y alimentacin para investigadores y visitantes, Talleres y campamentos vacacionales (7).- 101 espacio invadido por la fauna silvestre, ausencia de personal que atienda al visitante, deterioro total del pabelln que se encuentra a la entrada del paso hacia la zona de excavacin, desaparicin casi total de los restos de la fauna excavada por Cruxent. El nico elemento que ha sobrevivido al paso del tiempo y al descuido es la cubierta. Habra que hacerse preguntas, tales como: dnde se encuentran los restos de la fauna excavada por Cruxent?, cmo se relaciona el abandono en el que se encuentra el parque con las noticias que promulgan proyectos y planes de accin aparentemente activos?, en qu momento la realidad virtual de estas noticias tocar la realidad de este espacio que sufre el ataque de los agentes externos naturales y humanos y el descuido de la propia comunidad donde reside? Sin respuestas a estas cuestiones, no queda ms recordarnos que, como nos seala Lino Meneses (1994), son los entes oficiales y privados con su visin objetual de nuestro patrimonio, el Estado y su legislacin, y por ltimo la comunidad ausente, los actores responsables del proceso de preservacin y proteccin del patrimonio arqueolgico y slo ellos pueden ir trabajando en equipo para dar respuestas acertadas al proceso de revalorizacin de espacios como el de Taima-Taima. Notas (1) Consultado en la pgina electrnica: http://www.ipc.gob.ve/ipc/. (2) Igualmente, consultado en la pgina electrnica: http://www.ipc.gob.ve/ipc/. (3) Tomado del portal electrnico: http://www.taima-taima.com.ve/. (4)Revisado en la pgina electrnica: http://municipio-colina.galeon.com/turismo1.html. (5) Editado del sitio web: http://www.aporrea.org/actualidad/n65795.htmlhttp:// venmobile.blogspot.com/2007/01/museo-taima-taima-venezuela.html. (6) Revisado en el portal electrnico: (http://noticias.eluniversal.com/2008/08/20/ ccs_art_taima-taima-es-ahora_999838.shtml). (7) Consultado en el sitio: http://www.taima-taima.com.ve/. (8) Datos tomados del sitio electrnico: http://www.correodelorinoco.gob.ve/ comunicacion-cultura/mas-60-mil-bienes-interes-cultural-se-registraron-2009/.102 - REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS - ANDRADE, Mariano. 2009. Poder, patrimonio y Democracia. En Andamios. Vol. 6, N 12: diciembre. Universidad Autnoma de la Ciudad de Mxico, Mxico. p. 11-40. - BALLART, Josep. 2007. El patrimonio histrico y arqueolgico: valor y uso. Ariel. 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No se dice nada nuevo cuando se afirma que existe una clara tendencia hacia la revalorizacin de los bienes patrimoniales y a su utilizacin como recurso educativoHay que recordar que --salvo algunos elementos particularmente emblemticos--, se ha menospreciado, en la prctica, no slo la dimensin turstica ms moderna de los diferentes conjuntos, sino tambin su potencialidad educativa y, como consecuencia, su utilizacin desde planteamientos didcticos. Incluso, actualmente, conjuntos patrimoniales muy importantes, como es el caso del Museo del Prado, Numancia, el Palacio Real de Sevilla, Empries, o la propia Mezquita de Crdoba --por citar algunos ejemplos--, no se han planteado seriamente su uso social con una clara apuesta por lo educativo. Es verdad que se perciben algunos esfuerzos por normalizar estos emplazamientos en la lnea que sealo, pero son intentos todava tmidos y subyugados a la lgica del conservadurismo expositivo. Me atrevo a afirmar que no hay una voluntad decidida de transformar estos importantes bienes patrimoniales en un instrumento para ocupar lo que podramos denominar ocio cultural dirigido a amplios sectores de la poblacin; y, menos an, de orientar los conjuntos patrimoniales para uso educativo, tanto al servicio de las escuelas, como de los estudiantes universitarios. Y me estoy refiriendo a instalaciones que atraen a mucha gente por su alto valor emblemtico e incluso mtico. Podemos citar, a manera de ejemplo y refiriendose a los emplazamientos aludidos, diversas y notorias carencias:1. La falta de salas de interpretacin que, actualmente, se empiezan a considerar imprescindibles para cualquier exposicin temporal.2. La falta de materiales didcticos de calidad y al alcance de todos, comprensibles y ligados a los procesos educativos que se producen en las diferentes etapas escolares.3. Ausencia de actividades de formacin sistemticas, ligadas a las necesidades de los centros, y dirigidas a los docentes. Aunque existen actividades de este tipo, suelen ser puntuales y no suelen formar parte de un programa que contemple la vertiente didctica de la visita.4. Inexistencia de planteamientos museogrficos que contemplen ms las necesidades de comprender que tiene el visitante, que no en el valor casi sagrado y simblico de lo que se expone, y que siempre viene marcado por el experto conservador que, en muchos casos, incluso teme la afluencia masiva de gente.Si esto ha pasado en las instituciones citadas qu podemos decir de la multitud de yacimientos arqueolgicos o de los numerosos y diversificados monumentos de que disponemos en nuestro pas, que no han contado con recursos ni inversiones para una adecuacin o activacin patrimonial de calidad?. Es cierto que hay casos excepcionales, pero, hoy por hoy, no pueden constituir la norma.ALGO EST CAMBIANDODespus de este escueto diagnstico, que deliberadamente acenta la visin ms negativa de este tema, creo que puede decirse que se est produciendo un proceso de cambio muy notable. Percibimos la existencia de muchos elementos que nos lo indican. El mismo hecho de incluir una conferencia de esta temtica en el curso presente es expresin de que existe una preocupacin creciente por estos temas. Encontramos y podemos identificar muchas iniciativas de alcance estatal, regional o local que buscan la manera de activar, potenciar y, sobre todo, valorar su patrimonio a travs de diversas estrategias que van ms all de una correcta restauracin y una bonita y moderna musealizacin.Podemos preguntarnos: por qu se est produciendo un autntico replanteamiento del trato que hay que dar a nuestro patrimonio?. Por qu estamos ante un proceso que pretende hacer ms comprensibles y educativos los bienes patrimoniales?. Las razones pueden ser muchas. Algunas se derivan, sin duda, de la propia demanda de lo que, desde hace ya tiempo, forma parte de la actividad de las escuelas y de los institutos: salir fuera del aula para buscar elementos que, mediante la vivencia directa y la observacin, ayuden al alumnado a un mejor aprendizaje del contenido social y cultural de las disciplinas acadmicas. Creo, sin embargo, que sta no es una explicacin suficiente y hemos de buscar otras. En este sentido, adems de la indicada, se pueden sealar tres posibles causas que explican las razones del cambio que se est produciendo.En primer lugar: el ejemplo que nos aportan los pases ms avanzados en estos temas. Ciertamente, en la medida en que Espaa se est homologando progresivamente a los pases desarrollados, las realizaciones que se han producido, y se estn produciendo, influyen en las iniciativas que se estn poniendo en marcha. Instalaciones patrimoniales del Canad, de ciertos pases del norte de Europa: las villas vikingas, la musealizacin de barrios y elementos que consideramos arqueologa industrial en Gran Bretaa, yacimientos como la Cueva del Arag, en Francia, o iniciativas de instituciones como las del British Museum, del Museo de Historia de Berln, etc. constituyen modelos a imitar y son ya bien conocidos por los que se preocupan de estos temas en nuestro pas. Todos ellos son referencias para los responsables culturales que tienen que tomar decisiones sobre las activaciones patrimoniales o el remozamiento de las existentes y su funcin social.En segundo lugar: la aparicin de una nueva sensibilidad que se expresa en el deseo de conservar, adecuar nuestra riqueza patrimonial, y democratizar el acceso a los bienes culturales. Efectivamente, hay una indudable preocupacin por estos temas entre amplios sectores sociales y entre las autoridades. Como ha ocurrido siempre, los grupos profesionales ms sensibles a esta temtica son los procedentes del mbito de la educacin y de la cultura. Hoy, afortunadamente, ya no son posibles las barbaridades que se produjeron en la llamada poca desarrollista de los aos sesenta y principio de los setenta. Hoy --insisto: afortunadamente!-- hay una mayor cultura colectiva y una ms alta y esmerada sensibilidad social. Ms de veinte aos de democracia no pasan en balde. Otra cosa es que siempre se disponga de los recursos necesarios, o que se encuentren los conocimientos museogrficos y didcticos ms adecuados.En tercer lugar: el incremento de visitas a los museos y a los conjuntos arqueolgicos y monumentales, utilizado como un indicador de xito. Efectivamente, la reciente introduccin de elementos y de estrategias ms gerenciales ha hecho que las direcciones de muchos museos busquen la manera de atraer usuarios como forma de justificar su eficacia. Podemos presentar muchos ejemplos: las cenas y las veladas romanas en Mrida, las noches en los museos en diversas instalaciones de Barcelona, los happenings nocturnos del Museo Salvador Dal de Figueras, etc. En estos casos, y en otros, los gestores organizan actividades especiales, exposiciones temporales, etc., como meras estrategias de marqueting para incitar y estimular las visitas. Se buscan, insisto, indicadores de xito que se centren en el aumento del nmero de visitantes. De este modo se justifican las inversiones que se van haciendo o que se reclaman de las autoridades culturales pertinentes. Y ello conlleva, tambin, buscar nuevos planteamientos museogrficos y comunicativos.En relacin con lo que acabo de decir, puede afirmarse que el pblico escolar ha sido uno de los sectores ms buscado por parte de los gestores patrimoniales. La razn es sencilla: los estudiantes --es decir, las escuelas-- son uno de los pblicos potenciales ms importantes por el nmero de visitantes que aportan. Se trata de un pblico relativamente cautivo --lo cual tiene sus ventajas y sus inconvenientes--, que es un activo para justificar y financiar las inversiones y el mantenimiento de los servicios didcticos en los diversos emplazamientos. Como ejemplo, sealar que los alumnos de las escuelas e institutos, en los ltimos diez aos, constituyen el 52% de los visitantes de los museos o yacimientos musealizados de temtica arqueolgica e histrica.FACTORES QUE PUEDEN MEJORAR LA FUNCIN EDUCATIVA DE LAS INSTALACIONES PATRIMONIALESPartiendo del hecho que estamos en un momento en el que parece que se est intentando rehacer y ampliar nuestro parque de repertorios patrimoniales, y que muchos de ellos buscan caminos para hacerlos ms comprensibles y socialmente valorados, es preciso dedicar una parte de mi intervencin a explicar qu factores pueden hacer posible estos objetivos. As mismo, destacar cules han de ser las prioridades para que el patrimonio tenga un papel importante en la cultura del pas y en la formacin y educacin de nuestros escolares.Para hacer comprensible y pueda ser valorado el patrimonio cultural --nos referimos aqu al etnolgico, al histrico, al arqueolgico, al artstico, al urbanstico, al monumental, etc.--, se necesitan diversos factores, todos ellos importantes. Son, entre otros, los siguientes:1. En primer lugar, una verdadera voluntad poltica de potenciar el patrimonio, orientando su tratamiento hacia la valoracin social y a su utilizacin en la educacin.2. Dar prioridad a las estrategias de difusin, sin dejar de lado la investigacin y la conservacin.3. Adoptar nuevos planteamientos museogrficos de carcter moderno, incorporando las nuevas tcnicas y las nuevas tecnologas para superar la vitrina, la postal y el letrero explicativo.4. Un decidido planteamiento que considere la didctica, entendida sta como hilo conductor del aprendizaje, como un elemento fundamental para orientar la museografa, la difusin, y la comunicacin.Trataremos, a continuacin, estos aspectos:1. Sobre la voluntad poltica poco hay que decir: la hay o no la hay. Es una cuestin de sensibilidad, de civilidad de los polticos y, como no podra ser de otra manera, de disponibilidad de recursos presupuestarios, aunque se pueden buscar formas imaginativas de financiacin o de complementar la oficial. Tambin hay que sealar en este punto la imperiosa urgencia de ampliar el concepto de patrimonio --hasta ahora demasiado restringido-- para incluir y activar otros elementos que pueden interesar a una variada tipologa de usuarios. As, los conjuntos urbanos, el arte popular, los oficios, los lugares histricos, etc. pueden formar parte de los nuevos repertorios patrimoniales. Hay que pedir a los gobernantes que estn a la altura de las circunstancias en un pas como el nuestro, que se est incorporando a la Modernidad (con mayscula) y al progreso cultural segn los patrones occidentales.2. La opcin por la difusin --departamentos de educacin especficos o de difusin, pensados para la educacin y la extensin social de los valores patrimoniales-- es primordial. En los museos o emplazamientos tradicionales, este aspecto siempre se ha considerado de segundo orden. Lo que ha sido ms potente y tradicional en estas instalaciones es la conservacin --el cuerpo de conservadores ha sido el nico existente hasta hace relativamente poco-- y, en menor medida, la investigacin. Conservadores e investigadores son, en la mayora, de estas instituciones el sector profesional hegemnico, y sus visiones han marcando tradicionalmente la orientacin comunicativa del emplazamiento o de la instalacin. Pero, desde mi punto de vista, una adecuada poltica musestica, encaminada a la potenciacin de los bienes patrimoniales, debe considerar en el mismo nivel los tres aspectos: la conservacin, la investigacin, y la difusin, potencindola, especialmente, con recursos suficientes y apoyo institucional.Potenciar la difusin supone, en primer lugar, una concepcin segn la cual, a la inversa de lo que se haca -y se viene haciendo en muchos casos-, resaltar la importancia y consideracin del visitante por encima de las piezas conservadas. En segundo lugar, implica la creacin de departamentos multidisciplinarios, con un papel importante reservado para los especialistas en didctica patrimonial. En tercer lugar, dichos departamentos deben disponer de recursos suficientes para actuar en la formacin del profesorado y para crear materiales de calidad para: antes de la visita, para la visita y para despus de la visita; se tiene que superar el tpico folleto explicativo o el soso "cuadernillo de observacin".En resumen, los planteamientos museogrficos deben tener en cuenta, de manera obligada, cules son las necesidades y las demandas de los usuarios, de los que son parte escogida, y muy significativa, los estudiantes de los diversos niveles educativos. Y ello para crear las estrategias comunicativas ms adecuadas. Todo esto supone desplegar distintas actuaciones; en primer lugar, elaborar estudios de las tipologas de usuarios; en segundo lugar, establecer las estrategias de visitas adaptadas y diferenciadas para cada grupo; en tercer lugar, ofrecer actividades a pblicos con intereses concretos --el de los escolares es uno de ellos, y no todos los niveles escolares tienen los mismos-- . Pero debe tenerse en cuenta una premisa general: relativizar el criterio nicamente cuantitativo para identificar el xito --es decir: ms visitantes igual a ms xito--, sustituyndolo por la calidad de la visita, es decir, por su valor educativo y formativo. Un elemento clave en este objetivo radica en valorar los ndices de satisfaccin de los usuarios como expresin de la calidad.3. El tercer factor que hemos considerado consiste en renovar las estrategias museogrficas de las instalaciones del patrimonio cultural para hacerlas tiles a la educacin. Las nuevas tendencias de la musealizacin nos han venido por influencia de los museos de la ciencia. Es el caso de la Villete, de Futuroscope, del Golden Gate (Exploratorium) o del Museu de la Cincia de Barcelona, etc.. Estas instalaciones, y otras, han supuesto la creacin de un nuevo concepto de museo. Todos los ejemplos citados se caracterizan por tener unos rasgos comunes: el referente es siempre el futuro; los espacios interactivos son predominantes; nos muestran cmo funciona la tcnica o los principios cientficos; y transmiten valores como: el valor de la ciencia para resolver problemas diversos, la sostenibilidad y equilibrio de lo que es natural, y el optimismo ante el crecimiento del conocimiento.Los museos o emplazamientos culturales --mucho ms antiguos en el tiempo-- ofrecen, an, una visin muy diferente, posiblemente debida a la sacralizacin que se tiene de los objetos o de los elementos que se exponen. En su mayora, se trata de museos-escaparate en los que se exponen restos del pasado, pinturas, ollas, piedras o pequeos muros que dicen muy poco al visitante no iniciado. Ahora bien, son intocables y preciosos por el slo hecho de ser antiguos, independientemente de su valor artstico o de su funcin actual, y no transmiten ms valor que la exaltacin del pasado. En el mejor de los casos, estn bien situados, bien iluminados, bien contextualizados, y estn acompaados de un correcto letrero explicativo.Pero este modelo, que satisface a un pblico nada menospreciable, que podramos calificar de relativamente culto, puede no satisfacer a la mayora de otros sectores de usuarios potenciales. Existe una competencia ldica cada vez ms numerosa, y los emplazamientos corren el riesgo de ser percibidos por los jvenes como espacios aburridos, que slo gustan a los maestros, o a los eruditos y, sobre todo, a aquellos que podramos calificar de obsesos por la cultura.Es importante, que la mayora del pblico, y sobre todo, el publico ms joven, identifique los museos y otras instalaciones patrimoniales como espacios amables, atractivos, dnde pueda moverse y aprender de manera autnoma, y lo ms ldica posible. Eso supone establecer unas estrategias museogrficas que incorporen nuevos medios de comunicacin y diseo, elementos interactivos, uso de las nuevas tecnologas, e incluso la adaptacin de algunas estrategias publicitarias en los recorridos y en la creacin de los ambientes.Una renovacin de las estrategias conlleva superar una museografa simplemente expositiva, donde la prioridad es mostrar el resultado del trabajo del investigador, eso s, bien colocado y catalogado por el conservador. Supone superar tambin el modelo de visita donde lo nico que se puede hacer es mirar y leer. El usuario ha de tener la posibilidad de hacer cosas, de manipular, de buscar, de resolver enigmas, y de construir conocimientos. Estas cosas son posibles y se estn haciendo, ya que disponemos de lo que podramos llamar una ingeniera cultural importante. Renovar las estrategias museogrficas implica hacer de los bienes patrimoniales objetos de deseo para la mayor parte de la ciudadana y, por descontado, para los estudiantes.4. Por ltimo, el cuarto factor que trataremos, es la urgencia por dotar de un planteamiento didctico a la utilizacin escolar del patrimonio. Una parte de las estrategias de la difusin, como ya he sealado, debern orientarse hacia la educacin, buscando la calidad didctica de las visitas. Esto supone la determinacin de unas recomendaciones e, incluso, de unos requisitos para poder considerar la instalacin, o lo que contiene, como recurso didctico. Algunos de los elementos que se tendran que tener en cuenta se basan en un punto fundamental: el propio planteamiento del concepto patrimonial y la orientacin que se le quiere dar.El concepto de patrimonio no se tratar en esta intervencin. Tan slo indicar que la actuacin sobre el patrimonio no es asptica, ni est solamente en manos de los expertos y de los tcnicos en musestica. Generalmente, tiene su punto de arranque en polticas culturales que pretenden expresar los rasgos identitarios de acuerdo con una determinada visin de la realidad. Dicho de otra forma, la activacin patrimonial y, como consecuencia, lo que social y culturalmente es consensuado como patrimonio es una forma de expresin ideolgica de las distintas posturas poltico-sociales, lo que no niega que entre estas diversas posiciones existan franjas de acuerdo y consenso, en las que se concentra la unanimidad social y en las que los referentes simblicos son aceptados, aunque con posibles versiones diferentes.Como consecuencia de lo dicho, un discurso correcto y conveniente para la utilizacin educativa de los bienes patrimoniales ser aquel que est en concordancia con los principios de racionalidad, visin crtica de los hechos sociales. Deber producir un conocimiento lo ms coincidente posible con los resultados que sobre la historia y la sociedad producen las ciencias humanas. Este ltimo aspecto implica decodificar y, por lo tanto, desvelar la significacin simblica que la sociedad actual est otorgando al bien patrimonial en cuestin.Respecto a la orientacin que debe darse al uso didctico de los bienes patrimoniales, no deber darse una imagen esttica o acabada del pasado. La correcta utilizacin del patrimonio para la educacin, posibilita propuestas ms interesantes y significativas para los alumnos. Es posible, a travs de la utilizacin patrimonial, hacer revivir el pasado a los estudiantes, conseguir que se emocionen ante l, y disfrutar del gusto por descubrir y por entender cosas llenas de razones y de vida. Y ello, como hemos sealado, sin mitificar, sobrevalorar, o hacer chauvinismo local o regional.Los bienes patrimoniales permiten simular cmo se ha llevado a trmino la investigacin histrica que nos informa de la pieza o del monumento, cmo se contextualiza en la sociedad en la que surgi. Desde una torre medieval, una iglesia, un can, una herramienta de trabajo, un instrumento de cualquier profesin, una obra de arte, un enterramiento, etc, es posible introducir al visitante (y si es un escolar, mucho mejor) en el mtodo y la tcnica que se ha utilizado para poder decir aquello que sabe el conservador y el investigador. Hay profesionales que consideran que la historia, entendida como proceso cientfico, slo puede estar al alcance de los historiadores, ya que slo stos pueden enfrentarse con las fuentes del pasado. Segn esto, no conciben que un nio, un adolescente o un simple visitante pueda extraer conclusiones por s mismo de los restos del pasado. La didctica de la historia nos demuestra todo lo contrario. Negar el tratamiento didctico de la utilizacin del patrimonio, en la orientacin que defiendo, supone negar la curiosidad del pblico, menospreciar el pensamiento crtico de los adolescentes, tutelar el discurso ideolgico y, en definitiva, negar la posibilidad de acceder a la construccin orientada de una interpretacin del pasado en los mbitos escolares.La visin tradicional, que entendemos ya superada, supone una museografa de carcter pasivo, donde se da prioridad a los resultados de los trabajos del cientfico, y donde el visitante slo tiene la opcin de leer o no leer, de creerse o no creerse el contenido del mensaje preestablecido.En contra de esta visin, creemos que, si se quiere captar el inters de los adolescentes por la historia y sus contenidos a travs de los vestigios del pasado, es necesario introducirlos en la metodologa de anlisis histrico. Por lo tanto, se han de seguir procedimientos semejantes a los que utilizan los museos de la ciencia, en la medida que el objetivo no es slo mostrar los resultados de la investigacin cientfica, sino introducir al visitante en el conocimiento y en la prctica de los mtodos y tcnicas de la propia ciencia.En el museo, en el yacimiento arqueolgico, en el barrio histrico, etc. el visitante, sea adolescente o no, debe poder encontrar las fuentes ms interesantes o estimulantes para l, descubrir los enigmas del pasado, aprender las claves de interpretacin, aprender a formular los juicios crticos sobre los testimonios que nos han quedado y, en definitiva, hacerse una imagen propia del pasado, que l mismo, con la ayuda de todo el planteamiento que he sealado, ha construido. Todo ello supone una museografa, una manera nueva de disear los museos, los yacimientos arqueolgicos y los conjuntos patrimoniales que contemplen de manera fundamental los planteamientos didcticos.Introducir al visitante en este proceso implica adoptar un nuevo estilo de considerar la accin del patrimonio. Supone transformarlo en instrumento real del aprendizaje y, por lo tanto, del conocimiento, que no se debe confundir con la exclusiva informacin. El modelo que se propone dispone de un elemento clave: centrar la lnea de accin didctica en el saber hacer, en todo aquel conjunto de aprendizajes de tipo metodolgico y tcnico, que son tan necesarios para la investigacin histrica. Con esta opcin, no pretendemos dejar de lado ni menospreciar la contemplacin o la visin pasiva de lo que se muestra, pero no ser esta la prioridad para la utilizacin escolar, quiz s para otros estilos de visita.As pues, de la misma manera que en su momento, el Museo de la Ciencia de San Francisco introdujo una nueva manera de vivir la visita, se puede pensar que los museos y otras instalaciones patrimoniales con contenidos histricos introduzcan una nueva manera de concebir el mundo de estas disciplinas; esta nueva manera debera centrarse en el aprendizaje de los conceptos, de los mtodos y de las tcnicas relacionadas con la interpretacin y descodificacin de los hechos, situaciones y procesos que conciernen a la investigacin histrica y sus principales hallazgos.Estas propuestas deben acompaarse de un componente de tipo ldico. Cuando decimos ldico no queremos decir folklrico, en el sentido peyorativo de la palabra, ni poco riguroso. Todo contenido trabajado en un entorno de aburrimiento tiende a dificultar la construccin de un conocimiento vlido para el escolar. La base del esfuerzo exige el deseo de saber, la motivacin. El componente ldico es una buena y probada estrategia y ha sido utilizado de manera bastante generalizada en el mbito de las ciencias experimentales, pero no ha tenido el mismo eco en el campo de la historia. Introducir esta dinmica de carcter ldico permitira que vivan, desde una instalacin cultural, una experiencia interesante, motivadora, enriquecedora y, por qu no?, tambin divertida.El cambio hacia un mejor tratamiento escolar del patrimonio ya se est produciendo, pero no debe suponer slo la posibilidad de aumentar el nmero de visitantes en las instalaciones. Deberamos plantear, no slo cuantos van, sino cmo van y que obtienen de las visitas. No debera hacerse una opcin nicamente cuantitativa, sino que se debera tener como prioridad la dimensin cualitativa. Y esta visin se debera configurar como un indicador de calidad y, por lo tanto, de xito. Se debe plantear la visita de los escolares al yacimiento, al monumento o al museo, de manera didcticamente correcta, lo cual quiere decir que el uso que harn de la instalacin ha de encaminarse para su educacin y para su formacin personal y civil.Como reflexin final, hay que decir que el patrimonio cultural, debidamente comunicado, deber ser un elemento clave para la formacin integral de la persona, para su desarrollo emocional y como elemento propiciador de la interaccin y cohesin social. Junto a esto, los usuarios debern ser conscientes de la funcin ideolgica que ejerce la activacin patrimonial en el seno de nuestra una sociedad.Coro, 09 Sep. ABN (Mara Luisa Muoz).- La teora del poblamiento humano hace ms de 14 mil aos en el sector Taima Taima del estado Falcn acapar la atencin de invitados internacionales que participaron en un simposio celebrado esta semana en Coro.

El investigador de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM), Orngel Aguilera, asegur que se cumpli el objetivo de exponer ante la comunidad cientfica internacional las informaciones recopiladas durante tantos aos de estudios.

Aguilera, quien represent al pas en el evento, tuvo la tarea de dar a conocer la revitalizacin y las nuevas interpretaciones generadas de la historia del poblamiento temprano en Amrica, as como de la mega fauna.

El profesor de la Unefm admiti que ahora el compromiso es mayor porque no se trata slo de Taratara o Taima Taima, sino de la visin de Venezuela ante el mundo, ya que existe un patrimonio arqueolgico de la humanidad que cuenta el legado cultural de ms de 14 mil aos.

Resalt el trabajo de investigacin adelantado por organismos como el Instituto del Patrimonio Cultural, el Museo de Ciencias de Caracas, la Universidad Central de Venezuela y la UNEFM.

Destac que este esfuerzo ha permitido entender que no se trata de un fsil aislado, sino de un contexto cultural que hay que preservar para la historia contempornea de Venezuela y del Continente.

En este simposio, en el que participaron investigadores de Brasil, Colombia, Costa Rica, Panam, Argentina y Espaa, los ponentes coincidieron en los planteamientos de nuestro pas en cuanto a la tesis de la presencia del hombre en Amrica del Sur, especficamente en Venezuela, Falcn, hace ms de 14 mil aos.

Sobre las reales posibilidades de integrar todo el esfuerzo investigativo en torno al Parque Arqueolgico Taima Taima, inaugurado recientemente por el ministro de la Cultura, Francisco Sesto, Aguilera opin que se trata de la unin de arte, cultura, ciencia y comunidad.

El parque apenas se inaugura y comenzamos con buen pie, porque nuestro piso es muy slido, ya que tenemos excelentes fundamentos desde el punto de vista de la potencialidad cientfica y acadmica, manifest el profesor de la Unefm.

Aguilera agreg que este proyecto se apoya en la coexistencia con los habitantes de las zonas adyacentes como La Vela, Taratara, Muaco y La Aguada, poblaciones rurales del municipio Colina, de esta entidad, sobre quienes recae la corresponsabilidad en la custodia y mantenimiento del lugar.

Mientras, el cientfico espaol Jos Luis Ponga, representante de la Universidad de Valladolid, mostr su asombro al ver concentrada tanta riqueza arqueolgica, paleontolgica e histrica como en la zona de Taima Taima.

Resalt que apostar al xito del parque arqueolgico construido en el lugar, es apostar a ganador; sin embargo, conmin a seguir trabajando para hacer realidad all un ecomuseo o parque temtico.

Ponga propuso prever las posibles fallas en torno al proyecto, las cuales pudiesen estar relacionadas con la captacin de turistas a travs de la construccin de posadas y restaurantes en las mismas reas de influencia del parque.

Cabe resaltar que el Parque Arqueolgico y Paleontolgico Taima Taima, est dentro de las 1.480 hectreas en las que se proyecta la construccin de un ncleo de desarrollo endgeno que ofrecer todo tipo de servicios tursticos a los visitantes.