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VIGOREXIA Y CULTO AL CUERPO, ALTERACIONES DE LA IMAGEN CORPORAL EN HOMBRES. Ignacio Baile Ayensa. Profesor Psicología Social, Centro Asociado UNED- Tudela (Navarra) E-mail: [email protected] PALABRAS CLAVE: Anorexia, Vigorexia, Alteraciones de la Conducta Alimentaria, Culturismo, Imagen Corporal. RESUMEN: INTRODUCCIÓN. Los trastornos de la conducta alimentaria, así como las alteraciones de la imagen corporal han sido consideradas como alteraciones típicamente femeninas, proponiéndose relaciones de 1/10 en cuanto a prevalencia. Sin embargo en los últimos años se ha comprobado un incremento sustancial en una alteración de la imagen corporal en hombres, que se concreta en una excesiva preocupación por el desarrollo y vigor muscular, alteración que se sospecha está altamente ligada con otras psicopatologías. El objetivo de este artículo es revisar las aportaciones científicas en este ámbito en cuanto a definición, prevalencia y patología asociadas de esta afección masculina. METODOS. Se revisan 25 trabajos científicos publicados en revistas nacionales e internacionales referentes a alteraciones psicopatológicas asociadas al ejercicio excesivo, fundamentalmente en gimnasios, con objeto de desarrollar muscularmente el cuerpo. RESULTADOS. No existe un consenso científico en cuanto a la definición de estos trastornos, siendo "Anorexia inversa" o "vigorexia" los más utilizados. La mayoría de los trabajos han encontrado correlaciones positivas entre práctica excesiva de ejercicio en gimnasios y alteraciones de la imagen corporal y conductas alimentarias. En EEUU se estima que podrían ser 1.000.000 de hombres, los afectados, y 20.000 en España. CONCLUSIONES. Los datos ponen de manifiesto que existe una alteración, fundamentalmente masculina, de la imagen corporal, que en castellano podría denominarse vigorexia, a la que se le ha prestado poca atención hasta el momento, pero que muestra una importante relación con psicopatologías graves. Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis Enero 1970. Psiquiatria.com -1-

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VIGOREXIA Y CULTO AL CUERPO, ALTERACIONES DE LA IMAGENCORPORAL EN HOMBRES.

Ignacio Baile Ayensa.Profesor Psicología Social, CentroAsociado UNED- Tudela (Navarra)

E-mail: [email protected]

PALABRAS CLAVE: Anorexia, Vigorexia, Alteraciones de la Conducta Alimentaria, Culturismo,Imagen Corporal.

RESUMEN:

INTRODUCCIÓN. Los trastornos de la conducta alimentaria, así como las alteraciones de laimagen corporal han sido consideradas como alteraciones típicamente femeninas, proponiéndoserelaciones de 1/10 en cuanto a prevalencia. Sin embargo en los últimos años se ha comprobado unincremento sustancial en una alteración de la imagen corporal en hombres, que se concreta en unaexcesiva preocupación por el desarrollo y vigor muscular, alteración que se sospecha estáaltamente ligada con otras psicopatologías.

El objetivo de este artículo es revisar las aportaciones científicas en este ámbito en cuanto adefinición, prevalencia y patología asociadas de esta afección masculina.

METODOS. Se revisan 25 trabajos científicos publicados en revistas nacionales e internacionalesreferentes a alteraciones psicopatológicas asociadas al ejercicio excesivo, fundamentalmente engimnasios, con objeto de desarrollar muscularmente el cuerpo.

RESULTADOS. No existe un consenso científico en cuanto a la definición de estos trastornos,siendo "Anorexia inversa" o "vigorexia" los más utilizados. La mayoría de los trabajos hanencontrado correlaciones positivas entre práctica excesiva de ejercicio en gimnasios y alteracionesde la imagen corporal y conductas alimentarias. En EEUU se estima que podrían ser 1.000.000 dehombres, los afectados, y 20.000 en España.

CONCLUSIONES. Los datos ponen de manifiesto que existe una alteración, fundamentalmentemasculina, de la imagen corporal, que en castellano podría denominarse vigorexia, a la que se leha prestado poca atención hasta el momento, pero que muestra una importante relación conpsicopatologías graves.

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Introducción

Una macro-encuesta a nivel nacional en EEUU (1) puso de manifiesto que en poco más de dosdécadas, desde 1972 a 1997, la población femenina insatisfecha con su cuerpo se duplicaba (del25% al 56 %) pero que la población masculina insatisfecha prácticamente se triplicaba (del 15% al43 %), ver Figura 1. Probablemente asistimos en los últimos años a una presión cultural hacia loshombres para mantener determinado aspecto físico, como lo ha existido a lo largo de gran parte dela historia de la humanidad hacia la mujer, y que durante el siglo XX se intensificó, elevando a ladelgadez al altar de la belleza y el éxito.

La presión sociocultural hacia los hombres no ha sido lo suficientemente intensa, o los recursospsicosociales masculinos son protectores hacia estas presiones, ya que de forma consistente se hacomprobado que las alteraciones comportamentales, como son los Trastornos de la ConductaAlimentaria, tenían prevalencias masculinas 10 veces más bajas que en mujeres (2).

Sin embargo en la última década del siglo pasado, se puso de manifiesto que la presión que loshombres sufrían sobre su imagen corporal era la de "fitness" o de desarrollo muscular, sin grasa. Sibien las mujeres deseaban adelgazar, los hombres deseaban ganar peso a través de masamuscular, desarrollando volumen (3,4).

Esta diferente presión ha provocado que miles de hombres en las sociedades occidentales inicienactividades deportivas específicas para mejorar su aspecto físico, y en concreto se aficcionen aluso de gimnasios. Autores españoles (5) ya pusieron de manifiesto que el importante incrementode la práctica de ejercicio de tipo individual que en los últimos años se observa, está asociado acuestiones estéticas y a posibles alteraciones psicopatológicas relacionadas con la comida y elpeso, lo que no ocurre con los deportes grupales. Se estima que en España hay más de 12.000gimnasios, y sólo en 1995 las empresas de material deportivo facturaron en nuestro país más de1.200 millones de euros (6).

Dentro del grupo de hombres que practican en los gimnasios, aquéllos que buscan un importantedesarrollo muscular se denominan culturistas (bodybuilders en inglés), y algunos de ellos utilizanesteroides anabolizantes para aumentar más fácilmente el volumen muscular. Con estosdeportistas se realizaron varios estudios en las décadas de los 80-90 (7,8), para analizar losefectos secundarios del consumo de estas sustancias. Pero los estudios, además de encontrarefectos perniciosos de los esteroides, puso de manifiesto también que algunos de estos culturistasmostraban ciertos comportamientos y alteraciones perceptivas que recordaban a los Trastornos dela Conducta Alimentaria como la Anorexia N. y la Bulima N., pero de sentido inverso. Estasalteraciones de daban tanto en culturistas que consumían anabolizantes como en los que no.

Estos sujetos deseaban continuamente tener más peso, se veían extremadamente delgados y suv ida se ve ía a fec tada por su obses ión por e l g imnas io . ¿Era un nuevo t ras tornocomportamental/mental? ¿Era un subtipo de TCA?

Desde entonces se han realizado diversas aportaciones con objeto de precisar si los culturistas sonun grupo de personas en situación de riesgo de sufrir algún tipo de alteración comportamental delámbito de los TCA, y si existe realmente un nuevo trastorno. Por ahora, ni el DSM-IV ni laclasificación de la OMS de enfermedades mentales (CIE-10) incluye una categoría nosológica queabarque los síntomas antes expuestos.

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El objetivo de este artículo es revisar la literatura al respecto y analizar las diferentes aportacionesde los investigadores en estos temas.

Métodos

Para la realización es esta revisión se han muestreado las siguientes Bases de Datos: Medline,Psycoline, Findarticles.com. Igualmente se utilizó una búsqueda guiada con el buscador de internetgoogle.com. Las palabras clave utilizadas para ello fueron: Vigorexia, Bigorexia, "ReverseAnorexia", "Adonix Complex", "Eating Disorder in Men", "Body Image in Men".

De forma específica se revisaron los índices de la revista International Journal of Eating Disorders.

Resultados

Los artículos y páginas de internet específicas obtenidas con el proceso anteriormente especificadofue de 55, de los cuales 19 eran exclusivamente artículos de opinión que no aportaban datoscientíficos, 11 eran artículos que aportaban información sobre aspectos que no eran objetivo deesta revisión, por lo cual 25 artículos y páginas fueron los incluidos en el análisis. Los resultadosmás destacables son los que se indican a continuación.

3.1.- Denominación.

La primera definición que se dio este posible nuevo trastorno fue la utilizada por su descubridor (7)y que optó por "reverse anorexia", anorexia inversa, pues muchos de los síntomas eran similares alos de las pacientes con anorexia nerviosa pero de sentido inverso. Sin embargo este mismo autorha utilizado un término mucho más coloquial, y que se ha hecho más popular: vigorexia, y másrecientemente ha publicado un libro, donde opta por el término "Complejo de Adonis" para referirseal conjunto de alteraciones relacionadas con la imagen corporal que actualmente sufren los

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hombres. En dicho texto a este trastorno concreto lo denomina dismorf ia muscular,desaconsejando el uso del término de "bigorexia" (9).

El término de dismorfia muscular está ya muy extendido, y asociado evidentemente a laclasificación nosológica (10,11,12).

3.2.- Criterios diagnósticos.

Pope et al. (7) analizando los diferentes hallazgos realizados en trabajos con culturistas queabusaban de esteroides anabolizantes, propone que existe un tipo de anorexia inversa que secaracteriza por :

- Miedo a ser demasiado pequeño.- Autopercepción como pequeño y débil, incluso cuando se es grande y musculoso.- Comorbilidad asociada: abuso de esteroides.En el estudio realizado en 1993, los criterios de inclusión en el trastorno fueron dos:- El sujeto debía mostrar una persistente y clara creencia irreal sobre su aspecto, que considerademasiado pequeño y demasiado débil.

- Esta creencia estaba afectando a sus actividades diarias (P.ej.: rehuyendo ser visto en público,cubriendo su cuerpo con ropas amplias para evitar que se vea su pequeñez)

Morgan (2000) matiza los criterios diagnósticos en este sentido:

- Preocupación por su masa muscular global.- Deseo de incremento de peso, sin ganar grasa.- Patologías biopsicosociales asociadas: alteraciones cognitivas de la imagen corporal, alteracionesen el comportamiento alimentario, pensamientos obsesivos sobre el desarrollo muscular, abuso deesteroides anabolizantes, abuso del ejercicio excesivo, evitación de situaciones sociales yafectación del mundo laboral.

3.3.- Clasificación nosológica.

El actual manual de diagnóstico de enfermedades mentales DSM IV de la APA no incluye enninguna categoría a la "anorexia inversa" o a la "dismorfia muscular" o la "vigorexia".

Los diferentes autores han considerado que estábamos ante un tipo de alteración de la imagencorporal (7,12), los trastornos de la imagen corporal tampoco se recogen específicamente en elDSM IV como grupo con entidad propia, sino como criterios diagnóstico dentro de ciertos tratornos.También se ha considerado que era una variante del trastorno dismórfico corporal (12,13) o comoun desorden alimentario (11). Más recientemente el propio Pope habla de este trastorno como unavar ian te de l t ras to rno d ismór f i co corpora l (9 ) muy re lac ionado con un desordenobsesivo-compulsivo (4).

3.4.- Características sociodemográficas del trastorno.

En España se estima que la mayoría de las personas que sufren vigorexia son hombres de entre18 y 35 años que dedican de 3 y 4 horas diarias al gimnasio (14).

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En cuanto a la prevalencia, los datos son fundamentalmente estimaciones. En EEUU se calculaque 85 millones de americanos realizan algún tipo de entrenamiento relacionado con el peso, delos cuales entre 5 y 10 millones realizarían un entrenamiento culturista específico (15) y se hapropuesto que quizá un millón de esos culturistas podrían sufrir de vigorexia (16).

En España se considera que entre 20.000 y 23.000 podrían ser los afectados con este trastorno(14,16), alguno de estos datos se ha obtenido del análisis de casos de anorexia nerviosa enhombres, de los cuales 1/3 podría ser originado por un trastorno previo de vigorexia.

3.5.- Explicaciones etiológicas.

Al igual que con los TCA, es de esperar que la explicación de la vigorexia se realice desde modelosmulticausales, donde factores predisponentes, desencadenantes y mantenedores interactúen deforma compleja, y dichos factores sean de origen biológico, psicológico y social.

Las factores que el momento se han propuesto hacen referencia a déficits serotoninérgicos (16) y afactores socioculturales, principalmente el efecto de los medios de comunicación y los juguetespara chicos que promueven que el hombre es atractivo si es musculoso y sin grasas (11), tambiénse le ha dado gran importancia a las experiencias individuales de burlas sobre la propia apariencia(12).

Pope también ha comentado la posible tendencia genética de ciertos sujetos hacia la personalidadobsesiva, que a su juicio podría subyacer a los comportamientos vigoréxicos (4)

3.6.- Alteración de la imagen corporal asociada.

En cuanto a si la insatisfacción corporal está asociada a la práctica de excesiva del gimnasio, y sies un rasgo previo o posterior a la práctica del culturismo, los datos no son unidireccionales.Goldfield et al. (15) realizan un revisión sobre trabajos que han estudiado las relaciones entrepráctica de deporte de gimnasio y alteraciones de la imagen corporal y/o TCA, en la Tabla 1, seseñalan algunos de los trabajos revisados, donde específicamente se obtuvieron resultados sobreimagen corporal.

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3.7.- Evaluación de la vigorexia.

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La ausencia de un reconocimiento científico del trastorno, y por consiguiente de unos criteriosdiagnósticos consensuados, no ha facilitado el desarrollo de técnicas de evaluación y diagnóstico,sin embargo se han realizado algunas propuestas de trabajo.

Para comparar la percepción alterada de la imagen corporal en este contexto Pope, Gruber,Mangweth et al., (17), han desarrollado una técnica denominada "matriz somatomórfica". En laUniversidad de Cardiff (Gran Bretaña) también están diseñando un cuestionario específico para laevaluación de la anorexia inversa (18).

Lantz (10) en la Universidad del Estado de Truman (EEUU) ha diseñado la Escala de DismorfiaMuscular (Muscle Dysmorphia Scale - MDS) compuesta por 46 ítems autoinformativos sobrecreencias asociadas a la dismorfia muscular. Se evalúan seis características: insatisfaccióncorporal, dependencia del ejercicio, deseo de tamaño, conductas de dieta, ocultamiento del cuerpoy uso de sustancias farmacológicas.

3.8.- Tratamiento.

Hasta que se amplíen nuestros conocimientos, según Morgan (11) el protocolo de tratamientoinicial podría ser el uso de inhibidores de la recaptación de serotonina, a nivel farmacológico, yterapia cognitivo-conductual a nivel psicológico.

Discusión

En la actualidad, a pesar de que hace ya 10 años que se planteó la existencia de este nuevotrastorno, las aportaciones científicas al respecto son prácticamente anecdóticas y el conocimientode su incidencia, prevalencia y características clínicas es muy reducido.

En cuanto a la denominación todavía no existe un consenso, quizá debido a los problemas para suubicación en un grupo nosológico, y anorexia inversa o dismorfia muscular pueden ser los términosmas usuales en el ámbito científico, pero vigorexia es el término más extendido en los textoscastellanos.

Para el diagnóstico de vigorexia, aún disponiendo de criterios diagnósticos propuestos por variosinvestigadores, no se han establecido ni cuáles son centrales, ni cuáles periféricos, tampococuántos de ellos deben estar presentes obligatoriamente para el diagnóstico, ni cuál es el periodotemporal en el que deben estar presentes.

Mientras no se incluya como trastorno con entidad propia en los manuales de diagnóstico, bienpodría considerarse como un trastorno somatomorfo, y haciendo una interpretación amplia delprimer criterio diagnóstico del Trastorno Dismórfico Corporal del DSM-IV (2), considerarlo como tal,ver Tabla 2. Para ello habría que considerar que "defecto imaginado del aspecto físico" en lavigorexia es "verse especialmente delgado y débil, cuando no es así". En esta línea se entiendenlas ampliaciones de síntomas que se recogen el DSM-VI-TR (19) dentro del trastorno dismórfico,incluyendo referencias al desarrollo muscular.

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No existen estudios rigurosos a nivel nacional ni a nivel internacional sobre las característicassociológicas de este trastorno, y los datos disponibles son fundamentalmente conjeturas de losinvestigadores o estimaciones, por lo cual no podemos conocer la incidencia de este nuevotrastorno, aún cuando se habla de casi de 1.000.000 de afectados en EEUU y unos 20.000 enEspaña.

En cuanto a la psicopatología que acompaña a estos trastornos, las aportaciones son diversas. Enel caso de la Imagen Corporal, aspecto que nos interesaba especialmente en esta revisión, lostrabajos que han estudiado si la práctica de culturismo está asociada a insatisfacción corporal, losresultados son contradictorios, incluso utilizando los mismos instrumentos (ver Tabla 1), por lo cualno puede concluirse si el culturismo es una consecuencia de la insatisfacción con el propio cuerpo,o si es un factor protector, o si no existe ninguna relación entre ambas variables. Sí que se haencontrado una relación mórbida con actitudes alimentarias alteradas (15).

Para finalizar y siguiendo algunas de las indicaciones de Morgan (11), podemos concluir que:

1.- En la actualidad los hombres están sufriendo una elevada presión social (Medios decomunicación, juguetes, iguales...) para mantener una determinada imagen corporal asociada a uncuerpo musculoso y sin grasas.

2.- El incremento actual de la práctica deportiva en gimnasios, e incluso el consumo de esteroides,se considera una respuesta social a la presión antes señalada.

3.- Ciertos sujetos que practican el culturismo de una forma excesiva, muestran ciertapsicopatología relacionada con la autoimagen, la conducta alimentaria y las conductas sociales,que ha venido en denominarse "anorexia inversa", "dismorfia muscular" , "vigorexia" o "complejo deadonis".

4.- Este nuevo trastorno todavía no ha encontrado su ubicación dentro de la clasificación científicade enfermedades, aunque los criterios diagnósticos de los trastornos de la conducta alimentaria olos trastornos somatomorfos, podrían aplicarse provisionalmente.

5.- Necesitamos más investigaciones que amplíen nuestros conocimientos sobre la clínica de estetrastorno, así como la incidencia/prevalencia en nuestro país del mismo y cuál es el tratamientoefectivo, lo que probablemente nos permitirá consensuar una denominación y terminar declasificarlo.

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