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Trabajo Especial

41º Aniversario

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El presente reportaje periodístico fue realizado por el licenciado Johnny E. Mogollón E., y el

reportero gráfico Luis Marchán, como un trabajo especial en ocasión del

41º Aniversario de

Acarigua – Portuguesa – Venezuela2015 ©

“Menores” en el ojo del huracán

l Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), define como la violencia contra los niños y niñas, a aquella que incluye el abuso y maltrato

físico y mental, el abandono o el tratamiento negligente, la explotación y el abuso sexual, ocurridos en el hogar, las escuelas, los orfelinatos, los centros residenciales de atención, en las calles, en el lugar de trabajo, en prisiones y establecimientos penitenciarios, y que puede afectar la salud física y mental de los niños, perjudicar su habilidad para aprender y socializar, y, más adelante, socavar su desarrollo como adultos funcionales y buenos progenitores.

“La violencia es un monstruo de mil cabezas que puede manifestarse y afectar a todos los seres humanos, es una terrible enfermedad social cuya única forma de combatirla es a través de la familia y del individuo, cambiando su mentalidad, su modus vivendi”, así lo expresó Amílcar Torres, consejero de protección municipal, adscrito al CPNNA de Páez, al ser interrogado sobre la visión que sobre este problema tienen en ese órgano dedicado a la salvaguarda de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

Torres indicó, que las más efectiva forma de protección a este importante y vulnerable sector de la población es

a través de la denuncia; sin embargo, muchas veces los hechos de violencia en que menores de edad están implicados, ya sea como víctimas o como victimarios, quedan ocultos pues existe temor a las implicaciones de la denuncia, aunque últimamente se ha incrementado sustancialmente el número.

Sobre los mecanismos de denuncia, Torres indicó que la única forma establecida en la ley es

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Amílcar Torres, consejero de Protección municipal (Cpnna – Páez):

“La violencia es una terrible enfermedad social cuya única forma de

combatirla es a través de la familia y del individuo

E

hacerla personalmente, y puede consignarla la víctima, sus padres, responsables o cualquier persona interesada, siempre que sea de manera directa y nunca anónima.

De igual forma, el consejero informó que el sistema de protección cuenta con dos instituciones de atención primaria, que son el Consejo de Derechos y el Consejo de Protección, siendo el primero el encargado de velar por los derechos e investigar aquellas situaciones difusas en que un colectivo de niños, niñas o adolescentes puede ser vulnerado en sus derechos, y el segundo, encargado de los casos individualizados.

Causas y soluciones

Para el Consejo de Protección, la sociedad que es la reunión de todas las familias del país, le debe la violencia generalizada a la familia, que es el principal ente socializador del individuo, y en la actualidad es muy alto el número de familias desestructuradas o disgregadas, que carecen de valores, y en las que la violencia es la forma de interacción más usada, lo que propicia una especie de cultura de la violencia que se exacerba debido a la elevada cantidad de individuos de similar forma conductual.

“Para hacer un cambio sustancial en la forma en que estamos interactuando con los demás miembros de la sociedad, debemos cambiar al individuo desde el seno familiar y desde allí crear verdaderos y respetuosos lazos”, expresó.

Son varias las formas

La violencia contra niños, niñas y adolescentes puede presentarse de diferentes maneras; sin embargo, el Sistema de Protección las ha dividido en tres grupos se acuerdo a la naturaleza de las

agresiones:

La violencia verbal es un género quizá silencioso, sutil, debido a que en ella no quedan rastros físicos del maltrato, pero sí importantes secuelas en la psique, provocadas por la deformación de la identidad del “yo” en el menor. El uso o el abuso de las palabras durante las diferentes etapas de la conformación de la personalidad dejan una huella casi imborrable que afecta de gran manera la autoestima, tanto en la niñez y adolescencia como en la adultez.

La violencia física que está definida como aquella en que se provocan daños al cuerpo del menor, y es quizá la más conocida y repudiada de todas, puesto que sus efectos se hacen evidentes para quienes comparten la intimidad familiar como para aquellos que no. Son muchos los tipos de lesiones que pueden ser infringidas, pero los casos más recurrentes son golpes, mordeduras y quemaduras.

La violencia psicológica, es tal vez la más difícil de comprender pues está intrínsecamente ligada a la violencia verbal y a la física, pero en este caso, el maltrato tiene la intencionalidad de dañar la autoestima, y puede ser sistemática o puntual, es decir, que ocurra frecuentemente con resultados extremadamente negativos, o de forma ocasional como consecuencia de un hecho específico, con secuelas menos intensas y definitivas. Este tipo de violencia genera bajo rendimiento escolar, conflictos en la cimentación de la personalidad, pérdida del autocontrol, explosiones de agresividad, y la construcción de una paupérrima autoimagen.

Orientación al alcance de la mano

Torres indicó que es muy frecuente que en un grupo familiar se esté incurriendo en la violencia sin que esa situación sea detectada debido a que,

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por razones culturales, algunos tipos de maltrato son considerados como parte del proceso de crianza y educación. “Dado el caso de que se tengan dudas sobre la presencia de situaciones de violencia infantil, el Sistema de Protección cuenta con un equipo multidisciplinario dispuesto a orientar, a facilitar la convivencia y a evitar los hechos violentos en el seno de la familia” Dijo. Asimismo, el consejero indicó que una muy

buena opción también es solicitar ayuda a un psicólogo, ya sea en las instituciones públicas como el Ministerio del Poder Popular para la Salud, o en las clínicas privadas.

Prevención en dos platos

A decir del Consejero de Protección, la prevención de los hechos de violencia contra los

niños, niñas y adolescentes, es una tarea que si bien ha tenido un impulso considerable, todavía dista mucho de acabar, pues los planes y proyectos en esta materia deben ser constantes, reiterativos, a fin de lograr que la mayor c a n t i d a d d e p e r s o n a s s e a n concienciadas sobre esta problemática de trascendencia nacional.

De igual forma, Torres indicó que aun existiendo la voluntad política y los recursos necesarios para llevar a cabo todas las campañas que fuesen necesarias, sería insuficiente puesto que para la prevención de la violencia contra los niños y adolescentes, hace falta la conciencia y una estrecha vinculación afectiva de los padres con sus hijos, “esas son las dos armas más poderosas contra la violencia”, expresó.

Violencia a 40% Vol/Alc

De acuerdo a lo informado por el consejero municipal, la violencia contra los niños y adolescentes en un muy alto grado se produce bajo los efectos del alcohol. Este se ha convertido en un verdadero detonante, quizá por los efectos que esta droga psicoactiva tiene sobre el cerebro, en los que se incluyen los cambios súbitos de humor, la a l terac ión de los procesos de pensamiento y el juicio, así como la

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Amílcar Torres (Cpnna – Páez): “La prevención de los hechos de

violencia contra los niños, niñas y adolescentes, es una tarea

que si bien ha tenido un impulso considerable, todavía dista

mucho de acabar, pues los planes y proyectos en esta materia

deben ser constantes”

disminución del autocontrol.

Las manifestaciones más comunes

La violencia contra los niños puede presentarse de diferentes formas, sin embargo, debido a característ icas de naturaleza cultural, socioeconómica y demográfica, en el estado Portuguesa existe, de acuerdo a lo expresado por el consejero municipal de Protección, tres formas en la que la incidencia se hace particularmente mayor, y ellas son:

Explotación infantil: De acuerdo a los tratados sobre la materia, la explotación infantil consiste en la utilización de menores de edad por parte de adultos para fines económicos, afectando el desarrollo personal y emocional de los menores así como el disfrute de sus derechos. Sobre esta manifestación de la violencia contra los niños y adolescentes, Torres indicó que existen múltiples denuncias que han sido procesadas por el ente de protección, debido a la utilización de menores para el trabajo, tanto en las zonas urbanas como en las zonas rurales. Igualmente, han consignado denuncias por la utilización y alquiler de niños con el fin de evitar las largas colas para adquirir los productos a las puertas de supermercados y farmacias.

Explotación sexual infantil:

En el Primer Congreso Mundial contra la Explotación Sexual de los Niños (1996), se concretó que “un explotador sexual es alguien que se beneficia injustamente de cierto desequilibrio de poder entre él mismo y una persona menor de 18 años, con la intención de explotar sexualmente a

esa persona, ya sea para sacar provecho o por placer personal”. Así pues, podemos decir que la explotación sexual infantil quedaría definida como el abuso de poder de una persona sobre un menor, para explotar a éste último en función de beneficios monetarios o de placer. Al respecto, Torres indicó que hasta la fecha han sido retenidas varias menores durante operativos policiales efectuados en locales nocturnos, pero hasta ahora no hay denuncias concretas, lo que les imposibilita actuar de manera efectiva.

Siempre dispuestos a servir

Finalmente el consejero de Protección Amílcar Torres, hizo un llamado a la colectividad portugueseña a formar parte activa de las iniciativas que buscan hacer retroceder la violencia contra niños, niñas y adolescentes, a aleccionar a los hijos de manera inteligente y no violenta, y de ser necesario buscar la orientación en el Sistema de Protección, que, pese a las dificultades por las que están atravesando, como la falta de recursos humanos, físicos y financieros, siempre están prestos a brindar la mejor atención a la ciudadanía.

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En la próxima entrega abordaremos la violencia

desde la óptica de la psicología