Volveré para regar el campo - SciELO

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Volver é para regar el campo 1 El movimiento de los migrantes transnacionales bolivianos y su participación en procesos de transformación productiva en la región de origen. Estudio de caso: Familias migrantes transnacionales y producción de durazno en la Tercera Sección de la provincia Esteban Arze del departamento de Cochabamba, Bolivia Leonardo de la Torre Ávila Boliviano. Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social y Sociología. Ex becario del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO, Becas CLACSO/CROP 2004). Investigador adjunto del Centro de Estudios Superiores (CESU) de la Universidad Mayor de San Simón. Catedrático de la Universidad Católica Boliviana. Premio Nacional y Premio Latinoamericano de FELAFACS para la Investigación en Comunicación Social, nivel Licenciatura. Hace cuatro años se dedica a la investigación en migración transnacional boliviana. [email protected] Resumen Este artículo resume los informes de dos investigaciones realizadas con los siguientes objetivos centrales: describir el fenómeno migratorio transnacional boliviano desde la perspectiva del surgimiento de un movimiento social y, luego, explicar su influencia en procesos productivos no tradicionales que en los últimos quince años vienen cooperando en la reducción de la pobreza y el mejoramiento de la calidad de vida en la Tercera Sección de la provincia Estaban Arze del Departamento de Cochabamba, Bolivia. El durazno protagoniza esa actividad productiva no tradicional; es así que fue con familias participantes en redes sociales de migración transnacional, por un lado, y con familias productoras de durazno, por el otro, con quienes desplegamos la fase empírica de nuestra estrategia metodológica, principalmente estructurada en técnicas cualitativas. Esas familias despliegan sus ciclos y sus estructuras en el entramado de espacios sociales transnacionales (ESTs), en cuya explotación la dimensión total del mundo-vida parecería emanciparse de la noción de país como recipiente geográfico estanco. Esta particular permanencia de comunidades de sentimiento parecería sostenerse en prácticas sociales y productivas que, para su éxito, dependen –como señala Levitt- de sólidas adscripciones en los distintos polos del valle transnacional. Palabras clave: movilidad social, transmigración, desarrollo, prácticas comunicacionales Resumo Este artigo resume os informes de duas pesquisas realizadas com os seguintes objetivos centrais: descrever o fenômeno migratório transnacional boliviano desde a perspectiva do surgimento de um movimento social e, logo, explicar sua influência nos processos produtivos nao tradicionais que nos últimos quince anos vêm cooperando na reduçao da pobreza e o melhoramento da calidade de vida na Terceira Seçao da Provincia Esteban Arze do Departamento de Cochabamba, Bolívia. O péssego protagoniza essa atividade produtiva nao tradicional; é assím que foi com famílias participantes em redes sociais de migraçao transnacional, por um lado, e com famílias produtoras de péssego, por outro, com quem espalhamos a fase empírica da nossa estrategia metodológica, principalmente estruturada em técnicas cualitativas. Essas famílias abrem seus ciclos e suas estruturas no entramado de espaços sociais transnacionais (ESTs), em cuja exploraçao a dimenssao total do mundo-vida parece emanciparse da noçao de pais como recipiente geográfico estanco. Esta particular permanência de comunidades de sentimento parecería se-sustentar nas práticas sociais y produtivas que, para seu sucesso, dependem –como afirma Levitt- de sólidas adscriçoes nos distintos pólos do vale transnacional. Palavras chave: movilidade social, transmigraçao, desenvolvimento, práticas comunicacionais Abstract This article summarizes the reports of two research studies conducted focusing on the following main objectives: to describe the transnational migration phenomenon of Bolivia from the perspective of the emergence of a social movement and, subsequently, to explain its influence on non-traditional production processes that over the past fifteen years have contributed to reduce poverty and improve the quality of life in the Third Section of the Esteban Arze Province in the Department of Cochabamba, Bolivia. Peach production plays the leading role in the non-traditional activities mentioned. The empirical phase of the methodological strategy applied in the research, mainly structured in qualitative techniques, thus unfolded with families participating in transnational migration social networks, on the one hand, and with peach producing families, on the other hand. These families set out their cycles and structures in the context of transnational social spaces (TSS) and, in using this space, the total scope of the life-world seems to cut free from the notion of country understood as a sealed geographic recipient. This particular continuity of a “community of sentiment” seems to sustain itself on social and production practices which, for their own success, depend –as Levitt points out- on solid adscriptions across the different poles of the transnational valley. Key words: social mobility, transmigration, development, communicational practices. 7 AÑO 11, N º 13, 2 º SEMESTRE 2006

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“Volveré para regar el campo”1El movimiento de los migrantes transnacionales bolivianos y su participación en

procesos de transformación productiva en la región de origen.Estudio de caso: Familias migrantes transnacionales y producción de durazno en

la Tercera Sección de la provincia Esteban Arze del departamento de Cochabamba,Bolivia

Leonardo de la Torre ÁvilaBoliviano. Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social y Sociología. Ex becario del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO,

Becas CLACSO/CROP 2004). Investigador adjunto del Centro de Estudios Superiores (CESU) de la Universidad Mayor de San Simón. Catedrático dela Universidad Católica Boliviana. Premio Nacional y Premio Latinoamericano de FELAFACS para la Investigación en Comunicación Social, nivel

Licenciatura. Hace cuatro años se dedica a la investigación en migración transnacional boliviana.

[email protected]

ResumenEste artículo resume los informes de dos investigaciones realizadas con los siguientes objetivos centrales:describir el fenómeno migratorio transnacional boliviano desde la perspectiva del surgimiento de un movimientosocial y, luego, explicar su influencia en procesos productivos no tradicionales que en los últimos quince añosvienen cooperando en la reducción de la pobreza y el mejoramiento de la calidad de vida en la Tercera Secciónde la provincia Estaban Arze del Departamento de Cochabamba, Bolivia.

El durazno protagoniza esa actividad productiva no tradicional; es así que fue con familias participantes en redessociales de migración transnacional, por un lado, y con familias productoras de durazno, por el otro, con quienesdesplegamos la fase empírica de nuestra estrategia metodológica, principalmente estructurada en técnicascualitativas. Esas familias despliegan sus ciclos y sus estructuras en el entramado de espacios socialestransnacionales (ESTs), en cuya explotación la dimensión total del mundo-vida parecería emanciparse de lanoción de país como recipiente geográfico estanco. Esta particular permanencia de comunidades de sentimientoparecería sostenerse en prácticas sociales y productivas que, para su éxito, dependen –como señala Levitt- desólidas adscripciones en los distintos polos del valle transnacional. Palabras clave: movilidad social, transmigración, desarrollo, prácticas comunicacionales

ResumoEste artigo resume os informes de duas pesquisas realizadas com os seguintes objetivos centrais: descrever ofenômeno migratório transnacional boliviano desde a perspectiva do surgimento de um movimento social e, logo,explicar sua influência nos processos produtivos nao tradicionais que nos últimos quince anos vêm cooperandona reduçao da pobreza e o melhoramento da calidade de vida na Terceira Seçao da Provincia Esteban Arze doDepartamento de Cochabamba, Bolívia.

O péssego protagoniza essa atividade produtiva nao tradicional; é assím que foi com famílias participantes emredes sociais de migraçao transnacional, por um lado, e com famílias produtoras de péssego, por outro, comquem espalhamos a fase empírica da nossa estrategia metodológica, principalmente estruturada em técnicascualitativas. Essas famílias abrem seus ciclos e suas estruturas no entramado de espaços sociais transnacionais(ESTs), em cuja exploraçao a dimenssao total do mundo-vida parece emanciparse da noçao de pais comorecipiente geográfico estanco. Esta particular permanência de comunidades de sentimento parecería se-sustentarnas práticas sociais y produtivas que, para seu sucesso, dependem –como afirma Levitt- de sólidas adscriçoesnos distintos pólos do vale transnacional. Palavras chave: movilidade social, transmigraçao, desenvolvimento, práticas comunicacionais

AbstractThis article summarizes the reports of two research studies conducted focusing on the following main objectives:to describe the transnational migration phenomenon of Bolivia from the perspective of the emergence of a socialmovement and, subsequently, to explain its influence on non-traditional production processes that over the pastfifteen years have contributed to reduce poverty and improve the quality of life in the Third Section of the EstebanArze Province in the Department of Cochabamba, Bolivia.

Peach production plays the leading role in the non-traditional activities mentioned. The empirical phase of themethodological strategy applied in the research, mainly structured in qualitative techniques, thus unfolded withfamilies participating in transnational migration social networks, on the one hand, and with peach producingfamilies, on the other hand. These families set out their cycles and structures in the context of transnational socialspaces (TSS) and, in using this space, the total scope of the life-world seems to cut free from the notion of countryunderstood as a sealed geographic recipient. This particular continuity of a “community of sentiment” seems tosustain itself on social and production practices which, for their own success, depend –as Levitt points out- on solidadscriptions across the different poles of the transnational valley.Key words: social mobility, transmigration, development, communicational practices.

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1. Introducción

Dos de cada diez bolivianos no están en Bolivia. LaDivisión de Población de las Naciones Unidas y laOrganización Mundial para las Migraciones (OIM)indican que, de los 175 millones de migrantestransnacionales que habían en el mundo durante elaño 2004, aproximadamente un millón y medio eranbolivianos (cf. HINOJOSA, 2004; SAGÁRNAGA,2004)2. Hinojosa nos recuerda que 217 de los 314municipios del país son expulsores de población.

Frente a la imagen de la migración como exilioeconómico, en Bolivia empieza a hacerse frecuente lapresentación de optimistas lecturas sobre el impactode las remesas que reciben los familiares de nuestrosmigrantes. Según un estudio encargado por el FondoMultilateral de Inversiones del Banco Interamericanode Desarrollo (FOMIN-BID) a Bendixen y Asociados ypresentado en octubre de 2005, el 55% de lasremesas familiares bolivianas se destina ainversiones que van desde la educación hasta lacompra de propiedades, pasando por ahorros einversión directa en negocios. Bolivia se convertiríaasí en uno de uno de los países de América Latinacon los porcentajes más altos de inversión deremesas migrantes. ¿De cuánto estamos hablando?De muchísimo dinero para la economía boliviana. Lafuente citada revela que el 11% de la población adultaboliviana recibe (a un promedio de US$ 165, ochoveces al año) el total anual estimado de US$ 860millones, una cantidad equivalente al 38% del total delas exportaciones en 2004, según datos oficiales delInstituto Nacional de Estadística (INE).

El presente artículo demuestra que esa inversión yotras modalidades de participación hacen presentesen sus comunidades de origen (en este casoubicadas en el Valle Alto del Departamento deCochabamba) a los aparentemente ausentesmigrantes transnacionales. Aún más, estas páginaspretenden analizar al impacto de la inversiónproductiva migrante como elemento de análisis quenos permita considerar a los migrantestransnacionales bolivianos como un movimientosocial en ciernes. Como describiremos acontinuación, y pese a su supuesta juventud, estecolectivo viene gestando sus demandas hace muchosaños. En la región escogida para nuestro estudio, elmovimiento social de los migrantes habría influido demanera decisiva en el impulso de notoriastransformaciones productivas que podríamosentender como teledirigidas, puesto que para serejecutadas no es necesario abandonar los circuitosde continuo desplazamiento en espacios socialestransnacionales la migración laboral.

Para llegar a las familias migrantes aplicamos las

técnicas de acercamiento porrelaciones y redes de confianza,logrando conversaciones de unariqueza que excedió nuestrasexpectativas. Respecto a las familiasproductoras -éstas sí empadronadas,asociadas y organizadas en zonas deriego, de acuerdo a los datos de unregistro que pudimos actualizar conun alto nivel de confianza- sí fueposible la aplicación de técnicascuantitativas de muestreoestratificado proporcional. Es así quede un total de 334 huertas dedurazno registradas en la región,terminamos entrevistando enprofundidad a 26 familias. Junto a lasmencionadas entrevistas y a unadetallada observación participante enla región, sostuvimos otrosencuentros con migrantes bolivianosde colectividades diversas y expertosen el tema, elevando el número totalde entrevista a 49, sostenidas enmás de 40 visitas a la zona quepudimos realizar entre 2002 y 2005.

2. El movimiento social de losmigrantes bolivianos

“Creo que hemos nacido paramigrar”, nos dijo don DiógenesEscobar cuando le preguntamoscómo había surgido en él el deseo devivir fuera del país. “Casi es unaobligación para nosotros”, agregóPrimitivo Sánchez, hablándonos delprimero de sus muchos viajes. Por logeneral, las respuestas querecogimos en la región de nuestroestudio para la pregunta sobre lasmúltiples motivaciones de la aventuramigrante oscilaron entre la necesidadde lograr mejores condicioneslaborales, vinculada al deber, y laintención de encontrar realizaciónpersonal, vinculada a la esperanza.

El desplazamiento poblacional -carademográfica de la búsqueda y elviaje- puede estudiarse,probablemente, en todas las culturas.También en las alturas y en los vallesinterandinos la migración ha sido unfenómeno social, cultural yeconómico invariablemente presente

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a lo largo de la historia. Esprecisamente en los registroshistóricos y antropológicos dondepuede encontrarse la huella de latradición andina de migrar, prácticaen la que se puede identificar lagénesis de un auténtico movimientosocial de la actualidad, en tantocolectivo movilizado en función afines precisos.

Las culturas ancestrales del altiplano,que tiempo después se unificarían enel espacio aymara y luego seanexarían al incario, contaban conmigrantes regulares que tenían lamisión de viajar a las tierras bajaspara traer alimentos que no seproducían en las alturas. “Conocidoscon el nombre demitimaqkuna, [...] eran ellazo vital que unía laeconomía interregional ymultiecológica, tan crucialpara las poblacionesnucleares altiplánicas”(KLEIN, 1997: 33). Losmitimaqkuna omimitames funcionabancomo colonos querecibían de los ayllus3carne de llama, papa,quinua y productos delana; y, a cambio,entregaban pescado ysal, si es que venían delas regiones costeras, omaíz, coca y fruta, sivenían de los valles o lasregiones subtropicales. De estemodo, la migración ya integraban lalógica de subsistencia de lasprimeras culturas organizadas de lasque se tiene noticia en nuestrahistoria precolombina de acuerdo aun sistema que Murra describió como“un archipiélago de pisos ecológicos”.Según esta noción, a través dedesplazamientos migratoriosordenados, aquella costumbre deviajar, que acabamos de señalarcomo vigente en la idiosincrasiaandina, no significaba únicamentecambio, sino también permanencia.

No es casual que nuestrasentrevistas con migrantes, familiares

y paisanos de migrantes en el Valle Altocochabambino hayan ilustrado que, como losinmemoriales mitimaes, los nuevos colonos bolivianosparecían extender la dinámica doble de sus idas yvenidas hacia un nuevo escenario, el de unarchipiélago de pisos ecológicos transnacionales. Suscomunidades, sustituidas en términos de residencia,por Washington D.C., Madrid, Buenos Aires y otrasciudades, cumplen la función que para aquellosviajeros ejercían las cabeceras étnicas cercanas allago sagrado. Siguiendo los principios decomportamiento que Murra llamó “economía moral”,los desplazamientos en función a un centropermanente continúan (cf. 1975)4. En el perfil de estamanera boliviana de decir adiós, continúa también,según demostraremos con datos relativos a unaprovincia específica, la necesidad del retornomultifacético, entre cuyos tantos epifenómenos seencuentra el de la inversión productiva en la

comunidad de origen.

Ahora bien, ¿por qué sería posible creerque esos rasgos permanecen como lagénesis de un movimiento social enciernes? Para Alain Touraine, al menos enla primera época de su producciónintelectual, un movimiento social es ungrupo que puede describirse a través detres características básicas: identidad(reconocimiento de los rasgos que danpersonalidad al grupo), oposición(reconocimiento de los rasgos de unenemigo) y totalidad (intención deimposición de un proyecto social) (cf.1987). Los migrantes bolivianos y, enparticular, los migrantes del área escogidapara esta investigación, sí cumplenplenamente con el primero de losrequisitos de Touraine, pues se identifican

entre sí de acuerdo a la intención de su búsquedalaboral y el desamparo con el que enfrentan lasperipecias que ella ha implicado históricamente.

El segundo de los requisitos, el de la identificación deun enemigo, se cumple, o al menos se esboza, en elinsistente antagonismo con que los migrantes serefieren al país que los acoge y las autoridades de lapatria abandonada como principales culpables de sudecisión forzada de abandonar Bolivia. En otro nivelde enfrentamiento, también son enemigos declaradosde cualquier migrante moderno los intelectuales ypolíticos de la derecha extrema, quienes usualmentese oponen a la llegada de inmigrantes. Finalmente, eltercer requisito de Touraine, referido a la necesidadde un proyecto de propuesta social, tampoco ha sidodifícil de encontrar en los relatos de los migrantesentrevistados. Frecuentemente, estos actores apelan

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Así se sostienen alos proyectos de

vida de los grupostransmigrantes, en

demandasmodestamente

dirigidas al objetivode garantizar dignascondiciones de vida

para los propios.

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al futuro detallando planes diversos en su factura y sunivel de abstracción o realidad. Muchos no dejan deproponer qué es lo que se podría hacer para volver alpaís y vivir en él plenamente; mientras otros prefierendeliberar sobre las causas mismas de los problemasestructurales bolivianos. La sistematización no es, porsupuesto, una característica común en esasdisertaciones; aunque, recordando un aportesignificativo de Rossana Reguillo, la carencia deinstitucionalización no implica el fracaso o ladesaparición de un grupo mientras éste seacohesionado, solidario, y, en cierta medida, autónomo(cf. 2002).

Al no ser propuestos por un grupo institucionalizado,los proyectos sociales de los migrantestransnacionales bolivianos no se delinean en lasvictorias que este colectivo logre ante lasinstituciones. En el caso boliviano apenas puedenmencionarse al respecto las continuaspromulgaciones legales a través de las cualesbolivianas y bolivianos logran extensiones depermisos de movilidad y residencia en el Mercosur,los EE.UU. y Europa, o, recientemente, la exitosademanda del sector que consiguió instaurar losderechos ciudadanos de identidad y voto desde elextranjero, así como catapultar al debate público lanoción de la libre circulación humana, como acciónfacultada por un derecho a migrar (cf.DECLARACIÓN DE LA PAZ, 2004).

Donde sí puede observarse el impacto de losproyectos migrantes bolivianos, tal cualdemostraremos a continuación, es en su participaciónen las economías familiares y en las realidadessocioculturales y productivas de las regionesexpulsoras. Sobre la base de esos impactos selegitima el funcionamiento de la red intrincada quesuponen los nuevos procesos migratorios. Así sesostienen a los proyectos de vida de los grupostransmigrantes, en demandas modestamentedirigidas al objetivo de garantizar dignas condicionesde vida para los propios. Ahí se encuentran los rasgosproyectivos de un movimiento social en potencia, que–volviendo a recordar a Reguillo- tiene condición demarginal, y por lo tanto, se hace importante, para lasdiversas esferas de poder, sólo cuando se hacepeligroso o, mejor aún, cuando se hace productivo.

3. Los migrantes y su influencia productiva

Genevieve Cortés propuso la noción de ruralidad dela ausencia como “una realidad socio-espacial enrelación con procesos a la vez demográficos yeconómicos” (2004: 167). Si bien es cierto que enmuchos municipios rurales bolivianos la migración es

responsable de la partida de granparte de la población (migracióncomo “enemiga” de la ruralidad); larealidad observada -explica Cortés-es más compleja y a vecescontradictoria. La ausencia nosignifica necesariamente no estarpresente. En el caso de la región denuestro estudio, esa inversiónmigrante a través de la cual se podríaintuir que muchas familias se vanpara permanecer se observaprincipalmente en la compra detierras, la construcción de grandescasas y una serie deemprendimientos productivos entrelos que sobresale el cultivo dedurazno.

En la Tercera Sección de la ProvinciaEsteban Arze, situada en el Valle Altocochabambino La tierra, como el mássignificativo de los bienes deexplotación para la familia rural, hasido el objetivo inicial que muchas delas familias entrevistadas recuerdanhaberle atribuido a su primeraaventura migrante. “Yo gracias a laArgentina me he comprado lamayoría de estas tierras” (EmilianoMoya, 02/08/05). Con palabras casisimilares nos lo contó la esposa delproductor Sebastián Miranda:“Nosotros no teníamos ni un poco detierra, con nuestro trabajo [allá] noshemos hecho todo. El Sebastiántrabajaba doble turno, esa plataahorrábamos y comprábamos tierra.Así hacemos nosotros” (JuanaMiranda, 01/07/05). Éstos y otroscampesinos mayores que pudimosentrevistar declararon que el objetivode tener, liberar de deudas o ampliarla tierra propia fue el primero de loseslabones en una cadena organizadade acciones que terminaría con elarribo (o retorno, en el caso de lasfamilias propietarias de grandesextensiones) a una actividadproductiva más o menosautosuficiente.

La casa es el siguiente blanco de lasinversiones de una de nuestrasfamilias migrantes. Caminando porlas calles de Arbieto, Tiataco, VillaMercedes, Santa Rosa y otras

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poblaciones de la región es muydifícil no advertir las casas dehormigón armado y paredes decolores brillantes que contrastan conel adobe de las viejasconstrucciones. A los costados delcamino, a veces expuestas y a vecesescondidas en callecitas adyacentes,están las grandes construccionescomo elefantes dormidos. El cuadrose completa, en la mayoría de loscasos, con una pequeñaconstrucción satélite, de másantigüedad y menor calidad, que porgeneral puede verse al fondo o enuna esquina del lote. En esa casitapequeña generalmente vive unafamilia campesina contratada encalidad de guardiana e, incluso, elpadre o la esposa yalgunos de los hijos delmigrante, cuidando lapropiedad para quedurante unos breves díasal año puedaaprovecharla su dueño.Sólo en contados barriosde la ciudad deCochabamba podríanencontrarse casas tanimponentes como las deeste municipio deextracción campesina.

“Yo sé lo que ustedpiensa al ver estascasas”, nos dijo donDiógenes Escóbar,“seguro se estápreguntando ¿Y éstos cómo hanhecho?” (02/08/5). Todos loshabitantes de la región estáninformados, por supuesto, sobrequién es el propietario de cadavivienda y de dónde es que hanllegado los fondos para construirla.También está informado al respectoel poder municipal. Según noscomentó uno de sus personeros, elpequeño municipio cuenta ahora conmás de 70 casas de dos o tres pisos.“Son lindas y están bien construidas,estilo europeo” (Informante Anónimo,04/08/05). De acuerdo a sus cálculos,la alcaldía del pueblo no dependeríade los recursos provenientes delEstado si empezará a cobrar

impuestos a esas grandes casas.

En la base de esta posibilidad se encuentran elesfuerzo de las familias migrantes y la fijacióncomunitaria por lograr la casa antes de invertir ennada más, salvo la diaria manutención alimentaria. “Sisoy hijo de una familia pobre, mando pues para quemi madre tenga una casa digna; si fui a trabajar parami propia familia, la casa también es lo primero” (AnaMaría Guarachi, 30/03/05). Uno de los migrantes másexperimentados nos explicó que la tierra y la casaanteceden a otras inversiones por los resabios delmiedo a la pobreza del trabajador rural boliviano.Todos esos bienes son frutos de esfuerzo y, salvoalgunas excepciones, los negocios suelen llegarluego. “¿Y qué haces si el negocio te sale mal,pierdes los 20 mil dólares que te trajiste?” (InformanteAnónimo, 02/02/05).

Para finalizar la descripción de lasinversiones en la zona, nos corresponde,mencionar al cultivo del durazno. Elverdadero viraje hacia su producción decara al mercado en buenas condiciones derentabilidad ocurrió hace no más de 15años. Para algunas familias la oportunidadpara esa producción estuvo ligada acréditos blandos de organizaciones defomento; pero una opción comunitariaterminó por impulsar la gran mayoría deestos emprendimientos productivos. Nosreferimos al apoyo del capital migrante,principalmente logrado en el trabajo de laconstrucción por origianarios de la regiónresidentes en Argentina, España y, enmayor grado, en los Estados Unidos deNorteamérica, entre 1990 y la fecha, sinque el fenómeno muestre señales dedetenerse.

“Ése ya es dinero que han traído de afuera”(Marcelino Becerra, 08/02/05); “Sí, pero para eso yaestaban los americanos5 pues” (Casiano Amurrio,02/08/05); “Ya la plata la traen de afuera” (AbrahamSoto, 09/08705); “Sí, Korimayu, Arbieto, toda esafranja [principalmente] es con la ayuda de lamigración” (Abdón Linares, 29/07/05); “De susinversiones habrán puesto un poquito para eldurazno” (Elías Mamani, 03/03/05). Como se ve,siguiendo a Cortés e Hinojosa, la migracióntransnacional parecería estar generando condicionesbásicas para la intensificación de ciertas actividadesproductivas llevadas a cabo por familias partícipes dela llamada nueva ruralidad boliviana (cf. 2004; 2004).

En el período señalado, la región se ha convertido enla segunda en producción de durazno en

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Cochabamba y en una de las más importantes delpaís. Según Isrrael Alconz Canqui, el Municipio deArbieto contaba con 140.5 hectáreas de durazno en lagestión 2003. De acuerdo a nuestro trabajo deactualización de esa información con productores yespecialistas, la zona cuenta hoy con entre 160 y 170hectáreas productoras del fruto, con una cantidadtotal de plantas estimada entre 90 y 100 mil.

Durante los tres primeros años posteriores a sucultivo a gran escala, el durazno no da gananciaalguna. Este período de inversión es el que nopermitiría acceder a préstamos institucionales queexigen intereses desde el inicio. Según la totalidad delos productores entrevistados, súbitamente lasfamilias migrantes se presentaron como capitalistashabilitadoras para una inversión inicial sin retorno queempezaba a rendir buenos dividendos a partir delcuarto año. “Trae plata y hacer trabajar” fue una de lasfrases más repetidas en nuestros registros.

Según el cuerpo técnico de la Asociación deProductores Agropecuarios del Valle Alto (ASPAVAL),hay dos maneras de evidenciar ese sistema: o lapersona trajo el capital de largos períodosmigratorios; o la familia envía los fondos al productor,sin cambiar su residencia más o menos estable en elextranjero. Ahí están los americanos, el grupoinversor más visible del momento, que suele adoptarestrategias mixtas entre las señaladas: envía dineropara la producción en sus tierras familiares o trae uncapital de arranque para comprar tierra y empezar laproducción intensiva. En la región se observa ellevantamiento de huertas que antes –duarante losúltimos 50 años de la agricultura tradicional- hubieransido impensables.

Cuentan los responsables de ASPAVAL que unoscuantos de sus beneficiarios reciben ayuda mensualde parte de sus familiares durante los meses demayor gasto en el ciclo productivo. Estas huertasteledirigidas se mueven gracias a ese capitalmediante comunicaciones semanales de informesprecisos. Uno de los productores más grandes de lazona nos comentó que se hace migrante cuando suhuerta lo necesita, aprovechando papeles deresidente que logró hace años en los EEUU. Viajadurante la poda y procura no tardar más de tresmeses antes de volver. Allá sacrifica sus condicionesde calidad de vida pero puede llegar a traer hastaocho mil dólares, para seguir produciendo. “Voyllamando a mi gente para preguntar por las plantas ycuando ya empieza a salir la flor, tomo un avión y yoestoy aquí de inmediato” (Informante Anónimo,09/10/04).

Sin la necesidad de cavar pozos propios, la inversión

para una huerta de aproximadamente1.000 plantas puede tomar, por lomenos, entre cuatro y cinco mildólares, tomando en cuenta comprade plantines, removido de suelos,cavado de huecos, politubos ymaterial de riego, pesticidas y manode obra, etc.. Ahora bien, quienes nose encuentran en áreas de riegodeben hacer la inversión en un pozo.Al gasto del pozo debe adicionarse,por lo general, el tendido de cablespara traer energía eléctrica (entre500 y 1.500 dólares de acuerdo a ladistancia por cubrir), además de lastarifas mensuales por este servicio.Un pozo profundo puede costar ochomil dólares o más. En clonclusión, elmontaje de la huerta modelo quedescribimos podría superar los12.500 dólares americanos; siemprey cuando no se tenga que comprar latierra, vendida en zonas de riego arazón seis mil dólares o más porarrobada (3.622 m2). (Ana MaríaGuarachi, 30/03/05).

Luego de los años de inversión,como pudimos comprobarlo con lasfamilias productoras másexperimentadas, el huerto se muevecon el capital que generan suspropias ventas. “Creo que si yopidiera, me seguirían mandando;pero ya me han ayudado bastante”,dice don Emiliano Moya al describir laindependencia económica que le hapermitido ejercer el durazno(02/08/05). “Después al menos uno[de los miembros del sistema familiar]tiene que quedarse”, completó doñaEma Fernández, antes de agregarotra de las frases más frecuentes denuestro registro: “Tú sabes que lamirada del dueño engorda al ganado”(03/03/05).

Para terminar este apartadopodríamos declarar que el futuro dela producción de durazno en la regiónes prometedor. De acuerdo a lostécnicos de ASPAVAL, losproductores de la zona deberánbuscar cosechas más anticipadas oretrasadas para no competir con laproducción chilena o de otrasregiones del país en los meses de

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abundacia. La esperanza de lasfamilias de la región apunta a unaparticipación mucho más real en elmercado de Santa Cruz, La Paz yotras ciudades bolivianas, a través deun sistema agrupado y directo deacopio que permita llenar camionesen la propia huerta para evitar losconsabidos gastos deintermediación. Sin embargo, otrosexpertos aseguran que esasproyecciones serán irreales mientrasno se cuente con pozos adecuadospara aumentar verdaderamente elvolumen de producción total yalcanzar altos estánderes de calidad.Incluyendo en esta lucha el cuidadode economía sostenible respecto alriesgo de salinización de los suelos(que ya es una realidaden municipios vecinos), laTercera Sección de laprovincia podríaacercarse a uno de susmás grandes sueños: laexportación.

3.1 El fenómeno y lageneración de fuentesde trabajo

El boom de laconstrucción de grandescasas, la necesidad depersonal para su cuidadoy la creciente producciónde durazno hanocasionado uncrecimiento considerable de lademanda de mano de obra en laTercera Sección de la provinciaEsteban Arze. “Generamos fuentesde trabajo, el Gobierno no”, dice elmigrante Claudio Castellón, haciendoreferencia a uno de los efectoscolaterales más importantes delfenómeno en la región. Ninguno delos días en que visitamos Arbieto ylas otras poblaciones del municipio alo largo de ésta y una anteriorinvestigación pudimos dejar de veralbañiles trabajando en más de unaconstrucción, además de pequeñascuadrillas de peones (entre tres ydiez en cada una de las 334 queregistramos en la región) contratados

durante los meses de mayor necesidad.

Si es que no vienen acompañados de sus propiasunidades familiares, muchos de los peonescontratados bajo la modalidad de jornal (a un sueldoaproximado de tres dólares y medio por día)despliegan el mismo sistema de trabajo a lo largo depisos ecológicos practicado por sus patrones; pero elmarco de la modesta migración interna. Otras tantasde las familas que describimos no reciben sueldoalguno, sino que participan en una especie desociedad sobre los dividendos de la producciónagrícola que custodian. Por lo general, el trato conestas familias también incluye el cuidado de la casade la familia migrante transnacional. Pese a estascondiciones que podrían ser interpretadas comocercanas a la explotación, hasta el momento nohemos podido encontrar ninguna declaración demalestar en los trabajadores mencionados, quienes

por lo general llegaron a ese puesto detrabajo escapando de la indigencia.Algunos de ellos reciben chocolates, ropa,y pequeñas cantidades de dinero comoregalos frecuentes de sus patrones, conquienes pueden entablar relaciones decompadrazgo.

Cuenta don Emiliano Moya que uno de losobjetivos de los visionarios del durazno(muchos de los cuales sumaron esfuerzosen la creación de ASPAVAL) eraprecisamente el de evitar la migración deesas familias hacia las zonas productorasde hoja de coca, del trópicocochabambino. Concebido como tal o no,en cierto sentido ese objetivo se hacumplido. Ahora bien, según declaranalgunos pobladores de la región, elsiguiente fenómeno a observar es el

desplazamiento de estos migrantes empobrecidoshacia los nuevos destinos de la migración rural-transnacional, entre los que sobresalen España yotros países europeos.

3.2 Migración transnacional, know how y remesassociales

Según la autora norteamericana Peggy Levitt, lamigración transforma a las poblaciones de donde sonoriginarios los migrantes mediante los efectos deremesas económicas y sociales. Ampliamentecomentadas, las remesas económicas no necesitanser tan desglosadas como las remesas sociales,entendidas como “[...] las estructuras normativas(ideas, valores y creencias), los sistemas de prácticasy el capital social que fluyen de las familias residentes

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Estas huertasteledirigidas semueven gracias

a ese capitalmediante

comunicacionessemanales de

informesprecisos.

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en la sociedad anfitriona hacia su sociedad de origen”(LEVITT, 2001:54).

Don Emiliano Moya asegura, por ejemplo, que elhecho de haber trabajado como capataz enconstrucciones argentinas le permitió encarar mejorsu condición de responsable de ASPAVAL, cuandollegó del país vecino para convertirse en productor deduraznos con 50 años de edad. Por su parte, AbdónSejas manifiesta que le hubiera sido muy difícilconstruir su propia casa y otras obras para su huertasi no hubiese aprendido tanto como técnicometalúrgico durante sus años en el exterior. DonRomán Belmonte trabajó desde niño en los viñedosde Mendoza, Argentina, y desde entonces aseguróque, una vez reinstalado en su pueblo de origen,también apostaría por la producción vitivinícola,aplicando el know how, (el saber cómo) asimiladocomo empleado. Su huerta cuenta ahora con seis milparras y el ejemplo empieza a ser consideradoseriamente por sus vecinos en la localidad deKorymayu. Aún más concreta parecería ser lainfluencia de saberes relativos a las técnicas y elequipamiento para el riego recogidos por nuestrosmigrantes en el pasado reciente, u observados yaplicados durante sus continuas idas y venidas. “Sí,ayer fui a ayudar a una señora en su terreno y habíaun sistema de riego con un aparato que nunca hevisto. Me dijo que su esposo lo trajo del extranjero”(Maximiliano Luna, 09/08/05).

Los valores y las creencias, como restantescomponentes de la noción de estructuras normativaspropuesta por Levitt, merecen un debate másprofundo. Comentando en este breve artículoúnicamente lo relacionado a su influencia en lasactividades productivas, podríamos mencionar lo queuno de nuestros entrevistados llamó las “formas depensar que aprendimos trabajando allá” (PrimitivoSánchez, 04/08/05). Los migrantes y productoresrespondieron a nuestras preguntas sobre el temaaceptando que el proceder “al estilo ejecutivo ydirecto” de la actividad empresarial norteamericana,por ejemplo, es una noción que los trabajadorespractican en la conducción de sus huertas yconstrucciones.

Ante la influencia de lógicas nuevas, nuestrainvestigación antepone la evidencia sobre lacontinuidad de lógicas antiguas. Es decir, si bien escierto que pueden observarse nuevas nociones enáreas específicas de la actividad de los migrantes, laestructura de sus principales prácticas cotidianasparecería seguir siendo una función de principiosestructurantes de inmemorable data cultural. Lasprácticas a través de las cuales se viven lospormenores de la migración, que Peggy Levitt

llamaría path-dependent y quenosotros podríamos entender comodependientes de un camino yarecorrido, llevan la marca de losprincipios que las condicionan, aménde que en un futuro debatedescribamos su compleja conjunciónentre las ya mencionadas nocionesde American o Andean dream (DE LATORRE, por publicar).

En cuanto al capital social como “[...]la suma de recursos actuales opotenciales correspondientes a unindividuo o grupo en virtud de queéstos posean una red duradera derelaciones de conocimiento yreconocimiento mutuos, más omenos institucionalizados”(BOURDIEU 1990: 52), las remesassociales observadas destacan en laagilidad de nuestros migrantes paraponer en práctica su cohesióncomunitaria al servicio de objetivoscomunes. Los migrantes de la regióntambién despliegan prácticasherederas de un sólido capital socialsorteando más de una barreranacional. Los residentes mamana -queños en los EEUU, por ejemplo,entablaron comunicación con losresidentes mamanaqueños en laArgentina y entre ambas colecti -vidades de solidaridad extendidareunieron los fondos para laampliación de la escuela de supueblo, que espera en el valle comoeje inamovible de sus acciones.

4. Conclusiones preli minares:migración, producción y calidadde vida

Qué lejos estoy de mi ansiedadmi río, mi flor, mi cielo

llorando estarán.Pero he de volver, no llores mi

amor.Nadie le pondrá murallas a

nuestra verdad.Nunca el mal duró cien años

ni hubo pueblo que resista.Ya la pagarán, no llores

prenda,pronto volveré.

Nilo Soruco, “La caraqueña” 6

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“Estábamos para levantar el mundo”,nos respondió don Diógenes Escobarcuando le preguntamos sobre elestado de ánimo que llevaban él y suhermano al iniciar la aventuramigrante. Para levantar el mundo,dice... quizá empezaron por levantarsu propia región.

Nuestra investigación, a grandesrasgos dedicada a aportar en ladiscusión sobre migración, pobreza ycalidad de vida en una regiónespecífica del área ruralcochabambina, concluye acercán -dose, en buena medida, a suhipótesis inicial, ya que la evidenciaaportada a lo largo del documentonos permite declarar que:“A partir de 1990, elfenómeno migratorio y lagénesis de un movimientosocial transnacional vienepermitiendo lacontinuidad de procesosproductivos, principal -mente relativos a unaactividad agrícola notradicionales en la regiónde origen. Estos procesosproductivos cooperan enun cambio positivo de lacalidad de vida para lamayoría las familias de lazona, inscritas de maneradirecta o indirecta en elflujo de redes migrantestransnacionales”. Sinduda alguna, hacen faltamás investigaciones para profundizaren el debate principal sobre elalcance de las posibles definicionespara la noción de calidad de vida; porel momento, nuestro trabajo se hacentrado en función de lo que lasmismas familias que integran suunidad de análisis entienden por ésey otros conceptos.

Por el momento, conviene señalarque migrantes de la regiónencuentran modalidades departicipar en su tierra de origen y unade ellas es la de “regar el campo”para que produzca bien y quizátambién para que se mantengafresco para el ansiado momento del

retorno, más o menos definitivo. Entre los efectos deeste fenómeno, así como del boom acelerado deconstrucción y demanda de cuidado para casas yhuertas, tal vez el más significativo sea el degeneración de nuevas fuentes de trabajo para familiasempobrecidas de regiones cercanas y lejanas;aunque no debe dejar de advertirse que también paraellos el proyecto de vida relacionado a la migracióntransnacional empieza a hacerse posible.

Siguiendo el hilo de una discusión que la autora OlgaGonzález propuso para el caso colombiano, debemosasegurar que la “óptica utilitarista” de las remesassoslaya muchas “preguntas incómodas” sobre larealidad de las familias migrantes transnacionales (cf.2005). Creemos firmemente en la necesidad de estedebate y no dejaremos de abordarlo; sin embargo,podemos mencionar que nuestra investigación intentóintegrar el análisis del impacto de las remesas y su

inversión en la vida familiar y comunitariade una región particular. Desde este puntode vista pretendemos adscribirnos alpedido de González y otros investigadoreslatinoamericanos que exigen informaciónsobre la calidad de vida real de las familiasmigrantes dentro y fuera del país, susprocesos de movilidad social, el equilibrioen sus roles de género y generacionales,etc.

Son muchas las investigacionesnecesarias. Entre ellas podemosmencionar al conocimiento de la re-configuración de las redes migrantes entérminos concretos, relacionados a loscambios en las modalidades de uso delespacio y el tiempo; y, sobre todo, a la re-configuración de las redes migrantes entérminos cualitativos. Hablamos de lógicas

y estrategias (económicas, sociales, culturales, etc.)que podrían describir mejor a la cultura de lamovilidad, como un fenómeno estructural y a-coyuntural inherente al desarrollo de nuestra vidanacional, hace años también desplegada en la Boliviaexterior (HINOJOSA , 2004; DE LA TORRE, 2004).

A través de este tipo de lecturas puede pretendersepara el fenómeno un conocimiento desdramatizadoque describa a la migración ya no como un situaciónexcepcional y circunstancial en la vida de algunaspersonas, sino como una forma de existencia a la quemillones de personas aferran día a día sus proyectosbiográficos en el nuevo orden mundial (cf. PRIES,1999). Los nuevos migrantes no despliegan susprácticas en un solo lugar, sino en un espacioplurilocal y transnacional. Al brindar la atenciónnecesaria hacia las condiciones generales que

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Los nuevosmigrantes no

despliegan susprácticas en unsolo lugar, sinoen un espacio

plurilocal ytransnacional.

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legitiman el discurso migratorio en las regiones deprocedencia de los viajeros –siendo entre ellas la dela transformación productiva una de las mástrascendentes–, pretendemos colaborar para elsurgimiento de una visión longitudinal y teóricaapenas naciente en la sociología boliviana.En cuantoa nuestro interés particular, aspiramos sinceramente aque este estudio permita que otras investigaciones

académicas sobre la migración y suimpacto en el desarrollo local puedanser luego encaradas con másrecursos de conocimiento sobre lascaracterísticas que hacen entorno ala decisión y la práctica de migrar.

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Notas1. La segunda parte este artículo ha sido trabajada en base al documento del mismo título presentado por el autor en calidad de informe de investigación ante CLACSO

en septiembre de 2005. La primera parte de este artículo se ha construido sobre informes que el autor realizó independientemente de financiamiento alguno.2. Luego de que el tratamiento del tema haya sido tradicionalmente reservado en la esfera gubernamental, un sorpresivo informe del Servicio Nacional de Migración de

finales de agosto de 2004 elevó la cifra oficial de bolivianos fuera de Bolivia a 1.366.8213. Clanes de parentesco y proximidad en cuya reciprocidad aún se apoya la subsistencia material y se equilibra la distribución de poder y autoridad en los andes rurales4. Según Xavier Albó, citado por Martha Giorgis, el campesino quechua y aymará sigue aplicando en cierta manera el esquema de ocupación del espacio descrito, ya

que son frecuentes sus viajes periódicos hacia regiones de yungas y valles, donde no es extraño que mantenga parcelas en forma complementaria (cfr. 2004). Comoveremos a lo largo de este artículo, esas prácticas guardan semejanzas claras con la vivencia de los procesos migratorios internos (hacia el trópico y las tierras bajasbolivianas) y externos. De hecho, el reciente estudio de Martha Giorgis sobre la celebración de una fiesta religiosa de la colectividad boliviana en Córdoba, Argentina,demuestra que los migrantes definen como entradas y salidas sus frecuentes desplazamientos entre ambos países (cf. 2004). El espacio social parecería integrarseuniendo los polos transnacionales de nichos laborales y comunidades de sentimiento capaces de ser descritos por la jerga del histórico trabajo de la explotación minera.

5. En la región se ha convenido en llamar americanos o arlingtons a los integrantes de familias vinculadas directamente a la migración transnacional. Frente a estospobladores, el imaginario local distingue claramente a los jalisco, mexicanos o simplemente latinos, originarios de zonas empobrecidas o habitantes de la región queviven el fenómeno indirectamente, ya sea como productores tradicionales o como contratados por familias del primer grupo (cf. DE LA TORRE, 2004).

6. La cueca del tarijeño Nilo Soruco lleva el nombre de “La caraqueña” porque fue compuesta en Caracas, Venezuela, durante el exilio político. Más allá de su letramilitante, “La caraqueña” terminó convirtiéndose en un himno para los bolivianos radicados en el extranjero.

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