CONTACTO O REDES SOCIALES
El ser humano siempre ha buscado la forma de mantenerse
en contacto con sus semejantes.
Desde el comienzo de los tiempos ha
utilizado sus habilidades para hacer
presencia.
Emitiendo sonido con su voz, a
través de alumna de humo,
resplandor con espejo aprovechando
la luz solar, hasta lanzarle una piedrecita a una doncella que
nos resplandezca con su belleza, así le mostramos nuestro
amor.
Al invento del papel le dimos un buen uso, pues cruzando
ríos y mares, teniendo boca y sin saber hablar, la carta
llevaba nuestro afectuoso mensaje a la distancia.
La evolución de las comunicaciones inicio un proceso de
modernización y aparecen las banderitas que jugueteando y
agitadas con las manos significaban lo que uno le decía al
otro, o el juego de sonido interpretado en palabras como la
clave Morse.
Y, así continua esa sed de inventiva insaciable del ser
humano, que al volar una cometa y contactar con un
relámpago hizo que la luz sea sobre la oscuridad. Nace el
aparato que permite hablar conectado a un cable a larga
distancia y, para aquellos que el cable es una molestia el
aparato inalámbrico nos brinda un status social
privilegiado. Llevando al rincón de la
casa para que comience a ocupar su
lugar histórico el teléfono de mesa,
como material de lujo.
¡Pero no hasta ahí es la cosa! El
Internet nos acerca cada vez mas la distancia que hasta el
amor hace olvidar. Pues el conectarnos y
enviarnos nuestro e-mail enviamos al
zafacón las cartas del correo, y que en
tiempo real, además de chatear, nos
podemos ver.
Y, por supuesto, para aparentar lo que
pretendemos ser abrimos una cuenta en una Red Social
Cibernética y colocamos en ella nuestra mejor foto y
escribimos lo que queremos.
Con todos estos avances que nos pretenden
hacer creer que nos acortan la distancia
manteniéndonos en contacto, creo que está bien.
Pero, salir agarraditos de mano, en familia o con
nuestras amistades a compartir un helado.
NO TIENE PRECIO.
Junior Pérez
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