8/20/2019 Durkheim - El Suicidio - Estudio de Sociologia
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8LSUICIDIO
eSTU IO
oe
SOCIOlOGía
Traducción de Emilio
Bemini
Estudio preliminar
de
Osvaldo lazzetta
/7 ·
·
n o n t o
B I
8/20/2019 Durkheim - El Suicidio - Estudio de Sociologia
2/15
COLECCIÓN
NOVECENTO
L SUICIDIO
Director
de
la colección: Eduardo Rinesi
Durkhe1m. Émile .
El suicidio / Émile Durkheím. - 1ª ed. Buenos Aires: Gorla,
416 p ,
21xl5
cm. - Novecento ; 4)
Traducción de Emilio Bemíni
ISBN 987 20773 4 7
1 Título onginal: Le suíc1de. Étude de sociologie
CDD A864
Diseño Y diagramación:
Ugo
Riverón - Juan Manuel Miieo
Traducción: Emilio Bernini
Revisión técnica de la traducción: Eduardo Rinesi
Estudio preliminar: Osvaldo lazzetta
2004.
•
1
b y al
Sr Ruy de
Villalobos
Editorial Gorla agradece a la Sra. Mónica Schma en erger .
la colaboración para la presente edición.
© Por
el
Estudio preliminar EDITORIAL GORLA 2004
©
2004
EDITORIAL
GORLA
Raúl S.
Ortiz
48 1° E
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
(1414) -
Argentina
. 1
d te libro ni
su
almacenamiento
en un
No
se
permite la
~ e p r o d u c c i ó n
total o p;rc1a
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el
permiso previo del editor.
eléctrico, mecánico, fotocopia u o
ros
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Queda hecho
el
depósito que marca la ley 11.723
Derechos reservados
ISBN
987-20773-4-7
Impreso en la Argentina
Printed in Argentine
eSTUDIO PReum1naR:
El
desencanto frente
al
avance de la
sociedad
industrial
La
mirada
de Émile
urkheim
sobre
el
fenómeno
del suicidio
por Osvaido
lazzetta
1. Introducción
tmile Durkheim {1858-1917)
no
sólo es uno de los padres fundadores de la
sociología francesa sino también uno de
los
principales referentes
de
la sociología
clásica, junto a Carlos Marx (1818-1883) y Max Weber (1864-1920).
De
acuerdo con Edward Tiryakian -uno de los más reconocidos especialistas
sobre Durkheim-, el sociólogo francés suministró a esta disciplina su primer gran
paradigma científico , pues no solamente aportó
un
conjunto de recetas técnicas
sino un completo método de aproximación a
los
fenómenos sociales. Aunque no
pudo cumplir totalmente con
su
proyecto vital.
su
esfuerzo por instaurar a la socio
logía como ciencia rigurosa, con un ámbito propio
de
indagación y sus principales
esferas de especialización articuladas, hace de Durkheim una figura única
en la
evolución histórica de
la
disciplina (Tiryakian,
p.
223).
Por
su
parte,
en
su clásico trabajo
a estructura de
la
acción social
Parsons
considera a Durkheim uno de los grandes científi cos empíricos de
su
tiempo
(p. 384)
en
tanto señala a El suicidio
(1897)
como el trabajo que mejor conden
sa su intento por tratar empíricamente ciertos fenómenos sociales relevantes.
La delimitación de
un
campo de indagación autónomo para la sociología, clara
mente diferenciado de los de
la
psicología,
la
filosofía y
a
biología, constituyó una de
las preocupaciones centrales de Durkheim. Tal ha sido su contribución a esta tarea
que, en ocasiones. ella aparece confundida con su nombre, como sugiere Barbé al
designarla como el problema de Durkheím (p. 157). Bajo esa expresión se resume
su propósito de subrayar la consistencia de las variables sociales y constitui rlas en
un
campo relativamente autónomo de análisis. distinto
al de
otras discipl inas.
Su
obra está estrechamente asociada al nacimiento de
la
sociología académi
ca. esto es a la institucionalización de esta disciplina como cátedra y como prác-
tica profesional. Durkheim comienza en 1887 su iarga y fecunda carrera c d é m ~
¿fJ
EL SUICIDIO 5
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ca, que habría de durar tres décadas. Ese año inaugura en la Facultad de Letras
de
la
Universidad
de
Burdeos un curso
de
"ciencia social". siendo ésta
la
primera
ocasión en que una universidad francesa abre sus puertas a una materia sospe
chada, hasta entonces, de ser una scientia non grata (ver Alpert. p 50). En
1902
es convocado por la Universidad de París para dictar
un
curso de educación, pero
en el marco de esa cátedra introdujo la enseñanza de
la
sociología -su campo
predilecto.
Esta
incongruencia se resuelve en 1913 cuando
un
decreto transformó
oficialmente la cátedra de Durkheim en "Ciencia
de
la Educación y Sociologfa .
Ésta era la primera
vez
que una cátedra universitaria. francesa adoptaba como
título oficial el barbarismo forjado algunas décadas antes por Comte.
1
Su
tarea intelectual está enmarcada por un clima de época atravesado tanto
por las tensiones que sobrelleva la Tercera República frente a
las
amenazas de los
intereses clericales y monárquicos id entificados con el pasado como por
la
crecien
te intensidad
de los antagonismos de clases. Durkheirn comparte las inquietudes e
ideales laicos
y
republicanos
de
su generación intelectua l y es un lúcido .testigo de
la ascendente presencia del socialismo y el movimiento obrero europeo. Como
recuerda Gouldner (p. 361).
en 1870
se crea
el
primer partido obrero francés y se
suceden intensos conflictos de clases e industriales que culminan en 1886
con
la
gran huelga de Décazeville. el mismo año en que Durkheim estaba escribiendo La
división del trabajo social.
Según Gouldner. la preocupación de Durkheim por la
"solidaridad" no resulta ajena a las crecientes grietas que dividen a la sociedad
francesa a partir de la expansión del socialismo.
Su
obra cubre una diversidad de disciplinas, constituyendo
una
referencia insos
layable
para
quienes están familiarizados
con la
sociología,
la
historia,
la
educación,
la antropología.
De
todas maneras. se destacan cuatro publicaciones que condensan
su tarea intelectual y reconocen un mismo hilo conductor: la cuestión socíal.
2
Se
trata de De la división del trabajo social (1893), Las reglas del método sociológico
{1895), El suicidio (1897) y Las formas elementales de la vida religiosa (1912).
Estas obras, aunque resultan representativas de su labor intelectual,
no
agotan
su producción, por cierto más rica y diversa que lo que sugieren aquellos títulos.
VI
Recordemos que en Burdeos la cátedra
de
Durkheim ten a el título técnico de "ciencia social".
Véase al respecto Alpert (pp.
74-5).y
Tiryakian (pp. 227-8).
2
La
permanencia
de
este tema como un
e e
que atraviesa toda
su obra
es·sostenida por Rodríguez
Zúñiga, quien sugiere que la cuestión social siempre estuvo en el centro de todos sus estudios y
preocupaciones.
.•
6 ÉMILE URKHEIM
En
tal sentido, merecen recordarse también otros trabajos en los que incursiona en
la historia de la educación (Historia de Ja educación de las doctrinas pedagógi-
cas. La evolución pedagógica en Francia
3
)
y
en
ia sociología de la educación (La
educación como socialización), y aquellos en los que incluso esboza una teoría del
estado (lecciones de Sociología). Como la de otros clásicos de la sociología, la obra
de Durkheim se resiste al fraccionamiento disci plinari o que solemos imponerle con
fines académicos.
Aun cuando resulta difícil hablar de "una obra" como un todo
coherente y homogéneo desprovisto de fisuras y ambigüedades, sus trabajos dispo
nen de cierta
unidad
que
no
respetamos suficientemente al convertirlos en
objetos y "materiales" de enseñanza.
Pese
a las atendibles razones prácticas que
nos llevan a separar su producción. la lectura de sus textos resulta enriquecida si
se
realiza desde esta perspectiva de conjunto.
Ése es
el camino que adoptaremos
en
esta ocasión para contextualizar El suicidio.
2 Estudio sobre El sui idio
l suicidio es el tercer trabajo de importancia publicado por Durkheim tras
La
división .. y Las reglas ... Se trata de una obra fundamental pues en ella retoma y
profundiza aspectos tratados
en
las anteriores pero aportando nuevos elementos
que no siempre mantienen continuidad con las mismas. Por una parte, El suicidio
le permite probar empíricamente muchos de los supuestos teóricos y metodológicos
contenidos
en
Las reglas .. ,
en
especial
la
idea de que
la
clave explicativa de lo
social reside en
Jo
social y no en lo individual, y en La división . ., en la medida en
que abandona cierta perspectiva opt imist a respecto al pape conectivo de
las
ins
tituciones industriales en la sociedad moderna y
al
papel positivo de la individua
lidad gestada bajo
su
expansión.
El
individualismo positivo de
La
división .. deviene,
en
El suicidio, en un egofsmo que compromete la posibilidad de con tar con alguna
versión de individualism o compatible con lo social. Al mismo tiempo, en esta obra
adelanta los fundamentos de su propuesta acerca de la importancia de las corpo
r a c i ~ n e s tema que luego
r e t o m r ~
y a'mpliará
en
el "Prefacio de la segunda edi
ción
de
La
división .. ,
publicado
en
1912.
V
3
Este libro desmiente ciertos estereotipos que tienden a presentar a Durkheim como un "a-historicista".
empleando en este caso una metodología histórica que contradice esa imagen que resulta de la
consideración excluyente de sus trabajos "evolucionis tas" o "funci onalis tas". /
¡¡ ¡
EL SUICIDIO
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En El suicidio
acentúa cierta perspectiva pesimista y negativa respecto
al
fenó
meno del individualismo que se inspira en buena medida en la concepción
hobbesiana del hombre como un ser movido por impulsos egocéntricos ilimitados
que requieren
un
freno externo. Dado que el individuo no puede limitar
sus
deseos
infinitos e insaciables,
ese
freno debe provenir necesariamente
de
alguna fuerza
exterior. Este punto de partida
lo
aproxima
al
problema hobbesíano del orden.
Esto es. si las
pasiones humanas no se contienen ante un poder superior. reinará
la iey del más
fuerte. generando un estado
de
guerra crónico. Aunque comparten
el mismo punto de partida, la solución que ofrece Durkheim al problema difiere de
la
formulada
por
el
pensador inglés pues
el freno
que propone
no es
físico sino
moral es
decir.
social. La
coerción que
la
sociedad ejerce sobre
el
individuo
es,
en
la versión durkheimiana,
moral
de modo que Durkheim
se
distancia de
la
tesis del
monopolio
de
la violencia estatal sustentada por Hobbes.
4
Sin embargo, a fin de presentar las principales contribuciones de este libro
para
la sociología, conviene distinguir en
él
un doble registro: por un lado, conden
sa
y expresa
un
modo de aproximación a los fenómenos sociales; por el otro, ofrece
una concepción de la sociedad y el individuo que no puede resultamos indiferente
por
el
modo singular en que son combinados desde la perspectiva durkheimiana.
2 1
n
modo de aproximación a los fenómenos sdciales
La primacía de lo social sobre lo individual
La
relación individuo-sociedad reconoce en Durkheim
dos
aproximaciones al
ternativas: una
de
ellas alude a su concepción
de la sociedad
como un poder
moral superior que actúa como instancia humanizadora del individuo;
la
otra nos
revela ciertas premisas metodológicas que. en oposición al individualismo
metodológico, exigen remitirnos a lo social para expli car lo social. Ambas expresan
modos alternativos y complementarios de concebir
la
relación entre ambos térmi
nos, que confluyen, sin embargo, en la
prímacfa
de
lo social sobre
lo
individua/.
V
• Como Hobbes, Durkheím postulará que la libe rtad es producto áe una reglamentación Y
s t ~
es
impuesta externamente por un poder morai superio r . Esta coerción social
no
ex:.luye a p e r s o ~ a l i d a d
individual sino que constituye una condición para
su
existencia.
La
sociedad
no
opnme
al ind1v1duo,
lo humaniza. No existe antagonismo entre el individuo y la sociedad dado que la influencia que ésta
ejerce sobre aquél no tiene la finalidad de oprimirlo o disminuirlo sino engrandecerlo, no
?
_repnme,
lo
humaniza. No
representa, según Durkheím , una tira n
a
insoportable .
son
los mismos
ind1v1duos
los
interesados en esta sumisión (véase Durkheim, La educación .... pp. 101-4 .
ÉMILE DURKHEIM
Si bien
la
sociedad está compuesta
de
individuos. ella
no
constituye
una
mera
suma
de
individuos sino un sistema que resulta de la asociación
de
éstos, configu
rando una entidad sui generis radicalmente distinta de la suma aritmética de los
rasgos
individuales
de los
miembros que
Ja
componen y susceptible
de
ser definida
objetivamente. La sociedad es entendida entonces como una entidad autónoma
que, a semejanza de
las
ideas platónicas, presenta una existencia independiente
de las conciencias individuales.
Es
en la naturaleza de la sociedad -como una
nueva forma de existencia-y
no
en
sus
unidades integrantes donde deben hallarse
las causas determinantes de los hechos sociales . Aunque éstos son producto de
la
actividad del hombre,
no
pueden explicarse
en
términos individuales.
Esta
nue
va entidad
no
proviene de los elementos que
la
componen sino del todo formado
por su unión: la vida e s t ~ en el todo y no en las partes. Inspirado en Rousseau -
que
se
niega a entender
la
voluntad general como una mera suma
de
voluntades
particulares-, Durkheim también sostendrá que
el
todo
no
es
igual a
la
suma
de
sus partes
(E suicidio. p.
322
de
esta edición).
5
La
sociedad debe entenderse como una pluralidad
de
individuos asociados
que
posee una
personalidad cualitativamente diferente
de
las personalidades
individuales que la componen.
6
Es
muy cierto
-admite
Durkheim-que
la
sociedad
no
comprende otras fuerzas actuantes que las
de
los individuos, ... sólo que los
individuos, al unirse. forman
un
ser psíquico
de
una especie nueva que, en conse
cuencía, tiene
su
propia manera
de
pensar y
de
sentir
.
.. ) La asociación
es
tam
bién
un
factor activo que produce efectos especiales. Así pues,
es en
sí misma algo
nuevo (p. 322) .
V
5
Durkheim toma especíalmente en cuenta la noción rousseauniana de sociedad. Citando a Rousseau.
escribe que una sociedad es un ser moral que tiene cualidades propias y distintas de las de los seres
particulares que la constituyen.
más
o menos como los compuestos químicos tienen propiedades que
no posee ninguna de las mezclas que los componen (. .
)el
bien y el mal públicos no serían solamente
la suma de los bienes y los males particulares como en una simple agregación, sino que residirían en
la razón que los une: serían más grandes que esa suma, y lejos
de
que
la
felicidad pública fuese
establecida sobre la felicidad de los particulares, sería ella su fuente . Durkheím califica de
extraordinario este pasa¡e de Rousseau atribuyéndole a éste tener un sentimiento muy vivo de la
especificidad del reino social: lo concebía muy claramente como un orden
de
hechos heterogéneos
con relación a los hechos puramente individuales. Es
un
mundo nuevo que
se
suma
al
mundo puramente
psíquico . Rousseau -agrega Durkheim- comprendió que la socíedad no es nada si no es un cuerpo
unificado y definido distinto de sus partes véase "El
contrato social
de Rousseau ,
en
Durkheim.
Montesquieu
Rousseau
.. pp. 103-4 .
6
En El suicidio Durkheim advierte que resultaría absurdo desprender de esta premisa
la
sospecha de
que la sociedad es posible sin individuos (pp. 331-2 . / ::,"'
L SUICIDIO 9
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Esta entidad
sui generis.
independiente
de
los individuos pero
al
mismo tiempo
producto
de su
unión, actúa
sobre éstos
imponiéndoles
sus
directivas y proporcionán
doles
las
categorías fundamentales
de
ética, percepción y acción: "la sociedad
no
puede constituirse a
no
ser con la condición de penetrar en las conciencias individua
les hasta
formarlas
'a
su propia
imagen
y semejanza"'
La educación .. p.
37).
En El suicidio
Durkheim pone a prueba muchos
de
los presupuestos teóricos y
metodológicos anticipados en Las reglas . ?: se propone validar la idea de que los
"hechos sociales"
son
objetivos y susceptibles de medición a través
de la
"estadís
tica moral" y
al
mismo tiempo probar que
las
tendencias colectivas tienen
una
fuerza propia que actúa sobre el individuo, determinando desde fuera su obrar
(pp.
321-2).
En
El suicidio
Durkheim afronta
el
desafío
de
justificar una lectura sociológica
de
un fenómeno considerado, casi por definición, objeto
de
indagación
de la
psicología. Desde luego, se interroga permanentemente acerca de la legitimidad
de tal propósito: dado que "el suicidio es
un
acto de individuo que sólo afecta al
individuo, parece que debe depender exclusivamente
de
factores individuales, y
que,
en
consecuencia, sólo concierne a la psicología" (p. 42). ¿"Interesa a la
Sociología" tal fenómeno?
Su
respuesta es categórica y fundada, pues si en lugar
de ver en los suicidios algo más que acontecimientos particulares y aislados entre
sí "se considera
el
conjunto de los suicidios cometidos en una sociedad dada
durante una unidad
de
tiempo dada, se constata que
el
total
así
obtenido
no es
una simple suma
de
unidades independientes. un todo de colección, sino que
constituye por sí mismo un hecho nuevo y
sui generis
que tiene
su
unidad y
su
individualidad, su naturaleza propia,
en
consecuencia, y que, más aún, esta natu
raleza es eminentemente social" (p.
42).
De
aquí proviene la gran diferencia que separa los puntos de vista del psicólogo
y del sociólogo: "El primero siempre se encuentra frente a casos particulares.
aislados entre sí. Así, pues, suele constatar que la víctima era un nervioso o
alcohólico, y explica por uno u otro
de
estos estados psicopáticos
el
acto realiza
do .
Según Durkheim tienen razón. en cierto sentido, pues si el sujeto se
ha
matado y no
lo
han hecho sus prójimos, frecuentemente es por ese motivo. Sin
V
El Prólogo
de El
suicidio aclara que
en
el curso de esta obra
se
encontrarán tratados
ba¡o
una forma
concreta los príncipales problemas de metodología planteados y examínados en Las reglas . , y
procura probar especialmente
un
principio fundamental: que los hechos sociales deben ser estudiados
como cosas,·es decir. como "realidades exteriores al individuo" (p.33).
1
ÉMILE DURKHEIM
embargo no
és ese
el motivo por
el
que en general se suicida la gente. "La causa
productora (del fenómeno) necesariamente se
le
escapa a quien sólo observa
indi-
viduos ( .. ) Para descubmla,
es
necesario elevarse por encima
de
los suicidios
particulares y percibir lo que constituye su unidad" (p. 335).
Consecuente
con
su caracterización de s uici dio como
un
"hecho social". en
la
introducción del libro anticipa que "las causas de muerte están situadas fuera de
nosotros mucho más que en nosotros" (p. 39) y
esa
fuerza social externa e¡ercida
sobre
el
individuo
se
refleja en un variado catálogo de expresiones que condensan
esa
primacía
de lo
social sobre
lo
individual: "fuerza colectiva", "corriente colecti
va", "corrientes su1cidógenas", "causas suicidógenas", "causas sociales
de
los
suicidios", "estado social", etc.
8
De
manera que la mirada
de
la sociología resulta pertinente para abordar
el
suicidio
sí lo
que se pretende indagar
son
las causas que impulsan a una sociedad
a "producir un contingente determinado de muertes voluntarias". El suicidio en
tanto expresión
de un
"cierto estado de
la
organización social" interesa
al
sociólo
go, no al psicólogo (p. 48).
Como
podrá apreciarse, Durkheim
se
empeña
en
dejar claramente delimitado
un
ámbito de investigación propio, susceptible de medición y comparación. "Si la
sociología existe,
no
puede ser sino el estudio de
un
mundo aún desconocido,
diferente de los que exploran las otras ciencias" (p. 322). En el Prólogo
de El
suicidio
expresa abiertamente que "para que
sea
posible
la
existencia de
la
socio
logía. es necesario que tenga, ante todo, un objeto que
le
pertenezca solamente a
ella y al que conozca como
una
realidad propia. no tomada de otras ciencias"
9
.
y
ª En El suicidio. Durkheim expresa que "la constitución moral de la sociedad es la que fija a cada
instante el contingente de muertes voluntarias. Existe pues
para
cada pueblo
una
fuerza colectiva, de
una
energía determinada.
que
impulsa a
los
hombres a matarse.
Los
movimientos que el paciente
cumple Y que, a primera vista, parecen sólo expresar su temperamento personal: son,
en
realidad,
la
continuación y prolongación
de un
estado social que ell os mani fiestan exteriorment e (. . ) Éstas
tendencías de la colectividad, al penetrar
en
los indivíduos. los impulsan a matarse. En cuanto a los
acontecimientos privados, que generalmente
pasan
por ser
las
causas primeras del suicidio. no tienen
otra acción que la que les prestan las disposiciones morales de la víctima, eco del estado moral de la
sociedad (. .. )
Todo
depende
de
la
intensidad
con
la que
las
causas suicidógenas
han
actuado sobre
el
individuo" (p.
311 2
.
9
Véase
el Prólogo de
El suicidio (p. 34).
Para ser ¡ustos corresponde señalar que a Durkhe1m no lo
mueve
solamente
la
obsesión por diferenciar a la Sociología de
la
Psicología sino también el propósíto
de erradicar
un
modo
de
entender a aquella como
un
dominio confundido
con
"síntesis filosóficas" y
"generalidades brillantes"
apoyadas en
"referencias de segunda mano" (p.
31
. Para
no
incurrir
en
tales deficienci as Durkheim aclara que
su
investigación
se
apoyó en la
consulta
de 26.000
expedientes
de suic1di.o (p. 35).
./86
EL SUICIDIO
11
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Su
esfuerzo
por
mantener coherencia con este presupuesto lo empujó a ex
cluir
del objeto
de
estudio de
la
sociología aspectos que, como
el
motivo y
la
intención
de
los actores, consideraba inobservables desde
su
perspectiva.
La
intención -ac lara- es algo demasiado íntimo como para poder alcanzarla desde
afuera y
por
aproximaciones groseras (p.
39 .
Como advierte Portantiero (p. 26), al descartar la voluntad de quien comete
el acto
de
suicidarse Durkheim
se
ubica en un punto de partida opuesto
al
que
asumía
un
contemporáneo suyo: Max Weber. t.ste, precisamente, adoptará como
objeto
de
estudio
de
la sociología los actos de los individuos que contengan fines
e intenciones. Ambos expresan caminos metodológicos inversos, producto de dos
tradiciones culturales opuestas -el naturalismo positivista de Durkheim; el
historicismo
en
Weber. Si
la
perspectiva weberiana ensaya un novedoso entrecru
zamiento entre sociología y psicología, el punto de partida escogido por Durkheim
descansa,
en
cambio,
en
una precisa delimitación y contraste entre ambos cam
pos de
conocimiento.
Si
bien
eso le
permitió a Durkheim poner de manifiesto la especificidad y
potencialidades de la mirada sociológica , también
limitó
sus posibilidades de
comprensión
de
los fenómenos sociales.
En
este sentido, Alpert señala que los
análisis
de
Durkheim lucen incompletos a
la
luz
de
las contribuciones aportadas
por Weber.
tste
enseña que además de las causas y funciones que intentó
explicar Durkheim es posible obtener
de
la vida social cierto tipo conocimiento
que
se
desprende del análisis comprensivo .
Con
ello Weber alude a
la
investi
gación de un proceso o situación social desde el punto de vista de las motivacio
nes
de· los agentes humanos que
en él
intervienen. Esto consiste
en
referir las
acciones de estos agentes a sus motivos, en establecer los fines que los mismos
persiguen y en
fijar
en qué forma se unen los medios a los fines en el desarrollo
de sus actividades sociales. Se trata en una palabra, de averiguar /os porqués de
la
acción humana
en la
medida
en
que afectan determinados fenómenos, situa
ciones y procesos sociales. Durkheim ignoró este aspecto.
Su
oposición al méto
do
psicológico
en la
explicación social lo hizo receloso de los esfuerzos por inter
pretar los fenómenos sociales atendiendo a los motivos individuales o a la rela
ción
de
medios y fines.
Se
observa
en
Durkheim cierta incapacidad para tomar
en
cuenta en forma concreta cómo
se
conducen los agentes humanos
en
las
situaciones sociales. Como sociólogos interesados por
el
reino de lo social -agre
ga Alpert-, hemos de determinar no sólo las causas y funciones de los fenómenos
sociales, sino también sus
porqués.
El conocimiento sociológico puede
ser
com
prensivo
al
mismo tiempo que etiológico y funcional. Estos tres tipos
de
conocí-
2
ÉMILE DURKHEIM
miento social ni son idénticos ni
se
excluyen entre sí; más bien
son
complemen
tarios.
Es
erróneo, en este sentido, suponer que el análisis comprensivo puede
ser siempre sustituto de la interpretación causal o que
la
averiguación
de las
funciones excluye la investigación de las causas. Cada uno de estos tipos de
conocimiento completa a los demás (Alpert, pp.
131
y 132-4).
ostura constructivista
Pese
a que
se
atribuye a Durkheim
un sesgo
positivista que
se
expresa
en
su
tentativa
de
abordar los hechos sociales como cosas y en un abusivo repertorio
de
metáforas biologistas que traducen cierta propensión a natural izar
lo
social,
no es
menos cierto que ello coexiste
con
una postura constructivista del objeto
de
estudio que
lo
distancia
de
la corriente positivista.
Este
aspecto
ha
sido ampliamente resaltado por la literatura sociológica que
reconoce
en
Durkheim
una
postura activa destinada a romper
con las
nociones
de
sentido común . Ello
se
expresa en la exigencia
de
una def inic ión previa que le
permita delimitar los grupos
de
hechos que quiere estudiar,
de
modo de darles
la
homogeneidad y
la
especificidad que les
son
necesarias
para
poder
ser
tratados
científicamente (p. 37).
Es
deber del científico fijar previamente esos conceptos
apartándose de la terminología vulgar y ias palabras de la lengua corriente que
por
su
ambigüedad expondrían
al
científico a
las
contusiones
más
serias .
Es
preciso
no
dejarnos guiar por la acepción recibida que
no
traduce
más
que
las
impresiones confusas de la gente (p. 37).
Cumpliendo con dicha exigencia, en las primeras páginas arriba a una defini
ción mediante la cual designa como suicidio todo caso
de
muerte que resulte,
directa o indirectamente,
de
un acto, positivo o negativo, realizado por fa vfctima
misma, a sabiendas
de
que iba a producir
ese
resultado
p.
40 .
Bourdieu, Chamboredon y
Passeron
subrayan que
la
familiaridad
con el
universo
social constituye el obstáculo epistemológico por excelencia para
el
sociólogo por las
enceguecedoras evidencias que presentan las ilusiones del saber inmediato p.
27).
En
razón de
ello valoran
las
impugnaciones
de las
verdades del sentido co
mún que contienen
las
premisas metodológicas
de
Durkheim cuando
nos
reclama
descartar sistemáticante todas
las
prenociones .
La
exigencia durkheimiana
de la
definición previa, tan frecuentemente condenada como momento obligado del ritual
de
la
exposición escolar, ha sido objeto de
una
rehabilitación operacionalista,
pues
tiene como función primordial descartar
las
prenociones,
es
decir las pre-
/
6
EL SUICIDIO
13
8/20/2019 Durkheim - El Suicidio - Estudio de Sociologia
7/15
construcciones
de la
sociología espontánea, construyendo el sistema
de
relaciones
que define al hecho científico (pp. 131-4) .
Esta
valoración positiva sobre la
ruptura
que la definic ión previa establece
con el sentido común no exime a Durkheim de ciertos juicios críticos por
su
sesgo
antiteórico y menosprecio respecto al papel del sujeto de conocimiento
en la
cons
trucción del objeto
de
estudio. Ello
se
reflejaría
en
su insistencia
de
que los hechos
sociales sean considerados como cosas, en su tesis empirista de que los conceptos
de tipo son promedio, y
en su
renuncia a admitir
la
necesidad de formular alguna
hipótesis teórica previa a la labor de clasificación véase Bravo pp. 17-8).
Modelo de investigación empírica
Alpert sostiene que el estudio de Durkheim sobre los coeficientes de suicidio
representa una de las demostraciones más claras y seguras de
la
forma en que
el
análisis y sistematización racionales de datos cuantitativos pueden contri buir a la
comprensión
de
los fenómenos sociales (p. 117).
Por el modo en que Durkheim logra ordenar los hechos para probar y perfeccio
nar su teoría, l suicidio es considerado un modelo de investigación sociológica .
Este esfuerzo resulta más meritorio aún si se tiene en cuenta el carácter rudimen
tario
de
algunos instrumentos
de
los que
se
valió
para encarar
esa
tarea.
No
obs
tante,
la
metodología
de
l suicidio no sólo
es
importante para los historiadores
de
la sociología, sino también para los sociólogos comprometidos con la investigación
empírica.
En la
metodología de Durkheim es central el uso
de
lo que ha sido
llamado análisis multivariable, esto es, el estudio e interpretación de las
interrelaciones complejas entre una multiplicidad de características. En efecto,
gran parte del análisis empírico de l suicidio puede interpretarse como la intro
ducción progresiva de variables adicionales véase Selvin).
2 2 Concepción de la sociedad el individuo
En cierto modo, La división .. representa una versión original sobre la relación
que mantienen tres poderosas
energfas
que
mueven
la sociedad: individualismo,
solidaridad y estado. El modo en que éstas fueron combinadas por Durkheim, aún
constituye una referencia ineludible para pensar sobre estas mismas cuestiones
en
el presente.
La división .. no
sólo contiene en germen
los
elementos esenciales de
14 ÉMILE
DURKHEIM
su producción posterior
10
,
sino también algunas claves para reflexionar sobre la
articulación de estos temas. en especial para considerar la relación entre interés
privado e interés general.
En La división .. Durkheim pone especial énfasis en
la
relación entre individuo
y solidaridad social. En este libro ofrece una versión positiva del progreso de
la
personalidad ind ividual derivado de la diferenciación y complejidad creciente que
asume la sociedad moderna al acentuarse la división del trabajo.
El
debilitamiento
de
la
conciencia colectiva y
la
correlativa ampliación de la esfera individual consti
tuyen uno de los rasgos centrales que emergen del tránsito de la sociedad arcaica
a
la
sociedad moderna retratado
en
este libro. Este aumento
de la
individualidad
promovido por la diferenciación social,
no
implica necesariamente ausencia de
solidaridad, sino otro tipo de solidaridad, sustentada en una base cooperativa que,
bajo el nombre de
orgánica,
contrapone a la
mecánica,
basada en una comunidad
de creencias, tal como prevaleció en las sociedades primitivas.
En
este enfoque,
la
ausencia de fuertes creencias compartidas
no
resta
carácter moral
a la
solidaridad
orgánica,
pues en rigor, la cooperación también tiene su moralidad intrínseca •
Ésta genera un individualismo morar' que no debe confundirse con
el
egoísmo
(esto es. la búsqueda de intereses propios) postulado por la teoría económica
clásica y
la
filosofía utilitarista.
12
En suma, la expansión de la personalidad individual que conlleva el aumento
de
la
división del trabajo
no
estaría reñida con
la
solidaridad social.
Su
hallazgo
sobre los efectos
paradoja/es
que ocasiona la división del trabajo al generar simul
táneamente mayor autonomía individual y mayor interdependencia social constitu
ye una de sus contribuciones más originales y recordadas:
V
¿Cómo
es
posible
-se pregunta
Durkheim- que,
al
mismo tiempo que
se
hace más autónomo, dependa
el
individuo más estrechamente de
la
socie-
dad? ¿Cómo puede se r a la vez más personal solidario?, pues es indudable
que
esos
dos movimientos,
por
contradictorios que parezcan, paralelamente
1
º Tal es lo
que sugiere
Parsons
(p.
391).
Capítulo VII del Libro Primero de la La división ...
12
Este punto
de
vista es sostenido por Giddens 1997, pp. 94-5). Es preciso resaltar que Durkheím
recoge y defiende el legado del individualismo occidental como una conquista
en
términos de
autonomía y emancipación pero, como bien advierte Filloux
se
trata
de
un individualismo ético
diferente del 111dividualismo postulado por el liberalismo económico como del egoísmo - individualismo
absoluto - que coloca al individuo por encima de todo (p. 23). 88
-
LSUICIDIO 15
8/20/2019 Durkheim - El Suicidio - Estudio de Sociologia
8/15
se persiguen.{ .. )
Nos ha
parecido que
lo
que resuelve esa aparente antino-
mia
es una
transformación de
la
solidaridad social, debida l desenvolvi-
miento cada
vez
más considerable de la división del trabajo (La división ..
pp.
45-6).
Esta ampliación de la autonomía
individual no es
entendida como un
descompromiso
con lo
social, pues este carácter dual de
la
sociedad industrial
permite
al
hombre tornarse
al
mismo tiempo, más personal más dependien te.
13
En
suma, la emancipación progresiva del individuo no implicaba necesariamente
un debilitamiento,
sino una
transformación
del vínculo social.
De
este
modo, Durkheim rompe con la imagen
de un
juego de suma cero, esto
es,
de una cantidad limitada a distribuir entre intereses privados e interés general.
La relación entre individuo sociedad es una relación de gradación, de tal suerte
que
los
fines colectivos, un estado fuerte más libertad indivi dual pueden
ser
combinados, quedando por determinar solamente las condiciones bajo las que
podrá
ser lograda esta gradación.
4
Sin embargo,
en
contraste con esta perspectiva positiva que ofrece sobre
el
desarrollo
del
individualismo, en El suicidio Durkheim ofrece una versión pesimista
y negativa
al
advertir que esta ampliación
de la
individualidad
ha
desembocado
en
un egoísmo
que
no
resulta fácilmente conciliable con
la
solidaridad social.
En
esta
obra
manifiesta inquietud frente
al
progreso del egoísmo que tiende a expandir
se en las
sociedades modernas.
Si
en
su
versión positiva Durkheim
no
reconoce
una
contradicción entre
el
desarrollo
de
la personalidad individual Y a solidaridad
social (sino
más
bien una paradoja),
en
sus análisis sobre
el
suicidio egoísta
y
también el anómico) constata en cambio que el yo individual
se
afirma con exce
so
frente
al yo
social y a expensas de éste , expresando una forma particular
de
suicidio que resulta de una indiv iduaci ón desmesurada (p.
219 . Las
diferentes
causales
de
este tipo de suicidio representan formas alternativas
de
desconexión
de los individuos con la sociedad que contradicen, de algún modo, las previsiones
optimistas
de su
primera obra.
En
el abordaje de este tipo
de
suicidio, particular
de las sociedades modernas, Durkheim advierte que el ind ividual ismo, sin duda,
no es
necesariamente el egoísmo, pero
se
le acerca;
no se
puede estimular
al
uno
sin expandir
más
al otro (p.
376 .
V
3 Véase
Be¡ar.
4
Véase Luhmann.
; 16
ÉMILE DURKHEIM
Para
Raymond· Boudon r a n ~ o i s Bourricaud, Durkheim nunca consiguió salir
completamente
del
círculo vicioso que se presenta en la conclusión de a división ..
Y que vuelve a encontrarse
en
El suicidio: la división
del
trabajo aparta a los indivi
duos
de las
creencias colectivas
les exgone al
egoísmo , al mismo tiempo que la
solidaridad,
al
hacerse orgánica ,
les
torna
más
indispensables y complementarios
unos para
otros. (Boudon Bourricaud,
pp.
344-6).
Las ambigüedades que atraviesan a Durkheim en este aspecto conservan ac
tual idad siguen aportándonos enseñanzas dentro del inacabado debate sobre las
implicancias de la sociedad
de
mercado . En su
obra
conviven en tensión dos
lecturas posibles
en
torno a este tema: por
un
lado tenemos
al
Durkheim crítico
de
los
economistas mancheste rianos que denuncia la anomia generada por
el
mer
cado; por el otro, el sutil'observador que advierte la latente integración que puede
emerger
de
los intercambios
de
mercado.
Según Albert Hirschman, Durkheim supo advertir que los intercambios de
mercado no sólo pueden disolver los vínculos morales premodernos, según su
conocida tesis
de
la anomia, sino que también pueden crear y producir sutiles
formas de integración social. Hirschman advierte en Durkheim una actitud
ambivalente
-similar
a la que también caracterizó la
obra de
su contemporáneo
alemán
Georg Simmel-
por la que quedó atrapado entre
la
antigua opinión
de
que
ias actividades orientadas hacia el interés ofrecen una base hacia la integración
social. la crítica,
más
contemporánea, que se le hace a
la
sociedad de mercado
de ser atomística de corroer la cohesión social. Nunca explicó detallada con
cretamente cómo concebía
una
sociedad 'solidaria' que surgiera
de la
división del
trabajo a la postre
pasó
a
una
opinión más activista que
ya no
contaba
con
este
mecanismo
para
lograr
la
cohesión social y en cambio, subrayó
la
educación moral
la acción polít ica (Hirschman, pp. 120-1). Hirschman advierte
una
considera
ble virtud en la acti tud ambivalente de Durkheim, pues reconoce que en la
sociedad pueden,
de
hecho, estar en acción procesos contradictorios.
Nos
resulta
difícil reconocer que ambas tendencias puedan
ser
correctas, aunque
no
caben
dudas que va en interés de las ciencias sociales captar la complejidad que encie
rran los fenómenos que explican (p. 139).
La felicidad no aumenta con l progreso de la civilización
Al
retratar la ampliación
de
la conciencia individual asociada a la creciente
diferenciación y complejidad creada por la acentuación de la división del trabajo,
/8?
EL SUICIDIO
i
8/20/2019 Durkheim - El Suicidio - Estudio de Sociologia
9/15
Durkheim percibió con lucidez una
de las
tendencias más singulares de
la
socie
dad moderna. Boudon
y
Bourricaud atribuyen a Durkheim las reflexiones y
los
trabajos más importantes y
de
mayor influencia a propósito del individualismo y
particularmente sobre su desarrollo en las sociedades modernas.
5
Sin embargo, el sociólogo francés exhibió una actitud ambivalente frente a este
creciente proceso de individualización. Aunque exaltó
los
efectos emancipadores
de
la modernidad
y
la secularización, no dejó de experimentar cierta inquietud
frente a
la destrucción de los vínculos sociales que traía aparejada
esta
afirmación
de
la
individualidad,
razón
por
la
que consideró necesario recrear, por medio
de la
educación,
la
integración moral
de la
sociedad
(véase
Touraine,
1979, p.
302).
Como
Weber frente al avance
de
la "racionalidad", Durkheim celebraba y
al
mismo tiempo temía
al
proceso
de
progresiva individualización,
esa
otra
gran
fuer
za
desatada por la modernidad. Pese a considerarlo fundamental
para
la moral
colectiva
de
las sociedades modernas, manifes tó constantes recelos frente
al
desa
rrollo del individualismo y formuló conjeturas sobre estos recelos.
Su
hipótesis
principal es que más allá de cierto límite, el desarrollo del individualismo es incom
patible
con
el desarrollo armonioso del individuo y la sociedad (véase
al
respecto
Boudon
y
Bourricaud, pp.
343-4 .
En
Durkheim hallamos
una
mirada desencantada frente
al
proceso de moderni
zación, similar,
en
ciertos aspectos, a la que experimenta Weber frente
al
avance
de
la
racionalidad progresiva.
Parsons
señala que Durkheim
se
interroga "si
la
felicidad
ha aumentado con el progreso de la civilización".
Su
conclusión
es
negativa
y
se
apoya
sobre
las
evidencias empíricas que
le
aportan
sus
estudios sobre
la tasa de
suicidios
en Europa para
probar que ella
es más
alta entre
las
partes más "civiliza
das"
de
la población, especialmente en las ciudades,
en el
comercio y las profesio
nes liberales.
En
El suicidio Durkheim "se hizo mucho más pesimista acerca
de
la
sociedad europea contemporánea" advirtiendo la gran importancia empírica
de
la
anomía especialmente en ciertos lugares estratégicos (pp. 402-26).
En
El suicidio Durkheim reconoce que
la
fuente de malestar
de
la sociedad
moderna es "moral". Congruente con su propensión a homologar lo social con lo
moral en
esta obra enfatiza que la naturaleza del desorden y trastorno típico de
\
"V
5
De
todas maneras, reconocen que otros autores, como Alexis
de
Tocqueville en La
democracia en
América {México,
Fondo
de Cultura Económica. 1998) y
Georg
Simmel en Cuestiones fundamentales de
sociología (Barcelona. Gedisa. 2002 , también merecen ser recordados por sus aportes a este tema
8
ÉMILE DUAKHEIM
dicha sociedad es de carácter moral. Los suicidios no hacen sino expresar "la
alteración del temperamento moral" y atestiguan "una alteración profunda
de
nuestra estructura social" (p. 399 .
Al
referirse
al
"suicidio egoísta", Durkheim señala que las "corrientes de depre
sión y desencanto" no emanan "de ningún individuo
en
particular" sino que
ex-
presan "el estado de desagregación en que se encuentra la sociedad". Este "ma
lestar social"
es
la causa del suicidio y
se
traduce en "corrientes colectivas" que
se
imponen al individuo, víctima del "desamparo moral" que produce aquella "desin-
tegración" social (p. 224).
En
las conclusiones de este libro sugiere que "si la gente se mata
hoy más
que
en otro tiempo, no
es
porque debamos hacer,
para
mantenernos. esfuerzos más
dolorosos
ni
porque nuestras necesidades legítimas estén menos satisfechas; más
bien, sucede que ya no sabemos dónde se detienen las necesidades legítimas Y
que
ya
no percibimos el sentido de nuestros esfuerzos (. .. )
El
malestar que pade
cemos
no
procede, pues,
de
que las causas objetivas
de
sufrimiento hayan aumen
tado
en
número o
en
intensidad; o que ese malestar testimonia no
es
ya
una
gran
miseria económica, sino una alarmante miseria moral" (p. 397-8 .
De
todas maneras,
es
preciso aceptar que
el
énfasis puesto por Durkheim en
la
naturaleza moral del "desorden" moderno
no lo
empuja a
una
ilusoria restauración
de
los valores religiosos como sf apreciamos en ciertas expresiones
de
la comente
neoconservadora contemporánea.
6
Durkheim
está
persuadido
de
que
esa
"co
rriente de tristeza colectiva" reflejada en el incremento del suicidio,
no se
puede
contener y atenuar restaurando "artificialmente formas sociales anticuadas". "Los
apologistas de la institución religiosa cometen el error
de
creer que
la
regla de
antaño puede ser eficaz aún.
Su
ineficacia actual es la causa del mal. Estas
soluciones fáciles no guardan relación con las dificultades del problema". Acepta
que no podemos contar con las religiones para "poner diques al suicidi o", Y que si
bien estamos preservados del suicidio egoísta
en la
medida en que estamos socia
lizados; "las religiones no pueden socializamos sino en la medida en que
nos
quitan el derecho al libre examen". Para Durkheim "la historia del espíritu huma-
s Destacamos especialmente dentro
de
esta corriente a Peter Berger y Daniel Bel . Este último.
especialmente
en
su trabajo Las contradicciones culturales del capitalismo propone "el retorno a
alguna concepción de la religión" que proporcione una identidad definida y segundad
ex1stenc1al.
De
todas maneras. cuando Bel postula esta restauración
de
la religión es plenamente conc1ente que esta
recurriendo a "una respuesta anticuada" (p. 34). 9tJ
EL SUICIDIO 9
8/20/2019 Durkheim - El Suicidio - Estudio de Sociologia
10/15
. s del libre pensamiento (. .. ), es decir, a
no es la historia misma de los progreso t de partida las religiones
ya
no
'd d ueiva a
su
puno ' . ·
menos que la humam a v 'd , y profundo sobre las
conc1enc12s
d · · muy
extend1
o
n1
mu
podrán ejercer un
omm10
d .
1
derecho al libre examen, a la
m1c1a-
r ) las únicas viables
serán
las que en at á
1·1berales
del protestantismo.
,... ún
que las sec as
rn
s
tiva individual,
más
lugar a . bros la vigorosa acción que sería
d
á
1·ercer
sobre sus
rn1em
,
Asl pues, no po r n e 1 . 'd'10
Por
consiguiente
s1
los que
1 obstáculos a su1c1 .
indispensable
para p o ~ r
e . . único medio para curarnos fueran conse-
ven en una restauración religiosa el 1 establ ecimiento de las religiones
cuentes consigo mismos, deberían reclamar e r
más arcaicas (pp.
38
6
-
402
).
a naturaleza del desencanto
moderno
•
1
nta que
ta
idea de
. . 'dio anórnico Durkheirn ame
En el
capítulo relativo al suic1 .
de
toda reglamentación sobre
. . funda con
la
ausencia
P
rogreso economico se con
d
1 1da
moderna más afectado
por la
· í ue
el
sector e a v ·
esta
esfera.
Ello
explicar a q . 1 undo del comercio y
de la
industria
.
de
normas
sea
precisamente, e m
ausencia
(pp. 267 Y
ss.).
. .
do
considerada corno un medio al servi-
La industria, en vez de continuar
s1en.d
el ob1'etivo supremo
de
los indivi-
se
ha
convert1
o
en
cío de
un
fin
que la
supera,
de
que los apetitos que pone
en
. d d
Pero
entonces, suce .
duos y de las soc1e
a
es.
'd d ue los limite
Esta
apoteosis del
'b d de toda auton a q ·
juego
se encuentran
era
os . .
1 ha
puesto por encima
de
toda ley
.f.
1
por decirlo asi. os . .
bienestar, al
sant1
icar
os,
. . t de los deseos
ha
sido aun
. . ste desencadenam1en o
humana
(.
..
) Finalmente, e . d
t .
y por
la
extensión casi indefinida
·
mo
de
la in us na
agravado
por
el
desarro o mis dí vender sus productos más que
en la
del mercado. Mientras el productor no
Pº.
a 'bl no podía tampoco sobreexcitar
. ód' de la ganancia pos1 e
región inmediata, lo m ico . d t nder tener por cliente
al
mundo
. . . h ue casi pue e pre e .
su
ambíc1on.
Pero a
ora
q . . límites aceptarían las pasiones que
entero. ¿cómo, frente a estas perspectivas sin . .
. t
7 (pp
268-9). .
se las limite como an
es.
. ltado los deseos sin que exista
. 'd con ello se han
exa
La
prosperidad ha
crec1
o y
't
Así
los apetitos individuales,
· d fijarles un rrn
e.
•
una
instancia supenor capaz e 1 d a
no
saben dónde están los
·d r una fuerza regu a or •
q
ue no
están contern os
po
be qué es posible y qué
no
lo
d b detener·
Ya no se sa
límites antes los que se
.en.
. l reivindicaciones y las esperanzas
qué
es 1·usto
y qué es
m1usto.
cuáles
son as
es,
. d'd (p 266)
legítimas, cuáles las que exceden 1a me i a . .
2 ÉMILE OURKHEIM
Los deseos ilimitados son insaciables por definici ón y los límites deben pro
venir de una poder superior externo al individuo. Ese poder superior es la sociedad
y la naturaleza
de
su poder es moral . Las pasiones e intereses individuales
deben ser limitados por un poder moral .s.uperior pues no
hay en
la constitución
orgánica de los hombres
ni
en su constitución psicológica una fuerza interna que
marque un límite a
sus
inclinaciones.
En
cuanto esos deseos dependan del indivi
duo solamente, son ilimitados (p.
260).
Sin embargo, esta combinación entre impulsos egocéntricos irrefrenables y
la
ausencia
de
regulación
de
la vida económica
se
convierte
en una
constante fuente
de
frustración que empuja a
los
individuos
al
desencanto y la desesperación.
La
ausencia
de
límite externo y
la
desregulación
de
la
economía
se
conjuga
con
el
mal del infinito inherente a
la
naturaleza egoísta del hombre. Ante el menor
inconveniente. faltan las fuerzas
para
soportarlo . Esta búsqueda sin término
produce fátiga y desencantamiento pues
la
excitación de
los deseos
produce
un
desgaste
de
energía que
no se
compadece
con
las gratificaciones y recompensas
obtenidas. Por más placer que el hombre experimente
al
actuar, al moverse,
al
hacer esfuerzo, aún
es
necesario que sienta que sus esfuerzos no son vanos y que,
al
marchar, avanza. Ahora bien,
no
se
avanza
cuando
no se
marcha hacia ningún
objetivo ni, lo que viene a ser
lo
mismo, cuando
el
objetivo hacia
el
que
se
tiende
está
en el
infinito.
Como
siempre
es
la misma la distancia a
ía
que permanecemos
alejados del objetivo, por
más
camino que hayamos hecho, todo sucede como
si
nos
hubiéramos agitado estérilmente
en el
mismo lugar. Incluso las miradas lanza
das
hacia atrás, y el sentimiento
de
orgullo que puede sentirse
al
percibir
el
espa
cio
ya
recorrido, sólo podrían causar una muy ilusoria satisfacción. porque el espa
cio a recorrer
no
ha disminuido sin embargo en proporción. Perseguir
un
fin inac
cesible por hipótesis
es,
entonces, condenarse a un perpetuo estado
de
descon
tento (p. 261 . La fatiga, además, basta por sí sola
para
producir
el
desencan
tamiento, porque
es
difícil
no
sentir, a
la
larga,
la
inutilidad
de
una búsqueda sin
término (p.
269).
Eso explica que
sean
las funciones industriales y comerciales
las profesiones que aportan mayores víctimas
al
suicidio anómico.
l barrera entre individualismo y egoísmo
Como
señalamos anteriormente.
para
Durkheim
el
individualismo no
es
necesa
riamente el egoísmo,
pero
se le acerca bastante.
En
las sociedades actuales ...
el
individuo
se
inclina fácilmente a tomar por dios
al
hombre que
hay en
él, a erigirse
a sf mismo en objeto de su propio culto (p. 376).
. l J/-
EL SUI IDIO
2
8/20/2019 Durkheim - El Suicidio - Estudio de Sociologia
11/15
Como puede apreciarse. las nociones
de
egofsmo e
individualismo
aunque no
coinciden. están estrechamente correlacionadas en los análisis durkheimianos. Se-
gún Boudon y Bourricaud. bajo el nombre
de
egofsmo Durkheim designa
la
ampli
tud
de
la autonomía dejada
al ego
es decir,
al
individuo, en la elección de sus
actos y creencias. Esta autonomía, según los análisis de El
suicidio
varía de acuerdo
con el medio social y cultural en que está inmerso el individuo. También puede
variar
en
función
de la
coyuntura.
Por
consiguiente, El
suicidio
completa y matiza Jos
análisis anteriores de La
división .... La
tesis esencial de
La
división ..
es, en efecto,
que
el
desarrollo del individualismo es consecuencia
de
la creciente complejidad
de
a división del trabajo y del paso de las sociedades tradicionales a las sociedades
modernas. Pero El suicidio ofrece
una
teoría más compleja en la que
el
egoísmo
aparece como una variable dependiente de múltiples factores complejos no necesa
riamente vinculados entre
sf.
Abre, de este modo, una perspectiva
más
satisfactoria
que
se
aleja de
a
simplicidad de
la
teoría evolucionista presentada en La
división ....
Sin embargo, en ambas obras Durkheim está indeciso sobre el juicio a formular
respecto de una evolución que muestra un lado positivo (el progreso de
la
'persona
lidad individual') y un lado negativo (el progreso del 'egoísmo'), desde
el
punto de
vista a
la
vez de la sociedad y del individuo. Es posible reconocer cierta ambigüedad
en el uso que hace Durkheim del concepto de 'egoísmo', en ocasiones empleado de
manera neutra, y en otras, asumiendo una marcada connotación negativa (Boudon
y Bourricaud, pp. 341-2).
La sutil diferencia entre egoísmo y anomia
Si bien Durkheim distingue entre tres tipos de suicidios: altruísta, egoísta y
anémico, en rigor se interesa mucho más por los dos últimos. pues en tanto
el
primero está declinando cada vez más en
la
sociedad moderna.
son
los otros dos
los que exhiben un desarrollo que puede considerarse morboso .
Eso
explica que
sólo se concentre en los suicidios egoísta y anémico en sus conclusiones. El altruísta
-aclara Durkheím-
no
entra para nada en el progreso ~ t u l del suicidio: Hoy
pierde mucho
más
terreno del que gana; suele observárselo, sobre todo,
en
las
sociedades inferiores (p. 271).
El sucidio anómíco representa
un
nuevo
tipo
de suicidio que difiere de los
otros porqu e depende, no de
la
manera
en
que los individuos están vinculados a
la
sociedad, sino del modo
en
que ella los reglamenta. El suicidio egoista procede
de que los hombres
ya
no encuentran en la vida una razón de ser, el suicidio
•
ÉMILE DURKHEIM
altruísta proviene de que esa razón les parece estar fuera de la vida misma, y el
tercer tipo de suicidio, cuya existencia acabamos de comprobar. procede de que
su actividad está desorganizada y de que sufren por ello (p. 271 .
De todas maneras, Durkheim admite que la frontera que separa
al
suicidio
egoísta del anémico
es
muy sutil. Seguramente, este suicidio y el suicidi o egoísta
no
dejan de estar emparentados. Uno y otro se deben a que la sociedad
no
está
suficientemente presente en los individuos. Pero la esfera en que está ausente no
es la misma en ambos casos. En el suicidio egoísta, falta en la actividad propia
mente colectiva, dejándola así desprovista de objeto y de significación.
En
el suici
dio anémico, falta en las pasiones propiamente individuales, dejándolas de ese
modo sin freno que las regule . A pesar de sus relaciones ambos tipos de suicidios
resultan independientes entre sí reclutando a
su
principal clientela
en
diferen
tes medios sociales: el egoísta en las carreras intelectuales - el mundo donde se
piensa -, y el anémico en el mundo industrial o comercial
id.).
Anthony Giddens señala que el estudio efectuado por Durkheim
en
torno a las
diferencias entre
suícidio egofsta
y
suicidio anómico
no deja de presentar cierta
ambigüedad lo que ha ofrecido motivos para que algunos comentaristas conside
ren
que ambos tipos de suicidio,
no
pueden en realidad, distinguirse en forma
significativa (pp. 155-6).
El propio Durkheim abona esta impresión cuando,
en
las conclusiones de El
suicidio
admite
la
existencia
de
ciertas afinidades entre ambos tipos de suicidio.
Al reivindicar el papel de las corporaciones como inst rumento adecuado para
nuestra reorganización mora l sugiere que aquella
no
sólo permitiría combatir el
suicidio egoísta sino también. su pariente próximo, el suicidio anémico . Este
último suicidio es pasible del mismo tratamiento que el anterior pues la anomia.
en efecto, procede de que, en ciertos puntos de la sociedad, faltan fuerzas colec
tivas, es decir, grupos constituidos para reglamentar
la
vida social. En parte, es
consecuencia del mismo estado de desagregación del que también procede
la
corríente egoísta. Sólo que esta misma causa produce efectos diferentes conforme
a su punto de incidencia, según que actúe sobre las funciones activas y prácticas
o sobre las funciones representativas ( .. ) El remedio es. pues. el mismo en un
caso y
en
el otro (p.
394).
Corresponde aclarar, sin embargo, que
el
tema de la anomia no
se
inicia con
i
suicidio.
Este concepto
ya
está presente
en
La
división ..
-aunque asumiendo un
péipel relativamente pequeño - para designar a una de las formas anormales de la
. i nsión del trabajo ( la división forzada del trabajo ) en la que la solidaridad orgáni
cé
se realizaba imperfectamente. En
El suicidio la
anomia adquiere mayor importan-
/
8/20/2019 Durkheim - El Suicidio - Estudio de Sociologia
12/15
cia y el mismo concepto
es
explicitado mucho más completamente; de
ah .
q ~ ~ su
tratamiento haya sido aplazado hasta este punto. Asimismo lo que en
La div1s1on
...
entendía
por egoísmo está
mucho
más
cerca
de lo
que viene a significar
anomia
en
El suicidio
(Parsons, pp.
414-21 .
17
Valiéndose de los diferentes
usos
que Durkheim da a este concepto en sus
diferentes trabajos, Rodríguez Zúñiga identifica dos versiones de anomia:
u ~ a
estructural, contenida en
La
división
. .
y otra normativa o cultural, por ausencia
de autoridad moral, en
El suicidio
(pp. 77-8).
Para
este autor,
en La divisi6n ..
la
anomia es una suerte de estado anárquico de la sociedad producido
por
la rapidez
de
la
evolución social. Ausencia
de
regulación de las actividades económicas Y
científicas que producía desorden
en el
ejercicio
de,
unas y otras(.
.
)
En Ei suicidio
el
cuadro
se
completa. No
se
habla
ya de una
situación anárquica, sino que
también
se
introduce
de
forma extraordinariamente activa una determinada
c o ~ -
cepción del
hombre(.
. ) según
la
cual éste sería por naturaleza un ente.de
ap.et1-
tos insaciables, de pasiones ilimitadas que nunca podrían alcanzar
sat1sfacc1ó,n,
incapaz
por
sí de trascender
su
particularidad y, por todo ello, enteramente ego1s
ta. Sólo la sociedad puede moderarle, y como
la
acción
de
ésta sobre
él
falla
en
los
momentos de anomia, de anarquía, de ahí el incremento de suicidios .
Según
Rodríguez Zúñiga, tal como Durkheim analiza el concepto,
la
anomia
no
puede
entenderse
(a
la manera en que
lo
hace Merton) como rechazo o desviación
respecto a \o institucionali zado, sino vacío: no
es
violación de
un
orden,
smo
ausencia de orden (p. 80).
1
ª
V · d h b'
Se
ún Parsons (p. 409). algunas de las hipótesis que Durkheim intenta probar El su1c1 1
ya
a
1an
sido 7nsinuadas
en La
división .. en
su
estudio crítico
de
la hipótesis
de la
fel1c1dad en
el desarroHo
de la diferenciación social. En sus aspectos centrales El suicidio debe considerarse una contmuac1ón
de
la
línea de pensamiento iniciada en
La
división... ,
is
Gouldner. en cambio, ofrece otra lectura acerca
de la
anemia ,
en la q ~ e
ésta.
le¡os de
expresar
vacío normativo indica un desajuste entre ciertas normas y las cond1c1ones sociales vigentes.
d Durkheim a l ~ d e a la anemia aguda que aparece en períodos
de
repentma prospendad o
d ~ ; ; e s ~ ó n
baio las que
se
modifican rápidamente la posición de clase
de
las personas.
e ~ e m b o c n ~ o
en una mayor propensión
al
suicid io, la expresión ausencia de norma: \ .. no s1gmf1ca -segun
Gouldner- que las personas carezcan de normas, sino que las normas que t 1 ~ n e n ya no c o r r e s p o n d e ~ a
la nueva posición de clase en la que de pronto se encuentran. Es esta d1spandad entre las
v1e¡as
normas las nuevas circunstancías lo que provoca tensione s(. . ) El orden social no reposa solamente
en
n o r m ~ s .
afirma aquí ourkheim; depende del modo en que
las
normas se hallen mtegradas ¡unto
con
otras condiciones (p.
351 .
4
ÉMILE DURKHEIM
l
desregulación de la economía en la sociedad moderna
Durkheim considera
al
ámbito económico como
el más
aquejado
por
la falta
de
instituciones capaces de regularlo.
Es¡¡.
idea. condensada en el capítulo
v de El
suicidio Y retomada algunos años después en el Prefacio de la segunda edición de
La
divisi6n . . se basa en el reconocimiento de que el estado, la familia y a iglesia,
carecen
de
capacidad
p,ara
regular aquel espacio crucial dentro
de la
sociedad
moderna.
En
el Prefacio de la segunda edición de
La
división .. destaca la centralidad
adquirida
por
las
funciones econ6micas en
los últimos
dos
siglos y
el
correlativo
retroceso experimentado por las funciones militares, religiosas
y
administrativas.
Ello crea una paradoja ¿nsostenible, pues al mismo tiempo que las funciones in
dustriales
se han
apoderado
de un
lugar central y absorben a
la
mayoría
de
los
ciudadanos, carecen de instituciones que puedan regularlas.
En
ese Prefacio,
Durkheim resalta
con
énfasis el triste espectáculo que
nos da el
mundo econó
mico por la falta de regulación (anomia) jurídica y moral en que
se
encuentra ...
(La divisí6n . .
p. 2 .
En El suicidio
Durkheim señala
al
ámbito económico ( el mundo del comercio
Y
la
industria ) como aquel especialmente afectado por la ausencia de regulación:
Desde hace un siglo, en efecto. el progreso económico ha consistido princi pal
mente, en liberar las relaciones industriales
de
toda reglamentación ,
en
parte por
la
declinación
de
la
religión y
la
familia como poderes morales
con
capacidad
para
disciplinarlos.
Sin
embargo, el papel cubierto
en
el pasado por ambas institucio
nes
tampoco podría
ser
cubierto
en la
sociedad moderna por
el
estado.
tste,
en
lugar de
ser
el regulador
de
la vida económica,
se
ha convertido en
su
instrumento
Yen
su
servidor . Y as más contrarias corrientes, desde los economistas ortodoxos
a los socialistas extremos abogan -según Durkheim-
para
reducirlo
al
papel
de un
intermediario, más o menos pasivo, entre las diferentes funciones sociales . Los
primeros quieren simplemente convertirlo en guardián
de
los contratos individua
les . en tanto
los
segundos le asignan
la
tarea
de
llevar la contabilidad colectiva .
pero en definitiva ambos
le
niegan capacidad
para
subordinar al resto
de
los
órganos sociales y hacerlos converger hacia
un
fin que los domine (pp. 267-8).
De
manera que ninguno de los grupos sociales integradores disponibles
en
la
sociedad moderna (la sociedad política -estado-, la sociedad religiosa. o la familia)
cuentan con capacidad
para
atenuar esta tendencia.
La
tarea
de
reorganización
moral que esta sociedad requiere, sobrepasa las posibilidades de acción de estas
instituciones (pp. 385-9). / l
EL SUI IDIO
5
8/20/2019 Durkheim - El Suicidio - Estudio de Sociologia
13/15
En las conclusiones
de
El suicidio Durkheim ensaya
su
propuesta
en
torno a
la contribución que podrían cubrir las corporaciones para remediar la ausencia
de regulación en el ámbito económico. De todos modos. admite que tal como
éstas
se
encuentran actualmente,
se ven
incapacitadas para afrontar esa tarea.
Las
expresiones del trabajo profesional antes reunidas
en
ias corporaciones de
gremios, hoy están separadas y confrontan como asociaciones laborales
y
empre
sarias. "dispuestas a tratarse
más
bien como rivales o enemigos que como coope
radores" (p.
392).
Pero esta propuesta es retomada y tratada con mayor amplitud en el Prefacio
de
la
segunda edición
de a
división ...
donde
le
reprocha
al
estado estar muy
le1os de los problemas
de
los individuos. "manteniendo con ellos relaciones muy
externas e Intermitentes" como para permitirle penetrar "dentro de ias conciencias
individuales Y socializarlas interiormente".
La
solución que ofrece es que entre los
individuos. Y
el
estado, intercalen
una
serie
de
grupos secundarlos
con
mayor capa
cidad
de
l
1garse
a los problemas cotidianos
de
la gente.
En esas reflexiones amplía sus argumentos y recomendaciones relativas a la
r:animación de los grupos profesionales como fundamento
de
una
nueva
integra
ción social. La sugerencia
de
fortalecer los lazos sociales sobre una
base
funcional
(las corporaciones) aparece planteada por primera vez en El suicidio pero recibe
una
forma
más
sistemática en
el
Prefacio
de la
segunda edición
de
a división ...
Aunque su propuesta
de
recrear las corporaciones
ha
sido luego considerada
como
un
anticipo de
los
modelos "corporativos" ensayados en Europa a partir
de
la irrupción de Mussolini, es evidente que entre ellas median concepciones dife
rentes en torno a
la
democracia y sus instituciones.
La
reivindicación
de
las
corporaciones formulada por Durkheim
no
adhiere al "anti-liberalismo" que pro
fesaba el corporatismo fascista, ni presenta a las corporaciones como sustituto
de las instituciones democráticas clásicas. Aquellas sólo representarían un com
plemento
de
éstas aportando una mejor conexión con las preocupaciones
de a
vida cotidiana. Reconoce en
la
incapacidad del estado y los partidos para esta
blecer un vínculo adecuado con esas preocupaciones, una
de
las principales
fuentes de "malestar político" de la sociedad moderna. Como podrá apreciarse,
su
propuesta
no
apunta a arrasar las instituciones liberales
l á s i c a s
sino poner
en
evidencia sus limitaciones para procesar
a
complejidad
de
a
sociedad mo
derna. En razón de ello. resulta más justo y adecuado considerarlo un antece
dente del "post-liberalismo" antes que emparentarlo con el "anti-liberalismo"
corporativista que sobrevino tras su muerte.
·
26 ÉMILE )URKHEIM
3 Sociedades sin instituciones
Un nuevo individualismo
Los
trabajos
de
Durkheim siguen siendo una referencia insoslayable
para el
pensamiento y la reflexión social contemporánea. Sin embargo, las preocupacio
nes de
la sociología cambian a medida que las sociedades cambian. En nuestros
días se perfilan nuevas formas de sociabilidad que muy poco se compadecen con
la imagen
de
una sociedad orgánica que se afirmaría con
el
avance de la industria
lización, tal como suponía Durkheim.
Los
temores de Durkheim acerca
de la
incapacidad
de
las instituciones dispo
nibles
para
proporcionar
un
tejido conectivo a la sociedad industrial,
hoy
resultan
corroborados por una amplia iiteratura que enfrenta mayores dificultades
para
identificar
el
cemento colectivo
de
nuestras sociedades y reconocer alguna instan
cia
de
articulación que las integre.
Si el
pensamiento social clásico
se
mueve alrededor
de
la idea
de
sociedad.
diferentes circunstancias señalan
hoy
un debilitamiento global de
esa
idea tanto
como del hamo sociologicus. Desde los años 70, una amplia literatura se ha inte
resado
en
retratar la emergencia
de
un "nuevo individualismo" que si bien reinstala
al individuo
en
un lugar central, difiere del retratado por Durkheim por registrarse
en el contexto de una sociedad
de
masas
- individualismo de
masas"-
lo
cual
obliga a reconsiderar algunas
de
las categorías provenientes de
la
sociología clási
ca. Este "retorno del individualismo", si bien se inscribe dentro del proceso
de
individuación previsto por Durkheim, señala al mismo tiempo una radicalización
de
esa
tendencia, poniendo en cuestión su expectativa inicial -luego revisada
en
El suicidio-
de
conjugar satisfactoriamente lo social y lo individual.
La contractualidad solitaria que surge de este nuevo individualismo evoca un
modo
de
sociabilidad que
no
postula ninguna sociedad orgánica.
Cómo
imaginar
el
análisis durkhelmiano frente a
la
proliferación
de los
"no lugares" retratados por
Augé:
esto
es,
espacios que no crean ni identidad singular ni relación, sino sole
dad y similitud, un mundo de individualidad solitaria asocíado a
lo
provisional,
lo
efímero y
lo
pasajero.
19
Asimismo,
nos
encaminamos hacia a un tipo societal (la "sociedad post-indus
trial globalizada") que
no posee
instituciones y por ende
no
puede
ser
retratada
adecuadamente con las categorías
de
la sociología clásica. Estas describían a una
./ 19
.
19
Véase Augé
pp.
98 107. 109y114 .
EL
SUICIDIO
7
8/20/2019 Durkheim - El Suicidio - Estudio de Sociologia
14/15
sociedad de instit uciones (la sociedad industrial del estado nacional ) cuya au
sencia representaba una patologí a que tenía al suicidio como una de sus conse
cuencias extremas. Hoy día la ausencia de instituciones o de normas no es la
patología, forma parte de la naturaleza misma de la sociedad (véase Garretón,
1998,
p
11,
y
2000,
p
44).
La sociedad retratada por la sociología clásica descansa en dos mecanismos
fundamentales que conectan al individuo y la sociedad: institucionalización y so
cialización.
Sin embargo. según Touraine asistimos a una desmodernización que
se traduce
en desinstitucionalizacíón
y
la desocialización.
La primera expresa
el
debilitamiento o la desaparición de las normas codificadas y protegidas por meca
nismos legales
y
más precisamente
la
desaparición de los juicios de normalidad
que
se
aplicaban a las conductas regidas por instituciones; la segunda, en cam
bio, alude a la desaparición de los roles, normas y valores sociales mediante los
cuales
se
construía el mundo vivido. La imagen de sociedad elaborada y transmi
tida por la sociología clásica ya no corresponde a la realidad observable. Por ello los
sociólogos ... deben acostumbrars e a la desaparición de la Sociedad, si ésta se
define como el principio regulador
de
las conductas. Vivimos
en
un mundo de
mercados, de comunidades y de individuos y ya no en un mundo de instituciones.
La palabra misma, que fue la clave de bóveda de la sociología clásica, se desmo
rona ... (Garretón, 1998, pp. 46-52).
Si bien podemos compartir esta descripción de la sociedad actual, resultaría
in1usto ignorar que las primeras señales acerca de esta tendencia provienen preci
samente de la sociología clásica, tal como la propia obra de Durkheim y sus
ambi-
güedades
lo ilustran. Si bien ella expresa una incesante búsqueda de las institu
ciones que permitieran amalgamar a
la
sociedad
en
un contexto de diferenciación
y
complejidad creciente, resultaría no menos injusto, desconocer que de ella tam
bién proceden las primeras voces de alerta y desencanto respecto a la capacidad
de las instituciones de la sociedad industrial para proveer el cemento colectivo, de
cuya ausencia,
la
anomia
y
los suicidios
son su
manifestación extrema.
Pese
a
la
inevitable pérdida de actualidad de sus detalles, las tensiones internas que atra
viesan
su
obra no expresan sino las fuerzas contradictorias desatadas por la socie
dad moderna, dentro de las que nos seguimos moviendo. Tal vez ello resulte
suficiente para asegurar su vigencia en nuestros días.
8
ÉMILE
DU KHEIM
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