NOTAS Y DISCUSIONES
Filosofía de la ciencia y feminismo:intersección y convergencia1
EULALIA PÉREZ SEDEÑOUniversidad Complutense de Madrid
Las condiciones de vida de nuestroplaneta -al menos en sus partes industrializadas- se han visto transformadas por la ciencia. Esta transformación ha sido por un lado material, através de las tecnologías científicas,pero también conceptual, en lo que alos modelos de conocimiento se refiere. La insatisfacción producida por losresultados 'científicos' y analítico-conceptuales ha dado origen a análisiscientífico-tecnológicos, sociológicos ylógica-semánticos distintos a la filosofía de la ciencia tradicional. Uno deellos es la epistemología o filosofía feminista de la ciencia, que ya se ha establecido como una corriente más dentro de la filosofía de la ciencia. El origen de esta tendencia no es muy lejanoy se halla, entre otros, en las críticassociales de los movimientos feministas,así como en las tesis kuhníanas sobrela mezcla de factores objetivos y subjetivos que producen diferentes elecciones teóricas y que afectan a la percepción de la realidad. 'Ciencia feminista','ciencia femenina', 'filosofía de la ciencia feminista', 'metodología feminista',etc., son expresiones que ahora aparecen de forma habitual en los libros yrevistas especializadas. El objetivo deeste trabajo es examinar a qué conjunto de problemas y cuestiones se refieren esas expresiones, qué puede aportar o ha aportado a la filosofía de laciencia un análísís crítico desde unaperspectiva feminista y cuáles son lasprincipales líneas de desarrollo de lafilosofía feminista de la ciencia.
160
No siempre que se utilizan algunosde los rótulos anteriores, o los más generales de 'mujer y ciencia' o 'géneroy ciencia' se hace referencia a problemas epistemológico-conceptuales. Dadoque una característica cuasi-universalde las te6ricas feministas es la de irmás allá del análisis crítico, avanzandopropuestas para la acción social y política que conduzcan a la liberación dela mujer, se suelen mezclar problemasde diversa índole. Una clase de ellosson los pedagógico-prácticos, en la quese incluye todo 10 relacionado con laenseñanza de las ciencias y la transformación del correspondiente currículum. Uno de sus objetivos primordialesha sido conseguir que cada vez másmujeres estudiaran ciencias. Las estrategias empleadas para ello han variado! centrándose unas en el contenidode las materias, en la selección de lecturas adecuadas, en la inclusión de información normalmente no contemplada en los cursos estándares, o en lasactitudes de las mujeres y hacia lasmujeres en la cíencía.'
Las cuestiones hístóríco-socio-ínstítucionales constituyen otro conjuntode problemas. Muchos de los trabajosrealizados en este campo se han ocupado de poner de manifiesto las prácticas de exclusión, las normas dobles ylas barreras estructurales que la propia comunidad científica impone. Talesprácticas suponen la legitimación depolíticas de exclusión,' el confinamiento de las mujeres a determinados campos considerados menos prestigiosos
ISEGORíN12 (1995)
NOTAS Y DISCUSIONES
(o que pasan a serlo en cuanto las mujeres participan en ellos) y en los niveles mas bajos del escalafón, y la apropiación metafórica de la investigacióncientífica como actividad masculina.Otros estudiosos se han centrado enlas aportaciones que las mujeres hanhecho en disciplinas científicas concretas, examinando cómo su sexo afectósu trabajo, no sólo profesionalmentesino por lo que se refiere al contenidomismo de las teorías por ellas desarrolladas. Muchas de estas historias desvelan la lucha de esas mujeres por serreconocidas y apoyadas por la comunidad científica, proveyendo modelos aseguir por quienes estudian ciencias."Pero ese tipo de historia biográfica supone una concepción restringida de laciencia, que se centra en personajesexcepcionales y olvida a las numerosasmujeres cuyo trabajo no fue reconocido debido a las prácticas de exclusiónantes mencionadas; además, deja delado otros aspectos de la historia de laciencia que han contribuido a su desarrollo, como, por ejemplo, el papel desempeñado por academias y salones,patronos/as y mecenas, etc.5 En estecontexto hay que destacar los estudiossobre el estatus actual de las mujeresen la ciencia en los que los datos estadísticos completan la imagen de la situación real de las mujeres en estecampo, eliminando en muchos casosdistorsiones y falsos triunfalismos,"
La reflexión crítica sobre la cienciadesde una perspectiva feminista cuestiona la naturaleza misma del conocimiento científico y el poder que éstecrea, analiza las teorías concretas quetienen que ver con el género y las mujeres, así.como los procedimientos empleados para llegar a ellas; y aunquetanto sus análisis como sus propuestastienen muchos puntos de coincidenciacon diversas corrientes "en filosofía ysociología de la ciencia, difieren en al-
ISEGORíN12 (1995)
gunos de ellos. Un aspecto clave en lasrelaciones entre esas disciplinas y losanálisis feministas es si es posible disponer de una teoría de la investigacióncientífica que ponga de manifiesto «ladimensión ideológica de la construcción del conocímíento a la vez queofrezca criterios para evaluar comparativamente las teorías científicas y losprogramas de investigación» teniendoen cuenta en especial el papel del género y la ideología del género, Porque,en realidad, y aunque no se pueda hablar de la filosofía feminista de la ciencia como un todo homogéneo pueshay diferentes corrientes y tendencias,todas ellas coinciden en señalar la ubicuidad del género y su papel como categoría analítica." La importancia quese le atribuye recorre una escala gradual que abarca la aparición del género en el contexto de descubrimiento,en la ciencia considerada como actividad social, en los métodos, técnicas yen el procedimiento general de la ciencia, en el contenido mismo de las teorías científicas -en especial en las queversan sobre los seres humanos- y enlos procedimientos de evaluación y validación de las teorías mismas.
Una de las críticas más radicalesmantiene que muchos aspectos de lacíencía (y no sólo los sociales, sinotambién los teórico-conceptuales: metáforas usadas, teorías, etc.) reproducen la ideología del género; y se afirma, además, que la propia ciencia es'masculina', pues los valores asociadosa la ciencia -racionalidad, objetividad, carácter impersonal- son valoresmasculinos que se presentan opuestosal modo de pensar femenino, que supuestamente es emocional, personal ysubjetivo. En la ciencia, la distinciónentre 'objetividad' y 'subjetividad' seconstruye en niveles muy diferentes yse ve reproducida en la escisión quehay «entre producción de conocimíen-
161
NOTAS Y DISCUSIONES
to y sus usos sociales. conocimiento yexperiencia, experto y no experto, sujeto activo y objeto pasivo, y entre lasformas de nuestro conocimiento y lasestructuras del poder económico y social en nuestrasocíedad»,"
Gran parte del trabajo 'prescríptívo'de la filosofía de la ciencia está encontradicción con los resultados descriptivos de la sociología, la antropología y la historia de la ciencia. Estasdisciplinas han mostrado y muestrancómo los valores contextuales -es decir, aquellos que pertenecen al contexto sociocultural en el que se hace ciencia (sociales, ideológicos, económicos,psicológicos etc.)- guían la investigación, determinan qué hipótesis seleccionar, limitan qué vamos a conocer.Dicho de otro modo, este tipo de factores afecta, entre otras cosas, a qué teorías o disciplinas se financian, qué líneas de investigación se prosiguen ycuáles se descartan. Y desde la teoríafeminista se han identificado sesgosheurísticos como sexismo, androcentrismo e ideología de género. En especial, el feminismo ha sido responsableno sólo de señalar cómo se han utilizado teorías y 'datos' extraídos de experiencias 'científicas' para justificar laposición de inferioridad o la 'diferencia' de estatus de la mujer en la sociedad actual, sino también de analizardesde su perspectiva los contenidos ymetodologías de diversas teorías arrojando nueva luz sobre ellas.
Esta línea no es nueva," pero últimamente ha experimentado un desarrolloespectacular, sobre todo en biología.De entre todas las tesis analizadas críticamente, las sociobiológicas son, sinduda, las más atacadas debido a lasimplicaciones sociopolítícas que conllevan. Así, han sido objeto de crítica eldeterminismo biológico de la socíobíología, las extrapolaciones' que realiza osu circularidad. Por ejemplo, según la
162
sociobiología, el principal motor de laevolución es el 'gen egoísta', que maximiza su éxito reproductivo y la información genética que transmite de unageneración a la siguiente. Como lahembra invierte mucho tiempo y esfuerzo en el desarrollo del embrión,sus genes tendrán mayor éxito reproductivo si la hembra invierte tiempo yesfuerzo en su prole. De ese modo, lasocíobíología proporciona una justificación a la situación social de la mujer. Al margen de las implicacionesaludidas, no deja de ser interesanteque muchos teóricos de la ciencia nohayan percibido la circularidad de tales argumentos, pues se parte del comportamiento social de determinadas especies para explicar precisamente dicho comportamiento, a la par que seutilizan el lenguaje y los marcos conceptuales humanos para interpretar elcomportamiento animal que luego seutiliza para 'probar' que cierta conducta humana está biológicamente determinada porque los animales la tienen.La pertinencia de extrapolar de unasespecies a otras, en concreto a la humana, cuando nuestra especie es sumamente compleja. conformada durante siglos por [aclares socioculturales además de biológicos, ha sido otrode los muchos aspectos criticados. Noobstante, éstas no son las únicas tendencias feministas en biología. Las teorías biológicas del desarrollo, de laconducta, o de la cognición han sido oson también objeto de un análisis crítico que pretende eliminar los sesgosandrocéntrícos que hay en ellas. 10 .
Pero el género no sólo está presenteen ese terreno. Diversas teóricas del feminismo suelen hablar de su presenciaen la metodología de la ciencia. Eneste punto resulta conveniente recordar una distinción clásica, pero a vecesno suficientemente tenida en cuenta.Me refiero a la diferenciación entre los
ISEGORiAl12 (1995)
NOTAS Y DISCUSIONES
métodos o técnicas empleados para llevar a cabo la investigación para recoger evidencia, y el modo general deproceder en ella. Tales métodos o técnicas consistirían grosso modo en observar comportamientos, examinar registros o vestigios históricos, escucharo interrogar a los informantes y experimentar. El método general consistiríaen la forma en que se analiza esa evídencia de manera que sirva como piedra de toque para someter a pruebanuestras hipótesis y teorías a la vezque mantiene ciertas posiciones acercade cómo se llega a éstas.
Con esta distinción en mente podemos entender mejor las pretensionesde muchas teóricas feministas cuandopostulan la validez de la experienciapersonal frente al 'método científico',aunque también en este caso hay posturas diversas. En gran parte de la bíblíografía feminista se aboga por fundamentar la teoría en el 'lenguaje y laexperiencia reales' de las propias mujeres. Se considera que dichas experiencias proporcionan un acceso a verdades del mundo social a las que no pueden acceder los varones y que serian lapiedra de toque contra la que se contrastarían las hipótesis, ya que dichaexperiencia «es un tipo de experienciasocial más completa y menos dístorsionada»." El fundamento para estetipo de aserciones es el siguiente: lasdiferentes posiciones sociales ocupadaspor mujeres y hombres y, sobre todo,el distinto poder por ellos detentadoestructuran las relaciones humanas detodo tipo. Se afirma que las diferenciasde género organizan las creencias y experiencias personales y que los varonesson, por lo general, socialmente dominantes; como se ha prestado escasaatención a la variable de género encomparación con otras. como la deraza o clase, ha habido una tendenciaa generalizar a partir de las experien-
ISEGORiN12 (1995)
cías de los varones, ya sean adultos oadolescentes, despreciando diferenciasde género potencialmente significativas; por ello se considera que las ciencias sociales constituyen una expresiónde las experiencias masculinas que sepresentan como las experiencias detoda la especie humana y en ese sentido se habla de una ciencia 'masculína'.'! De todo lo anterior se concluyeque el género es un factor fundamentala la hora de efectuar análisis y que hayque someter a crítica toda la cienciasocial para evaluar los sesgos. masculinos, y hay que explorar las experiencias de las mujeres y las relaciones ydiferencias de género. Pero, en lo queparece ser una vuelta a posturas previas al feminismo, hay autoras quepiensan" que tan importantes como elgénero pueden ser otras variables, yque para tener una comprensión global y cabal de la ciencia, las perspectivas han de ser múltiples; sólo así sepodrá desechar el mito del realismo yla racionalidad, que perpetúan la supremacía de los valores masculinos.Hay que mostrar, por ejemplo, las diferencias entre los enfoques de las feministas occidentales de clase media. ylos que en la actualidad llevan a cabogrupos de hombres y mujeres de clasesbajas que ni son blancos ni occidentales. Harding (1993), por ejemplo, subraya que aunque puede ser liberadory enriquecedor para los europeos y angloamericanos subvertir la autoridadde la ciencia mostrando cómo susefectos varían según los contextos, enciertas partes de América, África oAsia eso puede ser utilizado por lasclases dominantes como medio demantener la superstición y evitar la introducción de tecnologías que liberenfuerza de trabajo. La filosofía de laciencia del mañana, opina Harding,habrá de tener en cuenta problemassemejantes; en una línea parecida. de-
163
NOTAS Y DISCUSIONES
terminadas feministas postmodernistas" consideran que hay que reemplazar la política del género o del sexopor una pluralidad de diferencias endonde el género perderá su posiciónprivilegiada.
También hay argumentos que apelana la naturaleza misma de la relaciónentre opresor y oprimido. Por un lado,las clases dominadas o excluidas -y lade las mujeres sería una de ellaspueden entender de manera más objetiva el orden social por no tener interés personal en su mantenímíento."además, como objeto de opresión, lasmujeres se ven obligadas a conocer asus opresores, a la vez que experimentan la opresión de ·la5 víctimas, mientras que los varones carecen de ese«conocimiento experiencial [...] de empatfa, de capacidad de Identíficacíón y,debido a ello, también carecen de írnagínación sociológica y sociah>.16 También se puede apelar a la doble conciencia de la mujer: su conocimientode la cultura dominante, de la masculina, y de sus propias experiencias y percepciones necesariamente desviadas.La consecuencia obvia, para muchasteóricas, es que 5610 las mujeres pueden hacer investigación feminista. Serechaza, entonces, lo estructurado, loobjetivo y los datos cuantitativos y seprima lo no estructurado, las experiencias subjetivas y los datos cualitativos.Para ciertas autoras la objetividad es«una excusa para una relación de poder tan obscena como la relación depoder que lleva a que las mujeres seanasaltadas, asesinadas y tratadas comomeros objetos. El asalto a nuestrasmentes, la eliminación de la existenciade nuestras experiencias como válidasy verdaderas es completamente objetable»." No hay que olvidar, sin embargo, que las propias experiencias de lasmujeres se dan en esa cultura masculína. Además, la idea asociada a la im-
164
portancia de la experiencia directa, asaber, que las mujeres tienen capacidades cognitivas distintivamente válidas;algo característico de la denominadaepistemología del punto de vista femínísta," es similar a la esgrimida paraotros grupos, ya sea la comunidad negra, el proletariado o la raza aria. Lotípico de estos casos es que 10 que justifica o valida ciertas creencias es elser mantenidas o compartidas por uncierto individuo o grupo. .
La crítica a los métodos y técnicasde investigaci6n científica, aunque nos610 a ellos, tiene uno de sus exponentes más radicales y prominentes enDonna Haraway, Sus trabajos (1989,1991) revelan cómo las técnicas y métodos de investigación de los 'estudiosculturales' se pueden aplicar a la ciencia (al parecer, un intento por convertir el posmodernismo en ciencia normal). En su primer trabajo, Harawayencuentra un sesgo masculino en losmétodos que se utilizan para interpretar la conducta de los primates (ya seaen estado salvaje, ya en cautividad) enlos foros en los que se habla y discuteprofusamente sobre ellos, y que van dela filosofía a los anuncios publicitarios:la dicotomía naturaleza/cultura es unresultado de la dominación humanaque se proyecta al mundo animal. Ensu obra más reciente, Haraway ha utilizado la imagen del cyborg, un híbridode ser humano, computador y animal,para señalar la necesidad de una nuevaontología en un mundo en que se desarrollan a velocidad vertiginosa lasnuevas tecnologías genéticas y neurocomputacionales. Éstas han difuminado los límites ontológicos tradicionalesentre lo orgánico y lo mecánico, entrelo innato y lo medioambiental. El 'manifiesto cyborg' de Haraway está dirigido no s610 a los intelectuales y fílósofas sino también a las feministas, quienes a menudo han evitado hablar de la
ISEGORIAl12 (1995)
NOTAS V DISCUSIONES
biología de las relaciones de géneropor miedo a caer en un esencialismoque convirtiera las diferencias entremujeres y hombres en algo fijo e inalterable. Pero, según mantiene Haraway, si nos damos cuenta de que labiología ya no tiene esas asociaciones,la ciencia volverá a alcanzar un nuevopoder emancipador.
Los argumentos que subrayan la importancia de la experiencia personalfrente al 'método' cumplen la importante función de advertir contra unaconcepción rígida del método científico. Pero tienen el peligro de dar porsentados supuestos y experiencias dela persona que investiga o participa enla investigación, en considerar comoalgo dado o probado aquello que sedesea creer. Si 'el método científico'consiste en algo es en hacer pública lamanera en que se lleva a cabo la investigación y se llega a adquirir ciertascreencias, es decir, sometiendo a evaluación colectiva las estrategias queutilizarnos y las conclusiones a las quellegamos. Si hay alguna característicacomún a cualquier tipo de indagación'científica' es la posibilidad de cuestionar cualquier supuesto excepto aquellos que están más allá de toda dudarazonable.
La presencia del género no sólo enlas técnicas específicas de determinadas disciplinas, sino también en el método general de la ciencia sigue diferentes líneas argumentativas con con':secuencias diversas. Algunas autorasconsideran que la naturaleza sobre laque versan las distintas teorías es compleja e interactiva, por lo que las teorías de ese tipo darían mejor cuenta deesa naturaleza. Como, según algunasautoras, las mujeres poseen determinadas características -disposición aatender a los particulares y lo subjetivo, una conducta y actitud social controladora e interactiva- que se ajustan
ISEGORiAl12 (1995)
mejor a ese tipo de naturaleza, eso lespermitiría un mejor entendimiento delmundo que aquel al que puedan acceder los varones." Así pues, una auténtica ciencia feminista, es decir, unaciencia que no incorporara prejuiciosde género, se caracterizaría por sucomplejidad, su carácter interactivo ysu holismo.
Este tipo de epistemología feministaglobal, más radical, mantiene que elfeminismo transformará no sólo -losobjetivos de la ciencia, sino, además,su práctica cotidiana. Dicha epistemología adopta un enfoque 'psicodinámica' y está representada por E. Fax Keller. Los trabajos de esta autora abarcan las ciencias físicas, las biológicas,la historia, la filosofía y la sociologíade la ciencia. Según Fax Keller (1985,1992), el sentido de identidad. del científico o científica en cualquier disciplina ha dependido de la internalizaciónde las dicotomías de sujete/objeto, queson fundamentales en el pensamientomasculino. Huellas de esas dicotomíasse encuentran en muchos supuestosfundamentales de las disciplinas académicas tradicionales y Keller las desentierra, señalando, además, su estructura jerárquica modelada según el supuesto previo de la relación, tambiéndicotómica y jerárquica, entre masculino/femenino: por ejemplo público/privado, político/personal, razón/sentimiento, justicia/cuidado, poder/amor,etc. (Fox Keller, 1992). Pero además,Fax Keller mantiene que es posible hacer una ciencia feminista, es decir, unaciencia diferente a la que hacen los varones, en el método y en la forma deaproximación al objeto de estudio. Tales su tesis en un trabajo señero entrelos libros sobre ciencia y género, labiografía de Barbara McClintock, premio NobeI de Medicina y Fisiología en
. 1983 (Fax Keller, 1983). Al margen dedestacar la personalidad singular y ex-
165
NOTAS Y DISCUSIONES
cepcional de la premio Nobel, este li~
bro es importante en dos aspectos. Enprimer lugar, en las entrevistas personales con la biografiada se subraya suestilo investigador muy poco convencional, debido en parle, seguramente,al aislamiento experimentado en uncampo masculino, el de la biología molecular. McClintock tenía una manerade investigar, afirma, que no díferen.ciaba (ni jerarquizaba) claramente entre objeto/sujeto, como es tradicionalen la ciencia, sino que sentia una cierta empatta-simpatia con/por el materialinvestigado (de ahí el título de la biografía). Ese es uno de los motivos, seguramente, por el que sus trabajos genéticos sobre el maíz, en especial sudescubrimiento de los elementos genéticos móviles, provocaron el desinteréso la hilaridad de sus colegas en el símposio de Cold Spring Harbar, en 1951,aunque treinta años después se reconocieron sus méritos.
Sin embargo ese tipo de afirmaciones plantea, como mínimo, muchosproblemas y preguntas. En primer lugar, hay muchas, y muy diferentes, disciplinas científicas. En segundo, parece identificarse 'feminista' con 'femenino'. Quienes hablan de 'ciencia feminista' consideran que una ciencia talseria la expresión de un temperamentocognitivo peculiar de todas las mujeres. Pero, ¿es posible hacer tal generalización? Hay que tener en cuenta quehay muchas mujeres, de diferentes culturas y clases sociales, con experiencias del mundo tan distintas que resulta difícil, por no decir imposible, hablar de un estilo cognitivo propio detodas las mujeres; las semejanzas cognitivas entre un hombre y una mujeroccidental cultos y de clase media sonmayores que las habidas entre unamujer del tipo anteriormente descritoy una campesina guatemalteca." Además, hay científicas entrenadas en ese
166
supuesto 'estilo cognitivo masculino',como lo muestra su éxito en la cienciatradicional. Por otro lado, tampocoesta claro que sólo las mujeres persigan un conocimiento complejo, globalízador, etc., pues cada vez más científicos (mujeres y hombres) prosiguenprogramas de investigación de estetipo. Pero además, cabría preguntarsesi, en caso de que fueran exclusivas delas mujeres, eso las convertiría automáticamente en 'buenas' o 'mejores',pues no hay que olvidar que las mujeres son seres socialmente construidospara ocupar papeles subordinados, esdecir, inferiores, en la sociedad.
Como acabamos de ver, las filósofasfeministas, aunque no sólo ellas, también rechazan la jerarquía en la relación de investigación. Muchas autorasconsideran que la relación entre la persona que investiga y lo investigado nodebe ser jerárquica, sino recíproca, yque ambos deben estar en el mismoplano crítico" pues sólo así se conseguirá una información veraz, «derivada de relaciones auténticas»." Paraello, los sujetos de investigación debenintervenir en el análisis de los datos,de modo que éste se base «en lo que essignificativo para éstos y no sólo parael investigador» tibid; p. 183). Paraotros (Stanley y Wise, 1983), la investigación se debe centrar en la experiencia de la persona que investiga, peroexplicitando los razonamientos subyacentes al conocímíento que la investigación produce. Este rechazo a la jerarquía parece basarse en tres supuestos: uno metodológico, a saber, que lasrelaciones jerárquicas distorsionan losdatos; otro más complejo, de carácterétíco-normatívo que se aplicaría en especial a las investigaciones que tienencomo objeto de estudio a -las mujeres,según el cual sólo las relaciones no je-
. rárquícas son legítimas entre mujeres;y, por último, uno práctico estrecha-
ISEGORíN12 (1995)
NOTAS Y DISCUSIONES
mente vinculado a lo que se considerala finalidad de este tipo de ínvestigadón: si su objetivo es la emancipaciónde la mujer, la mejor manera de despertar su conciencia es implicarla en elproceso investigador. Desde este puntode vista, la investigación feminista e·snecesariamente un proceso de concienciación tanto de la persona que investiga como de la investigada y eneste sentido hay que juzgar su éxito:"es improbable que aquellos que no Iuchan contra la explotación de las mujeres en la vida cotidiana puedan hacerinvestigación social sobre cualquiercuestión en absoluto que no se halledistorsionada por el sexismo y el androcentrísmcs.v
Así pues, en el caso de la biología ylas ciencias sociales, parece claro elpapel desempeñado por el feminismo ylas cuestiones que éste se plantea. Sinembargo, cabe preguntarse si los valores contextuales, y en concreto el género, intervienen en la aceptación de hipótesis sólo en aquellas disciplinas enlas que el objeto de estudio se caracteriza por incorporar en sí mismo la distinción entre sexos o géneros. Ahorabien, ¿podemos decir lo mismo de disciplinas como la física o la química? Siafirmamos que la física no puede verseafectada por tales valores, se le adscribe un estatus privilegiado con respectoa otras disciplinas. Si queremos evitarlo tenemos que elaborar un argumentogeneral que apoye la no independenciade los valores contextuales, y por tantoel género, en cualquier disciplina.
Uno de los aspectos de la filosofía dela ciencia tradicional que más se hacriticado desde el feminismo, aunqueno sólo desde esa perspectiva, es la deque las ciencias, y en especial las experimentales, se caracterizan por su objetividad, por su neutralidad, porque suscontenidos carecen de valores. Se diceque el método científico se distingue
ISEGORfAl12 (1995)
precisamente por la 'búsqueda desinteresada de la verdad' mediante la formulación de hipótesis que son contrastadas después mediante técnicas muyelaboradas (experimentación y repetición de experimentos controlados, usode técnicas cuantitativas sofisticadas,crítica de la comunidad científica); elhecho de que esas hipótesis sean sometidas a pruebas diversas y no homogéneas hace que el producto final obtenido, el conocimiento cienttfico, se considere libre de errores, que se introducirían en él si no se dejaran fuera desu ámbito factores tales como los sentimientos, los compromisos políticos olas preferencias estéticas. Cuando seafirma que la ciencia está libre de valores se afirma que los valores contextuales y «las reglas que determinan loque constituye una práctica o un método científíco aceptablea.>' es decir, losvalores constitutivos o internos, sondistintos e independientes entre sí, a lavez que se mantiene que los valorescontextuales no desempeñan ningúnpapel en el funcionamiento interno dela investigación, esto es, en la observación, experimentación, y en los razonamientos que permiten justificar una hipótesis o una teoría.
Pero como muchos filósofos de laciencia se han ocupado de señalar. quése considera teoría y qué datos es algodifícil de mostrar y cambia en un sentido pragmático a través del tiempo. Noobstante, en la filosofía tradicional dela ciencia, se considera que los datoshan de ser consecuencia lógica de lashipótesis, si se quiere que aquéllosconstituyan evidencia en favor de éstas.Sin embargo, ni las hipótesis son generalizaciones de los datos, ni éstos sirvenpor sí solos para contrastar aquéllas.La relación entre datos e hipótesis, oentre evidencia empírica y teoría no sepuede representar de manera adecuadamediante una relación sintáctica, de-
167
NOTAS Y D!SCUS!ONES
ductiva." Es necesario introducir unaserie de supuestos, o hipótesis auxilia.res que, o bien hacen ciertas afirmaciones explícitas sobre el campo al que refiere la teoría, o bien las implican. Y esen esos supuestos o hipótesis auxiliaresdonde pueden aparecer los valores contextuales. Dicho de otro modo, en lashipótesis auxiliares aparece el modeloimplícito en la investigación que se lleva a cabo y ese modelo es adoptado enfunción de valores contextuales quenada o casi nada tienen que ver con lapretendida objetívídad.> En realidad,se rodea la investigación científica -elproceso y los resultados- de una retórica de la objetividad, imparcialidad eimpersonalidad, que poco tienen quever con la actividad científica. Esa es lafunción que cumplen expresiones talescomo «se ha descubierto », (se con-cluye ...»), «los datos apoyan », etc. Me-diante la ocultación del sujeto cognoscente «(yO», «nosotras», etc.) se mimala idea de objetividad, de neutralidad,de ciencia libre de valores. De hecho, laobjetividad científica no debe ser considerada un rasgo propio de los científicos individuales, sino una función de laestructura comunal de la investigacióncientífica.
Sí los métodos generados por los valores constitutivos no pueden garantizar la independencia de los valorescontextuales, entonces debemos preguntarnos si uno de los objetivos de lafilosofía feminista de la ciencia -a saber, la eliminación de los sesgos de género-s- se puede lograr, pues ese objetivo parece basarse en una posicióncomprometida con una ciencia libre devalores. Pero, ¿qué situación de privílegío hace que una ciencia «feminista"sea mejor que otra? No podemos Iímí-
168
tamos a mostrar los sesgos no sexistas.sino que será necesario idear de quémanera una concepción de la cienciaque no mantenga la independencia delos valores contextuales y los constitutivos podrá dar cuenta del progresocientífico. Para ello, nada mejor quereconocer que podemos afectar el curso del conocimiento, favorecer o perjudicar determinados programas de investigación, según nuestros compromisos y valores político-ideológicos, yaque no podemos eliminarlos. Este tipode filosofía feminista de la cienciaaboga, pues, por una práctica científica en la que se estime que las consideraciones ideológico-políticas son constricciones relevantes en el razonamiento y la interpretación que conforman elcontenido de la ciencia. Quizás sólosea posible, como mantiene H. Longino (1987, 1990, 1992), «hacer cienciacomo una feminista»." no hacer «ciencia feminista» ni «ciencia femenina».
Como se puede ver. el feminismo hacentrado muchas de sus preocupaciones de los últimos años en la reflexióncrítica sobre la ciencia. Algunas de láscuestiones más formales de la filosofíade la cíencía han quedado, por el momento, excluidas de su atención. Delmismo modo, hay muchos problemasque el pensamiento feminista ha puesto en el punto de mira de la filosofíade la ciencia, aunque aquél tiene unadimensión pragmática y programática que sólo los estudios sociales dela ciencia parecen asumir también."Pero, de la multitud de trabajos que seestán desarrollando, queda clara nosólo la intersección entre la filosofía dela ciencia y el feminismo, sino además,su convergencia pasada y actual y, sobre todo, futura.
ISEGORfAl12 (1995)
NOTAS Y DISCUSIONES
NOTAS
1. Este trabajo ha sido financiado en parte porla DGICYT (proyecto de investigación PB92·0846C06-02) y por el Programa de Movilidad Temporal del personal Funcionario, Docente e Investigadar de la Secretaría de Estado de Universidades eInvestigación del MEe español.
2. La bibliografía al respecto es enorme. Véase,por ejemplo, J. Harding (1986), S.M. Humphreys(1982), M.L. Matias y L. Skidmore Dix (eds.)(1992), Perl (1993), Rose (1994), Rosser (1985,1986). Schuster y Van Dyne (1985), Woodhull etal. (1985). En España, algunos grupos trabajanen este campo, corno, por ejemplo, la Organización Española para la Coeducación MatemáticaAda Byron, que regularmente organiza jornadassobre estas cuestiones.
3. Es muy reveladora la investigación efectuadapor Hilary Rose (1994) sobre la Royal Society. Aun.que en 1922 un informe realizado a petición de 1..'1propia Sociedad se pronunció acerca de la legalidadde admitir mujeres, hubo una especie de 'amnesiacolectiva' hasta 1945 en que, a iniciativa del propiopresidente de la Royal Society, fueran admitidasMargaret Stephenson y Kathleen Londsdale.
4. Aunque algunas autoras han señalado que la 'excepcionalídad' de algunas científicas constituye másbien un freno en muchos casos. Véase, por ejemplo, elcaso de Mad.1I11e Curíe en Rossíter (1982).
5. Una vez más, la bibliografía en este campoes amplia. Sobre el primer tipo de historias véase, por ejemplo, P.G. Abír-am y D. Outram (eds.)(1989), Alíe (1982), Ogilvie (1986), Osen (1974) oSpender (1982). Sobre el segundo tipo de estudios, Noble (1992), Pérez Sedeño (1995b), Rossíter (1982), Schiebinger (1989), Zuckerman el al.(1992). Sobre metáfora, Fax Ke1lef (1985, 1995) YWenreích-Haste (1994).
6. Por ejemplo Byrne (1993), Haas y Peruccí(1984), Kallle (1985), Kass-Simon y Farnes (eds.)(1990) y Pérez Sedeño (19950). El número de trabajos de este tipo en disciplinas concretas aumenta continuamente.
7. Sobre las diferentes corrientes como porejemplo el empirismo feminista, las epístemologias del punto de vista y la psicodinamica dela individuación, véase Harding (1986, 1991),
Longino (1992), Rose (1994) y Pérez Sedeño(1995a).
8. E. Fee (1981), p. 378.9. Por ejemplo, Jordanova (1990), Laqueur (1990)
y Tuana (1993). A. Górnez (en prensa), S. Jay Gould(1981), Pérez SedeJ10 (1994c, 1995a), Schiebinger(1989) o Tuana (1989) ofrecen algunos ejemplos hístorícos de este tipo de análisis. No hay duda de quela importancia de esta disciplina viene dada por elpapel central que desempeña a la hora de mantenerla organización 'genérica' de la sociedad.
10. Blelr (1983), Fausto-Sterlíng (1985), Doel!y Longíno (l983), Longino (1990) y Doell (1991).
11. Harding (1987). p. 184.12. Smíth (1987), Hammersley (1992) y Rama
zanoglu (1992).13. Por ejemplo, Stanley y Wíse (1990) o Hal'-
ding (1993).14. Alkoff y Potter (1993).15. Harding (1991).16. Mies (1983), p. 122.17. Stanley y Wisc (1983), p. 169.18. Harding(1987, 1991), StanleyyWíse (1990).19. Véase, pOI' ejemplo, Bleier (1984), Rose
(1983) o Harding (1985).20. Algo que se aplica a los varones igualmente.21. Harding (1987), p. 9.22. Reinharz (1983). p. 186.23. Harding(l987, p. 12.24. Longino (1987), p. 46.25. La corriente estructuraltsta se aparta, en
parle, de esta idea. Pero dicha comente es minoritaria dentro de la comunidad de fil6sofos de laciencia.
26. Algo que han mostrado muy bien H. Longino (1990) y Longino y Doell (1983) en sus estudiossobre el influjo de las hormonas sexuales sobre elcomportamiento humano. En el mismo sentido,aunque sobre teorías diferentes, se han desarrollado los trabajos de Margaret Jacob (1976),' JamesJacob (1977), Shapin y Schaffer (1985) o Shapin(1994).
27. Longino (1987).28. Me refiero a los STS Studies o estudios de
ciencia, tecnología y sociedad.
REFERENCIAS BIBliOGRÁFICAS
ABlR.AM, P,G., y D. OUTRAM (eds.) (1989): Uneasycareers and intimate lives. Wome/I in Scic/lce1789-1979, New Brunswíck f Londres, RutgersUniversity Press.
ALCQFF, L., y E. POTTER (eds.) (1993): FeministEpistemologies, Nueva York (Londres, Routled
. ge,Chapman and Hall.
ISEGORiAl12 (1995)
ALlC, M. (1986): Hipatia's heritage (trad. esp., Ellegadode Hipatia; Siglo XXI).
BEM, S. Lipsitz (1993): The Lenses ofGender, NewHaven I Londres, Yale University Press,
BLEIER, R. (1984): Science alld Gender. A Critiqueof Biology and Its Theories 0/1 Womell, NuevaYork, Pergamon Press.
169
NOTAS Y DISCUSIONES
BOWlES, O., YR. DUEU.l KlEIN (eds.) (1983): Theories 01' \VO/1MII studies, Londres, Routledge &Kezan Paul,
BR~SCOE, A.M., y S.M. PFAFFllN (005.) (1979): Expanding the role of \vomell ill the sciences, NewYork Acadcrny of Scíences,
BUTlER KAHlE, J. (ed.) (l98S): Womell in Science:A Repon [rom the {leld, Filadelfia/Londres, TheFalmer Pre5S.
BVRNE, E.M. (1993): Womefl alZd science, LondrcslWashington, The Falmcr Press.
CODE, L, (1991); What cal! she krlOw? PeministTheory and the Construction 01' Knowledge, Londres/Ithaca, Cornell Unív, Press.
DOElL, RG. (1991): «Whose Research ís This?:Valucs and Blology», en J.E. Hartman y E.Messer-Davldov (OOs.) (1991),
FAf,JSTo-STf.RLlNG, A. (1985): Myths of Gender, Basic Books.
FEENBERG, A., yA. HANNAY (eds.) (1995): The 1JOUties al Knowledge, Bloomíngron/Indlanapolis,Indiana Unlv, Press,
FONOW, M., y JA COOK (eds.) (1991): Beyoltd Methodology, Feminist Scholarship as lived research, Bloomington, Indiana Univ. Press,
FORT, D.C. (ed.) (1993): A hand up: IVOmelll1lentoring women in science, Washington D.C., Assocíation for Women in Scíence,
Fox KElLER, E. (1985): Reilexions al! Gender andScience, New Haven, Yale Univ. Press.
- (I992): Secrets of Life, Secrets of Death: Essayson language, gender and science.
- (1995); Rejlguritlg Liie, Nueva York, ColumbiaUniv. Press.
GARCIA DE CoRTÁZAR y GARCIA DE LEÓN (eds.) (1995):Sociologia de las mujeres españolas, Madrid, Ed.Complutense.
GÓMEZ, A. (1995): «La subordinación de la muje¡';¿un destino bio16gico?, en A. Gómez y PérezSedeño (eds.) (en prensa).
GOUl.O, S. JAY (1981): The mísmeasuremerll ofman, W.V. Norton and Co.
HMS. V., Y C. PERUCCJ (I984): TVomm in scimtificaud engil7eerillg lJrofessions, Ann Arbor, University of Michigan Press.
HAMMERSLEY. M. (1992); oOn Feminist Methodo·logy., Socio/agy, vol. 26, n." 2, pp. 187-206.
HAKAWAV, D. (1985): «A Manifiesto for Cyborgs:Science, Technology and Socialist Feminism inlhe 1980s», Socialist RevielV, n.~ 80, pp. 65-107.
- (1987): Primate Visions, Londres, Routledge.- (1991): Símialls, Cybargs. lVomclI, Londres,
Routledge.- (1995); «Siluated Knowledge: The Scíence
Question in Feminism and lhe Priviiege of Partial Perspeclive., en Feenberg y Hannay (eds.).
H'IRDING, J. (ed.) (1986): Perspectives 0/1 Gellderand Sciellce, Londres, The Falmel' Press.
HARDlNG. S. (1986): Sciel1ce Question ir¡ Femillfsm,lthacu, Comell Unív. Pn~ss,
170
- (1991); Whose Science? Whose Knowledger,Ithaca, Cornell Unív, Press.
-:- (ed.) 09,93): The «Racial» Economv of Science.Toward a Democratic Future, Bloomíngton, Indiana Universíty Press,
liARTMAN, J.E., Y E. MESSER-DAVlOOW (eds.) (1991);(En) Gendering l(¡¡owledge. Peminists in Academe.Knoxville, The Universíty of Tennessee Press.
HUBBARO, R., y E. WALD (1993); Exploding theGene Myth, Boston, Beacon Press,
HUMPHREYS, S.M. (1982): Womell al1d millon'tiesill science: strategies {or increasing partioipation,Boulder, ca, Westview Press.
JACOB, J.R. (l977): Robert Boyle and the Eng~ish
Revolutian. A study in social and irueileotualchange, Nueva York, Franklin.
JACOB, M.C. (1976): The Newtonians and the EIlglísh Revolution, 1689·1720, Ithaca, NY, ComellUníversity Press.
JACORS, M.C. (1992): The politics ofWestem Scicnce, Ithaca, NY, ComelJ Uníversity Press.
JOROANOVA, L. (1990); Sexual visioll5, University ofWisconsin Press,
KASS-SIMON, G., y P. FARNES (eds.) (1990): Womenal' Science. Righting the record, Bloomington,Indiana University Press,
K1RSCH, G.E. (1993): lVomen lVrilil1g the Academy.Audience, Authority, and Transiormation, SOUdlern Illinoís University Press,
wauEuR, T. (1990); Making Sex, Harvard Uníversity Press.
LaNCINo, H. (1987): «Can There Be a FeministScíence>, Hypatia, 2, n," 3, pp. 51-64.
- (1990); Science and Social Knowledge, Prínceton, Prínceton Unív, Press,
- (1992): «Bssentlal Tensión • Phase Two: Ferniníst, Phílosophícal, and Social Studies of Science., en E. MacMullin (ed.), The Social DimellsiOllS al Scie1lce, Univetsítyof Notre DamePress.
- (1995): «Knowledge, Bodie..~ and Values: Reproductive Technologics and Thcir ScicntificContext., en Feenberg y Hannay (eds.).
-, y R. DOEll (1983); «Body, bias and behaviour., Sig¡¡s, 9 (2), pp. 206-227.
MATlAS, M.L., y 1. SKlOMORE DJX (eds.) (1992):Scimce altd E¡¡gi¡¡eeril1g programs: 011 target forlVomell?, \oVashington D.C., Nalional AcadernyPress.
MIES, M. (1983): oTowards a methodology for feminist research., en Bowles y Duelli Klein(eds.) (1983).
NOBLE., D.F. (1992): A World Wilholll Wamen,Nueva York, Knopf.
NVE. A. (1990): lVords 01'POli'er. A Femillist Real!il1g of the History al"Logic, Nueva York I Londres, Routledge.
'OAKES, J. (1990): Lost laleru: the wlderparticipalíon of women, miltorities and disabled persollsin scimce, Santa Monica, CA, Rand.
18EGOAíN12 (1995)
NOTAS Y DISCUSIONES
OOILV1E., M.B. (1986): Womell ill Science. Alltiquitythrour;h the Nineteentl: Century, Cam bridge. MA ILondres, The MIT Press.
OSEN, L. (1974): \Vomell in Mathematics, Cambridge, MA, MIT Press.
P~REZ SIIDE.NO, E. (1993): «Mujer y ciencia: unaperspectiva», Arbor, vol. CXLlV, n," 565.
- (1994a): «Mujeres matemáticas en la historiade la ciencia», en Matemáticas y coeducación,Madrid, Sociedad Ada Lovelace ¡ Instituto de laMujer.
- (19940) (coord.): CotlCeptualizaci611 de lo femeni110 eu la lüasofla antigua, Madrid, Siglo XXI eds.
- (1994c): «Masculino y femenino en la cosmología ptolémica», en Pérez Sedeño (coord.)(1994b).
- (l995a): «De la biología imaginaria a la sociología real», en Oarcfa de Cortázar et al. (1995).
- (199Sb): «Scientifíc Aeademíc Careers of Women in Spaín: Hístory and Facts», en VIIth ILSConference at Kentucky State University.
-, y A. CÓMEZ (eds.): El animal dentro de nosotras: ciencia, sexo y cultura (en prensa).
PERL. T. (1993); WOI1le1l and numbers, San Carlos,CA, Wide World Pub.
RMIALEY, J.A. (ed.) (1978): Caver discriminatíonand women· ill the sciences, AAAS selectedsyrnposíum, 14, Westview Press,
RAMAZANOGUJ, C. (1992): «On Feminist Methodology: male Reason versus Female Empowerrnent», Saciology, vol. 26, n," 2, pp. 207-212.
RIlINHARZ, S. (1983): «Expcríenrial analysis: a contríbution to femínist research», en Bowles yDuelli Klein (eds.).
ROSE, H. (1994): Lave, Power and kno\Vledge: towards a [eminist transiormation of the sciences,Bloomíngton, IN, Indiana Universíty Press.
ROSSER, S,V. (1985): «Introductory biology: Approaches to femínist transformatlons in coursecontent and teaching practice., JounuzI ofThought. AH imerdisciplinazy Quarterly. 20 (3),205-217.
- (1986): Teachillg scietlce and health {ram a femillist perspective: A Practica! Cuide, NuevaYork, Pergamon Press.
- (1992): Biology alld Feminism. A Dyt1amic lllteractitm, NuevaYork, Twayne Pub.
ROSSITER, M. (1978): .Sexual Segregation in theSciences: Some Dala and a Model., Signs, vol.4, n." 1.
ISEGORiN12 (1995)
- (1982): Womell Scientists irl Al1leríca. Struggiesatui Strategies to 1940, The John Hopkins Unjoversity Pres s.
SCmElllNGER, L. (1987): eThe History and Philosophy of Women in Sclence: A Review Bssay-,Sign, vol. 12, n," 2, pp. 305-321.
- (1989): The Mind Has No Sex? WomeH in theOrigins o{ Modem Science, Cambridge, MA /Londres, Harvard University Press.
- (1993): Nature's Body: Gender i1l the Making ofModem Scierlce, Bastan, Beacon,
ScHUSTER, M., y S. VAN DYNE (1985): lVomells place il¡ the academy: Transiormlng the liberal artscurriculum, Rowrnan and Allanheld. .
SHAPlN, S. (1994); A Social History of Truth, Cambridge Unív, Press.
-, y S. SHAFFER (1985); Leviathan and the Airpump: Hobbes, Boyle and the Experimental Life,Prínceton Univ, Press.
SMlTH, D.B. (1987): The EverydayWorld as Problematic: a [eminist sociology, Open UníversítyPress.
SPENDER, D. (1982): lVomm of ideas dí what mmhave done la them, Londres, Pandora Press,
STANLEY, L., y S. W¡SE (1983): Breaking out: [eminist conciousness and {emillist research, Londres, Routledge and Kegan Paul,
- (1990): «Method, Methodology and episternology in feminist research processes», en L.Stanley (ed.), Feminist Praxis, Routledge.
TIJANA, N. (ed.) (1989): Peminism ami Scienoe,Bloomington, Indiana Universíty Press.
- (1992): Woman and the Historyof Philosophy,Nueva York, Paragon House,
- (I993); The Less Noble Sex. Bcietitiiio, Religious,and Philosophical Conceptions ofWomall's Nature, Bloomington, Indiana Unív, Press,
WllINREIO¡-HASfE. H. (1994): The sexual metaphor,Cambridge, MA, Harvard Unív, Press.
WOODHl.ILL, A.M. et al. (1985): .Teaching for change: Feminism aud the sciences», Jouma1 ofThour;ht: Al! ImerdisciplillalY Quarterly, 20 (3),pp. 162-173.
ZINSSER, J.P. (1993): Hislory atld Femirlism. Aglass halffull. Nueva York, Twayne Pub.
ZUCKERMAN, R, J.Ro CoLE. Y J,T. BRIJER (eds.)(1991): The Ourer Circle. Women in the ScietuirlC Comul1iJy, New Haven I Londres, Yale University Press.
171
Top Related