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Configuraciones estticas del campesino en Tipacoque y Siervo sin Tierra de Eduardo
Caballero Caldern
Luis Roberto Rincn Vargas
Requisito parcial para optar al ttulo de
Magister en Literatura
Director de Tesis
Juan Alberto Blanco Puentes
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Ciencias Sociales
Maestra en Literatura
2013
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Artculo 23 de la resolucin N 13 de julio de 1946
La universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en sus
trabajos de tesis, slo velar porque no se publique nada contrario al Dogma y a la Moral
Catlica, y porque las tesis no contengan ataques o polmicas puramente personales, antes
bien se vea en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia
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CERTIFICADO
Yo, LUIS ROBERTO RINCN VARGAS, declaro que este trabajo de grado, elaborado
como requisito parcial para obtener el ttulo de Maestra en Literatura en la facultad de
Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Javeriana, es de mi entera autora excepto
donde se indique lo contrario. Este documento no ha sido sometido para su calificacin en
ninguna otra institucin acadmica.
LUIS ROBERTO RINCN VARGAS
ENERO DE 2013
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AGRADECIMIENTOS
A Dios y a todos sus ngeles, quienes con su energa creadora e inspiradora guiaron mis
pasos y me dieron la fortaleza para no desfallecer en momentos de cansancio fsico, moral y
mental.
A la memoria de mi madre, MARTHA LUCY VARGAS, quien a pesar de su exigua
educacin, me hered su imaginacin y la particular manera de ver y afrontar el mundo;
lamento que haya dejado este mundo tan pronto ya que no solo dej un corazn vacio (El
mo por supuesto) sino que el da de la ceremonia su silla tambin lo estar. Donde quiera
que ests se que intercediste para que este sueo se hiciera realidad; estoy seguro que
hubieras entregado tu vida tan slo para que yo alcanzar mis metas.
A mi hija, Laura Alejandra Rincn Martnez, motor de mis acciones para procurarme un
futuro mejor mediante la formacin de mi intelecto; por ella me muevo en este mundo y
espero poder transmitirle una veta de conocimiento que pueda aplicar en su vida.
A Marco Fidel Novoa Montero, su amistad incondicional y desinteresada permitieron
que depositara un voto de confianza en mi capacidad intelectual, lealtad y disciplina,
apoyndome no solo econmicamente sino tambin moralmente para culminar con este
triunfo; su nobleza y carisma lo hacen nico, por tal razn lo considero mi hermano.
A Juan Alberto Blanco Puentes, sus conocimientos, indicaciones y correcciones
posibilitaron el desarrollo de este trabajo que culmin a buen trmino y en el tiempo
previsto. Sin su ayuda no hubiera sido posible llegar a esta meta con sabor a gloria.
A la Pontificia Universidad Javeriana por posibilitar este programa que facilita
profundizar y apropiarse de un conocimiento digno de exaltar gracias a todos los maestros
que componen el equipo de trabajo de la Maestra; su capacidad intelectual permite que se
sienta la calidad de lo que transmiten en cada una de sus ctedras.
A mis amigos y compaeros de la Maestra; compartir espacios acadmicos y personales
permitieron que el riguroso paso acadmico en muchas ocasiones se tornara relajado;
igualmente su capacidad intelectual permiti que mi conocimiento y el modo de percibir la
literatura se expandieran y buscara otros matices tericos y estticos.
A todos los escritores que han construido con ese universo nico, riguroso, hermoso y
rebelde, aquello que me permite soar y refugiarme en otros mundos paralelos a mi propia
realidad; ellos son fuente de inspiracin para creer que no hay imposibles y que la gloria e
inmortalidad son posibles por medio de ese arte que se llama LITERATURA.
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CONTENIDO
INTRODUCCIN 3
1. Periodismo, literatura y ensayo, vnculos personales en el escritor 7
1.1 Consideraciones acerca del periodismo y la literatura 8
1.2 Asociacin entre literatura y periodismo 13
1.3 Periodismo, gnesis de la obra de Eduardo Caballero Caldern 15
1.4 Caballero Caldern, la visin de un ensayista 25
1.5 La mirada del ensayista al problema rural 29
2. Tipacoque, una realidad a travs de la literatura 34
2.1 Tipacoque en la narrativa de Eduardo Caballero Caldern 35
2.2 Configuracin de un universo literario a partir de la vida cotidiana 37
2.3 Configuracin del campesino tipacoque 40
2.4 Configuracin femenina en Tipacoque 42
2.4.1 Configuracin masculina en Tipacoque 44
2.5 Tradicin agraria en Tipacoque 50
2.6 Representacin del problema agrario en Tipacoque 52
2.7 El campo, vctima de la modernidad 54
3. Siervo sin Tierra representacin del problema agrario 59
3.1 Siervo Joya esttica social del campesino boyacense 60
3.2 La funcin poltica y arbitraria de los administradores de la tierra 64
3.3 Problema agrario en Siervo sin Tierra 66
3.4 Siervo Joya ante la sociedad y el despotismo econmico 67
3.5 Utopa agraria para Siervo Joya 72
3.6 La poltica y la tierra 76
3.7 Poltica: un sistema que manipula al campesino 77
Conclusin 80
Bibliografa 86
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Para ser escritor hay que torcerle el cuello al periodista, y para escribir novelas es menester resistir la tentacin del peridico. Al escritor lo asaltan tentaciones semejantes a las que despus de cuarenta das de
ayuno en el desierto se le presentaron a Cristo. Si el escritor cede a la tentacin del milagro que es la
improvisacin, y se tira de cabeza desde el pinculo del Templo para que los ngeles lo recojan por el aire; si
cede a la tentacin de la poltica, que es el poder y los halagos del mando; si flaquea ante la tentacin de
convertir piedras en panes haciendo de la verdad una mentira y de sta una verdad aparente, est
irremediablemente perdido en cuanto escritor de novelas
Eduardo Caballero Caldern.
Introduccin
Cuando hablamos de guerra y poltica en Colombia es necesario aclarar que hay un
concepto que ha permanecido ligado a lo largo de la historia de nuestro pas: Violencia
un trmino que todos comprendemos pero en diversas formas y magnitudes. Lo que hace
que la Violencia se piense y se viva en diferentes formas est relacionado con el momento
histrico y los intereses de los habitantes de un pas, ya que mientras en un tiempo se
presenciaban las masacres en zonas rurales, tambin esta se evidencia en contextos urbanos
permeando todas las capas sociales de la nacin. Lo que ha permitido que esta saga de
acontecimientos violentos forme parte de nuestra historia es la tenencia de poder a
cualquier precio; esta actividad apoyada por diversas ideologas con el objetivo de
apropiarse de los hilos conductores de la Nacin es lo que generalmente se define como
poltica, concepto que ha sido sinnimo de guerra a lo largo de nuestra historia, pero que
esencialmente tuvo una caracterstica particular , la guerra territorial, convirtindose la
lucha por la posesin de un espacio, en uno de los temas sociales ms recurrentes en la
historia de los campesinos del pas; fenmeno que se presenta a causa de los sucesos
polticos y econmicos ocurridos desde inicios del siglo XX. El conflicto por la lucha de la
tenencia de tierra y la incompetencia del sistema jurdico, son algunas causas de la
violencia que se presenta en el mbito rural, sin que el gobierno tenga presencia en estos
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sectores para evitar la violacin de los derechos y el xodo de los campesinos que viven y
trabajan en estas tierras.
El presente trabajo tiene como objetivo principal determinar cmo se representa el
campesino y el problema agrario desde el aspecto esttico y socio-histrico en las novelas
Tipacoque (1940) y Siervo sin Tierra (1955) de Eduardo Caballero Caldern. Esta labor
surge del inters por la problemtica mencionada; as como tambin, del gusto por la
literatura colombiana, ms especficamente de aquella que se conoce como Literatura de la
Violencia, ya que sta expone temas sociales relevantes para la historia del pas y retrata de
forma esttica los conflictos presentados en diversas regiones del territorio nacional, que
tuvo sus inicios como sociedad rural, por lo tanto el principal protagonista es el campesino
olvidado hoy por una sociedad que se ha consolidado como urbana; adems me complace
revisitar a este admirable periodista, ensayista y literato colombiano, identificndolo como
uno de los novelistas que tiene como eje central en sus libros, el problema agrario, la
preocupacin por el campesino y el amor por la tierra de sus ancestros, espacio que se
convirti en la inspiracin para manifestar la condicin infrahumana del habitante rural,
resaltando los aspectos ms significativos de la identidad y autenticidad de la regin
boyacense.
Para lograr nuestro objetivo se indag en aquellos estudios que se relacionan con la obra
del autor para examinar sus logros, dificultades y aportes realizados al estudio de su
narrativa y se determin que aquellos que se han realizado de las novelas Tipacoque y
Siervo sin Tierra, no evidencian aspectos que determinen ampliamente la representacin
del campesino y el problema agrario; su imagen es tratada superficialmente o desde un
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marco exclusivamente social; la presencia y anlisis del campesino es superflua y en
ocasiones nula, se habla de la problemtica social que este afronta, pero no se examina la
representacin y relacin literaria construida en la obra de Caballero Caldern; por tal
motivo se hacen aportes sociolgicos, histricos y literarios presentes en la produccin
periodstica, ensaystica y literaria del autor, donde se enuncie el problema del campesino
frente al sistema econmico, poltico y social, sin descuidar el aspecto esttico en el que se
identifican dichas representaciones, considerando que las novelas Tipacoque y Siervo sin
Tierra, enuncian el fracaso del habitante rural frente al sistema agrario en Colombia y su
exclusin del sistema poltico y econmico a mediados del siglo XX en nuestro pas.
Los personajes que presenta Caballero Caldern evidencian la necesidad de un sistema
agrario que les permita ser beneficiarios del sistema productivo y de esta forma ser
propietarios de la tierra por la que han trabajado durante toda su vida, ya que el sistema
econmico y poltico presentes en sus novelas demuestran que el campesino ha sido la
principal vctima de todos los procesos en la construccin de la estructura social del pas,
relegndolo a un ltimo plano donde contina la persistente inequidad entre el hacendatario
y el trabajador rural, pues es el que tiene menos opcin de acceder a la propiedad de un
terreno, justificando con ello la constante frustracin e infortunio del campesino ante el
sistema agrcola que se evidencia como un modelo conflictivo, desigual y excluyente.
En este sentido la intencin principal es determinar cmo se presentan las imgenes del
campesino, su figuracin esttica y el problema agrario desde el aspecto literario y socio-
histrico en Tipacoque y Siervo sin Tierra, evidenciando el inminente fracaso del
campesino ante las estructuras sociales presentes dentro de la narrativa que presenta
Caballero Caldern; sin embargo, para llegar a ello se realiza un breve recorrido por la
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labor periodstica y ensaystica del escritor bogotano anterior a su primera novela,
Tipacoque en la que el autor hace referencia a problemticas sociales, econmicas o
polticas, considerando que estos temas y su prctica laboral fueron el punto de partida,
para la construccin del mundo literario que le permiti dar a conocer su permanente
preocupacin por la gente del campo. Esta exploracin tiene como objetivo examinar y
relacionar el origen de la funcin literaria y realista presente en su obra, ya que esta expone
aspectos sociolgicos y polticos y las consecuencias generadas a partir de la crisis social
que presentaba el pas.
Posteriormente se analizar la novela Tipacoque y se relacionar con Diario de Tipacoque
(1950) para establecer la visin que el autor expone acerca de la problemtica agraria,
presente en la regin del norte de Boyac en las dcadas del cuarenta y cincuenta. Se
realizar una lectura minuciosa de las novelas con el objetivo de registrar las posibles
relaciones entre poltica, sociedad, la vida del escritor y su creacin literaria. Se pretende
encontrar aspectos relevantes que determinen la figuracin del campesino dentro del relato
y la funcin de ste, con relacin al sistema agrario, poltico y social, temas recurrentes a
lo largo de la narrativa de Caballero Caldern.
Finalmente, se determinar la imagen del campesino en la novela Siervo sin Tierra,
describiendo las relaciones sociales y estticas del personaje principal, Siervo Joya y su
reaccin frente al sistema agrario de la poca. Para esto se realizar el anlisis del sistema
econmico reinante durante la primera mitad del siglo XX en Colombia; el supuesto alivio
que trajo al campesino la reforma agraria, la tenencia de tierra y la mentalidad del personaje
frente a los fenmenos econmicos, polticos y sociales, expuestos en la novela. Este
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anlisis determinar la resistencia o aceptacin del campesino frente al sistema rural, as
mismo se evidenciar el xito o el fracaso del campesino frente al sistema agrario.
1 Periodismo, literatura y ensayo vnculos personales en el escritor
En este captulo se realiza a grosso modo un acercamiento a los conceptos de periodismo y
literatura para comprender los vnculos y motivos por los cuales as, como varios escritores
pasaron del periodismo a la literatura, igualmente lo hizo Eduardo Caballero Caldern
(1910-1993), trazando un camino literario que tuvo su origen e influencia en la tierra de sus
ancestros y en las columnas escritas en el peridico El Tiempo, donde resalt el drama y la
solidaridad por la gente de la ciudad, as como tambin lo hizo con los campesinos, de
quienes exalt su cultura y se dio a la tarea de denunciar los procesos burocrticos que
atentaron contra la preservacin y el desarrollo del campo, especialmente con los habitantes
de Boyac y Santander quienes se convirtieron en los referentes de su trabajo novelstico.
Igualmente se traza un breve recorrido por el origen de su actividad periodstica, anterior a
su obra ensaystica y literaria en la que es posible evidenciar aspectos culturales, sociales y
polticos, los cuales influenciaron lo que sera posteriormente el desarrollo de varios de los
temas tratados de forma esttica en sus novelas Tipacoque y Siervo sin tierra.
Por otra parte se complementa el anlisis de la influencia novelstica del autor mediante el
estudio de los ensayos realizados entre (1942-1949) periodo previo al desarrollo de su
novela Siervo sin tierra. Se realiza el cotejo de sus ensayos en general; sin embargo, la
intencin primordial es analizar con ms detenimiento aquellos donde se evidencie la
naturaleza del campesino boyacense y santandereano, ya que es ste el personaje central de
sus novelas y el motivo por el que Caballero Caldern extrajo su profundo y desinteresado
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sentido humano por el habitante del campo; resaltando los problemas sociales y
econmicos que aquejaron a estos seres marginados y atacados por una burocracia que se
mostraba indiferente ante la precaria condicin humana de aquellos trabajadores
incansables, que empricamente se convertan en la base de la economa boyacense.
1.1. Consideraciones acerca del periodismo y la literatura
Para algunos resulta incorrecto hablar de periodismo en el mbito literario, ya que la
literatura es la encargada de preservar, enaltecer y darle esplendor al lenguaje; la gramtica
en este sentido adquiere un carcter dogmtico y las palabras adquieren una conformacin
casi moral, donde llegan a ser clasificadas como puras o ilegtimas.
Aparentemente no hay nada tan reido como lo presente entre literatura y periodismo; el
periodista no se detiene ante consideraciones estticas, que s preocupan al literato, quin
no slo desea expresar su pensamiento sino que adems lo depura y embellece. El
periodista no tiene tiempo para estas observaciones, sin que ello indique que su trabajo no
requiere elaboracin; en su afn por informar, escribe con la inmediatez de la noticia,
persiguiendo la brevedad, claridad y precisin con sus palabras, vindose obligado a
sacrificar la esttica del lenguaje que reclama la literatura, por una trillada o inculta
expresin que pueda comprender hasta el menos erudito de los lectores.
Debemos entender que ambos trabajan con palabras pero que sus necesidades y condiciones
no son las mismas. El literato escribe en el ambiente apacible de su estudio o biblioteca, sin
presiones o afanes, dedicando el tiempo suficiente para pulir una frase, logrando la
exactitud deseada, bien sea producto de su imaginacin o de una consulta textual, que le
ayude a complementar su objetivo. Sealaba Caballero Caldern en cuanto al escritor que
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ste: No escribe por escribir, sino para hacerlo bien. Escribe para s mismo en primer
lugar, para un yo crtico y exigente que no tiene las complacencias de los lectores del
peridico (1963:506). Al ser proclamado como miembro de la Real Academia de La
Lengua (1944) en su discurso de posesin haca un llamado a los periodistas por considerar
que eran ellos, los llamados a ser los herederos directos de Cervantes:
Porque a lugares menos limpios seores acadmicos, fue Quevedo y Villegas en
busca de palabras; de la cocina del convento Santa Teresa extrajo mucha miel para
sus Moradas; y Mateo Alemn salpic de picardas su lenguaje, y dio carta de
naturaleza a voces de germana que en su tiempo debieron ser no slo impropias
sino tan poco aseadas como hoy nos parecen. Sin contar con que Boscn y
Garcilaso, y el propio Manco de Lepanto, se trajeron de Italia a la Pennsula
modismos y palabras que eran extraas al paladar y al gusto castellanos y eran gotas
de elixir en aquel licor fuerte y espeso del siglo de oro (1963: 507).
Sin olvidar la diferencia sustancial entre periodismo y literatura, no es justo demeritar una
labor con respecto a la otra, ya que como lo ejemplific Caballero Caldern, histricamente
los clsicos de nuestra literatura se construyeron con un bajo perfil, con la cotidianidad y lo
popular de la vida, sin desdear las locuciones vulgares, el refrn inculto pero sabio, la
expresin viva aunque incorrecta y todas aquellas palabras del ciudadano comn, que le
sirvieron a Cervantes para erigir el monumento ms ilustre del Castellano.
Sin embargo, a pesar de todas las comparaciones en cuanto a semejanza o diferencia de las
dos ocupaciones, es necesario consultar libros de periodismo para determinar una
definicin precisa o por lo menos que nos acerque al significado del trmino, ya que da la
impresin, en ocasiones, que se est hablando de conceptos diferentes, puesto que el
periodista lo define segn su punto de vista o experiencia.
En esencia, la palabra periodismo nos remite a todas las formas en que las noticias llegan al
pblico; el mensaje periodstico se inscribe bsicamente en un proceso comunicativo entre
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diversos grupos humanos de cuanto ocurre en el mundo, siendo acontecimientos de
conocimiento pblico junto con los pensamientos que provoquen, convirtindose en el
material fundamental del periodista.
Para quienes estamos alejados de este oficio, el periodismo es sencillamente una labor que
consiste en escribir sobre asuntos de inters general, con el nico objetivo de informar
sobre sucesos actuales, mientras que para el profesional es una responsabilidad y por
consiguiente un privilegio; Eric Hodgins, de la revista Time, citado por Bond lo define
como: Periodismo es llevar informacin de aqu y de all, con precisin, perspicacia y
rapidez, y en forma tal que se respete la verdad y lo justo de las cosas, y as, lenta, aunque
no inmediatamente, se vuelva ms evidente. (1965:17).Ambas nociones se sostienen bajo
un concepto de libertad, el primero sustenta: Da al pblico lo que el pblico quiere; el otro
dice: Da al pblico la verdad, que es la que debe saber.La funcin social del periodismo es
la de recopilar, procesar y difundir por cualquier medio de comunicacin (prensa, radio,
televisin, digital) una informacin de inters pblico, con la finalidad de informar y
formar, as como tambin, de entretener.
El periodismo, entendido nicamente como el acto de comunicar informacin, es
minimizar su funcin, trascendencia e importancia. El mensaje periodstico, aparte de ser
un hecho comunicable en el ms amplio sentido, cumple otras finalidades.
As, pues, el periodismo incluye comunicacin por esencia, informacin por necesidad;
formacin por deseo de orientar; entretenimiento por naturaleza; y todo ello dentro de una
rea envolvente que incluye estilo, tcnica y representacin adecuada (Acosta, 1973:54).
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Realmente hay que reconocer que el periodismo adems de ser un oficio tcnico y prctico
caracterizado por capturar la realidad y la inmediatez de acontecimientos que transcurren en
nuestra sociedad, es una profesin intelectual que se nutre e invoca saberes crticos y
culturales de disciplinas ya consolidadas como las ciencias sociales, la sociologa, la
historiografa, la politologa y todas las humanidades, estableciendo caminos de unin entre
saberes sociales y humansticos, hasta desarrollar mtodos y perspectivas que enriquecen
variados campos de reflexin e investigacin en la bsqueda de una escritura cultivada, de
calidad y excelencia para representar la realidad.
A diferencia del periodista, al literato la necesidad de perfeccin y originalidad lo inquieta,
obligndole a una constante superacin, por tal motivo no es de extraar que reconocidos
hombres de letras inviertan gran tiempo en culminar sus obras, pero tienen la fortuna de
escribir lo que nace de su pasin o raciocinio; aquellas cosas que le apasionan o dejaron
huella en su interior, se convierten en el tema que atrae a numerosos lectores; tiene la
oportunidad de escribir para su propia complacencia, pero debe ser cuidadoso en la
construccin y armona del lenguaje ya que sus lectores son exigentes.
La literatura y en especial la novela es una forma de prosa artstica para aprender y expresar
lingsticamente las caractersticas de la vida y la experiencia humana. Este gnero literario
se ha encargado de asimilar y transformar estilos y gneros histricamente anteriores a su
existencia, para incorporar toda clase de manifestaciones sociales, culturales e histricas.
Aun con toda la jerarqua que se le otorga al lenguaje literario, no podemos olvidar que la
novela representa la pluralidad social, organizando estticamente el lenguaje colectivo o
individual sin que ello implique el desconocimiento de la existencia de una infinidad
lingstica que impregna todas las formas y estratos sociales, de hecho:
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La novela es la diversidad social, organizada artsticamente, del lenguaje; y a veces,
de lenguas y voces individuales. La estratificacin interna de una lengua nacional en
dialectos sociales, en grupos, en argots profesionales, lenguajes de gnero; lenguajes
de generaciones, de edades, de corrientes; lenguajes de autoridades, de crculos y
modas pasajeros; lenguajes de los das, e incluso de las horas; social-polticos
(Bajtin, 1989:81).
Segn Bajtin, la estratificacin interna de una lengua, en determinado momento de la
historia, compone la premisa necesaria para el desarrollo del gnero novelesco; por medio
de los mltiples sonidos y expresiones sociales, la novela ambienta todos sus temas, todo
el universo semntico que expresa o se representa tiene su punto de sustento en el lenguaje
sin excluir a nadie. La lengua es la materia prima, el medio vital de cognicin y
comunicacin que permea todas las formas de existencia humana, es la forma efectiva de
existencia histrica y social del lenguaje.
De esto se deduce que la novela se nutre de la diversidad social del lenguaje para
representar el mundo. Para Bajtin el lenguaje literario no puede ser concebido como un
mtodo nico o especfico, un sistema desviado, cerrado o especial que aristocrticamente
diferencia los usos coloquiales de los formales y de las mltiples y cambiantes hablas
sociales, sino como: la unidad, muy especfica, de lenguajes que han entrado en contacto y
se han entendido recprocamente (112).
El prosista novelista y en general casi todos los escritores, admiten en sus textos el
plurifonismo y el plurilingismo literario y extraliterario, sin que ello implique la
disminucin de las cualidades estticas de la obra, sino por el contrario, esto contribuye a
su profundizacin, ya que con base a la estratificacin del lenguaje, a su diversidad y a la
variedad de lenguas, construye su estilo, conservando al mismo tiempo la unidad de su
estilo y de su personalidad creadora.
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El prosista no destruye ni depura las palabras o expresiones sociales, sino que dispone de
todas ellas para elaborar su propio ncleo semntico, aquel que identifica y hace nica su
obra, asumiendo con total resolucin la voluntad de representar literariamente la realidad
social de su poca.
1.2 Asociacin entre literatura y periodismo
Para Eduardo Caballero Caldern la diferencia fundamental entre literatura y periodismo es
el ritmo: la primera es lenta y cuidadosa y es por el contrario rpido y despreocupado el
segundo; el periodista escribe en medio del ruido, en cualquier lugar y sobre cualquier cosa.
Habla el lenguaje corriente y cotidiano de todos los ciudadanos. El periodista no tiene estilo
aparente. Su oficio se basa en la concisin, la claridad, la objetividad y la rapidez (1963:
506).
La literatura y el periodismo tienen en comn muchos aspectos, sin embargo, se ha
mantenido una pugna para separar los dos gneros debido a sus relaciones evidentemente
disimiles en cuanto a estructura, contenido y lenguaje que es donde radica su principal
diferencia; no obstante Jos Acosta Montoro justifica la relacin entre literatura y
periodismo afirmando que son como la rama y el tronco, que no pueden vivir por
separado (1953:51), ya que los orgenes del periodismo y su desarrollo fueron a travs del
mundo de la literatura.
La aparicin de la novela realista est estrechamente ligada a la aparicin de las primeras
formas de periodismo entre las dcadas de 1830 y 1840, precursor directo del periodismo
de masas que se producira durante el transcurso de los siglos XIX y XX en Francia y el
Reino Unido. Segn Arnold Hauser, la conexin de la literatura con la nueva prensa diaria
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caus un efecto tan revolucionario como el uso de la mquina de vapor en la industria;
toda la produccin literaria cambi su carcter (1980:19).
De esta forma, por primera vez, la nueva economa capitalista uni la produccin y el
consumo literario en masa, para atraer lectores se bajaron los precios y empezaron a
publicarse junto con las noticias, relatos de viajes, historias escandalosas y toda clase de
sucesos de inters general, pero el ms grandioso recurso para atrapar al pblico lector
fueron las novelas de folletn las cuales alcanzaron gran xito en un breve tiempo cuando la
gente se fue incorporando a la cultura escrita. Grandes novelistas como Dickens, Hugo,
Dumas y Balzac publicaron sus grandes obras mediante este sistema.
Hoy en da no tiene sentido seguir polemizando si la literatura est por encima del
periodismo o viceversa, son dos gneros distintos que comparten el mismo elemento de
trabajo, el lenguaje, sin olvidar que mientras el periodista presenta la realidad, el literato la
deforma o construye una nueva buscando intencionadamente la belleza, sin que ello indique
que el lenguaje periodstico sea ordinario; el periodista trabaja simultneamente con el
tiempo, la realidad, la objetividad y con el uso de estructuras tcnicas especficas
enmarcadas dentro de su profesin, para que el mensaje interese al pblico en general
utilizando un lenguaje ms comprensible, fcil, til y directo; por tal motivo en muchas
ocasiones el periodista puede pasar a ser novelista y viceversa; sus relaciones y diferencias
son las que han permitido que grandes escritores como Gabriel Garca Mrquez, Germn
Castro Caycedo, Laura Restrepo, lvaro Cepeda Samudio y Eduardo Caballero Caldern,
por slo nombrar algunos, hayan transitado de un oficio a otro, demostrando que esa brecha
delgada o abismal se puede saltar sin ningn problema manteniendo el oficio de la palabra
estrechamente ligado.
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Para entender las verdaderas relaciones y diferencias entre periodismo y literatura sera
necesario que nosotros mismos, transitramos por ambos caminos como lo han hecho
grandes escritores, quienes gracias a su sensibilidad experimentaron una necesidad de
conocer realidades sociales emergentes, para configurarlas de acuerdo a su experiencia
individual, pasando de la incipiente prosa periodstica al amplio espectro literario, el cual
sin duda es el ms verstil, difundido, importante y difcil de caracterizar.
Tal como lo expres Caballero Caldern, en su discurso de posesin como miembro de la
Real Academia de la Lengua (1946) al decir que es consciente de la diferencia sustancial
que existe entre el periodismo y la literatura, ya que el medio y el pblico para el que
escriben no son los mismos. Los mtodos de trabajo son diferentes, sus fines y
preocupaciones muy distintas y aunque uno alimenta al otro, el literato escribe para la
eternidad mientras que el periodista lo hace para el da que transcurre; por tal motivo busc
expresar sus pensamientos, nutrindolos con cada da que vivi y con cada palabra que
escribi.
1.3 Periodismo, gnesis de la obra de Eduardo Caballero Caldern
Periodista, ensayista, traductor, diplomtico, editor y novelista, fueron las ocupaciones de
Eduardo Caballero Caldern quien se destac como uno de los escritores ms importantes
del siglo XX en Colombia y aunque se tiende a reconocer ms ampliamente al literato que
al periodista, en este apartado se procura abordar brevemente la gnesis del escritor
bogotano, ya que al igual que muchos literatos, Caballero Caldern se inici en el
periodismo, oficio que le permiti no solo hacerse a un nombre propio y ser reconocido en
el campo de la informacin, sino que tambin lo llev a construir un estilo y mundo
literario nico, caractersticas que le permitieron alcanzar el reconocimiento, del gran
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novelista que retrat estticamente problemticas sociales de nuestra realidad colombiana
en pocas de violencia.
Melanclico y sentimental como los pramos tristes de Boyac; as se defina Eduardo
Caballero Caldern, fue un escritor cuya influencia periodstica estuvo marcada por su
padre y donde a su vez encontr inspiracin para elaborar novelas gracias a la tradicin oral
proveniente de los campesinos durante su niez, aquellos que habitaron desde 1560 la
Hacienda Tipacoque, propiedad de sus abuelos, y que con el tiempo se convirti en un
municipio que recibe el mismo nombre al norte de Boyac (1968). El paisaje, su gente y la
problemtica que acompa al habitante de estas tierras se plasmaron en varias obras
literarias, cuyo periodo de gestacin inici entre sus millares de columnas en los peridicos,
El Espectador y El Tiempo a los que estuvo vinculado formalmente desde el 18 de mayo
de 1938 hasta 1977.
El 17 de junio de 1927, meses antes de obtener el ttulo de bachiller, public en el peridico
El Espectador El sueo de los sueos artculo que pretenda realizar un homenaje al
escritor Marco Fidel Surez con motivo de su muerte, mediante un concurso realizado por
su maestro Toms Rueda Vargas entre los alumnos del Gimnasio Moderno, colegio
fundado por su to Agustn Nieto Caballero. En ese mismo ao cre la revista El Aguilucho
y estuvo vinculado a El Espectador y El Tiempo durante casi toda su vida, firmando sus
columnas con el seudnimo de Swann, en honor a Marcel Proust, uno de sus escritores
favoritos.
Sus columnas periodsticas son una antologa de los problemas del pas en general, sin
olvidar especialmente la tierras boyacenses; desde sus inicios en el peridico El Tiempo
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retrat la vida y los conflictos contemporneos, ya que segn afirmaba, era ms fcil hablar
de eventos pasados consignados en la historia, que escribir un diario de sucesos que
afectaran una generacin presente que viva y senta las injusticias del momento. Desde
aquellos aos vivi contemplando los personajes que reclamaban atencin inmediata y qu
mejor forma que la prontitud e inmediatez del peridico para solidarizarse con aquellos
desvalidos? Su obra es de tono personal desde lo periodstico hasta lo novelesco, pero fue
lo informativo lo que le permiti expresar su punto de vista a una realidad que quedara
plasmada posteriormente en la historia por medio de sus novelas. La actividad periodstica
le permiti enfrentar la realidad que lo rodeaba y sumergirse en los conflictos internos de su
pas sin dejar de resaltar la belleza de su paisaje y sus gentes.
El mircoles 18 de mayo de 1938 se estren como escritor de El Tiempo en la columna
Cosas del da con el artculo La muerte de la Victoria y aqu ya se vislumbraba el
carcter de su estilo, en el que desnudaba su propio sentir, la fraternidad por la gente del
comn y la miseria a la que vivan expuestas las clases sociales menos favorecidas:
Esta maana al pasar por la Avenida de la Repblica, fui testigo de un espectculo
que me llen de tristeza. En direccin a la capilla San Diego se diriga la humilde
comitiva de un entierro de tercera clase. Apenas iban acompaando al muerto, unas
veinte personas de su parentela (Swann, 1938: 5).
En este artculo el escritor concluye con la claridad y elegancia prosstica que ya lo
empezaba a identificar, el deseo de extender su narrativa e intentar perfeccionar
estticamente su nota periodstica con algo que podra parecer una breve y solemne elega,
un hecho cotidiano de manera melanclica y sentimental:
21
As la vi pasar, y, tal vez porque tengo el alma demasiado ingenua, sent un gran
desfallecimiento de angustia. Hubiera hecho una frase, si supiera hacer frases como
las gentes que ven la vida por entre la gramtica; pero no s hacer frases. Apenas
pens que es un espectculo muy triste el de todas las victorias muertas que todava
se arrastran por las calles (5).
En otro de sus artculos perpetuaba las palabras de su abuelo, reseando el amor por
aquellos componentes geogrficos, que le heredaran sus antepasados y que ciertamente se
convertiran en sus tierras y su gente, un universo literario que aos despus se patentizara
en la prosa de Caballero Caldern, mediante los paisajes y personajes de sus novelas
extrados de todos los rincones boyacenses:
Mi abuelo que pas largos periodos de su vida en la ciudad devota, tena los ojos tristes
cuando hablaba de ella. Me deca:
- Tunja es una ciudad donde no corre el tiempo. Es una ciudad situada al margen de la vida. Si algn da tienes la angustia de vivir, que te exaspera el nimo y te corrompe
la sangre, vete a Tunja donde la vida es dulce porque no se siente vivirla, Sabes
qu es Tunja?
- Y cerrando los ojos como para aprisionar las imgenes y retener los recuerdos, me deca: Tunja es la ciudad donde ms dulcemente se podra uno morir (Swann, 1938: 5).
Se evidencia el amor heredado e inalterable por la tierra de sus ancestros y del mismo modo
sus notas periodsticas transitaban entre las memorias del nio que creci entre la Bogot de
1920 y los paisajes imborrables de la evocacin de una niez enmarcada entre lo rural y lo
urbano. Durante sus aos de infancia Caballero Caldern cultiv un mosaico de colores y
vivencias en medio de un crculo de gentes que se movan entre la poltica y la cultura, y
otras que oscilaban entre la injusticia y la pobreza extrema, un pas agobiado por las guerras
y la gran influencia eclesistica marcaran el pensamiento de un nio con el afn de
responderse as mismo, inquietudes que iban formando poco a poco al escritor.
Es natural que al llegar a la adultez, Caballero Caldern hubiese nutrido su intelecto y las
influencias de otros escritores se hicieran notar, mientras buscaba la forma de construir
22
aquel mundo literario en el que no se agotaran o se tuvieran que economizar las palabras,
como suceda en sus habituales columnas con las que fue armando, Tipacoque y Diario de
Tipacoque. Caballero Caldern se senta un hombre de campo y asuma sus problemticas
como propias, exaltando el campo como lo hizo en el peridico El Tiempo durante ms de
treinta aos. Una muestra de ello se puede observar en un artculo publicado el domingo 23
de febrero de 1953, y que titul Un espaol por siempre. La vejez de Azorn donde en
pleno furor de la novela existencialista, el escritor espaol apelaba a pedagogos en mula y
caminantes por las rutas de Castilla:
Azorn recorre a pie los pueblos de la llanura castellana, sus murallas vencidas, sus
plazas desiertas, sus casinos donde an conspiran cura y hacendado, notario y
alcalde, los pasos del Quijote, siglos despus, y nos ofrece as un mundo inmvil.
Sencillez, claridad, minuciosidad y la perla inesperada de un vocablo viejo y
sabroso que brilla entere las palabras comunes y corrientes (Swann, 1953:1).
Caballero Caldern concluye: La prosa de Azorn tiene, como la capa de polvo que se
adhiere a las cosas, el poder de levantarse de pronto e irisarse al sol de la poesa, creando
una ilusin admirable que raras veces podemos encontrar tan lograda en otros estilistas de
Espaa (Swann, 1953:4). Jos Ortega y Gasset, en 1912, citado por Juan Gustavo Cobo
Borda comenta sobre un libro de Azorn:
El arte de Azorn consiste en suspender el movimiento de las cosas haciendo que la
postura en que las sorprende se perpete indefinidamente como en un perenne eco
sentimental. De este modo, lo pasado no pasa totalmente. De este modo se desvirta
el poder corruptor del tiempo (2004:536).
Es posible que la mirada de Azorn haya influenciado a Caballero Caldern para ver a
Boyac de ese mismo modo; un mundo que se vena abajo, corrupcin, falta de
oportunidades y un conjunto de habitantes que se degradan a causa del capitalismo y la
ignorancia como comn denominador, ya que la pedagoga no estaba al alcance de los
23
jvenes de clase humilde, en especial los campesinos quienes mximo alcanzaran a ser
conductores de autobs intermunicipal.
La influencia eclesistica es una constante en sus obras y en sus artculos periodsticos, ya
que sta era una figura predominante en el destino de los habitantes de la nacin y su papel
frente a los nuevos tiempos tomara un protagonismo relevante. En sus artculos, Caballero
Caldern da cuenta de la condicin religiosa frente a los nuevos tiempos y la creciente
marginacin de la religin, especialmente de la fe catlica, en la ciudad, debido a la
modernidad. En un artculo publicado el 13 de febrero de 1939 titulado, El sentimiento
religioso entre lneas expone la queja de un escritor liberal a causa de la indiferencia de
los catlicos por no guardar el respectivo luto como consecuencia de la muerte del Papa Pio
XI. El afectado dice que el sentimiento religioso se ha entibiado y an, resfriado, a tal punto
que en la capital de la Repblica no hubo un solo habitante que no dejara de asistir al cine o
estar pendiente del ftbol mientras el Sumo Pontfice agonizaba, de igual modo protesta por
la importancia que se le dio a una noticia poltica al extenderse en un diario local a ocho
columnas, mientras la noticia del Papa, transcurri sin que la vida de los habitantes de la
ciudad se alterara en lo ms mnimo. Frente a esto Caballero Caldern responde que la gran
reserva religiosa no se encuentra en las ciudades sino en el campo, resalta el poder de la
iglesia en las zonas rurales donde sus habitantes aun conservan intacta su tradicin
religiosa, una prueba de ello es el paisaje (tema recurrente en sus posteriores escritos)
donde la iglesia se divisa a lo lejos del pueblo resaltando su importancia e imponencia
sobre las condiciones materiales y sociales para la vida cristiana. No se concibe otra idea de
relacionarse con Dios en este mundo, si no es por medio de un templo o de un hombre
considerado ministro de los cielos aqu en la tierra: Cuando sus campanas se echan a
24
vuelo, los campos parecen recogerse por la oracin de la tarde. Y en los domingos y das de
fiesta, los caminos embarrados del monte se llenan de viajeros endomingados que van a la
misa mayor, a veces arriando una cabra para el seor cura (Swann, 1939:5).
Estos aspectos se evidencian claramente en las novelas, El Cristo de espaldas (1952) y
Siervo sin tierra (1955) donde la figura eclesistica est en armona con la fe y la razn de
sus habitantes, cumpliendo con un factor decisivo para humanizar al hombre y enaltecer su
dignidad.
Es completamente normal que en el transcurso de nuestra historia la iglesia haya cumplido
un papel social y cultural del cual Caballero Caldern se percat expresando la prdida de
significacin que las doctrinas religiosas sufran con el tiempo, especialmente con el
hombre de la ciudad, muy por el contrario con el hombre de campo cuya caracterstica se
observa no slo en sus artculos periodsticos sino tambin en sus novelas. La iglesia posee
un carcter social visible, la creencia de la religin catlica es una de las piezas ms
importantes de la estructura colonial, ya que adems del peso institucional, la iglesia
adquiere un gran influjo de masas, sobre todo campesinas por el papel que juega la
aculturacin y evangelizacin de esta poblacin tpicamente colonial, donde el sistema de
cristianizacin y los modelos econmicos sustentados en el trabajo de la tierra, llevaban
consigo una marcada estratificacin social basada en la raza y en la posicin econmica de
sus habitantes, sin que la fe catlica se desarraigara por completo del pas o de las clases
altas; un hecho social es el reconocimiento de la religin por parte de todos los habitantes
del pas y en especial del gobierno a quien no le convena estar en guerra con su pueblo por
lo ms comn y caracterstico que posea: El sentimiento religioso como titul un artculo
Caballero Caldern y en el que concluye con una pequea historia en la que unos
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campesinos se niegan a que el sacerdote del pueblo cambie la figura de una virgen
deteriorada por una nueva porque segn ellos la virgen vieja es la que hace milagros:
Y esa es la fe popular, el sentimiento religioso en su estado ms puro, en su etapa
ms simple. A tiempo que los contados campesinos de una aldea, defienden su vieja
virgen de la virgen nueva que va a usurparle su dominio. Los ciudadanos de la
capital no conceden la menor importancia a que en Roma un Papa nuevo vaya a
sustituir, Dios sabe en qu forma, al viejo Papa de la Paz (Swann, 1939:5).
El escritor retrata la fe cristiana propia de los catlicos de las zonas rurales, quienes asumen
la religin como un compromiso, un servicio de bien comn tal como lo es la manifestacin
del amor al prjimo, y la adoracin de smbolos religiosos tradicionales que se fueron
perdiendo con el paso del tiempo y los cambios sociales que se experimentaron durante el
siglo XX. La iglesia inicialmente est presente en diferentes artculos de Caballero
Caldern y posteriormente en sus novelas, cumpliendo una funcin educadora de las
conciencias, incluso en el terreno social y poltico, ya que la iglesia posee no solamente el
derecho de defender los principios morales y religiosos, sino que tambin interviene con
gran autoridad en el orden temporal de diversos acontecimientos sociales. En nombre de su
misin espiritual interviene para proteger a los ms necesitados, ya que no puede
permanecer indiferente ante las condiciones y necesidades ms concretas de la existencia
humana sin que ello impida que adems, su intervencin est ligada a la poltica.
En su habitual columna de El Tiempo Cosas del da, el jueves 2 de febrero de 1939
demostrara su desilusin para con los polticos, arremetiendo de la siguiente manera en un
artculo titulado Polticos por dentro y por fuera:
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Cuando el que esto escribe tena tan solo quince aos que hacen del mundo
una esfera milagrosa que navega al azar en una atmsfera de milagro, los
polticos constituan su admiracin ms vehemente. El poltico era un seor
vestido de oscuro, con cuello de punta vuelta que suba las gradas del
capitolio con la frente oscurecida por los problemas nacionales. Era el seor
que llevaba entre su cartera, bajo el brazo, el destino de la repblica. Haba
nacido para pensar por la numerosa e insignificante tribu de los electores, y
por ello, tena derecho a que el Estado lo sostuviera y mantuviera ante todo y
por sobre todo.
Aos ms tarde, cuando el autor de este comentario se encontraba en la
universidad y tena entre sus profesores muchos polticos de alto bordo,
muchos ministros de despacho y otros pjaros por el estilo, su visin del
poltico se redujo extraordinariamente. Lleg a convertirse en un seor que
deca tonteras como cualquier seor que no fuera poltico, y nicamente
gozaba del privilegio de que los diarios le publicaran el retrato con una
desagradable frecuencia y los gobiernos le nombraran de vez en cuando, o
bien ministro, o bien cnsul, o bien jefe de aduanas (Swann, 1939).
Despus de expresar el sentimiento que le generaban los polticos, Caballero Caldern
concluye que cualquier persona puede ocupar un cargo pblico, solo que quienes no se
atreven a hacerlo es porque: evidentemente existe gente buena y trabajadora en el mundo,
que tiene cosas ms importantes en qu pensar, que no sea exclusivamente en s misma
(Swann, 1939).
Esta realidad retratada en el contexto periodstico, se fue convirtiendo en una posibilidad
esttica e histrica partiendo de un panorama que le presentaba los conflictos tradicionales
del pas, y mediante la produccin periodstica su obsesin por el campo se fue
convirtiendo en el hilo conductor de su obra; esta idea fue el objeto de denuncia para que
los estamentos gubernamentales tomaran conciencia de los profundos y autnticos
problemas de la poblacin rural. Sus notas periodsticas son un inventario de los problemas
de la poca y que hoy en da se aprecian con mayor claridad. De acuerdo a lo expresado por
Caballero en su extensa narrativa, la abrumadora ignorancia del pas no permiti que
27
Colombia fuera una nacin compacta, culturalmente homognea, moralmente unnime y
racialmente conexa.
Los das de Caballero Caldern transcurrieron observando como la violencia poltica
destrua la escala de valores morales de los individuos, a causa de la obsesin por el dinero,
la constante impunidad con los campesinos y la incapacidad de construir un Estado
equilibrado en el que los mejores hombres ocuparan los puestos que determinaran el
crecimiento de las zonas rurales. Dichos fenmenos respaldaron la mirada irreverente que
el escritor ejerci sobre la poltica. A pesar de sus cargos pblicos: Asamblea, Diplomacia,
Cmara y Alcalda no impidieron que trabajara por el pas y por sus gentes; en sus
artculos, ensayos y novelas estn registrados los sentimientos del escritor frente a los
fenmenos polticos.
Treinta y nueve aos de vinculacin con el peridico El Tiempo, se fragmentan cuando se
retira del diario, por solidaridad con su hermano Klim (Lucas Caballero Caldern) quien es
apartado de su labor, como consecuencia de las stiras lanzadas en sus columnas, contra el
gobierno de Lpez Michelsen. Las constantes crticas, acompaadas de un excelente
sentido del humor por parte del escritor, generaron malestar en el mandatario, al punto de
pedir su renuncia aduciendo que sus columnas desestabilizaban al gobierno. Estos
acontecimientos no eran extraos en los hermanos Caballero Caldern, especialmente por
parte de Eduardo, quien en varias ocasiones haba arremetido contra Laureano Gmez y
Rojas Pinilla, adems de declararse amigo y admirador de Jorge Eliecer Gaitn.
No es casualidad que reconocidos literatos hayan cultivado el periodismo antes de ser
reconocidos como grandes escritores, Defoe, Addison, Steele, Swift, Twain, Hemingway,
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Garca Mrquez y muchos ms, evidenciando un estrecho vnculo entre literatura y
periodismo, dos gneros aparentemente disimiles pero que como vimos, uno es el
encargado de alimentar al otro, por tal motivo se hizo necesario trazar una panormica de
relaciones afines entre el escritor y el periodista, comprendiendo que a este ltimo se le ha
clasificado dentro de un aspecto rigurosamente profesional, pero que precisamente este
oficio es el que le ha ejercitado y permitido desarrollar un mundo novelado a partir de un
hecho social, histrico y autentico. Como periodista se mostr satisfecho porque lo
siguieron mediante sus columnas, pero esto no sera suficiente, ya que su objetivo era
escribir para el futuro y que se apreciara el valor esttico de su obra, objetivo primordial de
cualquier escritor, aunque no fuera inmediato, ya que a veces transcurren aos o siglos para
que la humanidad otorgue valor y mritos al literato; sin embargo, se puede apreciar cmo
se fue cultivando el tema y el estilo que permitieron identificar e inmortalizar al novelista,
que dio sus primeros pasos como periodista.
1.4 Caballero Caldern la visin de un ensayista
Se reconoce a Michel de Montaigne como el creador del ensayo, cuya influencia sobre los
posteriores ensayistas ha sido muy fuerte, constante y continua. Prueba de ello es el mismo
trmino que puso en circulacin con Les Essais (1580- 1588). Con ellos instaur un estilo
precursor de prosa testimonial y reflexiva, basada en la innovacin progresiva y en el
examen minucioso de la propia identidad. De la mano de Montaigne, el gnero ensaystico
durante el siglo XVII, se convirti en uno de los rasgos que definan el nuevo espritu
humanstico; con esto se evidenci la exploracin de s mismo, una nueva manera de
conducir el pensamiento, impulsado por un propsito de aspecto axiolgico, en busca de los
nuevos valores que el Renacimiento atribua a la condicin humana.
29
En el siglo XX, el ensayo se ha extendido y diversificado. Textos fundamentales de la
cultura contempornea se han escrito en forma de ensayo, abarcando reas tan importantes
del conocimiento como la sociologa, la filosofa, la historia, la poltica, el periodismo y la
lingstica, solo por citar algunas. El ensayo puede reconocerse como una de las ms
importantes herramientas de expresin del pensamiento en nuestra poca.
Eduardo Caballero Caldern adems de periodista y novelista tambin escribi ensayos,
utilizando la prosa para elaborar juicios acerca de los ms intrincados problemas
ideolgicos y sociales del continente as como del pas, aprovechando que el ensayo es un
gnero donde se pueden concentrar libremente las ms profundas pasiones humanas y
puntos de vista particulares.
El ensayo es un quehacer intelectual y literario donde se compenetra el sentido crtico desde
una perspectiva muy personal y cuidadosamente elaborada, en el que Caballero Caldern se
deleit escribiendo sobre aquello que le interesaba y le preocupaba. Aunque sus ensayos
surgieron como necesidad de un desahogo, estos se originaron de dos fuentes principales: la
primera, de su experiencia periodstica; y la segunda, de sus viajes por Amrica y Europa.
De sus primeros viajes surgieron dos libros de ensayo, Suramrica tierra del hombre
(1942) y Latinoamrica un mundo por hacer (1944). En estos ensayos hace referencia a los
problemas hispanoamericanos en general, resaltando las similitudes y diferencias entre los
pases del continente americano, especialmente la ignorancia y el desconocimiento del
norteamericano por la cultura del sur, resaltando desde ese entonces el paisaje, tema que
cumplira un punto de referencia en sus novelas; exaltando las bellezas geogrficas y
culturales del continente.
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Del mismo modo que el extranjero se sorprende cuando recorre Suramrica, el autor
presenta las etapas ms sobresalientes del paisaje americano: la selva, la aldea incaica, la
ciudad del siglo XVII, la ciudad mestiza, la ciudad mulata, la ciudad virreinal, la ciudad
republicana y la ciudad cosmopolita; esta ltima es la que determina la diferencia de
nuestras ciudades, con las ciudades europeas ya que estas se han independizado del campo,
las relaciones humanas se multiplican y se fortalecen econmicamente desvinculndose
espiritualmente del agro, el paisaje europeo se ha ido urbanizando aceleradamente mientras
que segn el escritor la geografa primaria se encuentra en Suramrica: donde todava
existen intactos el campo y la vida campesina, y donde hasta las grandes capitales como
Buenos Aires, Santiago y Rio son rurales como enormes aldeas (Caballero, 1963:401).
Es un viaje del escritor no solo a travs del tiempo sino tambin a travs de la historia y el
paisaje suramericano1. As mismo, deja ver su preocupacin por los problemas sociales y
econmicos que presentan todos los pases, como consecuencia de las guerras, sin que ello
impida, como l mismo lo afirma, seguir creyendo en el porvenir de Suramrica a pesar de
los diversos fenmenos que la agobian: gobiernos ineficaces y personalistas, caos social y
poltico, la falta de preparacin de las clases dirigentes y todos los peligros que atentan
contra su desarrollo.
La belleza y extensin de su prosa van reflejando un discurso autobiogrfico de todo lo
presenciado, ya que para el autor el drama humano es parte de su paisaje. A lo largo de sus
pginas va reflejando su gran amor por la patria y su frecuente preocupacin por el
1 Segn Caballero Caldern: Entre el hombre del Viejo Mundo y el de Amrica la diferencia consiste, en que
el primero es un ciudadano, mientras que el segundo no es ms que un campesino, un aldeano. Como el paisaje suramericano dista mucho de estar exhausto y por el contrario es una reserva inagotable de fuentes econmicas y sugestiones espirituales, seguiremos siendo campesinos, y nuestras ciudades tendrn alma de aldeas (1963:403).
31
industrialismo, las comunicaciones, las revoluciones, las democracias, las dictaduras, las
guerras mundiales, los conflictos nacionales y el caos ideolgico y econmico que se
presenta como consecuencia de la sed de poder.
En cuanto a las razas se permita enaltecer a aquellas manos fuertes y trabajadoras que
fueron construyendo nuestra pas, pero que para la historia pasaron desapercibidas o
retratadas de forma insignificante como lo sucedido con los negros esclavos que edificaron
Cartagena: El negro es un tipo humano elemental, que est ms cerca de la tierra que el
blanco. Su espritu se confunde con el paisaje y se entrega a l sin presentarle la resistencia
espiritual que le pone el blanco (Caballero, 1956: 332).
Eduardo Caballero Caldern es un escritor sumergido en sus races, en su tierra, en los
seres que la edificaron con la permanente inquietud en sus inicios como ensayista por las
dificultades que presentaba el pas, hasta llegar con el tiempo a puntualizar en su prosa las
inconformidades, el amor, el paisaje, la melancola, los problemas sociales y econmicos de
la tierra colombiana. Estos vnculos no solo estuvieron presentes en su prosa sino tambin
en su vida como poltico y periodista la cual permiti que Caballero Caldern realizara
innumerables viajes no solo por las ciudades, sino tambin por los pueblos colombianos
que dejaron como resultado una serie de reflexiones consignadas en ensayos dirigidos a
poblaciones correspondientes a La Guajira, Nario y, por supuesto, Boyac y Santander,
que constituyen el punto de partida de sus relatos y novelas.
32
1.5 La mirada del ensayista al problema rural
John Skirius en su, Ensayo hispanoamericano del siglo XX, afirma que: El ensayo es una
meditacin escrita en estilo literario; es la literatura de ideas y, muy a menudo, lleva la
impronta personal del autor (2004:9).
A lo largo de su vida, Eduardo Caballero Caldern publicara diversos ensayos
encaminados a retratar los problemas sociales y econmicos de Latinoamrica, sin embargo
no dejara a un lado el sentimiento nacional, razn por la cual es preciso referenciar
aquellos que evidencian la subjetiva mirada del escritor en cuanto a la problemtica del
campesino boyacense, quien sera la fuente de inspiracin e identidad para el desarrollo de
la construccin literaria del novelista bogotano, especialmente en las novelas y relatos
objeto de estudio para este trabajo, Tipacoque y Siervo sin tierra.
Cartas colombianas, publicado por primera vez en 1949, es una antologa de ensayos
cuya principal caracterstica es la denuncia epistolar de problemas polticos y sociales, sin
tapujos ni adornos como el mismo lo describe, para que con suerte el gobierno se entere
de lo que sucede especialmente en regiones como La Guajira, Santander y Boyac.
Asimismo, la intencin del ensayista, es lograr que la poblacin nacional en general, se d
por enterada de la realidad de los habitantes de estas regiones y que por lo menos, el
gobierno analice la gravedad que representa el xodo de estos compatriotas a otras
regiones, a causa de la violencia y la indiferencia burocrtica.
En este ensayo se percibe el prembulo del autor para la concepcin esttica de lo que
llegara a convertirse en, Siervo sin tierra. En estas epstolas se evidencian las
preocupaciones del intelectual, en cuanto a la formacin y desarrollo de las tierras
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santandereanas y boyacenses, que aunque como afirma el mismo Caballero Caldern, no le
duele recorrer estos territorios a pesar que se encuentren ensangrentados, porque de todas
las tierras colombianas son estas las que prefiere. Tengo como quien dice, una pierna en
las montaas de Suaita y otra en las peas de Bavat (1949:139).
Para referirse especialmente a estas tierras el escritor nos presenta en su ensayo Cartas
Colombianas (1949) un captulo titulado, Cartas de Santander y Boyac once cartas
dirigidas de modo personal a un destinatario que no precisa, ya que su intencin es apelar al
habitante colombiano en general, ante el desconocimiento de la problemtica que presentan
las regiones a las que hace referencia, si se observa que la intencin primordial de estas
cartas es denunciar directamente ante los organismos gubernamentales, quienes miran de
lejos y de manera impersonal los problemas que aquejan a las regiones de Boyac y
Santander, cuando son ellos quienes se han encargado de fomentar la violencia:
En una y otra tierra prospera hoy la semilla del odio. El espritu de la represalia y de
la venganza personal ha envenenado esas regiones bellas y amables, que son las
yugulares de Colombia. La poltica encubre, y protege, y estimula un vandalaje
atroz, por lo cual no me cansar de decir que si por mi fuera enviara a los
politicastros de Colombia a trabajos forzados en Araracuara (1949:85).
En este fragmento tomado de la primera carta, Entre Boyac y Santander, el escritor acusa
directamente al gobierno de permitir la violencia en estas regiones en las que segn
recuerda, habitaban hombres nobles trabajadores y valientes pero que a causa del rencor
poltico entre partidos se fue transformando en una regin donde solo habitaban hombres
llenos de odio, sumidos en la miseria y el terror, una tierra envenenada por la burocracia, la
poltica que encubra a los asesinos y condenaba a los ms dbiles; a los campesinos,
quienes sufren el deterioro de su cultura y su tierra, los caaverales que ocupan las laderas
del Surez, los tabacales que se doran al sol en la vereda del Chicamocha, los maizales, el
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trigo y toda la riqueza del campo se encontraba en extincin. En Santander las gentes
atemorizadas, no se atrevan a ordear sus vacas y en Boyac se les negaba a los pobres
campesinos el agua y la sal por ser estos liberales o conservadores.
Es un escrito sincero y desgarrador vivido por el mismo escritor en las tierras que lo vieron
crecer y que a pesar de su destacada figura intelectual no olvid, sino que fue consignando
en su memoria y en sus ensayos problemas reales de una poca de violencia, que
posteriormente plasmara en la novela colombiana que retrata al campesino que se mueve
por estas tierras; Siervo Joya, personaje que se va cultivando en la mente del poltico,
periodista y ensayista con deseos de novelar la realidad del pas con la intencin que no se
olvidar lo ocurrido en esos aos de violencia bipartidista, donde pareciera estar
ejercitndose mediante su oficio de ensayista, ya que de todos los gneros de carcter
discursivo, el ensayo es el que mejor se adapta a los diversos sectores y estratos de la
cultura en general.
Todas las cartas las inicia dirigidas a Mi querido amigo haciendo un llamado al pueblo
colombiano que ignora la sed y el hambre con que viven otras zonas del pas, resaltando las
grandes bondades humanas y naturales presentes en la historia boyacense y santandereana;
aqu vale la pena recordar que la cercana y los limites de estas dos regiones permiten al
escritor configurar un espacio geogrfico y cultural presente en sus obras, donde el
desconsuelo por la situacin de estos territorios en ocasiones le hace pensar en desistir de
escribir sobre la vida, la familia, la honra y la tierra de estas gentes que parecen no merecer
ya ningn respeto, la barbarie primitiva se ha vuelto a apoderar de las personas que haba
admirado como influencia de sus antepasados; la espiritualidad ha pasado a un segundo
plano porque hasta los sacerdotes ya no hablan del cielo, sino que la salvacin y el infierno
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estn en el partido liberal o el conservador. La gente ilustrada de la capital ya no viene a
ensearle al campesino como sembrar, sino que su nica enseanza es cmo o por quin se
debe votar y el insumo primordial es un tarro de tinta, motivo por el que lgicamente se
est empobreciendo la tierra, pero ni los ms ilustres personajes que han gobernado la
nacin se han percatado de aquello:
Mi querido amigo, he tenido la tentacin de abandonarlo todo y encerrarme en
Tipacoque como en un castillo, a leer y a olvidarme de que estoy viviendo. Para
qu escribo libros, si aqu a nadie le importa lo que no se refiere a candidatos,
congresos, polticos y elecciones? Para qu preocuparme por cosas que al pas no
le importan? Por qu he de emplear mi tiempo en describir este cadver de ciudad,
que es Vlez, cuando tengo todava en las retinas la imagen del Ponte Vecchio que
salta sobre las amarillas aguas del Arno? Acaso los polticos han de leer estas
lneas? Y los gobiernos: acaso leen cosa distinta de lo que les conviene pescar
entre lneas de los telegramas de los alcaldes? Nada, mi amigo, que a veces me entra
la tentacin de largarme y me atormenta el dolor de no poder hacerlo (1949:100).
En la agona de los pueblos santandereanos y boyacenses a causa de la violencia, Caballero
Caldern no culpa al campesino, ya que ste no es ms que un instrumento de la
maquinaria poltica que se aprovecha de su ignorancia, es una sociedad en la que renunci
la autoridad, la justicia es corrupta y la desprestigian hasta las fuerzas pblicas como la
polica, que en su mayora est compuesta por chulavitas2 cuya filosofa radicaba en la
poltica, protegiendo a los de un bando y hostigando y persiguiendo a los del otro. Los
campesinos no se pueden dividir en buenos o malos, liberales o conservadores ya que solo
basta conversar con ellos para darse cuenta que no son ms que hombres pertenecientes a
alguna de las dos caras, porque hasta ellos mismos ignoraban cuales eran los principios que
presidian a su partido, los motivos para pertenecer a uno de los dos bandos era la regin o
2 Se denomin chulavitas, a un grupo armado de campesinos conservadores, procedentes de la vereda de
Chulavita, en el departamento de Boyac, quienes estaban respaldados por la polica y el gobierno de turno con el fin de restablecer inicialmente, el orden con motivo de la muerte de Jorge Eliecer Gaitn; Posteriormente fueron utilizados para llevar a cabo masacres en contra de las guerrillas y el partido liberal. (Guerrero, 1991: 256).
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la descendencia. El autor afirma que hasta la polica era una fiel muestra de aquello:
Converse usted con ellos dos palabras y se convencer de que son, para usar el trmino
ms benvolo, brutos en uniforme (112).
Para finalizar este apartado, se evidencia que los ensayos preliminares a la novela Siervo
sin tierra son una muestra de que para Caballero Caldern, el campesino es la parte
esencial de su preocupacin y que el bienestar de ste estuvo dentro de sus prioridades; por
tal motivo, estos constituyen una denuncia y reflexin ante la indiferencia de un pas que
olvida que fueron ellos quienes construyeron el pas, as como tambin al mismo tiempo
eran vctimas de una violencia ejercida y amparada por el gobierno.
El carcter asistemtico de la prosa ensaystica, explica su presencia en la cultura
contempornea, se escriben ensayos de varios tipos y temas, en los que se observa el ms
complejo lenguaje filosfico hasta el ms ligero y digerible para toda clase de pblico, sin
olvidar la hibridacin occidental entre novela y ensayo, como la presentada por Milan
Kundera y Umberto Eco.
Caballero Caldern nos present su obra periodstica y ensaystica reflejando sus amores y
odios, su prosa evidencia el modelo de un trabajo a conciencia y sin escrpulos, ocupando
un reconocido lugar entre los gneros testimoniales, que fueron alimentando poco a poco
una forma de escritura realista, que configurara ms adelante, mediante una serie de
ingredientes sociales de la poca su universo literario, captando escenas y situaciones de la
vida rural con una tcnica y temtica relativamente rudimentaria pero muy eficaz, en
sintona con su sensibilidad fomentada a travs del periodismo y el ensayo.
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2. Tipacoque una realidad a travs de la literatura
En palabras de Eduardo Caballero Caldern: Tipacoque es la deformacin de la palabra:
ZIPACOQUE, que en lengua Muisca significa: dependencia del ZIPA. Se dice que all
reinaba una cacica cuyo principado cobijaba toda la antigua Hacienda, en sus aledaos
desde el Chicamocha, hasta las montaas de Sativanorte y la Vega del vecino Onzaga;
cuando vino la conquista un grupo de frailes Dominicos la despojaron de su propiedad y
edificaron un convento (1964:21).
En 1600 la propiedad pas a manos de la familia Tejada, luego a los Caldern Tejada y de
estos a sus descendientes; hechos que transcurrieron durante ms de dos siglos. A partir de
1852, cuando se aboli la esclavitud, los campesinos continuaron pagando una obligacin a
la Hacienda, que consista en un jornal semanal y la mayor parte de la produccin por el
derecho a vivir en tierras de sus amos. En la dcada de los 30, con la reforma agraria, se
inici la parcelacin de la hacienda y los dueos vendieron las tierras a precios cmodos.
Cuando se cre el Municipio de Soat, Tipacoque fue integrado a este como una vereda,
ms tarde, se convirti en inspeccin de polica, subdividida en tres veredas: Tipacoque,
Ovachia y La Carrera. Tipacoque fue creado como municipio, mediante la ordenanza N 17
del 28 de Noviembre de 1968, siendo sus gestores Elvia Sandoval de Rojas y el Insigne
escritor Eduardo Caballero Caldern, quien fue su primer alcalde (1969).
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2.1 Tipacoque en la narrativa de Eduardo Caballero Caldern
De acuerdo a las dolorosas experiencias del campesino colombiano observamos lo que
fuimos y lo que somos hoy en da, ya que hay una estrecha relacin entre la urbe y la zona
rural a pesar que nos encontramos en un pas complejo y heterogneo en cuanto a
costumbres y razas. Sera pretencioso que un solo escritor abarcara toda la historia del
campesinado colombiano; motivo por el que Eduardo Caballero Caldern traz una lnea
divisoria del campesino en su literatura; fue un escritor marcado por la tierra que habit su
familia desde 1560 y que redujo su hacienda de 10.000 hectreas a una casa distinguida y
unos terrenos ridos que se convirtieron en el municipio de Tipacoque (1968). Aunque
Caballero Caldern naci en Bogot, sus padres, el General Lucas Caballero y doa Mara
del Carmen Caldern, traan consigo races boyacenses y santandereanas, motivo por el que
estas tierras marcaran el horizonte ancestral, que aos ms tarde mitificara en su obra.
Sus novelas constituyen la mentalidad colectiva de un pueblo que tuvo que soportar los
signos sociales y comerciales del siglo XIX y XX oscilando entre las guerras y las
reformas nacionales a causa de la poltica. Caballero publica Tipacoque y decide publicar
lo que l consider como su segunda parte diez aos despus, Diario de Tipacoque (1950).
Segn lo dicho por el propio escritor: la primera fue escrita de memoria y sobre recuerdos,
muy lejos de Colombia; la segunda fue redactada en su propia tierra como quien toma
apuntes del natural, y a la vista del modelo: y en esto est la principal diferencia entre
Tipacoque y el Diario (1963: 147).
La principal caracterstica de estas obras, es que reflejan la mirada previa del escritor sobre
un paisaje natural y espiritual conformado por sus campesinos, que no tardara en ser
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destruido, a raz de las consecuencias sociales y polticas, puesto que los cambios
econmicos no tardaran en hacerse visibles; el fenmeno de la violencia cuyas causas
estuvieron ligadas con los procesos de formacin social en el pas, junto con los rpidos
cambios socioeconmicos y polticos resultantes del proceso de industrializacin,
produjeron una lucha de bandos que conform los partidos polticos tradicionales,
acentuando las diferencias sociales y econmicas que terminaran explotando y desterrando
al campesino.
En Colombia las verdaderas bases de la vida social y econmica estaban en el campo, desde
donde las haciendas y los campesinos abastecan los mercados regionales como parte de su
modo tradicional de produccin agrcola. La formacin de haciendas y del campesinado fue
el resultado de un prolongado proceso; de ah que las principales races de sus escritos se
remonten a la evolucin del rgimen agrario colonial, del que las familias Caballero y
Caldern fueron protagonistas.
Siguiendo este orden de ideas: los recuerdos, apuntes, artculos y ensayos de la realidad del
pueblo boyacense que Caballero Caldern recopil durante varios aos, fueron el punto de
partida para la gnesis de una narrativa de quien observaba y detestaba la escabrosa falta
de sensibilidad social, el arbitrario sistema de una organizacin anticuada y obsoleta de la
vida, cuando existan patrones, arrendatarios, amos y criados, como era la vida real de ese
entonces y no la vida inventada que retrataban y cultivaban los polticos sobre el ignorante
campesino.
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2.2 Configuracin de un universo literario a partir de la vida cotidiana
Recordar la infancia es recordar un sueo. Por ser el mundo del nio un sueo muy largo,
las cosas concretas y tal como son apenas le impresionan. De ah que cueste tanto trabajo
recordarlas. Si las viramos otra vez con nuestros ojos de hombres maduros, seguramente
no las reconoceramos (Caballero, 1964:17-18).
Como se mencion, Diario de Tipacoque es la continuacin de Tipacoque, cuya diferencia
es que la primera que se public, radica en la memoria del nio que fue cultivando
recuerdos de su infancia entre la vida que transcurri en la capital y la gran hacienda de sus
abuelos al norte de Boyac, ms exactamente en Soat uno de los municipios ms grandes
del departamento. La hacienda era propiedad de su abuelo materno Arstides Caldern de
quien el escritor no tena recuerdos, por morir ste, antes de que l naciera, motivo por el
que sus memorias se centran en la figura matriarcal de su abuela Ana Rosa, a quien
describe en sus relatos como una persona recia, distinguida e inteligente pero tambin
arbitraria y caprichosa, especialmente con sus criados los tipacoques a quienes trajo a
vivir y a servir a la capital en su casa quinta, sta reciba el nombre de Santa Ana y
Caballero Caldern la recuerda con especial afecto porque fue all donde escuch por
primera vez el nombre Tipacoque.
La casa de su abuela y sus criados representaron para l la apertura al estereotipo de las
costumbres boyacenses que se fueron impregnando durante su niez y que se convertiran
aos ms tarde en referentes para elaborar los personajes de su universo literario:
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Mam Toya era un chorote boyacense curtido por el aguamiel y el sol, Emilia Arce
un alfeique de los que hacen las monjas con azcar blanca, Felipa un alfandoque
perforado por las viruelas, y doa Isabel Uribe, la artfice de las brevas rellenas y los
bocadillos de cidra, era verde como las brevas, pegajosa como el ariquipe y
agridulce como la cidra. Isabel, verde, cidra; Rafael, miel; Ana Rosa, seora Santa
Ana por qu llora el nio, por una manzana que se le ha perdido.
Y la quinta de mi abuela se llamaba Santa Ana, y ella guardaba en sus armarios
manzanas canelas para perfumar la ropa Pues anda a la huerta y cgete dos, una para el nio y otra para vos El nio era yo y vos era Mama Toya, a quien mi abuela para distinguirla de
nosotros, le deca vos (Caballero 1964:18).
El escritor se dio a la tarea de retratar la tierra de su corazn en varios libros, debido no
slo a su tradicin familiar sino tambin a los recuerdos y el misterio que le generaron las
costumbres implantadas en su hogar desde que tuvo uso de razn. Los relatos en primera
persona constituyen la identidad propia de la personalidad del novelista, al expresar su
profundo sentido humano y social mediante la descripcin que realiza de los personajes y
los problemas pronunciados en sus novelas y relatos. Caballero Caldern los dota de
indudable naturalidad y espontaneidad; sera imposible no crear en el lector ese sentido de
solidaridad y compenetracin con el campesino, aspectos indispensables para presentir que
el escritor era una persona con gran sensibilidad social y humana siempre dispuesto a
mantener relaciones fraternas y altruistas con sus semejantes, especialmente con la gente
del campo a quienes consideraba los ms necesitados y atropellados por el sistema
burocrtico.
Algo que despert gran inters por las tierras Boyacenses en el escritor fue la tradicin oral
que trajo consigo mama Toya desde Tipacoque; Caballero Caldern recuerda los cuentos
que narraba aquella criada nacida en Tipacoque, que sin pena ni remordimiento abandon
su familia, para dirigir el servicio domstico a disposicin de la abuela del escritor en la
capital. Las historias en un comienzo eran las tpicas narraciones fantasiosas que
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empezaban con un: erase y concluan con Colorn colorao, este cuento se ha acabao y
entonces se casaron y tuvieron muchos hijos, o se acab el cuento y se lo llev el viento
(1940: 13).
Segn el escritor, cuando mama Toya agotaba su repertorio ficticio, iniciaba con historias
de Tipacoque donde retrataba bandidos que recorran sus caminos, almas en pena que
transitaban de un lugar a otro, cazadores de venados que perseguan a sus presas en la
montaa de Onzaga, remedando sonidos que ambientaban el relato y le impriman una
veracidad que permitan viajar en el tiempo; era un continuo transito por caminos
polvorientos, pramos que helaban el alma y ocultaban a sus bandidos entre la niebla, se
escuchaban los ladridos de los perros y se retrataba el paisaje de tiempos inmemorables
cuando su abuela era joven y realizaba viajes a la provincia a finales del siglo XIX, viajes
que segn como los relataba la criada parecan una odisea por lo lentos, la dificultad que
presentaba la geografa de ese entonces y los caprichos de su abuela quien daba la orden de
continuar o detenerse segn su antojo, mientras dos tipacoques a paso lento la llevaban
cargada en su silla de manos. El paisaje era descrito de una forma tan visceral que pareca
inventado por la vieja mama Toya, mientras en Bogot granizaba, all en Tipacoque
pareca que siempre sala el sol:
Un da cualquiera al llegar a la cumbre de Guantiva, las rocas se abran en un balcn
que mira al valle del Chicamocha y en la atmsfera cada vez ms espesa y ms tibia,
comenzaba a flotar el olor de los trapiches y de los naranjos (olor de panela y de
azahar), y contra las piedras del cauce galopaba el rio, en cuyas slabas ruidosas, se
enreda toda mi infancia. -Cuenta ms mama Toya, le decamos nosotros (Caballero,
1963: 15-16).
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La apertura a un mundo real que se manifest inicialmente mediante relatos, permiti que
el escritor un da cualquiera de su niez iniciara la travesa de llegar a esa fabulosa tierra
donde se contrastaban los helados pramos de Boyac con el descenso haca las vegas del
norte, lmites con Santander donde se poda observar el imponente y maravilloso Can del
Chicamocha que se ofreca como un espectculo excepcional. El famoso camino real por el
que se transitaba desde pocas de la Colonia, el tiempo y la modernidad lo fueron borrando,
sin que ello impidiera recordar los empedrados trechos y las gentes que fueron alimentando
el misticismo de la regin y a su vez comprender que sus habitantes eran seres de carne y
hueso, muy distintos de la vida quimrica que atribuyen los relatos, novelas y personas del
gobierno.
El propio escritor pudo comprobar cmo nacan, vivan y moran los tipacoques, por tal
motivo deca Cmo poda yo dejar de escribir esta historia? Estos dos libros, Tipacoque y
Diario de Tipacoque, son el resultado no solo de su habilidad creadora y narrativa sino que
constituyen el inicio de una contribucin a la causa por la que siempre luch, los problemas
del campesino, una causa real donde se comprenden no slo sus costumbres sino tambin
sus necesidades en la voz de un interlocutor que siempre demostr autentica preocupacin
por el campesino.
2.3 Configuracin del campesino tipacoque
El ser humano a travs de la historia ha construido un conocimiento que le ha permitido
sobreponerse a la realidad de su destino, superando obstculos de toda ndole, esto puede
interpretarse como un sntoma de supervivencia mediante el cual ha tenido que buscar su
propio bienestar, pero tambin ha sido l mismo quien se ha encargado de ser un
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instrumento que impide la estabilidad y el bienestar de sus semejantes, convirtiendo el
territorio nacional en un escenario segmentado cultural y econmicamente que se evidencia
claramente en el mbito rural.
Tipacoque es el espacio donde se inicia la configuracin de un mundo literario
protagonizado por los campesinos de la regin; es una mezcla cultural, racial y territorial
entre los boyacenses y los santandereanos, entre los pramos y las ridas y calurosas tierras
bajas del norte de Boyac, que limitan con el departamento de Santander; estas
caractersticas conforman un personaje que es consecuencia de una ubicacin geogrfica y
la amalgama que se ha ido configurando a travs del tiempo para formar una sola raza,
identificando al habitante de este espacio territorial como resultado del mestizaje producido
en el devenir de los aos; as mismo, la facilidad del hombre para fusionarse y adaptarse
rpidamente a una serie de leyes y costumbres que identifican a una cultura en especial,
impide que en Colombia se pueda hablar de una raza homognea nacional, pero si de varias
y muy particulares, una de ellas, la que nos estampa Eduardo Caballero Caldern en sus
libros.
La memoria de Caballero Caldern le permiti recopilar cientos de detalles que
constituiran una visin propia de la realidad de las gentes que habitaron durante siglos, las
agrestes tierras del norte de Boyac; en sus narraciones se nota la influencia de una
tradicin oral transmitida por los tipacoques que llegaron a servir a la casa de su abuela en
la capital y a los que posteriormente conocera en su propia regin, convirtindolos en los
protagonistas de sus relatos, mediante la personificacin de sus personajes literarios;
precisamente Tipacoque, inicia con el siguiente homenaje a los moradores de la regin:
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Dedico a mi comadre Santos este libro cuyos nicos lectores posibles, que seran los
tipacoques, excepcin hecha de Marcos Lizarazo y de Siervo Joya no saben leer (1963:
11).
2.4 Configuracin femenina en Tipacoque
A las mujeres las toma como la columna vertebral en la que se articulan los primeros
acercamientos a esta regin; la primera, mama Toya se lo retrat mediante palabras como
ya lo vimos; y la segunda, La comadre Santos es el ejemplo tangible y la configuracin
esttica de la sabidura campesina frente al nativo o forastero que transita por las tierras del
norte de Boyac.
Yo creo que Santos ha existido siempre. Sera imposible determinar su edad, que ella
misma, como el Padre Eterno, no sabe cuando comienza (Caballero, 1964: 44). La
Comadre Santos es la representacin del papel que juega la mujer dentro de la sociedad
campesina, ella es la identidad colectiva del gnero femenino en la regin; generalmente se
identifica a estas mujeres como personas carentes de importancia por su bajo nivel
educativo, que no es comparable al de una persona de la ciudad a quien se tiene en el
concepto de individuo civilizado. Esta mujer no suea con la ciudad porque en el campo
ella lo tiene todo para vivir y solucionar sus necesidades bsicas, ella es el ejemplo del
campesino que ama su tierra y no concibe la posibilidad de marcharse; es el ciudadano
quien necesita de la mujer campesina como lo deja ver Caballero Caldern cuando reviste
de total sabidura a esta mujer; si alguien necesita andar por los duros caminos de la regin,
alimentarse de cualquier animal tpico de las montaas o curar cualquier dolencia fsica,
ella tiene la solucin, sin siquiera haber cursado el ms elemental de los niveles educativos
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que otorgan las academias. Si desea cultura o entretenimiento no hay mujer que no sepa
historias de terror o violencia, que recorran a travs de sus palabras los caminos y montaas
de la zona donde ella ha sido fiel testigo de la vida de los tipacoques, la belleza de la
regin la enaltece junto con la humildad, la valenta y el sufrimiento de sus habitantes. Es
un fenmeno de bondad como la describe Caballero Caldern, pues no conoce la envidia,
su humildad radica en poner su sabidura al servicio de sus semejantes, la agudeza
instintiva de su inteligencia y su rstico don proftico:
Dice al ver un hombrecito que pasa por el camino arreando su yunta de bueyes, o
con un cerdo en las costillas: Ese hombre lleva la muerte en la cara. No terminar el mes.
- Pero, tiene algo? Est enfermo?- No, mi amo.
- Entonces, cmo lo sabes? Yo no s, mi amo. Pero es lo cierto que el hombrecito, que pareca bueno y sano, estira la pata a los
quince das (1964:45).
Caballero Caldern describe a la mujer de esta regin, con unas caractersticas especficas
propias de la poblacin rural, quien posee una significacin social de acuerdo a las
caractersticas fsicas o rasgos ms evidentes de su contextura como: la pigmentacin de la
piel, su baja estatura, la textura del cabello, los ojos y su cuerpo en general, constituyen el
criterio propio del autor sobre el cual se basa la configuracin fsica, consecuencia de una
mezcla fsica, social y cultural que ha dejado el tiempo:
El pellejo de su rostro est literalmente surcado de arruguitas, y es un cuero seco,
amarillo, que parece amasado con tierra del lugar: en la que se modelan tambin los
chorotes, la
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